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FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Autor:

Jeanne Rizek García

Tutor:

Madrid, España 2020

ÍNDICE
Introducción..............................................................................................................................5

Justificación...............................................................................................................................8

CAPITULO I.............................................................................................................................9

Marco Teórico...........................................................................................................................9

Apego.................................................................................................................................................9
Tipos de apego................................................................................................................................12
Adicción...........................................................................................................................................15
La relación entre los tipos de apego y la adicción a sustancias...................................................25
CAPITULO II.........................................................................................................................33

Metodología.............................................................................................................................33

Objetivos..................................................................................................................................36

CAPITULO III........................................................................................................................37

Discusión..................................................................................................................................37

Referencias...............................................................................................................................40

Resumen
El abuso y la adicción a las drogas se han convertido en las últimas décadas en uno de los

primeros problemas de salud pública para la sociedad actual, por lo tanto el problema de las

conductas adictivas ha generado preocupación en los últimos años y esto ha servido como

motivación para proponer varias concepciones desde diferentes campos y estudios, además de

dar una explicación y propuestas de intervenciones que fomenten la seguridad sobre la

adicción a sustancias; en compañía de la Teoría del Apego que también es considerada uno de

los estudios y temas de investigación más productivas y relevantes dentro del campo de la

psicología, ya que se enfoca en las relaciones y vínculos sociales y emocionales para el

desarrollo de la personalidad a lo largo del ciclo vital, especialmente en la etapa infantil y

adolescencia, y en conjunto de estos importantes estudios para consolidar dicha conclusión ,

por ende este trabajo se enfoca en investigaciones y fuentes bibliográficas confiables sobre

temas relacionados a la psicología, con el fin de sustentar conceptualmente la explicación

entre la relación entre los tipos de apego y la adicción a las sustancias y a su vez ofrecer a los

futuros profesionales que estén interesados en continuar y aportar nuevos y renovados

estudios.

palabras claves: apego, tipos de apego, adicción, adicción a sustancias, relación entre

apego y adicción.

Abstract
Drug abuse and addiction have become in the last decades one of the first public health

problems for today's society, therefore the problem of addictive behaviors has generated

concern in the last years and this has served as a motivation to propose several conceptions

from different fields and studies, besides giving an explanation and proposals of interventions

that promote safety over substance addiction; in company of the Theory of Attachment which

is also considered one of the most productive and relevant studies and research topics within

the field of psychology, since it focuses on relationships and social and emotional bonds for

the development of the personality throughout the life cycle, especially in the child and

adolescent stage, and together with these important studies to consolidate such conclusion ,

Therefore, this work focuses on research and reliable bibliographic sources on topics related

to psychology, in order to conceptually support the explanation between the relationship

between types of attachment and substance addiction and in turn offer future professionals

who are interested in continuing and providing new and renewed studies.

keywords: attachment, types of attachment, addiction, substance addiction, relationship

between attachment and addiction


Introducción

En el presente trabajo de compilación bibliográfica, abordaremos las generalidades e ideas

fundamentales de la teoría del apego. Haremos una introducción al origen y desarrollo de la

misma.

Los primeros responsables de la construcción del sujeto serán los padres o quienes represente

a la figura parental; donde sus funciones se basarán en: protección, seguridad, enseñanza, la

instancia organizada en torno a la ley, ingreso al campo social, desarrollo personal,

psicológico, afectiva, emocional, entre otras funciones simbólicas, que de alguna manera

permite convertirlo en sujeto social, lo que más adelante en conjunto de experiencias o

vivencias, ideologías, y conciencia permitirá diferenciarse de otros sujetos y encontrar su

particularidad como individuo o actor social; las instituciones educativas también forman

parte de este proceso de construcción donde reforzará su desarrollo cognoscitivo, integral,

social y también autónomo y es que el espacio educativo ofrece herramientas y oportunidades

de desarrollo donde el estudiante puede extender o explorar su imaginación o creatividad;

elementos importantes para la formación escolar y personal. La familia y escuela son los

primeros agentes activos importantes y elementales para la construcción y formación del

sujeto, y por ende tienen la función de preparar al infante para que sean proactivos de la

sociedad. Medina (2018) comenta que la familia es el centro más importante. Es un conjunto

de personas unidas que comparten un propósito de vida donde existe una promesa entre ellos

y es donde se fomenta el apego primario, así también, donde se aprenden las conductas y a

formar relaciones sociales.

Cuando los niños no son capaces de afrontar sus problemas de manera efectiva, el

comportamiento de ellos puede tener consecuencias negativas, tanto en la de su familia

como en la sociedad, ya que no saben enfrentar las dificultades que puedan presentarse en el
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momento de forma asertiva y esto se propaga en el ámbito emocional (Della, 2015). Tienen

dificultades para relacionarse con los demás, llegan a devaluarse a sí mismo y atropellar a

los otros, siendo vulnerables a la sociedad, además buscan una relación en la cual se ven

rodeadas de desconfianza (Campos & Castillo, 2014). En distintas investigaciones, varios

los autores refieren que en la etapa infantil es de suma importancia que su vínculo afectivo

debe estar conformado por agentes sociales positivos ya que son cruciales para el bienestar

del niño porque brindan confianza y seguridad en el entorno, sobre todo en la niñez que son

más vulnerables a problemas sociales emergentes, y el acompañamiento adecuado serán de

escudo y factor de protección ante los agentes externos negativos para el infante.

Por otro lado, Moreno (2013) habla de que se ha perdido la costumbre de las familias

tradicionales, familias que se encuentran en otras realidades inestables: padres ausentes o que

abandonaron a sus hijos, siendo esto la causa principal para que los niños y los adolescentes

adquieran vida propia desde que son pequeños... con mucha soledad no dejando que estos

cursen las etapas tradicionales de la vida. Distintas causas familiares como las relaciones

conflictivas de los padres; una percepción deteriorada de las figuras paternas; la carencia de

reconocimientos de los logros; la oposición del adolescente a entender los valores

transmitidos por los padres y la falta de límites, resultaron ser variables familiares

significativamente asociadas al consumo de alcohol y drogas (Fantin & García, 2013).

Se tiene conocimiento que son varios los factores que influyen para el consumo y

dependencia de sustancias legal o ilegal entre ellas se encuentran, el ámbito familiar

desestructurado, funciones parentales lábiles, y conflictivo, y estas determinantes aumentan el

riesgo de la dependencia en la adolescencia; actualmente la imagen familiar tradicional ha

evolucionado notablemente, como madre o padres solteros, parejas con hijos de relaciones

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anteriores, parejas del mismo sexo, hijos adoptados, familias pequeñas y padres más

tolerantes y flexibles; se tiene la creencia que la familia moderna ha sido el factor de riesgo

para el abuso de sustancias, sin embargo varias investigaciones refiere que incluso si se ha

visto modificada la familia presentando nuevos estilos de crianza, sus funciones primordiales

debe permanecer, que es la de satisfacer necesidades, constructor de identidad personal,

afectiva y social, brindar afecto y apoyo a los hijos, lo que llega a convertir a la familia en un

factor de protección de adicciones a sustancias.

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Justificación

La familia, desde la perspectiva psicológica, es un verdadero agente activo del desarrollo

social y emocional en el sujeto ya que cumple funciones importantes, como un sano

crecimiento en las conductas de comunicación y simbolización; donde se construyen sujetos

que puedan hacer frente a situaciones de riesgo, estresantes o conflictivas, demostrando que

poseen bienestar psicológico frente a dichas situaciones angustiantes; por lo tanto, en la etapa

infantil, los padres o cuidadores garantizan que se produzca adecuadamente los procesos

psicológicos como: la identidad de yo, autonomía, proceso de socialización, entre otros. Es así

que, si la persona en su etapa inicial ha recibido un vínculo social, emotiva y afectiva intensa,

positiva y duradera, esto puede ser un elemento favorecedor frente al rechazo de adicciones.

