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El feminismo como crítica filosófica

NEUS CAMPILLO
Universidad de Valencia

Voy a centrarme en el concepto de cado de krithein: «aislar», «apartar»,


«crítica» como noción clave, tanto en "descartar lo particular».' Su significa-
una teoría de la modernidad como de ción negativa sólo es posible a partir
la racionalidad, y calibrar la importan- del significado positivo, afirmativo y
cia que tiene para el feminismo. Mi específico que Kant introduce. Ya a
punto de partida es que el feminismo partir de la crítica del arte del díecío-
es, fundamentalmente, «crítica filosófi- eho comienza el significado de crítica
ca». y lo es, aparte de ser otras mu- como formación de las reglas: legisla-
chas cosas: una teoría política, una ción, destacar lo universal frente a lo
propuesta para la emancipación de las particular. «Critica» es «Ia posición de
mujeres. un movimiento reívíndícatívo, aquello que debe ser puesto de ante-
una revalorización de las mujeres mano como lo determinante y lo deci-
como género, una afirmación del suje- sivo en toda posición. Crttica de la Ra-
to femenino, de las mujeres como suje- zón Pura no es tanto criticar la razón
tos, etc. Sin embargo, 10 que le confie- como delimitar su esencia decisiva y
re un lugar teórico relevante, a tener particular». Eso supone hacer hincapié
en cuenta necesariamente en filosofía, en el sentido de la Arquitectónica de la
es su carácter de crítica. En Hacia una Razón y es lo que hace posible que la
crítica de la razón patriarcal' se diluci- filosofía sea «teleología», lógica de los
daba el punto central. Volver sobre su
fines, de la razón humana y el filósofo
planteamiento e intentar situar el pro-
«legislador de la razón'>.
blema de la teoría feminista desde una
La crítica define la razón e indica la
perspectiva de teoría de la modernidad
estructuración interna de la misma,
podría ser un objetivo fructífero.
«bosqueja» el «trazo previo de la razón
pura» y pone los límites a sus diferen-
1. Crítica como articulación tes ámbitos. Critica es el proyecto de la
.de razón y libertad razón que mide y traza los límites me-
diante los principios, no mediante los
La complejidad de la noción de «crüi- hechos, ni mediante la determinación
ca)} apunta a un significado específico de propiedades. Pero el interés teórico
que cambió el original y etimológico. de la razón no es suficiente para poder
El significado de crítica. que acostum- dilucidar las cuestiones del conoci-
braba a ser negativo (reprobación, miento teórico mismo. Un interés teó-
enumeración de errores, etc.), sufre un rico exclusivamente paralizaría a la ra-
giro desde Kant y «crítica» va a signifi- zón en una constante situación antinó-
car exactamente una concepción de la mica, haciéndola incapaz de superar
razón, por lo tanto, implica una teoría las controversias en las que dogmatis-
de la racionalidad. mos y escepticismos nos han sumido
La palabra crítica en Critica .de la ahora, como siempre, incapaces de sa-
Razón Pura no respondería al sígnífí- lir del reino de la perplejidad.

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Como únicamente desde el «interés chas y anhelos de una época», sentido


práctico» es capaz la razón de avanzar que introduce la vinculación de la crí-
en tales controversias, la identidad de tica con una teoría de la sociedad.
razón-voluntad, el que la razón sea Cuando una teoría de la sociedad se
práctica, es lo que hace posible que en propone como crítica se está asumien-
la autorreflexión un conocimiento, por do, de entrada, que no se está de
mor del conocimiento, coincida con el acuerdo con la sociedad existente y
interés por la emancipación. La reali- que se pretende construir una nueva.
zación de la reflexión se sabe como Si se me permite, se pretende «trans-
movimiento de la emancipación y sólo formar el mundo». No significa que se
el interés cognoscitivo emancipatorio den las recetas de c6mo tiene que ser
hace posible, al conectarse con la refle- esa sociedad; significa que se reflexío-
xión, que los intereses cognoscitivo- na sobre la misma praxis que aúna los
técnico y práctico sean comprendidos esfuerzos del cambio.
como intereses del conocimiento." Al unir «conocimiento» e «interés»
Al definir la noción de «critica» en la noción de crítica, ésta se convier-
como la unión de conocimiento e inte- te en una noción que es hilo conductor
rés se producen dos consecuencias: la de los fines de la razón. Sin embargo,
delimitación entre un interés puro de eso no significa que esos intereses sean
la razón y un interés empírico, o pato- determinados contenidos ya que la ar-
lógico, y la posibilidad de que «crttica» ticulación de «crñíca» con la noción de
y «libertad» se articulen. La base del «libertad» nos permite eliminar cual-
interés empírico es la naturaleza, y quier predeterminación de fines,"
presupone una necesidad, la voluntad El tema de la razón se convierte en
está al servicio de la inclinación y la la modernidad en el tema de la socie-
razón es sólo el conjunto de reglas dad misma; que una teoría de la racio-
prácticas para satisfacerla, es decir, es nalidad se caimplique con una teoría
instrumental. Por el contrario, el fun- de la modernidad significa que la criti-
damento del interés puro es la misma ca incluye, al mismo tiempo, una teo-
razón, que despierta una necesidad y ría de la razón y una teoría de la socie-
la voluntad entonces s610 depende de dad. Todo ello supuso recoger la tradí-
los principios de la razón. De esa ma- ción crítica en su pleno y positivo sen-
nera la «crítica», como la unidad de tido y significa pensar desde la raíz los
«conocimiento» e «interés", permite el límites que la propia crítica ha podido
interés por la emancipación. representar. Como consecuencia, la
Que el fundamento de la teoría de la crítica de la razón dogmática se con-
racionalidad sea trascendental, o histó- vierte, a su vez, en objeto de crítica
rico, es una discusión interna a la pro- desde diferentes ángulos: como razón
pia filosofía moderna, pero que se vin- instrumental y como razón patriarcal.
cule a la modernidad está fuera de La teoría crítica de la Escuela de
toda discusión ya que la teoría de la Frankfurt y el feminismo ilustrado lle-
racionalidad, desde Descartes, no pue- van a cabo la crítica de ambos aspec-
de separarse de una teoría de la mo- tos, el cosificador-ínstrumental y el se-
dernidad. Es esa implicación mutua lo xista representando, a su vez, un avan-
que hace posible el surgimiento de una ce en la noción de crítica.
nueva característica en la noción de Ese pensar desde la raíz, esa meta-
critica: el sentido marxiano de que crí- crítica también significa que la propia
tica es «la autoclarificaci6n de las lu- complejidad de la razón evidencia en

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su arquitectura los diferentes ámbitos crítica proporciona a la noción de crí-


como articulados; es, en ese sentido, tica una nueva característica: la idea
en el que se apela a la unidad de la de que la sociedad cosificada no es un
razón en sentido kantiano, una y otra producto mecánico sino un producto
vez. Sin embargo, desde el principio, de la acción humana y, como tal, so-
se ha tratado de una unidad problemá- metible a la actividad guiada por la
tica y en construcción, dependiendo de persecución racional de fines. Por lo
los fines de la razón, fines que no pue- tanto, al comprender que la sociedad
den separarse de la libertad, lo que cosificada se ha formado por la acción
hace que no estén predeterminados. de los hombres se entiende que es pro-
Además, la complejidad no es sólo de ducto de una actividad guiada por la
niveles internos a la estructuración de persecución racional de fines, pero
la razón, lo es también del propio pro- también, que esa persecución racional
ceso de diferenciación de la sociedad. de fines ha devenido una persecución
Proceso de racionalización social y racional de medios. Con lo que la rea-
cultural que se ha caracterizado por lidad social cosificada expresa una fal-
niveles formales de complejidad, cada ta total de sentido por ser exclusiva-
vez mayores, que han configurado a la mente expresión de la racionalidad
razón como razón instrumental, como instrumental. La función de la crítica
dominadora de la naturaleza. Al confi- será dotar de sentido a la realidad so-
gurarse así, a través del proceso cultu- cial, dotarla de otra lógica que no sea
ral y social de la modernidad, se ha la instrumental. Para lograrlo, no hay
mostrado una relación dialéctica entre que partir de la realidad dada, hay que
dominio de la naturaleza y libertad. partir de la misma razón. Como dice
Todo el proceso sociocultural y reflexi- Horkheírner, «La meta que el pensa-
vo de la modernidad representa un miento crítico quiere alcanzar, es de-
proceso de cosificación social y teóri- cir, una situación fundada en la razón,
ca. La teoría, que tiene que ser crítica se basa, es cierto, en la miseria presen-
de una teoría tradicional, cosificada, te; pero esa miseria no ofrece por sí
que se piensa a sí misma sólo desde sí misma la imagen de su supresión»."
misma, tendrá que ser una crítica de En ese sentido se puede afirmar que la
esa cosífícacíón." teoría crítica respecto de la realidad
Como consecuencia, la noción de social dada «sólo expresa su secreto».
critica tomará y slntetízará los dos sig- Por lo tanto, el pensar crítico no está
nificados mencionados: ser una teoría al servicio de una realidad de fines ya
de la razón, en la que se unen «conoci- existentes sino que quiere alcanzar una
miento e interés» y ser «la autoclarifí- situación distinta, según los fines-de la
cacíón de las luchas y anhelos de una razón, una situación fundada en la ra-
época». Por decirlo de otra manera, zón. La mayor dificultad para que pue-
"se unen el sentido de límites y usos da pensarse la transformación de la so-
de la razón y el sentido de crítica de la ciedad, como posibilidad, y poder des-
economía política: Kant y Marx (vol-· de ahí introducir la crítica de la socie-
viendo a Hegel al revésj»," Esa «auto- . dad cosificada, se encuentra en que la
clarificación de los anhelos y luchas de cosificación social abarca el pensa-
una época» da cuenta de la cosifica- miento identificante de la filosofía y de
ción social de la época y de la cosifica- la ciencia moderna. El pensamiento
ción de la misma teoría tradicional: La identificante ha tenido como tarea
necesidad de reconversión de ésta en "borrar la diferencia en el concepto y

