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Cálculo Avanzado

de Una Variable

Antoni Wawrzyńczyk

Universidad Autónoma Metropolitana


Iztapalapa
Contenido

1 Números reales 1
1.1 Números naturales y enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.2 Números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.3 Cortaduras de Dedekind . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.4 Propiedad de supremo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
1.5 Raices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

2 Sucesiones 31
2.1 Midiendo las distancias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.2 Sucesiones y subsucesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.3 Sucesiones convergentes. Lı́mites . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.4 Punto lı́mite, lı́mite superior e inferior . . . . . . . . . . . . . 40
2.5 Sucesiones de Cauchy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

3 Series 47
3.1 Definiciones y ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
3.2 Criterios de convergencia absoluta . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.3 Otros criterios de convergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

4 Conjuntos abiertos, cerrados, compactos 59


4.1 Conjuntos abiertos en X, vecindades. . . . . . . . . . . . . . . 59
4.2 Conjuntos cerrados. La cerradura . . . . . . . . . . . . . . . . 64
4.3 Conjuntos compactos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

5 Funciones continuas 73
5.1 Continuidad en un punto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
5.2 Continuidad uniforme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
5.3 Discontinuidades. Lı́mites de la función en un punto . . . . . . 79

i
ii

5.4 Funciones continuas en todas partes . . . . . . . . . . . . . . . 82

6 Integral de Riemann 89
6.1 Funciones R-integrables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
6.2 Criterios de integrabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
6.3 Espacio de funciones R-integrables . . . . . . . . . . . . . . . 94
6.4 Integral indefinida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

7 Derivación 103
7.1 La derivada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
7.2 Técnicas de derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
7.3 Teoremas de valor medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
7.4 Teorema fundamental del cálculo
diferencial e integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
7.5 Fórmula de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
7.6 Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
7.7 Lı́mites en el infinito y lı́mites
infinitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
7.8 Funciones convexas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
7.9 Estudio de las gráficas
de funciones suaves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

8 Convergencia de funciones 133


8.1 Convergencia puntual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
8.2 Convergencia uniforme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
8.3 Convergencia uniforme y continuidad . . . . . . . . . . . . . . 140
8.4 Convergencia uniforme y la integración . . . . . . . . . . . . . 141
8.5 Convergencia uniforme y derivación . . . . . . . . . . . . . . . 144
8.6 Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
8.7 Integración y derivación de series de potencias . . . . . . . . . 148
8.8 Teorema de Weierstrass . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
8.9 Series de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
iii

Prefacio
El presente curso de Cálculo Avanzado no pretende cargar al Lector con
mayor cantidad de fórmulas y teoremas por aprender. El avanze que se
intenta lograr consiste en un mejor entendimiento de los temas e introducción
a las técnicas y los métodos de demostración. Es una profunda convicción del
autor que solamente el conocimiento de las demostraciones de los teoremas
permite entender su contenido, importancia y el alcanze de sus aplicaciones.
Un hecho realmente comprendido no necesita ser recordado, no nonstituye
ninguna carga para la memoria, sino se vuelve parte de nuestro ser como una
mano es parte de nuestro cuerpo.
El primer capı́tulo está dedicado a la teorı́a de los números reales. En la
matemática ”preunivesitaria” se intenta convencer al alumno que el concepto
de número real es obvio y natural. Para este fin se utilizan las intuiciones
geométricas identificando el eje real con una recta en el plano con un origen
identificado con el número 0 y un semieje distinguido como el conjunto de
los números positivos.
Entre enfoque funciona en práctica hasta cierto punto para tratar los
problemas algebraicos, sin embargo no es suficiente para el análisis.
Entre varios enfoques de la teorı́a de números escogemos aquı́ el método
de las cortaduras de Dedekind, aunque tal vez no es el método más sencillo.
Tiene sin embargo una ventaja muy importante, a saber proporciona opor-
tunidad de recordar las nociones de la teorı́a de conjuntos y de hacer muchos
ejercicios que en realidad pertenecan al área de la topologı́a que es el tema
de varios Capı́tulos consecutivos.
Para el estudio de la continuidad de funciones utilizamos en forma paralela
los métodos de convergencia de sucesiones ası́ como tan llamados métodos
² − δ dandoles sin embargo el sabor a la topologı́a.
La derivación es tratada en forma sumamente tradicional, aunque se
iv

mencionan los puntos de vista que luego ayudan el paso a las funciones de
varias variables.
El último Capı́tulo presenta los problemas de convergencia puntual, uni-
forme y casi uniforme de funciones que se aplican también a las series de
funciones.
El programa del curso corresponde exactamente a los programas vigentes
de los cursos del Cálculo Avanzado I y II de la licanciatura en Matemáticas
de la División de Ciencias Básicas e Ingenierı́a de la Universidad Autónoma
Metropolitana - Iztapalapa.
Chapter 1

Números reales

Los primeros números que aprendemos a manejar son los números naturales.
Aunque parezca extraño, se puede llegar a mucha habilidad en el manejo de
los mismos sin haber definido que es en realidad un número natural. Con
toda seguridad se puede decir que la mayorı́a de las personas que ”practican”
matemáticas nunca en su vida se preocupan por conocer los problemas lógicos
que están atras del concepto del número natural. Para justificar esta falta
podemos comentar unicamente que la demostración rigurosa del hecho de
que 1+1=2 en un artı́culo muy formal de Russell and Whitehead ocupa 362
páginas. En el curso de Estructuras Numéricas conocimos la axiomática de
Peano de N, pero la existencia del objeto que satisfaga esta axiomática no es
obvia en absoluto. El mismo desarollo de la teorı́a de los números naturales a
partir de los axiomas de Peano es una tarea larga que en los libros serios ocupa
por lo menos 50 páginas. Introducción de los números enteros, racionales y
reales significa otros 100 páginas.
El presente curso está dedicado al análisis real y bién podrı́mos empezar
diciendo simplemente: Denotamos por R el eje real. Sin embargo, mien-
tras que el manejo intuitivo de los números naturales no presenta mayores
peligros, no es ası́ en caso de los números reales cuya ”existencia” es mucho
menos obvia. Por otro lado, creemos que todos los cursos de la licenciatura,
además de ampliar los conocimientos de nuevas áreas, deben participar en el
desarrollo de la ”cultura matemática” profundizando los fundamentos de la
misma.
Aunque no es posible presentar brevemente las bases de la teorı́a de los
números, vamos a dar un rápido repaso de este tema poniendo especial énfasis
sobre las construcciones de Z, Q, R a partir de la axiomática de los números

1
2

naturales.

1.1 Números naturales y enteros


La axiomática de los números naturales fue creada por Giuseppe Peano
(1858-1932) un matemático italiano quien además de grandes aportaciones
en los fundamentos de matemática obtuvo resultados importantes en un
área de caracter tan ”práctico” como la teorı́a de ecuaciones diferenciales.
Lo mencionams para subrayar que la preocupación por los fundamentos de
matemáticas no es solo dominio de ”los aburridos puristas”.

Axiomática de Peano para N


Los números naturales están formados por una terna (N, 1, σ), donde N
es un conjunto, 1 es un elemento de N y σ : N → N es una función llamada
sucesor que tiene las siguientes propiedades:

1. σ(n) 6= 1 para todos n ∈ N,

2. σ(n) = σ(m) implica n = m para todos n, m ∈ N,

3. si S ⊂ N, 1 ∈ S y σ(S) ⊂ S entonces S = N.

Para explicar el significado de la axiomática de los naturales debemos


interpretar el elemento σ(n) como el elemento siguiente a n y el elemento n
como el precedente de σ(n).
El número 1 como el único elemento de N no tiene precedente. Todos los
demás elementos tienen a lo más un precedente según axioma 2.
El último axioma llamado el principio de la inducción matemática afirma
que no existe dentro de N ningún subconjunto propio que satisfaga las
condiciones 1 y 2.
Gracias a este axioma se puede ver inmediatamente que cada elemento ex-
epto 1 sı́ tiene su elemento precedente. Vale la pena estudiar su demostracón
que es un ejemplo tı́pico de la aplición de la inducción matemática.

Proposition 1.1.1. σ(N) = N \ {1}.

Demostración Sea M = σ(N) ∪ {1} ⊂ N. Directamente por la definición el


conjunto M contiene al elemento 1 y está cerrado con respecto a la operación
σ. Por axioma 3 obtenemos M = N. ¤
3

El tercer axioma permite también probar el siguiente resultado que de-


muestra en que sentido N es único. Su demostración también se basa en en
el método de la inducción.

Teorema 1.1.2 Si las ternas (N, 1, σ) y (M, 1, τ ) satisfacen los axiomas de


Peano, entonces existe una función biunı́voca ϕ : N → M tal que ϕ(1) = 1
y ϕ(σ(n)) = τ (ϕ(n)).

Demostración Definimos la función ϕ de la manera siguiente:


a. ϕ(1) = 1,
b. si ϕ(n) = m entonces ϕ(σ(n)) = τ (m) = τ (ϕ(n)).
El dominio D de esta función contiene el elemento 1 y es cerrado con
respecto a σ. Entonces D = N. Es una función unı́voca, porque ϕ(σ(n)) =
ϕ(σ(m)) implica τ (ϕ(n)) = τ (ϕ(m)) y por axioma 2 se sigue ϕ(n) = ϕ(m).
La imagen J = ϕ(N) contiene 1. Si p ∈ J entonces p = ϕ(n) para algún
n ∈ N. Obtenemos

τ (p) = τ (ϕ(n) = ϕ(σ(n)) ∈ J.

Por axioma 3 que es válido para la terna (M, 1, τ ) obtenemos que ϕ es


también suprayectiva.
¤
Después de haber presentado la axiomática de los números naturales va-
mos a recordar brevemente el desarrollo de las propiedades de su estructura.
El papel preponderante pertenece a la operación de adición en N. No nos
debe sorprender que la definición tiene también carácter inductivo.

Definición La suma es una operación N × N 3 (n, m) → n + m ∈ N


definida en dos pasos:
1. La suma con 1
n + 1 = σ(1).
2. conociendo el valor de n + m ponemos

n + σ(m) = σ(n + m).

De acuerdo con Proposión 1.1.1 cada elemento de N que no es 1, tiene


la forma σ(m). Aplicando el tercer axioma de Peano se deduce que la suma
está definida para todo par (n, m). Esta demostración se recomienda como
un ejercicio.
4

Teorema 1.1.3 La aplicación N × N 3 (n, m) → n + m ∈ N tiene las


siguientes propiedades:
Es conmutativa:
n+m=m+n
y asociativa:
n + (m + k) = (n + m) + k.
Tiene también la propiedad de cancelación:
n + k = m + k ⇒ n = m.

En N se define también la multiplicación.

Definición La aplicación de la multiplicación N × N 3 (n, m) → nm ∈ N

1. n1 = n, para todo n ∈ N,

2. Si conocemos el valor nm, definimos σ(m)n = mn + n.

La propiedad 2 de la definición está creando la fundamental relación entre


la multiplicación y la suma. Tomando m = 2 = σ(1) obtenemos la fórmula
2n = n + n; para m = 3 se sigue 3n = 2n + n = n + n + n etc., lo que está
de acuerdo con la definición intuitiva de que mn = n + · · · + n (m-veces.)
Teorema 1.1.4 La multiplicación es conmutativa:
nm = mn
y asociativa:
n(mk) = (nm)k.
Tiene también la propiedad de cancelación:
nk = mk ⇒ n = m.
La adición y la multiplicación están relacionadas por la propiedad de
distribución:
(n + m)k = nk + mk.
Tenemos finalmente un orden natural en N.
Definición Si n, m ∈ N, denotamos n < m y decimos que n es menor que
m, o que m es mayor que n, cuando existe k ∈ N tal que m = n + k.
Este orden es transitivo, es decir m < n y n < k implica m < k.
He aquı́ las fórmulas de la compatibilidad del orden con las operaciopnes
de suma y multiplicación:
Si m, n, k, l ∈ N y m < n, k < l entonces
5

1. m + k < n + l,

2. mk < nl.

Una vez más se aplica el último axioma de Peano para demostrar la


propiedad de tricotomı́a:
Para cada par a, b ∈ N una y solo una de las tres posibilidades se da:
a < b, a = b, b < a.

El principio de buen orden también se deduce del axioma de inducción:


Cada conjunto F ⊂ N contiene un único elemento mı́nimo.

Construcción de Z

La construcción de los números enteros consiste en agregar a N el elemento


neutral 0 y el conjunto de los enteros negativos. Como resultado obtenemos
un anillo ordenado: un grupo conmutativo con respecto a la adición y provisto
de un orden y además de la multiplicación.

En el producto cartesiano N × N introducimos la relación (m, n) ≡ (k, l)


cuando m+l = n+k. Dejamos al lector la tarea de verificar que esta relación
es de equivalencia.
Definición La clase del elemento (m, n) se va a denotar hm, ni y se llama
un número entero. Por Z = N × N/ ≡ denotamos el conjunto de las clases
de equivalencia con respecto a la relación ≡.
El cálculo de los enteros surgió en forma natural de los calculos financieros
de los efectivos y los adeudos. Si en el par (m, n) se interpreta m como
efectivos y n como adeudo, entonces a dos pares (m, n) y (k, l) les corresponde
la misma situación financiera cuando m + l = k + n, es decir cuando
(m, n) ≡ (k, l). Los números naturales no son suficientes para describir
las situaciones cuando la deuda supera a los efectivos y esta es la razón de
introducir el espacio de los enteros.
En el espacio Z sumergimos los números naturales utilizando la función

ι : N 3 n → hn + 1, 1i ∈ Z. (1.1)

La imagen de esta aplicación satisface los tres axiomas de Peano por lo que
se puede identificar con N. Consideramos N como subconjunto de Z.
6

En Z definimos la operación de adición y de la multiplicación extendiendo


las que tenemos ya definidas en N.
La adición: hm, ni + hk, li = hm + k, n + li,
La multiplicación: hm, nihk, li = hmk + nl, ml + nki.
Cada vez que definimos una función sobre las clases de equivalencia
utilizando los representantes de la clase, es necesario verificar que la definición
es correcta. Lo hacemos en el caso de la multiplicación que aparentemente
es más complicado.
Tomando (m0 , n0 ) ≡ (m, n) y (k 0 , l0 ) ≡ (k, l) debemos probar que

(m0 k 0 + n0 l0 , m0 l0 + n0 k 0 ) ≡ (mk + nl, ml + nk).

Disponemos de la información de que m0 + n = n0 + m y k 0 + l = k + l0 .


Multiplicando la primera ecuación por k 0 y luego por l0 y la segunda por
m y por n obtenemos:

k 0 m0 + k 0 n = k 0 m + k 0 n0 ,
l0 m + l0 n0 = l0 m0 + l0 n,
mk 0 + ml = mk + l0 m
nk + nl0 = nk 0 + nl.

Sumamos los lados izquierdos y los lados derechos de las ecuaciones y obten-
emos:
k 0 m0 + l0 n0 + ml + nk + k 0 n + l0 m + mk 0 + nl0 = k 0 n0 + l0 m0 + mk + nl + k 0 m +
l0 n + l0 m + nk 0 .
Gracias a la propiedad de la cancelación llegamos a la igualdad
k 0 m0 + l0 n0 + ml + nk = k 0 n0 + l0 m0 + mk + nl,
que demuestra la equivalencia deseada.
La demostración correspondiente a la definición de la suma que es más
sencilla, se recomienda como un ejercicio.
En la proposición siguiente verificamos que las operaciones introducidas
en Z constituyen una extención de las operaciones definidas anteriormente
para N.
Proposición 1.1.5 Si ι : N → Z es la inyección definida en (1.1), entonces
para todos n, m ∈ N
1. ι(m + n) = ι(m) + ι(n),
2. ι(mn) = ι(m)ι(n).
7

Demostración 1. Calculamos

ι(m+n) = hm+n+1, 1i = hm+n+2, 2i = hm+1, 1i+hn+1, 1i = ι(m)+ι(n).

2. Directamente por la definición

ι(m)ι(n) = hm + 1, 1ihn + 1, 1i = h(m + 1)(n + 1) + 1, m + 1 + n + 1i


= hmn + 1, 1i = ι(mn).

¤
He aquı́ el resumen de las propiedades de las operaciones de la adición y
de la multiplicación:

Teorema 1.1.6 Para a, b, c ∈ Z

1. a + b = b + a.

2. a + (b + c) = (a + b) + c.

3. La clase 0 = h1, 1i es el único elemento tal que a + 0 = a para todo


a ∈ Z.

4. Para cada a = hm, ni ∈ Z el elemento −a = hn, mi = h1, 2ihm, ni es el


único número que satisface a + (−a) = 0.

5. ab = ba.

6. a(bc) = (ab)c.

7. a(b + c) = ab + ac.

8. La clase 1 = h2, 1i es el único elemento tal que 1a = a para todo a ∈ Z.

Demostración Todas las fórmulas se obtiene aplicando directamente las


definiciones correspondientes, entonces dejamos esta tarea como ejercicio.
Nos limitamos a demostrar que los elementos neutrales de la adición y de la
multiplicación y el elemento inverso de la adición son únicos.
Si a + 0 = a y a + 00 = a para todos a ∈ Z, entonces substituyendo a = 00
en la primera ecuación y a = 0 en la segunda obtenemos 00 = 0 + 00 = 0. En
forma análoga, si 1a = a y 10 a = a idénticamente para a ∈ Z, entonces en
particular 1 = 1 · 10 = 10 . Los elementos neutrales son únicos.
8

Si −a y a∗ son inversos aditivos de a, entonces −a = −a + 0 = −a + (a +


a∗ ) = (−a + a) + a∗ = a∗ .
¤
Al final definimos el orden en Z. Lo hacemos determinando primero los
conjuntos de elementos positivos y negativos.

Z+ = {hm, ni| m > n}, Z− = {hm, ni| m < n}.


Cuando m > n, tomando en cuenta que hm, ni = hm − n + 1, 1i =
ι(m − n). Por lo tanto Z+ = ι(N). Usando esta observación y Proposición
1.1.5 obtenemos inmediatamente:
Corolario 1.1.7 Si a, b ∈ Z+ , entonces a + b, ab ∈ Z+ .
Para cada par de números naturales (m, n) tiene lugar una y solo una de
las relaciones: m > n ó m < n ó m = n. Por lo tanto
Z = Z+ ∪ {0} ∪ Z− .
Denotamos también Z∗ = Z+ ∪ Z− .
Definición Sean a, b ∈ Z. Decimos que a es menor que b (denotamos
a < b) cuando b − a ∈ Z+ . Denotamos a ≤ b cuando b − a ∈ Z+ ∪ {0}.
El estudio de esta relación, lo dejamos a la sección siguiente, donde Z se
sumerge en el campo de los números racionales Q y el orden aquı́ definido
también se extiende al orden en este espacio más grande.

1.2 Números racionales


La descripción de los números racionales que vamos a presentar no difiere
mucho de la descripción conocida de la escuela primaria donde los números
n
racionales se llaman las fracciones o los quebrados . Se trata de un
m
procedimiento que se aplica también en otras situaciones cuando tenemos una
estructura aditiva de grupo conmutativo combinada por medio de la fórmula
de distribución con la multiplicación también conmutativa sin divisores de
cero. La construcción de ”los quebrados” sumerge esta estructura en un
campo, es decir una estructura, donde cada elemento no nulo tiene su inverso
multiplicativo.
En nuestro caso partimos de los números enteros Z y el propósito es
sumergir Z en un campo Q lo más pequeño posible. El hecho de que Q sea un
9

campo significa que para cada p ∈ Q, p 6= 0 existe su inverso multiplicativo,


es decir un número p−1 ∈ Q tal que p(p−1 ) = (p−1 )p = 1.
Mientras que la introducción de los números enteros tuvo como propósito
obtener una estructura que contiene a N y donde cada elemento tiene su
inverso aditivo, la introducción de Q realiza el mismo plan con respecto a la
multiplicación de elementos no nulos.
Pasamos a la construcción de Q.
En el espacio de los pares (m, n) ∈ Z × Z∗ introducimos la siguiente relación.

(m, n) ∼ (k, l) cuando lm = kn.

Proposición 1.2.1 La relación ∼ es una relación de equivalencia.


Demostración La condición (m, n) ∼ (m, n) se cumple obviamente. La
condición lm = kn significa que se cumple (m, n) ∼ (k, l) y también (k, l) ∼
(m, n), entonces la relación es simétrica. Supongamos que (m, n) ∼ (k, l)
y (k, l) ∼ (r, s). Tenemos entonces kn = lm y lr = sk. Por lo tanto
kns = lms = lrn que implica l(ms − rn) = 0. Por suposición l 6= 0 entonces
ms = rn que significa (m, n) ∼ (r, s).
¤
El espacio de los números racionales es el conjunto Q de las clases de
equivalencia Z × Z∗ / ∼. La clase de equivalencia de (m, n) se va a denotar
por [m, n].
Sumergimos Z en Q por medio de la aplicación τ : Z → Q, donde
τ (m) = [m, 1].
Realmente se trata de una inyección porque [m, 1] = [k, 1] implica
(m, 1) ∼ (k, 1) y luego m = k.
En Q introducimos las operaciones de la adición y de la multiplicación.

1. [m, n] + [k, l] = [lm + nk, nl],

2. [m, n][k, l] = [mk, nl].

Nuevamente hemos definido una operación en el espacio de las clases


de equivalencia por medio de las operaciones sobre los representantes de las
clases. Es necesario comprobar que la definición es correcta - que el resultado
no depende del representante particular de cada clase.
Lo vamos a hacer únicamente en el caso de la suma, que es relativamente
más complicado.
10

Sean (m, n) ∼ (m0 , n0 ) y (k, l) ∼ (k 0 , l0 ). Debemos demostrar que (lm +


nk, nl) ∼ (l0 m0 + n0 k 0 , n0 l0 ). Lo que sabemos es que mn0 = nm0 y kl0 = lk 0 .
Calculamos:

(lm + nk)n0 l0 = lmn0 l0 + nkn0 l0 = lnm0 l0 + nn0 k 0 l = (m0 l0 + n0 k 0 )nl,

por lo cual efectivamente (lm + nk, nl) ∼ (l0 m0 + n0 k 0 , n0 l0 ).


El paso siguiente es ver que la inyección τ transforma la adición y la
multiplicación en Z en las operaciones correspondientes en Q. Con este fin
calculamos:
τ (n + m) = [n + m, 1] = [n, 1] + [m, 1] = τ (n) + τ (m),
τ (nm) = [nm, 1] = [n, 1][m, 1] = τ (n)τ (m).
Las propiedades principales de la estructura algebráica definida en Q
están contenidas en el siguiente teorema:

Teorema 1.2.2 Para a, b, c ∈ Q

1. a + b = b + a,

2. a + (b + c) = (a + b) + c,

3. la clase 0 = [0, 1] es el único elemento tal que a + 0 = a para todo


a ∈ Q,

4. para cada a = [m, n] ∈ Q el elemento −a = [−m, n] es el único número


que satisface a + (−a) = 0.

5. ab = ba,

6. a(bc) = (ab)c,

7. a(b + c) = ab + ac,

8. la clase 1 = [1, 1] es el único elemento tal que 1a = a para todo a ∈ Q,

9. si a = [m, n] 6= 0 entonces a−1 = [n, m] es el único elemento tal que


a(a−1 ) = 1.

Demostración No vamos a desarrollar los cálculos que unicamente nece-


sitan la aplicación de las definiciones correspondientes. Los recomendamos
como ejercicios. La unicidad de los elementos neutrales de la adición y de la
11

multiplicación, ası́ como la unicidad de −a se demuestra como en el caso de


los números enteros. Nos queda por demostrar que el inverso multiplicativo
es único.
Si a−1 y a∗ son inversos multiplicativos de a 6= 0 entonces a−1 = (a−1 )1 =
(a−1 )aa∗ = a∗ .
¤
A continuación en vez de a + (−b) vamos a escribir a − b llamando esta
a
operación la sustracción. En en algunas ocasiones denotamos en vez de
b
−1
a(b ). (Aquı́ b se supone 6= 0). Esta operación se llama la división de a
entre b.
Las propiedades descritas en el último teorema se pueden resumir di-
ciendo: Q es un campo.
Otra estructura importantı́sima que existe en Q es el buen orden. Para
determinarlo definimos primero los conjuntos de los elementos positivos y de
negativos. Sean

Q+ = {[m, n]| nm > 0}, Q− = {[m, n]| nm < 0}.

Estas definiciónes necesitan cierta aclaración. Debemos ver que el signo


del producto nm es constante para cada elemento de la clase [m, n] 6= 0. Si
(m0 , n0 ) ∼ (m, n) entonces mn0 = m0 n y obtenemos

(mn)(m0 n0 ) = (nm0 )2 > 0.

Por lo tanto mn y m0 n0 tienen el mismo signo. Las definiciones de Q+ , Q−


son correctas. Obviamente

Q = Q− ∪ {0} ∪ Q+

donde los tres componentes son disjuntos. Esta propiedad es llamada la


tricotomı́a del orden en Q.
Denotamos Q∗ = Q+ ∪ Q− .
Observemos la siguiente propiedad del conjunto Q+ :

Proposición 1.2.3 Para a, b ∈ Q arbitrarios

1. a + b ∈ Q+ ,

2. ab ∈ Q+ .
12

Demostración Sean a = [m, n], b = [k, l] ∈ Q+ . Tenemos mn > 0 y kl >


0. Luego, para a+b = [lm+nk, nl] calculamos (lm+nk)nl = l2 mn+n2 lk > 0,
entonces a + b ∈ Q.
Para el producto ab = [mk, nl] obtenemos mknl = (mn)(kl) > 0,
entonces ab ∈ Q.
¤

Finalmente introducimos el orden en Q:

a < b cuando b − a ∈ Q+ ,

a ≤ b cuando b − a ∈ {0} ∪ Q+ .
Tenemos en particular: a < b si y solo si b − a > 0.
La demostración de que ≤ es un orden es sencilla y se deja como ejercicio.
Como es costumbre con frecuencia escribiremos a > b ó a ≥ b en lugar de
escribir b < a ó b ≤ a.
La relación del orden con las operaciones de la adición y de la multipli-
cación se describe en el siguiente teorema.

Teorema 1.2.4 Sean a, b, c, d ∈ Q. Entonces

1. si a < b, entonces a + c < b + c,

2. si a < b y c < d, entonces a + c < b + d,

3. a > 0 si y solo si −a < 0,

4. si a < b y 0 < c entonces ac < bc,

5. si a < b y c < 0 entonces ac > bc,

6. a > 0 si y solo si a−1 > 0,

7. Si 0 < a < b entonces b−1 < a−1 .

Demostración Todas las afirmaciones se demuestran directamente por la


definición usando las propiedades básicas de los conceptos en cuestión.
Inciso 1 dice nada mas que b + c − (a + c) = b − a > 0.
En inciso 2 por suposición b − a ≥ 0 y d − c ≥ 0. Proposición 1.2.3 afirma
que b − a + d − c = b + d − (a + c) ≥ 0. Entonces b + d ≥ a + c.
13

En inciso 3, si suponemos que −a ∈ Q+ , obtenemos de la Proposición


1.2.3 que 0 = a + (−a) ∈ Q+ , que no es cierto. Por lo tanto −a ≤ 0 y como
a 6= 0 (ver ejercicio 6) se sigue que −a < 0. Entonces −a < 0.
Para demostrar 4 calculamos ac − bc = (a − b)c ∈ Q+ por Proposición
1.2.3.
Análogamete, si c < 0 obtenemos −c > 0 y por lo tanto (−c)(b − a) =
−cb + ca > 0, lo que implica ca > cb.
En el caso del inciso 6 aplicamos el mismo razonamiento que en 3,
recordando que a es el inverso de a−1 .
Finalmente, para obtener 7 multiplicamos ambos lados de la desigualdad
a < b por b−1 obteniendo a(b−1 ) < 1. Multiplicamos la última desigualdad
por a−1 y llegamos a la fórmula b−1 < a−1 .
¤
La introducción del orden en Q nos permite observar unas propiedades
nuevas del campo Q.

Teorema 1.2.5 Si a, b ∈ Q y a < b, entonces existe c ∈ Q tal que a < c < b.

a+b
Demostración Definimos c = . Por suposición tenemos 2a < a+b <
2
a+b
2b. Dividiendo entre 2 pasamos a a < < b. ¤
2

Como corolario podemos deducir tan llamada propiedad arquimediana de


los racionales:

Teorema 1.2.6 Si a, b ∈ Q+ y a < b, entonces existe n ∈ N tal que b < na.

a
Demostración Por Teorema 1.2.5 existe 0 < [m, n] tal que [m, n] < .
b
Multiplicando ambos lados de la desigualdad por nb obtenemos mb < na.
Sin embargo m ≥ 1, entonces b ≤ mb < na.
¤
Corolario 1.2.7 Dado a ∈ Q+ , para cada ² > 0 existe n ∈ N tal que
a
< ².
2n
Dejamos la demostración como ejercicio.
14

1.3 Cortaduras de Dedekind


Antes de pasar a la construcción de los números reales debemos explicar las
razones de hacerlo.
Los números naturales N se introducen para poder contar objetos. En N
podemos sumar y multiplicar los elementos. El anillo de los números enteros
Z se construye para poder además efectuar las sustracciones. En el campo
de los racionales Q podemos además dividir entre cualquier elemento distinto
de cero.
En los casos de Z y Q las razón de construirlos es de carácter algebraico.
Desde este punto de vista la estructura del campo Q ya es muy satisfactoria,
aunque no perfecta (habrán razones también algebraicas para sumergirla en
el campo de los complejos).
Sin embargo, la construcción de los reales está motivada por necesidades
de otro carácter que, adelantandonos un poco, podemos llamar topológicos.
Para explicarlos recordemos primero un hecho bién conocido:
Ejemplo 1: No existe en Q ningún número q que satisfaga la ecuación
q 2 = 2.
Para demostrarlo supongamos que para m, n ∈ N el número q = [m, n]
cumple con q 2 = [m, n]2 = [m2 , n2 ] = 2 y por lo tanto m2 = 2n2 . Si m2
contiene 2 como factor, entonces m es de forma m = 2k con k ∈ N. Por lo
tanto m2 = 4k 2 = 2n2 . Obtenemos 2k 2 = n2 , lo que implica n = 2l, donde
l ∈ N. Pero entonces [m, n] = [k, l], donde k = m/2 y l = n/2 son números
naturales. Repitiendo el argumento obtenemos que, si el par (m, n) satisface
la ecuación [m, n]2 = 2, entonces para cada p ∈ N el número m/2p sigue
siendo un número natural. Obtenemos la contradicción con el principio de
buen orden, porque resulta que el conjunto {m ∈ N| ∃n ∈ N, [m, n]2 = 2}
no tiene elemento minimal.
No existe entonces la solución racional de la ecuación q 2 = 2.
Observemos ahora que, de todas maneras el número 2 se puede ”acosar”
por ambos lados por los números de forma q 2 , donde q ∈ Q. Denotemos
p = {p ∈ Q| p < 0 o p2 < 2}.
Teorema 1.3.1 Para todo 0 < p ∈ p y q 6∈ p existen p1 , q1 ∈ Q tales que
p < p1 , q1 < q y p2 < p21 < 2 < q12 < q 2 .
Demostración Como ya sabemos, la solución racional de la ecuación x2 = 2
no existe.
15

El complemento del conjunto p tiene la forma

pc = {x ∈ Q| x2 > 2}.

Nuestra suposición significa entonces que p2 < 2 < q 2 . Buscamos 0 < hi ∈ Q,


i = 1, 2, tales que (p + h1 )2 < 2 < (q − h2 )2 .
Representamos (p + h1 )2 = p2 + (2p + h1 )h1 . Si hacemos h1 < 1 y al
2−p2
mismo tiempo h1 < 2p+1 , obtenemos para p1 = p + h1 :

p21 = p2 + (2p + h1 )h1 < p2 + (2p + 1)h1 < p2 + 2 − p2 = 2.


q 2 −2
Tomando h2 = 2q
obtenemos para q1 = q − h2 :

q 2 = (q − h2 )2 = q 2 − (q 2 − 2) + h22 > 2.

Para dar una interpretación importante del Teorema 1.3.1 introduzcamos


los conceptos de elemento maximal y de elemento minimal de un conjunto
A ⊂ Q. Diremos que A tiene elemento maximal si existe M ∈ A tal que
p ≤ M para todo p ∈ A. En tal caso denotamos M = max A. El conjunto
A tiene elemento minimal si existe m ∈ A tal que p ≥ m para todo p ∈ A.
Denotamos m = min A.
Teorema 1.3.1 combinado con Ejemplo 1 afirma que el conjunto p
no tiene elemento maximal. El conjunto pc en cambio no tiene elemento
minimal. Parece que entre los conjuntos p y su complemento queda un hueco
y que este hueco es responsable de la falta de la solución de la ecuación r2 = 2.
La construcción de los números reales nos proporcionará en particular tal
número que además satisface p < r para todo p ∈ p y r < q para todo q ∈ pc .
Vamos a ”llenar huecos” en el conjunto de los números racionales.
Definición
Un subconjunto propio no vacı́o a ⊂ Q se llama una cortadura de
Dedekind si no contiene un elemento maximal y tiene la siguiente propiedad:

x ∈ a, y < x ⇒ y ∈ a.
A continuación llamamos a las cortaduras de Dedekind solamente cor-
taduras.
16

Para obtener ejemplos de cortaduras podemos tomar a ∈ Q y luego definir

xa = {x ∈ Q| x < a}. (1.2)

Este conjunto satisface todas las condiciones que definen una cortadura.
Es también obvio que si a, b ∈ Q y a < b entonces xa ⊂ xb y xa 6= xb .
Efectivamente, el número racional 12 (a + b) pertenece a xb y no pertenece a
xa .
Las cortaduras de la forma xa , a ∈ Q se llaman cortaduras racionales.
He aquı́ una caracterı́stica de las cortaduras racionales.

Teorema 1.3.2 La cortadura a es racional si y solo si su complemento ac


contiene un elemento minimal.
Demostración Si a = xm con m ∈ Q, entonces m es el elemento minimal
de ac .
Supongamos que m es el elemento minimal de ac . Si x ∈ Q y x > m
entonces x ∈ ac , porque si x ∈ a y m < x implica m ∈ a, que no
es cierto. Obtenemos entonces ac = {x ∈ Q| x ≥ m} y por lo tanto
a = {x ∈ Q| x < m}. ¤

Observemos también que los elementos de una cortadura a no están


separados de los elementos del complemento ac .

Teorama 1.3.3 Sea a una cortadura. Para todo ε > 0 existen x0 ∈ a y


y0 ∈ ac \ {min ac } tales que y0 − x0 ≤ ε.
Demostración Sean x ∈ a e y ∈ ac \ {min ac }. Tomemos el número
z = x+y 2
. Si z ∈ a, entonces x1 = z, y1 = y satisfacen y1 − x1 ≤ y−x 2
. Si
z ∈ a \ {min ac } ponemos x1 = x, y1 = z y la misma desigualdad es válida.
c

Cuando z = min ac podemos tomar x1 = 34 x + 14 y ∈ a y y2 = 41 x + 34 y ∈ ac y


llegamos a la misma desigualdad.
Ahora aplicando la inducción podemos obtener xn ∈ a y yn ∈ ac tales
y−x
que yn − xn < . Tomando n suficientemente grande podemos cumplir
2n
y−x
con yn − xn < < ε.
2n
¤
La aplicación que a cada a ∈ Q le asocia la cortadura xa sumerge los
números racionales en el conjunto de las cortaduras. Surge la pregunta:
¿Existen las cortaduras que no son racionales?
17

Ejemplo fundamental
Veremos que el conjunto p = {x ∈ Q| x < 0 o x2 < 2} es una cortadura
no racional.
Este conjunto no es vacı́o y no es igual a Q. Si x ∈ p y tenemos y < x,
entonces en el caso de y ≤ 0 inmediatamente obtenemos que y ∈ p. Si 0 < y
la desigualdad y < x implica y 2 < x2 < 2, entonces y ∈ p. El conjunto
p no contiene elemento maximal por el Teorema 1.3.1. Ası́ vemos que p es
una cortadura. Por el mismo teorema sabemos que pc no tieme elemento
minimal, entonces p no es cortadura racional.
√ En la teorı́a que estamos presentando la cortadura ρ representa al número
2. Obviamente, modificando muy poco los mismos razonamientos podemos
construir
√ otras cortaduras no racionales correspondientes a los números como
1
3, 5 3 etc.
Definición
Al conjunto de todas las cortaduras de Q, lo vamos a llamar el eje real
y lo denotamos por R. Sus elementos - las cortaduras se van a llamar los
números reales.
Como señalamos anteriormente los números racionales se sumergen en R
por medio de la aplicación ι : Q → R, ι(p) = xp .
La idea de usar las cortaduras para construir el eje real pertenece a
Richard Dedekind (1831-1916). Otros enfoques a la teorı́a de los reales fueron
creados por Cantor, Weierstrass. Hoy los métodos de Cantor y de Dedekind
son los más usados.
Desarrollando la idea vamos a definir en R las operaciones algebráicas y
el orden en forma consistente con las estructuras conocidas en el conjunto de
los racionales.

