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La Familia y la Fe
Dentro del plan de Dios la familia es la máxima expresión de su amor y
misericordia con la humanidad; humanidad que compone una sociedad. Ahora
la familia con los ojos puestos en Dios siente su llamado al servicio, que la
consolida en el mundo como iglesia doméstica, llamada a irradiar (desde su ser
y obrar) el Evangelio.
Parafraseando la Familiaris Consortio (n. 17) podemos decir que la familia
tiene la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor como reflejo vivo y real
del amor de Dios para con la humanidad y el de Cristo con su esposa la Iglesia.
Además de la familia formar al hombre en la parte humana, está llamada a
enseñar las virtudes y valores del Evangelio, buscando la santificación del
hombre para formar la comunidad santificada.
Sin embargo, vemos como ciertas circunstancias han hecho que la familia se
vaya desvirtuando, creciendo agigantadamente la crisis de la transmisión de la
fe. Desde esta realidad todo lo que la destituye es “normal”; somos muchos los
que en la actualidad anhelamos familias unidas, capaces de vencer todos los
obstáculos que presenta la vida, familias plantadas en terreno fértil, y
cimentadas en la roca, que sin duda alguna es Cristo, el amor hecho carne.
La oración Familiar
Jesús nos recuerda una promesa “Porque donde están dos o tres reunidos en
mi nombre, allí estoy yo estoy en medio de ellos” (Mt 18, 20), Jesús nos revela el
modo suyo de estar en medio de la familia, una promesa que la familia al
entenderla, al vivirla y al hacerla presente en medio de ellas genera: Perdón,
sanación, liberación e ilumina la vida comunitaria.
Dediquemos tiempo cada día a la oración, orando conoceremos la voluntad
de Dios. A pesar de todas nuestras tareas y preocupaciones la oración debe ser
una realidad importante en nuestra cotidianidad; es indispensable tomar algún
tiempo en el transcurso del día donde guardemos silencio, y sea el momento
propicio para reflexionar, bien sea en la mesa al comer, en la mañana antes de
salir la jornada de trabajo o en cualquier momento que se considere necesario;
recordemos que la “familia que reza unida permanece unida”. P. Patrick Peyton.
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¿Qué tipo de Familia Sueño?
San José recibía mensajes del Ángel del Señor a través de sueños; no
tengamos miedo a soñar, que las dificultades y desilusiones no nos quiten la
capacidad de soñar, actualmente ante esta realidad el Papa Francisco invita: “No
es posible una familia sin soñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de
soñar, de amar esta energía de soñar se pierde, por eso les recomiendo que en la
noche cuando hagan el examen de conciencia, también se hagan esta pregunta:
¿Hoy soñé con el futuro de mis hijos, hoy soñé con el amor de mi esposo y esposa,
soñé con la historia de mis abuelos? Es muy importante soñar, no pierdan esta
capacidad de soñar”. (Discurso del Papa Francisco con las familias en Filipinas,
16 de enero de 2015)
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“La universalidad sin fronteras es el horizonte propio de la
evangelización, animada interiormente por el afán misionero, ya que es de
hecho la respuesta a la explícita e inequívoca consigna de Cristo: «Id por el
mundo y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16, 15). También la fe y la
misión evangelizadora de la familia cristiana poseen esta dimensión
misionera católica. El sacramento del matrimonio que plantea con nueva
fuerza el deber arraigado en el bautismo y en la confirmación de defender y
difundir la fe, constituye a los cónyuges y padres cristianos en testigos de
Cristo «hasta los últimos confines de la tierra» (Hch 1, 8), como verdaderos y
propios misioneros» del amor y de la vida. Una cierta forma de actividad
misionera puede ser desplegada ya en el interior de la familia. Esto sucede
cuando alguno de los componentes de la misma no tiene fe o no la practica
con coherencia. En este caso, los parientes deben ofrecerles tal testimonio de
vida que los estimule y sostenga en el camino hacia la plena adhesión a Cristo
Salvador. Animada por el espíritu misionero en su propio interior, la Iglesia
doméstica está llamada a ser un signo luminoso de la presencia de Cristo y de
su amor incluso para los «alejados», para las familias que no creen todavía y
para las familias cristianas que no viven coherentemente la fe recibida. Está
llamada «con su ejemplo y testimonio» a iluminar «a los que buscan la
verdad». Así como ya al principio del cristianismo Aquila y Priscila se
presentaban como una pareja misionera (Cfr. Hch. 18; Rm. 16, 3s) así también
la Iglesia testimonia hoy su incesante novedad y vigor con la presencia de
cónyuges y familias cristianas que, al menos durante un cierto período de
tiempo, van a tierras de misión a anunciar el Evangelio, sirviendo al hombre
por amor de Jesucristo” (n. 54)
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Algunas citas bíblicas para compartir:
PARA REFLEXIoNAR.
• ¿Soy para mi
familia un testigo de
Cristo?
• ¿Cómo familia
cristiana estamos
dispuestos a donar de
nuestro tiempo para
anunciar a Cristo?
• ¿Cómo familia en
qué nos comprometemos
con Cristo?
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Niños testigos de la misión
SOMOS BAUTIZADOS. ¡VAMOS A LA MISIÓN!
Sabías qué…
La Carta Apostólica Maximum Illud (1919),
escrita por el Papa Benedicto XV nos invita,
con espíritu profético y franqueza evangélica,
a salir de los confines de las naciones para
testimoniar la voluntad salvífica de Dios
a través de la misión universal de la Iglesia.
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