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crónica

escultora del ser

Escrita por Vivian Cuello Santana, Natalia Cardenas y María José Gómez
basada en la entrevista a la artista colombiana Luz Ángela Lizarazo.
/ 02 de Mayo · 2017 · Bogotá - Colombia
_ Ilustraciones por María José Gómez y Eliana Sánchez Aldana1

En sus venas, Luz Ángela Lizarazo lleva el

bordado y el tejido. Esto se debe a los oficios de
sus dos abuelas: una de ellas trabajaba con una
máquina de coser para sostener a su familia y la
otra tenía una tienda miscelanea en la que vendía
telas, hilos y botones de toda clase. Luz Ángela,
recuerda que pasar tiempo con ellas la puso
en contacto con la labor textil y le generó una
sensibilidad hacia sus materiales. Es por esto que
desde el inicio de su carrera artística, oficio en el
que Luz Ángela lleva más de 30 años, el tejido y
el bordado aparecieron orgánicamente como una
de las muchas manifestaciones del arte. Además,
cuenta que cuando empezó a crear su propia
obra, se interesó por el tema de “lo femenino” y
lo que implica ser una mujer en esta sociedad.
Con más razón, la atrapó la idea de, como dice
ella, “usar el bordado para hablar de la mujer
desde una manifestación que entre comillas
hacen solamente las mujeres”.
Tras tantos años de trabajo y creación, de
la obra de Lizarazo se pueden resaltar dos
cosas: su profundo interés por el ser humano
y su experimentación arriesgada con una gran
variedad de materiales.

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 PE N SAMIE NT O T EXT IL

Sobre esto último, la artista asegura que no se trata de un tema de espontaneidad:

por el contrario, la flexibilidad que tiene con los materiales se debe al hecho de que
los investiga y hace pruebas constantemente. Se sumerge en las propiedades de cada
uno, observando qué le permiten hacer y hasta dónde la llevan, afirmando que estos
empiezan a darle significado a la obra, y le hablan en el proceso de creación. Las
imágenes del taller y las exposiciones de Lizarazo son extraordinarias: tejidos con
réplicas de huesos de pájaros, pelo sintético, crin de caballo, cadenitas de oro, letras
de sopa de pasta, y medias veladas, por nombrar solo algunos. Luz Ángela se le mide
a experimentar el tejido con todo tipo de materiales y técnicas, pues cada uno aporta
un lenguaje distinto. Cuenta que fue a partir de un interés por lo tridimensional
que empezó a trabajar con el tejido, pues antes se dedicaba a la pintura. Descubrió
que el tejido le permite hacer piezas escultóricas, potentes, y el bordado le brinda
“la bondad de la minuciosidad”. Borda piezas para que el espectador se vea obligado
a acercarse a la obra y observarla con mucho detalle. Obras como Entierro(2005),
La novia (2004) y Taxidermia (2017)2, demuestran su profundo interés por el ser
humano y por el cuerpo. Entierro es una ruana blanca que yace sobre una tapia
pisada. Sobre esta ruana, están bordados con hilo rojo formas que parecen ser las
estructuras internas del ser humano: órganos, arterias y huesos. Por otro lado, La
novia es una tejido de grandes dimensiones hecho en crin de caballo tinturado de
rojo: representa el útero y la vida. Por último, Taxidermia, proyecto que la artista se
encuentra desarrollando actualmente, en la que quiere hablar de la piel. Para esta
serie está trabajando con medias veladas. Éstas, dice, le permiten hablar de los tonos
de piel. Además, al estirarse, las medias pueden tomar cualquier forma. Jugando con
ellas ha llegado a crear una variedad de tejidos y estructuras, que para ella, se van
volviendo cuerpos en sí mismos.

A Luz Ángela le interesa explorar y expresar cómo es el cuerpo humano por dentro,
especialmente el cuerpo femenino. Para esto, toma elementos internos que lo
conforman y los reinterpreta para crear nuevas estructuras, nuevos cuerpos y nuevas
manifestaciones. Utiliza las propiedades del material, para recrear las propiedades
mismas del cuerpo y del ser humano, como la fragilidad, la dureza, la delicadeza.
“Mi voz es femenina y mi mirada es femenina”, pero “más allá de la mujer me
interesa cómo los seres humanos habitamos este planeta”, afirma Lizarazo. ¿Por
qué le interesa tanto el tema interno? “Eso es tan fácil como decir que yo creo que
tenemos que ser seres conscientes, no creo que uno pueda ser parte de una sociedad
sin mirarse hacia adentro y sin tomar conciencia de uno mismo. Es a partir de
uno mismo que se puede construir algo para la sociedad de nosotros”, concluye
Luz Ángela. Por eso, propone ver lo que somos por dentro, no temerle a nuestra
intimidad, a nuestra fragilidad. Sentir las fibras, lo que nos hace estar vivos, lo que
nos hace mujeres, lo que los hace hombres, lo que nos hacer “ser”.

1 Las ilustraciones que acompañan esta crónica son la unión de recortes de periódicos bogotanos que se unen,
como una colcha de retazos, con puntadas o técnicas textiles para crear narraciones gráficas que representan el hacer
de las iniciativas textiles.

2 Fotografías e información de los distintos proyecto de Luz Angela Lizarazo lo encuentran en

su página www.luzangelalizarazo.com/
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