Adición
Sean p, q dos cortaduras. Sea p + q = {a + b | a ∈ p, b ∈ q}.
Por el momento p + q está bién definido como un subconjunto de Q.
Demostraremos que p + q ∈ R, es decir que se trata de una cortadura.
El conjunto no es vacı́o y tampoco es igual a Q.
Si x ∈ p + q entonces x = a + b, donde a ∈ p, b ∈ q. Existen a0 ∈ p,
b ∈ q tales que a < a0 y b < b0 . Entonces a + b < a0 + b0 = y ∈ p + q. El
0

conjunto p + q no tiene elemento maximal.


18

Si x ∈ p + q e y < x entonces representando nuevamente x = a + b,


donde a ∈ p, b ∈ q podemos escribir y = a + (b − (x − y)). En virtud de que
b − (x − y) < b obtenemos b − (x − y) ∈ q y por consiguiente y ∈ p + q.
El conjunto p + q es una cortadura llamada la suma de p y q. La
operación (p, q) → p + q se llama adición. El teorema siguiente describe
las propiedades básicas de esta operación. Denotamos por 0 la cortadura x0 .

Teorema 1.3.4 Para todo p, q, r ∈ R


1. p + q = q + p,

2. p + (q + r) = (p + q) + r,

3. p + 0 = p.

4. Existe una sola cortadura denotada por −p tal que

p + (−p) = 0.

Demostración Las propiedades 1 y 2 son obvias porque la adición en Q es


conmutativa y asociativa.
Si x ∈ p + 0 entonces x = a + b, donde a ∈ p y b < 0. Por lo tanto
a + b < a, lo que implica x = a + b ∈ p. Obtenemos p + 0 ⊂ p.
Si a ∈ p, entonces existe y ∈ p tal que a < y, es decir a − y ∈ 0. Entonces
a = y + (a − y) ∈ p + 0. Se cumple también la contensión p + 0 ⊃ p, entonces
la igualdad 3. está probada.
Para demostrar el inciso 4. veamos primero que la solución de la ecuación
p + q = 0, si existe, es única. Supongamos entonces que p + q = 0 y
p + s = 0. Aplicando las propiedades 1, 2 y 3 obtenemos

q = (p + s) + q = (p + q) + s = s.

Para definir la cortadura −p que satisfaga 4. consideremos primero una


cortadura racional. Si p = xa entonces definimos −p = x−a . Si p no es
racional ponemos
−p = {−a|a ∈ pc }
Por ser racional pc no contiene elemento mı́nimo, entonces −pc no contiene
máximo. Sea −x ∈ −p, por lo cual x ∈ pc . Si y < −x, entonces
x < −y ∈ pc . Se satisface y ∈ −pc . De tal manera resulta que el conjunto
19

−p = {−a|a ∈ pc } es una cortadura. Tenemos definido la cortadura −p


para p arbitrario.
En ambos casos podemos escribir −p = {−x| x ∈ pc \ {min pc }}. Para
cada x ∈ p y y ∈ pc \{min pc } es válido que x−y < 0, entonces p+(−p) ⊂ 0.
Por otro lado, por teorema 1.3.3 para ² < 0 arbitrario existen x0 ∈ p y
y ∈ pc \ {min pc } tales que ² < x0 − y 0 . Ya que x0 − y 0 ∈ p + (−p) de aquı́
0

se obtiene ² ∈ p + (−p) y por ende 0 ⊂ p + (−p) y la demostración está


completa.
¤
El elemento −q se llama el inverso aditivo de q.
De aquı́ en adelante escribimos p − q en lugar de p + (−q).

Proposición 1.3.5 Para todo p, q ∈ R

−(p − q) = q − p.

Demostración Calculamos:

(p − q) + (q − p) = p + (−q) + q + (−p) = 0.

Sabemos que para cada x su inverso aditivo está univocamente definido por
la ecuación x + (−x) = 0. Por lo tanto el inverso aditivo de p − q es es la
cortadura q − p.
¤
Positividad y el orden en R
El orden en el espacio de cortaduras se introduce por medio de la con-
tensión. Decimos que q es mayor o igual a p (p es menor o igual a q) si
p ⊂ q. Denotamos en tal caso q ≥ p, (p ≤ q). La relación p < q (o q > p)
significa que p es un subconjunto propio de q.
Decimos que la cortadura p es positiva cuando p > 0; es negativa cuando
p < 0).

Teorema 1.3.6 Si p < q entonces existe a ∈ Q tal que p < xa < q.


Demostración Por la suposición existe b ∈ q \ p. La cortadura no contiene
elemento maximal, entonces existe a tal que b < a ∈ q. La cortadura xa
contiene p propiamente, porque contiene a b, que no es elemento de p. La
contensión xa ⊂ q también es propia, porque q contiene un elemento mayor
que a. ¤
20

Ahora podemos describir la positividad y la negatividad de la siguiente


manera.

Proposición 1.3.7 1. p > 0 si y solo si p contiene a 0.


2. p < 0 si y solo si pc contiene un número negativo.

Teorema 1.3.8 (propiedad de tricotomı́a) Si p ∈ R entonces es válida


una y solo una de las tras opciones: 1. p < 0, 2. p = 0, 3. p > 0.
Demostración Esta afirmación únicamente expresa las propiedades ele-
mentales de la contensión. Para p arbitrario 0 ∈ p ó 0 6∈ p. En el primer
caso 0 < p. En el segundo caso p ⊂ Q− = 0. Si la contención es propia
tenemos p < 0. En otro caso p = 0.
¤
El orden < está univocamente definido por la positividad.

Proposición 1.3.9
1. p < q si y solo si q − p > 0,

2. p < 0 si y solo si −p > 0.

3. Si p < q entonces p + s < q + s para s arbitrario.

Demostración 1. Supongamos p < q. Existe a ∈ q \ p tal que a 6=


min pc . En este caso −a ∈ −p y 0 = a − a ∈ q − p. Entonces q − p > 0.
Si q − p > 0, entonces 0 ∈ q − p. Existe entonces a ∈ q tal que a 6∈ p.
Por lo tanto p < q.
Apliquemos inciso 1 a q = 0 y obtenemos 2.
La suposición p < q equivale a q + s + (−s) + (−p) > 0. El elemento
(−s) + (−p) es inverso a s + p, entonces q + s + −(s + p) > 0. Aplicando
nuevamente inciso 1 obtenemos s + p < s + p.
¤
Por R+ denotamos el conjunto de números reales positivos y por R− los
negativos. Además R∗ = R+ ∪ R− .
Definimos el valor absoluto de un número real:
(
p si p ≥ 0,
|p| =
−p si p < 0.

El valor absoluto de cualquier cortadura es una cortadura no-negativa.


21

Multiplicación
A diferencia del caso de la suma de las cortaduras, la definición del
producto no es tan natural. El conjunto

P (p, q) = {ab| a ∈ p, b ∈ q}

no es una cortadura. En particular P (0, 0) = Q+ , mientras que P (1, 0) = Q.


Para definir el producto que tenga propiedades deseadas consideramos
primero cortaduras no-negativas. Sean p, q ∈ R+ ∪ {0}. Entonces

pq = Q− ∪ {ab| 0 ≤ a ∈ p, 0 ≤ b ∈ q}.

Para p, q ∈ R definimos
(
|p||q| si ambas cortaduras son no-negativas ó no-positivas,
pq =
−|p||q| en otros casos.

Veamos que el conjunto definido es efectivamente una cortadura. Obvia-


mente es un conjunto no vacı́o. Tampoco es vacı́o su complemento. Supong-
amos que x ∈ pq y que y < x. Si x ≤ 0 entonces y < 0 y por lo tanto
pertenece a pq. Supongamos entonces que x = ab, donde 0 < a ∈ p,
0 < b ∈ q. Representamos
y
y = ab.
ab
y y y
Sabemos que 0 < < 1 y por lo tanto a ∈ p. Obtenemos y = ab ∈ pq.
ab ab ab
El producto pq sı́ es una cortadura.
Denotemos x1 = 1 y x−1 = −1.

Proposición 1.3.10 Para todos p, q, s ∈ R

1. pq = qp, (conmutividad del producto)

2. (pq)s = p(qs), (asociatividad del producto)

3. 1p = p1 = p,

4. −p = (−1)p.
22

Demostración El producto de dos cortaduras positivas p, q es la unión


del conjunto Q− ∪ {0} y del conjunto de los productos ab, donde 0 ≤ a ∈ p,
0 ≤ b ∈ q. Por la conmutividad del producto en Q obtenemos |p||q| = |q||p|.
El signo del producto en el caso general no depende tampoco del orden de la
multiplicación.
La asociatividad del producto en Q implica la fórmula (pq)s = p(qs) en
el caso de tres cortaduras no-negativas. El signo del producto triple en el
caso general es positivo si todos los factores son no-negativos ó únicamente
dos de ellos son negativos. En los demás casos el signo es negativo. El signo
no depende del orden de efectuar las multiplicación, entonces fórmula 2 es
válida.
Pasamos al inciso 3. Es suficiente demostrar que la fórmula es válida para
p > 0. Las cortaduras 1p y p1 constan de Q− y de todos los productos ab,
0 ≤ a < 1, b ∈ p. Obviamente 1p ⊂ p. Por otro lado para cada 0 ≤ b ∈ p
b b
existe c tal que b < c ∈ p. Entonces b = c ∈ 1p, porque ∈ 1. El inciso 3
c c
está demostrado.
La cortadura −1 es negativa y su valor absoluto es 1. Por la definición
del producto y por el inciso 1 tenemos para p ≥ 0: (−1)p = −|p| = −p.
Cuando p < 0 obtenemos (−1)p = |p| = −p. En ambos casos es válida la
fórmula 4.
¤
Introduzcamos la notación
(
1 cuando p ≥ 0,
sgn p =
−1 cuando p < 0.

Cada cortadura se puede escribir ahora como p = (sgn p)|p|.


Con esta notación pq = (sgn p)(sgn q)|p||q|.
SEguido probamos que el inverso multiplicativo existe para todos los
reales no-nulos.

Teorema 1.3.11 Para cada p ∈ R, p 6= 0 existe un único elemento denotado


por p−1 tal que p(p−1 ) = p−1 p = 1.

Demostración Supongamos que p > 0 y sea pC = pc \ {min pc }. El


conjunto pC tiene la propiedad de que a ∈ pC y a < b implica b ∈ pC . Sea
p−1 = Q− ∪{0}∪{a−1 | a ∈ pC }. Este conjunto no es vacı́o y tampoco es igual
a Q. No contiene máximo, porque pC no contiene mı́nimo. Supongamos que
23

a < b y que b ∈ p−1 . Si a ≤ 0 entonces a ∈ Q− ∪ {0} ⊂ p−1 . Queda


por demostrar el caso de b, a > 0. Tenemos entonces b−1 < a−1 , donde
b−1 ∈ pC . Se satisface a−1 ∈ pC y por lo tanto a ∈ p−1 . El conjunto p−1 es
una cortadura.
La multiplicación es conmutativa, entonces es suficiente demostrar que
p(p−1 ) = 1. La cortadura p(p−1 ) consta de Q+ ∪{0} y de todos los productos
ab−1 , a ∈ p, b ∈ pC . En virtud de que a < b obtenemos p(p−1 ) ⊂ 1.
Sea 0 < x < 1 y sean 0 < a ∈ p, b ∈ pC . Sea 0 < ² < a( x1 − 1). Por
Teorema 1.3.3 existen a0 > a y 0 < h < ² tales que a0 ∈ p y a0 + h ∈ pC . El
a 0
cálculo directo demuestra que x < a+h < a0a+h . El último número pertenece
a p(p−1 ), entonces x también le pertenece. Hemos probado que 1 ⊂ p(p−1 )
y la demostración está terminada.
¤
Por pq vamos a denotar el producto p(q−1 ).
Debemos estudiar finalmente la relación entre la estructura aditiva y la
estructura multiplicativa en R.

Teorema 1.3.12 Para todos p, q, s ∈ R

1. 0p = p0 = 0.

2. p(q + s) = pq + ps.

Demostración Inciso 1 se obtiene directamente aplicando la definición


del producto. Para demostrar 2 tomemos en principio p = −1. Como afirma
el inciso 4 del Teorema 1.3.10 (−1)(q + s) es el elemento inverso al q + s. El
último coincide con −q − s = (−1)q + (−1)s. La fórmula es válida.
Ahora supongamos que p y q, s son positivas. Para cada x ∈ p(q + s)
existen 0 < a ∈ p, 0 < b ∈ q, 0 < c ∈ s tales que x < a(b + c) = ab + ac. El
elemento ab+ac pertenece a pq + ps. Esto demuestra que p(q+s) ⊂ pq+ps.
Pero también para cada y ∈ pq + ps existen 0 < a0 ∈ p, 0 < b0 ∈ q,
0 < c0 ∈ s tales que y < a0 b0 + a0 c0 = a0 (b0 + c0 ). Entonces pq + ps ⊂ p(q + s).
Ahora, siguiendo con el caso de p, q, s positivos supongamos que q > s.
Calculamos p(q−s)+ps = p(q−s+s) = pq. Por lo tanto p(q−s) = pq−ps.
La fórmula está probada en el caso de p ≥ 0 y q + s ≥ 0. Para obtener
la fórmula en caso general es suficiente recordar que cada cortadura se puede
escribir como p = (sgn p)|p| y usar la asociatividad del producto.
¤
24

De tal manera acabamos de demostrar que (R, +, ·) es un campo en el cual


está sumergido el campo de los racionales Q. En ambos espacios tenemos
además definido un orden ≤. Sin embargo en este momento no sabemos
todavı́a como las operaciones definidas en los reales están relacionadas con las
operaciones de adición y de la multiplicación de los racionales. Por lo tanto
es fundamental demostrar que estas operaciones ”coinciden” en el sentido
siguiente:

Teorema 1.3.13 Para todos a, b ∈ Q

1. xa ≤ xb si y solo si a ≤ b,

2. xa+b = xa + xb ,

3. xab = xa xb ,

Demostración La relación xa ≤ xb es equivalente a xa ⊂ xb , entonces


inciso 1 es obvio por la misma definición de xa .
La cortadura xa + xb consta de las sumas s + t, donde s < a, t < b.
Obviamente s + t < a + b entonces xa + xb ⊂ xa+b . Por otro lado para cada
a+b−v a+b−v
v < a + b podemos tomar s = a − ∈ xa y t = b − ∈ xb y
2 2
obtenemos que v = s + t, entonces xa+b ⊂ xa + xb .
Para demostrar 3 observemos primero que sgn xa = (sgn a)1. En vista
de que
pq = (sgn p)(sgn q)|p||q|

es suficiente demostrar el inciso 2 en el caso de a, b > 0. El producto xa xb


contiene Q ∪ {0} y todos los productos st, donde 0 < s < a, 0 < t < b.
Entonces st < ab, lo que demuestra la contensión xa xb ⊂ xab .
Si 0 < v < ab entonces existe un número racional s tal que av < s < b.
v
Sea t = . Entonces t < a y st = v. Ya que st ∈ xa xb , hemos obtenido la
s
relación xab ⊂ xa xb .
¤
De aquı́ en adelante vamos a identificar Q con su imagen bajo la aplicación
Q 3 a → xa ∈ R, entonces trataremos Q como un subcampo de los reales R.
25

1.4 Propiedad de supremo


La construcción de los reales por medio de las cortaduras fue motivada por
el hecho de que Q se puede representar por ejemplo como

Q = {a ∈ Q| a2 < 2} ∪ {a ∈ Q| a2 > 2},

donde ninguno de los componentes contiene extremo, es decir {a ∈ Q| a2 < 2}


no tiene máximo y {a ∈ Q| a2 > 2} no contiene mı́nimo. En R tal situación
es imposible. Vamos a formular este hecho en varias formas.
Recordemos que para A ⊂ R el supremo de A se define como un número
real S tal que

1. ∀ a ∈ A a ≤ S,

2. ∀ ² > 0 ∃ a ∈ A S − ² < a.

El supremo de A se denota sup A.

Teorema 1.4.1 (Propiedad de supremo) Sea ∅ 6= A ⊂ R acotado superi-


ormente. Entonces existe sup A.
Demostración Los elementos de A son las cortaduras p ⊂ Q. Sea
[
S= p = {a ∈ Q| ∃ p ∈ A, a ∈ p}.
p∈A

Vamos a demostrar que S es una cortadura y que S = sup A. El conjunto S


no es vacı́o, porque A no es vacı́o. Por ser acotado superiormente A 6= R. Si
S tuviera un elemento máximo m tendrı́amos que m ∈ p para algún p ∈ A.
Entonces m serı́a el máximo para p que no es posible.
Si a < b y b ∈ S entonces b ∈ p para algún p ∈ A. Entonces a ∈ p ⊂ S.
S sı́ es una cortadura.
Directamente por su definición p ⊂ S, es decir p ≤ S para cada p ∈ A.
Sea 0 < ² ∈ Q. Por Teorema 1.3.3 existe a ∈ S tal que a + ² 6∈ S. Existe
entonces p ⊂ S tal que a ∈ p y por lo tanto

xa ≤ p ≤ S ≤ xa+² ≤ p + x² .
Las desigualdades p ≤ S ≤ p + x² demuestran que S = sup A.
¤
26

La propiedad de supremo es equivalente al siguiente hecho que en realidad


afirma que considerando ahora las cortaduras en el espacio R no vamos a
obtener más de lo que ya tenemos.

Proposición 1.4.2 Sea A ⊂ R un conjunto no vacı́o que no contiene


máximo y satisface la condición

x < a ∈ A ⇒ x ∈ A.

Entonces A = R ó A = {x ∈ R| x < r}, donde r = sup A.


Demostración Sea A 6= R y sea c ∈ R \ A. Entonces para todo a ∈ A
tenemos a > c. El conjunto A es superiormente acotado. Existe sup A según
Teorema 1.5.1. Por suposición A no contiene máximo entonces sup A ∈ Ac .
El complemento de A tiene entonces la forma

{x ∈ R| x ≥ sup A},

mientras que A = {x ∈ R| x < r} como hemos enunciado.


¤

Además de la propiedad de supremo, podemos hablar obviamente de la


propiedad de ı́nfimo. Para A ⊂ R el supremo de A se es un número real I
tal que

1. ∀ a ∈ A a ≥ I,

2. ∀ ² > 0 ∃ a ∈ A S + ² > a.

El ı́nfimo de A se denota inf A.

Teorema 1.4.3 (Propiedad de ı́nfimo) Sea ∅ 6= A ⊂ R acotado inferior-


mente. Entonces existe inf A.
Demostración Sabemos que existe c ∈ R tal que c ≤ a para todo a ∈ A.
Tenemos entonces la desigualdad a − c ≥ 0, que equivale a −c − (−a) ≥ 0. El
número −c mayoriza a todos los elementos del conjunto −A = {−a| a ∈ A}.
Aplicando la propiedad de supremo podemos encontrar S = sup (−A).
Tenemos entonces

1. ∀ a ∈ A − a ≤ S,
27

2. ∀ ² > 0 ∃ a ∈ A S − ² < −a.


Tomando I = −S obtenemos respectivamente

1. ∀ a ∈ A I ≥ a,
2. ∀ ² > 0 ∃ a ∈ A a < S + ².

I = −S es igual al ı́nfimo de A.
¤

1.5 Raices
Una de las consequencias de la propiedad de supremo es la existencia de la
1
raı́z a n para todo 0 < a ∈ R, n ∈ N.
Necesitamos dos sencillos resultados auxiliares.
Lema 1.5.1 Sean 0 < p, q ∈ R. Entonces p < q si y solo si pn < q n .
Demostración Aprovechamos la fórmula algebráica

q n − pn = (q − p)(q n−1 + q n−2 p + · · · + qpn−2 + pn−1 ) (1.3)

que se demuestra directamente aplicando asociatividad y distribuitividad de


la multiplicación. El producto de números positivos y la suma de números
positivos número positivo, entonces el segundo factor del lado derecho de la
fórmula es positivo. Los números q −p y q n −pn son del mismo signo positivo.
¤
Proposición 1.5.2 Sea A ⊂ R+ un conjunto acotado y sea n ∈ N.
Denotemos
An = {xn | n ∈ A}.
Entonces sup An = (sup A)n y inf An = (inf A)n .
Demostración Denotemos s = sup A. Para todo x ∈ A tenemos a ≤ s y
por Lema 1.5.2 xn ≤ sn . Entonces sup An ≤ sn . Dado ² > 0, sea a ∈ A tal
²
que s − a < nsn−1 . Utilizando fórmula (1.3) obtenemos

sn − an = (s − a)(sn−1 + sn−2 a + · · · + san−2 + an ) < (s − a)nsn−1 < ².

Ası́ se llega a la fórmula sup An = (sup A)n . La demostración en el caso de


los ı́nfimos es análoga y se deja como ejercicio. ¤
28

Estamos preparados para demostrar el resultado principal de esta sección.

Teorema 1.5.3 Sea n ∈ N y sea 0 < a ∈ R. Entonces existe una única


solución positiva de la ecuación
xn = a.
Demostración
Sean A = {0 < x ∈ R| xn < a} y B = {0 < x ∈ R| xn > a}. Denotamos
s = sup A y m = inf B.
Aplicando Proposición 1.5.2 obtenemos
sn = sup{xn | x ∈ A} = sup{xn | xn < a} ≤ a
y
mn = inf{y n | y n > a} ≥ a.
Por consiguiente sn ≤ a ≤ mn y aplicando Lema 1.5.1 se concluye que
s ≤ m. En el caso de s = m obtenemos sn = mn = a lo que termina la
demostración.
Supongamos entonces que s < m. Existe un número real p tal que
s < p < m y por consiguiente sn < pn < mn . Ese número satisface una
de las condiciones: pn < a ó pn > a ó pn = a. La primera opción equivale a
p ∈ A, lo que es imposible porque p es mas grande que s. La segunda opción
corresponde a p ∈ B que contradice a la desigualdad p < m. Entonces
pn = a. Obtuvimos la solución de la ecuación.
La solución es única por Lema 1.5.1.
¤
El√número no-negativo x que satisface la ecuación xn = a se denota por
1
a n o n a y se llama la n-esima raı́z de a.

Qualquier número positivo en el campo real tiene su raı́z en el mismo


campo.

Ejercicios y Problemas
1. Demuestre que la función
(m + n − 1)(m + n − 2)
F (m, n) = +n
2
es una biyección de N × N sobre N.
29

2. Demostrar que Z+ = ι(N).

3. Verificar todos los incisos de Teorema 1.1.4.

4. Demostrar que −a = (−1)a para cada a ∈ Z.

5. Demostrar que ab = 0 implica a = 0 ó b = 0 para a, b ∈ Z.

6. Sea S ⊂ Z un subgrupo aditivo de Z, es decir un subconjunto que


contiene a cero, es cerrado con respecto de la suma y de la operación
n → −n. Demostrar que existe k ∈ N tal que

S = Sk = {nk| n ∈ Z}.

ι(m)
7. Demostrar que cada [m, n] ∈ Q es igual a .
ι(m)
8. Probar que, dado a ∈ Q+ , para cada ² > 0, ² > 0 existe n ∈ N tal que
a
2n
< ².

9. Deducir Teorema 1.2.5 a partir de la propiedad arquimediana 1.2.6.

10. Demuestre que {q ∈ Q| q 3 < 5} es una cortadura que no es racional.

11. Demostrar que para p, q ∈ R arbitrarios la ecuación x + p = q tiene


una solución y que esta solución es única.

12. Demostrar que para p, q ∈ R, donde p 6= 0 la ecuación xp = q tiene


una solución y que esta solución es única.

13. Sean p, q cortaduras no negativas. Demuestre que pq ≥ 0.

14. Demuestre que p ≤ q si y solo si −p ≥ −q.

15. Demuestre que p > 1 si y solo si p−1 < 1.

16. Demuestre que para p > 0 y 0 < t < 1 se tiene tp < p.

17. Sea A ⊂ R+ un conjunto acotado y sea B = {x2 | x ∈ A}. Pruebe que


sup B = (sup A)2 .

18. Para A ⊂ R denotemos −A = {−a| a ∈ A}. Demuestre que sup A =


− inf(−A) si por lo menos uno de estos números existe.
30

1
19. Demuestre que ∀² > 0 ∃ n ∈ N tal que < ².
n
20. Demueste la desigualdad

|a1 + · · · + an | ≤ |a1 | + · · · + |an |

para ai ∈ R, 1 ≤ i ≤ n aplicando la inducción matemática.


Chapter 2

Sucesiones

De aquı́ en adelante dejamos de denotar a los números reales con las letras
negritas que en el capı́tulo anterior se usaron para subrayar que los números
reales según Dedekind están definidos como conjuntos de números racionales.

2.1 Midiendo las distancias


Muchos de los resultados que vamos a obtener en los capı́tulos si- guientes se
demuestran comparando las expresiones de forma |p − q|, p, q ∈ R. Vamos
a llamar este número no-negativo la distancia entre p y q y en algunas
ocasiones lo denotamos por d(p, q). En geometrı́a este valor se interpreta
como la magnitud del segmento que une p con q, lo que permite apoyar los
razonamientos con ciertas interpretaciones geométricas.
Antes de todo hagamos una observación ingénua y sin embargo impor-
tante. Decir que |a−x| < c para algún c > 0 significa que a−x < c y a la vez
x − a < c. Estas dos desigualdades se pueden escribir como a − c < x < a + c
y se interpretan diciendo que x se encuentra dentro del intervalo (a−c, a+c).
Las propiedades básicas del valor absoluto están contenidas en el teorema
siguiente.

Teorema 2.1.1 Para todos p, q, r ∈ R

1. |x + y| ≤ |x| + |y|.
La igualdad tiene lugar unicamente cuando x y y tienen el mismo signo.

2. |x − y| ≤ |x − r| + |r − y|,

31
32

(d(x, y) ≤ d(x, r) + d(r, y)).

3. ||x| − |y|| ≤ |x − y|.

Demostración Directamente por la definición del producto de los números


reales vemos que x2 = |x|2 . Calculamos

|x + y|2 = (x + y)(x + y) = x2 + 2xy + y 2 ≤ |x|2 + 2|x||y| + |y|2


= (|x| + |y|)2 .

Según Lema 1.5.2 se sigue |x + y| ≤ |x| + |y|.


La igualdad se obtiene si y solo si xy = |x|||y| y lo último es válido si y
solo si los signos de ambos números coinciden.
Inciso 2 es en realidad un caso particuler del inciso 1:

|x − y| = |(x − r) + (r − y)| ≤ |x − r| + |r − y|.

Desigualdad 2 está demostrada.

|x| − |y| = |x − y + y| − |y| ≤ |x − y| + |y| − |y| = |x − y|.

Cambiando los papeles de x y y tenemos de la misma manera

|y| − |x| ≤ |y − x| = |x − y|.

Finalmente ||x| − |y|| ≤ |x − y|.


¤
El valor absoluto |x| se puede interpretar como d(0, x) - la distancia de x
del punto 0. La desigualdad 1 dice que la suma x + y no puede distanciarse
de 0 más que por la suma de las distancias de x y de y a cero.
La desigualdad 3 significa que x y y no pueden acercarse más que a la
diferencia entre sus valores absolutos.
La desigualdad 2, cuando se generaliza a los vectores en Rn adquiere el
nombre de la desigualdad de triángulo y afirma que la distancia entre x y y
no puede superar la suma de las distancias de x y de y a cualguier otro punto
del espacio.
33

2.2 Sucesiones y subsucesiones


Definición Una sucesión en un espacio X es una función con dominio N y
valuada en X. En particular una sucesión de números reales es una función
a : N → R.
A diferencia de otras funciones, el valor de una sucesión a en n no se
acostumbra denotar por a(n) sino por an . En lugar de a mismo se usa la
notación (an ). Es una cuestión de tradición que desgraciadamente puede
provocar algunas confusiones. En particular no se debe confundir la función
(an ) con el conjunto de sus valores {an }n∈N .
En el espacio de todas las sucesiones reales podemos definir la suma,
producto y a veces el cociente de dos sucesiones.
Sean (an ), (bn ) sucesiones reales y a ∈ R.
1. (an ) + (bn ) = (an + bn ),
2. (an )(bn ) = (an bn ),
3. a(an ) = (aan ),
µ ¶
(an ) an
4. (b ) = b ,
n n
si bn 6= 0 para todo n ∈ N.
Una sucesión (an ) es acotada superiormente (inferiormente) cuando existe
A ∈ R tal que an < A (respectivamente an > A) para todos n ∈ N; (an ) es
acotada cuando existe A > 0 tal que |an | < A para todos n ∈ N.
La sucesión (an ) es creciente (decreciente) cuando n < m implica an < am
(respectivamente an > am ).
En muchas ocasiones nos interesan unicamente los valores de una sucesión
sobre un subconjunto de N lo que conduce al concepto de la subsucesión.
Definición Sea (nk ) una sucesión monótona creciente valuada en N y
sea (an ) una sucesión real arbitraria. La sucesión N 3 k → ank se llama
subsucesión de (an ) y se denota (ank ).
Ejemplos

1. Sea an = (−1)n . Tomando nk = 2k obtenemos como (ank ) la sucesión


constante igual a 1, porque a2k = (−1)2k = 1. Si en cambio tomamos
nk = 2k + 1 obtenemos a2k+1 = (−1)2k+1 = −1.
34

2. Sea an = (−1)n + n sen (nπ/3). Supongamos que nos interesa una


subsucesión de (an ) que tenga valores negativos. Ponemos nk = 3k.
Obtenemos ank = (−1)3k + 3ksen (πk) = −1.
Si en cambio queremos obtener una subsucesión creciente podemos
tomar nk = 6k + 1 y entonces

π 3
ank = (−1)6k+1 + (6k + 1) sen (2kπ + ) = (−1) + (6k + 1) .
3 2

3. Para (an ) arbitraria denotemos:

P = {n ∈ N| an ≥ 0}, N = {n ∈ N| an < 0}.

En los conjuntos P , N existe el orden natural. Por lo menos uno de


estos conjuntos es infinito. Supongamos que lo es P . Para k ∈ N
denotemos nk = k-ésimo elemento de P . La subsucesión (ank ) consta
de todos los elementos no negativos de (an ). Si N es infinito podemos
construir en forma análoga otra subsucesión (amk ) que consta de todos
los elementos negativos de (an ).

2.3 Sucesiones convergentes. Lı́mites


Definición Sea (an ) una sucesión real y sea a ∈ R. Decimos que la sucesión
(an ) converge al limite a si

∀² > 0 ∃ ∈ N, ∀ n ≥ N, |an − a| ≤ ².

Denotamos entonces an −→ a ó limn→∞ an = a. Decimos que (an ) es una


n→∞
sucesión convergente cuando existe su lı́mite (aunque no sepamos su valor).
Según esta definición la convergencia de (an ) al número real a significa
que para cada ² > 0 unicamente un número finito de elementos an no cabe
en el intervalo de forma [a − ², a + ²]. La convergencia de (an ) a a se puede
interpretar como la acumulación de los elementos an alrededor del número a.
En este caso estamos usando la palabra ”acumular” en el sentido común y
corriente. Hay que mencionar que existe también el concepto matemático de
”un punto de acumulación de un conjunto” que vamos a definir más adelante
y cuyo significado es diferente.
35

Teorema 2.2.1 Si (an ) es convergente, entonces existe un solo lı́mite de


(an ).
Demostración Supongamos que limn→∞ an = a y limn→∞ an = b. Sabe-
mos que, dado ² > 0 existe N y existe M tal que para n > max{N, M } se
tiene |an −a| < ²/2 y |an −b| < ²/2. Por lo tanto |a−b| ≤ |an −a|+|an −b| ≤ ².
Número
\ b está en el intervalo (a − ², a + ²) para cada ² > 0. Obtenemos que
b ∈ (a − ², a + ²). Este último conjunto contiene un solo punto a. En-
²>0
tonces a = b.
¤
Teorema 2.2.2 Cada sucesión convergente es acotada.
Demostración Si limn→∞ an = a, entonces existe N tal que
|an − a| < 1 para n > N . Para los mismos valores n obtenemos
|an | = |an − a + a| ≤ |an − a| + |a| < 1 + |a|.
¤
Ejemplos
1
1. Sea an = . Para cada ² > 0 existe N tal que N1 < ². Además, para
n
n > N tenemos n1 < N1 . Estos dos hechos demuestran que
1
lim = 0.
n→∞ n
n+1
2. Sea an = .
n+3
2
Representamos an = 1 − .
n+3
Para ² > 0 arbitrario existe N tal que N 1+3 < ²/2. Para n > N
2
obtenemos |an − 1| = n+3 < N2+3 < ². Por lo tanto
n+1
lim = 1.
n→∞ n+3
√ √
3. Sea an = n+3− n + 5.
Esta vez transformamos an en
√ √ √ √
( n + 3 − n + 5)( n + 3 + n + 5) 2
an = √ √ = −√ √ .
n+3+ n+5 n+3+ n+5
36

Para los números


√ positivos a, b la desigualdad a2 < b2 implica a < b.
La sucesión n es entonces monótona creciente y no acotada. Esto
quiere decir que para todo ² > 0 existe N tal que √1N < ² y luego para
n > N se obtiene √1n < √1N . De aquı́ se sigue

2 1 1
|an | = √ √ <√ < √ < ².
n+3+ n+5 n+3 N
De tal manera √ √
lim n+3− n + 5 = 0.
n→∞

4. Como sabemos, todas las sucesiones convergentes son acotadas. Esta


condición está lejos de ser suficiente para la convergencia de una
sucesión.
La sucesión an = (−1)n es acotada y no es convergente. Contiene
dos distintas subsucesiones constantes: a2k = (−1)2k = 1 y a2k+1 =
(−1)2k+1 = −1.
Existen sucesiones acotadas que tienen un número realmente grande de
subsucesiones convergentes a lı́mites diferentes. Los números racionales
del intervalo [0, 1] forman un conjunto numerable. Esto quiere decir
exactamente que existe una sucesión (an ) tal que an ∈ Q∩[0, 1], además
an 6= am para n 6= m y {an }n∈N = Q∩[0, 1]. Para cada número x ∈ [0, 1]
y k ∈ N existe nk tal que |ank − x| < k1 . Podemos siempre seleccionar
nk de tal manera que nk > nk−1 . Obtenemos una subsucesión ank que
converge a x. Vemos entonces que nuestra sucesión (an ) contiene por
lo menos tantas subsucesiones convergentes distintas, cuantos números
reales contiene el intervalo [0, 1].
El estudio de la convergencia directamente por la definición es a veces
complicada. He aquı́ los teoremas básicos que permiten efectuar esta tarea
por pasos.

