Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A comienzos del siglo XXI la semióloga alemana Erika Fischer-Lichte, en su libro Estética
de lo performativo, desarrolló un extenso análisis sobre las dimensiones estéticas en las que
se podría catalogar el arte del performance. Su estudio partió del ahora sumamente
acontecimiento escénico Fischer-Lichte encontró que la relación entre sujeto y obra de arte,
fundamental para la estética hermenéutica, se había puesto en crisis. ¿Por qué? Porque la
hermenéutica se basa en la interpretación de textos, los cuales pueden ser escritos, objetos,
iconos o símbolos, y lo que había ocurrido en el performance era la supresión del objeto
artístico. No era secreto que durante los años sesenta del siglo pasado había sectores de
artistas de todas las disciplinas que se oponían a las lógicas mercantilistas de los corredores
de arte y de los museos, y que, en un intento por escapar del mercado del arte, encontraron
que una manera de conseguirlo era la de hacer arte sin tener que dejar un residuo, una
pieza, un objeto que se pudiera comprar y vender. Así como para el pintor su soporte es el
cuerpo como el soporte donde acontecía la pieza artística, convirtiendo su arte en algo
con el cambio de paradigma que planteaba el arte del performance. Esta ponencia intenta
revisar qué tan vigente es en nuestros días el destierro al que la semióloga alemana condenó
a la hermenéutica.
1
Hago énfasis en la cronología de los hechos, ya que Fischer-Lichte realizó y publicó
su trabajo pocos años antes de la época en que se masificó el uso del celular, y con este, el
acceso a las cámaras fotográficas y de vídeo. Hacia el año 2004 fue que salió a la luz su
libro, en ese mismo período uno de los teléfonos celulares que estaban a la vanguardia
tecnológica era el modelo RAZR V3 de Motorola, el cual, entre otras funciones, ya incluía
cámara fotográfica, pero con una memoria de 5.5 Mb. Fue hasta los años posteriores al
casi cualquier persona que asistía a las presentaciones de performances tenía la oportunidad
la obra de arte. A la luz de estos hechos es que pongo en la mesa la pregunta: ¿qué tan
válido podría ser en nuestros días la utilización de la hermenéutica para el análisis del arte
del performance?
Verdad y método I, de Hans-Georg Gadamer, y en especial con el apartado que lleva por
nombre “El juego como hilo conductor de la explicación ontológica”. Puse mi atención en
este segmento a causa de que encontré una estrecha relación entre las descripciones de las
características de los juegos de niños que el propio Gadamer ofrecía, con las
particularidades que artes escénicas como el performance presentan. Por ejemplo, al inicio
de este apartado Gadamer dice: “El jugador sabe bien que el juego no es más que juego, y
que él mismo está en un mundo determinado por la seriedad de los objetivos… De hecho el
juego sólo cumple el objetivo que le es propio cuando el jugador se abandona del todo al
juego” (144). Los juegos a los que él se refiere son juegos de pelota, jugar a los coches o
juegos donde cada niño adopta un rol que debe cumplir, más cercanos a la palabra alemana
Spiel, que se puede traducir como pieza de teatro. Yo entiendo que con cada juego, y en
2
cada ocasión que jugamos, se crea un mundo o una realidad regida por sus propias leyes, y
que estas leyes van configurando esta realidad alterna mientras más en serio tomamos el
juego. Cabe aclarar que con tomar en serio el juego no se usa el adjetivo en su acepción de
severo o grave, sino más bien, en este punto serio se entiende bajo su significado de
sincero, sin engaño. Por lo que, en este caso, mientras nos tomemos el juego en serio más
nítidas y lógicas serían las leyes que rigen en la realidad alterna que se está formando.
Ahora bien, ¿cuál es ese objetivo del juego? ¿y cómo se relaciona esto con el arte
del performance? En otro momento Gadamer aclara que “El juego representa claramente
una ordenación en la que el vaivén del movimiento lúdico aparece como por sí mismo”
(147). De esta oración destaco la palabra ordenación. Yo entiendo que la función del juego
cosas que percibe como desordenadas o caóticas de la realidad en que vive y que por sí
mismo no puede controlar. Algunos ejemplos de cosas que las personas no podemos
autorrepresentación: “La autorrepresentación del juego hace que el jugador logre al mismo
tiempo la suya propia jugando a algo, esto es, representándolo” (151). Esto se logra ya que
en el juego el jugador pone en juego aspectos de sí mismo, como son su propio cuerpo, su
3
voz, sus lógicas de razonamiento, sus deseos lúdicos, sus temores, en suma, pone en juego
su historia personal.
