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IX ENCUENTRO NACIONAL Y VI LATINOAMERICANO SOBRE INGRESO

UNIVERSITARIO
La Educación Superior como Derecho: sentidos, prácticas y apuestas para una
agenda de Ingreso y Permanencia en las Universidades Públicas

LAS HUELLAS DE LA PANDEMIA EN TRAYECTORIAS DE ESTUDIANTES


UNIVERSITARIOS. ANÁLISIS DE LOS SENTIDOS ATRIBUIDOS DESDE UN
ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN NARRATIVO

Autoras:
Arco, María Lorena (UNSL)
marilo0505@gmail.com
Godino, Carmen M. Belén (UNSL)
carmenbelengodino@gmail.com
Montiel, María Cecilia (UNSL)
mmontielcecilia@gmail.com
Montiveros, María Luján (UNSL)
marialujanmotniverosgarro@gmail.com

Modalidad de participación: Trabajo de investigación


Eje temático: 2
Palabras claves: Trayectorias formativas. Estudiantes ingresantes. Investigación
Narrativa. Universidad. Pandemia.

Resumen

En el marco del Proyecto de Investigación PROICO “Cambios y tendencias en la


Educación Superior: políticas, subjetividades y prácticas. Miradas desde la educación
y la filosofía” (UNSL), presentamos aquí algunas aproximaciones analíticas acerca de
las trayectorias educativas (Ripamonti y Lizana, 2020) transitadas por estudiantes
universitarios en el año 2020. Se trata de estudiantes de primero y segundo año de
carreras de formación docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNSL, quienes
vienen recorriendo sus primeros años de vida universitaria en un contexto de
“educación a distancia de emergencia” (Adell,2020). El tema se inscribe en uno de los
objetivos del Proyecto de Investigación, que busca indagar sobre las políticas y
prácticas educativas de inclusión destinadas al logro del ingreso y permanencia de los y
las estudiantes.
Las medidas adoptadas por las Universidades en general y la UNSL en particular,
intentaron articular las disposiciones nacionales emanadas frente a la pandemia, con los
marcos normativos y regulatorios elaborados para la garantización de la continuidad
pedagógica. Las modalidades de enseñanza y aprendizaje, las prácticas de evaluación y
acreditación de los saberes, la organización del espacio y el tiempo instituido para el
desarrollo de las actividades académicas, entre otros, fueron redefinidos, llegando a
alterar las rutinas y los modos habituales de pensar, organizar y desarrollar la enseñanza
en la universidad. De este modo, atender a las voces de los y las estudiantes en relación
a las condiciones y características que asumieron sus trayectorias educativas en tiempo
de pandemia y post pandemia, se presenta relevante para conocer la capacidad de la
institución para atender a las demandas de formación, a los logros y obstáculos que
debieron enfrentar, a los rasgos que adquirieron las relaciones pedagógicas, a las
representaciones construidas en torno a ser estudiante universitario.
La investigación que iniciamos adopta un enfoque narrativo (Bolívar, 2002) habilitando
una determinada forma de producción de conocimiento que permite situarnos cerca de
la experiencia real vivida y significada por los sujetos (Connelly y Clandinin, 1999). La
misma se ha constituido en un enfoque específico de investigación educacional, y no
sólo en una metodología cualitativa más para añadir a las existentes (Bolívar, 2002). 
Decidimos como equipo de investigación construir un instrumento (entrevista
semiestructurada) a partir del cual indagamos en aquellos aspectos que consideramos
fundamentales en relación con los sentidos atribuidos a los procesos de formación en
pandemia, los sentimientos y sensaciones frente el aislamiento social y la virtualización
de la educación, las diversas situaciones vividas durante el proceso de formación, los
aprendizajes desarrollados en el contexto de pandemia, relatos de experiencias
significativas, el lugar de los actores institucionales como facilitadores u
obstaculizadores de sus procesos formativos, entre otros.
Como docentes investigadoras de una universidad pública nos interesa participar en los
debates en torno a las características que asumen las trayectorias de los y las estudiantes
acompañando y diseñando nuevas propuestas tendientes a la permanencia y egreso de
los y las futuros/as profesionales.