Por lo tanto la producción del presente trabajo investigativo tiene como propósito enfocarse a

diversas concepciones teóricas en referencia a la relación entre la adicción a sustancias y en

los distintos tipos de apego en el sujeto; donde la función del apego es proporcionar

protección, seguridad, enseñanza-aprendizaje, favorecer el desarrollo social, y fomentar la

salud mental y física, al infante; y dicha relación entre el infante y el cuidador/a puede ser

favorecedora o perjudicial para el desarrollo personal, social, emocional y psicológico.

Lo importante es comenzar a interrogarse con el apoyo de los estudios y resultados obtenidos

por investigación bibliográfica, la relación entre la adicción a sustancias, estilos de crianza y

los diferentes tipos de apego, ya que este estudio permite dar apertura a nuevas concepciones

desde la psicología para desarrollar estudios de formación continua para brindar aportes que

favorezcan el desempeño catedrático.

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CAPITULO I
Marco Teórico

Apego

El apego se puede denominar como la necesidad de crear una vinculación, se va creando

desde que se nace, y esto es lo que determina la relación que tiene el bebé en su entorno, la

cual influye en las interacciones humanas, y este favorece a la autonomía, control

emocional, autoestima e independencia. (Luyten, Bateman, Gergely, Strathear, Target &

Allison, 2010). Bowlby (Citado por González, Ysern, Martonell, Matéu & Barreto, 2011)

denomina el apego como la forma de conducta que tiene una persona al obtener proximidad

entre dos personas, se acompaña con la búsqueda y el mantenimiento de cercanía y esto

defina la seguridad del individuo sobre sí mismo.

Desde la perspectiva psicológica hará referencia a que el apego inicia desde la infancia en que

el niño se siente emocionalmente apegadas de los cuidadores primarios y estas respuestas

sociales se trasforman en lazos o vínculos afectivos que se establecen los primeros

sentimientos: positivos (afecto, confianza, seguridad) o negativos (miedo, pérdida, abandono,

inseguridad), el infante requiere de la necesidad de apego ya que al estar indefenso al mundo

social necesita y depende de otro ser para poder sobrevivir, donde la madre o la figura

protectora o cuidadora ofrecerá seguridad, confort y protección al infante. Por lo tanto, es

necesario que, en los primeros años de vida del sujeto, el niño tenga una figura de apego

significativa en su vida; mayormente es la madre que cumple con las demandas o necesidades,

en el caso que no esté presente o disponible para cumplir la función, dicha tarea puede ser

realizada por otro sustituto que despeche el rol o función. La teoría del Apego según Bowlby,

habla de ser el primer enfoque sobre el apego, estableciendo que la relación de apego tiene

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mucho énfasis en la composición de la personalidad del niño, lo que conlleva que sus

relaciones tempranas sean íntimamente ciertas por las capacidades sentimentales de su

cuidador (citado por Collins & Read, 1990).

La teoría del apego dice que los seres humanos mostramos una predisposición a desarrollar

la cercanía con las personas que nos cuidan para conseguir seguridad por medio del contacto

con un individuo, desde el nacimiento (Bowlby, 1976). Según Moneta (2014) el apego

permite asegurar un adecuado desarrollo cognitivo y mental del niño que llegará a ser adulto,

los vínculos primarios pasan a ser de primera importancia en la vejez. Los primeros meses

de vida, el periodo sensitivo es la mejor vía de interacción del infante con la madre o el

cuidador, entre esas se encuentra entre la mirada madre-hijo, al momento de la lactancia lo

que provoca el contacto piel a piel, hablarle o caricias, lo que genera respuestas al infante y

estas interacciones son primordiales para el inicio del apego.

Bowlby (citado por Barbi, 2015), comenta que en cuanto las relaciones emocionales se van

creando, el apego emocional une al niño con su cuidador, ayudando a formar un vínculo

afectivo de manera segura, siendo una conducta estable lo cual los ayuda a conservar la

cercanía con esta persona que ve diferente del entorno con otras personas del mismo.

El apego en la infancia es necesario porque desarrolla en el niño patrones de confianza y así

mismo en seguridad en uno mismo y en los demás, además tiene mejor autorregulación,

conducta verbal, buena disposición de las reglas y límites, interacción social por medio del

juego con sus cuidadores o sus pares y relaciones afectuosas positivas.

Si los padres son muy permisivos esto lleva a la percepción de haber crecido sin límites ni

guía parental durante la niñez; El rechazo hacia los padres los lleva a sentimientos de

dependencia y rencor hacia las figuras cercanas, formando un trauma infantil que básicamente

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son aquellos recuerdos de haber sido maltratado por parte de las figuras de apego durante la

infancia (Villalba, 2014).

En el caso que el vínculo familiar no responda adecuadamente a las funciones que debe

brindar al infante, está puede presentarse aspectos negativos como mostrarse desvinculado de

la madre, y así mismo perjudicar en el desarrollo infantil; las áreas social, emocional,

cognitivo y conductual y personal.

Por eso es importante del apego familiar positivo ya que favorece y posibilita el desarrollo

integral y personal, además que la familia le otorga al infante las piezas necesarias para el

inicio de la busca de su identidad.

Zimmerman y Becker-Stoll (2002) señala:

Los adolescentes que crecen en una familia con un apego seguro, con posibilidad

para tratar abierta y directamente los conflictos, tendrán más probabilidades y

facilidades para llegar al estadio de logro de identidad, mientras que la existencia

de un apego inseguro se asocia al estado de difusión de identidad. (p.72)

Por lo tanto, se afirma que la familia es sustancial en la etapa infantil ya que permitirá

desarrollarse apropiadamente, y a convertirse en sujeto proactivo a la sociedad, además de

ello una adecuada dinámica y apego familiar que serán los ingredientes protectores del sujeto;

sin embargo si no se efectúa adecuadamente los procesos, en la etapa de la adolescencia se

verá reflejado con mayor impacto aspectos negativos que puedan ser perjudiciales ya que se

atraviesa cambios significativos en su cuerpo y mente, entre ellos se encuentra conflictos

como la difusión de identidad, el no saber cómo encajar en la sociedad o no poder enfrentar

los desafíos y oportunidades que puedan presentarse.

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Tipos de apego

Ainsworth, creó estrategias dadas las influencias de Bowlby, para observar la

relación entre el recién nacido y su cuidador, construyendo las clasificaciones de

apego tales como: apego seguro y apego inseguro, creando la categoría denominada

en laboratorio “situación extraña”, la cual evalúa la calidad de trato entre el bebé y la

madre, y que influencia tiene en la conducta con el entorno de acuerdo a la

separación del vínculo primario y sus efectos psicológicos, luego pudo perfeccionar

las clasificaciones dividiendo el apego inseguro en inseguro-evitativo e inseguro-

ambivalente (Dávila, 2015).