Teorema 2.2.3 Sean limn→∞ an = a, limn→∞ bn = b y c ∈ R. Entonces


1. limn→∞ an + bn = a + b,
2. limn→∞ an bn = ab, limn→∞ can = ca.
3. Si además bn 6= 0 y limn→∞ bn 6= 0, entonces
an a
limn→∞ = .
bn b
37

Demostración 1. Fijando ² > 0 encontramos N y M tales que |an − a| <


²/2 para n > N y |bm − b| < ²/2 para m > M . Por lo tanto para
k > max{N, M } tenemos
|ak + bk − (a + b)| ≤ |ak − a| + |bk − b| < ².
2. Sabemos que las sucesiones (an ) y (bn ) son acotadas. Sea A > 0 una
cota común para los valores absolutos de los elementos de ambas sucesiones
y para sus lı́mites a, b. Ahora escogemos N tal que para n > N se cumple
² ²
|an − a| < y |bn − b| < .
3A 3A
|ak bk − ab| = |ak bk − ak b + ak b − abk + abk − ab|
= |ak (bk − b) + bk (ak − a) + a(bk − b)|
≤ |ak ||bk − b| + |bk ||ak − a| + |a||bk − b| ≤ ².
La primera fórmula del inciso 2 está mostrada. Si tomamos como (bn )
la sucesión constante bn = c para todo n ∈ N, obtenemos obviamente
limn→∞ bn = c y ası́ surge la segunda fórmula.
3. Si | limn→∞ bn | = |b| > 0 entonces existe N1 tal que para n > N1
|b|
se cumple |bn − b| < . Como |bn | + |b − bn | ≥ |b|, obtenemos |bn | ≥
2
|b|
|b| − |b − bn | ≥ .
2
Podemos ahora encontrar N > N1 tal que para n > N se cumplen
²|b|2 ²|b|2
|a − an | < y |bn − b| < , donde A > 0 es la cota común para
4A 4A
ambas sucesiones y sus lı́mites. Calculamos
¯ ¯
¯ an a ¯¯ |ban − abn | |ban − bn an + bn an − abn |
¯ − ¯ = ≤
¯
bn b |bn b| |bn b|
|an ||b − bn | + |bn ||an − a| 2A
≤ ≤ 2 (|a − an | + |bn − b|) ≤ ².
|b||bn | |b|
¤
El siguiente teorema tiene aplicaciones numerosas.
Teorema 2.2.4 Sean (an ), (bn ) sucesiones convergentes con lı́mites a y b,
respectivamente. Si an ≤ bn para todo n entonces a ≤ b.
Demostración Introducimos la sucesión (bn − an ), cuyo lı́mite es b − a,
según el teorema anterior. Por la suposición bn − an ≥ 0. Es sufi-
ciente demostrar que b − a > 0. Supongamos lo contrario, es decir que
38

c = limn→∞ bn −an < 0. Para n suficientemente grande tenemos |bn −an −c| ≤
|c| |c| |c| c
y en particular bn −an −c ≤ . De aquı́ se sigue bn −an ≤ c+ = < 0,
2 2 2 2
que es una contradicción. Entonces b − a ≥ 0.
¤
Teorema 2.2.5 (Teorema de tres sucesiones o teorema de sandwich) Sean
an ≤ bn ≤ cn . Si las sucesiones (an ) y (cn ) convergen y limn→∞ an =
limn→∞ cn entonces la sucesión (bn ) converge al mismo lı́mite.
Demostración Sea a = limn→∞ an = limn→∞ cn . Para ² > 0 arbitrario
existe N tal que para n > N tenemos a la vez |a − an | ≤ ² y |a − cn | ≤ ².
Entonces a − ² ≤ an ≤ bn ≤ cn ≤ a + ². Obtenemos |a − bn | ≤ ², lo que
demuestra la convergencia de la sucesión bn al mismo lı́mite a.
¤
El principio de supremo proporciona otro criterio de convergencia muy
útil.

Teorema 2.2.6 Si (an ) es una sucesión superiormente acotada y no decre-


ciente, entonces existe limn→∞ an = supn∈N an .
Demostración El conjunto {an }n∈N es superiormente acotado. Por el
principio de supremo sabemos que existe a = supn∈N an . Por la definición del
supremo para todo ² > 0 existe N tal que 0 < a − aN ≤ ². Siendo (an ) no
decreciente obtenemos 0 < a − an ≤ ² para n > N . Entonces a = limn→∞ an .
¤
Teorema 2.2.7 Si limn→∞ an = a entonces para cada subsucesión (ank )

lim ank = a.
k→∞

Demostración Lo que sabemos es que

∀² > 0 ∃ N, ∀ n > N |a − an | ≤ ².

La aplicación k → nk es monótona creciente. Existe K tal que nK > N


y entonces para k > K tenemos nk > N y por lo tanto |a − ank | ≤ ². La
subsucesión converge al mismo lı́mite.
¤
39

Ejemplos
1
1. Sea an = α . Queremos determinar los valores de α para los cuales la
n
sucesión converge o diverge. Como sabemos, 0 < a < b implica aα < bα
µ ¶1
1 α
cuando α > 0. Si ² > 0 y N > , entonces para n > N obtenemos
²
1 1
0< α
≤ α < ².
n N
1 1
lim α = 0 para α > 0. Para α < 0 la identidad α = n−α
Por lo tanto n→∞
n n
demuestra que la sucesión no es acotada, entonces no diverge.

2. Sea an = n n. Denotamos bn = an −1. Utilizando la fórmula de binomio
de Newton obtenemos n = (1 + bn )n > 21 n(n − 1)b2n y despejando
llegamos a s
2
0 ≤ bn ≤ para n > 1.
n−1
Por el criterio de tres sucesiones obtenemos
lim an = 1 + n→∞
n→∞
lim bn = 1.
√ √
3. Para p ≥ 1 y n > p tenemos 1 < n p < n n y por el crite-

rio de tres sucesiones limn→∞ n p = 1. Si 0 < p < 1 tenemos
√ 1 √
lim n p = q = 1. La fórmula limn→∞ n p = 1 es válida para
n→∞ n 1
limn→∞ p
todo p > 0.
4. Sea 0 ≤ a < 1 y sea an = an . En virtud de que an+1 = aan <
an , la sucesión es decreciente. Es también acotada inferiormente por
0. Gracias a Teorema 2.2.6 sabemos que es convergente. Sea x =
limn→∞ an . Por Teorema 2.2.3.2 x2 = limn→∞ a2n = x, porque el
lı́mite de una subsucesión coincide con el lı́mite de la sucesión misma.
Obtenemos x(x − 1) = 0 y como x 6= 1 obtenemos x = limn→∞ an = 0.
5. La fórmula 1−an = (1−a)(1+a+a2 +· · ·+an ) implica para −1 < a < 1
que
n
X
k 1 − an 1
lim a = lim
n→∞ 1 − a
= .
n→∞
k=0 1−a
40
µ ¶
1 n
6. Sea an = 1 + . En este caso nos limitamos a demostrar que la
n
sucesión converge. La fórmula de Newton nos permite representar
1 n−1 1 (n − 1)(n − 2) 1 n!
an = 1 + 1 + + 2
+ · · · + n
=
2! µ n ¶
3! µ
n ¶µ ¶
n! n
1 1 1 1 2
= 1+1+ 1− + 1− 1− + ...
2! n 3! n n
µ ¶µ ¶ µ ¶
1 1 2 n−1
+ 1− 1− ... 1 − .
n! n n n
El elemento siguiente an+1 es una suma que tiene un término positivo
más que an . Si comparamos los términos de an+1 y an que tienen
1
como factor observamos que es más grande aquell de los dos que
k!
corresponde al ı́ndice n + 1. La sucesión (an ) es creciente. La misma
representación de an demuestra que
1 1 1 1 1
an < 1 + 1 + + ··· + < 1 + 1 + + 2 + · · · + n−1 < 3
2! n! 2 2 2
según el resultado del inciso anterior.
µ ¶n
1
Por Teorema 2.2.6 (an ) converge. Denotamos e = lim 1+ .
n→∞ n
Visiblemente 2 < e < 3.

2.4 Punto lı́mite, lı́mite superior e inferior


Como sabemos, sucesiones divergentes pueden tener subsucesiones conver-
gentes. Vamos a estudiar más atentamente esta propiedad.

Definición Sea (an ) una sucesión. Un número x ∈ R se llama punto lı́mite


de la sucesión (an ) si existe una subsucesión ank tal que x = limk→∞ ank .
Resulta que todas las sucesiones acotadas tienen puntos lı́mite. Vamos a
indicar concretamente a dos de ellos. Primero los definimos llamandolos el
lı́mite superior y el lı́mite inferior de la sucesión.

Definición Sea (an ) una sucesión acotada. El lı́mite superior de la


sucesión (an ) es el número
lim sup an = lim sup an .
n→∞ n→∞ k>n
41

El lı́mite inferior de (an ) se define como


lim inf an = lim inf an .
n→∞ n→∞ k>n

Observemos que lim supn→∞ an existe cuando los |an | tienen una cota
superior A. La sucesión auxiliar bn = supk>n an está bién definida para todo
n. Esta sucesión es no-creciente, porque el supremo tomado en un conjunto
más pequeño es mas pequeño. La sucesión (bn ) es no-creciente y acotada,
entonces tiene lı́mite, es decir lim supn→∞ an existe. En forma análoga se
demuestra que existe lim inf n→∞ an .

Teorema 2.3.1 Sea (an ) una sucesión acotada. Entonces lim supn→∞ an y
lim inf n→∞ an son puntos lı́mite de (an ). Para cada x que es punto lı́mite de
(an ) se satisface lim inf n→∞ an ≤ x ≤ lim supn→∞ an .
Demostración Denotemos s = lim supn→∞ an . Sea bn = supk>nm ak . En-
tonces s = limn→∞ bn . Debemos construir una subsucesión de (an ) conver-
gente al mismo s. Para cada ² > 0 existe un número infinito de ı́ndices m
tales que s ≤ bm < s + ²/2. (Recordemos que bn & s). Por otro lado, para
cada m existe también un número infinito de ı́ndices k tales que bm −ak ≤ ²/2.
En suma, para cada ² > 0 la desigualdad |ak − s| ≤ |bm − ak | + |bm − s| ≤ ²
se cumple para un número infinito de ı́ndices k.
La sucesión buscada se construye inductivamente. Escojemos n1 de tal
manera que |an1 − s| < 1. Si ya hemos seleccionado ank de tal manera que
|ank − s| ≤ k1 , buscamos luego nk+1 > nk de tal manera que |ank+1 − s| < k+11
.
La subsucesión (ank ) converge a s.
De la manera análoga se demuestra que lim inf n→∞ an es también un
punto lı́mite de la sucesión.
Si (ank ) converge a x entonces todas sus subsucesiones convergen a x y
en particular
lim inf ank = lim sup ank = x.
k→∞ k→∞
Es obvio por las definiciones correspondientes que para cada subsucesión
lim inf an ≤ lim inf ank ≤ lim sup ank ≤ lim
n→∞
inf an .
n→∞
k→∞ k→∞

Obtenemos lim inf n→∞ an ≤ x ≤ lim supn→∞ an .


¤
En la sección anterior hemos visto que existe una sucesión cuyos puntos
lı́mite coinciden con el segmento [0, 1]. Hemos demostrado también que una
42

sucesión convergente tiene un solo punto lı́mite, porque todas sus subsuce-
siones convergen al mismo lı́mite.
La convergencia de una sucesión se puede expresar en términos de los
puntos lı́mite.

Teorema 2.3.2 1. Una sucesión (an ) es convergente si y solo si es acotada


y tiene un solo punto lı́mite.
2. Una sucesión (an ) converge a a si y solo si a = lim inf n→∞ an =
lim supn→∞ an .
Demostración 1. En vista de Teorema 2.2.7 es suficiente demostrar que
una sucesión acotada que tiene un solo punto lı́mite es convergente.
Supongamos que no es ası́. Denotamos por x el único punto lı́mite de
(an ). Existe ² > 0 tal que para todo k, N existe nk > N tal que |ank − x| > ².
Existe entonces una subsucesión de (an ) cuyos elementos están separados de
x. Esta subsucesión es también acotada, entonces tiene un punto lı́mite y
que satisface |y − x| ≥ ². Sin embargo y es también un punto lı́mite de
(an ), entonces coincide con x. Obtenemos una contradicción que demuestra
la veracidad de la afirmación 1.
2. La convergencia de (an ) implica que todos sus puntos lı́mite son iguales,
entonces lim inf n→∞ an = lim supn→∞ an . Por otro lado, para cada punto
lı́mite x tenemos
lim inf an ≤ x ≤ lim sup an .
n→∞ n→∞
Si lim inf n→∞ an = lim supn→∞ an , este punto es el único punto lı́mite de la
sucesión.
¤
Ejemplo
Vamos a demostrar que para una sucesión (an ) tal que an > 0 la conver-
an+1 √
gencia lim = a implica limn→∞ n an = a. En pincipio supongamos que
n→∞ a
n
a > 0.
Sea a > ² > 0. Existe N tal que para n ≥ N
an+1
a−²≤ ≤ a + ².
an
an+m an+m an+m−1 an+1
Tomando en cuenta que = ... se sigue
an an+m−1 an+m−2 an
an+m
(a − ²)m ≤ ≤ (a + ²)m .
an
43

En particular (a − ²)m aN ≤ aN +m ≤ (a + ²)m aN . Substituimos k = N + m y


pasamos a desigualdades:

(a − ²)k−N aN ≤ ak ≤ (a + ²)k−N aN .

De aquı́ se sigue
q √ q
k
(a − ²)−N a N (a − ²) ≤ k
ak ≤ k
(a + ²)−N aN (a + ²).

Cuando k → ∞ la primera sucesión √ tiende a a − ², mientras que la tercera


tiene lı́mite a + ². Sobre la sucesión ak obtenemos la información de que
k

√ √
a − ² ≤ lim inf k ak ≤ lim sup k ak ≤ a + ².
k→∞ k→∞

Ya que ² es arbitrario llegamos a la conclusión de que lim
√ inf k→∞ k ak =

lim supk→∞ k ak = a. Por Teorema 2.3.2.2 obtenemos que k ak converge a a.
Si a = 0 aplicamos el mismo método partiendo de las desigualdades
an+1
0≤ ≤ a + ².
an

2.5 Sucesiones de Cauchy


Siguiendo la definición de convergencia, para demostrar que una sucesión (an )
converge tenemos que encontrar un número a tal que el valor |an − a| resulte
pequeño para los valores del ı́ndice n suficientemente grandes. En muchas
ocasiones es suficiente saber que la sucesión converge sin que se determine su
lı́mite a. En esta sección se estudia una condición necesaria y suficiente que
deben cumplir los elementos an para que la sucesión fuera convergente.

Definición Una sucesión (an ) se dice que es de Cauchy cuando

∀² > 0 ∃N, ∀ n, m > N |an − am | ≤ ².

Teorema 2.4.1 Una sucesión (an ) converge si y solo si es de Cauchy.


Demostración Sea limn→∞ an = a. Sabemos que

∀² > 0 ∃N, ∀n>N |an − a| ≤ ²/2.

Para n, m > N obtenemos entonces |an − am | ≤ |an − a| + |am − a| ≤ ².


Cada sucesión convergente es de Cauchy.
44

Ahora supongamos que (an ) es de Cauchy. En particular, tomando ² = 1


y N correspondiente podemos lograr que |aN +1 − an | ≤ 1 para n > N .
Obtenemos la cota |an | ≤ |aN +1 − an | + |aN +1 | para n > N . La desigualdad
|an | ≤ maxk≤N +1 |ak | + 1 es entonces cierta para todos n ∈ N.
Cada sucesión de Cauchy es acotada.
Por Teorema 2.3.1 la sucesión tiene puntos lı́mite. Supongamos que x > y
son puntos lı́mite de esta sucesión. Existen subsucesiones (ank ) y (aml )
convergentes a x y y, respectivamente. Tomando ² = (x − y)/3 podemos
encontrar N (x) y N (y) ∈ N tales que para todo k > N (x) y l > N (y)
|ank − x| ≤ (x − y)/3, mientras que |aml − y| ≤ (x − y)/3. Por consiguiente

aml ≤ y + (x − y)/3 < x − (x − y)/3 ≤ ank .

De tal manera para N arbitrario podemos encontrar nk , ml > N tales que


|ank − aml | > (x − y)/3. Resulta que una sucesión que tiene dos distintos
puntos lı́mite no es de Cauchy. Nuestra sucesión sı́ lo es, entonces tiene un
solo punto lı́mite y es convergente, según Teorema 2.3.2. ¤

En algunos casos se puede calcular el lı́mite de una sucesión comparandola


con otra, cuyo lı́mite ya conocemos.

Definición Las sucesiones (an ), (bn ) son equivalentes cuando

∀² > 0 ∃N, ∀n > N |an − bn | ≤ ².

La equivalencia de (an ) y (bn ) se va a denotar (an ) ∼ (bn ).

Teorema 2.4.2 Si (an ) ∼ (bn ) y (an ) es de Cauchy, entonces ambas


sucesiones convergen al mismo lı́mite.

Demostración Si (an ) es de Cauchy, entonces existe a = limn→∞ an . Queda


por mostrar que (bn ) converge al mismo lı́mite. Dado ² > 0 podemos
encontrar N1 tal que |a − an | ≤ ²/2 para cada n > N . Por otro lado existe
N2 tal que |am − bm | ≤ ²/2 para m > N2 . Si tenemos k > N1 + N2 entonces
|bk − a| ≤ |bk − ak | + |ak − a| ≤ ². Entonces limn→∞ bn = a.
¤
45

Ejercicios y Problemas
1. Encontrar lı́mites de las siguientes sucesiones
(n + 1)2 − (n − 1)2
(a) an =
(n + 1)2 + (n − 1)2 ,
(n + 2)! + (n + 1)!
(b) an = ,
(n + 3)!
√ √
4
(c) an = n + 2 − n2 + 3n + 1,
√5

n7 + 3 + 4 2n3 − 1
(d) an = √ 6
,
n8 + n7 + 1 − n
µq √ √ ¶
(e) an = n3 n2 + n4 + 1 − n 2 .
nk
(f) an = , donde k es un número natural fijo y b 6= 0,
bn
bn
(g) an = ,
n!
n!
(h) an = n .
n
2. Encontrar limn→∞ sen(sen(. . . (sen 1) . . . )) .
| {z }
n veces

3. Sea (xn ) una sucesión cuyos elementos satisfacen la ecuación x3n + 12 xn =


1
n
. Demostrar que limn→∞ xn = 0.

4. Demostrar que las sucesiones (an ) y ( n nan ) tienen los mismos conjun-
tos de puntos lı́mite.
5. Demostrar que en cada intervalo (a, b) ⊂ [−1, 1] se encuentra un punto
lı́mite de la sucesión (sen n).
n
6. Demostrar que n→∞ lim √ n
= e.
n!
n2 xn + 4n − 1
7. Sea (xn ) una sucesión convergente. Sea an = . De-
n2 xn − 5n + 2
mostrar que
a. Si limn→∞ xn 6= 0, entonces an converge.
b. Si limn→∞ xn = 0, entonces la sucesión (an ) puede converger o
diverger. Adémas para cada a ∈ R existe (xn ) tal que limn→∞ an = a.
46
√ √
8. Sea a1 = 2 y sea an+1 = 2 + an . Demostrar que (an ) es convergente
y encontrar el lı́mite.
√ √
9. Calcular limn→∞ n 2n + 3n y limn→∞ n 3n − 2n
10. Supongamos que an ≤ bn y que ambas sucesiones son acotadas.
Demostrar que lim inf n→∞ an ≤ lim inf n→∞ bn y lim supn→∞ an ≤
lim supn→∞ bn .
11. Calcular lim supn→∞ an para
µ ¶
n 3 n nπ
1. an = (−1) 2 + , 2. an = 1 + cos .
n n+1 2
12. Demostrar que, si (an ), (bn ) son sucesiones acotadas entonces
a. lim supn→∞ (an + bn ) ≤ lim supn→∞ an + lim supn→∞ bn .
Encontrar una sucesion para la cual los dos números son distintos.
b. Suponiendo que además an , bn > 0 demostrar

lim sup(an bn ) ≤ lim sup an lim sup bn .


n→∞ n→∞ n→∞
Encontrar una sucesión positiva para la cual los dos números difieren
y una sucesión (no-positiva) para la cual el número de lado izquierdo
es mayor.
13. Aplicando las desigualdades del Ejemplo de la sección 3 demostrar que
para an > 0
an+1 √
a. lim inf ≤ lim inf n an ,
n→∞ an n→∞
√ an+1
b. lim sup an ≤ lim sup
n
.
n→∞ n→∞ an
14. Sean (an ), (bn ) sucesiones de Cauchy. Sea
(cn ) = (a1 , b1 , c2 , b2 , a3 , b3 , . . . ).
Demostrar que (cn ) es de Cauchy si y solo si (an ) ∼ (bn ).
15. Una sucesión (an ) es constante cuando existe a tal que an = a para todo
n. ¿Como describir las sucesiones que son equivalentes a una sucesión
constante?
16. Sea (an ) una sucesión de Cauchy y sea (ank ) una subsucesión. De-
muestre que limn→∞ ank = a implica limn→∞ an = a.
Chapter 3

Series

Una serie es tan solo un caso particular de una sucesión. Sin embargo la
teorı́a de la convergencia de series dispone de métodos muy especı́ficos y
avanzados que hacen de ella un área aparte. Entre los personajes que dan sus
nombres los criterios de convergencia de las series aparecen los más famosos
matemáticos: Leibnitz, d’Alembert, Cauchy entre otros.

3.1 Definiciones y ejemplos


P
Una serie es un sı́mbolo de forma ∞ j=1 aj , donde (aj ) es una sucesión. El
elemento aj de la sucesión se llama n-esimo término de la serie. Por Sk vamos
a denotar la suma parcial de la serie:
k
X
Sk = aj .
j=1

Si la sucesión de sumas parciales (Sk ) converge a S, decimos que la serie


P∞
j=1 aj converge a S ó que la suma de la serie es igual a S.
La convergencia de sucesiónes en general se puede expresar en términos
de las series. Si (an ) es una sucesión y b1 = a1 , bn = an − an−1 para
P
n > 1 entonces la serie ∞ j=1 bj converge si y solo si la sucesión an converge.
P
Efectivamente, la suma parcial Sk = kj=1 bj = an .
P∞ P
Se dice que la serie j=1 aj converge absolutamente si la serie ∞ j=1 |aj |
converge.
Los teoremas que hablan de la convergencia de las sucesiones se pueden
traducir inmediatamente en teoremas sobre las series. En particular Teorema

47
48

2.4.1 proporciona el siguiente criterio de la convergencia de las series.


P∞
Teorema 3.1.1 Una serie j=1 aj es convergente si y solo si
¯ ¯
¯X ¯
¯ m ¯
∀² > 0 ∃N, ∀n > m > N ¯ a ¯
j ¯ < ².
¯
¯j=n ¯

La propiedad de supremo implica:


P
Teorema 3.1.2 Una serie ∞ aj es absolutamente convergente si y solo
Pj=1
k
si la serie de sumas parciales j=1 |aj | es acotada.
Antes de pasar a los criterios avanzados de la convergencia de series
veamos una condición necesaria muy sencilla.
P∞
Proposición 3.1.3 Si la serie j=1 aj converge, entonces

lim an = 0.
n→∞

Demostración Supongamos que la serie converge, es decir que la sucesión


Sn tiene lı́mite. Entonces

lim an = n→∞
n→∞
lim (Sn − Sn−1 ) = n→∞
lim Sn − n→∞
lim Sn = 0.

¤
Ejemplos
1. En Ejemplo 5 de la sección 2.2, hemos demostrado que para −1 < p < 1
P 1
la serie geométrica ∞ j
j=0 p converge al valor .
1−p

X 1
2. La serie armónica diverge, aunque la condición suficiente aj → 0
j=1 j
n
X 1 1 1
se cumple. En efecto, |S2n − Sn | = >n = para todo n.
j=1 n + j 2n 2
Por Teorema 3.1.1 la serie diverge.

X 1
3. Estudiamos la serie . Los términos de la serie son positivos en-
j!
j=0
tonces para demostrar su convergencie es suficiente encontrar una cota
49

1
común para sus sumas parciales. El termino aj = para j > 3 satis-
j!
1 X 1
face aj < j
entonces Sn < 1 + j
< 3. La serie converge.
2 j=0 2
³ ´n
1
Recordemos que limn→∞ 1 + n
= e, (Sección 2.4, Ejemplo 6).
Observemos que
1 1 1
Sn = 1 + 1 + + + ··· + >
2! µ 3! ¶ n!µ ¶µ ¶
1 1 1 1 2
> 1+1+ 1− + 1− 1− + ...
2! n 3! n n
µ ¶µ ¶ µ ¶
1 1 2 n−1
+ 1− 1− ... 1 − =
n! n n n
µ ¶n
1
= 1+ .
n
Como sabemos la sucesión del lado derecho converge al número e.
Entonces obtenemos ∞
X 1
≥ e.
j=0 j!

Sin embargo para n > m tenemos


µ ¶n
1
1+ =
n
µ ¶ µ ¶µ ¶ µ ¶
1 1 1 1 2 n−1
= 1+1+ 1− + ··· + 1− 1− ... 1 −
2! n n! n n n
µ ¶ µ ¶µ ¶ µ ¶
1 1 1 1 2 m−1
> 1+1+ 1− + ··· + 1− 1− ... 1 − .
2! n m! n n n

Si en esta desigualdad pasamos al lı́mite n → ∞ obtenemos para m


arbitrario
1 1 1
e ≥ 1 + 1 + + + ··· + .
2! 3! m!
El resultado final es que

X µ ¶n
1 1
= e = lim 1+ .
j=0 j! n→∞ n
50

3.2 Criterios de convergencia absoluta


La convergencia de series numéricas es un asunto complicado que despúes de
cientos de años de ser estudiado sigue proporcionando temas interesantes a
los investigadores. No existe ningún criterio que en caso más general permita
reducir el problema a la aplicación de alguna fórmula o algoritmo. El caso de
la convergencia absoluta es un poco más accesible y además proporciona
mucha información sobre la convergencia en general gracias al siguiente
resultado bastante obvio.
P P
Proposición 3.2.1 Sean ∞ j=1 aj y

j=1 bj series numéricas tales que |aj | ≤
P∞ P P∞
bj , j ∈ N. Si la serie j=1 bj converge entonces las series ∞ j=1 aj j=1 |aj |
convergen.
Demostración Calculamos para m > n arbitrarios:
m
X m
X m
X
| aj | ≤ |aj | ≤ bj .
j=n j=n j=n

P
La convergencia de la serie ∞ j=1 bj implica (Teorema 3.1.1) que la última
suma es acotada por ² para n suficientemente grande. Las demás sumas
tienen la misma cota, entonces ambas series convergen por el mismo Teorema
3.1.1.
¤
Este resultado afirma en particular que una serie absolutamente conver-
gente es convergente.
Pasamos a los criterios más importantes de la convergencia absoluta.
P∞
Teorema 3.2.2 (Criterio de Cauchy) Sea j=1 aj una serie y sea α =
q
lim supj→∞ j
|aj |. Entonces:
P∞
1. si α < 1, la serie j=1 aj converge absolutamente;
P∞
2. si α > 1, la serie j=1 aj diverge.

Demostración Sea α < 1 y sea ² tal que 0 < α < α+² < 1. q Por la definición
del lı́mite superior existe N tal que para j > N se tiene j |aj | < α + ². En
P
otre forma |aj | < (α + ²)j . La serie ∞ j
j=1 (α + ²) converge, entonces la serie
P∞
j=1 aj también converge por Proposición 3.2.1.
51

En el caso de α > 1 existe ² > 0 tal que α > α − ² > 1. También


directamente por la definición del lı́mite superior existe una subsucesión ajk
tal que |ajk | > (α − ²)nk > 1. La sucesión |an | no es entonces convergente a
cero y la serie resulta divergente.
¤
El criterio de Cauchy
q no proporciona ninguna información sobre el caso
cuando lim supj→∞ |aj | = 1. Ejemplos muy sencillos demuestran que
j

P 1
en este caso puede pasar cualquier cosa. Como sabemos ∞ j=1 diverge.
j
1
Sabemos también que lim supj→∞ √ = 1. Sin embargo, como vamos a
j
j
P 1 1
probar más adelante ∞ j=1 2 < ∞ aunque lim supj→∞ √ es también igual
j j
j2
a 1.
Para tratar estos casos se necesitan otros criterios. El criterio de
d’Alembert que vamos a demostrar a continuación tampoco es universal.
En realidad es más débil. Existen casos, cuando el criterio de d’Alembert
no proporciona ninguna información, mientras que con el criterio de Cauchy
se puede obtener información definitiva. Sin embargo vale la pena conocer
ambos criterios porque los cálculos que se tiene que realizar en el caso del
criterio de d’Alembert son en general más sencillos.
P 1
Cuando se trata de la serie conocida ∞ j=1 que converge al número e,
j!
1
para aplicar el criterio de Cauchy tenemos que calcular limj→∞ √ que sı́
j
j!
existe y es igual a cero (vea Ejercicio 2 en Cap. 2), pero este resultado no es
trivial. Para aplicar en el mismo caso el criterio de d’Alembert es suficiente
j! 1
calcular limj→∞ = limj→∞ = 0, para demostrar la convergencia de
(j + 1)! j
la serie. La diferencia es notoria.

Teorema 3.3.3 (Criterio de d’Alembert) Supongamos que niguno de los



X
términos de la serie aj se anula. Entonces
j=1
|aj+1 |
1. si lim sup < 1 entonces la serie converge absolutamente;
j→∞ |aj |
|aj+1 |
2. si lim inf > 1, la serie diverge.
j→∞ |aj |
52

|aj+1 |
Demostración 1. Fijemos β de tal manera que lim sup < β < 1.
j→∞ |aj |
|aj+1 |
Por la definición del lı́mite superior existe N tal que < 1 para j > N .
|aj |
Por lo tanto |aN +1 | < β|aN |, |aN +2 | < β|aN +1 | < β 2 |aN | e aplicando la
inducción llegamos a |aN +j | < β j |aN |, lo que equivale a |an | < |aN |β −N β n .
Obtenemos la afirmación aplicando Proposición 3.2.1.
|aj+1 |
2. Si lim inf > 1, por la misma definición del lı́mite inferior existe
j→∞ |aj |
|ajk +1 |
una subsucesión ajk tal que > 1. En particular tenemos |ajk | >
|ajk |
|ajk −1 | > · · · > |aj1 | > 0. La subsucesión (ajk ) no converge a cero, entonces

X
la sucesión misma (an ) tampoco converge a cero y la serie aj diverge.
j=1
¤
|aj+1 |
Este criterio no aporta nada en el caso de lim sup = 1 y cuando
j→∞ |aj |
X∞ X∞
|aj+1 | 1 1
lim inf = 1. En el caso de las series y 2
ambos lı́mites
j→∞ |aj | j=1 j j=1 j
superior e inferior son iguales a 1 y el criterio de d’Alembert tampoco resuelve
el problema de su convergencia.
He aquı́ un caso cuando el criterio de Cauchy demuestra su superioridad:

Ejemplo
Consideramos la serie
1 1 1 1 1 1
+ + 2 + 2 + 3 + 2 + ...
2 3 2 3 2 3
El término general de la serie tiene la forma
1 1
a2j−1 = , a2j = , j = 1, 2, 3 . . .
2j 3j
En este caso
 µ ¶


 a2j 2 j

 = , cuando n = 2j − 1;
an+1 a2j−1 3
= µ ¶
an 

a2j+1 1 3 j

 = , cuando n = 2j.
a2j 2 2
53

|aj+1 | |aj+1 |
De tal manera lim inf = 0, mientras que lim sup = ∞. En
|aj |
j→∞ j→∞ |aj |
este caso el criterio de d’Alembert no dice nada sobre la convergencia o
divergencia.
Sin embargo


 √ 1 1


 2j−1 a2j−1 = √ 2(2j−1)√ , cuando n = 2j − 1;
n
an = 2 2

 √ 1
2j = √ ,
 2j a cuando n = 2j.

3
√ 1
De aquı́ se sigue lim sup n
an = . El criterio de Cauchy asegura que la
n→∞ 2
serie converge.

3.3 Otros criterios de convergencia


En esta sección presentamos otros criterios de convergencia de series en los
cuales el papel principal juega la monotonı́a de la sucesión (an ). Se trata
entonces de las series de forma más especı́fica.

Teorema 3.4.1 (principio de condensación de Cauchy) Sea (an ) una



X
sucesión monótona y decreciente a cero. Entonces la serie aj converge
j=1

X
si y solo si la serie 2j a2j converge.
j=1

X
Demostración Denotemos por Sn las sumas parciales de la serie aj y
j=1
k
X
sean Tk = 2j a2j .
j=0
Para n = 2k obtenemos gracias a la monotonı́a de la sucesión

Sn = a1 + (a2 + a3 ) + (a4 + a5 + a6 + a7 ) + . . .
+ (a2k−1 + · · · + a2k −1 ) + a2k ≤
≤ a1 + 2a2 + 4a4 + · · · + 2k−1 a2k−1 + 2k a2k = Tk .

Por otro lado


54

Sn = a1 + a2 + (a3 + a4 ) + (a5 + a6 + a7 + a8 ) + . . .
+ (a2k+1 + · · · + a2k −1 ) + a2k ≥
1 1
≥ a1 + a2 + 2a4 + · · · + 2k−1 a2k = Tk .
2 2
Las sucesiones Sn , Tk son monótonas crecientes entonces convergen si solo
si son acotadas. Las desigualdades S2k ≤ Tk y S2k ≥ 21 Tk demuestran que ó
ambas sucesiones son acotadas o ambas no lo son.
¤
El último criterio nos permite describir el comportamiento de todas las
X∞
1
series de forma p
.
j=1 j


X 1
Proposición 3.4.2 La serie converge si y solo si p > 1.
j=1 jp

X
Demostración Construimos la serie 2j a2j . En nuestro caso
j=1

1
2j a2j = 2j = 2(1−p)j .
2jp
P
Obtenemos la serie geométrica ∞ j
j=1 q con q = 2
1−p
. Esta serie converge si
y solo si p > 1 entonces por Teorema 3.4.1 la condición para la convergencia
de la serie estudiada es la misma.
¤
Todos los criterios estudiados hasta este momento conciernen la conver-
gencia absoluta. El criterio de Leibnitz que se estudia a continuación habla
de series que son convergentes pero en general no son absolutamente conver-
gentes.

Teorema 3.4.3 (criterio de Leibnitz) Sea (an ) una sucesión monótona



X
decreciente convergente a cero. Entonces la serie (−1)j aj converge.
j=1

Demostración Denotamos por Sn la sucesión de sumas parciales. Para


n = 2k podemos representar
S2k = (−a1 + a2 ) + (−a3 + a4 ) + · · · + (−a2k−1 + a2k ).
55

Esta sucesión es decreciente porque estamos sumando cada vez más términos
negativos. Por otro lado tenemos:

S2k = −a1 + (a2 − a3 ) + · · · + (a2k−2 − a2k−1 ) + a2k > −a1 .

Como una sucesión decreciente inferiormente acotada, Sn es convergente.


Al mismo tiempo los elmentos impares S2k−1 representados como

S2k−1 = −a1 + (a2 − a3 ) + (a4 − a5 ) + · · · + (a2k−2 − a2k−1 )

nos dan una subsucesión creciente acotada superiormente:

S2k−1 = (−a1 + a2 ) + (−a3 + a4 ) + · · · + (−a2k−3 + a2k−2 ) − a2k−1 ) < 0.

Esta subsucesión también converge. Además tenemos que |S2k − S2k−1 | =


a2k → 0, entonces ambas sucesiones tienden al mismo lı́mite. La sucesión Sn
tiene un solo púnto lı́mite y por Teorema 2.3.2 es convergente.
¤ ∞
X 1
El criterio de Leibnitz demuestra que la serie (−1)j llamada an-
j=1 j
X∞
1
armónica, es convergente. Las series de forma (−1)j p convergen para
j=1 j
todo p > 0.

Ejercicios y Problemas
P P
1. Demueste que, si ∞ j=0 an y

j=0 bn convergen, entonces para cada
P∞ P∞ P
c ∈ R la serie j=0 (an + cbn ) converge a j=0 an + c ∞ j=0 bn .
P∞ P∞ P∞
2. Pruebe que si j=0 an converge y j=0 bn diverge, entonces j=0 (an +
bn ) diverge.

3. Calcula el valor de las series:


µ ¶3j
P∞ 2
(a) j=0
2
X∞
1
(b) .
j=1 j(j + 1)
1 1 1
Observa que = .
j(j + 1) jj+1
56


X 1
(c) .
j=1 (3j − 2)(3j + 1)
P √ √ √
(d) ∞j=1 ( 2n + 5 − 2 2n + 3 + 2n + 1).

X 2n + 1
(e) .
n=1 n2 (n
+ 1)2


X n − n2 − 1
(f) q .
n=1 n(n + 1)

X 1 1
4. Demuestre que < . A partir de esta ecuación deduzca que
j=n j! j!j

X 1
e= no es un número racional.
j=0 j!

