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TEMPLARIOS (Entre La Historia y La Leyenda) - Apuntes para L
TEMPLARIOS (Entre La Historia y La Leyenda) - Apuntes para L
<< Recopilación de material sobre la Orden del Temple – Sala @Enigmas y Misterios@ - PALTALK
– 3 de Diciembre del 2004. Fuente: Internet - Web Templarias e Históricas - >>
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olvida de mencionar a los templarios.
Las versiones sobre los inicios de la Orden del Temple difieren aunque
coinciden en que los caballeros eran de origen francés, de la zona de
Claraval, que el Císter tuvo una fuerte influencia en ellos y dentro del
Císter, Bernardo de Claraval, luego San Bernardo.
También hay general acuerdo en que pese a su origen noble eligen la vida
de monje-soldado, iniciando su experiencia en Tierra Santa, por propia
decisión o imposición, protegiendo a los peregrinos en los caminos,
especialmente el de Jaffa a Jerusalén, ciudad que había caído en manos
cristianas cuando la primera Cruzada, en julio de 1099. La nueva
pertenencia a la Cristiandad había aumentado considerablemente el número
de devotos que cumplían promesas viajando a ella.
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Santa, no se habla más del tema y llama la atención que no sea recordado
siquiera una vez en las reglas de la Orden, tan pormenorizada y detallista
en otros aspectos. Por ejemplo que sólo podrán levantarse sin permiso de la
mesa si a algún hermano le sangra la nariz, si hay fuego (incendio) en
alguna parte o si se espantan los caballos). Hay que preguntarse cómo
un grupo tan reducido podía albergar la esperanza de desempeñar
una tarea tan gigantesca como la que se habían impuesto a sí
mismos. ¿Nueve hombres para proteger a los peregrinos que
recorrían todas las vías públicas de Tierra Santa? ¿Sólo nueve? ¿Para
proteger a todos los peregrinos? Parece, a todas luces, que tan poca
protección resultaba fácilmente erosionable por las patrullas
sarracenas, muchísimo mas numerosas en número. Si éste era su
objetivo, lo lógico sería que hubiesen admitido nuevos reclutas. Sin
embargo, según dice Guillermo de Tiro, durante nueve años no entró
en la orden ningún caballero.
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¿Encontraron los Templarios el Arca? No puede darse una respuesta
segura a esta pregunta. La misión era secreta y secreto ha permanecido el
resultado. Pero existen presunciones, y en tal cantidad, que permiten
establecer, al menos, una certeza moral. En 1128 se produce el retorno a
Francia de Hugo de Payns y al menos cinco de sus caballeros, con un
mensaje de Balduino II, Rey de Jerusalén, al Papa, demandando socorro por
la falta de combatientes para proteger el nuevo reino cristiano. Pero Hugo
de Payns no es un consejero del Rey, que por lo general se escogían para
aquella clase de misiones, ni está enfeudado en Tierra Santa. De hecho, no
es Balduino II quién envía al caballero templario, sino que "aprovecha" un
viaje de este para encargarle la misión. Y Hugo de Payns parte con casi
todos, sino con todos, sus compañeros. Es evidente que no se desplaza a
todos los caballeros para transmitir un simple mensaje. Hubo una orden
venida del otro lado; el propio San Bernardo, de forma muy explícita,
reconoce en los preliminares de la Regla que va a dar a la Orden del
Temple, tanto que ha llamado a los Caballeros, como que su misión ha sido
cumplida. Y si los caballeros han sido desplazados en tan gran
número es por que escoltaban algo que debía ser custodiado, algo
particularmente valioso.
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de la historia.
5
Todos los miembros de la orden tenían la obligación de vestir hábito blanco o
sobrevesta y capa del mismo color, prendas que no tardaron en convertirse
en el manto blanco distintivo que hizo famosos a los templarios. «No se
permite a nadie llevar hábitos blancos, o tener mantos blancos,
exceptuando a los [...] caballeros de Cristo.» Así decía la regla de la
orden, que explicaba la importancia simbólica de este atuendo: «A todos
los caballeros profesos, tanto en invierno como en verano, damos, si
pueden obtenerse, prendas blancas, para que aquellos que han
dejado atrás una vida tenebrosa sepan que deben encomendarse a
su creador por medio de una vida pura y blanca».
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El Bausante era portado por un Caballero que no podía usarlo para
defenderse de un ataque del enemigo, no obstante este Caballero que solía
ser alguno que hubiera ya demostrado su valentía y coraje durante algunas
batallas; era protegido por un número de entre seis y diez caballeros casi
tan valíentes como lo era el porta-estandarte.
El Blanco:
El Negro:
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arena) su relación con la tierra es evidente, ya que es la tierra negra la
materia prima de los Alquimistas, de hecho el significado de Alquimia es
Piedra Negra.
El Rojo:
“Roja por que roja es la sangre vertida por Cristo, pero también es
símbolo de vida...”
Por ello es también el símbolo del sacrificio que debían hacer los Caballeros
de la Orden del Temple. El color rojo hace referencia al Sol.
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que en principio el Temple era el brazo armado de la anterior o incluso
que ambas órdenes eran una sola, puesto que según parece compartían el
mismo Maestre. Sería el caso de André de Montbard, uno de los
caballeros originarios de la orden templaria y que llegaría a ser el máximo
dirigente de la misma. Pero el tío de San Bernardo consta asimismo como
miembro de Sión, con lo que podemos hacernos una idea del
hermanamiento entre ambas.
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:: El Grial ¿un linaje sagrado? ::
Una vez en la actual Francia, este linaje judío se unió matrimonialmente con
el de los reyes francos, dando lugar a los merovingios. Alrededor del año
500 d.c., con el bautismo y conversión del rey Clodoveo, la Iglesia Romana
se instauró como suprema autoridad espiritual de Occidente. Se podría decir
que fue un pacto entre Roma y los merovingios, originando una alianza que
debería engendrar un nuevo sacro imperio romano. Pero parece que la
lealtad de los francos a la Iglesia no era muy intensa, ya que los
merovingios seguían manteniendo simpatías por la religión arriana que
practicaban antes de su conversión al cristianismo. Doscientos años
después, el rey merovingio Dagoberto II fue asesinado junto con su familia
por encargo de su propio mayordomo de palacio, Pipino de Heristal. La
Iglesia, viendo peligrar su hegemonía, habría apoyado la conspiración. Con
la muerte de Dagoberto y sus descendientes la dinastía merovingia llegó a
su fin, y comenzó la de los mayordomos de palacio: los carolingios, que
contaban con el apoyo eclesiástico. Éstos, que eran a fin de cuentas unos
usurpadores, trataron de legitimarse casándose con princesas merovingias
y continuaron con su reinado. Con Carlomagno llegaron a abarcar un
imperio que se extendía por la totalidad de la Europa occidental y lo
gobernaban al servicio de Roma.
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y para obtener fondos con destino a la Cruzada hipotecó buena parte de sus
tierras. Tenía el aspecto de todo un señor, alto e imponente, rubio de
barba y cabellera, dotado de tanto valor como fortaleza y conocido
por su piedad y tendencia a la oración. Dos de sus hermanos le
acompañaron en la gran aventura: el mayor, Eustaquio III de Boulogne, y
el menor, Balduino. Muchos caballeros del Mosa, de Lorena y de Valonia
siguieron a los hermanos de la casa de Boulogne. Como Godofredo era leal
al Emperador, aunque no se sentía enemigo del Papa, evitó el viaje por
Italia y condujo a sus tropas por Hungría. Godofredo impuso una
disciplina severísima a su ejército, e incluso tuvo la osadía, después de
haber acampado a orillas del Cuerno de Oro en la víspera de Nochebuena
de 1096, de atacar la capital de Bizancio, Costantinopla, tras negarse a
jurar fidelidad al emperador Alejo cuando se la exigió, si bien los imperiales
obtuvieron una brillante victoria defensiva. Durante la peregrinación armada
hacia Tierra Santa, Godofredo de Bouillon también participó activamente
en las batallas de Nicea y de Dorilea contra los turcos y en el asedio
y asalto de Antioquia en el 1098).
