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REZAR POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

Después del eco obtenido por la encíclica "¡Alabado seas!" (Laudato si’), el papa Francisco
instituyó la Jornada Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación, que tendrá lugar
cada año el día 1 de septiembre, coincidiendo con la fecha que también dedica a esta intención
la Iglesia ortodoxa. Ofrecemos en esta hoja verde algunas oraciones que pueden utilizarse este
día o siempre que se quiera rezar por la naturaleza: el Cántico de las Criaturas de san Francisco
de Asís, las dos oraciones que el papa Francisco propone en la misma encíclica, y también
algunos otros textos bíblicos incorporados a la Liturgia de las Horas.

CÁNTICO DE LAS CRIATURAS (san Francisco de Asís)


Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor por la hermana agua,
la cual es muy humilde, preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
Oración

por el cual iluminas la noche,


y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos
con coloridas flores y hierbas.
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ORACIÓN CRISTIANA CON LA CREACIÓN (papa Francisco)
Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, Despierta nuestra alabanza y nuestra
que salieron de tu mano poderosa. gratitud por cada ser que has creado.
Son tuyas, y están llenas de tu presencia Danos la gracia de sentirnos íntimamente
y de tu ternura. unidos con todo lo que existe.
Alabado seas. Dios de amor, muéstranos
Hijo de Dios, Jesús, nuestro lugar en este mundo
por ti fueron creadas todas las cosas. como instrumentos de tu cariño
Te formaste en el seno materno de María, por todos los seres de esta tierra,
te hiciste parte de esta tierra, porque ninguno de ellos
y miraste este mundo con ojos humanos. está olvidado ante ti.
Hoy estás vivo en cada criatura Ilumina a los dueños del poder y del dinero
con tu gloria de resucitado. para que se guarden del pecado
Alabado seas. de la indiferencia, amen el bien común,
Espíritu Santo, que con tu luz orientas promuevan a los débiles,
este mundo hacia el amor del Padre y cuiden este mundo que habitamos.
y acompañas el gemido de la creación, Los pobres y la tierra están clamando,
tú vives también en nuestros corazones Señor, tómanos a nosotros con tu poder
para impulsarnos al bien. y tu luz, para proteger toda vida,
Alabado seas. para preparar un futuro mejor,
Señor Uno y Trino, para que venga tu Reino de justicia,
comunidad preciosa de amor infinito, de paz, de amor y de hermosura.
enséñanos a contemplarte en la belleza Alabado seas.
del universo, donde todo nos habla de ti. Amén.

ORACIÓN POR NUESTRA TIERRA (papa Francisco)


