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TEMARIO POLICÍA NACIONAL ‐ ESCALA BÁSICA – VOL I
A) Ciencias Jurídicas
Tema 1. El derecho: Concepto y acepciones. Las normas jurídicas positivas: Concepto,
estructura, clases y caracteres. El principio de jerarquía normativa. La persona en sentido
jurídico: Concepto y clases; su nacimiento y extinción; capacidad jurídica y capacidad de obrar.
Adquisición, conservación y pérdida de la nacionalidad española. El domicilio. La vecindad civil.
Tema 2. Constitución Española (I): Estructura y caracteres de la Constitución Española de 1978.
Los valores de la Constitución. Los principios del régimen constitucional: Estado democrático,
Estado de derecho, Estado social, Monarquía parlamentaria y Estado autonomista. Los derechos
y deberes fundamentales establecidos en la Constitución: Especial referencia a los derechos
fundamentales y libertades públicas, así como, a las garantías de los mismos y a la suspensión
de los derechos y libertades. El Defensor del Pueblo.
Tema 3. La Constitución Española (II): De la Corona. De las Cortes Generales. Del Gobierno y la
Administración. De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales. Del Poder Judicial.
De la organización territorial del Estado. Del Tribunal Constitucional. De la reforma
constitucional.
Tema 4. La Unión Europea: Referencia histórica. El derecho derivado. Instituciones más
importantes de la Unión Europea. La cooperación policial internacional.
Tema 5. La organización y funcionamiento de la Administración General del Estado: Principios
de organización, funcionamiento y relaciones con los ciudadanos; órganos superiores y órganos
directivos en la organización central. El Gobierno: Composición, organización y funciones; el
Gobierno en funciones.
Tema 6. Los funcionarios públicos: Concepto y clases. Adquisición y pérdida de la condición de
funcionario.
Tema 7. El Ministerio del Interior: Estructura orgánica básica. La Secretaría de Estado de
Seguridad: Estructura y funciones.
Tema 8. La Dirección General de la Policía. Estructura orgánica y funciones de los servicios
centrales y periféricos del Cuerpo Nacional de Policía. El Cuerpo Nacional de Policía: Funciones,
escalas y categorías; sistemas de acceso; régimen disciplinario y situaciones administrativas.
Tema 9. La Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad:
Disposiciones generales; principios básicos de actuación; disposiciones estatutarias comunes.
De las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: Los derechos de representación colectiva; el
Consejo de Policía; organización de las unidades de Policía Judicial; de las Policías de las
Comunidades Autónomas; de la colaboración y coordinación entre el Estado y las Comunidades
Autónomas; de las Policías Locales.
Tema 10. Derecho penal: Concepto. Principios informadores del derecho penal. La infracción
penal: El delito y la falta. Concepto material de delito. Grados de ejecución del delito. Personas
físicas y jurídicas criminalmente responsables de los delitos y faltas. Las consecuencias jurídicas
de la infracción penal. Vigencia temporal y espacial de la Ley Penal. La edad penal y sus efectos.
Circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.
Tema 11. Noción de Derecho procesal penal. Concepto de jurisdicción y de competencia. Los
órganos de la jurisdicción penal. Concepto de denuncia y la obligación de denunciar. La
detención: Concepto y duración. La obligación de detener. Los derechos del detenido. El
procedimiento de habeas corpus. El Ministerio Fiscal: Funciones. La policía Judicial.
Tema 12. Políticas de igualdad ante la violencia de género. Introducción a la perspectiva de
género. Estereotipos y prejuicios de género. Introducción a las políticas de igualdad. Políticas de
igualdad y cambios en la situación social de las mujeres. Planes de igualdad de oportunidades.
Tema 13. Introducción a la Prevención de Riesgos Laborales. Concepto general de trabajo.
Concepto de salud y condiciones de trabajo. El trabajo y la salud. Concepto general de riesgos
laborales. Principios generales de la actividad preventiva. Concepto de prevención y protección
Tema 14. Marco normativo básico en prevención de riesgos laborales. La Ley 31/1995, de
Prevención de Riesgos Laborales. El Real Decreto 39/1997, por el que se aprueba el Reglamento
de los Servicios de Prevención. El Real Decreto 2/2006, sobre prevención de riesgos laborales en
los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. El Real Decreto 67/2010, sobre adaptación de la
prevención de riesgos laborales en la Administración General del Estado. Derechos y deberes
básicos en materia de prevención de riesgos laborales.
1. EL DERECHO: CONCEPTO Y ACEPCIONES
Derecho es el orden normativo e institucional de la conducta humana en sociedad inspirado en
postulados de justicia y certeza jurídica, cuya base son las relaciones sociales existentes que
determinan su contenido y carácter en un lugar y momento dado. En otras palabras, son
conductas dirigidas a la observancia de normas que regulan la convivencia social y permiten
resolver los conflictos intersubjetivos.
La definición final da cuenta del derecho positivo, pero no su fundamento; por ello juristas,
filósofos y teóricos del Derecho han propuesto a lo largo de la historia diversas definiciones
alternativas, y distintas teorías jurídicas sin que exista, hasta el día de hoy, consenso sobre su
validez. El estudio del concepto del Derecho lo realiza la Filosofía del Derecho. La definición
propuesta inicialmente resuelve airosamente el problema de "validez" del fundamento del
Derecho, al integrar el valor justicia en su concepto. La validez de los conceptos jurídicos y
metajurídicos son estudiadas por la teoría del Derecho.
Los conceptos del derecho positivo y el derecho vigente se pueden reducir a que el primero es
el que se aplica y el segundo es el que el órgano legislativo establece para ser obedecido en
tanto dure su vigencia, mientras no sea sustituido por medio de la abrogación o derogación. Por
lo tanto no todo derecho vigente es positivo, ya que hay normas jurídicas que tienen poca
aplicación práctica; es decir, no es derecho positivo pero si es derecho vigente.2
Desde el punto de vista objetivo, dícese del conjunto de leyes, reglamentos y demás
resoluciones, de carácter permanente y obligatorio, creadas por el Estado para la conservación
del orden social. Esto es, teniendo en cuenta la validez; es decir que si se ha llevado a cabo el
procedimiento adecuado para su creación, independientemente de su eficacia (si es acatada o
no) y de su ideal axiológico (si busca concretar un valor como la justicia, la paz, el orden, etc).
Etimología
La palabra derecho deriva de la voz latina directum, que significa "lo que está conforme a la regla,
a la ley, a la norma", o como expresa Villoro Toranzo, "lo que no se desvía ni a un lado ni otro".
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El derecho objetivo y el derecho subjetivo
El derecho objetivo puede responder a distintas significaciones:
El conjunto de reglas que rigen la convivencia de los hombres en sociedad.
Norma o conjunto de normas que por una parte otorgan derechos o facultades y por la otra,
correlativamente, establecen o imponen obligaciones.
Conjunto de normas que regulan la conducta de los hombres, con el objeto de establecer un
ordenamiento justo de convivencia humana.
El derecho subjetivo se puede decir que es:
La facultad que tiene un sujeto para ejecutar un acto con determinada conducta o abstenerse
de ella, o para exigir de otro sujeto el cumplimiento de su deber.
La facultad, la potestad o autorización que conforme a la norma jurídica tiene un sujeto frente
a otro u otros sujetos, ya sea para desarrollar su propia actividad o determinar la de aquellos.
Es una concesión de autoridad otorgada por una norma jurídica una persona o grupo en virtud
de la cual queda legitimada para desplegar una determinada conducta sobre una o más personas
o cosas.
El derecho subjetivo se clasifica en:
Derechos políticos (Derecho de sufragio, a ser electo, a asociarse políticamente y a ser jurado).
Derechos privados, que se subclasifican en:
Derechos personales o créditos (aquellos de donde nacen las obligaciones correlativas).
Derechos reales (aquellos que se ejercen sobre cosas, sin respecto a determinada persona).
Concepto
Del Derecho se ha dicho que es un conjunto de normas jurídicas que forman un sistema
hermético al punto que las soluciones hay que buscarlas en las propias normas, criterio válido
durante mucho tiempo y que, por lo demás, hay cierta cuota de certeza que ofrece seguridad
jurídica a las relaciones sociales que se desarrollan en ese lugar.
En principio, digamos que es un conjunto de normas de carácter general, que se dictan para
regir sobre toda la sociedad o sectores preestablecidos por las necesidades de la regulación
social, que se imponen de forma obligatoria a los destinatarios, y cuyo incumplimiento debe
acarrear una sanción coactiva o la respuesta del Estado a tales acciones. Estas normas no son
resultado solamente de elementos racionales, sino que en la formación de las mismas inciden
otros elementos, tales como intereses políticos y socioeconómicos, de valores y exigencias
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sociales predominantes, en tanto condicionan una determinada voluntad política y jurídica, que
en tanto se haga dominante se hace valer a través de las normas de Derecho. A su vez esas
normas expresan esos valores, conceptos y exigencias, y contendrán los mecanismos para
propiciar la realización de los mismos a través de las conductas permitidas, prohibidas o exigidas
en las diferentes esferas de la vida social.
La diversidad social y de esferas en que metodológica y jurídicamente se pueden agrupar, es
consecuencia del nivel de desarrollo no sólo de las relaciones, sino también de la normativa y
de las exigencias de progreso de las mismas, pero aún con esta multiplicidad de normativas
existentes, el Derecho ha de ser considerado como un todo, como un conjunto armónico. Esa
armonía interna puede producirse por la existencia de la voluntad política y jurídica que en ellas
subyace. En sociedades plurales la armonía de la voluntad política depende de la coincidencia
de intereses de los grupos político partidistas predominantes en el legislativo y en el ejecutivo,
así como de la continuidad de los mismos en el tiempo. Cambios también se pueden producir
con las variaciones de los intereses socioeconómicos y políticos predominantes, al variar la
composición parlamentaria o del gobierno. Asimismo, en sociedades monopartidistas y con
presupuesto de la unidad sobre la base de la heterogeneidad social existente, la armonía de la
voluntad normativa es mucho más factible si bien menos democrática, lo que no quiere decir
que se logre permanentemente; la base de la armonía radica en los intereses únicos del partido.
Doctrinalmente se defiende la existencia de unidad y coherencia; pero lo cierto es que en la
práctica lo anterior es absolutamente imposible en su aspecto formal, aún a pesar de los
intereses y valores en juego, por cuanto las disposiciones normativas se promulgan en distintos
momentos históricos, por órganos del Estado diferentes, e incluso dominados éstos por
mayorías políticas o con expresiones de voluntades políticas muy disímiles. Igualmente no
siempre hay un programa pre elaborado para actuación normativa del Estado (programas
legislativos), sino que la promulgación de una u otra disposición depende de las necesidades o
imposiciones del momento. En tales situaciones se regulan relaciones sociales de una forma,
con cierto reconocimiento de derechos e imposiciones de deberes, con determinadas
limitaciones, se establecen mandatos de ineludible cumplimiento; y estas disposiciones pueden
ser cuestionadas por otros órganos del Estado, derogadas por los superiores, o modificadas por
los mismos productores meses o años después. Es decir, en el plano formal, haciendo un análisis
de la existencia de una diversidad de disposiciones, si encontraremos disposiciones que regulan
de manera diferente ciertas instituciones, las prohíben, las admiten, introducen variaciones en
su regulación, o que también en el proceso de modificación o derogación, se producen vacíos o
lagunas, es decir, esferas o situaciones desreguladas.
En el orden fáctico, y usando argumentos de la teoría política, las bases para la armonía las
ofrece, ciertamente, la existencia de una voluntad política predominante, y de ciertos y
determinados intereses políticos en juego que desean hacerse prevalecer como ya antes
expusimos. Y desde el punto de vista jurídico‐formal, la existencia de un conjunto de principios
que en el orden técnico jurídico hacen que unas disposiciones se subordinen a otras, que la
producción normativa de un órgano prime sobre la de otros, que unas posteriores puedan dejar
sin vigor a otras anteriores, como resulta de los principios de jerarquía normativa no por el rango
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formal de la norma, sino por la jerarquía del órgano del aparato estatal que ha sido facultado
para dictarla o que la ha dictado; de prevalencia de la norma especial sobre la general; que
permita que puedan existir leyes generales y a su lado leyes específicas para ciertas
circunstancias o instituciones y que permitan regularla de forma diferenciada, y aún así ambas
tengan valor jurídico y fuerza obligatoria.; o el principio de derogación de la norma anterior por
la posterior, por sólo citar algunos ejemplos.
Una norma jurídica positiva es una regla que, en Derecho, rige imperativamente la conducta de
los hombres en sus relaciones sociales y cuya observancia garantiza el estado mediante
sanciones.
CAUSAS
Racionalidad: adaptación del contenido como medio de acto para el fin de la norma.
Bilateralidad: que afecta a los demás.
Coercitividad: exigibilidad de la norma (sin coacción).
El derecho humano es un conjunto de normas jurídicas, cuyo fin es ordenar la convivencia de la
comunidad, en los distintos tiempos y lugares, basándose en el derecho natural. Distinguimos
los siguientes tipos de derechos:
Positivismo: no existe el Derecho natural.
Positivismo moderado: el derecho natural son principios prácticos o valores morales que reflejan
el ideal de justicia.
ELEMENTOS DE LA NORMA JURÍDICA
Toda norma jurídica contiene una serie de elementos:
Supuesto de hecho: actividad humana que da origen a que la norma se cumpla.
Contenido: mandato o prohibición en que la norma consiste.
Sanción o efectos de la norma: toda medida desfavorable para la persona a la que se aplique.
Ordinarias: cumplimiento de la norma.
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La pena es un tipo de sanción establecida por el poder positivo del estado.
CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS
Por su origen
Legales: norma elaborada y promulgada por el estado conforme a la constitución.
Consuetudinarias: norma de conducta constante y observada por la generalidad con la
convicción de que obliga jurídicamente.
Por su dependencia
Autónomas: integran por sí misma un mandato o prohibición jurídica sin que para ella
necesite ninguna otra norma.
Heterónomas incompletas: no tienen sentido si no es en conexión con otras normas.
Definición legal
Ficción legal: se supone realizado un hecho que no ha existido, pero que de haber
existido se le aplicará la misma norma (ej: hijo natural y adoptivo).
Norma en blanco: aquella que refiriéndose en su contenido a otra, sin mencionarla,
modifica algunos de sus elementos.
Por su eficacia
Imperativas: en su cumplimiento se excluyen a la voluntad de las partes.
Permisiva: las partes han de ponerse de acuerdo, si no la ley actúa.
3. PRINCIPIO DE JERARQUIA NORMATIVA
El principio de jerarquía normativa es un principio estructural esencial para dotar al
ordenamiento jurídico de seguridad jurídica. Es un principio ordenador básico que ofrece una
gran seguridad jurídica debido a su enorme simplicidad. Así, basta conocer la forma una
disposición, para saber cual es, en principio, su posición y fuerza en el seno del ordenamiento.
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‐ El principio de jerarquía normativa: recogido en el artículo 9.3 de la Constitución
La coexistencia de diversas fuentes plantea el problema de su ordenación jerárquica. Según el
principio de jerarquía normativa, que consagra el artículo 9.3 de la Constitución, las normas
jurídicas se ordenan jerárquicamente, de forma tal que las de inferior rango no pueden
contravenir a las superiores, so riesgo de nulidad. Actúa entre la Constitución y las normas
primarias (Ley o normas con fuerza de ley) y entre la Ley y las normas con fuerza de ley y las
normas secundarias (Reglamentos). A su vez, las normas que poseen el mismo rango poseen la
misma fuerza normativa y en caso de contradicción insalvable prevalece la posterior, ya que se
entenderá que ha derogado a la anterior. La estructura jerarquizada tiene una forma piramidal,
cuya cúspide es la Constitución, norma suprema que se impone a todas las demás. El respeto
del principio de jerarquía es condición de validez de las normas jurídicas.
4. LA PERSONA EN SENTIDO JURIDICO
EL CONCEPTO DE PERSONA.
Etimológicamente la palabra persona proviene del verbo latino sono, as, are (sonar), y del prefijo
per, que refuerza el significado (resonar, sonar mucho). La etimología se relaciona con la
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máscara que en el teatro usaban los actores para representar la fisonomía correspondiente a su
papel y carácter. Por una figura de lenguaje muy común, se llamó persona al mismo actor que
llevaba la máscara (y aún hoy hablamos de personajes en las obras de teatro, cine, etc.); de aquí
pasó al personaje representado por ella y luego a los actores de la vida social y jurídica; es decir,
a los hombres, considerados como sujetos de Derecho. Desde el punto de vista etimológico
persona es igual a hombre, a ser humano.
Hoy en día nadie pone en duda que todos los seres humanos somos personas, esto es, sujetos
portadores de valores que ha de reconocer y respetar la organización social, y especialmente el
Estado como expresión del grupo social organizado en que nos movemos. La idea de que todo
ser humano es persona, por encima e incluso antes que la colectividad organizada constituye el
eje del Derecho civil y del Derecho en general.
Toda la doctrina moderna, siguiendo las concepciones filosóficas hoy imperantes, mantiene la
idea de que el ser humano, la persona, es un prius respecto del Derecho, o sea, que la persona
existe con independencia del Derecho y que tiene esa consideración desde el momento en que
nace con vida.
De modo que la persona y, por tanto, la personalidad es un prius del Ordenamiento jurídico, casi
podría decirse que como un verdadero preconcepto de lo jurídico, al menos esto es así para
todos aquellos Ordenamientos jurídicos que aceptan que tanto la sociedad como su ordenación
se conciben en función del individuo y no los individuos en función de la sociedad y de su
representación político‐jurídica llamada Estado, no debemos olvidar que, como decía
HERMOGENIANO, hominum causae omne ius constitutum est.
LA PERSONALIDAD JURÍDICA
El concepto de personalidad jurídica es tan sólo una abstracción jurídica del concepto de persona
que, además, es un concepto distinto y previo al de capacidad jurídica, aunque al respecto es
frecuente en la doctrina general y, por supuesto, en la española, identificar los conceptos de
personalidad jurídica y capacidad jurídica. Sin embargo, la distinción se impone, baste pensar
que la personalidad es un quid simple, mientras la capacidad es un quantum y, por tanto, es
susceptible de ser medida en grados. Se puede ser, como persona, más o menos capaz, pero no
se puede ser más o menos persona. Persona se es o no se es: total, radicalmente.
El Ordenamiento jurídico no es quien concede la personalidad, pero sí la capacidad ‐como lo
prueba el hecho de que restringe esta última cuando lo estima conveniente‐. Ello no significa
negar que a lo largo de la Historia haya ocurrido de otra manera: ahí está la esclavitud para
demostrar lo contrario. Pero las modernas concepciones jurídicas, no sólo teóricas, sino
encarnadas también positivamente, entienden que el Ordenamiento jurídico tiene que
reconocer la existencia previa de la persona e, incluso, de unos derechos innatos o naturales
que la protegen. Porque la personalidad jurídica del hombre no puede más que ser reconocida,
mientras que la atribución de la condición de persona es obra de la misma naturaleza.
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Ahora bien, esta posición, que nosotros compartimos en líneas generales, no es incompatible
con la que identifica personalidad jurídica con capacidad jurídica, porque lo que sucede en
realidad es que se contempla la misma cuestión desde dos planos diferentes: el ontológico y el
jurídico.
Atendiendo al primero de ellos se considera que persona y personalidad jurídica son dos
términos equivalentes pero utilizados en ámbitos distintos: el concepto de persona es
extrajurídico, mientras que el de personalidad jurídica no es más que una abstracción del
primero para ser utilizada en el ámbito jurídico. Pero tanto el uno como el otro se refieren
exclusivamente a la idea de ser humano, entendida como prius de todo lo concerniente al
hombre, de todo lo humano.
Sin embargo, analizando la cuestión desde un punto de vista estrictamente jurídico la cuestión
cambia de matices, pues entonces la idea de personalidad jurídica no se concibe como un prius,
sino como una facultad que el Ordenamiento jurídico otorga a todos aquellos seres humanos
que nacen cumpliendo unas condiciones predeterminadas por el mismo, de modo que, desde
ese momento son capaces para ostentar derechos y asumir deberes en el mundo jurídico. Desde
esta perspectiva, se identifican personalidad jurídica y capacidad jurídica.
Por todo ello podemos afirmar que, desde un punto de vista estrictamente jurídico, persona es
todo sujeto capaz de derechos y deberes, y por personalidad jurídica ha de entenderse, por
consiguiente, la aptitud para ser sujeto, activo o pasivo, de relaciones jurídicas.
Como vemos, la personalidad se concibe como la confluencia de una serie de derechos innatos,
derivados de la misma naturaleza del hombre, entre los que se encuentra el ser posible titular
de derechos y obligaciones civiles. Si avanzamos un poco más el hombre pasa de ser una suma
de derechos naturales a convertirse en un centro de imputación de derechos otorgados o
negados por el Ordenamiento jurídico, es decir, en un mero receptáculo abstracto, que en
cuanto tiene la posibilidad de llenarse con toda clase de derechos es igual, como potencia, a
cualquier otra personalidad, en cuanto todo hombre es capaz de adquirir cualquier derecho,
aunque actualmente carezca de él, ya que la personalidad, por su parte, es sólo una
manifestación especial del hecho de ser persona. Un paso más y el concepto de personalidad
pierde todo contenido ontológico y se convierte en una mera posibilidad lógica de ser punto o
centro de imputación de derechos y obligaciones, como ente abstracto que sirva de apoyo a las
relaciones de Derecho. Por esa razón puede decirse lo siguiente: se es persona, se tiene
personalidad. Con lo cual se llega a la conclusión de que el concepto de personalidad jurídica es
coincidente con el de capacidad jurídica (siempre desde una perspectiva estrictamente jurídica),
aunque aquél es presupuesto de ésta.
La Constitución española de 1978 recoge el valor esencial de la persona. El art. 10 dice que: "La
dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás, son fundamento del orden político
y de la paz social". Se considera, pues, persona al hombre revestido de su dignidad y titular de
unos derechos inviolables. Al mismo tiempo que se reconoce el libre desarrollo de la
personalidad.
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En definitiva, puede afirmarse que el Derecho moderno concede o reconoce la personalidad
jurídica a todos los hombres, con lo cual éstos pueden cumplir sus fines en la convivencia social;
pero como existen fines que sobrepasan los medios y la propia vida del individuo, el
Ordenamiento jurídico reconoce también la personalidad jurídica a ciertas organizaciones o
colectividades humanas (asociaciones, fundaciones, instituciones) que tienden a la realización
de esos fines colectivos o más duraderos. De aquí que en el Derecho moderno existan dos clases
de personas en sentido jurídico: las llamadas personas naturales, físicas o individuales, que son
los seres humanos, por lo que tal vez sea más apropiado llamarlas personas, a secas; y las
llamadas personas jurídicas, morales o colectivas, que se integran en esas entidades que se
constituyen para la consecución de fines permanentes de los hombres. Pues bien, el Derecho de
las personas comprende el estudio de ambas clases de personas, pero en el presente trabajo
únicamente nos ocuparemos de estudiar los aspectos jurídicamente más relevantes del
comienzo y fin de la personalidad jurídica, obviamente desde una perspectiva exclusivamente
propia del Derecho civil.
Breve referencia a los conceptos de capacidad jurídica y capacidad de obrar.
El concepto de capacidad jurídica es coincidente con el de personalidad (desde una perspectiva
estrictamente jurídica). Sin embargo, la personalidad es la emanación jurídica de la persona y la
capacidad le es atribuida por el Ordenamiento jurídico. La personalidad es presupuesto e implica
la capacidad jurídica; toda persona, por el hecho de serlo, tiene capacidad jurídica y la tiene
desde el comienzo y hasta el fin de su personalidad. Por consiguiente, la poseen tanto las
personas como las personas jurídicas.
La capacidad jurídica puede ser definida como la aptitud para ser titular de derechos subjetivos
y de deberes jurídicos, o, en otras palabras, como la idoneidad para ser sujeto de relaciones
jurídicas. Por eso también se la puede definir diciendo que es la cualidad de la persona de ser
titular de las distintas relaciones jurídicas que le afectan; entendida en este sentido, la capacidad
jurídica es una cualidad esencial de la persona, de modo que no es persona quien carece de
capacidad jurídica.
Por otra parte, son conceptos distintos los de titularidad del derecho y ejercicio del mismo;
también existen diferencias, en consecuencia, entre la aptitud para ser titular del derecho (o
capacidad jurídica: que la tiene toda persona) y la aptitud para el ejercicio de los derechos de
que se es titular (o capacidad de obrar: cosa que depende de la situación personal de cada
sujeto).
La capacidad de obrar es, pues, la aptitud para el ejercicio de los derechos subjetivos y de los
deberes jurídicos; ésta, por consiguiente, no corresponde a toda persona ni es igual para todas
ellas, sino que tiene una serie de grados o circunstancias modificativas que corresponden al
llamado estado civil y que tienen íntima relación con la edad, la incapacitación, la nacionalidad
y la vecindad civil. También puede ser definida como la cualidad jurídica de la persona que
determina (conforme a su estado) la eficacia jurídica de sus actos; por tanto, el que tiene
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capacidad de obrar puede realizar válidamente actos jurídicos. La capacidad de obrar puede
estar afectada por la aptitud natural del individuo (cuya falta puede venir de una mínima edad
o dar lugar a la incapacitación), pero depende directamente del estado civil, por lo que cada
persona tendrá la capacidad de obrar que la ley reconoce al estado civil que tenga.
Así como la capacidad jurídica se reconoce a la persona por su mera existencia, la capacidad de
obrar tiene su presupuesto en su idoneidad para tomar conscientemente la decisión de realizar
un determinado acto y comprender su trascendencia jurídica. Es por eso que, a diferencia de la
capacidad jurídica, la capacidad de obrar no es esencial, sino contingente, pues se puede carecer
totalmente de capacidad de obrar; y tampoco es una e igual para todas las personas, sino que
es variable en función de la aptitud de cada persona para gobernarse a sí misma.
COMIENZO DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL.
Sistemas
El Derecho moderno concede la personalidad a todo ser humano, pero exige ciertos requisitos
para determinar la existencia de la persona humana. Estos requisitos varían según las
legislaciones, pero mientras unas exigen simplemente el hecho del nacimiento (así, los Códigos
civiles alemán, suizo, austríaco, portugués, italiano, argentino, etc.), otras, en cambio, exigen el
requisito de la viabilidad (del latín vitas habilis: aptitud para seguir viviendo) (así, el Código civil
francés).
Distinta de la cuestión de los requisitos exigidos por el Derecho para considerar existente al ser
humano es la del momento en que aquél hace a éste la atribución de derechos en que la
personalidad jurídica consiste. Dos momentos pueden tomarse en consideración: el de la
concepción o principio de la vida intrauterina, o el del parto o comienzo de la vida extrauterina.
Aún es posible adoptar una solución ecléctica, por la cual, aun estimando que es el nacimiento
el que determina el principio de la personalidad, se retrotraen sus efectos jurídicos al tiempo de
la concepción, o bien se reputa, por ficción, que el concebido ha nacido. Este último sistema fue
el acogido por el Derecho Romano, que consideró como nacido al meramente concebido, para
todo lo que le fuere favorable (conceptus pro iam nato habetur quotiens de eius commodis
agitur); sistema que ha pasado al Derecho moderno, aunque no se formula ordinariamente de
modo general, sino que se hacen aplicaciones concretas del mismo.
Derecho Español.
El Código civil sigue en cuanto al momento en el que comienza la personalidad jurídica, o sea, la
atribución de derechos al ser humano, el sistema romano al que acabamos de referirnos, siendo
uno de los pocos Códigos que formula de forma expresa el principio de la protección jurídica al
concebido.
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A tenor de lo dispuesto en el art. 29, prop. 1ª C.c.: "El nacimiento determina la personalidad";
añadiendo el art. 30 C.c. que: "Para los efectos civiles, sólo se reputará nacido el feto que tuviere
figura humana y viviere veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno", aquí el
legislador incurre en una notable imprecisión terminológica, pues un ser vivo es un feto mientras
permanece en el claustro materno, y deja de serlo desde el momento del alumbramiento, para
pasar a ser un nacido o un aborto, si nace muerto.
El nacimiento del que habla el C.c. exige unos requisitos, pues, para que produzca efectos civiles
(determinación de la personalidad). Dichos requisitos son los siguientes:
Separación completa del claustro materno: Este requisito es el esencial, y significa que es
necesaria la rotura del cordón umbilical, como se desprende de la expresión "enteramente
desprendido del seno materno" (art. 30 C.c.), pues mientras no se produzca esa rotura el nacido
sigue estando unido a la madre y no puede ser considerado como un ser de vida independiente.
Que el feto nazca vivo: Ello es obvio, pues si el feto nace muerto o no reúne alguno de los
restantes requisitos legales, tiene la consideración, en el campo del Derecho civil, de aborto. Y
se inscribe en concepto de tal en el Registro Civil, según el artículo 171 de su Reglamento que
dice que: "Se entiende por criaturas abortivas las que no reúnen las circunstancias exigidas para
que un feto se repute nacido a los efectos civiles".
Que tenga figura humana: Es éste un requisito que no responde (al menos según las
interpretaciones modernas) a que de la mujer puedan nacer seres no humanos, como se creía
en épocas pasadas (salvo que se produzca un desarrollo incontrolado de las investigaciones
biogenéticas), sino a que el nacido no tenga tales defectos teratológicos o tales irregularidades
biológicas que le impidan seguir viviendo (con lo que se reconoce en cierto modo la exigencia
de la viabilidad, aunque el Código no la recoge).
Que viva veinticuatro horas: Se entiende que después de estar completamente desprendido del
seno materno, aquí el tiempo ha de medirse de momento a momento, empezando a
cronometarse a partir del corte del cordón umbilical, es decir de la completa separación de
madre e hijo.
Nuestra doctrina se plantea la cuestión de si entre estos requisitos se encuentra el de la
viabilidad que, como sabemos, es la aptitud para continuar viviendo el feto fuera del claustro
materno. Nosotros creemos que el tema de si el Código exige la viabilidad tiene fuertes
argumentos a su favor, e incluso autores que la niegan, en sus afirmaciones parece que
implícitamente la aceptan. No obstante, hemos de reconocer que la letra de la ley es clara: vida
durante veinticuatro horas, y hemos de recordar que la primera pauta de interpretación de las
normas es el sentido propio de las palabras (cfr. art. 3‐1 C.c.), además de que también el
elemento histórico parece abonar la interpretación de la seguridad jurídica, aunque en el
pensamiento del legislador esté ausente el que los no viables morirán en este plazo. En realidad,
el sistema actual puede dar lugar a fraudes importantes: piénsese en el supuesto de
prolongación artificial de la vida de una criatura que, sin ella, hubiera muerto dentro de las
veinticuatro primeras horas, para provocar, de ese modo, un cambio en la dirección de una
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herencia; o en el caso de no considerar capaz a un niño nacido perfectamente, pero que por
accidente o acción delictiva de terceros o de los propios padres no vive las veinticuatro horas,
no parece correcto que para nuestro C.c. sea cuestión fundamental que el niño sufra el accidente
en la hora 23 ó 25, porque, desde luego, no se aprecia la justicia de la distinción. Quizá fuera
más aconsejable que se hubiera condicionado el otorgamiento de la capacidad jurídica general
tan sólo al hecho del nacimiento del ser vivo con figura humana; o, incluso, si se quisiera exigir
el requisito de la viabilidad, pues hoy en día dispone la ciencia médica de técnicas e instrumentos
que permiten con plena seguridad determinarlo en la práctica, aunque, hemos de reconocer
que, a pesar de ello, se produciría una mayor inseguridad jurídica, porque adoptar este criterio
abiertamente sería fuente inevitablemente de muchos más pleitos de los que en la actualidad
se producen en relación con la materia.
La doctrina mayoritaria destaca que de los requisitos que exige el art. 30 C.c. no hacen referencia
a la viabilidad ni el hecho de la separación del seno materno, ni el nacer vivo. No hace referencia
a la viabilidad el hecho de la separación del seno materno porque puede separarse del mismo
un ser muerto (o mejor dicho, separarlo no impica ningun tipo de repercusiones jurídicas); ni
tampoco el nacer vivo, porque la vida supone un presente mientras que la viabilidad supone una
situación de futuro. De esta forma, nuestra doctrina se fija especialmente en el requisito de las
veinticuatro horas como exigencia de viabilidad, entendiéndolo de muy diversas formas: como
una presunción iuris et de iure de viabilidad; como un criterio de viabilidad legal; como un plazo
que otorga personalidad automáticamente si se cumple; como una solución que evita litigios
innecesarios y otorga seguridad jurídica, y como una conditio iuris. Esta última tesis nos parece
la más acertada, pues creemos que debe entenderse que el comienzo de la personalidad se
produce por el nacimiento, pero es preciso, como conditio iuris, que el nacido prolongue su vida
durante un mínimo de veinticuatro horas. Por tanto, el nacido es persona civil desde que nace
si vive veinticuatro horas, ya que la eficacia civil del nacimiento se produce si se cumple la
condición de vivir veinticuatro horas. Condición que establece el Derecho para evitar
incertidumbres y discusiones sobre si un ser nació verdaderamente como ser humano vivo.
PRIORIDAD EN EL NACIMIENTO.
Para la determinación de la primogenitura en el caso de partos dobles o múltiples, el Código,
cortando las viejas disputas, dispone en su art. 31 que: "La prioridad del nacimiento, en el caso
de partos dobles o múltiples, da al primer nacido los derechos que la ley reconoce al
primogénito", con una clara imprecisión terminológica de nuevo, pues tanto la ciencia médica
como la biología nos enseñan que el primogénito, entendido como el primer concebido, es,
precisamente, el último que nace. Dejando al margen esa cuestión, esta norma será aplicable
no sólo cuando los derechos atribuidos al primogénito procedan de la ley, sino también cuando
procedan de los actos jurídicos.
La dificultad surgirá cuando sea imposible probar quién ha nacido primero: en este supuesto, y
en caso de llamamiento hereditario al primogénito, un sector doctrinal opina que regirá la
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norma del art. 773, apdo. 2º C.c., aunque nosotros creemos que es más justo dividir la herencia
por partes iguales, tal y como se determina en el C.c. alemán.
Prueba del nacimiento.
Es primordialmente, la inscripción en el Registro Civil, que debe instarse desde las veinticuatro
horas hasta los ocho días del alumbramiento (art. 42 LRC) por las personas que la misma ley
especifica (próximos parientes, gente presente en el alumbramiento, etc.: cfr. arts. 42 y 43 LRC);
mientras que el facultativo, a su vez, debe dar parte del acontecimiento (art. 44 LRC). Por su
parte, la inscripción hace fe del hecho, fecha, hora y lugar del nacimiento, del sexo y, en su caso,
de la filiación del inscrito (art. 41 LRC).
Naturalmente, la inscripción en el Registro no es un requisito para la adquisición de la
personalidad, sino sólo un medio privilegiado de prueba.
PROTECCIÓN JURÍDICA DEL CONCEBIDO.
Situación jurídica del concebido.
El Código civil español es uno de los pocos que formula de modo general el principio de
protección del concebido y aún no nacido (nasciturus), siguiendo el principio romano que
afirmaba que "conceptus pro iam nato habetur de eius conmodis agitur" (es decir, que el
concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables). Dice, en efecto, el
art. 29, prop. 2ª C.c. que: "... el concebido se tiene por nacido a todos los efectos que le sean
favorables, siempre que nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente".
Por tanto, el concebido, prescindiendo de la protección que recibe del Derecho público,
principalmente al penar como delito, en ciertos casos, el aborto, está protegido por el Derecho
privado al atribuirle una cierta capacidad. La atribución de capacidad al concebido es
meramente condicional, como claramente se advierte en el propio art. 29, cuando dice "siempre
que nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente". Esta capacidad condicional
tampoco es plena, sino parcial, limitada a lo que le sea favorable. Ahora bien, ¿qué se entiende
por efectos favorables? En principio parece que sólo los derechos, facultades e intereses
legítimos son favorables a su titular; no lo serán, en cambio, los deberes, obligaciones, cargas o
sujeciones. Pero ocurre que, en la práctica, las relaciones jurídicas son de carácter complejo,
suponiendo para cada titular de las mismas derechos y deberes o cargas recíprocamente
condicionadas o sinalagmáticamente vinculadas. Pues bien, en estos supuestos, habrá que
sopesar el conjunto de la relación para determinar el favor o disfavor de la situación jurídica que
se crea para el nasciturus.
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Nuestro Código, además de la regla general contenida en el art. 29 hace aplicación concreta de
la misma en varias ocasiones, así a los concebidos:
Les permite recibir donaciones (art. 627).
Los considera herederos forzosos al disponer que su preterición anula la institución de heredero
(art. 814).
Protege sus derechos en la herencia del padre premuerto hasta que se verifique el parto (arts.
965 y 966).
Su nacimiento es causa de revocación de donaciones (art. 644‐1º).
Pone a salvo su legitimidad siempre que se den los requisitos legales (art. 962).
Concede derechos de alimentos a la viuda que queda encinta, aun cuando sea rica, habida
consideración de la parte que en ellos pueda tener el póstumo (art. 964).
De las diversas teorías ideadas para explicar la situación del nasciturus, nos parecen insuficientes
las que hablan de derechos condicionales o expectativas del concebido, ya que estos derechos
o expectativas presuponen, igual que los derechos subjetivos perfectos, un sujeto de derecho;
menos aceptable aún es la construcción de los derechos sin sujeto, ya que esta teoría es
inadmisible; tampoco nos parece exacto construir la situación del concebido como un caso de
indeterminación del sujeto hasta el nacimiento; a nuestro juicio, el Ordenamiento jurídico,
atendiendo a la spes hominis que el concebido representa, le otorga una capacidad jurídica
condicionada al hecho del nacimiento con los requisitos legales; ni hay, pues, carencia de sujeto,
ni está indeterminado, ni hay por qué hablar de una ficción de personalidad, ni basta el
considerar condicionales los derechos atribuidos al concebido; éste es sujeto de derecho con
una capacidad condicional.
La consideración del concebido como sujeto con capacidad condicionada al nacimiento en forma
legal debe estar en armonía con la atribución de derechos a aquél, pues siendo la capacidad
condicional, también deben serlo los derechos que adquiere el concebido; entendiéndolo así el
legislador, en el caso de herencia a que esté llamado un concebido, suspende la división
mientras dura la gestación, ordenando entre tanto la administración y seguridad de los bienes
(arts. 965 y 966); en cambio, en el caso de donación hecha al meramente concebido, permite
que sea aceptada por quien le representaría, caso de haber ya nacido (art. 627), sin esperar el
cumplimiento de la condición de la que pende la definitiva adquisición de la donación.
La capacidad condicional que tiene el concebido es sólo la capacidad jurídica; para remediar su
absoluta y forzosa incapacidad de obrar, el Código no dicta una regla general, pero en el caso de
la donación habla de personas que legítimamente representarían al concebido si se hubiese
verificado ya su nacimiento, disposición que, a falta de otra concreta, creemos que cabe
generalizar a todo supuesto, estimando que es representante legal del concebido el que lo sería
de haber nacido ya, esta interpretación procede no sólo por analogía con la situación del art.
627 C.c., sino por propia aplicación del art. 29 C.c., ya que, sin duda, es favorable para el
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concebido la existencia de un representante para el ejercicio de los derechos que le competen
y que no puede ejercitar por sí mismo.
El no concebido.
Las personas aún no concebidas que, sin embargo, pueden serlo posteriormente y, por
consiguiente, pueden llegar a nacer, se llaman no concebidos (nondum concepti). Tales
personas, en principio, no pueden considerarse como titulares de posición jurídica alguna, ni de
un derecho subjetivo concreto, pues en puridad de conceptos representan una mera
eventualidad, un futurible. Sin embargo, existen mecanismos en cuya virtud la atribución de
derechos a los nondum concepti resulta admisible.
Los instrumentos técnicos que permiten atribuir derechos a favor de personas no concebidas
son los siguientes:
La sustitución fideicomisaria, por virtud de la cual un testador llama a la herencia a una persona,
que ha de conservarla para transmitirla, cuando muera o en un determinado momento posterior
a otra persona, que puede no existir todavía.
La institución condicional de heredero, nombrando como tal a una persona aún no concebida
bajo la condición de que llegue a nacer.
La donación con cláusula de reversión a favor de terceros, admitida por el art. 641 C.c., de forma
que el donante dispone que a partir de un determinado momento, o cuando se haya cumplido
un cierto evento, el primer donatario quede sustituido por otro, y este otro puede no existir aún
en el momento de la donación, pero puede nacer en el tiempo que media hasta el cumplimiento
del evento o la llegada del tiempo señalado.
Por todas estas vías se consigue atribuir derechos a los no concebidos. Mientras tanto, se crean
situaciones de administración de esos derechos o se disfrutan en el ínterin por otra persona. Por
último, hemos de decir que la persona futura puede ser también tenida en cuenta en contratos
en los que se pacta algo en su favor o a su cargo (así, contrato de seguro, renta vitalicia, sociedad,
etc.).
EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL.
Muerte natural
Así como el nacimiento determina el principio de la personalidad, ésta se extingue por la muerte
de las personas. Según el art. 32 C.c.: "La personalidad civil se extingue por la muerte de las
personas". En ese momento desaparece la persona en cuanto tal, con sus atributos y cualidades,
cesando de ser centro de poder y de responsabilidad, se extinguen los derechos y relaciones
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personalísimos o vitalicios que le competían; y se abre la sucesión en los restantes,
transformándose el patrimonio en herencia y el cuerpo en una cosa: el cadáver.
En lo relativo al momento en el que se produce la muerte, tradicionalmente se da por muerto al
organismo que tiene el corazón parado y la circulación y respiración detenidas. Pero la ciencia
médica conoce hoy que el individuo puede estar muerto antes de que todo ello ocurra, porque
tenga el cerebro en silencio, sin estimulaciones, lo que permitirá el transplante de órganos.
Referencia al suicidio y a la eutanasia.
La protección que nuestra Constitución dispensa a la vida no conduce a la penalización de
aquella conducta por virtud de la cual una persona se quita a sí misma la vida, llamada suicidio.
El suicida frustrado tampoco comete delito alguno. Sí lo comete el que induce a otro a suicidarse,
pero este es un tema que compete al Derecho penal y no al civil, por lo que aquí basta con la
alusión al mismo.
En cuanto a la eutanasia, hemos de entender por tal el acortamiento voluntario de la vida de
aquel que sufre una enfermedad incurable, para poner, de ese modo, fin a sus sufrimientos.
Actualmente, en el ámbito del Derecho penal, no se admite la práctica de la eutanasia. Otra cosa
distinta es determinar hasta qué punto no es vejatorio, y por tanto contrario a lo dispuesto en
el art. 10. 1 CE, para la integridad física de una persona que se encuentra en estas condiciones,
prolongarle la vida artificialmente. En cualquier caso, como sucede con el suicidio es éste un
asunto más propio de la esfera penal que de la civil, aunque no puede desvincularse de esta
última si se enlaza con la problemática de la dignidad de la persona.
Efectos jurídicos de la muerte.
Al extinguirse la personalidad jurídica por la muerte y cesar la capacidad jurídica, se hace
imposible la adquisición de nuevos derechos por el difunto. En las adquisiciones mortis causa,
el llamado debe sobrevivir al llamamiento, esto es, vivir después de la muerte del de cuius (art.
766 C.c.). En cambio, en la adquisición inter vivos, no es necesaria la supervivencia, sino que
basta la existencia en el momento mismo de la adquisición; por tanto, si un derecho está
condicionado a la muerte puede ser adquirido por el moribundo y no por sus herederos, ya que
el momento de la muerte es también el último momento de la vida (así, en el seguro de vida que
no se haya estipulado a favor de tercero, el crédito que nace con la muerte pertenece al
patrimonio del difunto, afectándole el régimen económico‐matrimonial si estaba casado).
Un segundo efecto de la muerte afecta a la regularización del patrimonio del difunto; los
derechos a éste pertenecientes, inherentes a su persona (los llamados derechos personalísimos
o de la personalidad), o de duración vitalicia, se extinguen con la muerte de su titular (cfr. art.
659 C.c.); los demás se transmiten por las normas de Derecho sucesorio a las personas llamadas
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por ley o por disposición testamentaria a recoger el universum ius (así, los herederos), o bien se
transmiten singularmente a las personas designadas por el testador (así, los legatarios).
El cadáver. Ius Eligendi Sepulchri.
Como ya hemos dicho, tras la muerte, el cadáver, constituye una cosa en sentido jurídico,
aunque la realización de negocios jurídicos sobre él o sobre partes suyas, no sea absolutamente
libre (así, la legislación reguladora de los transplantes y la extracción de órganos no permite que
se pueda recibir compensación económica alguna por la donación de los órganos).
Lo más corriente es que la persona fallecida haya manifestado en vida su voluntad de que su
cadáver sea inhumado o incinerado y, en el primer caso, que haya especificado el lugar donde
desea, llegado el día, ser sepultado (facultad que se llama ius eligendi sepulchri). No obstante el
carácter esencialmente personal de esta decisión, la ausencia de voluntad expresada por el
fallecido tendrá que ser suplida por sus familiares más directos, quienes decidirán sobre el
destino final del cadáver.
Prueba de la muerte.
El fallecimiento se inscribe en el Registro civil mediante declaración de quien tenga
conocimiento de él, corroborada por certificación médica de la existencia de señales inequívocas
de muerte (arts. 82 y 85 LRC). La inscripción es presupuesto de la licencia para el entierro (art.
83 LRC), de manera que faltando el cadáver sólo se practica mediante sentencia firme o
expediente gubernativo, o bien mediante orden del juez que afirme, sin duda, el fallecimiento
(cfr. arts. 86 LRC y 277 RRC). Según el art. 82 LRC: "La inscripción hace fe de la muerte de una
persona y de la fecha, hora y lugar en que acontece", sin embargo, el TS niega esa fe en los casos
de aplicación del art. 33 C.c.
EL PROBLEMA DE LA PREMORENCIA.
La prueba de la muerte se efectúa generalmente por las actas del Registro Civil, pero puede
ocurrir que no sea posible determinar con exactitud el momento del fallecimiento cuando éste
ha tenido lugar por un siniestro (naufragio, incendio, etc.) y, en ese caso, si han fallecido en el
mismo siniestro varias personas llamadas a sucederse entre sí, se plantea la cuestión de
determinar cuál de ellas ha muerto primero, ya que del orden de los fallecimientos dependen
las transmisiones hereditarias de los fallecidos y las consiguientes transmisiones a los herederos
de éstos. Como la prueba de la prioridad en el fallecimiento es generalmente imposible, los
legisladores suelen establecer presunciones, bien de premoriencia o de comoriencia o muerte
simultánea.
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El sistema de presunciones de premoriencia procede del Derecho Romano, que formuló algunas,
basadas en el criterio de la mayor resistencia física de una persona sobre otra, como la de
supervivencia de hijo púber al padre o madre y la premoriencia del impúber respecto de los
padres. El sistema, completado por el Derecho común, pasó al C.c. francés, que lo desenvolvió
casuísticamente, basándose en el criterio de la edad y el sexo.
El Código austríaco, por el contrario, estableció una presunción de comoriencia entre varias
personas fallecidas en ocasión de un mismo accidente, sistema que alcanzó gran difusión entre
los Códigos modernos (así en el alemán, suizo e italiano), y que es el seguido también por el
nuestro, que dispone en el art. 33 que: "Si se duda, entre dos o más personas llamadas a
sucederse, quién de ellas haya muerto primero, el que sostenga la muerte anterior de una o de
otra debe probarla; a falta de prueba, se presumen muertas al mismo tiempo y no tiene lugar la
transmisión de derechos de uno a otro".
Esta presunción de commoriencia opera bajo los siguientes presupuestos:
Que las personas fallecidas estén llamadas a sucederse entre sí. Como es requisito esencial que
el heredero sobreviva al causante para poder heredar, de ahí la importancia de probar la
premoriencia o, en su caso, la entrada en juego de la presunción de comoriencia. Sin embargo,
el art. 33 también es aplicable a todos los casos en que es requerida la supervivencia para la
adquisición de una facultad o derecho, siempre y cuando lo permita expresa o tácitamente la
voluntad que origina aquel caso.
La existencia de un estado de duda acerca de quién ha muerto primero. Es entonces cuando
juega la presunción de comoriencia, siempre y cuando a quien interese la misma pruebe la
existencia de duda, probando los hechos de los que resulte. En cambio, el que alegue la
premoriencia, debe probar la muerte de una persona antes que la de la otra, como afirma la
jurisprudencia del TS.
Por último, hemos de decir que creemos que la presunción de premoriencia lo mismo es
aplicable al supuesto de que dos o más personas hayan fallecido en un mismo suceso (naufragio,
incendio, accidente aéreo, etc.) como en cualquier otra circunstancia (muerte simultánea en
diferentes lugares, p.ej.), y ello es debido al hecho de que el C.c. no delimita el supuesto de
hecho en el que encuentran la muerte.
5. ADQUISICIÓN, CONSERVACIÓN Y PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA
Nacionalidad Española
Según el artículo 11 de la Constitución, la nacionalidad española se adquiere, se conserva y se
pierde según lo que establece la ley (el Código Civil). Ningún español de origen puede ser privado
de la nacionalidad española.
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Doble Nacionalidad
El Estado Español puede concertar tratados de doble nacionalidad con los países
iberoamericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con
España. En estos mismos países, aun cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho
recíproco, podrán naturalizarse los españoles sin perder su nacionalidad de origen.
¿Cómo se adquiere la nacionalidad española?
Distinguimos dos formas básicas de adquirir la nacionalidad española:
1) Adquisición Originaria de la Nacionalidad Española: la persona tiene una nacionalidad
desde el momento de su nacimiento, que puede obedecer a 2 criterios diferentes:
a. Por Filiación: son españoles de origen los que nacen de un padre o madre
españoles. O sea, llega con que sea español sólo uno de los 2 progenitores.
b. Por Lugar de Nacimiento. Según este criterio “del suelo” donde se nace, son
españoles:
o Los que nacen en España de padres extranjeros si al menos uno de ellos hubiera
nacido también en España. Quedan exceptuados los hijos de funcionario
diplomático o consular acreditado.
o Los que nacen en España de padres extranjeros, si ambos carecen de
nacionalidad o si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una
nacionalidad (hablamos de apátridas)
o Los nacidos en España cuya filiación resulte desconocida. A estos efectos, se
presumen nacidos en territorio español los menores de edad cuyo primer lugar
de estancia conocido sea el territorio español.
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El extranjero menor de 18 años adoptado por un español también adquiere, desde el momento
de la adopción, la nacionalidad española de origen. Si el adoptado ya ha cumplido 18 años, podrá
optar por la nacionalidad de origen en el plazo de 2 años a partir de la adopción.
2) Adquisición Derivativa de la Nacionalidad Española: la llamamos derivativa porque se da
en los casos de cambio o modificación de la nacionalidad que anteriormente tenía una persona.
En este caso, para adquirir la nacionalidad española se requiere que el mayor de 14 años, y capaz
de prestar una declaración por sí, jure o prometa fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución
y a las leyes; que la misma persona declare que renuncia a su anterior nacionalidad; y que la
adquisición se inscriba en el Registro Civil español.
La adquisición de la nacionalidad se puede realizar:
a) Por Posesión de Estado: la posesión y utilización continuada de la nacionalidad española
durante 10 años, con buena fe y basada en un título inscrito en el Registro Civil, es causa de
consolidación de la nacionalidad, aunque se anule el título que la originó.
b) Por Opción: tienen derecho a optar por la nacionalidad española las personas mayores de
18 años, que estén o hayan estado sujetas a la patria potestad de un español, o aquellas cuyo
padre o madre hubiera sido originariamente español y nacido en España.
c) Por Carta de Naturaleza: la nacionalidad se adquiere por carta de naturaleza, otorgada
discrecionalmente por el Gobierno, mediante Real Decreto, cuando en el extranjero concurran
circunstancias excepcionales.
d) Por Residencia: la nacionalidad en este caso se concede por el Ministerio de Justicia, que
también puede denegarla por motivos razonados de orden público o interés nacional. En todos
los casos, la residencia habrá de ser legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición.
El interesado debe justificar, en el expediente regulado por la legislación del Registro Civil, buena
conducta cívica y el suficiente grado de integración en la sociedad española.
Años de Residencia Requeridos Para Pedir La Nacionalidad Según Los Casos:
Como norma general se exigen 10 años de residencia; 5 años para los asilados o refugiados y 2
años para los de origen Iberoamericano, de Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o
sefardíes.
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Basta una residencia de 1 Años en el caso de:
Quien naciese en territorio español
Quien no hubiese ejercido oportunamente la facultad de optar (derecho de opción, que
vimos arriba).
El que esté o haya estado sujeto legalmente a la tutela, guarda o acogimiento de un
ciudadano o institución españoles durante 2 años consecutivos.
El que al tiempo de la solicitud llevase 1 año casado con español o española y no
estuviere separado legalmente o de hecho. A estos efectos, se entenderá que tiene
residencia legal en Espala el cónyuge que conviva con funcionario diplomático o
consular español acreditado en el extranjero.
El viudo o viuda de español o española, si a la muerte del cónyuge no existiera
separación legal o de hecho.
El nacido fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente
hubieran sido españoles.
En todos estos casos, la residencia debe ser legal, continuada e inmediatamente anterior a la
petición. El interesado en nacionalizarse además debe justificar buena conducta cívica y
suficiente grado de integración en la sociedad española.
Las concesiones por Carta de Naturaleza o por Residencia caducan a los 180 días siguientes a su
notificación, si en este plazo de 180 días (unos 6 meses) el interesado no comparece ante
funcionario competente para cumplir con los requisitos legalmente establecidos.
¿Cómo se pierde la Nacionalidad Española? Casos de Pérdida de la Nacionalidad Española
1) Adquisición Voluntaria De Otra Nacionalidad: perderán la nacionalidad española (salvo en
el caso que vimos arriba de doble nacionalidad) los emancipados que, residiendo habitualmente
en el extranjero, adquieran voluntariamente otra nacionalidad o utilicen exclusivamente la
nacionalidad extranjera que tuvieran atribuida antes de la emancipación. Esta pérdida tiene
lugar cuando transcurren 3 años contados desde la adquisición de la nacionalidad extranjera o
desde la emancipación. Sin embargo, los interesados también pueden optar por evitar la pérdida
si dentro de este plazo declaran su voluntad de conservar la nacionalidad al encargado del
Registro Civil. En cualquier caso, pierden la nacionalidad los españoles emancipados que
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renuncien expresamente a ella, si tienen otra nacionalidad y residen habitualmente en el
extranjero.
2) Perdida de la Nacionalidad por Sanción: ya vimos que los españoles de origen no pueden
perder su nacionalidad por una sanción. Los españoles que no sean de origen pueden perder la
nacionalidad española cuando, durante un período de 3 años utilicen exclusivamente la
nacionalidad a la que hubieran declarado renunciar al adquirir la nacionalidad española.
También la perderán cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo
político en un Estado Extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno.
¿Cómo se recupera la Nacionalidad Española?
El que pierde la nacionalidad española puede recuperarla según estos requisitos:
1) Ser residente legal en España. Este requisito no es de aplicación en el caso de los
emigrantes ni de los hijos de emigrantes. En los demás casos, podrá ser dispensado por el
Ministro de Justicia cuando concurran circunstancias excepcionales.
2) Declarar ante el Encargado del Registro Civil su voluntad de recuperar la nacionalidad
española.
3) Inscribir la Recuperación en el Registro Civil
6. EL DOMICILIO: CONCEPTO Y SIGNIFICADO
El término domicilio tiene un acusado entronque con la vivienda de la persona, aunque por
extensión puede estar también referido a otras indicaciones del lugar de residencia habitual de
la persona. Por otra parte, el domicilio en cuanto lugar de residencia habitual de la persona tiene
importancia no sólo para el Derecho civil, sino para los restantes sectores del Derecho.
En nuestra Constitución el domicilio aparece expresamente recogido en el art. 18, que garantiza
su inviolabilidad.
Evidentemente, en tal precepto el domicilio se identifica con la vivienda en la que (habitual o
pasajeramente) reside la persona, para garantizar que (salvo en caso de flagrante delito) nadie
puede penetrar en ella, ni siquiera los representantes de los poderes públicos, sin autorización
judicial o consentimiento del propio interesado.
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De otra parte, el art. 19 reconoce a los españoles el “derecho a elegir libremente su residencia
y a circular por el territorio nacional”.
Una STC considera igualmente exigible la autorización judicial para las entradas o registros en
las habitaciones hoteleras.
La disposición del CC sobre el particular establece que para el ejercicio de los derechos y el
cumplimiento de las obligaciones civiles, el domicilio de las personas naturales es el lugar de su
residencia natural. Semejante enfoque, hace que, la doctrina distinga entre domicilio real o
voluntario y el domicilio legal.
SIGNIFICADO DE LA VECINDAD CIVIL
Al igual que la nacionalidad permite saber cuál es el ordenamiento estatal aplicable a las
personas, la llamada vecindad civil es un criterio de determinación de la legislación civil (común
o foral) aplicable a los ciudadanos españoles.
Vecindad civil, condición política y vecindad administrativa de los españoles
Inicialmente pudiera pensarse que tal vecindad civil supone la atribución de un concreto status
jurídico conectado al hecho de residir, de ser vecino, de un determinado territorio o municipio,
en el que la mayoría de los ciudadanos se encuentran sometidos a cualquiera de los regímenes
jurídico‐civiles existentes en España (supongamos el navarro nacido en Olite, hijo y nieto de
navarros, casado con navarra y residente en su ciudad natal desde su nacimiento). Sin embargo,
la cuestión es más complicada, pues como veremos, la vecindad civil no requiere propiamente
residencia, sino básicamente voluntariedad en la aplicación del sistema o subsistema civil de que
se trate (el navarro de nuestro ejemplo, siendo ya anciano, se traslada definitivamente a
Badalona, por residir allí su única hija, pero desea seguir siendo considerado navarro); y es
independiente, de una parte, de la condición política que supone la pertenencia a cualquiera de
nuestras CCAA; y, de otra, de la vecindad administrativa propiamente dicha o pertenencia a un
determinado municipio.
La vecindad administrativa es objeto de regulación por parte de la legislación de régimen local,
que exige a “todo español o extranjero que viva en territorio español estar empadronado en el
municipio en que resida habitualmente”.
Regulación normativa de la vecindad civil
Ley 11/1990, de 15 de octubre, sobre reforma del CC en aplicación del principio de no
discriminación por razón de sexo. Lo más destacable es la nueva redacción del art. 14.5: “el
matrimonio no altera la vecindad civil”.
Autonomías regionales y derechos forales:
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Las CCAA carecen de competencia alguna para regular la vecindad civil, estando reservada la
regulación de tal materia a la legislación estatal. Así lo ha establecido el TC, declarando
inconstitucional el inciso del art. 2.1 de la Compilación del Derecho Civil de Baleares, en el que
se preveía que las normas civiles forales (y, en adelante, las autonómicas) serían de aplicación
“a quienes residen en él (territorio balear) sin necesidad de probar su vecindad civil…”. Razona
el Tribunal, que la Constitución “optó, inequívocamente, por un sistema estatal y, por tanto,
uniforme de Derecho Civil interregional y excluyó, en la misma medida, que pudieran las CCAA
establecer regímenes peculiares para la resolución de los conflictos de leyes”.
La atribución de la vecindad civil
Respecto de los hijos, la atribución de vecindad requiere ante todo distinguir entre el caso en
que los padres o progenitores tengan la misma vecindad o, por el contrario, ésta sea distinta. En
caso de igual vecindad, el criterio del ius sanguinis deviene fundamental. Por el contrario, en
caso de que la vecindad de los padres o progenitores no sea coincidente, el criterio prioritario
de atribución corresponderá al lugar de nacimiento y, subsidiariamente, entrará en juego la
vecindad común. No obstante, ninguno de ambos criterios de atribución tendrá virtualidad
alguna en el supuesto de que los padres atribuyan a los hijos la vecindad civil de cualquiera de
ellos.
De otra parte, cualquier menor de edad que haya cumplido 14 años podrá optar por la vecindad
civil del lugar de nacimiento o por la última vecindad de cualquiera de sus padres.
Finalmente, la residencia y el lugar de residencia también son tenidos en cuenta por el legislador
a efectos de la adquisición de una vecindad civil.
La coincidencia en los padres o progenitores: ius sanguinis
Art. 14.2 “tienen vecindad civil en territorio de derecho común, o en uno de los de derecho
especial o foral, los nacidos de padres que tengan tal vecindad”.
La distinta vecindad de padres o progenitores
La atribución de la vecindad civil por los padres
Art. 14.3: “los padres, o el que de ellos ejerza o le haya sido atribuida la patria potestad, podrán
atribuir al hijo la vecindad civil de cualquiera de ellos en tanto no transcurran los 6 meses
siguientes al nacimiento o a la adopción”.
La contemplación del plazo señalado, pretende evitar que los padres jueguen con la vecindad
civil del hijo. El fondo de la cuestión consiste en la necesidad de que los padres actúen de
comúnacuer5do, pues de otra manera podrían originarse supuestos abusivos en la atribución
de la vecindad civil al hijo (básicamente, por el padre, al llevar a cabo la inscripción del hijo,
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mientras que la madre se encuentra en la clínica o en la recuperación postparto). Por tanto, el
Encargado del Registro Civil debiera exigir la actuación conjunta y concorde de los padres en la
atribución al hijo de la vecindad civil de cualquiera de ellos, sea o no coincidente con la del lugar
del nacimiento.
Los criterios legales de atribución de la vecindad civil
Entre el lugar de nacimiento y la vecindad de derecho común, es claro que ésta resulta aplicable
sólo de forma subsidiaria en un doble sentido. En caso de que los padres hayan sido concordes
en atribuir la vecindad civil de cualquiera de ellos al hijo, el lugar de nacimiento resulta
irrelevante; con mayor razón, la vecindad civil de derecho común. En caso de que el lugar de
nacimiento comporte la atribución de una determinada vecindad (común o foral), la remisión a
la vecindad común tampoco tendrá eficacia alguna: “en caso de duda prevalecerá la vecindad
civil que corresponda al lugar de nacimiento”. Parece, pues, que realmente la entrada en juego
de la eficacia subsidiaria de la regla de imputación de la vecindad común sólo encontrará
aplicación en los supuestos en el que el hijo haya nacido en el extranjero.
ADQUISICIÓN DE LA VECINDAD CIVIL EN VIRTUD DE OPCIÓN
La opción por matrimonio
Como ya sabemos, uno de los criterios inspiradores de la Ley 11/1990 consiste en que “el
matrimonio no altera la vecindad civil”. Según ello, el matrimonio entre españoles de diferente
vecindad civil puede verse extraordinariamente complicado en cuestiones de régimen
económico patrimonial y hereditarias.
En previsión de ello, el vigente art. 14.4 atribuye a cualquiera de los cónyuges la facultad de
optar, en cualquier momento de vigencia real del matrimonio, por la vecindad civil del otro,
permitiendo así una relativa unificación de las reglas civiles aplicables.
La opción propia de los hijos
El último párrafo del art. 14.3 permite a los hijos pronunciarse de forma personal acerca de la
vecindad civil que desean ostentar, pues pueden optar tanto por la vecindad civil
correspondiente al lugar de nacimiento, cuanto por la última vecindad de cualquiera de sus
padres, siempre que hayan cumplido 14 años, estén o no emancipados. Sólo que, en caso de no
estar emancipados, habrán de actuar con la asistencia de su representante legal.
El plazo de ejercicio de la opción comienza al cumplirse los 14 años y se extingue “un año
después de su emancipación”. Por tanto, en el caso de que ésta se produzca por alcanzar la
25
mayoría de edad, el interesado cuenta con 5 años naturales para llevar a cabo la opción. El plazo,
en todo caso, debe ser considerado de caducidad.
La adquisición por residencia
La Ley 11/1990, prevé que, a consecuencia de la residencia, habitual y continuada, en un
territorio distinto al de la vecindad civil anterior, cualquier español puede adquirir una nueva
vecindad civil.
Textualmente establece: “la vecindad civil se adquiere:
Por residencia continuada durante 2 años, siempre que el interesado manifieste ser ésa
su voluntad.
Por residencia continuada de 10 años, sin declaración en contrario durante ese plazo.
Ambas declaraciones se harán constar en el Registro civil y no necesitan ser reiteradas”.
26
1. ESTRUCTURA Y CARACTERES DE LA CONSTITUCION DE 1978
La Constitución Española de 1978 se compone de 169 artículos repartidos en 10 Títulos, 4
Disposiciones Adicionales, 9 Disposiciones transitorias, 1 Derogatoria y 1 Final.
Exposición de
motivos. Valor
PREAMBULO declarativo pero no
preceptivo.
TITULO Principios Generales
9 Artículos (1 al
en que se basa la
PRELIMINAR 9)
Constitución.
PARTE DOGMATICA
Capítulo 1‐
Nacionalidad de
españoles y
Extranjeros.
Sección 1‐
Derechos
Fundamentales
Capítulo 2‐ y Libertades
Derechos y Públicas.
DE LOS DERECHOS
46 Artículos (10 Libertades. Sección 2‐
TITULO I Y DEBERES
al 55) Derechos y
FUNDAMENTALES deberes de los
ciudadanos.
Capítulo 3‐
Principios rectores
de la política social
y económica.
Capítulo 4‐
Garantías de las
Libertades y
27
Derechos
fundamentales.
Capítulo 5‐
Suspensión de los
derechos y
libertades en los
supuestos de
estado de
excepción o de
sitio.
10 Artículos (56
TITULO II LA CORONA
al 65)
PARTE ORGANICA
Capítulo 1‐(Quince
Artículos) Regulan lo
DE LAS CORTES 31 Artículos (66 Capítulo 2‐(Doce referente a
TITULO III GENERALES al 96) Artículos) las Cámaras
Capítulo 3‐(Cuatro Legislativas.
Artículos)
DEL GOBIERNO Y
11 Artículos (97
TITULO IV LA
al 107)
ADMINISTRACIÓN
DE LAS
RELACIONES ENTRE
9 Artículos (108
TITULO V EL GOBIERNO Y LAS al 116)
CORTES
GENERALES
28
DEL PODER 11 Artículos (117
TITULO VI JUDICIAL al 127)
DE LA ECONOMIA Y 9 Artículos (128
TITULO VII HACIENDA al 136)
Capítulo 1‐Principios
Generales de la
organización
territorial del
Estado.
DE LA Capítulo 2‐Fijación
de los Criterios
ORGANIZACIÓN 22 Artículos (137
TITULO VIII TERRITORIAL DEL al 158)
básicos de la
Administración Local
ESTADO (Municipios y
Provincias)
Capítulo 3‐
Competencias de las
Comunidades
Autónomas.
DEL TRIBUNAL 7 Artículos (159
TITULO IX CONSTITUCIONAL al 165)
DE LA REFORMA 4 Artículos (166
TITULO X CONSTITUCIONAL al 169)
Se reconocen los derechos históricos de los territorios
1 forales.
Establece que la mayoría de edad no perjudica las
2 situaciones amparadas por los derechos forales en el
ámbito del derecho privado
DISPOSICIONES Se proclama el respeto al particular régimen
3 económico y fiscal del archipiélago canario.
ADICIONALES
Contempla el supuesto de que en una misma
Comunidad Autónoma existan varias Audiencias
4 Territoriales (Sevilla, Granada en Andalucía –
Valladolid y Burgos en Com. Autónoma Castilla – León)
29
Situaciones provisionales o pasajeras. Se contempla la
DISPOSICIONES
9 renovación del Tribunal Constitucional, por sorteo, a
TRANSITORIAS los 3 y 6 años de la 1ª elección de sus miembros.
La Constitución deroga expresamente una serie de
normas jurídicas hasta entonces en vigor, para
DISPOSICION
1 terminar con una derogación general de cuantas
DEROGATORIA disposiciones se opongan a lo establecido en esta
Constitución.
Fecha de entrada en vigor de la Constitución Española
DISPOSICION FINAL 1 publicada en el BOE (29 de diciembre de 1978)
La Constitución española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de
España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde
el 29 de diciembre de 1978.
La Constitución fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, siendo posteriormente
sancionada por el Rey Juan Carlos I el 27 de diciembre y publicada en el Boletín Oficial del Estado
el 29 de diciembre del mismo año. La promulgación de la Constitución implicó la culminación de
la llamada Transición Española, que tuvo lugar como consecuencia de la muerte, el 20 de
noviembre de 1975, del anterior Jefe del Estado, el general Francisco Franco, precipitando una
serie de acontecimientos políticos e históricos que transformaron el anterior régimen franquista
en un Estado Social y Democrático de Derecho, bajo la forma política de Monarquía
Parlamentaria.
Su título preliminar proclama un Estado social y democrático de Derecho que propugna como
valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político. Asimismo, se afianza el principio de soberanía popular, y se establece la monarquía
parlamentaria como forma de gobierno.
La Constitución establece una organización territorial basada en la autonomía de Municipios,
Provincias y Comunidades Autónomas, rigiendo entre ellos el principio de solidaridad. Tras el
proceso de formación del Estado de las Autonomías, las Comunidades Autónomas gozan de una
autonomía de naturaleza política que configura a España como un Estado regional. Las Entidades
Locales, como los Municipios y las Provincias, gozan de una autonomía de naturaleza
administrativa, cuyas instituciones actúan en base a criterios de oportunidad dentro del marco
legal fijado por el Estado y las Comunidades Autónomas.
El Rey es el Jefe del Estado, figura que desempeña funciones de naturaleza eminentemente
simbólica y que carece de poder efectivo de decisión. Sus actos tienen una naturaleza reglada,
30
cuya validez depende del refrendo de la autoridad competente que, según el caso, es el
Presidente del Gobierno, el Presidente del Congreso de los Diputados, o un Ministro.
La división de poderes, idea fundamental en el pensamiento liberal, es establecida
implícitamente por el texto constitucional En la base, la soberanía nacional permite la elección,
por sufragio universal (varones y mujeres, mayores de 18 años), de los representantes del
pueblo soberano en las Cortes, configuradas en base a un bicameralismo atenuado integrado
por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras comparten el poder legislativo, si
bien existe una preponderancia del Congreso de los Diputados, que además es el responsable
exclusivo de la investidura del Presidente del Gobierno, y su eventual cese por moción de
censura o cuestión de confianza. No obstante, tanto el Congreso como el Senado ejercen una
tarea de control político sobre el Gobierno mediante las preguntas e interpelaciones
parlamentarias.
El Gobierno, cuyo Presidente es investido por el Congreso de los Diputados, dirige el poder
ejecutivo, incluyendo la Administración Pública. Los miembros del Gobierno son designados por
el Presidente, y junto a él, componen el Consejo de Ministros, órgano colegiado que ocupa la
cúspide del poder ejecutivo.
El Gobierno responde solidariamente de su actuación política ante el Congreso de los Diputados,
que dado el caso, puede destituirlo en bloque mediante una moción de censura, que
necesariamente debe incluir un candidato alternativo que será inmediatamente investido
Presidente del Gobierno.
El poder judicial recae en los jueces y en el Consejo General del Poder Judicial como su máximo
órgano de gobierno. El Tribunal Constitucional controla que las leyes y las actuaciones de la
administración pública se ajusten a la Carta Magna.
FECHAS IMPORTANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978
Aprobada en Las Cortes 31/10/1978
Ratificada en Referéndum 06/12/1978
Sancionada por el Rey (fecha C.E.) 27/12/1978
Publicada en el BOE (entrada en vigor) 29/12/1278
Reforma Artículo 13..2 27/08/1992
Reforma Artículo 135 27/09/2011
31
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES.
Se trata de una constitución escrita, que se enmarca dentro de la tradición del Derecho
continental y en contraposición al sistema inglés, cuya Constitución no está recogida en un texto
concreto sino que deriva de un conjunto heterogéneo de costumbres y textos, configurado a lo
largo de su prolongada historia constitucional.
Es una constitución rígida, por cuanto que contiene un procedimiento específico para la reforma
de sus preceptos. Por el contrario, las constituciones flexibles serían aquellas que pueden ser
modificadas por el legislador ordinario, caso del sistema inglés.
La rigidez queda manifestada en el Título X, que señala el procedimiento para la modificación
constitucional, estableciendo además la necesidad de un procedimiento agravado para alterar
determinados preceptos constitucionales. El texto queda así a salvo de modificaciones
realizadas bajo el procedimiento legislativo ordinario, y sin embargo, puede ser adaptado a las
nuevas realidades sociales sin necesidad de interrumpir la continuidad jurídica del
ordenamiento.
Por otro lado, se trata de una constitución derivada, puesto que atendiendo al Derecho
comparado, no incluye innovaciones radicales, sino que se asienta sobre el constitucionalismo
histórico español, y muy especialmente en las constituciones europeas posteriores a la Segunda
Guerra Mundial.
La Constitución española de 1978 es la segunda más extensa de la historia del constitucionalismo
español, después de la Constitución de 1812. Contiene 169 artículos, además de nueve
disposiciones transitorias, cuatro adicionales, una derogatoria y una final.
2. PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES
Los principios constitucionales constituyen la base fundamental de la Constitución, siendo el
sustrato ideológico‐político sobre el que se asienta. Además de fundamentar los propios
preceptos constitucionales, los principios constitucionales tienen un especial valor
hermenéutico e interpretativo. Dada su posición dentro de la Constitución, su modificación
resulta especialmente agravada y equiparable a una auténtica mutación constitucional.
La eficacia de los principios constitucionales ha desatado polémica entre la doctrina, que duda
entre su posible carácter normativo, o bien su esencia programática. Lo primero supondría que
los principios constitucionales vincularían por sí mismos a los poderes públicos, mientras que la
eficacia programática implicaría una simple guía o recomendación, estando sujetos los poderes
públicos a las concreciones de los principios que hace la Constitución a lo largo de su articulado,
pero no a los principios en sí.
La Constitución hace mención expresa a los principios de legalidad, de jerarquía normativa, de
publicidad de las normas, de irretroactividad de las disposiciones sancionatorias no favorables
o restrictivas de derechos individuales, de seguridad jurídica, de responsabilidad, y finalmente,
el principio de interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.
32
Por otra parte, la generalidad de la doctrina señala como principios constitucionales los
recogidos en los dos primeros artículos de la Constitución española, que afirman:
Artículo 1.
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria
común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de
las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
De los preceptos citados, la doctrina extrae los siguientes principios:
Estado social y democrático de Derecho.
Monarquía parlamentaria.
Estado de las autonomías.
2.1. ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO
El artículo 1.1 implica la constitución de un Estado social y democrático de Derecho, concepto
que fusiona tres ideas de distinto origen histórico, que el texto constitucional considera unidas
e interdependientes:
2.1.1. ESTADO DE DERECHO
Históricamente, el Estado de Derecho suponía la sumisión del poder estatal a la norma jurídica
como garantía de la libertad individual de los particulares.
La Constitución recoge tal principio consagrando una división de poderes, en la que el poder
legislativo goza de legitimidad democrática directa, emanando leyes que gozan de superioridad
jerárquica sobre el resto de la producción normativa del Estado. Asimismo, el poder judicial goza
de independencia jerárquica frente a los demás poderes, con la finalidad de asegurar su
imparcialidad.
Para completar la concreción que la Constitución hace del Estado de Derecho, es necesario
señalar el principio de legalidad administrativa, según el cual, la actuación de la Administración
pública se rige por el Derecho, no habiendo lugar a una actuación que no tenga cobertura
normativa. Es la llamada vinculación positiva de los poderes públicos, reflejada en el artículo 9.1
33
de la Constitución. A ello hay que añadir la interdicción de la arbitrariedad de los poderes
públicos contemplada en el artículo 9.3.
El principio de legalidad penal, tributario y procesal aparece también explícitamente recogido
en el ordenamiento jurídico.
Basándose el Estado en normas jurídicas, se perfilan también las características que habrán de
tener éstas en aras de una mayor seguridad jurídica. De esta manera, el artículo 9.3 proclama el
principio de publicidad de las normas, y el principio de irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales.
2.1.2. ESTADO SOCIAL
La Constitución reconoce el Estado social en el preámbulo y en el artículo primero. Su desarrollo
se sitúa en el capítulo III del título I, y en el título VII.
La consagración del Estado social implica que los poderes públicos no sólo permiten la igualdad
y la libertad, sino que han de intervenir activamente para promover dichos valores y remover
los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud.
Si el Estado de Derecho implicaba un límite a los poderes públicos para garantizar una esfera de
igualdad y libertad al individuo, el Estado social reclama que los poderes públicos desarrollen
una actividad tendente a conseguir una igualdad material y una efectiva libertad.
De esta manera, la Constitución recoge una serie de preceptos donde se busca una
redistribución de la renta más justa y equitativa.
Junto a esa redistribución económica, la Constitución plantea un estado intervencionista en la
protección de determinados bienes como la vivienda, la salud, el trabajo o el acceso a la cultura.
Así, por ejemplo, el artículo 40.2 menciona la intervención para obtener unas condiciones
laborales adecuadas, mientras que el artículo 41 habla de la Seguridad Social y el artículo 42 del
acceso universal a la Sanidad Pública.
2.1.3. ESTADO DEMOCRÁTICO
En segundo lugar, para la consecución de una democracia liberal, se requiere un pluralismo
político reflejado en los partidos políticos, sindicatos y patronales, cuyas estructuras internas y
funcionamiento habrán de ser democráticos acorde a los artículos 6 y 7.
34
En lo referente a la participación del ciudadano en los asuntos públicos, el artículo 23 reconoce
el sufragio universal activo y pasivo, y al acceso a la función pública en condiciones de igualdad.
El propio artículo 23 reconoce la participación directa o por medio de representantes. Tanto en
el Derecho español como en el Derecho comparado, la forma usual es la democracia
representativa. Sin embargo, el ordenamiento español contempla también formas de
participación semidirecta, como el referéndum o la iniciativa popular, e incluso formas de
participación directa, como es el caso de los municipios en régimen de concejo abierto.
En cuanto a la participación ciudadana en el poder judicial, la Constitución reconoce en su
artículo 125 el derecho a participar mediante el ejercicio de la acción pública y mediante su
participación en la institución del jurado, si bien estos derechos quedan condicionados a la
forma en que son regulados por ley.
2.2. MONARQUÍA PARLAMENTARIA
El artículo 1.3 de la Constitución señala que la forma política del Estado español es la monarquía
parlamentaria. Así pues, la forma de gobierno mencionada implica que el Rey es el Jefe del
Estado, pero no controla el poder ejecutivo, sino que éste está sometido al control
parlamentario.
La Constitución dedica su Título II la figura de la Corona, incluyendo la regulación de sus
funciones, la sucesión al Trono, la Regencia, la tutela del Rey menor y la figura del refrendo. Se
configura así una monarquía con un poder mayoritariamente simbólico y que no concede al Rey
una capacidad efectiva de decisión.
2.3. ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS
La Constitución de 1978 reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las distintas
nacionalidades y regiones en su artículo 2, relacionando el principio con la unidad de la Nación
española y la solidaridad entre las comunidades autónomas que la compongan.
Por otra parte, el principio de autonomía preside la configuración territorial del Estado, que
acorde al artículo 137, se organiza en municipios, provincias y Comunidades Autónomas. Hay
que distinguir, no obstante, la autonomía local (municipios y provincias) con un carácter
marcadamente administrativo, y la autonomía de las nacionalidades y regiones (Comunidades
Autónomas) de mayor trascendencia político‐administrativa.
RESUMEN DE CARACTERÍSTICAS
A) Es de origen popular. Elaborada por representantes del pueblo y ratificada en Referéndum
Constitucional.
35
B) Es una Constitución pactada o de consenso. En su elaboración participaron y llegaron a
consenso la mayoría de las fuerzas políticas representantes del pueblo español.
C) Es una Constitución extensa. Ya que además de los principios fundamentales relativos a la
forma del Estado, a su organización y funcionamiento, y a los derechos, deberes y libertades
individuales, contiene los preceptos relativos a la organización administrativa y judicial, Derecho
Penal, etc.
De hecho, es el texto Constitucional más largo de todas las realizadas desde 1812, salvo la
elaborada por las Cortes de Cádiz.
D) Es una Constitución escrita.
E) Es una Constitución rígida. Su reforma requiere un procedimiento complejo y difícil, que exige
mayorías cualificadas en las Cortes y que permite su ratificación a través de Referéndum si lo
solicita un pequeño grupo de diputados o senadores.
F) Es una Constitución ideológica. Opta por un Estado social, democrático y de derecho.
RESUMEN DE PRINCIPIOS INSPIRADORES
España propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la
igualdad y el pluralismo político.
a) Organización política
Soberanía popular (art. 1.2).
Monarquía Parlamentaria como forma política del Estado (art. 1.3).
Unidad e indisolubilidad de la nación española (art. 2).
Autonomía de las nacionalidades y regiones (art. 2).
El castellano como lengua oficial del Estado y reconocimiento oficial de las lenguas
existentes en las Comunidades Autónomas (art. 3).
La villa de Madrid como capital del Estado (art. 5).
Los partidos políticos como forma de expresión del pluralismo político (art. 6).
Reconocimiento de los sindicatos y organizaciones empresariales (art. 7).
Establecimiento de las funciones de las Fuerzas Armadas (art. 8).
b) Principios que informan la actividad de los poderes políticos:
Sometimiento a la Constitución y al ordenamiento jurídico (art. 9.1).
Promoción de las condiciones necesarias para posibilitar la libertad y la igualdad de los
ciudadanos (art. 9.2).
Facilitar la participación de los ciudadanos en la vida política, económica, social y cultural
(art. 9.2).
c) Principios que informan el ordenamiento jurídico.
36
Principio de legalidad, sometimiento a la ley de los poderes del Estado.
Principio de jerarquía normativa, escalonamiento jerárquico de las leyes, ocupando la
Constitución el lugar preeminente.
Principio de publicidad de las normas, obligación de publicar las leyes en el B.O.E. y
entrada en vigor a los 20 días, como norma general.
Principio de no retroactividad de las disposiciones no favorables.
Principio de seguridad jurídica, no hay delito sin ley previa, ni pena que no esté
previamente establecida y sin que se produzca un juicio legal.
3. LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES
TÍTULO PRIMERO
De los Derechos y Deberes Fundamentales
Artículo 10
1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo
de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden
político y de la paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos
y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
CAPÍTULO PRIMERO
DE LOS ESPAÑOLES Y LOS EXTRANJEROS
Artículo 11
1. La nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de acuerdo con lo establecido
por la ley.
2. Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.
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3. El Estado podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos o
con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con España. En estos mismos
países, aun cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho recíproco, podrán naturalizarse
los españoles sin perder su nacionalidad de origen.
Artículo 12
Los españoles son mayores de edad a los dieciocho años.
Artículo 13
1. Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el presente Título
en los términos que establezcan los tratados y la ley.
2. Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo
lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el
derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.
Número 2 del artículo 13 redactado conforme Reforma Constitucional de 27 de agosto de 1992
(«B.O.E.» 28 agosto).Vigencia: 28 agosto 1992
3. La extradición sólo se concederá en cumplimiento de un tratado o de la ley, atendiendo al
principio de reciprocidad. Quedan excluidos de la extradición los delitos políticos, no
considerándose como tales los actos de terrorismo.
4. La ley establecerá los términos en que los ciudadanos de otros países y los apátridas podrán
gozar del derecho de asilo en España.
CAPÍTULO II
DERECHOS Y LIBERTADES
Artículo 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón
de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social.
SECCIÓN 1
De los derechos fundamentales y de las libertades públicas
Artículo 15
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan
ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de
muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.
38
Artículo 16
1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin
más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden
público protegido por la ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
Artículo 17
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma
previstos en la ley.
2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en
el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición
de la autoridad judicial.
3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la ley establezca.
4. La ley regulará un procedimiento de "habeas corpus" para producir la inmediata puesta a
disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el
plazo máximo de duración de la prisión provisional.
Artículo 18
1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento
del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y
telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y
familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.
Artículo 19
Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio
nacional.
39
Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la ley
establezca. Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos o ideológicos.
Artículo 20
1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la
palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el
ejercicio de estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social
dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de
los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las
diversas lenguas de España.
4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en
los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la
intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de
información en virtud de resolución judicial.
Artículo 21
1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no
necesitará autorización previa.
2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará
comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas
de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.
Artículo 22
1. Se reconoce el derecho de asociación.
2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales.
3. Las asociaciones constituidas al amparo de este artículo deberán inscribirse en un registro a
los solos efectos de publicidad.
4. Las asociaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de
resolución judicial motivada.
40
5. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
Artículo 23
1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por
medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal.
2. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos
públicos, con los requisitos que señalen las leyes.
Artículo 24
1. Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el
ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse
indefensión.
2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a
la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso
público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba
pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la
presunción de inocencia.
La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará
obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.
Artículo 25
1. Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente
en aquel momento.
2. Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la
reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena
de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este
Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo
condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un
trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al
acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.
3. La Administración civil no podrá imponer sanciones que, directa o subsidiariamente,
impliquen privación de libertad.
Artículo 26
Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las
organizaciones profesionales.
Artículo 27
41
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto
a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban
la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.
5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una
programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores
afectados y la creación de centros docentes.
6. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes,
dentro del respeto a los principios constitucionales.
7. Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de
todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la
ley establezca.
8. Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el
cumplimiento de las leyes.
9. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la ley
establezca.
10. Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca.
Artículo 28
1. Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de
este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina
militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La libertad
sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, así como el
derecho de los sindicatos a formar confederaciones y a fundar organizaciones sindicales
internacionales o afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sindicato.
2. Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley
que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el
mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.
Artículo 29
1. Todos los españoles tendrán el derecho de petición individual y colectiva, por escrito, en la
forma y con los efectos que determine la ley.
42
2. Los miembros de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina
militar podrán ejercer este derecho sólo individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su
legislación específica.
SECCIÓN 2
De los derechos y deberes de los ciudadanos
Artículo 30
1. Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
2. La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías,
la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio,
pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria.
Véase la disposición adicional decimotercera de la Ley 17/1999, 18 mayo, de Régimen del
Personal de las Fuerzas Armadas («B.O.E.» 19 mayo).
Téngase en cuenta que la disposición adicional decimotercera de la Ley 17/1999, de 18 de mayo,
de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, determina que a partir del 31 de diciembre
del año 2002 queda suspendida la prestación del servicio militar, quedando adelantada la fecha
a 31 de diciembre de 2001, por R.D. 247/2001, 9 marzo («B.O.E.» 10 marzo).
R.D. 342/2001, 4 abril, por el que se suspende la prestación social sustitutoria del servicio militar
(«B.O.E.» 17 abril).
3. Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.
4. Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo,
catástrofe o calamidad pública.
Artículo 31
1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad
económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y
progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su
programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
3. Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con
arreglo a la ley.
Artículo 32
43
1. El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.
2. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y
deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos.
Artículo 33
1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia.
2. La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes.
3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública
o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto
por las leyes.
Artículo 34
1. Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general, con arreglo a la ley.
2. Regirá también para las fundaciones lo dispuesto en los apartados 2 y 4 del artículo 22.
Artículo 35
1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de
profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para
satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse
discriminación por razón de sexo.
2. La ley regulará un estatuto de los trabajadores.
Artículo 36
La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el
ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los Colegios
deberán ser democráticos.
Artículo 37
1. La ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los
trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios.
Artículo 38
44
Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes
públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las
exigencias de la economía general y, en su caso, de la planificación.
CAPÍTULO III
DE LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA
Artículo 39
1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante
la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La
ley posibilitará la investigación de la paternidad.
3. Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del
matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda.
4. Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus
derechos.
Artículo 40
1. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y
económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco
de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada
al pleno empleo.
2. Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y
readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el
descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas
retribuidas y la promoción de centros adecuados.
Artículo 41
Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los
ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de
necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias
serán libres.
Artículo 42
El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos económicos y sociales de los
trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno.
Artículo 43
45
1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas
preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y
deberes de todos al respecto.
3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte.
Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio.
Artículo 44
2. Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio
del interés general.
Artículo 45
1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la
persona, así como el deber de conservarlo.
2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el
fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente,
apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se
establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar
el daño causado.
Artículo 46
Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del
patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran,
cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados
contra este patrimonio.
Artículo 47
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes
públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para
hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general
para impedir la especulación.
La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Artículo 48
46
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la
juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.
Artículo 49
Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e
integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención
especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que
este Título otorga a todos los ciudadanos.
Artículo 50
Artículo 51
1. Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo,
mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos
de los mismos.
2. Los poderes públicos promoverán la información y la educación de los consumidores y
usuarios, fomentarán sus organizaciones y oirán a éstas en las cuestiones que puedan afectar a
aquéllos, en los términos que la ley establezca.
3. En el marco de lo dispuesto por los apartados anteriores, la ley regulará el comercio interior
y el régimen de autorización de productos comerciales.
Artículo 52
La ley regulará las organizaciones profesionales que contribuyan a la defensa de los intereses
económicos que les sean propios. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser
democráticos.
CAPÍTULO IV
DE LAS GARANTÍAS DE LAS LIBERTADES Y DERECHOS FUNDAMENTALES
Artículo 53
1. Los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo segundo del presente Título vinculan a
todos los poderes públicos. Sólo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido
esencial, podrá regularse el ejercicio de tales derechos y libertades, que se tutelarán de acuerdo
con lo previsto en el artículo 161, 1, a).
47
2. Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos reconocidos en el
artículo 14 y la Sección primera del Capítulo segundo ante los Tribunales ordinarios por un
procedimiento basado en los principios de preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del
recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este último recurso será aplicable a la
objeción de conciencia reconocida en el artículo 30.
3. El reconocimiento, el respeto y la protección de los principios reconocidos en el Capítulo
tercero informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes
públicos. Sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que
dispongan las leyes que los desarrollen.
Artículo 54
Una ley orgánica regulará la institución del Defensor del Pueblo, como alto comisionado de las
Cortes Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en este
Título, a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Administración, dando cuenta a las
Cortes Generales.
CAPÍTULO V
DE LA SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES
Artículo 55
1. Los derechos reconocidos en los artículos 17, 18, apartados 2 y 3, artículos 19, 20, apartados
1, a) y d), y 5, artículos 21, 28, apartado 2, y artículo 37, apartado 2, podrán ser suspendidos
cuando se acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio en los términos previstos
en la Constitución. Se exceptúa de lo establecido anteriormente el apartado 3 del artículo 17
para el supuesto de declaración de estado de excepción.
2. Una ley orgánica podrá determinar la forma y los casos en los que, de forma individual y con
la necesaria intervención judicial y el adecuado control parlamentario, los derechos reconocidos
en los artículos 17, apartado 2, y 18, apartados 2 y 3, pueden ser suspendidos para personas
determinadas, en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas
armadas o elementos terroristas.
La utilización injustificada o abusiva de las facultades reconocidas en dicha ley orgánica
producirá responsabilidad penal, como violación de los derechos y libertades reconocidos por
las leyes.
48
4. EL DEFENSOR DEL PUEBLO
Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo.
TÍTULO PRIMERO
Nombramiento, cese y condiciones
CAPÍTULO PRIMERO
Carácter y elección
Artículo 1
El Defensor del Pueblo es el alto comisionado de las Cortes Generales designado por éstas para
la defensa de los derechos comprendidos en el Título I de la Constitución, a cuyo efecto podrá
supervisar la actividad de la Administración, dando cuenta a las Cortes Generales. Ejercerá las
funciones que le encomienda la Constitución y la presente Ley.