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la deducción, borrar lo negativo, lo cer sin fisuras y la propia idea de ilus-


particular y producir una gran identifi- trar la Ilustración sobre sí misma tiene
cación de la pluralidad real en la uni- que aparecer al cabo como una empre-
dad cognitiva»." En ese sentido la ra- -sa sin base y sin esperanza. No puede
zón es cosíficante casi por definición formularse la crítica como crítica»." Y,
quedando vinculada al dominio, al in- sin embargo, a la radicalidad con que
terés del dominio técnico sobre la na- se presenta la cosificación, por parte
turaleza, tanto exterior al sujeto como de los frankfurtianos, se une la parado-
interior al mismo, al dominio de unos ja de pensar una racionalidad no cosi-
sobre otros. Esa lógica del dominio ficada a partir de los potenciales hu-
que la razón ejerce sobre los hombres manos acumulados en el proceso de
y las cosas constituye una verdadera civilización que pudieran quedar libe-
dificultad para la crítica y, de no ser rados de las cadenas del espíritu domi-
superada, convertiría el ejercicio del nador de la naturaleza y mostrar su
pensamiento en una mera razón ins- rostro humano. La empresa se presen-
trumental y la acción humana en una ta como una empresa vana, puesto que
acción de autoconservación." se trata de encontrar un otro mejor en
El verdadero problema para todo lo malo existente, que opere contra la
pensamiento crítico aparece cuando da lógica interna de una ilustración men-
cuenta de que en la propia forma del guada que sólo tiende a una racionali-
pensamiento se ha reflejado y se trans- dad de tipo técnicoY Sin embargo, las
mite lo negativo de la realidad, porque respuestas del pensar crítico, a esa te-
en definitiva <da negatividad del mun- rrible constatación, promueven un en-
do moderno es la traducción social de riquecimiento de la noción de «critica»
aquello que como telos secreto operó que mantiene vivo el programa de la
siempre en la constitución lingüística Ilustración y que propordona una crí-
de la realidad histórica».'? Por lo tanto, tica radical. Esa «crítica radical» como
entender el dominio, no exclusivamen- «utopía del conocimiento» consistiría
te como un proceso de dominación en en, como Adorno dice en Dialéctica Ne-
una sociedad de intercambio capitalis- gativa, «llegar mediante el concepto
ta o, como una dominación patriarcal más allá del concepto», Porque «se tra-
y sexista, sino como una característica ta de hacer justicia a lo no-idéntico, a
de la forma de racionalidad desde la lo inconmensurable, a lo distorsionado
prehistoria de la razón, incluso desde por el conocimiento y la práctica do--
lo mítico y lo mágico, lleva a mostrar mínantes»."
que las dificultades para escapar del Desde el momento en que la crítica
dominio son enormes, cuando no im- introduce la idea de que hay algo más
posibles. que cosificación y racionalidad instru-
Porque, si el pensamiento concep- mental y que, no es sólo la lógica del
tual mismo es instrumento de control dominio lo que las forma, sino que
y «telas secreto que operó desde siem- también se producen normas de inter-
pre en la realidad lingüística>" si el subjetividad no coercitiva en las rela-
pensamiento conceptual es, por su ciones entre los individuos, en su so-
propia estructura más íntima, el medio cíalízacíón y en su propia compren-
de ese espíritu de dominio de la natu- sión.!" desde ese momento, también la
raleza exterior e interior del sujeto, en- crítica introduce la idea de una prácti-
tonces "el plexo de obcecación que es ca emancípatoria desde las posibilida-
la sociedad moderna tiene que apare- des existentes en esa estructuración

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lingüística y social de intercomunica- geré posteriormente la noción de criti-


ción. Critica se une así a libertad, pues, ca articulada a la de libertad como ele-
su articulación mutua hace pensar en mento mediador tanto en la polémica
formas de intersubjetividad no coerci- modernidad-postmodernidad, en senti-
tiva que representarían un estado so- do general, como en la misma polé-
cial de autodeterminación. 15 mica, dentro del feminismo, entre el
Ahora bien, desde Kant, al articular feminismo ilustrado y el feminismo
la noción de crítica con la de libertad, postmodemo.
en el sentido de que la razón que ex-
presa la crítica es voluntad en una de 2. El feminismo como crítica y libertad
sus caras, cuando se habla de alcanzar
una situación fundada en la razón no Como he dicho, presentar el feminis-
es, en absoluto, en el sentido de definir mo como «crítica filosófica» tiene el
y caracterizar un determinado estado sentido de situar la teoría feminista en
social concreto. Porque la idea de li- el lugar teórico que le corresponde. No
bertad que se piensa desde la noción es, pues, un ajuste de cuentas con el
de crítica imposibilita que se defina la saber filosófico transmitido, aunque
sociedad futura: «De cómo será consu- también. Se trata, sobre todo, de clari-
mido el futuro con el que tiene que ver ficar las interrelaciones del feminismo
el pensar crítico, de eso no hay ejem- con el pensar filosófico de la moderni-
plos semejantes»." 0, por decirlo con dad y romper una lanza, si se me per-
las palabras que de forma más precisa mite la varonil expresión, en favor de
han definido esta idea: «En efecto, na- ambos. Siendo, como es, una necesi-
die puede ni debe determinar cuál es dad teórica en el diálogo filosófico ac-
el supremo grado en el que tiene que tual también es una necesidad perso-
detenerse la humanidad ni, por tanto, nal de autoclaríficación, una necesidad
cuál es la distancia que necesariamen- casi existencial, aunque en cierta ma-
te separa la idea y su realización. Na- nera ambas constituyen un único obje-
die puede ni debe hacerlo, porque se tivo, en realidad, una misma pasión.
trata precisamente de la libertad la Entender el feminismo como «críti-
cual es capaz de franquear toda fronte- ca filosófica» significa dar cuenta de
ra predeterminada»." que, no sólo no puede prescindir de
Al articular la noción de critica con ser una reflexión sobre la razón y mos-
la de libertad parece que se está ya de- trar sus límites desde el género, sino
finiendo qué tipo de sociedad es la que que además en el feminismo se eviden-
se opone a la sociedad cosificada. Está cia la necesidad de pensar, de forma
claro que seria una sociedad de seres radical, los principios ilustrados que
humanos libres que se opone a la so- constituyen la actitud de la moderni-
ciedad existente, a una sociedad de se- dad. Significa eso porque en esa radi-
res humanos alienados. Pero, en todo calización y al dar cuenta de los lími-
caso, se presenta como una idea re- tes de la universalidad de la razón ilus-
guladora para oponer libertad a cosifi- trada se forma como una teoría que
cación. expresa la articulación misma de razón
Ahora analizaré por qué el feminis- y libertad, que se expresa, en definitiva,
mo es una teoría que se forma como como crüica,
una síntesis de crítica y libertad y En todas las culturas ha habido dis-
cómo ello es lo que nos permite consi- cursos sobre hombres y mujeres y sus
derarlo como una teoría critica. Reco- relaciones, en todas las culturas se ha