Por tanto, Ortiz, Gómez y Apodaca (2002) clasifican los estilos de apego como: Apego

Seguro, manifestándose en individuos que recuerdan una relación cariñosa con madres

sensibles y preocupadas por ellos; Apego Inseguro Evitativo , quienes generalmente cuentan

con una historia fría, ya que su figura de apego manifiesta sentimientos de rechazo y carece

de capacidad de respuesta a sus necesidades tempranas; el Apego Inseguro carece de

capacidad de respuesta a sus necesidades tempranas y el estilo de Apego Evitativo que es

cuando no se tienden a reconocer las emociones negativas, para esta, Mikulincer (1998)

señala que son personas que tienden a esconder sentimientos ira y hostilidad desde la

negación por miedo a ser rechazados, y por último, está el Apego Inseguro Ambivalente ,

estas personas recuerdan un tono afectivo negativo entre los padres y una relación con una

figura de apego poco comprensiva (Ortiz et al., 2002). El siguiente tipo de apego es el

inseguro desorganizado que se manifiesta por medio de una conducta confusa y cambiante,

con una relación entre la búsqueda y evitación. (Gago, 2016).

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Son varios los autores que afirman que se encuentra varias clasificaciones del apego, entre

ellas se encuentra el apego seguro que es el adecuado para el infante ya que al mostrarse

inseguros o angustiados sabe que sus protectores están atentos y disponibles a sus

necesidades; por otro lado, el apego inseguro-evitativo muestra al infante despreocupado o

desinteresado por la presencia o ausencia de la madre o cuidador lo que refleja tener carecía

de emociones ante la madre o la persona que cumpla con el rol de cuidador; a diferencia del

el apego inseguro-ambivalente que el infante es que muestra ansiedad ante la separación pero

así mismo no hay calma al momento de reunirse con la protectora o protector, se entiende

que sucede debido a que la madre o cuidador está disponible en ciertas ocasiones, lo que

provoca al niño a mostrarse más propenso a la ansiedad, miedo a la separación y temor de la

exploración del mundo. Campos y Castillo (2014) hablan sobre el estilo preocupado, que

tienen una perspectiva negativa de ellos mismos y tiende a devaluarse a sí mismo y a elogiar

a las demás personas, de forma que busca la aceptación y la valoración de los otros teniendo

estas personas la posibilidad de confiar ciegamente, sin sentir defectos y negándose a sentir

soledad, lo cual los lleva a una depresión.

También se encuentra el apego inseguro desorganizado en la cual los niños tienen

experiencias relacionales tempranas tan dolorosas que desarrollan modelos

relacionales que se caracterizan por ser cambiantes y además indiscriminados, lo que

significa que estos niños con la misma facilidad que se apegan a una persona, se

desvinculan de ella para así vincularse con otra, pero siempre de una manera

superficial (Sahuquillo, Ramos & Pérez, 2016).

En el caso de los padres o cuidadores no reflejan en el niño una fuente de seguridad y

protección, sino proyectan temor o miedo para el infante, esto repercute más adelante en su

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conducta desorientadas, temerosas, rechazantes y amenazantes, lo que en el infante se

encuentra aterrorizados por quien o quienes deberían ser su base de protección o seguridad;

dicha seguridad es su motivo de “terror”, al niño le provocará angustia y ansiedades la

aparición del progenitor o protector.

De esta manera, las personas con un estilo de apego seguro pueden identificar cuando se

presenta la angustia, compartiendo con ello la necesidad de buscar apoyo y presentan altos

niveles de aprecio positivo y bajos niveles de tristeza (Garrido, 2006). La persona muestra un

deseo hacia la cercanía de las figuras de apego en situaciones en las que se encuentra mal,

siente bienestar ante la presencia de esa figura y ansiedad si ésta es ausente ante la pérdida de

una figura de apego sienten tristeza, los adultos se parecen a los niños en sus respuestas

emocionales con la figura de apego, si hay apego seguro son capaces de controlar la angustia

de separación, las personas con estilo preocupado son vulnerables a la soledad, y sienten ira

hacia sus vínculos de apego (Vega, 2015).

Cuando el sujeto se encuentra ante una situación de riesgo o excitación que no pueda

dominar, dicha situación será vivida como peligrosa, como una fuente de angustia, ansiedad

o estrés al sujeto, por lo tanto, el sujeto tiende a buscar el apego primordial, donde buscará el

apoyo y protección que necesita para colmar dicha situación angustiante.

Según Facius (2017) la forma en que los padres tengan vínculos afectuosos con su hijo,

determina la personalidad de un niño a lo largo de su vida, teniendo consecuencias en su

comportamiento, su autoestima y su progreso, así mismo, las figuras de apego inseguras

fomentan la baja autoestima, la inseguridad, frustración, y falta de confianza en uno mismo.

Una persona dependiente emocional se le podría denominar que tiene un apego

inseguro ansioso ambivalente, este se ha vinculado con una persona con apego
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evitativo, ya que necesita el afecto, pero huye de él y cada vez que huye de él, la

persona con apego ansioso ambivalente se le despiertan todas las necesidades y

tiende a estar más apegado a su pareja, convirtiéndose en una relación terrible, tóxica

y destructiva (Pucinskaite, 2015).

Un adecuado vinculo y apego seguro paterno-filial serán cruciales para el desarrollo infantil,

ya que serán vitales en la creación de la identidad y los padres o cuidadores serán los primeros

en reflejar la imagen de “quienes somos” y como relacionarnos, ya que con el paso de los

años las relaciones sociales se extenderán con otras personas. En caso que la primera relación

social, sus padres, no haya sido positiva o apropiada puede verse afectada en las futuras

relaciones sociales, su campo social se verá limitado o escaso, en el caso que el infante haya

vivenciado apego ansioso ambivalente tiende a tener la necesidad de no soltar o permanecer

constantemente en compañía de su pareja que en ocasiones puede resultar destructible o

tóxica, lo que llega a conseguir que la pareja huya e incremente el deseo de dependencia.

Adicción

Existe un sin número de definiciones potenciales acerca de la adicción a sustancias, pero

hasta el momento no existe una definición y explicación unánime en la comunidad

psicológica y científica; por ende, para los investigadores, la adicción es un tema que genera

gran interés.

La adicción se puede describir como una enfermedad neurobiológica, primaria, y

crónica, considerándose como una alteración grande a la composición y el

funcionamiento del cerebro (Robinson, Nestler & Hyman, 2011). Es una

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enfermedad que normalmente va acompañada de recaídas, la cual es reconocida por

la búsqueda y el uso compulsivo de sustancias ilícitas a pesar de las consecuencias

para la vida del adicto y sus allegados (NIDA, 2011).

En el mundo de las adicciones conocemos sustancias originadas desde lo natural a lo

sintético- químicas y otras desde conductuales (comida, religión, internet, sexo, trabajo,

juego, entre otros); todas estas provocando en la persona cambios fisiológicos, conductuales

y psicológicos, enfermedad que no solo afecta al adicto sino también al entorno social; los

más vulnerables es en la etapa de la adolescencia debido a que en el pleno desarrollo de

constantes cambios entre ellos búsqueda de independencia, aceptación a grupos sociales y

aceptación a los cambios físicos que ocurren en el cuerpo, construcción de la personalidad,

definición de la identidad sexual, entre otros aspectos, y ante esto incrementa los factores de

riesgo, facilitando el desarrollo de los distintos tipos de adicciones. Lo que también llega a

provocar en los familiares un quiebre en la relación entre padres-hijos, y aumenta el

problema de comunicación, y además surge niveles de estrés, sin embargo, se ha observado

que las conductas adictivas del adolescente o adulto joven se da debido al manejo de la

crianza en la infancia, el vínculo parental y escasa comunicación familiar que se estableció

que puede haber afectado al sujeto, siendo el motivo de su dependencia.

