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Índice
El estrecho de Bering separa
Resumen América de Asia. La teoría más
Evolución de las hipótesis aceptada indica que por ahí
Relatos indígenas entraron los primeros hombres
que llegaron a América.
Polémica europea
Charles Abbott
El descubrimiento del yacimiento de Folsom
El descubrimiento de la cultura Clovis
Hrdlička y la teoría del ingreso desde Siberia cruzando
el estrecho de Bering
Teoría del poblamiento por el puente de Bering, el
corredor libre de hielo y el Consenso Clovis
La crisis del consenso Clovis
Nuevos hallazgos, nuevos estudios y nuevas teorías
Las investigaciones genéticas
La antigüedad
¿América del Sur primero?
Otras teorías, otras rutas posibles propuestas
Algunas conclusiones provisionales
El encuentro de dos mundos
Tiempo que duró el poblamiento Mapa de América que muestra los sitios anteriores
Ruta y cronología del primitivo poblamiento a la cultura de Clovis.
Véase también
Referencias
Enlaces externos
Resumen
Los continentes de Asia y América están separados por el mar. Entre el Cabo Dezhnev, en Siberia, y el
Cabo Príncipe de Gales, en Alaska, hay un paso marítimo que se conoce como el Estrecho de Bering y
mide 82,7 kilómetros. A la mitad de este estrecho hay dos islas, la Gran y la Pequeña Diomede. En esta
parte, entre los meses de noviembre y junio, se forma una capa de hielo que forma un "puente" entre Asia y
América. Aunque este paso es peligroso, por las fuertes tormentas que allí se dan y la fragilidad del hielo en
ciertas áreas, es posible atravesarlo navegando en verano.
Durante las glaciaciones en las altas latitudes como la de Bering y en las montañas altas de nuestro planeta
se desarrollaron inmensos casquetes de hielo. Según los datos geológicos y oceanográficos, durante el
último de estos períodos, conocido en América como Glaciación de Wisconsin que comenzó hace 110 mil
años y finalizó hacia el 10.000 a.C, los niveles del mar descendieron hasta exponer la plataforma debajo de
lo que ahora es el estrecho de Bering, entre Alaska y Siberia y formó más que un puente terrestre, una
ancha conexión Beringia, tan amplia como la distancia norte-sur a través de la actual Alaska, una región
donde los mamuts y pastos esteparios de Siberia se mezclaban con los de América.1 Se debate en qué
momento los Homo sapiens sapiens (la especie del ser humano moderno) comenzaron la migración desde
Asia hacia a América. Esta conexión existió al menos dos veces: la primera vez hace unos 40 mil años,
permaneció al menos 4 mil años, la segunda vez hace 25 mil a 11 mil años.2 El avance del poblamiento
americano fue lento: en el actual territorio de México hubo seres humanos hace unos 38 mil años3 4 y en el
extremo sur, en Chile hace por lo menos 14.800 años,5 en la Patagonia, hace 12 mil.6
Desde el punto de vista de la teoría del poblamiento tardío, los paleoamericanos entraron en el continente
durante la última glaciación, cuando fue posible el paso hacia el Nuevo Mundo a través de Beringia (el
istmo que actualmente está ocupado por el estrecho de Bering). Esto sucedió entre 15 000 y 14 000
años a. C. Por otro lado, la teoría del poblamiento temprano afirma que los humanos llegaron a América
mucho antes, y está basada en el descubrimiento de restos cuya datación por carbono 14 da una antigüedad
mayor que 14 000 años a. C., algunas investigaciones recientes llevan esta fecha a hace unos 33 000
años.7 A la investigación paleoantropológica se suma la información genética, que ha servido para reforzar
algunas conjeturas sobre el origen de los americanos. Se estima que la mayor parte de los indígenas
americanos son descendientes de un grupo proveniente del noreste o del oriente de Asia. Los pueblos de
habla na-dené son descendientes de una segunda ola migratoria que se estableció en el norte de América,
mientras que los esquimales llegaron al continente en un flujo migratorio más reciente.8
Después de que los paleoamericanos entrasen en el continente, el paso de Beringia fue cubierto
nuevamente por el mar, de modo que quedaron aislados por tierra del resto de la humanidad. Salvo la
ininterrumpida comunicación entre esquimales y paleoesquimales de Alaska y Siberia y el caso de unos
breves asentamientos vikingos en América de finales del siglo X o comienzos del siglo XI,9 10
en la costa
de Canadá y Groenlandia, no hay pruebas concluyentes que respalden un contacto transoceánico entre la
América precolombina y el resto del mundo, aunque hay evidencias de contactos con los
polinesios.11 12
13
14
Tras el contacto colombino se plantearon variadas conjeturas para explicar el origen de los indígenas
americanos, por ejemplo, recurriendo al mito de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel. El avance de
la investigación científica permitió demostrar que no había relación material entre el origen de los
amerindios y esas creencias, por lo que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas.
