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Los rayos catódicos se propagan en línea recta en ausencia de influencias externas, pero son
desviados por los campos eléctricos o magnéticos (que pueden ser producidos colocando los
electrodos de alto voltaje o imanes fuera del tubo de vacío - esto explica el efecto de los imanes
en una pantalla de TV). El refinamiento de esta idea es el tubo de rayos catódicos (CRT),
también conocido como tubo de Braun (porque fue inventado el 1897 por Carl Ferdinand
Braun). El CRT es la clave en los sistemas de televisión, en los osciloscopios, y en las
cámaras de televisión vidicon.
A finales del siglo XIX Crookes obtuvo un vacío suficiente, observó que al someter en el vacío
unas placas metálicas a una gran diferencia de potencial, unas partículas, con carga
negativa, que se llamaron electrones, abandonaban la placa cargada negativamente y se
movían hacia la que tenía carga positiva. Esas mismas partículas aparecían si se iluminaba
un metal con luz ultravioleta. Estaba claro que sólo podían proceder de los átomos del metal,
así que el átomo no era indivisible, estaba formado por partículas.
El físico inglés Thomson creyó que el átomo estaba formado
por una esfera de carga positiva en la que se engastaban,
como pasas en un pastel, los electrones.
RADIACTIVIDAD
La radiactividad o radioactividad es un fenómeno físico natural, por el cual algunos cuerpos o
elementos químicos llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la propiedad de
impresionar placas fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos
opacos a la luz ordinaria, etc. Debido a esa capacidad se las suele denominar radiaciones
ionizantes (en contraste con las no ionizantes). Las radiaciones emitidas pueden ser
electromagnéticas en forma de rayos X o rayos gamma, o bien partículas, como pueden ser
núcleos de Helio, electrones o positrones, protones u otras.
La radiactividad es una propiedad de los isótopos que son "inestables". Es decir que se
mantienen en un estado excitado en sus capas electrónicas o nucleares, con lo que para
alcanzar su estado fundamental deben perder energía. Lo hacen en emisiones
electromagnéticas o en emisiones de partículas con una determinada energía cinética. Esto se
produce variando la energía de sus electrones (emitiendo rayos X), sus nucleones (rayo
gamma) o variando el isótopo (al emitir desde el núcleo electrones, positrones, neutrones,
protones o partículas más pesadas), y en varios pasos sucesivos, con lo que un isótopo
pesado puede terminar convirtiéndose en uno mucho más ligero, como el Uranio que con el
transcurrir de los siglos acaba convirtiéndose en plomo.
PARTICULA ALFA
Las partículas o rayos alfa (α) son núcleos completamente ionizados de Helio-4 (4He). Es
decir, sin su envoltura de electrones correspondiente. Estos núcleos están formados por dos
protones y dos neutrones. Al carecer de electrones, su carga eléctrica es positiva, de +2qe
de carga, mientras que su masa es de 4 uma.
PARTICULA BETA
Una partícula beta es un electrón que sale despedido de un suceso radiactivo. Por la ley de
Fajans, si un átomo emite una partícula beta, su carga eléctrica aumenta en una unidad
positiva y el número de masa no varía. Ello es debido a que la masa del electrón es
despreciable frente a la masa total del átomo. En cambio, al ser emitida una carga negativa, el
átomo queda con una carga positiva más, para compensar el total de la carga eléctrica, con lo
cual el número de electrones disminuye. Este proceso es debido a la desintegración de un
neutrón en un protón y un electrón (desintegración beta).
PARTICULA GAMMA
La radiación gamma (γ) es un tipo de radiación electromagnética producida generalmente
por elementos radioactivos o procesos subatómicos como la aniquilación de un par positrón-
electrón. Este tipo de radiación de tal magnitud también es producida en fenómenos
astrofísicos de gran violencia.
Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta.
Dada su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados
para esterilizar equipos médicos y alimentos.
La excepción son los rayos gamma de energía por encima de unos miles de MeV (o sea, giga
electronvoltios o GeV), que, al incidir en la atmósfera, producen miles de partículas (cascada
atmosférica extensa) que, como viajan a velocidades más elevadas que la luz en el aire,
generan radiación de Cherenkov. Esta radiación es detectada en la superficie de la Tierra
mediante un tipo de telescopio llamado telescopio Cherenkov.
Niels Bohr se basó en el átomo de hidrógeno para realizar el modelo que lleva su nombre.
Bohr intentaba realizar un modelo atómico capaz de explicar la estabilidad de la materia y los
espectros de emisión y absorción discretos que se observan en los gases. Describió el átomo
de hidrógeno con un protón en el núcleo, y girando a su alrededor un electrón. El modelo
atómico de Bohr partía conceptualmente del modelo atómico de Rutherford y de las
incipientes ideas sobre cuantización que habían surgido unos años antes con las
investigaciones de Max Planck y Albert Einstein. Debido a su simplicidad el modelo de Bohr
es todavía utilizado frecuentemente como una simplificación de la estructura de la materia.
En este modelo los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo, ocupando la
órbita de menor energía posible, o la órbita más cercana posible al núcleo. El
electromagnetismo clásico predecía que una partícula cargada moviéndose de forma circular
emitiría energía por lo que los electrones deberían colapsar sobre el núcleo en breves instantes
de tiempo. Para superar este problema Bohr supuso que los electrones solamente se podían
mover en órbitas específicas, cada una de las cuales caracterizada por su nivel energético.
Cada órbita puede entonces identificarse mediante un número entero n que toma valores desde
1 en adelante. Este número "n" recibe el nombre de Número Cuántico Principal.
Bohr supuso además que el momento angular de cada electrón estaba cuantizado y sólo
podía variar en fracciones enteras de la constante de Planck. De acuerdo al número cuántico
principal calculó las distancias a las cuales se hallaba del núcleo cada una de las órbitas
permitidas en el átomo de hidrógeno.
Estos niveles en un principio estaban clasificados por letras que empezaban en la "K" y
terminaban en la "Q". Posteriormente los niveles electrónicos se ordenaron por números. Cada
órbita tiene electrones con distintos niveles de energía obtenida que después se tiene que
liberar y por esa razón el electrón va saltando de una órbita a otra hasta llegar a una que tenga
el espacio y nivel adecuado, dependiendo de la energía que posea, para liberarse sin problema
y de nuevo volver a su órbita de origen.
Sin embargo no explicaba el espectro de estructura fina que podría ser explicado algunos años
más tarde gracias al modelo atómico de Sommerfeld. Históricamente el desarrollo del
modelo atómico de Bohr junto con la dualidad onda-corpúsculo permitiría a Erwin
Schrödinger descubrir la ecuación fundamental de la mecánica cuántica.