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Dios en su perfecto plan creó al Hombre y la mujer. Cuando creó a la mujer, no lo hizo de un hueso de la
cabeza para que ella no estuviera por encima de la autoridad del hombre, ni de un hueso del pie para
que el hombre no la tuviera debajo, pisoteándola y tratándola mal. Lo hizo tomando un hueso del
costado, para que esté a un lado del hombre complementando la vida del uno con el otro.
3. ENEMIGOS
a. LA DIVISION
Lucas 11:17 Como él conocía sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo
quedara asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbara.
b. LA FALTA DE COMUNICACIÓN
Este enemigo es muy dañino, pues si no tenemos buena comunicación con nuestro cónyuge
no podemos conocer la necesidad del otro. Lamentablemente, muchos matrimonios están
unidos solo por los hijos y al momento que estos se casan y forman su propio hogar, la
comunicación se termina y por ende el matrimonio. Recordemos la época del noviazgo, el
tiempo no alcanzaba para platicar, si iban a un restaurante el mesero les avisaba que ya era
hora de cerrar y si podían retirarse. Ya casados, mejor si pasan a un restaurante de comida
rápida y mejor aún si pasan al autoservicio. Pierden el interés de platicar y conocerse más.
Les invito a que salgan a solas como pareja y aprovechar para conocerse aún más, a que se
propongan en esas salidas a no hablar de trabajo, problemas, familias ni de los hijos. Es un
momento solo para ustedes.
CONCLUSION
La unidad tiene poder, pero es necesario que cada uno en el matrimonio esté dispuesto a ceder y
alcanzar acuerdos. El peor enemigo es la división. Debemos tomar en cuenta que los pilares del
matrimonio son:
1. Dios
2. Amor
3. Respeto
4. Confianza
5. Comunicación
6. Fidelidad
7. Perdón
8. Compromiso.