Relatos indígenas
Desde antes de 1492 las culturas aborígenes de las Américas construyeron tanto mitos de origen, como
relatos de migraciones15
y acontecimientos históricos, diferentes entre una y otra cultura. Las culturas
mesoamericanas consideraban que la presencia humana en el continente americano era poco anterior al que
suponían los europeos. La civilización maya tenía registros históricos escritos desde antes del comienzo de
nuestra era, siendo los más antiguos conservados los de "San Bartoli", 300 a. C., y manejaban una
referencia como "tiempo cero" a agosto de 3114 a. C.16 Otras culturas, como la zapoteca, tenía registros
escritos que se remontan actualmente al año 500 a. C. Por mucho tiempo, la decadencia de civilizaciones
puntuales y más aún la ruptura político-cultural que significó la entrada de los europeos discontinuó el
conocimiento de esas fuentes mesoamericanas; la ciencia occidental ignoró la existencia o el significado de
este tipo de registros hasta el siglo XX.
Polémica europea
Los europeos intentaron buscar explicaciones para el origen de los seres humanos con los que se estaban
encontrando. Alejo Venegas opinó que provenían de navegantes cartagineses. Agustín de Zárate consideró
que los indígenas podían haber llegado pasando por la Atlántida, antes de que se hundiera según los relatos
de Platón.17
Sin embargo, la mayoría de las primeras explicaciones fueron religiosas, por ejemplo varios
autores europeos pensaron que los pobladores de América provenían de las tribus perdidas de Israel.16
El
sacerdote Miguel Cabello Valboa, malagueño, consideró que los aborígenes americanos descendían del
patriarca Ofir (Génesis 10:29 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+10%3A2
9&version=DHH)) e identificó América con el reino de ese nombre, rico en oro, mencionado en la Biblia
(1Reyes 9:28 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=1Reyes+9%3A28&version=DHH)).18
La
idea de situar Ofir en las Antillas fue sugerida por Cristóbal Colón,19
apareció como nota la margen en la
edición de 1540 de Robert Estienne de la Biblia y fue expuesta, entre otros, por Pedro Mártir de Anglería
en 1526.20
La identificación de Ofir con el Perú fue sustentada por el teólogo español Benito Arias
Montano en 157221
y por el erudito Johannes Goropius Becanus en 1580.22
El naturalista y sacerdote
jesuita José de Acosta fue el primero en abordar científicamente el poblamiento de América a partir de los
descubrimientos geográficos que indicaban que la distancia entre Asia y América por el norte es pequeña y
los dos continentes están separados apenas por un brazo de mar. Acosta descartó explícitamente la hipótesis
sobre el paso por el continente perdido de la Atlántida y añadió además que las tierras desconocidas donde
según el Apocalipsis de Esdras fueron llevadas las tribus cautivas de Israel, «no tienen mayor relación con
América que la encantada y fabulosa Atlántida».23
Acosta demostró que no solamente seres humanos
transitaron entre los dos continentes, sino también varias especies animales.