:: La Expansión de la Orden ::
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salvo al propio Papa. Dicho de otro modo, se les declaraba
independientes de todos los reyes, príncipes y prelados, y libres de toda
intromisión por parte de las autoridades, así políticas como religiosas. En
efecto, a partir de aquel momento los templarios serían sus propios jueces,
un imperio internacional autónomo.
12
:: Estructura administrativo-financiera ::
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(no olvidemos que se trataba de un viaje peligroso) pudieran pagarse
rescates o, en el peor de los casos, para que esas pertenencias pudieran
entregarse a los herederos.
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II.- LOS MISTERIOS DE LA ORDEN TEMPLARIA
:: LOS TEMPLARIOS EN AMERICA ::
Algunos autores sostienen que los Templarios iban y venían de América con
barcos cargados de plata, que posteriormente concentraban en la ciudad
francesa de Sours. Hoy en día, a sabiendas
de que los vikingos alcanzaron el continente
americano bastante tiempo antes que los
conquistadores españoles, la hipótesis no
parece del todo descabellada. Enumeremos
pues las evidencias.
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Orden del Temple. Los marinos portugueses tenían prohibido navegar más
allá de Cabo Mogador sino portaban dicho pabellón. Cruz, que por otra
parte, también se hallaba en las tres embarcaciones colombinas.
Precisamente en el país vecino estuvo el almirante Cristobal Colón, no sólo
para encontrar financiación para su empresa, sino con el fin de estudiar las
cartas marítimas que guardaba la Orden de Cristo y que se consideraban las
más completas del mundo.
Por otra parte, el Temple poseía una flota propia y contaba con
puertos que miraban no solo al Mediterráneo sino también al
Atlántico. Destacamos la enigmática encomienda francesa de La Rochelle,
en la que el Temple disponía de un puerto muy importante cuya ubicación,
apartada de las rutas usuales, no estaba justificada en modo alguno. Este
puerto se hallaba fuertemente protegido por unas cuarenta encomiendas en
un radio de ciento cincuenta kilómetros y su importancia podría ser enorme
de ser cierta la confesión de un templario.
(Foto de la izquierda – Puerto de la
Rochelle)
Resulta curioso por otra parte también que los sacerdotes mayas
americanos, que como hemos visto conocían el cristianismo antes de la
llegada de los españoles usasen una sotana blanca muy parecida a la
vestimenta templaria.
:: EL FINAL DE LA ORDEN ::
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sido una humillación tener que buscar refugio en la preceptoría del Temple
al huir de las turbas rebeldes de París. Codiciaba la inmensa riqueza de los
templarios, que había tenido ocasión de ver durante su estancia en su sede.
Y habiendo solicitado ingresar en la orden en calidad de postulante, había
sufrido la indignidad de ser rechazado altivamente. Estos factores —unidos,
por supuesto, a la alarmante perspectiva de tener un Estado templario
independiente a sus espaldas— bastaron para incitarle a actuar. Y la herejía
fue una excusa oportuna.
Ante todo, Felipe tenía que asegurarse la cooperación del papa, a quien los
templarios, al menos en teoría, debían lealtad y obediencia. Entre 1303 y
1305 el rey de Francia y sus ministros proyectaron el secuestro y la muerte
de un pontífice (Bonifacio VIII) y muy posiblemente el asesinato por
envenenamiento de otro (Benedicto XI). Luego, en 1305, Felipe logró que se
eligiese papa a su propio candidato, el arzobispo de Burdeos. El nuevo
pontífice tomó el nombre de Clemente V. Estando en deuda con la influencia
de Felipe, el nuevo papa no podía rechazar las exigencias del rey. Y entre
estas exigencias estaba la supresión de los caballeros templarios.
De hecho, es dudoso que el ataque por sorpresa que Felipe descargó contra
la orden fuera tan inesperado como creía el rey y como creerían luego los
historiadores. Muchos datos inducen a pensar que los templarios recibieron
algún tipo de advertencia. Poco antes de las detenciones, por ejemplo, el
Gran maestre, Jacques de Molay, hizo quemar muchos de los libros y las
reglas de la orden. A un caballero que se retiró de la orden en aquel
momento le dijo el tesorero de la misma que su decisión era
extraordinariamente «sabia», toda vez que era inminente una catástrofe. Se
envió una nota oficial a todas las preceptorías de Francia haciendo hincapié
en que no se diese a conocer ninguna información relativa a las costumbres
y rituales de la orden.
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de que la orden opusiera una resistencia activa a los senescales del rey. En
segundo lugar, hay pruebas persuasivas de que determinado grupo de
caballeros —virtualmente todos ellos vinculados con el tesorero de la orden—
protagonizó una fuga organizada. Por consiguiente, tal vez no sea extraño
que desapareciera el tesoro del Temple junto con casi todos sus documentos
y registros. Rumores persistentes pero no comprobados hablan de que el
tesoro fue sacado en secreto de la preceptoría de París, al amparo de la
noche, poco antes de que se practicasen las detenciones. Según dichos
rumores, fue transportado en carretas hasta la costa —seguramente hasta
La Rochelle, la base naval de la orden— y cargado en dieciocho galeras, de las
cuales nunca más se supo. Sea esto cierto o no, parece ser que la flota de los
templarios escapó de las garras del rey, porque no hay noticia de que alguna
de las naves de la orden fuera apresada. Por el contrario, parece que las
dieciocho galeras desaparecieron por completo, junto con lo que
transportaban.
21 de Octubre de 1307. En una amplia sala del palacio de Felipe IV, rey de
Francia, de suelo embaldosado con frías piedras iluminadas por la luz que
deja pasar una ventana ojival, abierta al gris patio interior y la llama de
unas antorchas murales, unos esbirros descansan en un rincón tras acabar
su trabajo.
Ahora les toca a ellos, a los escribanos, piensan. Ellos ya han conseguido su
objetivo. Después de untar con sebo los pies y piernas y ponerle sobre las
ascuas contenidas en un enorme brasero de bronce, veinticuatro horas al
día, un día tras otro, han conseguido que Godofredo de Charnay, otrora
comendador templario de Normandía, ahora un cuerpo con los huesos de
las piernas al aire, en otros tiempos vestido con el manto blanco con roja
cruz de la Orden, envuelto hoy en sanguinolentos y sucios harapos,
comience a hablar.
Son los verdugos del rey. Revestidos en cuero y mallas, han atormentado a
este hombre que susurra en voz baja que ignoraba todo lo que se decía
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acerca de la adoración ritual a un gato negro, o sobre la misteriosa cabeza
de forma bafomética, que nunca vio, pero los legistas agudizan el oído
cuando comienza a decir que "después de haberme recibido e impuesto el
manto, me trajeron una cruz en la que había una imagen de Jesucristo. El
hermano Amaury (se refiere a Amaury de la Roche, amigo de San Luis, el
rey santo abuelo de Felipe IV el Hermoso), me dijo que no creyera en aquél
cuya imagen estaba representada porque era un falso profeta, no era
Dios..."
Muchas otras confesiones arrancadas con los más horrendos suplicios y las
más crueles torturas imaginables completaron el expediente que se instruía
en aquellas fechas por Guillermo de Nogaret, guardasellos y abogado del
Reino que habitualmente defendía a la Corona en sus diferencias con la
Iglesia, por orden del mismísimo Rey.
Ahora bien: las preguntas que se les dirigían no eran en modo alguno fruto
de la casualidad. Se trataba de establecer, sobre todas las cosas, si
los hermanos del Temple consideraban a Jesús como un falso
profeta, como un criminal de derecho común que habría sido
condenado y ejecutado por sus crímenes. Y si esto quedaba
establecido, los templarios se habrían sumado a los asesinos de
Nuestro Señor, como había escrito Felipe IV el Hermoso en su
proclama.