Artículo 2
1. El Defensor del Pueblo será elegido por las Cortes Generales para un período de cinco años, y
se dirigirá a las mismas a través de los Presidentes del Congreso y del Senado, respectivamente.
2. Se designará en las Cortes Generales una Comisión Mixta Congreso‐Senado encargada de
relacionarse con el Defensor del Pueblo e informar a los respectivos Plenos en cuantas ocasiones
sea necesario.
3. Dicha Comisión se reunirá cuando así lo acuerden conjuntamente el Presidente del Congreso
y del Senado, y en todo caso, para proponer a los Plenos de las Cámaras el candidato o
candidatos a Defensor del Pueblo. Los acuerdos de la Comisión se adoptarán por mayoría simple.
Números 2 y 3 del artículo 2 redactados por L.O. 2/1992, de 5 marzo, de modificación de la Ley
Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo, a efectos de constituir una Comisión
Mixta Congreso‐Senado de relaciones con el Defensor del Pueblo («B.O.E.» 6 marzo).
4. Propuesto el candidato o candidatos, se convocará en término no inferior a diez días al Pleno
del Congreso para que proceda a su elección. Será designado quien obtuviese una votación
favorable de las tres quintas partes de los miembros del Congreso y posteriormente, en un plazo
máximo de veinte días, fuese ratificado por esta misma mayoría del Senado.
5. Caso de no alcanzarse las mencionadas mayorías, se procederá en nueva sesión de la
Comisión, y en el plazo máximo de un mes, a formular sucesivas propuestas. En tales casos, una
vez conseguida la mayoría de los tres quintos en el Congreso, la designación quedará realizada
al alcanzarse la mayoría absoluta del Senado.
49
Número 5 del artículo 2 redactado por L.O. 2/1992, de 5 marzo, de modificación de la Ley
Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo, a efectos de constituir una Comisión
Mixta Congreso‐Senado de relaciones con el Defensor del Pueblo («B.O.E.» 6 marzo).
6. Designado el Defensor del Pueblo se reunirá de nuevo la Comisión Mixta Congreso‐Senado
para otorgar su conformidad previa al nombramiento de los adjuntos que le sean propuestos
por aquél.
Número 6 del artículo 2 redactado por L.O. 2/1992, de 5 marzo, de modificación de la Ley
Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo, a efectos de constituir una Comisión
Mixta Congreso‐Senado de relaciones con el Defensor del Pueblo («B.O.E.» 6 marzo).
Artículo 3
Podrá ser elegido Defensor del Pueblo cualquier español mayor de edad que se encuentre en el
pleno disfrute de sus derechos civiles y políticos.
Artículo 4
1. Los Presidentes del Congreso y del Senado acreditarán conjuntamente con sus firmas el
nombramiento del Defensor del Pueblo, que se publicará en el «Boletín Oficial del Estado».
2. El Defensor del Pueblo tomará posesión de su cargo ante las Mesas de ambas Cámaras
reunidas conjuntamente, prestando juramento o promesa de fiel desempeño de su función.
CAPÍTULO II
Cese y sustitución
Artículo 5
1. El Defensor del Pueblo cesará por alguna de las siguientes causas:
1.ª Por renuncia.
2.ª Por expiración del plazo de su nombramiento.
3.ª Por muerte o por incapacidad sobrevenida.
4.ª Por actuar con notoria negligencia en el cumplimiento de las obligaciones y deberes
del cargo.
5.ª Por haber sido condenado, mediante sentencia firme, por delito doloso.
2. La vacante en el cargo se declarará por el Presidente del Congreso en los casos de muerte,
renuncia y expiración del plazo del mandato. En los demás casos se decidirá, por mayoría de las
tres quintas partes de los componentes de cada Cámara, mediante debate y previa audiencia
del interesado.
3. Vacante el cargo se iniciará el procedimiento para el nombramiento de nuevo Defensor del
Pueblo en plazo no superior a un mes.
50
4. En los casos de muerte, cese o incapacidad temporal o definitiva del Defensor del Pueblo y en
tanto no procedan las Cortes Generales a una nueva designación, desempeñarán sus funciones,
interinamente, en su propio orden, los Adjuntos al Defensor del Pueblo.
CAPÍTULO III
Prerrogativas e incompatibilidades
Artículo 6
1. El Defensor del Pueblo no estará sujeto a mandato imperativo alguno. No recibirá
instrucciones de ninguna Autoridad. Desempeñará sus funciones con autonomía y según su
criterio.
2. El Defensor del Pueblo gozará de inviolabilidad. No podrá ser detenido, expedientado,
multado, perseguido o juzgado en razón a las opiniones que formule o a los actos que realice en
el ejercicio de las competencias propias de su cargo.
3. En los demás casos, y mientras permanezca en el ejercicio de sus funciones, el Defensor del
Pueblo no podrá ser detenido ni retenido sino en caso de flagrante delito, correspondiendo la
decisión sobre su inculpación, prisión, procesamiento y juicio exclusivamente a la Sala de lo
Penal del Tribunal Supremo.
4. Las anteriores reglas serán aplicables a los Adjuntos del Defensor del Pueblo en el
cumplimiento de sus funciones.
Artículo 7
1. La condición de Defensor del Pueblo es incompatible con todo mandato representativo; con
todo cargo político o actividad de propaganda política; con la permanencia en el servicio activo
de cualquier Administración pública; con la afiliación a un partido político o el desempeño de
funciones directivas en un partido político o en un sindicato, asociación o fundación, y con el
empleo al servicio de los mismos; con el ejercicio de las carreras judicial y fiscal, y con cualquier
actividad profesional, liberal, mercantil o laboral.
2. El Defensor del Pueblo deberá cesar, dentro de los diez días siguientes a su nombramiento y
antes de tomar posesión, en toda situación de incompatibilidad que pudiere afectarle,
entendiéndose en caso contrario que no acepta el nombramiento.
3. Si la incompatibilidad fuere sobrevenida una vez posesionado del cargo, se entenderá que
renuncia al mismo en la fecha en que aquélla se hubiere producido.
51
CAPÍTULO IV
De los Adjuntos del Defensor del Pueblo
Artículo 8
1. El Defensor del Pueblo estará auxiliado por un Adjunto Primero y un Adjunto Segundo, en los
que podrá delegar sus funciones y que le sustituirán por su orden, en el ejercicio de las mismas,
en los supuestos de imposibilidad temporal y en los de cese.
2. El Defensor del Pueblo nombrará y separará a sus Adjuntos previa conformidad de las
Cámaras en la forma que determinen sus Reglamentos.
3. El nombramiento de los Adjuntos será publicado en el «Boletín Oficial del Estado».
4. A los Adjuntos les será de aplicación lo dispuesto para el Defensor del Pueblo en los arts. 3.º,
6.º y 7.º de la presente Ley.
52
TÍTULO II
De la Corona
Artículo 56
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el
funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado
español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad
histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre
refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo,
salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.
Artículo 57
1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón,
legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de
primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en
la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y
en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
2. El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el
llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados
tradicionalmente al sucesor de la Corona de España.
3. Extinguidas todas las líneas llamadas en Derecho, las Cortes Generales proveerán a la sucesión
en la Corona en la forma que más convenga a los intereses de España.
4. Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren matrimonio
contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales, quedarán excluidas en la
sucesión a la Corona por sí y sus descendientes.
5. Las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden
de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica.
53
Artículo 58
La Reina consorte o el consorte de la Reina no podrán asumir funciones constitucionales, salvo
lo dispuesto para la Regencia.
Artículo 59
1. Cuando el Rey fuere menor de edad, el padre o la madre del Rey y, en su defecto, el pariente
mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el orden establecido en la
Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia y la ejercerá durante el tiempo de
la minoría de edad del Rey.
2. Si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida
por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia el Príncipe heredero de
la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo fuere, se procederá de la manera prevista en el
apartado anterior, hasta que el Príncipe heredero alcance la mayoría de edad.
3. Si no hubiere ninguna persona a quien corresponda la Regencia, ésta será nombrada por las
Cortes Generales, y se compondrá de una, tres o cinco personas.
4. Para ejercer la Regencia es preciso ser español y mayor de edad.
5. La Regencia se ejercerá por mandato constitucional y siempre en nombre del Rey.
Artículo 60
1. Será tutor del Rey menor la persona que en su testamento hubiese nombrado el Rey difunto,
siempre que sea mayor de edad y español de nacimiento; si no lo hubiese nombrado, será tutor
el padre o la madre, mientras permanezcan viudos. En su defecto, lo nombrarán las Cortes
Generales, pero no podrán acumularse los cargos de Regente y de tutor sino en el padre, madre
o ascendientes directos del Rey.
2. El ejercicio de la tutela es también incompatible con el de todo cargo o representación
política.
Artículo 61
1. El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar
fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los
derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
2. El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo
de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey.
Artículo 62
Corresponde al Rey:
a) Sancionar y promulgar las leyes.
54
b) Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos
en la Constitución.
c) Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.
d) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner
fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.
e) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y
militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo
de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno.
h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales.
j) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.
Artículo 63
1. El Rey acredita a los embajadores y otros representantes diplomáticos. Los representantes
extranjeros en España están acreditados ante él.
2. Al Rey corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse
internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes.
3. Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la
paz.
Artículo 64
1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los
Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la
disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.
2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.
Artículo 65
1. El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su
Familia y Casa, y distribuye libremente la misma.
2. El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa.
55
TÍTULO III
De las Cortes Generales
CAPÍTULO PRIMERO
DE LAS CÁMARAS
Artículo 66
1. Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los
Diputados y el Senado.
2. Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos,
controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la
Constitución.
3. Las Cortes Generales son inviolables.
Artículo 67
1. Nadie podrá ser miembro de las dos Cámaras simultáneamente, ni acumular el acta de una
Asamblea de Comunidad Autónoma con la de Diputado al Congreso.
2. Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.
3. Las reuniones de Parlamentarios que se celebren sin convocatoria reglamentaria no
vincularán a las Cámaras, y no podrán ejercer sus funciones ni ostentar sus privilegios.
Artículo 68
1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados, elegidos por
sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la ley.
2. La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán
representadas cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el número total de
Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo
los demás en proporción a la población.
3. La elección se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación
proporcional.
4. El Congreso es elegido por cuatro años. El mandato de los Diputados termina cuatro años
después de su elección o el día de la disolución de la Cámara.
5. Son electores y elegibles todos los españoles que estén en pleno uso de sus derechos políticos.
56
La ley reconocerá y el Estado facilitará el ejercicio del derecho de sufragio a los españoles que
se encuentren fuera del territorio de España.
6. Las elecciones tendrán lugar entre los treinta días y sesenta días desde la terminación del
mandato. El Congreso electo deberá ser convocado dentro de los veinticinco días siguientes a la
celebración de las elecciones.
Artículo 69
1. El Senado es la Cámara de representación territorial.
2. En cada provincia se elegirán cuatro Senadores por sufragio universal, libre, igual, directo y
secreto por los votantes de cada una de ellas, en los términos que señale una ley orgánica.
3. En las provincias insulares, cada isla o agrupación de ellas, con Cabildo o Consejo Insular,
constituirá una circunscripción a efectos de elección de Senadores, correspondiendo tres a cada
una de las islas mayores ‐Gran Canaria, Mallorca y Tenerife‐ y uno a cada una de las siguientes
islas o agrupaciones: Ibiza‐Formentera, Menorca, Fuerteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y
La Palma.
4. Las poblaciones de Ceuta y Melilla elegirán cada una de ellas dos Senadores.
5. Las Comunidades Autónomas designarán además un Senador y otro más por cada millón de
habitantes de su respectivo territorio. La designación corresponderá a la Asamblea legislativa o,
en su defecto, al órgano colegiado superior de la Comunidad Autónoma, de acuerdo con lo que
establezcan los Estatutos, que asegurarán, en todo caso, la adecuada representación
proporcional.
6. El Senado es elegido por cuatro años. El mandato de los Senadores termina cuatro años
después de su elección o el día de la disolución de la Cámara.
Artículo 70
1. La Ley electoral determinará las causas de inelegibilidad e incompatibilidad de los Diputados
y Senadores, que comprenderán, en todo caso:
a) A los componentes del Tribunal Constitucional.
b) A los altos cargos de la Administración del Estado que determine la ley, con la excepción
de los miembros del Gobierno.
c) Al Defensor del Pueblo.
d) A los Magistrados, Jueces y Fiscales en activo.
e) A los militares profesionales y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Policía
en activo.
f) A los miembros de las Juntas Electorales.
57
2. La validez de las actas y credenciales de los miembros de ambas Cámaras estará sometida al
control judicial, en los términos que establezca la ley electoral.
Artículo 71
1. Los Diputados y Senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el
ejercicio de sus funciones.
2. Durante el período de su mandato los Diputados y Senadores gozarán asimismo de inmunidad
y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados
sin la previa autorización de la Cámara respectiva.
3. En las causas contra Diputados y Senadores será competente la Sala de lo Penal del Tribunal
Supremo.
4. Los Diputados y Senadores percibirán una asignación que será fijada por las respectivas
Cámaras.
Artículo 72
1. Las Cámaras establecen sus propios Reglamentos, aprueban autónomamente sus
presupuestos y, de común acuerdo, regulan el Estatuto del Personal de las Cortes Generales. Los
Reglamentos y su reforma serán sometidos a una votación final sobre su totalidad, que requerirá
la mayoría absoluta.
2. Las Cámaras eligen sus respectivos Presidentes y los demás miembros de sus Mesas. Las
sesiones conjuntas serán presididas por el Presidente del Congreso y se regirán por un
Reglamento de las Cortes Generales aprobado por mayoría absoluta de cada Cámara.
3. Los Presidentes de las Cámaras ejercen en nombre de las mismas todos los poderes
administrativos y facultades de policía en el interior de sus respectivas sedes.
Artículo 73
1. Las Cámaras se reunirán anualmente en dos períodos ordinarios de sesiones: el primero, de
septiembre a diciembre, y el segundo, de febrero a junio.
2. Las Cámaras podrán reunirse en sesiones extraordinarias a petición del Gobierno, de la
Diputación Permanente o de la mayoría absoluta de los miembros de cualquiera de las Cámaras.
Las sesiones extraordinarias deberán convocarse sobre un orden del día determinado y serán
clausuradas una vez que éste haya sido agotado.
Artículo 74
1. Las Cámaras se reunirán en sesión conjunta para ejercer las competencias no legislativas que
el Título II atribuye expresamente a las Cortes Generales.
58
2. Las decisiones de las Cortes Generales previstas en los artículos 94,1, 145,2, y 158, 2, se
adoptarán por mayoría de cada una de las Cámaras. En el primer caso, el procedimiento se
iniciará por el Congreso, y en los otros dos, por el Senado. En ambos casos, si no hubiera acuerdo
entre Senado y Congreso, se intentará obtener por una Comisión Mixta compuesta de igual
número de Diputados y Senadores. La Comisión presentará un texto que será votado por ambas
Cámaras. Si no se aprueba en la forma establecida, decidirá el Congreso por mayoría absoluta.
Artículo 75
1. Las Cámaras funcionarán en Pleno y por Comisiones.
2. Las Cámaras podrán delegar en las Comisiones Legislativas Permanentes la aprobación de
proyectos o proposiciones de ley. El Pleno podrá, no obstante, recabar en cualquier momento
el debate y votación de cualquier proyecto o proposición de ley que haya sido objeto de esta
delegación.
3. Quedan exceptuados de lo dispuesto en el apartado anterior la reforma constitucional, las
cuestiones internacionales, las leyes orgánicas y de bases y los Presupuestos Generales del
Estado.
Artículo 76
1. El Congreso y el Senado, y, en su caso, ambas Cámaras conjuntamente, podrán nombrar
Comisiones de investigación sobre cualquier asunto de interés público. Sus conclusiones no
serán vinculantes para los Tribunales, ni afectarán a las resoluciones judiciales, sin perjuicio de
que el resultado de la investigación sea comunicado al Ministerio Fiscal para el ejercicio, cuando
proceda, de las acciones oportunas.
2. Será obligatorio comparecer a requerimiento de las Cámaras. La ley regulará las sanciones
que puedan imponerse por incumplimiento de esta obligación.
Artículo 77
1. Las Cámaras pueden recibir peticiones individuales y colectivas, siempre por escrito,
quedando prohibida la presentación directa por manifestaciones ciudadanas.
2. Las Cámaras pueden remitir al Gobierno las peticiones que reciban. El Gobierno está obligado
a explicarse sobre su contenido, siempre que las Cámaras lo exijan.
Artículo 78
1. En cada Cámara habrá una Diputación Permanente compuesta por un mínimo de veintiún
miembros, que representarán a los grupos parlamentarios, en proporción a su importancia
numérica.
2. Las Diputaciones Permanentes estarán presididas por el Presidente de la Cámara respectiva y
tendrán como funciones la prevista en el artículo 73, la de asumir las facultades que
correspondan a las Cámaras, de acuerdo con los artículos 86 y 116, en caso de que éstas
59
hubieran sido disueltas o hubiere expirado su mandato y la de velar por los poderes de las
Cámaras cuando éstas no estén reunidas.
3. Expirado el mandato o en caso de disolución, las Diputaciones Permanentes seguirán
ejerciendo sus funciones hasta la constitución de las nuevas Cortes Generales.
4. Reunida la Cámara correspondiente, la Diputación Permanente dará cuenta de los asuntos
tratados y de sus decisiones.
Artículo 79
1. Para adoptar acuerdos, las Cámaras deben estar reunidas reglamentariamente y con
asistencia de la mayoría de sus miembros.
2. Dichos acuerdos, para ser válidos, deberán ser aprobados por la mayoría de los miembros
presentes, sin perjuicio de las mayorías especiales que establezcan la Constitución o las leyes
orgánicas y las que para elección de personas establezcan los Reglamentos de las Cámaras.
3. El voto de Senadores y Diputados es personal e indelegable.
Artículo 80
Las sesiones plenarias de las Cámaras serán públicas, salvo acuerdo en contrario de cada
Cámara, adoptado por mayoría absoluta o con arreglo al Reglamento.
CAPÍTULO II
DE LA ELABORACIÓN DE LAS LEYES
Artículo 81
1. Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las
libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general
y las demás previstas en la Constitución.
2. La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas exigirá mayoría absoluta del
Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.
Artículo 82
1. Las Cortes Generales podrán delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas con rango
de ley sobre materias determinadas no incluidas en el artículo anterior.
2. La delegación legislativa deberá otorgarse mediante una ley de bases cuando su objeto sea la
formación de textos articulados o por una ley ordinaria cuando se trate de refundir varios textos
legales en uno solo.
60
3. La delegación legislativa habrá de otorgarse al Gobierno de forma expresa para materia
concreta y con fijación del plazo para su ejercicio. La delegación se agota por el uso que de ella
haga el Gobierno mediante la publicación de la norma correspondiente. No podrá entenderse
concedida de modo implícito o por tiempo indeterminado. Tampoco podrá permitir la
subdelegación a autoridades distintas del propio Gobierno.
4. Las leyes de bases delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y
los principios y criterios que han de seguirse en su ejercicio.
5. La autorización para refundir textos legales determinará el ámbito normativo a que se refiere
el contenido de la delegación, especificando si se circunscribe a la mera formulación de un texto
único o si se incluye la de regularizar, aclarar y armonizar los textos legales que han de ser
refundidos.
6. Sin perjuicio de la competencia propia de los Tribunales, las leyes de delegación podrán
establecer en cada caso fórmulas adicionales de control.
Artículo 83
Las leyes de bases no podrán en ningún caso
a) Autorizar la modificación de la propia ley de bases.
b) Facultar para dictar normas con carácter retroactivo.
Artículo 84
Cuando una proposición de ley o una enmienda fuere contraria a una delegación legislativa en
vigor, el Gobierno está facultado para oponerse a su tramitación. En tal supuesto, podrá
presentarse una proposición de ley para la derogación total o parcial de la ley de delegación.
Artículo 85
Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de
Decretos Legislativos.
Artículo 86
1. En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar disposiciones
legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos‐leyes y que no podrán afectar al
ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los
ciudadanos regulados en el Título I, al régimen de las Comunidades Autónomas ni al Derecho
electoral general.
2. Los Decretos‐leyes deberán ser inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad
al Congreso de los Diputados, convocado al efecto si no estuviere reunido, en el plazo de los
treinta días siguientes a su promulgación. El Congreso habrá de pronunciarse expresamente
dentro de dicho plazo sobre su convalidación o derogación, para lo cual el Reglamento
establecerá un procedimiento especial y sumario.
61
3. Durante el plazo establecido en el apartado anterior, las Cortes podrán tramitarlos como
proyectos de ley por el procedimiento de urgencia.
Artículo 87
1. La iniciativa legislativa corresponde al Gobierno, al Congreso y al Senado, de acuerdo con la
Constitución y los Reglamentos de las Cámaras.
2. Las Asambleas de las Comunidades Autónomas podrán solicitar del Gobierno la adopción de
un proyecto de ley o remitir a la Mesa del Congreso una proposición de ley, delegando ante
dicha Cámara un máximo de tres miembros de la Asamblea encargados de su defensa.
3. Una ley orgánica regulará las formas de ejercicio y requisitos de la iniciativa popular para la
presentación de proposiciones de ley. En todo caso se exigirán no menos de 500.000 firmas
acreditadas. No procederá dicha iniciativa en materias propias de ley orgánica, tributarias o de
carácter internacional, ni en lo relativo a la prerrogativa de gracia.
Artículo 88
Los proyectos de ley serán aprobados en Consejo de Ministros, que los someterá al Congreso,
acompañados de una exposición de motivos y de los antecedentes necesarios para pronunciarse
sobre ellos.
Artículo 89
1. La tramitación de las proposiciones de ley se regulará por los Reglamentos de las Cámaras,
sin que la prioridad debida a los proyectos de ley impida el ejercicio de la iniciativa legislativa en
los términos regulados por el artículo 87.
2. Las proposiciones de ley que, de acuerdo con el artículo 87, tome en consideración el Senado,
se remitirán al Congreso para su trámite en éste como tal proposición.
Artículo 90
1. Aprobado un proyecto de ley ordinaria u orgánica por el Congreso de los Diputados, su
Presidente dará inmediata cuenta del mismo al Presidente del Senado, el cual lo someterá a la
deliberación de éste.
2. El Senado en el plazo de dos meses, a partir del día de la recepción del texto, puede, mediante
mensaje motivado, oponer su veto o introducir enmiendas al mismo. El veto, deberá ser
aprobado por mayoría absoluta. El proyecto no podrá ser sometido al Rey para sanción sin que
el Congreso ratifique por mayoría absoluta, en caso de veto, el texto inicial, o por mayoría
simple, una vez transcurridos dos meses desde la interposición del mismo, o se pronuncie sobre
las enmiendas, aceptándolas o no por mayoría simple.
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3. El plazo de dos meses de que el Senado dispone para vetar o enmendar el proyecto se reducirá
al de veinte días naturales en los proyectos declarados urgentes por el Gobierno o por el
Congreso de los Diputados.
Artículo 91
El Rey sancionará en el plazo de quince días las leyes aprobadas por las Cortes Generales, y las
promulgará y ordenará su inmediata publicación.
Artículo 92
1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum
consultivo de todos los ciudadanos.
2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno,
previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
3. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de
referéndum previstas en esta Constitución.
CAPÍTULO III
DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Artículo 93
Mediante ley orgánica se podrá autorizar la celebración de tratados por los que se atribuya a
una organización o institución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la
Constitución. Corresponde a las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del
cumplimiento de estos tratados y de las resoluciones emanadas de los organismos
internacionales o supranacionales titulares de la cesión.
Téngase en cuenta que la Resolución TC‐Pleno de 13 de Diciembre de 2004, declara que no
existe contradicción entre la Constitución española y los artículos I‐6, II‐111 y II‐112 de la
Constitución Europea por los que se delimita el ámbito de aplicación de la Carta de Derechos
Fundamentales de la Unión y los criterios definidores de su interpretación y alcance y que el art.
93 de la Constitución Española es suficiente para la prestación del consentimiento del Estado al
Tratado referido («B.O.E./Suplemento 4 enero 2005»). Resolución 1/2004 del TC, Sala Pleno, 13
Dic. (Rec. 6603/2004) Declaración Pleno TC 1/2004 de 13 Dic. (requerimiento 6603‐2004, sobre
constitucionalidad arts. I‐6, II‐111 y II‐112 del Tratado por el que se establece una Constitución
para Europa, firmado en Roma 29 Oct. 2004)
Artículo 94
63
1. La prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios
requerirá la previa autorización de las Cortes Generales, en los siguientes casos:
a) Tratados de carácter político.
b) Tratados o convenios de carácter militar.
c) Tratados o convenios que afecten a la integridad territorial del Estado o a los derechos y
deberes fundamentales establecidos en el Título I.
d) Tratados o convenios que impliquen obligaciones financieras para la Hacienda Pública.
e) Tratados o convenios que supongan modificación o derogación de alguna ley o exijan
medidas legislativas para su ejecución.
2. El Congreso y el Senado serán inmediatamente informados de la conclusión de los restantes
tratados o convenios.
Artículo 95
1. La celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la
Constitución exigirá la previa revisión constitucional.
2. El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que
declare si existe o no esa contradicción.
Artículo 96
1. Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en
España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas,
modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las
normas generales del Derecho internacional.
2. Para la denuncia de los tratados y convenios internacionales se utilizará el mismo
procedimiento previsto para su aprobación en el artículo 94.
TÍTULO IV
Del Gobierno y de la Administración
Artículo 97
El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del
Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y
las leyes.
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Artículo 98
1. El Gobierno se compone del Presidente, de los Vicepresidentes, en su caso, de los Ministros y
de los demás miembros que establezca la ley.
2. El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros
del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión.
3. Los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias
del mandato parlamentario, ni cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni
actividad profesional o mercantil alguna.
4. La ley regulará el estatuto e incompatibilidades de los miembros del Gobierno.
Artículo 99
1. Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos
constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados
por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del
Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
2. El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el
Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará
la confianza de la Cámara.
3. Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare
su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría,
se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior,
y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
4. Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se
tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
5. Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún
candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y
convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Artículo 100
Los demás miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su
Presidente.
Artículo 101
1. El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la
confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su
Presidente.
2. El Gobierno cesante continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno.
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Artículo 102
1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible,
en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el
ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los
miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo.
3. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente
artículo.
Artículo 103
1. La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con
los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con
sometimiento pleno a la ley y al Derecho.
2. Los órganos de la Administración del Estado son creados, regidos y coordinados de acuerdo
con la ley.
3. La ley regulará el estatuto de los funcionarios públicos, el acceso a la función pública de
acuerdo con los principios de mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho
a sindicación, el sistema de incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el
ejercicio de sus funciones.
Artículo 104
1. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión
proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.
2. Una ley orgánica determinará las funciones, principios básicos de actuación y estatutos de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Artículo 105
La ley regulará:
a) La audiencia de los ciudadanos, directamente o a través de las organizaciones y
asociaciones reconocidas por la ley, en el procedimiento de elaboración de las disposiciones
administrativas que les afecten.
b) El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que
afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las
personas.
c) El procedimiento a través del cual deben producirse los actos administrativos,
garantizando, cuando proceda, la audiencia del interesado.
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Artículo 106
1. Los Tribunales controlan la potestad reglamentaria y la legalidad de la actuación
administrativa, así como el sometimiento de ésta a los fines que la justifican.
2. Los particulares, en los términos establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados
por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza
mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos.
Artículo 107
El Consejo de Estado es el supremo órgano consultivo del Gobierno. Una ley orgánica regulará
su composición y competencia.
TÍTULO V
De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales
Artículo 108
El Gobierno responde solidariamente en su gestión política ante el Congreso de los Diputados.
Artículo 109
Las Cámaras y sus Comisiones podrán recabar, a través de los Presidentes de aquéllas, la
información y ayuda que precisen del Gobierno y de sus Departamentos y de cualesquiera
autoridades del Estado y de las Comunidades Autónomas.
Artículo 110
1. Las Cámaras y sus Comisiones pueden reclamar la presencia de los miembros del Gobierno.
2. Los miembros del Gobierno tienen acceso a las sesiones de las Cámaras y a sus Comisiones y
la facultad de hacerse oír en ellas, y podrán solicitar que informen ante las mismas funcionarios
de sus Departamentos.
Artículo 111
1. El Gobierno y cada uno de sus miembros están sometidos a las interpelaciones y preguntas
que se le formulen en las Cámaras. Para esta clase de debate los Reglamentos establecerán un
tiempo mínimo semanal.
2. Toda interpelación podrá dar lugar a una moción en la que la Cámara manifieste su posición.
Artículo 112
67
El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante
el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una
declaración de política general. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la
misma la mayoría simple de los Diputados.
Artículo 113
1. El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante
la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura.
2. La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los Diputados, y
habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno.
3. La moción de censura no podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su
presentación. En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas.
4. Si la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus signatarios no podrán
presentar otra durante el mismo período de sesiones.
Artículo 114
1. Si el Congreso niega su confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey,
procediéndose a continuación a la designación de Presidente del Gobierno, según lo dispuesto
en el artículo 99.
2. Si el Congreso adopta una moción de censura, el Gobierno presentará su dimisión al Rey y el
candidato incluido en aquélla se entenderá investido de la confianza de la Cámara a los efectos
previstos en el artículo 99. El Rey le nombrará Presidente del Gobierno.
Artículo 115
1. El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva
responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes
Generales, que será decretada por el Rey. El decreto de disolución fijará la fecha de las
elecciones.
2. La propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de
censura.
3. No procederá nueva disolución antes de que transcurra un año desde la anterior, salvo lo
dispuesto en el artículo 99, apartado 5.
Artículo 116
1. Una ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio, y las competencias y
limitaciones correspondientes.
2. El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo
de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados,
68
reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo.
El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden los efectos de la declaración.
3. El estado de excepción será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo
de Ministros, previa autorización del Congreso de los Diputados. La autorización y proclamación
del estado de excepción deberá determinar expresamente los efectos del mismo, el ámbito
territorial a que se extiende y su duración, que no podrá exceder de treinta días, prorrogables
por otro plazo igual, con los mismos requisitos.
4. El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, a
propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito territorial, duración y
condiciones.
5. No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los
estados comprendidos en el presente artículo, quedando automáticamente convocadas las
Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás
poderes constitucionales del Estado, no podrán interrumpirse durante la vigencia de estos
estados.
Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere alguna de las situaciones que dan
lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su
Diputación Permanente.
6. La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificarán el principio
de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes.
TÍTULO VI
Del Poder Judicial
Artículo 117
1. La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados
integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley.
2. Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados, sino
por alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley.
3. El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo
ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por
las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan.
4. Los Juzgados y Tribunales no ejercerán más funciones que las señaladas en el apartado
anterior y las que expresamente les sean atribuidas por ley en garantía de cualquier derecho.
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5. El principio de unidad jurisdiccional es la base de la organización y funcionamiento de los
Tribunales. La ley regulará el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito estrictamente
castrense y en los supuestos de estado de sitio, de acuerdo con los principios de la Constitución.
6. Se prohíben los Tribunales de excepción.
Artículo 118
Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así
como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo
resuelto.
Artículo 119
La justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley y, en todo caso, respecto de quienes
acrediten insuficiencia de recursos para litigar.
Artículo 120
1. Las actuaciones judiciales serán públicas, con las excepciones que prevean las leyes de
procedimiento.
2. El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en materia criminal.
3. Las sentencias serán siempre motivadas y se pronunciarán en audiencia pública.
Artículo 121
Los daños causados por error judicial, así como los que sean consecuencia del funcionamiento
anormal de la Administración de Justicia, darán derecho a una indemnización a cargo del Estado,
conforme a la ley.
Artículo 122
1. La ley orgánica del poder judicial determinará la constitución, funcionamiento y gobierno de
los Juzgados y Tribunales, así como el estatuto jurídico de los Jueces y Magistrados de carrera,
que formarán un Cuerpo único, y del personal al servicio de la Administración de Justicia.
2. El Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo. La ley orgánica
establecerá su estatuto y el régimen de incompatibilidades de sus miembros y sus funciones, en
particular en materia de nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario.
3. El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo,
que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De
éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que
establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a
propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros,
entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince
años de ejercicio en su profesión.
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Artículo 123
1. El Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, es el órgano jurisdiccional superior en
todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales.
2. El Presidente del Tribunal Supremo será nombrado por el Rey, a propuesta del Consejo
General del Poder Judicial, en la forma que determine la ley.
Artículo 124
1. El Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las funciones encomendadas a otros órganos, tiene por
misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los
ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de oficio o a petición de los interesados, así
como velar por la independencia de los Tribunales y procurar ante éstos la satisfacción del
interés social.
2. El Ministerio Fiscal ejerce sus funciones por medio de órganos propios conforme a los
principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los
de legalidad e imparcialidad.
3. La ley regulará el estatuto orgánico del Ministerio Fiscal.
4. El Fiscal General del Estado será nombrado por el Rey, a propuesta del Gobierno, oído el
Consejo General del Poder Judicial.
Artículo 125
Los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de Justicia
mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que
la ley determine, así como en los Tribunales consuetudinarios y tradicionales.
Artículo 126
La policía judicial depende de los Jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones
de averiguación del delito y descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos
que la ley establezca.
Artículo 127
1. Los Jueces y Magistrados así como los Fiscales, mientras se hallen en activo, no podrán
desempeñar otros cargos públicos, ni pertenecer a partidos políticos o sindicatos. La ley
establecerá el sistema y modalidades de asociación profesional de los Jueces, Magistrados y
Fiscales.
2. La ley establecerá el régimen de incompatibilidades de los miembros del poder judicial, que
deberá asegurar la total independencia de los mismos.
71
TÍTULO VIII
De la organización territorial del Estado
CAPÍTULO PRIMERO
PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 137
El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades
Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de
sus respectivos intereses.
Artículo 138
1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, consagrado en el
artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico,
adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a
las circunstancias del hecho insular.
2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán
implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
Artículo 139
1. Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del
territorio del Estado.
2. Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la
libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo
el territorio español.
CAPÍTULO II
DE LA ADMINISTRACIÓN LOCAL
Artículo 140
La Constitución garantiza la autonomía de los municipios. Estos gozarán de personalidad jurídica
plena. Su gobierno y administración corresponde a sus respectivos Ayuntamientos, integrados
por los Alcaldes y los Concejales. Los Concejales serán elegidos por los vecinos del municipio
mediante sufragio universal, igual, libre, directo y secreto, en la forma establecida por la ley. Los
Alcaldes serán elegidos por los Concejales o por los vecinos. La ley regulará las condiciones en
las que proceda el régimen del concejo abierto.
72
Artículo 141
1. La provincia es una entidad local con personalidad jurídica propia, determinada por la
agrupación de municipios y división territorial para el cumplimiento de las actividades del
Estado. Cualquier alteración de los límites provinciales habrá de ser aprobada por las Cortes
Generales mediante ley orgánica.
2. El gobierno y la administración autónoma de las provincias estarán encomendados a
Diputaciones u otras Corporaciones de carácter representativo.
3. Se podrán crear agrupaciones de municipios diferentes de la provincia.
4. En los archipiélagos, las islas tendrán además su administración propia en forma de Cabildos
o Consejos.
Artículo 142
Las Haciendas Locales deberán disponer de los medios suficientes para el desempeño de las
funciones que la ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente
de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas.
CAPÍTULO III
DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Artículo 143
1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las
provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los
territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su
autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título
y en los respectivos Estatutos.
2. La iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al
órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población
represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos
deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto
por alguna de las Corporaciones locales interesadas.
3. La iniciativa, en caso de no prosperar, solamente podrá reiterarse pasados cinco años.
Artículo 144
Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán, por motivos de interés nacional:
a) Autorizar la constitución de una comunidad autónoma cuando su ámbito territorial no
supere el de una provincia y no reúna las condiciones del apartado 1 del artículo 143.
73
b) Autorizar o acordar, en su caso, un Estatuto de autonomía para territorios que no estén
integrados en la organización provincial.
c) Sustituir la iniciativa de las Corporaciones locales a que se refiere el apartado 2 del artículo
143.
Artículo 145
1. En ningún caso se admitirá la federación de Comunidades Autónomas.
2. Los Estatutos podrán prever los supuestos, requisitos y términos en que las Comunidades
Autónomas podrán celebrar convenios entre sí para la gestión y prestación de servicios propios
de las mismas, así como el carácter y efectos de la correspondiente comunicación a las Cortes
Generales. En los demás supuestos, los acuerdos de cooperación entre las Comunidades
Autónomas necesitarán la autorización de las Cortes Generales.
Artículo 146
El proyecto de Estatuto será elaborado por una asamblea compuesta por los miembros de la
Diputación u órgano interinsular de las provincias afectadas y por los Diputados y Senadores
elegidos en ellas y será elevado a las Cortes Generales para su tramitación como ley.
Artículo 147
1. Dentro de los términos de la presente Constitución, los Estatutos serán la norma institucional
básica de cada Comunidad Autónoma y el Estado los reconocerá y amparará como parte
integrante de su ordenamiento jurídico.
2. Los Estatutos de autonomía deberán contener:
a) La denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica.
b) La delimitación de su territorio.
c) La denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias.
d) Las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las bases
para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas.
3. La reforma de los Estatutos se ajustará al procedimiento establecido en los mismos y
requerirá, en todo caso, la aprobación por las Cortes Generales, mediante ley orgánica.
Artículo 148
1. Las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes materias:
1.ª Organización de sus instituciones de autogobierno.
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2.ª Las alteraciones de los términos municipales comprendidos en su territorio y, en general,
las funciones que correspondan a la Administración del Estado sobre las Corporaciones
locales y cuya transferencia autorice la legislación sobre Régimen Local.
3.ª Ordenación del territorio, urbanismo y vivienda.
4.ª Las obras públicas de interés de la Comunidad Autónoma en su propio territorio.
5.ª Los ferrocarriles y carreteras cuyo itinerario se desarrolle íntegramente en el territorio
de la Comunidad Autónoma y, en los mismos términos, el transporte desarrollado por estos
medios o por cable.
6.ª Los puertos de refugio, los puertos y aeropuertos deportivos y, en general, los que no
desarrollen actividades comerciales.
7.ª La agricultura y ganadería, de acuerdo con la ordenación general de la economía.
8.ª Los montes y aprovechamientos forestales.
9.ª La gestión en materia de protección del medio ambiente.
10.ª Los proyectos, construcción y explotación de los aprovechamientos hidráulicos, canales
y regadíos de interés de la Comunidad Autónoma; las aguas minerales y termales.
11.ª La pesca en aguas interiores, el marisqueo y la acuicultura, la caza y la pesca fluvial.
12.ª Ferias interiores.
13.ª El fomento del desarrollo económico de la Comunidad Autónoma dentro de los
objetivos marcados por la política económica nacional.
14.ª La artesanía.
15.ª Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la Comunidad
Autónoma.
16.ª Patrimonio monumental de interés de la Comunidad Autónoma.
17.ª El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua
de la Comunidad Autónoma.
18.ª Promoción y ordenación del turismo en su ámbito territorial.
19.ª Promoción del deporte y de la adecuada utilización del ocio.
20.ª Asistencia social.
21.ª Sanidad e higiene.
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22.ª La vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones. La coordinación y demás
facultades en relación con las policías locales en los términos que establezca una ley
orgánica.
2. Transcurridos cinco años, y mediante la reforma de sus Estatutos, las Comunidades
Autónomas podrán ampliar sucesivamente sus competencias dentro del marco establecido en
el artículo 149.
Artículo 149
1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias:
1.ª La regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los
españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes
constitucionales.
2.ª Nacionalidad, inmigración, emigración, extranjería y derecho de asilo.
3.ª Relaciones internacionales.
4.ª Defensa y Fuerzas Armadas.
5.ª Administración de Justicia.
6.ª Legislación mercantil, penal y penitenciaria; legislación procesal, sin perjuicio de las
necesarias especialidades que en este orden se deriven de las particularidades del derecho
sustantivo de las Comunidades Autónomas.
7.ª Legislación laboral, sin perjuicio de su ejecución por los órganos de las Comunidades
Autónomas.
8.ª Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo por las
Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan. En
todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones
jurídico‐civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e
instrumentos públicos, bases de las obligaciones contractuales, normas para resolver los
conflictos de leyes y determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último
caso, a las normas de derecho foral o especial.
9.ª Legislación sobre propiedad intelectual e industrial.
10.ª Régimen aduanero y arancelario; comercio exterior.
11.ª Sistema monetario: divisas, cambio y convertibilidad; bases de la ordenación de crédito,
banca y seguros.
12.ª Legislación sobre pesas y medidas, determinación de la hora oficial.
13.ª Bases y coordinación de la planificación general de la actividad económica.
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14.ª Hacienda general y Deuda del Estado.
15.ª Fomento y coordinación general de la investigación científica y técnica.
16.ª Sanidad exterior. Bases y coordinación general de la sanidad. Legislación sobre
productos farmacéuticos.
17.ª Legislación básica y régimen económico de la Seguridad Social, sin perjuicio de la
ejecución de sus servicios por las Comunidades Autónomas.
18.ª Las bases del régimen jurídico de las Administraciones públicas y del régimen
estatutario de los funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los administrados un
tratamiento común ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las
especialidades derivadas de la organización propia de las Comunidades Autónomas;
legislación sobre expropiación forzosa; legislación básica sobre contratos y concesiones
administrativas y el sistema de responsabilidad de todas las Administraciones públicas.
19.ª Pesca marítima, sin perjuicio de las competencias que en la ordenación del sector se
atribuyan a las Comunidades Autónomas.
20.ª Marina mercante y abanderamiento de buques; iluminación de costas y señales
marítimas; puertos de interés general; aeropuertos de interés general; control del espacio
aéreo, tránsito y transporte aéreo, servicio meteorológico y matriculación de aeronaves.
21.ª Ferrocarriles y transportes terrestres que transcurran por el territorio de más de una
Comunidad Autónoma; régimen general de comunicaciones; tráfico y circulación de
vehículos a motor; correos y telecomunicaciones; cables aéreos, submarinos y
radiocomunicación.
23.ª Legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades
de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección. La
legislación básica sobre montes, aprovechamientos forestales y vías pecuarias.
24.ª Obras públicas de interés general o cuya realización afecte a más de una Comunidad
Autónoma.
25.ª Bases del régimen minero y energético.
26.ª Régimen de producción, comercio, tenencia y uso de armas y explosivos.
27.ª Normas básicas del régimen de prensa, radio y televisión y, en general, de todos los
medios de comunicación social, sin perjuicio de las facultades que en su desarrollo y
ejecución correspondan a las Comunidades Autónomas.
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28.ª Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación
y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin perjuicio de su
gestión por parte de las Comunidades Autónomas.
29.ª Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las
Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el
marco de lo que disponga una ley orgánica.
30.ª Regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos
académicos y profesionales y normas básicas para el desarrollo del artículo 27 de la
Constitución, a fin de garantizar el cumplimiento de las obligaciones de los poderes públicos
en esta materia.
31.ª Estadística para fines estatales.
32.ª Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum.
2. Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas, el Estado
considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial y facilitará la comunicación
cultural entre las Comunidades Autónomas, de acuerdo con ellas.
3. Las materias no atribuidas expresamente al Estado por esta Constitución podrán
corresponder a las Comunidades Autónomas, en virtud de sus respectivos Estatutos. La
competencia sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos de Autonomía
corresponderá al Estado, cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las
Comunidades Autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas.
El derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de las Comunidades Autónomas.
Artículo 150
1. Las Cortes Generales, en materia de competencia estatal, podrán atribuir a todas o a alguna
de las Comunidades Autónomas la facultad de dictar, para sí mismas, normas legislativas en el
marco de los principios, bases y directrices fijados por una ley estatal. Sin perjuicio de la
competencia de los Tribunales, en cada ley marco se establecerá la modalidad del control de las
Cortes Generales sobre estas normas legislativas de las Comunidades Autónomas.
2. El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica,
facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean
susceptibles de transferencia o delegación. La ley preverá en cada caso la correspondiente
transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se reserve el Estado.
3. El Estado podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las
disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas
a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general. Corresponde a las Cortes
Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de esta necesidad.
Artículo 151
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1. No será preciso dejar transcurrir el plazo de cinco años, a que se refiere el apartado 2 del
artículo 148, cuando la iniciativa del proceso autonómico sea acordada dentro del plazo del
artículo 143, 2, además de por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes,
por las tres cuartas partes de los municipios de cada una de las provincias afectadas que
representen, al menos, la mayoría del censo electoral de cada una de ellas y dicha iniciativa sea
ratificada mediante referéndum por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores
de cada provincia en los términos que establezca una ley orgánica.
2. En el supuesto previsto en el apartado anterior, el procedimiento para la elaboración del
Estatuto será el siguiente:
1.º El Gobierno convocará a todos los Diputados y Senadores elegidos en las
circunscripciones comprendidas en el ámbito territorial que pretenda acceder al
autogobierno, para que se constituyan en Asamblea, a los solos efectos de elaborar el
correspondiente proyecto de Estatuto de autonomía, mediante el acuerdo de la mayoría
absoluta de sus miembros.
2.º Aprobado el proyecto de Estatuto por la Asamblea de Parlamentarios, se remitirá a la
Comisión Constitucional del Congreso, la cual, dentro del plazo de dos meses, lo examinará
con el concurso y asistencia de una delegación de la Asamblea proponente para determinar
de común acuerdo su formulación definitiva.
3.º Si se alcanzare dicho acuerdo, el texto resultante será sometido a referéndum del cuerpo
electoral de las provincias comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto.
4.º Si el proyecto de Estatuto es aprobado en cada provincia por la mayoría de los votos
válidamente emitidos, será elevado a las Cortes Generales. Los Plenos de ambas Cámaras
decidirán sobre el texto mediante un voto de ratificación. Aprobado el Estatuto, el Rey lo
sancionará y lo promulgará como ley.
5.º De no alcanzarse el acuerdo a que se refiere el apartado 2 de este número, el proyecto
de Estatuto será tramitado como proyecto de ley ante las Cortes Generales. El texto
aprobado por éstas será sometido a referéndum del cuerpo electoral de las provincias
comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto. En caso de ser aprobado por
la mayoría de los votos válidamente emitidos en cada provincia, procederá su promulgación
en los términos del párrafo anterior.
3. En los casos de los párrafos 4 y 5 del apartado anterior, la no aprobación del proyecto de
Estatuto por una o varias provincias no impedirá la constitución entre las restantes de la
Comunidad Autónoma proyectada en la forma que establezca la ley orgánica prevista en el
apartado 1 de este artículo.
Artículo 152
1. En los Estatutos aprobados por el procedimiento a que se refiere el artículo anterior, la
organización institucional autonómica se basará en una Asamblea Legislativa, elegida por
sufragio universal, con arreglo a un sistema de representación proporcional que asegure,
además, la representación de las diversas zonas del territorio; un Consejo de Gobierno con
funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente, elegido por la Asamblea, de entre sus
79
miembros, y nombrado por el Rey, al que corresponde la dirección del Consejo de Gobierno, la
suprema representación de la respectiva Comunidad y la ordinaria del Estado en aquélla. El
Presidente y los miembros del Consejo de Gobierno serán políticamente responsables ante la
Asamblea.
Un Tribunal Superior de Justicia, sin perjuicio de la jurisdicción que corresponde al Tribunal
Supremo, culminará la organización judicial en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma.
En los Estatutos de las Comunidades Autónomas podrán establecerse los supuestos y las formas
de participación de aquéllas en la organización de las demarcaciones judiciales del territorio.
Todo ello de conformidad con lo previsto en la ley orgánica del poder judicial y dentro de la
unidad e independencia de éste.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 123, las sucesivas instancias procesales, en su caso,
se agotarán ante órganos judiciales radicados en el mismo territorio de la Comunidad Autónoma
en que esté el órgano competente en primera instancia.
2. Una vez sancionados y promulgados los respectivos Estatutos, solamente podrán ser
modificados mediante los procedimientos en ellos establecidos y con referéndum entre los
electores inscritos en los censos correspondientes.
3. Mediante la agrupación de municipios limítrofes, los Estatutos podrán establecer
circunscripciones territoriales propias, que gozarán de plena personalidad jurídica.
Artículo 153
El control de la actividad de los órganos de las Comunidades Autónomas se ejercerá:
a) Por el Tribunal Constitucional, el relativo a la constitucionalidad de sus disposiciones
normativas con fuerza de ley.
b) Por el Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado, el del ejercicio de funciones
delegadas a que se refiere el apartado 2 del artículo 150.
c) Por la jurisdicción contencioso‐administrativa, el de la administración autónoma y sus
normas reglamentarias.
d) Por el Tribunal de Cuentas, el económico y presupuestario.
Artículo 154
Un Delegado nombrado por el Gobierno dirigirá la Administración del Estado en el territorio de
la Comunidad Autónoma y la coordinará, cuando proceda, con la administración propia de la
Comunidad.
Véanse: ‐ Artículos 22 y ss. de la Ley 6/1997, 14 abril, de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado («B.O.E.» 15 abril). ‐ R.D. 617/1997, de 25 de abril, de
Subdelegados del Gobierno y Directores Insulares de la Administración General del Estado
(«B.O.E.» 3 mayo).
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L 6/1997 de 14 Abr. (organización y funcionamiento de la Administración General del Estado)
RD 617/1997 de 25 Abr. (Subdelegados del Gobierno y Directores Insulares de la Administración
General del Estado)
Artículo 155
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes
le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el
Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no
ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas
necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la
protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar
instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Artículo 156
1. Las Comunidades Autónomas gozarán de autonomía financiera para el desarrollo y ejecución
de sus competencias con arreglo a los principios de coordinación con la Hacienda estatal y de
solidaridad entre todos los españoles.
2. Las Comunidades Autónomas podrán actuar como delegados o colaboradores del Estado para
la recaudación, la gestión y la liquidación de los recursos tributarios de aquél, de acuerdo con
las leyes y los Estatutos.
Artículo 157
1. Los recursos de las Comunidades Autónomas estarán constituidos por:
a) Impuestos cedidos total o parcialmente por el Estado; recargos sobre impuestos estatales
y otras participaciones en los ingresos del Estado.
b) Sus propios impuestos, tasas y contribuciones especiales.
c) Transferencias de un Fondo de Compensación interterritorial y otras asignaciones con
cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
d) Rendimientos procedentes de su patrimonio e ingresos de derecho privado.
e) El producto de las operaciones de crédito.
2. Las Comunidades Autónomas no podrán en ningún caso adoptar medidas tributarias sobre
bienes situados fuera de su territorio o que supongan obstáculo para la libre circulación de
mercancías o servicios.
3. Mediante ley orgánica podrá regularse el ejercicio de las competencias financieras
enumeradas en el precedente apartado 1, las normas para resolver los conflictos que pudieran
81
surgir y las posibles formas de colaboración financiera entre las Comunidades Autónomas y el
Estado.
Artículo 158
1. En los Presupuestos Generales del Estado podrá establecerse una asignación a las
Comunidades Autónomas en función del volumen de los servicios y actividades estatales que
hayan asumido y de la garantía de un nivel mínimo en la prestación de los servicios públicos
fundamentales en todo el territorio español.
2. Con el fin de corregir desequilibrios económicos interterritoriales y hacer efectivo el principio
de solidaridad, se constituirá un Fondo de Compensación con destino a gastos de inversión,
cuyos recursos serán distribuidos por las Cortes Generales entre las Comunidades Autónomas y
provincias, en su caso.
TÍTULO IX
Del Tribunal Constitucional
Artículo 159
1. El Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro
a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del
Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propuesta del Consejo
General del Poder Judicial.
2. Los miembros del Tribunal Constitucional deberán ser nombrados entre Magistrados y
Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y Abogados, todos ellos juristas de
reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional.
3. Los miembros del Tribunal Constitucional serán designados por un período de nueve años y
se renovarán por terceras partes cada tres.
4. La condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible: con todo mandato
representativo; con los cargos políticos o administrativos; con el desempeño de funciones
directivas en un partido político o en un sindicato y con el empleo al servicio de los mismos; con
el ejercicio de las carreras judicial y fiscal, y con cualquier actividad profesional o mercantil.
En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias
de los miembros del poder judicial.
5. Los miembros del Tribunal Constitucional serán independientes e inamovibles en el ejercicio
de su mandato.
Artículo 160
El Presidente del Tribunal Constitucional será nombrado entre sus miembros por el Rey, a
propuesta del mismo Tribunal en pleno y por un período de tres años.
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Artículo 161
1. El Tribunal Constitucional tiene jurisdicción en todo el territorio español y es competente para
conocer:
a) Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de
ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango de ley,
interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias recaídas
no perderán el valor de cosa juzgada.
b) Del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el artículo
53, 2, de esta Constitución, en los casos y formas que la ley establezca.
c) De los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de los
de éstas entre sí.
d) De las demás materias que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas.
2. El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones
adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas. La impugnación producirá la
suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá
ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses.
Artículo 162
1. Están legitimados:
a) Para interponer el recurso de inconstitucionalidad, el Presidente del Gobierno, el
Defensor del Pueblo, 50 Diputados, 50 Senadores, los órganos colegiados ejecutivos de
las Comunidades Autónomas y, en su caso, las Asambleas de las mismas.
b) Para interponer el recurso de amparo, toda persona natural o jurídica que invoque
un interés legítimo, así como el Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal.
2. En los demás casos, la ley orgánica determinará las personas y órganos legitimados.
Artículo 163
Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley,
aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución,
planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la forma y con los
efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos.
Artículo 164
1. Las sentencias del Tribunal Constitucional se publicarán en el Boletín Oficial del Estado con
los votos particulares, si los hubiere. Tienen el valor de cosa juzgada a partir del día siguiente de
su publicación y no cabe recurso alguno contra ellas. Las que declaren la inconstitucionalidad de
una ley o de una norma con fuerza de ley y todas las que no se limiten a la estimación subjetiva
de un derecho, tienen plenos efectos frente a todos.
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2. Salvo que en el fallo se disponga otra cosa, subsistirá la vigencia de la ley en la parte no
afectada por la inconstitucionalidad.
Artículo 165
Una ley orgánica regulará el funcionamiento del Tribunal Constitucional, el estatuto de sus
miembros, el procedimiento ante el mismo y las condiciones para el ejercicio de las acciones.
TÍTULO X
De la reforma constitucional
Artículo 166
La iniciativa de reforma constitucional se ejercerá en los términos previstos en los apartados 1
y 2 del artículo 87.
Artículo 167
1. Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres
quintos de cada una de las Cámaras. Si no hubiera acuerdo entre ambas, se intentará obtenerlo
mediante la creación de una Comisión de composición paritaria de Diputados y Senadores, que
presentará un texto que será votado por el Congreso y el Senado.
2. De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior, y siempre que
el texto hubiere obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta del Senado, el Congreso, por
mayoría de dos tercios, podrá aprobar la reforma.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su
ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una
décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras.
Artículo 168
1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título
preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se procederá a la
aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata
de las Cortes.
2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto
constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su
ratificación.
Artículo 169
84
No podrá iniciarse la reforma constitucional en tiempo de guerra o de vigencia de alguno de los
estados previstos en el artículo 116.
85
1. LA UNION EUROPEA: REFERENCIA HISTORICA
La Unión Europea (UE) es una comunidad política de derecho constituida en régimen sui géneris
de organización internacional nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en
común de los Estados y los pueblos de Europa. Está compuesta por veintiocho Estados europeos
y fue establecida con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea (TUE), el 1 de
noviembre de 1993.
Con ese acto, la supraestructura «Unión Europea» aunaba y se fundaba sobre las tres
Comunidades Europeas preexistentes —la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA),
la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) y la Comunidad Económica Europea
(CEE/CE)— y les añadía la política exterior común y la cooperación judicial y policial, formando
un sistema complejo conocido como «los tres pilares». Sin embargo, con la entrada en vigor, el
1 de diciembre de 2009, del Tratado de Lisboa, la Unión Europea sucedió, por completo aunque
con ciertas particularidades, a las Comunidades Europeas y asumió con ello su personalidad
jurídica única como sujeto de Derecho internacional.
La Unión Europea ha desarrollado un sistema jurídico y político, el comunitario europeo, único
en el mundo, que se rige por mecanismos y procedimientos de funcionamiento interno
complejos, que se han extendido y evolucionado a lo largo de su historia hasta conformar, en la
actualidad, un sistema híbrido de gobierno transnacional difícilmente homologable que combina
elementos próximos a la cooperación multilateral, si bien fuertemente estructurada e
institucionalizada, con otros de vocación netamente supranacional, regidos ambos por una
dinámica de integración regional muy acentuada.
Antecedentes
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En los años posteriores, los resentimientos y la desconfianza entre las naciones europeas,
dificultaban una reconciliación. En este contexto el ministro francés de asuntos exteriores
Robert Schuman defendió decididamente la creación de Alemania Occidental, resultado de la
unión de las tres zonas de ocupación controladas por las democracias occidentales, dejando de
lado la zona ocupada por la URSS. Schuman, de origen germano‐luxemburgués, había poseído
las tres nacionalidades (francesa, alemana, luxemburguesa) durante diferentes etapas de su
vida. Este hecho le hizo comprender la complejidad de los conflictos europeos y desarrollar
pronto un interés por la unificación europea.
En 1946, Winston Churchill dio un discurso en la Universidad de Zúrich, considerado por muchos
como el primer paso hacia la integración durante la posguerra. Aunque, generalmente se
considera que el verdadero primer paso se dio el 9 de mayo de 1950, cinco años después de la
rendición del régimen nazi, cuando Schuman lanzó un llamamiento a Alemania Occidental y a
los países europeos que lo deseasen para que sometieran bajo una única autoridad común el
manejo de sus respectivas producciones de acero y carbón Este discurso, conocido como
Declaración Schuman, fue acogido de manera dispar dentro de los gobiernos europeos y marcó
el inicio de la construcción europea, al ser la primera propuesta oficial concreta de integración
en Europa. El hecho consistía en que al someter las dos producciones indispensables de la
industria armamentística a una única autoridad, los países que participaran en esta organización
encontrarían una gran dificultad en el caso de querer iniciar una guerra entre ellos
La declaración marcó el inicio de la integración de los estados europeos como un movimiento
en contraposición a la anterior tendencia nacionalista y las tensas rivalidades que ocasionó entre
los estados de Europa. Esta nueva realidad fue propiciada en gran medida por el fin de la
tradicional hegemonía europea en el mundo tras la II Guerra Mundial, que concienció a los
europeos de su propia debilidad ante el surgimiento de dos nuevas superpotencias, Estados
Unidos y la URSS, que tenían un poder superior al del heterogéneo grupo de estados europeos.
Además, las consecuencias del conflicto favorecieron el deseo entre los ciudadanos de crear un
continente más libre y justo en el que las relaciones entre países se desarrollaran de forma
pacífica para evitar por todos los medios un nuevo enfrentamiento entre los estados europeos.
Las Comunidades Europeas
Estados fundadores de la CECA. Argelia francesa formaba parte íntegra de la Cuarta República
francesa.
La propuesta de Robert Schuman fue acogida de forma entusiasta por el canciller de la República
Federal de Alemania Konrad Adenauer. En la primavera de 1951, se firma en París el Tratado
que institucionaliza la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), concretando la
propuesta de Schuman. Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo (conocidos
como “los seis”), logran un entendimiento que favorece el intercambio de las materias primas
necesarias en la siderurgia, acelerando de esta forma la dinámica económica, con el fin de dotar
a Europa de una capacidad de producción autónoma. Este tratado fundador buscaba aproximar
vencedores y vencidos europeos al seno de una Europa que a medio plazo pudiese tomar su
destino en sus manos, haciéndose independiente de entidades exteriores. El tratado expiró en
2002, a pesar de que su función quedó obsoleta tras la fusión de los órganos ejecutivos y
legislativos en el seno de la Comunidad Europea, que adquirió personalidad jurídica, y también
gracias al Acta Única Europea de 1986.
87
En mayo de 1952, ya en plena Guerra fría, se firmó en París un tratado estableciendo la
Comunidad Europea de Defensa (CED), que permitía el armamento de Alemania Occidental en
el marco de un ejército europeo. Cinco miembros de la CECA ratificaron el tratado, pero en
agosto de 1954, los parlamentarios franceses lo rechazaron, como consecuencia de la oposición
conjunta de gaullistas y comunistas. Es así que el antiguo Tratado de Bruselas de 1948 es
modificado para crear la Unión Europea Occidental (UEO) que fue hasta la entrada en vigor del
Tratado de Ámsterdam en 1999 la única organización del continente encargada de la defensa y
la seguridad europea. Aunque reforzó el antiguo tratado, la UEO fue una entidad a la sombra de
la OTAN, pese a lo cual se encargó durante su existencia de la defensa de los países europeos
ante un hipotético ataque.
Un impulso de importancia mayor llega en 1957 con la firma de los Tratados de Roma. Los seis
deciden avanzar en la cooperación en los dominios económico, político y social. La meta
planteada fue lograr un “mercado común” que permitiese la libre circulación de personas,
mercancías y de capitales. La Comunidad Económica Europea (CEE) es la entidad internacional,
de tipo supranacional, dotada de una capacidad autónoma de financiación institucionalizada por
este tratado. Este documento formó una tercera comunidad de duración indefinida, el Euratom.
La Unión de los Tres Pilares
En 1965, se firma un tratado que fusiona los ejecutivos de las tres comunidades europeas por
medio de la creación de la Comisión Europea (CE) y el Consejo de la Unión Europea (CUE). El
Acta Única Europea firmada en febrero de 1986 entró en aplicación en julio de 1987, y tuvo por
misión el redinamizar la construcción europea, fijando la consolidación del mercado interior en
1993 y permitiendo la libre circulación igualmente de capitales y servicios. Por este tratado, las
competencias comunitarias son ampliadas a los dominios de la investigación y el desarrollo
tecnológico, medio ambiente y política social. El Acta Única consagró también la existencia del
Consejo Europeo, que reúne los jefes de estado y de gobierno e impulsa una iniciativa común
en materia de política exterior (la Cooperación Política Europea) así como una cooperación en
materia de seguridad.
El Tratado de Maastricht o de la Unión Europea, firmado en febrero de 1992 y en vigor a partir
de 1993, introdujo una nueva estructura institucional, la cual se mantuvo hasta la entrada en
vigor del Tratado de Lisboa. Dicha estructura institucional estaba compuesta por los conocidos
tres pilares de la Unión Europea: el primer pilar era el pilar comunitario, que correspondía a las
tres comunidades (la Comunidad Europea, la Comunidad Europea de la Energía Atómica y la
antigua Comunidad Europea del Carbón y del Acero); el segundo era el pilar correspondiente a
la política exterior y de seguridad común, que estaba regulada en el título V del Tratado de la
Unión Europea; y el tercero era el pilar correspondiente a la cooperación policial y judicial en
materia penal, cubierta por el título VI del Tratado de la Unión Europea. Estos tres pilares
funcionaban siguiendo procedimientos de decisión diferentes, ya que el primer pilar funcionaba
mediante el procedimiento comunitario, mientras que los otros dos se regían por el
procedimiento intergubernamental. El Tratado de Maastricht también creó la ciudadanía
europea y permitió circular y residir libremente en los países de la comunidad, así como el
derecho de votar y ser elegido en un estado de residencia para las elecciones europeas o
municipales. Con este tratado también se decidió la creación de una moneda única europea, el
Euro, que entraría en circulación en 2002 bajo control del Banco Central Europeo.
88
A lo largo de estos años, la CEE/UE comenzó a expandirse por el continente europeo,
fundamentalmente entre los países de la Europa occidental: Reino Unido, Irlanda y Dinamarca
en 1973; Grecia en 1981; España y Portugal en 1986; Alemania oriental en 1990; y Austria,
Finlandia y Suecia en 1995.
La Unión del siglo XXI, de Ámsterdam a Lisboa
En 1999, entró en vigor el Tratado de Ámsterdam. Este tratado, recogía los principios de libertad,
democracia y respeto a los derechos humanos, incluyendo explícitamente el principio de
desarrollo sostenible. Dos años después se firmó el Tratado de Niza, que entraría en vigor en
2003. Mientras tanto, el año 2002, se extingue la CECA tras finalizar su periodo de validez (que
fueron 50 años), y su ámbito de actuación quedó englobado en el de la Comunidad Europea.
El 1 de mayo de 2004 tuvo lugar la mayor ampliación que se ha dado en la Unión Europea, con
la entrada de 10 nuevos miembros de Europa oriental: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Malta y Chipre. Más tarde, el 29 de octubre de
2004 se firmó en Roma el tratado constitucional. La ratificación del tratado fue iniciada por la
aprobación del Parlamento, pero algunos estados convocaron referendos en 2005. El primero
fue el que se celebró en España, donde el documento fue aprobado con el 76,73% de apoyo. Sin
embargo, la ratificación alcanzó un obstáculo importante cuando los votantes de Francia y los
Países Bajos rechazaron el documento. Esta ratificación en gran medida se detuvo, con sólo
unos pocos estados tratando de aprobarlo aún. Luxemburgo siguió adelante con su voto y
aprobó la constitución en un 57%. Esto no cambió las cosas, sin embargo, y los dirigentes
anunciaron que entraban en un "período de reflexión" sobre el rechazo.
A comienzos del 2007 se incorporaron Rumania y Bulgaria a la Unión Europea, mientras que el
25 de marzo de 2007 (en el 50º aniversario de la firma de los Tratados de Roma) los líderes
europeos pusieron fin formalmente al "período de reflexión" con la firma de la Declaración de
Berlín. La declaración tenía por objeto dar un nuevo impulso a la búsqueda de un nuevo acuerdo
institucional antes de realizar las elecciones europeas de 2009. Adentrado ya el año 2007, el
Consejo Europeo acordó que la Constitución había fracasado, a pesar de que la mayoría de las
propuestas que incluía el texto se incluyeron posteriormente en la reforma de los tratados de la
Unión, en contraposición a la constitución, la cual iba a reemplazar todos los tratados anteriores.
De este modo, el 13 de diciembre de 2007, se firmó el conocido como Tratado de Lisboa.
Este tratado tenía como objetivo mejorar el funcionamiento de la Unión Europea mediante la
modificación del Tratado de Maastricht y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea
(Tratado de Roma). Algunas de las reformas más importantes que introdujo el Tratado de Lisboa
fueron la reducción de las posibilidades de estancamiento en la toma de decisiones del Consejo
de la Unión Europea mediante el voto por mayoría cualificada, un Parlamento Europeo con
mayor peso mediante la extensión del procedimiento de decisión conjunta con el Consejo de la
UE, la eliminación de los para entonces obsoletos tres pilares de la Unión Europea, y la creación
de las figuras de Presidente del Consejo Europeo y Alto Representante de la Unión para Asuntos
Exteriores y Política de Seguridad para dotar de una mayor coherencia y continuidad a las
políticas de la UE. El Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009 también
hizo que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea fuese jurídicamente
vinculante para los estados miembros.
89
Desde el 2008, la economía de la mayoría de los países miembros se ha visto gravemente
afectada a raíz de la crisis económica, pese a la cual Croacia consiguió convertirse el 1 de julio
de 2013 en el miembro número 28 de la Unión. Así, trascurrido más de medio siglo desde que
se produjo la Declaración Schuman, la UE enfrenta retos como la aplicación del Tratado de
Lisboa, la adhesión de nuevos países, fundamentalmente los balcánicos, Turquía, e Islandia.
Jerarquía de las normas de la Unión Europea (UE)
El derecho de la Unión Europea se basa en el derecho primario y el derecho secundario (o
derivado). El derecho primario está constituido por los Tratados, los principios generales
establecidos por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y los acuerdos
internacionales. El derecho derivado está constituido por todos los actos que permiten ejercer
las competencias de la Unión.
90
2. DERECHO DERIVADO DE LA UNION EUROPEA
El Derecho de la Unión Europea (anteriormente conocido como Derecho comunitario o de las
Comunidades Europeas) es el conjunto de normas y principios que determinan el
funcionamiento, corporación y competencias de la Unión Europea. Se caracteriza por tratarse
de un orden jurídico sui generis, diferenciado del Derecho internacional así como del orden
jurídico interno de los países miembros. Su mecánica se engloba bajo una categoría propia
denominada sistema comunitario o comunitarismo.
Su nombre anterior derivaba de las Comunidades Europeas (CE), creadas en los años cincuenta
(Comunidad Europea del Carbón y del Acero, Comunidad Económica Europea y Comunidad
Europea de la Energía Atómica). Con el Tratado de la Unión Europea (TUE, más conocido como
Tratado de Maastricht), de 1992, estas tres Comunidades quedan englobadas dentro de la Unión
Europea. Tras la última reforma del TUE, operada por el Tratado de Lisboa, se sustituye el
adjetivo «comunitario» por la perífrasis «de la Unión Europea», ya que la Comunidad Europea
desaparece.
No debe confundirse el Derecho comunitario europeo con el Derecho emanado del Consejo de
Europa.
El Derecho de la Unión Europea es el fundamento jurídico necesario de todo el sistema político
comunitario europeo.
Efecto directo y Derecho derivado
El alcance del efecto directo del Derecho derivado es variable según el tipo de acto. Por cuanto
se refiere a los reglamentos comunitarios, el Tribunal de Justicia ha reconocido su efecto directo
completo; las decisiones individuales de las que el Estado es el único destinatario, el Tribunal de
Justicia sólo ha aceptado el efecto directo vertical; en cuanto a las directivas, el Tribunal de
Justicia les ha reconocido efecto directo. No obstante, precisó que el efecto directo era de
carácter exclusivamente vertical. Además sólo rige a partir de la expiración del plazo de
transposición. Por último, las directivas deben cumplir las condiciones impuestas en la sentencia
“Van Gend en Loos” para que se les reconozca el efecto directo; por lo que se refiere al Derecho
convencional y, en particular, el generado por los compromisos internacionales de las
Comunidades, el Tribunal de Justicia aceptó aplicar los criterios sentados por la sentencia “Van
Gend en Loos”, y por último, los instrumentos del tercer pilar y el Tratado de la Unión
Europea(tratado UE) son explícitos: las decisiones marco y las decisiones] carecen de efectos
directos.
3. INSTITUCIONES DE LA UNIÓN EUROPEA
La Unión Europea está formada por una serie de organizaciones supranacionales, es decir,
instituciones que se hallan por encima de los Estados. Instituciones más importantes son:
EL CONSEJO EUROPEO.
91
El Consejo Europeo está formado por los jefes de estados o de gobierno de los estados
miembros.
Es el máximo órgano político de la UE y está encargado de definir las orientaciones generales de
actuación y desarrollo.
EL CONSEJO DE MINISTROS.
El consejo de ministros está integrado por representantes de los estados. En ocasiones se reúnen
los ministros de asuntos exteriores de los distintos países miembros.
En el consejo de ministros de toman las decisiones más importantes y se coordinan
las actuaciones de las distintos estados. La decisión se toma por mayoría.
EL PARLAMENTO EUROPEO.
El Parlamento Europeo es elegido por sufragio universal. Cada estado elige a sus representantes
al parlamento. Estos se organizan en grupos políticos, según los partidos que representan.
El Parlamento Europeo ejerce la función legislativa, es decir, puede hacer y reformar leyes; y
aprueba los presupuestos de la UE. Controla al Consejo de Ministros y a la Comisión Europea.
LA COMISION EUROPEA.
La Comisión Europea ejerce la función ejecutiva. Garantiza el cumplimiento de las normativas,
propone los textos de ley que se presentan al parlamento y al Consejo de Ministros.
La comisión está formada por el presidente y los comisarios.
TRIBUNAL DE JUSTICIA.
Ejerce la función judicial. Garantiza el respeto, la interpretación y el cumplimiento de las leyes
comunitarias. Está formado por un juez de cada país miembro, que se renueva cada cinco años.
DEFENSOR DEL PUEBLO.
Puede ser consultado por los ciudadanos de los estados miembros se consideran que han sido
tratados injustamente por alguna institución.
OTRAS INSTITUCIONES.
Banco Central Europeo: gestiona el euro y la política monetaria de la unión europea.
Tribunal de Cuentas: encargado de controlar los gastos de la unión.
El Comité de las Regiones: representa a las autoridades locales y regionales.
Banco Europeo de Inversiones: órgano que financia el desarrollo de los sectores
económicos comunitarios.
Consejo Económico y Social: representante de la sociedad civil organizada.
4. LA COOPERACIÓN POLICIAL
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y la desaparición de los «pilares» (1.1.5), la Unión
Europea se ha dotado de más medios para fomentar la cooperación policial, al tiempo que se ha
reforzado el control parlamentario sobre el desarrollo de dicha cooperación. La herramienta
principal de esta cooperación, que se completa con la cooperación aduanera, es la Oficina
Europea de Policía (Europol). Sin embargo, en el marco de «la arquitectura europea de seguridad
interna» que está en proceso de implantación, la cooperación policial y aduanera es inseparable
92
del respeto de los derechos fundamentales (2.1.2) y de los avances en el ámbito de la
cooperación judicial en materia penal (5.12.6). Por otra parte, en un contexto en el que gana
protagonismo la preocupación por el terrorismo, esta cooperación no puede ignorar la
dimensión exterior (6.1.1), en particular la problemática específica asociada a la protección de
los datos de carácter personal (5.12.8).
Fundamentos jurídicos
Artículos 33, 87, 88 y 89 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Objetivos
El objetivo de la cooperación policial es contribuir a que la Unión constituya un espacio de
libertad, seguridad y justicia en el que se respeten los derechos fundamentales, mediante la
asociación de todas las autoridades competentes de los Estados miembros, incluidos los
servicios policiales, los servicios aduaneros y otros servicios de seguridad especializados en la
prevención y detección de infracciones penales y en la realización de investigaciones en la
materia. En la práctica, esta cooperación tiene como objetivo esencial cualquier forma grave de
delincuencia (delincuencia organizada, tráfico de drogas, trata de seres humanos), así como las
actividades terroristas.
Resultados
Comienzos
La cooperación policial entre representantes de los Estados miembros se inició en 1976 a través
del «Grupo de Trevi». Más adelante, el Tratado de Maastricht estableció las cuestiones de
interés común que justificaban una cooperación policial (terrorismo, drogas u otras formas de
delincuencia internacional) y ofreció la posibilidad de crear una «Oficina Europea de Policía»
(Europol), lo que en un primer momento solamente se tradujo en el establecimiento de una
unidad europea de estupefacientes: la «Unidad de Drogas Europol». El Convenio Europol se
firmó el 26 de julio de 1995. La Oficina no comenzó sus actividades de manera oficial hasta el 1
de julio de 1999, con unas competencias reforzadas por el Tratado de Ámsterdam (firmado el 2
de octubre de 1997). Sin embargo, entre tanto, la cooperación policial había ido avanzando
desde 1985, en un principio a instancia de un número limitado de Estados miembros,
paralelamente a la creación del «Espacio Schengen» de libre circulación de personas (2.1.3 y
5.12.4 sobre la gestión de las fronteras exteriores). Con la entrada en vigor del Tratado de
Ámsterdam, el «acervo de Schengen» vinculado a la cooperación policial se incorporó al
Derecho de la Unión, pero en el marco del «tercer pilar» intergubernamental. El mismo método
se usó para las medidas de cooperación policial (intercambio de datos genéticos, en particular)
adoptadas en el Tratado de Prüm por un número limitado de Estados miembros, y más adelante
retomadas para el conjunto de la Unión a través de la Decisión 2008/615/JAI del Consejo, de 23
de junio de 2008.
93
Marco institucional vigente
El TFUE, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, lo ha simplificado notablemente: las
medidas relativas a la cooperación policial son ahora en su mayor parte adoptadas mediante el
procedimiento legislativo ordinario, por tanto en codecisión con el Parlamento Europeo y por
mayoría cualificada en el Consejo de la Unión Europea, y se someten al control del Tribunal de
Justicia. Sin embargo, más allá de las particularidades del espacio de libertad, seguridad y justicia
(excepciones relativas al Reino Unido, Irlanda y Dinamarca; papel reforzado de los Parlamentos
nacionales, véanse los Protocolos nos 1, 2, 21 y 22 anejos al TFUE), el ámbito de la cooperación
policial, junto con el de la cooperación judicial en materia penal, conserva unas características
originales propias:
la Comisión comparte su poder de iniciativa con los Estados miembros, siempre que
estos representen a una cuarta parte de los miembros del Consejo (artículo 76 del
TFUE);
en lo tocante a las medidas de cooperación operativa, el Parlamento Europeo solamente
es consultado; por otra parte, en ausencia de unanimidad dentro del Consejo (requerida
a priori), el establecimiento de una eventual cooperación reforzada entre los Estados
miembros que la deseen (un mínimo de nueve) está subordinado a un examen
suspensivo por parte del Consejo Europeo, con el fin de alcanzar un consenso
(mecanismo conocido como «freno de emergencia», artículo 87, apartado 3, del TFUE);
los actos adoptados con anterioridad a la entrada en vigor del TFUE no podrán ser objeto
de recurso por incumplimiento o de una cuestión prejudicial antes de cinco años
(Protocolo nº 36 anejo al TFUE).
Agencias y otros organismos de cooperación policial
1.Oficina Europea de Policía (Europol)
La función de Europol consiste en mejorar la eficacia de las autoridades nacionales de policía y
de otras autoridades similares, facilitando su cooperación en materia de prevención y de lucha
contra el terrorismo, el tráfico de estupefacientes y otras formas graves de delincuencia
internacional.
Desde el 1 de enero de 2010, Europol es una agencia comunitaria, financiada por el presupuesto
de la UE, que cuenta con más de 700 agentes (incluidos 130 funcionarios de enlace) destinados
en el cuartel general de La Haya (Países Bajos). La actividad principal de Europol se centra en la
mejora del intercambio de información entre autoridades policiales. Con ese objetivo, Europol
realiza una evaluación de la amenaza que representa la delincuencia grave y organizada
(«SOCTA», por su siglas en inglés, Serious and Organised Crime Threat Assessment), en la que
se basan las decisiones del Consejo, pero igualmente un informe sobre la situación y las
tendencias del terrorismo en la UE, conocido como «TE‐SAT». Europol carece de poderes
coercitivos, para realizar detenciones o llevar a cabo búsquedas, pero sus poderes operativos se
han ido incrementando progresivamente: así, el Acto del Consejo de 28 de noviembre de 2002
permitió la participación de Europol en equipos conjuntos de investigación, así como que
Europol pudiese solicitar a los Estados miembros la apertura de investigaciones penales.
94
Por último, en virtud de la Decisión del Consejo de 27 de marzo de 2000, se autorizó a Europol
a entablar negociaciones con el fin de celebrar acuerdos con terceros Estados y organismos no
pertenecientes a la UE. Gracias a ello, Europol ha firmado en particular acuerdos de cooperación
con Interpol y los Estados Unidos. El 27 de marzo de 2013, la Comisión presentó al Parlamento
Europeo y al Consejo una propuesta legislativa por la que se modifica la actual Decisión relativa
a Europol. En su Posición final sobre la propuesta, aprobada el 25 de febrero de 2014, el
Parlamento Europeo rechaza la fusión entre Europol y la CEPOL defendida por la Comisión.
Propone que se refuerce el régimen de protección de datos para Europol, se mejore su
gobernanza aumentando su eficacia y se incremente su nivel de rendición de cuentas ante el
Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales mediante la creación de un Grupo de Control
Parlamentario Conjunto.
2.Escuela Europea de Policía (CEPOL)
La formación de los agentes de policía constituye un aspecto muy importante de la cooperación
policial. Con esta finalidad, se creó, en el año 2000, la CEPOL, que en un primer momento adoptó
la forma de una red que agrupaba las academias nacionales de formación ya existentes, y que
más adelante, en 2005, se convirtió en una agencia de la Unión Europea (Decisión 2005/681/JAI
del Consejo, de 20 de septiembre de 2005). A raíz de que el Reino Unido comunicara que ya no
deseaba albergar la sede de la CEPOL en su territorio y con vistas a mantener la independencia
de la CEPOL como una agencia autónoma, se han tomado las disposiciones oportunas para que
la CEPOL se ubique temporalmente en Budapest a la espera de que pueda encontrarse una
solución a largo plazo para el futuro de esta Agencia.
3.Comité permanente de cooperación operativa en materia de seguridad interior (COSI)
Desde sus inicios, la cooperación operativa ha constituido el principal obstáculo para el
desarrollo de la cooperación policial. Aparte de los tímidos avances realizados a través de
Europol anteriormente mencionados (equipos conjuntos de investigación), en un primer
momento la cooperación operativa se limitó a la celebración de una reunión bianual, a partir del
año 2000, de un grupo de trabajo compuesto por los jefes de los servicios de seguridad interior
de varios países europeos (el «Club de Berna»), estructura informal de intercambio de
información en ámbitos como el contraespionaje, la delincuencia organizada y el terrorismo. El
Tratado de Lisboa va más lejos gracias a la creación del COSI (Decisión del Consejo, de 25 de
febrero de 2010, por la que se crea el Comité permanente de cooperación operativa en materia
de seguridad interior). Sus tareas son:
la evaluación de la orientación general y de las deficiencias de la cooperación operativa;
la formulación de recomendaciones concretas;
la asistencia al Consejo en virtud de la «cláusula de solidaridad» (artículo 222 del TFUE).
Sin embargo, no se trata de un FBI europeo, capaz de llevar a cabo operaciones por su cuenta,
ni interviene en el procedimiento legislativo. Actúa desde las capitales nacionales, para
garantizar el carácter operativo de su cometido, a través de los representantes de los Estados
miembros, y recibe el apoyo de los consejeros de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) de las
representaciones permanentes en Bruselas. También puede asociarse a representantes de otros
95
organismos interesados en la seguridad interior, como Eurojust (5.12.6 sobre la cooperación
judicial en materia penal) o Frontex (5.12.4 sobre la gestión de las fronteras exteriores).
4.Intcen
El Centro de Análisis de Inteligencia de la UE (Intcen) no es un organismo de cooperación policial
propiamente dicho, dado que forma parte del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). No
obstante, contribuye a dicha cooperación policial, ya que efectúa una evaluación de las
amenazas basándose en la información que le proporcionan los servicios de inteligencia, las
fuerzas militares, los diplomáticos y los cuerpos policiales. Asimismo, el Intcen puede realizar
aportaciones útiles en términos operativos, como el suministro de información acerca de los
destinos, las motivaciones y los circuitos de desplazamiento de los terroristas, con el fin de
sensibilizar al conjunto de los Estados miembros y de ayudarles a tomar las medidas adecuadas.
Papel del Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo reiteró, a través de su completa Resolución, de 25 de noviembre de 2009,
sobre el Programa de Estocolmo, sus principales preocupaciones en relación con el desarrollo
del espacio de libertad, seguridad y justicia, en general, y la cooperación policial, en particular:
necesidad absoluta de buscar el equilibrio adecuado entre libertad y seguridad
(apartado 7: por ejemplo, expresa su preocupación por la práctica cada vez más
extendida de elaboración de perfiles con fines preventivos y policiales (apartado 88), y
destaca la necesidad de fijar unos límites más claros y rigurosos en relación con el
intercambio de información entre los Estados miembros, así como en lo que se refiere
a la utilización de registros comunes en la Unión Europea (apartado 93));
coherencia en el enfoque de las cuestiones de seguridad (apartados 116 y 124: «critica
la inexistencia de un plan global en el que se establezcan los objetivos generales y el
planteamiento de la estrategia de seguridad y gestión de fronteras […] que aúne los
esfuerzos y los recursos de que disponen los Estados miembros, las instituciones
europeas, las agencias especializadas de la Unión Europea y las redes de intercambio de
información»);
necesidad de controlar la eficacia de la aplicación de las políticas europeas en la
materia (apartado 14: «considera que debe darse prioridad a la reducción de la
importante divergencia existente entre las normas y las políticas adoptadas a nivel
europeo y su aplicación a nivel nacional»; y apartado 138: «una evaluación objetiva del
valor añadido de las agencias, redes e intercambios de información de la Unión Europea;
manifiesta su intención de seguir de cerca, junto con los Parlamentos nacionales, todas
las actividades realizadas por el Consejo en el contexto de la cooperación operativa en
materia de seguridad interna de la Unión Europea»);
hincapié en determinados aspectos de la delincuencia: el Parlamento Europeo
reconoce «el imperativo de la protección de los ciudadanos contra el terrorismo y la
delincuencia organizada» (apartado 118) y también destaca la importancia de la lucha
contra los delitos inspirados por el racismo y el odio (apartados 26 y 31), la violencia
contra las mujeres (apartado 32) y los niños (apartado 76), el tráfico de seres humanos
(apartado 126), la corrupción (apartado 127) y la delincuencia informática (apartado
129);
promoción del desarrollo de una cooperación más operativa (apartado 131: «aboga
por el desarrollo de políticas más eficaces y orientadas a los resultados, con el fin de
96
avanzar en la cooperación policial y judicial en asuntos penales, asociando a Europol y
Eurojust de forma más sistemática en las investigaciones, en particular en los casos de
delincuencia organizada, fraude, corrupción y otros delitos graves que representen un
riesgo importante para la seguridad de los ciudadanos y los intereses financieros de la
Unión Europea»), a través del fomento del conocimiento y la confianza mutuos,
promoviendo la organización de actividades de formación comunes y la creación de
equipos conjuntos de cooperación policial y de un programa de intercambio de
estudiantes en colaboración con la Escuela Europea de Policía (apartado 134).
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo ha obtenido unos poderes
notablemente reforzados para contribuir a la definición de las normas legislativas que rigen la
cooperación policial, pero también para controlar, en parte mediante el ejercicio de sus
competencias en materia presupuestaria, a los organismos que intervienen en este ámbito. Ya
ha dado pruebas evidentes de su intención de utilizar estos nuevos poderes, por ejemplo
denegando la aprobación de la gestión del presupuesto de la Escuela Europea de Policía (CEPOL)
para el ejercicio de 2008. Asimismo, ha anunciado claramente su intención de participar de
manera efectiva en la redefinición del marco jurídico de Europol (apartado 148) y de las
modalidades concretas del control que ejercerá, conjuntamente con los Parlamentos
nacionales, no solamente en lo relativo al control de esta agencia, sino, en general, en la
evaluación de las políticas de seguridad (apartado 13). En este marco, el Parlamento podría
manifestarse en un futuro sobre aspectos más concretos de la cooperación policial (por ejemplo,
acerca de la evaluación SOCTA o del informe TE‐SAT, ambos realizados por Europol). Sin
embargo, cabe señalar que el COSI queda fuera del ámbito de competencias del Parlamento
Europeo, que solamente es informado acerca de sus actividades, al igual que los Parlamentos
nacionales.
97
1. LEY 6/1997, DE 14 DE ABRIL, DE ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DE LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO.
TÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO I
Principios de organización, funcionamiento y relaciones con los ciudadanos
Artículo 1 Ámbito de aplicación
La presente Ley regula, en el marco del régimen jurídico común a todas las Administraciones
públicas, la organización y el funcionamiento de la Administración General del Estado y los
Organismos públicos vinculados o dependientes de ella, para el desarrollo de su actividad.
Los Organismos públicos son las Entidades de Derecho público que desarrollan actividades
derivadas de la propia Administración General del Estado en calidad de organizaciones
instrumentales diferenciadas y dependientes de ésta.
Artículo 2 Personalidad jurídica y competencia
1. La Administración General del Estado, bajo la dirección del Gobierno y con sometimiento
pleno a la Ley y al Derecho, sirve con objetividad los intereses generales, desarrollando
funciones ejecutivas de carácter administrativo.
2. La Administración General del Estado, constituida por órganos jerárquicamente ordenados,
actúa con personalidad jurídica única.
3. Los Organismos públicos previstos en el Título III de esta Ley tienen por objeto la realización
de actividades de ejecución o gestión tanto administrativas de fomento o prestación, como de
contenido económico reservadas a la Administración General del Estado; dependen de ésta y se
adscriben, directamente o a través de otro Organismo público, al Ministerio competente por
razón de la materia, a través del órgano que en cada caso se determine.
98
4. Las potestades y competencias administrativas que, en cada momento tengan atribuidas la
Administración General del Estado y sus Organismos públicos por el ordenamiento jurídico,
determinan la capacidad de obrar de una y otros.
5. Los órganos que integran la Administración General del Estado y sus Organismos públicos
extienden su competencia a todo el territorio español, salvo cuando las normas que les sean de
aplicación la limiten expresamente a una parte del mismo.
Artículo 3 Principios de organización y funcionamiento
La Administración General del Estado se organiza y actúa, con pleno respeto al principio de
legalidad, y de acuerdo con los otros principios que a continuación se mencionan:
1. De organización.
a) Jerarquía.
b) Descentralización funcional.
c) Desconcentración funcional y territorial.
d) Economía, suficiencia y adecuación estricta de los medios a los fines
institucionales.
e) Simplicidad, claridad y proximidad a los ciudadanos.
f) Coordinación.
2. De funcionamiento.
a) Eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados.
b) Eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos.
c) Programación y desarrollo de objetivos y control de la gestión y de los
resultados.
d) Responsabilidad por la gestión pública.
e) Racionalización y agilidad de los procedimientos administrativos y de las
actividades materiales de gestión.
f) Servicio efectivo a los ciudadanos.
g) Objetividad y transparencia de la actuación administrativa.
h) Cooperación y coordinación con las otras Administraciones públicas.
Artículo 4 Principio de servicio a los ciudadanos
1. La actuación de la Administración General del Estado debe asegurar a los ciudadanos:
a) La efectividad de sus derechos cuando se relacionen con la Administración.
b) La continua mejora de los procedimientos, servicios y prestaciones públicas, de acuerdo
con las políticas fijadas por el Gobierno y teniendo en cuenta los recursos disponibles,
determinando al respecto las prestaciones que proporcionan los servicios estatales, sus
contenidos y los correspondientes estándares de calidad.
99
2. La Administración General del Estado desarrollará su actividad y organizará las dependencias
administrativas y, en particular, las oficinas periféricas, de manera que los ciudadanos:
a) Puedan resolver sus asuntos, ser auxiliados en la redacción formal de documentos
administrativos y recibir información de interés general por medios telefónicos, informáticos y
telemáticos.
b) Puedan presentar reclamaciones sin el carácter de recursos administrativos sobre el
funcionamiento de las dependencias administrativas.
3. Todos los Ministerios mantendrán permanentemente actualizadas y a disposición de los
ciudadanos en las unidades de información correspondientes, el esquema de su organización y
la de los organismos dependientes, y las guías informativas sobre los procedimientos
administrativos, servicios y prestaciones aplicables en el ámbito de la competencia del
Ministerio y de sus Organismos públicos.
CAPÍTULO II
La organización administrativa
Artículo 5 Órganos administrativos
1. Los órganos de la Administración General del Estado y de sus Organismos públicos se crean,
modifican y suprimen conforme a lo establecido en la presente Ley.
2. Tendrán la consideración de órganos las unidades administrativas a las que se les atribuyan
funciones que tengan efectos jurídicos frente a terceros, o cuya actuación tenga carácter
preceptivo.
Artículo 6 Órganos superiores y órganos directivos
1. La organización de la Administración General del Estado responde a los principios de división
funcional en Departamentos ministeriales y de gestión territorial integrada en Delegaciones del
Gobierno en las Comunidades Autónomas, salvo las excepciones previstas por esta Ley.
2. En la organización central son órganos superiores y órganos directivos:
A) Órganos superiores:
a) Los Ministros.
b) Los Secretarios de Estado.
B) Órganos directivos:
100
a) Los Subsecretarios y Secretarios generales.
b) Los Secretarios generales técnicos y Directores generales.
c) Los Subdirectores generales.