Continuando con una visión científica, Fray Gregorio García hizo una detallada exposición de las
diferentes hipótesis conocidas sobre el poblamiento de América, por tierra o por mar. Para él, los indígenas
provenían de Asia, de China o Tartaria, dadas las semejanzas físicas entre los habitantes de unos y otro
continente.24
En contraste, en 1650, James Ussher estableció ―basado en la Biblia― que las tribus perdidas
abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea sostuvo que América había sido
poblada alrededor del año 500 a. C. También tratando de apoyarse en la Biblia, el sacerdote sevillano
Diego Andrés Rocha, que vivió desde niño en el Perú, expuso la teoría según la cual el continente
americano fue poblado por descendientes de Túbal (hijo de Jafet, Génesis 10:2-5 (https://www.biblegatewa
y.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+10%3A2-5&version=DHH)), una parte de los cuales habría
poblado España, otra parte la Atlántida y la otra a través de esa hipotética isla, antes de que se hundiera,
habría llegado a América. Rocha complementó su teoría con la comparación entre la actitud de los
conquistadores españoles y la de Moisés.25
Charles Abbott
En 1876, Charles Abbott, un médico estadounidense, encontró unas herramientas de piedra en su granja de
Delaware. Debido a las características toscas de los instrumentos, pensó que podrían pertenecer a los
antepasados remotos de las culturas indígenas modernas. Debido a ello, consultó con un geólogo de
Harvard, quien estimó en 10 000 años de antigüedad la grava que se encontraba alrededor del hallazgo.
Abbott sostuvo entonces que se trataba de un asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles
de años más antiguo de lo que establecían las teorías bíblicas dominantes.
La teoría de Abbott fue
rechazada por las jerarquías cristianas por oponerse a la Biblia y por la comunidad científica organizada por
el Instituto Smithsoniano por no cumplir con los estándares científicos que exigía. Entre los científicos que
rechazaron la hipótesis de Abbott se encontraban Aleš Hrdlička y William Henry Holmes. En la actualidad
se ha comprobado que Abbott tenía razón en muchas de sus hipótesis y la granja ha sido declarada
Monumento Histórico Nacional.
En 1908, George McJunkin encontró unos enormes huesos en un barranco de la aldea Folsom, Nuevo
México. McJunkin, un esclavo liberado por la Guerra Civil estadounidense, era geólogo, astrónomo,
naturalista e historiador aficionado y durante años intentó llamar la atención de los vecinos de Folsom sobre
la probable antigüedad de los huesos.26
En 1926, cuatro años después de la muerte de McJunkin, el
director del Museo de Historia Natural de Colorado, Jesse D. Figgins, se enteró del lugar y descubrió varias
puntas de flecha de un estilo muy refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros yacimientos.
Una de ellas estaba incrustada en la tierra que rodeaba al hueso de un ejemplar de bisonte extinto miles de
años atrás.26
Figgins llevó las puntas de lanza a Washington DC para enseñárselas a Aleš Hrdlička, en el
Instituto Smithsoniano, quien si bien lo trató cortésmente y le sugirió una serie de reglas metódicas para el
caso de nuevos descubrimientos, se mantuvo sumamente escéptico y consideró hasta el fin de su vida que
Folsom no constituía una prueba concluyente de que América hubiera estado poblada durante el
Pleistoceno.27
En agosto de 1927, el equipo de Figgins encontró una punta de lanza ubicada entre dos
costillas de bisonte. Figgins envió un telegrama y tres científicos viajaron para ser testigos del hecho, e
informar de la seriedad del hallazgo. En ese momento, la comunidad científica estadounidense comenzó a
aceptar la importancia del yacimiento de Folsom.28
Han sido datados en 10 285 años AP.29 30
En 1929, Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años que venía siguiendo las
investigaciones que se estaban realizando en la cercana localidad de Folsom, escribió
una carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de huesos que había encontrado en
la aldea de Clovis (en el estado de Nuevo México). En 1932, una excavación realizada
por un equipo dirigido por Edgar Billings Howard, de la Universidad de Pensilvania,
confirmó que se trataba de un asentamiento indígena durante el Pleistoceno y verificó
el tipo especial de punta de flecha que sería conocida como «punta Clovis». Al ser
descubierta la datación por carbono 14, en 1949, el método fue aplicado en los
yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades que oscilaban entre el año 10 900 y La típica punta
Clovis.
