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ESTUDIO DE CONSULTORÍA:
ANÁLISIS COMPETENCIAL Y
ATRIBUCIONES Y OBLIGACIONES DE
LAS ETAs Y REGANTES EN LA
ASIGNACIÓN Y REÚSO DE AGUAS
Public Disclosure Authorized
RESIDUALES
INFORME 2 – versión final
Public Disclosure Authorized
i
7.2. Vacíos, imprecisiones o contradicciones en el marco legal vigente con relación a la gestión de
los efluentes de las PTARs ....................................................................................................... 34
8. Conclusiones ................................................................................................................................. 36
Referencias ........................................................................................................................................... 39
ii
LISTA DE ACRÓNIMOS
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VRHR: Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego
LISTA DE TABLAS
LISTA DE FIGURAS
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1. Introducción
2. Antecedentes
La escasez de agua en Bolivia, concretamente en las zonas áridas y semiáridas del Altiplano y de
los Valles limita en gran medida la producción agrícola. Entre las causas identificadas que generan
escasez de agua se incluyen: 1) el crecimiento demográfico y consecuente incremento de la
demanda y consumo de agua por parte de la población de los centros urbanos, así como para
otros usos asociados a las actividades antropogénicas, 2) el cambio climático que tiene efectos
sobre el ciclo hidrológico, generando periodos inusuales de sequía o de inundaciones, 3) la
contaminación de las aguas que reduce la potencialidad del uso de las aguas con fines de riego, y
consecuente reducción de la producción por efectos de la contaminación.
La creciente demanda de agua genera la búsqueda constante de nuevas fuentes para dotar a las
poblaciones de agua potable, así como también a otros sectores como es el riego agrícola. Como
parte de los objetivos de la Agenda Patriótica 2025, el Gobierno Boliviano tiene como meta
ampliar la cobertura de agua potable y saneamiento básico en el país, y a la vez incrementar el
área agrícola bajo riego. El reúso de las aguas residuales forma parte de las estrategias para lograr
las metas planteadas.
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residuales para riego en agricultura, forestación y/o riego de jardines, que se considera una
práctica que contribuye a la conservación del agua y al desarrollo sustentable.
Un alto porcentaje del agua utilizada para consumo humano en centros urbanos y/o para fines
industriales, tiene un segundo uso (reúso) en la producción agropecuaria en Bolivia porque se
destina al riego, para la producción de alimentos. La perspectiva futura estima que al 2025, al
menos unas 15,000 hectáreas deberían ser regadas con agua residual tratada, proveniente de los
distintos sistemas de tratamiento que permitan alcanzar los parámetros de calidad del agua para
reúso en agricultura, según las normatividades vigentes.
En Bolivia, como en otros países, el agua residual generada en las ciudades se reúsa (cruda o
tratada) para el riego agrícola que se ha desarrollado en zonas áridas y semiáridas, habiéndose
identificado al menos 105 centros poblados donde se reutiliza el agua residual en la agricultura
principalmente. Sin embargo, tal práctica carece de un marco de asistencia técnica, planificación y
optimización que disminuya los riesgos implícitos que conlleva la reutilización de las aguas
residuales.
En este sentido, el año 2013 el estudio desarrollado por CARE Bolivia por encargo del Ministerio de
Medio Ambiente y Agua (MMAyA) y con apoyo del Programa de Agua y Saneamiento del Banco
Mundial, titulado “Dimensiones socioeconómicas asociadas al reúso de aguas residuales con fines
agro-productivos en el altiplano boliviano”, recoge, analiza y caracteriza las prácticas de reúso de
aguas residuales en el altiplano boliviano y recopila información que podría contribuir a
determinar la viabilidad de introducir esquemas planificados para el reúso. Los principales
aspectos analizados son: (i) el nivel de conocimiento y percepciones que agricultores y
consumidores tienen sobre el reúso; (ii) la capacidad y disposición al pago que tendrían los
agricultores por servicios de gestión de infraestructuras de tratamiento, regulación y/o
distribución de aguas residuales; y (iii) la identificación de barreras y riesgos para la
implementación de políticas y estrategias que viabilicen la implementación de sistemas
planificados de reúso.
Por otra parte, en el año 2016, mediante un consultoría encomendada por PROAGRO a la PhD-Ing.
Cecilia Saldías, en apoyo a los trabajos del Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego se ha
efectuado un estudio de recopilación de información sobre las características principales de PTARs
seleccionadas en los Departamentos de Cochabamba y Tarija (20 PTARs) en términos de:
tecnología de tratamiento, aspectos de diseño (ej. caudales de entrada y salida), calidad de agua
de afluentes y efluentes, eficiencia de tratamiento, costos de funcionamiento (i.e. administración,
operación y mantenimiento), y tarifas; en función de cuyos resultados se ha realizado un análisis
de identificación de los problemas principales de las PTARs, así como sus potencialidades para el
reúso de agua para riego agrícola; todo lo cual se presenta en el documento “Estudio de
evaluación de plantas de tratamiento de aguas residuales con potencialidad para reúso de aguas
para riego agrícola en zonas áridas y semiáridas de Bolivia”.
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Adicionalmente, el año 2017, mediante consultorías contratadas por el Banco Mundial, las
especialistas Ing. MSc. France Vanegas e Ing. MSc. Mariel Cabero llevaron a cabo en Cochabamba y
Tarija respectivamente, un estudio sobre los costos y beneficios económicos de la reutilización de
aguas residuales tratadas en el riego agrícola (segundo uso), como complemento o en sustitución
de fuentes de suministro de primer uso, e identificaron la aceptación e impacto social del riego
agrícola con aguas residuales tratadas. Este estudio también tuvo un componente relacionado con
el análisis de los niveles de calidad exigidos por la normativa nacional y la viabilidad para su
aplicación, lo que condujo a una propuesta conjunta de los parámetros y los valores
razonablemente alcanzables en la práctica.
En ambos casos, se identificaron: la calidad de aguas utilizadas, las áreas regadas, los tipos de
cultivos, los volúmenes de agua requeridos, la estacionalidad de uso de esas aguas y los caudales
disponibles, las condiciones de uso del agua residual y las normas de calidad que se aplican.
3. Objetivos
4. Alcance
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leyes y decretos relacionados. Por otra parte, el alcance cubre el marco legal previo a la Nueva CPE
relacionado con el tema de la Consultoría, en particular la Ley 1333 de Medio Ambiente y otras
leyes relacionadas.
Es parte del alcance de la Consultoría la opinión de la Contraloría General del Estado expresada en
las Auditorías Ambientales, relacionadas con la contaminación de aguas y el uso de éstas con fines
de riego.
Las tareas a realizar para el logro de los objetivos de la presente Consultoría serán indicativamente
las siguientes:
Objetivo 1. Analizar el régimen competencial y el marco legal vigente sobre las atribuciones y
responsabilidades de las Entidades Territoriales Autónomas (ETAs) con relación a los efluentes
de las Plantas de Tratamiento de Agua Residuales (PTARs).
Para lograr este objetivo, se hará una revisión del marco legal vigente - identificación de leyes
relevantes - a partir de la cual se identificarán las competencias del Gobierno central y de las ETAs,
específicamente con relación a la gestión de los efluentes de las PTARs.
El análisis del marco legal tomará en cuenta el marco legal previo a la Nueva CPE, pero que aún
está vigente, y su relación con la gestión de los efluentes de las PTARs. A partir de la identificación
de las competencias, se establecerán las responsabilidades y atribuciones de las ETAs con relación
a la asignación de las aguas de efluentes (si es que hubiera), las condiciones de asignación, los
plazos de vigencia de la asignación, las condiciones de pérdida del derecho a la asignación, entre
otros. Igualmente se identificarán los vacíos, imprecisiones o contradicciones en este ámbito de
análisis.
Para lograr este objetivo, y sobre la base del marco legal vigente, se identificarán las
responsabilidades de las ETAs en cuanto al tratamiento de las aguas de los sistemas de
alcantarillado. Asimismo, se analizará de manera general las condiciones existentes de Operación y
Mantenimiento (O&M) de la PTARs, el establecimiento de tarifas para solventar el sistema de
alcantarillado y la O&M de las PTARs, y los niveles de calidad de los efluentes. A partir de este
análisis se establecerán los vacíos, imprecisiones o contradicciones encontradas.
Objetivo 3. Analizar el régimen competencial y el marco legal vigente sobre las atribuciones y
responsabilidades en cuanto al uso productivo de los efluentes de las PTARs.