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herejía está demostrada. Se han obtenido 207 confesiones. Ahora sólo
queda decidir la suerte del Gran Maestre y su Estado Mayor.
Hacen subir a ella a los caballeros y les hacen arrodillarse: se les condena a
"ser encerrados a perpetuidad y en silencio, considerando que lo han
confesado todo, para que tengan tiempo de llorar por sus culpas", teniendo
como único alimento "el pan de dolor y el agua de tribulación"... "In
nomime Patris...". Felipe el Hermoso se mostraba misericordioso con ellos
porque habían "confesado sus faltas de una manera ingenua". La
"misericordia" de Felipe se mostraba conmutando la pena de muerte por la
pena de ser encerrado a pan y agua en una oscura, húmeda y silenciosa
mazmorra por el resto de su vida a estos ancianos debilitados. Felipe había
medido bien el golpe: la condena era casi benigna y se ganaría la voluntad
del populacho, que quería y respetaba a los templarios.
Todos saben cuál es la pena para los relapsos (del latín re-lapsus: recaído.
Se aplicaba a los que recaían en la herejía después de haber declarado
públicamente su abominación de la misma): la hoguera. Una muerte
dolorosa, pero sólo dura unos minutos. Mucho menos terrible que irse
pudriendo en un pozo oscuro, silencioso y húmedo, lentamente unos
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hombres acostumbrados al sol de Oriente y las aguas del Mediterráneo.
:: La Ejecución ::
21
:: La Maldición ::
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Los caballeros templarios ocultos entre la muchedumbre oyeron claramente
las palabras de Jacques de Molay. Fueron para ellos como un testamento y
quizas se sintieron obligados a ejecutar la última voluntad de su Gran
Maestre. Era la sentencia de muerte de estos tres siniestros personajes.
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Durante mucho tiempo se contó una leyenda. Decía que cada año, en la
noche en que había sido decretada la abolición de la Orden, un espectro con
manto blanco de roja cruz, armado con escudo "plata y sable" y con lanza,
se aparecía a medianoche en la cripta del Temple, en París. Y se oía una voz
sepulcral que preguntaba:
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sus jueces, amenazando con alzarse en armas. Los jueces, intimidados, los
declararon inocentes; y cuando la orden fue disuelta oficialmente muchos
templarios alemanes hallaron refugio en los hospitalarios de San Juan y en la
orden teutónica.
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sumos iniciados, verdaderos superhombres dotados de un prodigioso arsenal
de poder y conocimiento arcanos. También se les tenía por héroes y
mártires, precursores del espíritu anticlerical de la época; y muchos
francmasones franceses, al conspirar contra Luis XVI, tenían la sensación de
contribuir a que se cumpliera la maldición contra la realeza francesa que
Jacques de Molay lanzara al morir.
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Entre todas las acusaciones formuladas contra los templarios las más
graves eran las de blasfemia y herejía: negar y pisotear la cruz y
escupir sobre ella. No está claro cuál era exactamente el significado de
este ritual. Dicho de otro modo, no se sabe qué era en realidad lo que
repudiaban los templarios. ¿Repudiaban a Cristo? ¿O simplemente
repudiaban la crucifixión? Y, fuese lo que fuese, ¿exactamente qué ensalzaban
en lugar de lo repudiado? Nadie ha contestado satisfactoriamente estas
preguntas, pero salta a la vista que repudiaban algo y que esta repudiación
era un principio esencial de la orden. Un caballero, por ejemplo, testificó que
al ser iniciado en la orden le dijeron: «Crees equivocadamente, porque él
[Cristo] es en verdad un falso profeta. Cree solamente en Dios en el cielo y
no en él». Otro templario declaró que le dijeron: «No creas que Jesús el
hombre al que los judíos crucificaron en Outremer es Dios y que puede
salvarte». De modo parecido, un tercer caballero manifestó haber recibido
instrucciones de que no creyera en Cristo, un falso profeta, sino sólo en un
«Dios superior». Luego le mostraron un crucifijo y le dijeron: «No deposites
mucha fe en esto, porque es demasiado joven».
Y no parece que esto esté muy lejos de la realidad si nos atenemos a los
llamados Estatutos Secretos de Roncelinus (1240) o Libro del
Bautismo de Fuego y que por cierto traen de cabeza a muchos
investigadores de la Orden del Temple, asi como a multiples historiadores y
estudiosos medievales. En algunos de sus artículos se hace referencia a lo
aludido anteriormente. Por su interés damos lectura a algunos de ellos
como:
ARTICULO III
ARTICULO VII
ARTICULO XVII
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El receptor toma a continuación al neófito por la mano y dice: "En el
presente, el hijo del Hombre es glorificado y Dios es glorificado en él.
Vericinum (verdadero?) nuevo amigo de Dios que habla a Dios
cuando él lo desea, a Dios al cual debéis dar gracias puesto que El os
ha conducido a donde deseabais ir y os ha concedido vuestros
deseos. Que la luz divina permanezca en nuestros corazones y
nuestros espíritus, Amén". Para terminar la ceremonia, se entona el
cántico tomado del libro de la Sabiduría, cántico que marca el final
del capítulo.
ARTICULO XVIII
Sin embargo esa supuesta Regla Secreta está llena de disparidades (cosa
muy poco común en aquellos monjes que dedicaron su vida a metas tan
prodigiosas), y parece una falsificación con fines premeditados,
valores encomiables se entrelazan con mensajes de exclusión hacia todo
aquel que no los comparta y destinado únicamente a hermanos muy
escogidos.
Los inquisidores conocían muy bien que Perfectos cátaros, cien años antes
habían pasado a los templarios información sobre la "otra vida" de Jesús y
su interpretación esotérica. Esta nueva imágen de Jesús era perfectamente
conocida por unos pocos altos dignatarios de la Iglesia. El traspaso de esos
conocimientos a los templarios, muy probablemente, hizo comenzar su
destrucción, ya que esa "sabiduría" que adquirieron relativa a la otra
historia de Jesús, junto a otros conocimientos aprendidos de sabios árabes
y cabalistas judios difería casi totalmente de la leyenda que la Iglesia
expandía por todo su mundo.
Pero tampoco hay que descartar que estos "secretos" fueran conocidos en
el supuesto círculo interior de la Orden y de cuyos conocimientos, análisis y
debates los maestros no respondían ante nadie.
Bien pudieran ser estos Estatutos una trama bien hurdida por los propios
Inquisidores para desprestigiar por una parte a la Orden y por otra para
justificar los propios argumentos inquisitoriales y con ello la desaparición del
Temple.
28
:: EL TESORO TEMPLARIO ::
29
por medio de la fusión, de construir algo, incluso era posible que hubiesen
excavado algún tipo de cripta para crear una especie de depósito.
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ANEXOS
X SINTESIS CRONOLOGICA
X REGLA PRIMITIVA DE LA ORDEN DEL TEMPLE
X LOA A LA NUEVA MILICIA DE LA ORDEN DEL TEMPLE
X ESTATUTOS SECRETOS (De Roncelinus o Libro de Bautismo de
Fuego)
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<< SINTESIS CRONOLOGICA >>
* 1073
* 1088
Elección de Urbano II
* 1095
* 1096
* 1097
* 1098
Batalla de Ascalon.
* 1099
Conquista de Jerusalem.
32
santo Sepulcro.
* 1112
* 1118
* 1119
* 1128
* 1130
* 1137
* 1139
La Orden del Temple entra en una importante fase política, ya que los
privilegios concedidos por la Santa Sede les confieren una posición
particular en las luchas de poder entre Europa y Tierra Santa.