5. Estudie la convergencia de la serie:


∞ √
X √
(a) n+1− n).
n=1
X∞
1
(b) , a 6= 0.
j=1 aj + b

X 1
(c) 2
, a 6= 0.
j=1 aj + bj + c

X n(2 + (−1)n )n
(d) .
n=1 4n
∞ √
X n
(e) .
n=1 n2 +1
X∞
1
(f) √ .
n=1 n n
n


X j5
(g) j j
.
j=1 2 + 3
∞ √
X
(h) n
( n − 1)n .
n=1

X 3n n!
(i) n
.
n=1 n
57

6. Determine los valores p para los cuales converge la serie



X pj j!
(a) .
j=1 jj

X pn
(b) q .
n=1
n
2n + (−1)n

à !p
X 1
(c) 1 − cos .
j=1 j

X j(p + (−1)j
(d) .
j=1 4j

X ∞
X
7. Demuestre que, si an converge absolutamente, entonces a2n
n=1 n=1
también converge absolutamente.

X ∞
X
8. Demuestre que, si an y bn convergen y an ≤ cn ≤ bn entonces
n=1 n=1

X
cn converge.
n=1


X ∞
X n+1
9. Demueste que, si an converge absolutamente, entonces an
n=1 n=1 n
converge absolutamente.

X ∞
X ∞
X
10. Demuestre que, si a2n <∞y b2n < ∞, entonces an bn converge
n=1 n=1 n=1
y ̰ !2
X ∞
X ∞
X
an bn ≤ a2n b2n .
n=1 n=1 n=1
58
Chapter 4

Conjuntos abiertos, cerrados,


compactos

En los capı́tulos siguientes vamos a estudiar la continuidad de funciones cuyo


dominio pocas veces va a coincidir con R. La definición de la continuidad
que vamos a dar más adelante concierne funciones de forma

X 3 x → f (x) ∈ R,

donde X es un subconjunto de R. En este capiı́tulo nos estamos preparando


para esta tarea investigando la estructura de subconjuntos de R.

4.1 Conjuntos abiertos en X, vecindades.


Un intervalo abierto en R es simplemente un intervalo sin puntos extremos:
(a, b) = {x ∈ R| a < x < b}. Cada intervalo de esta forma tiene la siguiente
propiedad, obvia en este caso:

∀x ∈ (a, b) ∃ ² > 0, (x − ², x + ²) ⊂ (a, b).

Para x fijo podemos escoger ² igual al menor de dos números: b − x y x − a


y la condición de arriba se cumple.
Existen otros conjuntos en R que tienen esta propiedad y que se van a
llamar abiertos en R. Sin embargo nuestra definición del abierto va a ser más
general. Introducimos el concepto de un abierto en X ⊂ R.

59
60

Definición Sea X un subconjunto arbitrario del eje real R. Decimos que


A ⊂ X es abierto en X si

∀x ∈ A ∃ ² > 0, ∀y ∈ X, |y − x| < ² ⇒ y ∈ A.

En particular un conjunto A es abierto en X = R cuando

∀x ∈ A ∃ ² > 0 (x − ², x + ²) ⊂ A.

El intervalo abierto es un subconjunto abierto en R.


En caso general podemos reformular la definición del abierto en X de la
siguiente manera:
A ⊂ X es abierto en X cuando

∀x ∈ A ∃ ² > 0, (x − ², x + ²) ∩ X ⊂ A.
El mismo conjunto A tal que A ⊂ X ∩ Y puede ser abierto en X y no
abierto en Y . El conjunto [0, 1) no es abierto en Y = [−1, 1], pero sı́, es
abierto en X = [0, 2].
Ser abierto no es una propiedad intrı́nsica sino relativa.
Por lo tanto la afirmación ”A es abierto” en principio no significa nada.
”A es abierto en X” es la exprecioón correcta. Si en futuro, hablando de un
subconjunto A ⊂ R diremos unicamente ”A es abierto”, hay que entenderlo
como ”A es abierto en R”.
Obviamente los abiertos en R merecen un interes especial y vamos a
dedicar más tiempo a ellos. Sin embargo, primero demostraremos algunas
propiedades de los abiertos en general.

Teorema 4.1.1 Sea X ⊂ R.


S
1. Si Oι , ι ∈ I son subconjuntos abiertos de X, entonces ι∈I Oι es abierto
en X.
Tn
2. Si Oi , 1 ≤ i ≤ n son abiertos en X entonces i=1 Oi es abierto en X.

3. X y ∅ son abiertos en X.
S
Demostración 1. Sea x ∈ ι∈I Oι . Existe entonces ι0 ∈ I tal que x ∈ Oι0 .
S
Siendo Oιo abierto en X, existe ² > 0 tal que (x−², x+²)∩X ⊂ Oι0 ⊂ ι∈I Oι .
S
Entonces ι∈I Oι es abierto en X.
61

2. Sea x ∈ Oi , para todo 1 ≤ i ≤ n. Por lo tanto, para todo i existe


²i > 0 tal que (x − ²i , x + ²i ) ∩ X ⊂ Oi . Si ² = min1≤i≤n ²i , entonces ² > 0 y
T
(x − ², x + ²) ∩ X ⊂ 1≤i≤n Oi .
3. La frase ”si x ∈ ∅, entonces es cierto P (x)” es cierta independien-
temente de lo que diga P (x), porque la suposición nunca se cumple. En
particular, cuando P (x) dice ”∃² > 0, tal que (x − ²i , x + ²i ) ∩ X ⊂ ∅”,
obtenemos una afirmación cierta. El conjunto vacı́o es abierto en cada espa-
cio.
El hecho de que X es abierto en X es obvio.
¤
Ejemplos

1. Si (a, b) ⊂ X, entonces (a, b) es abierto en X, cualquier que sea X.

2. Si tomamos la intersección de un número infinito de conjuntos abiertos,


el resultado no neceseriamente es un conjunto abierto. Como ejemplo
tomemos los intervalos In = (− n1 , n1 ) que son conjuntos abiertos en R.
La intersección de todos los intervalos In consta de un solo elemento
0. El conjunto {0} no es abierto en R, porque para ² > 0 arbitrario
(−², ²) 6⊂ {0}.

3. Es muy fácil construir un espacio, donde el mismo conjunto {0} es


abierto. Además del caso trivial X = {0} podemos tomar X = Z.
Observemos que en el último espacio todos los conjuntos son abiertos.
Efectivamente, cualquier que sea A ⊂ Z y n ∈ A, si tomamos ² = 21
entonces (n − 12 , n + 12 ) ∩ Z = {n} ⊂ A.

4. Otro espacio, donde todos los subconjuntos son abiertos es

1
X = { | n ∈ N}.
n

Tomemos un conjunto de un solo elemento A = { n1 }. El elemento mas


cercano a n1 en X es n+1
1
y la distancia entre ellos es igual a n1 − n+1
1
=
1 1 1 1 1
n(n+1)
. Si tomamos ² = n(n+1) entonces ( n − ², n + ²) ∩ X = { n } = A.
Cada conjunto de un solo punto es abierto en X. Ahora, si O ⊂ X,
S
entonces podemos representarlo en forma O = x∈O {x}. O es abierto
como unión de conjuntos abiertos.
62

5. Sea X = [0, 1). En este espacio el subconjunto O = [0, 12 ) es abierto,


mientras que A = [0, 21 ] no lo es. Verifiquemoslo: para x ∈ [0, 12 )
tomemos ² = 12 − x. Este número es positivo. Ahora,
(
[0, 12 ) cuando x < 14 , 1
(x − ², x + ²) ∩ X = ⊂ [0, ) = O.
(2x − 21 , 12 ), cuando x ≥ 1
4 2
El conjunto O es abierto.
Pasando al conjunto A = [0, 21 ], tomemos x = 12 ∈ A. Para 0 < ² < 12
arbitrario el conjunto ( 12 −², 12 +²)∩X contiene el elemento 21 +²/2 6∈ A.
Entonces A no es abierto.
En forma no muy rigurosa se puede decir que A es obierto en X cuando
cada punto a ∈ A está separado de los puntos del complemento X \ A.

Definición Sea x ∈ X ⊂ R. Un conjunto U ⊂ X se llama vecindad de x


si existe un conjunto O ⊂ U abierto en X y tal que x ∈ O.
Una vecindad de x no tiene que ser abierta. El intervalo [0, 1] es una
vecindad de cada x ∈ (0, 1) y no es vecindad de los puntos 0 y 1 en R.

Subconjuntos abiertos del eje real


Los intervalos de forma (a, b) son abiertos en R. Los semiejes (a, ∞)
y (−∞, b) también lo son. Para simplificar la notación vamos a tratar
los semiejes como intervalos. Por Teorema 4.1.1.1 la unión de cualquier
número de intervalos abiertos es también un abierto. Sin embargo, cuando
(a, b) ∩ (c, d) 6= ∅, la unión de estos dos intervalos es también un intervalo
solo que en general más grande. Unicamente tomando uniones de intervalos
mutuamente ajenos obtenemos conjuntos que no sean intervalos. Resulta que
cada conjunto abierto en R puede representarse como una unión numerable
de intervalos mutauamente ajenos:

Teorema 4.1.2 Sea ∅ = 6 O ⊂ R un conjunto abierto en R. Entonces


existen Ii = (ai , bi ) ⊂ R, i = 1, 2, 3 . . . , tales que Ii ∩ Ij = ∅ para i 6= j y
S
O = i∈N Ii .
Demostración Si O es abierto en R y no vacı́o, entonces contiene algún
intervalo (a, b). Este intervalo contiene un número racional. Fijemos x ∈
Q ∩ (a, b) y sean
ax = inf{c ∈ R| (c, b) ⊂ O}, bx = sup{d ∈ R| (a, d) ⊂ O}.
63

En estas fórmulas admitimos los valores ax = −∞ y bx = ∞ cuando los


conjuntos en cuestión no son inferiormente (resp., superiormente) acotados.
Entonces (ax , b) ⊂ O, (a, bx ) ⊂ O y por lo tanto Ix = (ax , bx ) ⊂ O. Por otro
lado este intervalo no está contenido en ningún intervalo que sea subconjunto
de O.
Si x, y ∈ Q ∩ O y Ix ∩ Iy 6= ∅, entonces Ix ∪ Iy ⊂ O es un intervalo abierto
que contiene x y y. Esto implica Ix = Iy , porque cada uno de estos intervalos
es maximal en O. La familia de los intervalos de forma Ix , x ∈ Q ∩ O es
numerable porque Q es numerable. Existe entonces una función N 3 i → xi
S
tal que para Ii = Ixi se cumple O = i∈N Ii .
¤
Teorema 4.1.3 Si O1 , O2 son conjuntos abiertos en R tales que
R = O1 ∪ O2 y O1 ∩ O2 = ∅ entonces uno de estos conjuntos es vacı́o.
Demostración Supongamos que ninguno de los conjuntos O1 , O2 es vacı́o.
Sea x ∈ O1 , y ∈ O2 y x < y. El conjunto O1 ∩ (−∞, y) tampoco es vacı́o
porque contiene a x. Sea s = sup O1 ∩ (−∞, y). Siendo O2 abierto, existe
² > 0 tal que (y − ², y + ²) ⊂ O2 , entonces s < y. Por la misma razón, si
s ∈ O2 , entonces un intervalo de forma (s − ², s + ²) está contenido en O2 .
Esto contradice la definición de s como del supremo de unos elementos de
O1 .
Queda unicamente la posibilidad de que s ∈ O1 . Sin embargo, en este
caso existe ε > 0 tal que (s − ε, s + ε) ⊂ O1 . Obtenemos que s + ε/2 < y
y s + ε/2 ∈ O1 . Resulta que s no mayoriza a todos los elementos de
O1 ∩ (−∞, y), contrario a su definición. Esta contradicción demuestra que
O1 ∩ O2 = ∅.
¤
La propiedad del eje real que acabamos de demostrar se llama la conex-
idad. Un conjunto X ⊂ R es conexo si no se puede descomponer en unión
disjunta de dos subconjuntos no vacı́os y abiertos en X.
Los intervalos son también conjuntos conexos.
Teorema 4.1.4 Cada intervalo [a, b] ⊂ R es conexo.
Demostración Supongamos que [a, b] = O1 ∪ O2 , donde ambos conjuntos
son abiertos en [a, b] y O1 ∩ O2 = ∅. Si a, b ∈ O1 definimos Õ1 = (−∞, a) ∪
O1 ∪ (b, ∞) y Õ2 = O2 . Obtenemos dos conjuntos abiertos en R, disjuntos
y tales que R = Õ1 ∪ Õ2 . Por el teorema anterior O2 = ∅. Si a ∈ O1 ,
b ∈ O2 construimos conjuntos Õ1 = (−∞, a) ∪ O1 y Õ2 = O2 ∪ (b, ∞). Estos
64

conjuntos son disjuntos, abiertos y llenan R. Nuevamente obtenemos que


uno de ellos es vacı́o.
¤

4.2 Conjuntos cerrados. La cerradura


Definición Sea X ⊂ R y sea A ⊂ X. Decimos que A es cerrado en X
cuando X \ A es abierto en X.
Las propiedades canónicas de los conjuntos cerrados se pueden deducir
inmediatamente del Teorema 4.1.1 aplicando las fórmulas de Morgan.

Teorema 4.2.1 Sea X ⊂ R.


T
1. Si Aι , ι ∈ I son subconjuntos cerrados de X, entonces ι∈I Aι es cerrado
en X.
Sn
2. Si Ai , 1 ≤ i ≤ n son cerrados en X entonces i=1 Ai es cerrado en X.

3. X y ∅ son cerrados en X.

Demostración 1. Sabemos por la suposición que Oι = X \ Aι , ι ∈ I son


S
conjuntos abiertos. Por Teorema 4.1.1.1 O = ι∈I Oι es un conjunto abierto
y por lo tanto X \ O es cerrado. Entonces
à !
\ \ [
Aι = (X \ Oι ) = X \ Oι = X \ O
ι∈I ι∈I ι∈I

es cerrado.
2. Denotemos Oi = X \ Ai . Por Teorema 4.1.1.2 y la segunda formula de
Morgan obtenemos:
n n
à n !
[ [ \
Ai = (X \ Oi ) = X \ Oi .
i=1 i=1 i=1

Este conjunto es cerrado como el complemento de un abierto.


3. X es cerrado como el complemento del abierto ∅ y al revez.
¤
65

Ejemplos

1. Los intervalos [a, b] y semiejes (−∞, b], [a, ∞) son conjuntos cerrados
en R, porque sus complementos son respectivamente (−∞, a) ∪ (b, ∞),
(b, ∞), (−∞, a) y estos conjuntos son abiertos.

2. En los espacios N y { n1 | n ∈ N} todos los conjuntos son abiertos,


entonces también todos los conjuntos son cerrados.

3. En el espacio X = [0, 1) el conjunto [ 21 , 1) es cerrado.

4. En el espacio X = (0, 1] el conjunto { n1 | n ∈ N} es cerrado, porque su


complemento
1 1 1 1 1
X \ A = ( , 1) ∪ ( , ) ∪ ( , ) ∪ . . .
2 3 2 4 3
es abierto como unión de intervalos abiertos.

Según la definición, A ⊂ X es cerrado en X si y solo si su complemento


en X es abierto. Por lo tanto O ⊂ X es abierto en X si y solo si X \ O es
cerrado en X. Parece que estamos unicamente jugando con la terminologı́a.
Esta impresión equivocada se desvanece gracias a los resultados que siguen
y que describen los conjuntos cerrados en otros términos. Al mismo tiempo
esta caracterización nueva de los conjuntos cerrados aportará también infor-
maciones sobre los conjuntos abiertos.

Teorema 4.2.2 Un conjunto A ⊂ X ⊂ R es cerrado en X si y solo si

∀an ∈ A, a = lim an ∈ X ⇒ a ∈ A.
n→∞

Demostración ⇒ Supongamos que A es cerrado en X y que la segunda


propiedad no es válida. Existe entonces una sucesión convergente (an ) tal
que an ∈ A, pero su lı́mite a pertenece a X \ A. Sin embargo por suposición
X \ A es abierto y existe ² > 0 tal que

(a − ², a + ²) ∩ X ⊂ X \ A.

Entonces no existe ningún elemento an ∈ A que satisfaga |a − an | < ². La


sucesión (an ) no converge al punto a. Obtenemos una contradicción que
termina la primera parte de la demostración.
66

⇐ Ahora suponemos que la segunda condición se cumple y que A no es


cerrado, es decir X \ A no es abierto. Existe entonces a ∈ X \ A tal que para
todo ² > 0 el intervalo (a − ², a + ²) contiene un elemento de A. Para cada
n ∈ N existe entonces an ∈ A tal que |an − a| < n1 . La sucesión (an ) converge
a a ∈ X, pero a 6∈ A. Obtuvimos nuevamente una contradicción que termina
la demostración.
¤
Definición Sea A ⊂ X ⊂ R. El conjunto

A = {x ∈ X| ∀² > 0 A ∩ (x − ², x + ²) 6= ∅}
se llama la cerradura de A en X.
Las propiedades de la cerradura que damos a continuación nos llevarán a
otra definición de A.
Teorema 4.2.3 Sea A ⊂ X ⊂ R.
1. A ⊂ A.
2. A es cerrado en X.
3. A es cerrado en X si y solo si A = A.
4. Si A ⊂ B y B es cerrado en X, entonces A ⊂ B.
Demostración La primera afirmación es obvia. Pasamos a la demostración
de que A es cerrado. Es suficiente ver que X \ A es abierto en X. Sea
x ∈ X \ A. Por la definición de la cerradura existe ² > 0 tal que (x − ², x + ²)
no contiene elementos de A, entonces tampoco tiene elementos de A. Obten-
emos que (x − ², x + ²) ∩ X ⊂ X \ A. El complemento de A en X sı́ es abierto.
La cerradura es cerrada.
3. Si A es cerrado entonces X \ A es abierto y tiene la propiedad:
∀x ∈ X \ A ∃² > 0, (x − ², x + ²) no contiene elementos de A.
Ningún elemento de X \ A pertenece a A. Entonces A = A.
Por otro lado, si A = A, entonces por inciso 2 A es cerrado.
4. Directamente por la definición es obvio que A ⊂ B implica A ⊂ B. B
es cerrado, entonces por el resultado probado en inciso 3 B = B. Obtenemos
A ⊂ B. ¤
Los resultados del último teorema conducen a las siguientes descripciones
de la cerradura:
67

Corolario 4.2.4 1. A es el conjunto cerrado más pequeño que contiene A.


2. A es la intersección de todos los conjuntos cerrados que contienen A.

Existe otra caracterı́stica de la cerradura que utiliza el concepto del punto


de acumulación de un conjunto.
Definición Sea A ⊂ X y sea x ∈ X. Decimos que x es un punto de
acumulación de A si existe una sucesión (an ) tal que an 6= x, an ∈ A y
limn→∞ an = x. Si a ∈ A no es un punto de acumulación de A, decimos que
a es aislado.

Teorema 4.2.5 La cerradura de A en X consta de A y de todos los puntos


de acumulación de A en X.
Demostración Sea A0 el conjunto que consta de A y de todos los puntos
de acumulación de A. Si x ∈ X y x 6∈ A0 entonces existe ² > 0 tal que el
intervalo (x − ², x + ²) no contiene ningún elemento de A. Entonces x 6∈ A.
Ası́ hemos demostrado que X \ A0 ⊂ X \ A, entonces A ⊂ A0 . La
contensión opuesta es obvia por la definición de la cerradura.
¤
Corolario 4.2.6 Sea A un conjunto cerrado en R. Si A acotado supe-
riormente, entonces sup A ∈ A. Si A es acotado inferiormente entonces
inf A ∈ A.
Demostración Sea s = sup A. Para todo n ∈ N existe an ∈ A tal que
1
s − an < . Tenemos entonces an → s. A es cerrado entonces s ∈ A.
n
La demostración en el caso de un conjunto inferiormente acotado es
análoga.
¤
Ejemplos

1. Sea X = Q. El conjunto A = {q ∈ Q| − 1 < q < 1} es abierto.


Su cerradura es igual
√ a {q ∈√Q| − 1 ≤ q ≤ 1}. El conjunto
B = {q ∈ Q| − 2 < q < 2} es abierto y al mismo tiempo es
cerrado en Q. En cambio el conjunto C = {q ∈ Q| − 1 √ ≤ q < 1} no es
ni abierto ni tampoco cerrado. D = {q ∈ Q| − 1 ≤ q < 2} es cerrado
y no es abierto. Todos los puntos de Q son sus puntos de acumulación.
Los espacios que tienen esta propiedad se llaman perfectos. Los espacos
Q y R son ejemplos de espacios perfectos.
68

2. Sea X = R y sea (an ) una sucesión real acotada. Denotemos por A el


conjunto de los valores de la sucesión: A = {an | n ∈ N}. Los puntos de
acumulación de A son puntos lı́mite de la sucesión (an ). La unión de
A y del conjunto de los puntos lı́mite de (an ) es la cerradura de A. No
todos los puntos lı́mite de (an ) son puntos de acumulación de A. Un
punto aislado a ∈ A puede ser un punto lı́mite de la sucesión si existe
una subsucesión constante ank = a. Si la sucesión (an ) es convergente
entonces A tiene a lo más un punto de acumulación. Sin embargo una
sucesión constante es convergente y su conjunto de valores no tiene
ningún punto de acumulación.
Como sabemos Q es un espacio numerable. Existe entonces una
sucesión an ∈ Q tal que su conjunto de valores coincide con Q. La
cerradura de Q en R es todo R.
3. Demostraremos la fórmula: A ∪ B = A ∪ B.
Las contensiones A ⊂ A ∪ B y B ⊂ A ∪ B son obvias y obtenemos
A ∪ B ⊂ A ∪ B.
Sabemos que A∪B ⊂ A∪B y por lo tanto A ∪ B ⊂ A ∪ B. Sin embargo
A, B son cerrados y su unión es cerrada, entonces A ∪ B = A ∪ B.
Obtenemos A ∪ B ⊂ A ∪ B.
La igualdad está demostrada.

4.3 Conjuntos compactos


Los subconjuntos de R que son cerrados y acotados se llaman compactos. Esta
definición es muy breve y sencilla. Sin embargo, existe otra caracterı́stica de
estos conjuntos que, aunque indudablemente más complicada, resulta muy
útil para el estudio de las funciones continuas sobre los conjuntos compactos.
Además esta nueva descripción de los compactos en R es más adecuada para
extender el concepto del conjunto compacto a otros espacios.
Teorema 4.3.1 (Teorema de Heine-Borel) Un subconjunto K ⊂ R es
compacto si y solo si
∀ xn ∈ K ∃ xnk , x ∈ K, lim xnk = x.
k→∞

Demostración Sea K compacto y sean xn ∈ K. Debemos mostrar que


uno de los puntos lı́mite de la sucesión pertenece a K. La sucesión es acotada,
69

entonces tiene por lo menos un punto lı́mite x. Este punto pertenece a K.


Nuestro K es cerrado y por lo tanto x ∈ K = K. Los conjuntos compactos
tienen la propiedad enunciada en el teorema.
Ahora supongamos que K tiene aquella propiedad. Queremos probar que
K es acotado y cerrado.
Supongamos que K no es acotado. Para cada N ∈ R existe x ∈ K tal que
|x| > N . Construimos una sucesión inductivamente. Sea x1 ∈ K arbitrario.
Sea x2 ∈ K tal que |x2 | > |x1 | + 1. Dado xn ∈ K tal que |xn | > |xn−1 | + 1
encontramos xn+1 ∈ K tal que |xn+1 | > |xn | + 1. La sucesión construida de
esta manera satisface |xn − xm | > n − m. para n > m. Esta sucesión no tiene
ningún punto lı́mite. Obtuvimos una contradicción. Entonces K es acotado.
Supongamos que K no es cerrado. No es entonces igual a su cerradura.
Existe x 6∈ K que es un punto de acumulación de K. Existen xn ∈ K tales
que limn→∞ xn = x. Sin embargo cada subsucesión de (xn ) converge también
al mismo x que no pertenece a K. Nuevamente obtenemos una contradicción
que demuestra que K es cerrado.
¤
Cuando tenemos en R una familia descendiente de conjuntos no vacı́os
T
An+1 ⊂ An , entonces puede suceder que n∈N An = ∅. Como ejemplo
podemos tomar An = [n, ∞) o A0n = (0, n1 ]. Resulta que esto no puede
suceder cuando los conjuntos son compactos.

Teorema 4.3.2 Sean ∅ 6= Kn ⊂ R conjuntos compactos y sea Kn+1 ⊂ Kn


T
para todo n ∈ N. Entonces n∈N Kn 6= ∅. Este conjunto es compacto.
Demostración De cada conjunto Kn seleccionamos un elemento xn . En
particular xn ∈ K1 para todo n. El conjunto K1 es compacto. La sucesión
(xn ) tiene una subsucesión (xnk ) convergente y limk→∞ xnk = x ∈ K1 . Sin
embargo para cada n existe mn tal que para k > mn xnk ∈ Kn . Entonces
T
x ∈ Kn , porque cada Kn es cerrado. Finalmente x ∈ n∈N Kn .
La intersección es cerrada como intersección de conjuntos cerrados y es
obviamente acotada. Entonces es compacta.
¤
Ejemplos
Los intervalos con extremos [a, b] y sus uniones son conjuntos compactos.
El hecho de que un intervalo [a, b] tiene la propiedad descrita por Teorema
de Heine-Borel lleva el nombre de Teorema de Bolzano-Weierstrass.
70

También los conjuntos finitos son compactos. Si limn→∞ xn = x, entonces


el conjunto {xn | n ∈ N} ∪ {x} es compacto. He aquı́ un ejemplo de conjunto
compacto que no es numerable y no se puede representar como unión de
intervalos.

Conjunto de Cantor
Sea I1 = [0, 1],
I2 = [1, 31 ] ∪ [ 23 , 1],
I3 = [0, 91 ] ∪ [ 29 , 13 ] ∪ [ 23 , 79 ] ∪ [ 89 , 1].
Continuando ası́ se obtiene como Ik una unión de 2k intervalos de longitud
1
3k
cada uno. El conjunto Ik+1 se obtiene de Ik quitando del medio de cada
1
uno de los 2k componentes de Ik un intervalo abierto de longitud 3k+1 .
Los conjuntos Ik son compactos y forman una familia descendiente. Su
intersección C no es vacı́a porque en particular todos los puntos extremos de
cada intervalo que forma parte de cada Ik pertenece a la intersección. Este
conjunto se llama el conjunto de Cantor. Es compacto. Su caracteristica
interesante es que no contiene ningún intervalo. Sin embargo no es tan
”menudo” como parece. Se puede demostrar que tiene la cardinal igual a
la del intervalo [0, 1].

Utilizando el último teorema vamos a probar que a diferencia del espacio


de los números racionales el eje real no es un conjunto numerable. Obvia-
mente es suficiente demostrar que un intervalo [a, b] ⊂ R no es numerable.

Teorema 4.3.3 Un intervalo [a, b] no trivial en R no es numerable.

Demostración Supongamos que el intervalo es numerable y que la sucesión


{x1 , x2 , . . . } contiene a todos los elementos de [a, b]. Construimos inductiva-
mente una sucesión de intervalos. Sea I1 ⊂ [a, b] cualquier intervalo cerrado
que no contiene el elemento x1 . Como I2 tomamos un subintervalo cerrado
de I2 que no contiene x2 . Dados los intervalos I1 , I2 , . . . , In definimos como
In+1 cualquier intervalo contenido en In que no contiene xn+1 .
T
Por Theorema 4.3.2 la parte común de estos intervalos ∞ n=1 In contiene
por lo menos un elemento x ∈ [a, b]. Existe i tal que x = xi . Esto sin
embargo es una contradicción porque xi 6∈ Ii .
¤
71

Una vez más vemos que el espacio R \ Q es ”muy grande”.

Ejercicios y Problemas

1. Sea X = {0, 1, 21 , 13 . . . }. Describir todos los conjuntos abiertos y cerra-


dos en X.

2. Describe la cerradura en R del conjunto


½ µ ¶ ¾
n n3
A = (−1) 2 + (−1) | n∈N .
n

3. Sea A el conjunto definido en el ejercicio anterior y sea X = A ∪ {2}.


Describir los conjuntos abiertos y cerrados en X.

4. Sea O ⊂ X ⊂ R. Demueste que, si O es abierto en R, entonces es


abierto en X.

5. Sea O ⊂ X ⊂ R. Demuestre que O es abierto en X si y solo si en R


existe un abierto U tal que O = U ∩ X.

6. Demuestre que si los conjuntos Vι , ι ∈ I son vecindades de x ∈ X,


entonces:
S
(a) ι∈I Vι es una vecindad de x,
Tk
(b) n=1 Vιn es una vecindad de x.

7. Sea X = (−∞, −1) ∪ [1, 2]. Construya los subconjuntos Ai ⊂ X tales


que:
a) A1 es cerrado en X, abierto en X, no compacto.
b) A2 es abierto en X y compacto.
c) A3 es cerrado en X, no abierto en X, no compacto.

8. Demuestre que los conjuntos (−∞, a], (b, a), (b, a] son conexos.

9. Demostrar que el conjunto de los puntos lı́mite de una sucesión es


cerrado.

10. Demostrar las fórmulas y encontrar los ejemplos que demuestren que
las contensiones opuestas no son válidas:
72

(a) A ∩ B ⊂ A ∩ B
S S
(b) n∈N An ⊂ n∈N An .
11. Demuestre que además de R y ∅ no existen en R subconjuntos que son
abietros y cerrados al mismo tiempo.
12. Sea A ⊂ X ⊂ R. Demuestre que A = {x ∈ X| inf y∈A |x − y| = 0}.
13. Demuestre que, si Kn , n = 1, 2, . . . , k son conjuntos compactos, en-
k
[
tonces Kn es compacto. Encuente un ejemplo de una familia nu-
n=1
k
[
merable Cn de conjuntos compactos, tal que Cn no sea compacto.
n=1

14. Denotemos por O, C, K y S las afirmaciones ”es abierto en X”, ”es


cerrado en X”, ”es compacto” y ”es conexo”, respectivamente y por
O0 , C 0 , K 0 y S 0 sus negaciones. Formando todas las combinaciones de
estas propiedades podemos definir 16 clases de conjuntos. Por ejemplo,
para X ⊂ R, la afirmación: A − OC 0 KS 0 quiere decir A es abierto en
X, no es cerrado en X, es compacto, no es conexo. Para cada uno de
los espacios
(a) X = R \ N,
(b) X = {0, 21 , 13 , 14 , . . . },
(c) X = [0, 1),
(d) X = (0, ∞),
(e) X = [−3, −2) ∪ (−1, 0) ∪ {0, 21 , 13 , 14 , . . . }.
encuentre (si es posible) los ejemplos de cada clase de conjuntos.
15. Describir todos los subconjuntos compactos de Z.
16. Demueste que cada dos de las tres sigiuentes propiedades implican la
tercera:
(a) X es compacto,
(b) X es finito,
(c) Cada subconjunto es abierto en X.
17. Demuestre que el espacio R \ Q no es numerable.
Chapter 5

Funciones continuas

La continuidad de funciones es una herramienta muy fuerte del análisis


matemático. Si una función es continua en X ⊂ R, entonces su compor-
tamiento en un conjunto A ⊂ X determina sus valores en todos los puntos de
la cerradura A. Después de haber estudiado los conjuntos abiertos, cerrados
y compactos pasamos al estudio de funciones continuas sobre subconjuntos
X ⊂ R.
Para hacer justicia a los que se lo merecen debemos aclarar que el con-
cepto de la continuidad rigurosamente formulado aparece por primera vez en
un trabajo de Bernhard Bolzano, un matemático y filósofo de procedencia
italiana, que sin embargo nació y pasó toda la vida en Praga escribiendo
trabajos en el idioma alemán. De acuerdo con los costumbres de aquellos
tiempos el tı́tulo de su artı́culo publicado en 1817 contiene el resultado prin-
cipal del trabajo:
Si una función continua alcanza en un extremo del intervalo un valor
negativo y en otro extremo un valor positivo, entonces en algún punto del
intervalo tiene que tomar el valor nulo.
Se trata entonces del teorema de valor intermedio (Teorema 5.4.7 en
estas notas) en algunos paises llamado injustamente teorema de Darboux.
Lo importante es que el artı́culo de Bolzano contiene una definición de la
continuidad absolutamente satisfactoria de punto de vista contemporaneo.
Sin embargo el trabajo de Bolzano fue olvidado y sacado a la luz después
de 50 años, cuando el mundo matemático ya consideraba a Cauchy el padre
de la rigurosidad en análisis matemático a base de sus trabajos publicados
en los años 1821, 1823 y 1829. Y ası́ quedó.

73
74

5.1 Continuidad en un punto


En esta sección damos dos definiciones de la continuidad pertenecientes a
Cauchy y a Heine, respectivamente y demostramos su equivalencia.
Recordemos primero unos términos relacionados con el estudio de las
funciones. Sea X ⊂ R y sea f : X → R una función. El conjunto f (X) =
{f (x)| x ∈ X} se llama el rango o la imagen de la función f . La preimagen
o la imagen inversa de un conjunto Y ⊂ R se define como f −1 (Y ) = {x ∈
X| f (x) ∈ Y }.

Definición 1 Sea f : X → R una función y sea x ∈ X. La función f es


continua en x si
∀² > 0 ∃δ > 0, ∀y ∈ X |x − y| < δ ⇒ |f (x) − f (y)| < ².
Esta definción se puede interpretar de la manera siguiente: Para cualquier
intervalo de forma I = (f (x) − ², f (x) + ²) su imagen inversa f −1 (I) contiene
un intervalo de forma (x − δ, x + δ) ∩ X.
Usando el concepto de la vecindad podemos expresarlo en forma más
sencilla: La imagen inversa de un conjunto abierto que contiene f (x) es una
vecindad de x.
Esta definición pertenece a Cauchy, quién es el autor del ”metodo ² − δ”
en matemáticas. Es muy útil para manejar las propiedades teóricas de las
funciones continuas. Cuando se trata de estudiar la contnuidad de funciones
concretas, muchas veces resulta mas conveniente el método de Heine llamado
la continuidad secuencial.

Definición 2 f : X → R una función y sea x ∈ X. La función f es


continua en x si para cada sucesión (xn ) en X tal que limn→∞ xn = x se
cumple limn→∞ f (xn ) = f (x).
A diferencia de la primera definición la segunda determina un proced-
imiento muy concreto para el estudio de la continuidad: tomar las sucesiones
xn → x e investigar que pasa con los valores f (xn ).

Teorema 5.1.1 Definición 1 es equivalente a Definición 2.


Demostración ⇒ Suponemos que f es continua en el sentido de Cauchy.
Sea xn → x, sea ² > 0 y sea δ > 0 tal que |x − y| < δ ⇒ |f (x) − f (y)| <
². Existe N tal que para n > N tenemos |xn − x| < δ y por lo tanto
|f (xn ) − f (x)| < ². La convergencia f (xn ) → f (x) está probada.
75

⇐ Supongamos ahora que la función f es continua en el sentido de


Definición 2 y que no es contı́nua en sentido de Cauchy. Existe entonces
² > 0 tal que para todo n ∈ N existe xn ∈ X que cumple |x − xn | < n1 y
sin embargo |f (x) − f (xn )| ≥ ². Obtuvimos xn → x tal que f (xn ) 6→ f (x)
a pesar de nuestra suposición. La contradicción significa que la continuidad
secuencial implica la continuidad de Cauchy.
¤
Para dominar bién el concepto de la continuidad debemos estar concientes
que significa la discontinuidad de una función. Utilizando la definición de
Cauchy obtenemos el siguiente criterio:
Una función f : X → R es discontinua en x ∈ X si y solo si

∃ε > 0 ∀δ > 0 ∃y ∈ X, |x − y| < δ y |f (y) − f (x)| > ε.

De acuerdo con Teorema 5.1.1 esta condición es equivalente a la que sigue:

∃yn → x f (yn ) 6→ f (x).


La última condición es aparentemente más sencilla, pero en forma desarrol-
lada significa que

∃yn → x, ∃ ε > 0 ∀N ∈ N ∃n > N |f (yn ) − f (x)| > ε.