3. En la organización territorial de la Administración General del Estado son órganos directivos
tanto los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas, que tendrán rango de
Subsecretario, como los Subdelegados del Gobierno en las provincias, los cuales tendrán nivel
de Subdirector general.
4. En la Administración General del Estado en el exterior son órganos directivos los embajadores
y representantes permanentes ante Organizaciones internacionales.
5. Los órganos superiores y directivos tienen además la condición de alto cargo, excepto los
Subdirectores generales y asimilados.
6. Todos los demás órganos de la Administración General del Estado se encuentran bajo la
dependencia o dirección de un órgano superior o directivo.
7. Los estatutos de los Organismos públicos determinarán sus respectivos órganos directivos.
8. Corresponde a los órganos superiores establecer los planes de actuación de la organización
situada bajo su responsabilidad y a los órganos directivos su desarrollo y ejecución.
10. Los titulares de los órganos directivos son nombrados, atendiendo a criterios de
competencia profesional y experiencia, en la forma establecida en esta Ley, siendo de aplicación
al desempeño de sus funciones:
a) La responsabilidad profesional, personal y directa por la gestión desarrollada.
b) La sujeción al control y evaluación de la gestión por el órgano superior o directivo
competente, sin perjuicio del control establecido por la Ley General Presupuestaria.
Artículo 7 Elementos organizativos básicos
1. Las unidades administrativas son los elementos organizativos básicos de las estructuras
orgánicas. Las unidades comprenden puestos de trabajo o dotaciones de plantilla vinculados
funcionalmente por razón de sus cometidos y orgánicamente por una jefatura común. Pueden
existir unidades administrativas complejas, que agrupen dos o más unidades menores.
2. Los jefes de las unidades administrativas son responsables del correcto funcionamiento de la
unidad y de la adecuada ejecución de las tareas asignadas a la misma.
101
3. Las unidades administrativas se establecen mediante las relaciones de puestos de trabajo,
que se aprobarán de acuerdo con su regulación específica, y se integran en un determinado
órgano.
2. EL GOBIERNO: COMPOSICIÓN, ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES
Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno.
TÍTULO I
Del Gobierno: composición, organización y órganos de colaboración y apoyo
CAPÍTULO I
Del Gobierno, su composición, organización y funciones
Artículo. 1 Del Gobierno
1. El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa
del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la
Constitución y las leyes.
2. El Gobierno se compone del Presidente, del Vicepresidente o Vicepresidentes, en su caso, y
de los Ministros.
3. Los miembros del Gobierno se reúnen en Consejo de Ministros y en Comisiones Delegadas
del Gobierno.
Artículo 2 Del Presidente del Gobierno
1. El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros
del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de los Ministros en su
gestión.
2. En todo caso, corresponde al Presidente del Gobierno:
a) Representar al Gobierno.
b) Establecer el programa político del Gobierno y determinar las directrices de la política
interior y exterior y velar por su cumplimiento.
c) Proponer al Rey, previa deliberación del Consejo de Ministros, la disolución del Congreso,
del Senado o de las Cortes Generales.
d) Plantear ante el Congreso de los Diputados, previa deliberación del Consejo de Ministros,
la cuestión de confianza.
102
e) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum consultivo, previa autorización del
Congreso de los Diputados.
f) Dirigir la política de defensa y ejercer respecto de las Fuerzas Armadas las funciones
previstas en la legislación reguladora de la defensa nacional y de la organización militar.
g) Convocar, presidir y fijar el orden del día de las reuniones del Consejo de Ministros, sin
perjuicio de lo previsto en el artículo 62.g) de la Constitución
h) Refrendar, en su caso, los actos del Rey y someterle, para su sanción, las leyes y demás
normas con rango de ley, de acuerdo con lo establecido en los artículos 64 y 91 de la
Constitución.
i) Interponer el recurso de inconstitucionalidad.
j) Crear, modificar y suprimir, por Real Decreto, los Departamentos Ministeriales, así como
las Secretarías de Estado, Asimismo, le corresponde la aprobación de la estructura orgánica
de la Presidencia del Gobierno.
k) Proponer al Rey el nombramiento y separación de los Vicepresidentes y de los Ministros.
l) Resolver los conflictos de atribuciones que puedan surgir entre los diferentes Ministerios.
m) Impartir instrucciones a los demás miembros del Gobierno.
n) Ejercer cuantas otras atribuciones le confieran la Constitución y las leyes.
Artículo 3 Del Vicepresidente o Vicepresidentes del Gobierno
1. Al Vicepresidente o Vicepresidentes, cuando existan, les corresponderá el ejercicio de las
funciones que les encomiende el Presidente.
2. El Vicepresidente que asuma la titularidad de un Departamento Ministerial, ostentará,
además, la condición de Ministro.
Artículo 4 De los Ministros
1. Los Ministros, como titulares de sus Departamentos, tienen competencia y responsabilidad
en la esfera específica de su actuación, y les corresponde el ejercicio de las siguientes funciones:
a) Desarrollar la acción del Gobierno en el ámbito de su Departamento, de conformidad con
los acuerdos adoptados en Consejo de Ministros o con las directrices del Presidente del
Gobierno.
b) Ejercer la potestad reglamentaria en las materias propias de su Departamento.
c) Ejercer cuantas otras competencias les atribuyan las leyes, las normas de organización y
funcionamiento del Gobierno y cualesquiera otras disposiciones.
103
d) Refrendar, en su caso, los actos del Rey en materia de su competencia.
2. Además de los Ministros titulares de un Departamento, podrán existir Ministros sin cartera, a
los que se les atribuirá la responsabilidad de determinadas funciones gubernamentales.
Artículo 5 Del Consejo de Ministros
1. Al Consejo de Ministros, como órgano colegiado del Gobierno, le corresponde:
a) Aprobar los proyectos de ley y su remisión al Congreso de los Diputados o, en su caso, al
Senado.
b) Aprobar el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
c) Aprobar los Reales Decretos‐Leyes y los Reales Decretos Legislativos.
d) Acordar la negociación y firma de Tratados internacionales, así como su aplicación
provisional
e) Remitir los Tratados internacionales a las Cortes Generales en los términos previstos en
los artículos 94 y 96.2 de la Constitución.
f) Declarar los estados de alarma y de excepción y proponer al Congreso de los Diputados la
declaración del estado de sitio.
g) Disponer la emisión de Deuda Pública o contraer crédito, cuando haya sido autorizado
por una Ley.
h) Aprobar los reglamentos para el desarrollo y la ejecución de las leyes, previo dictamen
del Consejo de Estado, así como las demás disposiciones reglamentarias que procedan.
i) Crear, modificar y suprimir los órganos directivos de los Departamentos Ministeriales.
j) Adoptar programas, planes y directrices vinculantes para todos los órganos de la
Administración General del Estado.
k) Ejercer cuantas otras atribuciones le confieran la Constitución, las leyes y cualquier otra
disposición.
2. A las reuniones del Consejo de Ministros podrán asistir los Secretarios de Estado cuando sean
convocados.
3. Las deliberaciones del Consejo de Ministros serán secretas.
Artículo 6 De las Comisiones Delegadas del Gobierno
104
1. La creación, modificación y supresión de las Comisiones Delegadas del Gobierno será
acordada por el Consejo de Ministros mediante Real Decreto, a propuesta del Presidente del
Gobierno.
2. El Real Decreto de creación de una Comisión Delegada deberá especificar, en todo caso:
a) El miembro del Gobierno que asume la presidencia de la Comisión.
b) Los miembros del Gobierno y, en su caso, Secretarios de Estado que la integran.
c) Las funciones que se atribuyen a la Comisión.
d) El miembro de la Comisión al que corresponde la Secretaría de la misma.
3. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, podrán ser convocados a las reuniones de
las Comisiones Delegadas los titulares de aquellos otros órganos superiores y directivos de la
Administración General del Estado que se estime conveniente.
4. Corresponde a las Comisiones Delegadas, como órganos colegiados del Gobierno:
a) Examinar las cuestiones de carácter general que tengan relación con varios de los
Departamentos Ministeriales que integren la Comisión.
b) Estudiar aquellos asuntos que, afectando a varios Ministerios, requieran la elaboración
de una propuesta conjunta previa a su resolución por el Consejo de Ministros.
c) Resolver los asuntos que, afectando a más de un Ministerio, no requieran ser elevados al
Consejo de Ministros.
d) Ejercer cualquier otra atribución que les confiera el ordenamiento jurídico o que les
delegue el Consejo de Ministros.
5. Las deliberaciones de las Comisiones Delegadas del Gobierno serán secretas.
CAPÍTULO II
De los órganos de colaboración y apoyo del Gobierno
Artículo 7 De los Secretarios de Estado
1. Los Secretarios de Estado son órganos superiores de la Administración General del Estado,
directamente responsables de la ejecución de la acción del Gobierno en un sector de actividad
específica de un Departamento o de la Presidencia del Gobierno.
2. Actúan bajo la dirección del titular del Departamento al que pertenezcan. Cuando estén
adscritos a la Presidencia del Gobierno, actúan bajo la dirección del Presidente. Asimismo,
podrán ostentar por delegación expresa de sus respectivos Ministros la representación de éstos
en materias propias de su competencia, incluidas aquéllas con proyección internacional, sin
105
perjuicio, en todo caso, de las normas que rigen las relaciones de España con otros Estados y
con las Organizaciones internacionales.
3. Las competencias de los Secretarios de Estado son las que se determinan en la Ley de
Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado.
Artículo 8 De la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios
1. La Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios estará integrada por los
titulares de las Secretarías de Estado y por los Subsecretarios de los distintos Departamentos
Ministeriales.
2. La Presidencia de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios corresponde
a un Vicepresidente del Gobierno o, en su defecto, al Ministro de la Presidencia. La Secretaría
de la Comisión será ejercida por quien se determine reglamentariamente.
3. Las reuniones de la Comisión tienen carácter preparatorio de las sesiones del Consejo de
Ministros. En ningún caso la Comisión podrá adoptar decisiones o acuerdos por delegación del
Gobierno.
4. Todos los asuntos que vayan a someterse a aprobación del Consejo de Ministros deben ser
examinados por la Comisión, excepto aquéllos que se determinen por las normas de
funcionamiento de aquél.
Artículo 9 Del Secretariado del Gobierno
1. El Secretariado del Gobierno, como órgano de apoyo del Consejo de Ministros, de las
Comisiones Delegadas del Gobierno y de la Comisión General de Secretarios de Estado y
Subsecretarios, ejercerá las siguientes funciones:
a) La asistencia al Ministro‐Secretario del Consejo de Ministros.
b) La remisión de las convocatorias a los diferentes miembros de los órganos colegiados
anteriormente enumerados.
c) La colaboración con las Secretarías Técnicas de las Comisiones Delegadas del Gobierno.
d) El archivo y custodia de las convocatorias, órdenes del día y actas de las reuniones.
e) Velar por la correcta y fiel publicación de las disposiciones y normas emanadas del
Gobierno que deban insertarse en el «Boletín Oficial del Estado».
2. El Secretariado del Gobierno se integra en la estructura orgánica del Ministerio de la
Presidencia.
Artículo 10 De los Gabinetes
1. Los Gabinetes son órganos de apoyo político y técnico del Presidente del Gobierno, de los
Vicepresidentes, de los Ministros y de los Secretarios de Estado. Los miembros de los Gabinetes
106
realizan tareas de confianza y asesoramiento especial sin que en ningún caso puedan adoptar
actos o resoluciones que correspondan legalmente a los órganos de la Administración General
del Estado o de las organizaciones adscritas a ella.
Particularmente les prestan su apoyo en el desarrollo de su labor política, en el cumplimiento
de las tareas de carácter parlamentario y en sus relaciones con las instituciones y la organización
administrativa.
2. A los Directores, Subdirectores y demás miembros de estos Gabinetes les corresponde el nivel
orgánico que reglamentariamente se determine.
3. El número y las retribuciones de sus miembros se determinan por el Consejo de Ministros
dentro de las consignaciones presupuestarias establecidas al efecto adecuándose, en todo caso,
a las retribuciones de la Administración General del Estado.
3. EL GOBIERNO EN FUNCIONES
TÍTULO IV
Del Gobierno en funciones
Artículo 21 Del Gobierno en funciones
1. El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de
confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su
Presidente.
2. El Gobierno cesante continúa en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno,
con las limitaciones establecidas en esta Ley.
3. El Gobierno en funciones facilitará el normal desarrollo del proceso de formación del nuevo
Gobierno y el traspaso de poderes al mismo y limitará su gestión al despacho ordinario de los
asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia debidamente acreditados
o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras
medidas.
4. El Presidente del Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades:
a) Proponer al Rey la disolución de alguna de las Cámaras, o de las Cortes Generales.
b) Plantear la cuestión de confianza.
c) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum consultivo.
5. El Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades:
107
a) Aprobar el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
b) Presentar proyectos de ley al Congreso de los Diputados o, en su caso, al Senado.
6. Las delegaciones legislativas otorgadas por las Cortes Generales quedarán en suspenso
durante todo el tiempo que el Gobierno esté en funciones como consecuencia de la celebración
de elecciones generales.
108
1. LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS: CONCEPTO Y CLASES. ADQUISICIÓN Y
PÉRDIDA DE LA CONDICIÓN DE FUNCIONARIO.
Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
TÍTULO II
Clases de personal al servicio de las Administraciones Públicas
Artículo 8 Concepto y clases de empleados públicos
1. Son empleados públicos quienes desempeñan funciones retribuidas en las Administraciones
Públicas al servicio de los intereses generales.
2. Los empleados públicos se clasifican en:
a) Funcionarios de carrera.
b) Funcionarios interinos.
c) Personal laboral, ya sea fijo, por tiempo indefinido o temporal.
d) Personal eventual.
Artículo 9 Funcionarios de carrera
1. Son funcionarios de carrera quienes, en virtud de nombramiento legal, están vinculados a una
Administración Pública por una relación estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para
el desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter permanente.
2. En todo caso, el ejercicio de las funciones que impliquen la participación directa o indirecta
en el ejercicio de las potestades públicas o en la salvaguardia de los intereses generales del
Estado y de las Administraciones Públicas corresponden exclusivamente a los funcionarios
públicos, en los términos que en la ley de desarrollo de cada Administración Pública se
establezca.
Téngase en cuenta que la disposición adicional vigésima tercera del R.D. Legislativo 2/2011, de
5 de septiembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de
la Marina Mercante («B.O.E.» 20 octubre), establece que no será de aplicación al personal de
los organismos portuarios lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 9 de la Ley 7/2007, de 12 de
abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
109
Artículo 10 Funcionarios interinos
1. Son funcionarios interinos los que, por razones expresamente justificadas de necesidad y
urgencia, son nombrados como tales para el desempeño de funciones propias de funcionarios
de carrera, cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias:
a) La existencia de plazas vacantes cuando no sea posible su cobertura por funcionarios de
carrera.
b) La sustitución transitoria de los titulares.
c) La ejecución de programas de carácter temporal.
d) El exceso o acumulación de tareas por plazo máximo de seis meses, dentro de un periodo
de doce meses.
2. La selección de funcionarios interinos habrá de realizarse mediante procedimientos ágiles que
respetarán en todo caso los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad.
3. El cese de los funcionarios interinos se producirá, además de por las causas previstas en el
artículo 63, cuando finalice la causa que dio lugar a su nombramiento.
4. En el supuesto previsto en la letra a) del apartado 1 de este artículo, las plazas vacantes
desempeñadas por funcionarios interinos deberán incluirse en la oferta de empleo
correspondiente al ejercicio en que se produce su nombramiento y, si no fuera posible, en la
siguiente, salvo que se decida su amortización.
5. A los funcionarios interinos les será aplicable, en cuanto sea adecuado a la naturaleza de su
condición, el régimen general de los funcionarios de carrera.
Artículo 11 Personal laboral
1. Es personal laboral el que en virtud de contrato de trabajo formalizado por escrito, en
cualquiera de las modalidades de contratación de personal previstas en la legislación laboral,
presta servicios retribuidos por las Administraciones Públicas. En función de la duración del
contrato éste podrá ser fijo, por tiempo indefinido o temporal.
2. Las Leyes de Función Pública que se dicten en desarrollo de este Estatuto establecerán los
criterios para la determinación de los puestos de trabajo que pueden ser desempeñados por
personal laboral, respetando en todo caso lo establecido en el artículo 9.2.
Artículo 12 Personal eventual
1. Es personal eventual el que, en virtud de nombramiento y con carácter no permanente, sólo
realiza funciones expresamente calificadas como de confianza o asesoramiento especial, siendo
retribuido con cargo a los créditos presupuestarios consignados para este fin.
2. Las leyes de Función Pública que se dicten en desarrollo de este Estatuto determinarán los
órganos de gobierno de las Administraciones Públicas que podrán disponer de este tipo de
110
personal. El número máximo se establecerá por los respectivos órganos de gobierno. Este
número y las condiciones retributivas serán públicas.
3. El nombramiento y cese serán libres. El cese tendrá lugar, en todo caso, cuando se produzca
el de la autoridad a la que se preste la función de confianza o asesoramiento.
4. La condición de personal eventual no podrá constituir mérito para el acceso a la Función
Pública o para la promoción interna.
5. Al personal eventual le será aplicable, en lo que sea adecuado a la naturaleza de su condición,
el régimen general de los funcionarios de carrera.
SUBTÍTULO I
Personal directivo
Artículo 13 Personal directivo profesional
El Gobierno y los Órganos de Gobierno de las Comunidades Autónomas podrán establecer, en
desarrollo de este Estatuto, el régimen jurídico específico del personal directivo así como los
criterios para determinar su condición, de acuerdo, entre otros, con los siguientes principios:
1. Es personal directivo el que desarrolla funciones directivas profesionales en las
Administraciones Públicas, definidas como tales en las normas específicas de cada
Administración.
2. Su designación atenderá a principios de mérito y capacidad y a criterios de idoneidad, y
se llevará a cabo mediante procedimientos que garanticen la publicidad y concurrencia.
3. El personal directivo estará sujeto a evaluación con arreglo a los criterios de eficacia y
eficiencia, responsabilidad por su gestión y control de resultados en relación con los
objetivos que les hayan sido fijados.
4. La determinación de las condiciones de empleo del personal directivo no tendrá la
consideración de materia objeto de negociación colectiva a los efectos de esta Ley. Cuando
el personal directivo reúna la condición de personal laboral estará sometido a la relación
laboral de carácter especial de alta dirección.
TÍTULO IV
Adquisición y pérdida de la relación de servicio
CAPÍTULO I
Acceso al empleo público y adquisición de la relación de servicio
111
Artículo 55 Principios rectores
1. Todos los ciudadanos tienen derecho al acceso al empleo público de acuerdo con los
principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, y de acuerdo con lo previsto en el
presente Estatuto y en el resto del ordenamiento jurídico.
2. Las Administraciones Públicas, entidades y organismos a que se refiere el artículo 2 del
presente Estatuto seleccionarán a su personal funcionario y laboral mediante procedimientos
en los que se garanticen los principios constitucionales antes expresados, así como los
establecidos a continuación:
a) Publicidad de las convocatorias y de sus bases.
b) Transparencia.
c) Imparcialidad y profesionalidad de los miembros de los órganos de selección.
d) Independencia y discrecionalidad técnica en la actuación de los órganos de selección.
e) Adecuación entre el contenido de los procesos selectivos y las funciones o tareas a
desarrollar.
f) Agilidad, sin perjuicio de la objetividad, en los procesos de selección.
Artículo 56 Requisitos generales
1. Para poder participar en los procesos selectivos será necesario reunir los siguientes requisitos:
a) Tener la nacionalidad española, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente.
b) Poseer la capacidad funcional para el desempeño de las tareas.
c) Tener cumplidos dieciséis años y no exceder, en su caso, de la edad máxima de jubilación
forzosa. Sólo por ley podrá establecerse otra edad máxima, distinta de la edad de jubilación
forzosa, para el acceso al empleo público.
d) No haber sido separado mediante expediente disciplinario del servicio de cualquiera de
las Administraciones Públicas o de los órganos constitucionales o estatutarios de las
Comunidades Autónomas, ni hallarse en inhabilitación absoluta o especial para empleos o
cargos públicos por resolución judicial, para el acceso al cuerpo o escala de funcionario, o
para ejercer funciones similares a las que desempeñaban en el caso del personal laboral, en
el que hubiese sido separado o inhabilitado. En el caso de ser nacional de otro Estado, no
hallarse inhabilitado o en situación equivalente ni haber sido sometido a sanción
disciplinaria o equivalente que impida, en su Estado, en los mismos términos el acceso al
empleo público.
e) Poseer la titulación exigida.
112
2. Las Administraciones Públicas, en el ámbito de sus competencias, deberán prever la selección
de empleados públicos debidamente capacitados para cubrir los puestos de trabajo en las
Comunidades Autónomas que gocen de dos lenguas oficiales.
3. Podrá exigirse el cumplimiento de otros requisitos específicos que guarden relación objetiva
y proporcionada con las funciones asumidas y las tareas a desempeñar. En todo caso, habrán de
establecerse de manera abstracta y general.
Artículo 57 Acceso al empleo público de nacionales de otros Estados
1. Los nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea podrán acceder, como personal
funcionario, en igualdad de condiciones que los españoles a los empleos públicos, con excepción
de aquellos que directa o indirectamente impliquen una participación en el ejercicio del poder
público o en las funciones que tienen por objeto la salvaguardia de los intereses del Estado o de
las Administraciones Públicas.
A tal efecto, los órganos de Gobierno de las Administraciones Públicas determinarán las
agrupaciones de funcionarios contempladas en el artículo 76 a las que no puedan acceder los
nacionales de otros Estados.
2. Las previsiones del apartado anterior serán de aplicación, cualquiera que sea su nacionalidad,
al cónyuge de los españoles y de los nacionales de otros Estados miembros de la Unión Europea,
siempre que no estén separados de derecho y a sus descendientes y a los de su cónyuge siempre
que no estén separados de derecho, sean menores de veintiún años o mayores de dicha edad
dependientes.
3. El acceso al empleo público como personal funcionario, se extenderá igualmente a las
personas incluidas en el ámbito de aplicación de los Tratados Internaciones celebrados por la
Unión Europea y ratificados por España en los que sea de aplicación la libre circulación de
trabajadores, en los términos establecidos en el apartado 1 de este artículo.
4. Los extranjeros a los que se refieren los apartados anteriores, así como los extranjeros con
residencia legal en España podrán acceder a las Administraciones Públicas, como personal
laboral, en igualdad de condiciones que los españoles.
5. Sólo por ley de las Cortes Generales o de las Asambleas Legislativas de las Comunidades
Autónomas podrá eximirse del requisito de la nacionalidad por razones de interés general para
el acceso a la condición de personal funcionario.
Artículo 58 Acceso al empleo público de funcionarios españoles de Organismos Internacionales
Las Administraciones Públicas establecerán los requisitos y condiciones para el acceso a las
mismas de funcionarios de nacionalidad española de Organismos Internacionales, siempre que
posean la titulación requerida y superen los correspondientes procesos selectivos. Podrán
quedar exentos de la realización de aquellas pruebas que tengan por objeto acreditar
conocimientos ya exigidos para el desempeño de su puesto en el organismo internacional
correspondiente.
113
Artículo 59 Personas con discapacidad
1. En las ofertas de empleo público se reservará un cupo no inferior al siete por ciento de las
vacantes para ser cubiertas entre personas con discapacidad, considerando como tales las
definidas en el apartado 2 del artículo 1 de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de
oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad,
siempre que superen los procesos selectivos y acrediten su discapacidad y la compatibilidad con
el desempeño de las tareas, de modo que progresivamente se alcance el dos por ciento de los
efectivos totales en cada Administración Pública.
La reserva del mínimo del siete por ciento se realizará de manera que, al menos, el dos por
ciento de las plazas ofertadas lo sea para ser cubiertas por personas que acrediten discapacidad
intelectual y el resto de las plazas ofertadas lo sea para personas que acrediten cualquier otro
tipo de discapacidad.
Número 1 del artículo 59 redactado por el artículo 11 de la Ley 26/2011, de 1 de agosto, de
adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad («B.O.E.» 2 agosto).Vigencia: 3 agosto 2011
2. Cada Administración Pública adoptará las medidas precisas para establecer las adaptaciones
y ajustes razonables de tiempos y medios en el proceso selectivo y, una vez superado dicho
proceso, las adaptaciones en el puesto de trabajo a las necesidades de las personas con
discapacidad.
Artículo 60 Órganos de selección
1. Los órganos de selección serán colegiados y su composición deberá ajustarse a los principios
de imparcialidad y profesionalidad de sus miembros, y se tenderá, asimismo, a la paridad entre
mujer y hombre.
2. El personal de elección o de designación política, los funcionarios interinos y el personal
eventual no podrán formar parte de los órganos de selección.
3. La pertenencia a los órganos de selección será siempre a título individual, no pudiendo
ostentarse ésta en representación o por cuenta de nadie.
Artículo 61 Sistemas selectivos
1. Los procesos selectivos tendrán carácter abierto y garantizarán la libre concurrencia, sin
perjuicio de lo establecido para la promoción interna y de las medidas de discriminación positiva
previstas en este Estatuto.
Los órganos de selección velarán por el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades
entre sexos.
2. Los procedimientos de selección cuidarán especialmente la conexión entre el tipo de pruebas
a superar y la adecuación al desempeño de las tareas de los puestos de trabajo convocados,
incluyendo, en su caso, las pruebas prácticas que sean precisas.
114
Las pruebas podrán consistir en la comprobación de los conocimientos y la capacidad analítica
de los aspirantes, expresados de forma oral o escrita, en la realización de ejercicios que
demuestren la posesión de habilidades y destrezas, en la comprobación del dominio de lenguas
extranjeras y, en su caso, en la superación de pruebas físicas.
3. Los procesos selectivos que incluyan, además de las preceptivas pruebas de capacidad, la
valoración de méritos de los aspirantes sólo podrán otorgar a dicha valoración una puntuación
proporcionada que no determinará, en ningún caso, por sí misma el resultado del proceso
selectivo.
4. Las Administraciones Públicas podrán crear órganos especializados y permanentes para la
organización de procesos selectivos, pudiéndose encomendar estas funciones a los Institutos o
Escuelas de Administración Pública.
5. Para asegurar la objetividad y la racionalidad de los procesos selectivos, las pruebas podrán
completarse con la superación de cursos, de periodos de prácticas, con la exposición curricular
por los candidatos, con pruebas psicotécnicas o con la realización de entrevistas. Igualmente
podrán exigirse reconocimientos médicos.
6. Los sistemas selectivos de funcionarios de carrera serán los de oposición y concurso‐oposición
que deberán incluir, en todo caso, una o varias pruebas para determinar la capacidad de los
aspirantes y establecer el orden de prelación.
Sólo en virtud de ley podrá aplicarse, con carácter excepcional, el sistema de concurso que
consistirá únicamente en la valoración de méritos.
7. Los sistemas selectivos de personal laboral fijo serán los de oposición, concurso‐oposición,
con las características establecidas en el apartado anterior, o concurso de valoración de méritos.
Las Administraciones Públicas podrán negociar las formas de colaboración que en el marco de
los convenios colectivos fijen la actuación de las Organizaciones Sindicales en el desarrollo de
los procesos selectivos.
8. Los órganos de selección no podrán proponer el acceso a la condición de funcionario de un
número superior de aprobados al de plazas convocadas, excepto cuando así lo prevea la propia
convocatoria.
No obstante lo anterior, siempre que los órganos de selección hayan propuesto el
nombramiento de igual número de aspirantes que el de plazas convocadas, y con el fin de
asegurar la cobertura de las mismas, cuando se produzcan renuncias de los aspirantes
seleccionados, antes de su nombramiento o toma de posesión, el órgano convocante podrá
requerir del órgano de selección relación complementaria de los aspirantes que sigan a los
propuestos, para su posible nombramiento como funcionarios de carrera.
Artículo 62 Adquisición de la condición de funcionario de carrera
1. La condición de funcionario de carrera se adquiere por el cumplimiento sucesivo de los
siguientes requisitos:
115
a) Superación del proceso selectivo.
b) Nombramiento por el órgano o autoridad competente, que será publicado en el Diario
Oficial correspondiente.
c) Acto de acatamiento de la Constitución y, en su caso, del Estatuto de Autonomía
correspondiente y del resto del Ordenamiento Jurídico.
d) Toma de posesión dentro del plazo que se establezca.
2. A efectos de lo dispuesto en el apartado 1.b) anterior, no podrán ser funcionarios y quedarán
sin efecto las actuaciones relativas a quienes no acrediten, una vez superado el proceso
selectivo, que reúnen los requisitos y condiciones exigidos en la convocatoria.
CAPÍTULO II
Pérdida de la relación de servicio
Artículo 63 Causas de pérdida de la condición de funcionario de carrera
Son causas de pérdida de la condición de funcionario de carrera:
a) La renuncia a la condición de funcionario.
b) La pérdida de la nacionalidad.
c) La jubilación total del funcionario.
d) La sanción disciplinaria de separación del servicio que tuviere carácter firme.
e) La pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial para cargo público que
tuviere carácter firme.
Artículo 64 Renuncia
1. La renuncia voluntaria a la condición de funcionario habrá de ser manifestada por escrito y
será aceptada expresamente por la Administración, salvo lo dispuesto en el apartado siguiente.
2. No podrá ser aceptada la renuncia cuando el funcionario esté sujeto a expediente disciplinario
o haya sido dictado en su contra auto de procesamiento o de apertura de juicio oral por la
comisión de algún delito.
3. La renuncia a la condición de funcionario no inhabilita para ingresar de nuevo en la
Administración Pública a través del procedimiento de selección establecido.
Artículo 65 Pérdida de la nacionalidad
La pérdida de la nacionalidad española o la de cualquier otro Estado miembro de la Unión
Europea o la de aquellos Estados a los que, en virtud de Tratados Internacionales celebrados por
116
la Unión Europea y ratificados por España, les sea de aplicación la libre circulación de
trabajadores, que haya sido tenida en cuenta para el nombramiento, determinará la pérdida de
la condición de funcionario salvo que simultáneamente se adquiera la nacionalidad de alguno
de dichos Estados.
Artículo 66 Pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial para cargo público
La pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta cuando hubiere adquirido firmeza la
sentencia que la imponga produce la pérdida de la condición de funcionario respecto a todos los
empleos o cargos que tuviere.
La pena principal o accesoria de inhabilitación especial cuando hubiere adquirido firmeza la
sentencia que la imponga produce la pérdida de la condición de funcionario respecto de aquellos
empleos o cargos especificados en la sentencia.
Artículo 67 Jubilación
1. La jubilación de los funcionarios podrá ser:
a) Voluntaria, a solicitud del funcionario.
b) Forzosa, al cumplir la edad legalmente establecida.
c) Por la declaración de incapacidad permanente para el ejercicio de las funciones propias
de su cuerpo o escala, o por el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente
absoluta o, incapacidad permanente total en relación con el ejercicio de las funciones de su
cuerpo o escala.
d) ...
Letra d) del número 1 del artículo 67 derogada por la letra c) del número 4 de la disposición
derogatoria única del R.D.‐ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la
estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad («B.O.E.» 14 julio).Vigencia:
15 julio 2012
2. Procederá la jubilación voluntaria, a solicitud del interesado, siempre que el funcionario reúna
los requisitos y condiciones establecidos en el Régimen de Seguridad Social que le sea aplicable.
Párrafo segundo del número 2 del artículo 67 derogado por la letra c) del número 4 de la
disposición derogatoria única del R.D.‐ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la
estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad («B.O.E.» 14 julio).Vigencia: 15
julio 2012
3. La jubilación forzosa se declarará de oficio al cumplir el funcionario los sesenta y cinco años
de edad.
No obstante, en los términos de las leyes de Función Pública que se dicten en desarrollo de este
Estatuto, se podrá solicitar la prolongación de la permanencia en el servicio activo como máximo
117
hasta que se cumpla setenta años de edad. La Administración Pública competente deberá de
resolver de forma motivada la aceptación o denegación de la prolongación.
De lo dispuesto en los dos párrafos anteriores quedarán excluidos los funcionarios que tengan
normas estatales específicas de jubilación.
Véase el artículo 11 del R.D.‐ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la
estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad («B.O.E.» 14 julio), sobre
jubilación forzosa del personal funcionario incluido en el régimen general de Seguridad Social.
Téngase en cuenta el artículo 4 "Suspensión de la prolongación de la permanencia en el servicio
activo" de Ley del Principado de Asturias 4/2012, 28 diciembre, de medidas urgentes en materia
de personal, tributaria y presupuestaria («B.O.P.A.» 29 diciembre).
4. ...
Número 4 del artículo 67 derogado por la letra c) del número 4 de la disposición derogatoria
única del R.D.‐ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad
presupuestaria y de fomento de la competitividad («B.O.E.» 14 julio).Vigencia: 15 julio 2012
Artículo 68 Rehabilitación de la condición de funcionario
1. En caso de extinción de la relación de servicios como consecuencia de pérdida de la
nacionalidad o jubilación por incapacidad permanente para el servicio, el interesado, una vez
desaparecida la causa objetiva que la motivó, podrá solicitar la rehabilitación de su condición de
funcionario, que le será concedida.
2. Los órganos de gobierno de las Administraciones Públicas podrán conceder, con carácter
excepcional, la rehabilitación, a petición del interesado, de quien hubiera perdido la condición
de funcionario por haber sido condenado a la pena principal o accesoria de inhabilitación,
atendiendo a las circunstancias y entidad del delito cometido. Si transcurrido el plazo para dictar
la resolución, no se hubiera producido de forma expresa, se entenderá desestimada la solicitud.
118
1. EL MINISTERIO DEL INTERIOR: ESTRUCTURA ORGÁNICA BÁSICA.
Real Decreto 400/2012, de 17 de febrero, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica
del Ministerio del Interior.
Artículo 1 Organización general del Departamento
1. Al Ministerio del Interior le corresponde la preparación y ejecución de la política del Gobierno
en relación con la administración general de la seguridad ciudadana; la promoción de las
condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales, especialmente en relación con la
libertad y seguridad personal, en los términos establecidos en la Constitución Española y en las
leyes que los desarrollen; el mando superior, y la dirección y coordinación de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado; el control de las empresas y el personal de seguridad privada;
el ejercicio de las competencias que, en el ámbito policial, le atribuye la legislación vigente en
materia de extranjería; el régimen de asilo, refugio, régimen de apátridas y protección a
desplazados; la administración y régimen de las instituciones penitenciarias; la realización de las
actuaciones necesarias para el desarrollo de los procesos electorales; el ejercicio de las
competencias legalmente atribuidas sobre protección civil; y la administración general de la
policía de circulación y de la seguridad vial.
2. Al Ministro del Interior, como titular del Departamento, le corresponden la iniciativa,
planificación, dirección e inspección de todos los servicios del Ministerio, el mando superior de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y las demás funciones señaladas en el artículo 12
de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General
del Estado, así como las que le sean atribuidas por otras leyes o normas especiales.
3. Las competencias atribuidas en este real decreto se entenderán en coordinación y sin
perjuicio de aquellas que corresponden a otros departamentos ministeriales.
4. Como órgano de asistencia inmediata al Ministro, existe un Gabinete, con nivel orgánico de
dirección general, con la estructura que se establece en el artículo 14 del Real Decreto
1887/2011, de 30 de diciembre, por el que se establece la estructura orgánica básica de los
departamentos ministeriales. Su titular se encargará de la supervisión de los servicios de
protocolo y de la programación de las relaciones institucionales e internacionales, cuando haya
de intervenir directamente el Ministro del Interior.
5. Depende directamente del Ministro el Director de la Oficina de Comunicación y Relaciones
Institucionales, con nivel de subdirección general, a cuyo titular como responsable de la
comunicación oficial del Departamento, le corresponde dirigir y mantener las relaciones
informativas y de publicidad institucional con los medios de comunicación social y difundir la
información de carácter general del Departamento. Coordinará las relaciones informativas de
los distintos servicios del Ministerio y las unidades de comunicación de los Centros Directivos,
119
en particular las campañas institucionales de publicidad y de comunicación que pretendan
desarrollar en su respectivo ámbito de competencia. Le corresponde definir y coordinar los
contenidos de la página web del Ministerio y participar e informar la propuesta de programa
editorial del Departamento.
6. El Ministerio del Interior se estructura en los siguientes órganos superiores y directivos:
a) La Secretaría de Estado de Seguridad, de la que dependerán los siguientes órganos
directivos:
1.º La Dirección General de la Policía, cuyo titular tendrá rango de subsecretario.
2.º La Dirección General de la Guardia Civil, cuyo titular tendrá rango de
subsecretario.
3.º La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
4.º La Dirección General de Relaciones Internacionales y Extranjería.
b) La Subsecretaría del Interior, de la que dependerán los siguientes órganos directivos:
1.º La Secretaría General Técnica.
2.º La Dirección General de Política Interior.
3.º La Dirección General de Tráfico.
4.º La Dirección General de Protección Civil y Emergencias.
5.º La Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo.
Artículo 2 Secretaría de Estado de Seguridad
1. Corresponde al Secretario de Estado de Seguridad la dirección, coordinación y supervisión de
los órganos directivos dependientes de la Secretaría de Estado, bajo la inmediata autoridad del
Ministro del Interior, para el ejercicio de las siguientes funciones:
a) La promoción de las condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales, en los
términos establecidos en la Constitución Española y en las leyes que los desarrollen,
especialmente en relación con la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio
y de las comunicaciones y la libertad de residencia y circulación.
b) El ejercicio del mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la coordinación
y la supervisión de los servicios y misiones que les corresponden.
c) El control de las empresas y del personal de seguridad privada y la seguridad pública de
los espectáculos y actividades recreativas, en el ámbito de competencias del Estado.
120
d) La dirección y coordinación de la cooperación policial internacional, especialmente con
EUROPOL, INTERPOL, SIRENE y los Sistemas de Información de Schengen. Asimismo, la
designación de los representantes que asistan por parte del Ministerio del Interior al COSI.
e) La representación del Departamento en los supuestos en que así se lo encomiende el
Ministro.
f) La dirección, impulso y coordinación de las actuaciones del Departamento en materia de
crimen organizado, tráfico de drogas, blanqueo de capitales relacionado con dicho tráfico y
delitos conexos.
g) La planificación y coordinación de las políticas de infraestructuras y material en el ámbito
de la seguridad.
h) La aprobación de los planes y programas de infraestructuras y material en el ámbito de la
seguridad.
i) La dirección de las competencias del Ministerio del Interior en materia de Administración
Penitenciaria.
2. Como órgano de asistencia inmediata al Secretario de Estado existe un Gabinete, con nivel
orgánico de subdirección general, con la estructura que se establece en el artículo 14.3 del Real
Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre.
Asimismo, coordinará, siguiendo instrucciones del Secretario de Estado de Seguridad, las
Subdirecciones Generales de Planificación y Gestión de Infraestructuras y Medios para la
Seguridad, y de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad.
3. Dependen del Secretario de Estado los siguientes órganos de coordinación:
a) El Gabinete de Coordinación y Estudios, con nivel orgánico de subdirección general, que
es el órgano de apoyo y asesoramiento a través del cual el Secretario de Estado de Seguridad
ejerce su función de coordinación y supervisión de la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. Es el encargado de confeccionar los planes operativos en materia de
seguridad ciudadana, supervisando su ejecución, de elaborar y presentar periódicamente
los datos estadísticos de criminalidad, de diseñar y desarrollar acciones formativas comunes
para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y de auxiliar al Secretario de
Estado de Seguridad en su función como responsable superior del Sistema de Protección de
las Infraestructuras Críticas Nacionales.
En concreto, le corresponderán las siguientes funciones:
1.º Desarrollar estrategias específicas de lucha contra la criminalidad y elaborar
planes conjuntos de actuación en materia de seguridad ciudadana, coordinando la
actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este ámbito, así como
de éstos con las Policías Autonómicas y Policías Locales.
121
5.º Promover y desarrollar acciones formativas conjuntas para miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Autonómicas y Policías Locales.
6.º Fomentar la participación y colaboración de la Universidad, de otras entidades
o instituciones públicas y privadas, y de personalidades investigadoras o del ámbito
académico, en el desarrollo de las actividades y funciones que le corresponden.
7.º Informar los proyectos de disposiciones generales en el ámbito de sus
competencias.
8.º Elaborar las resoluciones, instrucciones y circulares para su posterior elevación
al Secretario de Estado de Seguridad.
9.º Actuar como Centro español de la Academia Europea de Policía.
10.º Establecer, en el ámbito de sus competencias, las relaciones correspondientes
con otros Centros o Unidades similares de la Unión europea, de sus Estados
Miembros o de terceros países.
11.º Impulsar, coordinar y supervisar, a través del Centro Nacional para la
Protección de las Infraestructuras Críticas (CNPIC), todas las actividades que tiene
encomendadas la Secretaría de Estado de Seguridad en relación con la protección
de las infraestructuras críticas en el territorio nacional.
b) La Inspección de Personal y Servicios de Seguridad, con nivel orgánico de subdirección
general, encargada de la inspección, comprobación y evaluación del desarrollo de los
servicios, centros y unidades, centrales y periféricos, de las Direcciones Generales de la
Policía y de la Guardia Civil, así como de las actuaciones realizadas por los miembros de los
respectivos Cuerpos en el cumplimiento de sus funciones.
c) El Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICO), con nivel orgánico de
subdirección general, al que corresponde la elaboración de la inteligencia estratégica en la
lucha contra todo tipo de delincuencia organizada, así como, en su caso, el establecimiento
de criterios de coordinación operativa de los servicios actuantes en los supuestos de
coincidencia o concurrencia en las investigaciones, en particular:
122
2.º Dictar o determinar, en los supuestos de intervención conjunta o concurrente,
los criterios de coordinación y de actuación de las Unidades operativas de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y la de éstos con otros Servicios
intervinientes, en función de sus competencias propias o de apoyo a la intervención.
3.º Elaborar el informe anual sobre la situación de la criminalidad organizada en
España, así como una Evaluación Periódica de Amenaza.
4.º Elaborar y difundir las informaciones estadísticas relacionadas con esta materia.
d) El Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista, en los términos recogidos en su
normativa reguladora.
4. Está adscrita al Ministerio del Interior, a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, la
Comisión Ejecutiva de Coordinación, como órgano estratégico de coordinación ejecutiva de
dicha Secretaria de Estado.
5. Asimismo, dependen del Secretario de Estado de Seguridad las Subdirecciones Generales que
se señalan a continuación:
a) La Subdirección General de Planificación y Gestión de Infraestructuras y Medios para la
Seguridad, a la que corresponde, sin perjuicio de las competencias legalmente atribuidas al
Organismo Autónomo Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del
Estado, el desarrollo de las siguientes funciones:
1.º Planificar, teniendo en cuenta las propuestas de las Direcciones Generales de la
Policía y de la Guardia Civil, las inversiones en infraestructuras de seguridad.
2.º Proponer proyectos y obras en el ámbito de la seguridad, elaborar y coordinar
la elaboración de estudios y propuestas conducentes a la definición de políticas, la
optimización de infraestructuras organizativas, la mejora de procedimientos de
actuación administrativa, la estandarización y homologación de infraestructuras y
material en el ámbito de la seguridad.
3.º Proponer, para su aprobación, al Secretario de Estado de Seguridad los planes y
programas de infraestructuras y material, así como coordinarlos, supervisar su
ejecución, evaluarlos y analizar sus costes.
123
dependientes de la Secretaría de Estado de Seguridad cuando se financien total o
parcialmente con créditos del servicio presupuestario de la Secretaría de Estado.
5.º Controlar y coordinar la ejecución de los programas y proyectos derivados de
compromisos contraídos por España con otros países u organismos internacionales,
en las materias propias de su competencia.
6.º Gestionar y ejecutar los programas y proyectos derivados de la financiación
procedente de Fondos Europeos en el ámbito de sus competencias.
7.º Dirigir la gestión de los bienes y derechos que se refieran al patrimonio
inmobiliario de la seguridad, mantener el inventario de todos ellos y efectuar la
gestión patrimonial para el arrendamiento u obtención por cualquier otro título de
inmuebles dedicados a los fines de seguridad.
8.º Mantener las relaciones con la Dirección General del Patrimonio del Estado en
materia de infraestructuras y material de seguridad, de conformidad con lo
establecido en la normativa correspondiente.
9.º Dirigir, coordinar o gestionar aquellos planes, programas, recursos financieros o
materiales en el ámbito de la seguridad que expresamente le encomiende la
Secretaría de Estado de Seguridad.
b) La Subdirección General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad,
a la que corresponde el desarrollo de las siguientes funciones:
1.º Planificar, teniendo en cuenta las propuestas de las Direcciones Generales de la
Policía y de la Guardia Civil, las inversiones en sistemas de información y
comunicación.
3.º Proponer, para su aprobación, al Secretario de Estado de Seguridad los planes y
programas de sistemas de información y comunicaciones en el ámbito de la
seguridad, así como coordinarlos, supervisar su ejecución, evaluarlos y analizar sus
costes.
124
5.º Controlar y coordinar la ejecución de los programas y proyectos derivados de
compromisos contraídos por España con otros países u organismos internacionales,
en las materias propias de su competencia.
6.º Gestionar y ejecutar los programas y proyectos de sistemas de información y
comunicaciones derivados de la financiación procedente de Fondos Europeos.
7.º Coordinar, desarrollar e implantar bases de datos, sistemas de información y
sistemas de comunicaciones de utilización conjunta o compartida por los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, incluyendo los correspondientes al Sistema
Schengen y al Sistema de Radiocomunicaciones Digitales de Emergencia del Estado.
8.º Dirigir, coordinar o gestionar aquellos planes, programas, recursos financieros o
materiales en el ámbito de la seguridad que, en materia de sistemas de información
y comunicaciones, le encomiende expresamente la Secretaría de Estado de
Seguridad.
9.º Acordar y ejecutar la participación en proyectos europeos de investigación y
desarrollo en materia de seguridad de acuerdo con las instrucciones de la Secretaría
de Estado de Seguridad.
6. De conformidad con su Estatuto, aprobado por el Real Decreto 2823/1998, de 23 de
diciembre, el Organismo Autónomo Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la
Seguridad del Estado está adscrito a la Secretaría de Estado de Seguridad.
ORGANIGRAMA
Ministro
Secretaría de Estado de Seguridad
o Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA)
o Comisión Ejecutiva de Coordinación
o Dirección General de la Policía
o Dirección General de la Guardia Civil
o Secretaría General de Instituciones Penitenciarias
o Dirección General de Relaciones Internacionales y Extranjería
Subsecretaría del Ministerio del Interior
o Secretaría General Técnica
o Dirección General de Política Interior
o Dirección General de Tráfico
o Dirección General de Protección Civil y Emergencias
o Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo
125
2. SECRETARÍA DE ESTADO DE SEGURIDAD
FUNCIONES
Corresponde al Secretario de Estado de Seguridad la dirección, coordinación y supervisión de los
órganos directivos dependientes de la Secretaría de Estado, bajo la inmediata autoridad del
Ministro del Interior, para el ejercicio de las siguientes funciones:
a. La promoción de las condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales, en los
términos establecidos en la Constitución Española y en las leyes que los desarrollen,
especialmente en relación con la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del
domicilio y de las comunicaciones y la libertad de residencia y circulación.
b. El ejercicio del mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la coordinación
y la supervisión de los servicios y misiones que les corresponden.
c. El control de las empresas y del personal de seguridad privada y la seguridad pública de
los espectáculos y actividades recreativas, en el ámbito de competencias del Estado.
d. La dirección y coordinación de la cooperación policial internacional, especialmente con
EUROPOL, INTERPOL, SIRENE y los Sistemas de Información de Schengen. Asimismo, la
designación de los representantes que asistan por parte del Ministerio del Interior al
COSI.
e. La representación del Departamento en los supuestos en que así se lo encomiende el
Ministro.
f. La dirección, impulso y coordinación de las actuaciones del Departamento en materia
de crimen organizado, tráfico de drogas, blanqueo de capitales relacionado con dicho
tráfico y delitos conexos.
g. La planificación y coordinación de las políticas de infraestructuras y material en el
ámbito de la seguridad.
h. La aprobación de los planes y programas de infraestructuras y material en el ámbito de
la seguridad.
i. La dirección de las competencias del Ministerio del Interior en materia de
Administración Penitenciaria.
ESTRUCTURA
Como órgano de asistencia inmediata al Secretario de Estado existe un Gabinete, con nivel
orgánico de subdirección general, con la estructura que se establece en el artículo 14.3 del Real
Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre. Asimismo, coordinará, siguiendo instrucciones del
Secretario de Estado de Seguridad, las Subdirecciones Generales de Planificación y Gestión de
Infraestructuras y Medios para la Seguridad, y de Sistemas de Información y Comunicaciones
para la Seguridad.
Dependen del Secretario de Estado los siguientes órganos de coordinación con rango de
Subdirección General:
a. El Gabinete de Coordinación y Estudios, que es el órgano de apoyo y asesoramiento a
través del cual el Secretario de Estado de Seguridad ejerce su función de coordinación y
supervisión de la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es el
encargado de confeccionar los planes operativos en materia de seguridad ciudadana,
supervisando su ejecución, de elaborar y presentar periódicamente los datos
126
estadísticos de criminalidad, de diseñar y desarrollar acciones formativas comunes para
los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y de auxiliar al Secretario de Estado
de Seguridad en su función como responsable superior del Sistema de Protección de las
Infraestructuras Críticas Nacionales. En concreto, le corresponderán las siguientes
funciones:
1. Desarrollar estrategias específicas de lucha contra la criminalidad y elaborar planes
conjuntos de actuación en materia de seguridad ciudadana, coordinando la actuación de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este ámbito, así como de éstos con las
Policías Autonómicas y Policías Locales.
2. Desarrollar, implantar y gestionar la Estadística Nacional de Criminalidad, integrando
todos los datos procedentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías
Autonómicas y Policías Locales.
3. Elaborar y difundir periódicamente informes estadísticos sobre la situación y evolución
de la criminalidad.
4. Realizar investigaciones, estudios, análisis e informes sobre aspectos relacionados con la
política de seguridad, el modelo policial y la seguridad ciudadana.
5. Promover y desarrollar acciones formativas conjuntas para miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Autonómicas y Policías Locales.
6. Fomentar la participación y colaboración de la Universidad, de otras entidades o
instituciones públicas y privadas, y de personalidades investigadoras o del ámbito
académico, en el desarrollo de las actividades y funciones que le corresponden.
7. Informar los proyectos de disposiciones generales.
8. Elaborar las resoluciones, instrucciones y circulares para su posterior elevación al
Secretario de Estado de Seguridad.
9. Actuar como Centro español de la Academia Europea de Policía.
10. Establecer, en el ámbito de sus competencias, las relaciones correspondientes con otros
Centros o Unidades similares de la Unión europea, de sus Estados Miembros o de terceros
países.
11. Impulsar, coordinar y supervisar, a través del Centro Nacional para la Protección de las
Infraestructuras Críticas (CNPIC), todas las actividades que tiene encomendadas la
Secretaría de Estado de Seguridad en relación con la protección de las infraestructuras
críticas en el territorio nacional.
b. La Inspección de Personal y Servicios de Seguridad, encargada de la inspección,
comprobación y evaluación del desarrollo de los servicios, centros y unidades, centrales
y periféricos, de las Direcciones Generales de la Policía y de la Guardia Civil, así como de
las actuaciones realizadas por los miembros de los respectivos Cuerpos en el
cumplimiento de sus funciones.
c. El Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO), al que corresponde la
elaboración de la inteligencia estratégica en la lucha contra todo tipo de delincuencia
organizada, así como, en su caso, el establecimiento de criterios de coordinación
operativa de los servicios actuantes en los supuestos de coincidencia o concurrencia en
las investigaciones.
1. Recibir, integrar y analizar cuantas informaciones y análisis operativos relacionados con
la delincuencia organizada sean relevantes o necesarios para la elaboración de la
inteligencia estratégica y de prospectiva en relación con el crimen organizado.
127
2. Dictar o determinar, en los supuestos de intervención conjunta o concurrente, los
criterios de coordinación y de actuación de las Unidades operativas de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, y la de éstos con otros Servicios intervinientes, en
función de sus competencias propias o de apoyo a la intervención.
3. Elaborar el informe anual sobre la situación de la criminalidad organizada en España, así
como una Evaluación Periódica de Amenaza.
4. Elaborar y difundir las informaciones estadísticas relacionadas con esta materia.
Depende del Secretario de Estado de Seguridad el Centro Nacional de Coordinación
Antiterrorista en los términos recogidos en su normativa reguladora.
Está adscrita al Ministerio del Interior, a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, la
Comisión Ejecutiva de Coordinación, como órgano estratégico de coordinación ejecutiva de
dicha Secretaria de Estado.
Asimismo, dependen del Secretario de Estado de Seguridad las siguientes Subdirecciones
Generales:
a. La Subdirección General de Planificación y Gestión de Infraestructuras y Medios para
la Seguridad, a la que corresponde, sin perjuicio de las competencias legalmente
atribuidas al Organismo Autónomo Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la
Seguridad del Estado, el desarrollo de las siguientes funciones:
1. Planificar, teniendo en cuenta las propuestas de las Direcciones Generales de la Policía y
de la Guardia Civil, las inversiones en infraestructuras de seguridad.
2. Proponer proyectos y obras en el ámbito de la seguridad, elaborar y coordinar la
elaboración de estudios y propuestas conducentes a la definición de políticas, la
optimización de infraestructuras organizativas, la mejora de procedimientos de actuación
administrativa, la estandarización y homologación de infraestructuras y material en el
ámbito de la seguridad.
3. Proponer, para su aprobación, al Secretario de Estado de Seguridad los planes y
programas de infraestructuras y material, así como coordinarlos, supervisar su ejecución,
evaluarlos y analizar sus costes.
4. Promover proyectos para la implantación, adquisición y mantenimiento de
infraestructuras y medios materiales, coordinar y supervisar la determinación de sus
requisitos técnicos, pliegos de condiciones, programación económica y ejecución, así
como de aquellos otros proyectos promovidos por unidades u órganos dependientes de
la Secretaría de Estado de Seguridad cuando se financien total o parcialmente con
créditos del servicio presupuestario de la Secretaría de Estado.
5. Controlar y coordinar la ejecución de los programas y proyectos derivados de
compromisos contraídos por España con otros países u organismos internacionales, en
las materias propias de su competencia.
6. Gestionar y ejecutar los programas y proyectos derivados de la financiación procedente
de Fondos Europeos.
7. Dirigir la gestión de los bienes y derechos que se refieran al patrimonio inmobiliario de la
seguridad, mantener el inventario de todos ellos y efectuar la gestión patrimonial para el
arrendamiento u obtención por cualquier otro título de inmuebles dedicados a los fines
de seguridad.
128
8. Mantener las relaciones con la Dirección General del Patrimonio del Estado en materia
de infraestructuras y material de seguridad, de conformidad con lo establecido en la
normativa correspondiente.
9. Dirigir, coordinar o gestionar aquellos planes, programas, recursos financieros o
materiales en el ámbito de la seguridad que expresamente le encomiende la
Subsecretaría.
b. La Subdirección General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la
Seguridad, a la que corresponde el desarrollo de las siguientes funciones:
1. Planificar, teniendo en cuenta las propuestas de las Direcciones Generales de la Policía y
de la Guardia Civil, las inversiones en sistemas de información y comunicación.
2. Estandarizar y homologar sistemas de información y comunicaciones, codificación y
estructuras de datos en el ámbito de la seguridad.
3. Proponer, para su aprobación, al Secretario de Estado de Seguridad los planes y
programas de sistemas de información y comunicaciones en el ámbito de la seguridad,
así como coordinarlos, supervisar su ejecución, evaluarlos y analizar sus costes.
4. Promover proyectos para la implantación, adquisición y mantenimiento de sistemas de
información y comunicaciones de utilización conjunta o compartida por las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, coordinar y supervisar la determinación de sus
requisitos técnicos, pliegos de condiciones, programación económica y ejecución, así
como de aquellos otros proyectos promovidos en esta materia por unidades u órganos
dependientes de la Secretaría de Estado de Seguridad cuando se financien total o
parcialmente con créditos del servicio presupuestario de la Secretaría de Estado.
5. Controlar y coordinar la ejecución de los programas y proyectos derivados de
compromisos contraídos por España con otros países u organismos internacionales, en
las materias propias de su competencia.
6. Gestionar y ejecutar los programas y proyectos de sistemas de información y
comunicaciones derivados de la financiación procedente de Fondos Europeos.
7. Coordinar, desarrollar e implantar bases de datos, sistemas de información y sistemas de
comunicaciones de utilización conjunta o compartida por los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, incluyendo los correspondientes al Sistema Schengen y al Sistema
de Radiocomunicaciones Digitales de Emergencia del Estado.
8. Dirigir, coordinar o gestionar aquellos planes, programas, recursos financieros o
materiales en el ámbito de la seguridad que, en materia de sistemas de información y
comunicaciones, le encomiende expresamente la Subsecretaría.
9. Acordar y ejecutar la participación en proyectos europeos de investigación y desarrollo
en materia de seguridad de acuerdo con las instrucciones de la Secretaría de Estado de
Seguridad.
De conformidad con su Estatuto, aprobado por el Real Decreto 2823/1998, de 23 de diciembre,
el Organismo Autónomo Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del
Estado está adscrito a la Secretaría de Estado de Seguridad.
129
FUNCIONES
Corresponde al Director General de la Policía, cuyo titular tendrá rango de subsecretario, bajo
la dependencia del Secretario de Estado de Seguridad, el mando directo del Cuerpo Nacional de
Policía.
Ejercerá las siguientes funciones:
a. Dirigir y coordinar los servicios y los órganos centrales y periféricos del Cuerpo Nacional
de Policía.
b. Distribuir los medios personales y materiales, asignándolos a las distintas unidades que
la integran.
c. Proponer al Secretario de Estado de Seguridad los planes y proyectos de actuación
operativa de los servicios del Cuerpo Nacional de Policía.
d. Relacionarse directamente con las autoridades administrativas, organismos y entidades
públicas o privadas, en lo referente al funcionamiento de los servicios operativos del
Cuerpo Nacional de Policía.
e. Obtener, centralizar, analizar, valorar y difundir la información necesaria para el
desarrollo de sus misiones, así como establecer y mantener el enlace y coordinación con
otros órganos de información nacionales y extranjeros, en el ámbito de su competencia,
de conformidad con los criterios que al respecto establezca la Secretaría de Estado de
Seguridad.
f. Disponer la colaboración y la prestación de auxilio a las policías de otros países, en
cumplimiento de las funciones que atribuye al Cuerpo Nacional de Policía la Ley
Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de conformidad
con los criterios que al respecto establezca la Secretaría de Estado de Seguridad.
g. Dirigir, organizar y controlar el cumplimiento de lo dispuesto en materia de extranjería,
documento nacional de identidad, pasaportes, juegos, drogas, control de las entidades
y servicios privados de seguridad, vigilancia e investigación y espectáculos públicos, todo
ello en el ámbito policial y en los términos previstos en la legislación vigente.
h. Vigilar e investigar las conductas de los funcionarios contrarias a la ética profesional.
i. Aplicar el régimen disciplinario del personal del Cuerpo Nacional de Policía.
130
j. Seleccionar y promover al personal del Cuerpo Nacional de Policía y el desarrollo de las
actividades técnico‐docentes de formación y perfeccionamiento del personal de dicho
cuerpo.
k. Proponer la adquisición de los equipos de transmisión, equipos de tratamiento de la
información, armamento, medios de automoción, helicópteros, naves, uniformes y, en
general, los medios materiales precisos para la realización de los cometidos propios del
Cuerpo Nacional de Policía, en el marco de la programación aprobada por la Secretaría
de Estado de Seguridad.
l. Impulsar el análisis, planificación y desarrollo de los métodos, técnicas y procedimientos
en el ámbito operativo policial.
ESTRUCTURA
Dependen directamente del Director General las siguientes Unidades con nivel orgánico de
Subdirección General:
a. La Dirección Adjunta Operativa, encargada de la colaboración con el Director General
en la dirección, coordinación y supervisión de las unidades operativas supraterritoriales
y territoriales; el seguimiento y control de los resultados de los programas operativos y
la definición de los recursos humanos y materiales aplicables a dichos programas; la
colaboración con las policías de otros países; y la Oficina Central Nacional de INTERPOL,
la Unidad Nacional de EUROPOL y la Oficina SIRENE.
b. La Subdirección General de Recursos Humanos, encargada de la colaboración con el
Director General en la dirección, coordinación y administración del personal y
formación.
c. La Subdirección General de Logística, encargada de la colaboración con el Director
General en la dirección, coordinación, administración y gestión de los recursos
económicos y materiales, así como de la documentación de españoles y extranjeros.
d. El Gabinete Técnico, con nivel orgánico de subdirección general, con funciones de apoyo
y asistencia al Director General para facilitarle el despacho y la coordinación de los
órganos y unidades que dependen de él. Elaborará los estudios e informes necesarios,
la tramitación de las disposiciones de carácter general en el ámbito de su competencia,
y cuantas otras misiones le encomiende el titular de la Dirección General.
La Dirección Adjunta Operativa es responsable, de acuerdo con las directrices emanadas del
Director General, de la dirección, impulso y coordinación de las funciones policiales operativas,
que en el nivel central serán realizadas por las Comisarías Generales de Información, de Policía
Judicial, de Seguridad Ciudadana, de Extranjería y Fronteras, y de Policía Científica, todas ellas
con nivel orgánico de subdirección general, y la División de Cooperación Internacional, con el
nivel orgánico que se determine en la relación de puestos de trabajo, a las que corresponderán
las siguientes funciones:
131
la delincuencia organizada, económica, financiera, tecnológica y el control de los juegos
de azar. Asimismo, le corresponderá la dirección de los servicios encargados de la
investigación de delitos monetarios y los relacionados con la moneda, así como la
colaboración con los servicios correspondientes del Banco de España en estos asuntos.
c. A la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, la organización y gestión de lo relativo
a la prevención, mantenimiento y, en su caso, restablecimiento del orden y la seguridad
ciudadana; el control de las empresas y del personal de la seguridad privada; la vigilancia
de los espectáculos públicos, dentro del ámbito de competencia del Estado; y la
protección de altas personalidades, edificios e instalaciones que por su interés lo
requieran.
d. A la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, el control de entrada y salida del
territorio nacional de españoles y extranjeros; la prevención, persecución e
investigación de las redes de inmigración ilegal; y, en general, el régimen policial de
extranjería, refugio y asilo e inmigración.
e. A la Comisaría General de Policía Científica, la prestación de los servicios de
criminalística, identificación, analítica e investigación técnica, así como la elaboración
de los informes periciales y documentales que le sean encomendados.
f. A la División de Cooperación Internacional, la dirección de la colaboración y auxilio a
las policías de otros países y la coordinación de los grupos de trabajo en los que participe
la Dirección General de la Policía en el ámbito de la Unión Europea y otras Instituciones
internacionales, y aspectos relacionados con misiones de apoyo a terceros países y
personal policial que presta servicio en el extranjero.
La Subdirección General de Recursos Humanos es responsable de la dirección y coordinación
de las funciones de gestión de los recursos humanos de la Dirección General de la Policía, que
en el nivel central serán realizadas por las Divisiones de Personal y de Formación y
Perfeccionamiento, todas ellas con nivel orgánico de subdirección general, y a las que
competen las siguientes funciones:
a. A la División de Personal, realizar las funciones de administración y gestión de personal.
b. A la División de Formación y Perfeccionamiento, realizar las funciones de selección,
promoción, formación y especialización de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía.
La Subdirección General de Logística, responsable de la dirección y coordinación de las
funciones relativas a la gestión de los recursos económicos y materiales, de los sistemas de
telecomunicación e información, así como de la documentación de españoles y extranjeros, que
en el nivel central será realizada por la siguiente División:
La División Económica y Técnica, con rango de subdirección general, a la que le
corresponderá realizar las funciones de estudio de necesidades, análisis y control de
calidad y, en su caso, adquisición de los productos y equipamientos, y asignación,
distribución, administración y gestión de los medios materiales.
La División de Documentación, con el nivel orgánico que se determine en la relación de
puestos de trabajo, a la que le corresponde la organización y gestión de los servicios de
documentación de españoles y extranjeros, y de los archivos policiales.
132
La organización periférica estará constituida por las Jefaturas Superiores, las Comisarías
Provinciales y aquellas otras unidades o módulos que integran el modelo territorial, Comisarías
Zonales, Locales y de Distrito, así como las Comisarías Conjuntas o Mixtas y los Puestos
Fronterizos.
Los Titulares de las Jefaturas Superiores de Policía podrán asumir la Jefatura de la Comisaría
Provincial correspondiente a la capital de provincia en que aquellas tengan su sede.
La sustitución del Director General, en los supuestos previstos legalmente, se efectuará por el
Director Adjunto Operativo.
Orden INT/28/2013, de 18 de enero, por la que se desarrolla la estructura orgánica y funciones
de los Servicios Centrales y Periféricos de la Dirección General de la Policía.
CAPÍTULO I
Organización central
Artículo 1 Dirección General de la Policía
Dependiendo directamente de su titular, existirán:
a) Una Oficina de Despacho, con la misión de prestarle asistencia, asesoramiento y la gestión
documental en su función directiva.
b) Una Oficina de Prensa y Relaciones Informativas encargada de planificar, preparar,
coordinar y realizar las comunicaciones y relaciones de los Órganos Directivos del Cuerpo
Nacional de Policía con los medios de comunicación social. De esta Oficina dependerán
todos los gabinetes de prensa del Cuerpo Nacional de Policía.
Artículo 2 Dirección Adjunta Operativa
Dependiendo directamente de su titular existirá una Secretaría General que se encargará de lo
relativo al asesoramiento, coordinación documental y apoyo en los aspectos técnicos y de
gestión de los medios personales y materiales.
Además, estará integrada por las siguientes unidades:
1. Jefatura Central de Operaciones.
Le corresponde la asistencia y apoyo al Director Adjunto Operativo en la coordinación,
gestión y supervisión en el ámbito de la operatividad policial.
De la Jefatura Central de Operaciones dependerán las Comisarías Especiales de la Casa
Real; de la Presidencia del Gobierno; del Congreso de los Diputados, Defensor del Pueblo
y Tribunal de Cuentas; del Senado; del Tribunal Constitucional; y del Consejo General
133
del Poder Judicial, Tribunal Supremo y Audiencia Nacional, que prestarán los servicios
policiales necesarios en los órganos en que tienen su sede.
Asimismo, sin perjuicio de la dependencia funcional de las autoridades autonómicas
competentes, dependen orgánicamente de la Jefatura Central de Operaciones:
a) Unidades Adscritas a las Comunidades Autónomas, constituidas de conformidad
con los artículos 37.2 y 47 de la Ley Orgánica 2/1986, de Fuerzas y Cuerpo de
Seguridad, por el Real Decreto 221/1991, de 22 de febrero, modificado por el Real
Decreto 1089/2000, de 9 de junio.
Dependerá también de la Jefatura Central de Operaciones el Área de Seguimiento y
Control de la Violencia en el Ámbito Familiar, a la que corresponde el seguimiento y
análisis, en el ámbito policial, para el tratamiento de la violencia doméstica,
promoviendo iniciativas y medidas dirigidas a la lucha contra el problema social que
estas violencias suponen.
2. Unidad de Planificación Estratégica y Coordinación.
Asiste a los órganos de dirección en sus funciones de coordinación y supervisión,
aportando el conocimiento necesario para la toma de decisiones. Además le
corresponde, a través de su estructura central y territorial, la recepción, tratamiento y
análisis de la información de carácter policial, suministrada por las Comisaría Generales
y Divisiones en el ámbito de sus respectivas competencias, así como la coordinación
entre distintas áreas funcionales, y la actividad de prospectiva, la definición de
estrategias corporativas, su planificación y control, sin perjuicio de las competencias
propias de otros órganos centrales y periféricos.
Contará con los órganos siguientes:
a) Área de Seguimiento y Coordinación, que asume la coordinación de la
información entre diferentes áreas policiales y la supervisión y control de la
ejecución de los planes que se diseñen. Igualmente gestiona la estadística como
base del conocimiento de la realidad delincuencial y lleva a cabo el control e
inspección del tratamiento de la información operativa policial relativa a la misma.
b) Área de Planificación y Prospectiva, le corresponde recabar, recibir, integrar y
elaborar todas las informaciones de carácter estratégico, evaluaciones de amenazas
y riesgos y otros análisis relevantes y los informes que se reciban tanto de
organismos internacionales como los elaborados por las Comisarías Generales y la
División de Cooperación Internacional. Diseñar planes estratégicos y operativos de
carácter corporativo, y proponer la definición y asignación de recursos humanos y
materiales a dichos programas y planes operativos.
134
3. Grupo Especial de Operaciones.
Con la misión de intervenir en situaciones cuya ejecución requiera una especial
cualificación, particularmente de carácter terrorista, y aquellas otras que entrañen
grave riesgo para la vida y bienes de las personas.
La sede del Grupo Especial de Operaciones radicará en la ciudad de Guadalajara
4. Unidad de Asuntos Internos.
5. Brigada Operativa de Apoyo.
Le corresponde el ejercicio de las funciones policiales que le atribuye la normativa
vigente.
Artículo 3 Subdirección General de Recursos Humanos
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
Le corresponde prestar asistencia y apoyo a la Subdirección General en el ejercicio de
sus funciones, y gestionar los medios personales y materiales asignados a la
Subdirección. Dependerán de la Secretaría General las siguientes unidades:
a) El Área de Coordinación Jurídica y Reclamaciones Administrativas, con funciones
de coordinación jurídica de las actuaciones de los Órganos Centrales y Periféricos,
en materias relacionadas con el régimen estatutario de los funcionarios de la
Dirección General de la Policía.
También llevará a cabo las tareas de estudio y propuesta de resolución de
recursos administrativos en materia de personal, de elaboración de informes de
carácter jurídico‐técnico y de coordinación de las relaciones de la Dirección
General de la Policía con los Tribunales de Justicia y con la Abogacía General del
Estado, en asuntos relacionados con dicha materia.
b) El Área de Asistencia Letrada, con funciones de coordinación de todos los asuntos
relativos a la defensa legal de los funcionarios de la Dirección General por
actuaciones derivadas de la prestación del servicio.
Asimismo, estarán adscritas a la Secretaría General de la Subdirección la Secretaría del
Consejo de Policía y la Secretaría de la Comisión de Seguridad y Salud Laboral Policial.
135
2. Unidad de Planificación de Recursos Humanos.
Le corresponderá la función de estudio y planificación de la política de recursos
humanos.
De esta Unidad dependerá el Área de Auditoria y Gestión de Calidad, con la función de
establecer las directrices del proceso de mejora continua de los distintos servicios del
Centro Directivo en materia de gestión de recursos humanos; y el Área de Planificación
y Prospección Formativa con la función de estudio de las necesidades formativas en el
Cuerpo Nacional de Policía, para la planificación de la oferta dirigida a los funcionarios
de la Corporación.
3. Unidad de Prevención de Riesgos Laborales y Acción Social.
Le corresponde las funciones relacionadas con la gestión del sistema de prevención de
riesgos laborales del Cuerpo Nacional de Policía, así como la coordinación de los
servicios territoriales de prevención de riesgos laborales. Igualmente estará encargada
de las actuaciones de planificación, desarrollo, gestión y ejecución del Programa de
Acción Social de la Dirección General de la Policía.
Artículo 4 Subdirección General de Logística
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
Le corresponden las funciones de prestar asistencia y apoyo a la Subdirección General
en el ejercicio de sus funciones y la gestión de los medios personales y materiales
asignados a la Subdirección; y liderar el desarrollo tecnológico del CNP, potenciando,
fomentando y coordinando las diferentes acciones en el ámbito tecnológico, interior y
exterior del CNP, la investigación, el desarrollo y la innovación. Se responsabiliza de las
bases de datos propias de la Subdirección, así como del régimen interior y seguridad del
complejo policial de Canillas.
2. Unidad de Informática y Comunicaciones.
Le corresponde la gestión de los recursos tecnológicos en materia de las comunicaciones
y los sistemas informáticos del CNP, la adaptación de los sistemas para cumplir con lo
preceptuado en los Esquemas Nacionales de Seguridad y de Interoperabilidad y en la
adecuación a la Administración Electrónica. La adquisición de los sistemas TIC, su
asignación, distribución y administración.
De la Unidad de Informática y Comunicaciones dependen:
a) El Área de Telecomunicación, le corresponde el mantenimiento de las
infraestructuras comunes necesarias para el desarrollo de las aplicaciones, la
definición, implantación y mantenimiento de la arquitectura de comunicaciones y
136
de los medios audiovisuales. Igualmente realizará el mantenimiento de los equipos
y la formación técnica específica del personal del Área, a nivel central y periférico.
b) El Área de Informática, le corresponde el desarrollo de las aplicaciones
informáticas, diseño, implantación y gestión de la arquitectura hardware, software
y bases de datos, así como la asistencia técnica a los usuarios.
El Centro de Proceso de Datos del Área de Informática radicará en la localidad de El
Escorial (Madrid).
3. Área de Control de Costes.
Le corresponde la elaboración de las líneas estratégicas y los planes directores en
materia de costes, la definición y normalización de estándares, protocolos y
homogeneización de procedimientos, de los planes de eficiencia, las auditorias para la
evaluación de su cumplimiento por las diferentes unidades policiales (centrales y
periféricas) y la supervisión de la estadística nacional de la actividad logística.
Artículo 5 Gabinete Técnico
Estará integrado por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
Le corresponde prestar asistencia y apoyo a la Subdirección General en el ejercicio de
sus funciones, y gestionar los medios personales y materiales asignados a la
Subdirección General.
Asumirá la coordinación, preparación y elaboración de los proyectos de respuesta a las
preguntas e interpelaciones parlamentarias, quejas y recomendaciones del Defensor del
Pueblo y cuestiones que planteen los ciudadanos e instituciones sobre el
funcionamiento de los servicios competencia de la Dirección General, así como la
preparación de los informes y documentación en orden a la participación y
comparecencia de las Autoridades policiales ante otras instituciones.
Asimismo, le compete la dirección y supervisión de la Orden General de la Dirección
General de la Policía, de los servicios de traducción e interpretación, del registro general
auxiliar del registro general del departamento en la Dirección General de la Policía y del
servicio de protocolo, responsabilizándose de las bases de datos propias del Gabinete
Técnico.
El titular de la Secretaria General, sustituirá al Jefe del Gabinete Técnico en los casos de
vacante, ausencia o enfermedad.
137
De la Secretaría General depende el Área de Apoyo Técnico, a la que corresponde la
asistencia informática a la Dirección Adjunta Operativa y a las Subdirecciones Generales
de Recursos Humanos y del Gabinete Técnico, así como la gestión y mantenimiento de
las Web oficiales del Cuerpo Nacional de Policía en lo referente a sus contenidos.
Igualmente, prestará asistencia técnica en el ámbito de su competencia en los eventos
públicos del Cuerpo Nacional de Policía.
2. Área de Publicaciones.
Le corresponde la coordinación de las publicaciones de la Dirección General de la Policía,
tanto en formato papel como en versión electrónica, así como las relaciones con
entidades públicas y privadas derivadas de dicha función, en particular con la Fundación
Policía Española.
3. Área Jurídica.
Con las funciones de estudio, preparación, elaboración y tramitación de proyectos
normativos relacionados con la Dirección General de la Policía, informar los proyectos
de disposiciones de carácter general sometidos a la consideración del órgano directivo
y la elaboración de informes de contenido jurídico, que sobre los asuntos relacionados
con las competencias de la Dirección General le sean encomendados, así como de
recabar informe de la Abogacía del Estado en el Departamento y del trámite de los
asuntos relacionados con la Agencia Española de Protección de Datos que afecten a la
Dirección General.
Artículo 6 Comisaría General de Información
Estará integrada por las unidades y servicios que se determinen mediante la correspondiente
Orden Comunicada, conforme a lo dispuesto en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de
febrero de 1996.
Artículo 7 Comisaría General de Policía Judicial
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia a la Comisaría General, analiza y planifica sus líneas
generales de actuación, y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios
adscritos a la misma. Se responsabiliza de las bases de datos propias de la Comisaría
General. Elabora las metodologías de investigación criminal y lleva a cabo estudios
técnicos y jurídicos para el perfeccionamiento de las actividades operativas.
El Secretario General, como segundo jefe de la Comisaría General, sustituye a su titular,
en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
138
2. Unidad Central de Droga y Crimen Organizado.
Asume la investigación y persecución de las actividades delictivas, de ámbitos nacional
y transnacional, relacionadas con el tráfico de drogas, con arreglo a las competencias
atribuidas en el artículo 12. 1 A) e) de la LO 2/1986, de 13 de marzo, y el crimen
organizado, así como la coordinación operativa y el apoyo técnico de las respectivas
unidades territoriales. De esta Unidad dependerán:
a) La Brigada Central de Estupefacientes, que asume las competencias de
investigación y persecución de los delitos relacionados con el tráfico ilegal de
drogas, con arreglo a la legislación sobre la materia.
b) La Brigada Central de Crimen Organizado, que asume la investigación y
persecución de las actividades delictivas vinculadas a la delincuencia organizada y la
dirección de los Grupos de Respuesta contra el Crimen Organizado desplegados en
diversas zonas del territorio español.
c) La Unidad Adscrita a la Fiscalía General del Estado, que desempeñará los
cometidos que, como Policía Judicial, le asigne el órgano al que figura adscrita.
3. Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta.
Asume la investigación y persecución de las actividades delictivas, de ámbito nacional y
transnacional, en lo concerniente a delitos contra las personas y la libertad sexual; a
delitos relacionados con el patrimonio, especialmente el patrimonio histórico artístico;
las relativas al derecho de autor; al consumo y medio ambiente; a las infracciones
delictivas en materia de dopaje en el deporte; a la vigilancia e inspección del juego; así
como la coordinación operativa y el apoyo técnico de las respectivas unidades
territoriales. De esta Unidad dependerán:
a) La Brigada Central de Investigación de la Delincuencia Especializada, encargada
de la investigación y persecución de los delitos relacionados con el patrimonio, el
consumo y el medio ambiente, propiedad intelectual e industrial. De esta Brigada
dependerá el Servicio de Control de Juegos de Azar, con la misión de vigilancia e
inspección del cumplimiento de la normativa sobre el juego e investigación de los
delitos que se generen en este ámbito.
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b) La Brigada Central de Investigación de Delitos contra las Personas, encargada de
la investigación y persecución de los delitos contra la vida, la libertad, homicidios,
agresiones sexuales y desaparecidos; así como los cometidos en el ámbito familiar
y en materia de menores de edad.
c) La Brigada del Patrimonio Histórico, encargada de la investigación y persecución
de las actividades delictivas relacionadas con el patrimonio histórico artístico.
4. Unidad Central de Inteligencia Criminal.
Da apoyo al titular de la Comisaría General en sus funciones de dirección, planificación
y toma de decisiones. En el marco de su ámbito competencial y, como parte de la
estructura nacional de inteligencia y planificación, se responsabiliza de la captación,
recepción, análisis, tratamiento y desarrollo de las informaciones relativas a la
criminalidad, así como la elaboración, desarrollo y seguimiento y control de planes
estratégicos y operativos, y la actividad prospectiva.
5. Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal.
Asume la investigación y persecución de las actividades delictivas, de ámbito nacional e
internacional, en materia de delincuencia económica y fiscal, así como la coordinación
operativa y el apoyo técnico a las respectivas Unidades territoriales. De esta Unidad
dependerán:
a) La Brigada Central de Delincuencia Económica y Fiscal, a la que le corresponde la
investigación de los delitos relacionados contra las Haciendas Públicas, contra la
Seguridad Social, sus Entidades Gestoras en sus distintas modalidades, y los delitos
contra los derechos de los trabajadores, fraudes financieros, fraudes en los medios
de pago, delitos bursátiles, espionaje industrial y estafas de especial trascendencia.
b) La Brigada Central de Investigación de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción, a
la que corresponde la investigación de hechos delictivos relacionados con el
blanqueo de capitales procedente de hechos delictivos, los delitos económicos
relacionados con la piratería internacional, la corrupción en sus distintas
modalidades y la localización y la recuperación de activos.
140
c) La Brigada Central de Inteligencia Financiera, a la que corresponde la
investigación y persecución de los hechos delictivos relacionados con las actividades
y sujetos regulados por la normativa de prevención del blanqueo de capitales.
d) La Brigada de Investigación del Banco de España, que asume la investigación y
persecución de los delitos relacionados con la falsificación de moneda nacional y
extranjera, funcionando como Oficina Central Nacional a este respecto.
e) La Unidad Adscrita a la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad
Organizada, que desempeñará los cometidos que, como Policía Judicial, le asigne el
órgano al que figura adscrita.
6. Unidad de Investigación Tecnológica.
Asume la investigación y persecución de las actividades delictivas que impliquen la
utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el ciberdelito
de ámbito nacional y transnacional, relacionadas con el patrimonio, el consumo, la
protección al menor, la pornografía infantil, delitos contra la libertad sexual, contra el
honor y la intimidad, redes sociales, fraudes, propiedad intelectual e industrial y
seguridad lógica. Actuará como Centro de Prevención y Respuesta E‐Crime del Cuerpo
Nacional de Policía.
De esta Unidad dependerán:
a) La Brigada Central de Investigación Tecnológica, a la que corresponde la
investigación de las actividades delictivas relacionadas con la protección de los
menores, la intimidad, la propiedad intelectual e industrial y los fraudes en las
telecomunicaciones.
b) La Brigada Central de Seguridad Informática la que corresponde la investigación
de las actividades delictivas que afecten a la seguridad lógica y a los fraudes.
Artículo 8 Comisaría General de Seguridad Ciudadana
Estará integrada por las siguientes Unidades:
1. Secretaría General.
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En su función de apoyo y asistencia a la Comisaría General, analiza y planifica sus líneas
generales de actuación, y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios
adscritos a la misma. Se responsabiliza, además, de las bases de datos propias de la
Comisaría General, así como de las actividades de investigación y desarrollo.
Estará adscrita a la Secretaría General la Oficina Nacional de Deportes, que tendrá
encomendadas las funciones de coordinación y apoyo a los Coordinadores de Seguridad
en acontecimientos deportivos, así como todas aquellas relacionadas con la prevención
de la violencia en los espectáculos deportivos, actuando a estos efectos como Punto
Nacional de Información.
El Secretario General, como segundo jefe de la Comisaría General, sustituye a su titular
en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
2. Jefatura de Unidades de Intervención Policial.
Asume la prevención, mantenimiento y, en su caso, restablecimiento del orden público,
así como la coordinación, supervisión y control de las Unidades de Intervención Policial,
sin perjuicio de la dependencia funcional de las mismas de la respectiva Jefatura
Superior, Comisaría Provincial o Comisaría Local donde tengan su sede o se hallen
asignadas.
3. Unidad Central de Protección.
Asume la organización y ejecución de la protección de altas personalidades nacionales
y extranjeras y de aquellas personas que se determinen, así como la de los edificios e
instalaciones que por su interés lo requieran. De esta Unidad dependerán:
a) Brigada Central de Escoltas, que asume las competencias de protección integral
de altas personalidades del Estado, testigos protegidos y personas que se
determinen, y de aquellos edificios e instalaciones que por su interés lo requieran.
b) Brigada Central de Protecciones Especiales, que asume la planificación y
ejecución de los dispositivos de seguridad y protección integral de personalidades o
delegaciones extranjeras durante su estancia en nuestro país, con motivo de visitas
y celebraciones de eventos de carácter internacional, así como la seguridad de los
traslados de obras de arte que por su importancia lo requieran.
4. Jefatura de Unidades Especiales.
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Asume la coordinación, supervisión y control de aquellas unidades con funciones de
prevención y mantenimiento de la seguridad ciudadana y el ejercicio de las
competencias propias del Cuerpo Nacional de Policía en los medios de transporte
colectivo de viajeros, como son: las Unidades Especiales (Caballería, Guías Caninos,
Subsuelo y Protección Ambiental) y Especializadas (Brigada Móvil‐Policía en el
transporte y Unidades de Prevención y Reacción), sin perjuicio de la dependencia
funcional de las mismas de la respectiva Jefatura Superior, Comisaría Provincial o
Comisaría Local donde tengan su sede.
5. Unidad Central de Seguridad Privada.
En su condición de Autoridad Nacional de Control, le corresponde el ejercicio de las
funciones de control de las empresas y del personal de seguridad privada, de sus
actuaciones y servicios, así como las relativas a las comprobaciones de las medidas de
seguridad, y aquellas otras que les estén atribuidas en la normativa específica sobre esta
materia, ejerciendo la coordinación y la dirección técnica de las respectivas Unidades
territoriales. De esta Unidad dependerán:
a) Brigada Central de Inspección e Investigación, que asume la ejecución de las
actuaciones policiales de inspección de los servicios, actuaciones y medidas de
seguridad e investigación del intrusismo y de las infracciones cometidas en este
ámbito, así como las relaciones de colaboración con el sector de la seguridad
privada.
b) Brigada Central de Empresas y Personal, que asume la ejecución de las
actuaciones policiales necesarias para la inscripción de empresas, la habilitación del
personal y la tramitación de los expedientes que se le encomienden sobre
autorizaciones y resoluciones sancionadoras.
6. Unidad Central de Participación Ciudadana.
Le corresponde impulsar, controlar y evaluar el funcionamiento de las distintas
Unidades dedicadas a la prevención y mantenimiento de la seguridad ciudadana,
canalizar las relaciones con los colectivos ciudadanos para la atención de las demandas
sociales en materia policial, promover la implantación de los planes de prevención
dirigidos a los colectivos vulnerables y coordinar la actuación de las Unidades que tienen
asignada la protección de las víctimas en materia de violencia de género.
Artículo 9 Comisaría General de Extranjería y Fronteras
Estará integrada por las siguientes Unidades:
143
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia, dirige, coordina y gestiona las funciones que le
encomiende el titular de la Comisaría General; planifica y analiza las líneas generales de
actuación; dirige y coordina las funciones relacionadas con la normativa y emisión de
informes; gestiona los asuntos relativos al régimen de personal, medios técnicos y
materiales así como los referidos a la tramitación y control de los procedimientos de
extranjería; se responsabiliza de las bases de datos propias; gestiona el Registro Central
de Extranjeros y, en coordinación con la Fiscalía General del Estado, el Registro de
Menores Extranjeros No Acompañados.
El Secretario General es el segundo Jefe de la Comisaría General, sustituyendo al
Comisario General en caso de ausencia, vacante o enfermedad.
2. Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales.
Le corresponde la investigación de las actividades delictivas, de ámbitos nacional y
transnacional, relacionadas con la trata de seres humanos, el tráfico de personas, la
inmigración ilegal y las falsedades documentales en esta materia, así como de los delitos
conexos a aquéllos; realiza la coordinación operativa y apoyo técnico de las Brigadas y
Unidades territoriales; la captación, análisis, explotación, seguimiento, difusión e
intercambio, tanto a organismos nacionales como internacionales, de información
relativa a la inmigración irregular, tráfico de seres humanos y de cualquier otro aspecto
relacionado con la extranjería y tráfico de personas; y las funciones de inteligencia y
planificación de la información de carácter policial en materia de extranjería. Funciona
como Oficina Central Nacional a este respecto en relación con otros organismos o
entidades que actualmente existen o que puedan establecerse.
En esta Unidad se integran:
a) La Brigada Central de Falsedades Documentales a la que le corresponden las
funciones de investigación, detección e intervención de los documentos falsos en el
área de la Comisaría General. Realiza y participa en las reuniones de los diferentes
grupos de trabajo, comisiones y otros mecanismos de coordinación, tanto
nacionales como internacionales, especialmente los de la Unión Europea, sobre
técnicas e investigaciones referidas a la adopción de medidas de seguridad en
documentos. Dirige la cooperación internacional en este ámbito así como la emisión
de informes y alertas.
b) Brigada Central contra Trata de Seres Humanos. Le competen las funciones
relativas a la investigación y la lucha contra las redes y organizaciones
144
delincuenciales dedicadas al tráfico de personas, a la inmigración ilegal, explotación
laboral y tráfico ilícito de mano de obra, trata de seres humanos, o explotación en
la prostitución, dirigiendo y coordinando la actuación que afecte a más de una
brigada o unidad periférica policial territorial o que por su trascendencia lo requiera,
así como colaborar con otras autoridades judiciales, fiscales, policiales o
administrativas, nacionales o internacionales en dichas funciones, participando en
los foros y grupos de trabajo que se establezcan en el seno de las diferentes
instituciones de la Unión Europea y demás relaciones bilaterales o multilaterales de
carácter internacional.
3. Unidad Central de Fronteras.
Realiza las funciones de gestión, coordinación y control, relativas a la entrada y salida
de españoles y extranjeros del territorio nacional, y el régimen de fronteras, así como la
coordinación, en los Puestos Fronterizos, de aquellas otras que la legislación vigente
atribuye al Cuerpo Nacional de Policía, funcionando como Oficina Central Nacional a
este respecto.
De esta Unidad depende la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina, que se
configura como una unidad operativa móvil de control de fronteras a la que le
corresponden las funciones de refuerzo de unidades territoriales y puestos fronterizos
que lo demanden para el control de vehículos y personas, lucha contra la inmigración
ilegal y trata de seres humanos, apoyo en situaciones de crisis humanitarias, control de
entrada y salida del territorio nacional y prevenir el orden público, la seguridad nacional,
la salud pública y las relaciones internacionales.
4. Unidad Central de Expulsiones y Repatriaciones.
Se encarga de la dirección, coordinación, organización, control y ejecución de las
expulsiones, devoluciones y repatriaciones de menores, así como el control y
coordinación de los centros de internamiento de extranjeros. Igualmente, efectúa las
gestiones tendentes a la determinación de la nacionalidad de procedencia de los
ciudadanos extranjeros indocumentados y coordina el cauce de información con los
establecimientos penitenciarios referente a la excarcelación de extranjeros.
5. Centro Nacional de Inmigración y Fronteras.
Con funciones de elaboración, canalización y seguimiento de la aplicación de la
normativa de la Unión Europea e Internacional, en materias propias de la Comisaría
General ‐extranjería, fronteras e inmigración‐, para cuyo cumplimiento actúa como
Oficina Central Nacional.
145
Igualmente, le corresponde la elaboración de informes especializados solicitados por
distintos órganos nacionales e internacionales, en particular de la Unión Europea,
además de los derivados de las relaciones bilaterales y multilaterales, en materia de
extranjería y fronteras, así como la coordinación estratégica y su impacto operativo.
A este efecto, coordinará los Puntos de Contacto Nacionales integrados en la Comisaría
General de Extranjería y Fronteras para el intercambio de información y cooperación
técnica y operativa en el ámbito de la inmigración y de la gestión integral de las
fronteras, con las Instituciones de la Unión Europea, Estados miembros, países terceros,
la Agencia Europea de Fronteras (FRONTEX) y otros organismos de cooperación,
especialmente sobre flujos migratorios, inmigración irregular y cruce ilegal de las
fronteras, prestando, en su caso, apoyo en las fronteras exteriores, coordinando las
actuaciones que sean necesarias desde el punto de vista operativo, material, técnico,
logístico u organizativo, para el correcto desempeño de sus cometidos.
Artículo 10 Comisaría General de Policía Científica
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia a la Comisaría General, analiza y planifica sus líneas
generales de actuación, y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios
adscritos a la misma. Se responsabiliza además de las bases de datos propias de la
Comisaría General, así como de las actividades en materia de investigación y desarrollo.