Actualmente se tiene conocimiento de las drogas, sin embargo, creemos reconocemos que

algunas no son tan dañinas que otras; como alcohol, el tabaco y cannabis que son drogas

socialmente aceptadas y con la creencia que son menos peligrosas, aunque se ha registrado

que varias son los causantes de muerte debido al alcohol y tabaco, como enfermedades y

accidentes de tráfico entre otros, o efectos que alteran el consumo y dependencia a

cannabis, que son relacionados con depresión que en grandes ocasiones termina en suicidio

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y así mismo entre otros ejemplos; esto demuestra que aunque sean “drogas blandas”

consideradas no tóxicas por la sociedad estas perjudican a nivel emocional, de salud ( física,

mental), cognitivo y social; así mismo se conoce de las drogas más fuerte o duras producen

grandes y graves riesgos para la salud, que no son aceptadas o bien vistas por la sociedad,

sin embargo cumplen con el mismo objetivo que es afectar a nivel cognitivo, emocional,

afectivo, físico y mental; la misma afección que provocan las drogas más “sutiles”.

El origen de la adicción es complejo, predispuesta por factores genéticos, psicológicos,

sociales y ambientales que van influyendo en el desarrollo y la manifestación de la conducta,

está caracterizada por los siguientes: pérdida de control, uso compulsivo y continuo sobre la

sustancia, a pesar del daño y necesidad compulsiva, conocida coloquialmente como el

craving (Gómez, Zertuche & Bruera, 2016). Varios son los autores que refutan sobre el

origen de la dependencia de sustancias, y refieren que se da por diversos motivos y factores,

lo que demuestra que no hay con exactitud un estudio investigativo que evidencie el o los

auténticos motivos del surgimiento de conductas adictivas; aunque no por eso se deba dejar

de continuar de atenuar la probabilidad uso y/o abuso de drogas con ayuda de los factores de

protección.

Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE, 2017), el término de adicción se

describe como el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas

tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos; esta definición permite deducir que los

dos grandes grupos de adicciones existentes son las siguientes: a sustancia y sin sustancias.

La principal característica en el Trastorno por Abuso de sustancia es un compendio de

síntomas que indican que la persona está en consumo o no; la más importante viene siendo

el cambio en los circuitos del cerebro que podrían persistir después de que la persona se ha

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desintoxicado, viéndose esta característica cuando la persona tiene recaídas repetitivas y no

se le va el “craving” (APA, 2013). La persona que deja de depender puede presentar un sin

número de síntomas o sensaciones que hacen recaer nuevamente, el deseo o ansia de la

droga surge en ocasiones por el abandono del tratamiento terapéutico y por ende causa las

recaídas luego de haber dejado de depender en los periodos largos de abstinencia, ante esto

es importante reconocer cuales serían los distintos factores que han atribuido al deseo de

continuar dependiendo y con ello a desarrollar apropiadamente formas o estrategias de

afrontarlos, todo esto con ayuda de un profesional capacitado.

Según el DSM-5 (APA, 2013), hay 11 criterios para que una persona pueda ser diagnosticada

con el Trastorno por Abuso de Sustancia: Los criterios del 1-4 básicamente abarcan el tema

de no tener control sobre la sustancia o el consumo, del 5-7 habla acerca de cómo el

individuo va descuidando sus actividades del día a día, ya sea sociales, personales o

laborales, los criterios del 8-9 comentan cómo las personas continúan el consumo, a pesar de

conocer los daños, llegando a consumir en situaciones y momentos riesgosos, y de la 10 a la

11 nos explica los criterios farmacológicos del consumo, habla de la tolerancia y el síndrome

de abstinencia, coloquialmente conocido como “withdrawal” o dependencia física (APA,

2013). Los criterios del DSM-5 nos permiten dar pautas para asegurarnos y guiarnos cuando

una persona pueda presentar un conjunto de síntomas, ser evaluada y diagnosticada, debido a

que el objetivo es facilitar el diagnóstico, atención, comunicación a las personas que presente

trastornos mentales, y así facilitar el trabajo del profesional de la salud mental y actuar,

intervenir, desarrollar, evaluar los problemas emergentes rápidamente y eficazmente.

Vilugrón, Molina, Pérez & Font (2017) explican que el uso de sustancias tiene efecto sobre

áreas claves en la persona, ya sea biológico, psíquico o social, siendo sumamente importante

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que le creemos conciencia a las personas que consumen para que busquen ayuda y adquieran

el tratamiento debido, ya que no solo es el consumo que afecta, sino que el consumo en si trae

problemas de salud, problemas mentales, sociales, y legales. Al igual que con sustancia, las

conductas adictivas producen un sentimiento de placer el cual el sujeto seguirá buscando y

llegando a hacerlo obsesivamente, sin control alguno (Scherrer, Slutske, Eisen & Potenza,

2015). Con un equipo profesional que brinde tratamiento para las personas que atraviesan

conductas adictivas, será el encargado de verificar, tratar y auxiliar al paciente, además que es

importante involucrar a su entorno social más cercano, ya que no solo afecta directamente al

sujeto que depende de la droga, sino a familiares, amistades, pareja, y es necesario que el

seguimiento sea en conjunto.

La Dependencia física o Síndrome de Abstinencia es un síndrome que sucede cuando el

tejido comienza a ser declinadas de la sustancia que el sujeto mantuvo consumiendo por

tiempos prolongados, una vez aparecen, la persona es más susceptible para consumir

nuevamente y lograr que estos síntomas desaparezcan (APA, 2013). Sucede cuando la

sustancia es interrumpida o reducida bruscamente creando el síndrome de abstinencia que

tiene síntomas físicos ya que el cuerpo se había adaptado; estos síntomas pueden ser fiebre,

dolores de cabeza, musculares, estomacales, náuseas, y demás (Gómez et al., 2016).

Cuando el sujeto en periodo largo deja de depender, puede llegar a presentar dolencias o

malestares a nivel psicológico y físico, lo que puede llegar a la repetición, es importante

aclarar que el síntoma de abstinencia no debe entenderse como una enfermedad sino como

una condición que llega alterar el estado de salud, que efectivamente las frustraciones,

irritaciones, malestar, pueden presentarse, que conlleva a perjudicar sus relaciones sociales,

laborales, afectivas u otras áreas, y la manera correcta de actuar es buscar o continuar con el

apoyo profesional especializado y capacitado en el área del trastorno por abuso de sustancia.

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Entre ello encontramos los dos tipos:

En la dependencia psíquica no resulta difícil la supresión de la droga ya que no hay

desarrollo de un verdadero síndrome de abstinencia ante la situación, sino solamente

cierta inquietud psicológica. Es el primer paso hacia la dependencia física y el

desarrollo de formas más completas de adicción. La dependencia psíquica, en las

personalidades predispuestas estimula el uso de otros fármacos adictivos. Para el

tratamiento de este tipo de dependencia es fundamental la psicoterapia. (Malgor y

Valsecia, p.4)

La dependencia psíquica, es caracterizada por el deseo y anhelo por la sustancia, en este

caso el sujeto quien usa la sustancia, es con el fin de sentir la sensación de placer producido

por la sustancia y evitar el un estado de malestar, además de que considera la administración

de la droga como un apoyo psicológico; es ahí que la persona cree pensar que depende y por

ende al terminar la sensación momentánea debe repetir para nuevamente sentir el efecto.