El estudio de la continuidad a base de cualquiera de las definiciones no es


sencillo. Ası́ como en el caso de las sucesiónes vamos a demostrar un teorema
sobre las operaciones algebráicas que conservan la continuidad. Primero
recordemas las definiciones de la suma, producto y cociente de funciones:
• f + αg(x) = f (x) + αg(x),
• f g(x) = f (x)g(x),
f f (x)
• (x) = .
g g(x)

Teorema 5.1.2 Sean f, g : X → R funciones continuas en x ∈ X y sea


α ∈ R. Entonces las funciones f + αg, f g son continuas en x. Si g no se
f
anula en alguna vecindad de x entonces es continua en x.
g
Demostración Este resultado se obtiene más fácil usando la definición de
Heine. Supongamos que yn → x. Por suposición sabemos que f (yn ) → f (x) y
76

g(yn ) → g(x). Si además g no se anula en algún intervalo de forma (x−², x+²)


entonces g(x) 6= 0 y g(yn ) 6= 0 para n suficientemente grandes. La afirmación
se obtiene aplicando Teorema 2.2.3.
¤
Gran número de funciones se obtiene superponiendo varias funciones más
sencillas. El hecho de que la superposición conserva la continuidad es un
hecho muy importante.
Teorema 5.1.3 Sea f : X → Y ⊂ R y sea g : Y → R. Si f es continua en
x y g es continua en f (x) entonces la función f ◦ g(x) = f (g(x)) es continua
en x.
Demostración Nuevamente la definición de Heine proporciona una de-
mostración inmediata. Sea xn → x. Entonces f (xn ) → f (x) por la con-
tinuidad de f . La función g es continua en f (x), entonces f ◦ g(xn ) =
g(f (xn )) → g(f (x)) = f ◦ g(x).
¤
Ejemplos

1. Todos los polinomios p(x) = an xn + an−1 xn−1 + · · · + a1 x + a0 son


funciones continuas en todos los puntos del eje real. Las funciones
p(x)
racionales R(x) = (p, q son polinomios), son continuas en los
q(x)
puntos, donde q(x) 6= 0.

2. Demostraremos la continuidad de sen x y cos x usando las siguientes


propiedades de estas funciones:
1. |sen x| < |x|,
2. sen(x + y) = sen x cos y + cos x sen y
3. cos(x + y) = cos x cos y − sen xsen y,
4. sen2 x + cos2 x = 1.
En principio demostramos la continuidad de ambas funciones en cero.
Si xn → 0 entonces sen xn → 0 = sen 0, por la fórmula 1, lo que de-
muestra la continuidad de sen x en cero. Fórmula 4 implica entonces
cos xn → ±1. Sin embargo cos x es positivo en (−π/2, π/2) y obten-
emos cos xn → 1 = cos 0. La función cos x es también continua en cero.
Ahora, cuando xn → x obtenemos

sen(x + xn ) = sen x cos xn + cos xn sen x → sen x.


77

La función sen x es continua en todas partes. Fórmula 4 implica la


continuidad de la función cos x en todas partes.
3. Más adelante vamos a demostrar un teorema general sobre la con-
tinuidad de funciones inversas. Por el momento demostraremos la
continuidad de la raı́z cuadrada en cada punto del semieje R+ . Sea
x ∈ R+ . Para demostrar que la función R+ 3 x → x1/2 es continua en
x debemos verificar que
∀ε > 0 ∃ δ > 0, |x − y| < δ ⇒ |x1/2 − y 1/2 | < ε.
Aprovechamos la formula (x1/2 − y 1/2 )(x1/2 + y 1/2 ) = x − y que implica
|x − y|
|x1/2 − y 1/2 | = ≤ |x − y|x−1/2 .
x1/2 + y 1/2
Si para ε > 0 dado escogemos δ = εx1/2 y y tal que |x − y| ≤ δ,
obtenemos: |x1/2 −y 1/2 | < |x−y|x−1/2 < ε y ası́ cumplimos con nuestro
propósito.
1
4. La función f (x) = está definida en R∗ = R \ {0} y por la última
x
afirmación de Teorema 5.1.2 es continua en este dominio. Sin embargo
vamos a demostrar el mismo hecho directamente por la definición
porque esta experiencia nos prepara bién para abordar el tema de la
continuidad uniforme.
Fijamos x 6= 0 y ε > 0. Sea y tal que |y| > |x|/2. Esta condición
asegura que f está definida en todo intervalo que une los puntos x y y.
Tenemos
¯ ¯
¯1 1 ¯¯ |x − y| |x − y|
¯
|f (x) − f (y)| = ¯ − ¯ = ≤ .
¯x y ¯ |xy| |x|2
Cuando |x| es muy pequeño y |x|−2 alcanza valores grandes, necesita-
mos valores de |x − y| muy pequeños para cumplir con la condición
|f (x) − f (y)| < ε. Concretamente debemos elegir δ menor o igual a
ε|x|2 para alcanzar el propósito. Se puede decir que acercandonos con
x a cero cada vez más dificil es encontrar δ adecuada. No existe el valor
δ que sirva para obtener la implicación |x − y| < δ ⇒ |f (x) − f (y)| en
todos los puntos del dominio.
Tenemos un ejemplo de una función continua que no es uniformemente
continua.
78

5.2 Continuidad uniforme


En general la continuidad de una función en algún punto x de su dominio
significa que controlando los incrementos del argumento cerca de x podemos
controlar los incrementos de la función. Como hemos visto en el último
ejemplo de la sección anterior en algunos puntos aquellos incrementos pueden
ser más fáciles, en otros más difı́ciles de controlar.
La continuidad uniforme de una función significa que la función no solo es
continua, sino que el control de sus incrementos es global, es decir no depende
del punto x.
Definición Una función X 3 x → f (x) ∈ R es uniformemente continua si

∀ε > 0 ∃ δ > 0, ∀ x, y ∈ X |x − y| < δ ⇒ |f (x) − f (y)| < ε.

Pronto vamos a demostrar teoremas fuertes sobre la continuidad uni-


forme. En este momento nos dedicamos principalmente a los ejemplos que
demuestren la diferencia entre la continuidad uniforme y la ”ordinaria”.
Negando la afirmación ”f es uniformemente continua” obtenemos la sigu-
iente propiedad:

∃ ε > 0 ∀ δ > 0 ∃ x, y ∈ X, |x − y| < δ, |f (x) − f (y)| > 0.

Ejemplos
1
1. Volvamos a la función . Sea ε = 2 y sea δ > 0 arbitrario. En el caso
x
de δ ≥ 1 podemos tomar x = 1/4 y y = 1 obteniendo |x − y| = 3/4 < δ
y |f (x) − f (y)| = 4 − 1 > 2.
Para δ < 1 tomemos x = δ y y = δ/3. Entonces |x − y| < δ pero
3 1 2 1
|f (x) − f (y)| = − = > 2. La función no es uniformemente
δ δ δ x
continua, aunque sı́, es continua en todos los puntos de su dominio R∗ .

1
2. Sea f (x) =sen . Esta función está definida en el mismo dominio R∗
x
y es continua como composición de dos funciones continuas. Además
es acotada. En el semieje positivo alcanza zero en los puntos x que
1 1
satisfacen la condición = nπ, es decir para xn = , n ∈ N. El
x nπ
79

valor 1 alcanza esta función en los puntos que satisfacen la ecuación


1 π 1
= + 2nπ, entonces yn = π . Obtenemos
y 2 2
+ 2nπ
1 1 1
x2n − yn = − π = π .
2nπ 2
+ 2nπ 4n( 2 + 2nπ)

Para cualquier δ > 0 podemos encontrar n tal que x2n −yn < δ mientras
que |f (x2n ) − f (yn )| = 1. Esta función no es uniformemente continua.

3. La función f (x) = x2 está definida en todo eje real y es continua. Sin


1
embargo para δ > 0 arbitrario podemos tomar x = y y = x + δ/2.
δ
Entonces y − x = δ/2, mientras que
1 δ 1 1
f (y) − f (x) = ( + )2 − 2 = 1 + 2 > 1.
δ 2 δ δ
La función x2 tampoco es uniformemente continua.

5.3 Discontinuidades. Lı́mites de la función


en un punto
Las discontinuidades de una función pueden ser de varios tipos. El concepto
del lı́mite de una función en un punto ayuda estudiar su continuidad y si
la última no tiene lugar, permite caracterizar ”que tan discontinua” es la
función.
Definición Sea f : X → R y sea x0 ∈ X, donde la barra significa la
cerradura de X en R. Decimos que a ∈ R es el lı́mite izquierdo (resp.
derecho) de la función f en x0 cuando para toda sucesión X 3 xn → x0 tal
que xn < x0 (resp. xn > x0 )

lim f (xn ) = a.
n→∞

El lı́mite izquierdo de f en x0 se denota por lim f (x) y el lı́mite derecho


x→x0 −
se denota por lim f (x).
x→x0 +
Cuando lim f (x) = lim f (x) = a, decimos que la función f tiene en
x→x0 − x→x0 +
x0 lı́mite a y lo denotamos lim f (x) = a.
x→x0
80

El concepto del lı́mite de una función en un punto está relacionado


estrechamente con la continuidad de la función en dicho punto.
Sea f una definida en X y sea x0 ∈ X. En el conjunto X1 = ({x0 } ∪ X) ∩
(−∞, x0 ] definamos la función
(
f (x) x ∈ X ∩ (−∞, x0 ),
f1 (x) =
a x = x0 .
Por la definición de Heine de la continuidad, vemos inmediatamente que
lim f (x) = a existe si y solo si la función f1 es continua en x0 . Razonando
x→x0 −
de la misma manera obtenemos también que lim f (x) = a si y solo si es
x→x0 +
continua la función
(
f (x) x ∈ X ∩ (x0 , ∞),
f2 (x) =
a x = x0 .
Aplicando la definición de Cauchy obtenemos inmediatamente:
Teorema 5.3.1 Sea f : X → R y sea x0 ∈ X. Entonces
lim f (x) = a (resp. lim f (x) = a) si y solo si
x→x0 − x→x0 +

∀ε > 0 ∃δ ∀x ∈ X, x < x0 (x > x0 ) |x − x0 | < δ ⇒ |f (x) − a| < ε.


De aquı́ se sigue:
Teorema 5.3.2 Sea f : X → R y sea x0 ∈ X. La función f es continua
en x0 si y solo si
lim f (x) = f (x0 ).
x→x0

Por otro lado, si f tiene el lı́mite en x0 ∈ X, donde x0 6∈ X, existe la


posibilidad de extender la función sobre X ∪{x0 } de tal manera que la función
extendida sea continua en x0 . Con este fin ponemos:
(
f (x) x ∈ X,
f˜(x) = lim f (x), x = x0 .
x→x 0

Ejemplos
1. La función (
−|x + 1| x ≤ 0,
f (x) =
x + 1 x > 0.
está definida en todo R y es continua en R \ {0}. Su lı́mite izquierdo
existe y es igual a −1, mientras que el lı́mite derecho es igual a 1. La
función tiene discontinuidad en 0.
81

1
2. Sea f (x) = sen . El dominio de esta función es X = R \ {0}. Como
x
1
sabemos esta función toma valores 0 en los puntos de forma xn =
πn
1
y los valores 1 en los puntos yn = 1 . Ambas sucesiones son pos-
2
+ 2nπ
itivas, convergen a cero y sin embargo limn→∞ f (xn ) 6= limn→∞ f (yn ).
La función f no tiene lı́mite derecho en 0. Como f (−x) = −f (x),
tampoco existe el lı́mite izquierdo.

3. Sea f una función monótona creciente en [a, b]. Para x ∈ [a, b] de-
notemos fl (x) = supy<x f (y) y fr (x) = inf y>x f (y). Por la monotonı́a
de la función tenemos f (a) ≤ f (x) ≤ f (b) para x arbitrario, entonces
fl (x), fr (x) existen para a < x < b. Por la misma definición tenemos
fl (x) ≤ f (x) ≤ fr (x).
Sean xn < x y xn → x y sea ε > 0. Existe x0 < x tal que
fl (x) − f (x0 ) < ε. Existe N tal que para n > N se tiene xn > x0 y
por la monotonı́a de la función fl (x) − f (xn ) < ε. Obtenemos entonces
limn→∞ f (xn ) = fl (x) y por consiguiente limy→x− f (y) = fl (x).
En forma análoga se demuestra que limy→x+ f (y) = fr (x). Resulta
que cada función monótona creciente tiene ambos lı́mites laterales en
el interior del dominio. En x = a existe limy→a+ f (y) y en b existe
limy→b− f (y).
Una función monótona es continua si y solo si fl (x) = fr (x). Si f no es
continua en x el valor fr (x) − fl (x) es el ”brinco” que da la función en
el punto x. Obviamente la suma de todos los ”brincos” de la función
monótona no puede superar el valor f (b) − f (a). Esta observación
permite demostrar que cada función monótona en algún sentido tiene
más puntos de continuidad que los puntos de discontinuidad.

Teorema 5.3.3 Si f : [a, b] → R es una función monótona entonces


el número de los puntos donde f es discontinua es numerable.

Demostración Obviamente es suficiente considerar el caso de una


función creciente, porque en caso de una función decreciente f la
función −f es creciente.
Para n → N definimos D(n) = {x ∈ [a, b]| fr (x) − fl (x) < n1 } y
N (n) = #D(n). C(n) es un conjunto finito, porque nD(n) < f (b) −
82

f (a). Por otro lado para cada punto de discontinuidad x existe n tal
que x [∈ D(n). El conjunto de puntos de discontinuidad es igual a
D = C(n). Unión numerable de conjuntos finitos es numerable,
n∈N
entonces D es numerable. ¤
4. Aprovechando Teoremas 5.3.1 y 5.3.2 podemos formular un criterio
muy sencillo de la continuidad de funciones de forma
(
g(x) x ∈ [a, b)
f (x) =
h(x) x ∈ [b, c],
donde g es continua en todo [a, b] y h es continua en [b, c].
Proposición 5.3.4 La función f es continua en [a, c] si y solo si
g(b) = h(b).
Definición Sea f : X → R una función que no es continua en y ∈
X. Decimos que la discontinuidad es removible, si existe lim f (x). La
x→y
discontinuidad es de primer tipo si existen lim f (x) y lim f (x). En caso
x→y− x→y+
contrario decimos que la discontinuidad es de segundo tipo.

5.4 Funciones continuas en todas partes


El hecho de que una función es continua en la totalidad de su dominio
facilita mucho el estudio de la función especialmente cuando el dominio es
un intervalo. En esta sección demostraremos los resultados mas importantes
sobre este tema.
Teorema 5.4.1 Sean f, g : X → R funciones continuas en X y sea α ∈ R.
Entonces las funciones f + αg, f g son continuas en X. Si g no se anula en
f
X entonces es continua en X.
g
Demostración El resultado se obtiene inmediatamente aplicando Teo-
rema 5.1.2 en todos los puntos x ∈ X.
¤
Denotemos por C(X) el espacio de todas las funciones continuas f : X →
R. Según Teorema 5.4.1 C(X) provisto de la estructura de suma y multi-
plicación por números, es un espacio vectorial. Es también un álgebra si le
83

agregamos la estructura de la multiplicación de funciones punto por punto.


Su estructura es mas compleja. Si f es continua, entonces |f | es también
continua. La demostración de este hecho queda como ejercicio. Finalmente
podemos decir que C(X) es una látiz.
La definición de Cauchy de la continuidad conduce a una descripción muy
interesante de funciones globalmente continuas.
Teorema 5.4.2 Una función f : X → R es continua en X si y solo si para
todo abierto O ⊂ R la imagen inversa f −1 (O) es conjunto abierto en X.
Demostración Supongamos que f es continua y sea O un abierto en R.
Fijemos x ∈ f −1 (O). Ya que f (x) pertenece al conjunto abierto O, existe
ε > 0 tal que (f (x) − ε, f (x) + ε) ⊂ O. Por la continuidad de f existe
δ > 0 tal que f ((x − δ, x + δ)) ⊂ (f (x) − ε, f (x) + ε) ⊂ O. Resulta que
(x − δ, x + δ) ⊂ f −1 (O). La imagen inversa de O es un conjunto abierto.
Ahora supongamos que f −1 (O) es abierto en X cuando O es abierto. Sea
x ∈ X. Para ε > 0 arbitrario f −1 ((f (x) − ε, f (x) + ε)) es abierto en X
y contiene x. Existe entonces δ > 0 tal que (x − δ, x + δ) ⊂ f −1 ((f (x) −
ε, f (x) + ε)). La última contensión dice exactamente que f ((x − δ, x + δ)) ⊂
(f (x) − ε, f (x) + ε) lo que significa la continuidad de f en x.
¤
Las funciones continuas sobre compactos tienen propiedades muy impor-
tantes.

Teorema 5.4.3 Sea X un conjunto compacto en R y sea f : X → R una


función continua en X. Entonces f (X) = {f (x)| x ∈ X} es compacto.
Demostración Sean yn ∈ f (X). Cada yn es de forma yn = f (xn ) para
algún xn ∈ X. El espacio X es compacto, entonces existe una subsucesión
xnk convergente a x ∈ X. Por la continuidad de f obtenemos f (xnk ) →
f (x) ∈ f (X). Cada sucesión en f (X) tiene una subsucesión convergente en
f (X) entonces f (X) es compacto.
¤
El mismo teorema se puede expresar en la siguiente forma:
Corolario 5.4.4 Si X ⊂ R es cerrado y acotado y f : X → R es una
función continua, entonces f (X) es cerrado y acotado.
Obtenemos también los corolarios siguientes:
Corolario 5.4.5 Si X ⊂ R es cerrado y acotado y f : X → R es una
función continua, entonces f alcanza en X su máximo y su mı́nimo.
84

Demostración Sabemos que f (X) es acotado, entonces existen


sup f (X) y inf f (X). Ambos puntos pertenecen a f (X) porque este conjunto
es cerrado (Teorema 4.2.6). Entonces existen x1 , x2 ∈ X tales que f (x1 ) =
sup f (X) = max f (X) y f (x2 ) = inf f (X) = min f (X).
¤
Pasamos a resultados más profundos.

Teorema 5.4.6 Sea f una función continua en un espacio compacto X.


Entonces f es uniformemente continua.

Demostración Supongamos que f no es uniformemente continua. Esto


quiere decir que existe ε > 0 tal que para todo n ∈ N se puede encontrar xn ,
yn ∈ X tales que |xn − yn | < n1 y sin embargo |f (xn ) − f (yn )| > ε. Estamos
en un espacio compacto, entonces existe x ∈ X y una subsucesión xnk tal
que limk→∞ xnk = x.
Tenemos ahora: |x − ynk | = |x − xnk + xnk − ynk | ≤ |x − xnk | + |xnk − ynk |.
Ambos términos tienden a cero cuando k → ∞, entonces limk→∞ ynk = x.
Por la continuidad de la función f obtenemos

lim f (xnk ) = f (x) = lim f (ynk ).


k→∞ k→∞

Esto no es posible si |f (xn ) − f (yn )| > ε para todo n. La contradicción


obtenida demuestra que f es uniformemente continua.
¤

Teorema 5.4.7 (teorema de valor intermedio) Sea f : [a, b] → R una


función continua. La función f alcanza en [a, b] todos los valores del intervalo
[min f ([a, b]), max f ([a, b])].

Demostración Por la compacidad del intervalo y por Teorema 5.3.4


sabemos que la función f alcanza en [a, b] sus valores máximo y mı́nimo.
Supongamos que no alcanza un valor α ∈ (min f ([a, b]), max f ([a, b])). Sea
O1 = {x ∈ [a, b]| f (x) < α} = f −1 ((−∞, α)) y O2 = {x ∈ [a, b]| f (x) >
α} = f −1 ((α, ∞)). Ambos conjuntos son abiertos como imágenes inversas
de conjuntos abiertos. Su intersección es vacı́a y su unión es todo [a, b]. Sin
embargo [a, b] es conexo. Obtuvimos una contadicción. Entonces la función
f alcanza en su dominio el valor α.
¤
85

Ejemplos

1. Como aplicación del último teorema vamos a deducir un resultado


que es el caso más simple de la serie de resultados relacionados con el
problema de punto fijo.
Si f : [0, 1] → [0, 1] es una función continua, entonces existe x ∈ [0, 1]
tal que f (x) = x.
Este teorema afirma que, si transformamos de forma continua el inter-
valo en si mismo, por lo menos un punto no se mueve de su lugar.
La demostración es una aplicación del último teorema. Tomemos
g(x) = f (x) − x. Esta función es continua. En 0 toma valor no-
negativo f (0). Si f (0) = 0 nuestro problema está resuelto. En caso
contrario tenemos g(0) > 0. El valor g(1) = f (1) − 1 es no-positivo. Si
es nulo, el problema está resuelto. En caso contrario tenemos g(1) < 0.
Nos queda por estudiar el caso de g cuyo mı́nimo es negativo y máximo
positivo. Por Teorema 5.3.7 existe x ∈ [0, 1] tal que g(x) = 0, es decir
f (x) = x.

2. Vamos demostrar que una función f continua en [a, b] e inyectiva es


estrı́ctamente monótona. Por la inyectividad f (a) 6= f (b). Supongamos
que f (a) < f (b). En este caso demostraremos que f es creciente. Sea
a < x < b. Supongamos que f (a) > f (x). Por Teorema 5.4.7 existe en
[x, b] un punto y tal que f (y) = f (a). Como esto es imposible por la
inyectividad de la función obtenemos f (a) < f (x). En la misma forma
obtenemos f (a) < f (x) < f (b). Ahora, si x < y < b aplicamos el
resultado en el intervalo [x, b] con el punto intermedio y y obtenemos
f (x) < f (y). La función es monótona creciente.
El caso f (a) > f (b) conduce de la misma manera a una función
monótona decreciente.

Teorema 5.4.8 Sea X un compacto en R. Sea f : X → R una función


continua inyectiva. Entonces la función f −1 : f (X) → X es continua.
Demostración Sea yn = f (xn ) tal que yn → y = f (x).
Como X es compacto, la sucesión (xn ) tiene una subsucesión convergente
xnk → x0 ∈ X. Por la continuidad de f obtenemos ynk = f (xnk ) → f (x0 ).
Por otro lado ynk → y = f (x) como subsucesión de una sucesión convergente.
86

Entonces x = x0 . Resulta que la sucesión acotada (xn ) tiene un solo punto


lı́mite igual a x entonces es convergente al mismo punto. La convergencia
yn → y implica que f −1 (yn ) = xn → x = f −1 (y). La función f −1 es continua.
¤

Ejemplo Para ver que la compacidad es realmente necesaria para la validez


del último teorema tomemos X = [0, 1] ∪ (2, 3] y
(
x, x ∈ [0, 1]
f (x) =
x − 1, x ∈ (2, 3].

La función f es continua, inyectiva, tiene rango [0, 2]. Sin embargo, cuando
yn % 1 obtenemos f −1 (yn ) → 1, mientras que para yn & 1 obtenemos
f −1 (yn ) → 2. La función inversa no es continua.

Ejercicios y Problemas

1. Sea f : X → Y una función. Demuestre:

(a) A ⊂ f −1 (f (A)), pero la igualidad no es válida en general.


(b) Si f es inyectiva entonces f −1 (f (A)) = A.
(c) f −1 (A ∪ B) = f −1 (A) ∪ f −1 (B).
(d) f −1 (A ∩ B) = f −1 (A) ∪ f −1 (B).
c
(e) f −1 (Ac ) = (f −1 (A)) .

2. Sean f , g : X → R funciones continuas y sea


(
f (x) cuando f (x) ≥ g(x)
f ∪ g(x) =
g(x) cuando g(x) > f (x).

Demostrar que f ∪ g es continua.

3. Sea (
1 cuando x ∈ Q
f (x) =
0 cuando x ∈
6 Q.
Demuestre que f no es continua en ninguna parte.
87

4. Sea

 0, cuando x 6∈ Q,
f (x) =  1 m
, cuando , n > 0 y la fracción es irreducible.
n n
Demuestre que f es continua en los puntos irracionales y en 0 y es
discontinua en los demás puntos racionales.

5. Demuestre que, si f es continua sobre X, entonces |f |(x) = |f (x)| es


también continua.

6. Investigue la continuidad de las funciones

(a)

 1
sen x, cuando x 6= 0,
f (x) =
 x
a, cuando x = 0.

(b) 
3 2
 x − 3x + 3x − 1

, cuando x 6= 1,
f (x) =  5x − 5
 a, cuando x = 1.

(c) ( √
x2 + a2 , cuando |x| > 1,
f (x) =
ax2 + bx + c, cuando |x| ≤ 1.

7. Sea f una función continua en R que satisface la identidad

f (x + y) = f (x) + f (y).

Demuestre que existe a ∈ R tal que f (x) = ax.

8. Demuestre que el espacio C[a, b] es de dimención infinita.

9. Sea f : X → R una función continua y sea (an ) una sucesión de Cauchy


en X. ¿Es f (an ) una sucesión de Cauchy?

10. Supongamos que f es continua en (a, b) y que existen lim f (x) y


x→x0 −
lim f (x). Demuestre que f es uniformemente continua.
x→x0 +
88

11. Demuestre que los únicos polinomios que son uniformemente continuos
en R son de forma ax + b.
1 1
12. Calcule lim xsen y lim xsen .
x→0+ x x→0− x
13. Sean f , g funciones continuas en [a, b]. Supongamos que f (a) > g(a) y
f (b) < g(b). Demuestre que la ecuación f (x) = g(x) tiene solución en
[a, b].

14. Se dice que f es una función de Lipschitz si existe K tal que |f (x) −
f (y)| < K|x−y|. Demuestre que cada función de Lipschitz es uniforme-
mente continua, pero no todas las funciones uniformamente continuas
son de Lipschitz.
1
15. Encontrar un intervalo de longitud ≤ , donde se anula la función
4
x2 ex + 2x3 + 1.
Chapter 6

Integral de Riemann

El cálculo integral y el cálculo diferencial constituyen dos áreas cruciales del


análisis matemático estrechamente vinculados por Teorema Fundamental de
Cálculo Diferencial e Integral. Ninguno de los dos temas queda completo
antes de que se presente el otro para poder formular y demostrar Teorema
Fundamental.
En este capı́tulo introducimos el concepto de la integral de Riemann y
de la función R-integrable. Demostramos las propiedades elementales de la
integral como su linealdad y monotonı́a. El resultado más importante es
el teorema de valor medio del cálculo integral (Teorema 6.3.7). Este tema
es de caracter teórico y no proporciona las técnicas más importantes de la
integración tales como las fórmulas de integración por partes y por cambio
de la variable.
Contrario a la costumbre optamos por presentar la integral de Riemann
antes de la teorı́a de derivación para obtener luego la imagen más completa
y concisa de la última. El el enfoque tradicional la integral de Riemann
aparece como una interrupción en el desarrollo del cálculo diferencial dando
una imagen completamente equivocada de la relación entre ambas.

6.1 Funciones R-integrables


Definición Sea I = [a, b] un intervalo finito. Una partición P de I es un
conjunto finito de puntos {x0 , x1 . . . , xn } tal que

a = x0 < x1 < · · · < xn−1 < xn = b.

89
90

Denotamos ∆xj = xj − xj−1 (j = 1, . . . , n).

Sea f una fincion acotada sobre I. A cada partición P, le asociamos los


números:
Mj = sup f (x), mj = inf f (x),
xj−1 ≤x≤xj xj−1 ≤x≤xj

n
X n
X
Σ(f, P) = Mj ∆xj , Σ(f, P) = mj ∆xj .
j=1 j=1

Los números Σ(f, P) y Σ(f, P) se llaman respectivamente la suma superior y


la suma inferior de la función f asociada a la partición P. Para m y M tales
que m ≤ f (x) ≤ M , x ∈ [a, b] tenemos las desigualdades

m(b − a) ≤ Σ(f, P) ≤ M (b − a).

En seguida definimos la integral superior y la integral inferior de la función


f en el intervalo [a, b].
Z b Z b
f (x)dx = inf Σ(f, P), f (x)dx = sup Σ(f, P).
a P a P

Definición Una función f : [a, b] → R se llama R-integrable (integrable


en el sentido de Riemann), cuando sus integrales superior e inferior coinciden.
Este valor común se llama la integral de f en [a, b] y se denota
Z b
f (x)dx.
a

Ejemplo La integrabilidad en el sentido de Riemann es una condición


fuerte. Es muy fácil construir el ejemplo de una función que no es R-
integrable. Sea
(
1 cuando x ∈ Q
f (x) =
0 cuando x 6∈ Q.
En cada intervalo [xj−1 , xj ] esta función toma valores 0 y 1. Por lo tanto
Mj = 1 y mj = 0 para cada partición y para cada j. De tal manera
Z b Z b
f (x)dx = b − a, f (x)dx = 0.
a a
91

Esta función no es R-integrable.


En el conjunto de todas las particiones se puede definir una orden parcial.
Decimos que la partición P2 es más fina que la partición P1 si P1 ⊂ P2 .
Denotamos entonces P1 ¹ P2 . Para cada par de particiones P1 , P2 existe
una partición P∗ que es mas fina que cualquiera de los dos. Es suficiente
tomar P∗ = P1 ∪ P2 .
Lema 6.1.1 Sean P ¹ P∗ . Entonces

Σ(f, P) ≤ Σ(f, P∗ ), Σ(f, P∗ ) ≤ Σ(f, P).


Demostración Sea P = {x0 , x1 , . . . , xn } y sea P∗ = {y0 , y1 , . . . , ym }.
Existen entonces mi tales que xi = ymi , 1 ≤ i ≤ n. Supongamos que
xi = yl < yl+1 < · · · < yl+k−1 < yl+k = xi+1 .
Denotamos como antes
Mj = sup f (x), mi = inf f (x),
xi−1 ≤x≤xi xi−1 ≤x≤xi

y sean
Mj∗ = sup f (x), m∗j = inf f (x).
yj−1 ≤x≤yj yj−1 ≤x≤yj
P
Tenemos entonces mi ∆xi ≤ kt=1 m∗l+t ∆yl+t . Tomando la suma con respecto a
i obtenemos de lado izquierdo Σ(f, P), mientras que de lado derecho Σ(f, P∗ ).
De aquı́ la desigualdad
Σ(f, P) ≤ Σ(f, P∗ ).
La demostración en el caso de las sumas superiores es análoga. ¤
Teorema 6.1.2 Para cada función f acotada en [a, b] se tiene
Z b Z b
f (x)dx ≤ f (x)dx.
a a

Demostración Sean P1 , P2 particiones arbitrarias y sea P∗ la partición


más fina que qualquiera de las dos. Entonces tenemos
Σ(f, P1 ) ≤ Σ(f, P∗ ) ≤ Σ(f, P∗ ) ≤ Σ(f, P2 ).
De aquı́ se sigue Σ(f, P1 ) ≤ Σ(f, P2 ) para P1 , P2 arbitrarios. Pasando
al supremo de lado izquierdo y al ı́nfimo de lado derecho obtenemos la
desigualdad enunciada.
¤
92

6.2 Criterios de integrabilidad


Teorema 6.2.1 Una función acotada sobre [a, b] es R-integrable si y solo
si para todo ² > 0 existe una partición P tal que

Σ(f, P) − Σ(f, P) ≤ ².

Demostración Para cualquier partición P tenemos


Z b Z b
Σ(f, P) ≤ f (x)dx ≤ f (x)dx ≤ Σ(f, P).
a a

La condición Σ(f, P) − Σ(f, P) ≤ ² implica entonces


Z b Z b
0≤ f (x)dx − f (x)dx ≤ ².
a a

R R
El valor de ² es arbitrario entonces ab f (x)dx = ab f (x)dx y la función es
integrable.
Supongamos ahora la integrabilidad de la función en el sentido de Rie-
mann. Para cada ² > 0 existen particiones P1 y P2 tales que
Z b Z b
² ²
f (x)dx ≤ Σ(f, P) + , Σ(f, P) ≤ f (x)dx + .
a 2 a 2
Sea P la partición más fina que P1 y P2 . Por Lema 6.1.1 obtenemos las
desigualdades siguientes:
Z b
²
Σ(f, P) ≤ Σ(f, P2 ) ≤ f (x)dx + ≤ Σ(f, P1 ) + ² ≤ Σ(f, P) + ².
a 2

Entonces Σ(f, P) − Σ(f, P) ≤ ².


¤
A base de este criterio podemos identificar una clase amplia de funciones
R-integrables.
Teorema 6.2.2 Si f es acotada en [a, b] y continua en (a, b) entonces es
R-integrable.
Demostración Sea M tal que |f (x)| < M en [a, b]. Dado ² > 0, existen
a0 b0 ∈ (a, b) tales que M (a0 − a + b − b0 ) < 4² . La función f es continua en el
93

intervalo compacto [a0 , b0 ], entonces es uniformemente continua en el mismo


intervalo. Existe δ > 0 tal que

²
|f (x) − f (y)| ≤
2(b − a)

para |x − y| ≤ δ. Sea P = {a, x1 , x2 , . . . , xn−2 , xn−1 , b} tal que x1 = a0 ,


xn−1 = b0 y además xj − xj−1 < δ para j = 2, . . . , n − 1. Tenemos

n
X
Σ(f, P) − Σ(f, P) = (Mj − mj )∆xj ≤
j=1
n−1
X
0 0
≤ 2M (a − a) + 2M (b − b ) + (Mj − mj )∆xj ≤
j=2
n−1
X
² ²
≤ + ∆xj ≤ ².
2 2(b − a) j=2

Por Teorema 6.2.1 la función f es R-integrable en [a, b].


¤

La monotonı́a de la función también implica su integrabilidad.

Teorema 6.2.3 Sea f una función monótona en [a, b]. Entonces f es R-


integrable.

Demostración Consideramos el caso de una función creciente f . Dado


² > 0, podemos encontrar n ∈ N tal que (f (b) − f (a))(b − a) < n². Sea P
b−a
una partición que satisface ∆xi = . Por la monotonı́a de la función
n
tenemos: Mj = f (xj ), mj = f (xj−1 ) y por lo tanto

n
X
Σ(f, P) − Σ(f, P) = (Mj − mj )∆xj
j=1
Xn
b−a b−a
= (f (xj ) − f (xj−1 ) = (f (b) − f (a)) ≤ ².
j=1 n n

Aplicando Teorema 6.2.1 obtenemos la R-integrabilidad de f .


¤
94

6.3 Espacio de funciones R-integrables


Demostraremos ahora que el espacio de funciones R-integrables es un espacio
vectorial y que la integral es una función lineal.

Teorema 6.3.1 Sean f , g funciones integrables en [a, b] y sea α ∈ R.


Entonces f + αg es R-integrable y
Z b Z b Z b
(f + αg)(x)dx = f (x)dx + α g(x)dx.
a a a

Demostración Sea h = f + g. En cada intervalo [s, t] tenemos

h(x) ≤ sup f (x) + g(x)


x∈[s,t]

para todo x ∈ [s, t]. Pasando al supremo con respecto a x obtenemos

sup h(x) ≤ sup f (x) + sup g(x).


x∈[s,t] x∈[s,t] x∈[s,t]

En la misma manera se demuestra la desigualdad

inf h(x) ≥ inf f (x) + inf g(x).


x∈[s,t] x∈[s,t] x∈[s,t]

Para cada partición P obtenemos

Σ(f, P) + Σ(g, P) ≤ Σ(h, P) ≤ Σ(h, P) ≤ Σ(f, P) + Σ(g, P).

Por la suposición sabemos que para toda ² > 0 existen unas particiones P1 ,
P2 tales que Σ(f, P1 )−Σ(f, P1 ) < ² y Σ(g, P2 )−Σ(g, P2 ) < ². Pasando a una
partición P más fina obtenemos ambas desigualdades válidas para la misma
P. Por lo tanto
Σ(h, P) − Σ(h, P) < 2².
La función h es entonces R-integrabla. Tenemos además para la misma
partición P.
Z b Z b
Σ(f, P) ≤ f (x)dx + ², Σ(g, P) ≤ g(x)dx + ²,
a a

ası́ como
Z b Z b
f (x)dx ≤ Σ(f, P) + ², g(x)dx ≤ Σ(g, P) + ².
a a
95

De tal manera
Z b Z b
f (x)dx + g(x)dx − 2² ≤ Σ(f, P) + Σ(f, P) ≤ Σ(h, P) ≤
a Z b a

≤ h(x)dx ≤ Σ(h, P) ≤ Σ(f, P) + Σ(g, P) ≤


Zab Z b
≤ f (x)dx + g(x)dx + 2².
a a

Las desigualdades son válidas para ² arbitrario, entonces


Z b Z b Z b
h(x)dx = f (x)dx + g(x)dx.
a a a
R R
La fórmula ab αg(x)dx = α ab g(x)dx es obvia por la definición si α ≥ 0. Nos
queda por demostrar el caso α = −1. Recordamos las fórmulas

inf −g(x) = − sup g(x), sup −g(x) = − inf g(x),


x∈[s,t] x∈[s,t] x∈[s,t] x∈[s,t]

que implican las relaciones

Σ(−g, P) = −Σ(g, P), Σ(−g, P) = −Σ(g, P).