Para lograr este objetivo, y sobre la base del marco legal vigente, se identificarán las atribuciones
de las ETAs con relación al control de la calidad de los efluentes. Asimismo, se identificarán las
atribuciones y responsabilidades de las ETAs y de los regantes y de sus organizaciones, sobre el
uso de los efluentes para fines de riego (si hubiere). A partir de esto, se analizará la eficiencia en el
uso, el cumplimiento de medidas de protección en la manipulación del agua, el cumplimiento de
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medidas de reducción de riesgos en la producción y en la comercialización de los productos.
Igualmente, y a partir de este análisis se establecerán los vacíos, imprecisiones o contradicciones
encontradas.
5. Metodología
Según la metodología propuesta, que se describe con mayor detalle en las secciones a
continuación, el Informe 2 presenta la revisión de la normativa relacionada con el objetivo 3.
Adicionalmente, se recoge la información y análisis del Conversatorio 2, realizado en la ciudad de
Cochabamba el día 24 de mayo 2019, con la participación de expertos en la temática.
recopilación de información secundaria, que conforma el marco legal vigente con énfasis
en la gestión de las aguas residuales y el uso productivo de los efluentes de las PTARs
sobre la base de leyes y reglamentos identificados, se realizó una revisión meticulosa
tomando en cuenta los objetivos de la Consultoría.
Esta etapa está orientada a alcanzar los objetivos 1 y 2 del estudio. En este entendido, esta etapa
incluye una descripción general de lo estipulado en la normativa recopilada en la Etapa 1, sobre las
atribuciones y responsabilidades de las ETAs con respecto a los efluentes de las PTARs y al
tratamiento del agua residual en Bolivia.
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Sobre la base de información secundaria obtenida de la Etapa 1, en esta etapa se realizaron las
siguientes actividades:
La etapa 4 contempla proponer alternativas y soluciones al marco legal vigente, a partir de los
vacíos, imprecisiones o contradicciones encontradas en las etapas previas. Esto se realizará
mediante un análisis de la información obtenida a partir de la revisión de documentación y de los
resultados de los Conversatorios desarrollados. El Consultor, propondrá alternativas sustentadas
que serán sujetas a discusión en un futuro.
Como resultado del análisis desarrollado en esta etapa, se procederá a elaborar el Producto 4
(Informe 3) del Estudio.
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La siguiente figura presenta el esquema metodológico del Estudio, y con línea segmentada se
identifica donde se sitúa el presente informe.
ETAPA 1 ETAPA 2
OBJECTIVO 1 Y
PRODUCTO 2
OBJETIVO 2
Revisión de la normativa vigente Atribuciones, responsabilidades de
ETAs – gestión de las PTARs
ETAPA 4 ETAPA 3
PRODUCTO 3
OBJECTIVO 3
OBJETIVO 4
En la revisión del marco normativo presentada en el Informe 1 del presente Estudio, se ha hecho
referencia a la ausencia de una ley general de aguas en el país que dicte los lineamientos y ordene
todos los aspectos relacionados con la gestión de los recursos hídricos en el territorio nacional, y al
mismo tiempo esté en concordancia con otras leyes sectoriales vigentes que tienen relación con la
gestión del agua. También ha quedado evidenciado que en la situación actual del país, respecto a
la planificación de los recursos hídricos, se tiene un espacio normativo sectorial (por ejemplo la
gestión integral de cuencas, el agua para riego, el agua para consumo humano, etc.) que ha
permitido, de alguna manera, ordenar hasta hoy la gestión de los recursos hídricos. Sin embargo,
se considera también que el reúso de las aguas residuales pone de manifiesto las debilidades de
un marco normativo sectorial, y por ende la necesidad de poner en la mesa de discusión a todos
los sectores y actores involucrados de manera directa e indirecta con el reúso, con el propósito de
velar por la salud pública y proteger el medio ambiente, aspectos directamente conectados con la
práctica de reúso de aguas residuales para riego agrícola.
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también que controle la calidad del efluente para su uso seguro. Asimismo, la revisión del marco
legal vigente ha permitido identificar que las leyes (por ejemplo la Ley 1333 y la Ley 2878) tienen
vacíos significativos respecto al reúso. Estos vacíos parecieran no tener importancia, sin embargo,
como consecuencia de ello se da un uso del agua residual de manera informal y de facto con
efectos graves para la salud de la población. En este sentido, es necesario encaminar medidas que
permitan resolver los vacíos identificados – a través de enmiendas o cambios en las leyes – puesto
que de no ser así se estaría aceptando la situación actual.
A continuación, se presenta el marco normativo existente relacionado con el uso productivo del
agua, identificando lo establecido sobre el uso de los efluentes para fines de riego.
El objeto de la Ley 2878 de Promoción y Apoyo al Sector Riego, promulgada el 8 de octubre 2004,
es establecer las normas que regulan el aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos en las
actividades del riego para la producción agropecuaria y forestal, su política, el marco institucional,
regulatorio y de gestión de riego, reconociendo derechos, estableciendo obligaciones, y
procedimientos para resolución de conflictos, garantizando las inversiones comunitarias,
familiares, publicas y privadas (Art. 1). El ámbito de aplicación de la ley son las actividades de uso
y aprovechamiento del agua para riego, la infraestructura e inversiones de estas actividades, y el
rol y funciones de instituciones públicas y privadas del sector riego, en el territorio nacional (Art.
2).
Un aspecto esencial de esta ley es que adopta el concepto de la gestión integral de los recursos
hídricos, que anticipa los procesos de gestión, planificación e implementación tomando como
unidad a la cuenca hidrográfica. El Servicio Nacional de Riego (SENARI), dependiente del
Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), es la institución definida para la toma de
decisiones de forma participativa, responsable de regular, planificar, y promover la inversión y
gobernanza para el desarrollo del riego, la producción agrícola y forestal bajo riego. A
continuación se profundizan los aspectos relevantes de esta ley para el presente Estudio.
La ley estipula el marco institucional, así como las funciones, atribuciones y obligaciones de las
instituciones que lo conforman. A continuación, se presenta un resumen de lo estipulado en los
Artículos del 3 al 17.
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Agropecuario, el desarrollo de riego.
dependiente del Fomentar, programar, promover y delegar la asistencia técnica, la capacitación de
Ministerio de recursos humanos, la investigación aplicada y los programas de organización para
Desarrollo Rural y la gestión de riego.
Tierras) Promover la descentralización participativa en el desarrollo del riego a nivel
prefecturas, municipios y directorios locales o de cuencas, en el marco de la
presente Ley y sus reglamentos.
1
El Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego es la instancia del nivel central del Estado que tiene
atribuciones relacionadas con los recursos hídricos y riego. Decreto Supremo 29894.
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Planificar, promover, gestionar recursos económicos y ejecutar las actividades
destinadas a mejorar o construir sistemas de micro-riego de forma participativa
con las organizaciones de regantes, en el marco de lo establecido en la presente
Ley y sus Reglamentos.
Identificar, recoger las demandas y priorizar los proyectos de riego para gestionar
su financiamiento, conforme a las normativas de elegibilidad establecidas por el
Servicio Nacional de Riego (SENARI).
Velar que las actividades relacionadas con el riego que realicen las organizaciones
no gubernamentales y otras entidades se encuadren dentro de las disposiciones de
la presente Ley y sus Reglamentos.
Supervisar y fiscalizar, junto a los usuarios, la correcta ejecución de los proyectos
de riego que se implementen en su jurisdicción, en coordinación con los Servicios
Departamentales de Riego (SEDERI's).
Coadyuvar al funcionamiento del marco regulatorio y cumplimiento de las
normativas para el riego, en el ámbito de la descentralización participativa, en
coordinación con los Servicios Departamentales de Riego (SEDERI's).
Servicio Nacional De acuerdo a la Ley 2878, el Servicio Nacional de Riego (SENARI), es una entidad
de Riego (SENARI) pública autárquica bajo la tuición del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (antes
Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios), con autonomía administrativa y
de gestión, personería y patrimonio propio, con la responsabilidad de regular,
planificar y promover la inversión y gestión pública para el desarrollo del riego y la
producción agropecuaria y forestal bajo riego.
Planificación y coordinación
Proponer mediante sus Comisiones de Trabajo las políticas, planes y programas de
carácter nacional, que considere pertinentes, para su aprobación en las instancias
que corresponda.