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NOTASY DISCUSIONES

definido a la mujer. Nuestra propia En ese sentido, la teoría de la razón


tradición cultural está llena de narra- como «crítica" también del prejuicio
ciones sobre las mujeres. Sin embargo, sexista, se constituye en el desarrollo
lo que constituye al feminismo como del programa de la Ilustración como
tal es su vinculación con una teoría de condición de posibilidad del feminis-
la razón yeso se produce en la moder- mo. Eso significa que el feminismo se
nidad. Fundamentar con razones la vincula a la Ilustración no sólo históri-
critica al prejuicio interesado de la de- camente, aunque efectivamente se dé
sigualdad de los sexos. del dominio in- esa vinculación histórica. Pero lo que
teresado de los hombres sobre las mu- no hay que olvidar es su articulación
jeres y argumentar con razones, sin teórica. Y es esa articulación teórica la
prejuicios, sin galanterías, «l'égalíté de que nos permite pensar la Ilustración
deux sexes», sólo pudo hacerse al vin- como ambivalente: es condición de po-
cular el problema social de que a la sibilidad del feminismo y redefiníción
mitad de la especie se le hubieran del patriarcado, al mismo tiempo. La
asignado funciones sociales subordina- razón ilustrada se desarrolla corno ra-
das y de servicio a la otra mitad, defi- zón patriarcal de forma incoherente y
niendo a un sexo como dominador del paradójica consigo misma y muestra,
otro sexo, con el problema de legiti- también desde el ángulo de las relacio-
mar que eso no debía ser así si se pre- nes entre los sexos, que no sólo es libe-
tendía construir la especie como «es- radora sino dominadora. Esa especial
pecie moral». dialéctica de la Ilustracíón.> desde el
Vincular el problema que «la quere- específico ámbito del dominio patriar-
lle des fernmes» 18 proponía como polé- cal, fue posible porque al pensar la
mica, entre las distintas concepciones idea de humanidad y la unidad de la
sobre las mujeres, con una teoría de la especie como especie moral se la ca-
razón hizo posible que la fórmula «l'es- racterizó como tal desde el derecho de
prit n'a pas de sexe" - «il ait de Tout ciudadanía pero, tanto teórica como
sexe"ll) pudiera, sin desexualizar a los revolucíonariarnente, se pensó sólo en
individuos concretos, desarrollar la los hombres, y además propietarios,
propuesta formal de la universalidad, como sujetos de ese derecho." La críti-
desde donde argumentar por la igual- ca del feminismo a esa exclusión, la
dad de todos los miembros de la espe- apelación al «buen sentido de la huma-
cie. Esa será la fórmula para «tener ra- nídad»," la declaración de los dere-
zones» contra el prejuicio de que está chos de las ciudadanas, 10 constituyó
justificado el dominio de un sexo sobre en una radicalización de los propios
otro, por el sexo mismo, y poder opo- principios ilustrados." La crítica del
ner al dominio de la fuerza el poder y feminismo argumentaba desde la idea
la fuerza de la razón. La razón univer- de igualdad, la misma idea de igualdad
sal puede pensar la igualdad, pero que el universalismo de la razón había
también la diferencia y, al hacerlo, une utilizado como fundamento del contra-
el problema de que cada individuo es to social y mostraba así la necesidad
distinto de cualquier otro con el de de llevarla hasta sus máximas conse-
que todos los individuos de la especie cuencias y no limitarla La crítica femi-
son iguales por constituir la especie. nista mostraba que sólo desde el pre-
Las diferencias genéricas no constitu- juicio misógino, qué no desde la razón,
yen fundamento alguno para justificar se podía sostener que se dejara a la
derechos de la especie. mitad de la humanidad en la minoría

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de edad y ser el deleite de la otra mi- cuyos dos términos son necesarios el
tad. Sólo desde el prejuicio sexista se uno al otro»); introdujo la idea de la
podía sostener que un sexo tenía que existencia auténticamente asumida
dedicarse a la formación del otro sexo por parte de las mujeres y planteó el
para que pudiera ser ciudadano y problema de las complicidades con la
constituir la humanidad sólo con la opresión (elas mujeres no sólo viven
mitad de la especie." en el patriarcado sino que el patriar-
Radicalizar las ideas ilustradas y cado vive en ellas»), Pero, sobre todo,
mostrar sus paradojas constituyen el relacionó la idea del dominio sexual
núcleo del programa feminista. No por con la de que se definieran las oportu-
casualidad fue una mujer quien expre- nidades del individuo, no en términos
sara la fórmula: «Las luces se critican de felicidad sino de libertad. Al hacer-
con más luces»." Y, de la misma ma- lo así, la noción de crítica se enrique-
nera que el pensamiento crítico diag- ció desde el feminismo con la idea de
nosticó esa idea de que el pensamiento una nueva libertad. Se reinterpretaba
era dominador en su más íntima es- en clave exístencialísta-feminista toda
tructuración lingüística con la que se una tradición romántica de la creativi-
producía la socialización y culturalíza- dad del individuo. Se trataba de un
ción, así también el feminismo desa- reto arduo porque, de la misma mane-
rrolló la idea de que esa cosificación ra que la libertad ilustrada, en térmi-
de la razón y la sociedad tenía un do- nos de derechos, etc., había sido nega-
minio específico: el del sexo. da para las mujeres, también la liber-
La teoría feminista se reformuló tad romántica, desarrollo de todas las
desde la ontologfa> para denunciar potencialidades creativas del indivi-
que filosóficamente la mujer había duo, había tenido su particular sexis-
sido definida como «naturaleza», mo, su limitación en lo femenino.
como la «alteridad absoluta», como Para la misoginia romántica las muje-
«lo Otro», fórmulas todas ellas que po- res no eran individuos creativos que
dían definir «al segundo sexo" y mos- desarrollan su libertad, sino objeto de
trar que «si no se nace mujer, se llega deseo, para bien o para mal. Sin em-
a serlo", ese «llegar a serlo» estaba bargo, también es cierto que, al unirse
mediatizado por lo que se había cons- la concepción romántica del individuo
truido como «mujer» desde el pensar libre y creativo con el racionalismo se
masculino. Beauvoír mostró que «la defendió que la mujer lograra el esta-
mujer es para sí una conciencia» y, tuto de individuo. Aunque la misogi-
con ello, radicalizó, en términos onto- nia romántica había conceptualizado
lógicos, la crítica feminista ilustrada a la mujer como «naturaleza», como
de elevar a la mujer al rango de indi- do absoluto», como «sibila del futu-
viduo, sujeto de derechos, al rango de ro», si se la buscaba en Oriente como
ciudadana. Esa radicalización permi- lo no contaminado por la civilización,
tió que el feminismo introdujera en la en contrapartida la unión de raciona-
noción de crítica la idea de que lo se- lismo y romanticismo en el programa
xual es un vínculo específico de domi- de los MilI 21 representaba un avance y
nio (<<el vinculo que la une a sus opre- un nuevo reto para el feminismo.
sores no se puede comparar a ningún Beauvoír-" llevó hasta sus máximas
otro»); introdujo la idea de la necesi- consecuencias esta tradición, este reto
dad de relación con el sujeto del do- y reformuló la filosofía feminista en
minio (<<es el Otro en una totalidad términos de buscar definir a la mujer

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como trascendencia, como libertad. una serie de insuficiencias y caracte-