el 11 500 a. C.31
La datación por radiocarbono determinó los años 9500 a 8900 a. C. y tras una revisión
se corrigió a 9050 a 8800 a. C. 32
Desde la década de 1930 y, sobre todo, desde la confirmación de las
fechas por el método del carbono 14, la comunidad científica estadounidense organizada alrededor del
Instituto Smithsoniano aceptó que la cultura Clovis era la más antigua de América y que estaba
directamente relacionada con la llegada de los primeros hombres. Esto se conoció como «consenso Clovis»
y tuvo gran aceptación mundial hasta fines del siglo XX. El consenso Clovis fue la base de la teoría del
poblamiento tardío de América.
A partir de las últimas décadas del siglo XX, las teorías combinadas que constituyen el consenso de Clovis
o teoría del poblamiento tardío ―antigüedad, lugar de ingreso, rutas migratorias, etc.― entraron en crisis.
En primer lugar, se ha cuestionado la antigüedad de la llegada del hombre a América. La postura Clovis
first sostiene que la misma no pudo ser anterior a 14000 AP y que clovis fue la primera cultura americana.
Esta postura es congruente con las glaciaciones periódicas, pues antes de esa época, Canadá estaba cubierto
por hielo y era imposible toda circulación desde el puente de Beringia hacia el sur.
Alex Krieger propuso
desde 1956 y documentó desde 1964 la existencia de poblaciones americanas anteriores a la cultura Clovis,
que no fabricaron las puntas de proyectil características de Clovis.43 44
Su teoría basada en sus visitas a
importantes sitios arqueológicos en México y América del Sur, puede considerarse precursora de la actual
teoría del poblamiento temprano de las Américas.
Aunque cada vez existen más evidencias que sugieren la presencia humana en América anterior a
14 000 AP, los defensores de la teoría del poblamiento tardío, descartan algunas de estas pruebas, al
considerar «inconsistentes» los hallazgos, o argumentando contaminación de los yacimientos por factores
extrahumanos ―como en el caso de los descubrimientos de Lorena Mirambell en Tlapacoya (México) o
Niède Guidon en Pedra Furada (Brasil)―. No obstante, no han podido comprobar la infalibilidad de los
descubrimientos.
Sin embargo, la evidencia descubierta en el yacimiento de Monte Verde (Chile) por Tom
Dillehay es incontrovertible, al ser fechado oficialmente uno de los yacimientos investigados en
14 800 años AP (Monte Verde I).5
Esta fecha fue aceptada por la comunidad científica en 1997, cuando Monte Verde fue visitado por una
delegación de los más importantes investigadores del mundo, entre los que se encontraba Calbot Vance
Haynes, el más importante defensor de la teoría del poblamiento tardío. La delegación concluyó, aunque
con algunas reticencias, que Monte Verde I es real. Por su antigüedad mayor al año tope del consenso
Clovis, su ubicación en el otro extremo del continente, y la ausencia de similitudes con la cultura Clovis, el
reconocimiento generalizado de Monte Verde ha supuesto el fin de la teoría del poblamiento tardío como
teoría hegemónica en la arqueología del poblamiento de América y ha demostrado la verosimilitud de la
datación del yacimiento estadounidense de Meadowcroft Rockshelter de más de 16 000 años.