 El nuevo escenario de investigación: Cambios inesperados

El inicio del año 2020 marcó rotundamente a la población mundial, alterando de


un modo drástico las coordenadas que orientaban los modos de funcionamiento de las
instituciones. La pandemia, producida por el Covid-19, afectó a las sociedades,
ubicando en un instante a todas las generaciones del siglo pasado y las de este nuevo
milenio, en una experiencia que no había sido vivenciada antes.
De la misma manera, las primeras acciones en la tarea investigativa que
comenzábamos a desarrollar a inicios del 2020 se vieron reconfiguradas, así como
también, los sentidos mismos que se iban dibujando alrededor de nuestros interrogantes.
El proyecto de investigación que enmarca estas acciones, es el PROICO N.º
4-1616, “Cambios y tendencias en la Educación Superior: políticas, sujetos y prácticas.
Miradas desde la educación y la filosofía”. En este trabajo, compartimos algunos
análisis y reflexiones, que tienen lugar a partir de los recorridos de investigación
llevados a cabo durante el año 2020 y 2021.
Nos detendremos en las acciones orientadas por uno de los objetivos de la
investigación, que es conocer las políticas y prácticas educativas de inclusión (diseñadas
en la Universidad Nacional de San Luis) destinadas al logro del ingreso y permanencia
de los y las estudiantes. Nos interesa conocer cómo la institución del nivel superior
piensa y organiza ciertas políticas, que pueden verse traducidas en prácticas educativas
concretas, tendientes a garantizar el ingreso, la permanencia y la culminación de los
estudios de los estudiantes ingresantes. Este propósito adquirió nuevos e inesperados
sentidos a partir de los cambios e impactos que produjo la pandemia en las instituciones
y en la experiencia de sus actores.
Luego de haber transitado los primeros meses del año 2020 como formadoras
universitarias, diseñando, organizando y reelaborando, junto a otros, nuevos escenarios
formativos, comenzamos a transitar los primeros pasos de la investigación. Como
equipo de investigación, decidimos orientarnos especialmente a la indagación de las
trayectorias educativas de los estudiantes ingresantes y lo hicimos desde un enfoque
narrativo que reconociera fundamentalmente las historias contadas por sus
protagonistas. El distanciamiento social, la “educación a distancia de emergencia”
(Adell,2020), la construcción de propuestas pedagógicas que pudieran sostenerse en un
escenario de constantes cambios ameritaba “hacer lugar” al encuentro, al diálogo, a
determinados acercamientos, aunque solo fuera a través de las pantallas. 
Hablamos de trayectorias formativas retomando para ello, los aportes de
Ripamonti y Lizana (2020). Las autoras sostienen que una trayectoria formativa:

Puede definirse como el itinerario que los estudiantes realizan por las instituciones
educativas, producto de una construcción dialéctica que se establece entre sus
experiencias personales y sociales, el contexto sociocultural, la propuesta curricular de
la institución y expectativas implicadas en el diseño de tal sistema. (Ripamonti y
Lizana, 2020, p. 293)

Nos interesa conocer estas trayectorias, esos itinerarios de estudiantes que


ingresan a la UNSL, específicamente ingresantes a carreras de formación docente,
pertenecientes a la Facultad de Ciencias Humanas. Producir conocimiento sobre esas
trayectorias formativas, en un contexto atravesado por la pandemia, se convirtió en un
gran desafío de investigación.
Cuando hablamos de estudiantes ingresantes nos interesa retomar la metáfora de
“la transición” que plantean Figuera, Dorio y Forner (2003), haciendo referencia a la
etapa compleja que vivencian los estudiantes que ingresan a la universidad. Los autores
señalan que esa transición,

Conlleva para el estudiante múltiples y significativos cambios personales y vitales.


Entre ellos está la adaptación a un nuevo contexto organizativo, educativo y social,
regulado por normas explícitas y/o implícitas que debe conocer para funcionar
adecuadamente. (p. 350).

