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Pablo Llorente Lobón Grupo 3.

Capítulo 11: Pasión de razonar

Los sentimientos ejercen una gran influencia en la razón. Los sistemas cerebrales están
enredados y entretejidos con los que regulan el cuerpo. Los sentimientos dependen de un
sistema especializado de multicomponentes no disociable de la regulación biológica y la razón
de sistemas cerebrales específicos, algunos de los cuales procesan sentimientos. Debido a
esto, existe una conexión entre sentimiento y cuerpo.

La relevancia de los sentimientos para la razón no sugiere que esta sea menos importante que
los sentimientos. Ser conscientes del rol de los sentimientos realza sus efectos positivos y
disminuye su peligrosidad.

Un mayor conocimiento de los sentimientos no disminuye el interés en la verificación empírica


porque podría indicar en qué medida nuestras emociones afectan a la razón.

Es inquietante la aceptación de la importancia de los sentimientos sin hacer ningún esfuerzo


por comprender su maquinaria biológica y sociocultural.

El rol de los sentimientos en la racionalidad tiene implicaciones que afecta a algunos asuntos
concretos, como la violencia y la educación.

El error de Descartes

Descartes es una de las figuras mas influyentes en las ciencias y humanidades occidentales.

La principal preocupación del pensamiento cartesiano es tanto su noción dualista, que separa
el cerebro del cuerpo, como por las versiones modernas de esa idea, la mente es el programa
que hace funcional al ordenador (cerebro).

Uno de sus errores fue la expresión <<Pienso, luego existo>>. Esto va en contra de lo que se
piensa que es el origen de los orígenes de la mente, esta sugiere que pensar y la consciencia de
pensar, son los substratos del ser. Descartes pensaba que pensar era una actividad ajena al
cuerpo, separando mente (cosa pensante) de cuerpo (cosa no pensante). Este es el error: la
separación entre cuerpo y mente. Para Descartes las operaciones mas refinadas de la mente
están separadas del organismo biológico.

Se sabe desde hace mucho que algunas ideas cartesianas son erróneas, pero no es el caso
cuando hablamos de la mente, cerebro y cuerpo, porque en estos aspectos las ideas
cartesianas siguen siendo muy influyentes.

Si la mente es ajena al cuerpo, se podría estudiarla sin la necesidad de ayudarse en otras áreas,
como la neurobiología o neuroquímica. Como curiosidad, hay muchos científicos cognitivos
que creen que pueden investigar la mente sin la neurobiología pero no se consideran dualistas.

Este pensamiento cartesiano también ha influido en la medicina occidental ya que esta enfoca
el estudio y tratamiento en las enfermedades. Dando como resultado que se ignoren las
consecuencias psicológicas de estas enfermedades, solo centrándose en el cuerpo. También
pasa lo mismo en el caso contrario, cuando se estudia los transtornos psicológicos, se ignoran
los efectos corporales que estos tienen. Descartes cambio la medicina y la desvió del enfoque
orgánico que imperó desde Hipócrates hasta el Renacimiento. Las versiones del error de
Descartes oscurecen las raíces de la mente humana.

Los hechos de los sentimientos y la razón y la interconexión del cuerpo y mente, apoyan a la
idea de que es necesario un enfoque orgánico, se debe estudiar el organismo completo.
Pablo Llorente Lobón Grupo 3.2

La mente integrada en el cuerpo sigue realizando las operaciones más complejas, las que
forman alma, pero tendríamos que desplazarla de ninguna parte en concreto hasta un lugar
determinado, para de una vez por todas, corregir el error de Descartes.

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