Eso era importante porque se trataba, rizaciones erróneas que es necesario
sobre todo, de abatír las infructuosas clarificar para poder situarnos respec-
polémicas, una y otra vez recurrentes to de nuestro propio paradigma filo-
históricamente, sobre la superioridad, sófico.
inferioridad, e igualdad que "han per- Interesa, sobre todo, dar cuenta de
vertido todas las discusiones y empe- cómo desde una perspectiva del femi-
zar de nuevo». Ese «empezar de nue- nismo radical se acaba afirmando las
vo» se hacia uniendo «crítica y liber- posibilidades de la razón cuando la
tad» como nociones claves en el pen- base fundamental para la división con
sar feminista. el feminismo de la igualdad consiste,
Sin embargo, a pesar del claro plan- al contrario, en una dicotomía insalva-
teamiento de Beauvoír, la astucia de la ble sobre la concepción de la razón. Se
razón patriarcal impide, una y otra hace necesario indagar en la noción de
vez, que el crepúsculo en el que Miner- crítica precisamente por ello.
va levanta su vuelo sea de color violeta Determinadas tesis del feminismo
y se han dado, de nuevo, las discusio- radical son discutibles: por ejemplo,
nes en las infructuosas polémicas so- cuando afirman que "la filosofía difie-
bre la superioridad, la igualdad, la di- re de otros discursos en tanto que los
ferencia. elementos que excluye son general-
mente asociados con la feminídads .'?
3. Paradojas del feminismo Lo que es inexacto es que se haya pro-
ducido una exclusión de los elementos
Las relaciones entre feminismo y filo- asociados a la feminidad; más bien, lo
sofía ponen de manifiesto las tensiones que se ha producido, y no sólo en la
entre ambos, lo cual se muestra tam- filosofía sino en otros discursos, ha
bién en la actitud del feminismo res- sido algo mucho más complejo: inclu-
pecto de la filosofía. Esta actitud con- sión, pero desvalorizada respecto de lo
lleva no menos paradojas que las que masculino. Por eso el planteamiento
el pensar filosófico y el discurso ilus- no es exacto. La indagación en las re-
trado presentan. Desde los años ochen- laciones entre feminismo e ilustración
ta estas polémicas se dan de forma está mostrando cómo, de forma recu-
muy variada. Sin embargo, voy a cen- rrente, se ha pensado la feminidad de
trarme en la discusión tal y como se todas las maneras posibles, se la ha ca-
da en tomo al debate modernidad-post- racterizado en función de la dicoto-
modernidad entre el feminismo ilustra- mía; otra cuestión, o la cuestión es que
do-igualitario y el feminismo postmo- sea desvalorizada. Sin embargo, cómo
derno." deben ser las relaciones ente los sexos
Las reflexiones del feminismo radí- es siempre un tema dominante.
cal-postmoderno sobre las relaciones El no ver este problema con toda la
entre feminismo y filosofía evidencian complejidad que requiere incide nega-
las paradojas en las que también cae el tivamente en la apreciación que el fe-
feminismo. Ya la división entre un fe- minismo radical hace del que llama
minismo igualitario, radical y conser- feminismo de la igualdad, pero, lo que
vador, que se presenta como una divi- es teóricamente más grave es la inco-
sión paradigmática de 10 que está ocu- herencia que representa dentro del
rriendo en el desarrollo de la teoría fe- propio feminismo radical que defien-
minista en la actualidad, adolece de de el utilizar los discursos filosóficos

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críticos con la razón, o antiílustrados sido relegada a ser «el Otro» ni tampo-
(o postmodernos) para, partiendo de co la define.
ellos, construir la propia filosofía del Otra de las críticas del feminismo
feminismo radical. No tiene pues senti- radical consiste en rechazar el progra-
do acusar al feminismo igualitario de ma igualitario porque entiende que la
hacer 10 propio: «se caracteriza, dicen, defensa de la igualdad entre hombres y
por adherirse a los valores del pensa- mujeres implica, al mismo tiempo, la
miento masculino y patriarcal empare- defensa de la no distinción entre los
jado con el objetivo de incluir a las individuos y ello supondría una «neu-
mujeres como iguales a los hom- tralización de lo femenino»." A ello
bres».31 El argumento clave en su críti- habría que responder que la idea de
ca al feminismo igualitario es la crítica igualdad como idea reguladora explici-
a Simone de Beauvoir: «Ella reproduce ta la universalidad de las normas y le-
las representaciones hostiles de Sartre yes con que social y políticamente han
de la feminidad en su propia expresión de ser tratados los individuos de la es-
de la opresión de las mujeres, en su pecie para, precisamente, ser especie
discusión de la biología de la hembra y humana," Ha de envolver, por lo tan-
en su explicación del vacío de las rnú- to, una neutralización de lo femenino
jeres en la trascendencia por las vulne- y de lo masculino, de lo negro y de lo
rabilidades del cuerpo femenino. Im- blanco. Pero, al mismo tiempo, se
plica que sólo si las mujeres pueden mantiene la peculiaridad individual en
superar sus cuerpos pueden conseguir la que se da el rasgo de género. Por lo
la igualdad con los hombres, esto es tanto, creo que hay que salir de la po-
sólo cuando las mujeres no sean rnu- lémica clásica de la igualdad-diferencia
jeres».32 porque conlleva paralizaciones teóricas
Sin embargo, habría que tener en y políticas no convenientes para las
cuenta que el problema desarrollado vindicaciones feministas. La utiliza-
por Beauvoir no se reduce a esa afir- ción patriarcal de la diferencia ha sido
mación final, en absoluto. Lo que recurrente y aunar los esfuerzos del fe-
plantea es el problema de la incardina- minismo para acabar con esa utiliza-
ción de la trascendencia en un cuerpo ción ha de ser tarea prioritaria.
y ello tiene mayores dificultades en el Las acusaciones al feminismo iguali-
cuerpo femenino porque ha sido pen- tario, en el sentido de que «mantiene
sado como un constructo desvaloriza- el entramado básico de la teoría mas-
do para la trascendencia, no porque culina íncuestionado», desconocen que
ontolégicamente sea así. Por lo tanto, tanto la teoría feminista crítica ilus-
si bien es cierto que Beauvoir conside- trada de la actualidad, Nancy Fraser,
ra que el cuerpo, como instrumento de Seyla Benhabib, Celia Amorós, Arnelia
nuestra aprehensión del mundo, es Valcárcel, como la clásica, desde Mary
fundamental para tener aprehensiones de Gournay a Simone de Beauvoir, sig-
distintas y, en este caso, distintas se- nifican una crítica radical, justo, de
gún el sexo, sin embargo, no entiende ese entramado. Mantener ideales que
que el cuerpo constituya un destino son también de los varones no signifi-
inamovible. Sólo por la asunción en ca en absoluto mantener lo masculino
una conciencia a través de las acciones como discurso universal. Paradigmáti-
puede el cuerpo llegar a ser realidad co de ello es 10 referente a la razón:
vivida y, en consecuencia, lo biológico- cuestionarse la masculinidad de la ra-
sexual ni explica que la mujer haya zón cabe hacerlo como razón patriar-

172 ISEGORíAl9 (1994)


NOTAS Y DISCUSIONES

cal, pero evidenciar y criticar las carac- clones compatibles con los príncípíos
terísticas patriarcales de la razón no feministas puedan ellas mismas llegar
implica abogar por la irracionalidad o a formar parte del entramado fílosófí-
el fin de la razón. COl).35 Lo cual significa mantener la ne-
Otra de las críticas al feminismo cesidad de no abandonar la razón ni la
igualitario, por parte del radical, con- filosofía por mucho que ambas se ha-
siste en acusarle de individualismo, ale- yan caracterizado por su masculíni-
gando que es un subterfugio apelar al dad. La tarea del feminismo sería
individuo para enmascarar bajo un tér- transformar la razón para lograr que
mino aparentemente neutral lo que en fuera genuinamente humana más que
realidad es masculino. Pero, habría que una tarea exclusivamente masculina.
decir, que «individuo» no es un térmi- La discusión entre un feminismo ra-
no neutral, precisamente es el contra- dical y otro igualitario en este punto
punto teórico de la universalidad para deja de tener sentido: parece que la
poder dar cuenta de las caracterítícas «crítica de la razón patriarcal» es el
particulares, diferentes. La afirmación camino. Un programa de crítica femi-
de lo particular no significa eliminar lo nista que suponía reconstruir-decons-
universal sino ver de qué manera la truir la noción de razón que la moder-
apelación a la universalidad no signifi- nidad había desarrollado, abogando
ca eliminación de la diferencia. por un nuevo concepto de razón que
Pero el punto crucial en el que el fe- fuera nominalista, analítico. no andro-
minismo radical es aporético es en el eéntríco." La diferencia está en que no
tema de la razón. Su crítica del desa- se pretende que esa transformación
rrollo de la razón como masculina in- crítica se realice desde un feminismo
troduce la posibilidad de eliminar el que indague en lo femenino los funda-
discurso mismo de la razón «no hay mentos de la razón, o que busque una
espacio en los sistemas teóricos para la razón fundada en lo femenino. Bastan-
inclusión de las mujeres», se afirma, te tenernos ya con deconstruir el fun-
mientras que, inesperadamente hay damento masculino. De acuerdo en
una defensa de la razón y de la filoso- que se deberían alterar o transformar
fía. Es un planteamiento aporético en las teorías, pero el problema está en
tanto que la crítica al feminismo igua- qué se entiende por esa transforma-
litario la ha basado en considerar que ción. Si se considera que, al ver los lí-
defiende la razón y el propio discurso mites de las estrategias igualitarias del
filosófico a pesar de ser masculinos. feminismo liberal individualista, mu-
Ahora bien, sus conclusiones son las chas defensoras de la igualdad se con-
mismas. Así, por ejemplo, Lloyd argu- vierten en radicales, lo mismo se po-
menta: «La crítica de la razón puesta dría decir respecto de los límites del
por muchas feministas puede ser vista feminismo de la diferencia cuya utili-
como parte de una tradición de auto- zación patriarcal es evidente." .
crítica, una crítica sostenida por los El problema entre los dos feminis-
mismos filósofos en sus relaciones con mos no radica, pues, en transformar la
el pasado. Mientras que la razón es un fílosoffa, Ambos parecen estar de
concepto dominado masculínamente acuerdo en ello, aunque el así autocalí-
hasta nuestros días, no hay razón para fícado feminismo radical, de forma pa-
suponer que las nociones filosóficas de radójica, representa la muerte de la ra-
la razón no pueden ellas mismas refor- zón. El problema está en cómo se lleva
marse de manera que las transforma- a cabo esa transformación. Porque el