Los límites de extensión de este trabajo nos conducen a tomar algunas


decisiones en cuanto a la profundización de ciertos conceptos, como por ejemplo, el de
estudiantes ingresantes. Nos interesa situarnos en un posicionamiento que recupera la
complejidad de la categoría de ingresante y al mismo tiempo la singularidad de la
misma. Entendemos que abordar la problemática de las trayectorias educativas de
estudiantes ingresantes, no involucra sólo el primer año de experiencia en la
universidad, sino que, se hace necesario conocer qué les sucede a los estudiantes,
durante al menos, los dos primeros años en el nivel superior, ya que consideramos que
este período puede convertirse en decisivo para la permanencia y continuidad de sus
estudios. Tal como lo manifiestan varias investigaciones (Andrade y Bedacarratx, 2002;
Stasiejko, Krauth, Pelayo Valente, Ródenas, 2007), “el ámbito universitario es un
espacio que solicita autonomía, decisión personal, búsqueda de formación y desarrollo
personal [entonces, los estudiantes] no transforman sus concepciones rápida y
automáticamente a partir del cambio de las demandas universitarias”. (Stasiejko et al.,
2008, p. 394 ). 
Iniciamos la investigación, entonces, en un contexto totalmente impensado, con
nuevos estudiantes que ingresaban a la vida universitaria (año 2020) y otros que
continuaban con sus estudios habiendo iniciado en años anteriores (2018, 2019), llenos
de expectativas e ilusiones
Partimos de entender que los lugares1 singulares, desde los que las y los
estudiantes transitaron los primeros años de la universidad en este tiempo, produjeron
nuevas maneras de habitar la institución, nuevas maneras y/o nuevos sentidos en los
lazos que se tejen con la misma. En este sentido, si bien no es novedoso, que en los
primeros años transiten la formación estudiantes que ingresan por primera vez a la
universidad y otros que vuelven, aunque estén en etapas más avanzadas de la carrera,
pensamos que estos dos lugares asumieron configuraciones especiales, tal vez
inesperadas, a partir de la pandemia, y que nos hablan de formas de habitar la
institución universitaria, formas tal vez inéditas o al menos novedosas, que pueden
suponer re configuraciones en la institución y en las maneras de habitarla.
Por esto, nos interesó conocer también los rasgos que configuran las trayectorias
formativas de aquellos estudiantes que continuaban sus estudios universitarios
(habiendo iniciado los mismos en años anteriores a la pandemia) y que se encontraban
cursando asignaturas pertenecientes al primer o segundo año de la carrera docente
elegida. 

1
Usamos el concepto de lugar, recuperando el sentido lingüístico de lugar del hablante, en
tanto metáfora de las posiciones singulares a partir de las cuales los sujetos construimos un
discurso, un relato.
Las trayectorias formativas en el marco de un enfoque narrativo de investigación

Decidimos aproximarnos a las trayectorias educativas de los estudiantes desde


un enfoque narrativo (Bolívar, 2002; Connelly y Clandinin, 1999; Ripamonti, 2017),
que reconociera fundamentalmente las historias contadas por sus protagonistas.
Estimamos que la narrativa como producción humana y como camino de investigación,
resulta fundamental en este estudio, dado que pensamos, retomando a Nicastro y Greco
(2012), a las trayectorias como narración. De acuerdo con sus miradas: 

Una trayectoria es su relato, las relaciones con el tiempo se verán atravesadas por las
vicisitudes propias del tiempo narrado, del tiempo de su narrador, quien a su vez se ve
atravesado por su estar en el tiempo. Entonces, ni linealidad, ni prolijas continuidades,
ni relaciones estables. Sí, en todo caso encadenamientos, encuentros y desencuentros,
transformaciones y movimientos en clave de dinámica de distinto orden. (p. 30). 

En este sentido, acercarnos a las trayectorias formativas de los estudiantes a


través de sus relatos, nos aproximó, desde sus significaciones, a esos “itinerarios”
(Ripamonti y Lizana, 2020) que se fueron delineando a partir de las diversas
experiencias individuales y sociales, en el medio de la pandemia. Relatos singulares de
recorridos, de continuidades y pausas, de desafíos y desencuentros, articulando en un
escenario inicialmente desconocido, pero que fue entrelazándose con cada una de las
historias, delineando nuevos recorridos académicos tendientes a permanecer y continuar
en la universidad.
Tal como expresa Larrosa (1995) “la investigación narrativa se utiliza cada vez
más en estudios sobre la experiencia educativa (...) La razón principal para el uso de la
narrativa en la investigación educativa es que los seres humanos somos organismos
contadores de historias”. (p.11). En este trabajo delineamos algunas de esas historias
contadas por los estudiantes. 