Por otra parte, una investigación de la Universidad de Copenhague publicada en 2016, sugiere que el
llamado corredor libre de hielo se convirtió en habitable para los humanos solo hace 12.000;años, esto es
casi 1000 años después de la formación de la cultura Clovis, lo que significa que los primeros americanos
no pudieron penetrar en el continente desde Alaska por el corredor libre de hielo canadiense, sino que tanto
los grupos que desarrollaron la cultura Clovis, como también las culturas pre-Clovis, tomaron la ruta costera
del Pacífico.45 46
Simultáneamente, se han producido otros hallazgos arqueológicos y estudios genéticos,
lingüísticos y geológicos que sugieren múltiples teorías y complejas combinaciones sobre el verdadero
origen, la época de la llegada y las rutas seguidas para el poblamiento de América.
Una publicación de la Universidad Nacional de Tucumán en 2018 informó que un equipo de arqueólogos
tucumanos encontró en el departamento de Antofagasta de la Sierra (Catamarca) la evidencia humana más
antigua que se conozca en el país y posiblemente las más arcaicas de América Latina. Con el
descubrimiento se dio un salto enorme porque los objetos encontrados tienen una antigüedad de 40.000
años. Los análisis, mediante los cuales se determinó la cantidad de años, fueron realizados en dos
laboratorios especializados de EE. UU. (Arizona y CAIS-UGA) por medio del método de carbono 14.47
Ciprian Ardelean, Lorena Becerra y Eske Willerslev, en la Cueva del Chiquihuite, México, recuperaron
artefactos de piedra de una tecnología distintiva, ubicados en capas más bajas de los depósitos
sedimentarios de la cueva con fechas que corresponden a hace 27.000 años, y más artefactos en capas
superiores que datan de hasta 13,000 años. La datación de la capa con los artefactos más tempranos indica
que hubo personas en el norte de México en un momento correspondiente al comienzo de la última etapa
importante de avance glacial en América del Norte. Este hallazgo retrasa las fechas de dispersión humana
en la región, posiblemente a hace 33.000 a 31.000 años y traerán una nueva consideración para los sitios
arqueológicos sudamericanos fechados con más de 20 mil años. Un estudio de datación por radiocarbono
de los primeros sitios arqueológicos norteamericanos revela que 15,000 años el poblamiento de América
del Norte ya estaba ampliamente asentado.4
Desde la década de 1980, la investigación genética de Goicoche Méndez ha ido ocupando un papel cada
vez más destacado en las ciencias sociales y, en particular, en las investigaciones sobre población y
ascendencias, disciplina que lleva el nombre de arqueología o antropología genética. Los genetistas utilizan
el ADN mitocondrial (ADNmt) para seguir el linaje femenino y el cromosoma Y (ADN-Y) para seguir el
linaje masculino.
Estos estudios genéticos revelan que los primeros pobladores del continente se movieron lejos
rápidamente,60 y apoyan lo que los arqueólogos han sostenido durante mucho tiempo, que América fue
colonizada en varias oleadas de poblaciones que cruzaron el estrecho de Bering desde Asia, siendo el más
reciente el de Ártico y grupos canadienses. Se demuestra, a su vez, que no hay conexión genética con los
pobladores europeos del Paleolítico superior, de forma que este estudio se muestra como un fuerte apoyo
del origen asiático de la colonización americana.57
La antigüedad
La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia científica. La fecha más tardía es
la que sostienen los defensores de la teoría del poblamiento tardío y está relacionada con la cultura Clovis,
que ha establecido sin dudas una presencia humana hace 13 500 años. Los defensores de esta teoría
sostienen que la fecha de ingreso al continente no pudo ser anterior al 14 000 AP porque fue en ese
momento cuando se abrió el corredor libre siguiendo el río Mackenzie a través del actual territorio
canadiense. Esta hipótesis ha sido definitivamente desmentida por la datación de Monte Verde I (Chile), de
14 800 años;5 y posteriormente con la datación de una huella humana (denominada la Huella de Pilauco
(Chile), descubierta en el sitio paleontológico de Pilauco Bajo, la cual presenta una antigüedad datada de
15 600 años.