Por otro lado, encontramos:

La dependencia física constituye la alteración orgánica más importante en adicción a

drogas. Se desarrolla después de la administración crónica de numerosos fármacos

adictivos. Es un estado que se caracteriza por la necesidad inevitable de

administrarse un fármaco para mantener un funcionamiento orgánico general, dentro

de límites más o menos normales. (Malgor y Valsecia, p.4)

En esta situación el sistema nervioso central se encuentra especialmente afectado, por lo

tanto, el cuerpo tiene la necesidad de mantener los niveles de sustancia o fármaco en el

organismo, lo que llega a formar un vínculo de organismo-droga, y en el caso que la

persona al retirarse de golpe, aparecen síntomas que el mismo organismo demanda

nuevamente la sustancia.
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La tolerancia es señalada cuando la persona crea la dependencia a cierta dosis y tiene que

seguir consumiendo en dosis más altas para recibir el efecto deseado y varía de sujeto a

sujeto dependiendo también de la sustancia de elección (APA, 2013). Es un estado donde el

cuerpo se adapta a la exposición continua de la sustancia y resulta una disminución del

efecto analgésico o “high” que después de un tiempo se va necesitando dosis mayores para

mantener el resultado (Gómez et al., 2016). La tolerancia es considerada como un fenómeno

farmacológico que consiste en que pierde los efectos de una sustancia, y para recuperar el

efecto inicial, incrementa la dosis para recibir el efecto deseado; entre ellas encontramos:

Tolerancia farmacocinética, que ocurre generalmente por inducción enzimática, en

este caso las drogas que desarrollan tolerancia incrementan la tasa metabólica o ade

biotransformación, perdiendo sus efectos y eliminándose del organismo en forma

mucho más rápida e intensamente en relación con el transcurso del tiempo. (Malgor

y Valsecia, p.3)

Cuando continuamente se administra sustancias, las síntesis de las enzimas aumentan

progresivamente y su metabolización de la sustancia que ha sido administrada se hace muy

intensa, lo que conlleva a que sus efectos esperados e iniciales se pierdan con rapidez; y

para obtener el efecto deseado se debe aumentar la dosis a un nivel capaz de superar la

acción enzimática

Así mismo, encontramos:

Tolerancia farmacodinámica, esta forma de tolerancia es la consecuencia de cambios

adaptativos de las células afectadas por la acción de una droga determinada. En este

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caso las células desarrollan mecanismos intrínsecos moleculares, enzimáticos, de

regulación de receptores específicos y otros, mediante los cuales las células se

adaptan a la acción de una droga determinada y no responde con la misma intensidad

a la acción de la droga. (Malgor y Valsecia, p.3)

Por este lado, el efecto o respuesta de la sustancia administrada se disminuye por motivo de

mecanismo celulares, debido a una regulación negativa por el número de receptores de

dicha sustancia ingresada al organismo del sujeto, es así que se requiere de una necesidad

creciente de continuar o aumentar la dosis para obtener los efectos iniciales.

Lo que llega a diferenciar es que mientras que en la tolerancia farmacocinética la

concentración plasmática disminuye progresivamente, por incremento de la

biotransformación de la droga, y en el caso de la tolerancia farmacodinámica la

concentración plasmática es proporcional a la dosis administrada. (Malgor y Valsecia, p.3)

Por último, encontramos:

Tolerancia simple, que es aquella en que el mecanismo se desarrolla exclusivamente

para la droga en uso y tolerancia cruzada, que es aquella en que la tolerancia a una

droga determina la existencia del mismo fenómeno para otras drogas, como por

ejemplo morfina y heroína o metadona. Barbitúricos y alcohol. (Malgor y Valsecia,

p.4)

Por un lado, se denomina o conoce la tolerancia cruzada cuando la antigua sustancia que

dependía se reemplaza con una nueva, y así, la determinada sustancia produce tolerancia a

otro- nueva sustancia.

22
La rehabilitación es un proceso que resulta de la aplicación de muchos

procedimientos para lograr que el individuo recupere su estado funcional, tanto en el

hogar como en la comunidad en la medida que lo permitan la utilización apropiada de

todas sus capacidades residuales (Pendones & Logroño, 2017).

El proceso de rehabilitación consiste en que la persona afectada a la adicción de sustancias,

alcance bienestar psicológico, físico, y social, todo esto en conjunto de desintoxicación/

tratamiento médico, psicológico o psiquiátrico (si es requerido), donde se efectúa series de

técnicas, estrategias y terapias: personal, grupal y familiar; que serán de apoyo para evitar

recaídas.

La atención también debe ser fijada en la familia del adicto ya que es preciso señalar que la

dinámica familiar también ha sido afectada y tocada en el periodo de adicción del paciente;

debido a que, un proceso de rehabilitación adecuado también se requiere de la intervención

del grupo familiar, porque es un soporte fundamental para la atención y apoyo de la

adiccion; es así que, una vez que la familia sea atendida y tratada con profesionales

capacitados en conductas adictivas, pueda involucrarse en el tratamiento, y así obtener un

mayor pronóstico de recuperación en el familiar afectado, por eso la familia debe continuar

en todo el proceso de recuperación el acompañamiento de un profesional, ya que si se llega a

presentar nuevamente una recaída, estar atentas a las señales de alerta del paciente y actuar

debidamente y proactivamente.

En caso que el afectado no cuente con el apoyo familiar, se debe buscar otras alternativas

adicionales de redes de acompañamiento, que sustituya las funciones que puede otorgar la

familiar como: afecto, comunicación, estabilidad emocional; y así, acudir a grupos sociales o

instituciones que brinden o presten servicios de proporcione al sujeto un ambiente positivo,


23
soporte material, apoyo profesional, acompañamiento-guía-consejo y afianzamiento de la

identidad, entre otros aspectos positivos.

Las adicciones a las sustancias se desarrollan en un contexto familiar las cuales van de la

mano con la interacción familiar, bien sea equilibrar la interacción, separarlo o llamar la

atención, la droga es la consecuencia y no la causa de la patología del adicto; Generalmente

dentro de las familias del adicto, el que consume de drogas suele sentirse que no pertenece a

la familia y se siente desamparado, haciendo esto que experimente sufrimiento y angustia

buscando escapar de este sentimiento acudiendo hacia las drogas (Pérez, 2016). La familia

tiene un papel importante en la prevención de la dependencia o consumo de sustancias,

pudiendo acompañar al adicto de manera adecuada a superar obstáculos de manera asertiva y

enfrentarse a los sentimientos negativos y manejarlos de manera positiva, debe haber una

relación comunicativa entre los padres e hijos y educar sobre todo en valores humanos, evitar

la desconfianza y producir seguridad entre la familia (Aguilera, 2014).

Diversas investigaciones de autores, comparten la teoría de que las conductas adictivas, es

frecuente inclinarse en sujetos que tienen familias disfuncionales; en las cuales no le han

otorgado sentido de pertenencia, fijar normas y límites, satisfacción de necesidades básicas,

otorga la escucha a la demanda o queja del sujeto, falta de apego, comunicación y protección,

permisividad; aunque también se refleja las conductas adictivas cuando la familia es

sobreprotectora y esto también llega a obstaculizar el desarrollo debido del individuo.

El acompañamiento de los padres a los hijos en las primeras etapas de vida en el sujeto es

sustanciales y vitales para el desarrollo general; mientras mayor sea la percepción de apoyo

por parte de los padres o cuidadores, es menor la probabilidad del depender de sustancias en

los hijos; partiendo de esta base, los formadores, cuidadores o padres se convierten
24
automáticamente en agentes de prevención o protección de la adicción.

Hay autores que dicen que cualquier conducta normal se puede llegar a convertir en algo

patológico dependiendo la intensidad, frecuencia o dinero que se invierta en la misma, y

también si hay alguna interferencia en las relaciones familiares, sociales o laborales del

sujeto identificado, así mismo, una adicción sin droga la cual es aquella conducta obsesiva

que resulta en algún placer, generando una pérdida de control en la vida de la persona

interfiriendo en sus actividades del día a día (Verdura et al., 2011).