Acercándonos a las trayectorias singulares de los estudiantes

Adoptamos la entrevista semi estructurada y en profundidad, como instrumento


de aproximación e indagación. Delineamos la entrevista a partir de aquellos aspectos
que consideramos fundamentales en relación con los sentidos atribuidos a los procesos
de formación en pandemia, los sentimientos y sensaciones frente al aislamiento social y
la virtualización de la educación, experiencias significativas vividas durante el proceso
de formación, los aprendizajes desarrollados en el contexto de pandemia, la manera en
que operaron los dispositivos institucionales, el lugar de los actores institucionales
como facilitadores u obstaculizadores de sus procesos formativos, entre otros.
En el año 2020, realizamos las entrevistas durante el segundo cuatrimestre.
Entrevistamos a treinta estudiantes de primer año y siete de segundo año, de carreras de
formación docente de la Facultad de Ciencias Humanas.
Tal como se describió antes, algunos/as, ingresaban por primera vez a la
Universidad y otros, eran estudiantes que volvían a cursar asignaturas del primer año y
segundo de la carrera elegida, que por diversos motivos personales e institucionales no
habían aprobado.
A fines de 2020 y principios de 2021 comenzamos a delinear los primeros
análisis en base a las narrativas de los estudiantes entrevistados. Durante los primeros
meses de este año, también trabajamos en la revisión y modificación del instrumento
construido el año anterior. Luego, realizamos siete nuevas entrevistas a estudiantes que
transitan el segundo año de su carrera, es decir el segundo año de una trayectoria en
circunstancias de “educación a distancia de emergencia” (Adell, 2020).

Bocetos sobre trayectorias formativas de estudiantes que continuaron sus estudios


en la Universidad en el año 2020

Tal como anticipamos, encontramos que las formas de transitar los primeros
años de formación en el escenario institucional configurado a partir de la pandemia, no
solo es singular tal y como lo son las trayectorias educativas, sino que el lugar desde el
cual se transita, como nuevo ingresante o como re ingresante, produce experiencias
diferenciadas.
En este sentido, en esta oportunidad, acercamos algunas líneas de reflexión a
partir del análisis de las entrevistas realizadas a estudiantes que continuaron retomando
sus estudios universitarios durante la pandemia (2020-2021).
El año 2020 significó para algunas de las estudiantes entrevistadas, un año de
oportunidad, de posibilidad, de continuidad de los estudios. Contrario a lo que
podríamos pensar, en el marco de un año tan efervescente, en relación con los cambios
drásticos y las discontinuidades que fueron delineando gran parte de ese año, el año de
la pandemia dejó huellas profundas en las trayectorias formativas de estudiantes
universitarias que decidieron volver a la universidad para continuar con sus estudios. En
base a las entrevistas efectuadas presentamos a continuación los análisis construidos.

Volver a la universidad y continuar los estudios. Nuevas interpretaciones de la


trayectoria formativa

Algunos estudiantes, significan el contexto de pandemia como una nueva


oportunidad para continuar con sus estudios postergados por diversas razones y
circunstancias. Nos encontramos dialogando con estudiantes que cursaban primer o
segundo año de la carrera, pero que habían iniciado, en algunos casos, hacía varios
años, incluso presentaban recorridos hasta el tercer o cuarto año de la carrera, pero
habían discontinuado sus estudios. En dichos encuentros nos fuimos aproximando a
diversas trayectorias e itinerarios (Ripamonti y Lizana, 2020) atravesados, por
supuesto, por los contextos socioculturales, familiares, educativos, que colaboraron u
obstaculizaron la continuidad de sus estudios.
A continuación, explicitamos fragmentos del relato de una estudiante que se
encontraba cursando una asignatura del segundo año de una carrera docente, que había
avanzado en su recorrido académico, cursando y aprobando otras asignaturas
pertenecientes a los últimos años, pero que se encontraba “inscripta” en materias
correspondientes al segundo año de la carrera. Nos pareció interesante retomar
fragmentos de su relato::