Coordinar con las entidades públicas sectoriales que estén relacionadas con el uso
y aprovechamiento de recursos hídricos y con la planificación y manejo de cuencas.
Velar por el cumplimiento de las políticas y planes vinculados al uso y
aprovechamiento sostenible de recursos hídricos.
Representar y defender los intereses del sector de riego frente a los diferentes
sectores de uso Minero, Hidroeléctrico, Petrolero, Industrial y Saneamiento Básico
entre otros, en vistas a lograr una gestión integrada de los recursos hídricos en el
ámbito de las cuencas hidrográficas.
Pronunciarse a través de Informes Técnico – Jurídicos sobre los Planes, Políticas y
Normas propuestas por el Ministerio del Agua, relacionadas con recursos hídricos y
riego.
Promover y organizar, a través de sus instancias ejecutivas, actividades de
investigación de recursos hídricos, sus usos, conflictos, derechos de aguas y otros
de carácter técnico, tecnológico, económico y social de importancia para el sector
riego y la producción agropecuaria y forestal.
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Proponer normas y procedimientos para fines de inversión pública en el desarrollo
del riego y la producción agropecuaria y forestal bajo riego.
Coordinar y establecer vínculos entre los SEDERI’s e instancias del poder ejecutivo
en lo relativo al establecimiento de normas.
Legal
Otorgar registros y autorizaciones para el uso y aprovechamiento de recursos
hídricos destinados para riego, en las cuencas o fuentes de agua
interdepartamentales y de forma transitoria en los departamentos donde no se ha
establecido el SEDERI.
Homologar los registros y autorizaciones otorgados por los SEDERI.
Revocar y declarar la caducidad de autorizaciones y registros.
Resolver oposiciones, conflictos y controversias respecto a derechos de uso y
aprovechamiento de recursos hídricos para riego.
Resolver en segunda instancia administrativa sobre conflictos y problemas
relacionados con el uso de agua para riego.
Administrativo
Supervisar el funcionamiento de la Dirección Nacional del SENARI.
Crear las Comisiones de Trabajo en su interior, que considere necesarias.
Designar, destituir o suspender al Director Nacional del SENARI y a los Directores
Generales.
Elaborar y aprobar normas internas de funcionamiento de la Dirección Nacional del
SENARI.
Coordinar la ejecución de programas y proyectos de riego con la Fundación
Nacional de Riego – FUNRIEGO.
Supervisar y evaluar la ejecución de convenios suscritos con FUNRIEGO y otras
instituciones no gubernamentales en el marco de programas y proyectos de riego.
Promover la concertación y la equidad entre diferentes sectores de uso y usuarios,
en el ámbito de sus competencias, buscando siempre una gestión integral del agua.
II. El directorio del SENARI podrá delegar funciones y atribuciones al Director
Ejecutivo.
III. El SENARI tiene tuición sobre los programas y proyectos de riego planificados,
en ejecución o finalizados sin importar el origen de los fondos o agencias
ejecutoras, teniendo éstos dependencia del SENARI para el cumplimiento de sus
políticas, objetivos y funciones.
Servicio Se crean los Servicios Departamentales de Riego (SEDERI's) en cada departamento, los
Departamental mismos que estarán compuestos por las siguientes instancias:
de Riego (SEDERI) Directorio del SEDERI
Dirección Departamental del SEDERI
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sus objetivos
Fomentar y apoyar la organización de usuarios de sistemas de riego, en
coordinación con el SENARI, los gobiernos municipales y los directorios locales o de
cuencas
Apoyar a todas las organizaciones públicas en la gestión del riego, en coordinación
con la Prefectura de Departamento y los municipios
Formular y ejecutar su presupuesto
Son formas de reconocimiento y otorgación de derechos de uso de agua para riego 3, las
siguientes:
2
Reglamento a la Ley 2878, D.S. 28817.
3
Los derechos de uso de agua estipulados en la Ley 2878 se enmarcan el Artículo 171 de la Antigua
Constitución Política del Estado (de 1967), donde se reconocen, respetan y protegen los derechos sociales,
económicos y culturales de los pueblos indígenas que habitan en el territorio nacional, especialmente lo
relativo a sus tierras comunitarias de origen, garantizando el uso y aprovechamiento sostenible de los
recursos naturales, su identidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones. Asimismo, los derechos
mencionados guardan relación con los Artículos 49 y 50 de la Ley 2066 de Servicios de Agua Potable y
Alcantarillado Sanitario, que hacen referencia a los registros de las fuentes de agua potable por parte de los
pueblos indígenas y originarios, las comunidades campesinas, las asociaciones, organizaciones y sindicatos
campesinos.
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El Reglamento a la Ley 2878 tiene por objeto reglamentar y establecer el marco general e
institucional de la Promoción y Apoyo al Sector Riego, para la Producción Agropecuaria y Forestal
(Art. 1). Su aplicación es de alcance nacional, en los ámbitos departamental, municipal, regional,
en las cuencas y actividades relacionadas con el uso y aprovechamiento de los recursos hídricos en
riego, para la producción agropecuario y forestal (Art. 2).
Asimismo, este Reglamento norma los registros y autorizaciones sobre uso y aprovechamiento
de agua para riego (Titulo II), el procedimiento para la otorgación de registros y autorizaciones
(Titulo III), la coordinación entre sectores de uso de recursos hídricos (Titulo IV), y el régimen de
oposiciones, resolución de conflictos y controversias (Título V).
Ni la Ley 2878 ni su Reglamento hacen referencia a las aguas residuales como fuentes de agua
para riego. No obstante, el Reglamento hace referencia a su definición siendo esta: “aguas
provenientes de afluentes urbanos o de procesos de extracción, tratamiento de productos mineros
o industriales restituidas después de su uso no consuntivo” (Art. 3.- DEFINICIONES, en el
Reglamento).
La Ley 745 de la Década del Riego, promulgada el 5 de octubre 2015, tiene por objeto declarar el
Periodo 2015 a 2025, la Década del Riego, “hacia el millón de hectáreas”, en el marco de la Agenda
Patriótica del Bicentenario, y tiene como propósito el promover la producción agropecuaria a
través de inversiones del nivel central del Estado y las Entidades Territoriales Autónomas,
orientadas al desarrollo del riego en el país (Art. 1).
Ampliación de tierras bajo riego, que comprende las siguientes líneas estratégicas:
Revitalización de sistemas de riego;
Implementación de sistemas de almacenamiento de agua con represas;
Implementación de sistemas familiares de uso múltiple y cosecha de agua;
Reutilización de aguas residuales para riego, tratadas de acuerdo a
normativa vigente;
Promoción del riego tecnificado;
Implementación del Programa Arroz Bajo Riego Inundado;
Implementación de proyectos estratégicos multipropósito.
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Fortalecimiento organizacional e institucional, que comprende las siguientes líneas
estratégicas:
Fortalecer las organizaciones de regantes y capacitación en riego
parcelario;
Fortalecer institucionalmente la gestión del riego y gestión de información;
Formación de especialistas en riego e investigación en riego.
La ley establece la implementación de las inversiones a través del Programa Más Inversión para
Riego – MIRIEGO (Art. 3). Y también se prevén las acciones necesarias para promover el desarrollo
de riego en proyectos multipropósitos con una visión agro-productiva de gran escala, para
garantizar así la Soberanía y Seguridad Alimentaria del país (Art. 4). La participación del sector
privado podrá ser articulada a través de acuerdos intersectoriales (Art. 5).
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La siguiente tabla presenta las dimensiones que hacen referencia al riego, junto con los niveles
competenciales y las atribuciones para el nivel central del Estado y las Entidades Territoriales
Autónomas.