* 1144
Caida de Edessa
33
proporcionaban las órdenes militares: Templarios, Hospitalarios y
Caballeros teutónicos, oponen una política de alianzas con Damas
contra Alep y con los armenios de cilicia contra los bizantinos. sin
conseguir evitar la ofensiva de Zengui y de su hijo Nur ed-Din contra
Antioquía, ni la caida de Edessa.
* 1146
* 1147
* 1148
* 1149
* 1153
Toma de Ascalon
* 1154
* 1158
* 1167
34
* 1169-1171
* 1174
* 1180
* 1183
* 1186
* 1187
Señor de Siria, Saladin solo pudo ser contenido durante algún tiempo
gracias al heroismo de Balduino IV, el "rey leproso". Después de su
muerte sobrevino la catástrofe: en Hattin casi toda la caballería fue
muerta o capturada. En pocas semanas Saladin se constituyó señor
de los estados cristianos a excepción de algunas plazas costeras.
* 1189-1190
35
Fundación de la Orden teutónica
Tercera Cruzada
* 1191
* 1198-1216
* 1199
* 1202-1204
Cuarta Cruzada
* 1203-1204
* 1204
* 1209
* 1212
* 1214
36
* 1215
Concilio de Letran
* 1217-1221
Quinta Cruzada
* 1228-1229
* 1231
* 1238
* 1244
* 1248-1284
Séptima Cruzada
* 1250
Muerte de Federico II
* 1252
* 1258
* 1260
* 1261
* 1266-1268
37
Carlos d`Anjou, hermano de Luis IX, reviene señor del reino de
Sicilia.
* 1270
* 1274
* 1282
* 1291
* 1296
* 1302
* 1303
* 1304
* 1305
* 1306
38
* 1308
39
* 1309
* 1311
* 1312
40
* 1314
41
La Regla Primitiva de los Templarios
Trad. Montserrat Robrenyo, Barcelona, 2000.
Trad. Mrs. Judith Upton-Ward
:: La Regla Primitiva ::
Aquí comienza el prólogo a la Regla del Temple
2. Por sobre todas las cosas, quienquiera que ser un caballero de Cristo,
escogiendo estas sagradas ordenes en su profesión de fe, debe unir sencilla
diligencia y firme perseverancia, que es tan valiosa y sagrada, y se revela
tan noble, que si se mantiene impoluta para siempre, merecerá acompañar
a los mártires que dieron sus almas por Cristo Jesús. En esta orden religiosa
ha florecido y se revitaliza la orden caballeresca. La caballería, a pesar del
amor por la justicia que constituye sus deberes, no cumplió con sus con
ellos, defendiendo a los pobres, viudas, huérfanos e iglesias, sino que se
aprestaron a destruir, despojar y matar. Dios que actúa conforme a
nosotros y nuestro salvador Cristo Jesús; ha enviado a sus partidarios
desde la ciudad Santa de Jerusalén a los acuartelamientos de Francia y
Borgoña, para nuestra salvación y muestra de la verdadera fe, pues no
cesan de ofrecer sus vidas por Dios, en piadoso sacrificio.
42
3. Ante ello nosotros, en completo gozo y hermandad, por requerimiento
del Maestro Hugues de Payen, por quien la mencionada orden caballeresca
ha sido fundada con la gracia del Espíritu Santo, nos reunimos en Troyes,
de entre varias provincias más allá de las montañas, en la fiesta de San
Hilario, en el año de la encarnación de Cristo Jesús de 1128, en el noveno
año tras la fundación de la anteriormente mencionada orden caballeresca.
De la conducta e inicios de la Orden de Caballería hemos escuchado en
capítulo común de labios del anteriormente citado Maestro, Hermano
Hugues de Payen; y de acuerdo con las limitaciones de nuestro
entendimiento, lo que nos pareció correcto y beneficioso alabamos, y lo que
nos pareció erróneo rechazamos.
43
Payen de Montdidier, Hermano Archambaut de Saint-Amand. El propio
Maestre Hugues con sus seguidores antedichos, expusieron las costumbres
y observancias de sus humildes comienzos y uno de ellos dijo: Ego
principium qui et loquor vobis, que significa: "Yo quien habla a vosotros soy
el principio" según mi personal recuerdo.
9. Vosotros los que renunciáis a vuestra voluntad, y vosotros otros los que
servís a un rey soberano con caballos y armas, para salvación de vuestras
almas y por tiempo establecido, acudiréis con deseo virtuoso a oír matines y
el servicio completo, según la ley canónica y las costumbres de los
maestros de la Ciudad Santa de Jerusalén. Oh vosotros venerables
hermanos, que Dios sea con vosotros, si prometéis despreciar el mundo por
perpetuo amor a Dios, desterrar las tentaciones de vuestro cuerpo;
sostenido por el alimento de Dios, beber y ser instruido en los
mandamientos de Nuestro Señor; al final del oficio divino, ninguno debe
temer entrar en batalla si por ende lleva tonsura.
44
digno.
13. Bajo ninguna otra circunstancia, deberá los hermanos del Temple
compartir la compañía de los indiscutiblemente excomulgados, ni que se
queden con sus pertenencias; y esto debe ser prohibido encarecidamente
porque sería terrible que fueran asimismo repudiados. Pero si solo le ha sido
prohibido escuchar el Divino Oficio, es ciertamente posible permanecer en
su compañía, así como quedarse con sus pertenencias, entregándolas a la
caridad con el permiso de su comandante.
14. Aunque la regla de los santos padres permite recibir a niños en la vida
religiosa, nosotros lo desaconsejamos. Porque aquel que desee entregar a
su hijo eternamente en la orden caballeresca deberá educarlo hasta que sea
capaz de llevar las armas con vigor, y liberar la tierra de los enemigos de
Cristo Jesús. Entonces que su madre y padre lo lleven a la casa y que su
petición sea conocida por los hermanos; y es mucho mejor que no tome los
votos cuando niño sino al ser mayor, pues es conveniente que no se
arrepienta de ello, a que lo haga. Y seguidamente que sea puesto a prueba
de acuerdo con la sabiduría del Maestre y hermanos conforme a la
honestidad de su vida al solicitar ser admitido en la hermandad.
45
hermanos.
17. Disponemos que todos los hábitos de los hermanos sean de un solo
color, bien sea blanco, negro o marrón. Y sugerimos que tanto en invierno
como en verano si es posible, lleven capas blancas; y a nadie que no
pertenezca la mencionada caballería de Cristo le será permitido tener una
capa blanca, para que quienes hayan abandonado la vida en oscuridad se
reconozcan los unos a los otros como seres reconciliados con su creador por
el signo de sus hábitos blancos: que significa pureza y completa castidad.
La Castidad es certeza en el corazón y salud en el cuerpo. Por lo que si un
hermano no toma votos de castidad no puede acceder al eterno descanso ni
ver a Dios, por la promesa del apóstol que dijo: Pacem sectamini cum
omnibus et castimoniam sine qua nemo Deum videbit. Que significa: "Lucha
para llevar la paz a todos, manténte casto, sin lo cual nadie puede ver a
Dios".
18. Pero estas vestiduras deberán mantenerse sin riquezas y sin ningún
símbolo de orgullo. Y así, nosotros exigimos que ningún hermano lleve piel
en sus vestidos, ni cualquier otra cosa que no pertenezca al uso del cuerpo,
ni tan siquiera una manta que no sea de lana o cordero. Concertamos en
que todos tengan lo mismo, de tal forma que puedan vestirse y desvestirse,
y poner y quitarse las botas con facilidad. Y el sastre, o quien haga sus
funciones, deberá mostrarse minucioso y cuidar que se mantenga la
aprobación de Dios en todas las cosas mencionadas, para que los ojos de
los envidiosos y mal intencionados no puedan observar que las vestiduras
sean demasiado largas o cortas; deberá distribuirlas de tal manera que
sean de la medida de quien las ha de llevar, según la corpulencia de cada
uno.