Yo inicié en realidad en el 2011, ya hace mucho, pero bueno, por cuestiones personales
de la vida, laborales, dejé. Fui mamá en el medio también, entonces por muchas
cuestiones dejé mucho tiempo, tuve que recursar muchas materias otra vez. Después por
correlativas digamos avanzaba muy de a poquito. (...) Bueno, no digo que me costó [la
cursada virtual, año 2020] porque inclusive me metía mucho en las clases, me gustaron
las materias que cursé (..) Personalmente no lo vi como algo tedioso, inclusive esta
modalidad virtual, podríamos decirlo, que, si bien lleva una organización, y una
planificación de decir bueno, ordenarme con el trabajo, el nene, la casa, la facultad, el
estudio. pero sí, por ahí esto de la vergüenza, de no prender la cámara o no hablar
porque pareciera que es como hablar con alguien lejos, me pasó a mí en los primeros
años, en la presencialidad. Yo cuando recién ingresé a la universidad [2011] me pasó
exactamente lo mismo, porque yo no hablaba o me daba vergüenza el hecho de que
todos me escucharan, o no sé, entonces no me animaba a decir nada. Sentí como lo
mismo este año con mis compañeras de aula, la misma sensación, pero a través de una
pantalla; sensación que hoy no tengo porque bueno, llevo muchos años, que se yo,me
encuentro hoy con una postura totalmente diferente a esa chica que empezó hace 10
años prácticamente. Mi posicionamiento, a diferencia de otros años, fue otra, cien por
ciento comprometida, de organizarme con el nene, con el estudio, con el trabajo.
También me pasó de por momentos no entendía nada, pero eran momentos pasajeros.
La verdad que lo disfruté, lo disfruté cien por ciento, estuve muy organizada con las tres
materias que hice, me encantaron”.
Nombre ficticio: Marisa. Estudiante entrevistada en el año 2021. Cursó una asignatura
del 2do año de la carrera Prof. y Lic. en Educación Inicial.

Qué interesantes los análisis que desarrolla la estudiante en cuanto a la


comparación que establece entre la etapa inicial de su carrera (durante la presencialidad)
y la experiencia formativa en el marco de “las pantallas”, tal como ella lo expresa. En su
relato reconoce esos cambios en su trayectoria formativa (Ripamonti y Lizana, 2020).
Ese “me encuentro hoy en una postura totalmente diferente”, la habilita a poder
mirarse, mirar su recorrido y reconocerse en sus “compañeras de aula”, casi como mirar
a través del tiempo a esa estudiante que iniciaba sus estudios en la universidad. Esa
distancia que sintió al comenzar sus estudios en la universidad, representada en esa
estudiante “que parecía que hablaba con alguien lejos”, en la actualidad, en pleno
contexto de pandemia, habilitó un acercamiento a esa institución formadora que había
dejado huellas tempranas en su historia de vida.
En este sentido, hay un distanciamiento que permite reconocer su propia
trayectoria formativa, pero parece no tratarse solo de ese tiempo de impasse en la
carrera y las experiencias vitales que tuvieron lugar en el mismo, sino que también, la
propuesta formativa que se constituyó desde la universidad en el contexto de pandemia,
pareció ser más propicia para el regreso, para retomar sus estudios. Esta propuesta se
presenta para Marisa como una propuesta más amigable con su realidad actual, en este
sentido podemos decir que se articula mejor con su trayectoria formativa, generando un
lazo y re estableciendo el lazo con la institución formadora,
En primer lugar, esta modalidad de cursar en contextos virtuales, debido a su
contexto familiar y laboral, posibilitó la continuidad de sus estudios porque ella pudo
organizar sus tiempos y espacios para la continuidad, ese “yo entraba a todas las
clases”, como posibilidad de encuentro con el conocimiento, colaboró a diseñar nuevas
estrategias en base a ciertos saberes “acumulados” con el tiempo.
Ese querer estar, querer participar de las clases virtuales, aprender, conectar con
otros, fue significado de un modo diferente en un contexto de aislamiento social, en
donde las “pantallas” se convertían en el escenario esperado para generar encuentros.
Finalmente, el reiniciar sus estudios en la universidad en contexto de pandemia le
posibilitó resignificar la experiencia formativa de años anteriores, ya que, tal como ella
lo menciona, lo disfrutó, pudo posicionarse de un modo diferente.
Podríamos preguntarnos qué aspectos colaboraron para que este escenario fuera
posible. Claramente, la decisión de volver a la universidad, de retomar sus estudios en
un escenario conocido de antemano, pero que se transformaba en algo distinto, atrajo su
atención. En dicho contexto, la organización que requería su vida cotidiana (la familia,
el trabajo) para acomodarse a nuevas demandas de la institución, fueron claves para
continuar; también sus posicionamientos, relacionados con la formación, se vieron
alterados, sabiendo que hubo momentos en “donde no entendía nada, pero eran
momentos pasajeros”. Esta situación da cuenta, de un cierto manejo de la vida
universitaria en relación con los tiempos para la comprensión de ciertas pautas exigidas
por la cultura universitaria (autonomía en el estudio, ciertas habilidades previas como
condicionantes para el desarrollo de otras que requiere el ‘ser’ estudiante universitario).
En palabras de Marisa:

“Las materias que cursé el año pasado (2020) fueron tres, la verdad es que desde lo
personal fue cien por ciento gratificante porque yo recién volví a cursar el año pasado
después de tres años. No tenía idea de cuestiones académicas o universitarias, que había
dejado por completo, entonces fue como un desafío, decir bueno, aprovecho esta
situación que se me brindó, porque fue como una oportunidad, entonces lo vi así, como
una oportunidad y un desafío (...) En un momento pensé hasta en dejar la carrera, a ese
nivel, después de tanto tiempo y tantas frustraciones, y dije bueno, qué hago, sigo o no
sigo. ¿Retomo? Y bueno la pandemia para mí fue eso, posibilidad, desafío, decir bueno,
sí, quiero esto, entonces voy, voy por todo.”

Las acciones institucionales y sus incidencias en las trayectorias formativas reales

La UNSL, así como otras instituciones universitarias, organizó la vida


académica en función de la situación de aislamiento provocada por la pandemia. Entre
otras acciones, estableció una serie de normativas2 que regularon la vida institucional y
que tenían una clara intención, la de acompañar las trayectorias de los estudiantes en el
marco de dicho escenario, favoreciendo la continuidad de sus estudios.
Llamó poderosamente nuestra atención que la mayoría de las estudiantes
entrevistadas, no reconocieran estas medidas como acciones significativas para su
continuidad en los estudios. Muchas de ellas no las conocían, otras las conocían pero no
habían hecho uso de los beneficios que suponen y en otros casos reconocían sólo el
levantamiento de correlatividades y la extensión de regularidades. Aquí se observa una
diferencia significativa entre las estudiantes que ingresaban por primera vez a la
universidad, quienes no reconocían estas acciones como significativas para su
continuidad, en relación con las alumnas que retomaban sus estudios, como es el caso
de Marisa:

“Sí bueno, a becas yo no me presenté o no pedí ninguna porque creo que no me llegó la
información, si hubo, la verdad que nunca me enteré. Y después bueno sí, yo tenía dos
materias que se me vencían el año pasado, y con la extensión de las regularidades pude
bueno… Tenía que hacer una materia de nuevo, que se me había vencido, pero de
aquella vez pasaron tantos años que tenía que empezar de cero, ir a consulta y todo. Así
que bueno, en ese sentido el levantamiento de correlativas y la extensión de
regularidades a mí y creo que a todas nos facilitó un montón (...) El año pasado (año

2
Entre ellas se encuentran el reconocimiento de la condición de regularidad y/o promoción
alcanzada por las y los estudiantes durante el primer cuatrimestre de 2020 sin requerir las
correlativas (Res. CS. N° 60, 8/07/2020); la extensión de las regularidades de las materias que
vencían en marzo de 2020 (Res. R N° 26, 2/04/20); el establecimiento de nuevas fechas de
exámenes (Res. CS. N° 149, 27/10/2020); la modificación del calendario académico 2020 (Res.
CS. N° 68, 3/09/20). Además, por supuesto de los sistemas de becas habituales y los
programas de tutorías para acompañamiento de estudiantes.
2020) hice tres materias y bueno, este cuatrimestre pude hacer, gracias a que se extendió
el plazo de la regularidad de las materias, la última que me queda”.

Un caso similar a Marisa, lo vivencia otra estudiante, que también reinició sus
estudios en el año 2020. Se trata de una estudiante que en nuestros registros estaba
inscripta en una asignatura correspondiente a un primer año de una carrera docente y
que, al igual que Marisa, retoma sus estudios durante el inicio de la pandemia. Ella se
vio favorecida por la normativa referida a la extensión de la regularidad de las materias.
A continuación presentamos fragmentos de su relato:

