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¿ESTUVISTE HOY EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR?

PERSONAJES:
1. ÁNGEL
2. DEMONIO
3. KATY

(Llega Katy de la universidad, entra a su casa, al lado derecho del escenario está el Ángel, y al lado izquierdo está
el demonio. A estos dos personajes Katy no los ve, solo escucha sus voces cuando ellos le hablan pero en su
interior. Estos personajes están siempre al lado de Katy. El Ángel debe estar vestido de blanco y el demonio de
negro.)

KATY. (Hablando sola.) Oh! Por fin llegué, ¡qué mal día! Todo me ha salido mal hoy, tengo que estudiar para los
parciales, finales y ya está bastante tarde… me perdí la novela de las 9 ¡qué fatal!

(Katy mira la Biblia que está en la sala.)

KATY. ¡Oh! La Biblia... (Le sacude el polvo.)

ÁNGEL. Katy, lee la biblia. Dios tiene algo nuevo que decirte hoy… Ha preparado algo hermoso para ti.

KATY. ¡Huy! Sí, tengo que leer la Biblia, pero lo haré en la cama cuando me prepare para dormir…

DEMONIO. (Actitud arrogante.) ¡Qué va, Katy! No leas ese libro… es aburrido, recuérdalo… Mira que ya es
tarde y tienes que descansar, son la 9:30 de la noche, y tienes que levantarte temprano.

ÁNGEL. Katy… Recuerda que tienes que leer la biblia. El Padre Celestial tiene algo nuevo para ti hoy.

KATY. La leeré en la cama, eso haré.

(Katy se acuesta en la cama, toma la Biblia y empieza a hojearla…. El demonio se acerca a ella y con sus manos
le empieza a acariciar el cabello para dormirla.)

DEMONIO. Duerme, duerme, bella durmiente… Dulces sueños…

(El demonio bosteza y al mismo tiempo bosteza Katy y se queda profundamente dormida con la Biblia en las
manos. El Ángel la mira con tristeza.)

(Al día siguiente Katy se levanta bien temprano al sonar el despertador. El Ángel sigue en pie mirándola, el
demonio se levanta junto a Katy bostezando. El demonio la mira y se asusta al verla.)

DEMONIO. ¡Huyyy! ¡Qué fea eres cuando te levantas!


(Ella se para de la cama y se va al baño.)

KATY. ¡Oh, Dios! ¡Las 5 de la mañana!... Tengo tiempo para todo…

(Al mirarse al espejo…)

DEMONIO. Katy, estás gorda y fea, mírate nada más, pareces una vaca…. Eres una floja de primera, deberías
hacer dieta y ejercicio… ¿Crees que así Pedro se va a fijar en ti?
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KATY. ¡Huy! Sí, estoy gorda… Me veo muy mal, ¡tengo que hacer algo pronto! … ¡Huy! No he leído la Biblia…
Lo haré ahora.

DEMONIO. No… ¡Qué tonterías dices! ¡Leer la Biblia! Con el tiempo que necesitas para hacer ejercicio... La
puedes leer después, anda, ve a trotar, floja.

KATY. Creo que iré a trotar, es temprano, aún podré leer la Biblia cuando venga… tengo suficiente tiempo.

(Katy sale a trotar y el demonio sale con ella también a trotar.)

ÁNGEL. Katy, espera por favor, tengo un regalo para ti… espera… ¡Oh, no! Se ha ido… la esperaré.

DEMONIO. Corre, floja… ¡Corre! ¡Ja, ja, ja! (Se burla de ella.)

KATY. ¡Ya no puedo más! ¡Estoy cansada y aún no llego a casa!

DEMONIO. ¡Apúrate! ¡Dale! ¡No seas floja, vaca gorda!

(Al llegar a casa, Katy extenuada y respirando muy profundo entra y se sienta rápido en la sala muy cansada.)

DEMONIO. ¡Hummm! ¿Tienes hambre? ¡Qué rico serían unos huevitos fritos y arepita con mantequilla… y una
pepsicolita…! ¡Hummmmm!

KATY. ¡Oh, no, Dios! Tengo un hambre que me devoraría la nevera… bueno, me lo merezco, ¿no? Después de
esta gran trotada es lo mínimo que puedo hacer… Se está haciendo tarde también para la universidad… pero si no
voy, no pasa nada.

ÁNGEL. Katy, te he estado esperando toda la mañana. Hace falta que converses con Dios… Él tiene tanto que
enseñarte...

(Katy tira la toalla que tiene en la mano hacia donde está el Ángel y se para. Detrás de ella sigue el demonio… se
dirigen a la cocina.)

KATY. Tengo que leer la Biblia… se me había olvidado… ¡Qué memoria! Y para saber dónde la dejé… ese es
otro dilema… ¡Qué ricos estos huevos… la arepita…! ¡Hummm!

DEMONIO. Tienen muy poca sal y grasa… Ponles más para que te dé colesterol… ¡Ja, ja, ja!

KATY. Le hace falta margarina… y más sal (Le pone bastante sal.)

DEMONIO. ¿Te das cuenta, Katy? ¡Ja, ja, ja! No te sirvió de nada la corrida. Estás en la olla. ¡Ja, ja, ja!
¡Engordarás! ¡Ja, ja, ja!

(Suena el teléfono.)

KATY. ¿Hola? ¿Pedro? Sí, claro que estoy bien y tú ¿cómo estás? ¿Esta noche? Claro que puedo… ¡Claro! A las
8 p.m. estaré lista…. ¡Bye!