19. Y si alguno por orgullo o arrogancia desea tener para él un mejor y más
fino hábito, dadle el peor. Y aquellos que reciban vestiduras nuevas deberán
inmediatamente devolver las viejas, para que sean entregadas a escuderos
y sargentos, y a menudo a los pobres, según lo que considere conveniente
el encargado de ese menester.
20. Entre otros asuntos sobre los que regulamos, debido al intenso calor
46
existente en el Este, desde Pascua hasta todos los Santos, gracias a la
compasión y de ninguna forma como derecho, una camisa de lino será
entregada al hermano que así lo solicite.
47
palabras y sus Santos Mandamientos, desearemos escuchar atentamente; y
el lector da texto os reclamará silencio antes de comenzar a leer.
26. Deberá ser suficiente, comer carne tres veces por semana, excepto por
Navidad, Todos los Santos, la Asunción y la festividad de los doce apóstoles.
Porque se entiende que la costumbre de comer carne corrompe el cuerpo.
Pero si un ayuno en el que se debe suprimir la carne cae en Martes, al día
siguiente será dada en cantidad a los hermanos. Y los Domingos todos los
hermanos del Temple, los capellanes y clérigos recibirán dos ágapes de
carne en honor a la santa resurrección de Cristo Jesús. Y el resto de la casa,
que incluye los escuderos y sargentos, deberán contentarse con una comida
y estar agradecidos al Señor por ella.
27. Sobre los otros días de la semana, que son Lunes, Miércoles e incluso
Sábados, los hermanos tengan dos o tres comidas de vegetales u otros
platos comidos con pan; y nosotros creemos que es suficiente y ordenamos
que así sea. De tal manera que aquel que no coma en una comida, lo haga
en la otra.
48
29. Siempre, después de cada comida o cena todos los hermanos deberán
dar gracias a Dios en la iglesia y en silencio si ésta se encuentra del lugar
dónde comen, y si no lo está en el mismo lugar en donde hayan comido.
Con humildad deberán dar gracias a Cristo Jesús quien es el Señor que
Provee. Dejad que los trozos de pan roto, sean dados a los pobres y los que
estén en rodajas enteras, sean guardados. Aunque la recompensa de los
pobres sea el reino de los cielos, se ofrecerá a los pobres sin dudarlo, y la fe
Cristiana os reconocerá entre los suyos; por tanto concertamos, que una
décima parte del pan sea entregado a vuestro Limosnero.
Sobre la Merienda.
31. Cuando los hermanos salgan del capítulo no deben hablar abiertamente
excepto en una emergencia. Dejad que cada uno vaya a su cama tranquilo
y en silencio, y si necesita hablar a su escudero, se lo deberá decir en voz
baja. Pero si por casualidad, a la salida del capítulo, la caballeresca o la
casa tiene un serio problema, que debe ser solventado antes de la mañana,
entendemos que el Maestre o el grupo de hermanos mayores que gobiernan
la Orden por el Maestre, puedan hablar apropiadamente. Y por esta razón
obligamos que sea hecho de esta manera.
32. Porque está escrito: In multiloquio non effugies peccatum. Que quiere
decir que el hablar en demasía no está libre de pecado. Y en algún otro
lugar: Mors et vita in manibus lingue. Que significa: 'La vida y la muerte
están bajo el poder de la lengua.' Y durante esa conversación nosotros
conjuntamente prohibimos palabras vanas y estruendosos ataques de risa.
Y si algo se dice, durante esa conversación, que no debería haberse dicho,
ordenamos que al acostaros recéis un paternoster con notable humildad y
sincera devoción.
49
manera que sus palabras reflejen su corazón. Así lo dijo David: Psallite
sapienter. Que significa: 'Canta con sabiduría.' E igualmente dijo David: In
conspectu Angelorum psallam tibi. Que significa: 'Yo cantaré para ti ante los
ángeles.' Y dejad que esto sea siempre así y a la discreción del Maestre o de
aquellos encargados de tal menester.
Sobre el Maestre.
36. Permitir solo a aquellos hermanos que el Maestre reconoce que darán
sabios y buenos consejos sean llamados a reunión; y así lo ordenamos, y
que de ninguna otra forma alguien pueda ser escogido. Porque cuando
ocurra que se desee tratar de materias serias; como la entrega de tierra
comunal, o hablar de los asuntos de la casa, o recibir a un hermano,
entonces si el Maestre lo desea, es apropiado reunir la congregación entera
para escuchar el consejo de todo el capítulo; y lo que considere el Maestre
mejor y más beneficioso, dejar que así se haga.
37. Los Hermanos que sean enviados a diversos países del mundo deberán
cuidar los mandatos de la Regla según su habilidad y vivir sin
desaprobación respecto a la carne y el vino, etc. para que reciban elogio de
extraños y no mancillar por hecho o palabra los preceptos de la Orden, y
para ser un ejemplo de buenas obras y sabiduría; por encima de todo, para
que aquellos con quienes se asocien y en cuyas posadas reposen, sean
recibidos con honor. Y a ser posible, la casa donde duerman y se hospeden
50
que no quede sin luz por la noche, para que los tenebrosos enemigos no los
conduzcan a la maldad, dado que Dios así lo prohibe.
39. A efecto de llevar a cabo sus santos deberes, merecer la Gloria del
Señor y escapar del temible fuego del infierno, es acorde que todos los
hermanos profesos obedezcan estrictamente a su Maestre. Porque nada es
más agradable a Cristo Jesús que la obediencia. Por esta razón, tan pronto
algo sea ordenado por el Maestre o en quien haya delegado su autoridad,
deberá ser obedecido sin dilación como si Cristo lo hubiese impuesto. Por
ello Cristo Jesús por boca de David dijo y es cierto: Ob auditu auris obedivit
mihi. Que quiere decir: 'Me obedeció tan pronto me escuchó".
41. Allí, irán los hermanos por parejas, de otra forma no podrán salir ni de
día ni de noche; y cuando se detienen en una posada, ningún hermano,
escudero o sargento puede acudir a los aposentos de otro para verlo o
hablar con él sin permiso, tal y como se ha dicho. Ordenamos por unánime
consentimiento que en esta Orden regida por Dios, ningún hermano deberá
luchar o descansar según su voluntad, sino siguiendo las ordenes del
Maestre, a quien todos deben someterse, para que sigan las indicaciones de
Cristo Jesús que dijo: Non veni facere voluntatem meam, sed ejus que misit
me, patris. Que significa: 'Yo no vine a hacer mi propia voluntad, sino la
voluntad de mi padre quien me envió.'
42. Sin el permiso del Maestre o quien en su lugar ostente el cargo, que
ningún hermano intercambie cosa alguna con otro, ni así lo pida, a menos
que sea de escaso o nulo valor.
Sobre Cerrojos.
51
43. Sin permiso del Maestre o quien le represente, ningún hermano tendrá
una bolsa o monedero que se pueda cerrar; pero los directores de casas o
provincias y el Maestre no se atendrán a esto. Sin el consentimiento del
Maestre o su comandante, que ningún hermano tenga cartas de sus
parientes u otras personas; pero si tiene permiso, y así lo quiere el Maestre
o comandante, estas cartas le pueden ser leídas.
Sobre Faltas.
52
Sobre las Murmuraciones
49. Las palabras vanas se sabe son pecaminosas, y las dicen aquellos que
se enorgullecen de su propio pecado ante el justo juez Cristo Jesús; lo que
queda demostrado por las palabras de David: Obmutui et silui a bonis. Que
significa que uno debería incluso refrenarse de hablar bien, y observar el
silencio. Asimismo prevenid hablar mal, para evitar la desgracia del pecado.
