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Ensayo: El hombre mediocre

1. Introducción

¿Qué es un hombre mediocre? En realidad, este concepto puede variar según la

circunstancia en la que estemos desarrollándonos, es decir, dentro de una competencia de

baloncesto, por ejemplo, alguien mediocre para algunos sería aquel deportista que no entrena

para mejorar en su técnica; dentro de la música tal vez se tildaría de mediocre a aquel individuo

que se conforma solo con ciertos ritmos musicales y no desea explorar más; en el campo

educativo, se podría llamar mediocre a quien no se involucra mucho más en su campo para en el

futuro desenvolverse con total profesionalidad.

A pesar de lo mencionado, creemos que el hombre mediocre tiene características

resaltantes de las cuales pueden evidenciarse en cualquier circunstancia en la que nos

encontremos, creemos que estas características y peculiaridades que rodean al hombre mediocre

no pueden describirse mejor como lo realiza José Ingenieros en su libro “el hombre mediocre”.

En concordancia con lo mencionado, en el presente ensayo se tomarán aquellos

planteamientos prescritos en el libro “el hombre mediocre” en aras de argumentar las razones por

las cuales aún se encuentran vigentes dentro de nuestra sociedad. De esta manera el ensayo estará

estructurado de la siguiente manera:

Se analizarán los planteamientos de ¿Áurea Mediocritas?, en la cual se observará la

vigencia desde aquella perspectiva, excepciones y precisiones a tomar en cuenta; se argumentará

por qué los hombres mediocres en muchas oportunidades carecen de personalidad como sucede

también actualmente; comentaremos puntos relevantes en cuanto al concepto social de

mediocridad y, por último, consignaremos las conclusiones pertinentes.


2. La vigencia de “El hombre mediocre”

En la actualidad es evidente que existen hombres mediocres tal como se concibe en el

libro materia del ensayo, y, pesar de que este libro haya sido publicado en el año 1913 creemos

que algunas de sus postulaciones siguen estando presentes, es por ello pertinente brindar las

razones necesarias en aquellos puntos que relata el autor con el fin de reforzar la idea presentada.

2.1 “¿Áurea mediocritas?”

De manera concreta en esta parte del libro el autor menciona que el hombre mediocre es

aquel que no tiene un ideal fundado también se menciona que es aquel que no tiene ética ni

educación en determinada circunstancia social ello se puede observar cuando menciona que

“Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación

intelectual”.

Bien sabemos que la educación y la tenencia de un ideal por el cual luchar a lo largo de la

historia hizo libres a los seres humanos, el simple hecho de aprender ya significa de por sí una

ventaja por sobre los demás, ya que saber algo que otro no implica tener más condiciones de

“supervivencia” en determinada área; por ejemplo, el ser humano primitivo no tuvo más

posibilidades de supervivencia simplemente porque descubrió el fuego, sino que esta se volvió

efectiva cuando supieron cómo utilizarlo.

En la actualidad la educación también es signo de superioridad, pero debemos tener en

claro que no hay área del conocimiento que deba ser más ensalza que otra, ya que cada una de

ellas poseen sus propias complejidades. La excepción a este punto es sobre ¿que consideramos

que es menos mediocre?, ya que, una persona puede ser experta en su área y ser un “mediocre”

en otra, corresponde entonces dar ciertas precisiones en este punto.


En nuestra opinión, que una persona no sea experta en determinada área no lo vuelve

mediocre debido a que es evidente que nadie alcanzará la totalidad del conocimiento aún si

viviera muchos años más del promediado a nivel mundial; por lo tanto, no es razonable

relacionar la mediocridad con no saber todas las áreas que puedan existir.

Creemos que es mucho más lógico postular que la mediocridad a la que se refiere el autor

en ese punto no es la del “conocimiento absoluto”, sino que implica las motivaciones de una

persona en no conformarse con lo que le imponen y querer aprender mucho más allá de reglas

prestablecidas con el fin de progresar y superar progresivamente, en esta línea de ideas creemos

que será mediocre una persona que nunca tuvo un ideal , un sueño por el cual luchar , una

persona conformista independientemente del área en el que se desenvuelva. No obstante, cabe

resaltar que si queremos progresar como sociedad será pertinente enfocarse en áreas que

signifiquen un progreso y no en trivialidades que en poco o nada aportan al avance humano, si lo

vemos desde esta perspectiva mediocre también sería aquel que si bien no está conforme con lo

que aprende dentro de su área, realmente el área en la que quiere progresar no es relevante para

el desarrollo humano y la resolución de problemas que aquejan a nuestra sociedad, lo cual es la

esencia propia de la educación.

2.2 Los hombres sin personalidad

Otro signo de mediocridad sería aquel hombre que no posee peculiaridades que lo

distingan de los demás lo que lo convierte una copia o simplemente en “camaleón” que se adapta

según las circunstancias que le rodean. Una persona no mediocre no necesita copiar

desmesuradamente los atributos personales de los demás, ya que le basta con su propio “yo” para

poder destacar o simplemente diferenciarse.