Tabla 2. Pilar 6 Soberanía productiva con diversificación y desarrollo integral sin la dictadura del
mercado capitalista
Dimensión Nivel competencial Atribución
Ser un país productor y transformador Competencias exclusivas de los Sistemas de microriego en
de alimentos; productor y exportador Gobiernos Autónomos coordinación con los
de energía eléctrica aprovechando Municipales (Art. 302.I) pueblos indígena originario
plenamente su potencial hidroeléctrico
campesinos.
y desarrollando exitosamente
proyectos de energías renovables de Competencias exclusivas de Mantenimiento y
gran capacidad de generación; un país Autonomías Indígena Originaria administración de sus
turístico, artesanal y manufacturero; Campesinas (Art. 304. I) sistemas de microriego
productor y exportador de productos
alimentarios únicos y otros de consumo Competencias Concurrentes Sistemas de riego, recursos
masivo y con alto valor agregado; Autonomías Indígena Originaria hídricos, fuentes de agua y
articulador de servicios de Campesinas (Art. 304.III) energía, en el marco de la
comunicación y transportes; y contar política del Estado, al
con valiosos recursos humanos con interior de su jurisdicción.
conocimientos científicos y Construcción de sistemas
tecnológicos que aportan a la de microriego.
construcción de la patria
Promover el acceso de los productores Competencias concurrentes Proyectos de riego.
a tecnologías de mecanización agrícola Nivel central del Estado y Agricultura, ganadería, caza
adecuadas social, ambientalmente y a Entidades Territoriales y pesca.
precios accesibles. Transitar a sistemas Autónomas (Art. 299.II)
de riego que optimizan el uso del agua Competencias exclusivas de los Sistemas de microriego en
por goteo y aspersión. Gobiernos Autónomos coordinación con los
Transformar los sistemas extensivos de Municipales (Art. 302.I) pueblos indígena originario
producción ganadera hacia sistemas campesinos
semi-intensivos e intensivos con una Competencias exclusivas de Mantenimiento y
reducción significativa de la carga Autonomías Indígena Originaria administración de sus
animal por hectárea promoviendo la Campesinas (Art. 304. I) sistemas de microriego
sostenibilidad en armonía con la Madre
Tierra. Competencias Concurrentes Sistemas de riego, recursos
Autonomías Indígena Originaria hídricos, fuentes de agua y
Campesinas (Art. 304.III) energía, en el marco de la
política del Estado, al
interior de su jurisdicción.
Construcción de sistemas
de microriego.
Considerar a los bosques como Competencias Concurrentes Sistemas de riego, recursos
escenarios integrales de producción y Autonomías Indígena Originaria hídricos, fuentes de agua y
transformación de alimentos, recursos Campesinas (Art. 304.III) energía, en el marco de la
de biodiversidad y medicinas. política del Estado, al
interior de su jurisdicción.
Construcción de sistemas
de microriego.
Fuente: Agenda Patriótica.
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6.4. Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien de Medio Ambiente y
Agua (2017)
El Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien de Medio Ambiente y Agua (PSDI-MMAyA)4,
elaborado el año 2017, se constituye en un componente del nuevo Sistema de Planificación que
adopta el Estado. Concretamente, el PSDI-MMAyA es el instrumento donde se establecen los
lineamientos y políticas estratégicas de mediano y largo plazo del Sector de Medio Ambiente y
Agua, incluyendo al Ministerio de Medio Ambiente y Agua, sus viceministerios, instituciones y
entidades descentralizadas, desconcentradas y autárquicas bajo dependencia o tuición, tomando
como base la Agenda Patriótica 2025 y el Plan de Desarrollo Económico y Social PDES 2016 – 2020.
Asimismo, el PSDI-MMAyA articula las acciones del sector al Plan de Desarrollo Económico y Social
(PDES), la asignación de recursos plasmados en el presupuesto, en el marco del Sistema de
Planificación Integral del Estado (SPIE) y el Sistema de Programación de Operaciones (SPO). Este
Plan también orienta la articulación con la planificación nacional, multisectorial, territorial y
comunitaria y la planificación institucional. Por otra parte, el PSDI-MAyA contribuye al
fortalecimiento de capacidades de gestión de las instituciones, el desempeño del funcionario
público, la capacidad de respuesta frente a los desafíos y problemas que enfrenta la gestión
ambiental e hídrica y establece los lineamientos para el mediano y largo plazo y su relación con los
Planes Operativos Anuales (POA).
El PSDI-MMAyA define la política ambiental bajo el enfoque de gestión de los sistemas de vida de
la Madre Tierra, promoviendo el fortalecimiento de sistemas productivos y sociales sustentables
en el marco del desarrollo integral y la erradicación de la extrema pobreza en complementariedad
con las funciones ambientales y los componentes de la Madre Tierra.
Tabla 3. Estructura del Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien de Medio Ambiente y
Agua
Capítulo Contenido
Constitución Política del Estado
Capítulo 1: Enfoque político
Agenda Patriótica del Bicentenario
Plan de Desarrollo Económico y Social
Marco Normativo
Ministerio de Medio Ambiente y Agua
Capítulo 2: Marco Institucional
Estructura Organizacional: 1) Viceministerios del MMAyA, y 2)
Unidades y Entidades bajo tuición y dependencia del MMAyA.
Evaluación del sector en los últimos años
Capítulo 3: Diagnóstico
Evaluación del estado de situación
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El Ministerio de Planificación del Desarrollo, como Órgano Rector de Planificación Estatal, y en el marco de
la Ley 777 del Sistema de Planificación Integral del Estado y la Ley 786 y el PDES 2016-2020, emitió los
lineamientos para la formulación de Planes Sectoriales de Desarrollo Integral para Vivir Bien (PSDI) como
instrumentos guía para las Entidades Públicas del Órgano Ejecutivo. EL MMAyA asume la representación de
los sectores a su cargo, y coordina y articula las propuestas para el mediano y largo plazo (PSDI, 2017).
20
Desafíos
Lineamientos sectoriales
Capítulo 4: Políticas y lineamientos
estratégicos Programas y acciones estratégicas
Sistemas de evaluación y monitoreo
Identificación de planes, metas, resultados y acciones
Capítulo 5: Planificación
Programación de resultados y acciones
Articulación intersectorial, distribución competencial, roles de
actores
Programación presupuestaria quinquenal por Pilares
Capítulo 6: Programación
presupuestaria de inversión Programación presupuestaria quinquenal por subsectores
Programación presupuestaria de inversiones por programas
Fuente: PSDI-MMAyA (2017)
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Desarrollo, que tienen financiamiento proveniente del Fondo para el Desarrollo
Internacional de Organización de Países Exportadores de Petróleo (OFID). El objetivo del
Programa MIRIEGO es incrementar el ingreso económico a través de la agricultura en los
hogares rurales beneficiados, de una manera sustentable, y a través de un incremento en
la superficie agrícola bajo riego, y del mejoramiento de la eficiencia en el uso y distribución
del agua para fines agropecuarios. El Programa cubre siete departamentos, exceptuando
Pando y Beni, con los siguientes componentes: Inversiones para el desarrollo de riego
comunitario (pre-inversión, inversión), Acompañamiento y Asistencia Técnica,
Implementación de un sistema único para la gestión integral de los recursos hídricos.
En el capítulo 5 del PSDI-MMAyA se presenta la planificación, de acuerdo a los pilares, metas,
resultados y acciones, por sub-sector, siendo estos: 1) Cuencas y Recursos Hídricos, 2) Agua y
Saneamiento, y 3) Riego.
Las aguas residuales caen dentro de la planificación del sub-sector de agua y saneamiento. Se
tiene previsto al horizonte 2020, el incremento en la cobertura de alcantarillado (sanitario y
pluvial) y saneamiento en el área urbana y rural, rehabilitación y mejoras de plantas de
tratamiento de aguas residuales de áreas urbanas y rurales, fortalecimiento institucional y gestión
social para la gestión integral y control del servicio de alcantarillado y de saneamiento urbano y
rural, a través de los programas: Programas Sector Saneamiento Urbano y Rural, Programas Sector
Agua y Saneamiento Urbano y Rural, Programa Nacional de Plantas de Tratamiento de Aguas
Residuales, Programa Nacional de Uso Eficiente del Agua y Adaptación al Cambio Climático.
22
Tabla 4. Territorialización, articulación intersectorial y distribución competencial – sector
saneamiento
PDES PLANIFICACION NIVEL COMPETENCIAL Territorialización
P M R A Programas o TIPO Cobertura
SENASBA
EMAGUA
Proyectos geográfica
VAPSB
GAIOC
AAPS
GAM
GAD
NCE
FPS
(acciones
PDES)
23
En cuanto al sector riego, se prevé el incremento de la superficie bajo riego, incluido el riego con
aguas residuales tratadas, a través de programas: MIRIEGO, riego tecnificados, de captación de
agua, fortalecimiento institucional y capacidades en riego (asesoramiento técnico a ETAs y
consultores, sistematización de resultados y acompañamiento técnico).