DEMONIO. ¡Aja!… ¿Con que Pedro, no?

KATY. (Grita.) ¡Por fin, Dios mío! Por fin Pedro me invitó a salir… ¿Qué me pondré?

DEMONIO. ¿Qué? ¿Cómo que Dios mío? Si yo fui el que te hice el arreglito...
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ÁNGEL. Katy, tienes que hablar con Dios antes de que salgas con Pedro, hija… Lee la Biblia, por favor...

KATY. ¡Huyyy! ¡Dios mío! ¡Perdón!

(Mientras termina de desayunar mira el reloj.)

KATY. ¡Ohhh! Son las 10 de la mañana... La novela se está pasando. (Dice el nombre de la novela de moda de la
ciudad y prende el televisor.)

(El demonio debe hacer el papel de televisor… se pone en frente de Katy y habla del lado derecho como una
mujer… luego cambia al lado izquierdo y habla como un hombre…. Haciendo la representación de una escena la
novela de moda.)

(Katy lo mira y suspira viendo su novela favorita. Después de apagar el televisor.)

ÁNGEL. Katy, Dios quiere hablarte. Toma la Biblia que quiere hablarte.

KATY. ¡Huyyy! La Biblia… ¿Dónde fue que la dejé? (Comienza a buscarla.)

DEMONIO. ¡Ja, ja, ja! ¡La esconderé! (La esconde.)

KATY. Estoy segura que la puse en algún lado…

(Después de tanto buscarla y no encontrarla… se recuesta un rato… Luego se levanta y se va al salón de belleza a
arreglarse.)

KATY. Tengo que ir al salón de belleza… No puedo dejar que Pedro me vea así como estoy.

(Sale y entra con el demonio. El Ángel nunca sale del escenario.)

(Entra al salón y el demonio hace el papel de un estilista amanerado.)


KATY. Hola Samy, ¿cómo estás? Vengo a que me dejes linda. ¡Tengo una cita con mi amorzote!

DEMONIO. (Aquí habla con ella.) ¡Sí, claro, Katy!... ¡Te dejaré linda! ¡Linda, linda, linda!

(Katy sale del salón de belleza, llega a su casa y se mira al espejo.)

KATY. ¡Vaya! Valió la pena… ¡Soy otra definitivamente!

DEMONIO. ¡Eso crees tú! ¡Ja, ja, ja!

KATY. ¡Es hora de arreglarme ya! ¿Qué me pongo? ¿Qué me pongo...? (Revisando el guardarropa.)

ÁNGEL. Katy, no has abierto la biblia, tampoco has hablado con Dios... El quiere enseñarte cosas muy lindas, lee
su palabra.

DEMONIO. ¡Ja, ja, ja! ¡Está ocupada!

(Katy se pone una falda larga y se mira al espejo.)

DEMONIO. ¡No seas tonta! (Le dice gritando.) ¡Pareces una vieja corroncha…! Súbete la falda, baby.
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KATY. Creo que esta falda está anticuada. Mejor una más corta.

(El demonio se ríe.)

KATY. Bueno, esta mini sí me queda bien y este escote, ¡es perfecto! ¡Huuuy! ¡El perfume! Se me estaba
olvidando...

(El demonio debe salir del escenario. Suena el timbre y Katy abre la puerta… el demonio entra haciendo el papel
de Pedro.)

DEMONIO. Katy… ¡Estás preciosa!

KATY. Gracias, Pedro.

(Salen.)

(Al regresar a casa Katy entra soñando y diciendo...)

KATY. ¡Estoy enamorada! Pedro es divino….

(El demonio entra con ella.)

DEMONIO. ¡Ja, ja! Estas mujeres... Sé cómo tratarlas… En especial, estas cristianas... ¡Ja, ja! Uno les da lo
merecido.

ÁNGEL: Katy, mira, Dios quiere hablarte, está esperándote…

KATY. Tengo que buscar mi Biblia, quiero que Dios me hable hoy.

(Katy empieza a buscar la Biblia no la encuentra… luego de un rato la encuentra tirada en el lavamanos del baño...
trata de secarla con el secador de cabello.)

KATY. ¡Oh, no! ¡Dios mío! La Biblia está mojada… ¿Cómo pude dejarla aquí...? Bueno la leeré en el celular.
(Busca en el celular)

DEMONIO. Te tengo una mejor idea. Abre el tik tok ¡Ja, ja, ja!

KATY. Dios mío, ¿Qué son estos pensamientos? Mejor oro primero.

(Se va a su cuarto a orar... El demonio se le pone detrás y le empieza a cantar “Duérmete mi niña, duérmete ya”.)

KATY. Tengo tanto sueño... Señor, te prometo que mañana que tengo tiempo, después de que venga de la
universidad, paso a la librería cristiana, la que está al lado de la pizzería y compro una Biblia para poder leer tu
palabra, te lo prometo (lo dice bostezando.)

DEMONIO. Si mana, mañana comeremos pizza… Dulces sueños, princesa.

(Katy queda profundamente dormida.)

ÁNGEL. Un día más y Katy no estuvo en la presencia de Dios. La intimidad no se logra sin pasar tiempo, sin
comunicación, y sin estar en la presencia de Dios… (Se dirige al público.) Y tú… ¿ESTUVISTE HOY EN LA
PRESENCIA DEL SEÑOR?

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