Obtenemos entonces
Z b
(−g)(x)dx = sup Σ(−g, P) = sup −Σ(g, P) = − inf Σ(g, P) =
a P P P
Z b Z b Z b
=− g(x)dx = − g(x)dx = − g(x)dx = − sup Σ(g, P) =
a a a P
Z b
= inf −Σ(g, P) = inf Σ(−g, P) = (−g)(x)dx.
P P a

Estas igualdades demuestran la integrabilidad de −g y conducen a la fórmula


Z b Z b
(−g)(x)dx = − g(x)dx.
a a

¤
Rb
Las fómulas que acabamos de demostrar significan que la función f →
a f (x)dx definida sobre el espacio vectorial de todas las funciones R-
integrables es lineal. Ahora probaremos que esta función es además monótona.
96

Proposición 6.3.2 Si las funcciones f, g son R-integrables y f (x) ≤ g(x),


x ∈ [a, b] entonces
Z b Z b
f (x)dx ≤ g(x)dx.
a a

Demostración La función g − f es no-negativa. Por la aditividad de la


integral y por misma construcción de la integral obtenemos
Z b Z b Z b
g(x)dx − f (x)dx = (g − f )(x)dx ≥ 0.
a a a

¤
Sean a < c < b y sea P una partición del intervalo [a, b]. Denotemos por
Pc la partición que contiene a todos los puntos de la partición P y además el
punto c. En general, para f arbitraria tenemos supP Σ(f, Pc ) ≤ supP Σ(f, P),
porque en el primer caso estamos tomando el supremo sobre un conjunto más
pequeño. Sin embargo, sabemos también que para una pertición más fina se
cumple Σ(f, P) ≤ Σ(f, Pc ) y por lo tanto en realidad

sup Σ(f, Pc ) = sup Σ(f, P).


P P

En forma análoga se demuestra que

inf Σ(f, Pc ) = inf Σ(f, P).


P P

Investigando la integrabilidad en [a, b] podemos entonces fijar c ∈ (a, b) y


luego tomar en cuenta únicamente las particiones de [a, b] que contienen este
punto.

Teorema 6.3.3 Sean a < c < b y sea f : [a, b] → R. Entonces f es


R-integrable en [a, b] si y solo si es integrable en [a, c] y en [c, b] y en este caso
Z b Z c Z b
f (x)dx = f (x)dx + f (x)dx.
a a c

Demostración Aprovechando las observaciones precedentes este teorema


podemos tomar en cuenta únicamente las particiones que contienen el punto
c. Tal partición es de forma P = P1 ∪ P2 , donde P1 es una partición de [a, c]
y P2 es una partición del intervalo [c, b]. Obtenemos entonces las fórmulas:

Σ(f, P) = Σ(f, P1 ) + Σ(f, P2 )


97

y también
Σ(f, P) = Σ(f, P1 ) + Σ(f, P).
Por Σ(f, Pi ), (Σ(f, P1 )), i = 1, 2 entendemos la suma inferior (superior)
correpondiente a la restricción de f al intervalo [a, b] o [c, b], respectivamente.
Si f es integrable en [a, b] entonces

Σ(f, P) − Σ(f, P) = Σ(f, P1 ) − Σ(f, P1 ) + Σ(f, P1 ) − Σ(f, P2 ) < ²

para una partición suficientemente fina. De lado derecho tenemos dos compo-
nentes no-negativos que suman < ², entonces ninguno de ellos supera ². Esto
demuestra la integrabilidad de f en [a, c] y en [c, b]. Las mismas fórmulas de-
muestran que la integrabilidad en los dos intervalos implica la integrabilidad
en su unión. Para obtener la fórmula
Z b Z c Z b
f (x)dx = f (x)dx + f (x)dx
a a c

descomponemos f = f1 + f2 , donde f1 coincide con f en [a, c] y es nula en


(c, b], mientras que f2 es nula en [a, c] y es igual a f en (c, b]. Entonces
Z b Z b Z b Z c Z b
f (x)dx = f1 (x)dx + f2 (x)dx = f (x)dx + f (x)dx.
a a a a c

¤
Corolario 6.3.4 Sea f una función acotada en [a, b] y continua en [a, b] \
{x1 , . . . , xn }. Entonces f es R-integrable.
Demostración Por Teorema 6.2.2 la función f restringida a cada uno de
los intervalos [xn−1 , xn ] es integrable. Entonces por Teorema 6.3.3 la función
es integrable en [a, b] y
Z b X Z xj+1
n−1
f (x)dx = f (x)dx.
a j=1 xj

¤
Pasamos al estudio de la integrabilidad de la composición de funciones.

Teorema 6.3.5 Sea f una función integrable en [a, b] y valuada en [c, d].
Si ϕ : [c, d] → R es continua en [c, d] entonces h = ϕ ◦ f es integrable en
[a, b].
98

Demostración La fución ϕ es uniformemente continua y acotada por


ε
un número K > 0, entonces para cada ε > 0 existe δ < 4K tal que
ε
|ϕ(s) − ϕ(t)| < 2(b−a) , cuando |s − t| < δ.
Por la integrabilidad de f existe una partición P = {x1 , . . . , xm } de [a, b]
tal que Σ(f, P) − Σ(f, P) < δ 2 . Denotemos

Mj = sup f (x), mj = inf f (x),


xj−1 ≤x≤xj xj−1 ≤x≤xj

Mj∗ = sup h(x), m∗j = inf h(x),


xj−1 ≤x≤xj xj−1 ≤x≤xj

para j = 1, . . . , m.
Sea {1, 2, . . . , m} = A ∪ B, donde j ∈ A cuando Mj − mj < δ y j ∈ B en
ε
el caso contrario. Cuando j ∈ A se cumple Mj∗ − m∗j ≤ 2(b−a) para j ∈ A,
∗ ∗
mientras que para j ∈ B sabemos por lo menos que Mj − mj ≤ 2K. Por la
selección de la partición obtenemos
X X
δ (xj − xj−1 ) ≤ (Mj − mj )(xj − xj−1 ) < δ 2 .
j∈B j∈B

Obtenemos X
(xj − xj−1 ) < δ.
j∈B

Finalmente
X
Σ(h, P) − Σ(h, P) = (Mj∗ − m∗j )(xj − xj−1 ) +
j∈A
X
+ (Mj∗ − m∗j )(xj − xj−1 ) < ε.
j∈B

La R-integrabilidad de h está probada.


¤
Como corolario obtenemos la integrabilidad del producto de funciones
integrables y del valor absoluto de una función integrable.

Teorema 6.3.6 Si f , g son R integrables en [a, b], entonces f g y |f | son


R-integrables. Además
¯Z ¯ Z b
¯ b ¯
¯ ¯
¯
¯ a
f (x)dx¯¯ ≤ |f (x)|dx.
a
99

Demostración Aplicamos Teorema 6.3.5 tomando ϕ(x) = x2 y ası́ probamos


la integrabilidad de f 2 . Por la fórmula 4f g = (f + g)2 − (f − g)2 y Teorema
6.3.1 obtenemos la integrabilidad del producto.
Substituyendo ϕ(x) = |x| vemos que |f | es integrable. Las desigualdades
−|f | ≤ f ≤ |f | y Proposición 6.3.2 implican
Z b Z b Z b
− |f (x)|dx ≤ f (x)dx ≤ |f (x)|dx. ¤
a a a

Teorema 6.3.7 (Teorema de valor medio del cálculo integral) Sean f , g


funciones R-integrables en [a, b]. Supongamos que g no cambia del signo en
[a, b]. Entonces
Z b Z b
f g(x)dx = µ g(x)dx,
a a
donde m = inf{f (x)|x ∈ [a, b]} ≤ µ ≤ M = sup{f (x)|x ∈ [a, b]}.
Si f es continua, entonces existe ξ ∈ [a, b] tal que
Z b Z b
f g(x)dx = f (ξ) g(x)dx.
a a

Demostración Suponemos que g ≥ 0 en su dominio. En el caso de


g(x) ≤ 0 la demostración es análoga. Tenemos entonces
mg(x) ≤ f (x)g(x) ≤ M g(x), x ∈ [a, b].
En virtud de que la integral es una función monótona obtenemos
Z b Z b Z b
m g(x)dx ≤ f (x)g(x)dx ≤ M g(x)dx.
a a a
Rb
Si a g(x)dx = 0 entonces las últimas desigualdades implican
Z b
f (x)g(x)dx = 0
a
y la afirmación se obtiene tomando µ arbitrario. En caso contrario el valor
ÃZ !−1 Z
b b
µ= g(x)dx f (x)g(x)dx
a a

conduce las propiedades deseadas.


Si f es continua, entonces alcanza en [a, b] sus extremos y todos los valores
intermedios por el teorema de valor intermedio. Existe entonces ξ ∈ [a, b] tal
que µ = f (ξ).
¤
100

6.4 Integral indefinida


Sea f una función R-integrable en el intervalo [a, b]. La función es entonces
integrable en cada intervalo [a, c] con c ≤ b. Definimos
Z x
F (x) = f (t)dt.
a

La función F se llama la integral indefinida de f . Para una función dada f la


integral indefinida está
Rx
determinada salvo una constante, porque para a0 > a
la función F1 (x) = a0 f (t)dt es otra integral de f y F (x) = F (a0 ) + F1 (x).
Teorema 6.4.1 Si f es R-integrable en [a, b], entonces su integral indefinida
F es una función uniformemente continua en el mismo intervalo. Si f es
continua en x, entonces para todo x ∈ [a, b]

F (y) − F (x)
f (x) = F 0 (x) = lim .
y→x y−x

Demostración Sea M tal que |f | ≤ M . Para a ≤ x < y ≤ b calculamos:


¯Z y Z x ¯ ¯Z y ¯
¯ ¯ ¯ ¯
|F (y) − F (x)| = ¯¯ f (t)dt − f (t)dt¯¯ = ¯¯ f (t)dt¯¯ ≤ M |x − y|.
a a x

De aquı́ se sigue que para δ < M² tenemos |F (x) − F (y)| < ², es decir la
función es uniformemente continua.
Supongamos que f es continua en x. Sea ² > 0. Por la continuidad de f
en x existe δ > 0 tal que |y − x| < δ ⇒ |f (y) − f (x)| < ². Por lo tanto
¯ ¯ ¯Z ¯
¯ F (y) − F (x) ¯ 1 ¯ max{x,y} ¯
¯
¯ − f (x)¯¯ = ¯
¯ (f (t) − f (x))dt¯¯ ≤ ².
¯ y−x ¯ |y − x| ¯ min{x,y} ¯

Si [a, b] 3 yn → x ∈ [a, b]¯ entonces para n suficientemente


¯ grandes
¯ F (y ) − F (x) ¯
¯ n ¯
|yn − x| < δ y por consiguiente ¯ − f (x)¯ < ². De aquı́ se sigue
¯ yn − x ¯

F (y) − F (x)
f (x) = lim .
y→x y−x

¤
101

Ejercicios y Problemas
1. Sin calculer la integral demostrar las desigualdades:
2 Z 2 xdx 1
< < .
3 1 x2 + 1 2
2. Sin calcular las integrales determinar cual de las dos es más grande:
(a) Z 1 Z 1
exp xdx, exp x2 dx;
0 0
(b)
Z π Z π
2 2
senn xdx, senn+1 xdx.
0 0

3. Usando directamente la definición de la integral de Riemann calcular


las integrales indeterminadadas de f para:
(a) f (x) = |x|,
(
1 − x2 , |x| ≤ 1,
(b) f (x) =
1 − |x|, |x| > 1.

 1,
 −∞ < x < 0,
(c) f (x) = x + 1, 0≤x≤1


2x, 1 < x < ∞.

 1
sen , x 6= 0,
(d) f (x) = x

0, x = 0.
4. Sea f una función R-integrable en [a, b]. Demuestre que para cada
[α, β] ⊂ (a, b)
Z β
lim |f (x + h) − f (x)|dx = 0.
h→∞ α

5. Sea f una función R-integrable en [a, b]. Demuestre que existe c ∈ [a, b]
tal que Z Z
c b
f (x)dx = f (x)dx.
a c
Z b
6. Sea f una función continua no negativa y tal que f (x)dx = 0. De-
a
muestre que f ≡ 0. ¿Es cierta esta afirmación si suponemos que f es
R-integrable unicamente?
102
Chapter 7

Derivación

En la última sección del capı́tulo anterior hemos mostrado en realidad que


la derivada de la integral indeterminada de una función continua f es la
misma función f . Este teorema presenta la derivación como la aplicación
inversa a a la aplicación que asocia a f su integral indeterminada. En el
capı́tulo presente desarrollamos el cálculo diferencial, demostramos Teorema
Fundamental del Calculo Diferencial e Integral y luego traducimos algunas
de las fórmulas obtenidas en propiedades de las integrales.
A continuación, aprovechando la fórmula de integración por partes de-
ducimos la fórmula de Taylor que es una de las herramientas más fuertes del
cálculo diferencial. Establecemos de esta manera vı́nculos muy profundos
entre los dos cálculos.

7.1 La derivada
Vamos a determinar tres condiciones equivalentes que significan la diferen-
ciabilidad de una función en un punto.
Teorema 7.1.1 Sea f : [a, b] → R y sea x ∈ [a, b]. Las siguientes condiciones
son equivalentes:
f (y) − f (x)
1. Existe f 0 (x) = y→x
lim .
y−x
2. Existe a ∈ R tal que para todo y ∈ [a, b]

f (y) − f (x) = a(y − x) + r(x, y),

103
104

r(x, y)
y y→x
lim = 0.
y−x
3. Para todo y ∈ [a, b]

f (y) − f (x) = (y − x)ϕ(x, y),

donde la función y → ϕ(x, y) tiene lı́mite en x.


Demostración Vamos a probar la cadena de implicaciones (1) ⇒ (2) ⇒
(3) ⇒ (1).
(1) ⇒ (2) Tomemos a = f 0 (x) y sea r(x, y) definido por la ecuación
f (y) − f (x) = a(y − x) + r(x, y). Entonces
r(x, y) f (y) − f (x)
lim = y→x
lim − a = 0.
y→x y−x y−x
(2) ⇒ (3) Si f (y) − f (x) = a(y − x) + r(x, y), entonces en la descomposición
r(y, x)
f (y)−f (x) = (y −x)ϕ(x, y) la función ϕ toma la forma ϕ(x, y) = a + .
y−x
Por lo tanto
r(x, y)
lim ϕ(x, y) = a + lim = a.
y→x y→x y − x

(3) ⇒ (1) Tenemos la descomposición f (y)−f (x) = (y −x)ϕ(x, y) entonces

f (y) − f (x)
lim = lim ϕ(x, y).
y→x y−x y→x

Este lı́mite existe por nuestra suposición.


¤
Definición La función f es derivable en x si se cumple una (y entonces
todas) de las condiciones (1), (2), (3). El número f 0 (x) se llama la derivada
de f en x. Si f es derivable en todos los puntos del dominio, entonces la
función x → f 0 (x) se llama la derivada de f . Usando la notación del inciso
3 obtenemos f 0 (x) = limy→x ϕ(x, y).

Hay muchas formas de denotar la derivada. La notación f 0 proviene


de Lagrange. Los creadores de esta teorı́a Leibnitz y Newton usaban las
df
notaciones y f˙, respectivamente. Esta última sigue siendo usada en la
dx
mecánica para denotar la derivada con respecto a la variable tiempo. Cauchy
105

introdujo la notación Df que actualmente se usa en caso de funciones de


varias variables.

Corolario 7.1.2 Si f es derivable en x entonces es continua en x.


Demostración Efectivamente, usando inciso 3 obtenemos

lim f (y) = lim (y − x)ϕ(x, y) + f (x) = f (x).


y→x y→x

Ejemplos

1. En la sección 6.4 hemos visto que la integral indeterminada F de una


función continua f es derivable y que su derivada es f .

2. El cálculo de la derivada directamente por la definición pocas veces


es tarea fácil. Sı́, lo es en el caso de los monomios. Sea f (x) = xn .
Obtenemos

y n − xn = (y − x)(y n−1 + y n−2 x + · · · + yxn−2 + xn ) = (y − x)ϕ(x, y).

Entonces f 0 (x) = limy→x ϕ(x, y) = ϕ(x, x) = nxn−1 .

7.2 Técnicas de derivación


Para calcular derivadas más complicadas conviene demostrar algunas fórmulas
generales.
Teorema 7.2.1 Sean f, g : [a, b] → R funciones derivables en x ∈ [a, b],
c ∈ R. Entonces son derivables las funciones f + cg, f g. Si g(y) 6= 0 para
f
y ∈ [a, b], entonces es derivable en x. Además
g
1. (f + g)0 (x) = f 0 (x) + g 0 (x).

2. (f g)0 (x) == f 0 (x)g(x) + f (x)g 0 (x).


à !0
f f 0 (x)g(x) − f (x)g 0 (x)
3. (x) = .
g g(x)2
106

Demostración 1. Calculamos directamente


(f + cg)(y) − (f + cg)(x)
(f + g)0 (x) = lim =
y→x y−x
f (y) − f (x) + c(g(y) − g(x))
= y→x
lim = f 0 (x) + cg 0 (x).
y−x
2. Calculamos el incremento del producto usando el hecho de que:

f (y) − f (x) = (y − x)ϕ1 (x, y), g(y) − g(x) = (y − x)ϕ2 (x, y),

donde limy→x ϕi (x, y) existe. Entonces

(f g)(y) − (f g)(x) = (f (y) − f (x))g(y) + f (x)(g(y) − g(x)) =


= (y − x)[ϕ1 (x, y)g(y) + f (x)ϕ2 (y, x)].

De aquı́ se sigue

(f g)0 (x) = y→x


lim ϕ1 (x, y)g(y) + f (x)ϕ2 (y, x) = f 0 (x)g(x) + f (x)g 0 (x).

3. Nuevamente vamos a usar el inciso 3 de Teorema 7.1.1.


à ! à !
f f 1
(y) − (x) = {(f (y) − f (x))g(x) − f (x)(g(y) − g(x))} =
g g g(y)g(x)
(y − x)
= (ϕ1 (x, y)g(x) − f (x)ϕ2 (x, y)).
g(y)g(x)
Por lo tanto
à !0
f 1
(x) = lim (ϕ1 (x, y)g(x) − f (x)ϕ2 (x, y)) =
g g(y)g(x)
y→x
f (x)g(x) − f (x)g 0 (x)
0
= .
g(x)2
¤

Estudiamos a continuación la derivada de la función inversa.


Teorema 7.2.2 Sea f : [a, b] → R una función continua, invertible en [a, b]
y derivable en x. Si f 0 (x) 6= 0 entonces f −1 es derivable en t = f (x) y
³ ´0 1
f −1 (t) = .
f 0 (x)
107

Demostración Recordamos que la función inversa a una función continua


en un intervalo es también continua. Sean t = f (x) y s = f (y). Entonces
s → t si y solo si y → x.

(f −1 ) (s) − (f −1 ) (t) y−x


lim = lim =
s→t s−t s→t f (y) − f (x)

1 1
= lim = 0 .
y→x f (y) − f (x) f (x)
y−x

¤
Investigamos también la diferenciabilidad de una función compuesta.
Teorema 7.2.3 Sean f : [a, b] → [c, d] y g : [c, d] → R funciones derivables
en x ∈ [a, b] y en f (x), respectivamente. Entonces la composición h(t) =
g ◦ f (t) = g(f (t)) es derivable en x y

(g ◦ f )0 (x) = g 0 (f (x))f 0 (x).

Demostración La diferenciabilidad de f y de g se puede expresar en


forma siguiente:
f (y) − f (x) = (y − x)ϕ(x, y),

g(s) − g(f (x)) = (s − f (x))φ(f (x), s),


donde las funciones ϕ(x, ·) y φ(f (x), ·) tienen lı́mites en x y f (x), respec-
tivamente; limy→x ϕ(x, y) = f 0 (x) y lims→f (x) φ(f (x), s) = g 0 (f (x)). Ahora
estudiamos el incremento de la función compuesta.

h(y) − h(x) = g(f (y)) − g(f (x)) = (f (y) − f (x))φ(f (x), f (y)) =
= (y − x)ϕ(x, y)φ(f (x), f (y)) = (y − x)ψ(x, y).

Aprovechando la continuidad de f en x calculamos el lı́mite de la función


ψ(x, y) = ϕ(x, y)φ(f (x), f (y)). Si este lı́mite existe, su valor es igual a
(g ◦ f )0 (x).

lim ϕ(x, y)φ(f (x), f (y)) = f 0 (x)g 0 (f (x)).


lim ψ(x, y) = y→x
y→x

¤
108

Ejemplo
Calculamos la derivada de la función f (x) = xt , donde x ≥ 0 y t = m n
,
n, m ∈ N es un número racional. Esta función es una composición de dos
1
funciones: x → xm → (xm ) n . Sı́, conocemos la derivada se la función x → xn
1
que es igual a nxn−1 . Calculamos la derivada de la función g : y → y n como
de la función inversa a x → xn :
1
g 0 (xn ) = .
nxn−1
1 1 1 −1
Denotando x = y n obtenemos g 0 (y) = y n . Finalmente calculamos la
n 1
derivada de la función compuesta f (x) = (xm ) n :

1 1 m m
f 0 (x) = mxm−1 (xm ) n −1 = x n −1 = txt−1 .
n n
La fórmula obtenida es una extensión al caso racional de la formula de
derivación de un monomio.

7.3 Teoremas de valor medio


Decimos que una función f : (a, b) → R tiene en x ∈ (a, b) un extremo local
si existe δ > 0 tal que para todos y ∈ (x − δ, x + δ) el incremento f (y) − f (x)
tiene el mismo signo. Si el signo es positivo se trata de un mı́nimo local y en
caso del signo negativo tenemos un máximo local.

Teorema 7.3.1 (Fermat) Si una fución f : (a, b) → R es derivable en x y


tiene en este punto un extremo local, entonces f 0 (x) = 0.
Demostración Consideramos el caso de un mı́nimo local. Suponemos
entonces que el incremento f (y − f (x) es no negativo para |y − x| < δ.
Representamos:
f (y) − f (x)
f 0 (x) = lim .
y→x y−x
Para todos (a, b) 3 y < x el denominador es negativo, entonces
f (y) − f (x)
lim ≤ 0. Para (a, b) 3 y > x el nominador y el denominador
y→x− y−x
109

f (y) − f (x)
son positivos, entonces lim ≥ 0. El lı́mite del cociente existe,
y→x+ y−x
entonces ambos lı́mites laterales coinciden. Por lo tanto f 0 (x) = 0. ¤
Teorema de Fermat conduce inmediatamente al teorema llamado teorema
de valor medio del cálculo diferencial.

Corolario 7.3.3 (teorema de valor medio de Cauchy) Sean f , g funciones


derivables en [a, b]. Entonces existe ξ ∈ (a, b) tal que

(f (b) − f (a))g 0 (ξ) = (g(b) − g(a))f 0 (ξ).

Demostración Introducimos la siguiente función auxiliar:

h(x) = (f (b) − f (a))g(x) − (g(b) − g(a))f (x).

La función h es derivable en [a, b] y satisface h(a) = h(b). Si h es nula en


todas partes entonces su derivada también se anula y la identidad (f (b) −
f (a))g 0 (x) = (g(b) − g(a))f 0 (x) es válida para x cualquiera.
Pasamos entonces al caso de una función que no es nula en todas partes.
La función h como cada función continua en [a, b] alcanza en el intervalo
su valor máximo y su valor mı́nimo. Por lo menos uno de estos valores
no es igual a h(a). Supongamos que este valor se alcanza en ξ ∈ (a, b).
Tenemos entonces en ξ un extremo local y por Teorema de Fermat h0 (x) = 0.
Calculando la derivada en ξ obtenemos

0 = h0 (ξ) = (f (b) − f (a))g 0 (ξ) − (g(b) − g(a))f 0 (ξ).

¤
Teorema de valor medio de Lagrange es una versión simplificada del
teorema de Cauchy. Su ventaja sobre este último es precisamente su sencillez
que la hace más fácil de recordar.
Teorema 7.3.4 (teorema de valor medio de Lagrange) Sea f una función
derivable en [a, b]. Existe entonces ξ ∈ (a, b) tal que

f (b) − f (a) = f 0 (ξ)(b − a).

Para obtener este resultado es suficiente aplicar Teorema 7.3.3 tomando


g(x) = x.
He aquı́ otros resultados importantes que se deducen del teorema de valor
medio:
110

Corolario 7.3.5 (Rolle) Si una función f es derivable en [a, b] y f (a) =


f (b) = 0, entonces existe ξ ∈ (a, b) tal que f 0 (ξ) = 0.

Corolario 7.3.6 Si f es derivable en [a, b] y f 0 ≡ 0 entonces f es constante.

Corolario 7.3.7 Si f es derivable en [a, b] entonces es no decreciente si y


solo si f 0 ≥ 0 en [a, b].
Obtenemos también una condición suficiente para que f tenga un extremo
local en algún punto.

Corolario 7.3.8 Sea f una función derivable en [a, b] y sea x ∈ (a, b).
Supongamos que f 0 (y) ≤ 0 para y ≤ x y f 0 (y) ≥ 0 para y ≥ x. Entonces f
tiene en x un mı́nimo local.
Respectivamente, si f 0 (y) ≥ 0 para y ≤ x y f 0 (y) ≤ 0 para y ≥ x,
entonces f tiene en x un máximo.

Ejemplo
Definimos el logaritmo natural para x > 0:
Z x
1
log x = dt.
1 t
1
Como sabemos por Teorema 6.4.1 (log x)0 = , entonces el logaritmo es una
x
función creciente en todo su dominio. Es una función inyectiva, porque
la igualdad log a = log b para a < b implicarı́a por Teorema de Rolle que
1
(log x)0 = = 0 que es imposible. Existe entonces la función inversa que
x
denotamos por exp y y llamamos la función exponencial. Entonces y = log x
si y solo si x = exp y. En particular exp 0 = 1.
Calculamos la derivada de la función exponencial utilizando Teorema
7.2.2. Para y = log x obtenemos
1
(exp y)0 = = x = exp y.
(log x)0
La función exponencial es igual a su derivada. Este hecho permite deducir
propiedades básicas de la función exponencial y del logaritmo:

1. log(xy) = log x + log y, para x, y > 0.


111

2. log(xt ) = t log x para t ∈ Q.


3. exp(x + y) = (exp x)(exp y).
4. exp(tx) = (exp x)t para t ∈ Q.
Para demostrar la fórmula 1 consideramos la función g : x → log(xy) −
log x + log y para y > 0 fijo. Calculamos su derivada:
y 1
g 0 (x) = − ≡ 0.
xy x
La función g es constante y su valor en x = 1 es 0, entonces g ≡ 0.
Para demostrar fórmula 2 introducimos h(x) = log(xt ) − t log x y calcu-
lamos su derivada:
txt−1 t
h0 (x) = t
− ≡ 0.
x x
Nuevamente, la función h es constante y su valor en x = 1 es 0. Las fórmulas
1 y 2 están probadas.
La fórmula 2 se puede aprovechar para demostrar que el rango de la
función log x es todo R. De tal manera determinamos el dominio de la
función exp y la validez de la fórmula 2 en todo eje real. Como log es
una función creciente, es suficiente probar que para cada R > 0 exis-
ten x, y tales que Zlog x < −R y log y > R. Para y = 2n obtenemos
2 dt n
log 2n = n log 2 = n > . Estos valores forman una sucesión no aco-
1 t 2
tada.
Por otro lado
n
log 2−n = log 1 − log 2n < − .
2
La función exponencial tiene entonces como rango todo el eje real.
Pasamos a la demostración de las fórmulas 3 y 4.
Podemos representar x = log u y y = log v y obtenemos:
exp(x + y) = exp(log u + log v) = exp(log uv) = uv = (exp x)(exp y).
Luego
exp(tx) = exp(t log u) = exp(log(ut )) = ut = (exp x)t .
Fórmula 4 nos permite extender la función at a los valores
0 < a ∈ R y t ∈ R. Cada a > 0 se puede representar como a = exp(log a).
Para t racional tenemos la fórmula
exp(t log a) = (exp(log a))t = at .
112

Definimos entonces
at = exp(t log a)
para 0 < a ∈ R y t ∈ R.
Calculamos la derivada de la función ax aplicando la formula de derivación
de función compuesta:

(ax )0 = (exp(x log a))0 = log a exp(x log a)) = (log a)ax .

Por otro lado, podemos también derivar la función x → xt para t ∈ R:


1 1
(xt )0 = exp(t log x))0 = exp(t log x))t = txt = txt−1 .
x x

7.4 Teorema fundamental del cálculo


diferencial e integral
El siguiente teorema, llamado también Teorema de Newton-Leibnitz con-
duce a una relación entre las operaciones de la derivación y de integración
indefinida.

Teorema 7.4.1 (Teorema Fundamental del Cálculo - TFC) Sea f una


función integrable sobre [a, b]. Si existe una función derivable F tal que
F 0 = f entonces Z b
f (x)dx = F (b) − F (a).
a

Demostración Para todo ε > 0 existe una partición


P = {a, x1 , . . . , xn−1 , b} tal que Σ(f, P) − Σ(f, P) < ε, mientras que
Z b
Σ(f, P) ≤ f (x)dx ≤ Σ(f, P).
a

Por el teorema de valor medio existen ξj tales que xj−1 < ξj < xj y

F (xj ) − F (xj−1 ) = f (ξj )(xj − xj−1 ).

En vista de que
n
X n
X
F (b) − F (a) = (F (xj ) − F (xj−1 )) = f (ξj )(xj − xj−1 )
j=1 j=1
113

obtenemos
Σ(f, P) ≤ F (b) − F (a) ≤ Σ(f, P).
De aquı́ se sigue ¯ ¯
¯ Z b ¯
¯ ¯
¯F (b) − F (a) − f (x)dx¯ ≤ ε.
¯ a ¯

El valor de ε es arbitrario, entonces


Z b
f (x)dx = F (b) − F (a). ¤
a

La fórmula de integración por partes es una consecuencia inmediata del


TFC:
Teorema 7.4.2 (integración por partes) Sean f, g funciones derivables en
[a, b] y tales que f g 0 y gf 0 sean integrables. Entonces
Z b Z b
f (x)g 0 (x)dx = (f (b)g(b) − f (a)g(a)) − g(x)f 0 (x)dx.
a a

Demostración Sea F (x) = f (x)g(x). Entonces F 0 = f 0 g +g 0 f y la última


función es integrable. Por TFC obtenemos
Z b Z b
f (x)g 0 (x)dx + g(x)f 0 (x)dx = f (b)g(b) − f (a)g(a). ¤
a a

El principio del cambio de la variable en la integral también se deduce


del TFC:

Teorema 7.4.3 (cambio de variable en la integral de Riemann) Sea ϕ : [a, b] →


[c, d] una función derivable y tal que ϕ(x) ≥ ϕ(a) para todo x ∈ [a, b]. Sea
f derivable en [c, d]. Supongamos que la función x → f (ϕ(x))ϕ0 (x) es inte-
grable en [a, b]. Entonces
Z ϕ(b) Z b
f (y)dy = f (ϕ(x))ϕ0 (x)dx.
ϕ(a) a

Demostración Introducimos la función


Z ϕ(x)
F : [a, b] 3 x → ϕ(x) → f (y)dy.
ϕ(a)
114

Por la fórmula de la derivación de la función compuesta calculamos la


derivada de F :
F 0 (x) = f (ϕ(x))ϕ0 (x).
TFC afirma entonces
Z ϕ(b) Z b
f (y)dy = F (b) − F (a) = f (ϕ(x))ϕ0 (x)dx.
ϕ(a) a

¤
Nota Si la función ϕ satisface la condición ϕ(x) ≤ ϕ(a) para a ≤ x ≤ b,
se obtiene de la misma manera la fórmula
Z ϕ(a) Z b
f (y)dy = f (ϕ(x))ϕ0 (x)dx.
ϕ(b) a

7.5 Fórmula de Taylor


Supongamos que una función f : [a, b] → R es derivable y que su derivada f 0
resulta también derivable. Denotemos f 00 = (f 0 )0 . La función f 00 se llama la
segunda derivada de f . Ası́, inductivamente definimos la k-ésima derivada
de f como la derivada de su k − 1-esima derivada denotandola por f (k) .
Para la consistencia de las fórmulas denotamos f (0) = f . De tal manera
f (k) = (f (k−1) )0 , k = 2, 3, . . . . A la función f (k) se la llama también la derivada
de f de orden k.
El primer paso hacı́a la fórmula de Taylor es un lema que generaliza el
método de integración por partes.
Lema 7.5.1 Supongamos que las funciones h, g : [a, b] → R son k veces
derivables y que sus derivadas h(k) , g (k) son continuas. Entonces
Z b Z b
(k) k−1
h (t)g(t)dt + (−1) h(t)g (k) (t)dt =
a a
k−1
X
= (−1)j (h(k−j−1) (b)g (j) (b) − h(k−j−1) (a)g (j) (a)).
j=0

Demostración Aplicando la fórmula de derivación del producto calcu-


lamos la derivada
³ ´0
h(k−1) g − f (k−2) g (1) + h(k−3) g (2) − · · · + (−1)k−1 hg (k−1)
115

y observamos que se cancelan 2k − 2 términos quedando unicamente

h(k) g + (−1)k−1 hg (k) .

Ahora TFC nos da el resultado enunciado.


¤
Teorema 7.5.2 (Fórmula de Taylor) Sea f : [a, b] → R. Supongamos
que la k + 1-ésima derivada de f existe y es continua. Entonces para cada
x ∈ (a, b)

x − a (1) (x − a)2 (2) (x − a)k (k)


f (x) = f (a) + f (a) + f (a) + · · · + f (a) +
1! 2! k!
Z x
(x − t)k (k+1)
+ f (t)dt.
a k!
Demostración Aplicamos Lema 7.5.1 substituyendo g = f 0 , h(t) =
(t − x)k
. Calculamos los valores de los términos consecutivos:
k!
à !(k)
(t − x)k
h(k) (t) = = 1,
k!
Z x Z x
(k)
h (t)g(t)dt = 1 · f 0 (t)dt = f (x) − f (a).
a a
(k) (k+1)
Además, tenemos g =f , entonces
Z x Z x
(t − x)k (k+1)
(−1)k h(t)g (k) (t)dt = (−1)k f (t)dt =
a a k!
Z x
(x − t)k (k+1)
= f (t)dt.
a k!
Luego

(k−j−1) (t − x)k−(k−j−1) (t − x)j+1


h (t) = k(k − 1) . . . (k − (k − j − 2)) = ,
k! (j + 1)!
y por lo tanto

(t − x)j+1 (j+1) (x − t)j+1 (j+1)


(−1)j h(k−j−1) (t)g (j) (t) = (−1)j f (t) = − f (t).
(j + 1)! (j + 1)!
116

En particular (−1)j h(k−j−1) (x)g (j) (x) = 0. Substituyendo todos los datos
obtenemos por Lema 7.5.1:
k−1 Z x
X (x − a)j+1 (j+1) (x − t)k (k+1)
f (x) − f (a) = f (a) + f (t)dt,
j=0 (j + 1)! a k!

que es exactamente la fórmula de Taylor.


¤
Z x
(x − t)k (k+1)
Sea Rk (x, a) = f (t)dt el residuo que aparece en la fórmula
a k!
de Taylor. Teorema de valor medio 6.3.7 nos permite darle otra forma. Existe
ξ ∈ (a, b) tal que

f (k+1) (ξ) Z x (x − a)k+1 (k+1)


Rk (x, a) = (x − t)k dt = f (ξ).
k! a (k + 1)!
En este caso hablamos del residuo en forma de Lagrange. Aplicando el mismo
Teorema 6.3.7 en forma diferente obtenemos la forma de Cauchy del residuo.
(x − η)k (k+1)
Existe η ∈ (a, x) tal que Rk (x, a) = (x − a) f (η). Podemos
k!
representar η = x − θ(x − a), donde θ ∈ (0, 1). Entonces x − η = θ(x − a) y
resulta que
θk
Rk (x, a) = (x − a)k+1 f (k+1) (x − θ(x − a)).
k!