ISEGORíA/9 (1994) 173


NOTAS V DISCUSIONES

programa, en líneas generales, del fe- Respecto de las relaciones sujeto-ob-


minismo radical promueve una filoso- jeto sucedería otro tanto; porque intro-
fía feminista que defienda una opción ducir como característica novedosa
de racionalidad de acuerdo con una re- desde el feminismo una critica filosófí-
lacíón estratégica con el feminismo ca como la de transformar las relacio-
distinta. Se presenta, pues, como un nes entre sujeto y objeto de manera
programa que ya no abandona la filo- que no sean dicotomías excluyentes es
sofía sino que pretende transformarla. desconocer que la mayor parte de la fi-
Su objetivo seria que las feministas de- losofía contemporánea es un esfuerzo
ben negociar una serie de estrategias constante por romper esa dicotomía.
que no pongan únicamente los princi- La característica de oponer estrate-
pios feministas en términos filosóficos gia a verdad tampoco sería original
sino que sitúe a la misma filosofía en porque entraría de lleno en la perspec-
la transformación feminista." tiva del pragmatismo americano y de
Según el feminismo radical la trans- R. Rorty en la actualidad." Para un
formación de una filosofía feminista modelo estra tégico es irrelevante la
abogaría por un perspectivísmo que oposición entre verdad y falsedad,
consistiría en ampliar y multiplicar los pero, habría que objetar hasta qué
criterios de lo que es considerado ver- punto dicho modelo estratégico no cae
dadero, racional o válido y que conde- en la razón instrumental, razón critica-
na a los que lo perciben como discri- da por el feminismo como la propia de
minatorio. Una filosofía feminista de- la masculinidad en tanto que razón
bería ser, según el feminismo radical, dominadora.
la que aceptara todos los discursos La superación de la dicotomía ver-
como específicos de un contexto man- dad-falsedad es s610 aparente porque
teniendo su posición política propia, se mantiene como programa y, ade-
ya que entienden que «todos los textos más, se dice prescriptívamente «qué
hablan desde o representan posiciones debe ser la filosofía feminista» porque
particulares dentro de las relaciones de no se puede, consideran, dar una deñ-
podera." Una filosofía que aceptara la nici6n descriptiva de la misma. Pero lo
intersubjetividad. entendiendo por tal que debe ser la filosofía feminista im-
que «la validez de una teoría no ha de plica qué no debe ser y, por lo tanto,
ser juzgada a partir de su adopción de cabe esperar en base a qué criterios se
una forma prefijada sino de acuerdo prescriben unas y no otras característí-
con sus efectos intersubjetívos, esto es caso Es decir, de nuevo paradójicamen-
su capacidad para ser comprendida y te, se rechaza como programa la bús-
comunicada por los que ocupan posi- queda de la verdad y. al mismo tiem-
ciones similares»." Esa interrelación po. se supone, aunque no se explicita,
de los discursos está suponiendo, sin un criterio en base al cual se estable-
explicitarlo, una racionalidad comuni- cen las características de lo que debe
cativa y. efectivamente, parte del femi- ser la filosofía feminista.
nismo igualitario" defendería tal teoría Lo mismo sucede con otra de las ca-
de la racionalidad y, por supuesto, no racterísticas que el feminismo radical
sólo el feminismo. No sería exacta- dice que «debe» tener la teoría femi-
mente una novedad desde el feminis- nista: las relaciones teoría-práctica. En
mo sino que supondría una transfor- lugar de una división entre teoría y
mación del concepto de razón que el práctica, se propugna «la teoría como
feminismo asume y amplía. una forma de práctica textual, concep-

174 ISEGOAíA/9 (1994)


NOTAS Y DISCUSlONES

tual y educacional»." Pero esas son una filosofía feminista que articule crí-
propuestas que no son específicas del tica y libertad puede conseguir ideales
feminismo, sino que sencillamente es- universales humanos y no sólo mascu-
tablecen un programa de pluralidad de linos. Pero esa filosofía no tiene que
discursos y prácticas en el que el femi- abandonar el ideal de universalidad,
nismo radical se insertaría. No se ve antes al contrario, desarrollará ese
por ninguna parte la originalidad del ideal de tal manera que no sea privati-
feminismo en ello. vo de lo masculino. Por lo tanto, no
La última característica tendría que hay que cuestionar la universalidad de
ver con un proyecto de razón que «am- la razón, sino que sea una universali-
pliara el concepto de razón misma en dad patriarcal y totalizadora.
el sentido de no excluir a los otros y de
incorporar a su concepto la experien- 4. Critica y libertad como «ethos»
cia; no separándose del cuerpo sino de la modernidad
aceptándolo y no distinguiéndose de la
vida cotidiana sino conociéndola»." Insistiría en entresacar todos los as-
Hay una serie de confusiones entre lo pectos que el programa ilustrado nos
que es la misma relación razón-expe- propone, reflexionar una vez más so-
riencia y razón-vida porque tampoco bre la modernidad como una vía que
es eso una novedad del feminismo. da cuenta del marco en el que el femi-
Tanto el vitalismo como las filosofías nismo se inserta corno «una instancia
del mundo de la vida y la sociología de crítica privilegiada»." El programa de
la vida cotidiana han desarrollado es- la Ilustración fue el desencantamiento
tos análisis. del mundo y esa vinculación entre el
La confusión consiste en que parece programa ilustrado y el desarrollo de
que esa propuesta de transformación la modernidad social y cultural es lo
de la filosofía por el feminismo, que el que proporciona el marco teórico-
feminismo radical propone, torna pres- práctico del feminismo.
tados sus presupuestos teóricos del re- Que el proyecto teórico y emancipa-
lativismo y el pragmatismo y los reasu- torio de la Ilustración sigue siendo
me. Afirman que su interés no radica fructífero se constata cuando, incluso,
tanto en la teoria como en la ocupa- desde perspectivas consideradas corno
ción de nuevos espacios pero el femi- postmodernas," se desarrolla un pro-
nismo ilustrado, el feminismo corno grama metodológico vinculado a la
crítica, no excluye que esa práctica de misma modernidad. Interesa volver, de
nuevos espacios no sea un objetivo. nuevo, a la noción de crítica y al senti-
Pero introduce esas prácticas en la re- do de libertad como idea reguladora y
flexión y se preocupa por clarificar sí posibilidad abierta.
se trata o no de un decísíonísmo. La clave de las relaciones entre Ilus-
Efectivamente la novedad de la filo- tración y modernidad es que la Ilustra-
sofía feminista está en la reflexión fe- ción constituye la actitud misma de la
minista, y no es ninguna obvíedad, modernidad. El desencantamiento del
aunque lo parezca. Frente a afirmacio- mundo, la división en esferas autóno-
nes como las que hace el feminismo mas -ciencia, ética, arte- tienen un
radical de considerar que «los ideales y punto común con el proyecto ilustrado
aspiraciones universales de la filosofía estrictamente filosófico." ¿Qué signifi-
son masculinos, no humanos' intere- ca esa actitud de la modernidad? El
ses»45 habría que contestar que sólo elemento clave es el de la crítica como