EMAGUA
MPD-FPS
UCP PROAR
MIAGUA
o Proyectos geográfica
SENARI
GAIOC
VRHR
GAM
GAD
NCE
(acciones
PDES)
LP, CBBA,
16 Programa concurre
6 4 1 1 1 1 1 x x x X SCZ, OR, PT,
3 MIRIEGO nte
CHQ, TJ
Riego
tecnificado:
LP, CBBA,
SCZ, OR, PT,
CHQ, TJ
Programa
reúso aguas
Programas
16 concurre residuales:
6 4 2 de 1 1 1 1 x x x X
3 nte LP, CBBA,
Tecnificados
SCZ, OR, PT,
CHQ, TJ
Programa
arroz bajo
riego
inundado:
SCZ, PD, BE.
Cosecha de
agua:
municipios de
extrema
pobreza
Programa
para
regulación y
Programas
almacenamie
16 de concurre
6 4 3 1 1 1 1 1 1 x x x X nto de agua:
3 Captación nte
LP, CBBA,
de Agua
SCZ, OR, PT,
CHQ, TJ
Programas de
continuidad
VRHR: LP,
CBBA, SC, OR,
PT, CHQ, TJ
Proyectos
24
multipropósit
o:
SCZ, CBBA
Fortalecimie
En áreas de
nto
16 concurre intervención
6 4 5 Institucional 1 1 1 1 1 1 1 x x x x
3 nte de los
y de
programas
Capacidades
Fuente: PSDI-MMAyA (2017)
La Agenda del Riego 2025, elaborada por el Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego,
dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, se constituye en una construcción
colectiva del sector riego como contribución a la Agenda Patriótica 2025. En esta Agenda se
propone la consolidación de una política que permita mayor disponibilidad de agua para la
producción agropecuaria, de mayor conciencia de la demanda a través de la tecnificación del riego
y de mayor sostenibilidad hídrica en los sistemas de riego, para entregar a las generaciones futuras
sistemas de riego sostenibles en el tiempo y en armonía con la Madre Tierra.
La Agenda plantea tres ejes estratégicos: 1) Más agua para riego, 2) Empoderamiento social e
institucional, y 3) Más producción con riego. A su vez, estas estrategias contribuirán al Pilar 6:
Soberanía productiva con diversificación y desarrollo integral y de la política de Agua para la
Producción Agropecuaria, de la Agenda Patriótica.
El reúso de las aguas residuales para riego de cultivos está incluido en el Eje 1: Más agua para
riego, en coordinación con el Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento Básico. El objetivo de
este planteamiento es contar con una fuente adicional de agua para riego a partir de las aguas
residuales tratadas de las principales ciudades del país, y contribuir así a disminuir la
contaminación ambiental.
Se estima que en el país se riegan más de 7000 hectáreas con aguas residuales de centros urbanos,
las cuales reciben un tratamiento deficiente y en otros casos no reciben ningún tratamiento. Los
cultivos que son regados con estas aguas incluyen los forrajes para producción lechera hasta
hortalizas de tallo corto, lo que pone en riesgo a la población consumidora. Se estima también que
con el reúso de las aguas residuales tratadas se podrá incrementar el riego de hasta 10,000
hectáreas, lo que beneficiaría a unas 10,000 familias agricultoras.
El riego con aguas residuales tratadas se justifica en zonas áridas y semiáridas, donde el agua es
escasa, y donde el reúso se presenta como una alternativa viable. El reúso de las aguas residuales
puede ser visto como una doble estrategia en el entendido de que el agua potable para las
ciudades puede ser aprovechada luego para el riego. La meta de este planteamiento, en
coordinación con el Viceministerio de Agua potable y Saneamiento Básico, es invertir en proyectos
de tratamiento de aguas residuales con fines de riego, con un costo aproximado de USD 40
millones.
25
6.6. Guía Técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura (2018)
En el marco de sus atribuciones, otorgadas mediante Decreto Supremo 29894 que instituye la
Estructura Organizativa del Órgano Ejecutivo del Estado Plurinacional, el Viceministerio de
Recursos Hídricos y Riego, podrá promover normas técnicas, disposiciones reglamentarias e
instructivos para el buen aprovechamiento y regulación del sector riego, manejo integral de
cuencas, y proponer por conducto regular proyectos de leyes y otras disposiciones para el sector.
Por su parte, la Ley 745 de la Década del Riego 2015-2025 estipula la ampliación de tierras bajo
riego, que comprende, entre otras, la reutilización de aguas residuales para riego, tratadas de
acuerdo a normativa vigente (Art. 2). Esto a su vez se articula con el PDES 2016-2020 que
establece en su Pilar 6, la Meta 4: sistemas productivos óptimos para alcanzar 700 mil hectáreas
de superficie bajo riego, con participación de las Entidades Territoriales Autónomas y del sector
privado, que prevé entre otros, sistemas de riego con reúso o de aguas residuales. Y también se
articula con el PSDI-MAyA que para el sub-sector riego establece lineamientos estratégicos y
programas, entre ellos el Programa de Reúso de Aguas Residuales para Riego Agrícola, desde
donde se implementarán proyectos piloto de tratamiento de aguas residuales para reúso en riego
agrícola, y se desarrollarán instrumentos y estudios enfocados al reúso de las aguas residuales.
En este marco, se desarrolló la Guía técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura,
que tiene como objetivo dar los lineamientos para el reúso seguro de aguas residuales tratadas y
no tratadas para riego agrícola, proporcionando también alternativas para su uso seguro a partir
de las buenas practicas agropecuarias, y así lograr una reducción de los riesgos de contaminación
de los productos y de los agricultores, que tienen efecto directo en la salud de la población.
De esta manera, esta Guía se constituye en una herramienta técnica para el personal de las
instituciones involucradas en temas de tratamiento y reúso de agua, y para apoyar en los
procesos de gestión de proyectos en esa materia. Su contenido tiene previsto fortalecer las
capacidades técnicas y apoyar la elaboración de proyectos de reúso de aguas tratadas, reduciendo
los riesgos potenciales de contaminación de suelos, cuerpos de agua superficiales y acuíferos y
preservar la salud de los trabajadores agrícolas que estén expuestos al agua y las cosechas, así
como de los consumidores finales de los productos regados con estas aguas.
La Guía aborda temas de calidad de las aguas, tratamientos complementarios, efectos en los
suelos, manejo de las aguas residuales a nivel parcelario, que a su vez incluye selección de cultivos,
recomendaciones para enfrentar los riesgos, y por otra parte están los temas de cuidados para la
salud y calidad de los productos.
26
7. Análisis del régimen competencial y el marco legal vigente
7.1. Análisis del régimen competencial y marco legal vigente sobre las
atribuciones y responsabilidades en cuanto al uso productivo de los efluentes
El uso productivo del agua residual viene dado por el reúso. A su vez, el reúso da la posibilidad de
aprovechar la disponibilidad del efluente en la cuenca. Sin embargo, el enfoque de reúso en
Bolivia no busca lograr una meta cuantitativa, es decir, no se busca alcanzar un número de
hectáreas regadas con aguas residuales; más bien el reúso pretende ser entendido como una
medida de adaptación al Cambio Climático. En este entendido, la promoción del reúso – desde el
nivel central del Estado – no está orientada al uso productivo, su importancia radica en el
cuidado y reducción de los riesgos de salud asociados a la práctica.
A pesar de esta visión sobre el reúso desde el nivel central del Estado, se reconoce también que la
gestión de las aguas residuales, sobre todo en contextos de escasez de agua, debe ser incorporada
como parte de la gestión del agua en su conjunto, es decir, considerar las aguas residuales como
una fuente alternativa de agua, que permita el intercambio de agua, los cambios de uso, etc.,
como respuesta a una necesidad real. También se reconoce que las aguas residuales ameritan un
trato especial debido a su calidad y su efecto en la salud, pero sobre todo estas aguas deben ser
consideradas como un potencial que se incorpora al conjunto de los recursos hídricos en la
cuenca.
En Bolivia, el uso de las aguas residuales para riego agrícola ocurre de manera informal.