Ordenamos y firmemente prohibimos a un hermano que cuente a otro
hermano o a cualquiera, las valientes acciones que llevó a cabo en su vida
seglar y los placeres de la carne que mantuvo con mujeres inmorales.
Deberán ser consideradas faltas cometidas durante su vida anterior y si
sabe que ha sido expresado por algún otro hermano, deberá
inmediatamente silenciarlo; y si no puede lograrlo, abandonará el lugar sin
permitir que su corazón se mancille por estas palabras.
51. Cada hermano caballero puede tener tres caballos y ninguno más sin el
permiso del Maestre, debido a la gran pobreza que existe en la actualidad
en la casa de Dios y en el Templo de Salomón. A cada hermano le
permitimos tres caballos y un escudero; y si éste último sirve
voluntariamente por caridad; el hermano no debería pegarle por los
53
pecados que cometa.
53. Que ningún hermano tenga una funda ni para su lanza ni para su
escudo, pues no es ninguna ventaja, al contrario podría ser muy perjudicial.
54. Este mandato que establecemos es conveniente para todos y por esta
razón exigimos sea mantenido de ahora en adelante, y que ningún hermano
pueda hacerse una bolsa para comida de lino o lana, o de cualquier otro
material que no sea profinel.
Sobre la Caza.
55. Prohibimos colectivamente que ningún hermano cace un ave con otra.
No es adecuado para un religioso sucumbir a los placeres, sino escuchar
voluntariamente los mandamientos de Dios, estar frecuentemente orando y
confesar diariamente implorando a Dios en sus oraciones el perdón de los
pecados que haya cometido. Ningún hermano puede presumir de la
compañía de un hombre que caza a un ave con otra. Al contrario es
apropiado para un religioso actuar simple y humildemente sin reír ni hablar
en demasía, con razonamiento y sin levantar la voz. Y por esta razón,
disponemos especialmente a todos los hermanos que no se adentren en el
bosque con lanzas ni arcos para cazar animales, ni que lo hagan en
compañía de cazadores, excepto promovidos por el amor a salvaguardarlos
de los paganos infieles. Ni deberéis ir con perros, ni gritar ni conversar, ni
espolear vuestro caballo solo por el deseo de capturar una bestia salvaje.
Sobre el León.
54
vuestros hermanos, tal y como lo hizo Cristo Jesús, y defender la tierra de
los incrédulos paganos, enemigos del hijo de la Virgen María. Esta mentada
prohibición de caza no incluye en forma alguna al león, dado que viene
sigiloso y envolvente a capturar su presa, con sus zarpas contra el hombre
e id con vuestras manos contra él.
55
Sobre los Hermanos Enfermos.
56
poseer nada a menos que el Maestre desee dárselo por caridad.
65. Aquellos que por piedad sirven y permanecen con vosotros por un
tiempo determinado son caballeros de la casa de Dios y del Templo de
Salmón. Por lo tanto con piedad rezamos y así disponemos finalmente que
si durante su estancia, el poder de Dios se lleva a alguno de ellos, por amor
a Dios y propio de la fraternal misericordia, un mendigo sea alimentado
durante siete días para la salvación de su alma, y cada hermano en esa
casa deberá rezar treinta paternosters.
66. Ordenamos que todos los caballeros seglares que deseen con pureza de
corazón servir a Cristo Jesús y la casa del Templo de Salomón por un
periodo determinado que adquieran, cumpliendo con la norma, un caballo y
armas adecuados y todo lo necesario para la tarea. Es más, que ambas
partes den un precio al caballo y que este precio quede por escrito para no
ser olvidado; y dejad que todo lo que el caballero, su escudero y su caballo
necesiten, provenga de la caridad fraternal según los medios de la casa. Si
durante ese tiempo determinado, ocurre que el caballo muere en el servicio
de la casa, si la casa lo puede costear, el Maestre lo repondrá. Si al final de
su estadía, el caballero desea regresar a su país, deberá dejar en la casa
por caridad, la mitad del precio del caballo, y la otra mitad puede, si lo
desea, recibirla de las limosnas de la casa.
67. Dado que los escuderos y sargentos que deseen caritativamente servir
en la casa del Temple, por la salvación de su alma y por un periodo
determinado, vienen de regiones muy diversas, es prudente que sus
promesas sean recibidas, para que el enemigo envidioso no los haga
arrepentirse y renunciar a sus buenas intenciones.
57
que hasta sus escuderos se rieron; y por esta razón surgieron muchos
escándalos. Por tanto, que se les entreguen hábitos negros; pero si éstos no
se pueden encontrar, se les deberá dar lo que se encuentre en esa
provincia; o lo que sea más económico, que es burell.
Sobre Hermanas.
No ser Padrinos.
58
Sobre los Mandatos.
73. Todos los mandatos que se han mencionado y escrito aquí, en esta
Regla actual están sujetos a la discreción y juicio del Maestre.
Estos son los Días Festivos y de Ayuno que todos los Hermanos
deben Celebrar y Observar.
74. Que sepan todos los presentes y futuros hermanos del temple que
deben ayunar en las vigilias de los doce apóstoles. Que son: San Pedro, San
Pablo, San Andrés, San Jaime, y San Felipe; Santo Tomás, San Bartolomé,
San Simón y San Judas Tadeo, San Mateo. La vigilia de San Juan Bautista;
la vigilia de la Ascensión y los dos días anteriores; los días de rogativas; la
vigilia de Pentecostés; las cuatro Témporas; la vigilia de San Lorenzo, la
vigilia de Nuestra Señora de la Ascensión; la vigilia de Todos los Santos; la
vigilia de la Epifanía. Y deberán ayunar en todos los días citados según la
disposición del Papa Inocencio en el Concilio de la ciudad de Pisa. Y si
alguno de los días de ayuno cae en Lunes, deberán ayunar el Sábado
anterior. Si la Natividad de Nuestro Señor cae en Viernes, los hermanos
comerán carne en honor de la fiesta. Pero deberán ayunar en el día de San
Marcos debido a las Letanías: porque así ha sido establecido por Roma para
los hombres mortales. Sin embargo, si cae durante la octava de Pascua, no
deberán ayunar.
Estos son los Días de Ayuno que deberán ser observados en la Casa
del Temple.
76. Ninguna de las fiestas menores se debe observar en la casa del Temple.
Y deseamos y aconsejamos que se cumpla estrictamente: todos los
hermanos del Temple deberán ayunar desde el Domingo anterior a San
Martín hasta la Natividad de Nuestro Señor, a menos que la enfermedad lo
impida. Si ocurre que la fiesta de San Martín cae en Domingo, los hermanos
no tomarán carne el Domingo anterior.
59
Loa A La Nueva Milicia De La Orden
Del Temple
SAN BERNARDO DE CLARAVAL
Escrito hacia 1130-1136
Prólogo
CAPÍTULO I
60
combatir con las solas fuerzas corporales a un enemigo también corporal,
no solo no lo tengo por caso maravilloso, pero siquiera lo juzgo raro.
Cuando observo igualmente como las fuerzas del alma guerrean contra los
demonios, tampoco me parece esto asombroso, aunque si muy digno de
loa, pues lleno está el mundo de monjes, y todos suelen sostener estas
luchas. Mas cuando se ve que un solo hombre cuelga al cinto con
ardimiento y coraje su doble espada y ciñe sus lomos con un doble cíngulo,
¿quién no juzgará caso insólito y digno de grandísima admiración? Intrépido
y bravo soldado aquel que, mientras reviste su cuerpo con coraza de acero,
guarece su alma bajo la loriga de la fe; puede gozar de completa seguridad,
porque pertrechado con estas dobles armas defensivas, no ha de temer a
los hombres ni a los demonios. Es mas ni siquiera teme a la muerte, antes
la desea. ¿Qué podría espantarle ni vivo ni muerto, cuando su vivir es
Cristo; pero desearía mas bien acabar de soltarse del cuerpo para estar con
Cristo, siendo esto lo mejor.