“La que me ayudó fue la de la extensión de regularidades porque me pasaba que en


marzo (2020) se me vencían las materias de primer año, del primer cuatrimestre y en
agosto las del segundo cuatrimestre, entonces bueno, al adelantarlas un año pude
rendirlas y no quedar libre. Esta materia [se refiere a la materia que cursó de primer
año] decidí cursarla porque cuando empecé a querer prepararla no pude. Entonces,
decidí cursarla y la verdad que me pareció interesante (...) El año pasado cuando
empezó la pandemia yo empezaba tercero, el primer cuatrimestre de tercero porque yo
me atrasé medio año, entonces fui haciendo, por ejemplo, el primer cuatrimestre de
segundo y el segundo cuatrimestre de tercero, después, el primero de tercero y el
segundo de cuarto, y así. Y me pasó que, al principio como todos, tuve mucho miedo,
incertidumbre, angustia, por el hecho de toda la situación que se nos venía y nadie
entendía muy bien qué, porque por ahí se decían muchas cosas y demás. Y en relación a
lo académico fue difícil, el miedo que más tenía era el no poder seguir (...) Bastante se
pudo, porque nos respetaron las prácticas, pudimos seguir avanzando y demás, pero nos
perdimos la experiencia, en mi caso, de ir a las escuelas”.

Nombre ficticio: Lourdes. Estudiante entrevistada en el año 2021. Cursó una asignatura
del 1° año de la carrera Prof. y Lic. en Educación Especial.

El acompañamiento como red de contención y sostenimiento de las trayectorias


formativas

Claramente para este grupo de estudiantes, que decidieron en el contexto de los


años 2020 y 2021 regresar a la universidad, la modalidad no presencial y las normativas
que habilitan a realizar recorridos que antes no podían realizar por el régimen
académico, resultaron condiciones de posibilidad para retomar sus estudios. Pero si nos
preguntamos acerca de las condiciones, situaciones, configuraciones, que hicieron
posible su sostenimiento en estos dos años nos encontramos con otras respuestas:
“De estas tres materias que cursé el año pasado, me llevo muchísimo, muchísima
experiencia, por más de que fueron a través de una pantalla, la modalidad que tuvieron
las tres de tratar de estar cerca, de tratar de integrar y de relacionar la vida misma con la
materia. Se notó muchísimo el compromiso, en este caso, no sé si todas habrán sido lo
mismo, tengo conocimiento de materias que no se conectaban y que mandaban por ahí
consignas nada más, como arreglatela solo. Bueno en mi caso, con las tres materias que
yo hice, de parte de las compañeras y de las profesoras fue un grupo re lindo, súper
positivas las tres, me llevo, como le digo, muchísimo, tal vez porque yo me
comprometí. El decir bueno, le pongo ganas, ese ‘le pongo todo el compromiso’ para
que me guste y ver qué onda con esto. También es cuestión, creo de uno, de decir
bueno, está esto, ¿qué hago?. Lo dejo o no lo dejo”. (Marisa)

El relato de Marisa nos trae otra dimensión, que es el acompañamiento de las


trayectorias educativas de los estudiantes por parte de actores institucionales singulares.
El vínculo entre docentes y estudiantes, el reconocimiento del otro como sujeto de
posibilidades, necesidades y deseos, resultó tal vez el elemento más destacado por las
entrevistadas. Por una parte, el grupo de pares, los/as compañeras/os se destacan en
varios relatos como una red que resultó fundamental para sostenerse en la institución.
En este sentido, vemos claramente de qué manera hablar de trayectorias educativas es
hablar del cruce de trayectorias que en oportunidades se convierten en redes de
contención.
Por otra parte, podríamos decir que lo que destacan es justamente el vínculo de
autoridad pedagógica (Greco, 2012) establecido con algunos equipos docentes, o con
docentes singulares, un vínculo que acompaña y se hace responsable por un proceso de
formación, a partir de crear las condiciones para que ese proceso se despliegue.
Compartimos otro fragmento de la narrativa de Lourdes que relata una
experiencia que fue significativa para ella:

“Hubo una vez, una profesora que nos empezó a llamar una por una telefónicamente y
nos preguntaba como estábamos, se ofrecía si algún día necesitábamos hablar, o algo,
que podíamos contar con ella. Eso me pareció como re significativo, me encantó, nos
emocionamos todos por el gesto que tuvo la profe, más allá de lo académico (...)
Habíamos tenido dos encuentros virtuales con la profe. También fue muy significativo
porque no nos veíamos a diario, como con otras profes y bueno fue lindo que la profe
tuviera ese gesto”.
Nuevamente aquello que señala Lourdes es precisamente ese vínculo basado en
el reconocimiento de la responsabilidad por el estudiante, que trasciende lo
estrictamente pedagógico, porque se funda en el reconocimiento del otro como sujeto
humano en desarrollo, sujeto por venir, pero que lo hace posible. Fue recurrente en los
distintos relatos de las estudiantes entrevistadas, la referencia a los/as distintos
profesores/as que hicieron posible, que “se esforzaron” en palabra de ellas, por sostener
y acompañar sus trayectorias, dando lugar al fortalecimiento del lazo con la institución.
Sin embargo, no podemos dejar de reflexionar también, en que estas acciones, gestos y
palabras que ligan y hacen posible los procesos de transmisión, son aún acciones
individuales, en tanto representan formas singulares de vinculación con docentes, lo
expresan las estudiantes en las entrevistas: “este docente sí, pero no todos”...”otros
profes no lo hacían”...”me pasó en algunas materias, no en todas”..”en otras materias
te daban el material y arreglatela solo”. Aparece aquí un aspecto sumamente
interesante para continuar indagando y reflexionando como formadoras universitarias.

