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Comunidad de habla

Con el concepto de comunidad de habla (en inglés, speech community) los estudiosos de


la Etnografía de la comunicación definen a un grupo social que comparte una misma variedad de
lengua y unos patrones de uso de esa variedad.  La comunicación entre los miembros de la
comunidad se lleva a cabo en el marco de unos eventos comunicativos que estructuran y desarrollan
la vida social del grupo.
El origen del concepto se remonta a mediados del siglo XX, primero con los trabajos de W.
Labov y luego con los de J. Gumperz y D. Hymes, interesados todos ellos en la variación social del
lenguaje y en el estudio de los grupos sociales que utilizan una determinada variedad de lengua, en
su caso del inglés.
La relación entre la comunidad de habla y los usos lingüísticos no es unidireccional: la
comunidad no solo da origen al conjunto de formas lingüísticas que conforman la variedad lingüística
del grupo y al conjunto de reglas de uso que siguen sus miembros; al propio tiempo, ella misma se
constituye en cuanto tal comunidad de habla merced a esos conjuntos de formas y de reglas. En
palabras del especialista en antropología lingüística A. Duranti, la comunidad de habla es “el
resultado de las actividades comunicativas que lleva a cabo un determinado grupo de personas”. Se
distingue así del concepto chomskiano de comunidad lingüística, que remite al conjunto de
hablantes de una misma lengua (no de una variedad de aquella) y, además, concibe ese conjunto
como una comunidad ideal y homogénea. La etnografía de la comunicación, por el contrario, se
interesa por comunidades reales, a las que considera siempre heterogéneas desde el punto de vista
lingüístico, social y cultural. Lo que los hablantes comparten en la teoría de Chosmky es el conjunto
de las reglas del sistema, la Gramática universal; lo que comparten los miembros de una comunidad
de habla son, por un lado, determinadas manifestaciones superficiales de esa gramática universal y
la variación que les es inherente, y por otro, unas reglas de uso que son ajenas al sistema abstracto
de la lengua. Así, la comunidad de habla se caracteriza no tanto por el conocimiento de la lengua que
poseen sus miembros cuanto por el comportamiento lingüístico que siguen. Por ejemplo, el conjunto
de los hispanohablantes constituye una única comunidad lingüística, distribuida en muy diversas
comunidades de habla.
El concepto de comunidad de habla está muy estrechamente vinculado al
de Competencia Comunicativa, pues esta se refiere precisamente a lo que una persona debe
conocer para participar, de forma eficaz y adecuada, en las actividades lingüísticas de un grupo. De
ahí la importancia que estos conceptos han adquirido para la enseñanza de lenguas, y que ha
llevado a incluir en los programas aquellos conocimientos y habilidades no estrictamente lingüísticos
que permiten llevar a cabo la comunicación.
Lenguas en contacto
Dentro de la Sociolingüística, uno de los temas más estudiados es el contacto de
lenguas. Este se puede dar por razones políticas, culturales, económicas, etc. La mayor parte de los
países del mundo vive en una situación en la que coexisten varias lenguas (situación de
plurilingüismo o multilingüismo). Es muy difícil encontrar países que sean completamente
monolingües, es decir, en el que se hable una única lengua.
En nuestro país, esta es una realidad. En la selva y sierra peruana existe confluencia de
lenguas, lo que produce fenómenos muy importantes para estudiar. Se evidencian transferencias en
todos los niveles lingüísticos: en el sintáctico, fonológico, morfológico y léxico.
La situación de multilingüismo pone a las lenguas en contacto con otras. Este contacto
puede ocasionar conflictos lingüísticos, producir interferencias lingüísticas, dar lugar a la sustitución
de una lengua por otra o, incluso, a la aparición de nuevas lenguas.
Los fenómenos derivados del contacto de lenguas se pueden clasificar de la siguiente
manera:
A. Fenómenos derivados del contacto de sistemas
 Interferencia: Reajuste de patrones que resulta de la introducción de elementos
extranjeros en los campos más estructurados de la lengua. Por ejemplo, un italiano que esté
aprendiendo castellano podrá decir una ‘máquina’ (machina) en lugar de coche o auto (interferencia
léxica).
 Préstamo: Transferencia directa de un elemento de una lengua a otra. El caso de
‘ gol‘ (de goal).
 Calco (o traducción): Adaptación semántica, interpretación o traducción de los
morfemas que componían la forma original. Por ejemplo: ‘Jardín de infancia’ por Kindergarden.
B. Fenómenos derivados del uso de varias lenguas
 Elección de lengua. Es la manifestación de la identidad del hablante o el instrumento
para la construcción de su identidad.
 Sustitución de lengua. Es un proceso lingüístico, que dura varias generaciones. Este
sucede cuando el pueblo A cambia su código lingüístico a favor de la lengua del pueblo B, dejando
de hablar, al mismo tiempo, su lengua propia original.
 Cambio de código (alternancia de lenguas). Uso simultáneo de más de una lengua en la
conversación. Los multilingües pueden usar elementos de varias lenguas cuando conversan con los
demás. Por tanto, el cambio de código es el uso sintácticamente y fonológicamente apropiado de
más una variedad lingüística.

