involucrados en las llamadas funciones ejecutivas. Estas funciones son las que asociamos a la cognición y la toma de decisiones: el uso de la memoria, la planificación, la selección de objetivos, y la resolución de problemas específicos que tienen que ser abordados focalizando la atención en aspectos concretos. En líneas generales, puede decirse que el lóbulo frontal de cada hemisferio sirve para convertir la información sobre el entorno en materia a partir de la cual decidir lo que se hace y diseñar un plan de acción para intervenir sobre lo que nos rodea. De algún modo, es la parte del cerebro gracias a la cual dejamos de convertirnos en sujetos pasivos para pasar a ser agentes activos, con capacidad para cambiar cosas respondiendo a unos objetivos concretos elegidos por nosotros a partir de lo que hemos ido aprendiendo.