Igualmente asume la coordinación operativa y el apoyo técnico de las respectivas
unidades territoriales.
El Secretario General, como segundo jefe de la Comisaría General, sustituye a su titular
en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
2. Unidad Central de Identificación.
Asume las funciones relacionadas con la reseña dactilar, la identificación lofoscópica, el
servicio automático de identificación dactilar, y la antropología forense, así como la
elaboración de los informes periciales, de interés policial y judicial, relacionados con las
materias de su competencia.
3. Unidad Central de Criminalística.
Asume las funciones de estudiar y realizar los informes periciales, de interés policial y
judicial, en materia de falsificación documental, grafoscopia, balística forense
identificativa y operativa, trazas instrumentales, acústica forense e informática forense,
146
así como la elaboración de los informes periciales, de interés policial y judicial,
relacionados con las materias de su competencia.
4. Unidad Central de Investigación Científica y Técnica.
Asume las funciones relacionadas con la investigación científica y técnica y el control de
calidad y la inteligencia científico policial, así como las relaciones con otros organismos
e instituciones, tanto nacionales como internacionales, en materia de policía científica.
5. Unidad Central de Análisis Científicos.
Asume las funciones de gestionar los laboratorios de Policía Científica en las áreas de
Biología‐ADN, Química y Toxicología, así como la realización de analíticas especializadas
y la elaboración de los informes periciales, de interés policial y judicial, relacionados con
las materias de su competencia.
6. Unidad Central de Coordinación Operativa.
Artículo 11 División de Cooperación Internacional
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia a la División, analiza y planifica sus líneas generales
de actuación y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios adscritos
a la misma, responsabilizándose de las bases de datos propias de la División.
A ella está adscrito el Centro de Comunicaciones Internacionales en el que se integrará
la Oficina Central Nacional de la Red BDL de la Unión Europea.
El Secretario General, como segundo jefe de la División, sustituye a su titular en los casos
de vacante, ausencia o enfermedad.
147
2. Área de Coordinación Internacional.
Con las misiones de gestionar y coordinar todos los asuntos relacionados con la
cooperación policial internacional no atribuidos específicamente a otras unidades.
En particular, la coordinación de la posición de la Dirección General de la Policía en los
grupos de trabajo de la Unión Europea y otros foros de cooperación multilateral, la
coordinación de los aspectos relacionados con las misiones de asistencia técnica y
formación a terceros países, la gestión de las actividades que realiza el personal policial
que presta servicio en el extranjero y la coordinación de la cooperación bilateral.
3. Oficina Central Nacional de Interpol.
Con las misiones de cooperación técnica y operativa con las Policías de otros países y
cooperar en el auxilio judicial, conforme a lo establecido en los Tratados y Acuerdos
Internacionales.
4. Unidad Nacional de Europol.
Con las misiones de canalizar y coordinar la cooperación técnica y operativa con la
Agencia Europol en el marco de las disposiciones de la Unión Europea que regulan su
funcionamiento.
5. Oficina Sirene.
Con las misiones de cooperación técnica y operativa establecidas en las disposiciones
de la Unión Europea que regulan su funcionamiento en el ámbito de la cooperación
Schengen.
Artículo 12 División de Personal
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia a la División, gestiona los asuntos relativos al
régimen de personal y medios adscritos a la misma, prestando asistencia técnica,
jurídica y administrativa a los diferentes órganos que la integran, coordinando la
actuación de los mismos, así como del ejercicio de las funciones propias del Tribunal
Médico. Se responsabiliza además de las bases de datos propias de la División.
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Su titular, como segundo jefe de la División, sustituye al responsable de ésta en los casos
de vacante, ausencia o enfermedad. Dependerán de la Secretaría General:
a) Área de Retribuciones: Gestiona las retribuciones correspondientes al personal
de la Dirección General de la Policía
b) Área de Asuntos Jurídicos: Encargada de la respuesta y tramitación de las
reclamaciones y de los recursos administrativos y judiciales.
c) Área de Personal no Policial: Asume las funciones relacionadas con la gestión y
organización de los recursos humanos no policiales.
d) Área de Análisis y Desarrollo de la Gestión: ejercerá las funciones de prospección
y de análisis necesarios para la gestión de los recursos humanos en la Dirección
General de la Policía, así como el estudio e implantación de procedimientos para la
mejora de dicha gestión.
e) Área Sanitaria: se responsabiliza de la planificación y el seguimiento de la
asistencia sanitaria y el control del absentismo, así como del ejercicio de las
funciones propias del Tribunal Médico.
2. Unidad de Gestión de Personal Policial.
Asume las funciones de administración de los recursos humanos policiales y la gestión
del catálogo de puestos de trabajo, así como la tramitación y expedición de documentos
sobre los datos obrantes en los expedientes de personal. De esta Unidad dependerán:
a) Área de Gestión del Catálogo del Cuerpo Nacional de Policía: Se responsabiliza de
las funciones de ejecución del Catálogo de Puestos de Trabajo del Cuerpo Nacional
de Policía, y la organización de los destinos y puestos de trabajo de dicho personal.
149
b) Área de Documentación y Expediente Personal: Encargada de las funciones de
gestión, verificación y control de los incidentes que afectan al expediente del
personal policial, así como la gestión de las situaciones del mismo.
3. Unidad de Régimen Disciplinario.
Asume las funciones de administrar y gestionar el régimen disciplinario del Cuerpo
Nacional de Policía, así como las competencias que se le atribuyen respecto de los
demás empleados públicos adscritos a la Dirección General de la Policía. De esta Unidad
dependerá el Área de Coordinación de Régimen Disciplinario, encargada de la
coordinación, seguimiento y control de la instrucción de los expedientes disciplinarios.
Artículo 13 División de Formación y Perfeccionamiento
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
En su función de apoyo y asistencia a la División, analiza y planifica sus líneas generales
de actuación, y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal, medios adscritos,
recursos y normativa. Se responsabiliza, además, de las bases de datos propias de la
División, así como de las actividades en materia de investigación y desarrollo.
Su titular, como segundo jefe de la División, sustituye al responsable de ésta en los casos
de vacante, ausencia o enfermedad. Dependerá de la Secretaría General el Área de
Planificación y Psicopedagogía, que se responsabilizará de los planes y proyectos
formativos, la prospectiva y la planificación psicopedagógica.
2. Escuela Nacional de Policía.
Le corresponde desarrollar e impartir los cursos y programas formativos de acceso a las
Escalas Ejecutiva y Básica del Cuerpo Nacional de Policía, así como las acciones
formativas dirigidas a alumnos de otros cuerpos policiales que se establezcan en el
ámbito de la cooperación policial, tanto a nivel nacional como internacional.
Asimismo llevará a cabo la programación y la ejecución de los cursos relacionados con
la promoción interna de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, con excepción
de aquellos encomendados al Centro de Altos Estudios Policiales.
En la Escuela Nacional de Policía, se incardinará, preferentemente, la actividad docente
del Centro de Actualización y Especialización.
La sede de la Escuela Nacional de Policía radicará en la ciudad de Ávila.
150
3. Centro de Actualización y Especialización.
Al que corresponde la planificación, coordinación y dirección de las actividades docentes
orientadas a la formación permanente para la actualización y especialización de los
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, y del que depende el Centro de Prácticas
Operativas encargado de organizar las actividades docentes de adiestramiento táctico‐
operativo de unidades policiales. El Centro de Actualización y Especialización tendrá
sede en las ciudades de Ávila, Linares (Jaén) y Madrid, de acuerdo con la resolución que
al respecto adopte la Dirección General de la Policía, en función de la actividad docente
a impartir.
4. Centro de Altos Estudios Policiales.
Con las funciones de desarrollar e impulsar las acciones formativas, específicas y
complementarias, de altos responsables de la Seguridad Pública, así como del conjunto
de operadores de seguridad, en el ámbito de la Dirección General de la Policía,
fomentando para ello la participación y colaboración de la Universidad y otras
Instituciones públicas y privadas. Igualmente le competen las tareas de programar,
desarrollar e impartir los cursos relacionados con la promoción interna de los
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía a la Escala Superior y a la primera categoría
de la Escala Ejecutiva.
Del Centro de Altos Estudios Policiales dependerá el Instituto de Estudios de la Policía,
con las funciones de investigación, desarrollo y promoción de nuevos métodos y
técnicas profesionales, la captación y análisis de necesidades sociales que afecten o
puedan afectar a la seguridad ciudadana y al Cuerpo Nacional de Policía, el desarrollo
de programas y proyectos de colaboración con Universidades y otras entidades
relacionadas con actividades científicas para el cumplimiento de las anteriores
funciones.
5. Área de Procesos Selectivos.
Con la función de administrar los procesos selectivos para el acceso y la promoción
interna a las diferentes Categorías y Escalas del Cuerpo Nacional de Policía, la
convocatoria de los cursos de actualización para la posterior promoción por antigüedad
selectiva, así como la habilitación del personal de seguridad privada, los procesos de
acceso a la profesión de vigilantes de seguridad y especialidades, y la inspección de sus
centros de formación.
Artículo 14 División Económica y Técnica
Estará integrada por las siguientes unidades:
151
1. Secretaría General.
Le corresponde el apoyo y asistencia a la División, analiza y planifica sus líneas generales
de actuación, y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios adscritos
a la misma; gestiona la explotación de los medios aéreos, su control y mantenimiento,
así como la coordinación, supervisión y control de las bases periféricas, sin perjuicio de
la dependencia funcional de las mismas de las respectivas Jefaturas Superiores,
Comisarías Provinciales o Comisarías Locales donde tengan su sede. Se responsabiliza
además de las bases de datos propias de la División, así como del impulso de las
actividades relacionadas con la investigación y desarrollo en las áreas de competencia
de la División.
Su titular, como segundo Jefe de la División, sustituye al responsable de ésta en los casos
de vacante, ausencia o enfermedad.
2. Jefatura de Sistemas Especiales.
Le corresponden las funciones de desarrollo y aplicación de equipos técnicos destinados
a la investigación policial.
3. Unidad Económica.
Le corresponde la elaboración de la propuesta de presupuestos de la Dirección General
de la Policía, la gestión administrativa de expedientes de contratación y de gasto, el
análisis, seguimiento y control de la ejecución presupuestaria, así como la gestión
financiera y de pagos. Asimismo, gestionará el gasto corriente en bienes y servicios de
la Dirección General.
De la Unidad Económica dependen:
a) Área Financiera y Presupuestaria, con las funciones de elaboración técnica del
presupuesto, la gestión financiera, contable y de pagos.
b) Área Medios Materiales, a la que corresponde gestionar el gasto corriente en
bienes y servicios. Igualmente se encargará de la tramitación de los expedientes de
contratación administrativa y de gastos, salvo los concernientes a gastos de
personal.
152
4. Unidad Técnica.
De la Unidad Técnica dependen:
a) Área de Patrimonio y Arquitectura, con las funciones de programar, proyectar y
dirigir las obras de construcción, reforma y actualización de los bienes inmuebles de
la Dirección General de Policía, así como gestionar el inventario patrimonial de la
misma.
b) Área de Automoción, con las funciones de programar, distribuir y gestionar los
medios de automoción, la habilitación y especialización de los conductores, así
como dar apoyo técnico‐operativo al resto de unidades a través del Grupo Operativo
de Intervenciones Técnicas.
Artículo 15 División de Documentación
Estará integrada por las siguientes unidades:
1. Secretaría General.
Le corresponde prestar asistencia y apoyo a la División, analiza y planifica sus líneas
generales de actuación y gestiona los asuntos relativos al régimen de personal y medios
adscritos a la misma, asimismo será la encargada de organizar y gestionar los servicios
relacionados con la documentación de ciudadanos españoles y extranjeros. Se
responsabiliza igualmente de las bases de datos propias de la División y tendrá acceso
al Registro Central de Extranjeros para el trámite de las materias de su competencia.
Su titular, como segundo Jefe de la División, sustituye al responsable de ésta en los casos
de vacante, ausencia o enfermedad.
2. Área de Tratamiento Documental y Archivo, le corresponde la gestión de los fondos
documentales de la Dirección General de la Policía, de acuerdo con las precisiones
establecidas en la Orden INT/2528/2002, de 2 de octubre, la realización de las actividades
relacionadas con la gestión de los antecedentes de las personas de interés policial, así como
las requisitorias judiciales y policiales.
153
CAPÍTULO II
Órganos colegiados
Artículo 16 La Junta de Gobierno
1. Le incumbe la misión de prestar asistencia y colaboración al Director General de la Policía en
el desempeño de sus funciones. Corresponde a la Junta de Gobierno la emisión de informes
respecto a los asuntos que el Director General estime conveniente someter a su conocimiento
y consideración, en las siguientes materias:
a) Definición de objetivos en las diferentes áreas de actuación.
b) Elaboración de proyectos, planes y programas.
c) Elección de indicadores para el control y valoración de resultados.
d) Asignación de recursos humanos y medios materiales y económicos.
e) Determinación de criterios básicos para la aplicación del régimen de selección, formación
y promoción del personal.
f) Determinación de criterios básicos en materia de estímulos, recompensas y sanciones.
g) Adopción de medidas para el mantenimiento de la deontología profesional, prestigio y
buena imagen profesional de la Policía.
2. Bajo la presidencia del Director General de la Policía, la Junta de Gobierno estará compuesta
por el Director Adjunto Operativo, que tendrá la condición de Vicepresidente, el Subdirector
General de Recursos Humanos, el Subdirector General de Logística, el Subdirector General del
Gabinete Técnico, los Comisarios Generales y los Jefes de División. Actuará como Secretario de
la Junta, el Jefe de la División del Personal.
Asimismo, podrán asistir a las reuniones de la Junta de Gobierno, con voz, pero sin voto, aquellas
otras personas que, en función de los asuntos a tratar, convoque el Director General de la Policía.
154
Artículo 17 El Consejo Asesor
1. Es un órgano colegiado permanente de la Dirección General de la Policía, presidido por su
Titular, con las misiones de asesorar, emitir informes y elaborar estudios sobre aquellos asuntos
que, por su especial complejidad o trascendencia, aquél estime conveniente someter a su
conocimiento y consideración, así como elevar propuestas sobre aquellas materias que, por
iguales motivos y con base en la experiencia y conocimientos de sus miembros, puedan
redundar en la mejora de la organización policial.
2. Estará integrado por dieciséis Consejeros designados por el Director General, entre
funcionarios de reconocido prestigio profesional y especiales conocimientos en el ámbito
competencial del Cuerpo Nacional de Policía. La Secretaría del Consejo Asesor se incardinará en
el Gabinete Técnico.
3. Por acuerdo del Director General de la Policía, en el seno del Consejo Asesor, se podrán formar
grupos específicos de trabajo, coordinados e integrados por los Consejeros que se determinen,
para impulsar los proyectos que se estime conveniente. A estos efectos, contarán con el
personal de apoyo preciso para la realización de las tareas que se les encomienden.
CAPÍTULO III
Organización periférica
Artículo 18 Jefaturas Superiores de Policía
1. Las Jefaturas Superiores de Policía son órganos de mando, gestión, coordinación e inspección
de los distintos servicios dependientes de la Dirección General de la Policía existentes en el
ámbito territorial de actuación del Cuerpo Nacional de Policía.
a) Su denominación, sede y ámbito territorial son los que se mencionan en el Anexo I de la
presente Orden.
b) Dependiendo del Jefe Superior, existirá una Unidad de Coordinación Operativa Territorial,
que tendrá encomendadas las actividades de coordinación de las operaciones de las
diferentes unidades territoriales operativas, así como el seguimiento, control y supervisión
de los servicios, en el ámbito de la Jefatura Superior, a la que estarán adscritas las Unidades
Territoriales de Inteligencia.
El Jefe Regional de Operaciones, como titular de esta Unidad, sustituirá al Jefe Superior
en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
c) Las Jefaturas Superiores contarán con un Gabinete, que dependerá directamente de los
titulares de las mismas, para su asistencia y asesoramiento.
155
d) En el caso de Jefaturas Superiores pluriprovinciales y con el fin de prestar apoyo y
coordinar las investigaciones sobre la delincuencia que actúa en diferentes provincias se
podrán crear Brigadas Regionales por cada área de actividad ‐Información, Policía Judicial,
Seguridad Ciudadana, Extranjería y Fronteras y Policía Científica‐, las cuales dependerán de
la Unidad de Coordinación Operativa Territorial.
e) Con la misma finalidad de apoyo y coordinación de la gestión de recursos humanos y la
logística, las Jefaturas Superiores de Policía que se determinen en el Catálogo de Puestos de
Trabajo contarán con Secretarías Generales.
Artículo 19 Comisarías Provinciales y de las ciudades de Ceuta y Melilla
Existirá una Comisaría Provincial de Policía en cada una de las provincias del territorio nacional
con sede en la capital de la misma, así como sendas Comisarías en las Ciudades de Ceuta y
Melilla. Su titular asumirá el mando de los distintos servicios de la Dirección General de la Policía
en su territorio.
En aquellas provincias en que se ubique la sede de la Jefatura Superior de Policía y en las
Ciudades de Ceuta y Melilla, la Dirección General de la Policía podrá determinar que el titular de
la Jefatura Superior asuma directamente la Jefatura de la Comisaría Provincial y la de las
Comisarías de dichas ciudades.
Las Comisarías Provinciales y las de las Ciudades de Ceuta y Melilla podrán tener la siguiente
estructura básica:
1. Unidad de Coordinación Operativa Provincial.
Existirá en aquellas Comisarías Provinciales cuyo número de dependencias y volumen
de la plantilla lo aconseje y así se recoja en el Catálogo de Puestos de Trabajo, con las
funciones de coordinación de las operaciones de las unidades territoriales operativas, y
las de seguimiento, control y supervisión de los servicios.
En las ciudades sede de la Jefatura Superior, ejercerá estas funciones la Unidad de
Coordinación Operativa Territorial con dependencia directa del Jefe Superior.
Los Jefes Provinciales de Operaciones, como titulares de las Unidades de Coordinación
Operativa Provincial, sustituirán a los Jefes de las Comisarías Provinciales respectivas en
los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
2. Unidades Territoriales Operativas.
156
Las Comisarías Provinciales y las de las Ciudades de Ceuta y Melilla contarán con tantas
unidades territoriales operativas especializadas como Comisarías Generales se
establecen en la presente Orden, que llevarán a cabo, en su ámbito territorial, las
funciones encomendadas a los mencionados Órganos Centrales, así como las de
coordinación y apoyo de las unidades de su misma área funcional del resto de plantillas
de su ámbito territorial, en los términos que se aprueben por la Dirección Adjunta
Operativa. Su creación, rango administrativo, denominación y estructura se establecerá
en el Catálogo de Puestos de Trabajo.
Asimismo, cuando las circunstancias e incidencia de la delincuencia lo aconsejen, podrán
contar con las Comisarías Zonales que se determinen en el Catálogo de Puestos de
Trabajo.
En las Comisarías Provinciales en las que no exista Unidad de Coordinación Operativa
Provincial, el titular de aquélla será sustituido en los casos de vacante, ausencia o
enfermedad, a falta de designación expresa, por el Jefe de la Unidad Territorial
Operativa de mayor categoría, y en caso de igualdad en la categoría, por el titular de
aquella Unidad Territorial que figure primero en el orden en que estén relacionadas en
el Catálogo de Puestos de Trabajo.
3. Secretaría General.
Dependiendo directamente del titular, asume las funciones de apoyo técnico y de
gestión de los recursos humanos y la logística, así como la gestión y coordinación de las
unidades y equipos de expedición de la documentación de los ciudadanos españoles y
extranjeros residentes y del archivo. En los casos de ciudades sede de Jefatura Superior
pluriprovincial, asumirá la coordinación de la gestión de todas las Secretarías Generales
de aquélla.
Artículo 20 Comisarías Locales
En las poblaciones que se indican en el Anexo II de esta Orden, existirá una Comisaría Local de
Policía, que realizará aquellas funciones que el ordenamiento jurídico atribuye al Cuerpo
Nacional de Policía. La demarcación de su ámbito territorial de actuación comprenderá las
poblaciones que se mencionan en su denominación y, en su caso, aquellas que expresamente
se indique.
Las Comisarías Locales contarán con las unidades necesarias para el cumplimiento de sus
funciones, las cuales tendrán su sede en las poblaciones que se determinen.
Artículo 21 Comisarías de Distrito
Son las unidades básicas de la organización policial en las grandes urbes. Existirán en las
localidades y en el número que se refleja en el Anexo III, que podrá ser modificado por resolución
del Director General de la Policía, cuando las circunstancias de índole administrativo, social o
delincuencial así lo aconsejen.
157
Artículo 22 Puestos Fronterizos
Son los pasos o lugares físicos habilitados de entrada y salida del territorio nacional de españoles
y extranjeros. La Unidad Policial de los Puestos Fronterizos realizará las funciones de control
policial, de carácter fijo y móvil, de entrada y salida de personas del territorio nacional, así como
la seguridad interior de los aeropuertos cuando tuvieran su sede en los mismos.
Tienen también la consideración de Puestos Fronterizos aquellos puertos, aeropuertos y pasos
terrestres que estén reconocidos, o puedan serlo en el futuro, como frontera exterior Schengen.
Cuando las localidades en las que se encuentren los Puestos Fronterizos cuenten con Comisarías
de Policía, estarán integrados en la estructura orgánica de ésta. En los demás casos, formarán
parte de la estructura de la respectiva Jefatura Superior de Policía o Comisaría Provincial.
Existirán en las localidades reflejadas en el Anexo IV de esta Orden.
Artículo 23 Unidades de Cooperación Policial en los Centros de Cooperación Policial y Aduanera
Son unidades destinadas a desarrollar, en la zona fronteriza, la cooperación en materia policial
con aquellos Estados con los que España comparte frontera común de acuerdo con lo previsto
en los Convenios o Acuerdos Internacionales correspondientes.
Existirán en las localidades reflejadas en el Anexo V de esta Orden.
Sin perjuicio de lo establecido en el párrafo primero, cuando las localidades en las que se
encuentren los Centros de Cooperación Policial y Aduanera y los Centros de Cooperación Policial
cuenten con Comisaría de Policía, estarán integradas en la estructura orgánica de ésta. En los
demás casos, formaran parte de la estructura de la respectiva Comisaría Provincial.
Artículo 24 Unidades de Extranjería y Documentación en Puestos Fronterizos
Asumirán las funciones policiales en materia de extranjería y documentación y, particularmente,
la ejecución de controles móviles en la zona fronteriza, así como la tramitación y expedición de
documentación de ciudadanos extranjeros en los Puestos Fronterizos. Dichos cometidos podrán
ser también realizados en esos lugares directamente por la respectiva Brigada Provincial o
Comisaría Local, excepto la documentación de extranjeros residentes en España.
En el ejercicio de las competencias enunciadas, las Unidades de Extranjería, y las de Extranjería
y Documentación en los Puestos Fronterizos dependerán, para el ejercicio de sus funciones de
la respectiva Brigada Provincial de Extranjería.
Existirán en las localidades reflejadas en el Anexo VI de esta Orden,
Artículo 25 Dependencias
Las Unidades que integran la organización periférica de la Dirección General de la Policía tendrán
dependencia funcional de los órganos centrales correspondientes a su área de actividad policial,
a través de la estructura orgánica y jerárquica de mando, que se establece en la presente Orden,
sin perjuicio de las funciones de jefatura y dirección de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
158
Estado que corresponden a los Delegados del Gobierno, Subdelegados o Directores Insulares,
según los casos, quienes las ejercerán bajo la dependencia funcional del Ministerio del Interior.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Disposición adicional primera Desarrollo de las unidades y servicios de inferior rango
A través del Catálogo o Relación de Puestos de Trabajo del Cuerpo Nacional de Policía se
determinará el resto de las unidades y servicios de la misma, tanto a nivel central como
periférico, así como su nivel administrativo, en función de las necesidades de adaptación de los
servicios policiales a la realidad delincuencial y social.
Disposición adicional segunda Normas de funcionamiento de los Órganos Colegiados
Sin perjuicio de las especialidades previstas en la presente Orden, el funcionamiento de los
órganos colegiados de la Dirección General de la Policía se ajustará a lo dispuesto en el Capítulo
II del Título II de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición adicional tercera No incremento de gasto
La aplicación de la presente Orden no supondrá incremento del gasto público.
Disposición adicional cuarta Creación de unidades específicas
Con el fin de potenciar y optimizar la lucha contra determinados tipos de criminalidad, y en
función de los informes estratégicos que sobre la situación y tendencias de los mismos se
elaboren periódicamente, podrán crearse, a través del Catálogo de Puestos de Trabajo, unidades
policiales específicas, dependientes orgánica y funcionalmente de la Comisaría General que en
cada caso se determine, para la lucha contra dicho fenómeno en aquellas zonas geográficas
especialmente afectadas por el mismo.
Disposición adicional quinta Desarrollo de la estructura de los Servicios de información
De conformidad con la Ley de Secretos Oficiales, de 5 de abril de 1968, actualizada por la Ley
48/1978, de 7 de octubre, y a los Acuerdos del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de
1986 y 8 de marzo de 1996, en los que se otorga la clasificación de secreto, entre otros, a la
organización y estructura de los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, la estructura y servicios de tal naturaleza dependientes de la Dirección General de la
Policía, serán los que se determinen por Orden Comunicada de este Departamento.
Disposición adicional sexta Sustituciones y suplencias
Las sustituciones no previstas expresamente en la presente Orden, de los titulares de las
unidades, en los casos de vacante ausencia o enfermedad, se efectuará de acuerdo con los
criterios del artículo 17.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y a falta de designación
expresa corresponderá ejercer la sustitución a los responsables de las unidades inmediatamente
inferiores, en el orden en que estén relacionadas en el Catálogo de Puestos de Trabajo.
159
Disposición adicional séptima Modificación de la Orden de 15 de febrero de 1990, por la que se
desarrolla el Real Decreto 1668/1989, de 29 de diciembre
El apartado cuarto de la Orden de 15 de febrero de 1990, por la que se desarrolla el Real Decreto
1668/1989, de 29 de diciembre, queda redactado de la siguiente manera:
«Cuarto. Se crean las siguientes Unidades de Intervención Policial:
Unidad Central de Intervención Policial, dependiente directamente de la Jefatura de las
Unidades de Intervención Policial, que tendrá su base en Madrid y ámbito de actuación
en todo el territorio nacional.
Primera Unidad de Intervención Policial, con base en Madrid y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y
Albacete.
Segunda Unidad de Intervención Policial, con base en Barcelona y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona.
Tercera Unidad de Intervención Policial, con base en Valencia, y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Valencia, Castellón de la Plana, Alicante, Murcia e Illes
Balears.
Cuarta Unidad de Intervención Policía, con base en Sevilla y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba, Badajoz, Cáceres y
Ciudad de Ceuta.
Quinta Unidad de Intervención Policía, con bases en Granada y Málaga y ámbito de
actuación preferente en las provincias de Granada, Málaga, Almería, Jaén y Ciudad de
Melilla.
Sexta Unidad de Intervención Policía, con bases en Pamplona y Bilbao y ámbito de
actuación preferente en las provincias de Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Navarra.
Séptima Unidad de Intervención Policial, con base en Valladolid y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Valladolid, León, Palencia, Burgos, Soria, Ávila, Segovia,
Zamora y Salamanca.
Octava Unidad de Intervención Policial, con bases en A Coruña y Vigo, y ámbito de
actuación preferente en las provincias de A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra.
Novena Unidad de Intervención Policial, con base en Oviedo y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Asturias y Cantabria.
Décima Unidad de Intervención Policial, con base en las Palmas de Gran Canaria y Santa
Cruz de Tenerife y ámbito de actuación preferente en las provincias de Las Palmas y
Santa Cruz de Tenerife.
Undécima Unidad de Intervención Policial, con base en Zaragoza y ámbito de actuación
preferente en las provincias de Zaragoza, Huesca, Teruel y La Rioja.»
Disposición transitoria primera Mantenimiento de la vigencia de las Órdenes de 28 de febrero de
1995 y 11 de diciembre de 1998
Hasta tanto se modifiquen los vigentes baremos de méritos aplicables a los funcionarios del
Cuerpo Nacional de Policía para promoción interna y provisión de puestos de trabajo, continuará
en vigor, a estos solos efectos, la distribución por grupos de Comisarías contenida en la Orden
de 28 de febrero de 1995, y modificada por la Orden de 11 de diciembre de 1998.
Disposición derogatoria única Derogación Normativa
160
Queda derogada la Orden INT/2103/2005, 1 de julio, por la que se desarrolla la estructura
orgánica y funciones de los Servicios Centrales y Periféricos de la Dirección General de la Policía,
así como cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a la presente Orden.
DISPOSICIONES FINALES
Disposición final primera Facultades de desarrollo
Se autoriza al Director General de la Policía para dictar cuantas disposiciones requieran el
desarrollo y aplicación de la presente Orden, a propuesta de los responsables de los órganos
centrales y periféricos.
Disposición final segunda Entrada en vigor
La presente Orden entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del
Estado».
ANEXO I
Jefaturas Superiores de Policía
• Jefatura Superior de Policía de Madrid, con sede en Madrid y ámbito territorial en esta
provincia.
• Jefatura Superior de Policía de Cataluña, con sede en Barcelona y ámbito territorial en las
provincias de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona.
• Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, con sede en Valencia y ámbito
territorial en las provincias de Valencia, Alicante y Castellón.
• Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental, con sede en Sevilla y ámbito
territorial en las provincias de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Huelva.
• Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental, con sede en Granada y ámbito territorial
en las provincias de Granada, Almería, Jaén y Málaga.
161
• Jefatura Superior de Policía del País Vasco, con sede en Bilbao y ámbito territorial en las
provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.
• Jefatura Superior de Policía de Aragón, con sede en Zaragoza y ámbito territorial en las
provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel.
• Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, con sede en Valladolid y ámbito territorial
en las provincias de Valladolid, Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y
Zamora.
• Jefatura Superior de Policía de Galicia, con sede en A Coruña y ámbito territorial en las
provincias de A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra.
• Jefatura Superior de Policía de Asturias, con sede en Oviedo y ámbito territorial en la
provincia de Asturias.
• Jefatura Superior de Policía de Canarias, con sede en Las Palmas de Gran Canaria y ámbito
territorial en las provincias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
• Jefatura Superior de Policía de las Illes Balears, con sede en Palma de Mallorca y ámbito
territorial en la provincia de Illes Balears.
• Jefatura Superior de Policía de Navarra, con sede en Pamplona y ámbito territorial en la
provincia de Navarra.
• Jefatura Superior de Policía de Castilla‐La Mancha, con sede en Toledo y ámbito territorial
en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Albacete.
• Jefatura Superior de Policía de Extremadura, con sede en Badajoz y ámbito territorial en
las provincias de Badajoz y Cáceres.
162
• Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia, con sede en Murcia y ámbito territorial
en esta provincia.
• Jefatura Superior de Policía de Cantabria, con sede en Santander y ámbito territorial en la
provincia de Cantabria.
• Jefatura Superior de Policía de Ceuta, con sede en Ceuta y ámbito territorial en esta ciudad.
• Jefatura Superior de Policía de Melilla, con sede en Melilla y ámbito territorial en esta
ciudad.
ANEXO II
Comisarías Locales
1. Alcalá de Guadaira.
2. Alcalá de Henares.
3. Alcantarilla.
4. Alcázar de San Juan.
5. Alcobendas‐San Sebastián de los Reyes.
163
6. Alcorcón.
7. Alcoy.
8. Algeciras.
9. Almendralejo.
10. Alzira‐Algemesí.
11. Andujar.
12. Antequera.
13. Aranda de Duero.
14. Aranjuez.
15. Arrecife.
16. Astorga.
17. Avilés.
164
18. Baza.
19. Béjar.
20. Benidorm.
21. Burjassot‐Godella.
22. Calatayud.
23. Camas.
24. Cartagena.
25. Ciutadella de Menorca.
26. Coria del Río.
27. Cornellá de Llobregat. Con ámbito territorial de actuación también en las poblaciones
de Esplugues de Llobregat, Sant Just Desvern, Casteldefells, Gavá, Sant Boi de LLobregat,
Sant Feliú de Llobregat, Molins de Rei, Sant Joan Despí, Viladecamps y El Prat de Llobregat.
28. Coslada‐San Fernando.
165
29. Cuart de Poblet‐Manises.
30. Dénia.
31. Don Benito‐Villanueva de la Serena.
32. Dos Hermanas.
33. Écija.
34. Eivissa.
35. El Ejido.
36. Elche.
37. Elda‐Petrer.
38. Estepona.
39. Ferrol‐Narón
40. Figueres.
166
41. Fuengirola.
42. Fuenlabrada.
43. Gandía.
44. Getafe.
45. Gijón.
46. Hellín.
47. Igualada.
48. Irún.
49. Jaca.
50. Jerez de la Frontera.
51. La Laguna.
52. La Línea de la Concepción.
167
53. Leganés.
54. L'Hospitalet de Llobregat.
55. Linares.
56. Lloret de Mar.
57. Lorca.
58. Luarca.
59. Lucena‐Cabra.
60. Manacor.
61. Manresa.
62. Maó.
63. Marbella.
64. Marín.
168
65. Maspalomas.
66. Mataró. Con ámbito territorial de actuación también en la población de Granollers.
67. Medina del Campo.
68. Mérida.
69. Mieres.
70. Miranda de Ebro.
71. Mislata.
72. Molina de Segura.
73. Monforte de Lemos.
74. Morón de la Frontera.
75. Móstoles.
76. Motril.
169
77. Ontinyent.
78. Orihuela.
79. Parla.
80. Paterna.
81. Plasencia.
82. Pola de Siero.
83. Ponferrada.
84. Pozuelo de Alarcón.
85. Puerto de la Cruz‐Los Realejos.
86. Puerto de Santa María‐Puerto Real.
87. Puerto del Rosario.
88. Puertollano.
170
89. Reus.
90. Ribeira.
91. Ronda.
92. Rota.
93. Sabadell. Con ámbito territorial de actuación también en las poblaciones de Montcada i
Reixac, Ripollet y Cerdanyola.
94. Sagunto.
95. Sama de Langreo‐San Martín del Rey Aurelio.
96. San Andrés de Rabanedo. Con ámbito territorial de actuación también en las poblaciones
de Trobajo del Camino y El Ferral de Bernesga.
97. San Fernando.
98. San Juan de Aznalfarache.
99. Sanlúcar de Barrameda.
100. Sant Adrià de Besòs. Con ámbito territorial de actuación también en las poblaciones de
Badalona y Santa Coloma de Gramenet.
171
101. Sant Feliú de Guíxols.
102. Santa Cruz de la Palma.
103. Santiago de Compostela.
104. Sur de Tenerife. Con ámbito territorial de actuación en los municipios de Adeje, Arona,
Guía de Isora y Santiago de Teide.
105. Talavera de la Reina.
106. Telde.
107. Terrassa. Con ámbito territorial de actuación también en las poblaciones de Rubí y Sant
Cugat del Vallès.
108. Torrejón de Ardoz.
109. Torrelavega.
110. Torremolinos‐Benalmádena.
111. Torrent.
172
112. Tortosa.
113. Tudela.
114. Úbeda.
115. Valdepeñas.
116. Vélez‐Málaga.
117. Vic.
118. Vigo‐Redondela.
119. Vilagarcía de Arousa.
120. Vilanova i la Geltrú.
121. Villarreal
122. Viveiro.
123. Xàtiva.
173
124. Xirivella‐Aldaia‐Alaquàs.
125. Yecla.
ANEXO III
Comisarías de Distrito
A Coruña: 2.
Alicante: 2.
Córdoba: 2.
Granada: 3.
Las Palmas de Gran Canaria: 3.
Madrid: 18.
Málaga: 4.
Murcia: 2.
Palma de Mallorca: 3.
Santa Cruz de Tenerife: 2.
Sevilla: 6.
Valencia: 7.
Valladolid: 2.
Vigo‐Redondela: 2.
Zaragoza: 5.
ANEXO IV
Puestos fronterizos
Puesto fronterizo Plantilla a la que está adscrito
Terrestres:
Comisaría de la Ciudad Autónoma
Ceuta
de Ceuta.
174
Puesto fronterizo Plantilla a la que está adscrito
Comisaría de la Ciudad Autónoma
Melilla
de Melilla.
Puesto Fronterizo de La Seo
La Seo d'Urgell
d'Urgell.
Comisaría Local de la Línea de la
La Línea de la Concepción (1)
Concepción.
Aéreos:
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de A Coruña
Galicia.
Aeropuerto de Albacete Comisaría Provincial de Albacete
Aeropuerto de Arrecife‐Lanzarote Comisaría Local de Arrecife.
Aeropuerto de Castellón Comisaría Provincial de Castellón
Comisaría Provincial de Ciudad
Aeropuerto de Ciudad Real
Real
Aeropuerto de Costa Brava Comisaría Provincial de Girona.
Aeropuerto de Eivissa Comisaría Local de Eivissa.
Aeropuerto de El Altet Comisaría Local de Elche.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de El Prat
Cataluña.
Comisaría Provincial de Vitoria‐
Aeropuerto de Foronda
Gasteiz.
Comisaría Local de Puerto del
Aeropuerto de Fuerteventura
Rosario.
Aeropuerto de Almería Comisaría Provincial de Almería.
Aeropuerto de Gran Canaria Comisaría Local de Telde.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de Granada
Andalucía Oriental.
Aeropuerto de Huesca‐Pirineos Comisaría Provincial de Huesca
Comisaría Local de Jerez de la
Aeropuerto de Jerez de la Frontera
Frontera.
Comisaría Local de Santa Cruz de la
Aeropuerto de La Palma
Palma.
Comisaría Local de Santiago de
Aeropuerto de Labacolla
Compostela.
Aeropuerto de Lleida Comisaría Provincial de Lleida
Aeropuerto de Madrid‐Barajas (Incluye los aeropuertos de Jefatura Superior de Policía de
Madrid‐Cuatro Vientos y Torrejón) Madrid.
Comisaría Local de Quart de
Aeropuerto de Manises
Poblet‐Manises.
Aeropuerto de Menorca Comisaría Local de Mahón.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de Noáin
Navarra.
175
Puesto fronterizo Plantilla a la que está adscrito
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de Parayas
Cantabria.
Aeropuerto de Peinador Comisaría Local de Vigo.
Aeropuerto de Ranón Comisaría Local de Avilés.
Comisaría Provincial de Santa Cruz
Aeropuerto de Reina Sofía
de Tenerife.
Aeropuerto de Reus Comisaría Local de Reus.
Aeropuerto de Matacán Comisaría Provincial de Salamanca.
Comisaría Local de San Andrés de
Aeropuerto de León
Rabanedo.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de San Javier
Murcia.
Aeropuerto de San Julián Comisaría Provincial de Málaga.
Jef. Superior de Policía de
Aeropuerto de San Pablo
Andalucía Occidental.
Jefatura Superior de Policía de les
Aeropuerto de Son Sant Joan
Illes Balears.
Jefatura Superior de Policía del
Aeropuerto de Bilbao
País Vasco.
Aeropuerto de Tenerife Norte‐Los Rodeos Comisaría Local de La Laguna.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de Villanubla
Castilla y León.
Jefatura Superior de Policía de
Aeropuerto de Zaragoza
Aragón.
Marítimos:
Jefatura Superior de Policía de
Puerto de A Coruña
Galicia.
Puerto de Algeciras Comisaría Local de Algeciras.
Puerto de Alicante Comisaría Provincial de Alicante.
Puerto de Almería Comisaría Provincial de Almería.
Puerto de Arrecife de Lanzarote Comisaría Local de Arrecife.
Puerto de Avilés Comisaría Local de Avilés.
Jefatura Superior de Policía de
Puerto de Barcelona
Cataluña.
Jefatura Superior de Policía del
Puerto de Bilbao
País Vasco.
Puerto de Cádiz Comisaría Provincial de Cádiz.
Puerto de Cartagena Comisaría Local de Cartagena.
Comisaría de la Ciudad Autónoma
Puerto de Ceuta
de Ceuta.
Puerto de Eivissa Comisaría Local de Eivissa.
Puerto de El Ferrol Comisaría Local de El Ferrol.
176
Puesto fronterizo Plantilla a la que está adscrito
Puerto de El Musel‐Gijón Comisaría Local de Gijón.
Puerto del Grao‐Castellón Comisaría Provincial de Castellón.
Puerto de Huelva Comisaría Provincial de Huelva.
Comisaría Local de la Línea de la
Puerto de la Línea de la Concepción
Concepción.
Jefatura Superior de Policía de
Puerto de La Luz‐Las Palmas
Canarias.
Puerto de Maó Comisaría Local de Maó.
Puerto de Málaga Comisaría Provincial de Málaga.
Comisaría de la Ciudad Autónoma
Puerto de Melilla
de Melilla.
Puerto de Motril Comisaría Local de Motril.
Jefatura Superior de Policía de les
Puerto de Palma de Mallorca
Illes Balears.
Comisaría Provincial de San
Puerto de Pasaia
Sebastián‐Donostia.
Comisaría Local de Puerto del
Puerto del Rosario‐Fuerteventura
Rosario.
Puerto de Sagunto Comisaría Local de Sagunto.
Comisaría Local de Santa Cruz de la
Puerto de Santa Cruz de la Palma
Palma.
Comisaría Provincial de Santa Cruz
Puerto de Santa Cruz de Tenerife
de Tenerife.
Jefatura Superior de Policía de
Puerto de Santander
Cantabria.
Jef. Superior de Policía de
Puerto de Sevilla
Andalucía Occidental.
Puerto de Tarifa Comisaría Provincial de Cádiz.
Puerto de Tarragona Comisaría Provincial de Tarragona.
Jef. Superior de Policía de la
Puerto de Valencia
Comunidad Valenciana.
Puerto de Vigo Comisaría Local de Vigo.
ANEXO V
Centros de Cooperación Policial y Aduanera y Centros de Cooperación Policial
CCPA con Portugal Plantilla a la que están adscritas
Caya/Elvas Comisaría Provincial de Badajoz.
Tui/Valença do Minho Comisaría Provincial de Pontevedra.
Vila Real de Santo Antonio/ Ayamonte Comisaría Provincial de Huelva.
Vilar Formoso/Fuentes de Oñoro Comisaría Provincial de Salamanca.
177
CCPA con Portugal Plantilla a la que están adscritas
Quintanilla/Alcañices Comisaría Provincial de Zamora.
CCPA con Francia Plantilla a la que están adscritas
Confranc‐Somport/Urdós Comisaría Provincial de Huesca.
Le Perthus/La Junquera Comisaría Provincial de Gerona.
Melles Pont du Roi/Les Comisaría Provincial de Lérida.
Hendaye/Irún Comisaría Provincial de Guipúzcoa.
CCP con Marruecos Plantilla a la que están adscritas
Algeciras Comisaría Local de Algeciras.
Tánger Comisaría Local de Algeciras.
Orden INT/273/2014, de 20 de febrero, por la que se modifica la Orden INT/28/2013, de 18 de
enero, por la que se desarrolla la estructura orgánica y funciones de los Servicios Centrales y
Periféricos de la Dirección General de la Policía.
ANEXO VI
Unidades de Extranjería y Documentación
Unidad de Extranjería y Documentación Órgano al que está adscrito
Alcañices Comisaría Provincial de Zamora.
Arganda del Rey Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Camprodón Comisaría Provincial de Girona.
Canfranc Comisaría Provincial de Huesca.
Caya/Elvas Jefatura Superior de Policía de Badajoz.
Castro Urdiales Jefatura Superior de Policía de Cantabria.
Chiclana de la Frontera Comisaría Provincial de Cádiz.
Dancharinea Jefatura Superior de Policía de Navarra.
Irún Comisaría Local de Irún.
La Junquera Comisaría Provincial de Girona.
Les Comisaría Provincial de Lleida.
Portbou Comisaría Provincial de Girona.
Puigcerdá Comisaría Provincial de Girona.
Salvaterra de Miño Comisaría Provincial de Pontevedra.
Santa Lucía de Tirajana Jefatura Superior de Policía de Canarias.
Tomelloso Comisaría Provincial de Ciudad Real.
Tui/Valença do Minho Comisaría Provincial de Pontevedra.
Vila Real de Santo Antonio/Ayamonte Comisaría Provincial de Huelva.
Vilar Formoso/Fuentes de Oñoro Comisaría Provincial de Salamanca.
178
Unidad de Extranjería y Documentación Órgano al que está adscrito
Valcarlos Jefatura Superior de Policía de Navarra.
Valencia de Alcántara Comisaría Provincial de Cáceres.
Verín Comisaría Provincial de Ourense.»
2. ESCALAS Y CATEGORÍAS
El Cuerpo Nacional de Policía constará de las siguientes escalas y categorías:
Cargos superiores, se asciende por elección directa entre los funcionarios del cuerpo
que tengan la categoría de comisario principal.
La Escala superior, con dos categorías: Comisario y Comisario Principal. Sus
equivalencias en el escalafón militar y de la Guardia Civil son, según Boletín Oficial del
Estado (BOE‐A‐2005‐13122), los empleos de Comandante, Teniente Coronel o Coronel.
Su sistema de acceso será a la inferior desde la Escala ejecutiva y a la categoría superior
desde la inferior; por promoción interna en ambos casos.
La Escala ejecutiva, con dos categorías: Inspector e Inspector Jefe. Sus equivalencias en
el escalafón militar y de la Guardia Civil son, según Boletín Oficial del Estado (BOE‐A‐
2005‐13122), los empleos de Capitán (Inspector Jefe) y Teniente (Inspector). Su sistema
de acceso será el de oposición libre y el de promoción interna, en el porcentaje que
reglamentariamente se determine, para la categoría inferior, y de promoción interna
para la categoría superior.
La Escala de subinspección, con una sola categoría, a la que se accederá únicamente por
promoción interna desde la escala básica. Su equivalente en el escalafón militar y de la
Guardia Civil son, según Boletín Oficial del Estado (BOE‐A‐2005‐13122), los empleos de
la Escala de Suboficiales: Sargento, Sargento Primero, Brigada, Subteniente y Suboficial
mayor)
La Escala básica, con dos categorías, a las que se accederá por oposición libre a la
categoría inferior, y por promoción interna a la superior.
Alumnos en la Academia de Policía de Ávila y posteriormente de prácticas en distintos
destinos del CNP.
DISTINTIVOS DE CARGO
179
DIRECTOR COMISARIO
SUBDIRECTOR
ADJUNTO GENERAL y JEFE SUPERIOR
GENERAL
OPERATIVO (DAO) JEFE DIVISIÓN
COMISARIO PRINCIPAL
COMISARIO
INSPECTOR JEFE
INSPECTOR
INSPECTOR ALUMNO EN PRÁCTICAS
INSPECTOR ALUMNO DE SEGUNDO
AÑO
INSPECTOR ALUMNO DE PRIMER AÑO
180
SUBINSPECTOR
OFICIAL DE POLICÍA
POLICÍA
POLICÍA EN PRÁCTICAS
POLICÍA ALUMNO
TITULO II
DE LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD DEL ESTADO
CAPITULO IV
DE LA POLICÍA
SECCIÓN PRIMERA
Normas generales, escalas y sistemas de acceso
Artículo 16
1. La estructura y competencia de los órganos de dirección del Cuerpo Nacional de Policía serán
las que se establezcan en las normas orgánicas del Ministerio del Interior.
2. El régimen estatutario del Cuerpo Nacional de Policía se ajustará a las previsiones de la presente
ley y a las disposiciones que la desarrollen, teniendo como derecho supletorio la legislación
vigente referida a los funcionarios de la Administración Civil del Estado.
Sus miembros, hombres y mujeres, actuarán de uniforme o sin él, en función del destino que
ocupen y del servicio que desempeñen.
181
3. La jubilación forzosa se producirá al cumplir el funcionario sesenta y cinco años.
4. Por ley se determinarán las edades y causas del pase de los funcionarios del Cuerpo Nacional de
Policía a la situación de segunda actividad, atendiendo a las aptitudes físicas que demande su
función. Asimismo, se establecerán las remuneraciones a percibir y las obligaciones
correspondientes a esta situación.
Artículo 17
El Cuerpo Nacional de Policía constará de las siguientes Escalas y categorías:
1. La Escala superior, con dos categorías. Su sistema de acceso será a la inferior desde la Escala
ejecutiva y a la categoría superior desde la inferior, por promoción interna en ambos casos.
2. La Escala ejecutiva, con dos categorías. Su sistema de acceso será el de oposición libre y el de
promoción interna, en el porcentaje que reglamentariamente se determine, para la categoría
inferior, y de promoción interna para la categoría superior.
3. La Escala de subinspección, con una sola categoría, a la que se accederá únicamente por
promoción interna desde la Escala básica.
4. La Escala básica, con dos categorías, a las que se accederá por oposición libre a la categoría
inferior y por promoción interna a la superior. Para el acceso a las Escalas anteriores, se exigirá
estar en posesión de los títulos de los Grupos A, B, C y D, respectivamente, y la superación de
los cursos correspondientes en el Centro de Formación.
En el Cuerpo Nacional de Policía existirán las plazas de Facultativos y de Técnicos, con títulos de
los Grupos A y B, que sean necesarias para la cobertura y apoyo de la función policial, que se
cubrirán entre funcionarios de acuerdo con el sistema que reglamentariamente se determine.
Los Grupos a los que se refieren los apartados anteriores de este artículo son los
correspondientes a los Grupos de clasificación establecidos en el art. 25 L 30/1984 de 2 agosto,
de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
Artículo 18
1. Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía tienen derecho a constituir organizaciones
sindicales de ámbito nacional para la defensa de sus intereses profesionales, así como el de
afiliarse a las mismas y a participar activamente en ellas en los términos previstos en esta ley.
2. Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía sólo podrán afiliarse a organizaciones sindicales
formadas exclusivamente por miembros del propio Cuerpo. Dichas organizaciones no podrán
federarse o confederarse con otras que, a su vez, no estén integradas exclusivamente por
miembros del referido Cuerpo. No obstante, podrán formar parte de organizaciones
internacionales de su mismo carácter.
Artículo 19
182
El ejercicio del derecho de sindicación y de la acción sindical por parte de los miembros del
Cuerpo Nacional de Policía tendrán como límites el respeto de los derechos fundamentales y
libertades públicas reconocidos en la Constitución y, especialmente, el derecho al honor, a la
intimidad y a la propia imagen, así como el crédito y prestigio de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, la seguridad ciudadana y de los propios funcionarios y la garantía del
secreto profesional.
Constituirán asimismo límite, en la medida que puedan ser vulnerados por dicho ejercicio, los
principios básicos de actuación del art. 5 de esta ley.
Artículo 20
1. Para constituir una organización sindical será preciso depositar los estatutos de la misma,
acompañados del acta fundacional, en el Registro Especial de la Dirección General de Policía.
2. Los Estatutos deberán contener, al menos, las siguientes menciones:
a. Denominación de la asociación.
b. Fines específicos de la misma.
c. Domicilio.
e. Requisitos y procedimientos para la adquisición y pérdida de la condición de afiliados,
así como el régimen de modificación de sus Estatutos y disolución de la asociación
sindical.
f. Régimen económico de la organización, que establezca el carácter, procedencia y
destino de sus recursos, así como los medios que permitan a los afiliados conocer la
situación económica.
3. 3. Sólo se podrán rechazar, mediante resolución motivada, aquellos Estatutos que carezcan de
los requisitos mínimos a que se refiere el número anterior, y cuyos defectos no hubieran sido
subsanados en el plazo de diez días a partir de que se les requiriese al efecto.
Artículo 21
2. Tendrán la condición de representantes de las organizaciones sindicales del Cuerpo
Nacional de Policía aquellos funcionarios que, perteneciendo a las mismas, hayan sido
formalmente designados como tales por el órgano de gobierno de aquéllas, de acuerdo
con sus respectivos Estatutos.
183
Artículo 22
1. Aquellas organizaciones sindicales del Cuerpo Nacional de Policía que en las últimas
elecciones al Consejo de Policía hubieran obtenido, al menos, un representante en dicho
Consejo, o en dos de las Escalas el 10 por 100 de los votos emitidos en cada una de ellas,
serán consideradas organizaciones sindicales representativas, y en tal condición
tendrán, además, capacidad para:
a. Participar como interlocutores en la determinación de las condiciones de
prestación del servicio de los funcionarios, a través de los procedimientos
establecidos al efecto.
b. Integrarse en el grupo de trabajo o Comisiones de estudio que a tal efecto se
establezcan.
a. A la asistencia y al acceso a los centros de trabajo para participar en actividades
propias de su asociación sindical, previa comunicación al Jefe de la Dependencia
y sin que el ejercicio de ese derecho pueda interrumpir el desarrollo normal del
servicio policial.
b. Al número de horas mensuales que reglamentariamente se establezcan para el
desarrollo de las funciones sindicales propias de su representación.
c. Al disfrute de los permisos no retribuidos necesarios para el desarrollo de las
funciones sindicales propias de su cargo, dentro de los límites que
reglamentariamente se establezcan.
d. Al pase a la situación de servicios especiales, en los términos que
reglamentariamente se establezcan, con derecho a reserva del puesto de
trabajo y al cómputo de antigüedad, mientras dure el ejercicio de su cargo
representativo, debiendo incorporarse a su puesto de trabajo dentro del mes
siguiente a la fecha del cese.
3. El número de representantes que la Administración tendrá que reconocer, a los efectos
determinados en el núm. 2 de este artículo, se corresponderá con el número de
representantes que cada organización sindical hubiere obtenido en las elecciones al
Consejo de Policía.
4. En todo caso, se reconocerá a aquella organización sindical que no hubiera obtenido
representantes elegidos en el Consejo de Policía, pero sí, al menos, el 10 por 100 de
votos en una Escala, el derecho a un representante, a los solos efectos de lo previsto en
el núm. 2 de este artículo.
Artículo 23
1. En las dependencias con más de 250 funcionarios, las organizaciones sindicales tendrán
derecho a que se les facilite un local adecuado para el ejercicio de sus actividades. En
184
todo caso tendrán derecho a la instalación en cada dependencia policial de un tablón de
anuncios, en lugar donde se garantice un fácil acceso al mismo de los funcionarios.
2. Estos podrán celebrar reuniones sindicales en locales oficiales, fuera de las horas de
trabajo y sin perturbar la marcha del servicio, previa autorización del Jefe de la
Dependencia, que sólo podrá denegarla cuando considere que el servicio puede verse
afectado.
3. La autorización deberá solicitarse con una antelación mínima de setenta y dos horas, y
en la misma se hará constar la fecha, hora y lugar de la reunión, así como el orden del
día previsto.
4. La resolución correspondiente deberá notificarse, al menos, veinticuatro horas antes de
la prevista para la reunión, sin perjuicio de lo dispuesto en el núm. 2.
Artículo 24
1. Las organizaciones sindicales responderán por los actos o acuerdos adoptados por sus
órganos estatutarios en la esfera de sus respectivas competencias.
2. Dichas organizaciones responderán por los actos de sus afiliados, cuando aquéllos se
produzcan en el ejercicio regular de las funciones representativas o se pruebe que
dichos afiliados actuaban por cuenta de las organizaciones sindicales.
Artículo 25
1. Bajo la presidencia del Ministro del Interior o persona en quien delegue, se crea el
Consejo de Policía, con representación paritaria de la Administración y de los miembros
del Cuerpo Nacional de Policía.
2. Son funciones del Consejo de Policía:
a. La mediación y conciliación en caso de conflictos colectivos.
b. La participación en el establecimiento y las condiciones de prestación del
servicio de los funcionarios.
c. La formulación de mociones y la evacuación de consultas en materias relativas
al Estatuto profesional.
d. La emisión de informes en los expedientes disciplinarios que se instruyan por
faltas muy graves contra miembros del Cuerpo Nacional de Policía y en todos
aquellos que se instruyan a los representantes de los Sindicatos, a que se refiere
el art. 22 de esta ley.
e. El informe previo de las disposiciones de carácter general que se pretenda dictar
sobre las materias a que se refieren los apartados anteriores.
f. Las demás que le atribuyan las leyes y disposiciones generales.
185
3. Los representantes de la Administración en el Consejo de Policía serán designados por
el Ministro del Interior.
La representación de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía en el Consejo se
estructurará por Escalas, sobre la base de un representante por cada 6000 funcionarios
o fracción, de cada una de las cuatro Escalas que constituyen el Cuerpo.
Artículo 26
1. Se celebrarán elecciones en el seno del Cuerpo Nacional de Policía, a efectos de designar
los representantes de sus miembros en el Consejo de Policía y determinar la condición
de representativos de los Sindicatos constituidos, con arreglo a lo dispuesto en la
presente ley.
Las elecciones se celebrarán por Escalas, votando sus miembros una lista que contenga
el nombre o nombres de los candidatos a representantes de la misma, mediante
sufragio personal, directo y secreto.
2. Los candidatos a la elección podrán ser presentados, mediante listas nacionales, para
cada una de las Escalas, por los Sindicatos de funcionarios o por las agrupaciones de
electores de las distintas Escalas legalmente constituidas.
Las listas contendrán tantos nombres como puestos a cubrir, más igual número de
suplentes.
3. Mediante el sistema de representación proporcional se atribuirá a cada lista el número
de puestos que le correspondan, de conformidad con el cociente que resulte de dividir
el número de votantes por el de puestos a cubrir. Si hubiere puesto o puestos sobrantes,
se atribuirán a la lista o listas que tengan un mayor resto de votos.
4. La duración del mandato de los Delegados en el Consejo de Policía será de cuatro años,
pudiendo ser reelegidos en sucesivos procesos electorales.
Caso de producirse vacante, por cualquier causa, en la representación de los
funcionarios en el Consejo de Policía, se cubrirá automáticamente por el candidato que
ocupe el puesto siguiente en la lista respectiva.
5. Reglamentariamente, se establecerán las normas complementarias que sean precisas
para la convocatoria de las elecciones, el procedimiento electoral y, en general, para el
funcionamiento del Consejo de Policía.
Artículo 27
1. El régimen disciplinario de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía se ajustará a
los principios establecidos en el cap. II tít. I de esta ley y a las normas del presente
capítulo.
2. Las faltas podrán ser leves, graves y muy graves. Las faltas leves prescribirán al mes; las
graves, a los dos años, y las muy graves, a los seis años. La prescripción se interrumpirá
en el momento que se inicia el procedimiento disciplinario.
186
3. Se considerarán faltas muy graves:
a. El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de las
funciones.
b. Cualquier conducta constitutiva de delito doloso.
c. El abuso de sus atribuciones y la práctica de tratos inhumanos, degradantes,
discriminatorios y vejatorios a las personas que se encuentren bajo su custodia.
d. La insubordinación individual o colectiva, respecto a las Autoridades o Mandos
de que dependan, así como la desobediencia a las legítimas instrucciones dadas
por aquéllos.
e. La no prestación de auxilio con urgencia, en aquellos hechos o circunstancias
graves en que sea obligada su actuación.
f. El abandono de servicio.
g. La violación del secreto profesional y la falta del debido sigilo respecto a los
asuntos que conozcan por razón de su cargo, que perjudique el desarrollo de la
labor policial o a cualquier persona.
h. El ejercicio de actividades públicas o privadas incompatibles con el desempeño
de sus funciones.
i. La participación en huelgas, en acciones sustitutivas de las mismas, o en
actuaciones concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de los
servicios.
j. Haber sido sancionado por la comisión de tres o más faltas graves en el período
de un año.
k. La falta de colaboración manifiesta con los demás miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad.
m. Cualquier otra conducta no enumerada en los puntos anteriores, tipificada
como falta muy grave en la legislación general de funcionarios.
4. Las faltas graves y leves se determinarán reglamentariamente, de conformidad con los
siguientes criterios:
a. Intencionalidad.
b. La perturbación que puedan producir en el normal funcionamiento de la
Administración y de los servicios policiales.
187
c. Los daños y perjuicios o la falta de consideración que puedan implicar para los
ciudadanos y los subordinados.
d. El quebrantamiento que pueda suponer de los principios de disciplina y
jerarquía propios de este Cuerpo.
e. Reincidencia.
f. En general, su trascendencia para la seguridad ciudadana.
5. Incurrirán en la misma responsabilidad que los autores de una falta los que induzcan a
su comisión y los Jefes que la toleren. Asimismo, incurrirán en falta de inferior grado los
que encubrieran la comisión de una falta.
Artículo 28
1. Por razón de las faltas, a que se refiere el artículo precedente, podrán imponerse a los
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía las siguientes sanciones:
1. 1.1. Por faltas muy graves:
a. Separación del servicio.
b. Suspensión de funciones de tres a seis años.
2. 1.2. Por faltas graves:
a. Suspensión de funciones por menos de tres años.
b. Traslado con cambio de residencia.
c. Inmovilización en el escalafón por un período no superior a cinco años.
3. 1.3. Por faltas leves:
b. Apercibimiento.
Las sanciones por faltas muy graves prescribirán a los seis años, las impuestas
por faltas graves a los dos años, y las impuestas por faltas leves al mes.
El plazo de prescripción comenzará a contarse desde el día siguiente a aquello
en que adquiera firmeza la resolución por la que se impone la sanción o desde
que se quebrantase su cumplimiento, si hubiera comenzado.
188
2. Las sanciones disciplinarias se anotarán en los respectivos expedientes personales con
indicación de las faltas que las motivaron.
Transcurridos dos o seis años desde el cumplimiento de la sanción, según se trate de
faltas graves o muy graves no sancionadas con la separación del servicio, podrá
acordarse la cancelación de aquellas anotaciones a instancia del interesado que acredite
buena conducta desde que se le impuso la sanción. La cancelación de anotaciones por
faltas leves se realizará a petición del interesado, a los seis meses de la fecha de su
cumplimiento. La cancelación producirá el efecto de anular la anotación sin que pueda
certificarse de ella, salvo cuando lo soliciten las Autoridades competentes para ello y a
los exclusivos efectos de su expediente personal.
3. Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía tendrán obligación de comunicar por
escrito al superior jerárquico competente los hechos que consideren constitutivos de
faltas graves y muy graves, de los que tengan conocimiento.
4. No se podrán imponer sanciones, por faltas graves o muy graves, sino en virtud de
expediente instruido al efecto, cuya tramitación se regirá por los principios de
sumariedad y celeridad. La sanción por faltas leves podrá imponerse sin más trámites
que la audiencia al interesado.
Las sanciones disciplinarias impuestas a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía
serán inmediatamente ejecutivas, no suspendiendo su cumplimiento la interposición de
ningún tipo de recurso, administrativo o judicial, si bien la autoridad a quien competa
resolverlo podrá suspender, de oficio o a instancia de parte, la ejecución de la sanción
impuesta, en el caso de que dicha ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o de
difícil reparación.
5. Para la imposición de la sanción de separación del servicio será competente el Ministro
del Interior.
Para la imposición de sanciones por faltas muy graves y graves, además del Ministro del
Interior, será competente el Director de la Seguridad del Estado.
Para la imposición de las sanciones por faltas graves también será competente el
Director general de la Policía.
Además de los órganos anteriores, los Gobernadores civiles y los Jefes de las
dependencias, centrales o periféricas, en que presten servicio los infractores serán
competentes para la imposición de las sanciones por faltas leves.
6. Iniciado un procedimiento penal o disciplinario, se podrá acordar la suspensión
provisional por la autoridad competente para ordenar la incoación del expediente
administrativo. La situación de suspensión provisional se regulará por lo dispuesto en la
legislación general de funcionarios, sin perjuicio de lo establecido en el art. 8,3.
189
Ley Orgánica 4/2010, de 20 de mayo, del Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía.
TÍTULO PRELIMINAR
Disposiciones generales
Artículo 1 Objeto
Esta Ley Orgánica tiene por objeto regular el régimen disciplinario de los miembros del Cuerpo
Nacional de Policía, de acuerdo con los principios recogidos en la Constitución, en la Ley
Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y en el resto del
ordenamiento jurídico.
Artículo 2 Ámbito de aplicación
1. Esta Ley Orgánica es de aplicación a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que se
encuentren en las situaciones de servicio activo y de segunda actividad ocupando destino.
Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía en situación de segunda actividad sin ocupar
destino estarán sometidos al régimen general disciplinario de la función pública.
Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que se encuentren en situación distinta de las
anteriores incurrirán en responsabilidad disciplinaria por las faltas previstas en esta Ley Orgánica
que puedan cometer dentro de sus peculiares situaciones administrativas, en razón de su
pertenencia al Cuerpo Nacional de Policía, siempre que no les sea de aplicación otro régimen
disciplinario o, que de serlo, no esté prevista en el mismo aquella conducta.
2. Los funcionarios en prácticas quedan sometidos a las normas de régimen disciplinario
establecidas en el reglamento del centro docente policial y, con carácter supletorio para
aquellos supuestos en que el hecho no constituya falta de disciplina docente, a las normas de
esta Ley Orgánica que les sean de aplicación, sin perjuicio de las normas específicas que regulen
su procedimiento de selección.
3. En todo lo que no esté previsto en esta Ley Orgánica y en la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de
marzo, serán de aplicación las normas de régimen disciplinario de los funcionarios de la
Administración General del Estado.
Artículo 3 Responsabilidad civil y penal
El régimen disciplinario establecido en esta Ley Orgánica se entiende sin perjuicio de la
responsabilidad civil o penal en que puedan incurrir los funcionarios, la cual se hará efectiva en
la forma que determina la Ley.
190
Artículo 4 Comunicación de infracciones
Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía tendrán la obligación de comunicar por escrito a
su superior jerárquico los hechos de los que tengan conocimiento que consideren constitutivos
de faltas graves y muy graves, salvo cuando dicho superior sea el presunto infractor; en tal caso,
la comunicación se efectuará al superior inmediato de este último.
Artículo 5 Extensión de la responsabilidad
Incurrirán en la misma responsabilidad que los autores de una falta los que induzcan a su
comisión. Asimismo, incurrirán en falta de inferior grado los que encubrieran la comisión de una
falta muy grave o grave, y los superiores que la toleren. Se entenderá por encubrimiento no dar
cuenta al superior jerárquico competente, de forma inmediata, de los hechos constitutivos de
falta muy grave o grave de los que se tenga conocimiento.
SITUACIONES ADMINISTRATIVAS
CAPÍTULO PRIMERO
Disposiciones generales
Artículo 1 Ámbito de aplicación
1. El presente Reglamento será de aplicación a los funcionarios de la Administración general del
Estado y sus Organismos autónomos comprendidos en el ámbito de aplicación de la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, no serán de aplicación a los funcionarios de
los Cuerpos o Escalas en que se ordena la función pública docente las disposiciones del presente
Reglamento relativas a las situaciones aludidas en el apartado 1, párrafo segundo de la
disposición adicional decimoquinta de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la
Reforma de la Función Pública, adicionado por la Ley 22/1993, de 29 de diciembre, de Medidas
Fiscales, de Reforma del Régimen Jurídico de la Función Pública y de la Protección por
desempleo.
Artículo 2 Situaciones administrativas
Los funcionarios pueden hallarse en alguna de las siguientes situaciones administrativas:
a) Servicio activo.
b) Servicios especiales.
191
c) Servicio en Comunidades Autónomas.
d) Expectativa de destino.
e) Excedencia forzosa.
f) Excedencia para el cuidado de hijos.
g) Excedencia voluntaria por servicios en el sector público.
h) Excedencia voluntaria por interés particular.
i) Excedencia voluntaria por agrupación familiar.
j) Excedencia voluntaria incentivada.
k) Suspensión de funciones.
CAPÍTULO II
Servicio activo
Artículo 3 Servicio activo
Los funcionarios se hallan en situación de servicio activo:
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a) Cuando desempeñen un puesto que, conforme a la correspondiente relación de puestos
de trabajo, esté adscrito a los funcionarios comprendidos en el ámbito de aplicación de la
Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
b) Cuando desempeñen puestos en las Corporaciones Locales o las Universidades públicas
que puedan ser ocupados por los funcionarios comprendidos en el ámbito de aplicación de
la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
c) Cuando se encuentren en comisión de servicios.
d) Cuando presten servicios en puestos de trabajo de niveles incluidos en el intervalo
correspondiente a su Cuerpo o Escala en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de
los Ministros o de los Secretarios de Estado, y opten por permanecer en esta situación,
conforme al artículo 29.2.i) de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma
de la Función Pública. Asimismo, cuando presten servicios en puestos de niveles
comprendidos en el intervalo correspondiente al Grupo en el que figure clasificado su
Cuerpo o Escala en Gabinetes de Delegados del Gobierno o Gobernadores Civiles.
e) Cuando presten servicios en las Cortes Generales, de conformidad con lo dispuesto en el
Estatuto del Personal de las mismas o en el Tribunal de Cuentas, y no les corresponda quedar
en otra situación.
f) Cuando accedan a la condición de miembros de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas y, no percibiendo retribuciones periódicas por el desempeño de
la función, opten por permanecer en esta situación, conforme al artículo 29.2.g) de la Ley
30/1984, de 2 de agosto.
g) Cuando accedan a la condición de miembros de las Corporaciones Locales, conforme al
régimen previsto por el artículo 74 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases
de Régimen Local, salvo que desempeñen cargo retribuido y de dedicación exclusiva en las
mismas.
h) Cuando queden a disposición del Subsecretario, Director del Organismo autónomo,
Delegado del Gobierno o Gobernador Civil, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 21.2.b)
de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
193
i) Cuando cesen en un puesto de trabajo por haber obtenido otro mediante procedimientos
de provisión de puestos de trabajo, durante el plazo posesorio
j) Cuando se encuentren en las dos primeras fases de reasignación de efectivos.
k) Cuando, por razón de su condición de funcionario exigida por disposición legal, presten
servicios en Organismos o Entes públicos.
l) En el supuesto de cesación progresiva de actividades.
CAPÍTULO III
Servicios especiales
Artículo 4 Servicios especiales
Los funcionarios públicos serán declarados en la situación de servicios especiales:
a) Cuando sean autorizados para realizar una misión por período determinado superior a
seis meses en Organismos internacionales, Gobiernos o Entidades públicas extranjeras o en
programas de cooperación internacional.
b) Cuando adquieran la condición de funcionarios al servicio de Organizaciones
internacionales o de carácter supranacional.
c) Cuando sean nombrados miembros del Gobierno o de los órganos de gobierno de las
Comunidades Autónomas o altos cargos de las respectivas Administraciones públicas que
no deban ser provistos necesariamente por funcionarios públicos.
d) Cuando sean elegidos por las Cortes Generales para formar parte de los Órganos
Constitucionales u otros cuya elección corresponda a las Cámaras.
194
e) Cuando sean adscritos a los servicios del Tribunal Constitucional o del Defensor del Pueblo
o destinados al Tribunal de Cuentas, en los términos previstos en el artículo 93.3 de la Ley
7/1988, de 5 de abril, o presten servicios en los Órganos técnicos del Consejo General del
Poder Judicial, de acuerdo con lo previsto en el artículo 146.3 de la Ley Orgánica 6/1985, de
1 de julio, del Poder Judicial, modificada por la Ley Orgánica 16/1994, de 8 de noviembre.
f) Cuando accedan a la condición de Diputado o Senador de las Cortes Generales.
g) Cuando accedan a la condición de miembros de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas, si perciben retribuciones periódicas por el desempeño de la
función.
Cuando no perciban dichas retribuciones podrán optar entre permanecer en la situación
de servicio activo o pasar a la de servicios especiales, sin perjuicio de la normativa que
dicten las Comunidades Autónomas sobre incompatibilidades de los miembros de las
Asambleas Legislativas.
h) Cuando desempeñen cargos electivos retribuidos y de dedicación exclusiva en las
Corporaciones Locales.
i) Cuando presten servicios en puestos de trabajo de niveles incluidos en el intervalo
correspondiente a su Cuerpo y Escala, en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de
los Ministros o de los Secretarios de Estado, y opten por pasar a esta situación, conforme al
artículo 29.2.i) de la Ley 30/1984, de 2 de agosto. Asimismo, cuando presten servicios en
puestos de niveles no incluidos en el intervalo correspondiente al Grupo en el que figure
clasificado su Cuerpo o Escala en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de los
Ministros, Secretarios de Estado, Delegados del Gobierno y Gobernadores Civiles.
j) Cuando sean nombrados para cualquier cargo de carácter político del que se derive
incompatibilidad para ejercer la función pública.
k) Cuando cumplan el servicio militar o prestación social sustitutoria equivalente.
195
l) Cuando sean elegidos miembros del Parlamento Europeo.
m) Cuando ostenten la condición de Comisionados parlamentarios de Comunidad
Autónoma o Adjuntos de éstos, según lo dispuesto en la Ley 36/1985, de 6 de noviembre,
de prerrogativas y garantías de las figuras similares al Defensor del Pueblo y régimen de
colaboración y coordinación de las mismas.
n) Cuando así se determine en una norma con rango de Ley.
Artículo 5 Cargo de carácter político
Para declarar el pase a la situación de servicios especiales en el supuesto del apartado j) del
artículo 29.2 de la Ley 30/1984 será necesario haber sido nombrado para el desempeño en el
sector público de un cargo de carácter político, entendiendo por tal el cargo de confianza que
no implique una relación profesional de carácter permanente, del que se derive
incompatibilidad para ejercer la función pública y que, conforme a los criterios que establezca
el Ministerio para las Administraciones Públicas, conlleve responsabilidades directivas o
asesoramiento a nivel político.
Artículo 6 Declaración de la situación de servicios especiales
1. El pase a la situación de servicios especiales se declarará de oficio o a instancia del interesado,
una vez verificado el supuesto que la ocasione, con efectos desde el momento en que se
produjo.
2. En el supuesto previsto en el artículo 4a) de este Reglamento, la autorización para realizar la
misión de carácter internacional requerirá que conste el interés de la Administración, conforme
a los criterios que establezca el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Artículo 7 Reserva de puestos de trabajo
1. A los funcionarios que se hallen en situación de servicios especiales, procedentes de la
situación de servicio activo, se les asignará, con ocasión del reingreso un puesto de trabajo,
según los siguientes criterios y conforme al procedimiento que establezca el Ministerio para las
Administraciones Públicas:
a) Cuando el puesto de trabajo desempeñado con anterioridad hubiere sido obtenido
mediante el sistema de libre designación, se les adjudicará, con carácter provisional, en
tanto no obtengan otro con carácter definitivo, un puesto de igual nivel y similares
retribuciones en el mismo municipio.
b) En los restantes casos, se les adjudicará, con carácter definitivo, un puesto de igual
nivel y similares retribuciones en el mismo Ministerio y municipio.
196
2. Cuando se hubiere accedido a la situación de servicios especiales desde situaciones que no
conllevan el desempeño o reserva de puesto de trabajo no habrá lugar a la reserva de puesto de
trabajo, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 23 de este Reglamento.
Artículo 8 Efectos de la situación de servicios especiales
1. Los funcionarios en la situación de servicios especiales recibirán la retribución del puesto o
cargo efectivo que desempeñen y no la que les corresponda como funcionarios.
Excepcionalmente, y cuando las retribuciones por los trienios que tuviesen reconocidos no
pudieran, por causa legal, ser percibidas con cargo a los correspondientes presupuestos,
deberán ser retribuidos en tal concepto por el Departamento en el que desempeñaban su último
puesto de trabajo en situación de servicio activo.
Asimismo, de darse estas circunstancias, respecto al abono de la cuota de Seguridad Social,
deberá ser efectuado dicho abono por el referido Departamento.
2. A los funcionarios en situación de servicios especiales se les computará el tiempo que
permanezcan en tal situación, a efectos de ascensos, consolidación de grado personal, trienios
y derechos pasivos, así como a efectos del cómputo del período mínimo de servicios efectivos
para solicitar el pase a la situación de excedencia voluntaria por interés particular.
Artículo 9 Solicitud de reingreso al servicio activo
1. Quienes pierdan la condición, en virtud de la cual hubieran sido declarados en la situación de
servicios especiales deberán solicitar el reingreso al servicio activo en el plazo de un mes,
declarándoseles, de no hacerlo en la situación de excedencia voluntaria por interés particular,
con efectos desde el día en que perdieron aquella condición. El reingreso tendrá efectos
económicos y administrativos desde la fecha de solicitud del mismo cuando exista derecho a la
reserva de puesto.
2. Los Diputados, Senadores, miembros de las Asambleas Legislativas de las Comunidades
Autónomas o del Parlamento Europeo que pierdan dicha condición por disolución de las
correspondientes Cámaras o terminación del mandato de las mismas podrán permanecer en
situación de servicios especiales hasta su nueva constitución.
CAPÍTULO IV
Servicio en Comunidades Autónomas
Artículo 10 Funcionarios transferidos
1. Los funcionarios transferidos a las Comunidades Autónomas se integran plenamente en la
organización de las mismas y su situación administrativa es la de servicio activo en ellas.
En los Cuerpos o Escalas de la Administración del Estado de los que procedieran permanecerán
en la situación administrativa especial de servicio en Comunidades Autónomas, que les permitirá
mantener todos sus derechos como si se hallaran en servicio activo, de acuerdo con lo
establecido en los respectivos Estatutos de Autonomía.
197
2. No obstante, la sanción de separación del servicio será acordada por el órgano competente
de la Comunidad Autónoma, previo dictamen del Consejo de Estado, sin perjuicio de los
informes que previamente deban solicitar éstas de acuerdo con lo previsto en su legislación
específica.
Artículo 11 Funcionarios destinados a Comunidades Autónomas por otros procedimientos
1. Los funcionarios de la Administración del Estado que, mediante los sistemas de concurso, libre
designación o reasignación de efectivos en los términos de los convenios que a tal efecto puedan
suscribirse, pasen a ocupar puestos de trabajo en las Comunidades Autónomas se someterán al
régimen estatutario y les será de aplicación la legislación en materia de Función Pública de la
Comunidad Autónoma en que estén destinados, pero conservarán su condición de funcionarios
de la Administración del Estado en la situación de servicio en Comunidades Autónomas.
2. En todo caso les serán aplicables las normas relativas a promoción profesional, promoción
interna, régimen retributivo, situaciones administrativas, incompatibilidades y régimen
disciplinario de la Administración pública en que se hallen destinados, con excepción de la
sanción de separación del servicio, que se acordará por el Ministro del Departamento al que
esté adscrito el Cuerpo o Escala al que pertenezca el funcionario, previa incoación de expediente
disciplinario por la Administración de la Comunidad Autónoma de destino.
CAPÍTULO V
Expectativa de destino
Artículo 12 Expectativa de destino
1. Los funcionarios afectados por un procedimiento de reasignación de efectivos, que no hayan
obtenido puesto en las dos primeras fases previstas en el apartado g) del artículo 20.1 de la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, pasarán a la
situación de expectativa de destino. Los funcionarios en expectativa de destino se adscribirán al
Ministerio para las Administraciones Públicas, a través de relaciones específicas de puestos en
reasignación, pudiendo ser reasignados por éste en los términos establecidos en el mencionado
artículo.
2. Los funcionarios permanecerán en esta situación un período máximo de un año, transcurrido
el cual pasarán a la situación de excedencia forzosa.
3. Los funcionarios en situación de expectativa de destino estarán obligados a aceptar los
puestos de características similares a los que desempeñaban que se les ofrezcan en la provincia
donde estaban destinados; a participar en los concursos para la provisión de puestos de trabajo
adecuados a su Cuerpo, Escala o Categoría que les sean notificados, situados en dichas
provincias de destino, así como a participar en los cursos de capacitación a los que se les
convoque, promovidos o realizados por el Instituto Nacional de Administración Pública y los
Centros de formación reconocidos.
A efecto de lo dispuesto en el párrafo anterior, se entenderán como puestos de similares
características aquellos que guarden similitud en su forma de provisión y retribuciones respecto
al que se venía desempeñando.
198
El incumplimiento de estas obligaciones determinará el pase a la situación de excedencia
forzosa.
4. Corresponde a la Secretaría de Estado para la Administración Pública efectuar la declaración
y cese en esta situación administrativa y la gestión del personal afectado por la misma.
5. Los funcionarios en expectativa de destino percibirán las retribuciones básicas, el
complemento de destino del grado personal que les corresponda, o en su caso, el del puesto de
trabajo que desempeñaban, y el 50 por 100 del complemento específico que percibieran al pasar
a esta situación.
A los restantes efectos, incluido el régimen de incompatibilidades, esta situación se equipara a
la de servicio activo.
CAPÍTULO VI
Excedencia forzosa
Artículo 13 Excedencia forzosa
1. La excedencia forzosa se produce por las siguientes causas:
a) Para los funcionarios en situación de expectativa de destino, por el transcurso del período
máximo establecido para la misma, o por el incumplimiento de las obligaciones
determinadas en el párrafo segundo del apartado 5 del artículo 29 de la Ley 30/1984, de 2
de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
b) Cuando el funcionario declarado en la situación de suspensión firme, que no tenga
reservado puesto de trabajo, solicite el reingreso y no se le conceda en el plazo de seis meses
contados a partir de la extinción de la responsabilidad penal o disciplinaria, en los términos
establecidos en el artículo 22 de este Reglamento.
2. En el supuesto contemplado en el párrafo a) del apartado anterior, el reingreso obligatorio
deberá ser en puestos de características similares a las de los que desempeñaban los
funcionarios afectados por el proceso de reasignación de efectivos. Estos funcionarios quedan
obligados a participar en los cursos de capacitación que se les ofrezcan y a participar en los
concursos para puestos adecuados a su Cuerpo, Escala o Categoría, que les sean notificados.
3. Los restantes excedentes forzosos estarán obligados a participar en los concursos que se
convoquen para la provisión de puestos de trabajo cuyos requisitos de desempeño reúnan y que
les sean notificados, así como a aceptar el reingreso obligatorio al servicio activo en puestos
correspondientes a su Cuerpo o Escala.
199
4. El incumplimiento de las obligaciones recogidas en este artículo determinará el pase a la
situación de excedencia voluntaria por interés particular.
5. Los excedentes forzosos no podrán desempeñar puestos de trabajo en el sector público bajo
ningún tipo de relación funcionarial o contractual, sea ésta de naturaleza laboral o
administrativa. Si obtienen puesto de trabajo en dicho sector pasarán a la situación de
excedencia voluntaria regulada en el apartado 3.a) del artículo 29 de la Ley 30/1984, de 2 de
agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
6. Los funcionarios en esta situación tendrán derecho a percibir las retribuciones básicas y, en
su caso, las prestaciones familiares por hijo a cargo, así como al cómputo del tiempo en dicha
situación a efectos de derechos pasivos y de trienios.
7. Corresponde a la Secretaría de Estado para la Administración Pública acordar la declaración
de la excedencia forzosa prevista en el párrafo a) del apartado 1 de este artículo, y, en su caso,
el pase a la excedencia voluntaria por interés particular y la excedencia voluntaria regulada en
el apartado 3.a) del artículo 29 de la Ley 30/1984 de estos excedentes forzosos, así como la
gestión del personal afectado.
La declaración de excedencia forzosa prevista en el párrafo b) del apartado 1 y, en su caso, la de
excedencia voluntaria por interés particular o por prestación de otros servicios en el sector
público de estos excedentes forzosos, corresponderá a los Departamentos ministeriales en
relación con los funcionarios de los Cuerpos o Escalas adscritos a los mismos, y a la Dirección
General de la Función Pública en relación con los funcionarios de los Cuerpos y Escalas adscritos
al Ministerio para las Administraciones Públicas y dependientes de la Secretaría de Estado para
la Administración Pública.
CAPÍTULO VII
Excedencia para el cuidado de hijos
Artículo 14 Excedencia para el cuidado de hijos
1. Los funcionarios tendrán derecho a un período de excedencia para atender al cuidado de cada
hijo, tanto cuando lo sea por naturaleza como por adopción. Cuando el padre y la madre
trabajen, sólo uno de ellos podrá ejercitar este derecho.
La excedencia podrá solicitarse en cualquier momento posterior a la fecha del nacimiento o
resolución judicial de adopción, teniendo, en todo caso, una duración máxima de tres años
desde la fecha del nacimiento.
La concesión de esta excedencia se hará previa declaración del peticionario de que no
desempeña actividad que pueda impedir o menoscabar el cuidado personal del hijo menor.
Cada sucesivo hijo dará derecho a un nuevo período de excedencia que, en su caso, pondrá fin
al que se viniera disfrutando.
200
2. Los funcionarios en esta situación tendrán derecho a la reserva del puesto de trabajo y a su
cómputo a efectos de trienios, consolidación de grado personal, derechos pasivos y solicitud de
excedencia voluntaria por interés particular, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley que regula
esta figura.
3. Si antes de la finalización del período de excedencia por cuidado de hijos no solicita el
reingreso al servicio activo, el funcionario será declarado de oficio en la situación de excedencia
voluntaria por interés particular.
4. A efectos de lo dispuesto en este artículo, el acogimiento de menores producirá los mismos
efectos que la adopción durante el tiempo de duración del mismo.
CAPÍTULO VIII
Excedencia voluntaria
Artículo 15 Excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector público
1. Procederá declarar, de oficio o a instancia de parte, en la situación regulada en este artículo
a los funcionarios de carrera que se encuentren en servicio activo en otro cuerpo o escala de
cualquiera de las Administraciones públicas, salvo que hubieran obtenido la oportuna
compatibilidad, y a los que pasen a prestar servicios como personal laboral fijo en organismos o
entidades del sector público y no les corresponda quedar en las situaciones de servicio activo o
servicios especiales. El desempeño de puestos con carácter de funcionario interino o de personal
laboral temporal no habilitará para pasar a esta situación administrativa.
A efectos de lo previsto en el párrafo anterior, deben considerarse incluidas en el sector público
aquellas empresas controladas por las Administraciones públicas por cualquiera de los medios
previstos en la legislación mercantil, y en las que la participación directa o indirecta de las citadas
Administraciones públicas sea igual o superior al porcentaje legalmente establecido.
Número 1 del artículo 15 redactado por el artículo segundo del R.D. 255/2006, de 3 de marzo,
por el que se modifican el Reglamento General de Ingreso del Personal al servicio de la
Administración General del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y Promoción Profesional
de los Funcionarios de la Administración General del Estado, aprobado por R.D. 364/1995, de 10
de marzo, y el Reglamento de Situaciones Administrativas de los Funcionarios Civiles de la
Administración General del Estado, aprobado por R.D. 365/1995, de 10 de marzo («B.O.E.» 4
marzo).Vigencia: 5 marzo 2006
2. La declaración de excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector público
procederá también en el caso de los funcionarios del Estado integrados en la función pública de
las Comunidades Autónomas que ingresen voluntariamente en Cuerpos o Escalas de
funcionarios propios de las mismas distintos a aquellos en que inicialmente se hubieran
integrado.
3. Los funcionarios podrán permanecer en esta situación en tanto se mantenga la relación de
servicios que dio origen a la misma. Una vez producido el cese como funcionario de carrera o
personal laboral fijo deberán solicitar el reingreso al servicio activo en el plazo máximo de un
201
mes, declarándoseles, de no hacerlo, en la situación de excedencia voluntaria por interés
particular.
Número 3 del artículo 15 redactado por el artículo segundo del R.D. 255/2006, de 3 de marzo,
por el que se modifican el Reglamento General de Ingreso del Personal al servicio de la
Administración General del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y Promoción Profesional
de los Funcionarios de la Administración General del Estado, aprobado por R.D. 364/1995, de 10
de marzo, y el Reglamento de Situaciones Administrativas de los Funcionarios Civiles de la
Administración General del Estado, aprobado por R.D. 365/1995, de 10 de marzo («B.O.E.» 4
marzo).Vigencia: 5 marzo 2006
Artículo 16 Excedencia voluntaria por interés particular
1. La situación de excedencia voluntaria por interés particular se declarará a petición del
funcionario o, de oficio, en los supuestos establecidos reglamentariamente.
2. Para solicitar la declaración de la situación de excedencia voluntaria por interés particular será
preciso haber prestado servicios efectivos en cualquiera de las Administraciones Públicas
durante los cinco años inmediatamente anteriores a la solicitud.
3. Cada período de excedencia tendrá una duración no inferior a dos años continuados ni
superior a un número de años equivalente a los que el funcionario acredite haber prestado en
cualquiera de las Administraciones Públicas, con un máximo de quince.
Téngase en cuenta que el número 3 del artículo 29, en su redacción establecida por Ley 13/1996,
30 diciembre («B.O.E.» 31 diciembre), de Medidas Fiscales, Administrativas y del Orden Social,
establece que: «Para solicitar el pase a la situación prevista en esta letra c) será preciso haber
prestado servicios efectivos en cualquiera de las Administraciones Públicas durante los cinco
años inmediatamente anteriores y en ella no se podrá permanecer menos de dos años
continuados».
4. En las resoluciones por las que se declare esta situación se expresará el plazo máximo de
duración de la misma. La falta de petición de reingreso al servicio activo dentro de dicho plazo
comportará la pérdida de la condición de funcionario.
5. La concesión de esta excedencia quedará, en todo caso, subordinada a las necesidades del
servicio. No podrá declararse a solicitud del funcionario cuando al mismo se le instruya
expediente disciplinario.
Cuando el funcionario pertenezca a un Cuerpo o Escala que tenga reservados puestos en
exclusiva, se dará conocimiento de las resoluciones de concesión de excedencia voluntaria por
interés particular al Ministerio a que esté adscrito dicho Cuerpo o Escala.
6. La solicitud de reingreso al servicio activo condicionada a puestos o municipios concretos de
funcionarios procedentes de esta situación no interrumpirá el cómputo del plazo máximo de
duración de la misma.
202
Artículo 17 Excedencia voluntaria por agrupación familiar
1. Podrá concederse la excedencia voluntaria por agrupación familiar, con una duración mínima
de dos años y máxima de quince, a los funcionarios cuyo cónyuge resida en otro municipio por
haber obtenido y estar desempeñando un puesto de trabajo de carácter definitivo, como
funcionario de carrera o como laboral, en cualquier Administración pública, Organismo
autónomo o Entidad Gestora de la Seguridad Social, así como en Órganos Constitucionales o del
Poder Judicial.
2. Antes de finalizar el período de quince años de duración de esta situación deberá solicitarse
el reingreso al servicio activo, declarándose, de no hacerlo, de oficio la situación de excedencia
voluntaria por interés particular.
Artículo 18 Excedencia voluntaria incentivada
1. Los funcionarios afectados por un proceso de reasignación de efectivos que se encuentren en
alguna de las dos primeras fases a que hace referencia el artículo 20.1.g) de la Ley 30/1984, de
2 de agosto, podrán ser declarados, a su solicitud, en situación de excedencia voluntaria
incentivada.
2. Asimismo, quienes se encuentren en las situaciones de expectativa de destino o de excedencia
forzosa como consecuencia de la aplicación de un Plan de Empleo tendrán derecho a pasar, a su
solicitud, a dicha situación.
3. Corresponde a la Secretaría de Estado para la Administración Pública acordar la declaración
de esta situación.
4. La excedencia voluntaria incentivada tendrá una duración de cinco años e impedirá
desempeñar puestos de trabajo en el sector público, bajo ningún tipo de relación funcionarial o
contractual, sea ésta de naturaleza laboral o administrativa. Si no se solicita el reingreso al
servicio activo dentro del mes siguiente al de la finalización del período aludido, el
Departamento ministerial al que esté adscrito el Cuerpo o Escala del funcionario le declarará en
excedencia voluntaria por interés particular.
5. Quienes pasen a la situación de excedencia voluntaria incentivada tendrán derecho a una
mensualidad de las retribuciones de carácter periódico, excluidas las pagas extraordinarias y el
complemento de productividad, devengadas en el último puesto de trabajo desempeñado, por
cada año completo de servicios efectivos y con un máximo de doce mensualidades.