A partir de ese piso diversas investigaciones científicas han propuesto fechas muy diferentes, las cuales, sin
embargo, se encuentran bajo una fuerte controversia por no presentar evidencia sólida al no presentar una
datación confiable. Entre ellas podemos mencionar las siguientes fechas y sitios propuestos:
La fecha más antigua propuesta hasta el momento ha sido publicada por los científicos brasileños Maria da
Conceição de M. C. Beltrão, Jacques Abulafia Danon y Francisco Antônio de Moraes Accioli Doria,
quienes indican haber hallado algunas herramientas de cuarcita en el yacimiento de Toca da Esperança, un
chopper, un guijarro con marcas de golpes y una lasca; en las que ellos postulan dataciones de entre
295 000 a 204 000 años de antigüedad, lo que indicaría presencia humana anterior al homo sapiens.61
igualmente, en Calico, cerca de Barstow (estado de California), fueron hallados cerca de 4000 cantos y
lascas de sílex presuntamente tallados y 6000 lascas desecho, con dataciones por diferentes métodos, con
las cuales postulan fechas que oscilarían entre los 135 000 y 202 000 años;62 63
aunque en ambos casos se
ha generado un fuerte debate entre quienes consideran que el material datado es producto de la mano del
hombre64 y quienes creen que son geofactos,65
resultado de meros accidentes de la naturaleza. En Old
Crow, en el extremo noroccidental de Canadá, se encontraron, un hueso de bisonte con una marca de corte
que se postula que habría sido posiblemente producida por humanos, la cual data de hace 72 000 años, así
como otros huesos con presuntas marcas de corte, en un estrato datado en más de 300 000 años.66
En el caso de fechas postuladas que son anterior al Homo sapiens, Maria Beltrão y Rhoneds Aldora Perez,
postulan que podría haber sido posible un hipotético poblamiento humano en América, hace más del
300 000 años durante la glaciación illinoiense, el cual habría sido realizado por alguna variante del Homo
erectus, con una industria lítica de cantos y lascas.67 Sin embargo no hay fósiles ni estudios genéticos que
apoyen está hipótesis.
Igualmente, a pesar de las dataciones indicadas, no se han encontrado fósiles humanos ni aportado otras
pruebas que confirmen estas dataciones postuladas que serían anteriores a la huella encontrada en Pilauco
Bajo.
Uno de los elementos que ha llamado la atención de algunos investigadores es la profusión de yacimientos
de gran antigüedad en Sudamérica y la escasa cantidad de los mismos en Norteamérica. El dato es
llamativo, entre otras cosas, porque Estados Unidos y Canadá han dedicado grandes recursos a investigar
los yacimientos arqueológicos, a diferencia de lo que sucede en el sur. No es probable que los yacimientos
más antiguos del norte hayan quedado sin descubrir. El dato es llamativo porque, si América fue poblada
desde Siberia, los yacimientos más antiguos deberían hallarse en el norte.68
Adicionalmente, algunos
estudios han detectado entre los paleoindios sudamericanos y norteamericanos diferencias de consideración
en genes y fenotipos: aquellos con rasgos más australoides, estos con rasgos más mongoloides. Estos
elementos han causado una creciente adhesión de algunos investigadores a la hipótesis de un poblamiento
autónomo de América del Sur, no proveniente de Norteamérica. Esta hipótesis se relaciona estrechamente
con la teoría del ingreso por la Antártida desde Australia.68
Otras teorías sugieren también otras rutas de migración del hombre hacia América; estas probables rutas
alternas son:
Más allá de los debates en marcha y la gran cantidad de preguntas y contradicciones que se presentan en el
debate científico actual es posible realizar algunas conclusiones precarias:
1. Es altamente probable que el hombre americano primitivo proceda del continente asiático,
especialmente de las estepas siberianas o de la región del Sudeste asiático. Las
semejanzas entre grupos poblacionales asiáticos de esas regiones y la mayoría de los
aborígenes americanos ha sido objeto de análisis. De todos modos el hecho de que las
dataciones de máxima antigüedad que cuentan con consenso de la comunidad científica,
Clovis (Estados Unidos, 12 900-13 500 AP) y Monte Verde (Chile, 14 500 AP), se
encuentren simultáneamente en América del Norte y en el extremo sur de América del Sur
impide sacar una conclusión definitiva sobre este punto. Sin embargo, estas fechas son aún
muy recientes frente a otras fechas datadas en diversos lugares de América, que aún no
cuentan con el consenso de la comunidad científica. Habrá que esperar que estos estudios
se consoliden. Por ejemplo, entre las numerosas cavernas del nordeste de Brasil se
encuentra una conocida como Toca do Boqueirāo da Pedra Furada, la cual cuenta con
numerosas evidencias de asentamiento primitivo como instrumentos líticos. Sin embargo,
se encontraron otros artefactos en cuarzo que son datados de hace 40 000 años.