La relación entre los tipos de apego y la adicción a sustancias

Schindler, Thomasius, Sack, Gemeinhardt, & Küstner, (2007), consideran que el consumo de

sustancias es una estrategia de afrontamiento inadecuada frente al estrés emocional de un

apego no seguro, el consumo de sustancias ilegales es una alternativa atractiva en distintas

situaciones, sobre todo las de carácter interpersonal, en las que generalmente los sujetos se

encuentran más inseguros.

En el primer año de vida del niño está caracterizado por la fase de la confianza y la

desconfianza, ya que después de haber estado en un ambiente de protección y calor en el

vientre de su madre, al salir, deberá enfrentarse a un mundo menos seguro y en efecto, el

infante nace sin la capacidad de poder sobrevivir solo en el medio físico y por lo tanto

depende de alguien para poder desarrollarse y subsistir para mantenerse con vida, las figuras

parentales, o cuidadores encargados de la formación y cuidado del infante, serán los que

cumplan con las necesidades y demandas que requiera el niño, hay un sin número de formas y

maneras de como otorgarle las herramientas necesarias para defenderse y ser proactivo en la

sociedad cuando sea adulto; una de ellas, será entregarle un espacio de confort y seguridad al

25
infante, ya que esto puede permitir que el bebé pueda explorar el entorno físico y social, con

confianza y en caso que se llegue a presentar una situación peligrosa o angustiosa sabe que su

cuidador estará disponible para socorrerlo. En la infancia, los lazos o vínculos afectivos que

se desarrolla y se establecen a partir de su formación hacen sentir los primeros sentimientos

positivos ya sean: afecto, confianza y seguridad, y en los negativos: temor, inseguridad, miedo

y abandono.

El estilo de apego se comienza a formar en la infancia, y a pesar de querer modificar o

cambiar a lo largo de la vida del sujeto estas permanecen con secuelas de la experiencia que

se ha vivido en la etapa inicial; por la cual, si el sujeto ha tenido que atravesar un apego

inseguro en su niñez, podría convertirse en un factor de riesgo a la adicción de sustancias.

Actualmente es un tema sumamente debatido hoy en día a pesar de que se ha logrado

demostrar que aquellas personas con un estilo de apego inseguro tienen más probabilidad

de recurrir al abuso de sustancias en vez de dialogar con alguien en momentos de estrés

(Crane, 2016). El apego se considera que es un factor de riesgo y/o protección ante las

drogas en la vida de un joven; un apego seguro entre la relación padre e hijo actúa como el

frente protector para evitar el consumo (Iglesias, Del Río, Fernández & Hermida, 2013).

El sujeto si desde su etapa infantil ha tenido una favorable y positiva relación entre los

miembros de su familia, que ha sido duradera, no conflictiva, y métodos de disciplina

adecuada a su edad, se convierten en factores de prevención para la adicción de sustancias;

generalmente, un buen vínculo familiar social y afectivo, correlacionan adecuadamente y

positivamente con una menor implicación en conductas adictivas; por lo tanto, padres,

cuidadores o formadores son agentes activos y preventivos frente a la adicción de

sustancias legales o ilegales.

26
Los padres con menor probabilidad de que sus hijos adolescentes consuman drogas

son aquellos que establecen una buena relación afectiva y de apego con ellos, los

que no consumen drogas legales ni ilegales y los que tienen actitudes

convencionales o de conformidad con las normas sociales establecidas, entre ellas,

la intolerancia frente a las drogas ilegales y la ambigüedad hacia las legales (Recio

Adrados, 1999, p. 201-207).

Son varios los autores profesionales a temas de adición a sustancias que afirman que el

interés, compromiso, buena comunicación y apego seguro y otros aspectos positivos para el

desarrollo del sujeto por parte de los progenitores, en ellos ocasiona sentimientos de

seguridad, buena adaptación al entorno social, distancia a situaciones conflictivas, poca

probabilidad a depresión y ansiedades en los hijos; y es que ante un medio caótico o

conflictivo en ocasiones conlleva al consumo y dependencia de drogas legales o ilegales.

Los tipos de apego en la niñez tienen relación con la adicción a sustancias en la

adultez; las personas con un apego seguro suelen experimentar con sustancias

durante la adolescencia como una conducta exploratoria, del mismo modo que los

individuos con un estilo apego inseguro desorganizado también experimentan con

sustancias, por otro lado, esta se convierte en una manera de enfrentar la angustia

emocional y se trasciende hasta la edad más adulta (Linares, García & Delgado,

2014)

Por otro lado, mediante distintas investigaciones y estudios refieren que existe una fuerte

relación entre los tipos de apego y la adicción de sustancia, donde se refiere que si el sujeto ha

tenido la oportunidad de mantener un vínculo afectivo positivo y apego seguro con sus

27
cuidadores, presenta mayor probabilidad de que el sujeto no consuma, y en el caso que llegue

a consumirlo, sea debido por exploración o curiosidad, más no debido a una necesidad de

encontrar recursos para salir de angustias, estados de malestar o partes disociadas, aliviar

dolor, evitar rechazo, tener la falsa creencia de establecer una "base segura", entre otros casos.

Schindler, A. & Bröning, S. (2014) llevaron a cabo un estudio para comprobar la relación

entre el apego y el trastorno por abuso de sustancias donde llegaron a la conclusión de que

hay un relación entre las dos: las personas que poseen un apego inseguro están en un mayor

riesgo para caer en el abuso de sustancias que personas que poseen un apego seguro, así

mismo, se encontraron evidencias de que personas con un apego evitativo tienen una

tendencia de usar heroína, aunque no hay evidencia suficiente que sustentan este tipo de

apego con esta sustancia ya que los resultados fueron más generalizados. El ciclo de la

adicción va en relación con la dinámica familiar y los factores personales, mucha dificultad

en el afrontamiento de problemas, poca tolerancia, la falta de compromiso y sobre todo el

aislamiento, también muchos tratan de silenciar los sentimientos y pensamientos a través del

consumo (Navarro, Parra, Arévalo & Jaramillo, 2015).

Y es que, los fuertes vínculos de apego en la familia se convierten en factores de protección

para el niño y adolescente; sin embargo, si en el plano familiar, se encuentra un apego

inseguro, ya sea por: falta de comunicación, relaciones lábiles entre padre/cuidadores- niño,

abuso físico, mental o sexual, rechazo, estos son factores de riesgo para la adicción.

Según Crane (2016), un apego inseguro está relacionado con estrés emocional, problemas

interpersonales y el abuso de alcohol y de drogas; En un estudio realizado con usuarios que

dependen de sustancias como: el alcohol, marihuana, anfetaminas, cocaína, o heroína, tenían

una gran probabilidad de tener un miedo a la intimidad o tenían un estilo de apego inseguro,

28
así mismo, aquellos que tienen un apego inseguro en una relación romántica tenían un riesgo

más alto de abusar de ciertas substancias que aquellos que mostraban tener un apego seguro,

personas con una alta ansiedad hacia el apego son más probables de tener más experiencias

negativas dado al abuso del alcohol.