Artículo 19 Efectos de la excedencia voluntaria
203
CAPÍTULO IX
Suspensión de funciones
Artículo 20 Suspensión de funciones
1. La situación de suspensión de funciones podrá ser provisional o firme.
2. El funcionario declarado en suspensión firme de funciones deberá pasar a dicha situación en
todos los Cuerpos o Escalas incluidos en el ámbito de aplicación de este Reglamento a los que
pertenezca, a cuyo fin el órgano que acuerde la declaración de esta situación deberá poner ésta
en conocimiento de los Departamentos ministeriales a que dichos Cuerpos o Escalas estén
adscritos.
Artículo 21 Suspensión provisional
1. La suspensión provisional podrá acordarse preventivamente durante la tramitación de un
procedimiento judicial o disciplinario.
2. Si durante la tramitación de un procedimiento judicial se decreta la prisión provisional de un
funcionario u otras medidas que determinen la imposibilidad de desempeñar su puesto de
trabajo, se le declarará en suspensión provisional por el tiempo a que se extiendan dichas
medidas.
3. La suspensión provisional como medida preventiva durante la tramitación de un expediente
disciplinario podrá ser acordada por la autoridad que ordenó la incoación del expediente, no
pudiendo exceder esta suspensión de seis meses, salvo en caso de paralización del
procedimiento imputable al interesado.
4. El suspenso provisional tendrá derecho a percibir el 75 por 100 de su sueldo, trienios y pagas
extraordinarias, así como la totalidad de la prestación económica por hijo a cargo, excepto en
caso de paralización del expediente imputable al interesado, que comportará la pérdida de toda
retribución mientras se mantenga dicha paralización. Asimismo, no se acreditará haber alguno
en caso de incomparecencia en el procedimiento disciplinario o proceso penal.
5. Cuando la suspensión no sea declarada firme, el tiempo de duración de la misma se
computará como de servicio activo, debiendo acordarse la inmediata incorporación del
funcionario a su puesto de trabajo, con reconocimiento de los derechos económicos y demás
que procedan desde la fecha de efectos de la suspensión.
Artículo 22 Suspensión firme
1. La suspensión tendrá carácter firme cuando se imponga en virtud de condena criminal o
sanción disciplinaria. La condena y la sanción determinarán la pérdida del puesto de trabajo,
excepto cuando la suspensión firme no exceda de seis meses.
2. En tanto no transcurra el plazo de suspensión de funciones no procederá ningún cambio de
situación administrativa.
204
3. El funcionario que haya perdido su puesto de trabajo como consecuencia de condena o
sanción deberá solicitar el reingreso al servicio activo con un mes de antelación a la finalización
del período de duración de la suspensión. Dicho reingreso tendrá efectos económicos y
administrativos desde la fecha de extinción de la responsabilidad penal o disciplinaria.
4. De no solicitarse el reingreso en el tiempo señalado en el párrafo anterior, se le declarará, de
oficio, en la situación de excedencia voluntaria por interés particular, con efectos desde la fecha
de finalización de la sanción.
5. Si una vez solicitado el reingreso al servicio activo no se concede en el plazo de seis meses, el
funcionario será declarado, de oficio, en la situación de excedencia forzosa prevista en el artículo
13.1.b) con efectos de la fecha de extinción de la responsabilidad penal o disciplinaria.
CAPÍTULO X
Cambio de situaciones administrativas
Artículo 23 Requisitos y efectos
1. Los cambios de situaciones administrativas deberán ser siempre comunicados al Registro
Central de Personal y podrán tener lugar, siempre que se reúnan los requisitos exigidos en cada
caso, sin necesidad del reingreso previo al servicio activo.
2. En el supuesto de que la nueva situación conlleve el derecho a la reserva de un puesto de
trabajo, los funcionarios podrán participar en convocatorias de concurso para la provisión de
puestos de trabajo, permaneciendo en la situación que corresponda, y reservándoseles un
puesto de igual nivel y similares retribuciones a las del puesto obtenido en el mismo Ministerio
y Municipio.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Disposición adicional primera Funcionarios de las Comunidades Autónomas y de las
Corporaciones Locales con destino en la Administración General del Estado
Los funcionarios públicos de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales que
pasen a prestar servicios a la Administración General del Estado se someterán a lo establecido
en la normativa de función pública de ésta, excepto en lo que hace referencia a la separación
del servicio, que se regirá por lo previsto en sus disposiciones específicas.
Disposición adicional segunda Funcionarios de la Administración General del Estado destinados
en Corporaciones Locales
Los funcionarios de la Administración General del Estado que pasen a ocupar puestos de trabajo
en las Corporaciones Locales quedarán sometidos a lo dispuesto en el artículo 92.1 de la Ley
7/1985, de 2 de abril, y a la legislación sobre función pública aplicable en la Administración Local
en todo lo referente a su relación de servicios con la respectiva Entidad o Corporación, sin
perjuicio de la sanción de separación del servicio, que será acordada por el Ministro del
205
Departamento a que esté adscrito en cada caso el Cuerpo o Escala del funcionario, previa
incoación de expediente disciplinario por la Corporación Local.
Disposición adicional tercera Personal destinado en Órganos Constitucionales
Lo dispuesto en el presente Reglamento se entiende sin perjuicio de lo establecido en las
disposiciones reguladoras de los Órganos Constitucionales respecto al personal de la
Administración General del Estado destinado en los mismos.
Disposición adicional cuarta Funcionarios docentes universitarios y personal funcionario propio
de las Universidades
Los funcionarios docentes universitarios se regirán por lo dispuesto en el Real Decreto 898/1985,
de 30 de abril, sobre régimen de profesorado universitario, en cuanto haga referencia a
situaciones administrativas, siéndoles de aplicación el presente Reglamento en lo no previsto en
el citado Real Decreto.
De acuerdo con lo previsto en los artículos 44.2 y 49.4 de la Ley Orgánica 11/1983, de 25 de
agosto, de Reforma Universitaria, la competencia en materia de situaciones administrativas de
los funcionarios docentes que desempeñen sus funciones en las Universidades y de los
pertenecientes a Escalas de Administración y Servicios propias de las mismas, corresponden al
Rector.
Disposición adicional quinta Cesación progresiva de actividades
1. Corresponde a los Subsecretarios de los Ministerios, respecto a los funcionarios destinados
en los Servicios Centrales, Organismos autónomos y demás Entidades dependientes de los
mismos y a los Delegados del Gobierno y Gobernadores Civiles, en relación con los funcionarios
destinados en servicios periféricos de ámbito regional y provincial, respectivamente, la
concesión, a solicitud del funcionario, de reducción de su jornada de trabajo, en las
circunstancias señaladas en el artículo 30.4 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto. En el ámbito del
Ministerio de Defensa esta competencia debe entenderse referida al Secretario de Estado de
Administración Militar.
2. La concesión de jornada reducida estará condicionada a las necesidades del servicio y será
efectiva por un período de seis meses a partir del primer día del mes siguiente a la fecha en que
se conceda, renovándose automáticamente por períodos semestrales hasta la jubilación del
funcionario, salvo que éste solicite volver al régimen de jornada anterior, con aviso previo de un
mes a la finalización de su régimen de jornada reducida. Los períodos y plazos de tiempo
anteriores no serán exigibles en el caso de reducción de jornada solicitada y obtenida, de manera
temporal, por aquellos funcionarios que la precisen en procesos de recuperación, por razón de
enfermedad.
3. La duración de la jornada de trabajo reducida podrá ser igual a la mitad o a los dos tercios de
la establecida con carácter general, a elección del funcionario, recibiendo éste una retribución
equivalente al 60 por 100 y 80 por 100, respectivamente, del importe de las retribuciones
básicas derivadas del Grupo de pertenencia y de los complementos de destino y específico
correspondientes al puesto que desempeña.
206
4. Los funcionarios acogidos a la cesación progresiva de actividades, con reducción de jornada y
retribuciones, incluidos en el Régimen de Clases Pasivas, experimentarán la reducción de la
cuota de derechos pasivos y la minoración del haber regulador que sirva de base para su cálculo,
de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 23.1 y 30.4 del texto refundido de la Ley de Clases
Pasivas del Estado, aprobado por Real Decreto legislativo 670/1987, de 30 de abril. Igual
tratamiento se dará a las cuotas de las correspondientes Mutualidades de Funcionarios.
5. Los funcionarios, en iguales circunstancias, incluidos en el Régimen de la Seguridad Social,
experimentarán en su base de cotización la reducción derivada de la minoración de sus
retribuciones, de conformidad con lo establecido en las disposiciones que les sean de aplicación.
Disposición adicional sexta Procedimientos en materia de gestión de personal
En materia de actos presuntos y de plazos para la resolución de los procedimientos
administrativos de gestión de personal serán de aplicación las disposiciones contenidas en el
Real Decreto 1777/1994, de 5 de agosto de adecuación de las normas reguladoras de los
procedimientos de gestión de personal a la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Disposición transitoria primera Excedencia voluntaria de la disposición transitoria octava de la
Ley 30/1984
Los funcionarios en situación de excedencia voluntaria concedida al amparo de lo previsto en el
apartado 6 de la disposición transitoria octava de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, gozarán de
preferencia para el reingreso, una vez transcurrido el plazo mínimo de cinco años, respecto de
los que se encuentren en las demás modalidades de dicha situación. Gozarán, asimismo, y por
una sola vez, de preferencia para obtener un puesto en el Ministerio y municipio de procedencia.
Disposición transitoria segunda Cómputo de plazos de la excedencia voluntaria por interés
particular
Los funcionarios que el 1 de enero de 1994 se encontraran en la situación de excedencia
voluntaria por interés particular podrán permanecer en ella hasta que transcurran, como
máximo, quince años contados del siguiente modo:
a) A partir del 23 de agosto de 1984, si la excedencia les fue concedida con anterioridad a la
entrada en vigor de la Ley 30/1984, de 2 de agosto.
b) Desde la fecha del pase a dicha situación, si la excedencia les fue concedida con
posterioridad a la entrada en vigor de la Ley expresada
207
Ley Orgánica 2/1986, de 13 marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
TÍTULO PRIMERO
De los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
CAPITULO PRIMERO
Disposiciones generales
Artículo 1
1 La Seguridad pública es competencia exclusiva del Estado. Su mantenimiento corresponde al
Gobierno de la Nación.
2. Las Comunidades Autónomas participarán en el mantenimiento de la seguridad pública en
los términos que establezcan los respectivos Estatutos y en el marco de esta Ley.
3. Las Corporaciones Locales participarán en el mantenimiento de la seguridad pública en los
términos establecidos en la Ley reguladora de las Bases de Régimen Local y en el marco de
esta Ley.
4. El mantenimiento de la seguridad pública se ejercerá por las distintas Administraciones
Públicas a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Artículo 2
Son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad:
a) Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Gobierno de la Nación.
b) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas.
208
c) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales.
Artículo 3
Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ajustarán su actuación al principio de
cooperación recíproca y su coordinación se efectuará a través de los órganos que a tal efecto
establece esta Ley.
Artículo 4
1. Todos tienen el deber de prestar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el auxilio necesario en
la investigación y persecución de los delitos en los términos previstos legalmente.
2. Las personas y entidades que ejerzan funciones de vigilancia, seguridad o custodia referidas
a personal y bienes o servicios de titularidad pública o privada tienen especial obligación de
auxiliar o colaborar en todo momento con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
CAPITULO II
Principios básicos de actuación
Artículo 5
Son principios básicos de actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad los
siguientes:
1. Adecuación al ordenamiento jurídico, especialmente:
a) Ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y el resto del
ordenamiento jurídico.
b) Actuar, en el cumplimiento de sus funciones, con absoluta neutralidad política e
imparcialidad y, en consecuencia, sin discriminación alguna por razón de raza,
religión u opinión.
c) Actuar con integridad y dignidad. En particular, deberán abstenerse de todo
acto de corrupción y oponerse a él resueltamente.
d) Sujetarse en su actuación profesional a los principios de jerarquía y
subordinación. En ningún caso la obediencia debida podrá amparar órdenes que
entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean
contrarios a la Constitución o a las Leyes.
e) Colaborar con la Administración de Justicia y auxiliarla en los términos
establecidos en la Ley.
2. Relaciones con la comunidad. Singularmente:
a) Impedir, en el ejercicio de su actuación profesional, cualquier práctica abusiva,
arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral.
209
b) Observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con
los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar y proteger, siempre que las
circunstancias lo aconsejen o fueren requeridos para ello. En todas sus
intervenciones, proporcionarán información cumplida, y tan amplia como sea
posible, sobre las causas y finalidad de las mismas.
c) En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria, y sin
demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable;
rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia, oportunidad y
proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.
d) Solamente deberán utilizar las armas en las situaciones en que exista un riesgo
racionalmente grave para su vida, su integridad física o las de terceras personas, o
en aquellas circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad
ciudadana y de conformidad con los principios a que se refiere el apartado
anterior.
3. Tratamiento de detenidos, especialmente:
a) Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán identificarse
debidamente como tales en el momento de efectuar una detención.
b) Velarán por la vida e integridad física de las personas a quienes detuvieren o
que se encuentren bajo su custodia y respetarán el honor y la dignidad de las
personas.
c) Darán cumplimiento y observarán con la debida diligencia los trámites, plazos y
requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico, cuando se proceda a la detención
de una persona.
4. Dedicación profesional.
Deberán llevar a cabo sus funciones con total dedicación, debiendo intervenir siempre,
en cualquier tiempo y lugar, se hallaren o no de servicio, en defensa de la Ley y de la
seguridad ciudadana.
5. Secreto profesional.
Deberán guardar riguroso secreto respecto a todas las informaciones que conozcan
por razón o con ocasión del desempeño de sus funciones. No estarán obligados a
revelar las fuentes de información, salvo que el ejercicio de sus funciones o las
disposiciones de la Ley les impongan actuar de otra manera.
6. Responsabilidad.
Son responsables personal y directamente por los actos que en su actuación
profesional llevaren a cabo, infringiendo o vulnerando las normas legales, así como las
reglamentarias que rijan su profesión y los principios enunciados anteriormente, sin
perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a las
210
Administraciones Públicas por las mismas.
CAPITULO III
Disposiciones estatutarias comunes
Artículo 6
1. Los Poderes Públicos promoverán las condiciones más favorables para una adecuada
promoción profesional, social y humana de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, de acuerdo con los principios de objetividad, igualdad de oportunidades, mérito y
capacidad.
2. La formación y perfeccionamiento de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
se adecuará a los principios señalados en el artículo 5.º y se ajustará a los siguientes criterios:
a) Tendrá carácter profesional y permanente.
b) Los estudios que se cursen en los centros de enseñanza dependientes de las diferentes
Administraciones Públicas podrán ser objeto de convalidación por el Ministerio de
Educación y Ciencia, que a tal fin tendrá en cuenta las titulaciones exigidas para el acceso a
cada uno de ellos y la naturaleza y duración de dichos estudios.
c) Para impartir las enseñanzas y cursos referidos se promoverá la colaboración
institucional de la Universidad, el Poder Judicial, el Ministerio Fiscal, las Fuerzas Armadas y
de otras Instituciones, Centros o establecimientos que específicamente interesen a los
referidos fines docentes.
3. Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán jurar o prometer acatamiento
a la Constitución como norma fundamental del Estado.
4. Tendrán derecho a una remuneración justa, que contemple su nivel de formación, régimen
de incompatibilidades, movilidad por razones de servicio, dedicación y el riesgo que comporta
su misión, así como la especificidad de los horarios de trabajo y su peculiar estructura.
5. Reglamentariamente se determinará su régimen de horario de servicio, que se adaptará a
las peculiares características de la función policial.
6. Los puestos de servicio en las respectivas categorías se proveerán conforme a los principios
de mérito, capacidad y antigüedad, a tenor de lo dispuesto en la correspondiente
reglamentación.
7. La pertenencia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es causa de incompatibilidad para el
desempeño de cualquier otra actividad pública o privada, salvo aquellas actividades
211
exceptuadas de la legislación sobre incompatibilidades.
8. Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no podrán ejercer en ningún caso el
derecho de huelga, ni acciones sustitutivas del mismo o concertadas con el fin de alterar el
normal funcionamiento de los servicios.
9. El régimen disciplinario, sin perjuicio de la observancia de las debidas garantías, estará
inspirado en unos principios acordes con la misión fundamental que la Constitución les
atribuye y con la estructura y organización jerarquizada y disciplinada propias de los mismos.
Artículo 7
1. En el ejercicio de sus funciones, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
tendrán a todos los efectos legales el carácter de Agentes de la Autoridad.
2. Cuando se cometa delito de atentado, empleando en su ejecución armas de fuego,
explosivos u otros medios de agresión de análoga peligrosidad, que puedan poner en peligro
grave la integridad física de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tendrán al
efecto de su protección penal la consideración de Autoridad.
3. La Guardia Civil sólo tendrá consideración de fuerza armada en el cumplimiento de las
misiones de carácter militar que se le encomienden, de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
Artículo 8
1. La jurisdicción ordinaria será la competente para conocer de los delitos que se cometan
contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como de los cometidos por éstos
en el ejercicio de sus funciones.
Iniciadas unas actuaciones por los Jueces de Instrucción, cuando éstos entiendan que existen
indicios racionales de criminalidad por la conducta de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, suspenderán sus actuaciones y las remitirán a la Audiencia Provincial
correspondiente, que será la competente para seguir la instrucción, ordenar, en su caso, el
procesamiento y dictar el fallo que corresponda. Párrafo segundo del número primero del
artículo 8 declarado inconstitucional por Sentencia del Tribunal Constitucional 55/1990, 28
marzo («B.O.E.» 17 abril), en cuanto atribuye la competencia para seguir la instrucción y
ordenar, en su caso, el procesamiento de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones a la Audiencia correspondiente.
Cuando el hecho fuese constitutivo de falta, los Jueces de Instrucción serán competentes para
la instrucción y el fallo, de conformidad con las normas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Se exceptúa de lo dispuesto en los párrafos anteriores los supuestos en que sea competente la
jurisdicción militar.
2. El cumplimiento de la prisión preventiva y de las penas privativas de libertad por los
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se realizarán en establecimientos
penitenciarios ordinarios, con separación del resto de detenidos o presos.
3. La iniciación de procedimiento penal contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad no impedirá la incoación y tramitación de expedientes gubernativos o disciplinarios
212
por los mismos hechos. No obstante, la resolución definitiva del expediente sólo podrá
producirse cuando la sentencia recaída en el ámbito penal sea firme, y la declaración de
hechos probados vinculará a la Administración. Las medidas cautelares que puedan adoptarse
en estos supuestos podrán prolongarse hasta que recaiga resolución definitiva en el
procedimiento judicial, salvo en cuanto a la suspensión de sueldo, en que se estará a lo
dispuesto en la legislación general de funcionarios.
SECCIÓN 2
De los derechos de representación colectiva
Artículo 18
1. Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía tienen derecho a constituir organizaciones
sindicales de ámbito nacional para la defensa de sus intereses profesionales, así como el de
afiliarse a las mismas y a participar activamente en ellas en los términos previstos en esta Ley.
2. Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía sólo podrán afiliarse a organizaciones
sindicales formadas exclusivamente por miembros del propio Cuerpo. Dichas organizaciones
no podrán federarse o confederarse con otras que, a su vez, no estén integradas
exclusivamente por miembros del referido Cuerpo. No obstante, podrán formar parte de
organizaciones internacionales de su mismo carácter.
Artículo 19
El ejercicio del derecho de sindicación y de la acción sindical por parte de los miembros del
Cuerpo Nacional de Policía tendrán como límites el respeto de los derechos fundamentales y
libertades públicas reconocidos en la Constitución y, especialmente, el derecho al honor, a la
intimidad y a la propia imagen, así como el crédito y prestigio de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, la seguridad ciudadana y de los propios funcionarios y la garantía del
secreto profesional. Constituirán asimismo límite, en la medida que puedan ser vulnerados por
dicho ejercicio, los principios básicos de actuación del artículo 5.º de esta Ley.
Artículo 20
1. Para constituir una organización sindical será preciso depositar los estatutos de la misma,
acompañados del acta fundacional, en el Registro Especial de la Dirección General de Policía.
2. Los Estatutos deberán contener, al menos, las siguientes menciones:
a) Denominación de la asociación.
b) Fines específicos de la misma.
c) Domicilio.
213
ajustarse a principios democráticos.
e) Requisitos y procedimientos para la adquisición y pérdida de la condición de afiliados,
así como el régimen de modificación de sus Estatutos y disolución de la asociación sindical.
f) Régimen económico de la organización, que establezca el carácter, procedencia y
destino de sus recursos, así como los medios que permitan a los afiliados conocer la
situación económica.
3. Sólo se podrán rechazar, mediante resolución motivada, aquellos Estatutos que carezcan de
los requisitos mínimos a que se refiere el número anterior, y cuyos defectos no hubieran sido
subsanados en el plazo de diez días a partir de que se les requiriese al efecto.
Artículo 21
2. Tendrán la condición de representantes de las organizaciones sindicales del Cuerpo Nacional
de Policía aquellos funcionarios que, perteneciendo a las mismas, hayan sido formalmente
designados como tales por el órgano de gobierno de aquellas, de acuerdo con sus respectivos
Estatutos.
Artículo 22
1. Aquellas organizaciones sindicales del Cuerpo Nacional de Policía que en las últimas
elecciones al Consejo de Policía hubieran obtenido, al menos, un representante en dicho
Consejo, o en dos de las Escalas el 10 por 100 de los votos emitidos en cada una de ellas, serán
consideradas organizaciones sindicales representativas, y en tal condición tendrán, además,
capacidad para:
a) Participar como interlocutores en la determinación de las condiciones de prestación del
servicio de los funcionarios, a través de los procedimientos establecidos al efecto.
b) Integrarse en el grupo de trabajo o Comisiones de estudio que a tal efecto se
establezcan.
2. Los representantes de dichas organizaciones sindicales representativas tendrán derecho:
a) A la asistencia y al acceso a los centros de trabajo para participar en actividades propias
de su asociación sindical, previa comunicación al Jefe de la Dependencia y sin que el
ejercicio de ese derecho pueda interrumpir el desarrollo normal del servicio policial.
b) Al número de horas mensuales que reglamentariamente se establezcan para el
desarrollo de las funciones sindicales propias de su representación.
c) Al disfrute de los permisos no retribuidos necesarios para el desarrollo de las funciones
sindicales propias de su cargo, dentro de los límites que reglamentariamente se
214
establezcan.
d) Al pase a la situación de servicios especiales, en los términos que reglamentariamente
se establezcan, con derecho a reserva del puesto de trabajo y al cómputo de antigüedad,
mientras dure el ejercicio de su cargo representativo, debiendo incorporarse a su puesto
de trabajo dentro del mes siguiente a la fecha del cese.
3. El número de representantes que la Administración tendrá que reconocer, a los efectos
determinados en el número 2 de este artículo, se corresponderá con el número de
representantes que cada organización sindical hubiere obtenido en las elecciones al Consejo
de Policía.
4. En todo caso, se reconocerá a aquella organización sindical que no hubiera obtenido
representantes elegidos en el Consejo de Policía, pero sí, al menos, el 10 por 100 de votos en
una Escala, el derecho a un representante, a los solos efectos de lo previsto en el número 2 de
este artículo.
Artículo 23
1. En las dependencias con más de 250 funcionarios, las organizaciones sindicales tendrán
derecho a que se les facilite un local adecuado para el ejercicio de sus actividades. En todo
caso tendrán derecho a la instalación en cada dependencia policial de un tablón de anuncios,
en lugar donde se garantice un fácil acceso al mismo de los funcionarios.
2. Estos podrán celebrar reuniones sindicales en locales oficiales, fuera de las horas de trabajo
y sin perturbar la marcha del servicio, previa autorización del Jefe de la Dependencia, que sólo
podrá denegarla cuando considere que el servicio puede verse afectado.
3. La autorización deberá solicitarse con una antelación mínima de setenta y dos horas, y en la
misma se hará constar la fecha, hora y lugar de la reunión, así como el orden del día previsto.
4. La resolución correspondiente deberá notificarse, al menos, veinticuatro horas antes de la
prevista para la reunión, sin perjuicio de lo dispuesto en el número 2.
Artículo 24
1. Las organizaciones sindicales responderán por los actos o acuerdos adoptados por sus
órganos estatutarios en la esfera de sus respectivas competencias.
2. Dichas organizaciones responderán por los actos de sus afiliados, cuando aquéllos se
produzcan en el ejercicio regular de las funciones representativas o se pruebe que dichos
afiliados actuaban por cuenta de las organizaciones sindicales.
SECCIÓN 3
Del Consejo de Policía
Artículo 25
215
1. Bajo la presidencia del Ministro del Interior o persona en quien delegue, se crea el Consejo
de Policía, con representación paritaria de la Administración y de los miembros del Cuerpo
Nacional de Policía.
2. Son funciones del Consejo de Policía:
a) La mediación y conciliación en caso de conflictos colectivos.
b) La participación en el establecimiento y las condiciones de prestación del servicio de los
funcionarios.
c) La formulación de mociones y la evacuación de consultas en materias relativas al
Estatuto profesional.
d) La emisión de informes en los expedientes disciplinarios que se instruyan por faltas muy
graves contra miembros del Cuerpo Nacional de Policía y en todos aquellos que se
instruyan a los representantes de los Sindicatos, a que se refiere el artículo 22 de esta Ley.
e) El informe previo de las disposiciones de carácter general que se pretenda dictar sobre
las materias a que se refieren los apartados anteriores.
f) Las demás que le atribuyan las Leyes y disposiciones generales.
3. Los representantes de la Administración en el Consejo de Policía serán designados por el
Ministro del Interior.
La representación de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía en el Consejo se
estructurará por Escalas, sobre la base de un representante por cada 6.000 funcionarios o
fracción, de cada una de las cuatro Escalas que constituyen el Cuerpo.
Artículo 26
1. Se celebrarán elecciones en el seno del Cuerpo Nacional de Policía, a efectos de designar los
representantes de sus miembros en el Consejo de Policía y determinar la condición de
representativos de los Sindicatos constituidos, con arreglo a lo dispuesto en la presente Ley.
Las elecciones se celebrarán por Escalas, votando sus miembros una lista que contenga el
nombre o nombres de los candidatos a representantes de la misma, mediante sufragio
personal, directo y secreto.
2. Los candidatos a la elección podrán ser presentados, mediante listas nacionales, para cada
una de las Escalas, por los Sindicatos de funcionarios o por las agrupaciones de electores de las
distintas Escalas legalmente constituidas.
Las listas contendrán tantos nombres como puestos a cubrir, más igual número de suplentes.
3. Mediante el sistema de representación proporcional se atribuirá a cada lista el número de
puestos que le correspondan, de conformidad con el cociente que resulte de dividir el número
216
de votantes por el de puestos a cubrir.
Si hubiere puesto o puestos sobrantes, se atribuirán a la lista o listas que tengan un mayor
resto de votos.
4. La duración del mandato de los Delegados en el Consejo de Policía será de cuatro años,
pudiendo ser reelegidos en sucesivos procesos electorales. Caso de producirse vacante, por
cualquier causa, en la representación de los funcionarios en el Consejo de Policía, se cubrirá
automáticamente por el candidato que ocupe el puesto siguiente en la lista respectiva.
5. Reglamentariamente, se establecerán las normas complementarias que sean precisas para
la convocatoria de las elecciones, el procedimiento electoral y, en general, para el
funcionamiento del Consejo de Policía.
CAPÍTULO V
De la organización de Unidades de Policía Judicial
Artículo 29
1. Las funciones de Policía Judicial que se mencionan en el artículo 126 de la Constitución
serán ejercidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a través de las Unidades
que se regulan en el presente capítulo.
2. Para el cumplimiento de dicha función tendrán carácter colaborador de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado el personal de Policía de las Comunidades Autónomas y de
las Corporaciones Locales.
Artículo 30
1. El Ministerio del Interior organizará con funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado que cuenten con la adecuada formación especializada Unidades de Policía Judicial,
atendiendo a criterios territoriales y de especialización delictual, a las que corresponderá esta
función con carácter permanente y especial.
2. Las referidas Unidades orgánicas de Policía Judicial podrán adscribirse, en todo o en parte,
por el Ministerio del Interior, oído el Consejo General del Poder Judicial, a determinados
Juzgados y Tribunales. De igual manera podrán adscribirse al Ministerio Fiscal, oído el Fiscal
general del Estado.
Artículo 31
1. En el cumplimiento de sus funciones, los funcionarios adscritos a Unidades de Policía Judicial
dependen orgánicamente del Ministerio del Interior y funcionalmente de los Jueces,
Tribunales o Ministerio Fiscal que estén conociendo del asunto objeto de su investigación.
2. Los Jueces o Presidentes de los respectivos órganos del orden jurisdiccional penal, así como
los Fiscales Jefes podrán solicitar la intervención en una investigación de funcionarios a medios
adscritos a Unidades orgánicas de Policía Judicial por conducto del Presidente del Tribunal
217
Supremo o de los Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia o del Fiscal general del
Estado, respectivamente.
Artículo 32
La Policía Judicial constituye una función cuya especialización se cursará en los Centros de
Formación y Perfeccionamiento de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, con participación de miembros de la Judicatura y del Ministerio Fiscal, o,
complementariamente, en el Centro de Estudios Judiciales.
La posesión del diploma correspondiente será requisito necesario para ocupar puestos en las
Unidades de Policía Judicial que se constituyan.
Artículo 33
Los funcionarios adscritos a las Unidades de Policía Judicial desempeñarán esa función con
carácter exclusivo, sin perjuicio de que puedan desarrollar también las misiones de prevención
de la delincuencia y demás que se les encomienden, cuando las circunstancias lo requieran, de
entre las correspondientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Artículo 34
1. Los funcionarios de las Unidades de Policía Judicial no podrán ser removidos o apartados de
la investigación concreta que se les hubiera encomendado, hasta que finalice la misma o la
fase del procedimiento judicial que la originara, si no es por decisión o con la autorización del
Juez o Fiscal competente.
2. En las diligencias o actuaciones que lleven a cabo, por encargo y bajo la supervisión de los
Jueces, Tribunales o Fiscales competentes de lo Penal, los funcionarios integrantes de las
Unidades de Policía Judicial tendrán el carácter de comisionados de dichos Jueces, Tribunales y
Fiscales, y podrán requerir el auxilio necesario de las Autoridades y, en su caso, de los
particulares.
Artículo 35
Los Jueces y Tribunales de lo Penal y el Ministerio Fiscal tendrán, respecto de los funcionarios
integrantes de Unidades de Policía Judicial que le sean adscritas y de aquellos a que se refiere
el número 2 del artículo 31 de esta Ley, las siguientes facultades:
a) Les darán las órdenes e instrucciones que sean necesarias, en ejecución de lo dispuesto
en las normas de Enjuiciamiento Criminal y Estatuto del Ministerio Fiscal.
b) Determinarán, en dichas órdenes o instrucciones, el contenido y circunstancias de las
actuaciones que interesen dichas Unidades.
c) Controlarán la ejecución de tales actuaciones, en cuanto a la forma y los resultados.
d) Podrán instar el ejercicio de la potestad disciplinaria, en cuyo caso emitirán los informes
que pueda exigir la tramitación de los correspondientes expedientes, así como aquellos
otros que consideren oportunos. En estos casos recibirán los testimonios de las
218
resoluciones recaídas.
Artículo 36
Salvo lo dispuesto en este capítulo, el régimen funcionarial del personal integrado en las
Unidades de Policía Judicial será el de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
TÍTULO III
De las Policías de las Comunidades Autónomas
CAPÍTULO PRIMERO
Principios generales
Artículo 37
1. Las Comunidades Autónomas en cuyos Estatutos esté previsto podrán crear Cuerpos de
Policía para el ejercicio de las funciones de vigilancia y protección a que se refiere el artículo
148.1.22 de la Constitución y las demás que le atribuye la presente Ley.
2. Las Comunidades Autónomas que no hicieran uso de la posibilidad prevista en el apartado
anterior podrán ejercer las funciones enunciadas en el artículo 148.1.22 de la Constitución, de
conformidad con los artículos 39 y 47 de esta Ley.
3. Las Comunidades Autónomas cuyos Estatutos no prevean la creación de Cuerpos de Policía
también podrán ejercer las funciones de vigilancia y protección a que se refiere el artículo
148.1.22 de la Constitución mediante la firma de acuerdos de cooperación específica con el
Estado.
CAPÍTULO II
De las competencias de las Comunidades Autónomas
Artículo 38
Las Comunidades Autónomas, a que se refiere el número 1 del artículo anterior, podrán
ejercer, a través de sus Cuerpos de Policía, las siguientes funciones:
1. Con carácter de propias:
a) Velar por el cumplimiento de las disposiciones y órdenes singulares dictadas por
los órganos de la Comunidad Autónoma.
219
c) La inspección de las actividades sometidas a la ordenación o disciplina de la
Comunidad Autónoma, denunciando toda actividad ilícita.
d) El uso de la coacción en orden a la ejecución forzosa de los actos o disposiciones
de la propia Comunidad Autónoma.
2. En colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado:
a) Velar por el cumplimiento de las Leyes y demás disposiciones del Estado y
garantizar el funcionamiento de los servicios públicos esenciales.
b) Participar en las funciones de Policía Judicial, en la forma establecida en el
artículo 29.2 de esta Ley.
c) Vigilar los espacios públicos, proteger las manifestaciones y mantener el orden
en grandes concentraciones humanas.
El ejercicio de esta función corresponderá, con carácter prioritario, a los Cuerpos de
Policía de las Comunidades Autónomas, sin perjuicio de la intervención de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando, bien a requerimiento de las Autoridades de
la Comunidad Autónoma, o bien por decisión propia, lo estimen necesario las
Autoridades estatales competentes.
3. De prestación simultánea e indiferenciada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado:
a) La cooperación a la resolución amistosa de los conflictos privados cuando sean
requeridos para ello.
b) La prestación de auxilio en los casos de accidente, catástrofe o calamidad
pública, participando en la forma prevista en las Leyes, en la ejecución de los
planes de Protección Civil.
c) Velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de
la naturaleza y medio ambiente, recursos hidráulicos, así como la riqueza
cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con la
naturaleza.
Artículo 39
Corresponde a las Comunidades Autónomas, de conformidad con la presente Ley y con la de
Bases de Régimen Local, coordinar la actuación de las Policías Locales en el ámbito territorial
de la Comunidad, mediante el ejercicio de las siguientes funciones:
a) Establecimiento de las normas‐marco a las que habrán de ajustarse los Reglamentos de
Policías Locales, de conformidad con lo dispuesto en la presente Ley y en la de Bases de
220
Régimen Local.
b) Establecer o propiciar, según los casos, la homogeneización de los distintos Cuerpos de
Policías Locales, en materia de medios técnicos para aumentar la eficacia y colaboración
de éstos, de uniformes y de retribuciones.
c) Fijar los criterios de selección, formación, promoción y movilidad de las Policías Locales,
determinando los distintos niveles educativos exigibles para cada categoría, sin que, en
ningún caso, el nivel pueda ser inferior a Graduado Escolar.
d) Coordinar la formación profesional de las Policías Locales, mediante la creación de
Escuelas de Formación de Mandos y de Formación Básica.
CAPÍTULO III
Del régimen estatutario de las Policías de las Comunidades Autónomas
Artículo 40
El régimen estatutario de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas vendrá
determinado, de conformidad con lo establecido en el artículo 149.1.18 de la Constitución,
por los principios generales del título I de esta Ley, por lo establecido en este capítulo y por
lo que dispongan al efecto los Estatutos de Autonomía y la legislación de las Comunidades
Autónomas, así como por los Reglamentos específicos de cada Cuerpo.
Artículo 41
1. Corresponde a los órganos competentes de cada Comunidad Autónoma, previo informe
del Consejo, a que se refiere el artículo 48 de esta Ley, la creación de sus Cuerpos de
Policía, así como su modificación y supresión en los casos en que así se prevea en los
respectivos Estatutos de Autonomía.
2. Los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas son Institutos armados de
naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizada.
3. En el ejercicio de sus funciones, los miembros de los citados Cuerpos deberán vestir el
uniforme reglamentario, salvo los casos excepcionales que autoricen las Juntas de
Seguridad.
4. Los miembros de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas estarán
dotados de los medios técnicos y operativos necesarios para el cumplimiento de sus
funciones, pudiendo portar armas de fuego. El otorgamiento de la licencia de armas
competerá, en todo caso, al Gobierno de la Nación.
Artículo 42
Los cuerpos de policía de las comunidades autónomas sólo podrán actuar en el ámbito
territorial de la comunidad autónoma respectiva, salvo en situaciones de emergencia,
previo requerimiento de las autoridades estatales.
No obstante, cuando ejerzan funciones de protección de autoridades públicas de la
221
comunidad autónoma, podrán actuar fuera del ámbito territorial respectivo, previa
autorización del Ministerio del Interior y, cuando proceda, comunicación al órgano de
gobierno de la comunidad autónoma correspondiente, con las condiciones y requisitos que
se determinen reglamentariamente.
Artículo 42 redactado por el artículo segundo de la L.O. 1/2003, de 10 de marzo, para la
garantía de la democracia en los Ayuntamientos y la seguridad de los Concejales («B.O.E.»
11 marzo).Vigencia: 12 marzo 2003
Artículo 43
1. Los Mandos de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas se designarán por
las Autoridades competentes de la Comunidad Autónoma, entre Jefes, Oficiales y Mandos
de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
2. Durante su permanencia en la Policía de la Comunidad Autónoma, dichos Jefes, Oficiales
y Mandos pasarán a la situación que reglamentariamente corresponda a su Arma o Cuerpo
de procedencia, al cual podrán reintegrarse en cualquier momento que lo soliciten.
3. Un porcentaje de las vacantes de los citados puestos de Mando podrá ser cubierto,
mediante promoción interna, entre los miembros del propio Cuerpo de Policía de la
Comunidad Autónoma, en el número, con las condiciones y requisitos que determinen el
Consejo a que se refiere el artículo 48 de esta Ley.
4. Los mandos de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas habrán de
realizar, una vez designados y antes de su adscripción, un curso de especialización
homologado por el Ministerio del Interior para el mando peculiar de estos Cuerpos.
Artículo 44
La selección, el ingreso, la promoción y formación de los miembros de los Cuerpos de
Policía de las Comunidades Autónomas se regulará y organizará por las respectivas
Comunidades Autónomas, sin perjuicio de lo establecido en los respectivos Estatutos.
TÍTULO IV
De la colaboración y coordinación entre el Estado y las Comunidades Autónomas
CAPÍTULO PRIMERO
De la colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los Cuerpos de
Policía de las Comunidades Autónomas
Artículo 45
Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Cuerpos de Policía de
las Comunidades Autónomas deberán prestarse mutuo auxilio e información recíproca en el
222
ejercicio de sus funciones respectivas.
Artículo 46
1. Cuando las Comunidades Autónomas que, según su Estatuto, puedan crear Cuerpos de
Policía no dispongan de los medios suficientes para el ejercicio de las funciones previstas en el
artículo 38.1 y 2.c) de la presente Ley, podrán recabar, a través de las Autoridades del Estado
el auxilio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, correspondiendo en este caso a las
Autoridades gubernativas estatales la determinación del modo y forma de prestar el auxilio
solicitado.
En caso de considerarse procedente su intervención, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado actuarán bajo el mando de sus Jefes naturales.
2. En el resto de los casos, cuando en la prestación de un determinado servicio o en la
realización de una actuación concreta concurran, simultáneamente, miembros o Unidades de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Policía de la Comunidad Autónoma,
serán los Mandos de los primeros los que asuman la dirección de la operación.
CAPÍTULO II
De la adscripción de Unidades del Cuerpo Nacional de Policía a las Comunidades Autónomas
Artículo 47
Las Comunidades Autónomas incluidas en el apartado 2 del artículo 37 de la presente Ley,
podrán solicitar del Gobierno de la Nación, a través del Ministerio del Interior, para el ejercicio
de las funciones previstas en el artículo 38.1 de aquélla, la adscripción de Unidades del Cuerpo
Nacional de Policía.
Las condiciones de dicha adscripción se determinarán en acuerdos administrativos de
colaboración de carácter específico, que deberán respetar, en todo caso, los siguientes
principios:
‐ La adscripción deberá afectar a Unidades operativas completas y no a miembros individuales
del citado Cuerpo.
‐ Las Unidades adscritas dependerán, funcionalmente, de las Autoridades de la Comunidad
Autónoma, y orgánicamente del Ministerio del Interior.
‐ Dichas Unidades actuarán siempre bajo el Mando de sus Jefes naturales.
‐ En cualquier momento podrán ser reemplazadas por otras, a iniciativa de las Autoridades
estatales, oídas las Autoridades de la Comunidad Autónoma.
CAPÍTULO III
De los órganos de coordinación
223
Artículo 48
1. Para garantizar la coordinación entre las políticas de seguridad pública del Estado y de las
Comunidades Autónomas se crea el Consejo de Política de Seguridad, que estará presidido por
el Ministro del Interior e integrado por los Consejeros de Interior o Gobernación de las
Comunidades Autónomas y por un número igual de representantes del Estado designados por
el Gobierno de la Nación.
2. El Consejo de Política de Seguridad ejercerá las siguientes competencias:
‐ Aprobar los planes de coordinación en materia de seguridad y de infraestructura policial.
‐ Informar las plantillas de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas y sus
modificaciones. El Consejo podrá establecer el número máximo de los efectivos de las
plantillas.
‐ Aprobar directivas y recomendaciones de carácter general.
‐ Informar las disposiciones que dicten las Comunidades Autónomas, en relación con sus
propios Cuerpos de Policía, así como la creación de éstos.
‐ Informar los convenios de cooperación, en materia de seguridad, entre el Estado y las
Comunidades Autónomas.
‐ Las demás que le atribuya la legislación vigente.
3. Para su adecuado funcionamiento el Consejo de Política de Seguridad elaborará un
Reglamento de régimen interior que será aprobado por el mismo.
Artículo 49
1. Dentro del Consejo de Política de Seguridad funcionará un Comité de Expertos integrado por
ocho representantes, cuatro del Estado y cuatro de las Comunidades Autónomas, designados
estos últimos anualmente por los miembros del Consejo de Política de Seguridad que
representen a las Comunidades Autónomas. Dicho Comité tendrá la misión de asesorar
técnicamente a aquél y preparar los asuntos que posteriormente vayan a ser debatidos en el
Pleno del mismo y con carácter específico:
‐ Elaborar y proponer fórmulas de coordinación.
‐ Preparar acuerdos de cooperación.
‐ Proponer programas de formación y perfeccionamiento de las Policías.
‐ Elaborar planes de actuación conjunta.
2. El Reglamento de régimen interior del Consejo de Política de Seguridad determinará las
normas de composición y funcionamiento del Comité de Expertos.
Artículo 50
224
1. En las Comunidades Autónomas que dispongan de Cuerpos de Policía propios podrá
constituirse una Junta de Seguridad, integrada por igual número de representantes del Estado
y de las Comunidades Autónomas, con la misión de coordinar la actuación de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Cuerpos de Policía de la Comunidad Autónoma, en
los términos que reglamentariamente se determinen.
2. La Junta de Seguridad será el órgano competente para resolver las incidencias que pudieran
surgir en la colaboración entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
y de los Cuerpos de Policía de la Comunidad Autónoma.
A tal efecto, las Autoridades competentes de las Comunidades Autónomas y los Gobernadores
civiles deberán informar periódicamente a dicha Junta acerca de las deficiencias que se
observen en la coordinación, mutuo auxilio e información recíproca entre aquéllos, indicando
las medidas oportunas para corregir los problemas suscitados.
TÍTULO V
De las Policías Locales
Artículo 51
1. Los municipios podrán crear cuerpos de policía propios, de acuerdo con lo previsto en la
presente ley, en la Ley de Bases de Régimen Local y en la legislación autonómica.
2. En los municipios donde no exista policía municipal, los cometidos de ésta serán ejercidos
por el personal que desempeñe funciones de custodia y vigilancia de bienes, servicios e
instalaciones, con la denominación de guardas, vigilantes, agentes, alguaciles o análogos.
3. Dichos cuerpos sólo podrán actuar en el ámbito territorial del municipio respectivo, salvo en
situaciones de emergencia y previo requerimiento de las autoridades competentes.
No obstante, cuando ejerzan funciones de protección de autoridades de las corporaciones
locales, podrán actuar fuera del término municipal respectivo, con autorización del Ministerio
del Interior o de la correspondiente autoridad de la comunidad autónoma que cuente con
cuerpo de policía autonómica, cuando desarrollen íntegramente esas actuaciones en el ámbito
territorial de dicha comunidad autónoma.
Artículo 51 redactado por el artículo segundo de la L.O. 1/2003, de 10 de marzo, para la
garantía de la democracia en los Ayuntamientos y la seguridad de los Concejales («B.O.E.» 11
marzo).Vigencia: 12 marzo 2003
Artículo 52
1. Los Cuerpos de Policía Local son Institutos armados de naturaleza civil, con estructura y
organización jerarquizada, rigiéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios
generales de los capítulos II y III del título I y por la sección 4.ª del capítulo IV del título II de la
presente Ley, con la adecuación que exija la dependencia de la Administración
225
correspondiente, las disposiciones dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los
Reglamentos específicos para cada Cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes
Ayuntamientos.
2. Por lo que respecta al ejercicio de los derechos sindicales, y en atención a la especificidad de
las funciones de dichos Cuerpos, les será de aplicación la Ley que se dicte en cumplimiento de
lo establecido en la disposición adicional segunda, apartado 2, de la Ley Orgánica 11/1985, de
2 de agosto, de Libertad Sindical.
3. Será también de aplicación a los miembros de dichos Cuerpos lo dispuesto, respecto a los
Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas, en el artículo 41.3 de la presente Ley, si
bien la facultad que en el mismo se atribuye a las Juntas de Seguridad corresponderá al
Gobernador civil respectivo.
Téngase en cuenta que los Delegados y Subdelegados del Gobierno han asumido las
competencias atribuidas a los Gobernadores Civiles en los términos establecidos en la
disposición adicional cuarta de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y
Funcionamiento de la Administración General del Estado («B.O.E.» 15 abril).
Artículo 53
1. Los Cuerpos de Policía Local deberán ejercer las siguientes funciones:
a) Proteger a las autoridades de las Corporaciones Locales, y vigilancia o custodia de sus
edificios e instalaciones.
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco urbano, de acuerdo con lo establecido
en las normas de circulación.
c) Instruir atestados por accidentes de circulación dentro del casco urbano.
d) Policía Administrativa, en lo relativo a las Ordenanzas, Bandos y demás disposiciones
municipales dentro del ámbito de su competencia.
e) Participar en las funciones de Policía Judicial, en la forma establecida en el artículo 29.2
de esta Ley.
f) La prestación de auxilio, en los casos de accidente, catástrofe o calamidad pública,
participando, en la forma prevista en las Leyes, en la ejecución de los planes de Protección
Civil.
g) Efectuar diligencias de prevención y cuantas actuaciones tiendan a evitar la comisión de
actos delictivos en el marco de colaboración establecido en las Juntas de Seguridad.
h) Vigilar los espacios públicos y colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado y con la Policía de las Comunidades Autónomas en la protección de las
manifestaciones y el mantenimiento del orden en grandes concentraciones humanas,
cuando sean requeridos para ello.
i) Cooperar en la resolución de los conflictos privados cuando sean requeridos para ello.
226
2. Las actuaciones que practiquen los Cuerpos de Policía Local en el ejercicio de las funciones
previstas en los apartados c) y g) precedentes deberán ser comunicadas a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado competentes.
3. En los municipios de gran población y en las Ciudades con Estatuto de Autonomía podrá
asignarse, por el Pleno de la Corporación o por sus respectivas Asambleas, al ejercicio exclusivo
de las funciones previstas en el párrafo b) del apartado 1 a parte de los funcionarios
pertenecientes a las mismas, que tendrán la consideración de agentes de la autoridad,
subordinados a los miembros de los respectivos Cuerpos de Policía Local, sin integrarse en las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de manera que ello no comporte un incremento en el número
de efectivos ni en los costes de personal. Párrafo primero del número 3 del artículo 53
redactado por la disposición final primera de la L.O. 9/2013, de 20 de diciembre, de control de
la deuda comercial en el sector público («B.O.E.» 21 diciembre).Vigencia: 22 diciembre 2013
Los funcionarios integrantes de los Cuerpos referidos en el párrafo anterior se regirán por las
normas contenidas en la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la
Función Pública, y las demás normas que se dicten en desarrollo y aplicación de la misma.
Número 3 del artículo 53 introducido por la disposición adicional decimoquinta de la L.O.
19/2003, de 23 de diciembre, de modificación de la L.O. 6/1985, de 1 de julio, del Poder
Judicial («B.O.E.» 26 diciembre).Vigencia: 15 enero 2004
Artículo 54
1. En los municipios que tengan Cuerpo de Policía propio, podrá constituirse una Junta Local de
Seguridad, que será el órgano competente para establecer las formas y procedimientos de
colaboración entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su ámbito
territorial.
2. La constitución de dichas Juntas y su composición se determinará reglamentariamente. La
presidencia corresponderá al Alcalde, salvo que concurriera a sus sesiones el Gobernador civil
de la provincia, en cuyo caso, la presidencia será compartida con éste.
227
El Derecho Penal aparece como el medio de control más drástico, al cual se debe recurrir en
última instancia cuando todos los demás medios de solucionar el problema han fracasado
(ultima ratio).
El Derecho Penal se compone de la suma de todos los preceptos que regulan los presupuestos
o consecuencias de una conducta conminada con una pena o medida de seguridad.
Los principios informadores del Derecho Penal.
Constituye una característica del Derecho Penal de nuestro tiempo la tendencia hacia una
sistematización perfectamente ordenada de sus normas, instituciones y conceptos propios, la
cual conduce, asimismo, a la formulación de una serie de principios que sintetizan, y a través
de los que se proclaman las más elementales exigencias que debe respetar el sistema punitivo
de cualquier Estado democrático.
A) EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
Este principio, vinculado a la filosofía propia del Racionalismo Ilustrado, nace apoyándose en
las teorías del contrato social de Rousseau y de la división de poderes de Montesquieu, y lo
hace en un ambiente histórico de general descontento ante los excesos cometidos durante el
Antiguo Régimen.
La formulación del principio de legalidad se debe a Cesare Bohesana, Marqués de Beccaria, en
su obra De los delitos y de las Penas (1764), tanto como a Feuerbach, autor que lo enunció
acuñando una expresión en latín (nullum crimen, nulla poena sine lege), por la que ha venido
siendo generalmente conocido. El éxito de la Revolución Francesa traería como consecuencia
que el de legalidad se erigiera en el fundamental de los principios sustentadores del Derecho
228
Penal liberal, constituyendo un fino exponente del Estado de Derecho.
En España va a ser recogido por todas las Constituciones y Códigos Penales, salvo el de 1850,
que sólo lo tuvo en cuenta parcialmente. La actual de 1978 expresa de un modo genérico en su
art. 9.3 que «La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la
publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o
restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción
de la arbitrariedad de los poderes públicos», mientras que se refiere a la vigencia de este
principio en el ámbito penal ‐si bien de modo incompleto‐ en el art. 25.1 «Nadie puede ser
condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no
constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en aquel
momento».
El Código Penal de 1995 no lo recoge con esa denominación, sino que se limita a regular sus
consecuencias a lo largo de los arts. 1 a 4, fundamentalmente. Los efectos de este principio se
dejan sentir en todo el ordenamiento jurídico, aunque es en la esfera penal donde las
exigencias derivadas del mismo alcanzan su plenitud.
En dicho ámbito el principio de legalidad supone, y éste sería su significado esencial, que
únicamente la Leyes son fuente formal, inmediata y directa del Derecho Penal, no siendo
posible acudir a otras fuentes salvo con un carácter complementario, mediato e indirecto
(reserva absoluta de ley). Sólo el legislador nacional (nunca los autonómicos) a través del
procedimiento legislativo establecido en el capítulo II del Título III de la Constitución puede
crear normas penales.
La doctrina mayoritaria estima que las leyes penales deben poseer necesariamente el carácter
de orgánicas, tal como parece exigir el art. 81 de la CE al referirse a ellas como las relativas al
desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas. No olvidemos que esta
clase de leyes tiene una especial incidencia en el desarrollo de los derechos fundamentales,
singularmente en el derecho a la libertad, además de que, en definitiva, en toda aplicación de
la norma punitiva se halla comprometido el honor de las personas. Pero dicha reserva de ley
no es obstáculo para admitir la legitimidad de las denominadas leyes penales en blanco cuando
por la naturaleza de la materia delictiva (p. ej., medio ambiente, derechos de los trabajadores,
etc.) se haga preciso acudir a este recurso que, aunque en ocasiones es susceptible de poner
en entredicho la indeclinable división de poderes (por dejar en manos de la autoridad
administrativa competencias que no le corresponden, como regular autónomamente la
materia penal), con una utilización racional del mismo se elude ese riesgo.
Pero junto a este significado esencial, de carácter político, que implica la existencia del
consentimiento del destinatario del Derecho Penal, la calculabilidad de sus consecuencias, el
reconocimiento al ciudadano de la posibilidad de contribuir a la creación de las normas y la
constatación de que expresa los valores básicos de la libertad y de la igualdad, el principio de
legalidad contiene otro significado, de carácter puramente técnico, que se concreta tanto en el
proceso de formulación de la Ley, como en la interpretación y construcción del Derecho Penal y
que supone la necesidad de utilizar conceptos y términos descriptivos, huyendo de los
valorativos en aras de la seguridad jurídica (mandato de taxatividad).
229
Por otra parte, de este principio derivan unas garantías: Son cuatro las garantías del principio
de legalidad en la esfera punitiva: criminal, penal, jurisdiccional y de ejecución.
a) Garantía criminal. La garantía criminal (nullum crimen sine lege) supone que no se
puede castigar como infracción penal ninguna conducta si ello no ha sido previamente
establecido en una ley.
Así lo determina, respecto de los delitos y las faltas, el art. 1.1 del CP: «No será castigada
ninguna acción ni omisión que no esté prevista como delito o falta por ley anterior a su
perpetración», el cual se complementa además ‐con clara evocación del postulado de la
división de poderes‐ con lo dispuesto en el art. 4.2: «En el caso de que un Juez o Tribunal, e11
el ejercicio de su jurisdicción, tenga conocimiento de alguna acción u omisión que, sin estar
penada por la ley, estime digna de represión, se abstendrá de todo procedimiento sobre ella y
expondrá al Gobierno las razones que le asistan para creer que debiera ser objeto de sanción
penal.»
Respecto de los estados peligrosos, la previsión se halla en el art. 1.2: «Las medidas de
seguridad sólo podrán aplicarse cuando concurran los presupuestos establecidos previamente
por la ley.».
Un destacado aspecto de la garantía criminal‐y que comparte, asimismo, con la garantía penal‐
es el de la irretroactividad en la aplicación de la ley, exigencia ineludible que hace segura la
aplicación del Derecho Penal, evitando la sorpresa del ciudadano.
b) Garantía penal. La garantía penal (nulla poena sine lege) supone que no se puede
imponer una pena o una medida de seguridad que no haya sido previamente
establecida en la ley para sancionar un delito o falta determinados. Aparece formulada
en el art. 2.1 del CP: «No será castigado ningún delito ni falta con pena que no se halle
prevista por ley anterior a su perpetración. Carecerán, igualmente, de efecto
retroactivo las leyes que establezcan medidas de seguridad.»
Esta previsión se complementa, además, con lo dispuesto en el art. 4.3: «Del mismo modo
acudirá al Gobierno exponiendo lo conveniente sobre la derogación o modificación del precepto
o la concesión de indulto, sin perjuicio de ejecutar desde luego la sentencia, cuando de la
rigurosa aplicación de las disposiciones de la ley resulte penada una acción u omisión que, a
juicio del Juez o Tribunal, no debiera serio, o cuando la pena sea notablemente excesiva,
atendidos el mal causado por la infracción y las circunstancias personales del reo.»
c) Garantía jurisdiccional. La garantía jurisdiccional supone que corresponde en exclusiva
a Tribunales de Justicia predeterminados la imposición de penas y/o medidas de
seguridad por la comisión de infracciones penales o la verificación de un estado
peligroso con arreglo a las leyes procesales.
Contenida esencialmente en los arts. 24.2 de la CE «Asimismo, todos tienen derecho al Juez
ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados
de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con
todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar
contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia» y 117.3 CE «El
230
ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar
lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las
leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan»), es
contemplada específicamente por el CP en su art. 3.1 «No podrá ejecutarse pena ni medida de
seguridad sino en virtud de sentencia firme dictada por el Juez o Tribunal competente, de
acuerdo con las leyes procesales».
d) Garantía de ejecución. La garantía de ejecución supone que sólo del modo en que
aparece regulado en la ley se pueden cumplir las penas y medidas de seguridad.
Aparece formulada tanto en el art. 25.2 de la CE «... El condenado a pena de prisión que
estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este capítulo, a
excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio,
el sentido de la pena y la ley penitenciaria ... » como en el art. 3.2 del CP «Tampoco podrá
ejecutarse pena ni medida de seguridad en otra forma que la prescrita por la ley y reglamentos
que la desarrollan, ni con otras circunstancias o accidentes que los expresados en su texto.
La ejecución de la pena o de la medida de seguridad se realizará bajo el control de los Jueces y
Tribunales competentes» y art. 2 de la LOGP «La actividad penitenciaria se desarrollará con las
garantías y dentro de los límites establecidos por la ley, los reglamentos y las sentencias
judiciales».
Con todo, existen Obstáculos a la plena verificación del principio de legalidad. La entera
realización de este principio constituye más una razonable aspiración que una constatada
realidad, puesto que su exacto cumplimiento haría prácticamente inviable la creación,
interpretación y aplicación del Derecho Penal. Pese a ello, lo que sí resulta posible y obligado ‐
con las matizaciones apuntadas acerca del ineludible uso de las leyes penales en blanco‐ es el
mantenimiento de la reserva absoluta de ley, evitando el recurso a otros mecanismos
legislativos menos garantísticos y democráticos. Pero, salvada esta irrenunciable exigencia
política, debemos convenir en que a nivel técnico resulta a veces dificultoso mantener a
ultranza el mandato de taxatividad frente a concretos requerimientos de utilidad, pues, por
ejemplo, un casuismo exagerado en la descripción del ámbito de lo prohibido resultaría
sumamente desalentador en orden a la exégesis.
Por otra parte, no siempre se puede evitar el empleo de términos valorativos, pues hay
materias en las que sólo estos términos permiten dotar de significado al correspondiente tipo
(piénsese en el concepto de tributo en los delitos contra la hacienda pública o en el de
propiedad intelectual en los delitos relativos a la misma).
Otro importante riesgo que se debe evitar es el de construir marcos penales exageradamente
amplios, pues hace insegura y poco calculable la aplicación del Derecho Penal (un ejemplo de
marco excesivo es el del delito de lesiones del art. 147, que puede comprender desde una
pena de multa de seis meses hasta la prisión de tres años), y ello es incompatible con las
derivaciones del aforismo lex previa, scripta et stricta.
231
2. PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN MÍNIMA.
Es comúnmente aceptada la idea de que el Derecho Penal debe tener poca presencia en la
regulación del conflicto social. Cuando surja éste, el modo de resolución prioritario debe incluir
mecanismos, en primer lugar, metajurídicos, condensados en la articulación de políticas
sociales justas en materia de acceso al empleo, vivienda, educación, sanidad, redistribución de
la renta y la riqueza nacional, etc.; en segundo lugar, extrapenales, acudiendo a instrumentos
sancionatorios jurídicos, pero ajenos a la pena, bien de índole administrativa (multa
gubernativa, sanción disciplinaria, privación de licencia, etc.), civil (reparación de daños y
perjuicios, pérdida de la nacionalidad, privación de la patria potestad, desheredación, etc.),
laboral (despido, pérdida de prestaciones, pérdida de bonificaciones, etc.), o de otra clase; en
tercer lugar, penales, incluyendo la imposición de penas y/o medidas de seguridad.
Esta postrimera utilización de los instrumentos punitivos obedece al carácter subsidiario o de
ultima ratio del Derecho Penal en el seno del Estado de Derecho, así como a su función de
tutela cualificada de los bienes jurídicos: sólo cuando el recurso a otros procedimientos sea
insuficiente para solventar el conflicto es oportuno acudir a la sanción penal. Por eso es
cuestionable el empleo indiscriminado que se hace del Derecho Penal en aquellas situaciones
en las que, ante una generalizada alarma social ‐a veces real, pero en ocasiones sólo presunta‐,
se obtiene como respuesta por parte del Estado, titular del ius puniendi, la creación de tipos
penales nuevos ‐o la agravación de los existentes‐ claramente innecesarios y casi siempre poco
reflexionados y profundamente perturbadores, constitutivos de lo que ha dado en llamarse
Derecho Penal simbólico.
Si esa mayor severidad no es estrictamente necesaria en términos de utilidad social general,
resulta obligado prescindir de ella. Junto al referido carácter subsidiario del Derecho Penal,
constituye una segunda manifestación del principio de intervención mínima su carácter
fragmentario, lo cual significa que aquél no está dirigido a proteger todos los bienes jurídicos
existentes, sino únicamente los que son esenciales para el individuo; y frente a éstos, su
función tuitiva no se extiende a cualquier tipo de ataque que los ponga en peligro, sino sólo a
aquellos más intolerables y que se ciernen con mayor intensidad sobre dichos bienes
esenciales.
El principio de intervención mínima se halla en tensión constante con las necesidades de tutela,
crecientes en una sociedad cada vez más compleja, como ha señalado el legislador en la
Exposición de Motivos del Código Penal de 1995. Por ello, el Sistema Penal debe ser concebido
como un sistema que se halla en equilibrio dinámico y cuya resultante implicará, en ocasiones,
la despenalización o descriminalización de determinadas conductas, y otras veces, la
penalización o criminalización de nuevos comportamientos humanos.
Esto sucede cuando la ciudadanía haya llegado a la conclusión de que aquellas conductas ya no
constituyen un ataque intolerable a un bien jurídico considerado esencial (p. ej., algunos daños
imprudentes), o bien, un determinado bien jurídico ya no se reputa esencial, o, incluso, aquello
contra lo que atentaba nunca constituyó un verdadero bien jurídico, sino que sólo lo parecía
porque el grupo social dominante convirtió un interés propio en valor digno de tutela (p. ej. la
honestidad sexual).
Y sucederá lo segundo cuando, por causa de la propia evolución social, surjan nuevos
comportamientos incidentes en aquellos valores esenciales de la comunidad al hilo de las
nuevas tecnologías (manipulación genética, criminalidad informática, etc.) o debido a otras
razones, o bien porque determinados valores sean reconsiderados en su estimación al socaire
de una inédita sensibilidad (integridad moral, protección de la flora y la fauna, etc.).
232
3. PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
No hay pena sin culpabilidad y la pena no debe rebasar la medida de la culpabilidad. Así
aparece formulado este principio, aunque dicha denominación sólo es adecuada para aquel
sector doctrinal minoritario que sigue estimando que el dolo y la imprudencia son formas de
culpabilidad, pues en caso contrario ‐si se considera que pertenecen a la parte subjetiva del
injusto típico constituyendo grados diversos del desvalor subjetivo de la acción‐, es más
acertado aludir al principio de responsabilidad subjetiva (no puede haber pena sin dolo ni
imprudencia y la pena ha de ser proporcional al grado de responsabilidad subjetiva).
Además, en definitiva, la propia evolución del Derecho Penal no es sino una evolución de
sistemas basados en la responsabilidad objetiva hacia sistemas basados en la responsabilidad
subjetiva. Esta opción por la exclusión de aquella clase de responsabilidad está de hecho
implícita en el propio texto del art. 5 del CP: "No hay pena sin dolo o imprudencia».
La culpabilidad nada tiene que ver con la moral, sino que debe ser entendida exclusivamente
en sentido jurídico. En un Estado de Derecho como el nuestro, cuya Constitución reconoce y
protege el pluralismo ideológico (art. 16.1), el ordenamiento jurídico penal no puede imponer
de modo coactivo una determinada concepción moral o religiosa. Pese a que la doctrina
mayoritaria no cuestiona la necesidad de que exista culpabilidad para poder imponer una
pena, lo cierto es que algunos autores, generalmente desde ópticas preventivas, han señalado
que este elemento del delito presenta algunas carencias que harían preferible sustituirlo por
otros.
La culpabilidad está basada, sin duda, en la existencia del libre albedrío, en definitiva en la
admisión de la premisa de que el ser humano es dueño de sus actos y no está irremisiblemente
determinado por su entorno.
Esa relativa libertad de actuación, predicable de toda persona humana, constituye una
exigencia político‐jurídica que entronca directamente con el respeto de su dignidad, y que se
erige en soporte de todo el sistema jurídico, incluido naturalmente el penal. Así lo ha
entendido y plasmado nuestro constituyente en el art. 10.1 CE «La dignidad de la persona, los
derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a
la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social».
Ese tratamiento otorgado al ciudadano libre conlleva una serie de exigencias que debe
respetar tanto el propio legislador en el momento creativo como el juzgador en el momento
aplicativo del Derecho, y que conforman una serie de principios derivados del de culpabilidad
y que son los siguientes:
a) Principio de personalidad. Frente a sistemas jurídicos superados que admitían una
responsabilidad conjunta de toda una familia o clan por el hecho que había cometido
uno de sus integrantes, el principio de personalidad impide que alguien pueda ser
castigado por un hecho ajeno. De todas formas la cláusula contenida en el art. 31 del
CP vigente puede ser considerada, aunque con evidentes matizaciones, una
modalidad especial de responsabilidad por hecho de otro «El que actúe como
administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o
representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente, aunque no
concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura
233
de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, si tales circunstancias
se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o representación obre».
b) Principio de responsabilidad por el hecho. Este principio impide que alguien pueda ser
castigado por su modo de ser o conducta de vida, tal como propusieron en su día los
teóricos del Derecho Penal nacional‐socialista, que abogaban por un Derecho Penal de
autor frente al Derecho Penal de hecho, único que es admisible en un Estado de
Derecho y que constituye simple derivación del principio de legalidad.
c) Principio de dolo o culpa. Frente a sistemas jurídicos ‐hoy caducos‐ que admitían una
responsabilidad objetiva (o por el resultado), el Derecho Penal de la culpabilidad exige,
para que alguien pueda ser declarado penal mente responsable, que el hecho delictivo
llevado a cabo sea doloso (querido, aceptado o asumido) o culposo (imprudente),
optándose en cambio por la irresponsabilidad penal en caso de que no concurra
ninguna de estas dos modalidades de desvalor de la acción. No obstante, todavía en el
Código Penal de 1944‐73 subsistían trazas de responsabilidad objetiva.
4. OTROS PRINCIPIOS ESENCIALES.
Junto a los anteriores, existen, empero, otra serie de principios informadores del Derecho
Penal señalados por la doctrina, como el principio de exclusiva protección de bienes jurídicos,
que supone que sólo puede tipificarse como delito o falta aquella acción u omisión que lesione
o ponga en peligro auténticos valores (bienes jurídicos); el principio de prohibición de exceso
que rechaza la configuración e imposición de sanciones más allá de lo estrictamente necesario
‐en términos de necesidad, utilidad y coerción‐ para alcanzar los fines preventivos que le son
propios; o el principio de resocialización que obliga al empleo de aquellas sanciones penales
que sean en mayor medida compatibles con el derecho de los ciudadanos a participar en la
vida social, cumpliendo así dos mandatos constitucionales ‐uno genérico y otro específico‐,
como son los ubicados respectivamente en los artículos:
9.2 «Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la
igualdad de] individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los
obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los
ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social»
y 25.2 <<Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia
la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a
pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de
este capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo
condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, ‐tendrá derecho a un
trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al
acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad».
234
2. EL DELITO Y LA FALTA. CONCEPTO MATERIAL DE DELITO. GRADOS DE
EJECUCIÓN DEL DELITO
CONCEPTO
El art. 10 CP señala que "son delitos o faltas las acciones y omisiones dolosas o imprudentes
penadas por la ley". Los tres elementos esenciales que todo delito debe presentar: tipicidad,
antijuricidad y culpabilidad.
ACCIÓN
Es todo comportamiento humano exteriorizado
MODALIDADES DE ACCIÓN:
1. Acción por comisión. Consiste en hacer una cosa. Por ej. los delitos contra la salud pública
"promover, favorecer o facilitar…"; delitos contra la seguridad del tráfico "conducir bajo la
influencia de drogas tóxicas, estupefacientes,…". Estos tipos penales no requieren un resultado
concreto, sino que son una mera actividad.
2. Acción por omisión (omisión propia o pura). Cuando por una ausencia de acción se pone en
peligro un bien jurídico y por tanto protegido por el CP. Es necesario que el autor tenga
capacidad para llevar a cabo la acción (es decir, que el sujeto pueda evitar la acción de peligro).
No es necesario un resultado, se consuma desde el momento en que no se realiza la acción.
Por ej. la omisión del deber de socorro.
3. Acción por comisión por omisión (u omisión impropia). La inactividad no está descrita en la
ley, pero la ausencia de actividad provoca un resultado, que sí está descrito en el CP. Se trata
de delitos de resultado, por ej. el homicidio.
En estos casos es necesario que el sujeto tenga la "posición de garantizador", el art. 11 CP
especifica que tenga "la obligación legal o contractual de actuar", por tanto el riesgo es
anterior a la acción esperada y es el que la provoca. Por ej. una madre que no alimenta a su
hijo y eso le provoca la muerte.
CLASIFICACIÓN DE LOS DELITOS ATENDIENDO A LA ACCIÓN
Todo delito está formado por el desvalor de acción (se retrae una acción destinada a la lesión
de un bien jurídico), y por el desvalor de resultado (se retrae el resultado realizado), existen
dos tipos de delitos: delitos de mera actividad y delitos de resultado.
A) Delitos de resultado: el legislador redacta un resultado al que puede llegarse vía acción o
vía omisión. Tiene que haber una relación de acción‐resultado. Son tipos penales donde no es
suficiente la exteriorización de la voluntad sino que la conducta incluye la producción de un
235
resultado como consecuencia.
En los delitos de resultado existe el problema de la causalidad, para adecuar el resultado
producido al comportamiento realizado cuando éste se dilata en el tiempo o en el espacio, o
intervienen otras circunstancias.
B) Delitos de mera actividad: el legislador redacta una acción sin resultado físico, material,
hecho que no significa que no haya un desvalor de resultado. El delito se consuma cuando se
produce la actividad. Se trata de proteger los bienes jurídicos inmateriales (el honor, la
imagen, etc). Son esencialmente dolosos y resulta fundamental el propósito, el ánimo, el móvil
del sujeto para poder determinar si hay responsabilidad penal.
Estos delitos tienen otra clasificación, puede haber de simple actividad o inactividad, y de
peligro abstracto. En estos últimos hay una presunción de situación peligrosa, lo que no
requiere que haya prueba.
La regulación de estos bienes jurídicos inmateriales no puede esperar que haya un resultado.
TIPICIDAD
En un primer momento se estudia si el hecho está reconocido como típico, es decir, si está
definido penalmente como una acción prohibida que ha dañado un bien jurídico. Además hay
que tener en cuenta la parte subjetiva, donde tienen cabida elementos subjetivos del injusto
como también el dolo y la culpa.
Los elementos subjetivos del injusto son aquellos que mueven al autor, su voluntad en el
delito, sea teniendo ánimo de lucro o de perjudicar.
El dolo responde a una intención, una búsqueda de resultados, por eso podemos afirmar que
actúa con voluntad y conocimiento de los elementos legales. La culpa es una acción de
infracción del tipo legal por diferentes aspectos como son la ignorancia de su deber de reparar
el perjuicio causado o la situación de riesgo, o también la creencia de que el resultado
previsible no llegaría a producirse.
Los diferentes elementos que engloba el tipo penal:
1.‐ El bien jurídico: todo delito lesiona un bien jurídico o lo pone en peligro. El principio de
lesividad está condicionado y limitado por el principio de legalidad. El bien jurídico lo
identificamos con la idea de valor, es decir, las exigencias éticas que se encuentran en
cualquier sociedad, y que han de ser protegidas por el Derecho.
2.‐Sujetos de la acción o del hecho cometido:
A) Sujeto activo: quien realiza la acción u omisión descrita en el tipo penal. En la proposición
normativa no hay autores sino sujetos activos, y al contrario, en la realidad hay autores. Es
decir, el sujeto activo es quien realiza la acción en abstracto, y el autor quien realiza la acción
236
concreta.
Serán sujetos activos las personas físicas, y tras la reforma del CP operada por la LO 15/2003,
se añade la responsabilidad penal de las personas jurídicas, que serán responsables de manera
directa y solidaria del pago de las multas (es decir, la sociedad a la que el autor representaba).
B) Sujeto pasivo: es el titular del bien jurídico lesionado.
C) Perjudicado: suele coincidir la figura del sujeto pasivo y la del perjudicado, pero puede pasar
que el delito no afecte solamente al sujeto pasivo sino también a terceros.
ANTIJURICIDAD.
La antijuricidad de la acción se basa en un análisis básicamente objetivo de los hechos,
tratando de analizar, confrontar, observar la relación entre un hecho y el ordenamiento
jurídico. Ha de presentar la ausencia de causas de justificación y una contradicción del hecho
con el ordenamiento jurídico, es la antijuricidad formal; y la antijuricidad material estudia la
puesta en peligro o lesión del bien jurídico en términos de ofensividad penal.
La antijuricidad material estudia la puesta en peligro o la lesión del bien jurídico en términos
de ofensividad penal.
CULPABILIDAD.
Se trata de un concepto normativo puro de culpabilidad, es decir, se atribuye el hecho al autor,
ajustándose a la forma en que se realizó. Tres elementos específicos: imputabilidad,
conocimiento de la antijuricidad del injusto, y exigencia de otra conducta.
Las dos formas fundamentales de culpabilidad son el dolo y la culpa.
IMPUTABILIDAD.
El individuo ha de tener unas características como es la madurez psíquica y suficiente
capacidad para motivarse y actuar de acuerdo con el espíritu y la finalidad de las normas.
Requisitos para considerar a una persona o individuo capaz de ser imputado.
CLASES DE INFRACCIONES PENALES.
Clasificación tripartita: delitos graves (pena grave), delitos menos graves (pena menos grave) y
faltas (pena leve).
Entre el delito y la falta solamente existen diferencias de grado. De las faltas entienden los
jueces de instrucción y de paz. De los delitos menos graves entienden los jueces de lo penal en
237
cuanto a su enjuiciamiento. De los delitos graves entenderá la Audiencia Provincial en cuanto a
su enjuiciamiento, pero la fase de instrucción o investigación de los hechos la hará el juez de
instrucción.
Las faltas solamente se castigan cuando han llegado a consumarse.
Responden tanto del delito como de las faltas los autores y los cómplices.
DELITOS Y FALTAS.
La conducta que la norma penal intenta evitar presenta un castigo proporcional a la gravedad
del acto. Encontraremos delitos y faltas, atendiendo a la gravedad de la comisión del delito.
DELITOS DOLOSOS Y DELITOS IMPRUDENTES.
La parte subjetiva del concepto de delito engloba el dolo y la culpa o imprudencia.
DOLO.
El autor actúa con conocimiento y voluntad de realizar el tipo penal. El dolo corresponde a
todo lo que pertenece a la voluntad del autor y a su conocimiento de los elementos objetivos
del tipo.
Dolo directo: consiste en el seguimiento de la finalidad típica por el autor. El sujeto conoce la
situación y actúa voluntariamente.
Dolo indirecto o de segundo grado: aquel en el que el autor persigue conseguir un resultado
típico haciendo uso de otros resultados que son necesarios para que la finalidad principal
llegue a cumplirse. Siempre teniendo una voluntad plena y conocimiento de los medios.
Hay conocimiento pero no se da la voluntad encaminada directamente a llegar a un fin
delictivo. El autor delincuente tiene conocimiento pero su fin no es la comisión de un delito.
Dolo eventual: el individuo actúa con conocimiento pero no tiene voluntad de causar un
resultado delictivo (como el dolo directo). Tampoco el resultado delictivo es una secuencia
necesaria para conseguir un fin (como el dolo indirecto). El delito surge como una posibilidad
no necesaria para conseguir el fin.
Reciben este nombre los delitos realizados por autores que, con conocimiento de los posibles
resultados típicos que implica la realización de una determinada conducta, siguen adelante,
consintiendo o ignorando los resultados.
La idea básica es que el autor no busca la realización de un delito, pero su acción puede ser la
causa directa de la producción de los resultados delictivos.
Tres teorías principales:
A) Teoría del consentimiento: el resultado ha sido consentido por el autor después de que éste
238
haya previsto los efectos, pero le resulta indiferente.
B) Teoría de la probabilidad: esta teoría se defiende también en doctrina, considera que el
autor se planteó los resultados, y aún así, realizó la acción.
C) Teoría mixta o ecléctica: propugnada por el Tribunal Supremo, que no exige la posibilidad de
que el autor del delito haya prevenido anteriormente.
CULPA O IMPRUDENCIA.
Trata de la ejecución de una acción que conlleva un resultado delictivo por motivos como la
ignorancia de un deber, de una situación de peligro, o considerando que un resultado previsto
no pasaría.
Existen dos clases de imprudencia: GRAVE, aquellas que pueden merecer la consideración de
delito, y LEVE, aquellas que tienen la consideración de falta.
Podemos clasificar diferentes tipos de culpa según pertenezca al desvalor de acción o al
desvalor de resultado:
DESVALOR DE ACCIÓN. Encontramos todos aquellos actos culposos desde el momento en el
que realiza la acción partiendo de la parte interior, el elemento subjetivo del autor.
A) Cuidado debido: el individuo tiene el deber moral de conocer el peligro de un bien jurídico,
el valor y la importancia de éste. Después de este cuidado interno, deberá actuar de acuerdo
con sus conocimientos, llamado cuidado externo.
B) Cognoscibilidad del peligro: a la hora de considerar que se puede exigir al autor de la
imprudencia una previsibilidad de la situación peligrosa.
El autor puede tener presente el resultado posible con la comisión de la actuación, pensar que
no pasará nada y continuar, es la llamada culpa consciente.
Por otro lado, puede que el autor no haya realizado este primer paso de prevención, no es
consciente de su actuación, es la llamada culpa inconsciente.
DESVALOR DE RESULTADO. Sigue el principio de intervención mínima, interviene el Derecho
Penal cuando no existe otro instrumento jurídico para solucionar el resultado imprudente. Ha
de ser un resultado derivado de una actuación, siendo consecuencia de una infracción del
deber de cuidado o también que el resultado no tenga ninguna relación con la infracción.
AUSENCIA DE FORMAS DE CULPABILIDAD. El error constituye la ausencia de formas de
culpabilidad. Dos tipos de error (art. 14 CP):
1. Error de tipo: el sujeto o autor desconocía los elementos del tipo penal. Distinguimos:
A) Error vencible: se podía haber evitado el hecho delictivo si el sujeto o autor hubiera actuado
con la diligencia debida. Se castiga con la imprudencia. Pero el CP no castiga la imprudencia
239
como cláusula general sino que hay que mirar delito por delito para ver si cabe o no.
B) Error invencible: es aquel error que se produce aunque se hayan tomado todas las medidas
oportunas.
2. Error de prohibición: cuando un sujeto realiza una conducta delictiva, pero alega que
desconoce que su conducta está prohibida por ley, que está tipificada como delito. Se valora si
el sujeto o autor conocía la antijuricidad de su conducta. Distinguimos:
A) Error vencible: si el autor ha actuado con la diligencia debida. La solución que ofrece el CP
es una atenuación de la pena.
B) Error invencible: es el error cometido aún habiendo tomado todas las medidas oportunas.
La solución jurídica es de eximente, es decir, se excluye la responsabilidad criminal del autor.
DELITOS ACTIVOS Y DELITOS DE OMISIÓN.
DELITOS ACTIVOS (de acción).
Engloba todos aquellos hechos que se consideran típicos si se realiza la acción. Es fundamental
la formulación de las conductas realizadas para ofender el bien jurídico, dado que no todos los
bienes se ofenden de la misma manera.
DELITOS OMISIVOS (de omisión).
Se trata de una no actuación que puede ser tipificada como delito, llamada pura o propia,
independientemente del resultado cometido; o también de una conducta omisiva vinculada a
un delito de resultado en el que se castiga la omisión del autor o la omisión conectada con un
resultado tipificado en el CP, llamada impropia (comisión por omisión).
Elementos que conforman la omisión son: ante una situación típica del deber de actuar; la
ausencia de la acción debida, que va desde no hacer nada hasta hacer cualquier cosa diferente
que la que se debería hacer; capacidad del sujeto de actuar frente a lo que no hizo, sin
provocar ningún riesgo propio o ajeno; el dolo se integrará desde el momento que considere
conscientemente la no actuación.
LOS GRADOS DE EJECUCIÓN. LA AUTORÍA Y LA PARTICIPACIÓN
LOS GRADOS DE EJECUCIÓN
Iter criminis es el camino desde que nace la idea de delinquir hasta que se consuma el delito.
El CP especifica dentro de un numerus clausus, una serie de delitos que se corresponden con
aquellos que son realizados en los momentos anteriores a la consumación del delito, y que se
considera importante castigarlos.
240
Actos preparativos o fase interna.
Esta fase transcurre en el ámbito del ánimo del autor.
Los primeros actos que podemos apreciar como causas de unas consecuencias jurídico‐
penales, son admitidas como actos preparativos en casos muy excepcionales. Ahora bien,
estos actos pierden importancia en el momento en que son ejecutados, y si no cumplen en
resultado previsto, se llamarán tentativa.
Son manifestaciones de la voluntad de delinquir (arts. 17 y 18 CP):
‐ Conspiración (17.1): dos o más personas que se conciertan para la ejecución de un delito y
resuelven ejecutarlo.
‐ Proposición (17.2): cuando el que ha resuelto cometer un delito, invita a otra u otras
personas a ejecutarlo.
Conspiración y proposición para delinquir se castigan en casos especialmente previstos en la
ley.
‐ Provocación (18.1): existe cuando directamente se incita a la perpetración de un delito.
‐ Apología: exposición de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen a enaltezcan a su autor.
Sólo es delictiva como forma de provocación y si por su naturaleza o circunstancias constituye
una incitación directa a cometer un delito.
Si a la provocación siguiera la perpetración del delito, se castigará como inducción.
Fase externa.
Se inicia la ejecución de los hechos que llevarán a la comisión del delito. Puede ser completa o
imperfecta, según se haya podido cumplir el plan establecido o no.
A) Tentativa. (art. 16.1 CP)
‐ Tentativa acabada: momento delictivo en el que el sujeto da principio al ejercicio del delito
directamente por hechos exteriores para realizar un delito, pero el resultado no se produce.
Solamente se puede dar en delitos de resultado.
‐ Tentativa inacabada: el autor no puede llevar a cabo todos los actos de ejecución, pero por
motivos ajenos a su voluntad. Se atiende a dos criterios: grado de ejecución alcanzado, y
peligro inherente al intento, es decir, cuán peligrosa era la acción a la que se ha llegado.
B) Desistimiento: quedará exento de responsabilidad y, por tanto, impune, quien evite
voluntariamente la consumación del delito que iba a ejecutar, no fórmula legal de tentativa y
el hecho no es punible. Lo que no quiere decir que se castigue al autor por todo aquello que ha
241
realizado hasta el momento del desistimiento si fuese delictivo.
C) Consumación: se refiere a la realización de todos los elementos típicos que se demuestran
en la coincidencia total entre los hechos y el tipo delictivo. Materialmente lo trataremos como
la efectiva lesión del bien jurídico o su puesta en peligro agotando el delito porque el autor ha
conseguido sus propósitos.
D) Arrepentimiento: aquél que se arrepiente de los actos llevados a término, no lo desvinculan
de su imputabilidad, pero le pueden ayudar a atenuar la pena.
LA AUTORÍA Y LA PARTICIPACIÓN.
Todo delito ha sido cometido por una o varias personas, considerados autores, a los que
normalmente se les responsabiliza criminalmente por sus actos. A veces, el autor requiere
ayuda de otras personas para que se cometa el delito. Dependiendo del grado de actuación de
estos individuos, podemos catalogarlos como coautores o partícipes.
Art. 28 CP: Son autores quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de
otro del que se sirven como instrumento.
Autor inmediato: persona que comete por sí misma un delito que permite subsimir
directamente su conducta a un tipo legal.
Autor mediato: corresponde a la persona que realiza un hecho utilizando a otra persona como
instrumento, la cual no es consciente de la trascendencia de sus actos. Las diferentes causas
que pueden contribuir a esta inconsciencia son el error, la fuerza irresistible (psicológica o
física); o bien el autor mediato hace uso de una persona inimputable (un deficiente psíquico, p.
ej) para la realización del hecho.
Coautoría: considera a más de una persona las causantes de la ejecución inmediata de un
hecho común, siendo todos pieza importante para llevar a término un plan global, por tanto,
no basta con el hecho de que las personas que la integran tengo una simple voluntad. Será
necesario hacer una diferenciación entre autor y cooperador necesario.
Participación: Todo lo que ejecute el partícipe carece de autonomía como infracción ya que
depende de un hecho principal. Su punición es fruto de la extensión del ámbito de personas
responsables.
Art. 28 CP: Son autores quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de
otro del que se sirven como instrumento.
También serán considerados autores:
1.‐ Inducción (art. 28.a)): el inductor es aquel que determina a otra persona, directa y
eficazmente, a cometer un delito. El responsable será el inductor desde el momento en el que
convence a la otra persona. Toda inducción ha de ser directa, no basta con la provocación. El
inductor tendrá la misma pena que el autor inducido, porque ha sido, dolosamente, la primera
causa que provova la voluntad de la otra persona a cometer un delito.
242
2.‐ Cooperación necesaria (art. 28.b)): es la persona que coopera en la ejecución de un hecho
con un acto sin el que no se podría haber efectuado dicho hecho.
Art. 29 CP: Son cómplices los que, no hallándose comprendidos en el artículo anterior,
cooperan a la ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos.
3.‐ Complicidad (art. 29 CP): se diferencia de la cooperación necesaria, principalmente, porque
la contribución del cómplice con el delito es de mera ayuda, auxilio, que es útil para la
ejecución del plan. Y es esta necesidad la que determinará si el individuo se merece la misma
pena que el autor u otra diferente.
TÍTULO II
De las personas criminalmente responsables de los delitos y faltas
Artículo 27
Son responsables criminalmente de los delitos y faltas los autores y los cómplices.
Artículo 28
Son autores quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de otro del que
se sirven como instrumento.
También serán considerados autores:
a) Los que inducen directamente a otro u otros a ejecutarlo.
b) Los que cooperan a su ejecución con un acto sin el cual no se habría efectuado.
Artículo 29
Son cómplices los que, no hallándose comprendidos en el artículo anterior, cooperan a la
ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos.
Artículo 30
1. En los delitos y faltas que se cometan utilizando medios o soportes de difusión mecánicos no
responderán criminalmente ni los cómplices ni quienes los hubieren favorecido personal o
realmente.
2. Los autores a los que se refiere el artículo 28 responderán de forma escalonada, excluyente
y subsidiaria de acuerdo con el siguiente orden:
1.º Los que realmente hayan redactado el texto o producido el signo de que se trate, y
243
quienes les hayan inducido a realizarlo.
2.º Los directores de la publicación o programa en que se difunda.
3.º Los directores de la empresa editora, emisora o difusora.
4.º Los directores de la empresa grabadora, reproductora o impresora.
3. Cuando por cualquier motivo distinto de la extinción de la responsabilidad penal, incluso la
declaración de rebeldía o la residencia fuera de España, no pueda perseguirse a ninguna de las
personas comprendidas en alguno de los números del apartado anterior, se dirigirá el
procedimiento contra las mencionadas en el número inmediatamente posterior.
Artículo 31
1. El que actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en
nombre o representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente, aunque no
concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura de
delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, si tales circunstancias se dan en
la entidad o persona en cuyo nombre o representación obre.
2. ...
Número 2 del artículo 31 suprimido por el apartado tercero del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 31 redactado por el apartado primero del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 31 bis
1. En los supuestos previstos en este Código, las personas jurídicas serán penalmente
responsables de los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y en su
provecho, por sus representantes legales y administradores de hecho o de derecho.
En los mismos supuestos, las personas jurídicas serán también penalmente responsables de los
delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales y por cuenta y en provecho de las
mismas, por quienes, estando sometidos a la autoridad de las personas físicas mencionadas en
el párrafo anterior, han podido realizar los hechos por no haberse ejercido sobre ellos el
debido control atendidas las concretas circunstancias del caso.
2. La responsabilidad penal de las personas jurídicas será exigible siempre que se constate la
comisión de un delito que haya tenido que cometerse por quien ostente los cargos o funciones
aludidas en el apartado anterior, aun cuando la concreta persona física responsable no haya
sido individualizada o no haya sido posible dirigir el procedimiento contra ella. Cuando como
consecuencia de los mismos hechos se impusiere a ambas la pena de multa, los jueces o
tribunales modularán las respectivas cuantías, de modo que la suma resultante no sea
244
desproporcionada en relación con la gravedad de aquéllos.
3. La concurrencia, en las personas que materialmente hayan realizado los hechos o en las que
los hubiesen hecho posibles por no haber ejercido el debido control, de circunstancias que
afecten a la culpabilidad del acusado o agraven su responsabilidad, o el hecho de que dichas
personas hayan fallecido o se hubieren sustraído a la acción de la justicia, no excluirá ni
modificará la responsabilidad penal de las personas jurídicas, sin perjuicio de lo que se dispone
en el apartado siguiente.
4. Sólo podrán considerarse circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal de las
personas jurídicas haber realizado, con posterioridad a la comisión del delito y a través de sus
representantes legales, las siguientes actividades:
a) Haber procedido, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra ella, a
confesar la infracción a las autoridades.
b) Haber colaborado en la investigación del hecho aportando pruebas, en cualquier
momento del proceso, que fueran nuevas y decisivas para esclarecer las responsabilidades
penales dimanantes de los hechos.
c) Haber procedido en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad al juicio
oral a reparar o disminuir el daño causado por el delito.
d) Haber establecido, antes del comienzo del juicio oral, medidas eficaces para prevenir y
descubrir los delitos que en el futuro pudieran cometerse con los medios o bajo la
cobertura de la persona jurídica.
5. Las disposiciones relativas a la responsabilidad penal de las personas jurídicas no serán
aplicables al Estado, a las Administraciones Públicas territoriales e institucionales, a los
Organismos Reguladores, las Agencias y Entidades Públicas Empresariales, a las organizaciones
internacionales de derecho público, ni a aquellas otras que ejerzan potestades públicas de
soberanía, administrativas o cuando se trate de Sociedades mercantiles Estatales que ejecuten
políticas públicas o presten servicios de interés económico general. Párrafo primero del número
5 del artículo 31 bis redactado por el apartado uno del artículo único de la L.O. 7/2012, de 27
de diciembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal en
materia de transparencia y lucha contra el fraude fiscal y en la Seguridad Social («B.O.E.» 28
diciembre).Vigencia: 17 enero 2013
En estos supuestos, los órganos jurisdiccionales podrán efectuar declaración de
responsabilidad penal en el caso de que aprecien que se trata de una forma jurídica creada por
sus promotores, fundadores, administradores o representantes con el propósito de eludir una
eventual responsabilidad penal.
4. LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA INFRACCIÓN PENAL
TÍTULO III
De las penas
245
CAPÍTULO PRIMERO
De las penas, sus clases y efectos
SECCIÓN 1
De las penas y sus clases
Artículo 32
Las penas que pueden imponerse con arreglo a este Código, bien con carácter principal bien
como accesorias, son privativas de libertad, privativas de otros derechos y multa.
Artículo 33
1. En función de su naturaleza y duración, las penas se clasifican en graves, menos graves y
leves.
2. Son penas graves:
a) La prisión superior a cinco años.
b) La inhabilitación absoluta.
c) Las inhabilitaciones especiales por tiempo superior a cinco años.
d) La suspensión de empleo o cargo público por tiempo superior a cinco años.
e) La privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo
superior a ocho años.
f) La privación del derecho a la tenencia y porte de armas por tiempo superior a ocho años.
g) La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos, por tiempo
superior a cinco años.
h) La prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo superior a cinco años.
i) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo superior a cinco años.
j) La privación de la patria potestad. Letra j) del número 2 del artículo 33 introducida por el
apartado quinto del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica
la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23
diciembre 2010
Número 2 del artículo 33 redactado por el apartado segundo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
246
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
3. Son penas menos graves:
a) La prisión de tres meses hasta cinco años.
b) Las inhabilitaciones especiales hasta cinco años.
c) La suspensión de empleo o cargo público hasta cinco años.
d) La privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de un año y un día
a ocho años.
e) La privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a ocho años.
f) La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos, por tiempo
de seis meses a cinco años.
g) La prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de seis meses a cinco años.
h) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de seis meses a cinco años.
i) La multa de más de dos meses.
j) La multa proporcional, cualquiera que fuese su cuantía, salvo lo dispuesto en el apartado
7 de este artículo. Letra j) del número 3 del artículo 33 redactada por el apartado quinto
del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
k) Los trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 180 días.
l) La localización permanente de tres meses y un día a seis meses. Letra l) del número 3 del
artículo 33 introducida por el apartado quinto del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de
junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
m) La pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones o ayudas públicas y del derecho a
gozar de beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social, cualquiera que sea su
duración. Letra m) del número 3 del artículo 33 introducida por el apartado quinto del
artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Número 3 del artículo 33 redactado por el apartado segundo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
4. Son penas leves:
a) La privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de tres meses a un
247
año.
b) La privación del derecho a la tenencia y porte de armas de tres meses a un año.
c) La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos, por tiempo
inferior a seis meses.
d) La prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de un mes a menos de seis meses.
e) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de un mes a menos de seis meses.
f) La multa de 10 días a dos meses.
g) La localización permanente de un día a tres meses. Letra g) del número 4 del artículo 33
redactada por el apartado quinto del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la
que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23
junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
h) Los trabajos en beneficio de la comunidad de uno a 30 días.
Número 4 del artículo 33 redactado por el apartado segundo del artículo único de L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
5. La responsabilidad personal subsidiaria por impago de multa tendrá naturaleza menos grave
o leve, según la que corresponda a la pena que sustituya.
6. Las penas accesorias tendrán la duración que respectivamente tenga la pena principal,
excepto lo que dispongan expresamente otros preceptos de este Código.
Número 6 del artículo 33 redactado por el apartado segundo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
7. Las penas aplicables a las personas jurídicas, que tienen todas la consideración de graves,
son las siguientes:
a) Multa por cuotas o proporcional.
b) Disolución de la persona jurídica. La disolución producirá la pérdida definitiva de su
personalidad jurídica, así como la de su capacidad de actuar de cualquier modo en el
tráfico jurídico, o llevar a cabo cualquier clase de actividad, aunque sea lícita.
c) Suspensión de sus actividades por un plazo que no podrá exceder de cinco años.
d) Clausura de sus locales y establecimientos por un plazo que no podrá exceder de cinco
años.
e) Prohibición de realizar en el futuro las actividades en cuyo ejercicio se haya cometido,
248
favorecido o encubierto el delito. Esta prohibición podrá ser temporal o definitiva. Si fuere
temporal, el plazo no podrá exceder de quince años.
f) Inhabilitación para obtener subvenciones y ayudas públicas, para contratar con el sector
público y para gozar de beneficios e incentivos fiscales o de la Seguridad Social, por un
plazo que no podrá exceder de quince años.
g) Intervención judicial para salvaguardar los derechos de los trabajadores o de los
acreedores por el tiempo que se estime necesario, que no podrá exceder de cinco años.
La intervención podrá afectar a la totalidad de la organización o limitarse a alguna de sus
instalaciones, secciones o unidades de negocio. El Juez o Tribunal, en la sentencia o,
posteriormente, mediante auto, determinará exactamente el contenido de la intervención y
determinará quién se hará cargo de la intervención y en qué plazos deberá realizar informes
de seguimiento para el órgano judicial. La intervención se podrá modificar o suspender en
todo momento previo informe del interventor y del Ministerio Fiscal. El interventor tendrá
derecho a acceder a todas las instalaciones y locales de la empresa o persona jurídica y a
recibir cuanta información estime necesaria para el ejercicio de sus funciones.
Reglamentariamente se determinarán los aspectos relacionados con el ejercicio de la función
de interventor, como la retribución o la cualificación necesaria.
La clausura temporal de los locales o establecimientos, la suspensión de las actividades
sociales y la intervención judicial podrán ser acordadas también por el Juez Instructor como
medida cautelar durante la instrucción de la causa.
Número 7 del artículo 33 introducido por el apartado quinto del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 34
No se reputarán penas:
1. La detención y prisión preventiva y las demás medidas cautelares de naturaleza penal.
2. Las multas y demás correcciones que, en uso de atribuciones gubernativas o
disciplinarias, se impongan a los subordinados o administrados.
3. Las privaciones de derechos y las sanciones reparadoras que establezcan las leyes civiles
o administrativas.
SECCIÓN 2
De las penas privativas de libertad
Artículo 35
Son penas privativas de libertad la prisión, la localización permanente y la responsabilidad
249
personal subsidiaria por impago de multa.
Artículo 35 redactado por el apartado tercero del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 36
1. La pena de prisión tendrá una duración mínima de tres meses y máxima de 20 años, salvo lo
que excepcionalmente dispongan otros preceptos del presente Código.
Su cumplimiento, así como los beneficios penitenciarios que supongan acortamiento de la
condena, se ajustarán a lo dispuesto en las leyes y en este Código.
Número 1 del artículo 36 redactado por el apartado cuarto del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. Cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años, el Juez o
Tribunal podrá ordenar que la clasificación del condenado en el tercer grado de tratamiento
penitenciario no se efectúe hasta el cumplimiento de la mitad de la pena impuesta.
En cualquier caso, cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años
y se trate de los delitos enumerados a continuación, la clasificación del condenado en el tercer
grado de tratamiento penitenciario no podrá efectuarse hasta el cumplimiento de la mitad de
la misma:
a) Delitos referentes a organizaciones y grupos terroristas y delitos de terrorismo del
Capítulo VII del Título XXII del Libro II de este Código.
b) Delitos cometidos en el seno de una organización o grupo criminal.
c) Delitos del artículo 183.
d) Delitos del Capítulo V del Título VIII del Libro II de este Código, cuando la víctima sea
menor de trece años.
El Juez de Vigilancia, previo pronóstico individualizado y favorable de reinserción social y
valorando, en su caso, las circunstancias personales del reo y la evolución del tratamiento
reeducador, podrá acordar razonadamente, oídos el Ministerio Fiscal, Instituciones
Penitenciarias y las demás partes, la aplicación del régimen general de cumplimiento, salvo en
los supuestos contenidos en el párrafo anterior.
Número 2 del artículo 36 redactado por el apartado sexto del artículo único de la L.O. 5/2010,
de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 36 redactado por el número uno del artículo primero de la L.O. 7/2003, de 30 de junio,
de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1
julio).Vigencia: 2 julio 2003
250
Artículo 37
1. La localización permanente tendrá una duración de hasta seis meses. Su cumplimiento
obliga al penado a permanecer en su domicilio o en lugar determinado fijado por el Juez en
sentencia o posteriormente en auto motivado.
No obstante, en los casos en los que la localización permanente esté prevista como pena
principal, atendiendo a la reiteración en la comisión de la infracción y siempre que así lo
disponga expresamente el concreto precepto aplicable, el Juez podrá acordar en sentencia que
la pena de localización permanente se cumpla los sábados, domingos y días festivos en el
centro penitenciario más próximo al domicilio del penado.
Número 1 del artículo 37 redactado por el apartado séptimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
2. Si el reo lo solicitare y las circunstancias lo aconsejaren, oído el ministerio fiscal, el juez o
tribunal sentenciador podrá acordar que la condena se cumpla durante los sábados y
domingos o de forma no continuada.
3. Si el condenado incumpliera la pena, el juez o tribunal sentenciador deducirá testimonio
para proceder de conformidad con lo que dispone el artículo 468.
4. Para garantizar el cumplimiento efectivo, el Juez o Tribunal podrá acordar la utilización de
medios mecánicos o electrónicos que permitan la localización del reo.
Número 4 del artículo 37 introducido por el apartado séptimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 37 redactado por el apartado quinto del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 38
1. Cuando el reo estuviere preso, la duración de las penas empezará a computarse desde el día
en que la sentencia condenatoria haya quedado firme.
2. Cuando el reo no estuviere preso, la duración de las penas empezará a contarse desde que
ingrese en el establecimiento adecuado para su cumplimiento.
SECCIÓN 3
De las penas privativas de derechos
Artículo 39
Son penas privativas de derechos:
251
a) La inhabilitación absoluta.
b) Las de inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión, oficio, industria o
comercio, u otras actividades determinadas en este Código, o de los derechos de patria
potestad, tutela, guarda o curatela, derecho de sufragio pasivo o de cualquier otro
derecho.
c) La suspensión de empleo o cargo público.
d) La privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
e) La privación del derecho a la tenencia y porte de armas.
f) La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos.
g) La prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal.
h) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal.
i) Los trabajos en beneficio de la comunidad.
j) La privación de la patria potestad. Letra j) del artículo 39 introducida por el apartado
octavo del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O.
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre
2010
Artículo 39 redactado por el apartado sexto del artículo único de L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 40
1. La pena de inhabilitación absoluta tendrá una duración de seis a 20 años; las de
inhabilitación especial, de tres meses a 20 años, y la de suspensión de empleo o cargo público,
de tres meses a seis años.
2. La pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, y la de
privación del derecho a la tenencia y porte de armas, tendrán una duración de tres meses a 10
años.
3. La pena de privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos tendrá
una duración de hasta 10 años. La prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus
familiares u otras personas, o de comunicarse con ellas, tendrá una duración de un mes a 10
años.
4. La pena de trabajos en beneficio de la comunidad tendrá una duración de un día a un año.
5. La duración de cada una de estas penas será la prevista en los apartados anteriores, salvo lo
252
que excepcionalmente dispongan otros preceptos de este Código.
Artículo 40 redactado por el apartado séptimo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 41
La pena de inhabilitación absoluta produce la privación definitiva de todos los honores,
empleos y cargos públicos que tenga el penado, aunque sean electivos. Produce, además, la
incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos o empleos públicos,
y la de ser elegido para cargo público, durante el tiempo de la condena.
Artículo 42
La pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público produce la privación definitiva
del empleo o cargo sobre el que recayere, aunque sea electivo, y de los honores que le sean
anejos. Produce, además, la incapacidad para obtener el mismo u otros análogos, durante el
tiempo de la condena. En la sentencia habrán de especificarse los empleos, cargos y honores
sobre los que recae la inhabilitación.
Artículo 42 redactado por el apartado octavo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 43
La suspensión de empleo o cargo público priva de su ejercicio al penado durante el tiempo de
la condena.
Artículo 44
La inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo priva al penado, durante el tiempo
de la condena, del derecho a ser elegido para cargos públicos.
Artículo 45
La inhabilitación especial para profesión, oficio, industria o comercio o cualquier otro derecho,
que ha de concretarse expresa y motivadamente en la sentencia, priva al penado de la facultad
de ejercerlos durante el tiempo de la condena.
Artículo 46
La inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o
acogimiento, priva al penado de los derechos inherentes a la primera, y supone la extinción de
las demás, así como la incapacidad para obtener nombramiento para dichos cargos durante el
tiempo de la condena. La pena de privación de la patria potestad implica la pérdida de la
titularidad de la misma, subsistiendo los derechos de los que sea titular el hijo respecto del
penado. El Juez o Tribunal podrá acordar estas penas respecto de todos o alguno de los
menores o incapaces que estén a cargo del penado, en atención a las circunstancias del caso.
253
A los efectos de este artículo, la patria potestad comprende tanto la regulada en el Código
Civil, incluida la prorrogada, como las instituciones análogas previstas en la legislación civil de
las Comunidades Autónomas.
Artículo 46 redactado por el apartado noveno del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de
junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.»
23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 47
La imposición de la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores
inhabilitará al penado para el ejercicio de ambos derechos durante el tiempo fijado en la
sentencia.
La imposición de la pena de privación del derecho a la tenencia y porte de armas inhabilitará al
penado para el ejercicio de este derecho por el tiempo fijado en la sentencia.
Cuando la pena impuesta lo fuere por un tiempo superior a dos años comportará la pérdida de
vigencia del permiso o licencia que habilite para la conducción o la tenencia y porte,
respectivamente. Párrafo final del artículo 47 introducido por el apartado primero del artículo
único de la L.O. 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal en materia de seguridad vial («B.O.E.» 1 diciembre).Vigencia: 2
diciembre 2007
Artículo 48
1. La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos impide al penado
residir o acudir al lugar en que haya cometido el delito o falta, o a aquel en que resida la
víctima o su familia, si fueren distintos.
Número 1 del artículo 48 redactado por el apartado décimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
2. La prohibición de aproximarse a la víctima, o a aquellos de sus familiares u otras personas
que determine el juez o tribunal, impide al penado acercarse a ellos, en cualquier lugar donde
se encuentren, así como acercarse a su domicilio, a sus lugares de trabajo y a cualquier otro
que sea frecuentado por ellos, quedando en suspenso, respecto de los hijos, el régimen de
visitas, comunicación y estancia que, en su caso, se hubiere reconocido en sentencia civil hasta
el total cumplimiento de esta pena.
3. La prohibición de comunicarse con la víctima, o con aquellos de sus familiares u otras
personas que determine el juez o tribunal, impide al penado establecer con ellas, por cualquier
medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual.
4. El juez o tribunal podrá acordar que el control de estas medidas se realice a través de
aquellos medios electrónicos que lo permitan.
Artículo 48 redactado por el apartado décimo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
254
Artículo 49
Los trabajos en beneficio de la comunidad, que no podrán imponerse sin el consentimiento del
penado, le obligan a prestar su cooperación no retribuida en determinadas actividades de
utilidad pública, que podrán consistir, en relación con delitos de similar naturaleza al cometido
por el penado, en labores de reparación de los daños causados o de apoyo o asistencia a las
víctimas, así como en la participación del penado en talleres o programas formativos o de
reeducación, laborales, culturales, de educación vial, sexual y otros similares. Su duración
diaria no podrá exceder de ocho horas y sus condiciones serán las siguientes: Párrafo
introductorio del artículo 49 redactado por el apartado undécimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
1.ª La ejecución se desarrollará bajo el control del Juez de Vigilancia Penitenciaria, que, a
tal efecto, requerirá los informes sobre el desempeño del trabajo a la Administración,
entidad pública o asociación de interés general en que se presten los servicios.
2.ª No atentará a la dignidad del penado.
3.ª El trabajo en beneficio de la comunidad será facilitado por la Administración, la cual
podrá establecer los convenios oportunos a tal fin.
4.ª Gozará de la protección dispensada a los penados por la legislación penitenciaria en
materia de Seguridad Social.
5.ª No se supeditará al logro de intereses económicos.
6.ª Los servicios sociales penitenciarios, hechas las verificaciones necesarias, comunicarán
al Juez de Vigilancia Penitenciaria las incidencias relevantes de la ejecución de la pena y, en
todo caso, si el penado:
a) Se ausenta del trabajo durante al menos dos jornadas laborales, siempre que
ello suponga un rechazo voluntario por su parte al cumplimiento de la pena.
b) A pesar de los requerimientos del responsable del centro de trabajo, su
rendimiento fuera sensiblemente inferior al mínimo exigible.
c) Se opusiera o incumpliera de forma reiterada y manifiesta las instrucciones que
se le dieren por el responsable de la ocupación referidas al desarrollo de la misma.
d) Por cualquier otra razón, su conducta fuere tal que el responsable del trabajo se
negase a seguir manteniéndolo en el centro.
Una vez valorado el informe, el Juez de Vigilancia Penitenciaria podrá acordar su
ejecución en el mismo centro, enviar al penado para que finalice la ejecución de la
misma en otro centro o entender que el penado ha incumplido la pena.
En caso de incumplimiento, se deducirá testimonio para proceder de conformidad con
255
el artículo 468.
7.ª Si el penado faltara del trabajo por causa justificada no se entenderá como abandono
de la actividad. No obstante, el trabajo perdido no se le computará en la liquidación de la
condena, en la que se deberán hacer constar los días o jornadas que efectivamente
hubiese trabajado del total que se le hubiera impuesto.
Artículo 49 redactado por el apartado undécimo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
SECCIÓN 4
De la pena de multa
Artículo 50
1. La pena de multa consistirá en la imposición al condenado de una sanción pecuniaria.
2. La pena de multa se impondrá, salvo que la Ley disponga otra cosa, por el sistema de días‐
multa.
3. Su extensión mínima será de diez días y la máxima de dos años. Las penas de multa
imponibles a personas jurídicas tendrán una extensión máxima de cinco años.
Número 3 del artículo 50 redactado por el apartado duodécimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
4. La cuota diaria tendrá un mínimo de dos y un máximo de 400 euros, excepto en el caso de
las multas imponibles a las personas jurídicas, en las que la cuota diaria tendrá un mínimo de
30 y un máximo de 5.000 euros. A efectos de cómputo, cuando se fije la duración por meses o
por años, se entenderá que los meses son de treinta días y los años de trescientos sesenta.
Número 4 del artículo 50 redactado por el apartado duodécimo del artículo único de la L.O.
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
5. Los Jueces o Tribunales determinarán motivadamente la extensión de la pena dentro de los
límites establecidos para cada delito y según las reglas del capítulo II de este Título.
Igualmente, fijarán en la sentencia, el importe de estas cuotas, teniendo en cuenta para ello
exclusivamente la situación económica del reo, deducida de su patrimonio, ingresos,
obligaciones y cargas familiares y demás circunstancias personales del mismo.
6. El tribunal, por causa justificada, podrá autorizar el pago de la multa dentro de un plazo que
no exceda de dos años desde la firmeza de la sentencia, bien de una vez o en los plazos que se
determinen. En este caso, el impago de dos de ellos determinará el vencimiento de los
restantes.
256
Número 6 del artículo 50 redactado por el apartado duodécimo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 51
Si, después de la sentencia, variase la situación económica del penado, el juez o tribunal,
excepcionalmente y tras la debida indagación de dicha situación, podrá modificar tanto el
importe de las cuotas periódicas como los plazos para su pago.
Artículo 51 redactado por el apartado decimotercero del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 52
1. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores y cuando el Código así lo determine, la
multa se establecerá en proporción al daño causado, el valor del objeto del delito o el
beneficio reportado por el mismo.
2. En estos casos, los jueces y tribunales impondrán la multa dentro de los límites fijados para
cada delito, considerando para determinar en cada caso su cuantía, no sólo las circunstancias
atenuantes y agravantes del hecho, sino principalmente la situación económica del culpable.
3. Si, después de la sentencia, empeorase la situación económica del penado, el juez o tribunal,
excepcionalmente y tras la debida indagación de dicha situación, podrá reducir el importe de
la multa dentro de los límites señalados por la ley para el delito de que se trate, o autorizar su
pago en los plazos que se determinen.
4. En los casos en los que este Código prevé una pena de multa para las personas jurídicas en
proporción al beneficio obtenido o facilitado, al perjuicio causado, al valor del objeto, o a la
cantidad defraudada o indebidamente obtenida, de no ser posible el cálculo en base a tales
conceptos, el Juez o Tribunal motivará la imposibilidad de proceder a tal cálculo y las multas
previstas se sustituirán por las siguientes:
a) Multa de dos a cinco años, si el delito cometido por la persona física tiene prevista una
pena de prisión de más de cinco años.
b) Multa de uno a tres años, si el delito cometido por la persona física tiene prevista una
pena de prisión de más de dos años no incluida en el inciso anterior.
c) Multa de seis meses a dos años, en el resto de los casos.
Número 4 del artículo 52 introducido por el apartado decimotercero del artículo único de la
L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 52 redactado por el apartado decimocuarto del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
257
Artículo 53
1. Si el condenado no satisficiere, voluntariamente o por vía de apremio, la multa impuesta,
quedará sujeto a una responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad
por cada dos cuotas diarias no satisfechas, que, tratándose de faltas, podrá cumplirse
mediante localización permanente. En este caso, no regirá la limitación que en su duración
establece el artículo 37.1 de este Código.
También podrá el juez o tribunal, previa conformidad del penado, acordar que la
responsabilidad subsidiaria se cumpla mediante trabajos en beneficio de la comunidad. En este
caso, cada día de privación de libertad equivaldrá a una jornada de trabajo.
Número 1 del artículo 53 redactado por el apartado decimoquinto del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. En los supuestos de multa proporcional los Jueces y Tribunales establecerán, según su
prudente arbitrio, la responsabilidad personal subsidiaria que proceda, que no podrá exceder,
en ningún caso, de un año de duración. También podrá el Juez o Tribunal acordar, previa
conformidad del penado, que se cumpla mediante trabajos en beneficio de la comunidad.
3. Esta responsabilidad subsidiaria no se impondrá a los condenados a pena privativa de
libertad superior a cinco años.
Número 3 del artículo 53 redactado por el apartado decimoquinto del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
4. El cumplimiento de la responsabilidad subsidiaria extingue la obligación de pago de la multa,
aunque mejore la situación económica del penado.
Número 4 del artículo 53 redactado por el apartado decimoquinto del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
5. Podrá ser fraccionado el pago de la multa impuesta a una persona jurídica, durante un
período de hasta cinco años, cuando su cuantía ponga probadamente en peligro la
supervivencia de aquélla o el mantenimiento de los puestos de trabajo existentes en la misma,
o cuando lo aconseje el interés general. Si la persona jurídica condenada no satisficiere,
voluntariamente o por vía de apremio, la multa impuesta en el plazo que se hubiere señalado,
el Tribunal podrá acordar su intervención hasta el pago total de la misma.
Número 5 del artículo 53 introducido por el apartado decimocuarto del artículo único de la
L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
SECCIÓN 5
258
De las penas accesorias
Artículo 54
Las penas de inhabilitación son accesorias en los casos en que, no imponiéndolas
especialmente, la Ley declare que otras penas las llevan consigo.
Artículo 55
La pena de prisión igual o superior a diez años llevará consigo la inhabilitación absoluta
durante el tiempo de la condena, salvo que ésta ya estuviere prevista como pena principal
para el supuesto de que se trate. El Juez podrá además disponer la inhabilitación especial para
el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento, o bien la privación de
la patria potestad, cuando estos derechos hubieren tenido relación directa con el delito
cometido. Esta vinculación deberá determinarse expresamente en la sentencia.
Artículo 55 redactado por el apartado decimoquinto del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22
de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 56
1. En las penas de prisión inferiores a diez años, los jueces o tribunales impondrán, atendiendo
a la gravedad del delito, como penas accesorias, alguna o algunas de las siguientes:
1.º Suspensión de empleo o cargo público.
2.º Inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la
condena.
3.º Inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión, oficio, industria,
comercio, ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento o
cualquier otro derecho, la privación de la patria potestad, si estos derechos hubieran
tenido relación directa con el delito cometido, debiendo determinarse expresamente en la
sentencia esta vinculación, sin perjuicio de la aplicación de lo previsto en el artículo 579 de
este Código. Circunstancia 3.ª del número 1 del artículo 56 redactada por el apartado
decimosexto del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la
L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23
diciembre 2010
2. Lo previsto en este artículo se entiende sin perjuicio de la aplicación de lo dispuesto en otros
preceptos de este Código respecto de la imposición de estas penas.
Artículo 56 redactado por el apartado decimosexto del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25
de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 57
1. Los jueces o tribunales, en los delitos de homicidio, aborto, lesiones, contra la libertad, de
torturas y contra la integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, la intimidad, el
259
derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del domicilio, el honor, el patrimonio y el orden
socioeconómico, atendiendo a la gravedad de los hechos o al peligro que el delincuente
represente, podrán acordar en sus sentencias la imposición de una o varias de las
prohibiciones contempladas en el artículo 48, por un tiempo que no excederá de diez años si el
delito fuera grave o de cinco si fuera menos grave.
No obstante lo anterior, si el condenado lo fuera a pena de prisión y el juez o tribunal acordara
la imposición de una o varias de dichas prohibiciones, lo hará por un tiempo superior entre
uno y 10 años al de la duración de la pena de prisión impuesta en la sentencia, si el delito fuera
grave, y entre uno y cinco años, si fuera menos grave. En este supuesto, la pena de prisión y las
prohibiciones antes citadas se cumplirán necesariamente por el condenado de forma
simultánea.
2. En los supuestos de los delitos mencionados en el primer párrafo del apartado 1 de este
artículo cometidos contra quien sea o haya sido el cónyuge, o sobre persona que esté o haya
estado ligada al condenado por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o
sobre los descendientes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad,
propios o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan o
que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del
cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relación por la que se
encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar, así como sobre las personas que
por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a su custodia o guarda en centros
públicos o privados se acordará, en todo caso, la aplicación de la pena prevista en el apartado
2 del artículo 48 por un tiempo que no excederá de diez años si el delito fuera grave o de cinco
si fuera menos grave, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo segundo del apartado anterior.
3. También podrán imponerse las prohibiciones establecidas en el artículo 48, por un período
de tiempo que no excederá de seis meses, por la comisión de una infracción calificada como
falta contra las personas de los artículos 617 y 620.
Artículo 57 redactado por el apartado decimoséptimo del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
SECCIÓN 6
Disposiciones comunes
Artículo 58
1. El tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente será abonado en su totalidad
por el Juez o Tribunal sentenciador para el cumplimiento de la pena o penas impuestas en la
causa en que dicha privación fue acordada, salvo en cuanto haya coincidido con cualquier
privación de libertad impuesta al penado en otra causa, que le haya sido abonada o le sea
abonable en ella. En ningún caso un mismo periodo de privación de libertad podrá ser
abonado en más de una causa.
Número 1 del artículo 58 redactado por el apartado decimoséptimo del artículo único de la
L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
260
Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
2. El abono de prisión provisional en causa distinta de la que se decretó será acordado de
oficio o a petición del penado y previa comprobación de que no ha sido abonada en otra
causa, por el Juez de Vigilancia Penitenciaria de la jurisdicción de la que dependa el centro
penitenciario en que se encuentre el penado, previa audiencia del ministerio fiscal.
3. Sólo procederá el abono de prisión provisional sufrida en otra causa cuando dicha medida
cautelar sea posterior a los hechos delictivos que motivaron la pena a la que se pretende
abonar.
4. Las reglas anteriores se aplicarán también respecto de las privaciones de derechos
acordadas cautelarmente.
Artículo 58 redactado por el apartado decimoctavo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25
de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 59
Cuando las medidas cautelares sufridas y la pena impuesta sean de distinta naturaleza, el Juez
o Tribunal ordenará que se tenga por ejecutada la pena impuesta en aquella parte que estime
compensada.
Artículo 60
1. Cuando, después de pronunciada sentencia firme, se aprecie en el penado una situación
duradera de trastorno mental grave que le impida conocer el sentido de la pena, el Juez de
Vigilancia Penitenciaria suspenderá la ejecución de la pena privativa de libertad que se le
hubiera impuesto, garantizando que reciba la asistencia médica precisa, para lo cual podrá
decretar la imposición de una medida de seguridad privativa de libertad de las previstas en
este Código que no podrá ser, en ningún caso, más gravosa que la pena sustituida. Si se tratase
de una pena de distinta naturaleza, el Juez de Vigilancia Penitenciaria apreciará si la situación
del penado le permite conocer el sentido de la pena y, en su caso, suspenderá la ejecución
imponiendo las medidas de seguridad que estime necesarias.
El Juez de Vigilancia comunicará al ministerio fiscal, con suficiente antelación, la próxima
extinción de la pena o medida de seguridad impuesta, a efectos de lo previsto por la
disposición adicional primera de este Código.
Número 1 del artículo 60 redactado por el apartado decimonoveno del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. Restablecida la salud mental del penado, éste cumplirá la sentencia si la pena no hubiere
prescrito, sin perjuicio de que el Juez o Tribunal, por razones de equidad, pueda dar por
extinguida la condena o reducir su duración, en la medida en que el cumplimiento de la pena
resulte innecesario o contraproducente.
261
CAPÍTULO II
De la aplicación de las penas
SECCIÓN 1
Reglas generales para la aplicación de las penas
Artículo 61
Cuando la Ley establece una pena, se entiende que la impone a los autores de la infracción
consumada.
Artículo 62
A los autores de tentativa de delito se les impondrá la pena inferior en uno o dos grados a la
señalada por la Ley para el delito consumado, en la extensión que se estime adecuada,
atendiendo al peligro inherente al intento y al grado de ejecución alcanzado.
Artículo 63
A los cómplices de un delito consumado o intentado se les impondrá la pena inferior en grado
a la fijada por la Ley para los autores del mismo delito.
Artículo 64
Las reglas anteriores no serán de aplicación en los casos en que la tentativa y la complicidad se
hallen especialmente penadas por la Ley.
Artículo 65
1. Las circunstancias agravantes o atenuantes que consistan en cualquier causa de naturaleza
personal agravarán o atenuarán la responsabilidad sólo de aquéllos en quienes concurran.
Número 1 del artículo 65 redactado por el apartado vigésimo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. Las que consistan en la ejecución material del hecho o en los medios empleados para
realizarla, servirán únicamente para agravar o atenuar la responsabilidad de los que hayan
tenido conocimiento de ellas en el momento de la acción o de su cooperación para el delito.
3. Cuando en el inductor o en el cooperador necesario no concurran las condiciones,
cualidades o relaciones personales que fundamentan la culpabilidad del autor, los jueces o
tribunales podrán imponer la pena inferior en grado a la señalada por la ley para la infracción
de que se trate.
Número 3 del artículo 65 introducido por el apartado vigésimo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
262
Artículo 66
1. En la aplicación de la pena, tratándose de delitos dolosos, los jueces o tribunales
observarán, según haya o no circunstancias atenuantes o agravantes, las siguientes reglas:
1.ª Cuando concurra sólo una circunstancia atenuante, aplicarán la pena en la mitad
inferior de la que fije la ley para el delito.
2.ª Cuando concurran dos o más circunstancias atenuantes, o una o varias muy
cualificadas, y no concurra agravante alguna, aplicarán la pena inferior en uno o dos
grados a la establecida por la ley, atendidos el número y la entidad de dichas
circunstancias atenuantes.
3.ª Cuando concurra sólo una o dos circunstancias agravantes, aplicarán la pena en la
mitad superior de la que fije la ley para el delito.
4.ª Cuando concurran más de dos circunstancias agravantes y no concurra atenuante
alguna, podrán aplicar la pena superior en grado a la establecida por la ley, en su mitad
inferior.
5.ª Cuando concurra la circunstancia agravante de reincidencia con la cualificación de que
el culpable al delinquir hubiera sido condenado ejecutoriamente, al menos, por tres delitos
comprendidos en el mismo título de este Código, siempre que sean de la misma
naturaleza, podrán aplicar la pena superior en grado a la prevista por la ley para el delito
de que se trate, teniendo en cuenta las condenas precedentes, así como la gravedad del
nuevo delito cometido.
A los efectos de esta regla no se computarán los antecedentes penales cancelados o
que debieran serlo.
6.ª Cuando no concurran atenuantes ni agravantes aplicarán la pena establecida por la ley
para el delito cometido, en la extensión que estimen adecuada, en atención a las
circunstancias personales del delincuente y a la mayor o menor gravedad del hecho.
8.ª Cuando los jueces o tribunales apliquen la pena inferior en más de un grado podrán
hacerlo en toda su extensión.
2. En los delitos imprudentes, los jueces o tribunales aplicarán las penas a su prudente arbitrio,
sin sujetarse a las reglas prescritas en el apartado anterior.
Artículo 66 redactado por el número dos del artículo primero de la L.O. 11/2003, de 29 de
septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e
integración social de los extranjeros («B.O.E.» 30 septiembre).Vigencia: 1 octubre 2003
263
Artículo 66 bis
En la aplicación de las penas impuestas a las personas jurídicas se estará a lo dispuesto en las
reglas 1.ª a 4.ª y 6.ª a 8.ª del primer número del artículo 66, así como a las siguientes:
1.ª En los supuestos en los que vengan establecidas por las disposiciones del Libro II, para
decidir sobre la imposición y la extensión de las penas previstas en las letras b) a g) del
apartado 7 del artículo 33 habrá de tenerse en cuenta:
a) Su necesidad para prevenir la continuidad de la actividad delictiva o de sus
efectos.
b) Sus consecuencias económicas y sociales, y especialmente los efectos para los
trabajadores.
c) El puesto que en la estructura de la persona jurídica ocupa la persona física u
órgano que incumplió el deber de control.
2.ª Cuando las penas previstas en las letras c) a g) del apartado 7 del artículo 33 se
impongan con una duración limitada, ésta no podrá exceder la duración máxima de la
pena privativa de libertad prevista para el caso de que el delito fuera cometido por
persona física.
Para la imposición de las sanciones previstas en las letras c) a g) por un plazo superior a dos
años será necesario que se dé alguna de las dos circunstancias siguientes:
a) Que la persona jurídica sea reincidente.
b) Que la persona jurídica se utilice instrumentalmente para la comisión de ilícitos penales.
Se entenderá que se está ante este último supuesto siempre que la actividad legal de la
persona jurídica sea menos relevante que su actividad ilegal.
Para la imposición con carácter permanente de las sanciones previstas en las letras b) y e), y
para la imposición por un plazo superior a cinco años de las previstas en las letras e) y f) del
apartado 7 del artículo 33, será necesario que se dé alguna de las dos circunstancias
siguientes:
a) Que se esté ante el supuesto de hecho previsto en la regla 5.ª del primer número del
artículo 66.
b) Que la persona jurídica se utilice instrumentalmente para la comisión de ilícitos penales.
Se entenderá que se está ante este último supuesto siempre que la actividad legal de la
persona jurídica sea menos relevante que su actividad ilegal
Artículo 66 bis introducido por el apartado decimoctavo del artículo único de la L.O. 5/2010, de
22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Artículo 67
Las reglas del artículo anterior no se aplicarán a las circunstancias agravantes o atenuantes que
264
la Ley haya tenido en cuenta al describir o sancionar una infracción, ni a las que sean de tal
manera inherentes al delito que sin la concurrencia de ellas no podría cometerse.
Artículo 68
En los casos previstos en la circunstancia primera del artículo 21, los jueces o tribunales
impondrán la pena inferior en uno o dos grados a la señalada por la ley, atendidos el número y
la entidad de los requisitos que falten o concurran, y las circunstancias personales de su autor,
sin perjuicio de la aplicación del artículo 66 del presente Código.
Artículo 68 redactado por el apartado vigésimo primero del artículo único de la L.O. 15/2003,
de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 69
Al mayor de dieciocho años y menor de veintiuno que cometa un hecho delictivo, podrán
aplicársele las disposiciones de la ley que regule la responsabilidad penal del menor en los
casos y con los requisitos que ésta disponga.
Esta posibilidad de aplicación, prevista inicialmente en la L.O. 5/2000, pero cuya entrada en
vigor en cuanto al artículo 69 del Código Penal había sido aplazada hasta 2007, ha
desaparecido a partir de la L.O. 8/2006, de 4 diciembre 2006, por la que se modifica la L.O.
5/2000, de 12 enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores («B.O.E.» 5
diciembre), con entrada en vigor el 5 febrero 2007, ya que suprime definitivamente la
posibilidad de aplicar la citada Ley a los infractores con edades comprendidas entre dieciocho y
veintiún años: en efecto el artículo único de la L.O 8/2006 en su apartado 1 suprime el anterior
apartado 2 del artículo 1 de la Ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores
("También se aplicará lo dispuesto en esta Ley para los menores a las personas mayores de
dieciocho años y menores de veintiuno, en los términos establecidos en el artículo 4 de la
misma"; y el apartado 3 del artículo único de la L.O 8/2006 suprime la anterior regulación del
artículo 4 de la Ley de responsabilidad penal de los menores, relativa al "Régimen de los
mayores de dieciocho años", sustituyéndola por la actual regulación de "Derechos de las
víctimas y de los perjudicados". Anteriormente la situación fue la siguiente: La Disposición Final
7.ª de la L.O. 5/2000, 12 enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores
(«B.O.E.» 13 enero), establecía que en su fecha de entrada en vigor, el día 13 de enero de 2001
entrarían también en vigor los artículos 19 y 69 del Código Penal. No obstante, la disposición
transitoria única de la L.O. 9/2002, de 10 de diciembre, suspendió la aplicación de la citada Ley
de responsabilidad penal de los menores, en lo referente a los infractores de edades
comprendidas entre los 18 y 21 años, hasta el 1 de enero de 2007.
Artículo 70
1. La pena superior e inferior en grado a la prevista por la ley para cualquier delito tendrá la
extensión resultante de la aplicación de las siguientes reglas:
1.ª La pena superior en grado se formará partiendo de la cifra máxima señalada por la ley
para el delito de que se trate y aumentando a ésta la mitad de su cuantía, constituyendo la
suma resultante su límite máximo. El límite mínimo de la pena superior en grado será el
máximo de la pena señalada por la ley para el delito de que se trate, incrementado en un
265
día o en un día multa según la naturaleza de la pena a imponer.
2.ª La pena inferior en grado se formará partiendo de la cifra mínima señalada para el
delito de que se trate y deduciendo de ésta la mitad de su cuantía, constituyendo el
resultado de tal deducción su límite mínimo. El límite máximo de la pena inferior en grado
será el mínimo de la pena señalada por la ley para el delito de que se trate, reducido en un
día o en un día multa según la naturaleza de la pena a imponer.
2. A los efectos de determinar la mitad superior o inferior de la pena o de concretar la pena
inferior o superior en grado, el día o el día multa se considerarán indivisibles y actuaran como
unidades penológicas de más o menos, según los casos.
3. Cuando, en la aplicación de la regla 1.ª del apartado 1 de este artículo, la pena superior en
grado exceda de los límites máximos fijados a cada pena en este Código, se considerarán como
inmediatamente superiores:
1.º Si la pena determinada fuera la de prisión, la misma pena, con la cláusula de que su
duración máxima será de 30 años.
2.º Si fuera de inhabilitación absoluta o especial, la misma pena, con la cláusula de que su
duración máxima será de 30 años.
3.º Si fuera de suspensión de empleo o cargo público, la misma pena, con la cláusula de
que su duración máxima será de ocho años.
4.º Tratándose de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, la
misma pena, con la cláusula de que su duración máxima será de 15 años.
5.º Tratándose de privación del derecho a la tenencia y porte de armas, la misma pena,
con la cláusula de que su duración máxima será de 20 años.
6.º Tratándose de privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a ellos,
la misma pena, con la cláusula de que su duración máxima será de 20 años.
7.º Tratándose de prohibición de aproximarse a la víctima o a aquellos de sus familiares u
otras personas que determine el juez o tribunal, la misma pena, con la cláusula de que su
duración máxima será de 20 años.
8.º Tratándose de prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus
familiares u otras personas que determine el juez o tribunal, la misma pena, con la cláusula
de que su duración máxima será de 20 años.
9.º Si fuera de multa, la misma pena, con la cláusula de que su duración máxima será de 30
meses.
Artículo 70 redactado por el apartado vigésimo segundo del artículo único de la L.O. 15/2003,
de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 71
266
1. En la determinación de la pena inferior en grado, los jueces o tribunales no quedarán
limitados por las cuantías mínimas señaladas en la ley a cada clase de pena, sino que podrán
reducirlas en la forma que resulte de la aplicación de la regla correspondiente, sin que ello
suponga la degradación a falta.
2. No obstante, cuando por aplicación de las reglas anteriores proceda imponer una pena de
prisión inferior a tres meses, ésta será en todo caso sustituida conforme a lo dispuesto en la
sección 2.ª del capítulo III de este título, sin perjuicio de la suspensión de la ejecución de la
pena en los casos en que proceda.
Artículo 71 redactado por el apartado vigésimo tercero del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 72
Los jueces o tribunales, en la aplicación de la pena, con arreglo a las normas contenidas en
este capítulo, razonarán en la sentencia el grado y extensión concreta de la impuesta.
Artículo 72 redactado por el apartado vigésimo cuarto del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
SECCIÓN 2
Reglas especiales para la aplicación de las penas
Artículo 73
Al responsable de dos o más delitos o faltas se le impondrán todas las penas correspondientes
a las diversas infracciones para su cumplimiento simultáneo, si fuera posible, por la naturaleza
y efectos de las mismas.
Artículo 74
1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el que, en ejecución de un plan
preconcebido o aprovechando idéntica ocasión, realice una pluralidad de acciones u omisiones
que ofendan a uno o varios sujetos e infrinjan el mismo precepto penal o preceptos de igual o
semejante naturaleza, será castigado como autor de un delito o falta continuados con la pena
señalada para la infracción más grave, que se impondrá en su mitad superior, pudiendo llegar
hasta la mitad inferior de la pena superior en grado.
2. Si se tratare de infracciones contra el patrimonio, se impondrá la pena teniendo en cuenta el
perjuicio total causado. En estas infracciones el Juez o Tribunal impondrá, motivadamente, la
pena superior en uno o dos grados, en la extensión que estime conveniente, si el hecho
267
revistiere notoria gravedad y hubiere perjudicado a una generalidad de personas.
3. Quedan exceptuadas de lo establecido en los apartados anteriores las ofensas a bienes
eminentemente personales, salvo las constitutivas de infracciones contra el honor y la libertad
e indemnidad sexuales que afecten al mismo sujeto pasivo. En estos casos, se atenderá a la
naturaleza del hecho y del precepto infringido para aplicar o no la continuidad delictiva.
Artículo 75
Cuando todas o algunas de las penas correspondientes a las diversas infracciones no puedan
ser cumplidas simultáneamente por el condenado, se seguirá el orden de su respectiva
gravedad para su cumplimiento sucesivo, en cuanto sea posible.
Artículo 76
1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el máximo de cumplimiento efectivo de la
condena del culpable no podrá exceder del triple del tiempo por el que se le imponga la más
grave de las penas en que haya incurrido, declarando extinguidas las que procedan desde que
las ya impuestas cubran dicho máximo, que no podrá exceder de 20 años. Excepcionalmente,
este límite máximo será:
b) De 30 años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y alguno de
ellos esté castigado por la ley con pena de prisión superior a 20 años.
c) De 40 años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y, al menos,
dos de ellos estén castigados por la ley con pena de prisión superior a 20 años.
d) De 40 años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos de terrorismo
de la sección segunda del capítulo V del título XXII del libro II de este Código y alguno de
ellos esté castigado por la ley con pena de prisión superior a 20 años.
Las referencias que se hacen a los delitos de terrorismo de la Sección Segunda del
Capítulo V del Título XXII del Libro II en los artículos 76 y 93 del Código Penal, se
entenderán hechas a delitos referentes a organizaciones y grupos terroristas y delitos
de terrorismo del Capítulo VII del Título XXII del Libro II de dicho Código, conforme
establece la disposición adicional primera de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que
se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).
2. La limitación se aplicará aunque las penas se hayan impuesto en distintos procesos si los
hechos, por su conexión o el momento de su comisión, pudieran haberse enjuiciado en uno
sólo.
Artículo 76 redactado por el número dos del artículo primero de la L.O. 7/2003, de 30 de junio,
de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1
268
julio).Vigencia: 2 julio 2003
Artículo 77
1. Lo dispuesto en los dos artículos anteriores, no es aplicable en el caso de que un solo hecho
constituya dos o más infracciones, o cuando una de ellas sea medio necesario para cometer la
otra.
2. En estos casos se aplicará en su mitad superior la pena prevista para la infracción más grave,
sin que pueda exceder de la que represente la suma de las que correspondería aplicar si se
penaran separadamente las infracciones.
3. Cuando la pena así computada exceda de este límite, se sancionarán las infracciones por
separado.
Artículo 78
1. Si a consecuencia de las limitaciones establecidas en el apartado 1 del artículo 76 la pena a
cumplir resultase inferior a la mitad de la suma total de las impuestas, el juez o tribunal
sentenciador podrá acordar que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la
clasificación en tercer grado y el cómputo de tiempo para la libertad condicional se refieran a
la totalidad de las penas impuestas en las sentencias.
2. Dicho acuerdo será preceptivo en los supuestos previstos en los párrafos a), b), c) y d) del
apartado 1 del artículo 76 de este Código, siempre que la pena a cumplir resulte inferior a la
mitad de la suma total de las impuestas.
3. En estos casos, el juez de vigilancia, previo pronóstico individualizado y favorable de
reinserción social y valorando, en su caso, las circunstancias personales del reo y la evolución
del tratamiento reeducador, podrá acordar razonadamente, oídos el Ministerio Fiscal,
Instituciones Penitenciarias y las demás partes, la aplicación del régimen general de
cumplimiento. Si se tratase de delitos de terrorismo de la sección segunda del capítulo V del
título XXII del libro II de este Código, o cometidos en el seno de organizaciones criminales, y
atendiendo a la suma total de las penas impuestas, la anterior posibilidad sólo será aplicable:
Las referencias que se hacen a los delitos de terrorismo de la Sección Segunda del Capítulo V
del Título XXII del Libro II, o cometidos en el seno de organizaciones criminales, en los artículos
78, 90 y 91 del Código Penal, se entenderán hechas a delitos referentes a organizaciones y
grupos terroristas y delitos de terrorismo del Capítulo VII del Título XXII del Libro II de dicho
Código, o cometidos en el seno de organizaciones o grupos criminales, conforme establece la
disposición adicional primera de L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O.
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).
a) Al tercer grado penitenciario, cuando quede por cumplir una quinta parte del límite
máximo de cumplimiento de la condena.
b) A la libertad condicional, cuando quede por cumplir una octava parte del límite máximo
de cumplimiento de la condena.
Artículo 78 redactado por el número tres del artículo primero de la L.O. 7/2003, de 30 de junio,
de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1
julio).Vigencia: 2 julio 2003
269
Artículo 79
Siempre que los Jueces o Tribunales impongan una pena que lleve consigo otras accesorias
condenarán también expresamente al reo a estas últimas.
CAPÍTULO III
De las formas sustitutivas de la ejecución de las penas privativas de libertad y de la libertad
condicional
Rúbrica del Capítulo III del Título III del Libro I redactada por el apartado vigésimo sexto del
artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
SECCIÓN 1
De la suspensión de la ejecución de las penas privativas de libertad
Artículo 80
1. Los jueces o tribunales podrán dejar en suspenso la ejecución de las penas privativas de
libertad no superiores a dos años mediante resolución motivada.
En dicha resolución se atenderá fundamentalmente a la peligrosidad criminal del sujeto, así
como a la existencia de otros procedimientos penales contra éste.
Número 1 del artículo 80 redactado por el apartado vigésimo séptimo del artículo único de la
L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. El plazo de suspensión será de dos a cinco años para las penas privativas de libertad
inferiores a dos años, y de tres meses a un año para las penas leves y se fijará por los Jueces o
Tribunales, previa audiencia de las partes, atendidas las circunstancias personales del
delincuente, las características del hecho y la duración de la pena.
3. La suspensión de la ejecución de la pena no será extensiva a la responsabilidad civil derivada
del delito o falta penados.
4. Los Jueces y Tribunales sentenciadores podrán otorgar la suspensión de cualquier pena
impuesta sin sujeción a requisito alguno en el caso de que el penado esté aquejado de una
enfermedad muy grave con padecimientos incurables, salvo que en el momento de la comisión
del delito tuviera ya otra pena suspendida por el mismo motivo.
Artículo 81
Serán condiciones necesarias para dejar en suspenso la ejecución de la pena, las siguientes:
1.ª Que el condenado haya delinquido por primera vez. A tal efecto no se tendrán en
cuenta las anteriores condenas por delitos imprudentes ni los antecedentes penales que
270
hayan sido cancelados, o debieran serlo, con arreglo a lo dispuesto es el artículo 136 de
este Código.
2.ª Que la pena o penas impuestas, o la suma de las impuestas, no sea superior a dos años,
sin incluir en tal cómputo la derivada del impago de la multa. Condición 2.ª del artículo 81
redactada por el apartado vigésimo octavo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
3.ª Que se hayan satisfecho las responsabilidades civiles que se hubieren originado, salvo
que el Juez o Tribunal sentenciador, después de oír a los interesados y al Ministerio Fiscal,
declare la imposibilidad total o parcial de que el condenado haga frente a las mismas.
Artículo 82
Declarada la firmeza de la sentencia y acreditados los requisitos establecidos en el artículo
anterior, los jueces o tribunales se pronunciarán con la mayor urgencia sobre la concesión o no
de la suspensión de la ejecución de la pena.
Artículo 82 redactado por el apartado vigésimo noveno del artículo único de la L.O. 15/2003,
de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 83
1. La suspensión de la ejecución de la pena quedará siempre condicionada a que el reo no
delinca en el plazo fijado por el juez o tribunal, conforme al artículo 80.2 de este Código. En el
caso de que la pena suspendida fuese de prisión, el juez o tribunal sentenciador, si lo estima
necesario, podrá también condicionar la suspensión al cumplimiento de las obligaciones o
deberes que le haya fijado de entre las siguientes:
1.ª Prohibición de acudir a determinados lugares.
2.ª Prohibición de aproximarse a la víctima, o a aquellos de sus familiares u otras personas
que determine el juez o tribunal, o de comunicarse con ellos.
3.ª Prohibición de ausentarse sin autorización del juez o tribunal del lugar donde resida.
4.ª Comparecer personalmente ante el juzgado o tribunal, o servicio de la Administración
que éstos señalen, para informar de sus actividades y justificarlas.
5.ª Participar en programas formativos, laborales, culturales, de educación vial, sexual, de
defensa del medio ambiente, de protección de los animales y otros similares. Punto 5.º del
número 1 del artículo 83 redactado por el apartado decimonoveno del artículo único de la
L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
6.ª Cumplir los demás deberes que el juez o tribunal estime convenientes para la
rehabilitación social del penado, previa conformidad de éste, siempre que no atenten
271
contra su dignidad como persona.
Si se tratase de delitos relacionados con la violencia de género, el Juez o Tribunal
condicionará en todo caso la suspensión al cumplimiento de las obligaciones o deberes
previstos en las reglas 1.ª, 2.ª y 5.ª de este apartado. Párrafo 2.º del apartado 6.ª del
número 1 del artículo 83 redactado por el artículo 33 de la L.O. 1/2004, de 28 de
diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género («B.O.E.»
29 diciembre).Vigencia: 29 junio 2005
Número 1 del artículo 83 redactado por el apartado trigésimo del artículo único de la L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. Los servicios correspondientes de la Administración competente informarán al Juez o
Tribunal sentenciador, al menos cada tres meses, sobre la observancia de las reglas de
conducta impuestas.
Artículo 84
1. Si el sujeto delinquiera durante el plazo de suspensión fijado, el Juez o Tribunal revocará la
suspensión de la ejecución de la pena.
2. Si el sujeto infringiera durante el plazo de suspensión las obligaciones o deberes impuestos,
el Juez o Tribunal podrá, previa audiencia de las partes según los casos:
a) Sustituir la regla de conducta impuesta por otra distinta.
b) Prorrogar el plazo de suspensión, sin que en ningún caso pueda exceder de cinco años.
c) Revocar la suspensión de la ejecución de la pena, si el incumplimiento fuera reiterado.
3. En el supuesto de que la pena suspendida fuera de prisión por la comisión de delitos
relacionados con la violencia de género, el incumplimiento por parte del reo de las
obligaciones o deberes previstos en las reglas 1.ª, 2.ª y 5.ª del apartado 1 del artículo 83
determinará la revocación de la suspensión de la ejecución de la pena.
Número 3 del artículo 84 redactado por el artículo 34 de la L.O. 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género («B.O.E.» 29
diciembre).Vigencia: 29 junio 2005
Artículo 85
1. Revocada la suspensión, se ordenará la ejecución de la pena.
2. Transcurrido el plazo de suspensión fijado sin haber delinquido el sujeto, y cumplidas, en su
caso, las reglas de conducta fijadas por el juez o tribunal, éste acordará la remisión de la pena.
Artículo 85 redactado por el apartado trigésimo segundo del artículo único de la L.O. 15/2003,
de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
272
Artículo 86
En los delitos que sólo pueden ser perseguidos previa denuncia o querella del ofendido, los
Jueces y Tribunales oirán a éste y, en su caso, a quien le represente, antes de conceder los
beneficios de la suspensión de la ejecución de la pena.
Artículo 87
1. Aun cuando no concurran las condiciones 1.ª y 2.ª previstas en el artículo 81, el juez o
tribunal, con audiencia de las partes, podrá acordar la suspensión de la ejecución de las penas
privativas de libertad no superiores a cinco años de los penados que hubiesen cometido el
hecho delictivo a causa de su dependencia de las sustancias señaladas en el número 2.º del
artículo 20, siempre que se certifique suficientemente, por centro o servicio público o privado
debidamente acreditado u homologado, que el condenado se encuentra deshabituado o
sometido a tratamiento para tal fin en el momento de decidir sobre la suspensión.
El juez o tribunal solicitará en todo caso informe del Médico forense sobre los extremos
anteriores.
Número 1 del artículo 87 redactado por el apartado trigésimo tercero del artículo único de la
L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
2. En el supuesto de que el condenado sea reincidente, el Juez o Tribunal valorará, por
resolución motivada, la oportunidad de conceder o no el beneficio de la suspensión de la
ejecución de la pena, atendidas las circunstancias del hecho y del autor.
3. La suspensión de la ejecución de la pena quedará siempre condicionada a que el reo no
delinca en el período que se señale, que será de tres a cinco años.
4. En el caso de que el condenado se halle sometido a tratamiento de deshabituación, también
se condicionará la suspensión de la ejecución de la pena a que no abandone el tratamiento
hasta su finalización. Los centros o servicios responsables del tratamiento estarán obligados a
facilitar al juez o tribunal sentenciador, en los plazos que señale, y nunca con una periodicidad
superior al año, la información precisa para comprobar el comienzo de aquél, así como para
conocer periódicamente su evolución, las modificaciones que haya de experimentar así como
su finalización.
Número 4 del artículo 87 redactado por el apartado trigésimo tercero del artículo único de la
L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
5. El Juez o Tribunal revocará la suspensión de la ejecución de la pena si el penado incumpliere
cualquiera de las condiciones establecidas.
Transcurrido el plazo de suspensión sin haber delinquido el sujeto, el Juez o Tribunal acordará
la remisión de la pena si se ha acreditado la deshabituación o la continuidad del tratamiento
del reo. De lo contrario, ordenará su cumplimiento, salvo que, oídos los informes
correspondientes, estime necesaria la continuación del tratamiento; en tal caso podrá
conceder razonadamente una prórroga del plazo de suspensión por tiempo no superior a dos
273
años.
SECCIÓN 2
De la sustitución de las penas privativas de libertad
Artículo 88
1. Los jueces o tribunales podrán sustituir, previa audiencia de las partes, en la misma
sentencia, o posteriormente en auto motivado, antes de dar inicio a su ejecución, las penas de
prisión que no excedan de un año por multa o por trabajos en beneficio de la comunidad, y en
los casos de penas de prisión que no excedan de seis meses, también por localización
permanente, aunque la Ley no prevea estas penas para el delito de que se trate, cuando las
circunstancias personales del reo, la naturaleza del hecho, su conducta y, en particular, el
esfuerzo para reparar el daño causado así lo aconsejen, siempre que no se trate de reos
habituales, sustituyéndose cada día de prisión por dos cuotas de multa o por una jornada de
trabajo o por un día de localización permanente. En estos casos el Juez o Tribunal podrá
además imponer al penado la observancia de una o varias obligaciones o deberes previstos en
el artículo 83 de este Código, de no haberse establecido como penas en la sentencia, por
tiempo que no podrá exceder de la duración de la pena sustituida. Párrafo 1.º del número 1
del artículo 88 redactado por el apartado vigésimo del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22
de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
Excepcionalmente, podrán los jueces o tribunales sustituir por multa o por multa y trabajos en
beneficio de la comunidad, las penas de prisión que no excedan de dos años a los reos no
habituales, cuando de las circunstancias del hecho y del culpable se infiera que el
cumplimiento de aquéllas habría de frustrar sus fines de prevención y reinserción social. En
estos casos, la sustitución se llevará a cabo con los mismos requisitos y en los mismos términos
y módulos de conversión establecidos en el párrafo anterior para la pena de multa.
En el caso de que el reo hubiera sido condenado por un delito relacionado con la violencia de
género, la pena de prisión sólo podrá ser sustituida por la de trabajos en beneficio de la
comunidad o localización permanente en lugar distinto y separado del domicilio de la víctima.
En estos supuestos, el Juez o Tribunal impondrá adicionalmente, además de la sujeción a
programas específicos de reeducación y tratamiento psicológico, la observancia de las
obligaciones o deberes previstos en las reglas 1.ª y 2.ª, del apartado 1 del artículo 83 de este
Código. Párrafo 3.º del número 1 del artículo 88 redactado por el apartado vigésimo del
artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
2. En el supuesto de incumplimiento en todo o en parte de la pena sustitutiva, la pena de
prisión inicialmente impuesta se ejecutará descontando, en su caso, la parte de tiempo a que
equivalgan las cuotas satisfechas, de acuerdo con la regla de conversión establecida en el
apartado precedente.
3. En ningún caso se podrán sustituir penas que sean sustitutivas de otras.
Artículo 88 redactado por el apartado trigésimo cuarto del artículo único de la L.O. 15/2003, de
274
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 89
1. Las penas privativas de libertad inferiores a seis años impuestas a un extranjero no residente
legalmente en España serán sustituidas en la sentencia por su expulsión del territorio español,
salvo que el Juez o Tribunal, previa audiencia del penado, del Ministerio Fiscal y de las partes
personadas, de forma motivada, aprecie razones que justifiquen el cumplimiento de la
condena en un centro penitenciario en España.
También podrá acordarse la expulsión en auto motivado posterior, previa audiencia del
penado, del Ministerio Fiscal y de las demás partes personadas.
2. El extranjero no podrá regresar a España en un plazo de cinco a diez años, contados desde la
fecha de su expulsión, atendidas la duración de la pena sustituida y las circunstancias
personales del penado.
3. La expulsión llevará consigo el archivo de cualquier procedimiento administrativo que
tuviera por objeto la autorización para residir o trabajar en España.
4. Si el extranjero expulsado regresara a España antes de transcurrir el período de tiempo
establecido judicialmente, cumplirá las penas que fueron sustituidas. No obstante, si fuera
sorprendido en la frontera, será expulsado directamente por la autoridad gubernativa,
empezando a computarse de nuevo el plazo de prohibición de entrada en su integridad.
5. Los jueces o tribunales, a instancia del Ministerio Fiscal y previa audiencia del penado y de
las partes personadas, acordarán en sentencia, o durante su ejecución, la expulsión del
territorio nacional del extranjero no residente legalmente en España, que hubiera de cumplir o
estuviera cumpliendo cualquier pena privativa de libertad, para el caso de que hubiera
accedido al tercer grado penitenciario o cumplido las tres cuartas partes de la condena, salvo
que previa audiencia del Ministerio Fiscal y de forma motivada aprecien razones que
justifiquen el cumplimiento en España.
6. Cuando, al acordarse la expulsión en cualquiera de los supuestos previstos en este artículo,
el extranjero no se encuentre o no quede efectivamente privado de libertad en ejecución de la
pena impuesta, el Juez o Tribunal podrá acordar, con el fin de asegurar la expulsión, su ingreso
en un centro de internamiento de extranjeros, en los términos y con los límites y garantías
previstos en la Ley para la expulsión gubernativa.
En todo caso, si acordada la sustitución de la pena privativa de libertad por la expulsión, ésta
no pudiera llevarse a efecto, se procederá a la ejecución de la pena originariamente impuesta
o del período de condena pendiente, o a la aplicación, en su caso, de la suspensión de la
ejecución de la misma o su sustitución en los términos del artículo 88 de este Código.
7. Las disposiciones establecidas en los apartados anteriores no serán de aplicación a los
extranjeros que hubieran sido condenados por la comisión de delitos a que se refieren los
artículos 312, 313 y 318 bis de este Código.
Artículo 89 redactado por el apartado vigésimo primero del artículo único de la L.O. 5/2010, de
22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
275
(«B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
SECCIÓN 3
De la libertad condicional
Artículo 90
1. Se establece la libertad condicional en la pena privativa de libertad para aquellos
sentenciados en quienes concurran las circunstancias siguientes:
a) Que se encuentren en el tercer grado de tratamiento penitenciario.
b) Que se hayan extinguido las tres cuartas partes de la condena impuesta.
c) Que hayan observado buena conducta y exista respecto de los sentenciados un
pronóstico individualizado y favorable de reinserción social, emitido en el informe final
previsto en el artículo 67 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
No se entenderá cumplida la circunstancia anterior si el penado no hubiese satisfecho la
responsabilidad civil derivada del delito en los supuestos y conforme a los criterios
establecidos por el artículo 72.5 y 6 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
Asimismo, en el caso de personas condenadas por delitos de terrorismo de la sección segunda
del capítulo V del título XXII del libro II de este Código, o por delitos cometidos en el seno de
organizaciones criminales, se entenderá que hay pronóstico de reinserción social cuando el
penado muestre signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios de la actividad
terrorista y además haya colaborado activamente con las autoridades, bien para impedir la
producción de otros delitos por parte de la organización o grupo terrorista, bien para atenuar
los efectos de su delito, bien para la identificación, captura y procesamiento de responsables
de delitos terroristas, para obtener pruebas o para impedir la actuación o el desarrollo de las
organizaciones o asociaciones a las que haya pertenecido o con las que haya colaborado, lo
que podrá acreditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades
delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas de su
delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente
desvinculado de la organización terrorista y del entorno y actividades de asociaciones y
colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades. La expresión «banda
armada» contenida en el número 1 del artículo 90 ha sido suprimida por la disposición
adicional primera de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
2. El juez de vigilancia, al decretar la libertad condicional de los penados, podrá imponerles
motivadamente la observancia de una o varias de las reglas de conducta o medidas previstas
en los artículos 83 y 96.3 del presente Código.
Artículo 90 redactado por el número cuatro del artículo primero de L.O. 7/2003, de 30 de junio,
de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1
julio).Vigencia: 2 julio 2003
Las referencias que se hacen a los delitos de terrorismo de la Sección Segunda del Capítulo V
276
del Título XXII del Libro II, o cometidos en el seno de organizaciones criminales, en los artículos
78, 90 y 91 del Código Penal, se entenderán hechas a delitos referentes a organizaciones y
grupos terroristas y delitos de terrorismo del Capítulo VII del Título XXII del Libro II de dicho
Código, o cometidos en el seno de organizaciones o grupos criminales, conforme establece la
disposición adicional primera de L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O.
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).
Artículo 91
1. Excepcionalmente, cumplidas las circunstancias de los párrafos a) y c) del apartado 1 del
artículo anterior, y siempre que no se trate de delitos de terrorismo de la sección segunda del
capítulo V del título XXII del libro II de este Código, o cometidos en el seno de organizaciones
criminales, el juez de vigilancia penitenciaria, previo informe del Ministerio Fiscal, Instituciones
Penitenciarias y las demás partes, podrá conceder la libertad condicional a los sentenciados a
penas privativas de libertad que hayan extinguido las dos terceras partes de su condena,
siempre que merezcan dicho beneficio por haber desarrollado continuadamente actividades
laborales, culturales u ocupacionales.
2. A propuesta de Instituciones Penitenciarias y previo informe del Ministerio Fiscal y de las
demás partes, cumplidas las circunstancias de los párrafos a) y c) del apartado 1 del artículo
anterior, el juez de vigilancia penitenciaria podrá adelantar, una vez extinguida la mitad de la
condena, la concesión de la libertad condicional en relación con el plazo previsto en el
apartado anterior, hasta un máximo de 90 días por cada año transcurrido de cumplimiento
efectivo de condena, siempre que no se trate de delitos de terrorismo de la sección segunda
del capítulo V del título XXII o cometidos en el seno de organizaciones criminales. Esta medida
requerirá que el penado haya desarrollado continuadamente las actividades indicadas en el
apartado anterior y que acredite, además, la participación efectiva y favorable en programas
de reparación a las víctimas o programas de tratamiento o desintoxicación, en su caso.
Artículo 91 redactado por el número cinco del artículo primero de la L.O. 7/2003, de 30 de
junio, de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1
julio).Vigencia: 2 julio 2003
Las referencias que se hacen a los delitos de terrorismo de la Sección Segunda del Capítulo V
del Título XXII del Libro II, o cometidos en el seno de organizaciones criminales, en los artículos
78, 90 y 91 del Código Penal, se entenderán hechas a delitos referentes a organizaciones y
grupos terroristas y delitos de terrorismo del Capítulo VII del Título XXII del Libro II de dicho
Código, o cometidos en el seno de organizaciones o grupos criminales, conforme establece la
disposición adicional primera de L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O.
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).
Artículo 92
1. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, los sentenciados que hubieran
cumplido la edad de 70 años, o la cumplan durante la extinción de la condena, y reúnan los
requisitos establecidos, excepto el haber extinguido las tres cuartas partes de aquélla o, en su
caso, las dos terceras, podrán obtener la concesión de la libertad condicional.
El mismo criterio se aplicará cuando, según informe médico, se trate de enfermos muy graves
con padecimientos incurables.
2. Constando a la Administración penitenciaria que el interno se halla en cualquiera de los
277
casos previstos en los párrafos anteriores, elevará el expediente de libertad condicional, con la
urgencia que el caso requiera, al Juez de Vigilancia Penitenciaria que, a la hora de resolverlo,
valorará junto a las circunstancias personales la dificultad para delinquir y la escasa
peligrosidad del sujeto.
3. Si el peligro para la vida del interno, a causa de su enfermedad o de su avanzada edad, fuera
patente, por estar así acreditado por el dictamen del médico forense y de los servicios médicos
del establecimiento penitenciario el Juez de Vigilancia Penitenciaria podrá, previa en su caso la
progresión de grado, autorizar la libertad condicional sin más trámite que requerir al centro
penitenciario el informe de pronóstico final al objeto de poder hacer la valoración a que se
refiere el párrafo anterior, todo ello sin perjuicio del seguimiento y control previstos por el
artículo 75 de la Ley orgánica General Penitenciaria.
Artículo 92 redactado por el apartado trigésimo quinto del artículo único de la L.O. 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(«B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004
Artículo 93
1. El período de libertad condicional durará todo el tiempo que le falte al sujeto para cumplir
su condena. Si en dicho período el reo delinquiere o inobservare las reglas de conducta
impuestas, el Juez de Vigilancia Penitenciaria revocará la libertad concedida, y el penado
reingresará en prisión en el período o grado penitenciario que corresponda, sin perjuicio del
cómputo del tiempo pasado en libertad condicional.
2. En el caso de condenados por delitos de terrorismo de la sección segunda del capítulo V del
título XXII del libro II de este Código, el juez de vigilancia penitenciaria podrá solicitar los
informes que permitan acreditar que subsisten las condiciones que permitieron obtener la
libertad condicional. Si en este período de libertad condicional el condenado delinquiera,
inobservara las reglas de conducta o incumpliera las condiciones que le permitieron acceder a
la libertad condicional, el juez de vigilancia penitenciaria revocará la libertad concedida, y el
penado reingresará en prisión en el período o grado penitenciario que corresponda.
3. En el supuesto previsto en el apartado anterior, el penado cumplirá el tiempo que reste de
cumplimiento de la condena con pérdida del tiempo pasado en libertad condicional.
Números 2 y 3 del artículo 93 introducidos y anterior párrafo único renumerado conforme
establece el número seis del artículo primero de la L.O. 7/2003, de 30 de junio, de medidas de
reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas («B.O.E.» 1 julio).Vigencia: 2 julio
2003
Las referencias que se hacen a los delitos de terrorismo de la Sección Segunda del Capítulo V
del Título XXII del Libro II en los artículos 76 y 93 del Código Penal, se entenderán hechas a
delitos referentes a organizaciones y grupos terroristas y delitos de terrorismo del Capítulo VII
del Título XXII del Libro II de dicho Código, conforme establece la disposición adicional primera
de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).
278
SECCIÓN 4
Disposiciones comunes
Artículo 94
A los efectos previstos en la sección 2.ª de este capítulo, se consideran reos habituales los que
hubieren cometido tres o más delitos de los comprendidos en un mismo capítulo, en un plazo
no superior a cinco años, y hayan sido condenados por ello.
Para realizar este cómputo se considerarán, por una parte, el momento de posible suspensión
o sustitución de la pena conforme al artículo 88 y, por otra parte, la fecha de comisión de
aquellos delitos que fundamenten la apreciación de la habitualidad.
5. VIGENCIA TEMPORAL Y ESPACIAL DE LA LEY PENAL
TIEMPO DE COMISIÓN DEL DELITO
Las leyes penales rigen entre dos momentos: el de su entrada en vigor y el de su derogación.
La entrada en vigor de las leyes penales se produce una vez que el rey las ha sancionado,
promulgado, y mandado publicar (art. 91 CE), y se ha producido su completa publicación en el
BOE (art. 2 2.1 CC). Las leyes entraran en vigor a los veinte días de su completa publicación en
el BOE, si en ellas no se dispone otra cosa. A ese tiempo entre la publicación y la entrada en
vigor de la ley se le denomina “vacatio legis”.
La derogación de las leyes sólo tiene lugar cuando otra ley la dispone (ar. 2.2 CC). Clases de
derogación:
Expresa: cuando en la ley de manera explícita así se dice.
Tácita: cuando aparece una ley nueva que contradice lo establecido en la ley
preexistente.
Las SSTC que declaran inconstitucional una ley.
El art. 7 CP establece que los delitos y las faltas se entienden cometidos en el momento en que
el sujeto ejecuta la acción u omite el acto que estaba obligado a realizar. El momento de
comisión del delito es importante para realizar el cómputo de la prescripción de los delitos.
PRINICPIO DE IRRETROACTIVIDAD
Las leyes penales sólo se aplican a los hechos acontecidos durante su periodo de vigencia, no a
los acontecidos antes de su entrada en vigor. Con la excepción de que las leyes penales
pueden aplicarse a hechos sucedidos antes de su entrada en vigor, si favorecen al reo:
retroactividad de la ley penal más favorable (art. 9.3 CE).
279
Situaciones en que pueden darse:
Cuando en la ley nueva se considera delictivo un hecho que en la antigua no se
castigaba, aquella no puede tener efectos retroactivos.
Si en la nueva se agravan las consecuencias previstas en la antigua, tampoco puede
tener efectos retroactivos.
Si en la nueva ley deja de considerarse delictivo un hecho penado hasta entonces, si
tiene efectos retroactivos.
Si en la nueva ley se regula un hecho con menos severidad que en la precedente,
igualmente tiene efectos retroactivos.
Cuando existan dudas, de que ley es más favorable, es el Juez o Tribunal quien ha de decidir
cuál es la ley más favorable, tras oír al reo (art. 2.2 CP).
Alcance de la retroactividad
En el art. 2.2 CP se confiere a las leyes penales favorables efectos retroactivos que alcanzan a:
Los hechos pendientes de ser juzgados.
Los hechos ya juzgados y sentenciados.
Los hechos sentenciados, cuyo autor está cumpliendo condena.
SUPUESTOS ESPECIALES
Las leyes penales intermedias
Son aquellas que no han estado en vigor ni cuando se cometió el delito ni cuando éste es
juzgado, sino entre ambos momentos. Ej: los delitos contra la libertad sexual han
experimentado varas regulaciones: la del CP de 1973, la original del CP de 1995, y la actual
fruto de las reformas operadas por las LLOO 11/1999, 11/2003 y 15/2003, si una persona
cometió el delito a principios de 1996, antes de entrar en vigor el CP de 1995, y fuera juzgado
por ejemplo en el año 2000, tras modificarse la primera regulación del CP de 1995, ésta sería
una ley intermedia. Pueden aplicarse cuando son las más ventajosas de las que se han
sucedido en el tiempo.
Las leyes temporales y de excepción
Se dictan para un periodo concreto de tiempo o a raíz de circunstancias excepcionales, no
tienen efectos retroactivos, pues el CP dispone que los hechos cometidos bajo la vigencia de
una ley temporal serán juzgados conforme a ella, salvo que se disponga otra cosa (art. 2.2 CP).
LUGAR DE COMISIÓN DEL DELITO
Principio de territorialidad: Las leyes penales españolas se aplican a hechos sucedidos en el
280
territorio español (arts. 8.1 CC y 23.1 LOPJ). Territorio español se considera:
El Espacio terrestre peninsular e insular (incluidas las aguas interiores).
• Las ciudades y territorios norteafricanos.
• El mar territorial, esto es, la zona de mar adyacente a todas las costas españolas, en una
extensión de doce millas (ley 10/1977).
• El espacio aéreo situado sobre el territorio y el mar territorial (ley 48/1960).
• Los buques y aeronaves españoles (art. 23.1 LOPJ).
Para explicar el lugar de comisión del delito, existen las siguientes teorías:
1) Teoría de la actividad : lugar en el que se realiza la conducta.
2) Teoría del resultado : lugar de producción del resultado.
3) Teoría de la ubicuidad : ambos (conducta y resultado) indistintamente. Seguida de forma
mayoritaria, para evitar la impunidad de ciertos supuestos (caso del paquete bomba remitido
desde un país a otro, por ejemplo, si en el primero rige la teoría del resultado y en el segundo
la de la actividad).
SUPUESTOS DE EXTRATERRITORIALIDAD. PRINCIPIOS
Si el principio de territorialidad es expresión de la soberanía del estado, los tratados
internacionales pueden establecer algún criterio que permita extender la competencia fuera
del territorio de un estado: esto significa que la ley española puede ser de aplicación a hechos
acaecidos fuera de España y, que a hechos acaecidos dentro del territorio español puede ser
de aplicación una ley extranjera. En ocasiones, se dará una doble competencia, y ello habrá de
ser resuelto por las reglas de derecho internacional penal.
Principales excepciones al principio de territorialidad de la ley penal.
1) Principio de personalidad
La ley penal española es aplicable a hechos cometidos en el extranjero por españoles o por
extranjeros nacionalizados españoles con posterioridad a la comisión del hecho, cuando
concurran los siguientes requisitos (art. 23.2 LOPJ):
1. Que el hecho sea delito según la legislación española y la del país donde se cometió.
2. Que el agraviado o el Ministerio Fiscal denuncien o se querellen ante un tribunal español.
3. Que el autor de los hechos no haya sido absuelto, indultado o penado por ellos en el
extranjero o no haya cumplido la condena que se le impuso.
281
2) Principio real o de protección
Se faculta a aplicar la ley penal española a hechos realizados fuera de España por españoles o
por extranjeros que afecten a intereses relevantes para el Estado (art. 23.3 LOPJ). Es aplicable
a delitos de traición, rebelión, sedición, falsificación de la moneda española —ahora ya la
europea—, contra la Administración Pública, etc.
3) Principio universal o de justicia mundial
Autoriza a aplicar la ley penal española a hechos cometidos por españoles o extranjeros fuera
del territorio nacional, que atenten contra intereses relevantes para la comunidad
internacional (art. 23.4 LOPJ). Aplicable a delitos de genocidio, terrorismo, piratería y
apoderamiento ilícito de aeronaves, relativos a la prostitución, tráfico ilegal de drogas, y
mutilación genital (STS 25‐02‐2003, en la que se debatió la competencia de la jurisdicción
española para conocer de los presuntos delitos de genocidio y terrorismo de que un grupo de
ciudadanos españoles y guatemaltecos responsabilizaba a varios cargos del gobierno de este
país, y la STC 26‐09‐2005) .
4) Principio de justicia supletoria
Reconocido en el Derecho alemán , conforme al cual cabe aplicar éste a hechos cometidos en
cualquier lugar cuando otro Estado no puede perseguirlos o pudiendo no está interesado en
hacerlo. El ordenamiento español lo desconoce.
Edad penal
Es aquella a partir de la cual se puede predicar de un sujeto la responsabilidad criminal stricto
sensu. En consecuencia, sólo las personas que han alcanzado este periodo de la vida son
susceptibles de ser conceptuadas como sujetos activos de las infracciones criminales y, por lo
tanto, de quedar bajo el ámbito de aplicación de las distintas disposiciones que constituyen el
Derecho Penal Objetivo propiamente dicho, es decir, el Código Penal, así como el Código Penal
Militar y el resto de leyes penales especiales. Los menores de dicha edad que cometan un
hecho que revista los caracteres de delito o falta quedan sometidos a una normativa peculiar y
específica que, genéricamente, podemos considerar de carácter penal: la Ley Orgánica de 12
de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.
Tradicionalmente se han venido considerando dos sistemas para el tratamiento penal de la
edad:
A) El sistema biológico. Consiste en la fijación de una edad por debajo de la cual se presume
iuris et de iure que el sujeto es inimputable con independencia del concreto desarrollo
madurativo que su personalidad pueda presentar.
B) El sistema del discernimiento. En esencia se fija una edad, generalmente la de la pubertad,
para la que se establece una presunción iuris et de iure de inimputabilidad del agente y otra
banda de edad, hasta la mayor edad penal, en la que se establece una presunción iuris tantum
de inimputabilidad que queda destruida por la prueba del discernimiento, es decir, cuando
resulte probado que el concreto sujeto tenía capacidad para la comprensión del carácter del
282
ilícito cometido y para orientar su conducta de acuerdo a dicha comprensión, conforme al
concepto legal que se contiene en el art. 20.1 C.P.
El Derecho Penal español, tras la entrada en vigor del Código Penal de 1995 y la vigencia a
partir del 13 de enero de 2001 de la Ley Orgánica 5/2000 (en adelante L.O.R.P.M.), sigue,
desde un punto de vista diferente y renovado, un sistema que, en conjunto cabría calificar
como mixto, si bien con una clara preponderancia del sistema biológico. Así, las leyes penales
no conceptúan ya al menor como un mero inimputable, concepción ésta obsoleta, inexacta e
injusta. El menor de edad es una persona que todavía no ha tenido tiempo de adquirir psíquica
y culturalmente las pautas de comportamiento social necesarias para ser considerado
plenamente dueño y responsable de sus actos de la misma forma que lo es un mayor de edad
y al cual le asiste un derecho prioritario, constitucional e internacionalmente reconocido a la
educación integral. En consecuencia, el menor de edad queda fuera del ámbito de la
normativa penal ordinaria, no porque sufra una más que discutible incapacidad para ser
culpable, sino porque el ius puniendi ordinario del Estado no le alcanza. Fuera de la mayor
edad, el Estado no ostenta un nudo derecho a castigar, sino, por el contrario, el urgente deber
de atender a la educación de los menores; deber al que se subordina la especial facultad
punitiva que se ejercita contra éstos, siendo esta subordinación distinta, aunque semejante y
más energética, que la que condiciona la pena ordinaria a fines rehabilitatorios. Esta derecho a
la educación integral y este deber del poder público de procurarlo tiene un fundamento, por lo
menos, igualmente poderoso que el derecho del Estado a castigar por razón de delito y que
aquél que sujeta la pena ordinaria a los fines antedichos: los arts. 10.1, 27.2 y 39.4 C.E., y los
Convenios Internacionales referidos a los derechos de los jóvenes y menores de los que España
es parte, específicamente la Resolución 40/33 de la Asamblea General de naciones Unidas de
29 de noviembre de 1985 (Reglas de Pekín), la Recomendación núm. 20 de Comité del
Ministros del Consejo de Europa de 17 de noviembre de 1987 y, sobre todo, la Convención de
Derechos del Niño de 1989, ratificada por el Estado español en 1990.
De acuerdo a esta concepción, el art. 19 C.P. y el art. 1 L.O.R.P.M. establecen, conforme al
sistema biológico, la mayor edad penal en los dieciocho años, con lo que queda unificada en
todo el ámbito de nuestro Ordenamiento la institución de la mayor edad, sin que exista ya por
tanto restricción alguna a la cláusula del art. 12 C.E. Con respecto a la de los menores de esa
edad se sigue un sistema peculiar que mezcla los sistemas biológicos y del discernimiento:
presunción de inimputabilidad penal iuris et de iure para los menores de catorce años y
presunción de imputabilidad, de igual especie, para los menores entre catorce y dieciocho
años, pero sujetándolos no a una responsabilidad penal ordinaria sino a una responsabilidad
penal específica y singular: la responsabilidad penal del menor. Como nexo entre el Código
Penal y la Ley 5/2000 se introduce una variante inspirada en el sistema del discernimiento y así
el art. 69 C.P. y el art. 4 L.O.R.P.M. contemplan la categoría del joven, es decir, la persona entre
dieciocho y veintiún años, respecto de los cuales puede aplicárseles las normas de la Ley
5/2000 y no las del Código Penal, que serían las que en principio les corresponderían.
Procederá la aplicación de estos preceptos no cuando el joven sea un inimputable, ya que
entonces habría que apreciar o bien la eximente del art. 20.1 C.P. (alteración o anomalía
psíquica) o la del art. 20.3 (grave alteración en la percepción de la realidad desde el nacimiento
o la infancia) o, en su caso, la de intoxicación del art. 20.2; sino en aquellos casos, y sólo en
aquellos contados casos en que el joven presente, generalmente por la presencia de factores
familiares y/o sociales adversos de los que no es responsable, una notoria falta de madurez o
inadecuación entre sus edades mental y biológica o una grave distorsión cultural que no llegue
a integrar cualesquiera de las causas de inimputabilidad y que hagan aconsejable el
tratamiento reeducativo que parece implicar la Ley Orgánica 5/2000. Sólo con esta orientación
no expansiva puede tener sentido la aplicación del art. 69 C.P. y 1.2 y 4 L.O.R.P.M. en el
Derecho Común y especialmente, en ámbitos específicos como el Penal Militar (D.A. 1.ª
283
L.O.R.P.M.).
Las normas del Código Penal y de la Ley Orgánica 5/2000 se complementan, en lo relativo a los
jóvenes, con las que respecto de las personas entre dieciocho y veintiún años, contiene la L.O.
1/1979 de 26 de septiembre, General Penitenciaria (arts. 9.2 y 16.c) y el vigente Reglamento
Penitenciario aprobado por R.D. 190/1996 de 9 de febrero (arts. 99.4; 123; 125 y 173 a 177).
Con todo ello mejora sensiblemente el tratamiento dado a la mayor edad temprana en nuestro
Derecho Positivo.
Por lo que hace a la responsabilidad civil derivada de delito o falta de los menores de edad
penal, ésta sigue las reglas generales (arts. 1.902 y 1.903 C.C.), al igual que la referente a los
mayores de edad, como reconoce genéricamente el art. 62 L.O.R.P.M. No obstante, el art.
120.1 C.P. aclara que los padres o tutores responderán civilmente, y en defecto de los
responsables criminales, de los daños y perjuicios que se causen a consecuencia de los delitos
o faltas cometidos por los mayores de dieciocho años sujetos a su patria potestad o tutela
siempre que concurra en aquellos culpa o negligencia.
El Código Penal de 1995 contiene otras disposiciones referentes a los menores de edad, pero
esta vez contemplando a estos como sujetos pasivos de los hechos punibles. Así prevé el
ejercicio de la acción penal por mera denuncia o querella del Ministerio Fiscal en los delitos
semipúblicos o semiprivados (arts. 162.2; 191.1; 228; 287.1 y 296), la privación de la patria
potestad, tutela, curatela o guarda a los culpables de determinados delitos contra menores
(arts. 192.2; 220.4; 226.2 y 233), pronunciamientos sobre la filiación y alimentos en los delitos
contra la libertad sexual (art. 193) o la eficacia del perdón otorgado por los menores (art.
130.4) o tipifica conductas que específicamente les atacan (arts. 148.3; 181.2; 183; 185 a 189;
197.5; 224; 229 a 233; 369.1 y 9; 618 y 621), si bien, al igual que en el caso de las lesiones al
feto (arts. 157 y 158 C.P.), la cortedad de las penas con las que se castigan algunas de estas
conductas o la mala delimitación de otras conducirá muy pronto a la reforma de algunos de
estos tipos.
No obstante, hasta tanto no entre en vigor la Ley reguladora de la responsabilidad penal de los
menores, quedan subsistentes, por ministerio de la DF 7.ª y de la DD 1.º a) de la L.O. 10/ 1995
de 23 de noviembre, que aprueba el Código Penal; las normas que al respecto contenía el
Código de 1973. Éste, siguiendo un sistema biológico puro, establece la mayor edad penal en
los dieciséis años estableciendo una presunción iuris et de iure de total inimputabilidad para
los menores de esa edad (art. 8.2 C.P. 1973) que quedan sometidos a los Tribunales Tutelares
de Menores y una presunción, así mismo sin posibilidad de prueba en contrario, de
imputabilidad disminuida a favor de las personas que se encuentren entre los dieciséis y los
dieciocho años de edad para lo cual establece una circunstancia atenuante específica en su art.
9.3, con la alternativa, contemplada en su art. 65, de substituir la pena atenuada por la medida
de seguridad de internamiento en institución especial de reforma por tiempo indeterminado
hasta la completa corrección del culpable, cláusula esta última de dudosa constitucionalidad y
opuesta al punto de vista del actual Código de 1995. La responsabilidad civil de los menores de
edad se rige, en el Código de 1973, por lo dispuesto en su art. 20.1. Según éste, son
responsables civilmente en razón de los delitos por ellos cometidos quienes los tengan bajo su
potestad o guarda legal si concurre culpa o negligencia. Si nadie los tiene bajo potestad o
guarda responderán los propios menores dentro de los límites que para el embargo de bienes
señalan las Leyes de Enjuiciamiento Civil y Criminal. La responsabilidad civil de los mayores de
dieciséis y menores de dieciocho se regirá por las reglas ordinarias del Código Civil, antes
mencionadas. (V. atenuantes, circunstancias; eximentes de la responsabilidad criminal).
284
6. CIRCUNSTANCIAS MODIFICATIVAS DE LA RESPONSABILIDAD
CRIMINAL
CAPÍTULO II
De las causas que eximen de la responsabilidad criminal
Artículo 19
Los menores de dieciocho años no serán responsables criminalmente con arreglo a este
Código.
Cuando un menor de dicha edad cometa un hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo
a lo dispuesto en la ley que regule la responsabilidad penal del menor.
La Disposición Final 7.ª de la L.O. 5/2000, 12 enero, reguladora de la responsabilidad penal de
los menores («B.O.E.» 13 enero), estableció que en su fecha de entrada en vigor, el día 13 de
enero de 2001, entrarían también en vigor los artículos 19 y 69 del Código Penal. Así ocurrió
con el artículo 19, pero no con el artículo 69. Véase la nota a dicho artículo. LO 5/2000 de 12
Ene. (responsabilidad penal de los menores) LO 10/1995 de 23 Nov. (Código Penal)
Artículo 20
Están exentos de responsabilidad criminal:
1.º El que al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de cualquier anomalía o
alteración psíquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa
comprensión.
El trastorno mental transitorio no eximirá de pena cuando hubiese sido provocado por
el sujeto con el propósito de cometer el delito o hubiera previsto o debido prever su
comisión.
2.º El que al tiempo de cometer la infracción penal se halle en estado de intoxicación plena
por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias
psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos, siempre que no haya sido buscado
con el propósito de cometerla o no se hubiese previsto o debido prever su comisión, o se
halle bajo la influencia de un síndrome de abstinencia, a causa de su dependencia de tales
sustancias, que le impida comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa
comprensión.
3.º El que, por sufrir alteraciones en la percepción desde el nacimiento o desde la infancia,
tenga alterada gravemente la conciencia de la realidad.
4.º El que obre en defensa de la persona o derechos propios o ajenos, siempre que
285
concurran los requisitos siguientes:
Primero. Agresión ilegítima. En caso de defensa de los bienes se reputará agresión
ilegítima el ataque a los mismos que constituya delito o falta y los ponga en grave
peligro de deterioro o pérdida inminentes. En caso de defensa de la morada o sus
dependencias, se reputará agresión ilegítima la entrada indebida en aquélla o
éstas.
Segundo. Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
Tercero. Falta de provocación suficiente por parte del defensor.
5.º El que, en estado de necesidad, para evitar un mal propio o ajeno lesione un bien
jurídico de otra persona o infrinja un deber, siempre que concurran los siguientes
requisitos:
Primero. Que el mal causado no sea mayor que el que se trate de evitar.
Segundo. Que la situación de necesidad no haya sido provocada
intencionadamente por el sujeto.
Tercero. Que el necesitado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de
sacrificarse.
6.º El que obre impulsado por miedo insuperable.
7.º El que obre en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho,
oficio o cargo.
En los supuestos de los tres primeros números se aplicarán, en su caso, las medidas de
seguridad previstas en este Código.
CAPÍTULO III
De las circunstancias que atenúan la responsabilidad criminal
Artículo 21
Son circunstancias atenuantes:
1.ª Las causas expresadas en el capítulo anterior, cuando no concurrieren todos los
requisitos necesarios para eximir de responsabilidad en los respectivos casos.
2.ª La de actuar el culpable a causa de su grave adicción a las sustancias mencionadas en el
número 2.º del artículo anterior.
3.ª La de obrar por causas o estímulos tan poderosos que hayan producido arrebato,
obcecación u otro estado pasional de entidad semejante.
286
4.ª La de haber procedido el culpable, antes de conocer que el procedimiento judicial se
dirige contra él, a confesar la infracción a las autoridades.
5.ª La de haber procedido el culpable a reparar el daño ocasionado a la víctima, o
disminuir sus efectos, en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad a la
celebración del acto del juicio oral.
6.ª La dilación extraordinaria e indebida en la tramitación del procedimiento, siempre que
no sea atribuible al propio inculpado y que no guarde proporción con la complejidad de la
causa. Circunstancia 6.ª del artículo 21 introducida en su actual redacción por el apartado
primero del artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O.
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre
2010
7.ª Cualquier otra circunstancia de análoga significación que las anteriores.
Circunstancia 7.ª del artículo 21 renumerada por el apartado primero del artículo único de
la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal («B.O.E.» 23 junio). Su contenido literal se corresponde con el de la
anterior circunstancia 6.ª.Vigencia: 23 diciembre 2010
CAPÍTULO IV
De las circunstancias que agravan la responsabilidad criminal
Artículo 22
Son circunstancias agravantes:
1.ª Ejecutar el hecho con alevosía.
Hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra las personas
empleando en la ejecución medios, modos o formas que tiendan directa o
especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de la
defensa por parte del ofendido.
2.ª Ejecutar el hecho mediante disfraz, con abuso de superioridad o aprovechando las
circunstancias de lugar, tiempo o auxilio de otras personas que debiliten la defensa del
ofendido o faciliten la impunidad del delincuente.
3.ª Ejecutar el hecho mediante precio, recompensa o promesa.
4.ª Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación
referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que
pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, la enfermedad que padezca o su
discapacidad. Circunstancia 4.ª del artículo 22 redactada por el apartado segundo del
artículo único de la L.O. 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de
287
23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 23 junio).Vigencia: 23 diciembre 2010
5.ª Aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima, causando a ésta
padecimientos innecesarios para la ejecución del delito.