C. Variedades derivadas del contacto de lenguas


 Lenguas pidgin. Hace referencia a una segunda lengua que toma el léxico de la lengua
impuesta y que, sin embargo, mantiene la sintaxis de la primera lengua.
 Lenguas criollas. Idiomas que han surgido en comunidades precisadas a convivir con
otras comunidades de lengua diversa y que están constituidos por elementos procedentes de ambas
lenguas. Se aplica especialmente a las lenguas que se han formado, sobre base española, francesa,
inglesa, holandesa o portuguesa, las comunidades africanas o indígenas de ciertos territorios
originariamente coloniales.

Plurilingüismo
El término plurilingüismo hace referencia a la presencia simultánea de dos o más
lenguas en la competencia comunicativa de un individuo y a la interrelación que se establece entre
ellas. Los conocimientos y experiencias lingüísticas de un individuo pueden adquirirse bien en sus
entornos culturales o bien en la escuela; se organizan en sistemas que se relacionan entre sí e
interactúan, contribuyendo así a desarrollar la competencia comunicativa del sujeto.
El multilingüismo, en cambio, es el conocimiento de varias lenguas o la coexistencia de
distintas lenguas en una sociedad determinada. El multilingüismo puede lograrse, por ejemplo,
diversificando la oferta de lenguas en un centro escolar o en un sistema educativo concreto.
En la actualidad, el dominio de una, dos o más lenguas consideradas de forma aislada deja
de ser el objetivo de aprendizaje para dar paso a la consecución del plurilingüismo. Para lograr el
plurilingüismo es fundamental desarrollar tanto un repertorio lingüístico, en el que se ejerciten
todas las capacidades lingüísticas que posee el individuo, como de los mecanismos que faciliten la
interacción de las competencias de sus diferentes lenguas. Las propuestas curriculares han
incorporado recientemente una referencia explícita a la sensibilización de los aprendientes hacia la
diversidad lingüística y cultural y el respeto a diferentes maneras de expresarse y actuar. De esta
manera, el desarrollo simultáneo del plurilingüismo y de la interculturalidad se convierte en un
proceso natural, pues las competencias lingüística y cultural respecto a cada lengua interactúan, se
enriquecen mediante el conocimiento de la otra lengua y contribuyen a desarrollar destrezas,
capacidades y actitudes interculturales.
Las competencias en las diferentes lenguas que posee el hablante plurilingüe se
encuentran generalmente en desequilibrio, tienen un carácter transitorio y varían con el tiempo. En
efecto, generalmente:
 se consigue un mejor dominio en una lengua que en las otras;
 el perfil de competencias en una lengua puede ser diferente del de las otras (por
ejemplo, es posible que el hablante tenga muy buena competencia oral en dos lenguas pero sólo en
una de ellas sea competente en expresión escrita);
 las estrategias que utiliza el hablante para comunicarse pueden variar según la lengua
implicada (por ejemplo, el individuo puede recurrir a la mímica y al uso de gestos para compensar
una insuficiente competencia lingüística en la lengua implicada en una interacción y, sin embargo,
dar la impresión de ser menos expresivo y más distante en otra lengua que domina mejor).
La competencia plurilingüe varía de acuerdo con las experiencias lingüísticas que haya
vivido el individuo. Un buen perfil plurilingüe no presupone necesariamente un rico perfil pluricultural,
ya que es posible tener un buen dominio del sistema de una lengua y, sin embargo, desconocer
importantes aspectos de su cultura.
El concepto de competencia parcial en una lengua, lejos de significar un desarrollo
imperfecto o pobre, es parte de una competencia plurilingüe que resulta enriquecida.
Bilingüismo individual
El concepto de bilingüismo se refiere a la capacidad de un sujeto para comunicarse de
forma independiente y alterna en dos lenguas. También hace referencia a la coexistencia de dos
lenguas en un mismo territorio. El fenómeno, por consiguiente, posee una vertiente individual y otra
social. Por este motivo, es objeto de estudio de distintas disciplinas (sociolingüística, psicolingüística,
neurolingüística, pedagogía, etc.).
Desde la perspectiva individual, se han propuesto distintas concepciones de este
fenómeno. Así, las más estrictas identifican bilingüismo con el dominio nativo de dos lenguas,
mientras que las más flexibles incluyen en esta categoría a todo individuo con algún conocimiento
sobre una segunda lengua. Una postura intermedia es defendida por U. Weinreich (1952), para quien
el bilingüismo supone la «práctica de dos lenguas usadas alternativamente». En esta misma línea se
inscriben M. Siguán y W. Mackey (1986), para quienes es bilingüe la persona que, además de la
competencia que posee en su primera lengua, presenta una competencia similar en otra, que puede
utilizar con semejante eficacia.
El bilingüismo es muy común en la sociedad. Algunos de los tipos de bilingüismo más
habituales son los siguientes:
 el bilingüismo equilibrado: supone una competencia alta y similar en dos lenguas, así
como el uso eficaz de ambas en circunstancias diversas.
 el bilingüismo productivo: alude a la capacidad de un individuo para hablar, escribir,
escuchar y leer en dos lenguas.
 el bilingüismo receptivo: implica que el sujeto, competente en su primera lengua,
muestra capacidad para escuchar y leer en la segunda, pero no así para hablarla ni escribirla.
 el bilingüismo fluido, poco fluido e incipiente: se refiere a las distintas situaciones de
un continuum en el que los sujetos muestran una progresiva dependencia de su lengua dominante.
Por el contrario, el dominio idéntico, a nivel nativo, de dos lenguas por un individuo (esto
es, el equilingüismo o ambilingüismo) es mucho menos habitual, dado que los sujetos bilingües
tienden a utilizar sus dos lenguas en contextos y con propósitos diferentes, de modo que
desarrollan destrezas lingüísticas distintas y producen textos diferentes en cada una de ellas. En todo
caso, la competencia bilingüe es variable a lo largo de la vida del sujeto. El uso de dos lenguas en
situaciones y para funciones sociales diferentes remite al concepto de diglosia.

