Está en la página 1de 6

Estructura atómica

Durante los siglos VI a IV antes de Cristo, en las


ciudades griegas surgió una nueva mentalidad,
una nueva forma de ver el mundo no como algo
controlado por los dioses y manejado a su
capricho, sino como una inmensa máquina
gobernada por una leyes fijas e inmutables que
el hombre podía llegar a comprender. Fue esta
corriente de pensamiento la que puso las bases
de la matemática y las ciencias experimentales.

Demócrito, uno de estos pensadores griego, en


al siglo IV antes de Cristo, se interrogó sobre la
divisibilidad de la materia. A simple vista las
sustancias son continuas y se pueden dividir.
¿Es posible dividir una sustancia
indefinidamente? Demócrito pensaba que no,
que llegaba un momento en que se obtenían
unas partículas que no podían ser divididas más;
a esas partículas las denominó átomos, que en
griego significa indivisible. Cada elemento tenía
un átomo con unas propiedades y forma
específicas, distintas de las de los átomos de los
otros elementos.
Las ideas de Demócrito, sin estar olvidadas completamente, cayeron en desuso
durante más de dos mil años.

Modelo atómico de John Dalton


Mientras tanto, se desarrolló la química, se descubrieron nuevos elementos y se
descubrieron las leyes que gobiernan las transformaciones químicas.
Precisamente para explicar algunas de estas leyes, las leyes pondérales, Dalton, en 1808
propuso una nueva teoría atómica. Según esta teoría, los elementos estaban formados por
átomos, indivisibles e indestructibles, todos iguales entre sí, pero distintos de los átomos de
los otros elementos. la unión de los átomos daba lugar a la variedad de sustancias
conocidas y la ruptura de las uniones entre los átomos para formar nuevas uniones era el
origen de las transformaciones químicas.

Símbolos convencionales creados por Dalton


Características de los rayos catódicos
Los rayos catódicos son corrientes de electrones observados en tubos de vacío, es decir los
tubos de cristal que se equipan por lo menos con dos electrodos, un cátodo (electrodo
negativo) y un ánodo (electrodo positivo) en una configuración conocida como diodo. Cuando
se calienta el cátodo, emite una cierta radiación que viaja hacia el ánodo. Si las paredes
internas de vidrio detrás del ánodo están cubiertas con un material fosforescente, brillan
intensamente. Una capa de metal colocada entre los electrodos proyecta una sombra en la
capa fosforescente. Esto significa que la causa de la emisión de luz son los rayos emitidos por
el cátodo al golpear la capa fosforescente. Los rayos viajan hacia el ánodo en línea recta, y
continúan más allá de él durante una cierta distancia. Este fenómeno fue estudiado por los
físicos a finales del siglo XIX, otorgándose un premio Nóbel a Philipp von Lenard. Los rayos
catódicos primeramente fueron producidos por los tubos de Geissler. Los tubos especiales
fueron desarrollados para el estudio de estos rayos por William Crookes y se los llamó tubos
de Crookes. Pronto se vio que los rayos catódicos están formados por los portadores reales de
la electricidad que ahora se conocen como electrones. El hecho de que los rayos son emitidos
por el cátodo, es decir el electrodo negativo, demostró que los electrones tienen carga negativa.

Los rayos catódicos se propagan en línea recta en ausencia de influencias externas, pero son
desviados por los campos eléctricos o magnéticos (que pueden ser producidos colocando los
electrodos de alto voltaje o imanes fuera del tubo de vacío - esto explica el efecto de los imanes
en una pantalla de TV). El refinamiento de esta idea es el tubo de rayos catódicos (CRT),
también conocido como tubo de Braun (porque fue inventado el 1897 por Carl Ferdinand
Braun). El CRT es la clave en los sistemas de televisión, en los osciloscopios, y en las
cámaras de televisión vidicon.