7.6 Aplicaciones
Extremos locales

Teorema de Fermat 7.3.1 afirma que una función derivable tiene en


x ∈ (a, b) un extremo local únicamente cuando f 0 (x) = 0. Esta condición es
entonces necesaria para la existencia del extremo. Sin embargo no es sufi-
ciente, porque la función f (x) = x3 satisface f 0 (0) = 0 aunque en cero no se
observa extremo local.
Usando la fórmula de Taylor vamos a obtener una condición suficiente
para la existencia del extremo.
Teorema 7.6.1 Supongamos que f : (a, b) → R es una función que tiene
2k-ésima derivada continua. Si f (j) (c) = 0 para cada 0 < j < 2k y
f (2k) (c) 6= 0 entonces f tiene en c un extremo local. Cuando f (2k) (c) < 0
117

tenemos en c un máximo local y cuando f (2k) (c) > 0 tenemos un mı́nimo


local.
Demostración Usando la fórmula de Taylor y el residuo en forma de
Lagrange obtenemos

(x − c)2k (2k)
f (x) = f (c) + f (ξ),
(2k)!

para un punto intermedio ξ. Por la continuidad de f (2k) existe δ tal que para
x ∈ I = (c − δ, c + δ) se satisface f (2k) (x) > 0 o f (2k) (x) < 0. En el primer
caso f (x) − f (c) > 0 en I y tenemos un mı́nimo local. En el segundo caso
tenemos f (x) − f (c) < 0 y un máximo local.
¤

Hay que subrayar que la suposición del último teorema no es una


condición necesaria para la existencia del extremo local. La función definida
como f (x) = exp(− x12 ), para x 6= 0 y f(0)=0 satisface f (k) (0) = 0 para to-
dos k naturales, entonces no satisface las suposiciones de Teorema 7.6.1. Sin
embargo esta función alcanza en cero su mı́nimo.
Fórmulas de l’Hôpital
f
Estudiando las funciones de forma h = hemos demostrado que
g
f (y) limy→x f (y)
lim =
y→x g(y) limy→x g(y)

cuando limy→x f (y) y limy→x g(y) existen y el segundo es distinto de cero. En


muchos casos el lı́mite existe aunque limy→x g(y) = 0. Fórmulas de l’Hôpital
son muy útiles en esta situación.
Teorema 7.6.2 Supongamos que las funciones f , g definidas en (a, b)
tienen k derivadas continuas. Sea c ∈ (a, b). Si f (j) (c) = 0 y g (j) (c) = 0
para j = 0, 1, 2 . . . , k − 1 y g (k) (c) 6= 0 entonces

f (y) f (k) (c)


lim = (k) .
y→c g(y) g (c)

Demostración Aplicamos la fórmula de Taylor con el residuo en forma


k
de Lagrange. Gracias a las suposiciones se cumple: f (y) = (y−c)
k!
f (k) (ξ1 (y))
118

k
y g(y) = (y−c)
k!
g (k) (ξ2 (y)), donde ξi (y) son puntos intermedios entre y y c.
Si y → c, entonces ξ1 (y), ξ2 (y) → c y por la continuidad de las derivadas
obtenemos.

f (y) (y − c)k f (k) (ξ1 (y)) f (k) (c)


lim = lim = (k) .
y→c g(y) y→c (y − c)k g (k) (ξ (y)) g (c)
2

Ejemplos

1.
sen x cos x
lim = lim = 1.
x→0 x x→0 1
2.
cos x − 1 (cos x − 1)00 1
lim 2
= lim 2 00
=− .
x→0 x x→0 (x ) 2

En la sección 7 vamos a obtener otras versiones de las fórmulas de


l’Hôpital.

7.7 Lı́mites en el infinito y lı́mites


infinitos
Sea f una función definida en el semieje [a, ∞). Para describir el compor-
tamiento de f para los valores x grandes es conveniente introducir el concepto
del lı́mite de f en el infinito.
Definición Decimos que f tiene en ∞ lı́mite igual a A si

∀ε > 0 ∃K > a ∀x > K |f (x) − A| < ε.

Denotamos entonces: limx→∞ f (x) = A.


Disponiedo de varios teoremas sobre los lı́mites de funciones en puntos
finitos, nos conviene relacionar el concepto que acabamos de introducir con
el concepto conocido anteriormente.
µ ¶
1
Teorema 7.7.1 limx→∞ f (x) = limx→0+ f .
x
119

Demostración Sin afectar la generalidad podemos suponer que K > 0.


1 1
La condición x > K es obviamente equivalente a < . Por lo tanto son
x K
equivalentes las condiciones

∀ε > 0 ∃K > a ∀x > K |f (x) − A| < ε,

luego
1
∀ε > 0 ∃ δ > 0 ∀ <δ |f (x) − A| < ε
x
y finalmente
à !
1
∀ε > 0 ∃ δ > 0 ∀y < δ |f − A| < ε.
y
La primeraµ dice

que limx→∞ f (x) = A, mientras que la última afirma que
1
limx→0+ f = A. ¤
x
Si f es una función definida en el semieje (−∞, a], podemos en forma
semejante definir su lı́mite en −∞. Ponemos entonces:
µ ¶
1
lim f (x) = lim f .
x→−∞ x→0− x
Para describir el comportamiento de una función en un entorno del punto,
donde la función no está definida ó donde tiene discontinuidad, es conveniente
introducir también el concepto del lı́mite infinito.
Sea f una función definida en (a, x) (resp. (x, a)). Decimos que el lı́mite
izquierdo (derecho) de la función f en x es igual a ∞ si

∀N > 0 ∃δ > 0 ∀y ∈ (x − δ, x) (resp. y ∈ (x, x + δ)) f (x) > N.

Denotamos entonces: limy→x− f (x) = ∞, (resp. limy→x+ f (x) = ∞). El


lı́mite igual a −∞ se define en forma análoga:
limy→x− f (x) = −∞, (resp. limy→x+ f (x) = −∞) cuando

∀N < 0 ∃δ > 0 ∀y ∈ (x − δ, x) (resp. y ∈ (x, x + δ)) f (x) < N.

Ejemplo
Estudiamos los lı́mites en el infinito de una función racional de forma
an xn + an−1 xn−1 + · · · + a1 x + a0
f (x) = ,
bm xm + bm−1 xm−1 + · · · + b1 x + b0
120

donde n, m ∈ N y an , bm 6= 0.
La misma función se puede representar como

an + an−1 x−1 + · · · + a1 x−n+1 + a0 x−n


f (x) = xn−m .
bm + bm−1 x−1 + · · · + b1 x−m+1 + b0 x−m

El valor del lı́mite en −∞ y ∞ depende principalmente del factor xn−m ,


an
porque el segundo factor tiende el lı́mite en ambos casos.
bm
Obtenemos 
 0,
 m > n,
an
lim f (x) =  bm , m = n,
x→∞ 
∞, m < n.


 0, m > n,

 an ,
bm
m = n,
lim f (x) =
x→−∞ 

 ∞, m < n, n − m par,

−∞, m < n, n − m impar.
Probaremos ahora las fórmula de l’Hôpital que describen los lı́mites en
f (x)
el infinito, incluyendo los casos cuando en una función de forma el
g(x)
denominador tiende al infinito.
Teorema 7.7.2 Sean f , g funciones derivables en (a, b), donde b puede
tomar el valor ∞. Supongamos que g 0 (x) 6= 0 en el dominio. Supongamos
f 0 (x)
que existe l = limx→b 0 . Si es válida una de las condiciones
g (x)

1. limx→b f (x) = limx→b g(x) = 0 o

2. limx→b g(x) = ∞,

entonces
f (x) f 0 (x)
lim = x→∞
lim 0 .
x→∞ g(x) g (x)
Demostración Samemos que g 0 (x) 6= 0 para x ∈ (a, b). La función g es
entonces monótona de signo constante en (a, b). Su lı́mite en el infinito es
igual a cero en el primer caso y es infinito en el segundo caso, entonces g no
se anula en algún conjunto de forma (c, b), b > c > a. Por otro lado para
todo ε > 0 podemos encontrar d > c tal que para d < ξ < b se cumple
121

f 0 (ξ)
∈ (l − ε/2, l + ε/2). Por Teorema 7.3.3 para todos x, y ∈ (d, b) existe
g 0 (ξ)
ξ ∈ (x, y) tal que

f (y) − f (x) f 0 (ξ)


= 0 ∈ (l − ε/2, l + ε/2).
g(y) − g(x) g (ξ)

Consideremos el primer caso, cuando para y → b ambos valores f (y),


f (y) − f (x) f (x)
g(y) tienden a cero. Para x fijo, lim = . Por lo tanto para
y→b g(y) − g(x) g(x)
y mayores que cierto p se tiene
f (y) − f (x) f (x)
− < ε/2.
g(y) − g(x) g(x)
Esto implica ¯ ¯
¯ f (x) ¯
¯ ¯
¯
¯ g(x)
− l ¯≤ε
¯

para todos x > d.


En el segundo caso, cuando limx→b g(x) = ∞ tenemos

f (y) − f (x) f (y) − f (x) g(y)


= .
g(y) − g(x) g(y) g(y) − g(x)
El segundo factor tiende a 1 cuando x es fijo y y → b, entonces
f (y) − f (x) f (y) − f (x) f (y) − f (x)
− ε/2 < < + ε/2,
g(y) g(y) − g(x) g(y)
para y suficientemente grandes.
Obtenemos en el primer paso
¯ ¯
¯ f (y) − f (x) ¯
¯
¯ − l¯¯ ≤ ε
¯ g(y) ¯

para y suficientemente grandes.


f (x)
Sin embargo tiende a cero bajo las mismas condiciones, entonces
g(y)
finalmente ¯ ¯
¯ f (y) ¯
¯ ¯
¯
¯ g(y)
− l ¯ ≤ 2ε
¯
122

cuando y supera cierto valor p, a < p < b. En ambos casos obtenemos


f (x) f 0 (x)
lim = l = lim 0 .
x→∞ g(x) x→∞ g (x)

¤
Ejemplos
1. Sea p > 0. Entonces
log x (log x)0
lim p
= lim p 0
lim x−p = 0.
= x→∞
x→∞ x x→∞ (x )

xp
2. Calculemos l = x→∞
lim , p > 0. Denotemos f (x) = xp y g(x) = exp x
exp x
f (x)
de tal manera que l = x→∞
lim . Sea n un número natural mayor que
g(x)
p. Entonces
f (n) (x)
lim (n) = 0.
x→∞ g (x)
Aplicamos Teorema 7.7.2 consecutivamente n veces:
f (n) (x) f (n−1) (x) f (x)
0 = x→∞
lim (n)
= lim (n−1)
= · · · = x→∞
lim .
g (x) x→∞ g (x) g(x)

3. El lı́mite en el infinito de la función


µ ¶
2 + 2x + sen 2x 2
sen x
= 1+ e−sen x
(2x + sen 2x)e 2x + sen 2x
no existe, porque la función e−sen x no tiene lı́mite en el infinito y el
otro factor sı́ la tiene.
Sin embargo, existe el lı́mite del cociente de las derivadas del nominador
y denominador:
2 + 2 cos 2x
lim = 0.
x→∞ 2 + 2 cos 2x + (2x + sen 2x) cos x)e−sen x

Este resultado no es un contraejemplo al Teorema 7.7.2, porque no se


cumple la condición de que la derivada del denominador no se anula en
algún semieje de forma (a, ∞).
123

7.8 Funciones convexas


Unas de las funciones más sencillas sobre la recta son las funciones lineales que
son de forma f (x) = ax y las funciones afines que tienen forma f (x) = ax+b.
Vamos a buscar una caracterización geométrica de estas funciones.
Sean x < y y sea 0 < t < 1. El punto ux,y (t) = tx + (1 − t)y = t(x − y) + y
pertenece entonces al intervalo (x, y) y cada elemento de dicho intervalo se
puede representar como u(t) para t adecuado. Efectivamente, si x < z < y,
y−z
entonces la ecuación z = tx + (1 − t)y tiene la única solución t = y−x y por
lo tanto
y−z z−x
z= x+ y.
y−x y−x
Calculemos el valor de una función afı́n en el punto z:
y−z z−x y−z z−x
f (z) = a x+ y+b= (ax + b) + (ay + b).
y−x y−x y−x y−x
Una función afı́n f toma en el punto intermedio z entre x y y el valor
intermedio correspondiente entre f (x) y f (y). En particular, conociendo
el valor de la función afı́n en dos puntos, conocemos sus valores en todos los
puntos del eje.
Una función f : [a, b] → R es convexa si para todos a < x < y < b y
0 < t < 1 se cumple
f (tx + (1 − t)y) ≤ tf (x) + (1 − t)f (y).
En forma equivalente: para toda terna x < z < y tenemos
y−z z−x
f (z) ≤ f (x) + f (y).
y−x y−x
Una función f es convexa en el intervalo [a, b] si para todos x, y ∈ [a, b] tales
que x < y su grafica en [x, y] se encuentra por debajo de la recta que une los
puntos (x, f (x)) y (y, f (y)).
En el caso de una función suficientemente suave f su convexidad se
relaciona con el signo de la segunda derivada f (2) . Para demostrar este
resultado vamos a buscar una descripción diferente de la convexidad.
Proposición 7.8.1 Sea f : [a, b] → R. La función f es convexa en [a, b] si
y solo si para todos a < x < z < y < b se cumple
f (z) − f (x) f (y) − f (x) f (z) − f (x) f (y) − f (z)
≤ ó ≤ .
z−x y−x z−x y−z
124

Demostración La condición de la convexidad de f se puede escribir


en forma
y−z z−x
f (z) ≤ f (x) + f (y)
y−x y−x
que es equivalente a

f (z)y − f (z)x ≤ f (x)y − f (x)z + f (y)z − f (y)x,

y luego a la desigualdad

(f (z) − f (x))(y − x) = f (z)y − f (z)x − f (x)y + f (x)x ≤


≤ f (y)z − f (x)z − f (y)x + f (x)x = (f (y) − f (x))(z − x).

Un cálculo semejante demuestra que la segunda desigualdad es también


equivalente a la convexidad de la función.
¤
Si denotamos z = x + h1 y y = x + h2 , la convexidad de f se expresa por
la desigualdad
f (x + h1 ) − f (x) f (x + h2 ) − f (x)
≤ .
h1 h2
Obtenemos otro criterio de la convexidad:

Proposición 7.8.2 Una función f : [a, b] → R es convexa si y solo si para


f (x + h) − f (x)
todo x ∈ [a, b] la función Fx (h) = es monótona creciente.
h
Corolario 7.8.3 Cada función f convexa en un intervalo abierto (a, b) es
continua y para todo x ∈ (a, b) existen

f (x + h) − f (x) f (x + h) − f (x)
lim ası́ como lim .
h→0+ h h→0− h
Demostración Como sabemos, las funciones monótonas en un intervalo
abierto tienen tienen en cada punto ambos lı́mites laterales. Aplicando este
hecho a la función creciente Fx definida anteriormente obtenemos que los
lı́mites
f (x + h) − f (x) f (x + h) − f (x)
lim y lim
h→0+ h h→0− h
existen.
125

Representamos entonces:

f (x + h) − f (x)
f (x + h) − f (x) = h .
h
Cuando h tiende a cero tomando valores negativos esta expreción tiene lı́mite
igual a cero y lo mismo sucede, cuando h tiende a cero tomando valores
positivos. Entonces limh→0 f (x + h) − f (x) = 0 para cada x y la función f
es continua.
¤
Cuando el dominio de f es un intervalo no abierto, la convexidad no
implica continuidad. La función que toma valor cero en (−1, 1) y el valor 1
en los puntos 1 y −1, es convexa en [−1, 1], pero no es continua. El caso de
f (x) = |x| demuesta que una función convexa no tiene que ser derivable. Las
derivadas laterales de f en x = 0 existen pero no son iguales.
Pasamos al resultado principal de esta sección.
Teorema 7.8.4 Sea f : (a, b) → R una función derivable. Entonces f es
convexa si y solo si f 0 es una función no decreciente en el intervalo.
Demostración El cálculo directo demuestra que para a < x < z < y < b
la desigualdad
f (z) − f (x) f (y) − f (x)

z−x y−x
es equivalente a
f (z) − f (x) f (y) − f (z)
≤ .
z−x y−z
Si f es convexa, y tomamos y < w, entonces la última desigualdad
aplicada a la terna z, y, w implica:

f (z) − f (x) f (y) − f (z) f (w) − f (y)


≤ ≤ .
z−x y−z w−y

Pasando al lı́mite z → x en la primera de las expresiones obtenemos

f (w) − f (y)
f 0 (x) ≤
w−y

para x < y < w arbitrarios. Si tomams ahora el lı́mite w → y en el lado


derecho de la desigualdad obtenemos f 0 (x) ≤ f 0 (y) cuando x < y.
126

Supongamos ahora que f 0 es una función no decreciente en (a, b). Tomemos


nuevamente x < z < y en el intervalo. Por Teorema de Lagrange 7.3.2 existen
x < a < z y z < b < y tales que

f (z) − f (x) f (y) − f (z)


= f 0 (a) mientras que f 0 (b) = .
z−x y−z

La derivada es monótona entonces f 0 (a) ≤ f 0 (b), lo que implica

f (z) − f (x) f (y) − f (z)



z−x y−z

y termina la demostración.
¤
Recordando Teorema 7.3.7 obtenemos inmediatamente:
Teorema 7.8.5 Sea f : (a, b) → R una función dos veces derivable. En-
tonces f es convexa si y solo si f 00 ≥ 0 en el intervalo.
Una función f : (a, b) → R se llama cóncava si la función −f es convexa.
Los resultsdos de esta sección se pueden adaptar al caso de las funciones
concavas. En particular:
Teorema 7.8.6 Sea f : (a, b) → R una función dos veces derivable. En-
tonces f es cóncava si y solo si f 00 ≤ 0 en el intervalo.

7.9 Estudio de las gráficas


de funciones suaves
Muchas propiedades de funciones tales como las regiones de crecimiento y
decrecimiento, de convexidad y concavidad están relacionadas con el signo
de las derivadas de primer y segundo orden. Por lo tanto los métodos del
estudio de las regiones donde una función no cambia del signo son cruciales
para la construcción de la gráfica de la función. Cuando se trata de funciones
continuas en intervalos sabemos por el teorema del valor intermedio que entre
dos puntos en los cuales una función toma valores del signo opuesto siempre
se encuentra un punto donde la función se anula. Una vez más aparece la
ecuación f (x) = 0 como un problema fundamental. Si somos capaces de
resolver las ecuaciones f (x) = 0, f 0 (0) = 0 y f 00 (x) = 0 entonces calculando
127

luego unos cuantos valores de las mismas funciones podemos determinar la


forma aproximada de la gráfica de la función.
Presentamos el procedimiento desarrollando en forma paralela dos ejem-
plos:
x−1
E.1 f (x) = sen x, E.2 g(x) = .
x+2
I. Determinación de regiones del signo constante de la función:
E.1
La función sen x es periódica con el periodo 2π. Es por lo tanto suficiente
determinar su gráfica en el intervalo [0, 2π]. Sea trata de una función continua
que se anula en los puntos 0, π y 2π y únicamente en estos puntos. Por lo
tanto su signo permanece constante en los intervalos de forma (0, π) donde
es positiva y en (π, 2π) donde es negativa.
E.2
x−1
La función tiene como dominio R \ {−2}. Se anula únicamente
x+2
en x = 1. El nóminador es negativo en (−∞, 1) y positivo en (1, ∞). El
denominador es negativo en (−∞, −2) y positivo en (−2, ∞).
La función toma valores positivos en (−∞, −2), valores negativos en
(−2, 1) y nuevamente positivos en (1, ∞). Podemos calcular facilmente sus
lı́mites en −∞ y ∞:
1
x
−1 1−x
lim g(x) = lim = lim = 1.
x→−∞ x→0− 1 + 2 x→0− 1 + 2x
x

De la misma manera obtenemos:


1
x
−1 1−x
lim g(x) = lim = lim = 1.
x→∞ x→0+ 1 + 2 x→0+ 1 + 2x
x

Obtenemos también:
limx→−2− g(x) = ∞ y limx→−2+ g(x) = −∞
II. Determinación de regiones del crecimiento y decrecimiento
de la función:
E.1
La derivada de la función sen x es igual a cos x. La última función toma
valores positivos en los intervalos (0, 12 π) y ( 23 π, 2π) y toma valores negativos
en el intervalo ( 12 π, 32 π).
128

Por lo tanto la función sen x es creciente en el intervalo (0, 21 π) del valor


0 hasta el valor 1. En el intervalo ( 12 π, 23 π) decrece hasta el valor −1. En
( 23 π, 2π) vuelve a crecer para regresar al valor 0 en el extremo derecho. La
derivada f 0 se anula en los puntos 21 π y 32 π y la función f tiene en estos
puntos el máximo y el mı́inimo local, respectivamente.
E.2
3
La defivada de la función g es igual a , es entonces positiva en
(x + 2)2
todo su dominio. La función g es creciente en (−∞, −2) del valor 1 hasta
∞. En (−2, ∞) crece del valor -∞ hasta el valor 1.
La derivada de g no se anula en ninguna parte, entonces la función no
tiene extremos locales.
III. Determinación de regiones de convexidad y concavidad de
la función:
E.1
La segunda derivada de la la función f es −sen x, cuyos signos ya
conocemos. La función f (x) = sen x es entonces concava en (0, π) y convexa
en (π, 2π).
E.2
−6
La segunda derivada de la función g es igual a . Toma valores
(x + 2)3
positivos en (−∞, −2), donde entonces g es convexa y los valores negatvos
en (−2, ∞), donde g es concava.

A continuación estudiamos un ejemplo de función más complicada.

Ejemplo Estudiamos la gráfica de la función

x2 − x − 6 (x − 3)(x + 2)
f (x) = 2
= .
x −1 (x − 1)(x + 1)

I Un factor de forma x−a cambia de signo en a pasando de valores negativos


a positivos. Por lo tanto la función f cambia de signo en los puntos −2, −1, 1
y 3. Sus lı́mite en −∞ y en ∞ es igual a 1. La función es entonces positiva
en (−∞, −2), negativa en (−2, −1), positiva en (−1, 1), negativa en (1, 3) y
positiva en (3, ∞).
Tenemos también: limx→−1− f (x) = −∞, limx→−1+ f (x) = ∞,
limx→1− f (x) = ∞, limx→1+ f (x) = −∞.
129

II Calculamos la derivada de la función f ;


x2 + 10x + 1
f 0 (x) = .
(x2 − 1)2
El denominador es positivo en todas partes, entonces las regiones de crec-
imiento y decrecimiento de la función dependen únicamente del signo del
nominador. Éste último se anula en los puntos
1 √ 1 √
x1 = (−10 − 96) ≈ −9.9, x2 = (−10 + 96) ≈ −0.1.
2 2
La función f crece en forma monótona en el semieje (−∞, x1 ) del valor 1 en
-∞ al valor f (x1 ) ≈ 1.05 en x1 . Luego empieza a descender hasta a llegar
a cero en el punto −3. Sigue descenciendo a −∞ acercandose al argumento
−1. En el intervalo (−1, 1) la función desciende del valor ∞ a f (x2 ) ≈ 6.15
para luego crecer al ∞ en 1. En el semieje (1, ∞) la función crece en forma
monótona del valor -∞ al valor 1.
III La tercera derivada de f es la función
−2(x3 + 15x2 + 3x + 5)
f 00 (x) = .
(x2 − 1)3
Estudiamos entonces primero la gráfica de la función g(x) = x3 +15x2 +3x+5.
Este polinomio tiene lı́mite −∞ cuando x → −∞ y el ı́mite ∞ cuando
x → ∞. Se anula una o tres veces en todo eje real. Para averiguar cual es el
caso calculamos g 0 (x) = x2 + 10x + 1. Como sabemos esta función tiene ceros
en x1 y x2 , cuyos valores conocemos. La función g tiene máximo local en x1
y mı́nimo local en x2 . Su valor en x2 ≈ −0.1 es positivo, entonces la función
g se anula en un solo punto x0 que se encuentra en el semieje (−∞, x1 ). La
función g es negativa en (−∞, x0 ) y positiva en (x0 , ∞).
El denominador de f 00 es positivo en (−∞, −1) y en (1, ∞) y negativo en
el intervalo (−1, 1).
Todas estas informaciones nos dan la siguiente imagen de la función f :
En (−∞, x0 ) la función es creciente convexa.
En (x0 , x1 ) la función es creciente concava.
En (x1 , −1) la función es decreciente concava.
En (−1, 1) la función es convexa, decreciente en (−1, x1 ), creciente
en (x1 , 1).
En (1, ∞) la función es creciente concava.
Ejercicios y Problemas
130

1. Determine los valores a, b para los cuales la función


(
x2 , x ≥ 0,
f (x) =
ax + b, x<0

es derivable.

2. Sea 


 ax + b, x ≤ 0,
 2
f (x) = cx + d, 0 < x ≤ 1,


 1
 1− , 1 < x.
x
Encuentre los valores a, b, c, d para los cuales f es derivable.

3. Sea 
 2
 x + ax + 5, x ≤ 0,
f (x) =  x+b
 log , x > 0.
x+3
Encuentre los valores a, b para los cuales f es derivable.

4. Sea f una función derivable. Demuestre que

f (x + h) − f (x − h)
lim = f 0 (x).
h→0 2h

5. Calcule la derivada de la función f (x) = |x3 |.

6. Encuentre dos funciones no diferenciables tales que su producto sea


derivable.

7. Para a, c ∈ R, c > 0 definimos:


(
xa sen x−c , x 6= 0,
f (x) =
0, x=0

Demostrar:

(a) f es continua si y solo si a > 0,


(b) f es derivable si y solo si a > 1,
(c) f 0 es acotada en una vecindad de cero si y solo si a ≥ 1 + c,
131

(d) f 0 es continua si y solo si a > 1 + c.

8. Calcula la derivada de la función:



(a) log(x + a2 + x2 ),
q √
4
(b) ax + sen 2x,
x
(c) f (x) = xx .
(d) f (x) = g ◦ g ◦ g(x).

9. Demostrar por inducción la siguiente fórmula de Leibnitz:


n
à !
X n
(n)
(f g) = f (n−k) g (k) ,
k=0
k

cuando f , g tienen todas las derivadas hasta el orden n.

10. De la fórmula de la derivación de la función compuesta deduzca la


fórmula para la derivada de la función inversa tomando en cuenta que
f −1 (f (x)) = x.

11. Demuestre que xt − tx − t − 1 ≤ 0 para x > 0 y 0 < t < 1.

12. Sea f una función derivable que satisface la ecuación f 0 = f 2 + 1.


Demuestre que f tiene inversa, encuentre (f −1 )0 , f −1 y f misma.
1
13. Sea f una función derivable que satisface la ecuación f 0 = .
2f
Suponiendo que f tiene inversa, encuentre (f −1 )0 , f −1 y f misma.

14. Calcula
1 1
lim n
exp − 2 .
x→0 x x
15. encontrar los extremos de la función f (x) = xx .

16. Supongamos que la función f tiene derivada acotada en (a, b). De-
mostrar que f es uniformemente continua en este intervalo.

17. Demostrar que una funcción que satisface la desigualdad


|f (x) − f (y)| ≤ (x − y)2 para todos x, y ∈ R, es constante.

18. Sea f (x) = |x|3 . Calcule f 0 (0), f 00 (0) y demuestre que f 000 (0) no existe.
132

19. Demuestre que, si una función f : R → R satisface |f (x) − f (y)|2 ≤


(x − y)2 para todos x, y ∈ R, entonces es constante.

20. Calcular los siguientes lı́mites:

(a)
lim tg x log x2 ,
x→0

xlog x
(b) limx→∞ (log x)x
,
xx −x
(c) limx→1 log x−x+1
,
1
(d) limx→0 (1 − x + sen x) x3 ,
(e) limx→0 xsen x ,
1
(f) limx→∞ x(e x − 1),
(g) limx→∞ (π − 2arctg x) log x.
Chapter 8

Convergencia de funciones

8.1 Convergencia puntual


Sea X ⊂ R. El espacio de todas las funciones X 3 x → f (x) ∈ R se
denota por RX . Considerando una función como un punto en el espacio
RX vamos a definir la convergencia de funciones-puntos en este espacio. A
diferencia del caso del espacio de números existen muchas opciones de definir
la convergencia y a ninguna de ellas se la puede llamar la más natural o la
mejor. Vamos a hablar entonces de la convergencia puntual, convergencia casi
uniforme, convergencia uniforme de funciones para despúes estudiar distintas
propiedades de todos estos conceptos.
Una sucesioón de funciones es una aplicación del espacio de los números
naturales N en RX .

Definición Una sucesión (fn ) de funciones sobre X converge puntualmente


a la función f ∈ RX si para todo x ∈ X la sucesión de números (fn (x))
converge a f (x) en R.

En forma más explicita la convergencia puntual fn → f significa:

∀ x ∈ X, ∀ε > 0, ∃N ∈N ∀n>N |fn (x) − f (x)| < ε.

La convergencia puntual es también llamada ”convergencia débil”, porque


realmente es poco satisfactoria de varios puntos de vista.

133
134

Ejemplos

1. Sea X = [0, 1] y sea fn (x) = xn . Obtenemos


(
n 0, x 6= 1
lim fn (x) = lim x =
n→∞ n→∞ 1, x = 1.

Tenmos en este caso fn → f , donde


(
0 x 6= 1
f (x) =
1 x = 1.

Las funciones fn son continuas y derivables y sin embargo su lı́mite


puntual, la función f no es ni siquiera continua. La convergencia
puntual no conserva la continuidad de funciones.
1
Sea xm = 1 − m
. La discontinuidad de f = limn→n fn en x = 1 quiere
decir que
lim lim fn (xm ) 6= m→∞
n→∞ m→∞
lim n→∞
lim fn (xm ).

En la sucesión de dos ı́ndices unm = fn (xm ) se obtiene resultados dis-


tintos dependiendo del orden en el cual pasamos al lı́mite con respecto
a los ı́ndices m y n.

2. Sea X = R y fn (x) = limm→∞ (cos n! πx)2m , n ∈ N.


La función fn está definida como un lı́mite puntual con respecto a m
de funciones (cos n! πx)2m . Recordando que (cos kπx)2 toma valor 1
unicamente para k entero y en otros puntos su valor es menor que 1,
obtenemos: (
0, n! x 6∈ Z
fn (x) =
1, n! x ∈ Z.
Sea f (x) = limn→∞ fn (x).
p
Si x es un número racional de forma entonces para n > q el número
q
n! x es racional y fn (x) = 1. En consecuencia f (x) = 1. Si x 6∈ Q
entonces fn (x) = 0 para todos n y f (x) = 0. Tenemos:
(
0, x 6∈ Q
f (x) =
1, x ∈ Q.
135

La función f que, como sabemos no es integrable en el sentido de Rie-


mann, se obtiene como un lı́mite puntual doble de funciones derivables.
En este caso concluimos que la convergencia puntual y la integrabilidad
en el sentido de Riemann no concuerdan. En la teorı́a de integración
creada por Lebesgue y Caratheodory medio siglo después de Riemann
la convergencia puntual resulta ser más que satisfactoria.

3. Sea fn (x) = nx(1 − x2 )n para x ∈ [0, 1] y sea f (x) = limn→∞ fn (x).


En los puntos 0 y 1 todas las funciones fn toman valor cero entonces
f (0) = f (1) = 0. Para x ∈ (0, 1) aplicamos el criterio de d’Alembert y
obtenemos
fn+1 (x) n+1
lim = lim (1 − x2 ) = 1 − x2 < 1.
n→∞ fn (x) n→∞ n

Obtenemos f (x) = 0 para todo x ∈ [0, 1].


La sucesión (fn ) converge a la función nula. Observemos ahora que
Z 1
n 1 Z1
lim nx(1 − x2 )n dx = lim = 6= f (x)dx = 0.
n→∞ 0 n→∞ 2n + 2 2 0

Recordemos entonces que en general


Z b Z b
lim
n→∞ a
fn (x)dx 6= lim fn (x)dx
a n→∞

incluso cuando la función f es R-integrable.


cos nx
4. La sucesión fn (x) = converge también a la función iden-
n
ticamente igual a cero. Sin embargo la sucesión de las derivadas
fn0 (x) = −sen nx no es convergente. En general

lim f 0 6= ( lim fn )0 .
n→∞ n n→∞

La relación entre la convergencia puntual y la derivación tampoco es


satisfactoria.
La convergencia puntual tiene una ventaja incuestionable: es muy sen-
cilla. Cuando estamos buscando el lı́mite en cualquier otro sentido de una
sucesión de funciones fn , primero buscamos su lı́mite puntual f y después
verificamos si la convergencia fn → f es uniforme, casi uniforme etc.
136

8.2 Convergencia uniforme


Introduciendo la convergencia uniforme que es más fuerte, es decir más
exigente que la convergencia puntual resolvemos algunos de los problemas
anunciados en la sección anterior. La convergencia uniforme conserva la
continuidad de funciones y su R-integrabilidad. Aunque su relación con
la diferenciabilidad no es de todo satisfactoria, existen resultados bastante
satisfactorios en esta área.
Definición Sean fn , f ∈ RX . Decimos que la sucesión (fn ) converge a f
uniformemente si

ε > 0 ∃ N ∈ N, ∀ n > N, x ∈ X |fn (x) − f (x)| < ε.


u
Vamos a usar la notación fn → f en el caso de la convergencia uniforme
p
y fn → f cuando la convergencia es puntual.
u
Cuando la convergencia fn → f tiene lugar, para cada ε > 0 podemos
encontrar N tal que todas las funciones fn con n > N tienen sus gráficas
contenidas entre la función f − ε y la función f + ².
La convergencia uniforme es más fuerte que la convergencia puntual.
Comparando las definiciones se observa:
u p
Proposición 8.2.1 fn → f implica fn → f .
El siguiente teorema es bastante obvio, sin embargo es útil creando un
procedimiento para estudiar la convergencia uniforme.
u
Teorema 8.2.2 fn → f si y solo si existe M ∈ N tal que para n > M
Dn = supx∈X |fn (x) − f (x)| < ∞ y además limn→∞ Dn = 0.
u
Demostración Si fn → f entonces tomando primero ε = 1 encontramos
M tal que para n > M y x ∈ X tenemos |fn (x) − f (x)| < 1. En particular
Dn = supx∈X |fn (x) − f (x)| ≤ 1 < ∞.
Sabemos entonces que los números Dn son finitos para todos n > M .
Luego, para ε > 0 cualquiera existe N tal que para n > max{N, M }
tenemos Dn ≤ ε. La sucesión (Dn ) converge a cero.
Ahora, si la sucesión Dn está bien definida para n > M y converge a cero
obtenemos que

∀ε > 0 ∃N ∀n > N, x ∈ X |fn (x) − f (x)| ≤ Dn < ε. ¤


137

En muchas ocasiones tenemos dada una sucesión de funciones (fn ) y sin


conocer su lı́mite queremos saber si tiene lugar la convergencia uniforme. En
este caso es muy importante el criterio siguiente:
Teorema 8.2.3 Sean fn ∈ RX . La sucesión (fn ) converge uniformemente
a una función f ∈ RX si y solo si
1. ∃ M ∀ n, m > M Dn,m = supx∈X |fn (x) − fm (x)| < ∞
y
2. ∀ ε > 0 ∃ N ∀ n, m > N Dn,m < ε.
u
Demostración Si xiste f ∈ RX tal que fn → f , entonces según el teorema
anterior los números Dn estan bién definidos desde cierto M en adelante y
Dn → 0.
Observemos que para n, m > M y para x ∈ X cualquiera

|fn (x) − fm (x)| = |fn (x) − f (x) − (fm (x) − f (x))|


≤ |fn (x) − f (x)| + |fm (x) − f (x)| ≤ Dn + Dm .

Calculando el supremo del valor del lado izquierdo de la desigualdad


obtenemos:
Dn,m ≤ Dn + Dm .
La convergencia Dn → 0 implica

∀ε>0 ∃N ∀n, m > N Dn,m ≤ Dn + Dm ≤ ε/2 + ε/2 = ε.

Las propiedades 1 y 2 están probadas.


Ahora supongamos que (fn ) satisface las condiciones 1 y 2. Para encontrar
la función que es el lı́mite de la sucesión observemos que por la propiedad 2

∀ε > 0 ∃N ∀ n, m > N x ∈ X |fn (x) − fm (x)| ≤ Dn,m < ε.