Semejante observación no es aceptada fácilmente por otros estudiosos que dicen que los
cuarzos difícilmente tienen formas definidas que puedan ser consideradas manufactura y
que no tiene sentido que los supuestos habitantes de la caverna hubiesen preferido el
cuarzo a la piedra abundante del lugar. Las objeciones no restan los misterios que abre
Pedra Furada y las excavaciones continúan. Pero aún más al sur, en Chile, las
excavaciones de Tom Dillehay y otros muchos arqueólogos en Monte Verde revelan restos
de comida e instrumentos que se datan de hace 12 000 e incluso 30 000 años. También
Monte Verde es contestado por muchos como una de las más antiguas evidencias humanas
en América, pero son más contundentes que las que existen en el hemisferio boreal del
continente.70
2. Las culturas prehistóricas y las civilizaciones de América se desarrollaron de manera
aislada al resto del planeta.
3. La Revolución Neolítica americana es original y carece de toda relación con la que se
produjo en la Mesopotamia asiática.
4. El puente de Beringia desapareció hace 11 000 años (Scott A. Elias)36 y, con la excepción
de los esquimales, que mantuvieron ininterrumpidamente contactos comerciales marítimos
de verano entre Siberia y Alaska,71 y con Groenlandia, no hay pruebas contundentes que
permitan concluir definitivamente que los pueblos amerindios mantuvieron contactos con
pueblos de otros continentes. Sin embargo, está plenamente probado que en 982 los
vikingos comenzaron la exploración de Groenlandia y Canadá y, establecieron una aldea
en L'Anse aux Meadows (isla de Terranova); pero su penetración en el continente no fue
significativa. Los científicos debaten varias evidencias del contacto de los polinesios con
los indígenas americanos.72
Otras hipótesis, como la llegada de los fenicios, egipcios, griegos, hebreos, chinos y japoneses gracias a sus
habilidades náuticas, siguen siendo hipótesis de difícil demostración. Menos pruebas hay aún de una
eventual presencia de amerindios en los demás continentes.
La América antigua
Hace más de tres mil años se desarrollaron dos grandes civilizaciones en América: la olmeca, en el este de
México, y la cultura Chavín , en la costa norte de Perú. Sus antepasados habían llegado desde Asia por el
estrecho de Bering miles de años atrás. Primero fueron cazadores-recolectores nómadas, pero luego se
asentaron en comunidades agrícolas. https://librosatenea.mercadoshops.com.ar/MLA-794774950-historia-
del-mundo-historia-de-la-humanidad-parragon--_JM
Los olmecas fueron una cultura que se desarrolló durante el periodo preclásico de Mesoamérica. Aunque
se han encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica Olmeca
Cultura chavín
Jaguar Cultura Olmeca 2
El encuentro de dos mundos
Pasan 10 a 15 generaciones y los hombres primitivos se asientan en
territorio americano. Fueron estimulados por los abundantes
recursos que iban encontrando cuanto más tierras conocían y,
cuando el peregrinaje iba avanzando cada vez más al sur, hallaban
mejores condiciones climáticas y mayores facilidades para la caza.