Modelo atómico de Thomson

A finales del siglo XIX Crookes obtuvo un vacío suficiente, observó que al someter en el vacío
unas placas metálicas a una gran diferencia de potencial, unas partículas, con carga
negativa, que se llamaron electrones, abandonaban la placa cargada negativamente y se
movían hacia la que tenía carga positiva. Esas mismas partículas aparecían si se iluminaba
un metal con luz ultravioleta. Estaba claro que sólo podían proceder de los átomos del metal,
así que el átomo no era indivisible, estaba formado por partículas.
El físico inglés Thomson creyó que el átomo estaba formado
por una esfera de carga positiva en la que se engastaban,
como pasas en un pastel, los electrones.

pero su propio discípulo Rutherford, descubrió que no podía


ser así, que toda la carga positiva del átomo y casi toda su
Átomo de Thomson
masa se encontraba en un reducido espacio, el núcleo
atómico, mientras que su carga negativa de electrones
estaban muy lejos de él, girando a su alrededor, de forma
que la mayor parte del átomo estaba vacío (a escala, si el
átomo tuviera el tamaño de una plaza de toros, el núcleo
tendría el tamaño de un grano de arena). Posteriores
investigaciones determinaron que el núcleo atómico estaba
formado por dos tipos de partículas, los protones, de carga
positiva, y los neutrones, sin carga eléctrica.
Átomo de Rutherford

RADIACTIVIDAD
La radiactividad o radioactividad es un fenómeno físico natural, por el cual algunos cuerpos o
elementos químicos llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la propiedad de
impresionar placas fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos
opacos a la luz ordinaria, etc. Debido a esa capacidad se las suele denominar radiaciones
ionizantes (en contraste con las no ionizantes). Las radiaciones emitidas pueden ser
electromagnéticas en forma de rayos X o rayos gamma, o bien partículas, como pueden ser
núcleos de Helio, electrones o positrones, protones u otras.

La radiactividad es una propiedad de los isótopos que son "inestables". Es decir que se
mantienen en un estado excitado en sus capas electrónicas o nucleares, con lo que para
alcanzar su estado fundamental deben perder energía. Lo hacen en emisiones
electromagnéticas o en emisiones de partículas con una determinada energía cinética. Esto se
produce variando la energía de sus electrones (emitiendo rayos X), sus nucleones (rayo
gamma) o variando el isótopo (al emitir desde el núcleo electrones, positrones, neutrones,
protones o partículas más pesadas), y en varios pasos sucesivos, con lo que un isótopo
pesado puede terminar convirtiéndose en uno mucho más ligero, como el Uranio que con el
transcurrir de los siglos acaba convirtiéndose en plomo.

Es aprovechada para la obtención de energía, usada en medicina (radioterapia y


radiodiagnóstico) y en aplicaciones industriales (medidas de espesores y densidades entre
otras).

La radiactividad puede ser:

• Natural: manifestada por los isótopos que se encuentran en la naturaleza.


• Artificial o inducida: manifestada por los radioisótopos producidos en
transformaciones artificiales

PARTICULA ALFA
Las partículas o rayos alfa (α) son núcleos completamente ionizados de Helio-4 (4He). Es
decir, sin su envoltura de electrones correspondiente. Estos núcleos están formados por dos
protones y dos neutrones. Al carecer de electrones, su carga eléctrica es positiva, de +2qe
de carga, mientras que su masa es de 4 uma.

Se generan habitualmente en reacciones nucleares o desintegración radiactiva de otros


nucleidos que se transmutan en elementos más ligeros mediante la emisión de dichas
partículas.

PARTICULA BETA
Una partícula beta es un electrón que sale despedido de un suceso radiactivo. Por la ley de
Fajans, si un átomo emite una partícula beta, su carga eléctrica aumenta en una unidad
positiva y el número de masa no varía. Ello es debido a que la masa del electrón es
despreciable frente a la masa total del átomo. En cambio, al ser emitida una carga negativa, el
átomo queda con una carga positiva más, para compensar el total de la carga eléctrica, con lo
cual el número de electrones disminuye. Este proceso es debido a la desintegración de un
neutrón en un protón y un electrón (desintegración beta).

PARTICULA GAMMA
La radiación gamma (γ) es un tipo de radiación electromagnética producida generalmente
por elementos radioactivos o procesos subatómicos como la aniquilación de un par positrón-
electrón. Este tipo de radiación de tal magnitud también es producida en fenómenos
astrofísicos de gran violencia.

Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta.
Dada su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados
para esterilizar equipos médicos y alimentos.

La energía de este tipo de radiación se mide en mega electronvoltios (MeV). Un MeV


corresponde a fotones gamma de longitudes de onda inferiores a 10 - 11 m o frecuencias
superiores a 1019 Hz.

