La ley que contempla la prisión perpetua para los agresores sexuales de menores de edad

cuenta con cierta apariencia de constitucionalidad fundamentado en el Acto Legislativo 01

del 2020 (Que se encuentra en materia de juzgamiento por parte de la honorable Corte
Constitucional teniendo en cuenta que se ha admitido una demanda de inconstitucionalidad)
no deja de ser inconvencional, ya que la prisión perpetua es considerada como un trato
cruel y degradante que despersonaliza al individuo condenado; siendo así está prohibido
por los tratados internacionales que versan sobre derechos humanos y conforman el bloque
de constitucionalidad en el sentido lato con fundamento en el artículo 93 de la Constitución
Política, tales como la Convención Americana de Derechos Humanos indicando que nadie
debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles inhumanos y degradantes, y la
Convención para Prevenir y Sancionar la Tortura y Penas Crueles Inhumanas y
Degradantes reafirma que estos actos atentan contra la dignidad humana violentando los
derechos humanos y libertades fundamentales consagradas en la Declaración de Derechos
Humanos.
Además, los centros penitenciales en su mayoría atraviesan una crisis de hacinamiento, lo
que causaría que al ejecutar la pena de prisión perpetua se diera un aumento en las cifras de
hacinamiento. En el período comprendido hasta Julio del 2021 se evidencia un porcentaje
de hacinamiento de 17.96%, albergando una población de 97.113 en un sistema carcelario
que tiene capacidad para apenas 82.326 personas (Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario [INPEC], 2021).
Por otro lado, el problema es estructural y sistemático pues la solución no radica en alargar
las penas de manera indefinida, sino en hacer efectivos los mecanismos judiciales que
tambalean gracias a la impunidad que impide la aplicación de condenas en los casos de
delitos sexuales como lo demuestran las cifras del Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF, 2020) el 98% de los casos de violencia sexual contra niños están en
impunidad.
Es por esto que me encuentro en desacuerdo con la posibilidad de condenar a prisión
perpetua a los agresores sexuales de menores, ya que la medida es inconvencional pues
implica la trasgresión de derechos fundamentales prohibidos por tratados ratificados por el
país, a lo que se suma el problema de hacinamiento del sistema carcelario dando como
resultado la insuficiente capacidad de sostener a posibles personas condenadas
perpetuamente; también es posible plantear que el problema radica en la falta de
credibilidad de los mecanismos judiciales y los índices de impunidad debiendo ser este el
campo principal de atención y no optar por salidas tan aparentemente sencillas como el
populismo punitivo.
- Tipos de argumentos utilizados
1) Argumento de autoridad: En lo que refiere a la inconvencionalidad de la ley.
2) Argumento de autoridad y causa efecto: En lo que refiere al hacinamiento.
3) Argumento de causa efecto y autoridad: En lo que refiere a impunidad.
-Argumento Silogismo Modus Ponens.
1.
La cadena perpetua es un trato inhumano, cruel, degradante entonces está prohibido por las
convenciones y tratados internacionales ratificados.
La ley 2098/2021 de cadena perpetua es inhumana, cruel y degradante.

La Ley 2098/20201 es inconvencional

PQ
P
_____
Q
2.
Si se presenta un problema de hacinamiento entonces no pueden albergar reclusos de
manera indefinida.
Las cárceles presentan un problema de hacinamiento

Las cárceles no pueden albergar reclusos de manera indefinida

PQ
P
_____
Q
3.
Si no se hacen efectivos los mecanismos judiciales entonces el problema es estructural y
sistemático
No se hacen efectivos los mecanismos judiciales

El problema es estructural y sistemático.

PQ
P
___
Q
3. Argumento reescrito a manera de silogismo.
La cadena perpetua es considerada como un trato cruel y degradante que despersonaliza al
individuo condenado y se encuentra prohibido por los tratados internacionales que versan
sobre derechos humanos y conforman el bloque de constitucionalidad en el sentido lato,
tales como la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención para prevenir
y Sancionar la Tortura y Penas Crueles Inhumanas y Degradantes. La ley 2098 del 2021
que estipula la posibilidad de cadena perpetua para los agresores sexuales de menores de
edad es inconvencional ya que pasa por alto los tratados y convenciones internacionales
ratificados.
Además, si los centros penitenciales atraviesan una crisis de hacinamiento; como se
evidencia en las cifras comprendidas hasta Julio del 2021 evidenciando un porcentaje de
17.96% albergando una población de 97.113 en un sistema carcelario que tiene capacidad
para apenas 82.326 personas (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario [INPEC], 2021),
no es posible entonces albergar reclusos condenados a penas indefinidas.
En adición, los altos índices de impunidad en caso de delitos sexuales alcanzan una cifra
del 98% según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF, 202). Lo que hace que
el problema sea estructural y sistemático cuya solución no consiste en alargar las penas de
manera indefinida sino en hacer efectivos los mecanismos judiciales.
Es por esto que me encuentro en desacuerdo con la posibilidad de condenar a prisión
perpetua a los agresores sexuales de menores, ya que la medida es inconvencional pues
implica la trasgresión de derechos fundamentales prohibidos por tratados ratificados por el
país, a lo que se suma el problema de hacinamiento del sistema carcelario dando como
resultado la insuficiente capacidad de sostener a posibles personas condenadas
perpetuamente; también es posible plantear que el problema radica en la falta de
credibilidad de los mecanismos judiciales y los índices de impunidad debiendo ser este el
campo principal de atención y no optar por salidas tan aparentemente sencillas como el
populismo punitivo.