Diglosia
La diglosia es una situación social en la que una comunidad de habla utiliza dos
variedades de una lengua (diglosia en sentido estricto) o dos lenguas distintas (diglosia en sentido
amplio) en ámbitos y para funciones sociales diferentes. Cuando intervienen tres o más variedades o
lenguas se habla de poliglosia.
Un ejemplo de diglosia en sentido estricto es el que se da en los países arabófonos, donde
se reserva el árabe clásico ('al-fusha) para usos religiosos y oficiales, mientras que las distintas
variedades del árabe coloquial (aljamía) se utilizan en la comunicación familiar y cotidiana. En el otro
extremo, un ejemplo de poliglosia (en sentido amplio) puede encontrarse en Tanzania, país en el que
el inglés se utiliza para la política, el comercio y la universidad; el suahelí o swahili, para la
comunicación ente los distintos grupos del país; y las diferentes lenguas vernáculas, en la
comunicación local y familiar.
De acuerdo con C. Ferguson (1959), que fue quien acuñó el término, en las situaciones de
diglosia estricta pueden observarse los siguientes fenómenos:
 Función: existe un reparto de funciones entre una variedad alta (A) y una variedad baja
(B), de forma que cada una es usada sólo en ciertos ámbitos o dominios: la variedad A, en
situaciones formales y distantes, y la B, en contextos informales. Resultaría impropio o ridículo usar
indistintamente ambas variantes.
 Prestigio: la comunidad diglósica considera que la variedad A es más prestigiosa
(bella, lógica, importante) que la variedad B.
 Adquisición: la variante B se adquiere como lengua materna, en tanto que la A sólo se
aprende formalmente en contextos académicos.
 Sistema gramatical: la variedad A posee unas categorías gramaticales que se reducen
o desaparecen en la variedad B.
 Léxico: la variedad A dispone de un léxico culto, técnico y especializado del que
carece B. A su vez, ésta cuenta con el vocabulario y las expresiones fraseológicas propias del ámbito
familiar y popular.
 Estandarización: la variedad A está estandarizada gracias a la elaboración de
gramáticas, diccionarios y normativas ortográficas que permiten su conocimiento. Ese proceso de
estandarización no existe para la variedad B.
 Herencia literaria: existe un corpus literario en la variedad A, inexistente, por el
contrario, en B.
 Estabilidad: las situaciones diglósicas pueden perdurar durante siglos, si bien la
aparición de subvariedades mixtas entre A y B, así como la progresiva confusión de funciones
sociales durante ese tiempo, pueden evolucionar hasta hacer desaparecer la diglosia.
Por su parte, el concepto de diglosia amplia, utilizado por la sociología del lenguaje actual,
se debe a J. Fishman (1972), para quien aquélla abarca todas las situaciones en las que existe una
distribución funcional de dos variedades lingüísticas en una comunidad de habla -tanto si son
dialectos, sociolectos o registros de una misma lengua, como si se trata de dos lenguas diferentes-.
Concebida de este modo, la diglosia amplia comprende un continuum de situaciones que van desde
los supuestos en los que se usan lenguas diferentes (bilingüismo superpuesto) hasta los casos de
mera variación estilística. Sin embargo, esta concepción amplia no ha estado exenta de críticas,
porque, en esos términos, todas las sociedades son diglósicas y el concepto comprende entonces
fenómenos de muy diferente naturaleza.
En todo caso, en cuanto a la relación entre diglosia y bilingüismo, J. Fishman considera
que éste es un atributo del individuo, fruto de su versatilidad lingüística, mientras que aquélla es una
característica de las sociedades, que ubican, socialmente, las funciones de diferentes lenguas o
variedades.

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Bibliografía
1. Fasold, R. (1984). La sociolingüística de la sociedad. Introducción a la
sociolingüística. Madrid: Visor Libros, 1996.
2. Moreno Fernández, F. (1998). Principios de sociolingüística y sociología del
lenguaje. Barcelona: Ariel.

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