Típicamente se tienen dos escenarios. Un primer escenario, denominado reúso indirecto de aguas
residuales, se trata de aguas residuales crudas o con tratamiento pobre que son vertidas en los
cuerpos receptores (ríos o quebradas) y dada su reducida calidad de agua, termina contaminando
las aguas que fluyen por el curso de agua. Este curso natural de agua se constituye a su vez en una
fuente tradicional de agua para riego, por lo tanto, los regantes utilizan las aguas del río para riego
que se encuentra afectada en su calidad. Este escenario es el resultado de la falta de cobertura de
tratamiento de aguas residuales en el país que ha propiciado la contaminación de los cuerpos
naturales de agua de manera general. Un segundo escenario, denominado reúso directo de aguas
residuales, se trata del efluente que proviene de una planta de tratamiento de aguas residuales;
este efluente es captado directamente por los regantes y es transportado y distribuido en un
sistema de riego para la producción agrícola (por ejemplo, el caso del efluente de la PTAR
Albarrancho en Cochabamba y del efluente de la PTAR Villa Carmen en Cliza). En este escenario, el
uso del efluente se da en un ámbito de informalidad en el entendido de que estas aguas no han
sido formalmente autorizadas para su uso en riego agrícola, puesto que el agua no es segura en
términos de calidad.
En ambos escenarios, el uso informal del agua residual para riego agrícola se da como
consecuencia de una falta de normativa que ordene el reúso. La falta de una normativa que
aborde el reúso de las aguas residuales tiene efectos negativos principalmente para la salud de la
27
población, puesto que al no existir un ordenamiento del uso del efluente, y principalmente control
de la calidad del agua para riego, existe el potencial de contaminar los productos regados con
estas aguas.
Por otra parte, en el país estaría dándose una fuerte presión sobre los municipios para que estos
traten sus aguas residuales, pero al mismo tiempo, no se tendría ningún mecanismo – desde el
nivel central del Estado – para asegurar que esto se efectivice de manera apropiada.
En el escenario actual, existe mucha permisividad respecto al uso de las aguas residuales para
riego agrícola, afectando la salud de la población de una manera dramática. Particularmente en
Cochabamba, esta situación es considerada “terrible”, puesto que los regantes no asumen
responsabilidad de las consecuencias negativas del uso del agua residual para los consumidores
de productos. Por su parte, las autoridades se desentienden de la situación, y tampoco asumen
su responsabilidad.
En el concepto de económica circular se plantea lograr cerrar el círculo de la gestión del agua,
donde el reúso estaría considerado como una oportunidad para lograr este objetivo. Dicho círculo
podría completarse con el tratamiento del agua residual y su vertido en un cuerpo receptor en
condiciones aceptables. Sin embargo, el hecho de contar con agua tratada, puede otorgarle al
agua ciertas características favorables para el reúso y su aplicación en riego agrícola. En este
entendido, se puede utilizar nuevamente el agua. Sin embargo, las responsabilidades asociadas a
cada alternativa son distintas. La discusión del Conversatorio 1 estuvo orientada a comprender
hasta dónde llegaba la responsabilidad del usuario del agua potable y el manejo de las aguas
residuales producidas. El Conversatorio 2 estuvo orientado a comprender cuales eran las
responsabilidades de los que reciben el agua residual para fines de riego. En este entendido, serían
dos partes del ciclo completamente diferentes, con responsables y responsabilidades distintas. Por
un lado, se tiene al “citadino”, con su derecho a recibir agua potable y con la responsabilidad de
devolver el agua al cuerpo receptor que tiene ciertas características, en las condiciones que dice la
Ley 1333. Pero el agua, puede tener otro lugar de disposición, no necesariamente el cuerpo
receptor, por tanto, el agua tendría otro uso, por ejemplo el riego, que no está contemplado en la
Ley. En este caso, entrarían en cuestión otros responsables y responsabilidades. Los regantes por
su parte tienen responsabilidades respecto al uso del agua, incluida la responsabilidad de darle un
valor productivo al agua, evitando así el malgasto y mal uso o su venta.
Si bien la primera parte, entendida como el uso del agua para fines de consumo humano, su
posterior tratamiento y vertido en cuerpos receptores en condiciones aceptables está definido en
la Ley 1333 (con sus deficiencias); la segunda parte, es decir, el reúso por parte del regante y sus
responsabilidades tiene vacíos normativos importantes. Así, el uso de las aguas residuales en la
agricultura en Bolivia se da sin autorización de ninguna instancia competente, y sin control de la
calidad del agua del efluente. Sin embargo, en el marco de los usos y costumbres que es
reconocido en la Ley 2878, los regantes acceden al agua y tendrían el derecho de uso de estas
aguas.
28
7.1.2. Ámbito competencial de las Entidades Territoriales Autónomas
En el ámbito competencial que rige el ordenamiento del país, los Gobiernos Autónomos
Departamentales tienen competencia exclusiva en proyectos de infraestructura departamental
para el apoyo a la producción, se entendería que esto incluye a los sistemas de riego para la
producción agrícola. Por su parte, los Gobiernos Autónomos Municipales tienen competencias
exclusivas sobre los sistemas de micro riego en coordinación con los pueblos indígena originario
campesinos. Destaca que es competencia exclusiva del Gobierno Municipal los sistemas de micro
riego, más no la asignación o autorización del uso del agua. También son competencia exclusiva
de los Gobiernos Municipales las plantas de tratamiento de aguas residuales.
En el marco legal vigente, la Ley 2878 de Promoción y Apoyo al Sector Riego, es el marco
normativo que ordena y regula el aprovechamiento de los recursos hídricos en las actividades
del riego para la producción agropecuaria y forestal, incluye la infraestructura e inversiones de
estas actividades, y el rol y funciones de instituciones públicas y privadas del sector riego.
Esta ley, en su génesis, estuvo orientada a proteger a los regantes de la potencial amenaza de la
liberalización del agua a través de 1) otorgar seguridad jurídica y reconocimiento del derecho de
usos y costumbres, 2) crear una institucionalidad, como instancia incorporada en el Estado pero
con la posibilidad de que la sociedad forme parte de la gestión pública, y 3) diferenciar el uso del
agua entre usuarios priorizando el uso del agua en comunidades campesinas, frente a aquellos
que no son campesinos.
Al adoptar, esta ley, el concepto de la gestión integral de los recursos hídricos en el espacio de la
cuenca, podría entenderse que el enfoque de reúso de aguas residuales forma parte de este
marco, y por lo tanto estaría incluido como elemento en la planificación de los recursos hídricos
dentro de la cuenca, contrariamente a la visión que se le quiere dar al reúso.
Por otra parte, en el marco de la Ley 2878, los regantes y sus organizaciones conformadas en
torno al uso del agua para riego están reconocidos y avalados, incluidas sus fuentes de agua para
riego y la infraestructura que forma parte del sistema de riego, a través del reconocimiento de
usos y costumbres.
7.1.3. De la autorización del uso y calidad del agua del efluente para riego agrícola
Respecto a la autorización del uso del efluente para riego agrícola, según la Ley 1333 de Medio
Ambiente, es el Prefecto, actualmente Gobernador, quien está facultado para autorizar el uso de
los efluentes de las PTARs, si la calidad es adecuada para fines de riego.
Respecto a la calidad del agua para riego a partir del cuerpo receptor, bajo las características
actuales, la clase D de la Ley 1333 (categoría más baja en cuanto a estándares de calidad), no
puede ser autorizada para su uso en riego. Según la ley mencionada, sería al menos la clase B la
que sería apta para su uso en riego. Sin embargo, en la actualidad, no existiría ninguna PTAR en el
territorio nacional con la capacidad de tratar las aguas residuales hasta una clase D, mucho menos
29
hasta una clase B. En este sentido, y en el marco de la Ley 1333, la calidad de agua es muy estricta,
y por tanto obstaculiza su reúso en riego agrícola.
Respecto al uso de efluentes para riego, la Ley 2878 de Promoción y Apoyo al Sector Riego no
aborda la calidad del agua para riego de ninguna manera; tampoco aborda de manera directa la
asignación o autorización de los efluentes para riego, y mucho menos aborda el reúso de las
aguas residuales para el sector riego.
No obstante, en el marco de la Ley 2878, se reconocen los usos y costumbres, como elemento
esencial para la gestión del agua para riego en el país. Los usos y costumbres deben ser entendidos
como una práctica antigua, reconocida en la comunidad y no forzada, a través de la cual el acceso
al agua de una fuente por parte de los regantes estaría reconocido formalmente. Este
reconocimiento no requiere de mayor formalidad, es decir, no será necesario que el
SENARI/SEDERI – como autoridades competentes – otorgue un documento donde indique el
reconocimiento de la fuente de agua para un sistema de riego. Así, los usos y costumbres se
constituyen en el mecanismo suficiente para asumir los derechos de uso del agua para riego,
independientemente del tipo de fuente de agua y su calidad.