ISEGORiN9 (1994) 175


NOTAS Y DISCUSIONES

momento en el que la humanidad tes, es radicalizado por el feminismo


pone el uso de la razón sin autoridad y en tanto que éste, como crítica de la
fija, en la razón misma, las condicio- razón patriarcal, reflexiona sobre los
nes bajo las que es legítimo el uso de mismos límites del programa ilustrado.
la razón. El otro concepto clave es el El ethos de la modernidad es llevado
de libertad. Una práctica de la libertad así a sus máximas consecuencias si-
que respeta y viola la misma realidad guiendo su propio programa. «Hay que
es clave para todo proyecto emancipa- transformar la crítica en una crítica
torio y, por lo tanto, también para el práctica que toma la forma de una po-
feminismo. Se trata de entender que sible transgresión» o «investigando dar
«el valor del presente es indisocíable nuevo ímpetu, tan lejos y amplio como
de una desesperada impaciencia para sea posible. al trabajo indefinido de la
imaginárselo de manera distinta, trans- libertad»."
formándolo, no destruyéndolo»." El cuestionamiento que hace Fou-
En el sentido de Foucault nuestra cault del universalismo de la Ilustra-
.conexión con la Ilustración no es una ción se centra en los aspectos totaliza-
cuestión de elementos doctrinales, sino dores y los "proyectos globales» que
la reactivación permanente de una ac- puede implicar el programa ilustrado.
titud, esto es de un ethos filosófico que Sin embargo, lo mantiene en tanto que
puede ser descrito como una crítica de representa la actitud crítica que define
nuestra era histórica. Define cierta ma- el proyecto de la modernidad. Ese as-
nera de filosofar porque es «el punto pecto es el que interesa poner de ma-
de unión del progreso de la verdad y la nifiesto porque expresa muy claramen-
historia de la libertad". La Ilustración te cómo no seguir manteniendo pro-
como ethos filosófico consiste en un gramas totalizadores no implica recha-
ethos que se caracteriza por «una acti- zar la actitud de la modernidad defi-
tud límite» que Foucault expresa como nida como articulación de crítica y Ií-
un: tenemos que ir más allá de la alter- bertad.P
nativa fuera-dentro, «tenemos que cs- El propio ethos de la modernidad su-
tar en las fronterasa.v Esa caracteriza- pone rehusar al lado negro de la Ilus-
ción de Foucault del ethos de la Ilus- tración, es decir, a estar en pro o en
tración tiene un sentido muy directo contra de la Ilustración misma. En ese
de encontrar la génesis de su propia sentido el planteamiento ha de ser una
propuesta: «una historia ontológica de dialéctica de modernidad y post-
nosotros mismos», y en tal sentido es rnodernídad." en la que, como progra-
destacado por él, Pero es evidente que ma amplio se incluyera el feminismo
lo que muestra, y por eso lo hace suyo, Si el desarrollo y adquisición de capa-
es la radicalidad de la propuesta de la cidades y lucha permanente han sido
actitud filosófica ilustrada, que por eso las esperanzas del s, XVIII y caracteri-
hacemos nuestra. Esa radicalidad de la zan a la sociedad occidental, el proble-
propuesta se fundamenta en el sentido ma no radica en eliminar esas esperan-
de crítica y en el sentido de libertad zas sino en lograr que se «desconecten
como lo no prefijado, ni definido, sen- de la intensificación de las relaciones
tido que es claramente kantiano. de poden}.54 El proyecto, por lo tanto,
La importancia de la actitud filosófi- es un proyecto inacabado y las pro-
ca ilustrada para el feminismo estriba puestas no tienen que ser globalízado-
en que ese mismo programa de crítica, ras ni totalizadoras, pero sí críticas y
que analiza y reflexiona sobre los Iími- racionales; así como de transformado-

176 18EGORíAl9 (1994)


NOTASY DISCUSIONES

nes específicas respecto de determina- nísmo propone. ¿Cuáles son los crite-
das relaciones de poder y dominio. rios de nonnatividad del feminismo?
Porque «el estado de mayoría de ¿Por qué debe ser la sociedad una so-
edad de la humanidad" sigue siendo ciedad no dominada por la masculini-
una propuesta desde una dialéctica de dad, por el patriarcado? Estas cuestio-
modernídad-postmodernidad. Y el pro- nes creo que aun no haciéndose explí-
grama filosófico del feminismo ilustra- citas están contenidas en los diversos
do incide en esa propuesta desde lo feminismos y si lo que pretendemos es
que significa la radicalización del mis- la autocomprensión del mismo habrá,
mo; para que la igualdad que la uni- si no que aclararlos, al menos explici-
versalidad propone se realice desde las tarlos. Habría que debatir si es necesa-
perspectivas de una diferencia y unas rio mantener las propuestas de los di-
particularidades que le den sentido. ferentes feminismos como propuestas
Para que se asuma, una vez más, la antitéticas o si se buscan elementos de
idea de libertad sin quedar predetermi- confluencia entre ellas. La razón de
nado el estado en el que se realizaría ver en la articulación de crítica y liber-
«la Constitución justa» porque «no tad el elemento de mediación entre los
puede ni debe quedar predeterminado diferentes feminismos está en que son
ya que se trata de la Iíbertad»." aspectos ineludibles en toda propuesta
Es en ese mismo sentido en el que feminista. Un desarrollo del feminismo
Foucault afirma: «No sé si se debe de- en este sentido representaría un claro
cir hoy que la tarea crítica aún supone avance en la superación de la polémica
fe en la Ilustración; yo continúo pen- igualdad-diferencia. Ese avance ha de
sando que esa tarea requiere trabajo hacerse sin renunciar a la actitud de la
sobre nuestros límites, eso es, una pa- modernidad. Es tarea del feminismo
ciente labor dando forma a nuestra como crítica filosófica reflexionar so-
impaciencia por la libertad. El vacío bre los límites de la Ilustración por lo
sueño de la libertada." que se refiere al problema de la des-
«Dar forma, pues, a nuestra impa- igualdad de los sexos e indagar en las
ciencia por la libertad»," buscar una posibilidades que, al mismo tiempo,
sociedad y un pensamiento no cosifi- presenta el universalismo de la ilustra-
cados, sería un presupuesto unificador ción para resolver el problema de esa
de los diferentes feminismos La com- desigualdad.
plejidad en la dilucidación de esta En ese sentido no suscribiría que
cuestión enlaza con la crisis de la ra- «todo vale» ,aque «nada vale si no se
cionalidad en general y con 10 que se enlaza en un todo», Lo que considero
ha llamado la crisis de la modernidad. es que la autorreflexión emancipatoria
Por lo tanto es la cuestián y creo que el continúa siendo programada por el fe-
feminismo debe abordarla porque se minismo y que esa reflexión, para ser
relaciona con ella con una relación de productiva en lo teórico y en lo prácti-
coimplicación. Hay que aclarar si la co-político, habría que vincularla a
dispersión de los distintos feminismos una dialéctica de modernídad-postrno-
es, o no, deseable teórica y práctica- dernidad. Desde una articulación de
mente y qué planteamientos no dog- aquellas aportaciones de los distintos
máticos ni de razón total se pueden feminismos que puedan enlazar con la
llegar a desarrollar que den cuenta de construcción de una racionalidad no
cuál podría ser esa sociedad y ese pen- dominadora que pueda ser instancia
samiento no patriarcales que el femí- crítica de la norrnatívidad, que diluci-