6.ª Obrar con abuso de confianza.
7.ª Prevalerse del carácter público que tenga el culpable.
8.ª Ser reincidente.
Hay reincidencia cuando, al delinquir, el culpable haya sido condenado
ejecutoriamente por un delito comprendido en el mismo título de este Código,
siempre que sea de la misma naturaleza.
A los efectos de este número no se computarán los antecedentes penales cancelados o
que debieran serlo.
CAPÍTULO V
De la circunstancia mixta de parentesco
Artículo 23
Es circunstancia que puede atenuar o agravar la responsabilidad, según la naturaleza, los
motivos y los efectos del delito, ser o haber sido el agraviado cónyuge o persona que esté o
haya estado ligada de forma estable por análoga relación de afectividad, o ser ascendiente,
descendiente o hermano por naturaleza o adopción del ofensor o de su cónyuge o conviviente.
288
1. NOCIÓN DE DERECHO PROCESAL PENAL
El Derecho procesal penal es el conjunto de normas jurídicas correspondientes al derecho
público interno que regulan cualquier proceso de carácter penal desde su inicio hasta su fin
entre el estado y los particulares tiene un carácter primordial como un estudio de una justa e
imparcial administración de justicia: la actividad de los jueces y la ley de fondo en la sentencia.
Tiene como función investigar, identificar y sancionar (en caso de que así sea requerido) las
conductas que constituyen delitos, evaluando las circunstancias particulares en cada caso y
con el propósito de preservar el orden social. El derecho procesal penal busca objetivos
claramente concernientes al orden público.
FASES
Lo Fija la jurisdicción del juez; Vincula a las partes a un órgano jurisdiccional;
INSTRUCCIÓN: Es la primera parte del proceso en que se recogen y coordinan las pruebas con
sujeción a las normas procesales, se prepara el material indispensable para la apertura del
juicio, proporcionando al juez las pruebas que han de servirle para dictar su fallo; y al M.P. y a
la defensa, los elementos necesarios para fundar sus conclusiones.
CONCLUSIONES: Cuando se declara cerrada la instrucción.
SENTENCIA: la sentencia absuelve o condena al acusado, imponiéndole la pena
correspondiente.
2. CONCEPTO DE JURISDICCIÓN Y DE COMPETENCIA
JURISDICCION Y COMPETENCIA: DELIMITACION CONCEPTUAL.
El Art. 117.3 de la CE distingue entre jurisdicción y competencia.
289
Se le denomina procesalmente competencia al conjunto de reglas que determina la atribución
de un asunto concreto a un órgano jurisdiccional particularizado.
Este concepto no es siempre tan claro, ya que la legislación da varios significados al término:
Órgano investido de jurisdicción en lo civil, penal…: Este significado tiende a resaltar la
gravedad de la sanción penal si la Sentencia es dictada por un órgano no investido de
jurisdicción, además de ser nula se comete el delito tipificado en el Art. 508.1CP.
Juez competente: significa el establecido con carácter general por las leyes de
competencia y atribuciones. Art. 24.2 CE, Art. 3.1 LOPJ y 44 LEC y 1 LECr, aseguran a las
partes, un juez predeterminado previamente de modo general, de forma que ningún
poder público ni siquiera otro órgano jurisdiccional, puede modificar la competencia.
Juez competente civil o penal: es aquél que tiene atribuido el conocimiento del asunto
o causa por razón de la materia o cuantía, o por la gravedad de la infracción, en
función de quien sea el imputado, por motivos objetivos de la función y el territorio.
Hay que analizar por que vías se llega a la atribución concreta de un asunto a un órgano
jurisdiccional. La LOPJ resuelve el problema determinando la competencia por órdenes o
competencia genérica. Esta es fácil de establecer en el orden civil o penal pero no tanto en el
plano administrativo. En este sentido se considera al orden civil como general y con `'vis
atractiva'', porque los tribunales civiles conocen de las materias que le son propias y de todas
aquellas que no estén atribuidas a un orden jurisdiccional.
En cuanto al tratamiento procesal el Art. 9.6 LOPJ dice `'la jurisdicción es improrrogable''. Por
lo que de un proceso civil tan sólo puede conocer el orden jurisdiccional civil, de uno laboral
uno del orden social,,, sin que exista posibilidad de sumisión siendo en caso contrario el acto
judicial producido con manifiesta falta de jurisdicción.
LA COMPETENCIA INTERNACIONAL.
Los tribunales españoles o los de cualquier otro estado no pueden conocer de cualquier litigio
de naturaleza civil que se produzca en el mundo si no tiene algún tipo de conexión con nuestro
país o nuestro ordenamiento. Por ello los estados tienen que establecer límites a la
jurisdicción, y las normas que regulan estos límites se les llama normas de competencia
internacional.
290
3. LOS ÓRGANOS DE LA JURISDICCIÓN PENAL
Tribunal supremo
Audiencia Nacional
Tribunal Superior de Justicia
Audiencia provincial
Los Juzgados
TRIBUNAL SUPREMO (ART. 53 Y S.S. LOPJ)
Jurisdicción: Es el órgano superior en todos los órdenes jurisdiccionales (civil, penal,
contencioso‐administrativo y social). No es posible recurrir una decisión del Tribunal Supremo,
salvo ante el Tribunal Constitucional y únicamente alegando que la Administración de Justicia
ha lesionado algún derecho o libertad fundamental recogido en la Constitución. Tiene
jurisdicción en toda España y su sede está en Madrid.
Composición: El Tribunal Supremo se compone de su Presidente/a, los presidentes/as de Sala
y los Magistrados/as que determine la Ley para cada una de sus Salas.
Está integrado por cinco Salas: la Sala Primera (Civil), La Sala Segunda (Penal), La Sala Tercera
(Contencioso–Administrativo); la Sala Cuarta (Social) y la Sala Quinta (Militar), que a su vez
pueden estar divididas en Secciones.
Los Magistrados/as de las distintas Salas del Tribunal Supremo se nombran entre miembros de
la Carrera Judicial con diez años, al menos, de servicios en la categoría de Magistrado/a y no
menos de quince en la carrera judicial, y entre juristas de reconocida competencia con más de
quince años en el ejercicio profesional.
291
AUDIENCIA NACIONAL (ART. 62 Y S.S. LOPJ)
Jurisdicción: La Audiencia Nacional es un tribunal con jurisdicción en toda España. Su sede se
encuentra en Madrid. Conoce de determinados casos por razón de su materia, tanto en
instancia como en apelación.
Composición: Este tribunal se integra del siguiente modo:
Un orden jurisdiccional penal con dos salas, la Sala de lo Penal y la Sala de Apelación
(determinados delitos contra la Corona o miembros de Gobiernos, delitos de crimen
organizado como terrorismo, narcotráfico, falsificación de moneda, y de delitos
cometidos fuera del territorio nacional).
Un orden jurisdiccional contencioso‐administrativo con la Sala de lo Contencioso‐
Administrativo (recursos contra actos de Ministros/as y Secretarios/as de Estado).
Un orden jurisdiccional social con la Sala de lo Social (impugnación de convenios
colectivos de ámbito superior al de la Comunidad Autónoma).
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA (ART. 60 Y S.S. LOPJ)
Jurisdicción: Este Tribunal es el órgano judicial superior de la Comunidad Autónoma, y tiene
jurisdicción en todo su territorio.
Composición: Existe un Presidente/a del Tribunal Superior de Justicia, un Presidente para cada
una de las Salas, un Presidente/a para cada una de las secciones en que pueda dividirse cada
Sala y un número de Magistrados/as variable en función del volumen de trabajo del Tribunal.
Está integrado por tres Salas: Sala de lo Civil y Penal, Sala de lo Contencioso‐Administrativo y
Sala de lo Social.
AUDIENCIAS PROVINCIALES (ART. 80 Y S.S. LOPJ)
Jurisdicción: Las Audiencias Provinciales tienen sus sedes en las capitales de provincia, y
extienden su jurisdicción a todo su territorio.
Composición: Están integradas por dos o más secciones que entienden de materias civiles y
penales, sobre todo en apelación (segunda instancia).
JUZGADOS (ART. 84 Y S.S. LOPJ)
Existen varios tipos de Juzgados, dependiendo de la materia que se juzgue:
Juzgados de Primera Instancia: Tienen jurisdicción en el partido judicial donde se encuentran,
y conocen de reclamaciones civiles entre particulares. El juez o jueza de Primera Instancia es el
292
encargado/a del Registro Civil, donde se realizan las anotaciones y registran inscripciones de
nacimiento, defunción, fe de vida, nacionalidad, matrimonio etc.
Juzgados de Instrucción: Su jurisdicción se extiende al partido judicial, e investigan delitos y los
presuntos culpables, pudiendo ordenar su prisión provisional.
Juzgados de lo Contencioso‐Administrativo: Tienen jurisdicción en toda la provincia y sede en
la capital de la misma, y resuelven los recursos planteados contra actuaciones de la
Administración Pública.
Juzgados de lo Social: Su jurisdicción se extiende a toda la provincia y tiene sede en la capital
de la misma. Conocen de conflictos que se planteen entre la empresa y sus trabajadores/as, de
reclamaciones a la Seguridad Social o contra el Estado, si la legislación laboral le atribuye
responsabilidad.
Juzgados de Vigilancia Penitenciaria: Tienen jurisdicción en toda la provincia y pertenecen al
orden penal. Controlan la ejecución de penas privativas de libertad, resolviendo todo lo
concerniente a las personas internas en Centros Penitenciarios.
Juzgados de Menores: Su jurisdicción se extiende a toda la provincia y tiene su sede en la
capital de la misma. Dentro del orden penal, conoce de los delitos y faltas cometidos por
menores.
Juzgados de Paz: Existe un Juzgado de Paz en aquellos municipios donde no haya un juzgado
de primera instancia e instrucción. Su jurisdicción se extiende a ese municipio. El juez de paz
no pertenece a la carrera judicial, pero sí tiene funciones jurisdiccionales, resolviendo
cuestiones civiles y penales de menor relevancia. Los juzgados de paz también cumplen las
funciones de Registro Civil.
¿Cuál es la diferencia entre un juzgado y un tribunal?
En un juzgado, es sólo una juez o jueza la que ostenta el más alto cargo dentro del juzgado. Es
en el juzgado donde se comienzan las reclamaciones judiciales (salvo las que se resuelven en
los juzgados de paz). Por eso se dice que juzgan en primera instancia.
Estos órganos, denominados unipersonales, son los siguientes:
Juzgados de Primera Instancia
Juzgados de Instrucción
Juzgados de lo Penal
Juzgados de lo Social
Juzgados de Vigilancia Penitenciaria
Juzgados de Menores
Juzgados de los Contencioso‐Administrativo
Registro Civil
En los Tribunales o en las Audiencias son varios magistrados o magistradas las que juzgan, y
uno/a de ellos/as ostenta la Presidencia. Se dividen en Salas o en Secciones, y
fundamentalmente resuelven los asuntos que se han juzgado en primera instancia, pero que
293
se han recurrido por no estar de acuerdo con la sentencia.
Estos órganos, denominados órganos colegiados, son lo siguientes:
Tribunal Supremo
Audiencia Nacional
Tribunales Superiores de Justicia
Audiencias Provinciales
4. CONCEPTO DE DENUNCIA Y LA OBLIGACIÓN DE DENUNCIAR
LA DENUNCIA
Es una declaración de conocimiento
Consiste en un acto de información a la autoridad competente de la comisión de un hecho con
apariencia de delito o falta
El denunciante es el sujeto que pone en conocimiento de la autoridad competente la comisión
de un hecho delictivo:
a. Si el delito cometido es perseguible de oficio o público, cualquier persona puede el
denunciante.
b. Si el delito es perseguible a instancia de parte, el sujeto denunciante debe cumplir una serie
de requisitos de capacidad y legitimación.
OBLIGACIÓN DE DENUNCIAR
Todo sujeto que tenga conocimiento de un delito perseguible de oficio con las exenciones
genéricas:
a. Por razón de parentesco
b. Por razón de secreto profesional
Según el artículo 259 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal tendrá la obligación de denunciar el
que presenciare la perpetración de cualquier delito público bajo multa de 25 a 250 pesetas
(0,15 a 1,50 euros). Cuando la denuncia es anónima, se llama delación.
ÓRGANOS COMPETENTES PARA RECIBIR Y CURSAR DENUNCIAS
a. Los Jueces y Tribunales
b. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
294
c. El Ministerio Fiscal
LA DENUNCIA PUEDE REALIZARSE DE DOS FORMAS:
a. Denuncia oral: requiere la presencia del denunciante y la firma tanto de este como del
agente de la autoridad o funcionario que la reciba
b. Denuncia escrita: no requiere la presencia física del denunciante; se puede plantear a través
de un mandatario
Las denuncias pueden estar sujetas a múltiples clasificaciones. La más común, no obstante, es
la que realiza la diferencia en función del sujeto que la realiza, distinguiendo así cuatro tipos de
denuncia:
a. Delación
b. Denuncia pública
c. Denuncia pública particular
d. Denuncia particular
La denuncia y la querella son dos cosas diferentes. A diferencia de la denuncia, en la querella
quien la presenta se convierte en parte acusadora en el proceso penal.
295
4. La ley regulará el procedimiento de “hábeas corpus” para producir la inmediata puesta a
disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se
determinará el plazo máximo de duración de la prisión provisional.
En desarrollo de la Constitución, la L.E.CR. regula lo relativo a la detención en los Arts. 489 y
siguientes.
En la detención hay que distinguir un sujeto activo, o persona que puede llevarla a cabo, y un
sujeto pasivo, que lógicamente, será quien sufra esa limitación de su derecho fundamental.
Ningún español ni extranjero podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que las leyes
prescriban.
Sujetos activos de la detención son:
A) La Autoridad judicial y el Ministerio Fiscal
B) Los agentes de la Autoridad (Policía Judicial)
C) Los ciudadanos
D) La Autoridad gubernativa, en los supuestos de estado de alarma y excepción y en
los contemplados en la Ley 1/92 sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.
CASOS EN QUE PROCEDE LA DETENCIÓN:
1) DETENCION POR CIUDADANOS. El Art. 490 de la L.E.Cr. dispone que cualquier persona
puede detener:
1) Al que intentara cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo.
2) Al delincuente “in fraganti”.
3) Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.
4) Al que se fugare de la cárcel en que estuviera esperando su traslado al establecimiento
penal o lugar en que deba cumplir la condena que se le hubiese impuesto por sentencia firme.
5) Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el número
anterior.
6) Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.
7) Al procesado o condenado que estuviera en rebeldía.
2) DETENCIÓN POR AUTORIDAD O AGENTE.
Mientras que la detención del particular es potestativa, la de la autoridad se impone como una
obligación, incluso reforzada penalmente con el delito de ABANDONO DE DESTINO Y DE LA
OMISIÓN DEL DEBER DE PERSEGUIR DELITOS, previstos en los artículos 407, 408 y 409 del
Código Penal. Según el Art. 492, la autoridad o agente de Policía Judicial tendrán la obligación
de detener:
1) A cualquiera que se halle en alguno de los casos previstos en el artº 490.
2) Al que estuviere procesado por delito, que tenga señalado en el Código Penal pena
superior a Prisión Correccional.
3) Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las
circunstancias del hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado
por la Autoridad judicial.
296
4) A toda persona, no procesada, cuando la Autoridad o sus Agentes tuviesen motivos
racionalmente bastantes, de la existencia de un delito, e iguales motivos de su
participación en él de dicha persona.
Con carácter cautelar, puede también procederle a la detención por orden de la Autoridad
gubernativa competente, de:
A) Los extranjeros sometidos a expediente de expulsión, en los casos y con las garantías
señaladas por la ley.
B) Los sometidos a expediente de extradición.
Puede ocurrir que la autoridad o agente de Policía que intervenga no considere la necesidad
de detener a una persona, porque no se encuentre comprendida en alguno de los supuestos
contemplados como obligatorios para proceder a la detención; en estos casos, dicha autoridad
o agente tomará nota del nombre, apellidos, domicilio, así como del resto de circunstancias
bastantes para la averiguación e identificación de la persona del procesado o del delincuente.
Esta nota será oportunamente entregada al Juez o Tribunal que conozca o deba conocer de la
causa.
Detención por la comisión de faltas; Dada la escasa gravedad de la infracción penal, castigada
con penas leves, y lo improbable que el infractor rompa con sus hábitos sociales y familiares
para ponerse fuera del alcance de la Justicia, el legislador ha determinado como regla general
que no puede detenerse por la comisión de simples faltas, estableciendo una importante
excepción.
Según el Art. 495, “No se podrá detener por simples faltas salvo que el presunto reo no tenga
domicilio conocido y que no dé fianza bastante, a juicio de la autoridad o agente que intente
detenerle”.
Detención para la identificación de personas; La Ley Orgánica 1/92, de 21 de febrero, sobre
Protección de la Seguridad Ciudadana, refleja en su art. 20, que los agentes de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad podrán requerir en el ejercicio de sus funciones de indagación o
prevención, la identificación de las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía
pública o en el lugar donde se hubiere hecho el requerimiento, siempre que el conocimiento
de la identidad de las personas requeridas fuere necesario para el ejercicio de las funciones de
protección de la seguridad que a los agentes encomiendan la presente Ley y la Ley Orgánica
de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
De no lograrse la identificación por cualquier modo y cuando resulte necesario a los mismos
fines del apartado anterior, los agentes para impedir la comisión de un delito o falta o al objeto
de sancionar una infracción, podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados a que les
acompasen a dependencias próximas y que cuenten con medios adecuados para realizar las
diligencias de identificación, a estos solos efectos y por el tiempo imprescindible, en el marco
de la L.E.Cr. y el Código Penal.
Sobre el control y registro de personas y vehículos en la vía pública se ha manifestado el
Tribunal Constitucional a través de un auto, declarando que la detención por el tiempo mínimo
imprescindible para realizar tales operaciones no constituye ni formal ni materialmente una
detención.
297
Supuestos en que no procede la detención.
1) El Rey goza de inviolabilidad absoluta. Según el Art. 56 .3 de la constitución, la persona del
Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.
2) El Defensor del Pueblo, que gozará de inviolabilidad absoluta por las opiniones que formule
o actos que realice en el ejercicio de las competencias propias de su cargo.
3) Los diputados y senadores y los representantes de las Cámaras autonómicas, gozan
también de inviolabilidad absoluta por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus
funciones.
Supuestos en que sólo procede la detención en flagrante delito.
1) El Defensor del pueblo: En otros supuestos, mientras que ejerza su función, no podrá ser
detenido salvo en casos de flagrante delito, correspondiendo su inculpación, procesamiento y
juicio a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Prerrogativa que son aplicables a sus dos
adjuntos en cumplimiento de sus funciones.
2) Los diputados y senadores, podrán ser detenidos en flagrante delito dando cuenta
inmediatamente al Presidente de la Cámara respectiva. Para ser inculpados y procesados se
requiere la autorización de ésta.
3) Parlamentarios autonómicos, su inculpación, prisión, procesamiento y juicio corresponde al
Tribunal Superior de Justicia de la Cámara respectiva, salvo que hubieran delinquido fuera de
su Comunidad, corresponderá a la Sala II del Tribunal Supremo.
4) Jueces, Magistrados y miembros del Ministerio Fiscal. Para ser detenidos en los supuestos
que no sean “in fraganti” se requiere orden del juez competente, debiéndose dar cuenta
inmediata de su detención al Presidente del Tribunal o Audiencia de quien dependa.
5) Miembros de gobierno Central o Autonómico. Los Estatutos de autonomía establecen
cono regla general que los miembros de gobiernos autonómicos solo pueden ser detenidos en
caso de flagrante delito, decidiendo su inculpación, procesamiento y juicio el Tribunal Superior
de Justicia. Con respecto a miembros del Gobierno nada dice la ley al respecto, entendiéndose
que también podrán ser detenidos en caso de flagrante delito, correspondiendo su
inculpación, procesamiento y juicio a la Sala II del Tribunal Supremo.
6) Jefes Estado extranjeros, los representantes diplomáticos y miembros de las delegaciones
diplomáticas y sus familiares, si son detenidos por flagrante delito deberán ser puestos a
disposición de sus gobiernos, pues solo están sometidos a la ley de su país.
7) Funcionarios consulares. Además de los casos de flagrante delito, pueden ser detenidos
cuando se trate delito grave y por decisión de la autoridad judicial competente, comunicando
la detención inmediatamente a su Estado por vía diplomática, según dispone el Convenio de
Viena de 1963 suscrito por España.
Supuestos que procede la detención con especiales formalidades.
1) Las autoridades y funcionarios, podrán ser detenidos en cualquier caso, comunicando la
detención al superior de quienes dependan.
2) Los militares podrán ser detenidos salvo que estuvieren desempeñando un servicio de
armas u otra función esencialmente militar, en cuyo caso sólo podrán ser detenidos por sus
jefes, a no ser que estuvieran fuera del alcance de los mismos y comunicarlo al Superior en
rango o encargado del acuartelamiento.
Según el Art. 173 de las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, cualquiera de sus
miembros que fuere detenido tiene derecho y deber de comunicar inmediatamente con sus
298
superiores, y no se le podrá retener en dependencias policiales o gubernativas, más tiempo
que el imprescindible para la formación del Atestado o diligencias. Una vez practicadas el
detenido será entregado la autoridad judicial competente.
Derechos del detenido
El artículo 17.3 de la C.E. señala que: “Toda persona detenida debe ser informada de forma
inmediata y de modo que le sea compresible, de sus derechos y de las razones de su
detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al
detenido en las diligencias policiales y judiciales, en los términos que la ley establezca”.
A tal efecto, la L.E.Cr. (art.520.2), dispone lo siguiente:
1) A guardar silencio; a no declarar si no quiere; a no contestar alguna o algunas de las
preguntas que le formulen o a manifestar que sólo declarará ante el Juez.
2) A no declarar contra si mismo y a no declarase culpable.
3) A designar Abogado y a solicitar su presencia en las diligencias policiales y judiciales de
declaración e intervenga en todo reconocimiento de identidad de que sea objeto. Si el
detenido no designara Abogado, se le nombrará de oficio.El nombramiento de Abogado
por designación del propio interesado o de oficio es imprescindible, salvo que se tratara de
hechos tipificados exclusivamente como delitos contra la seguridad del tráfico, en los que
el detenido puede renunciar a la preceptiva asistencia de Abogado.
4) A que se ponga en conocimiento del familiar o persona que desee, el hecho de la
detención y el lugar de custodia. si se tratase de extranjeros, pueden pedir que tales
circunstancias se comuniquen a la Oficina Consular de su país.
5) A ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando se trate de extranjero que no
comprenda o hable el castellano.
6) Derecho a ser reconocido por el Médico Forense o su sustituto legal o en su defecto, por el
de la Institución en que se encuentre o el de otra de carácter estatal o perteneciente a las
administraciones públicas.
Límites de los derechos del detenido
Estos límites están establecidos en el art. 527 de la L.E.Cr. al disponer lo siguiente:
“El detenido o preso, mientras se halle incomunicado, no podrá disfrutar de los derechos
expresados en el presente capítulo, (visitas, correspondencia, comodidades especiales, etc.)
con excepción de los establecidos en el Art. 520, con las siguientes modificaciones”.
A) En todo caso, su abogado será designado de oficio.
B) No tendrá derecho a la comunicación prevista en el apartado d) del número 2, (en
nuestro tema equivale al apartado 4).
C) Tampoco tendrá derecho a la entrevista con su abogado prevista en el apartado c) nº6.:
entrevistarse reservadamente con el detenido al término de la práctica de las diligencia en que
hubiere intervenido).
299
Diligencias relacionadas con la detención de una persona
1. Diligencia de identificación de sospechosos del hecho por el que se instruyen las
actuaciones.Cuando en investigaciones anteriores no hubiere quedado determinada o
patente dicha filiación, se expresarán los datos identificativos de que dispongan y las
razones por las que se estima la participación de los mismos en los hechos.
2. Diligencia comisionando a determinados agentes para la detención.
3. Diligencia de detención, con expresión del lugar, fecha y hora en que se ha producido y
circunstancias o incidentes ocurridos durante dicha detención.
4. Diligencia de información de derechos, consignando las manifestaciones del detenido
respecto de las mismas, su firma o, en su caso, expresando que se niega a firmar.
5. Reseña de los efectos personales y objetivos encontrados en poder del detenido.
6. Diligencia haciendo constar que se da cuenta a la autoridad judicial de la detención y
lugar de custodia, que ha de hacerse inmediatamente, o a lo sumo, dentro de las 24
horas.
7. Diligencia de comunicación al Abogado designado por el detenido, o, en su caso, de
aviso al Abogado de oficio.
8. De haberlo así solicitado el detenido, deberá incluirse las diligencias de solicitud de
reconocimiento médico, de su práctica, aportando el informe del facultativo, as! como
las de petición, llamamiento y concurrencia de intérprete; la de aviso a familiares o
persona designada del hecho de la detención y del lugar de custodia.
9. Diligencia de antecedentes policiales del detenido.
10. Y, en su caso, la de libertad del mismo.
LA ASISTENCIA LETRADA
El artº 24.1 de la Constitución Española reconoce a todas las personas el “derecho a obtener la
tutela efectiva de los Jueces y Tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos,
sin que en ningún caso pueda producirse indefensión”.
Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a
la asistencia de letrado. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias
policiales y judiciales.
Todas las autoridades y funcionarios que intervengan en el procedimiento penal cuidaran,
dentro de los límites de su respectiva competencia, de consignar y apreciar las circunstancias
así adversas como favorables al presunto reo, y estarán obligados, a falta de disposición
expresa, a instruir a éste de sus derechos y de los recursos que pueda ejercitar, mientras no se
hallare asistido de defensor.
PUESTA A DISPOSICIÓN JUDICIAL DEL DETENIDO
La culminación del procedimiento señalado en la Ley, en cuanto a la detención, modos, formas
y tiempo máximo, es la puesta a disposición de la Autoridad Judicial, que deba conocer del
caso, del detenido, así como las pruebas realizadas, efectos intervenidos y el conjunto de
diligencias que conforman el Atestado policial.
La autoridad judicial, una vez revisado el caso, ordenará, bien la puesta en libertad del
detenido o su ingreso en prisión.
300
DESTINO DE LA DETENCION
Si la entrega del detenido se hace al Juez que lleva la causa éste, podrá, por auto motivado,
elevar la detención a prisión provisional o decretar su puesta en libertad en el plazo de setenta
y dos horas.
Si la entrega se hace a Juez distinto del que conoce la causa caben tres alternativas:
1) Que se siga sumario por otro juzgado. En este supuesto, el órgano que ha recibido al
detenido se limitará a tomar los datos de quien realiza la entrega, así como los del
detenido y motivos de la detención; acto seguido y tras haber realizado tal diligencia,
el Juez remitirá las diligencias y el detenido al órgano competente.
2) Que no se haya iniciado todavía el sumario. En este caso el órgano receptor realizará
las primeras diligencias y de éstas decretará la prisión o libertad para el detenido, todo
ello dentro del plazo de setenta y dos horas, pasando acto seguido las actuaciones y el
preso, en su caso, al Juez competente.
3) Que hubiere recaído condena. En este caso el órgano jurisdiccional que recibiera al
detenido se limitará a enviarlo a la prisión donde deba cumplir condena.
De todas estas actuaciones, se dará cuenta al Ministerio Fiscal, así como al querellante
particular si lo hubiere, y al procesado, quien tendrá el derecho a alegar en este sentido lo que
estime conveniente.
LA DETENCIÓN PREVENTIVA SEGÚN LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA
La detención preventiva se halla regulada en la legislación española por:
1) La Constitución española: En su artículo 17.2 establece el mandato constitucional: «no
podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones
tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y
dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la autoridad judicial».
En su artículo 55.2 matiza que este derecho, mediante una Ley orgánica, puede ser suspendido
«para personas determinadas, en relación con las investigaciones correspondientes a la
actuación de bandas armadas o elementos terroristas».
2) La Ley de Enjuiciamiento Criminal, en sus artículos 489 a 544. Regulando los casos en que
tanto la polícia como los particulares pueden detener a una persona, así como la puesta a
disposición judicial de los detenidos. Cabe mencionar el artículo 520 bis que permite ampliar
las 72 horas con una prórroga de hasta 48 horas más, autorizada por un juez, en el caso de
bandas armadas o elementos terroristas.
3) El Código Penal, artículos 163 a 168 y 530 en lo referente a detenciones ilegales y
secuestros.
4) La Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio, artículo
17, sobre la detención decretada por Autoridad Gubernativa por sospecha de provocar
alteraciones del orden público durante el estado de excepción, que establece un plazo máximo
301
de 10 días.
5) La Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana,
artículo 20, en lo referente a la obligación de acudir a las dependencias policiales para facilitar
la identificación de las personas, no considerándose este caso detención.
No debe confundirse la detención preventiva con la prisión provisional, que es un auto en el
que se decreta provisionalmente el ingreso en prisión por un juez, provisionalmente, a la
espera de la celebración de un juicio.
REGULACION NORMATIVA DE LA DETENCION (AMPLIACION)
CAPÍTULO II
DE LA DETENCIÓN
Artículo 489
Ningún español ni extranjero podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que las leyes
prescriban.
Artículo 490
Cualquier persona puede detener:
1.º Al que intentare cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo.
2.º Al delincuente, «in fraganti».
3.º Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.
4.º Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su traslación al
establecimiento penal o lugar en que deba cumplir la condena que se le hubiese impuesto
por sentencia firme.
5.º Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el número
anterior.
6.º Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.
7.º Al procesado o condenado que estuviere en rebeldía.
Artículo 491
El particular que detuviere a otro justificará, si éste lo exigiere, haber obrado en virtud de
motivos racionalmente suficientes para creer que el detenido se hallaba comprendido en
alguno de los casos del artículo anterior.
302
Artículo 492
La autoridad o agente de policía judicial tendrá obligación de detener:
1.º A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.
2.º Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código pena superior a
la de prisión correccional.
3.º Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las
circunstancias del hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado por
la Autoridad judicial.
Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado que preste en el acto
fianza bastante, a juicio de la Autoridad o agente que intente detenerlo, para presumir
racionalmente que comparecerá cuando le llame el Juez o Tribunal competente.
4.º Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase
procesado, con tal que concurran las dos circunstancias siguientes:
1.ª Que la Autoridad o agente tenga motivos racionalmente bastantes para creer
en la existencia de un hecho que presente los caracteres de delito.
2.ª Que los tenga también bastantes para creer que la persona a quien intente
detener tuvo participación en él.
Artículo 493
La Autoridad o agente de Policía judicial tomará nota del nombre, apellido domicilio y demás
circunstancias bastantes para la averiguación e identificación de la persona del procesado o
delincuente a quienes no detuviere por no estar comprendidos en ninguno de los casos del
artículo anterior.
Esta nota será oportunamente entregada al Juez o Tribunal que conozca o deba conocer de la
causa.
Artículo 494
Dicho Juez o Tribunal acordará también la detención de los comprendidos en el artículo 492, a
prevención con las Autoridades y agentes de Policía judicial.
Artículo 495
No se podrá detener por simples faltas, a no ser que el presunto reo no tuviese domicilio
conocido ni diese fianza bastante, a juicio de la Autoridad o agente que intente detenerle.
Artículo 496
El particular, Autoridad o agente de Policía judicial que detuviere a una persona en virtud de lo
dispuesto en los precedentes artículos, deberá ponerla en libertad o entregarla al Juez más
próximo al lugar en que hubiere hecho la detención dentro de las veinticuatro horas siguientes
303
al acto de la misma.
Si demorare la entrega, incurrirá en la responsabilidad que establece el Código Penal, si la
dilación hubiere excedido de veinticuatro horas.
Artículo 497
Si el Juez o Tribunal a quien se hiciese la entrega fuere el propio de la causa, y la detención se
hubiese hecho según lo dispuesto en los números 1.º, 2.º y 6.º, y caso referente al procesado
del 7.º del artículo 490, y 2.º, 3.º y 4.º del artículo 492, elevará la detención a prisión, o la
dejará sin efecto, en el término de setenta y dos horas, a contar desde que el detenido le
hubiese sido entregado.
Lo propio y en idéntico plazo, hará el Juez o Tribunal respecto de la persona cuya detención
hubiere él mismo acordado.
Artículo 498
Si el detenido, en virtud de lo dispuesto en el número 6.º y primer caso del 7.º del artículo 490
y 2.º y 3.º del artículo 492, hubiese sido entregado a un Juez distinto del Juez o Tribunal que
conozca de la causa, extenderá el primero una diligencia expresiva de la persona que hubiere
hecho la detención, de su domicilio y demás circunstancias bastantes para buscarla e
identificarla, de los motivos que ésta manifestase haber tenido para la detención, y del
nombre, apellido y circunstancias del detenido.
Esta diligencia será firmada por el Juez, el Secretario, la persona que hubiese ejecutado la
detención y las demás concurrentes. Por el que no lo hiciere firmarán dos testigos.
Inmediatamente después serán remitidas estas diligencias a la persona del detenido a
disposición del Juez o Tribunal que conociese de la causa.
Artículo 499
Si el detenido lo fuese por estar comprendido en los números 1.º y 2.º del artículo 490 y en el
4.º del 492, el Juez de instrucción a quien se entregue practicará las primeras diligencias y
elevará la detención a prisión o decretará la libertad del detenido según proceda, en el
término señalado en el artículo 497.
Hecho esto, cuando él no fuese Juez competente, remitirá a quien lo sea las diligencias y la
persona del preso, si lo hubiere.
Artículo 500
Cuando el detenido lo sea por virtud de las causas 3.ª, 4.ª, 5.ª, y caso referente al condenado
de la 7.ª, del artículo 490, el Juez a quien se entregue o que haya acordado la detención,
dispondrá que inmediatamente sea remitido al establecimiento o lugar donde debiera cumplir
su condena.
Artículo 501
El auto elevando la detención a prisión o dejándola sin efecto, se pondrá en conocimiento del
304
Ministerio Fiscal, y se notificará al querellante particular si lo hubiere, y al procesado, al cual se
le hará saber asimismo el derecho que le asiste para pedir de palabra o por escrito la
reposición del auto, consignándose en la notificación las manifestaciones que hiciere.
5. EL PROCEDIMIENTO HABEAS CORPUS
DERECHOS DEL DETENIDO
El procedimiento habeas corpus ha sido diseñado para proteger la libertad del individuo, de
ahí que esté reconocido constitucionalmente en el artículo 17.4 CE: “la ley regulará un
procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a disposición judicial de
toda persona detenida ilegalmente”. La regulación de este procedimiento constituye, por
consiguiente, un mandato constitucional y compromete a todos los poderes públicos ante los
ciudadanos.
RAZÓN DE SER DEL HABEAS CORPUS
El habeas corpus es una institución que, motivada por la protección del derecho fundamental
a la libertad individual, consiste en la comparecencia ante el juez del detenido ilegalmente.
Éste podrá exponer sus motivos por los que considera que ha sido privado de su libertad de
forma no justificada legalmente.
Con motivo del mandato constitucional el legislador aprobó la Ley Orgánica 6/1984, de 24 de
mayo, reguladora del procedimiento de habeas corpus, la cual responde a la necesidad de
defender el derecho de libertad ante las posibles arbitrariedades de los poderes públicos.
PRINCIPIOS BÁSICOS DEL HABEAS CORPUS
La regulación del habeas corpus responde a cuatro principios básicos:
1. Principio de agilidad: el procedimiento de habeas corpus es extraordinariamente rápido,
reduciendo su máxima duración a veinticuatro horas.
2. Sencillez y carencia de formalismos: es un procedimiento bastante sencillo, ya que consiste
en la comparecencia del detenido ilegal ante el juez. Además la asistencia de Abogado y
Procurador no es preceptiva.
3. Generalidad: comprende tanto la pluralidad de sujetos legitimados para instar el
procedimiento, como que ningún particular o agente de la autoridad puede sustraerse al
control judicial en la detención de las personas, es decir, no podrán oponerse a un
procedimiento habeas corpus.
4. Universalidad: hace referencia a que se puede instar cualquier privación de libertad. La
universalidad provoca que esta tutela no se limite a los supuestos de detenciones ilegales, sino
también a cualquiera que, aun siendo legal, se prolongue ilegalmente. A estos efectos se
entiende por personas ilegalmente detenidas.
305
REQUISITOS DEL HABEAS CORPUS
Los requisitos que configuran este procedimiento son los siguientes:
1. Competencia: será competente el Juez de Instrucción del lugar en que se encuentre la
persona detenida, el del lugar en que se haya producido la detención o el del lugar donde se
hubieren tenido las últimas noticias del paradero del detenido, (art. 2 LO 6/1984).
2. Legitimación: están legitimados para instar un procedimiento de habeas corpus, el privado
de libertad, su cónyuge o persona unida a él por análoga relación de afectividad,
descendientes, ascendientes, hermanos, representantes legales de menores o incapacitados,
el Ministerio Fiscal, el Defensor del Pueblo o el órgano jurisdiccional competente, (art. 3 LO
6/1984).
3. Procedimiento: el procedimiento se inicia mediante escrito o comparecencia, salvo en los
casos en que se inicie el proceso de oficio. Una vez que el juez examine los requisitos para su
tramitación, dará traslado al Ministerio Fiscal, acordándose auto de incoación contra el que no
cabe recurso alguno, (art.6 LO 6/1984). Una vez dictado el auto y tras haber oído a ambas
partes, se dictará un plazo de veinticuatro horas para dictar la resolución.
4. Resolución. Ésta tendrá forma de auto y su contenido podrá ser:
. ‐ Archivo de las actuaciones, en el caso en que el juez estime que la privación de libertad se
ha realizado conforme a derecho.
.‐ Estimatoria a la petición, acordándose en este caso bien la puesta en libertad del detenido
si la privación fue ilegal; bien la continuación de la misma pero bajo las condiciones legalmente
establecidas; o bien, el traslado inmediato a disposición judicial.
6. EL MINISTERIO FISCAL: FUNCIONES
Ley 50/1981, 30 diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.
TITULO PRIMERO
Del Ministerio Fiscal y sus funciones
CAPITULO PRIMERO
Del Ministerio Fiscal
Artículo primero
El Ministerio Fiscal tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la
legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de oficio
o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales, y
306
procurar ante éstos la satisfacción del interés social.
Artículo segundo
Uno. El Ministerio Fiscal es un órgano de relevancia constitucional con personalidad jurídica
propia, integrado con autonomía funcional en el Poder Judicial, y ejerce su misión por medio
de órganos propios, conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia
jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los de legalidad e imparcialidad.
Apartado uno del artículo segundo redactado por el número uno del artículo único de la Ley
24/2007, de 9 de octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de diciembre,
reguladora del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 10 octubre).Vigencia: 11
octubre 2007
Dos. Corresponde al Ministerio Fiscal esta denominación con carácter exclusivo.
CAPITULO II
De las funciones del Ministerio Fiscal
Artículo tercero
Para el cumplimiento de las misiones establecidas en el artículo 1, corresponde al Ministerio
Fiscal:
1. Velar por que la función jurisdiccional se ejerza eficazmente conforme a las leyes y en
los plazos y términos en ellas señalados, ejercitando, en su caso, las acciones, recursos y
actuaciones pertinentes.
2. Ejercer cuantas funciones le atribuya la ley en defensa de la independencia de los jueces
y tribunales.
3. Velar por el respeto de las instituciones constitucionales y de los derechos
fundamentales y libertades públicas con cuantas actuaciones exija su defensa.
4. Ejercitar las acciones penales y civiles dimanantes de delitos y faltas u oponerse a las
ejercitadas por otros, cuando proceda.
5. Intervenir en el proceso penal, instando de la autoridad judicial la adopción de las
medidas cautelares que procedan y la práctica de las diligencias encaminadas al
esclarecimiento de los hechos o instruyendo directamente el procedimiento en el ámbito
de lo dispuesto en la Ley Orgánica reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores,
pudiendo ordenar a la Policía Judicial aquellas diligencias que estime oportunas. Apartado
5 del artículo tercero redactado por el número dos del artículo único de la Ley 24/2007, de
9 de octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, reguladora del
Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 10 octubre).Vigencia: 11 octubre 2007
6. Tomar parte, en defensa de la legalidad y del interés público o social, en los procesos
307
relativos al estado civil y en los demás que establezca la ley.
7. Intervenir en los procesos civiles que determine la ley cuando esté comprometido el
interés social o cuando puedan afectar a personas menores, incapaces o desvalidas en
tanto se provee de los mecanismos ordinarios de representación.
8. Mantener la integridad de la jurisdicción y competencia de los jueces y tribunales,
promoviendo los conflictos de jurisdicción y, en su caso, las cuestiones de competencia
que resulten procedentes, e intervenir en las promovidas por otros.
9. Velar por el cumplimiento de las resoluciones judiciales que afecten al interés público y
social.
10. Velar por la protección procesal de las víctimas y por la protección de testigos y
peritos, promoviendo los mecanismos previstos para que reciban la ayuda y asistencia
efectivas. Apartado 10 del artículo tercero redactado por el número dos del artículo único
de la Ley 24/2007, de 9 de octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de
diciembre, reguladora del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 10
octubre).Vigencia: 11 octubre 2007
11. Intervenir en los procesos judiciales de amparo así como en las cuestiones de
inconstitucionalidad en los casos y forma previstos en al Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional. Apartado 11 del artículo tercero redactado por el número dos del artículo
único de la Ley 24/2007, de 9 de octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de
diciembre, reguladora del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 10
octubre).Vigencia: 11 octubre 2007
12. Interponer el recurso de amparo constitucional, así como intervenir en los procesos de
que conoce el Tribunal Constitucional en defensa de la legalidad, en la forma en que las
leyes establezcan.
13. Ejercer en materia de responsabilidad penal de menores las funciones que le
encomiende la legislación específica, debiendo orientar su actuación a la satisfacción del
interés superior del menor.
14. Intervenir en los supuestos y en la forma prevista en las leyes en los procedimientos
ante el Tribunal de Cuentas. Defender, igualmente, la legalidad en los procesos
contencioso‐administrativos y laborales que prevén su intervención.
15. Promover o, en su caso, prestar el auxilio judicial internacional previsto en las leyes,
tratados y convenios internacionales.
16. Ejercer las demás funciones que el ordenamiento jurídico estatal le atribuya.
Con carácter general, la intervención del fiscal en los procesos podrá producirse
mediante escrito o comparecencia. También podrá producirse a través de medios
tecnológicos, siempre que aseguren el adecuado ejercicio de sus funciones y ofrezcan
las garantías precisas para la validez del acto de que se trate. La intervención del fiscal
en los procesos no penales, salvo que la ley disponga otra cosa o actúe como
demandante, se producirá en último lugar.
308
Artículo tercero redactado por el número uno del artículo único de la Ley 14/2003, de 26 de
mayo, de modificación de la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, por la que se regula el Estatuto
Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 27 mayo).Vigencia: 26 junio 2003
Artículo cuarto
El Ministerio Fiscal, para el ejercicio de sus funciones, podrá:
Uno. Interesar la notificación de cualquier resolución judicial y la información sobre el
estado de los procedimientos, pudiendo pedir que se le dé vista de éstos cualquiera que
sea su estado, o que se le remita copia de cualquier actuación, para velar por el exacto
cumplimiento de las leyes, plazos y términos, promoviendo, en su caso, las correcciones
oportunas. Asimismo, podrá pedir información de los hechos que hubieran dado lugar a un
procedimiento, de cualquier clase que sea, cuando existan motivos racionales para estimar
que su conocimiento pueda ser competencia de un órgano distinto del que está actuando.
También podrá acceder directamente a la información de los Registros oficiales, cuyo
acceso no quede restringido a control judicial.
Dos. Visitar en cualquier momento los centros o establecimientos de detención,
penitenciarios o de internamiento de cualquier clase de su respectivo territorio, examinar
los expedientes de los internos y recabar cuanta información estime conveniente.
Tres. Requerir el auxilio de las autoridades de cualquier clase y de sus agentes.
Cuatro. Dar a cuantos funcionarios constituyen la Policía Judicial las órdenes e
instrucciones procedentes en cada caso.
Cinco. Informar a la opinión pública de los acontecimientos que se produzcan, siempre en
el ámbito de su competencia y con respeto al secreto del sumario y, en general, a los
deberes de reserva y sigilo inherentes al cargo y a los derechos de los afectados.
Las autoridades, funcionarios u organismos o particulares requeridos por el Ministerio
Fiscal en el ejercicio de las facultades que se enumeran en este artículo y en el
siguiente deberán atender inexcusablemente el requerimiento dentro de los límites
legales. Igualmente, y con los mismos límites, deberán comparecer ante el Fiscal
cuando éste lo disponga.
Seis. Establecer en las sedes de las Fiscalías Provinciales y en las que se considere
necesario, centros de relación con las víctimas y perjudicados de las infracciones criminales
cometidas en su circunscripción y por las que se sigue proceso penal en los Juzgados o
Tribunales de la misma, con la finalidad de conocer los daños y perjuicios sufridos por ellas
y para que aporten los documentos y demás pruebas de que dispongan para acreditar su
naturaleza y alcance.
Artículo cuarto redactado por el número tres del artículo único de la Ley 24/2007, de 9 de
octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, reguladora del Estatuto
Orgánico del Ministerio Fiscal («B.O.E.» 10 octubre).Vigencia: 11 octubre 2007
Artículo quinto
309
Uno. El Fiscal podrá recibir denuncias, enviándolas a la autoridad judicial o decretando su
archivo, cuando no encuentre fundamentos para ejercitar acción alguna, notificando en este
último caso la decisión al denunciante.
Dos. Igualmente, y para el esclarecimiento de los hechos denunciados o que aparezcan en los
atestados de los que conozca, puede llevar a cabo u ordenar aquellas diligencias para las que
esté legitimado según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, las cuales no podrán suponer la
adopción de medidas cautelares o limitativas de derechos. No obstante, podrá ordenar el
Fiscal la detención preventiva.
Todas las diligencias que el Ministerio Fiscal practique o que se lleven a cabo bajo su dirección
gozarán de presunción de autenticidad.
Los principios de contradicción, proporcionalidad y defensa inspirarán la práctica de esas
diligencias.
A tal fin, el Fiscal recibirá declaración al sospechoso, quien habrá de estar asistido de letrado y
podrá tomar conocimiento del contenido de las diligencias practicadas. La duración de esas
diligencias habrá de ser proporcionada a la naturaleza del hecho investigado, sin que pueda
exceder de seis meses, salvo prórroga acordada mediante decreto motivado del Fiscal General
del Estado. No obstante, las diligencias de investigación en relación con los delitos a que se
hace referencia en el apartado Cuatro del artículo Diecinueve del presente Estatuto, tendrán
una duración máxima de doce meses salvo prórroga acordada mediante Decreto motivado del
Fiscal General del Estado.
Tres. Transcurrido el oportuno plazo, si la investigación hubiera evidenciado hechos de
significación penal y sea cual fuese el estado de las diligencias, el Fiscal procederá a su
judicialización, formulando al efecto la oportuna denuncia o querella, a menos que resultara
procedente su archivo.
También podrá el Fiscal incoar diligencias preprocesales encaminadas a facilitar el ejercicio de
las demás funciones que el ordenamiento jurídico le atribuye.
7. LA POLICÍA JUDICIAL
Según el artículo 126 de la Constitución española, la Policía Judicial de España depende de los
jueces, de los tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la ley establezca
(generalmente, la Ley de Enjuiciamiento Criminal).
Tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil poseen en sus estructuras unidades
orgánicas de policía judicial, así como unidades adscritas a juzgados y tribunales. Las policías
autonómicas que tienen competencias para ello también tienen estas unidades orgánicas
dentro de sus estructuras.
Por otra parte, y aunque en la Ley Orgánica 2/86 de 13 de marzo de fuerzas y cuerpos de
seguridad se otorga como competencia exclusiva las materias de policía judicial a los cuerpos
310
estatales (Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil), en los últimos años algunos cuerpos de
policía local también desempeñan funciones de policía judicial, adaptando su función a las
necesidades sociales y a la nueva estructura territorial y política de España. En esta última
década, la asunción de competencias de las Comunidades Autónomas, en cuanto a la
formación y medios materiales de las Policías locales, ha hecho que muchos de estos cuerpos
policiales se entiendan directamente con Jueces y Fiscales, en aplicación de la legislación
vigente, y tengan unidades adscritas a esas autoridades.
Así mismo el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria realiza tareas de policía
judicial en virtud de lo dispuesto en Ley Orgánica de Represión del Contrabando; según la cual
en la investigación, persecución y represión de los delitos de contrabando, actuará en
coordinación y colaboración con todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Así
mismo, también tienen esta condición los Agentes Forestales/Medioambientales según se
contempla en la LECRIM y la ley
10/2006, de 28 de Abril, por la que se modifica la Ley 43/2003 de 21 de Noviembre de
Montes.
Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
TÍTULO III
De la Policía Judicial
Artículo 547
La función de la Policía Judicial comprende el auxilio a los juzgados y tribunales y al Ministerio
Fiscal en la averiguación de los delitos y en el descubrimiento y aseguramiento de los
delincuentes. Esta función competerá, cuando fueren requeridos para prestarla, a todos los
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tanto si dependen del Gobierno central
como de las comunidades autónomas o de los entes locales, dentro del ámbito de sus
respectivas competencias.
Libro VII introducido por el apartado ciento veinticinco del artículo único de la L.O. 19/2003, de
23 de diciembre, de modificación de la L.O. 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial («B.O.E.» 26
diciembre).Vigencia: 15 enero 2004
Artículo 548
1. Se establecerán unidades de Policía Judicial que dependerán funcionalmente de las
autoridades judiciales y del Ministerio Fiscal en el desempeño de todas las actuaciones que
aquéllas les encomienden.
2. Por ley se fijará la organización de estas unidades y los medios de selección y régimen
jurídico de sus miembros.
Libro VII introducido por el apartado ciento veinticinco del artículo único de la L.O. 19/2003, de
23 de diciembre, de modificación de la L.O. 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial («B.O.E.» 26
311
diciembre).Vigencia: 15 enero 2004
Artículo 549
1. Corresponden específicamente a las unidades de Policía Judicial las siguientes funciones:
a) La averiguación acerca de los responsables y circunstancias de los hechos delictivos y la
detención de los primeros, dando cuenta seguidamente a la autoridad judicial y fiscal,
conforme a lo dispuesto en las leyes.
b) El auxilio a la autoridad judicial y fiscal en cuantas actuaciones deba realizar fuera de su
sede y requieran la presencia policial.
c) La realización material de las actuaciones que exijan el ejercicio de la coerción y
ordenare la autoridad judicial o fiscal.
d) La garantía del cumplimiento de las órdenes y resoluciones de la autoridad judicial o
fiscal.
e) Cualesquiera otras de la misma naturaleza en que sea necesaria su cooperación o auxilio
y lo ordenare la autoridad judicial o fiscal.
2. En ningún caso podrán encomendarse a los miembros de dichas unidades la práctica de
actuaciones que no sean las propias de la Policía Judicial o las derivadas de las mismas.
Libro VII introducido por el apartado ciento veinticinco del artículo único de la L.O. 19/2003, de
23 de diciembre, de modificación de la L.O. 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial («B.O.E.» 26
diciembre).Vigencia: 15 enero 2004
Artículo 550
1. En las funciones de investigación penal, la Policía Judicial actuará bajo la dirección de los
juzgados y tribunales y del Ministerio Fiscal.
2. Los funcionarios de Policía Judicial a quienes se hubiera encomendado una actuación o
investigación concreta dentro de las competencias a que se refiere el artículo 547 de esta ley,
no podrán ser removidos o apartados hasta que finalice la misma o, en todo caso, la fase del
procedimiento judicial que la originó, si no es por decisión o con la autorización del juez o fiscal
competente.
312
La violencia contra las mujeres constituye una grave vulneración de los derechos
fundamentales de las mujeres, en particular, de su derecho a la vida, a la libertad, a la
igualdad, a la dignidad y a la seguridad.
Corresponde a los poderes públicos la prevención, detección, atención y erradicación de este
tipo de violencia y la adopción de medidas para hacer efectivos y reales los derechos
fundamentales de las mujeres que la sufren y de sus hijos e hijas.
Por ello, en aplicación del Catálogo de Medidas Urgentes en la lucha contra la Violencia de
Género, aprobado por el Consejo de Ministros de 15 de diciembre de 2006, se crean las
unidades de violencia sobre la mujer en las Subdelegaciones de Gobierno.
El 27 de febrero de 2007 se aprueba la Instrucción Conjunta de los entonces Ministerios de
Trabajo y Asuntos Sociales, Interior y Administraciones Públicas para el seguimiento y
coordinación de las actuaciones por las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno en
materia de violencia de género, en la que se determina que las Delegaciones del Gobierno
contarán con una Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer y en todas las
Subdelegaciones del Gobierno existirá una Unidad de Violencia sobre la Mujer.
Por su gravedad y magnitud, las tareas de estas unidades se centraron inicialmente en el
ámbito de la violencia de género en los términos del artículo 1.1 de la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Debido al tiempo transcurrido desde la creación de las Unidades, se hace imprescindible la
actualización de sus funciones, a través de la aprobación de una nueva instrucción que
sustituya a la adoptada en 2007.
Por una parte, para extender su ámbito de actuación a la lucha contra la trata de mujeres con
fines de explotación sexual, una de las manifestaciones más graves de la violencia contra las
mujeres.
La trata de seres humanos con fines de explotación sexual, especialmente de mujeres y de
niñas ‐ sus principales víctimas ‐constituye una de las vertientes más crueles de este delito, es
considerada como uno de los delitos más graves a nivel mundial que supone además, para sus
313
víctimas, una nueva forma de esclavitud.
La lucha contra la trata con fines de explotación sexual requiere el establecimiento de vías de
comunicación y coordinación con las diferentes administraciones e instituciones que
intervienen en los procesos de detección, identificación, asistencia y protección a víctimas de
trata.
Por otra parte, para fortalecer el papel de las unidades como coordinadoras, en el ámbito de la
Administración General del Estado, de las acciones que se realicen y los recursos disponibles
en el ámbito de la violencia de género, trabajando en colaboración y cooperando con las
Administraciones competentes en esta materia.
En consecuencia, se dicta la presente Instrucción:
Primero. Organización y funcionamiento de la Red Nacional de Unidades de Coordinación y
de Violencia sobre la Mujer.
Las Delegaciones del Gobierno contarán con una Unidad de Coordinación contra la
Violencia sobre la Mujer y en todas las Subdelegaciones del Gobierno y Direcciones
Insulares existirá una Unidad de Violencia sobre la Mujer. Ambas tendrán el nivel
orgánico que se determine en la correspondiente Relación de Puestos de Trabajo.
Las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer dependerán
orgánicamente de la persona titular de la Delegación o Subdelegación del Gobierno,
respectivamente, y estarán adscritas a la Secretaría General.
Funcionalmente, dependen del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, a través de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, que
elaborará instrucciones sobre los procedimientos y procesos de trabajo.
Segundo. Funciones de las Unidades de Violencia en relación con la violencia de género
Las Unidades de Violencia sobre la Mujer desarrollarán, en el ámbito territorial de su provincia
o isla, las siguientes funciones:
Seguimiento y coordinación de los recursos y servicios de la Administración General
del
Estado para la atención de las situaciones de violencia de género en el territorio.
Elaborar un mapa de recursos estatales en el territorio y actualización del mismo.
Seguimiento del funcionamiento de los recursos estatales en el territorio, en su
caso, en colaboración con los órganos competentes de la Administración general del
Estado: Servicio telefónico 016, Servicio ATENPRO, Sistema de Seguimiento por
Medios Telemáticos de las Medidas de Alejamiento en el ámbito de la Violencia de
Género, Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, Oficinas
de Atención a las Víctimas del Delito, empleo y Renta Activa de Inserción, extranjería,
etc)
314
Colaborar con las unidades competentes en el seguimiento de programas
subvencionados por la Administración General del Estado en el territorio.
Proponer la elaboración de protocolos interadministrativos de los que pueda formar
parte la Administración General del Estado y que tengan por objeto mejorar la
respuesta institucional ante la violencia de género.
Cooperar con otros servicios de la Administración General del Estado en el territorio
en cuestiones de interés común.
Colaboración con las administraciones autonómicas y locales competentes en materia
deviolencia de género.
Impulsar la elaboración de protocolos de coordinación interinstitucional en el
territorio.
Fomentar la celebración de convenios para la mejora de la coordinación y la
colaboración en el territorio (participación de las policías locales en la protección de
las víctimas de la violencia de género, acceso al Sistema de Seguimiento Integral en los
casos de Violencia de Género, colaboración con las Oficinas de Atención a las Víctimas
del Delito, etc.).
Participar en las reuniones de los órganos de coordinación interinstitucional y las
comisiones de seguimiento de convenios y protocolos formando parte de la
representación de la Administración General del Estado, siempre que el
Delegado/Subdelegado del Gobierno lo estime pertinente, bien con carácter ordinario,
bien con carácter puntual para abordar cuestiones relacionadas con La violencia de
género (entre otros, Juntas Locales de Seguridad, mesas de Coordinación, Comisiones
Provinciales de seguimiento del Convenio para la ordenación, coordinación e
integración sociolaboral de los flujos migratorios laborales en campañas agrícolas de
temporada, etc).
Seguimiento personalizado de cada situación de violencia de género.
El seguimiento consiste en conocer que los mecanismos y medidas existentes para proteger a
las víctimas de la violencia de género y sus hijos e hijas están funcionando correctamente.
El objetivo es tener constancia permanente de la situación en la que se encuentran las víctimas
con perfiles de mayor vulnerabilidad y de analizar cualitativamente las medidas y recursos que
se encuentran a su disposición y las actuaciones llevadas a cabo con las mismas.
El seguimiento de las situaciones de violencia de género, se realizará de conformidad con lo
dispuesto en el Anexo 1 de la presente Instrucción, y comprenderá, especialmente, los casos
siguientes:
a) Los calificados de mayor riesgo (riesgo extremo y alto) de conformidad con el
Protocolo…
b) Aquellos de los que tengan constancia en los que se produzca una reanudación de la
convivencia, o se deje sin efecto a solicitud de la víctima la medida cautelar de
protección en su día acordada.
c) Aquellos de los que tengan constancia en los que la mujer se encuentre en situación
315
de especial vulnerabilidad.
d) Los que les sean comunicados por la Delegación del Gobierno para la Violencia de
Género.
En aquellos casos en que como consecuencia del desarrollo de sus funciones las Unidades de
Violencia tengan conocimiento de información relevante en relación con la protección de una
víctimas de la violencia de género, ésta se pondrá en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado a través del medio más rápido (preferentemente incluyéndolo como
incidencia crítica en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género).
Actuaciones en relación con las víctimas mortales por violencia de género
Los Delegados y Subdelegados del Gobierno adoptarán las medidas necesarias para garantizar
la inmediata comunicación a las Unidades de Coordinación y/o Violencia sobre la Mujer del
posible fallecimiento de una mujer víctima de violencia de género, así como de uno de sus
hijos o hijas como consecuencia de la situación de violencia de género, en su respectivo
territorio.
Asimismo, también se adoptarán las medidas necesarias para que se les informe cuando
se tenga conocimiento de que una mujer ha sido herida gravemente (ha requerido
hospitalización) como consecuencia de una agresión por violencia de género.
Las Unidades de Violencia realizarán un análisis de cada caso de víctima mortal, que contempla
tanto la remisión de información a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género,
como la convocatoria de una reunión de coordinación con los Organismos e Instituciones que
participan y colaboran en la lucha contra la violencia de género en el territorio, y la realización
del correspondiente informe analizando, en cada caso, la aplicación de las medidas y recursos
existentes o utilizados, a efectos de prevenir la violencia de género y garantizar una protección
integral a sus víctimas. En estas situaciones se procederá de conformidad con lo dispuesto en
el Anexo 2 de la presente Instrucción.
En caso de ausencia temporal del titular de la Unidad de Violencia de Género en aquellas
provincias en las que estas unidades estén integradas por una sola persona, el Secretario
General informará del posible fallecimiento de una mujer víctima de violencia de género, asi
como de alguno de sus hijos o hijas, al Delegado o Subdelegado del Gobierno según
corresponda, que adoptará las medidas adecuadas para garantizar, al menos, la comunicación
de las víctimas mortales y el envío de la correspondiente ficha a la Delegación del Gobierno
para la Violencia de Género.
Respecto de las mujeres heridas gravemente, se cumplimentará una ficha por cada caso, que
se remitirá a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
316
Participación en las campañas de información, sensibilización y prevención de la violencia de
género. Intervención en el marco del Plan Director para la Mejora de la Convivencia y
Seguridad Escolar
Las Unidades de Violencia promoverán y colaborarán en la puesta en marcha de actividades
para la sensibilización de la sociedad en materia de igualdad entre mujeres y hombres, en
general, y en la prevención y repulsa de la violencia de género, en particular.
También participarán en la difusión y distribución del material asociado a las campañas que se
desarrollen con dicho fin y del elaborado para la mejora de la información en relación con la
violencia de género (folletos, carteles, dípticos, etc.).
La participación de las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer en materia de
sensibilización social se lleva a cabo a través de distintas actividades: la asistencia a cursos,
jornadas, reuniones, conferencias, etc., que aborden la problemática de la violencia de género
y aspectos específicos de la misma.
En todo caso, en el desarrollo de esta función se prestará atención preferente a las Entidades
Locales de menor tamaño, dando a conocer los derechos de las mujeres víctimas de la
violencia de género en el ámbito rural.
Además, las Unidades de Coordinación y de Violencia colaborarán en el desarrollo de
actuaciones en el ámbito educativo y específicamente en la implementación del Plan Director
para la Mejora de la Convivencia y Seguridad Escolar, a través de la impartición de cursos,
jornadas, charlas, etc. al alumnado de los Institutos de Enseñanza Secundaria (IES), sobre
igualdad y violencia de género, para sensibilizar y prevenir a la juventud frente a la violencia de
género.
Promoción y colaboración en la formación y especialización de profesionales.
Las Unidades de Violencia colaborarán y, en su caso, promoverán las actuaciones tendentes a
la formación y especialización de profesionales que intervienen, desde sus respectivos ámbitos
de actuación, en las situaciones de violencia de género. Especialmente, fomentarán el
conocimiento de los recursos estatales existentes en el territorio para la atención a las víctimas
de la violencia de género.
En su desarrollo se contará con las Administraciones competentes en materia de violencia de
género en el territorio.
Otras actividades
Las Unidades de Violencia realizarán cualquier otra actuación que le encomiende la Delegación
del Gobierno para la Violencia de Género.
317
Tercero.‐ Funciones en el ámbito de la trata de mujeres con fines de explotación sexual
Seguimiento de los recursos y servicios de la Administración General del Estado para
laatención de las situaciones de trata de mujeres con fines de explotación sexual.
Elaborar un mapa de recursos estatales en el territorio y actualización del mismo.
Realizar el seguimiento de las actuaciones en materia de atención a víctimas de trata
con fines de explotación sexual en el ámbito de las competencias estatales.
Participar en las reuniones de los órganos de coordinación interinstitucional y las
comisiones de seguimiento de convenios y protocolos formando parte de la
representación de la Administración General del Estado, y especialmente en las
reuniones de coordinación (a nivel provincial) previstas en Protocolo Marco de
Protección de Víctimas de Trata, siempre que el Delegado/Subdelegado del
Gobierno lo estime pertinente.
Colaborar con las unidades competentes en el seguimiento de programas
subvencionados por la Administración General del Estado.
Colaboración con las administraciones autonómicas y locales.
Conocimiento de los recursos existentes en su respectivo ámbito territorial para la
atención de las víctimas de trata con fines de explotación sexual (Guía de recursos).
Impulsar la elaboración de protocolos interadministrativos en desarrollo del Protocolo
Marco de Protección de Víctimas de Trata.
Cuarto.‐ Funciones en el ámbito de otras formas de violencia contra las mujeres (mutilación
genital femenina, matrimonios forzados, etc)
Seguimiento de los recursos y servicios de la Administración General del Estado para la
atención de estas situaciones en el territorio.
Colaboración con las administraciones autonómicas y locales.
Quinto.‐ Funciones de las Unidades de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer.
Las Unidades de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer realizarán las funciones
descritas en los apartados Primero, Segundo, Tercero y Cuarto de esta Instrucción en las
provincias en las que no haya Unidad de Violencia.
Además, a todas las Unidades de Coordinación les corresponde promover la firma de
protocolos interadministrativos de los que puedan formar parte y que tengan por objeto
mejorar la respuesta institucional ante la violencia de género.
Por otra parte, a las Unidades de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer de las
Comunidades Autónomas pluriprovinciales, les corresponde el ejercicio de las siguientes
318
funciones:
Dirigir y coordinar las actividades de las Unidades de Violencia sobre la Mujer
existentes en el ámbito territorial de su Comunidad Autónoma.
Tener conocimiento de las actuaciones que lleven a cabo las Unidades de
Violencia de su Comunidad Autónoma para la realización de las funciones señaladas
en el apartado Primero.
Establecer criterios de actuación en su Comunidad Autónoma para que las Unidades
de Violencia sobre la Mujer funcionen de manera coordinada y uniforme. Asimismo,
podrán solicitar informes a las Unidades de Violencia sobre actuaciones, reuniones,
etc., siempre que lo estimen conveniente.
Coordinar el trabajo de las Unidades de Violencia a efectos de elaborar los informes
que les sean solicitados por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
Conocer los informes elaborados por las Unidades de Violencia sobre la Mujer que
sean remitidos por éstas a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, así
como a otras Instituciones y Organismos.
Integrar la información de las actividades llevadas a cabo por las Unidades de Violencia
sobre la Mujer, a efectos de elaborar la memoria anual de actividades de la
Comunidad Autónoma correspondiente.
Convocar las reuniones de coordinación necesarias con las Unidades de Violencia.
Sexto.‐ Memoria anual de actividades.
Las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer elaborarán, con carácter anual,
una Memoria de las actuaciones realizadas durante el correspondiente ejercicio, de
conformidad con el modelo que figura en el Anexo 3.
Cuando por la dimensión de la violencia de género o por las peculiaridades de la violencia de
género en la Comunidad Autónoma, se considere conveniente la elaboración de informes de
carácter trimestral, la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer comunicará
su realización a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. En estos supuestos,
también se elaborará la Memoria anual de actividades.
Séptimo.‐ Desarrollo de sus funciones
Las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer actuarán de conformidad con lo
previsto en la Instrucción Conjunta aprobada por los distintos Ministerios con competencias en
materia de violencia de género y seguirán lo establecido en los protocolos suscritos entre la
Administración General del Estado y otras entidades, instituciones y administraciones públicas.
319
Octavo.‐ Fuentes de datos
Para el desarrollo de sus funciones, las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la
Mujer, obtendrán la información de las siguientes fuentes:
Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, del Ministerio
del Interior.
Registro Central de Protección a las Víctimas de Violencia Doméstica, del Ministerio de
Justicia.
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Otras Administraciones Públicas en virtud de los instrumentos de colaboración
(acuerdos, convenios, protocolos, etc.) que se suscriban.
Noveno.‐ Protección de datos
De conformidad con el artículo 20 de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de
Protección de Datos de Carácter Personal, los datos de carácter personal obtenidos por cada
Unidad de Coordinación o de Violencia sobre la Mujer, serán incorporados en un fichero,
siendo responsable del mismo la Delegación o Subdelegación del Gobierno, según
corresponda.
Por su parte, los datos aportados a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género
sobre personas vivas, serán incorporados en un fichero, siendo responsable del mismo la
citada Delegación.
Décimo.‐ Vigencia
La presente instrucción, que sustituye a la de 27 de febrero de 2007, entrará en vigor al día
siguiente de su firma, y tendrá una duración indefinida.
Los Ministerios firmantes se comprometen a difundir esta instrucción en sus respectivos
ámbitos de actuación así como a impartir las instrucciones necesarias para garantizar la plena
efectividad de lo dispuesto en la misma.
2. ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS DE GÉNERO
La equidad de género, se refiere a que todas las mujeres y todos los hombres,
independientemente de la raza, sexo, clase social, idioma, religión o ideología tenemos los
mismos derechos y obligaciones.
Sin embargo, a lo largo de los siglos ha habido prácticas que han afectado la equidad de
género entre la mujer y el hombre.
320
Las más conocidas son el machismo y el feminismo:
El machismo es un conjunto de actitudes y comportamientos que pretenden ignorar el valor de
la mujer como individuo, denigrándola frente a la figura del varón, que la considera el “sexo
débil“, aunque en realidad no hay ninguna justificación física, cultural ni intelectual.
Por otro lado, el feminismo surgió justamente como un grito de protesta de las mujeres contra
el machismo. Desde sus inicios, el feminismo efectivamente ha buscado rescatar la dignidad de
la mujer para ponerla al mismo nivel que la del hombre.
3. POLÍTICAS DE IGUALDAD Y CAMBIOS EN LA SITUACIÓN SOCIAL DE LAS
MUJERES
El artículo 14 de la Constitución española proclama el derecho a la igualdad y a la no
discriminación por razón de sexo. Por su parte, el artículo 9.2 consagra la obligación de los
poderes públicos de promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los
grupos en que se integra sean reales y efectivas.
La igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico universal reconocido en diversos
textos internacionales sobre derechos humanos, entre los que destaca la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada por la Asamblea
General de Naciones Unidas en diciembre de 1979 y ratificada por España en 1983. En este
mismo ámbito procede evocar los avances introducidos por conferencias mundiales
monográficas, como la de Nairobi de 1985 y Beijing de 1995.
La igualdad es, asimismo, un principio fundamental en la Unión Europea. Desde la entrada en
vigor del Tratado de Ámsterdam, el 1 de mayo de 1999, la igualdad entre mujeres y hombres y
la eliminación de las desigualdades entre unas y otros son un objetivo que debe integrarse en
todas las políticas y acciones de la Unión y de sus miembros.
Con amparo en el antiguo artículo 111 del Tratado de Roma, se ha desarrollado un acervo
comunitario sobre igualdad de sexos de gran amplitud e importante calado, a cuya adecuada
transposición se dirige, en buena medida, la presente Ley. En particular, esta Ley incorpora al
ordenamiento español dos directivas en materia de igualdad de trato, la 2002/73/CE, de
reforma de la Directiva 76/207/CEE, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato
entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la
promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo; y la Directiva 2004/113/CE, sobre
aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y
servicios y su suministro.
II
El pleno reconocimiento de la igualdad formal ante la ley, aun habiendo comportado, sin duda,
un paso decisivo, ha resultado ser insuficiente. La violencia de género, la discriminación
salarial, la discriminación en las pensiones de viudedad, el mayor desempleo femenino, la
todavía escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural
321
y económica, o los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar
muestran cómo la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y hombres, aquella «perfecta
igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros», en
palabras escritas por John Stuart Mill hace casi 140 años, es todavía hoy una tarea pendiente
que precisa de nuevos instrumentos jurídicos.
Resulta necesaria, en efecto, una acción normativa dirigida a combatir todas las
manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo y a
promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los obstáculos y
estereotipos sociales que impiden alcanzarla. Esta exigencia se deriva de nuestro
ordenamiento constitucional e integra un genuino derecho de las mujeres, pero es a la vez un
elemento de enriquecimiento de la propia sociedad española, que contribuirá al desarrollo
económico y al aumento del empleo.
Se contempla, asimismo, una especial consideración con los supuestos de doble discriminación
y las singulares dificultades en que se encuentran las mujeres que presentan especial
vulnerabilidad, como son las que pertenecen a minorías, las mujeres migrantes y las mujeres
con discapacidad.
III
La mayor novedad de esta Ley radica, con todo, en la prevención de esas conductas
discriminatorias y en la previsión de políticas activas para hacer efectivo el principio de
igualdad. Tal opción implica necesariamente una proyección del principio de igualdad sobre los
diversos ámbitos del ordenamiento de la realidad social, cultural y artística en que pueda
generarse o perpetuarse la desigualdad. De ahí la consideración de la dimensión transversal de
la igualdad, seña de identidad del moderno derecho antidiscriminatorio, como principio
fundamental del presente texto.
La Ley se refiere a la generalidad de las políticas públicas en España, tanto estatales como
autonómicas y locales. Y lo hace al amparo de la atribución constitucional al Estado de la
competencia para la regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos
los españoles y las españolas en el ejercicio de los derechos constitucionales, aunque contiene
una regulación más detallada en aquellos ámbitos de competencia, básica o legislativa plena,
del Estado.
La complejidad que deriva del alcance horizontal del principio de igualdad se expresa también
en la estructura de la Ley. Ésta se ocupa en su articulado de la proyección general del principio
en los diferentes ámbitos normativos, y concreta en sus disposiciones adicionales la
correspondiente modificación de las muy diversas leyes que resultan afectadas. De este modo,
la Ley nace con la vocación de erigirse en la ley‐código de la igualdad entre mujeres y hombres.
La ordenación general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la
perspectiva de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los
poderes públicos en los que se integra activamente, de un modo expreso y operativo, dicho
principio; y con carácter específico o sectorial, se incorporan también pautas favorecedoras de
la igualdad en políticas como la educativa, la sanitaria, la artística y cultural, de la sociedad de
322
la información, de desarrollo rural o de vivienda, deporte, cultura, ordenación del territorio o
de cooperación internacional para el desarrollo.
Instrumentos básicos serán, en este sentido, y en el ámbito de la Administración General del
Estado, un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, la creación de una Comisión
Interministerial de Igualdad con responsabilidades de coordinación, los informes de impacto
de género, cuya obligatoriedad se amplía desde las normas legales a los planes de especial
relevancia económica y social, y los informes o evaluaciones periódicos sobre la efectividad del
principio de igualdad.
Merece, asimismo, destacarse que la Ley prevea, con el fin de alcanzar esa igualdad real
efectiva entre mujeres y hombres, un marco general para la adopción de las llamadas acciones
positivas. Se dirige, en este sentido, a todos los poderes públicos un mandato de remoción de
situaciones de constatable desigualdad fáctica, no corregibles por la sola formulación del
principio de igualdad jurídica o formal. Y en cuanto estas acciones puedan entrañar la
formulación de un derecho desigual en favor de las mujeres, se establecen cautelas y
condicionamientos para asegurar su licitud constitucional.
El logro de la igualdad real y efectiva en nuestra sociedad requiere no sólo del compromiso de
los sujetos públicos, sino también de su promoción decidida en la órbita de las relaciones entre
particulares. La regulación del acceso a bienes y servicios es objeto de atención por la Ley,
conjugando los principios de libertad y autonomía contractual con el fomento de la igualdad
entre mujeres y hombres. También se ha estimado conveniente establecer determinadas
medidas de promoción de la igualdad efectiva en las empresas privadas, como las que se
recogen en materia de contratación o de subvenciones públicas o en referencia a los consejos
de administración.
Especial atención presta la Ley a la corrección de la desigualdad en el ámbito específico de las
relaciones laborales. Mediante una serie de previsiones, se reconoce el derecho a la
conciliación de la vida personal, familiar y laboral y se fomenta una mayor corresponsabilidad
entre mujeres y hombres en la asunción de obligaciones familiares, criterios inspiradores de
toda la norma que encuentran aquí su concreción más significativa.
La Ley pretende promover la adopción de medidas concretas en favor de la igualdad en las
empresas, situándolas en el marco de la negociación colectiva, para que sean las partes, libre y
responsablemente, las que acuerden su contenido.
Dentro del mismo ámbito del empleo, pero con características propias, se consignan en la Ley
medidas específicas sobre los procesos de selección y para la provisión de puestos de trabajo
en el seno de la Administración General del Estado. Y la proyección de la igualdad se extiende a
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a las Fuerzas Armadas.
MARCO NORMATIVO
La Constitución Española de 1978, en su artículo 14 , proclama la igualdad ante la ley,
estableciendo la prohibición de cualquier discriminación por razón de sexo.
323
Con la aprobación de la Orden PRE/525/2005, de 7 de marzo, por la que se da
publicidad al Acuerdo de Consejo de Ministros de 4 de marzo de 2005 por el que se
adoptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres, se establecen
actuaciones que contribuyen a disminuir la desigualdad en todos los ámbitos de la vida
cotidiana: empleo, empresa, conciliación de la vida laboral y familiar, investigación,
solidaridad, deporte, violencia de género, etc.
La Orden APU/526/2005, de 7 de marzo, por la que se dispone la publicación del
Acuerdo de Consejo de Ministros de 4 de marzo de 2005 por el que se aprueba el Plan
para la Igualdad de Género en la Administración General del Estado, establece un
conjunto de medidas para eliminar los obstáculos existentes y garantizar la igualdad
real de oportunidades entre hombres y mujeres en el acceso y desempeño del servicio
público.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres, apuesta por llevar a cabo políticas activas que, de forma integral y
coordinada, remuevan los obstáculos que impidan o dificulten la igualdad de género
en la sociedad española.
En cumplimiento del artículo 77 de la citada Ley Orgánica 3/2007 en todos los
Ministerios se encomienda a uno de sus órganos directivos el desarrollo de las
funciones relacionadas con el principio de igualdad entre mujeres y hombres en el
ámbito de las materias de su competencia.
Por Acuerdo de Consejo de Ministros de 27 de abril de 2007 se determinan los
órganos directivos de los diferentes departamentos ministeriales que desarrollarán las
funciones de las Unidades de Igualdad previstas en la citada Ley Orgánica 3/2007. En
nuestro Departamento, se encomendó a la Secretaría General Técnica el desarrollo de
dichas funciones.
Por Acuerdo de Consejo de Ministros de 14 de diciembre de 2007 se aprueba el Plan
Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2008‐2011 . El Plan se inspira en dos
principios: no discriminación e igualdad, y desarrolla cuatro principios rectores: la
redefinición del modelo de ciudadanía, el empoderamiento de las mujeres, la
transversalidad de la perspectiva de género y la innovación científica y tecnológica.
La Resolución de 20 de mayo de 2011, de la Secretaría de Estado para la Función
Pública , por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de enero de
2011, por el que se aprueba el I Plan de Igualdad entre mujeres y hombres en la
Administración General del Estado y en sus Organismos Autónomos ha dado
cumplimiento al articulo 64 de la reiterada Ley Orgánica 3/2007 que establece que el
Gobierno aprobará, al inicio de cada legislatura, un Plan para la Igualdad entre mujeres
y hombres que establecerá los objetivos a alcanzar en materia de promoción de la
igualdad de trato y oportunidades en el empleo público, así como las estrategias o
medidas a adoptar para su consecución.
La Resolución de 28 de julio de 2011, de la Secretaría de Estado para la Función Pública
, por la que se aprueba el Acuerdo de 27 de julio de 2011 de la Mesa General de
Negociación de la Administración General del Estado sobre el Protocolo de actuación
frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo en el ámbito de la Administración
General del Estado y de los Organismos Públicos vinculados a ella. El artículo 62 de la
Ley Orgánica 3/2007 establece que las Administraciones públicas negociarán con la
324
representación legal de las trabajadoras y trabajadores, un protocolo de actuación que
comprenderá entre otros principios el compromiso de la Administración General del
Estado y de los organismos públicos vinculados o dependientes de ella de prevenir y
no tolerar el acoso sexual y el acoso por razón de sexo.
4. PLANES DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Los Planes de Igualdad son un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar
un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo” (Art.
46 Ley Orgánica 3/2007).
En el artículo 45 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre
mujeres y hombres se establece que las empresas están obligadas a respetar la igualdad de
trato y de oportunidades en el ámbito laboral y, con esta finalidad, deberán adoptar medidas
dirigidas a evitar cualquier tipo de discriminación laboral entre mujeres y hombres, medidas
que deberán negociar, y en su caso acordar, con los representantes legales de los trabajadores
y trabajadoras en la forma que se determine en la legislación laboral.
Las empresas de más de 250 trabajadores tienen la obligación de que las medidas de igualdad
a que se refiere el apartado anterior se dirigirán a la elaboración y aplicación de un plan de
igualdad que deberá ser, asimismo, objeto de negociación en la forma que se determine en la
legislación laboral.
Sin perjuicio de lo enunciado anteriormente, las empresas deberán elaborar y aplicar un plan
de igualdad cuando así se establezca en el convenio colectivo que sea aplicable, y en los
términos previstos en el mismo.
La elaboración e implantación de planes de igualdad será voluntaria para las demás empresas,
previa consulta a la representación legal de la plantilla.
Por su parte, el Art. 46 de la mencionada Ley establece que los planes de igualdad de las
empresas son un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un
diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo.
Los planes de igualdad fijarán los concretos objetivos de igualdad a alcanzar, las estrategias y
prácticas a adoptar para su consecución, así como el establecimiento de sistemas eficaces de
seguimiento y evaluación de los objetivos fijados.
Para la consecución de los objetivos fijados, los planes de igualdad podrán contemplar, entre
otras, las materias de acceso al empleo; clasificación profesional; promoción y formación;
retribuciones; ordenación del tiempo de trabajo para favorecer, en términos de igualdad entre
mujeres y hombres, la conciliación laboral, personal y familiar y, prevención del acoso sexual y
325
del acoso por razón de sexo.
Los planes de igualdad incluirán la totalidad de una empresa, sin perjuicio del establecimiento
de acciones especiales adecuadas respecto a determinados centros de trabajo.
Se garantiza el acceso de la representación legal de la plantilla de la empresa o, en su defecto,
de los propios trabajadores y trabajadoras, a la información sobre el contenido de los planes
de igualdad y la consecución de sus objetivos.
Lo previsto en el párrafo anterior se entenderá sin perjuicio del seguimiento de la evolución de
los acuerdos sobre planes de igualdad por parte de las comisiones paritarias de los convenios
colectivos a las que éstos atribuyan estas competencias.
Respecto de las medidas específicas para prevenir el acoso sexual y el acoso por razón de sexo
en el trabajo, la Ley establece que las empresas deberán promover condiciones de trabajo que
eviten el acoso sexual y el acoso por razón de sexo y arbitrar procedimientos específicos para
su prevención y para dar cauce a las denuncias o reclamaciones que puedan formular quienes
hayan sido objeto del mismo.
Para impulsar la adopción de planes de igualdad, el Gobierno ha establecido medidas de
fomento, dirigidas a empresas y otras entidades. Entre estas medidas, la Dirección General
para la Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
prevé la puesta en marcha de dos actuaciones: la convocatoria de subvenciones para pymes
para la implantación voluntaria de planes de igualdad , y el Servicio de asesoramiento técnico
para el diseño y elaboración de planes de igualdad en las empresas , que responden al
compromiso de facilitar la igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito de las empresas.
PLAN ESTRATEGICO DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES 2014‐2016
Puedes descargar el plan desde la siguiente dirección:
http://www.inmujer.gob.es/actualidad/PEIO/docs/PEIO2014‐2016.pdf
326
QUÉ ES LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
La Prevención es el conjunto de medios humanos y materiales necesarios para realizar las
actividades preventivas a fin de garantizar la adecuada protección de la seguridad y la salud de
los trabajadores y trabajadoras, asesorando y asistiendo a la empresa, a los
trabajadores/trabajadoras, a sus representantes y a los órganos de representación
especializados en materia preventiva.
La normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida por la Ley 31/1995 de
Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), de 8 de noviembre, sus disposiciones de desarrollo o
complementarias y cuantas normas, legales o convencionales, contengan prescripciones
relativas a la adopción de medidas preventivas en el ámbito laboral o susceptibles de
producirlas en dicha ámbito. Por ejemplo, hay normas de la legislación industrial o sanitaria
que contienen prescripciones en materia de seguridad y salud laboral.
El objeto de esta normativa es la promoción de la salud y seguridad. Para lograr este objetivo,
se regulan las medidas y actividades preventivas que ha de cumplir los distintos actores que
327
participan en la actividad laboral, que son: los poderes públicos, las empresas y los
trabajadores y trabajadoras.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 4, define la prevención como el
conjunto de disposiciones o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de una actividad
laboral, con el fin de evitar o disminuir los riesgos profesionales y promoviendo con las
actividades preventivas la mejora de la seguridad y de la salud en el trabajo.
Para una mejor comprensión de la materia, es preciso conocer algunos conceptos básicos
previstos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, tales como:
Riesgo laboral: La posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del
trabajo. Para calificar un riesgo desde el punto de vista de su gravedad, se valorarán
conjuntamente la probabilidad de que se produzca el daño y la severidad del mismo.
Riesgo laboral grave e inminente: Aquel que resulte probable racionalmente que se
materialice en un futuro inmediato y pueda suponer un daño grave para la salud de los
trabajadores/as.
Daños derivados del trabajo: Las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u
ocasión del trabajo.
Potencialmente peligroso: Aquellos procesos, actividades, operaciones, equipos o productos
que en ausencia de medidas preventivas específicas, originen riesgos para la seguridad y la
salud de los trabajadores que los desarrollan o utilizan.
Equipos de trabajo: Cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizada en el
trabajo.
Condición de trabajo: Cualquier característica del mismo que pueda tener una influencia
significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador/a. Las
características generales de los locales, instalaciones, equipos, productos y demás útiles
existentes en el centro de trabajo. La naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos
presentes en el ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades, concentraciones o
niveles de presencia. Los procedimientos para la utilización de los agentes citados
anteriormente que influyan en la generación de los riesgos mencionados. Todas aquellas otras
características del trabajo, incluidas las relativas a su organización y ordenación, que influyan
en la magnitud de los riesgos a que esté expuesto el trabajador/a.
Equipo de protección individual: Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el
trabajador/a para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o
su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin.
Protección colectiva: es el dispositivo de seguridad que protege a uno o varios
trabajadores/as, y que complementa a los equipos de protección individual.
Peligro: Situación o propiedad de las cosas en la que aumenta la incidencia de producirse un
daño.
1 Prevención: medidas destinadas a evitar o disminuir los riesgos laborales estudiados.
328
Actúa sobre el riesgo.
2 Protección: medidas destinadas a reducir los daños en caso de que los riesgos se
materialicen, actúa sobre el daño.
Las disciplinas son las siguientes:
SEGURIDAD EN EL TRABAJO: Conjunto de técnicas cuyo objetivo es evitar o al menos reducir
los accidentes laborales. Actúa en tres niveles:
1 Lugares de trabajo.
2 Medios de producción.
3 Medios de protección colectiva e individual.
HIGIENE INDUSTRIAL: Conjunto de técnicas no médicas cuyo objetivo es estudiar los agentes
físicos, químicos y biológicos presentes en el medio de trabajo para evitar que dichos agentes
perjudiquen a la salud del trabajador.
ERGONOMÍA: Conjunto de técnicas que estudian cómo planificar y diseñar los puestos de
trabajo de tal forma que existe una adaptación entre estos y el individuo con el fin de prevenir
la fatiga física y mental provocados por la carga de trabajo.
PSICOSOCIOLOGÍA: Conjunto de técnicas no médicas que tratan de evitar, prevenir y corregir
la insatisfacción laboral y el estrés que se puedan producir por la organización y ordenación del
trabajo o por las características personales del trabajador.
MEDICINA DEL TRABAJO: Conjunto de medidas médicas que actúan sobre la salud del
trabajador independientemente de los riesgos profesionales. Tipos:
1 Medicina preventiva: Intenta evitar la aparición de enfermedades fundamentalmente
a través de las revisiones médicas.
2 Medicina curativa: Trata de devolver la salud a un trabajador que sufre una lesión o
una enfermedad.
3 Medicina rehabilitadora: Trata al enfermo que queda disminuido de sus facultades
para que se recuperen en el mayor grado posible.
1) LA ACCIÓN PREVENTIVA EN LA EMPRESA.
La acción preventiva engloba todas las medidas que desarrolla la empresa en materia de
prevención de riesgos laborales
329
PRINCIPIOS DE LA ACCIÓN PREVENTIVA
El deber de protección que recae sobre el empresario le obliga adoptar todas las medidas
necesarias para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Estas medidas se
aplicarán conforme a los principios obligatorios recogidos en el artículo 15 de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales, y son los siguientes:
1 Evitar los riesgos.
2 Evaluar los riesgos que no se pueden evitar.
3 Combatir los riesgos desde el origen.
4 Adaptar el trabajo a la persona.
5 Tener en cuenta la evaluación técnica.
6 Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
7 Planificar la prevención.
8 Anteponer las medidas colectivas a las individuales.
9 Instruir adecuadamente al personal.
El plan de prevención
Para poder poner en práctica los principios de la acción preventiva hay que reflejar el plan de
trabajo en un documento denominado “ plan de prevención”. Este documento es aprobado
por la dirección de la empresa, sumido por toda su estructura jerárquica y conocido por los
trabajadores. Su contenido es el siguiente:
1 Identificación de la empresa y sus características más relevantes para la prevención
de riesgos.
2 Política, objetivos y metas en materia preventiva, identificando los recursos humanos,
técnicos, materiales y económicos disponibles.
3 Organización de la estructura jerárquica: funciones y responsabilidades en materia de
seguridad y salud.
4 Organización de la producción: procesos técnicos, prácticas y procedimientos
preventivos.
5 Organización de la prevención en la empresa. Modalidad organizativa elegida y
órganos de representación en materia de seguridad y salud.
A. La evaluación de los riesgos.
Tiene por fin identificar y estimar la magnitud de los riesgos laborales, ha de ser llevada
por personal competente, para cada puesto de trabajo, y previa consulta a los
representantes de los trabajadores.
330
El proceso de evaluación de riesgos ha de tener en cuenta:
1 La condiciones de trabajo.
2 La elección de equipos de trabajo, sustancias o preparados químicos; la
introducción de nuevas tecnologías o la modificación en el acondicionamiento de
los lugares de trabajo.
3 El cambio en las condiciones de trabajo.
4 La incorporación de un trabajador cuyas características personales o estado
biológico conocido la hagan especialmente sensible a las condiciones del puesto.
5 La normativa prevista en materia de protección de riesgos específicos y
actividades potencialmente peligrosas.
El proceso de evaluación de riesgos comprende dos fases: análisis del riesgo y su valoración.
1º fase: el análisis del riesgo
Se define “riesgo laboral” como la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño
derivado del trabajo. Para estimar el grado de peligrosidad de este riesgo potencial, se
valorarán conjuntamente la probabilidad de que se produzca el daño y la severidad de sus
posibles consecuencias si éste llega a materializarse.
Aplicando de forma conjunta estos dos parámetros, se obtiene la siguiente tabla de valoración
del nivel de riesgo:
NIVELES DE RIESGO:
SEVERIDAD
LD D ED
M TO MO I
A MO I IN
En ella, por poner algún ejemplo, se puede observar que un riesgo que tenga una probabilidad
baja de que ocurra y cuyas consecuencias para la salud, si éste se materializa, fueran
ligeramente dañinas, produce un nivel de riesgo trivial (T. Sin embargo un suceso que tenga
una probabilidad alta de que ocurra pero cuyas consecuencias para la salud fueran
extremadamente dañinas, sí finalmente se consuma, determina un nivel de riesgo intolerable
(IN)
331
SEVERIDAD:
LD: Ligeramente Dañino. Por ejemplo: Daños superficiales: cortes y magulladuras pequeñas,
irritación de los ojos por polvo. Molestias e irritación, por ejemplo: dolor de cabeza, disconfort.
PROBABILIDAD:
B: Baja. Una probabilidad es baja si el daño puede ocurrir en muy raras ocasiones.
M: Media. Una probabilidad es media si el daño puede ocurrir en algunas ocasiones.
A: Alta. Una probabilidad es alta si el daño ocurrirá siempre, o casi siempre, mientras persistan
esas condiciones peligrosas.