Bajo este argumento, por usos y costumbres los regantes adquieren los derechos de uso del
efluente de una PTAR (caso Albarrancho dentro del Sistema de Riego No. 1 de la Angostura) y la
Ley 2878 a través del reconocimiento de los usos y costumbres otorga a los regantes el derecho
de uso de las aguas para riego, es decir, reconoce y avala el uso del agua residual proveniente de
las PTARs.
En la práctica, ese “alguien” que estaría autorizando el uso del agua residual para riego – no sería
el Gobernador conforme a la Ley 1333 – serían los mismos regantes avalados por el
30
reconocimiento de sus usos y costumbres que les confiere la Ley 2878. Si bien los regantes
conquistan su derecho al uso de los efluentes (ya sea del río de forma diluida o directamente de la
PTAR) por usos y costumbres, la práctica se realiza al margen de que los efluentes no cumplen con
la calidad de agua para riego y ponen en riesgo la salud de los mismos regantes y de los
consumidores de productos.
Ante esta situación, el SENARI y los SEDERIs no estarían facultados para otorgar formalmente, es
decir en el papel, el reconocimiento o registro de una fuente de agua constituida por el efluente
de una PTAR. Sobre lo indicado, se conoce que diferentes asociaciones de regantes habrían
intentado obtener el registro de la fuente de agua siendo esta un efluente, lo que les ha sido
negado por el SENARI/SEDERI. En este entendido, no se podría otorgar el registro de la fuente de
agua de un vertido, pero contradictoramente sí cuando el efluente está en el cuerpo receptor, sin
importar la calidad del agua. Este aspecto complicaría el mecanismo de salida (o flexibilización)
para la aplicación de la Ley 1333 respecto al reúso.
La Ley 2878 ha creado la institucionalidad para la gestión del agua de riego, a través del SENARI y
los SEDERIs, que debieran funcionar como instancias participativas de la sociedad ante una falta
de autoridad del agua. En sistemas de riego establecidos, con organización de usuarios,
reglamentos, personería jurídica, etc., el SENARI/SEDERI tendría la capacidad de reconocer y
registrar las fuentes de agua. Como se ha manifestado en la sección precedente, en la práctica el
SENARI/SEDERI se ve impedido de registrar las fuentes de agua que provienen de PTARs,
desconociendo de esta manera el uso de los efluentes para riego agrícola en los sistemas de
riego.
31
riego donde el efluente es la única fuente de agua para riego. En la práctica, los regantes se sirven
de la seguridad jurídica que les otorga la Ley 2878 a través de los usos y costumbres, y que en
teoría no requiere de un documento formal. En algunos casos, hasta se considera este documento
de reconocimiento formal como innecesario y “relativo”, y prevalecen los usos y costumbres en
los acuerdos y negociaciones por el agua. Esta situación expone las debilidades de la ley en cuanto
a su aplicación y relevancia.
La Guía Técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura (publicada por el MMAyA el
2018), se constituye en el instrumento que facilita el uso en riego de los efluentes después de la
salida de la PTAR.
La Guía Técnica procura reconocer la realidad del país que asume que el agua no está en óptima
calidad para su aplicación directa y uso irrestricto en riego, y está enfocada al uso seguro del agua
residual en base a las directrices de la OMS y al aspecto agronómico relacionado con agua
residual. En ausencia de un marco legal para el reúso de efluentes en riego agrícola, la Guía
Técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura permite contar con al menos las
medidas prácticas inmediatas para la protección de la salud pública, a través de su aplicación por
parte de los regantes. En este sentido, la Guía Técnica es un avance importante, y de aplicación
práctica para los agricultores.
Sin embargo, el desafío que aún se tiene estaría relacionado con poder llegar a los regates y a su
vez asegurar la aplicación de las recomendaciones establecidas en la Guía Técnica. Para llegar a los
regantes existen los niveles central, departamental y municipal. Por un lado, el MMAyA a través de
la gestión de recursos, podría llegar a los regantes, pero quien debiera implementar las
recomendaciones de la Guía Técnica a nivel local tendría que ser el municipio, dadas sus
competencias y responsabilidades. A pesar que el municipio no tiene la facultad de asignar los
derechos de uso de los efluentes (en el marco legal vigente), los regantes están en su jurisdicción
de nivel municipal (ocupan territorio, son pobladores del municipio, los productos son
comercializados a nivel de municipio). Por tanto, de manera práctica debiera ser el MMAyA quien
asegure que la Guía Técnica sea de cumplimiento obligatorio, por su parte el municipio debiera
controlar que los regantes la apliquen. Se podrá implementar acciones en proyectos piloto,
principalmente en las nuevas PTARs donde el reúso directo forma parte de su esquema.
32
Respecto a la eficiencia del uso del efluente, en el marco de la Ley 2878 y su Reglamento que
ordena el sector riego, se hace referencia a la eficiencia del agua para riego en cuatro artículos.
Art. 5.- (de la Ley): “(…) La cuenca hidrográfica es la unidad geográfica, considerada como
unidad de planificación y gestión de los recursos hídricos en el país, su manejo y
protección debe conducir al mejoramiento de la eficiencia y calidad de sus recursos
hídricos el manejo de la cuenca hidrográfica y su protección debe conducir al
mejoramiento de la eficiencia y calidad de los recursos hídricos”.
Art. 1.- (del Reglamento: “(…) tiene por objeto reglamentar la gestión de los sistemas de
riego respecto a la administración y manejo de la infraestructura, el respeto y
establecimiento de servidumbres y gestión de proyectos de riego, orientada a mejorar la
eficiencia y equidad, de acuerdo a lo establecido en la Ley N° 2878 de 8 de octubre de
2004 — Ley de Promoción y Apoyo al Sector Riego para la Producción Agropecuaria y
Forestal.”
Art. 7.- (del Reglamento): “Los proyectos de mejoramiento de sistemas de riego que
promuevan cambios en la gestión, deberán realizarse de común acuerdo con los pueblos
indígenas y originarios, comunidades indígenas y campesinas, asociaciones de regantes,
organizaciones y sindicatos campesinos, pequeños productores agropecuarios y forestales
y otros usuarios agropecuarios, buscando eficiencia y equidad en el acceso y uso del
recurso”.
Art. 19.- (del Reglamento): “Los SEDERI y SENARI promoverán políticas Departamentales
y Municipales que incentiven cambios en los sistemas de riego, con el objetivo de lograr
un mejor uso del agua para riego, así como de promover la sostenibilidad, equidad y
eficiencia en el marco de la autogestión”.
Particularmente el artículo 19, arriba mencionado, promociona el uso eficiente del agua para
riego, y sería el SENARI y los SEDERIS los responsables de la promoción de políticas a nivel
departamental y municipal para incentivar cambios en los sistemas de riego con miras a mejorar la
eficiencia del uso del agua. En la práctica, el reúso de las aguas residuales carece de control en
cuanto a su eficiencia de aplicación, y su gestión dentro de los sistemas de riego es de total
responsabilidad de los regantes. Además, los artículos arriba mencionados, a propósito de la
eficiencia, no establecen de manera clara la forma de evaluar dicha eficiencia, lo que se constituye
en un vacío importante, no solo en la situación actual sino también a futuro.
33
Un estudio comisionado por el Banco Mundial que se realizó en La Paz, mostró que los regantes se
oponían a brindar información y a que se realice algún estudio sobre niveles de trazabilidad.
Además, se encontró que en la forma de comercialización que se tenía era imposible determinar la
trazabilidad, puesto que los productos regados con efluentes se mezclan con el resto de
productos. Esta situación pone en evidencia una vez más la ausencia de control. Tanto el
Ministerio de Salud como los municipios (en sus mercados) tendrían responsabilidad de realizar
los controles, pero desde el momento en que no se sigue un único camino, es prácticamente
imposible conocer el origen de los productos.
Sin embargo, el mismo estudio mencionado, encontró también que habría predisposición por
parte de los regantes a pasar de una informalidad de la práctica del reúso a un esquema
planificado de reúso, incluyendo la mejora en la calidad del agua. Bajo esta lógica, habría que
pensar en un agricultor dispuesto a apoyar las mejoras de las condiciones de uso de las aguas
residuales. Indudablemente, los regantes tendrían un interés en recibir mayor asistencia técnica
para mejorar sus cultivos, dado que las consecuencias de la mala calidad del agua de riego y su mal
manejo la sufren ellos mismos. Debe reconocerse también que en las condiciones actuales, los
regantes no cuentan con información sobre la calidad del agua que les llega a sus parcelas, por
tanto es difícil que ellos puedan tomar medidas preventivas. Por otro lado, los regantes carecen de
asistencia técnica respecto a los métodos más adecuados para aplicación del efluente, y sobre los
tipos de cultivos recomendados. Se deberán incorporar incentivos que promuevan la aplicación de
la Guía Técnica. Por ejemplo, ofrecer capacitación continua para los regantes respecto a la calidad
del agua de riego, proveer a las Asociaciones de Regantes de equipos sencillos de fácil operación
para medir parámetros básicos in situ que les permita conocer la calidad del agua, otorgar
“recompensas” (ej., provisión de semillas, fertilizantes, equipo agrario, etc.) y reconocimiento a las
Asociaciones de Regantes que realicen “buenas practicas” en el uso de efluentes.