Por otra parte, las condiciones en el «puente de Beringia» habían
cambiado. Se había hecho más pantanoso, por lo que su aventura
fue un viaje sin retorno.
Image from page 91 of "Andean
culture history" (1964) CulturaChavín
Tiempo que duró el poblamiento
En el extremo sur de Chile, en la cueva Fell, se han encontrado herramientas y restos de cazas, de hace
unos 11 000 años. Si como fecha más temprana del inicio del poblamiento se consideran 36 000 años atrás
y como fecha más tardía, 15 000 años, el poblamiento entre Alaska y la isla de Tierra del Fuego puede
haber tardado un máximo de 25 000 años y como mínimo 4000 años.
Topper (Carolina del Sur, Estados Unidos). Restos humanos fechados hacia el año
50 000 AP (antes del presente).
Pedra Furada (Piauí, Brasil). Restos humanos fechados hacia el año 50 000 AP.
American Falls (Estados Unidos). Restos fechados hacia el año 43 000 AP.
Cuenca del Valsequillo (México). Huellas humanas fechadas hacia el año 40 000 AP.73 74 3
Cueva de Cacao (Antofagasta de la Sierra, Argentina) artefactos líticos asociados a dos
costillas de milodote datadas en 40.000 años AP.75
Sitio del lago Lewisville (Denton, Texas, Estados Unidos), artefactos de piedra con fechas
de 37 000 años AP.76 77 78
Monte Verde II (Puerto Montt, Chile). Restos de 33 000 años.
El Cedral (SLP, México). Restos humanos y artefactos líticos con una antigüedad de
31 000 años AP.
Cueva del Chiquihuite (Concepción del Oro, México), industria lítica de 27 000 años.79
Santa Elina, Serra das Araras, (Mato Grosso, Brasil) Algunos artefactos líticos, 27 000
años.80
White Sands, Nuevo México, Estados Unidos, huellas de pies humanos delimitadas por
capas de semillas datadas por radiocarbono calibradas entre 23 y 21 mil años AP.81
Tequixquiac (Méx, México). Hueso sacro de Tequixquiac de hace 22 000 años.
Tlapacoya (Méx, México). Navaja de obsidiana de hace 21 000 años.
Chiribiquete, Colombia, pinturas rupestres de hasta 19 510 años.
Meadowcroft Rockshelter (58 km de Pittsburgh, Estados Unidos) 16 000 a 19 000 años.
Buttermilk Creek, Condado de Bell (Texas) 15 500 a 16 000 años.
Piquimachay (Ayacucho, Perú). Puntas de proyectil, raspadores, cuchillos; de 17 000 años,
aproximadamente. El antropólogo Mc Neish opina que estos inmigrantes llegaron a los
Andes peruanos hace 22 000 años.
Monte Verde I (Puerto Montt, Chile). Restos de 14 800 años.5
Page-Ladson, Florida. Puntas de lanza de marfil, artefactos de piedra y huesos de
mastodonte con marcas de corte, datados entre 15 405 y 14 146 años AP.
Cavernas de Tulum (Tulum, México). Cuatro esqueletos humanos, 14 500, 12 000 y
10 000 años.
Isla Triquet (Canadá). Fogón de hace 14 000 años.82
Taima Taima, El Muaco y El Jobo (Venezuela). Industria lítica muy tosca, de 14 000 y
12 000 años.
Manis Mastodon (estado de Washington). Punta de proyectil de hueso de hace
13 800 años.
El Guitarrero (Ancash, Perú). Industria lítica de lascas, una punta de proyectil y un cuchillo;
ambas bifaciales, de hace 13 000 años.
Piedra Museo (Santa Cruz, Argentina). Restos de 13 000 años.
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Hipótesis solutrense
Teoría del poblamiento temprano
Teoría del poblamiento tardío
Contactos transoceánicos precolombinos
Primeros pobladores andinos
Prehistoria de América
Paleoindio
Mujer de Las Palmas
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Hueyatlaco
Cerritos de indios
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