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El Pabellón de

Barcelona
MENOS ES MÁS

MIES VAN DER ROHE

Admin
El Pabellón alemán fue diseñado por Ludwig Mies Van Der Rohe y Lilly Reich en el
año 1929 como la obra de representación alemana para la Exposición Internacional de
Barcelona celebrada en Montjuic ese mismo año. El Pabellón se concibió como un
recinto de modestas dimensiones y refinados materiales. Vidrio, acero y cuatro clases
de mármol, estaban destinados a albergar la recepción oficial presidida por el rey
Alfonso XIII junto a las autoridades alemanas. La originalidad en el uso de los
materiales siempre destacada en la obra, no radica en la novedad de los mismos sino
en el ideal de modernidad que representaban y su aplicación rigurosa, en cuanto a su
geometría, de la precisión de sus piezas y de la claridad de su montaje.

Construido en 1929 para la exposición, estuvo en pie unos pocos meses,


desapareciendo en enero del año siguiente, sin embargo, debido a su enorme
atractivo, se puso en práctica la construcción de una réplica. Oriol Bohigas en 1980 fue
el impulsor de esta iniciativa desde la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de
Barcelona. Fue así como se asignó a Ignasi de Sola-Morales, Cristian Cirici y
Fernando Ramos como los arquitectos a cargo de la investigación, diseño y dirección
de la reconstrucción iniciada en 1983. El
nuevo edificio se inaugura en su
ubicación original en 1986.

El Pabellón define sus espacios


mediante el juego ortogonal de planos
desplazados, los muros se disponen de
tal modo que generan una absoluta
fluidez espacial al interior del edificio.
-Foto exterior Pabellón-
Amplios ventanales continuos dibujan el
límite exterior, declarando así la transparencia, la idea de libertad y progreso que la
República Alemana buscaba reflejar en su momento.

Una visión del total nos pone en cuenta del carácter horizontal de su diseño, el
basamento, los grandes voladizos de la cubierta, unido a sus proporciones, exacerban
esta condición. La ligereza de las columnas de acero que relacionan estos planos le
otorgan un carácter etéreo, dando un efecto de ingravidez.

La obra está constituida por tres recintos, un patio de recepción, un núcleo edificado y
un patio trasero.
-Planta Arquitectónica-

El patio de recepción, claramente ubicado en el acceso principal del pabellón, contiene


un gran espejo de agua rectangular, de escasa profundidad que emplea más que un
simple elemento decorativo, da una sensación y percepción diferente, al estar definido
o rodeado de paredes. Proporciona un estado de tranquilidad absoluta, dando un
toque demasiado moderno, casi como minimalista al acceso, que consta de una
entrada de cristal, material que podemos ver en toda la construcción.

En el núcleo edificado podemos observar como el arquitecto tiende a evitar todo lo que
en algún momento se sintió como norma de construcción, utilizando en su diseño
espacios no delimitados como tal, sino que solo son un conjunto de muros que pueden
sin más ser usados para guiar a la gente. Muros hechos de materiales
extremadamente llamativos y de alta “nobleza”, pues podemos ver la utilización de
cuatro tipos de mármol que recubren la armazón metálica del edificio: travertino
romano, mármol alpino verde, mármol antiguo verde de Grecia y ónice dorado de las
montañas Atlas, en África. Una pureza de formas que caracterizan su disposición y
diseño.

En el patio trasero, que se encuentra cerrado por una pared, se presenta una poza de
agua pequeña, dispuesta sobre ella se encuentra la estatua Alba, de Georg Kolbe. La
imagen de la estatua se proyecta múltiples veces sobre reflejos del agua, los cristales
o el mármol.

Ambos cuerpos de agua de


mínima profundidad, con gravilla
cubriendo el fondo.

El pabellón de Barcelona, tiene rasgos muy característicos,


- Estatua Alba, de Georg Kolbe -
que talvez en nuestra actualidad observamos como comunes,
pero sí pensamos que esta gran obra arquitectónica, fue concebida hace casi un siglo,
lugar temporal en el que su estilo arquitectónico que hoy se llama moderno, no era tan
reconocido y que afortunadamente tuvo el reconocimiento que se merece, pues es
digno de admiración, claramente tiene similitudes con otras grandes obras que vienen
antes o después, pero Mies supo hacer que algo tan sencillo de describir oralmente,
fuera todo lo contrario edificado.

La característica que más me llama la atención de este Pabellón, es la colocación de


muros, están hechos y construidos, de tal forma que, aunque los espacios no están
delimitados como tal, sigue habiendo una separación, sigue teniendo esa identificación
de donde un espacio empieza y otro termina, cosa que podemos ver mucho en la
actualidad, pero muchas veces no es empleado de forma correcta, perdiendo limites
espaciales.

Sin duda una obra arquitectónica extremadamente bella.

WEBGRAFÍA
https://www.archdaily.mx/mx/02-69314/clasicos-de-arquitectura-el-pabellon-aleman-
mies-van-der-rohe/iphilipp
https://miesbcn.com/es/el-pabellon/
https://www.youtube.com/watch?v=l0Htg8f5IFE

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