Para cada x ∈ X la sucesión de números (fn (x)) es de Cauchy y por lo


tanto es convergente. Sea f (x) = limn→∞ fn (x).
Queda por mostrar que la convergencia fn → f es uniforme. Utilizamos
para este fin la desigualdad

|fn (x) − fm (x)| ≤ Dn,m < ε


que es válida para todo x ∈ X y para n, m > N .
Pasando al lı́mite m → ∞ obtenemos
138

|fn (x) − f (x)| ≤ Dn,m < ε


bajo las mismas condiciones. Entonces

sup |fn (x) − f (x)| ≤ ε


x∈X
u
para todo n > N . La convergencia fn → f está probada.
¤
Ejemplo general
Las series de funciones son un caso particular de sucesiones de funcions.
Una serie de funciones es una expresión de forma

X
S= fj
j=1

donde fj ∈ RX .
Decimos que la serie S converge puntualmente (resp. uniformemente) si
P
la sucesión de sumas parciales Fn = nj=1 fj converge puntualmente (resp.
uniformemente.) Si este es el caso, el lı́mite correspondiente se denota
P
también como ∞ j=1 fj .
Teorema 8.2.3 aplicado al caso de una serie de funciones conduce al
siguiente resultado:
P
Teorema 8.2.4 Sea ∞ j=1 fj una serie de funciones definidas en X. La serie
converge uniformemente si y solo si
n
X
∀ε > 0 ∃ N, ∀n > m > N sup | fj | < ε.
x∈X j=m

Ejemplo particular
Sea X = [a, b] y sea f (x) = exp x. Como hemos probado en el capı́tulo an-
terior, la serie de Taylor de la función exp converge puntualmente a la misma
función. Para demostrar que esta serie converge también uniformemente en
cada intervalo [a, b] recordemos el desarrollo de Taylor de esta función con el
resı́duo en forma de Lagrange:
k
X xj xk+1
exp x = + exp ξ,
j=0 j! (k + 1)!
139

donde |ξ| < |x|. Denotemos C = max{|a|, |b|}.


Obtenemos:
¯ ¯
¯ k j ¯¯
¯ X x |x|k+1 C k+1
sup ¯¯ exp x − ¯ = exp ξ sup
¯ ≤ exp C .
x∈[a,b] ¯ j=0 j! ¯ x∈[a,b] (k + 1)! (k + 1)!

La última sucesión converge a cero cuando k → ∞. Entonces la serie de


Taylor de la función exponencial converge uniformemente a la misma sobre
cada intervalo finito.
El teorema de Dini que vamos a demostrar en seguida relaciona la con-
vergencia puntual monótona con la convergencia uniforme.
Teorema 8.2.5 (Dini) Sea X ⊂ R un conjunto compacto y sean fn , f
funciones continuas en X. Si fn es una sucesión decreciente que converge a
f puntualmente, entonces su convergencia es uniforme.
Demostración Sean gn = fn − f . La sucesión gn es descendiente y
converge en a cero puntualmente. Nuestro propósito es demostrar que
u
gn → 0. Supongamos que no es ası́. Tenemos entonces:

∃ ε > 0 ∀ n ∃mn > n, xn ∈ X gmn (xn ) > ε.

La sucesión (xn ) tiene una subsucesión convergente xnk → x ∈ X.


Fijemos el valor M y tomemos K tal que mnk > M para k > K. Por la
monotonı́a de la sucesión tenemos para k > K:

gM (xnk ) ≥ gmnk (xnk ) > ε.

Las funciones gn son continuas, entonces

gM (x) = gM ( lim xnk ) = lim gM (xnk ) ≥ ε.


k→∞ k→∞

La última desigualdad contradice la convergencia a cero de la sucesión gM (x).


La contradicción obtenida termina la demostración. ¤
Observemos que la sucesión fn (x) = xn converge puntualmente en el
dominio [0, 1] y su convergencia es monótona decreciente. Sin embargo (fn )
no converge uniformemente. La razon es que su lı́mite no es una función
continua entonces las suposiciones del teorema de Dini no se cumplen.
140

8.3 Convergencia uniforme y continuidad


El teorema que probamos en seguida justifica la aparición del concepto de la
convergencia uniforme.
Teorema 8.3.1 Sea X ⊂ R y sea fn una sucesión de funciones sobre X
uniformemente convergente sobre X. Supongamos que en un punto x ∈ X
todas las funciones fn son continuas. Sea f (y) = limn→∞ fn (y), y ∈ X.
Entonces f es continua en x.
Demostración Para ε > 0 dado, aprovechando la convergencia uniforme
de la sucesión, podemos encontrar N tal que para todos n > N y todos
y ∈ X |f (y) − fn (y)| < ε/3. La función fn tiene lı́mite en x entonces existe
δ > 0 tal que |x − y| < δ implica |fn (x) − fn (y)| < ε/3.
Calculamos ahora:
|f (x) − f (y)| = |f (x) − fn (x) + fn (x) − fn (y) + fn (y) − f (y)|
≤ |f (x) − fn (x)| + |fn (x) − fm (y)| + |fm (y) − f (y)|
≤ ε/3 + ε/3 + ε/3 = ε
para |x − y| < δ.
¤
La convergencia uniforme es una propiedad global, porque para con-
statarla tenemos que estudiar el valor |fn (x) − f (x)| recorriendo todo el
dominio. Por otro lado la continuidad de la función es una propiedad local.
Para determinarla en y ∈ X es suficiente estudiar los valores |f (x) − f (y)|
para |x − y| < δ, donde δ > 0 es tan pequeña como nos convenga. El último
teorema carece de ”elegancia” porque deduce una propiedad local a base de
cierta propiedad global. En realidad no se necesita hasta la convergencia
uniforme para obtener el mismo efecto.
Definición Decimos que una sucesión de funciones fn : X → R converge
casi uniformemente a la función f si para cada intervalo [a, b] ⊂ R las
restricciones fn |X∩[a,b] convergen uniformemente a f |X∩[a,b] . La convergencia
c.u.
casi uniforme se denota por fn → f .
Teorema 8.3.2 Si las funciones fn son continuas en X ⊂ R y la sucesión
(fn ) converge casi uniformemente a f entonces f es continua en X.
Demostración Para demostrar que f es continua en un punto y ∈ X
fijamos δ > 0 y restringimos las funciones al intervalo
I = [y − δ, y + δ] ∩ X.
141

Por la suposición las funciones fn convergen uniformemente a f sobre I,


entonces por Teorema 9.3.1 la función f es continua en y.
¤
Ejemplos
1. Sea f una función positiva sobre R. Sea

X 1 f (x)
g(x) = .
n=1 2n 1 + f (x)
Vamos a ver que la función g está definida en todo R y que s continua
en este dominio.
Sean k > m. Entonces
k
X Xk
1 f (x) 1 1
n
≤ n
< .
n=m 2 1 + f (x) n=m 2 2m−1
Por Teorema 8.2.3 las sumas parciales convergen uniformemente, en-
tonces su lı́mite g es una función continua.
2. La diferencia entre la convergencia uniforme y casi uniforme se puede
observar en el siguiente caso muy sencillo: Sea fn (x) = n1 x, x ∈ R.
Esta sucesión converge puntualmnte a cero, pero la convergencia no es
uniforme sobre R, porque las funciones fn no son acotadas. Sobre cada
c.u.
intervalo finito la convergencia es uniforme entonces fn → f .

8.4 Convergencia uniforme y la integración


Teorema 8.4.1 Sea fn una sucesión de funciones R-integrables sobre un
u
untervalo finito [a, b]. Si fn → f entonces f es R-integrable y
Z b Z b
f (x)dx = lim fn (x)dx.
a n→∞ a

Demostración Si dos funciones acotadas f y g satisfacen la condición


supx∈[a,b] |f (x) − g(x)| < ε entonces para x arbitrario tenemos en particular
g(x) − ε < f (x) < g(x) + ε. Para cualquier partición P = {a, x1 , . . . , xn−1 , b}
obtenemos entonces
inf g(x) − ² ≤ inf f (x) ≤ sup f (x) ≤ sup g(x) + ε.
x∈[xn−1 ,xn ] x∈[xn−1 ,xn ] x∈[xn−1 ,xn ] x∈[xn−1 ,xn ]
142

Tomando las sumas con respecto a n llegamos a las siguientes relaciones:

Σ(g, P) − ²(b − a) ≤ Σ(f, P) ≤ Σ(f, P) ≤ Σ(g, P) + ε(b − a).


u
Gracias a la convergencia uniforme fn → f para ε > 0 arbitrario podemos
ε
encontrar un ı́ndice n tal que supx∈[a,b] |f (x) − fn (x)| < 3(b−a) . Por la
integrabilidad de fn existe una partición P tal que

Σ(fn , P) − Σ(fn , P) < ε/3.

Para esta partición en particular tenemos

Σ(fn , P) − ²/3 ≤ Σ(f, P) ≤ Σ(f, P) ≤ Σ(fn , P) + ε/3.


Los números Σ(f, P) y Σ(f, P) se encuentran dentro del intervalo

In = [Σ(fn , P) − ε/3, Σ(fn , P) + ε/3]

cuya longitud es < ε. Por lo tanto

Σ(f, P) − Σ(f, P) < ².

Por Teorema 6.2.1 la función f es integrable.R R


El mismo intervalo In contiene los valores ab f (x)dx, ası́ como ab fn (x)dx.
Para ε > arbitrario y n suficientemente grande tenemos entonces
Z b Z b
| f (x)dx − fn (x)dx| < ε,
a a

lo que demuestra la fórmula


Z b Z b
f (x)dx = lim fn (x)dx.
a n→∞ a

¤
La convergencia casi uniforme se conserva cuando pasamos de una sucesión
c.u.
fn → f a la sucesión de sus integrales indefinidas Fn y F .
Teorema 8.4.2 Sean fn funciones definidas en el intervalo [a, b), donde b
puede tomar el valor ∞. Supongamos que cada función fn es integrable en
c.u.
cada
Rx
intervalo finito [a, c] ⊂ [a, b). Si fn → f , entonces las funciones
Rx
Fn (x) =
a fn (t)dt convergen casi uniformemente a la función F (x) = a f (t)dt.
143

Demostración Aplicando Teorema 8.4.1 al intervalo [a, x] obtenemos la


convergencia puntual Fn (x) → F (x) para cada x ∈ [a, b). Queda por mostrar
que la convergencia es uniforme sobre cada intervalo finito [a, c].
¯Z x ¯
¯ ¯
sup |Fn (x) − F (x)| = sup ¯ (fn (t) − f (t))dt¯¯ ≤
¯
x∈[a,c] x∈[a,c] a
Z x Z c
≤ sup |fn (t) − f (t)|dt = |fn (t) − f (t)|dt ≤
x∈[a,c] a a

≤ (c − a) sup |fn (t) − f (t)|.


t∈[a,c]

Para cada ε > 0 podemos encontrar n tal que para todo m > n

ε
sup |fm (t) − f (t)| <
t∈[a,c] b−a

y entonces supx∈[a,c] |Fm (x) − F (x)| < ε.


¤
Conviene enfatizar que la convergencia uniforme de una sucesión fn
no implica la covergencia uniforme de las integrales indefinidas Fn como
demuestra el ejemplo siguiente:
R
Si fn (x) = 3x2 + n1 en R entonces Fn = 0x (3t2 + n1 )dt = x3 + n1 x. La
primera sucesión converge uniformemente a 3x2 , mientras que la segunda no
es uniformemente convergente. Obviamente converge casi uniformemente de
acuerdo con Teorema 8.4.2.

Ejemplo
Sean fn funciones R-integrables en el intervalo [a, b]. Supongamos que la
serie

X
fn
n=1

converge uniformemente.
Como una aplicación inmediata del Teorema 8.4.1 obtenemos

Z bX
∞ ∞ Z b
X
fn (x)dx = fn (x)dx.
a n=1 n=1 a
144

8.5 Convergencia uniforme y derivación


La relación de la convergencia uniforme con con la derivación es más com-
plicada. Ejemplo 4 de la sección 9.1 muesta un caso de una sucesión uni-
formemente convergente de funciones suaves fn (x) = cosnn x cuyas derivadas
divergen hasta puntualmente. Sin embargo, agregando unas condiciones adi-
cionales vamos a obtener un resultado muy útil sobre la posibilidad de inter-
d
cambiar las operaciones lim con dx .
Teorema 8.5.1 Sean fn funciones derivables en [a, b]. Supongamos que
existe x0 ∈ X tal que fn (x0 ) es una sucesión convergente. Si la sucesión fn0
converge uniformemente a una función ϕ entonces fn converge uniformemente
a una función derivable f y f 0 = ϕ.
Demostración De acuerdo con las suposiciones para cada ² > 0 existe N
tal que para n, m > N se cumplen las desigualdades
ε
|fn (x0 ) − fm (x0 )| <
2
y
ε
|fn0 (x) − fm
0
(x)| <
2(b − a)
para todo x ∈ X.
Aplicamos el teorema de valor medio en forma de Lagrange a la función
fn − fm y obtenemos para x, y arbitrarios y los mismos n, m:
ε
|fn (x) − fm (x) − (fn (y) − fm (y))| ≤ sup |fn0 (t) − fm
0
(t)||x − y| ≤ . (8.1)
t∈X 2
En particular para y = x0

|fn (x) − fm (x)| ≤ |fn (x)− fm (x) − (fn (x0 ) − fm (x0 ))| +|fn (x0 )− fm (x0 )|| ≤ ε.

La sucesión (fn ) converge uniformemente a un lı́mite que denotamos por f .


Estudiamos la diferenciabilidad de f en un punto fijo x ∈ X.
Introduzcamos las funciones

 fn (y) − fn (x)

, y 6= x,
gn (y) = y−x

 f 0 (x)
n y=x

La diferenciabilidad de fn significa que gn es continua en x.


145

Por la desigualdad (8.1) obtemnemos para n, m > N :


ε
|gn (y) − gm (y)| ≤
2(b − a)

para todos y 6= x. La sucesión gn converge uniformemente en [a, b] \ {x} y


f (y) − f (x)
su lı́mite en este dominio es la función g(y) = .
y−x
En el punto x tenemos gn (x) = fn0 (x) → ϕ(y). En el dominio completo
[a, b] la sucesión gn converge uniformemente a la función

 f (y) − f (x)

, y 6= x.
g(y) = y−x

 ϕ(x) y=x

Por Teorema 8.3.1 la función g es continua en x y por lo tanto

f (y) − f (x)
ϕ(x) = y→x
lim g(x) = y→x
lim = f 0 (x). ¤
y−x

La fórmula principal que acabamos de demostrar se puede escribir en


forma
d d
lim fn = lim fn .
dx n→∞ n→∞ dx

Como hemos enunciado al principio se trata de un criterio que establece las


condiciones bajo las cuales se puede intercambiar la operacion de derivacion
con la operacion de tomar lı́mites.
Ejemplo
Nuevamente aplicamos el resultado al caso de una serie de funciones. Sea

X
f (x) = fn (x),
n=1

donde las funciones fn son derivables y la serie converge en algún punto


P
x0 ∈ [a, b]. Si la serie ∞ 0
n=1 fn converge uniformamente entonces la función f
es derivable y

X
f 0 (x) = fn0 (x).
n=1
146

8.6 Series de potencias


Un caso particular muy sencillo y sin embargo de importancia enorme es él
de las series de potencias.
Definición Sea (an ) una sucesión de números reales. Una serie de poten-
cias centrada en x0 ∈ R y con coeficientes an se define como

X
S= an (x − x0 )n = a0 + a1 (x − x0 ) + a2 (x − x0 )2 + . . .
n=0

Cada serie de potencias define una función cuyo dominio es



X
D(S) = {x ∈ R| an (x − x0 )n converge}.
n=0

Hay casos cuando D(S) se reduce a un solo punto {x0 }. Ası́ es por ejemplo
cuando an = n!.
Los resultados que obtuvimos en el caso de series numéricas se traducen
inmediatamente a teoremas sobre las series de potencias. Dada unaqserie de
potencias con coeficientes (an ) centrada en x0 , sea α = lim supn→∞ n |an |. El
radio de convergencia de la serie S se define como



 ∞, α = 0,
 1
R= , 0 < α < ∞,

 α

 0, α = ∞.
El siguiente teorema explica el papel del radio de convergencia.
Teorema 8.6.1 (Cauchy-Hadamard) Para x ∈ R tal que | x − x0 | < R la

X
serie cn (x − x0 )n converge absolutamnte. Si | x − x0 | > R la serie diverge.
n=1

Demostración Aplicamos el criterio Cauchy de convergencia de las series


numéricas. El término n-ésimo de la serie de potencias tiene la forma
an (x − x0 )n . Calculamos
q q
lim sup n
|an (x − x0 )n | = | x − x0 | lim sup n
|an | = | x − x0 |α.
n→∞ n→∞

Según criterio de Cauchy la serie converge absolutamente cuando se cumple


la condición | x − x0 |α < 1 y diverge cuado | x − x0 |α > 1. Esto equivale al
enunciado del teorema. ¤
147

Como hemos observado estudiando las series numéricas, el criterio de


d’Alembert de la convergencia de series númericas tiene menor alcance que
él de Cauchy, pero en los casos cuando sı́ funciona es más fácil de aplicar.
¯ ¯
¯ an+1 ¯
Proposición 8.6.2 Si existe ρ = lim ¯¯ ¯ entonces α = ρ.
¯
n→∞ a
n
¯ ¯
¯ an+1 ¯
Demostración ¯
Si lim ¯ ¯ existe, entonces también existe
¯
n→∞ an
¯ ¯
¯a n+1 ¯
¯ n+1 (x − x0 | ¯
lim ¯ ¯ = |x − x0 |ρ.
n→∞ ¯ a (x − x )n ¯
n 0

Aplicamos el criterio de d’Alembert. Para todos x tales que |x − x0 |ρ < 1


la serie converge absolutamente y entonces criterio de Cauchy dice que
|x − x0 |α ≤ 1. Resulta que para cualquier número positivo u la desigualdad
ρ < u implica α ≤ u. Entonces α ≤ ρ. Por otro lado la condición |x−x0 |ρ > 1
implica la divergencia de la serie y en consecuencia obtenemos |x − x0 |α ≥ 1.
De aquı́ se sigue α ≥ ρ. Finalmente α = ρ.
¤
¯ ¯
¯ an+1 ¯
Corolario 8.6.4 Si existe ρ = n→∞ lim ¯¯ ¯ entonces
an ¯




∞, ρ = 0,
 1
R= , 0 < ρ < ∞,

 ρ


0, ρ = ∞.

El corolario siguiente lleva el nombre del primer teorema de Abel sobre


series de potencias.

X
Corolario 8.6.5 Si la serie an (x − x0 )n convege para algún x1 ∈ R
n=1
entonces la misma serie converge absolutamente para cada x tal que |x−x0 | <
|x1 − x0 |.
Demostración La convergencia de la serie en x1 es posible solamente
cuando | x1 − x0 | ≤ R. Entonces | x − x0 | < | x1 − x0 | implica |x − x0 | < R y
la serie converge absolutamente en x.
¤
148

8.7 Integración y derivación de series de po-


tencias
En la sección anterior estabamos estudiando las series de potencias tratan-
dolas en realidad como series nuéricas para cada x por separado. El criterio
de Cauchy-Hadamard asegura que por lo menos en el intervalo

D(R, x0 ) = {x ∈ R| |x − x0 | < R} = (x0 − R, x0 + R).

está bién definida la función



X
S(x) = an (x − x0 )n .
n=1

La función S es entonces igual al lı́mite puntual de las sumas parciales


k
X
Sk (x) = an (x − x0 )n .
n=1
En esta sección vamos a estudiar las series de potencias como series de
funciones investigando las regiones de convergencia uniforme y casi uniforme
para obtener las fórmulas de integración y derivacion de S con ayuda de los
teoremas obtenidos en secciones 8.3, 8.4, 8.5.
Teorema 8.7.1 Las sumas parciales Sk convergen casi uniformemente en
el intervalo D(R, x0 ). La función S es continua en este intervalo.
Demostración Sea 0 < r < R y sea x1 = x0 + r.

X
La serie an ( x1 − x0 )n converge absolutamnte por el criterio de Cauchy-
n=1
Hadamard. Para cada ε > 0 existe N tal que

X
|an || x − x0 |n < ε.
n=N +1

Para cada x ∈ [x0 − r, x0 + r] y k > N obtenemos



X ∞
X
|S(x) − Sk (x)| ≤ |an || x − x0 |n ≤ |an || x1 − x0 |n < ε.
n=k+1 n=N +1

La convergencia es uniforme en cada subintervalo cerrado de D(R, x0 ). En-


c.u
tonces Sk → S. La función S es continua como lı́mite uniforme de funciones
continuas. ¤
149

Teorema 8.7.1 nos permite describir la integral indefinida de S como otra


serie de potencias.
Teorema 8.7.2 Para cada x ∈ D(R, x0 )
Z x ∞
X an
S(t)dt = (x − x0 )n .
x0 n=1 n + 1

Demostración Gracias a Teorema 9.7.1 podemos aplicar directamente


Teorema 9.4.1. Para cada x ∈ D(R, x0 )
Z x ∞
X Z x ∞
X
n an
S(t)dt = an (t − x0 ) = (x − x0 )n .
x0 n=1 x0 n=1 n + 1

¤
Teorema 8.5.1 proporciona inmediatamente la fórmula de derivación de
la serie de potencias.
Teorema 8.7.4 La función S tiene derivadas de cualquier orden y su
derivada de orden k tiene la forma de serie de potencias:

X
(k)
S (x) = n(n − 1) . . . (n − k + 1)an (x − x0 )n−k .
n=k

Demostración Estudiamos primero el caso de la primera derivada S 0 (x).


Queremos probar que

X ∞
X
0 n−1
S (x) = nan (x − x0 ) = bn (x − x0 )n ,
n=1 n=0

donde bn = (n + 1)an+1 .
Calculamos
q √ q q
n
lim sup n
|bn | = lim sup n + 1 n |an+1 | = lim sup n
|an |,
n→∞ n→∞ n→∞
√ P
porque limn→∞ n n + 1 = 1. La serie ∞ n=1 nan (x − x0 )
n−1
tiene el mismo
radio de convergencia que la serie S. Aplicamos ahora Teorema 9.5.1 a la
funcion S = limk→∞ Sk . La sucesión Sk converge en x0 . Las derivadas Sk0 son
P
iguals a las sumas parciales de la serie ∞ n
n=0 bn (x − x0 ) entonces convergen
casi uniformemente en D(R, x0 ). Entonces

X
S 0 (x) = lim Sk0 = nan (x − x0 )n−1 .
k→∞
n=1
150

La fórmula para la k-ésima derivada se obtiene ahora por la inducción.


¤
Ejemplos

1. Como sabemos, para |x| < 1



X
1
= (−1)n xn .
1 + x n=0

El radio de convergencia de esta serie es igual a 1, como se podı́a


esperar. Por teorema 8.7.2
Z x ∞
1 X (−1)n−1 n
log(1 + x) = dt = x .
0 1+t n=1 n

2. Por la misma fórmula



X
1
= (−1)n x2 .
1 + x2 n=0

1
En virtud de que (arctan x)0 = obtenemos
1 + x2

X (−1)n 2n+1
arctan x = x .
n=0 2n + 1

Vamos a agregar sin demostración un teorema llamado el segundo teorema


de Abel sobre las series de potencias que proporciona cierta información sobre
el comportamiento de series en los extremos del intervalo de convergencia.

X
Teorema 8.7.3 Sea S(x) = an (x − x0 )n una serie de potencias con el
n=1

X
radio de convergencia R. Supongamos que la serie an Rn converge, (resp.
n=1

X
n
an (−R) converge). Entonces
n=1


X
lim S(x) = an Rn ,
x→(x0 +R)−
n=1
151


X
(resp. lim S(x) = an (−R)n ).
x→(x0 +R)+
n=1

Este teorema afirma que en el caso de que la serie converge en uno d los
extremos del intervalo de convergencia, entonces la función S(x) extendida
a este dominio más grande - sigue siendo continua.
Ejemplo
Aplicamos Teorema de Abel para obtener el valor de π. Esta fórmula fue
descubierta por Leibnitz. Como sabemos

π X (−1)n 2n+1
= arctan 1 = lim arctan x = lim x .
4 x→1− x→1−
n=0 2n + 1


X (−1)n
La serie converge según el criterio de Leibnitz. Entonces
n=0 2n + 1

π X (−1)n
= .
4 n=0 2n + 1

8.8 Teorema de Weierstrass


El ejemplo de las series de potencias nos ha enseñado la importancia de la
convergencia uniforme y la forma como se aplica para calcular las integrales
o derivadas de funciones más complicadas. Sin embargo las funciones que
se pueden representar como series de potencias son relativamente pocas.
Estudiando funciones de varias variables vamos a ver que estas funciones no
solamente tienen que ser de clase C ∞ sino que, extendidas al plano complejo
en forma natural, satisfacen un sistema de ecuaciones diferenciales.
Para extender el dominio de aplicaciones de los teoremas probados en las
secciones anteriores es preciso estudiar cuales funciones subre un intervalo
[a, b] se pueden aproximar uniformemente por polinomios cuyas derivadas
e integrales se calculan facilmente. Teorema de Weierstrass da respuesta
a está pregunta. Antes de presentar y demostrar este importante teorema
necesitamos dos Lemas. El primero es muy sencillo y su demostración se
recomienda al Lector como ejercicio.
Lema 8.8.1 Sea φ : X → Y una aplicación syprayectiva y sean f , fn , n ∈ N
u u
unas funciones sobre Y . Entonces fn → f si y solo si fn ◦ φ → f ◦ φ.
152

Lema 8.8.2 Para todo n ∈ N y 0 ≤ x ≤ 1 se satisface la desigualdad

1 − nx2 ≤ (1 − x2 )n .

Demostración La función h(x) = (1 − x2 )n − 1 + nx2 se anula en x = 0.


Su derivada igual a h0 (x) = 2nx(1−(1−x2 )n−1 ) es no-negativa en el intervalo.
Por lo tanto h es no decreciente en el intervalo y toma valores no-negativos
en el mismo.¤
Teorema 8.8.3 (Weierstrass) Sea f ∈ C[a, b]. Existe una sucesión de
polinomios pn , n ∈ N tal que
u
pn → f.
Demostración Con el fin de construir una sucesión de polinomios que
aproxime a f uniformemente, estudiamos primero unos polinomios en el
intervalo [0, 1]. Sean qn (x) = cRn (1 − x2 )n , n ∈ N, donde los coeficientes
1
cn se escogen de tal manera que −1 qn (x)dx = 1.
En lugar de buscar la forma explı́cita de cn , nos limitamos a la búsqueda
de una estimación de su valor aprovechando Lema 8.8.2.
Z 1 Z 1 Z 1/√n
2 n 2 n
(1 − x ) dx = 2 (1 − x ) dx ≥ 2 (1 − x2 )n dx
−1 0 0
Z 1/√n √
4
≥ 2 (1 − nx2 )dx = √ > 1/ n,
0 3 n

de donde obtenemos

cn < n.
Para cualquier δ > 0 y para δ ≤ |x| ≤ 1 se satisface

qn (x) ≤ n(1 − δ 2 )n .

La sucesión de polinomios qn converge uniformemente a cero en [−1, −δ] ∪


[δ, 1].
Pasamos a la parte principal de la demostración del teorema.
El intervalo [a, b] se puede transformar en forma biyectiva en [0, 1]. Gra-
cias al Lema 8.8.1 podemos desarrollar la demostración del teorema para el
intervalo [0, 1] sin perder la generalidad. Es también suficiente demostrar el
teorema para una función de forma g(x) = f (x) + p(x), donde p(x) es un
polinomio fijo, entonces escogemos g(x) = f (x) − f (0) − x(f (1) − f (0)).
153

La función g es también continua en [0, 1], pero además satisface la


condición g(0) = g(1) = 0. Si ponemos el valor g(x) = 0 para x 6∈ [0, 1],
obtenemos una función continua en todo el eje R.
R1
Sean pn (x) = −1 g(x + t)qn (t)dt. Tomando en cuenta que la función g
se anula fuera de [0, 1], el integrando es nulo fuera del intervalo [−x, 1 − x].
Esta simple observación y el cambio de variable muy sencillo conducen a otra
fórmula para las funciones pn :
Z 1−x Z 1
pn (x) = g(x + t)qn (t)dt = g(t)qn (t − x)dt.
−x 0

La última expresión demuestra que cada pn es un polinomio.


La función g es uniformemente continua en R. Dado ² > 0, escogemos
²
δ de tal forma que para |y − x| < δ se cumple |f (y) − f (x)| ≤ . Sea
2
M = maxx∈[0,1] |g(x)|.
Ahora, para cada x ∈ [0, 1] calculamos
¯Z 1 ¯
¯ ¯
|pn (x) − g(x)| = ¯ (g(x + t) − g(x))qn (t)dt¯¯
¯
−1
Z 1
≤ |g(x + t) − g(x)|qn (t)dt ≤
−1
Z −δ
²Zδ Z 1
≤ 2M qn (t)dt + qn (t)dt + 2M qn (t)dt
−1 2 −δ δ
√ ²
≤ 4M n(1 − δ 2 )n + < ²
2
u
para n suficientemente grande. Hemos probado que pn → g. ¤
El hecho de que cada función continua en un intervalo puede ser aproxi-
mada uniformemente por polinomios no significa que se la puede desarrollar
en una serie de potencias. El lı́mite de una serie convergente es, como sabe-
mos, una función suave ”y algo más”. Representación de una función como
serie de potencias es una forma muy especial de aproximación por polinomios.

8.9 Series de Fourier


En una cuerda vibrante que emite un sonido ”puro” de longitud de onda l
la desviación momentánea de on punto de su lugar de reposo depende del
154

tiempo de forma siguiente:


πt
d(t) = a sen .
l
Una cuerda de longitud l emite sin embargo un sonido más complicado que
está compuesto de un número infinito de sonidos ”puros”, a saber todos los
l
que son de longitudes , n = 1, 2, 3 . . . . El movimiento real de un punto de
n
la cuerda está dado por una serie trigonométrica:

X nπt
f (t) = an sen .
n=1 l

Una persona con buen oido musical sabe evaluar el valor an por lo menos para
los sonidos predominantes, es decir puede analizarlo con cierta exactitud. El
oı́do humano es capaz de realizar el análisis armónico.
Pasando a los problemas puramente matemáticos relacionados con las
series de este tipo definimos la serie de Fourier como la derie de funciones de
forma

b0 X
f (t) = + an sen nt + bn cos nt.
2 n=1
Inmediatamente surgen dos preguntas fundamentales:
¿Que condiciones impuestas sobre los coeficientes an , bn aseguran la
convergencia puntual o uniforme de la serie de Fourier?
¿Cuales son las funciones en un intervalo que pueden representarse en
forma de la serie trigonométrica puntualmente o uniformemente convergente?
La teorı́a de las series trigonométricas es muy avanzada, extensa e involu-
cra métodos de varias ramas de análisis funcional. Vamos a presentar aquı́
únicamente algunos teoremas básicos de esta área.
Respecto a la primera pregunta, los teoremas probados en secciones 8.3
y 8.5 nos proporcionan unas condiciones suficiente de la convergencia de la
serie de Fourier.

X
Teorema 8.9.1 Si (|an | + |bn |) < ∞ entonces la serie de Fourier corre-
n=1
spondiente converge uniformemente a una función continua

b0 X
f (t) = + an sen nt + bn cos nt.
2 n=1
155


X
Si además n(|an | + |bn |) < ∞, entonces f es de clase C 1 .
n=1

Demostración Denotemos por Sm (t) la suma parcial de la serie de


Fourier. Entonces para k > m se satisface
¯ ¯
¯ X ¯
¯ k ¯
|Sk (t) − Sm (t)| = ¯ an sen nt + bn cos nt¯¯ ≤
¯
¯n=m+1 ¯
k
X k
X
≤ an |sen nt + bn cos nt| ≤ |an | + |bn |.
n=m+1 n=m+1

P
Por suposición las sumas parciales de la serie ∞n=1 (|an | + |bn |) forman una
sucesión de Cauchy, entonces por la desigualdad demostrada las sumas Sk (t)
también forman sucesiones de Cauchy, por lo tanto convergentes y además
uniformente. Por Teorema 8.3.1 el lı́mite f de la sucesión Sn es una función
continua.
La derivada de la suma parcial Sk tiene forma de serie trigonométrica
k
X
Sk0 (t) = nan cos nt − nbn sen nt.
n=1

Aplicando los mismos argumentos a la última serie y luego el Teorema 8.5.1


obtenemos la conclusión de que f es derivable y

X
f 0 (t) = nan cos nt − nbn sen nt
n=1

es una función continua. ¤


Ahora pasamos a otro problema de determinar una clase de funciones
las cuales se pueden desarrollar en una serie de Fourier. Desgraciadamente
no disponemos de medios suficientes para presentar las demostraciones de
resultados más interesantes.
Cada función que se puede representar como una serie de Fourier conver-
gente satisface la condición f (t + k2π) = f (t) para k ∈ Z y t ∈ R arbitrarios,
es decir es periódica con periodo 2π. Cada función periódica está totalmente
determinada por sus valores cualquier intervalo de longitud de su periodo.
En nuestro caso podemos limitarnos a funciones en el intervalo [−π, π] que
toman el mismo valor en ambos extremos.
156

Si sabemos de antemano que la función dada admite el desarrollo en una


serie de Fourier, podemos calcular los coeficientes an y bn que aparecen en su
serie de Fourier.
Teorema 8.9.2 Supongamos que una función f : [−π, π] → R tiene la
forma de una serie de Fourier uniformemente convergente. Entonces sus
coeficientes an y bn están dados por las fórmulas:
1Zπ 1Zπ
an = f (x)sen nxdx, bn = f (x) cos nx dx, (8.2)
π −π π −π
n = 0, 1, 2 . . . .
Demostración Recordemos las fórmulas elementales:
Z π (
0, n 6= m,
cos nx cos mx dx =
−π π, n = m.
Z π
cos nxsen mx dx = 0.
−π
Z π (
0, n 6= m,
sen nxsen mx dx =
−π π, n = m.
Por la suposición
k
X
b0
f (x) = + lim an sen nx + bn cos nx.
2 k→∞ n=1

La serie converge uniformemente entonces para cualquier función R-integrable


g
Z π
b0 Z π Xk Z π
f (x)g(x)dx = g(x)dx + lim (an sen nx + bn cos nt)g(x)dx.
−π 2 −π k→∞
n=1 −π

Substituyendo en esta fórmula g(x) = cos nx, n = 0, 1, 2, . . . y luego g(x) =


sen mx, m = 1, 2, 3, . . . obtenemos las fórmulas enunciadas.
¤
Los coeficientes an , bn definidos por la fórmula (8.2) se llaman coeficientes
de Fourier de la función f .
Los coeficientes an y bn se pueden calcular suponiendo nada más que
f es una función R-integrable. A cada función integrable, le corresponde
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entonces una serie de Fourier. Sin embargo, en general la serie de Fourier


correspondiente puede diverger o bién puede converger, pero a una función
distinta de f .
La continuidad de f no es suficiente para que la serie de Fourier corre-
spondiente a f aproximara la función ni siquiera puntualmente. La suavidad
de f sı́ lo asegura.
Teorema 8.8.3 Sea f una función derivable en [−π, π]. Entonces su serie
de Fourier converge a f puntualmente.
En el caso de funciones continuas se demuestra que las sumas parciales
de su serie de Fourier convergen a f en el sentido especial.
Teorema 8.8.4 Sea f ∈ C[−π, π] y sea Sn la n-ésima suma parcial de su
serie de Fourier. Entonces
Z π
lim |f (t) − Sn (t)|2 dt = 0.
n→∞ −π

Cuando tiene lugar la convergencia de este tipo, decimos que Sn converge


a f en L2 [−π, π].
El libro An Introduction to Harmonic Analysis por Y. Katznelson pre-
senta la teorı́a de series de Fourier en forma relativamente sensilla y al mismo
tiempo completa.
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Bibliografı́a

[1] Apostol T., Mathematical Analysis, Addison-Wesley, 1957.

[2] Bartle R. G., The Elements of Real Analysis, J. Wiley, 1964.

[3] Buck R. C., Cálculo superior, McGraw-Hill,

[4] Galaz Fontez F., Introducción al Análisis Matemático, UAM-I, 1992.

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1976.

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del Análisis Funcional, Mir, 1975.

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[9] Rudin W., Principios del Análisis Matemático, Mc Graw-Hill, 1966.

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[11] Stromberg K., An Introduction to Classical Real Analysis.

[12] Zaldı́var Cruz, F. Introducción al Algebra, en impreso.

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