18EGORrN9(1994) 177
NOTAS Y DISCUSIONES

de, por lo tanto, cómo y por qué el ese sentido no funciona la dicotomía:
mundo ha de ser distinto de lo que es, la razón es masculina, el sentimiento
por qué queremos una sociedad de otra es femenino, o el eros femenino es lo
manera, qué otra manera. liberador como opuesto al control
La propuesta de dialéctica de moder- masculino; o la naturaleza femenina es
nidad y postmodemidad incluye un dominada por la razón masculina.
pensamiento crítico no sólo de la Ilus- Únicamente la reflexión sobre la mis-
tración sino también del propio pensa- ma razón instrumental-patriarcal es un
miento y del lenguaje como necesaria- más allá de ella, y por eso el feminis-
mente transido de dominio, cosificante. mo al evidenciar los rasgos patriarca-
Pero, al mismo tiempo, expresa la idea les de la razón va más allá. Pero ese ir
de que sólo de forma inmanente a esa más allá lo es por la reflexión y sus es-
estructuración lingüística, a través de la pecíficas características de critica. La
cual nos humanizamos, es posible en- reflexión misma, al ser feminista, es
contrar junto al dominio, la libertad, antipatriarcal, pero no anti-rnasculina
aunque sea un vado sueño. Será un y, por lo tanto, femenina. Lo que el fe-
sueño vacío, será lo no-dicho, lo sin minismo critica no es lo masculino,
nombre, lo que es, en definitiva, «poder sino el dominio, el predominio de lo
de hacer el bien y el mal», pero ha sido masculino sobre lo femenino, es el
arrancada en el proceso de culturaliza- contrato sexual mismo.
ción mismo al dominio que ese proceso Porque de lo que se trata es de man-
representa. Ni todo es poder, ni todo es tener «la fuerza de la universalidad ca-
libertad. La dialéctica entre Ilustración paz de unir sin coacciones». El femi-
y dominio da cuenta de que en la inte- nismo, al reivindicar la afirmación de
rrelación entre razón y dominio, el mis- las mujeres como un genérico, realiza
mo lagos que es dominio de lo mascu- una afirmación de sí, que puede verse
lino sobre lo femenino, del colectivo so- en peligro si no se defiende, al mismo
bre el individuo, de la burocracia sobre tiempo, el derecho de las mujeres a la
la masa, pone a su vez, limites a ese universalidad. Esa afirmación de sí,
dominio." Desde el mismo momento que significa la afirmación de la liber-
en que el dominio para mantener el po- tad de cada individuo particular y el de
der se remite a la razón no tiene más las pluralidades singulares, puede ver-
remedio que limitarse a sí mismo. Ahí se en peligro si se rechaza la universa-
radican precisamente las posibilidades lidad por considerarla masculina y no
porque «la impotencia del siervo no se delimita en la razón entre razón pa-
puede ser ílímitada», triarcal-instrumental (razón dominado-
El feminismo pone de manifiesto ra, pensamiento identificante) e identi-
que ese proceso cosífícador y de domi- dad racional. Porque mientras que «el
nio de la razón instrumental también pensamiento identificante recoge la
es un dominio sexual. Y lo es desde las fuerza estratégica del cálculo racional
mismas estructuraciones lingüísticas que se encierra en el interés particular
con que se formularon los mitos hasta del individuo por su propia afirma-
el propio contrato social cuya condi- ción, en el interés particular del grupo
ción de posibilidad fue el «contrato se- por su propia autoafirmacíóns.w la
xual»." Por lo tanto, al realizar la críti- identidad racional «es una fuerza que
ca al androcentrísmo de la razón. la actúa sin ejercer coacción, es la fuerza
crítica feminista se hace desde lo que universalizadora que es núcleo de la
es la propia reflexión de la razón, y en autonomía del sujeto. Es esa racíonalí-

178 18EGORíN9 (1994)


NOTAS Y DISCUSIONES

dad por la cual el sujeto es capaz de Ilustración en torno a las ideas de uni-
autotrascenderse, en definitiva, la idea versalidad, igualdad, progreso, com-
de humanidad»." portan la crítica misma de esas ideas
La propuesta de una dialéctica de en torno a los opuestos particularidad,
modernidad y postmodernidad consis- diferencia, no filosofía de la historia,
tiría en trascender y «reapropíarnos el inconmensurabilidad de los lenguajes,
universalismo democrático de la Ilus- no universalidad de la razón. La mis-
tración». Reapropiacíón que podrá ha- ma controversia entre el feminismo
cerse a partir de «una base común de ilustrado y el feminismo de la diferen-
hábitos de autodeterminación racional, cia sitúa en la crítica androcéntríca la
de formas democráticas de decidir y misma polémica, presentándose cada
de solución de conflictos exenta de vio- uno de ellos como discurso de la mo-
lencia». La superación de la razón una dernidad y de la postmodemidad. Lo
en una mutua permeabilidad de los que busco clarificar es que los diferen-
discursos: la superación de la razón tes feminismos son prácticas y discur-
una en una interacción y juego de ra- sos que forman parte del ethos de la
cionalidades plurales-.e modernidad, es decir de la Ilustración,
El núcleo, por 10 tanto, de la Ilustra- aunque no sean conscientes de ello. Y
ción que constituye el ethos de la mo- forman parte en la medida en que son
dernidad está en la unión de crttica y discursos que se articulan en torno a
libertad. La definición misma de la las nociones de crítica y de libertad.

NOTAS

1. c. Amores, Barcelona, Anthropos, 1985. 12. Esta paradoja presentada por WelImer en
2, Esta es la interpretación heideggeriana al su interpretacíén de Adorno podría caracterizarse
responder a la pregunta ¿QUé significa en Kant con las palabras de M. Horkheimer: ese trata de
«critica»? M, Heidegger, La. pregunta por la cosa, un pesimismo teórico y un optimismo práctico».
Buenos Aires, Alfa, 1975, pp. 108-109. 13. A. Wellmer, op. oit., p. 4.
3. Cfr. J. Habermas. Conocimiento e interés, 14. Esta sería la idea en líneas generales de J.
Madrid, Tauros, 1979, p. 201. Habermas en Teorta de la accián comunicativa,
4. Me estoy refiriendo al sentido de la libertad obra que representarla un cambio desde la pri-
en Kant tal y corno desarrollaré más adelante. mera teoría crítica. No entro, en absoluto en con-
5. M. Horkheírner, «Teoría Tradicional y Teo- sideraciones sobre los problemas de la teoría cri-
ría Crítica», en Teorta Critica, Buenos Aires, Amo- tica en general. ni de Habermas en particular.
rrortu, 1974, pp. 243-249. Véase para todo ello el monográfico sobre Teoría
6. S. Sevilla, «La Teoría Crítica de la Escuela Crítica de Isegoria, n," 1 (mayo 1990). Véase tam-
de Frank:furt y los problemas de legitimación del bién de M. Jirnénez Redondo «Kant y Hegel en el
capitalismo», conferencia, Universidad de Cádiz, pensamiento de Habermas», Introducción al libro
1990. de J. Habermas, Escritos sobre moralidad y etici-
7. M. Horkheimer, «Teorta Tradicional y Teo- dad, Barcelona, Paidós I rCE.UAB, 1991, y M. rr-
rfa Crítica», en Teoria Critica, op. cit., p. 248. ménez Redondo, «Problemas de construcción»,
8. A. Wellmer, «La unidad no coactiva de lo en Teortá de la accióll comunicativa, Daimon,
múltiple. Sobre la posibilidad de una nueva lectu- n," 1 (1989), pp, 133-159. También: S. Sevilla, .L'l
ra de Adorno» (trad. cast, de M. Jiménez Redon- transformación materialista de la filosofía tras-
do), conferencia, Universidad de Valencia (dí- cendental», Daimon (Universidad de Murcia),
cíernbre, 1989). n," 1 (1989), pp. 159-175.
9. La crítica al pensamiento identifícante que 15. J. Habermas, Teoria de la acción comullica-
realizan M. Horkheimer y Th. W. Adorno es ex- tiva, Madrid, Tauros, 1987.
presada en los términos que comento por A. 16. M. Horkheimer, «Teorfa Tradicional y Teo-
Wellrner en la conferencia citada. ría Crítica». en Teorta Critica, op. cit.• p. 249.
10. A. Wellmer, op, cit., p. 2. 17. I. Kant, Critica de la RaZ61f Pura, Pedro Ri-
11. Ibidem, p. 4. bas (ed.), Madrid, Alfaguara, 1978, B374, p. 312,