2º Fase: valoración del riesgo
Una vez se ha estimado la magnitud del riesgo, se procede a su valoración; esto es, decidir si el
riesgo es tolerable o no, determinar las actuaciones que se deben seguir y su plazo de
ejecución.
T: Trivial, no se requiere acción preventiva específica. Pues su incidencia en la Salud de los
trabajadores es nimia.
TO: Tolerable, no se necesita mejorar la acción preventiva. Sin embargo se deben considerar
soluciones más rentables o mejoras que no supongan una carga económica importante. Se
requieren comprobaciones periódicas para asegurar que se mantiene la eficacia de las
medidas de control.
MO: Moderado, se deben hacer esfuerzos para reducir el riesgo, determinando las inversiones
precisas. Las medidas para reducir el riesgo deben implantarse en un período determinado.
Cuando el riesgo moderado está asociado con consecuencias extremadamente dañinas, se
precisará una acción posterior para establecer, con más precisión, la probabilidad de daño
332
como base para determinar la necesidad de mejora de las medidas de control.
I: Importante, no debe comenzarse el trabajo hasta que se haya reducido el riesgo. Puede
que se precisen recursos considerables para controlar el riesgo. Cuando el riesgo corresponda
a un trabajo que se está realizando, debe remediarse el problema en un tiempo inferior al de
los riesgos moderados.
IN: Intolerable, no debe comenzar ni continuar el trabajo hasta que se reduzca el riesgo. Si no
es posible reducir el riesgo, incluso con recursos ilimitados, debe prohibirse el trabajo.
Planificación de la actividad preventiva
Si los resultados de la evaluación pusieran de manifiesto situaciones de riesgo, el empresario:
Las actividades de prevención deberán ser modificadas cuando se aprecie, como consecuencia
de los controles periódicos previstos para tal fin, su inadecuación a los fines de protección
requeridos.
El empresario, o la Administración respecto del personal a su servicio, deberán asegurarse de
la efectiva ejecución de las actividades preventivas incluidas en la planificación, efectuando
para ello un seguimiento continuo de la misma.
Cuando se haya producido un daño para la salud de los trabajadores o cuando, con ocasión de
la vigilancia de la salud aparezcan indicios de que las medidas de prevención resultan
insuficientes, se llevará a cabo una investigación al respecto, a fin de detectar las causas de
estos hechos.
3. DAÑOS DERIVADOS DEL TRABAJO
Son las lesiones, patologías o enfermedades sufridas con motivo u ocasión del trabajo.
Un daño profesional es la materialización del riesgo en:
Accidente de trabajo (art. 115 LGSS).
Enfermedad Profesional (art. 116 LGSS).
333
Fatiga, estrés laboral.
Insatisfacción laboral.
Envejecimiento prematuro.
El Accidente de trabajo:
La Ley General de la Seguridad Social (LGSS) lo define, en su artículo 115, como toda lesión
corporal que el trabajador sufra con ocasión o a consecuencia del trabajo que ejecute por
cuenta ajena.
Tendrán la consideración de accidentes de trabajo:
1. Los ocurridos al ir o al volver del lugar de trabajo “accidente in itinere”. El programa
“Aquí hay trabajo” de 18 de septiembre de 2014 analiza los casos que se consideran
accidentes laborales y qué hay que hacer si sufres uno .
2. Los ocurridos con ocasión o a consecuencia del desempeño de cargos electivos de
naturaleza sindical.
3. Los ocurridos al realizar tareas en cumplimiento de las órdenes del empresario o
espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa.
4. Los ocurridos en actos de salvamento u otros de naturaleza análoga, siempre que
tengan conexión con el trabajo.
5. Las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo de la realización del trabajo
y no estén incluidas dentro del cuadro de enfermedades profesionales, siempre que se
demuestre que tuvieron su causa exclusiva en la realización del trabajo.
6. Enfermedades o defectos padecidos con anterioridad por el trabajador, que se vean
agravados a consecuencia del accidente.
7. Las consecuencias del accidente que se vean afectadas a consecuencia de posteriores
enfermedades contraídas en el lugar donde se encuentre el trabajador para su
curación.
Se presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivas de accidente de trabajo las
lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en el lugar del trabajo.
NO tendrán nunca la consideración de accidentes de trabajo:
1. Los debidos a dolo o imprudencia temeraria del trabajador.
2. Los debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, es decir que no tenga relación alguna
con el trabajo realizado.
En ningún caso se considerará fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo y
otros fenómenos análogos de la naturaleza.
La Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo define el A.T. en su artículo 26 apartado 3º.
La Enfermedad Profesional:
La Ley General de la Seguridad Social la define, en su artículo 116, como «la contraída a
consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en
el cuadro que se aprueba por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que
esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen
para cada enfermedad profesional ».
334
El RD 1299/2006 que aprueba el cuadro de enfermedades profesionales. De manera que, las
enfermedades que haya contraído el trabajador a consecuencia del trabajo, que no estén
incluidas en este cuadro, no tendrán la consideración de enfermedad profesional, pero si se
demuestra que tuvo su causa exclusiva en el trabajo tendrá el tratamiento de accidente de
trabajo.
La Orden ESS/66/2013, de 28 de enero, recoge las cantidades actualizadas de las
indemnizaciones por lesiones, mutilaciones y deformidades de carácter definitivo y no
invalidantes: Cuantías de las indemnizaciones por baremo.
La Fatiga laboral:
Se puede definir como una manifestación de la tensión producida por el trabajo, que se
traduce en una disminución de la capacidad de respuesta del organismo.
Contribuyen a la fatiga laboral:
La fatiga laboral se considera una patología inespecífica del trabajo, ya que es debida al
trabajo, pero también a otros factores externos al trabajo, como por ejemplo problemas
personales, vida familiar, etc.
Deben establecerse períodos adecuados de recuperación para evitar que se convierta en algo
crónico y derive en alteraciones fisiológicas y psicológicas más graves.
La Insatisfacción laboral:
Se puede definir como el sentimiento de rechazo que siente el trabajador hacia su trabajo.
Son múltiples las causas de la insatisfacción laboral:
Condiciones laborales precarias (contrato temporal, salario bajo, etc.)
Malas relaciones con los compañeros.
Escasas o nulas posibilidades de promoción en el trabajo.
Ausencia de reconocimiento del trabajo.
La propia personalidad del trabajador (si es una persona insegura, con baja
autoestima, etc.)
El Envejecimiento prematuro:
Lo podemos definir como una aceleración del proceso natural de envejecimiento que sufre
una persona a consecuencia de su trabajo.
A él contribuye no sólo el trabajo, sino también factores personales ajenos al trabajo. Por ello
se considera junto con la fatiga y la insatisfacción laboral, como una patología inespecífica del
trabajo.
335
Es preciso hacer referencia a las nuevas patologías causadas por el trabajo, como el estrés
laboral, síndrome del quemado o bournout, mobbing.
336
(RESUMEN) Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
CAP. I.‐ OBJETO, ÁMBITO DE APLICACIÓN Y DEFINICIONES
Art. 2. Objeto y carácter de la norma.
1. La presente Ley tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadoras/es
mediante la aplicación de medidas y el desarrollo de actividades necesarias para la prevención
de riesgos derivados del trabajo.
2. Las disposiciones de la Ley son derechos mínimos necesarios y no pueden ser rebajadas,
pero sí mejoradas en los convenios colectivos.
Art. 3. Ámbito de aplicación.
La Ley y sus reglamentos serán de aplicación tanto en el ámbito de las relaciones laborales
como en el de las Administraciones públicas y el de las sociedades cooperativas.
Art. 4. Definiciones.
PREVENCIÓN: conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de la
actividad de la empresa para evitar o disminuir riesgos derivados del trabajo.
RIESGO LABORAL: posibilidad de sufrir un daño derivado del trabajo. Para calificar la gravedad
de un riesgo se valorarán conjuntamente la probabilidad de que se produzca el daño y la
severidad del mismo.
DAÑOS DERIVADOS DEL TRABAJO: enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u
ocasión del trabajo.
RIESGO LABORAL GRAVE E INMINENTE: aquel que en un futuro inmediato con casi total
seguridad pueda suponer un daño grave. Si son por exposición a un agente puede no ser
inmediato.
337
POTENCIALMENTE PELIGROSO: toda actividad, producto, etc. que en ausencia de medidas
preventivas originen riesgos.
EQUIPO DE TRABAJO: máquina, aparato, instrumento o instalación utilizada en el trabajo.
CONDICIÓN DE TRABAJO: cualquier característica del trabajo que puede tener influencia en la
generación de riesgos para la seguridad y salud del trabajador.
Son condiciones de trabajo específicas:
Las características generales de los locales, instalaciones, equipos, productos y demás
útiles existentes en el Centro.
La naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el medio y sus
correspondientes intensidades, concentraciones o niveles de presencia.
Los procedimientos de utilización de los agentes anteriormente citados.
Todas aquellas otras características de trabajo, incluidas las relativas a su organización
y ordenación que influyan en la magnitud de los riesgos.
EQUIPO DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL: cualquier equipo, complemento o accesorio que lleve o
sujete el trabajador para que proteja de uno o varios riesgos.
CAP. II.‐ POLÍTICA EN MATERIA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS
Art. 5. Objetivos de la política.
1. La prevención de riesgos a través de la mejora de las condiciones de trabajo.
a) la elaboración de las políticas se llevará a cabo con la participación de empresarios y
trabajadoras/es a través de sus organizaciones representativas.
b) las administraciones públicas promoverán la educación en materia preventiva en la
enseñanza y la adecuación de los recursos humanos necesarios para la prevención de riesgos
laborales.
Art. 6. Normas reglamentarias.
El Gobierno, a través de las correspondientes normas reglamentarias y previa consulta a las
organizaciones sindicales y empresariales más representativas regulará las siguientes materias:
Requisitos mínimos que deben reunir las condiciones de trabajo.
Limitaciones o prohibiciones de operaciones, procesos y exposiciones laborales.
Procedimientos de evaluación de riesgos y guías de actuación preventiva.
Modalidades de organización, funcionamiento y control de los servicios de prevención.
Condiciones de trabajo o medidas preventivas específicas en trabajos especialmente
peligrosos.
Procedimientos de calificación de enfermedades profesionales y procedimiento de
información de daños a la autoridad competente.
Arts. 7 a 13.
338
En estos artículos se describen las actuaciones de las Administraciones públicas competentes
en materia de salud laboral, las funciones del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el
Trabajo, las funciones de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, las actuaciones de las
Administraciones públicas en materia sanitaria, la coordinación administrativa, la participación
de empresarios y trabajadoras/es, y la formación, composición y funciones de la Comisión
Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Se consolidan tres organismos:
1. INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO: a través del cumplimiento
de una serie de funciones, tiene como misión el análisis y estudio de las condiciones de
seguridad y salud en el trabajo, así como la promoción y apoyo a la mejora de las mismas.
2. INSPECCIÓN DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL: le corresponde la función de vigilancia y
control de la normativa sobre prevención de riesgos laborales.
3. COMISIÓN NACIONAL DE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO: órgano colegiado asesor de
las Administraciones públicas en la formulación de las políticas de prevención y órgano de
participación institucional en materia de seguridad y salud en el trabajo.
CAP. III.‐ DERECHOS Y OBLIGACIONES
Art. 14. Derecho a la protección frente a los riesgos laborales.
Este DERECHO recae en los trabajadoras/es y supone el correlativo DEBER del empresario de
proteger a los trabajadoras/es frente a los riesgos laborales y de las Administraciones públicas
respecto al personal a su servicio.
Derechos de los trabajadoras/es:
A la información
A la consulta
A la participación
A la formación preventiva
A la paralización de la actividad en caso de riesgo grave e inminente
A la vigilancia de su salud
Deberes de los empresarios:
Realización de la prevención de los riesgos
Evaluación de riesgos
Información a los trabajadoras/es
Consulta a los trabajadoras/es
Participación de los trabajadoras/es
Formación de los trabajadoras/es
Actuación en casos de emergencia y riesgo grave e inminente para la salud de los
trabajadoras/es
Vigilancia de la salud de los trabajadoras/es
Constitución y atribución de medios para cumplir estas obligaciones
339
Art. 15. Principios de la acción preventiva.
1. El empresario actuará de acuerdo a los siguientes principios generales:
Evitar los riesgos
Evaluar los riesgos que no se puedan evitar
Combatir los riesgos en origen
Adaptar el trabajo a la persona
Tener en cuenta la evolución de la técnica
Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún riesgo
Planificar la prevención
Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual
Dar las debidas instrucciones a los trabajadoras/es
2. El empresario garantizará que:
Sólo los trabajadoras/es que hayan recibido información suficiente y adecuada puedan
acceder a las zonas de riesgo grave y específico
Las medidas preventivas adoptadas prevean las distracciones o imprudencias no
temerarias que pudiera cometer el trabajador
Art. 16. Evaluación de los riesgos.
La acción preventiva se planificará por el empresario a partir de :
una evaluación inicial de los riegos ante la elección de los equipos de trabajo, la
elección de sustancias y preparados químicos y el acondicionamiento de los lugares de
trabajo
la realización de controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la actividad de
los trabajadoras/es, para detectar situaciones potencialmente peligrosas.
la investigación de las causas que hayan producido daños en la salud de los
trabajadoras/es y cuando haya datos sobre la insuficiencia de las medidas preventivas.
Art. 17. Equipos de trabajo y medios de protección.
1. El empresario debe proporcionar equipos de trabajo adecuados al trabajador.
2. Estos equipos deberán utilizarse cuando los riesgos no puedan ser evitados.
Art. 18. Información, consulta y participación de los trabajadoras/es.
1. El empresario adoptará las medidas para que los trabajadoras/es reciban información sobre:
Los riesgos de la empresa en conjunto y de cada tipo de puesto de trabajo.
Las medidas y actividades de protección.
2. El empresario deberá informar directamente a cada trabajador de los riesgos específicos
que le afectan y de las medidas de protección y prevención aplicables a dichos riesgos, así
como, consultar y permitir la participación de los trabajadoras/es en todas las cuestiones que
340
afecten a la seguridad y a la salud.
Art. 19. Formación de los trabajadoras/es.
1. El empresario debe garantizar la formación, teórica y práctica, en materia preventiva
cualquiera que sea la modalidad de contratación, en el momento en el que ésta se produce y
ante cualquier cambio de función, nuevas tecnologías o cambios de equipos.
2. La formación debe estar adaptada al puesto de trabajo o función, se impartirá de forma
periódica y siempre en horas de trabajo.
Art. 20. Medidas de emergencia.
El empresario deberá adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha
contra incendios y evacuación de los trabajadoras/es, designando para ello al personal
encargado de poner en práctica estas medidas.
Art. 21. Riesgo grave e inminente.
El empresario deberá:
Ni los trabajadoras/es ni sus representantes podrán sufrir perjuicio alguno derivado de la
adopción de las medidas citadas en este artículo, salvo que obren de mala fe o cometan
negligencia grave.
Art. 22. Vigilancia de la salud
El empresario garantizará la vigilancia periódica de la salud de los trabajadoras/es.
Esta vigilancia sólo se realizará con el consentimiento del trabajador.
Siempre será respetado el derecho a la intimidad del trabajador y confidencialidad de la
información.
Los resultados serán comunicados a los trabajadoras/es.
341
Los datos no podrán ser utilizados con fines discriminatorios ni en perjuicio del trabajador.
El acceso a los datos se limitará al personal sanitario de los servicios de prevención.
Ahora bien, cuando del examen médico se desprenda que el trabajador no está capacitado
para desempeñar los cometidos de su puesto de trabajo o precisa medidas correctoras,
protectoras o preventivas en el mismo, dicha circunstancia se comunicará a la empresa.
Art. 23. Documentación.
El empresario deberá elaborar y conservar la documentación relativa a:
Evaluación de los riesgos
Medidas de protección y prevención
Controles periódicos de las condiciones de trabajo
Reconocimientos médicos
Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales
Art. 24. Coordinación de actividades empresariales.
Si en un mismo centro de trabajo hay dos o más empresas deberán estas coordinar la
protección, prevención e información a los trabajadoras/es de ambas empresas.
El empresario titular del centro de trabajo deberá dar la información e instrucciones
necesarias.
Art. 25. Protección de trabajadoras/es especialmente sensibles a determinados riesgos.
Los trabajadoras/es no podrán ser empleados en puestos que entrañen riesgo para ellos o
terceros debido a sus características personales o estado biológico conocido.
Art. 26. Protección de la maternidad.
1. Cuando el grado y la duración de la exposición de las trabajadoras en situación de embarazo
o parto reciente, a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo puedan influir
negativamente en la salud de las trabajadoras o del feto, en cualquier actividad susceptible de
presentar un riesgo específico, el empresario adoptará las medidas necesarias para evitar la
exposición a dicho riesgo.
2. Cuando la adaptación de las condiciones o del tiempo de trabajo no resultase posible o, a
pesar de tal adaptación, las condiciones de un puesto de trabajo pudieran influir
negativamente en la salud de la trabajadora embarazada o del feto, y así lo certifique el
médico que en régimen de la Seguridad Social aplicable asista facultativamente a la
trabajadora, ésta deberá desempeñar un puesto de trabajo o función diferente y compatible
con su estado.
3. Lo dispuesto anteriormente será también de aplicación durante el período de lactancia.
4. Las trabajadoras embarazadas tendrán derecho a ausentarse del trabajo, con derecho a
remuneración, para la realización de exámenes prenatales y técnicas de preparación al parto,
previo aviso al empresario y justificación de la necesidad de su realización dentro de la jornada
342
de trabajo.
Art. 27. Protección de los menores.
El empresario debe definir los puestos susceptibles de ser ocupados por menores.
El empresario informará de los riesgos a los jóvenes y a sus padres o tutores.
Art. 28. Relaciones de trabajo temporales, de duración determinada y en empresas de trabajo
temporal.
Los trabajadoras/es tienen derecho a disfrutar del mismo nivel de protección que los
trabajadoras/es de las empresas donde realizan su prestación laboral.
La empresa usuaria de la prestación será responsable de la protección de la seguridad y salud
del trabajador.
La empresa de trabajo temporal será la responsable de la formación y vigilancia de la salud de
sus trabajadoras/es.
La empresa usuaria deberá informar a los representantes de los trabajadoras/es de la
adscripción de los trabajadoras/es de la empresa de trabajo temporal.
Art. 29. Obligaciones de los trabajadoras/es en materia de prevención de riesgos.
1. Corresponde a cada trabajador velar, según sus posibilidades y mediante el cumplimiento de
las medidas de prevención que en cada caso sean adoptadas, por su propia seguridad y salud
en el trabajo y por la de aquellas otras personas a las que pueda afectar su actividad
profesional.
2. Los trabajadoras/es, con arreglo a su formación y siguiendo las instrucciones del empresario,
deberán:
CAP. IV.‐ SERVICIOS DE PREVENCIÓN
Arts. 30, 31 y 32.
El empresario para el cumplimiento de su deber de prevención :
343
Las mutuas podrán constituirse en Servicios de Prevención previa acreditación.
Los trabajadoras/es designados o de los servicios de prevención no podrán sufrir
ningún perjuicio por el desempeño de sus tareas.
Para la organización de los Servicios de Prevención en la Administración pública se
tendrá en cuenta su estructura, ámbitos sectoriales y dispersión geográfica.
Los Servicios de Prevención tendrán función asesora a empresarios, trabajadoras/es,
sus representantes y a los órganos de participación.
CAP. V.‐ CONSULTA Y PARTICIPACIÓN DE LoS TRABAJADORAS/ES
Arts. 33 y 34.
1. El empresario deberá consultar a los trabajadoras/es o sus representantes sobre:
La planificación y organización del trabajo en cuanto a elección de equipos y
determinación de las condiciones de trabajo.
La organización de la prevención.
La designación de los trabajadoras/es encargados de las medidas de emergencia.
El proyecto y la organización de la formación en materia preventiva.
2. Los titulares de la defensa de los trabajadoras/es en materia de prevención de riesgos son
sus representantes sindicales y los órganos de representación.
3. Con carácter general en la Administración pública debe existir un único Comité de Seguridad
y Salud incluyendo al funcionariado de todo tipo y al personal laboral. Este Comité deberá
relacionarse con los Delegados de Prevención de las contratas (limpieza por ejemplo) que
presten servicios en dicho ámbito.
Art. 35. Delegados de Prevención. (D.P.)
1. Los D.P. son los representantes de los trabajadoras/es con funciones específicas en materia
de prevención de riesgos en el trabajo.
Hasta 50 trabajadoras/es: 1 D.P.
De 50 a 100 trabajadoras/es: 2 D.P.
De 101 a 500 " : 3 D.P.
De 501 a 1000 " : 4 D.P.
De 1.001 a 2.000 " : 5 D.P.
De 2.001 a 3.000 " : 6 D.P.
De 3.001 a 4.000 " : 7 D.P.
De 4.001 en adelante : 8 D.P.
No obstante, como se trata de una Ley de mínimos, en los convenios se puede incrementar el
número de D.P. También se puede eliminar la exigencia de que los D.P. tengan que elegirse de
entre los delegados de personal o miembros del Comité de Empresa o de la Junta de Personal.
De la misma manera, se pueden establecer otros sistemas de elección, siempre que se
garantice que la participación de los trabajadoras/es o de sus representantes.
344
Art. 36. Competencias y facultades de los Delegados de Prevención.
1. Son competencias de los D.P.
Ser consultados por el empresario en materia de Salud Laboral.
Comprobar el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales.
2. Estarán facultados para:
Acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo del medio
ambiente de trabajo, así como, a los Inspectores de Trabajo en las visitas y
verificaciones que realicen en los centros de trabajo para comprobar el cumplimiento
de la normativa, pudiendo formular ante ellos las observaciones que estimen
oportunas.
Tener acceso a la información y documentación relativa a condiciones de trabajo,
mediciones...
Ser informados de la ocurrencia de accidentes o enfermedades profesionales
pudiendo asistir al lugar de los hechos, incluso fuera de su jornada laboral.
Recibir del empresario las informaciones obtenidas por éste, procedentes de las
personas u órganos encargados de las actividades de protección y prevención en la
empresa.
Realizar visitas para comprobar las condiciones de los puestos de trabajo, de manera
que no se altere el normal desarrollo de la actividad en el trabajo.
Efectuar propuestas al empresario y al Comité de Seguridad y Salud para la adopción
de medidas de carácter preventivo y de mejora de la salud y seguridad de los
trabajadoras/es.
Proponer al órgano de representación la paralización del trabajo ante riesgo grave e
inminente.
Art. 37. Garantías y sigilo profesional de los Delegados de Prevención.
1. El crédito horario de los DP será el que les corresponde como representantes de los
trabajadoras/es. Será considerado como tiempo de trabajo efectivo el correspondiente a las
reuniones del Comité de Seguridad y Salud, el destinado a acompañar al Inspector de Trabajo y
el destinado a la investigación de accidentes.
2. El empresario deberá proporcionar a los DP los medios y la formación necesarios en materia
preventiva que resulten necesarios para el ejercicio de sus funciones. El tiempo dedicado a la
formación será contabilizado como tiempo de trabajo.
Art. 38. Comité de Seguridad y Salud.
1. El Comité de Seguridad y Salud es el órgano paritario y colegiado de participación destinado
a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la empresa en materia de prevención de
riesgos.
2. Se constituirá un Comité de Seguridad y Salud en todas las empresas o centros de trabajo
que cuenten con 50 o más trabajadoras/es.
3. Estará formado por los DP y por un número igual de representantes designados por la
345
empresa.
4. Pueden asistir a sus reuniones, con voz pero sin voto, los responsables técnicos de la
prevención en la empresa que no estén incluidos en la composición anterior, los Delegados
Sindicales, los técnicos de prevención ajenos a la empresa y los trabajadoras/es de la empresa
que cuenten con una especial cualificación o información respecto de cuestiones concretas
que se debatan.
5. El CSS se reunirá trimestralmente y siempre que lo solicite alguna de las representaciones en
el mismo.
Art. 39. Competencias y facultades del Comité de Seguridad y Salud.
1. Tendrá las siguientes competencias:
a) Participar en la elaboración, puesta en práctica y evaluación de los planes y programas de
prevención de riesgos en la empresa (condiciones de trabajo, organización, formación...).
b) Promover iniciativas de prevención de riesgos.
2. Estará facultado para:
a) Conocer directamente la situación relativa a la prevención de riesgos en el centro de
trabajo, realizando a tal efecto las visitas que estime oportunas.
b) Conocer los documentos e informes relativos a condiciones de trabajo.
c) Conocer y analizar los daños producidos en la salud de los trabajadoras/es.
d) Conocer e informar la memoria y programación anual de servicios de prevención.
Art. 40. Colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
1. Los trabajadoras/es y sus representantes podrán recurrir a la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social si consideran que las medidas adoptadas y los medios utilizados por el
empresario no son suficientes para garantizar la seguridad y la salud en el trabajo.
2. En las visitas a los centros de trabajo el Inspector de Trabajo comunicará su presencia al
empresario, al Comité de Seguridad y Salud y a los Delegados de Prevención.
3. La Inspección de Trabajo y Seguridad Social informará a los Delegados de Prevención sobre
los resultados de las visitas y sobre las medidas adoptadas.
CAP. VI.‐ OBLIGACIONES DE FABRICANTES, IMPORTADORES Y SUMINISTRADORES.
Las empresas fabricantes, importadoras y suministradoras tienen la obligación de transmitir la
información que permita a los trabajadoras/es trabajar adecuadamente sin riesgos o con las
medidas de prevención oportunas.
CAP. VII. RESPONSABILIDADES Y SANCIONES.
Arts. 42 a 54.
El incumplimiento por los empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de
346
riesgos laborales dará lugar a responsabilidades administrativas, penales y /o civiles.
1. Infracciones de carácter leve:
Falta de limpieza
No informar a Inspección de Trabajo (en adelante IT) de accidentes o enfermedades
profesionales
No informar de apertura de centro de trabajo o modificaciones importantes en el
mismo.
2. Infracciones de carácter grave:
No evaluar los riesgos
No vigilar la salud de los trabajadoras/es
No informar a IT de los accidentes y enfermedades profesionales graves, muy graves o
mortales
No registrar y archivar los datos de las evaluaciones de riesgos, controles,
reconocimientos e investigaciones de salud laboral
No comunicar apertura de centro de trabajo o modificaciones del mismo cuando sea
de actividades peligrosas, insalubres o nocivas
No elaborar el plan de seguridad e higiene en proyecto de edificación y obras públicas
Adscripción de trabajadoras/es a puestos de trabajo incompatibles con su salud
Incumplimiento de formación e información suficiente a los trabajadoras/es en salud
laboral
Superación de los límites de exposición legalmente establecidos que originen daño
grave
No adoptar medidas de primero auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los
trabajadoras/es
Incumplimiento del derecho de información, consulta y participación de los
trabajadoras/es
No proporcionar formación y medios para la actividad de los Servicios y de los
Delegados de Prevención
No coordinar las actividades de prevención y emergencia cuando concurran varias
empresas en un centro de trabajo
No organizar el Servicio de Prevención
No comunicar al Servicio de Prevención la incorporación de trabajadoras/es
temporales o pertenecientes a empresas de trabajo temporal.
No someter el Servicio de Prevención a auditoría externa.
Cualquier incumplimiento de los siguientes que genere un riesgo grave:
347
3. Infracciones de carácter muy grave
No cumplir las normas de salud y seguridad específicas de las trabajadoras en periodo
de embarazo y lactancia, y de menores.
No paralizar y suspender los trabajos a instancia de IT
Adscripción de trabajadoras/es a puestos o tareas que por sus características
personales supongan riesgo grave e inminente para su salud.
Incumplimiento de la confidencialidad de los datos de salud de los trabajadoras/es
Superar niveles de exposición que supongan riesgo grave e inminente para la salud de
los trabajadoras/es
Acciones u omisiones que impidan a los trabajadoras/es ejercer su derecho a paralizar
su actividad en caso de riesgo grave e inminente.
Las SANCIONES se clasifican en leves, graves y muy graves con tres grados en cada una de ellas
(mínimo, medio y máximo). Las leves alcanzan sanciones de una cuantía de hasta 250.000
ptas., las graves hasta 5.000.000 y las muy graves hasta 100.000.000.
Las infracciones PRESCRIBEN si son leves al año, si son graves a los tres y si son muy graves a
los cinco años.
Disposiciones adicionales.
1. La Ley DEROGA todas las disposiciones anteriores que se opongan a ella y además
específicamente:
a) Los Arts. 9, 10, 11, 36 aptado. 2, 39 y 40 párr. 2º de la Ley 8/1988, sobre infracciones y
sanciones en el orden social.
b) El Decreto 26‐VII‐1957 por el que se fijan los trabajos prohibidos a mujeres y menores.
c) El Decreto de 11‐III‐1971 sobre Constitución, composición y funciones de los Comités de
Seguridad e Higiene en el Trabajo.
d) Los Títulos I y III de la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
2. En lo que no se oponga a lo previsto en esta Ley, y hasta que se dicten los reglamentos,
continuará siendo de aplicación el Título II de la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en
el Trabajo
348
Real Decreto 2/2006, de 16 de enero, por el que se establecen normas sobre prevención de
riesgos laborales en la actividad de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
CAPÍTULO I
Objeto y ámbito de aplicación
Artículo 1 Objeto
Este real decreto tiene por objeto adoptar las medidas necesarias para promover la seguridad
y salud en el trabajo de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, aplicando los principios
y criterios contenidos en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales, a las peculiaridades organizativas y a las especiales características de las funciones
que tiene encomendadas.
Artículo 2 Ámbito de aplicación
Este real decreto será de aplicación a la actividad de los funcionarios del Cuerpo Nacional de
Policía que presten servicios tanto en los órganos centrales como periféricos dependientes de
la Dirección General de la Policía.
A las funciones que realice el personal comprendido en el ámbito de aplicación de este real
decreto que no presenten características exclusivas de las actividades de policía, seguridad y
servicios operativos de protección civil, les será de aplicación la normativa general sobre
prevención de riesgos laborales, con las peculiaridades establecidas para la Administración
General del Estado, y las contenidas en este real decreto sobre el derecho de información al
personal, órganos de representación, cauces de participación y órganos de prevención,
seguridad y vigilancia de la salud.
CAPÍTULO II
Prevención de riesgos y vigilancia de la salud
Artículo 3 Derecho a la protección frente a los riesgos laborales
1. Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía tienen derecho a una protección eficaz en
materia de seguridad y salud en el trabajo. Tal derecho comprende el derecho a la
información, a la formación en materia preventiva, a realizar propuestas y a participar en la
prevención de todos los riesgos específicos que afecten a su puesto de trabajo o función y a la
adopción de las medidas de protección y prevención aplicables a dichos riesgos. Igualmente
será un derecho de estos funcionarios la vigilancia periódica de la salud, y ésta será inherente a
la actividad llevada a cabo, sin perjuicio de los riesgos específicos que deben asumir los
funcionarios de policía en situaciones de riesgo grave, catástrofe y situaciones de emergencia
social. Todo ello de acuerdo con los términos que se señalan en este real decreto.
2. La Administración del Estado adoptará las medidas necesarias orientadas a garantizar la
seguridad y salud de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía en todos los aspectos
relacionados con el desarrollo de las actividades profesionales, dentro de las peculiaridades
que comporta la función policial.
349
Artículo 4 Principios de la acción preventiva
Las medidas a desarrollar en orden a promover las condiciones de seguridad y salud en el
ámbito de la función policial se inspirarán en los siguientes principios generales:
a) Evitar los riesgos.
b) Evaluar los riesgos de imposible o muy difícil evitación.
c) Combatir los riesgos en su origen.
d) Adaptar el trabajo al funcionario, en particular en lo que respecta a la concepción de los
puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos, con objeto de reducir los
posibles efectos negativos del trabajo en la salud.
e) Tener en cuenta la evolución de la técnica.
f) Priorizar la protección colectiva sobre la individual.
g) Estimular el interés de los funcionarios por la seguridad y la salud en el trabajo a través
de adecuados mecanismos de formación e información.
h) Elegir los medios y equipos de trabajo más adecuados, teniendo en cuenta la evolución
de la técnica, sustituyendo, siempre que sea posible por la naturaleza y circunstancias de
los servicios a realizar, los que entrañen más riesgos por otros que supongan poco o
ninguno.
i) Incorporar a los métodos y procedimientos generales de trabajo, así como, siempre que
ello sea posible, a los dispositivos de servicios específicos, las previsiones más adecuadas,
en orden a la salvaguarda de la seguridad y salud de los funcionarios.
j) Dar las debidas instrucciones a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
Artículo 5 Integración de la prevención de riesgos laborales, evaluación de los riesgos y
planificación de la actividad preventiva
1. La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema general de gestión de la
actividad de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía a través de la implantación y
aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales que deberá incluir todos los
elementos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos.
Los instrumentos esenciales para la gestión y aplicación del plan de prevención de riesgos son
la evaluación de riesgos laborales y la planificación de la actividad preventiva a que se refieren
los apartados siguientes.
2. La evaluación inicial de riesgos deberá realizarse teniendo en cuenta, con carácter general,
la naturaleza de la actividad, las características de los puestos de trabajo existentes y de los
funcionarios que deban desempeñarlos.
Igual evaluación deberá hacerse con ocasión de la elección de los equipos de trabajo, de las
350
sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los lugares de trabajo.
Cada cuatro años y, en todo caso, cuando se produzcan situaciones de daños para la salud, con
ocasión de la introducción de equipos de trabajo que puedan generar riesgos nuevos no
contemplados con anterioridad y cuando se evidencie una inadecuación de los fines de
protección requeridos, se procederá a la revisión y actualización de la evaluación inicial o
sucesivas de riesgos laborales.
3. Si los resultados de la evaluación pusieran de manifiesto situaciones de riesgo, se realizarán
aquellas actividades preventivas necesarias para eliminar o reducir y controlar tales riesgos.
Dichas actividades preventivas serán objeto de planificación por la Dirección General de la
Policía, que se asegurará de la efectiva ejecución de las actividades preventivas incluidas en la
planificación, efectuando para ello un seguimiento continuo de la misma.
Artículo 6 Equipos de trabajo
1. La Administración adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo sean
adecuados para las tareas previstas y, a su vez, para que garanticen la seguridad y salud de los
funcionarios y personal que los utiliza. Se ajustarán a lo dispuesto en su normativa específica y
se tendrán en cuenta las recomendaciones técnico‐científicas existentes en su caso para el
manejo de dichos medios.
Además de los folletos y manuales de uso que acompañen a los diferentes equipos, cuando su
utilización implique complejidad técnica o una determinada cualificación, se proporcionará la
formación adecuada a las personas encargadas de su manejo.
Se adoptarán medidas para que la manipulación y uso de material peligroso quede reservada
exclusivamente a personas autorizadas, llevándose un adecuado control al respecto, así como
de las incidencias producidas en su utilización.
2. La Administración proporcionará a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía equipos
de protección individual adecuados para el desempeño de sus funciones y velará por su uso
efectivo y correcto de los mismos.
Artículo 7 Información, consulta y participación de los funcionarios
1. Por la Dirección General de la Policía, se adoptarán las medidas adecuadas para que los
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía reciban la información necesaria en relación con:
a) Los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, teniendo en cuenta la naturaleza
de la actividad que han de desarrollar.
b) Las medidas y actividades de protección y prevención adoptadas en relación con los
riesgos indicados en el párrafo anterior.
c) Las medidas adoptadas en casos de emergencia a que se refiere el artículo 9.
La información a que se refiere el presente apartado se facilitará a los funcionarios, bien
directamente o a través de los representantes que se señalan en el capítulo III.
2. La Dirección General de la Policía someterá a informe del órgano de representación que se
351
señala en el artículo 15, aquellos planes y programas de carácter general que pretenda
desarrollar, así como las disposiciones normativas que se proponga dictar en cuestiones que
afecten a la seguridad y salud en el trabajo de los funcionarios.
3. Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía podrán efectuar las propuestas que
consideren oportunas, dirigidas a la mejora de los niveles de protección de la seguridad y la
salud, tanto a título individual directamente a través de sus superiores jerárquicos, como a
través de los cauces de representación establecidos en el capítulo III.
Artículo 8 Formación de los funcionarios
La Dirección General de la Policía deberá garantizar que, durante los procesos de formación
para ingreso en el Cuerpo Nacional de Policía, en los cursos de capacitación para la promoción
a las distintas categorías y en los cursos de especialización preceptiva para acceder al
desempeño de aquellos puestos de trabajo que así esté establecido, cada funcionario reciba
una formación teórica y práctica suficiente y adecuada en materia de prevención de riesgos
laborales. Dicha formación también se impartirá cuando se introduzcan nuevas tecnologías o
cambios en los equipos de trabajo.
El tiempo empleado por los funcionarios en los cursos o programas formativos se considerará
tiempo efectivo de trabajo.
Artículo 9 Medidas de emergencia
La Dirección General de la Policía, en función de la magnitud y tipo de actividad policial que se
desarrolla en sus edificios e instalaciones, analizará las posibles situaciones de emergencia,
adoptando las medidas necesarias de actuación para estos casos en materia de evacuación,
lucha contra incendios y primeros auxilios. En razón del alcance de las posibles situaciones de
emergencia, designará al personal adecuado para poner en práctica aquellas medidas y
efectuará comprobaciones periódicas para verificar su correcto funcionamiento. El personal
designado deberá poseer la formación necesaria y disponer de material adecuado para estos
cometidos.
Artículo 10 Vigilancia de la salud
1. La Dirección General de la Policía garantizará la vigilancia periódica del estado de salud de
los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, en orden a la prevención de los riesgos
inherentes a la función policial.
Dichas actuaciones se concretarán, de manera fundamental, en la realización de
reconocimientos médicos y en el desarrollo de campañas de inmunizaciones y de protección
de la salud que en cada momento aconseje el análisis de los riesgos generales de la población y
de los específicos de los funcionarios policiales.
2. Los reconocimientos médicos, así como las demás medidas sanitarias de carácter preventivo
y la administración de vacunas, serán voluntarios, salvo que una norma establezca otra
previsión para determinados casos, o cuando resulten necesarios para la detección de
patologías que puedan causar grave riesgo para los propios funcionarios o para los ciudadanos,
en cuyo caso serán de carácter obligatorio y se informará a los representantes de los
funcionarios.
352
En todo caso se deberá optar por la realización de aquellos reconocimientos o pruebas que
causen las menores molestias al funcionario y que sean proporcionales al riesgo.
La atención a grupos específicos de riesgo, ya sea por la actividad que desarrollan, por las
condiciones medioambientales en que tienen lugar o por la utilización habitual de productos o
equipos específicos que entrañen ciertos índices de peligrosidad, así como la actuación sobre
individuos por tramos de edad, serán criterios a tener en cuenta, entre otros que se estimen
adecuados, en la programación de los reconocimientos y las campañas inmunológicas a
desarrollar.
3. Las medidas de vigilancia y control de la salud se llevarán a cabo respetando siempre el
derecho a la intimidad y a la dignidad del funcionario y la confidencialidad de toda la
información relacionada con su estado de salud.
4. Los resultados de la vigilancia a que se refiere el apartado anterior serán comunicados a los
funcionarios afectados.
5. Los datos relativos a la vigilancia de la salud de los funcionarios no podrán ser usados con
fines discriminatorios ni en su perjuicio.
El acceso a la información médica de carácter personal se limitará al personal médico y a las
autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la salud de los funcionarios, sin que
pueda facilitarse a otras personas sin consentimiento expreso del interesado.
No obstante lo anterior, los responsables de la Dirección General de la Policía, a través del
Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, serán informados de las conclusiones que se
deriven de los reconocimientos efectuados en relación con la aptitud de los funcionarios para
el desempeño del puesto de trabajo o con la necesidad de introducir o mejorar las medidas de
protección y prevención, a fin de que puedan desarrollar correctamente sus funciones en
materia preventiva.
6. Las medidas de vigilancia y control de la salud de los funcionarios se llevarán a cabo por
personal sanitario con competencia técnica, formación y capacidad acreditada.
Artículo 11 Medidas de protección de la maternidad
1. Las funcionarias del Cuerpo Nacional de Policía, durante los periodos de gestación,
maternidad y lactancia, tendrán la adecuada protección en sus condiciones de trabajo, en
orden a evitar situaciones de riesgo, tanto para su propia seguridad y salud como para las del
feto o lactante, debiendo adoptarse con este fin las medidas necesarias.
Al objeto de posibilitar la adopción de tales medidas, las interesadas deberán comunicar su
estado de gestación o lactancia a través de la unidad en que presten sus servicios.
2. Cuando los informes médicos así lo aconsejen, a las referidas funcionarias se les adecuarán
sus condiciones de trabajo, eximiéndoles del trabajo nocturno o a turnos o adscribiéndoles a
otro servicio o puesto de trabajo si fuera necesario, conservando el derecho al conjunto de las
retribuciones de su puesto de origen, mientras persistan las circunstancias que hubieran
motivado tal situación.
3. Durante los indicados periodos de gestación y lactancia, las funcionarias no manejarán
353
máquinas, aparatos, utensilios, instrumentos de trabajo, sustancias u otros elementos que, de
acuerdo con los informes médicos correspondientes, puedan resultar perjudiciales para el
normal desarrollo del embarazo o la lactancia.
4. Con el fin de prevenir posibles daños en la salud de la embarazada o del feto, las
funcionarias que se encuentren en estado de gestación podrán utilizar una vestimenta
adecuada a su situación.
5. Asimismo se adoptarán las medidas oportunas para que a las funcionarias en dichas
situaciones no se les reduzcan o cercenen sus derechos en orden a la promoción interna.
Artículo 12 Obligaciones de los funcionarios en materia de riesgos laborales
1. Corresponde a cada funcionario policial, según sus posibilidades y mediante el cumplimiento
de las medidas de prevención que en cada caso sean adoptadas, velar por su propia seguridad
y salud en el trabajo y por la de aquellas otras personas a las que pueda afectar su actividad
profesional, a causa de sus actos y omisiones en el trabajo, de conformidad con su formación,
las instrucciones de la Dirección General de la Policía y la normativa reguladora en la materia.
2. Los funcionarios deberán en particular:
1.° Usar adecuadamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos previsibles, las
máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos de transporte y, en
general, cualesquiera otros medios con los que desarrollen su actividad.
2.° Utilizar correctamente los medios y equipos de protección facilitados por la Dirección
General de la Policía.
3.° No poner fuera de funcionamiento y utilizar correctamente los dispositivos de
seguridad existentes o que se instalen en los medios relacionados con su actividad o en los
lugares de trabajo en los que ésta tenga lugar.
4.° Informar de inmediato a su superior jerárquico directo o al servicio de prevención,
acerca de cualquier situación que, a su juicio, entrañe, por motivos razonables, un riesgo
para la seguridad y la salud de los funcionarios.
5.° Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la autoridad
competente con el fin de proteger la seguridad y la salud.
6.° Cooperar con la Dirección General de la Policía para que puedan garantizarse unas
condiciones de trabajo que sean seguras y no entrañen riesgos para la seguridad y la salud
de los funcionarios.
CAPÍTULO III
Participación y representación de los funcionarios
Artículo 13 Participación y representación de los funcionarios
Sin perjuicio de las funciones del Consejo de Policía, que se recogen en el artículo 25.2 de la
Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la participación y
354
representación de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía en las cuestiones
relacionadas con la prevención de riesgos en el trabajo, así como con la seguridad y salud
laboral derivadas del ejercicio de las funciones que le están atribuidas por la normativa
vigente, se canalizará en la forma y por los representantes y órganos que se establecen en este
capítulo.
Artículo 14 De los Delegados de prevención
1. Los Delegados de prevención son los representantes de los funcionarios del Cuerpo Nacional
de Policía en las materias específicas de prevención de riesgos laborales de la función policial.
2. Dichos delegados, que deberán tener la condición de funcionarios del Cuerpo Nacional de
Policía, en situación de activo o de segunda actividad, serán designados por las organizaciones
sindicales con representación en el Consejo de Policía de la forma siguiente:
a) Cada organización sindical con representación designará un delegado en las Jefaturas
Superiores de Policía y en el conjunto de los servicios centrales.
b) Asimismo, de acuerdo con el censo de electores de cada escala para representantes en
el Consejo de la Policía en los órganos y unidades antes mencionados, será designado un
número de delegados igual al que resulte de aplicar la siguiente tabla:
Hasta 500 electores: 0 Delegados.
De 501 a 1.000 electores: 1 Delegado.
De 1.001 a 2.000 electores: 2 Delegados.
De 2.001 a 3.000 electores: 3 Delegados.
De 3.001 a 4.000 electores: 4 Delegados.
De 4.001 a 5.000 electores: 5 Delegados.
De 5.001 a 6.000 electores: 6 Delegados.
De 6.001 a 7.000 electores: 7 Delegados.
Más de 7.000 electores: 8 Delegados.
La distribución de los delegados resultantes de la aplicación de esta tabla, entre las distintas
organizaciones sindicales del Cuerpo Nacional de Policía, se llevará a cabo de acuerdo con el
mismo sistema de proporcionalidad que el establecido para la asignación de representantes en
las elecciones al Consejo de Policía.
3. Serán funciones de los delegados de prevención dentro del ámbito territorial en que hayan
sido designados:
a) Colaborar con los órganos de la Dirección General en la mejora de la acción preventiva.
b) Promover y fomentar la cooperación de los funcionarios en el cumplimiento de la
normativa sobre prevención de los riesgos laborales que se establezca para las funciones
de policía.
c) Tener acceso a la información y documentación relativa a las condiciones de trabajo que
sean necesarias para el ejercicio de sus funciones.
d) Ser informados sobre los daños producidos en la salud de los funcionarios.
355
e) Recibir información de las actividades de prevención y protección desarrolladas por el
Servicio de Prevención.
f) Realizar visitas a las dependencias policiales, previa comunicación al Jefe de las mismas,
para ejercicio de las labores de vigilancia y control del estado de las condiciones de
trabajo, pudiendo entrevistarse con los funcionarios durante la jornada laboral de manera
que no se altere el normal desarrollo del servicio policial.
g) Solicitar a los responsables de los órganos policiales centrales o periféricos la adopción
de medidas de carácter preventivo para mejorar los niveles de protección de la seguridad y
salud de los funcionarios. Los responsables de los órganos policiales deberán dar repuesta
expresa a dicha solicitud o informar sobre el trámite dado a ésta.
h) Ejercer la labor de vigilancia y control sobre el cumplimiento de la normativa de
prevención de riesgos laborales, pudiendo acompañar a los técnicos de prevención en las
evaluaciones de riesgos que realicen, así como en las visitas y verificaciones que hagan a
los centros de trabajo, y formularles las observaciones que estimen oportunas.
4. El tiempo utilizado por los delegados de prevención para el desempeño de las funciones
relacionadas en el apartado anterior, será considerado como de ejercicio de funciones de
representación, a efectos de la utilización del crédito de horas mensuales retribuidas a que se
refiere el artículo 22.2.b) de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad.
No obstante lo anterior, será considerado, en todo caso, como tiempo de trabajo efectivo, sin
imputación al crédito de horas referido en el párrafo precedente, el correspondiente a las
reuniones de los Comités de Seguridad y Salud y a cualesquiera otras convocadas por la
Administración en materia de prevención de riesgos laborales.
5. La Dirección General de la Policía proporcionará a los delegados de prevención la formación
y medios que resulten necesarios para el ejercicio de sus funciones.
El tiempo dedicado a la formación será considerado como tiempo de trabajo a todos los
efectos.
6. Los delegados de prevención deberán guardar sigilo profesional respecto a todas las
informaciones que conozcan por razón o con ocasión del desempeño de sus funciones.
Artículo 15 De la Comisión de seguridad y salud laboral policial
1. La Comisión de seguridad y salud laboral policial se constituye como órgano nacional
paritario y colegiado de participación de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía,
destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la Administración, en materia
de prevención de riesgos, seguridad y salud laboral. Estará integrado por un número de
miembros de las organizaciones sindicales de dicho Cuerpo igual al que estas tienen en el
Consejo de Policía y un número equivalente de representantes de la Administración. A estos
efectos, cada organización sindical designará el mismo número de representantes que ostente
en el indicado Consejo y la Dirección General de la Policía los de la Administración. Ostentará
la Presidencia de la Comisión aquel de estos últimos que desempeñe el puesto de trabajo de
superior nivel, y actuará como Secretario el representante de la Administración que designe el
356
Presidente.
Serán funciones de la Comisión:
a) Conocer, informar las actuaciones y participar en la elaboración y aprobación de los
planes y programas que la Administración se proponga desarrollar en orden a la seguridad
y salud laboral de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, así como respecto a la
prevención de riesgos en la actividad policial.
b) Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la efectiva prevención de los
riesgos, proponiendo la mejora de las condiciones o la corrección de las existentes.
c) Debatir e informar las propuestas y consultas que se formulen en los Comités de
seguridad y salud, en orden a homogeneizar las medidas y planes de prevención de la
actividad policial en los distintos ámbitos territoriales.
d) Conocer y analizar los daños producidos en la salud o integridad física y psíquica de los
funcionarios, los informes del servicio de prevención relativos a las condiciones de trabajo
relacionadas con la seguridad y la salud laboral, al objeto de valorar las causas y proponer
medidas oportunas.
e) Conocer e informar la memoria y programación anual del servicio de prevención.
Artículo 16 De los Comités de seguridad y salud
1. Los Comités de seguridad y salud son los órganos paritarios y colegiados de participación a
nivel territorial, destinados a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la Dirección
General de la Policía en materia de prevención de riesgos laborales, en sus respectivos
ámbitos.
2. En cada Jefatura Superior de Policía y en el conjunto de los servicios centrales de la
Dirección General de la Policía se constituirá un Comité de seguridad y salud, que estará
formado por los delegados de prevención, designados conforme al artículo 14.2, y por
representantes de la Administración en número igual al de los delegados de prevención.
Los representantes de la Administración en cada comité, serán designados por el Director
General de la Policía.
3. En las reuniones de los Comités de seguridad y salud actuará como Presidente el
representante de la Administración que ostente el puesto de trabajo de superior nivel, y como
Secretario, el representante de la Administración que al efecto designe el Presidente.
Artículo 17 Funcionamiento de la Comisión de seguridad y salud laboral policial y de los
Comités de seguridad y salud
1. La Comisión de seguridad y salud laboral policial y los Comités de seguridad y salud se
reunirán al menos una vez cada semestre la primera y cada trimestre los segundos y, además,
todas aquellas otras que fueran necesarias para el cumplimiento de las funciones que
respectivamente se le señalan en los artículos anteriores.
2. A las reuniones de dichos órganos podrán asistir, con voz pero sin voto, además de sus
357
miembros respectivos, todas aquellas personas que en calidad de asesores o expertos en la
materia de que se trate, consideren necesarias los representantes de la Administración o de
los funcionarios.
3. La comisión y los comités adoptarán sus propias normas de funcionamiento.
CAPÍTULO IV
Servicio de Prevención
Artículo 18 Servicio de Prevención
1. En orden al cumplimiento de los fines de prevención de riesgos, objeto de este real decreto,
en la Subdirección General de Gestión y Recursos Humanos de la Dirección General de la
Policía se constituirá un Servicio de prevención propio, de ámbito nacional, con las funciones
de proporcionar a los órganos de dicho centro directivo el asesoramiento y apoyo que precise
en relación con:
a) El diseño, aplicación y coordinación de los planes y programas de acción preventiva.
b) La evaluación de los riesgos en las actividades que constituyen las funciones policiales.
c) La determinación de prioridades en la adopción de las medidas preventivas adecuadas y
la vigilancia de su eficacia.
d) La información y formación de los funcionarios y de sus representantes.
e) La prestación de los primeros auxilios y los planes de emergencia.
f) La vigilancia de la salud de los funcionarios en relación con los riesgos derivados del
trabajo.
g) La elaboración de la memoria anual.
2. Para el desarrollo en las tareas que conllevan las funciones reseñadas anteriormente, el
Servicio de prevención contará con personal cualificado para el desarrollo de las tareas de
prevención de riesgos laborales y deberá integrar al menos dos de las cuatro funciones
correspondientes al nivel superior de cualificación, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos
35, 36 y 37 del Reglamento de Servicios de Prevención aprobado por Real Decreto 39/1997, de
17 de enero, y en los términos que se contemplan en el artículo 7 del Real Decreto 1488/1998,
de 10 de julio, de adaptación de la legislación de prevención de riesgos laborales a la
Administración General del Estado.
3. Asimismo, las distintas unidades y servicios de la Dirección General de la Policía, y
especialmente aquellos relacionados con las áreas de sanidad, arquitectura, automoción,
informática y seguridad de las dependencias policiales, prestarán su apoyo, colaboración y
cooperación, en orden a la realización de las funciones encomendadas al servicio de
prevención de riesgos laborales.
358
CAPÍTULO V
Instrumentos de control
Artículo 19 Evaluación del sistema de prevención
El sistema de prevención de riesgos regulado en este real decreto se someterá a control
periódico, mediante auditorías y evaluaciones, que serán realizadas cada cinco años por la
Inspección de Personal y Servicios de Seguridad de la Secretaría de Estado de Seguridad, que a
dichos efectos podrá requerir el asesoramiento y colaboración del Instituto Nacional de
Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Si en la realización de tales auditorías y evaluaciones se detectara la existencia de situaciones
de grave e inminente riesgo para la seguridad y la salud, que no deban ser asumidas en virtud
de la naturaleza de las funciones que se realizan, se comunicará urgentemente al órgano
competente para adoptar las medidas necesarias para su corrección. De las demás deficiencias
observadas se elevará informe a la subdirección general competente, por conducto del servicio
de prevención, con las recomendaciones que estimen convenientes para su solución.
Asimismo, en orden al cumplimiento de las funciones asignadas a la Inspección de Personal y
Servicios de Seguridad, por el servicio de prevención se le remitirá copia de la memoria anual
que elabore.
Los informes de las auditorías y evaluaciones estarán a disposición de los representantes de los
funcionarios.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Disposición adicional primera Medidas correctoras
El procedimiento para la imposición de medidas correctoras de los incumplimientos en materia
de prevención de riesgos laborales, en el ámbito a que se refiere este real decreto, será el que
se contempla en el Reglamento sobre procedimiento administrativo especial de actuación de
la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y para la imposición de medidas correctoras de
incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales en el ámbito de la
Administración General del Estado, aprobado por el Real Decreto 707/2002, de 19 de julio, a
cuyo efecto, en el ámbito de las actividades exclusivas de policía, seguridad y servicios
operativos de protección civil a que se refiere el artículo 2, las referencias que se hacen en el
citado real decreto a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social o a sus órganos o unidades
territoriales, se entenderán hechas a la Inspección de Personal y Servicios de Seguridad de la
Secretaría de Estado de Seguridad.
Disposición adicional segunda Adaptaciones presupuestarias y de catalogo de puestos de
trabajo
Los gastos que se deriven de la ejecución de las medidas previstas en este real decreto
deberán ser financiados por la Dirección General de la Policía, dentro de los recursos que les
sean asignados en el escenario presupuestario que se apruebe, de acuerdo con lo previsto en
el artículo 12 de la Ley 18/2001, de 12 de diciembre, General de Estabilidad Presupuestaria.
Las modificaciones del correspondiente catálogo de puestos de trabajo, que no podrán
359
generar incremento de los gastos de personal, serán aprobadas conjuntamente por los
Ministerios de Economía y Hacienda y de Administraciones Públicas, a través de la Comisión
Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones, a propuesta del Ministerio del
Interior.
Disposición adicional tercera Inclusión de las materias de prevención de riesgos en los planes de
formación, promoción y especialización de los Centros docentes policiales
La Dirección General de la Policía adoptará las medidas oportunas, para que en los planes de
estudios de distintos cursos de formación para ingreso y promoción interna en el Cuerpo
Nacional de Policía, que se desarrollen en los centros docentes dependientes de aquélla, a
partir de la entrada en vigor de este real decreto, se incluyan obligatoriamente las materias
relacionadas con la prevención de riesgos laborales en el ámbito policial.
Asimismo, realizará las actuaciones oportunas en orden a propiciar la formación básica en
materia de riesgos laborales de todos aquellos funcionarios, que no participen en los procesos
a que se refiere el párrafo anterior o en cursos de especialización, en que dicha materia no sea
contemplada como parte del programa.
Disposición adicional cuarta Constitución de los órganos de prevención
Los órganos de prevención que se recogen en este real decreto deberán constituirse en el
plazo de un año, a partir de su entrada en vigor.
DISPOSICIONES FINALES
Disposición final primera Habilitación reglamentaria
Se autoriza al Ministro del Interior para dictar las normas de desarrollo que requiera la
aplicación de este real decreto.
Disposición final segunda Entrada en vigor
El presente real decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín
Oficial del Estado».
TEXTO COMPLETO AQUÍ: http://noticias.juridicas.com/base_datos/Laboral/l31‐1995.html
360
Real Decreto 67/2010, de 29 de enero, de adaptación de la legislación de Prevención de
Riesgos Laborales a la Administración General del Estado.
Artículo 1 Objeto
El objeto del presente real decreto es la adaptación a la Administración General del Estado de
la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, y sus normas de
desarrollo, así como del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento de los Servicios de Prevención, partiendo de la integración de la prevención en el
conjunto de sus actividades y decisiones y la potenciación de sus recursos propios, y
adecuando su contenido a sus peculiaridades organizativas y de participación del personal a su
servicio.
Artículo 2 Ámbito de aplicación
1. La presente disposición será de aplicación en la Administración General del Estado y en los
organismos públicos vinculados o dependientes de ella que tengan personal funcionario o
estatutario a su servicio, ya tengan o no, además, personal laboral. En caso de que existan
ambos tipos de personal, las previsiones serán igualmente aplicables a ambos.
2. En los establecimientos penitenciarios, las actividades cuyas características justifiquen una
regulación especial serán objeto de adaptación de conformidad con el artículo 3.3 de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre.
3. No será de aplicación la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, según lo dispuesto en su artículo
3.2, en aquellas actividades cuyas particularidades lo impidan, en el ámbito de las funciones
públicas de:
a) Policía, seguridad y resguardo aduanero.
b) Servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos de grave riesgo,
catástrofe y calamidad pública.
c) Fuerzas armadas y actividades militares de la Guardia Civil.
4. A las funciones que realicen los miembros del Cuerpo de la Guardia Civil y los funcionarios
del Cuerpo Nacional de Policía, que no presenten características exclusivas de las actividades
de policía, seguridad, resguardo aduanero y servicios operativos de protección civil, les será de
aplicación la normativa general sobre prevención de riesgos laborales, con las peculiaridades
establecidas para la Administración General del Estado en este real decreto y las contenidas en
los reales decretos 179/2005, de 18 de febrero, y 2/2006, de 16 de enero, respectivamente
para la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Así mismo, dicha normativa general sobre prevención de riesgos laborales será igualmente
aplicable a los miembros del servicio de Vigilancia Aduanera, cuando realicen actividades cuyas
peculiaridades no lo impidan.
5. En los centros y establecimientos militares será de aplicación la normativa general con las
peculiaridades que se contemplan en los apartados siguientes:
a) Lo previsto en el Real Decreto 1932/1998, de 11 de septiembre, en el ámbito de las
361
relaciones de trabajo del personal laboral y los funcionarios civiles que prestan sus
servicios en establecimientos dependientes de la Administración Militar.
b) Para el personal militar y miembros del Cuerpo de la Guardia Civil que presten sus
servicios en el ámbito del Ministerio de Defensa, lo previsto en los capítulos III, V y VII de la
Ley 31/1995, de 8 de noviembre, se aplicará de acuerdo con el Real Decreto 1755/2007, de
28 de diciembre, de prevención de riesgos laborales del personal militar de las Fuerzas
Armadas y de la organización de los servicios de prevención del Ministerio de Defensa.
6. En los servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos de grave riesgo,
catástrofe y calamidad pública la exclusión únicamente se entenderá a efectos de asegurar el
buen funcionamiento de los servicios indispensables para la protección de la seguridad, de la
salud y el orden público en circunstancias de excepcional gravedad y magnitud, quedando en
el resto de actividades al amparo de la normativa general de prevención de riesgos laborales.
Artículo 3 Integración de la actividad preventiva. Plan de Prevención de Riesgos Laborales
1. La actividad preventiva a desarrollar en cada Departamento u organismo público afectados
por este real decreto deberá integrarse en su correspondiente sistema general de gestión, en
los términos establecidos en los apartados 1 y 2 del artículo 1 del Real Decreto 39/1997, de 17
de enero.
2. El Plan de Prevención de Riesgos Laborales es la herramienta a través de la cual debe
integrarse la actividad preventiva de los Departamentos y organismos públicos en su sistema
general de gestión, en los términos establecidos en el artículo 2 del Real Decreto 39/1997, de
17 de enero.
3. El Plan de Prevención de Riesgos Laborales habrá de reflejarse en un documento que se
conservará a disposición de la autoridad laboral, de las autoridades sanitarias y de los
representantes de los trabajadores, e incluirá, con la amplitud adecuada a la dimensión y
características de cada Departamento u organismo público, los siguientes elementos:
a) La identificación del Departamento u organismo público, de su actividad, el número y
características de los centros de trabajo y el número de trabajadores y sus características
con relevancia en la prevención de riesgos laborales.
b) La estructura organizativa del Departamento u organismo público, identificando las
funciones y responsabilidades que asume cada uno de sus niveles jerárquicos y los
respectivos cauces de comunicación entre ellos, en relación con la prevención de riesgos
laborales.
c) La identificación, en su caso, de los distintos procesos de trabajo, las prácticas y los
procedimientos organizativos existentes en el Departamento u organismo, en relación con
la prevención de riesgos laborales.
d) La organización de la prevención en el Departamento u organismo, indicando la
modalidad preventiva elegida y los órganos de representación existentes.
e) La política, los objetivos y metas que en materia preventiva pretende alcanzar el
362
4. Según se establece en el artículo 2.3 del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, la
evaluación de riesgos laborales y la planificación de la actividad preventiva, como
instrumentos esenciales para la gestión y aplicación del Plan de Prevención de Riesgos
Laborales, deberán realizarse en la forma general que se determina en el artículo 16 de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre, considerando cuando sea el caso las previsiones establecidas en
los artículos 25, 26 y 27 de la misma, y de acuerdo al capítulo II del citado Real Decreto
39/1997, de 17 de enero.
Artículo 4 Participación y representación
1. Con carácter general y sin menoscabo de lo establecido en la normativa específica aplicable
a los colectivos que se citan en el artículo 2, apartados 2 a 5, de este real decreto,
corresponden:
a) A las Juntas de Personal, Comités de Empresa, delegados de personal y representantes
sindicales, las funciones a las que se refiere el artículo 34.2 de la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre.
b) A los Delegados de Prevención, las competencias y facultades establecidas en el artículo
36 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre.
c) A los Comités de Seguridad y Salud, las competencias y facultades establecidos en el
artículo 39 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre.
2. La Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, dependiente de la Mesa General
de Negociación de la Administración General del Estado, regulada por el artículo 36.3 de la Ley
7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, será el órgano específico de
participación y negociación de las organizaciones sindicales en materia de prevención de
riesgos laborales, según se establece en el artículo 37 del citado Estatuto Básico.
3. En el ámbito de cada Departamento u organismo público, cuando así se acuerde en los
mismos y siempre que exista más de un Comité de Seguridad y Salud, podrán existir sendas
Comisiones de Prevención de Riesgos Laborales que, en su caso, se constituirán o adaptarán, si
ya estuvieran constituidas, de acuerdo con los criterios generales de ordenación de mesas de
negociación establecidos por la Ley 7/2007, de 12 de abril.
Artículo 5 Delegados de Prevención
1. Los Delegados de Prevención serán designados por los representantes del personal con
presencia en los ámbitos de los órganos de representación del personal y entre, por una parte,
aquellos funcionarios que sean miembros de la Junta de Personal correspondiente y, por otra,
los representantes del personal laboral miembros del Comité de Empresa o delegados de
personal, pudiendo acordarse otro sistema de designación conforme a lo previsto en el
artículo 35.4 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales.
El acuerdo para utilizar, en su caso, otros sistemas de designación de los Delegados de
Prevención habrá de adoptarse en la Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales.
363
2. El número de los Delegados de Prevención que podrán ser designados para cada uno de
ambos colectivos de personal se ajustará a la escala establecida en el artículo 35.2 de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre.
3. Cada Departamento u organismo público, así como las Delegaciones y Subdelegaciones del
Gobierno competentes, acreditarán de forma individualizada a los Delegados de Prevención,
con la finalidad de facilitar el desempeño de sus tareas, una vez comunicado su
nombramiento.
4. Los Delegados de Prevención, sea cual sea el sistema por el que hayan sido designados,
tendrán las competencias y facultades atribuidas a éstos por el artículo 36 de la citada Ley
31/1995 y contarán, en el ejercicio de sus funciones, con las garantías establecidas al efecto en
el artículo 37 de dicha Ley.
5. El tiempo utilizado por los Delegados de Prevención para el desempeño de dichas
competencias y facultades será considerado como de ejercicio de funciones de representación,
a efectos de utilización del crédito de horas mensuales retribuidas previsto en el párrafo d) del
artículo 68 del Estatuto de los Trabajadores y en el párrafo d) del artículo 41 de la Ley 7/2007,
del Estatuto Básico del Empleado Público, y artículo 10.3 de la Ley Orgánica de Libertad
Sindical.
Será considerado, en todo caso, como tiempo de trabajo efectivo, sin imputación al crédito
horario, el correspondiente a las reuniones del Comité de Seguridad y Salud y a cualesquiera
otras convocadas por la Administración en materia de prevención de riesgos laborales, así
como el destinado a las visitas previstas en los párrafos a) y c) del artículo 36.2 de la Ley
31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales.
6. Los órganos competentes proporcionarán a los Delegados de Prevención los medios y
formación en materia preventiva que resulten necesarios para el ejercicio de sus funciones,
una vez consultados los representantes del personal.
La formación se deberá facilitar por la Administración por sus propios medios o mediante
concierto con organismos, entidades especializadas en la materia u organizaciones sindicales
acreditadas.
El tiempo dedicado a la formación será considerado como tiempo de trabajo efectivo a todos
los efectos.
7. La Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales podrá, en su caso, proponer otras
figuras o ámbitos de representación para los Delegados de Prevención, en el marco de las
estrategias española y europea vigentes en cada momento en esta materia.
Artículo 6 Comité de Seguridad y Salud
1. El Comité de Seguridad y Salud es el órgano paritario y colegiado de participación, destinado
a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la Administración General del Estado y
de los organismos públicos incluidos en el ámbito de aplicación de este real decreto, en
materia de prevención de riesgos laborales. El citado Comité estará formado por los Delegados
de Prevención designados conforme al artículo 5 del presente real decreto y por
representantes de la Administración en número no superior al de delegados.
364
La Administración deberá facilitar a sus representantes en el Comité de Seguridad y Salud una
formación específica en materia de prevención de riesgos laborales adecuada a sus funciones y
competencias en el mismo.
2. Con carácter general, en cada provincia se constituirá un Comité de Seguridad y Salud, que
dependerá de la Subdelegación del Gobierno, debiendo los titulares de los servicios no
integrados prestar toda la colaboración que precisen los Subdelegados del Gobierno para
facilitar su constitución.
Sin embargo, se podrá constituir un Comité de Seguridad y Salud en un servicio no integrado o
delegación de un organismo público, cuando cuente con 50 o más empleados públicos en la
provincia, de conformidad con los artículos 34.3 y 38.2 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre.
En aquellas provincias en que existan edificios de servicios múltiples podrá constituirse un
único Comité de Seguridad y Salud por edificio.
3. Para facilitar el cumplimiento de lo previsto en el artículo 34.3.c) de la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre, corresponde a la Dirección General de la Función Pública la elaboración de
criterios aplicables a la constitución, modificación y funcionamiento de los distintos Comités
existentes en una provincia; criterios que serán presentados a la Comisión Técnica de
Prevención de Riesgos Laborales.
4. En las reuniones del Comité de Seguridad y Salud podrán participar, con voz pero sin voto,
los delegados sindicales, los asesores sindicales, en su caso, y los responsables técnicos de
prevención en el ámbito correspondiente. Dichos responsables técnicos no podrán, en
consecuencia, formar parte del Comité como representantes exclusivos de la Administración.
En las mismas condiciones podrá participar el personal que cuente con una especial
cualificación o información respecto de concretas cuestiones que se debatan en este órgano y
técnicos en prevención ajenos a la Administración General del Estado, siempre que así lo
solicite alguna de las representaciones del Comité.
5. El Comité de Seguridad y Salud se reunirá trimestralmente y siempre que lo solicite alguna
de las representaciones en el mismo. El Comité de Seguridad y Salud adoptará sus propias
normas de funcionamiento.
6. Los Departamentos y organismos públicos que cuenten con varios centros de trabajo
dotados de Comité de Seguridad y Salud podrán acordar con su personal la creación de un
Comité Intercentros, con las funciones que el acuerdo le atribuya.
Artículo 7 Servicios de Prevención
1. En cumplimiento del deber de prevención de riesgos profesionales, los órganos
competentes determinarán, previa consulta con los representantes del personal y en función
de la estructura organizativa y territorial de sus organismos, así como del tipo de riesgos
presentes en los mismos y su incidencia en los empleados públicos, la modalidad de
organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas más
ajustado a sus características, potenciando la utilización de los recursos propios existentes en
la Administración General del Estado y en los organismos públicos incluidos en el ámbito de
aplicación de este real decreto.
365
2. La organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas
se realizará por los órganos competentes con arreglo a alguna de las modalidades siguientes, o
a cualquier combinación de las mismas, según se especifica en los puntos siguientes del
presente artículo:
a) Constituyendo un servicio de prevención propio.
b) Designando a uno o varios empleados públicos para llevarla a cabo.
c) Recurriendo a un servicio de prevención ajeno.
Con carácter general se dará prioridad a la constitución de servicios de prevención propios,
contratando temporalmente las actividades preventivas difíciles de asumir por su complejidad
técnica.
3. Se deberá crear un servicio de prevención propio, con posibilidad de asunción parcial de la
actividad preventiva por un servicio de prevención ajeno, cuando concurra alguno de los
siguientes supuestos:
a) En los servicios centrales de los Departamentos ministeriales que cuenten con más de
500 empleados públicos, y en aquellos que tengan entre 250 y 500 empleados públicos y
desarrollen alguna de las actividades incluidas en el anexo I del Real Decreto 39/1997, de
17 de enero.
b) En el ámbito provincial, con carácter general se deberá crear un servicio de prevención
propio en todos los servicios no integrados o delegaciones de Organismos públicos que
cuenten en una provincia con más de 500 empleados públicos, y en aquéllos que tengan
entre 250 y 500 empleados públicos y desarrollen alguna de las actividades incluidas en el
citado anexo I del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero.
No obstante, también se podrá constituir un servicio de prevención propio para más
de una provincia en los Departamentos ministeriales u organismos públicos cuando
cuenten, en el conjunto de ellas, con más de 500 empleados públicos, o tengan entre
250 y 500 empleados públicos y desarrollen alguna de las actividades incluidas en el
anexo I del Reglamento de los Servicios de Prevención, previo informe a la Comisión a
la que se refiere el artículo 4.3 del presente real decreto o, en su defecto, a la
Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales.
c) Y cuando así se considere necesario en los Departamentos, organismos públicos y
centros de trabajo, en función de la peligrosidad de la actividad desarrollada o de la
frecuencia y gravedad de la siniestralidad, o del volumen de efectivos de los centros de
trabajo.
Dicho servicio de prevención habrá de contar, como mínimo, con dos de las
especialidades o disciplinas preventivas previstas en el artículo 34 del Real Decreto
39/1997, de 17 de enero, desarrolladas por expertos con la capacitación requerida
para las funciones a desempeñar, según lo establecido en el capítulo VI del mismo.
4. Podrá acordarse la constitución de servicios de prevención mancomunados entre aquellos
Departamentos ministeriales y organismos públicos que desarrollen simultáneamente
actividades en un mismo edificio o en un área geográfica limitada, siempre que quede
366
garantizada la operatividad y eficacia del servicio de conformidad con lo establecido en el
artículo 21 del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, y de acuerdo a los criterios que la
Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales pueda establecer.
Si el servicio mancomunado afecta a varios Departamentos ministeriales, será adscrito a la
Delegación o Subdelegación del Gobierno que corresponda, debiendo ésta efectuar o solicitar
las adaptaciones presupuestarias que, en su caso, sean necesarias para asumir todos los costes
de establecimiento y funcionamiento del mismo.
Si los titulares de dicho servicio mancomunado fuesen varios organismos dependientes del
mismo Departamento ministerial, deberán acordar entre ellos el criterio y reparto de su
financiación, así como la adscripción del mismo.
5. En los casos en los que no proceda la constitución de servicios de prevención propios o
mancomunados, o se necesite asegurar una cobertura suficiente y adecuada a la estructura y
organización territorial, en su caso, del Departamento u organismo, se deberá designar a uno o
varios empleados públicos para ocuparse de la actividad preventiva, que deberán tener
también la capacitación requerida para las funciones a desarrollar, según lo establecido en el
capítulo VI del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero. Dichos empleados públicos designados
podrían complementar al Servicio de Prevención en un ámbito determinado, en cuyo caso
deberán actuar bajo la coordinación y con el apoyo efectivo de dicho Servicio de Prevención.
La necesidad de complementar la actuación de un servicio de prevención propio o
mancomunado de un Departamento u organismo, mediante la designación de empleados
públicos, podrá ser instada por la Dirección General de la Función Pública cuando se aprecien
razones de dispersión o cobertura que así lo aconsejen, sin menoscabo de las competencias
que a este respecto corresponden a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Los empleados públicos designados podrán ser tanto funcionarios como personal laboral.
Cuando se opte por la designación de empleados públicos para la realización de actividades de
prevención, ésta deberá ser consultada con los órganos de representación del personal.
6. La designación deberá expresar con claridad:
a) El ámbito de actuación del trabajador designado, indicando la organización o parte de la
misma sobre la que deberá actuar, así como las funciones a realizar, concretando las
establecidas, según el nivel, en los artículos 35, 36 ó 37 del Real Decreto 39/1997, de 17 de
enero. Dichas funciones deberán formar parte de la relación general de tareas a
desarrollar por cada Delegación o Subdelegación del Gobierno.
b) El carácter de dedicación exclusiva, siempre que sea posible, indicando el tiempo
mínimo de dedicación, caso de no serlo.
c) Los medios que se pondrán a su disposición.
d) El Servicio de Prevención del Departamento u organismo al que esté adscrito, en su
caso, indicando la coordinación a establecer y los mecanismos de comunicación con el
mismo. Dicha adscripción será obligatoria siempre que el Departamento u organismo de
que se trate disponga de un Servicio de Prevención Propio o Mancomunado.
367
7. Conforme a lo indicado en el apartado 2 del presente artículo, en aquellos casos en que las
peculiaridades de la organización lo requieran, se podrá recurrir a uno o varios servicios de
prevención ajenos que colaborarán entre sí cuando sea necesario, debiendo cumplir con lo
establecido en los artículos 16 a 19 del Reglamento de los Servicios de Prevención y realizarse
el concierto según su artículo 20, previa consulta a los Delegados de Prevención
correspondientes o a la Comisión a que se refiere el artículo 4.3 de este Real Decreto, si la
hubiere, y posterior comunicación a la Comisión Técnica de Prevención de Riesgos Laborales.
Artículo 8 Funciones y niveles de cualificación
1. Las funciones y niveles de cualificación del personal que lleve a cabo las tareas de
prevención de riesgos laborales se ajustarán a lo dispuesto en el capítulo VI del Reglamento de
los Servicios de Prevención, clasificándose a estos efectos las funciones en los siguientes
grupos:
a) Funciones de nivel básico.
b) Funciones de nivel intermedio.
2. Para desarrollar las funciones de nivel básico será necesario disponer de la formación
prevista en el artículo 35, apartados 2 y 3, del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el
que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención.
3. Para poder ejercer las funciones de nivel intermedio y superior en el ámbito de la
Administración General del Estado será necesario acreditar que se dispone de la formación
requerida en cada caso, a través de alguna de las siguientes vías:
a) Certificación acreditativa de que se ha superado un programa formativo con el
contenido establecido en los anexos V o VI, respectivamente, del Real Decreto 39/1997,
b) Titulación académica o profesional específica, que oficialmente haya sido establecida al
efecto.
Las posibilidades previstas en los puntos a) y b) anteriores podrán ser aplicadas tanto a
personal funcionario como laboral, así como al personal estatutario y militar.
c) Con carácter alternativo, en el caso de funcionarios, haber superado una oposición con
un contenido equivalente al establecido en los anexos V o VI, respectivamente, del citado
Real Decreto 39/1997. La certificación de tal equivalencia deberá ser efectuada por la
Dirección General de la Función Pública.
4. En los Departamentos y organismos públicos se realizarán las actuaciones que se consideren
necesarias para adaptar las estructuras y el personal disponible a las funciones y niveles de
cualificación del personal que lleve a cabo las tareas de prevención de riesgos laborales.
368
medidas para la Reforma de la Función Pública.
5. Las organizaciones sindicales participarán en la elaboración y ejecución de los proyectos y
programas formativos, en los términos previstos en la normativa vigente en esta materia.
Artículo 9 Presencia de recursos preventivos y coordinación de actividades empresariales
1. La presencia de algún recurso preventivo en un centro de trabajo de la Administración
General del Estado incluido en el ámbito de aplicación de este real decreto, cualquiera que sea
la organización de los recursos preventivos por la que se haya optado, será necesaria en los
casos y con las características que se establecen en el artículo 32‐bis de la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre, y en el artículo 22‐bis del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero.
Artículo 10 Instrumentos de control
1. Sin perjuicio de la regulación específica que a este respecto se establece en los reales
decretos 179/2005, de 18 de febrero, 2/2006, de 16 de enero y 1755/2007, de 28 de
diciembre, en el ámbito de la Administración General del Estado cada sistema de prevención
deberá someterse a un control periódico mediante auditorías o evaluaciones externas. Su
realización corresponderá al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, como
organismo científico técnico especializado de la Administración General del Estado que tiene
como misión el análisis y estudio de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, así
como la promoción y apoyo a la mejora de las mismas. Esta competencia se entenderá sin
perjuicio de las que corresponden al Consejo de Seguridad Nuclear de acuerdo con su
legislación específica.
La primera auditoría del sistema de prevención deberá llevarse a cabo dentro de los doce
meses siguientes al momento en que se disponga de la planificación de la actividad preventiva
y deberá ser repetida cada cuatro años, o en las circunstancias previstas en el artículo 30.4 del
Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de
Prevención.
2. La auditoría, como instrumento de gestión que ha de incluir una evaluación sistemática,
documentada y objetiva de la eficacia del sistema de prevención, deberá ser realizada de
acuerdo con las normas técnicas establecidas o que puedan establecerse y teniendo en cuenta
la información recibida de los empleados públicos, y tendrá como objetivos:
a) Comprobar cómo se ha realizado la evaluación inicial y periódica de los riesgos, analizar
sus resultados y verificarlos, en caso de duda.
b) Comprobar que el tipo y planificación de las actividades preventivas se ajusta a lo
dispuesto en la normativa general, así como a la normativa sobre riesgos específicos que
sea de aplicación, teniendo en cuenta los resultados de la evaluación.
369
c) Analizar la adecuación entre los procedimientos y medios requeridos para realizar las
actividades preventivas y los recursos de que dispone el Departamento u organismo
público, propios o concertados, teniendo en cuenta, además, el modo en que están
organizados o coordinados, en su caso.
d) En función de todo lo anterior, valorar la integración de la prevención en el sistema
general de gestión del Departamento u organismo público y valorar la eficacia del sistema
de prevención para prevenir, identificar, evaluar, corregir y controlar los riesgos laborales
en todas las fases de actividad.
3. Cualquiera que sea el procedimiento utilizado, la metodología o procedimiento mínimo de
referencia deberá incluir, al menos:
a) Un análisis de la documentación relativa al plan de prevención de riesgos laborales, a la
evaluación de riesgos, a la planificación de la actividad preventiva y cuanta otra
información sobre la organización y actividades del Departamento u organismo público sea
necesaria para el ejercicio de la actividad auditora.
b) Un análisis de campo dirigido a verificar que la documentación referida en el párrafo
anterior refleja con exactitud y precisión la realidad preventiva del Departamento u
organismo público. Dicho análisis, que podrá realizarse aplicando técnicas de muestreo
cuando sea necesario, incluirá la visita a los puestos de trabajo.
c) Una evaluación de la adecuación del sistema de prevención del Departamento u
organismo público a la normativa de prevención de riesgos laborales.
d) Unas conclusiones sobre la eficacia del sistema de prevención de riesgos laborales del
Departamento u organismo público.
4. Los resultados de la auditoría se reflejarán en un informe con el contenido especificado en
el artículo 31 del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero.
Dicho informe se mantendrá a disposición de la autoridad laboral competente y una copia del
mismo se entregará a los representantes de los trabajadores en el Comité de Seguridad y
Salud.
5. Para el desarrollo de esta función de control, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en
el Trabajo contará con la colaboración de la Dirección General de Organización Administrativa
y Procedimientos del Ministerio de la Presidencia y de las Inspecciones de Servicios de cada
Departamento u organismo público. En las instituciones sanitarias públicas, dicha colaboración
podrá ser realizada por la Inspección Sanitaria.
6. Sin perjuicio de todo lo anterior, la Administración General del Estado fomentará el que
cada Departamento u organismo público pueda someter, con carácter voluntario, su sistema
de prevención al control de una auditoría o evaluación, externa o interna, para permitir la
adopción de decisiones dirigidas a su perfeccionamiento y mejora.
Artículo 11 Funciones de la Dirección General de la Función Pública en materia de prevención
de riesgos laborales
La Dirección General de la Función Pública realizará funciones de coordinación, seguimiento,
370
promoción e impulso de la prevención de riesgos laborales en la Administración General del
Estado y asumirá la interlocución con las organizaciones sindicales representativas en el
ámbito de aplicación del presente real decreto.
Específicamente, realizará las siguientes funciones:
a) Ejercer la presidencia del órgano de negociación y participación a que se hace referencia
en el artículo 4.2.
b) Desarrollar una acción permanente de seguimiento de la actividad preventiva de la
Administración General del Estado. Para lo cual, los órganos competentes en materia de
prevención de riesgos en cada Departamento u organismo público informarán
periódicamente a la Dirección General de la Función Pública del estado de situación en
cuanto a la prevención de riesgos laborales y, en particular, sobre los recursos disponibles
y su organización, el funcionamiento de los mecanismos de consulta y participación, la
implantación y funcionamiento de los planes y sistemas de gestión de la prevención de
riesgos laborales, así como sobre las actividades realizadas y resultados obtenidos en
materia de siniestralidad laboral y mejora de condiciones de seguridad y salud en el
trabajo. Dicha información se facilitará en los soportes que se establezcan al efecto.
Así mismo, los citados órganos competentes en materia de prevención de riesgos en
cada Departamento u organismo público, deberán remitir a la Dirección General de la
Función Pública copia de todas las auditorías de prevención externas que se realicen
en los mismos.
c) Realizar funciones de coordinación general de la función de prevención en el ámbito de
la Administración General del Estado, especialmente en lo que se refiere a la fijación y
aproximación de criterios, soportes y metodologías de actuación, así como a la
coordinación centralizada con el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
respecto a las funciones de asesoramiento, apoyo formativo y auditoría que dicho
organismo tiene entre sus cometidos. Así mismo, asegurará la coordinación entre los
Ministerios que forman parte de la representación de la Administración General del Estado
en la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en lo que se refiere a la
aplicación de los criterios de la citada Comisión a los empleados públicos de la
Administración General del Estado.
d) Promover y gestionar las acciones de estudio, formación u otras que se consideren
necesarias y/o se acuerden en el seno de la Comisión Técnica de Prevención de Riesgos
Laborales, de carácter interdepartamental o con otras Administraciones, así como aquellas
otras dirigidas a la evaluación, perfeccionamiento y mejora de los sistemas de gestión de
los Departamentos y organismos públicos y a la promoción de buenas prácticas
preventivas en el ámbito de las Administraciones Públicas.
e) Elaborar informes y consultas relativas a la interpretación de la normativa de prevención
de riesgos laborales dictada para su aplicación específica en el ámbito de la Administración
General del Estado, sin menoscabo de las competencias que al respecto le corresponden a
la Dirección General de Trabajo respecto a la normativa laboral general.
DISPOSICIONES ADICIONALES
371
Disposición adicional primera Servicios médicos de Departamentos y organismos públicos
Los servicios médicos de los Departamentos y organismos públicos colaborarán con los
servicios de prevención de los correspondientes Departamentos y organismos públicos en los
que existan, sin perjuicio de que continúen efectuando aquellas funciones que tuvieran
atribuidas, distintas de las propias del servicio de prevención.
Disposición adicional segunda Representaciones de España en el exterior
En las representaciones de España en el exterior se aplicará una adecuada política de
prevención de riesgos que contenga acciones de salud laboral tendentes a lograr una normal y
eficaz aplicación de los principios genéricos contenidos en la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales y los efectos de la aplicación del presente real decreto de adaptación a la misma,
teniendo en cuenta las peculiaridades derivadas de su organización, dispersión geográfica y
régimen aplicable a su personal.
Disposición adicional tercera Adaptaciones presupuestarias y de relaciones de puestos de
trabajo
1. Las modificaciones en las relaciones de puestos de trabajo y los gastos que se deriven de la
ejecución de las medidas previstas en el presente real decreto deberán ser realizados por cada
Departamento y organismo público con cargo a su presupuesto, sin perjuicio de las
peculiaridades establecidas en los artículos 7.4 y 8.4, respectivamente.
2. En el supuesto en que para la aplicación del presente real decreto fuera necesario adaptar
las relaciones de puestos de trabajo de los Departamentos ministeriales y organismos públicos
afectados, tales adaptaciones no podrán generar en ningún caso incremento de los gastos de
personal de dichos Departamentos u organismos.
Disposición adicional cuarta Control de la siniestralidad laboral
A los únicos efectos de poder realizar un control y seguimiento estadístico unificado de la
siniestralidad laboral en la Administración General del Estado, por un lado, y de garantizar que
la información sobre los accidentes y las enfermedades profesionales ocurridos en ese ámbito
pueda ser conocida por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, dentro de las
competencias que este órgano tiene atribuidas, a partir de la entrada en vigor de este real
decreto, todos los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales ocurridos a los
empleados públicos, deberán ser declarados en los modelos correspondientes oficiales,
establecidos en la Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre de 2002, y Orden TAS/1/2007,
de 2 de enero, respectivamente, sea cual sea el régimen de Seguridad Social al que estén
afiliados.
Disposición adicional quinta Adaptación de los Planes de Prevención
Todos los Departamentos y organismos públicos incluidos en el ámbito de aplicación de este
real decreto, deberán realizar, en el plazo de un año, las adaptaciones que resulten necesarias
en cada caso para adecuar su Sistema de Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales,
realizado en base a la Resolución de la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas de 17
de febrero de 2004, a lo establecido en el artículo 3.3 del mismo, en relación con el Plan de
Prevención.
372
Véase la Res. de 15 de noviembre de 2013, de la Secretaría de Estado de Administraciones
Públicas, por la que se actualiza y dispone la publicación del Sistema de Gestión de la
Prevención de Riesgos Laborales en la Administración General del Estado («B.O.E.» 9
diciembre).
Disposición adicional sexta Normativa supletoria
Para todas las cuestiones no reguladas en este real decreto deberá estarse a lo dispuesto en la
normativa general y específica de prevención de riesgos laborales.
Disposición transitoria única Certificación especial de formación equivalente de nivel
intermedio
En virtud de lo establecido en la disposición adicional cuarta del Real Decreto 39/1997, de 17
de enero, y de lo previsto en el punto 6.5 de la «Estrategia española de seguridad y salud en el
trabajo 2007‐2012» sobre la formación de nivel intermedio, y previa consulta con las
organizaciones sindicales representadas en la Comisión Técnica de Prevención de Riesgos
Laborales, con el fin de poder dotarse de los recursos necesarios y hasta tanto pueda
establecerse un mecanismo estable de formación en el marco del sistema de los nuevos
«Certificados de Profesionalidad» ligados al Catálogo Nacional de Cualificaciones
Profesionales, por un lado, y se actualicen los requisitos para el acceso a los nuevos grupos
profesionales establecidos tanto por la Ley 7/2007, de12 de abril, como por el Convenio Único
para el Personal Laboral de la Administración General del Estado, por otro, podrán mantenerse
los requisitos formativos establecidos en el artículo 36.2 del citado Real Decreto 39/1997,
respecto a la formación requerida para el desempeño de funciones de nivel intermedio, con las
limitaciones que se indican a continuación.
Esta formación podrá ser impartida y certificada únicamente por el Instituto Nacional de
Seguridad e Higiene en el Trabajo y/o por el Instituto Nacional de Administración Pública, y su
validez quedará limitada a empleados públicos ya en activo en el ámbito de la Administración
General del Estado en el momento de entrada en vigor de este real decreto, y con una
experiencia profesional que deberá ser acreditada por la Dirección General de la Función
Pública.
Disposición derogatoria única Derogación normativa
Queda derogado el Real Decreto 1488/1998, de 10 de julio, de adaptación de la legislación de
prevención de riesgos laborales a la Administración General del Estado, y cuantas
disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en el presente real decreto.
DISPOSICIONES FINALES
Disposición final primera Modificación del Real Decreto 1932/1998, de 11 de septiembre, de
adaptación de los capítulos III y V de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de
Riesgos Laborales, al ámbito de los centros y establecimientos militares
Primero. Se modifica el artículo 1, que tendrá la siguiente redacción:
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«El presente real decreto, al amparo de la disposición adicional novena de la Ley 31/1995, de 8
de noviembre, de Prevención de Riesgos laborales, regula la adaptación de las normas de los
capítulos III y V de esta ley, sobre derechos y obligaciones en materia de seguridad y salud en
el trabajo y de consulta y participación de los trabajadores, para su aplicación en el ámbito de
las relaciones de trabajo del personal laboral, estatutario y funcionarios civiles que prestan sus
servicios en establecimientos dependientes de la Administración Militar.»
Segundo. Se modifica el apartado 2, del artículo 4, que tendrá la siguiente redacción:
«Dos. El ámbito para el ejercicio de la función de representación en materia preventiva será el
conjunto del personal funcionario, laboral y estatutario destinado en cada establecimiento.»
Tercero. Se modifica el apartado 3 del artículo 4, que tendrá la siguiente redacción:
«El número de Delegados de Prevención será el que resulte de aplicar la escala establecida en
el artículo 35.2 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, al conjunto del personal funcionario
civil, estatutario y laboral destinado en cada establecimiento del Ministerio de Defensa.»
Cuarto. Se modifica el apartado 4 del artículo 4, que tendrá la siguiente redacción:
«Los Delegados de Prevención serán designados por y entre los representantes del personal en
proporción a los efectivos de personal laboral, estatutario y de personal funcionario civil
destinados en cada establecimiento. Las Juntas de Personal designarán los de personal
funcionario civil, los Comités Provinciales o Delegados de Personal, en su caso, los
correspondientes al personal laboral y el órgano propio de representación unitaria, los
referidos al personal estatutario.
Los Delegados de Prevención designados por las Juntas de Personal o por el órgano propio de
representación unitaria deberán ostentar la condición de funcionarios civiles o personal
estatutario destinado en centros o establecimientos del Ministerio de Defensa.»
Disposición final segunda Entrada en vigor
El presente real decreto entrará en vigor al mes de su publicación en el «Boletín Oficial del
Estado».
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