Una persona dependiente emocional se le podría denominar que tiene un apego inseguro

ansioso ambivalente, este se ha vinculado con una persona con apego evitativo, ya que

necesita el afecto, pero huye de él y cada vez que huye de él, la persona con apego ansioso

ambivalente se le despiertan todas las necesidades y tiende a estar más apegado a su pareja,

convirtiéndose en una relación terrible, tóxica y destructiva (Pucinskaite, 2015). Rosenstein y

Horowitz (1996) estudiaron una muestra de 60 adolescentes de 13-19 años, ingresados para

tratamiento psiquiátrico, de los cuales 29 eran consumidores de drogas. Se clasificaron en

parte con apego ambivalente y en parte evasivo. No hubo asociación entre consumo de

drogas y apego evasivo. Los consumidores de drogas con trastornos de conducta tenían

apegos ambivalentes, mientras que los consumidores con trastornos afectivos eran

clasificados como apego ansioso. Este estudio muestra la importancia de los trastornos

psiquiátricos, puesto que asume diferentes clasificaciones de apego, diferentes estados

emocionales y diferentes patrones de consumo de drogas en adolescentes frente a trastornos

afectivos. Contrario a estas afirmaciones, los datos recopilados en la presente investigación

van más en concordancia con el estudio hecho por Iglesias, Del Río, Fernández y Hermida

(2013) indican que, en general, el uso de drogas está vinculado a datos de apego inseguro

evitativo y que el apego seguro se asocia con un menor riesgo de uso de sustancias. A partir

de este estudio, encontramos que existe consenso en relación a que el apego seguro parece

ser el menos relacionado y presente, tanto en el consumo como a la adicción a las sustancias,

y parecería que existe una prevalencia del apego inseguro evitativo

Por medio de resultados estadísticos en la investigación se refiere que la falta de apego


29
inseguro, ambivalentes, ansioso o evitativo, comunicación dinámica y conflictos familiares,

tiene un papel clave a la hora de predecir el consumo de las sustancias y la presencia de

síntomas de dependencia; por lo tanto, la familia debe actuar favorablemente desde un inicio

en la etapa infantil para ser agentes favorecedores y protectores ante la dependencia de

sustancias y así disminuir las posibilidades en que se pueda verse tentado o involucrado en la

dependencia de sustancias; inclusive si el sujeto se ha desarrollado positivamente y

adecuadamente en compañía con sus cuidadores, puede quedar un ligero espacio de riesgo en

que puede perjudicar al infante o adolescente pero no por eso se debe de dejar de insistir en

aplicar y emplear los factores de protección, estilo de crianza adecuada, apego seguro y otro

elementos que promuevan protección ante conductas adictivas.

Una familia podría ser un factor de riesgo al uso y adicción a drogas, cuando se

fomentan actitudes de consumo de drogas más aún cuando la dependencia es por

parte de los padres; cuando entre los adultos no hay supervisión sobre los

adolescentes, si se promueven conductas antisociales y de conflictividad, si hay

abuso físico o emocional, y sobre todo las bajas expectativas en los niños mientras

van creciendo (Aguirre, Aldana & Bonilla, 2014, p. 45-48).

En varias investigaciones se ha demostrado que los problemas de adicción a sustancias ya

sean legales o ilegales se presentan mayormente en la adolescencia y se debe a un resultado

de una dinámica familiar conflictiva donde se ha visto carencias importantes en todo el

desarrollo de la etapa de la infancia y es ahí que repercute en la etapa de la adolescencia, y el

adulto joven que comienza atravesar conflictos personales, búsqueda de identidad, cambios

físicos y mentales, entre otras causas. Y la familia quien es el guía, formador, escudero del

joven, donde construirán los cimientos de los comportamientos del adolescente, y así

30
protegerlos contra factores que puedan poner en riesgo la adicción de las drogas; por lo tanto,

si se presenta una dinámica familiar conflictiva es común que pueda presentar problemas de

adicción. Por lo tanto, una adecuada comunicación familiar activa, apego a la familia,

implicación familiar, relación afectiva positiva, se convierten en factores de protección para el

adulto. Y así como resultado de que, si el entorno familiar que vivencia el sujeto mantiene una

adecuada estabilidad emocional, y no son consumidores de sustancias, así mismo, influye

positivamente e indirectamente a los hijos, incrementando la probabilidad a no depender

sustancias en general.

Los padres pueden ayudar en la prevención desde a temprana edad, acerca de las

consecuencias del uso de drogas, siendo modelos a seguir, reconociendo los problemas

familiares tales como la comunicación entre todos, las interacciones personales fomentando

la autonomía y planeamiento en la vida cotidiana que para un mejor porvenir en su futuro

personal (Rivolta, 2013, p. 69-81). En el caso que en las familias mantengan relaciones

afectivas positivas y una propicia comunicación activa, se convierten automáticamente en

elementos sustanciales para fortalecer una relación dinámica paterno-filial; padres o

progenitores que serán los guías y supervisores hasta que el niño o el adolescente sea capaz

de tomar sus decisiones y actos que sean pertinentes y apropiadas propiamente y para la

sociedad.

Moreno (como se citó a Becoña et al. 2011) piensa que, en la revisión sobre estilos

parentales y consumo de sustancias, concluyeron que un estilo de crianza democrático estaba

relacionado con un menor consumo de sustancias en los hijos y al parecer, con una menor

susceptibilidad a la adicción. A diferencia de un padre democrático tiende a tener mejor

31
resultado en lo que respecta al consumo de sustancias e indica que muestra menor

probabilidad de inicio en el consumo de drogas en estos o un retraso en el mismo, ya que su

enseñanza y crianza ha permitido forjar mayores beneficios ya que los adolescentes suelen

mostrarse con mejores habilidades sociales, seguridad, autonomía, valores, responsabilidad,

conducta adecuada, buena relación interpersonal, realistas y buen control y buena tolerancia

a la frustración; pero para que se obtenga estos aspectos positivos el padre de familia o la

persona encargada a la función de autoridad, se preocupa por establecer límites y así mismo

inculcan en sus hijos la disposición a tomar la iniciativa y valoran y respetan la participación

de sus hijos en la toma de decisiones, controladores, pero sin dejar de ser flexibles, mostrar

afecto, pero sin dejar a un lado la firmeza y exigencia, buena comunicación, convivencia y

relación.

Por eso, es sugerido que las relaciones afectivas y convivencia con los niños establecen con

padres democráticos demarcan un contexto personal importante donde los niños reciben

atención, seguridad, valores, responsabilidad, autonomía, enseñanza al reconocimiento y

cumplimiento de normas, afecto, habilidades sociales lo que permite que promueve el

desarrollo emocional, cognitivo y del lenguaje. Ya que la presencia, función y crianza de

padres democráticos se muestran positivos y beneficiosos para el rechazo a sustancias debido

a que mostrar menor probabilidad de inicio de la dependencia de drogas.

CAPITULO II
Metodología

El trabajo se basará bajo la investigación descriptiva y explicativa. -

32
Los estudios descriptivos se sitúan sobre una base de conocimientos más sólida que los

exploratorios. En estos casos el problema científico ha alcanzado cierto nivel de

claridad, pero aún se necesita información para poder llegar a establecer caminos que

conduzcan al esclarecimiento de relaciones causales. El problema muchas veces es de

naturaleza práctica, y su solución transita por el conocimiento de las causas, pero las

hipótesis causales sólo pueden partir de la descripción completa y profunda del

problema en cuestión. En el área de la investigación clínica son habituales los estudios

que describen la frecuencia de presentación de las enfermedades, y de los diferentes

cuadros clínicos y los que examinan la asociación de características clínicas con signos

radiológicos, histopatológicos, bioquímicos, etc. (Jiménez, 1998, p.12-13).

Se inicia mayormente con una investigación descriptiva ya que está siempre en la base

continua de la explicativa. Por lo tanto, no puede formularse una hipótesis causal si no se ha

descrito profundamente el problema del que se va tratar o estudiar.