Los rayos gamma se producen en la desexcitación de un nucleón de un nivel excitado a otro


de menor energía y en la desintegración de isótopos radiactivos. Los rayos gamma se
diferencian de los rayos X en su origen, debido a que estos últimos se producen a nivel extra
nuclear, por fenómenos de frenado electrónico. Generalmente asociada con la energía
nuclear y los reactores nucleares, la radiactividad se encuentra en nuestro entorno natural,
desde los rayos cósmicos, que nos bombardean desde el sol y las galaxias de fuera de
nuestro Sistema Solar, hasta algunos isótopos radiactivos que forman parte de nuestro
entorno natural.

En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie de la Tierra,


pues son absorbidos en la alta atmósfera. Para observar el universo en estas frecuencias, es
necesario utilizar globos de gran altitud u observatorios espaciales. En ambos casos se utiliza
el efecto Compton para detectar los rayos gamma. Estos rayos gamma se producen en
fenómenos astrofísicos de alta energía como explosiones de supernovas o núcleos de
galaxias activas. En astrofísica se denominan GRB (Gamma Ray Bursts) a fuentes de rayos
gamma que duran unos segundos o unas pocas horas siendo sucedidos por un brillo
decreciente de la fuente en rayos X durante algunos días. Ocurren en posiciones aleatorias del
cielo y su origen permanece todavía bajo discusión científica. En todo caso parecen constituir
los fenómenos más energéticos del Universo.

La excepción son los rayos gamma de energía por encima de unos miles de MeV (o sea, giga
electronvoltios o GeV), que, al incidir en la atmósfera, producen miles de partículas (cascada
atmosférica extensa) que, como viajan a velocidades más elevadas que la luz en el aire,
generan radiación de Cherenkov. Esta radiación es detectada en la superficie de la Tierra
mediante un tipo de telescopio llamado telescopio Cherenkov.

MODELO ATOMICO DE BOHR


El modelo atómico de Bohr o de Bohr-Rutherford es un modelo cuantizado del átomo que Bohr
propuso en 1913 para explicar cómo los electrones pueden tener órbitas estables alrededor del
núcleo. Este modelo planetario es un modelo funcional que no representa el átomo (objeto
físico) en sí sino que explica su funcionamiento por medio de ecuaciones.

Niels Bohr se basó en el átomo de hidrógeno para realizar el modelo que lleva su nombre.
Bohr intentaba realizar un modelo atómico capaz de explicar la estabilidad de la materia y los
espectros de emisión y absorción discretos que se observan en los gases. Describió el átomo
de hidrógeno con un protón en el núcleo, y girando a su alrededor un electrón. El modelo
atómico de Bohr partía conceptualmente del modelo atómico de Rutherford y de las
incipientes ideas sobre cuantización que habían surgido unos años antes con las
investigaciones de Max Planck y Albert Einstein. Debido a su simplicidad el modelo de Bohr
es todavía utilizado frecuentemente como una simplificación de la estructura de la materia.

En este modelo los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo, ocupando la
órbita de menor energía posible, o la órbita más cercana posible al núcleo. El
electromagnetismo clásico predecía que una partícula cargada moviéndose de forma circular
emitiría energía por lo que los electrones deberían colapsar sobre el núcleo en breves instantes
de tiempo. Para superar este problema Bohr supuso que los electrones solamente se podían
mover en órbitas específicas, cada una de las cuales caracterizada por su nivel energético.
Cada órbita puede entonces identificarse mediante un número entero n que toma valores desde
1 en adelante. Este número "n" recibe el nombre de Número Cuántico Principal.

Bohr supuso además que el momento angular de cada electrón estaba cuantizado y sólo
podía variar en fracciones enteras de la constante de Planck. De acuerdo al número cuántico
principal calculó las distancias a las cuales se hallaba del núcleo cada una de las órbitas
permitidas en el átomo de hidrógeno.

Estos niveles en un principio estaban clasificados por letras que empezaban en la "K" y
terminaban en la "Q". Posteriormente los niveles electrónicos se ordenaron por números. Cada
órbita tiene electrones con distintos niveles de energía obtenida que después se tiene que
liberar y por esa razón el electrón va saltando de una órbita a otra hasta llegar a una que tenga
el espacio y nivel adecuado, dependiendo de la energía que posea, para liberarse sin problema
y de nuevo volver a su órbita de origen.

Sin embargo no explicaba el espectro de estructura fina que podría ser explicado algunos años
más tarde gracias al modelo atómico de Sommerfeld. Históricamente el desarrollo del
modelo atómico de Bohr junto con la dualidad onda-corpúsculo permitiría a Erwin
Schrödinger descubrir la ecuación fundamental de la mecánica cuántica.

También podría gustarte