Dios omnipotente, para que sembremos hermosura
que estás presente en todo el universo y no contaminación y destrucción.
y en la más pequeña de tus criaturas, Toca los corazones
Tú, que rodeas con tu ternura de los que buscan sólo beneficios
todo lo que existe, derrama en nosotros a costa de los pobres y de la tierra.
la fuerza de tu amor Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
para que cuidemos la vida y la belleza. a contemplar admirados,
Inúndanos de paz, a reconocer que estamos
para que vivamos como hermanos profundamente unidos
y hermanas sin dañar a nadie. con todas las criaturas
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar en nuestro camino hacia tu luz infinita.
a los abandonados y olvidados Gracias porque estás con nosotros
de esta tierra que tanto valen a tus ojos. todos los días.
Sana nuestras vidas, Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
para que seamos protectores del mundo por la justicia, el amor y la paz.
y no depredadores,
CÁNTICO DE DANIEL, Dn 3,57-88
(Laudes de los domingos I y III)
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
SALMO 148 (Laudes del domingo III) fríos y heladas, bendecid al Señor.
Alabad al Señor en el cielo, Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
alabad al Señor en lo alto. témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Alabadlo, todos sus ángeles; Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
alabadlo, todos sus ejércitos. noche y día, bendecid al Señor.
Alabadlo, sol y luna; Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
alabadlo, estrellas lucientes. rayos y nubes, bendecid al Señor.
Alabadlo, espacios celestes Bendiga la tierra al Señor,
y aguas que cuelgan en el cielo. ensálcelo con himnos por los siglos.
Alaben el nombre del Señor, Montes y cumbres, bendecid al Señor;
porque él lo mandó, y existieron. cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Les dio consistencia perpetua Manantiales, bendecid al Señor;
y una ley que no pasará. mares y ríos, bendecid al Señor.
Alabad al Señor en la tierra, Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
cetáceos y abismos del mar, aves del cielo, bendecid al Señor.
rayos, granizo, nieve y bruma, Fieras y ganados, bendecid al Señor,
viento huracanado que cumple sus órdenes, ensalzadlo con himnos por los siglos.
montes y todas las sierras, Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
árboles frutales y cedros, bendiga Israel al Señor.
fieras y animales domésticos, Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
reptiles y pájaros que vuelan. siervos del Señor, bendecid al Señor.
Reyes y pueblos del orbe, Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
príncipes y jefes del mundo, santos y humildes de corazón,
los jóvenes y también las doncellas, bendecid al Señor.
los viejos junto con los niños, Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
alaben el nombre del Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
el único nombre sublime. Bendigamos al Padre y al Hijo
Su majestad sobre el cielo y la tierra; con el Espíritu Santo,
él acrece el vigor de su pueblo. ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Alabanza de todos sus fieles, Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
de Israel, su pueblo escogido. alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
SALMO 104 (103) (Oficio de lectura del domingo II)
Bendice, alma mía, al Señor: Los riscos son para las cabras,
¡Dios mío, qué grande eres! las peñas son madriguera de erizos.
Te vistes de belleza y majestad, Hiciste la luna con sus fases,
la luz te envuelve como un manto. el sol conoce su ocaso.
Extiendes los cielos como una tienda, Pones las tinieblas y viene la noche,
construyes tu morada sobre las aguas; y rondan las fieras de la selva;
las nubes te sirven de carroza, los cachorros rugen por la presa,
avanzas en las alas del viento; reclamando a Dios su comida.
los vientos de sirven de mensajeros; Cuando brilla el sol, se retiran,
el fuego llameante, de ministro. y se tumban en sus guaridas;
Asentaste la tierra sobre sus cimientos, el hombre sale a sus faenas,
y no vacilará jamás; a su labranza hasta el atardecer.
la cubriste con el manto del océano, Cuántas son tus obras, Señor,
y las aguas se posaron sobre las montañas; y todas las hiciste con sabiduría;
pero a tu bramido huyeron, la tierra está llena de tus criaturas.
al fragor de tu trueno se precipitaron, Ahí está el mar: ancho y dilatado,
mientras subían los montes en él bullen, sin número,
y bajaban los valles: animales pequeños y grandes;
cada cual al puesto asignado. lo surcan las naves, y el Leviatán
Trazaste un frontera que no traspasarán, que modelaste para que retoce.
y no volverán a cubrir la tierra. Todos ellos aguardan
De los manantiales sacas los ríos, a que les eches comida a su tiempo:
para que fluyan entre los montes; se la echas, y la atrapan;
en ellos beben las fieras de los campos, abres tu mano, y se sacian de bienes;
el asno salvaje apaga su sed; escondes tu rostro, y se espantan;
junto a ellos habitan las aves del cielo, les retiras el aliento, y expiran
y entre las frondas se oye su canto. y vuelven a ser polvo;
Desde tu morada riegas los montes, envías tu aliento, y los creas,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda; y repueblas la faz de la tierra.
haces brotar hierba para los ganados, Gloria a Dios para siempre,
y forraje para los que sirven al hombre. goce el Señor con sus obras,
Él saca pan de los campos, cuando él mira la tierra, ella tiembla;
y vino que le alegra el corazón; cuando toca los montes, humean.
y aceite que da brillo a su rostro, Cantaré al Señor mientras viva,
y alimento que le da fuerzas. tocaré para mi Dios mientras exista:
Se llenan de savia los árboles del Señor, que le sea agradable mi poema,
los cedros del Líbano que él plantó: y yo me alegraré con el Señor.
allí anidan los pájaros, Que se acaben los pecadores en la tierra,
en su cima pone casa la cigüeña. que los malvados no existan más.
¡Bendice, alma mía, al Señor!

Centre de Pastoral Litúrgica Hoja verde

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