Al tener un primer acercamiento a la problemática sobre lo que se trabajará acerca de la

relación entre la adicción a sustancias y los tipos de apego, se usará métodos como recolectar

información por medio bibliográfico; entre ellas; documentos que estén en el rango del 2010

al 2020, sobre bases de datos dentro de la psicología y la ciencia como son: Science Direct,

Scopus, Research Gate, Redalyc y Scielo, en base a la investigación bibliográfica si bien es

cierto no solo consiste en buscar y seleccionar ideas de otros autores, sino argumentar y

discutir dichas ideas, y crear una propia; también encontramos encuestas, y casos de estudio,

para mayor comprensión, y una vez con la información recolectada el objetivo de

investigación descriptiva será justamente es describir la naturaleza, fenómeno o

comportamiento de un sujeto, en este caso, por el primero momento se enfocará de como

33
impacta las relaciones de apego con adicción y dependencia a las drogas legales e ilegales,

esto sin influir sobre él de ninguna manera.

Finalmente se culmina con un estudio o investigación explicativa. -

Los estudios explicativos parten de problemas bien identificados en los cuales es

necesario el conocimiento de relaciones causa- efecto. En este tipo de estudios es

imprescindible la formulación de hipótesis que, de una u otra forma, pretenden

explicar las causas del problema o cuestiones íntimamente relacionadas con éstas.

(Jiménez, 1998, p.13).

Lo que será de apoyo para el trabajo ya que servirá a estudiar la problemática con mayor

profundidad y se encontrará nuevas conocimientos y descubrimientos sobre el tema a tratar y

posiblemente no se encuentre los resultados concluyentes, el trabajo investigativo permitirá

encontrar varias de las razones por las que sucede el fenómeno o la causalidad y así responder

a ciertas preguntas de investigación que no hayan sido respondidas o aclaradas.

Los instrumentos que se pretende emplear en el presente proyecto son por medio de una

investigación bibliográfica o documental, que consiste en la revisión de documentos escritos y

no escritos que guarden relación con el propósito del fenómeno o estudio a tratar, con la

información deseada y encontrada, es importante clasificar y tener la claridad de su validez y

con ello buscar las interrogantes y nutrir el desarrollo de la teoría del estudio.

(Stewart, 1984; McMillan y Kennedy 1981; Hart, 2001; Pritchard y Scott, 1996, citado en

Méndez, 2008) como:

(…) un proceso mediante el cual recopilamos conceptos con el propósito de obtener un


conocimiento sistematizado. El objetivo es procesar los escritos principales de un tema

34
particular. Este tipo de investigación adquiere diferentes nombres: de gabinete, de
biblioteca, documental, bibliográfica, de la literatura, secundaria, resumen, etc. (…) (p.
16).

Objetivos

General

35
Comprobar si existe relación entre adicción de sustancias y los tipos de apego, desde la teoría

psicológica, con la sustentación de la recopilación de documentos bibliográficos.

Específicos

 Conceptualizar y relacionar el nexo entre adicciones de sustancias y los tipos de apego

del sujeto.

 Determinar las causas por las cuales el sujeto tiende a presentar conductas adictivas

debido a la falta de apego seguro.

 Demostrar la importancia y el impacto que tiene la familia o el cuidador frente al

desarrollo infantil en el sujeto.

CAPITULO III
Discusión

36
En el presente trabajo bibliográfico se ha permitido sintetizar y valorar la evidencia

disponible, respecto a los tipos de apego y la relación con la adicción a sustancias, y con los

resultados obtenidos por documentos e investigaciones apuntan existen varios factores de

riesgo que pueden que el sujeto tienda a inclinarse a conductas adictivas.

Chávez (como se citó en Márquez et al, 2009) piensa que en mayormente los resultados

apuntan a que los estilos de apego disfuncionales y los esquemas inadaptados tempranos

se relacionan de forma positiva, mientras que haber experimentado en la infancia un estilo

de apego seguro se relaciona de forma inversa con los esquemas inadaptados, es decir, a

mejor apego menos esquemas inadaptados, como ya se indicaba por otros autores.

Por otro lado, la relación entre los estilos de apego y la adicción de sustancia son varios

los autores que confirman que si el sujeto ha vivenciado en su etapa infantil un entorno

social y afectivo favorable para su desarrollo autónomo, social, cognitivo y conductual se

convierten automáticamente en factores que benefician al rechazo de la adicción.

Efectivamente, hay varios motivos, causas y factores en las que el sujeto puede verse

vulnerable a las conductas adictivas, inclusive si se ha desarrollado adecuadamente y en

su etapa infantil ha sido favorable, sin embargo, no por ello se debe de prevenir y

continuar forzando y amentando las probabilidades en que el sujeto no se sienta tentado a

la dependencia de sustancias legales o ilegales.

Si el sujeto quien ya se ha visto involucrado en la adicción y se encuentra en el proceso de

descontinuar, la familia puede ser favorecedora para su tratamiento o no, debido a que tal

y como se entiende, la familia puede convertirse en un factor de riesgo o de protección; si

la familia quien trabaja con el apoyo de un profesional calificado debe de entender y

aceptar que el proceso puede ser complejo y ocasionalmente el sujeto adicto recaer; sin

37
embargo, la familia debe continuar brindando el apoyo, seguridad atención para el sujeto

afectado, y es que varios autores y profesionales afirman que si la familia cumple con los

roles bien establecido, apoyo continuo, comunicación y escucha activa puede favorecer

positivamente el proceso de descontinuar dependiendo de la sustancia. Por ende, esto nos

recalca que la dinámica familiar, los estilos de crianza y apego, son herramientas

sustanciales para la formación del sujeto.

La dependencia de las drogas es una problemática personal, familiar y social; y que

actualmente se presenta con mayor auge y de carácter masivo, y como es de conocimiento

común el tráfico o la fácil accesibilidad a las drogas, se convierte en un problema social,

en la somos afectados tanto directamente como indirectamente; pero enfocándonos desde

esta investigación bibliográfica por el lado personal y familiar; se muestra que, desde la

parte individual se presenta motivo de carácter biológico, psicológico y conductual, y por

el lado de una problemática familiar sobreprotección, falta de comunicación activa, escasa

o ausencia de establecimiento para fijar límites y normas, dinámica familiar conflictiva,

sobre exigencia, crianza y apego, entre otros. Esto demuestra nuevamente el gran impacto

que tiene sobre todo la familia en el sujeto.

Si bien es cierto, el consumo de drogas sobre todo las legales, ha disminuido o

desaparecido el pensamiento de que son perjudiciales para el ser humano, y lo han situado

al consumo con normalidad, dejado un lado u olvidado que efectos negativos tanto físicos

o mentales pueda presentarse; por lo tanto en el caso que un adicto a sustancias "normales

o blandas” es más difícil que la familia o la sociedad pueda percatar la afección que está

ocasionando en el consumidor, a diferencia de sustancias no legales; que, aún no han sido

aceptadas en la sociedad completamente, existe el temor que en un próximo momento ya

38
no sean consideradas perjudiciales por la sociedad y puedan pasar a la línea de consumos

legales.

Y con el apoyo de documentos bibliográficos nos rectifica que si hay una estrecha

relación entre los tipos de apego y la relación con la adicción a sustancias y como repercute

en cada una de ellas; aunque se basa dicha relación con fuertes teorías de diferentes autores y

profesiones, aún quedan espacios en blancos de rellenar con renuevas y continuos estudios

desde diferentes perspectivas y teorías psicológicas, y ante las variables encontradas debatir y

plantearse futuras investigaciones sobre esta problemática de conductas adictivas tanto a

sustancias legales o ilegales.

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