La vigencia de este punto relatado por el autor es simple evidenciarse en la actualidad,

puesto que normalmente determinadas personas tienden a copiar personalidades solo con el fin

de ser aceptados dentro de determinado grupo y de esta manera van moldeándose hasta el punto

de que en realidad ya no queda nada de sí mismo. No obstante, es cierto que el ser humano se

adapta según las circunstancias que le rodean con el fin de sobrevivir, pero en cuanto a principios

o ideales se refiere si el hombre los pierde por el simple hecho de ser aceptados, pues refleja una

mediocridad y baja autoestima.

En la historia tenemos a grandes personajes destacados por su personalidad o ideales

inmovibles que los hicieron destacar de los demás, ideales que perduraron incluso hasta su

muerte. Un gran ejemplo es la filosofía de vida de Cicerón con respecto a la muerte la cual

consistía en que esta era algo natural y que debemos prepararnos para ella sin ningún temor, es

así que ante de que fuese asesinado Cicerón se dirigió al soldado encargado y le dijo “Acércate

soldado, no hay nada bueno en lo que estás haciendo, pero, al menos, córtame bien la cabeza”.

2.3 Entorno del hombre mediocre

Un hombre puede ser mediocre en determinada época según las circunstancias que le

rodean. Supongamos un momento que una persona profese que la tierra es plana, a pesar de las

abundantes pruebas que se le presenten que en realidad lo que refiere es erróneo; sin embargo, si

esa misma persona se hallara en una época en la que las pruebas no eran las que hoy, pues nadie

lo tildaría de mediocre, es por ello que José Ingenieros expresa que “El hombre normal en una

sociedad no lo es en otra; el de ha mil años no lo sería hoy, ni en el porvenir”.

Por las razones mencionadas es importante tener en cuenta que realmente lo que

conocemos hoy puede que debido que a las pruebas del porvenir no sean lo mismo en muchos

años adelante, esto es lo que se llama revolución científica. ¿Esto significa que en el presente
todos somos mediocres del futuro? Creemos que la respuesta es no, ya que, el mediocre es aquel

que no tiene ni le interesa tener ese espíritu de búsqueda, estudio, originalidad y otros aspectos

ya mencionados.

2.4 Concepto social de la mediocridad

A pesar de que no ser original sea signo de mediocridad, la imitación es necesaria al

inicio de nuestro desarrollo, es más, un niño aprende imitando por lo que esto será fundamental

para su desarrollo en las diferentes áreas de su vida y es que como bien se expresa: cada

individuo es producto de dos factores: herencia y educación siendo la segunda las circunstancias

y herramientas a las que el individuo debe adaptarse para sobrevivir.

No obstante, de lo mencionado, no significa que el ser humano va a vivir toda su vida en

imitación y aceptación, ello sí sería signo de mediocridad. Si bien es cierto que es indispensable

la imitación para el desarrollo humano es evidente que los grandes descubrimientos o aportes a la

sociedad no se hicieron imitando, sino criticando y no quedándonos solo con lo que se nos

ofrece, sino también imaginando nuevas formas de realizar las cosas o solucionar problemas.

En esta línea de ideas, cabe mencionar algo importante y es “el efecto mateo”, este

básicamente consta en que la persona en el que se desarrolla en circunstancias favorables pues

más adelante podrá progresar aún más, pero la que se haya en circunstancias paupérrimas más

adelante será aun peor su condición. Ténganse en cuenta que las circunstancias van a determinar

en muchos casos el porvenir de un individuo; no obstante, esto no significa que la persona no

tenga la capacidad de sobreponerse a aquellas circunstancias y mejorar su entorno; por lo tanto,

lo mediocre sería conformarse a la rutina porque como bien se expresa en esta parte “El hombre
superior es original e imaginativo, desadaptándose del medio social en la medida de su propia

variación”.

3. Conclusiones

 Para salir de la mediocridad se requiere cierto grado de educación, sin embargo, téngase

en cuenta que es referido más al espíritu que se tiene de querer aprender y no

conformarse con lo que ya se tiene, sino buscar mucho más allá.

 Un signo de mediocridad presente dentro de nuestro contexto social es la de la imitación

o adaptación solo con el fin de ser aceptados en determinado grupo, o simplemente el

dejar nuestros principios por provechos o aceptación social.

 Debe tenerse en cuenta el contexto en el que se desenvuelve el hombre mediocre, ya que,

si bien en determinada época a alguien se le pudo considerar mediocre en base a las

pruebas vigentes, puedo no haberlo sido en el pasado.

 La imitación es importante para el desarrollo humano; sin embargo, esta no puede

prevalecer para toda la vida, ello significaría un conformismo y evidentemente una

característica propia de la mediocridad. El hombre superior se sobreponer a las

circunstancias.

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