Reflexiones finales

Somos protagonistas y testigos de un tiempo que aún estamos aprendiendo a


nombrar. El inicio de la Pandemia de Covid 19 y de la educación en contextos virtuales
coincidió con el inicio de nuestro proyecto de investigación, nuestro escenario de
investigación se alteró, los actores institucionales y nosotras también.
En este contexto nuestras preguntas iniciales asumieron otros sentidos, otro
carácter, otro color. Fue así que preguntarnos por la inclusión educativa en los primeros
años de nuestra universidad, en carreras de formación docente, nos condujo tal vez a
nuevos caminos, a nuevas preguntas por recorrer. Caminos que nos proponen pensar no
solo en lo “nuevo” que se dibujó en los escenarios de la institución universitaria, sino
también en lo que alteró, así como también en las formas históricas y arraigadas de
habitar la institución que se tensionaron, visibilizaron e incluso tal vez, fortalecieron a
partir de lo que irrumpía.
Aproximarnos a las trayectorias educativas de estudiantes, es aproximarnos a la
institución, porque lejos de ser recorridos solitarios, ellas nos hablan del cruce entre lo
singular, lo institucional y lo social, (Greco, 2012) en el escenario de la Facultad de
Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis.
¿Qué trovas nos acercan las voces de las estudiantes entrevistadas? La riqueza
de las mismas, como todo relato, es inabordable en su totalidad, y no se agota jamás en
nuestras interpretaciones. Sin embargo, sí es posible agudizar el oído para escuchar
algunos sentidos acerca de formas posibles de habitar las instituciones universitarias.
Podemos decir entonces, que las estudiantes que regresaron a la universidad en
el año 2020, nos cuentan acerca de los caminos que les permitieron el retorno a la
institución formadora y de nuevos lazos con la misma a partir de la experiencia que
significaron e incorporaron a sus trayectorias formativas . Sin duda, una propuesta de
experiencia pedagógica que no se constituyó a partir de la presencialidad, en tanto
gramática estructurante de tiempo y espacio que definía la manera de ser estudiante.
¿Será posible sostener una experiencia pedagógica bajo otras coordenadas temporo
espaciales? Es uno de los interrogantes que siguen abiertos.
Y finalmente - pero quizás primero en relevancia -, parecen resultar los vínculos
humanos, vínculos de autoridad pedagógica y las acciones, gestos y palabras que de
ellos se desprenden, las redes que se tendieron para sostener aquella experiencia
pedagógica. Formas de vincularse con los estudiantes que probablemente, en algunos
casos, ya estaban constituidos desde antes de la pandemia. Quizás para otros, el temblor
que produjo esta experiencia permitió habilitar nuevas formas de relación que se
pusieron a disposición.
Tal vez, esta experiencia nos despierte una vez más, del sueño de las formas
automáticas, para recordar que en definitiva, lo que hace posible la trasmisión es ese
vínculo de mutuo reconocimiento como sujetos de derechos, pero también de deseos y
sueños, a partir del cual es posible crear y recrear condiciones para que la experiencia
educativa sea posible. Nos queda un camino por recorrer para que la pregunta y el
esfuerzo por descubrir cuáles son los ofrecimientos necesarios para que un estudiante
sea inscripto en una relación (pero también habilitado en su propio camino) no se
produzca solo en la singularidad de las relaciones entre algunos docentes y estudiantes,
sino que sea posible hacer de esto una construcción institucional. El desafío se
transparenta aún más en tiempos movedizos. Queda un largo recorrido para construir
colaborativamente nuevos escenarios de formación que acompañen trayectorias
formativas de estudiantes universitarios.

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