ISEGORíN9 (1994) 179


NOTAS Y DISCUSIONES

18. Se trata de un término acuñado para refe- 29. Como muestra del debate véase: Linda J.
rirse a la gran polémica que hubo en el s. XVI, Nicholson (ed.), Fentinism-Postmodemism, Nueva
sobre todo en Francia, en torno al papel de las York, Routledge, 1990. M. Hirsch y E. Fox Keller,
mujeres en la nueva sociedad y, en concreto, al Conilicts in Femiltism, Nueva York, Routledge,
problema de su educación. Véase M. Albistury D. 1990, S. Gunew (ed.), A Reader in Fentinist Know-
Armogathe, Histoire du [eminisme fraw;aise, t. I, [cdge, Nueva York, Routledge, 1991. S. Gunew
París, Des Fernmes, 1977, p. 112 Y ss, (ed.). Feminist K:nowledge. Critique and Ctmstruct,
19. F. Poulaín de la Barre, De l'¿galiré des deux Nueva York. Routledge, 1990.
sexes (1673), París, Fayard, 1984, p. 59. C. Amo- 30. E. Grosz, «Philosophys en S. Gunew (ed.),
ros, «Cartesianismo y Feminismo. Olvidos de la Feminist Knowledge. Critique and Construct, op.
ratón, razones de los olvidos», en Actas del semi- cit., p. 157.
nario permanente Feminismo e Ilustración, 1988- 31. Ibídem, p. 158.
1992, Instituto de Investigaciones Feministas, 32. Ibidem. Grosz se apoya en Firestone (1979)
Universidad Complutense de Madrid, 1992, pp. y Gatens (1983) y, aunque no la cita directamen-
95-104, expone las novedades e implicaciones de! te, en Genevieve Lloyd. Véase G. Lloyd «El segun-
«desconocido» Poulain. Hay un monográfico so- do sexo a debate», Desde el Feminismo (Madrid),
bre Poulaín: COrplAS des Oeuvres de philosophes en n," 1 (1986), pp. 23-39, donde plantea el proble-
langue francaise, n,' 1 (19&5). con interesantes ar- ma de cómo desde una perspectiva del feminis-
tículos de G. Fraisse y E. Badinter. El cap. VI de mo de la diferencia, centrado en la relvindícacíén
la Histoire du [eminisme [rancaise, op. cit., tam- del cuerpo de la mujer para definirla, se podría
bién está dedicado a Poulain de la Barre. llegar a alguna solución sobre el problema de la
20. C. Amores, -El feminismo; senda no tran- trascendencia. Sin embargo, no llega a ninguna
sitada de la Jlustracíén», Isegorta, n." 1 (mayo, conclusión.
1990), pp. 139-150. C. Molina Petit, Ilustración y 33. E. Grosz, Peminist Knowledge, op. cit.,
feminismo, tesis doctoral inédita, Universidad p.159.
Complutense de Madrid, junio, 19&7, en vías de 34. «El vindicar la igualdad legal o social nun-
publicación por esta misma Universidad. A. Val- ca conllevó la indistinción de sujetos•. A. Valcár-
cárcel. -¿Es e! Feminismo una Teoría Política?, cel, Sexo y Pilosoita. Sobre «muier» y «poder», op.
en Sexo y Filosoiia. Sobre «mujer» y «poder», Bar- cit., p. 54.
celona, Anthropos, 1991. 35. G. Lloyd, Mal! uf ReasOfl, citado por E.
21. 1. Kant, Teoria )' práctica, Madrid, Tecnos, Grosz en S. Gunew (ed.), A Reader ín Feminist
1986, p. 34. Se ha puesto de manifiesto la incon- Knowledge,op. cit., pp. 164-165.
sistencia de Kant al respecto. Véase A. Jiménez 36. C. Amores, Hacia una critica de la raZÓn
Perona, Actas del seminario permanente Feminis- patriarcai.op. elt., p. 103.
mo e Ilustración, 1988-1992, Instituto de Investi- 37. A. Valcárcel, op. cit., pp. 54-56.
gaciones Feministas. Universidad Complutense 38. E. Grosz, Feminist Knowledge, op. cit.,
de Madrid, 1992, pp. 235-144. p.165.
22. M. Wollstonecraft, Vindicación de los dere- 39. Ibídem, p. 167.
chos de la muier (1792). Madrid, Debate, 1979. 40. Ibídem.
23. Olympia de Gouges, «Los derechos de la 41. S. Benhabib asumiría también esa In ter-
mujer y de la ciudadanía. (197]). en 1. Alonso y subjetividad. Véase la introducción a Teorta femi-
M. Belínchón, 1789-1793, La voz de las mujeres m nista y Teorta Crüica (trad. cast, de A. Sánchez),
la Revoiucion Francesa (Cuadernos de quejas y Valencia, LV.E. Alfons el Magnánírn, 1991.
otros textos), Valencia, La Sal-LV.D., 1989, pp. 42. R. Rorty, Contingencia, ironta y solidaridad,
129·137. Barcelona, Paidós, 1991.
24. Es la idea que desarrolla J.J. Rousseau en 43. E. Grosz, Feminist Knowledge, op. cit.•
•Sofía o la mujer», Emilio, Madrid, E.D.A.F., p. 168.
1964, pp. 399-543. 44. Ibídem, p. 169.
25. Madame de Stael. 45. Ibidem,
26. Sirnone de Beauvoire, El segundo sexo 46. C;. Amorés, «El feminismo: senda no tran-
(1949), Buenos Aires, Siglo Veinte, 1965, 1987, 2 v, sitada de la Ilustracíén-, art, cít., p. 139.
27. J.S. Mili y H.T. Mill, Ensayos sobre la igual- 47. Habermas considera la filosofía de Fou-
dad sexual, Barcelona, Península, 1973. El libro cault como postmodema, Véase El discurso filo-
contiene diferentes ensayos. entre otros, el ya clá- sófica de la modernidad, Madrid. Tauros. 1989,
sico de J.S. MiIl «La sujeción de la mujer. de pp. 285 Y ss, Y en líneas generales es calificada
1869. como tal. Sin embargo, el propio Foucault se vin-
28. Simone de Beauvoire, Introducción, en El culó a pensamientos ilustrados, críticos a su vez
segundo sexo. op. cit.• 1965, pp. 9-26. Todas las con la ilustración. En «¿Qué es Ilustración?», Pri-
frases a las que voy aludiendo pertenecen' a la In- mer curso de 1983 en el Colegio de Francia, afir-
troducción. ma: _y me parece que la elección filosófica a la

180 ISEGORíN9 (1994)


NOTAS Y DISCUSIONES

que nos encontramos enfrentados actualmente es fructífero para el feminismo. Véase para esta
la siguiente: bien optar por una fílosofta crítica cuestión Isaac D. Balbus, «Míchel Foucault y el
que aparecerá COmo una filosofía analítica de la poder del discurso feminista», en Seyla Benhabib
verdad en general. bien optar por un pensarnien- y Drucilla Cornella (eds.), TeoTÚ1 [eminista y teoria
to crítico que adoptará la forma de una ontología critica, op. cit., pp. 169-191.
de nosotros mismos, una ontología de la actuali- 53. A. Wellmer.•La dialéctica de Modernidad
dad; esa forma de filosofía que, desde Hegel a la y Postmodernidad», Debats, n." 14 (1985), pp, 67-
Escuela de Frankfurt pasando por Nietzsche y 87.
Max Weber, ha fundado una forma de reflexión 54. M. Foucault, op. eu., p. 72,
en la que intento trabajar», Saber y verdad, Julia 55. I. Kant, Crítica de la razón pura, op. cit.,
Varela y F. Alvarez Uría (eds.), Madrid, La Pique- p.312.
ta, 1991, p. 207. 56. M. Foucault, op. cit., p. 73,
48. M. Weber, Prólogo, en La ética protestante 57. Ibídem.
y el espiritu del capitalismo, Barcelona, Península, 58. H. Brunkhorst, «Adorno: Dialéctica de la
1972. Modernidad», Seminario sobre Adorno, Departa-
49. M. Foucault, «Ou'est-ce que les Jumíeres?». mento de Filosofía, Universidad de Valencia (fe-
Magazine Litteraire (abril, 1993), Gallimard, pp. brero 1992) (trad. casto de M, Jirnénez Redondo).
63·73. 59. C. Paternan, The Sexual Contraer, Calífor-
50. Ibídem, p. 70. nía, Stanford Uníversíty Press, 1988.
51. lbidem. 60, H. Brunkhorst, «Adorno: Dialéctica de la
52. Aunque no es 10 que interesa destacar aquí, modernidad». seminario citado.
habrá que recordar que el programa global de 61. Ibidem,
Foucault de «crítica genealógica en su diseño y 62. A. Wel1mer, «La Dialéctica de Modernidad
arqueológica en su método. también puede ser y Postrnodernidad», art. cít., p. 86.

Elogio de la Cordura. (Una crítica al criterio


de responsabilidad de Susan Wolf)

MIQUEL BELTRÁN
Universita degli Studi di Venezía

1 clásicos, desde Hobbes hasta Moore, y


aún ahora se libra esa batalla (transfe-
Sabido es que, desde los siglos XVII y rida a Norteamérica) entre quienes
XVIII, Y en el debate inglés sobre la abogan de manera extremada por di-
cuestión del libre albedrío, se avivó cho principio -así la recurrida de-
una célebre disputa en torno al así lla- fensa de Chisholm (1967), o la más
mado 'principio de las posibilidades al- reciente de Van Inwagen (1983)-
ternativas' -según el cual un agente y quienes lo denuncian como insigni-
s610 puede ser considerado responsa- ficante para la consideración moral
ble de sus acciones si, en un sentido -desde el artículo ya clásico de Frank-
absoluto (esto es, simultáneamente), furt (1969), hasta las incisivas criticas
hubiera podido hacer otra cosa que la de Dennett (1984a y b).
que efectivamente hace-o Se vieron. Los dos últimos forman parte de esa
envueltos en dicha disputa, de un tendencia racionalista del compatíbílis-
modo primordial, los compatibilistas mo actual que incluye en su nómina,

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