34
justamente la disponibilidad de agua en cantidad, por lo tanto habrá que repensar el
planteamiento sobre el uso productivo del agua residual.
En el escenario actual del uso de las aguas residuales para el riego agrícola, se identifica la
total falta de control por parte de las autoridades en todos los niveles y en todos los
ámbitos. La excesiva permisividad en el uso de las aguas residuales para el riego agrícola
pone en riesgo de manera dramática la salud de la población. Esta situación es el resultado
de los vacíos normativos en las leyes vigentes, específicamente la Ley 1333 y la Ley 2878
respecto a elementos tales como: la calidad del agua del efluente adecuada para riego; la
autorización para el uso de efluentes; el control de los efluentes en términos de cantidad y
sobre todo calidad; las responsabilidades de los regantes respecto al cuidado de la salud
de los consumidores de productos regados con efluentes y respecto a la aplicación de la
Guía Técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura; y el control por parte de
las autoridades para proteger la salud pública, entre otros.
Si bien la Ley 1333 hace referencia marginal al tema de reúso, deja vacíos normativos
importantes, sobre todo en lo que respecta a la calidad del agua para riego. En la forma
actual de la Ley 1333, la calidad del agua para riego óptima sería la correspondiente a
clase B, que estaría muy próxima a la calidad de agua potable, lo que no es realista para
las PTARs en su condición actual. Por su parte, la Ley 2878 no hace referencia al reúso del
agua residual en absoluto, menos aún hace referencia a la calidad del agua para riego. Se
comprende que ninguna de estas leyes estuvo orientada a considerar el reúso de las aguas
residuales dentro de su ámbito de aplicación y ordenamiento. No obstante, como
consecuencia de los vacíos normativos de ambas leyes respecto al reúso, se tiene un uso
del agua residual de manera anárquica, con efectos importantes en la salud de la
población. Es necesario encaminar medidas que permitan resolver los vacíos identificados,
de lo contrario se estaría aceptando la anarquía actual.
35
imposibilita al Gobernador para que autorice el uso de efluentes para riego. Por su parte,
en el marco de la Ley 2878, el SENARI y los SEDERIs no pueden reconocer en los hechos a
las fuentes de aguas provenientes de las PTARs, de igual manera debido a que la calidad
del agua de los efluentes no cumple con la normativa. Sin embargo, por usos y
costumbres, la Ley 2878, reconoce el derecho de uso de cualquier fuente de agua de la
cual se sirve un sistema de riego, incluyendo el efluente de la PTAR. Así, es a través de los
usos y costumbres – reconocidos por la misma ley – que se constituyen en el mecanismo
suficiente para que los regantes adquieran los derechos de uso del agua para riego,
independientemente del tipo de fuente de agua y su calidad. Los usos y costumbres
además descartan la necesidad de contar con un registro oficial (un documento) de
reconocimiento de la fuente de agua otorgado por el SENARI y los SEDERIs. En este
sentido, se pierde el propósito de contar con un registro oficial de las fuentes de agua para
riego.
8. Conclusiones
Este documento contiene la revisión del marco normativo respecto al uso productivo del agua
vigente en el territorio nacional, como también de los planes y políticas nacionales para el sector
riego, que incluyen el reúso de aguas residuales para dicho sector. Asimismo, retoma algunos
elementos del marco normativo revisado en el Informe 1, que tiene relación con la gestión y
tratamiento de las aguas residuales.
Así, se realizó el análisis del régimen competencial y marco legal vigente sobre las atribuciones y
responsabilidades de las Entidades Territoriales Autónomas, de los regantes y sus organizaciones
36
en cuanto al uso productivo de los efluentes de las PTARs, cumpliendo con el objetivo 3 del
presente Estudio. Como parte del análisis se recogió también la discusión sostenida entre un
grupo de expertos que tuvo lugar en el Conversatorio del 24 de mayo 2019.
La ley vigente con referencia al tratamiento y control de vertidos de las aguas residuales
(Ley 1333 de Medio Ambiente) y con referencia al uso del agua para riego (Ley 2878 de
Promoción y Apoyo al Sector Riego) no han sido formuladas, ni están orientadas al reúso
del agua residual; sin embargo, la práctica de reúso para riego agrícola se da de facto, es
decir, sin ajustarse a la normativa jurídica vigente, y poniendo en alto riesgo la salud de la
población.
El reúso de las aguas residuales para riego agrícola tiene varias implicaciones, desde el
tratamiento mismo de las aguas residuales, que deberá considerar además un tratamiento
bacteriológico, hasta el control de la calidad del agua del efluente, para reducir los riesgos
a la salud. En este sentido, la Ley 1333 no promueve el reúso, más bien se la considera un
“cuello de botella” para la promoción del reúso, ya que imposibilita la aplicación del
efluente bajo los estándares de calidad de agua actualmente estipulados en la norma.
La Ley 2878, respecto a la promoción del reúso del agua residual para uso productivo es
similar a la Ley 1333, en el entendido que se constituye en otro “cuello de botella”, ya que
en su forma actual no aborda el reúso y mucho menos lo promueve. Por ejemplo, dicha
ley no toma en cuenta que la PTAR tiende a incrementar su volumen de oferta de agua, en
contraposición de lo que sucede en otras fuentes de agua, donde la tendencia es a
disminuir los volúmenes ya que la fuente está condicionada a factores de variación
climática. Adicionalmente, el efluente de una PTAR es una fuente de agua disponible
continuamente. Estos aspectos ponen de manifiesto los vacíos normativos respecto al
reúso del agua residual y su aplicación en riego agrícola.
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tomando en cuenta la asignación de los efluentes, tanto en términos de volumen como en
calidad, incluyendo el control de la calidad del agua del efluente para su aplicación segura
en riego.
Por su parte, actualmente, los regantes se organizan en torno al efluente siguiendo los
mismos patrones de organización que se tienen para otras fuentes de agua, es decir, no
existiría una diferencia por tratarse de efluentes que provienen de una PTAR para el tema
de la organización de regantes. Al tratarse de efluentes con calidad de agua que no
cumpliría la ley, los regantes se ven impedidos de formalizar su registro de la fuente de
agua, es decir, del efluente de la PTAR. No obstante, los usos y costumbres les otorga a los
regantes el reconocimiento jurídico de su derecho a utilizar los efluentes, al margen de su
reconocimiento formal otorgado por el SENARI y los SEDERIs, lo que evidencia la
contradicción en la misma ley.
Entre tanto se elabore un marco legal para el reúso de las aguas residuales para riego
agrícola, se deberá al menos tomar las medidas prácticas inmediatas para la protección de
la salud pública, a través de la aplicación por parte de los regantes de la Guía Técnica para
Reúso de Aguas Residuales en Agricultura. Esta guía debe ser considerada como una
herramienta importante que permitirá mejorar las condiciones de producción y
comercialización de productos regados con aguas residuales. Queda pendiente lograr que
este avance – contar con una guía técnica de fácil aplicación – se plasme en campo, para
lo cual se propone el desarrollo de capacidades (difusión de las herramientas, aplicación
en parcelas demostrativas con municipios seleccionados, proyectos piloto, etc.).
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Referencias
MMAyA: Ministerio de Medio Ambiente y Agua (2013). Sistematización sobre tratamiento y reúso
de aguas residuales. ISBN: 978 - 99974 - 807 - 2 – 9.
MMAyA: Ministerio de Medio Ambiente y Agua. (2017). Plan Sectorial de Desarrollo Integral del
Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
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Leyes revisadas:
Planes revisados:
3. Agenda Patriótica
4. Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien de Medio Ambiente y Agua (2017)
5. Agenda del Riego 2025
6. Guía Técnica para el Reúso de Aguas Residuales en la Agricultura (2018)
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