Marchad, pues, soldados, al combate con paso firme y marcial y cargad con
ánimo valeroso contra los enemigos de Cristo, bien seguros de que ni la
muerte ni la vida podrán separarlos de la caridad de Dios, que está en
Cristo Jesús. En el fragor del combate proclamad: Ya vivamos, ya muramos,
del Señor somos. ¡Cuán gloriosos vuelven al regreso triunfal de la batalla!
¡por cuán dichosos se tienen cuando mueren como mártires en el campo de
combate! Alégrate, fortísimo atleta, si vives y vences en el Señor; pero
regocíjate mas y salta de alegría si mueres y te unes al Señor. La vida te es
ciertamente provechosa y de gran utilidad, y el triunfo te acarrea verdadera
gloria; pero no sin gran razón se antepone a todo eso una santa muerte.
Porque si son bienaventurados los que mueren en el Señor, ¡cuánto mas lo
serán los que sucumben por El!
61
contrincante. Dase otro caso, amén de los dichos, y es el de quien mata, no
por celo de venganza, ni por la perversidad de gozar del triunfo, sino por
evitar el mismo la muerte. Pero tampoco diré sea buena tal victoria; porque
de entre dos males, como son la muerte del alma o la muerte del cuerpo,
preferible es el segundo; pues no porque muera el cuerpo muere también el
alma, sino el alma que pecare, ella morirá.
CAPÍTULO II
De la Milicia Seglar
¿Cuál será, pues, el fino fruto de lo que no llamo milicia, sino milicia seglar,
si el que mata peca mortalmente y el que cae muerto perece para siempre?
Porque si la esperanza hace arar al que ara, por emplear palabras del
Apóstol, y el que trilla lo hace esperando percibir el fruto, ¿Qué extraño
error es ese en que vivís, soldados del siglo? ¿Qué furia frenética e
intolerable os arrebata para que de tal modo guerreéis pasando grandes
penalidades y gastando toda vuestra hacienda, sin mas resultado que venir
a parar en el pecado o en la muerte? Vestís vuestros caballos con sedas;
colgáis de vuestras corazas y lorigas no se que aironcillos colgantes de
diversas telas; pintáis las astas de las adargas, las fundas de los escudos y
rodelas, las sillas de montar; mandáis haceros de oro y plata los frenos y
espuelas, esmaltándolos de pedrería, y así, con toda pompa, llenos de
vergonzoso furor e imprudente estupor, cabalgáis a paso ligero hacia la
muerte. ¿Son estas insignias militares o mas bien galas de mujeres? ¿Acaso
la daga enemiga retrocederá ante el brillo del oro? ¿Respetará las ricas
piedras? ¿No se atreverá a tajar y rasgar las sederías? En fin, ¿No os ha
enseñado a vosotros mismos la experiencia diaria que para un soldado en
campaña los mas necesario son tres cosas, conviene a saber: valor,
Sagacidad y cautela para parar los golpes del enemigo, soltura y agilidad de
movimientos que le permita ir ligero en su seguimiento y persecución, y,
por último, que esté siempre pronto y expedito para herirle y derribarle?
CAPÍTULO III
62
Mas los soldados de Cristo con seguridad pelean las batallas del Señor, sin
temor de cometer pecado por muerte del enemigo, ni por desconfianza de
su salvación en caso de sucumbir. Porque dar o recibir la muerte por Cristo
no solo no implica una ofensa a Dios ni culpa alguna, sino que merece
mucha gloria; pues en el primer caso, el hombre lucha por su Señor, y en el
segundo, el Señor se da al hombre por premio, mirando Cristo con agrado
la venganza que se le hace de su enemigo, y todavía con agrado mayor se
ofrece el mismo por consuelo al que cae en la lid. Así, pues, digamos una y
mas veces que el Caballero de Cristo mata con seguridad de conciencia y
muere con mayor confianza y seguridad todavía. Ganancia saca para sí, si
sucumbe, y triunfo para Cristo, si vence. No sin motivo lleva la espada al
cinto. Ministro de Dios es para castigar severamente a los que se dicen sus
enemigos; de Su Divina Majestad ha recibido el cero, para castigo de los
que obran mal y exaltación de los que practican el bien. Cuando quita la
vida a un malhechor no se le ha de llamar homicida, sino malicida, si vale la
palabra, ejecuta puntualmente las venganzas de Cristo sobre los que obran
la iniquidad, y con razón adquiere el título de defensor de los cristianos. Si
le matan, no decimos que se ha perdido, sino que se ha salvado. La muerte
que da es para gloria de Cristo, y la que recibe, para la suya propia. En la
muerte de un gentil puede gloriarse un cristiano porque sale glorificado
Cristo; en morir valerosamente por Cristo muéstrase la liberalidad del Gran
Rey, puesto que saca a su Caballero de la tierra para darle el galardón. Así,
pues, el justo se alegrará cuando el primero de ellos sucumba, viendo
aparecer la divina venganza. Mas si cae el guerrero del Señor, dirá: ¿Acaso
no habrá recompensa para el justo? Cierto que si, pues hay un Dios que
juzga a los hombres sobre la tierra.
Claro está que no se habría de dar muerte a los gentiles si se los pudiese
refrenar por otro cualquier medio, de modo que no acometiesen ni
apretasen a los fieles y les oprimiesen. Pero por el momento vale mas
acabar con ellos que no dejar en sus manos la vara con que habían de
esclavizar a los justos, no sea que alarguen los justos sus manos a la
iniquidad.
63
¿Dónde está su Dios?
CAPÍTULO IV
64
mucha gala la disciplina, sabiendo todos cuanta verdad se encierra en
aquellos de la Escritura: el hijo indisciplinado perecerá. Y en aquello otro: El
desobedecer al Señor es como el pecado de magia, y como crimen de
idolatría el no querer someterse. Van, pues, y vienen estos buenos soldados
a una señal del mando, pónense los vestidos que ordena el Capitán, no
toman alimento ni visten uniforme fuera de los señalados por él. Y lo mismo
en el comer que en el vestir evitan todo lo superfluo, contentos con lo
preciso. Hacen vida común dentro de alegre, pero modesta y sobria
camaradería, sin esposas y sin hijos. Para que nada falte a la perfección
evangélica, no poseen nada propio, pensando solo en conservar entre si la
unión y la paz. Dijereis que toda aquella multitud de hombres tiene un solo
corazón y una sola alma; hasta tal punto ninguno de ellos quiere regirse por
su propia voluntad, si no seguir en todo la del que manda. Jamás están
ociosos ni vagan de aquí para allá en busca de curiosidades, sin oque en
todo tiempo, de no estar en campaña, lo que raras veces ocurre, a fin de
comer el pan de balde, ocúpanse en limpiar, remendar, desenmohecer,
componer y reparar tanto las armas como los vestidos, para defenderlos y
conservarlos contra los ultrajes del tiempo y del uso; y cuando esto no,
obedecen a lo que les ordena el capitán y trabajan en lo que es necesario
para todos. No les veréis hacer acepción de personas; respetan y obedecen
siempre al representante de Dios, sin reparar en si es o no es el mas noble.
Previénense mutuamente con muestras de honor y de deferencias,
comportan las cargas unos de otros, cumpliendo con esto la Ley de Cristo.
No se estilan entre ellos palabras arrogantes, ni ocupaciones inútiles, ni
risas descompuestas, ni la mas leve murmuración; y si alguno de
desmandase en esto, no quedaría sin correctivo. Aborrecen los juegos de
manos y los de azar; tampoco se dedican a la caza ni se permiten la
cetrería, aunque tan generalizada. Abominan de juglares, de magos y
bufones, cuyo trato evitan con cuidado; detestan las tonadillas jocosas, las
comedias y todo linaje de espectáculos, como a puras vanidades y
necedades engañosas. Córtanse el pelo, sabiendo por las enseñanzas del
apóstol que es una vergüenza para los hombres el peinar largas guedejas.
Nunca se acicalan el cabello, rara vez se bañan, andan con la barba hirsuta,
generalmente cubiertos de polvo y ennegrecidos por las cotas de malla y
tostados por el Sol.
65
cruelísima barbarie e ingente muchedumbre de las huestes contrarias. Y es
que aprendieron ya a confiar no en sus propias fuerzas, sino en el poder del
Señor Dios de los ejércitos, en quien está la victoria, el cual, según se dice
en los Macabeos, puede fácilmente por medio de un puñado de valientes
acabar con grandes multitudes, y sabe librar a sus soldados con igual arte
de las manos de pocos como de muchos; porque no está el triunfo en que
un ejército sea numeroso, sin oque la fortaleza proviene del cielo.
Experiencia frecuentísima tienen de esto, porque mas de una vez les ha
ocurrido derrotar y ahuyentar al enemigo, peleando uno contra mil y dos
contra diez mil. En fin, estos Soldados de Cristo, por modo maravilloso y
singular, muéstranse tan mansos como corderos y tan fieros como leones,
no sabiéndose si se les ha de llamar monjes o guerreros o darles otro
nombre mas propio que abarque entrambos, pues aciertan a hermanar la
mansedumbre de los unos con el valor y la fortaleza de los otros. Acerca de
todo lo cual, ¿Qué decir, sino que todo esto es obra de Dios, y obra
admirable a nuestros ojos? He aquí los hombres fuertes que el Señor ha ido
eligiendo desde un confín a otro del mundo, entre los mas bravos de Israel
para hacerlos soldados de su escolta, a fin de guardar el lecho del
verdadero Salomón, o sea el Santo Sepulcro, en cuyo derredor los ha
puesto para estar alertas como fieles centinelas armados de espada y
habilísimos en el arte de la guerra.
66
Los Estatutos Secretos
ARTICULO I
ARTICULO II
ARTICULO III
ARTICULO IV
67
verdadero Cristo.
ARTICULO V
Vosotros que sois los templos de Dios, construidos sobre los fundamentos
de la Sabiduría y de la santidad antiguas, sabed que Dios no hace diferencia
entre las personas sean estas cristianos, sarracenos, judíos, griegos,
romanos, franceses, búlgaros, porqué todo hombre que ora a Dios es
salvado.
ARTICULO VI
El Consolado está liberado del yugo que los hijos de Babilonia han
establecido sobre la base de los falsos dogmas. Entre el judío y el sarraceno
actuad como si fuerais sarracenos o judíos. Con los hijos de Babilonia,
gracias a la elección y al Consolamentum, vosotros estáis liberados.
Mantenedlos felices y tratad de atraer hacia vosotros a aquellos cuyos ojos
se abren, pero actuad con prudencia a causa del evangelio eterno y a fin de
evitar los escándalos.
ARTICULO VII
A vosotros que sois santos todo os está permitido. Sin embargo os debéis
guardar de abusar de este permiso. No dejéis jamás sospechar nada en
torno vuestro de lo que vosotros sois. Tened en vuestras casas lugares de
reunión amplios y escondidos, a los que se tendrá acceso por medio de
corredores subterráneos, de modo que los hermanos puedan acudir a las
reuniones sin peligro de ser inquietados.
ARTICULO VIII
Hay Elegidos y Consolados en todas las regiones del mundo. Allí donde
veáis construir grandes edificios haced los signos de reconocimiento y
hallaréis muchos justos instruidos respecto de Dios y del Gran Arte (Arte
Real). Ellos han heredado de sus padres y de sus maestros y son todos
Hermanos. En esa circunstancia se hallan los Bonshommes (Hombres
Buenos)de Toulouse, los Pobres de Lyon, los Albigenses, aquellos en las
cercanías de Verona y de Bérgamo, los Bajolais de Galicia y de Toscana, los
Bégards y los Búlgaros. Por los caminos subterráneos llegaréis a vuestros
capítulos y a aquellos que alberguen algunos temores les conferiréis el
Consolamentum en los capítulos ante tres testigos.
ARTICULO IX
68
Recibiréis fraternalmente a los hermanos de estas cofradías y también los
Consolados de España y de Chipre recibirán fraternalmente a los
Sarracenos, a los Drusos y a aquellos que habitan en el Líbano. Y si el
espíritu divino anima a los Sarracenos o a los Drusos vosotros podréis
admitirlos como Elegidos o como Consolados.
ARTICULO X
ARTICULO XI
ARTICULO XII
ARTICULO XIII
69
ARTICULOS XIV, XV y XVI
ARTICULO XVII
ARTICULO XVIII
ARTICULO XIX
70
Está prohibido en las casas donde los hermanos no son Elegidos o
Consolados de trabajar ciertas substancias por la ciencia filosófica y por lo
tanto de transmutar los metales viles en oro y en plata. Esto no será jamás
emprendido sino en los lugares ocultos y en secreto.
ARTICULO XX
71
LOS RITUALES TEMPLARIOS
La Orden del Temple era iniciática, por lo que mantenía unos rituales
fundamentales por los que debían pasar todos los que en la misma se
ordenaban. Estos rituales fueron con el tiempo evolucionando hacia un
esoterismo tal que, precisamente, por su oscurantismo y secreto fueron mal
interpretados por sus contemporáneos, muchos de los cuales se
convirtieron en enemigos suyos, quienes al perseguir a la Orden lograron de
los Caballeros apresados los testimonios reales, o quizás falsos, que suelen
obtenerse bajo tortura.
Terminada la ceremonia, los asistentes, tras una larga homilía del Gran
Maestre, ayudaban al nuevo hermano a cambiar sus vestidos por los
hábitos de la orden.
Según algunos expertos, entre los nuevos ritos de iniciación que debía
ejecutar el novato, existía uno que, sin que se conozca su simbolismo, fácil
podía considerarse sacrílego.
72
Dirigiendo su veneración al Grial ya la dualidad gnóstica que para ellos
representaba, ello degeneró en el nacimiento de un símbolo bivalente,
bisexual, que en la doctrina gnóstica y hermética represento las dos
tendencias del mundo que los Templarios querían hermanar, considerando
ese símbolo sus enemigos como un ídolo sacrílego.
73
LA EXTINCIÓN DE LOS TEMPLARIOS
Y
LAS RAZONES DE LA DESVIACION
El año 1314 vio el final de la trama urdida en su día por el rey de Francia,
cuando fue condenada la Orden por el papa Clemente V como herética. Fue
entonces ejecutado públicamente el Gran Maestre Jacques de Molay. Los
bienes confiscados a la Orden fueron repartidos entre algunos Estados y
ciertas órdenes no desviadas, como la de los Hospitalarios, la de Montesa y
la de Cristo.
Tras estos sucesos, el silencio histórico que se abatió sobre los mismos dejó
sin esclarecer los verdaderos motivos que conformaron los acontecimientos
que condujeron a la aniquilación de los Templarios, y fueron las
investigaciones llevadas a cabo desde el siglo XVII hasta nuestros días, las
que dieron luz y ciertas razones al enigma en que estuvo envuelta la Orden
de los Templarios.
Es muy posible que los contactos con esta secta oriental hiciese
germinar la semilla de la herejía en el seno de la orden del Temple.
74
y que se propagó paralelamente al auge creciente del cristianismo.
Las ideas templarías, más universales y liberales que las del cristianismo,
fueron consideradas por sus seguidores como algo muy por encima de
cualquier religión. Sus principios pretendían nacer con los tiempos y ser
compañeros de todas las edades históricas. Para los miembros del Temple,
la iglesia era la casa de Cristo, el Temple la del Espíritu Santo, por lo que su
tarea primordial era la reconciliación de todos los tiempos en el gran
pensamiento de la unidad divina.
75