comunicantes entre el análisis de Gadamer con el arte del performance. Erika Fischer-
Lichte, al disertar sobre las características de este tipo de arte, señala que, a diferencia del
busca crear una ficción, en el performance se plantean temas que atañen directamente a la
autobiografía de los performers. De la misma manera que con sus cuerpos ya no buscan
significar algo más, por ejemplo, en el teatro los actores utilizan el vestuario para
representar una corporalidad que pudiera ser ajena a ellos, es decir, podrían usar vestuario
abultado en la región del abdomen para significar que son obesos sin que realmente lo sean,
o afectar sus formas de caminar o de moverse para representar a una persona anciana sin
physis, no se intenta ocultar, por el contrario, muchas veces se usa como punto de partida
para la exposición de los sucesos autobiográficos que han marcado un parteaguas en la vida
de quien se muestra.
aproximadamente una decena de performances, toda su obra está relacionada con los
aspectos de su vida que para él han marcado a su persona. En esta ocasión sólo nos
detendremos en uno de ellos: la enfermedad, pero que nos servirá para observar cómo se
actual.
4
El primero de los dos ejemplos es el performance conocido como Pensamiento
puñal. En este trabajo, Lechedevirgen alude a dos temas que le atañen personalmente: la
construcción del ideal de masculinidad mexicano, las cartas de lotería en su cintura así lo
confirman: pantalones, botas, camisa y chaleco, estas prendas únicamente simbolizan ese
tipo de masculinidad, no la representan ya que que el tipo de telas, por ejemplo, el pantalón
de cuero, y la manera en que su propio cuerpo las porta, no reproducen ese ideal masculino,
Sin embargo, en donde quiero que se ponga su atención es en los elementos que
manera en que utiliza este elemento de la vestimenta lo que nos hace interpretar que es un
brazalete de presión; el cigarro que apoya sobre su brazo, es la forma en que lo toma y lo
utiliza lo que nos hace interpretarlo como si fuera una jeringa; en el caso de los catéteres
que lleva sobre la frente, sí son objetos que en nuestra realidad se utilizan en hospitales para
tratar ciertos padecimientos, sin embargo, él no les da un uso cotidiano sino que por el lugar
donde los coloca, a algunos nos hace recordar la corona de espinas de los cristos católicos.
Hace falta mencionar que durante la época en que él realizó este trabajo padecía de
una enfermedad crónica en los riñones, la cual le fue detectada cuando tenía 19 años. En
algunas entrevistas Lechedevirgen ha contado lo doloroso que fue para él y para su familia
este padecimiento. Incluso, el performance que aquí vemos está acompañado por el audio
de la lectura del texto homónimo “Pensamiento puñal”. En algún lugar este texto dice:
Soy Puñal porque la gruesa aguja que me perforó la espalda en aquella biopsia de riñón a
los 19 años todavía sigue adentro, pinchando un pedazo de tejido enfermo, por el trapo que
5
tuve que morder, por el ardor de la anestesia, por la sensación de tener mi cuerpo desnudo
boca abajo, descubierto como si se tratara de una violación, de la penetración que nunca me
dieron, de ese pene erecto que nunca gocé, porque me dejaron orinando litros de sangre
llorando(…)
el análisis detenido y concienzudo, más allá del impacto corporal que la presencia física
provoca, nos es posible pensar que en este pedazo de mundo que Lechedevirgen se inventa
bajo sus propias reglas, él puede acomodar, ordenar, narrar, hacer y jugar de la manera que
para él resulta más lúdica, más armonizadora, ese episodio caótico de su vida.
Al seguir con la lectura de Gadamer nos encontramos con un punto en el que señala
cuál es el elemento que transforma el juego en obra de arte: “La transformación lo es hacia
que lo deshaga, sino que se trata de la redención misma y de la vuelta al ser verdadero”
(156-157). Yo entiendo que con esa vuelta al ser verdadero él se refiere a las
particularidades personales que resultan universales, y que se pueden encontrar en todo tipo
la enfermedad es algo que se vive de manera personal, lo común a todos los seres humanos
podemos reconocer en otro cuerpo por la razón de que, en algún momento de nuestras
vidas, todos hemos estado enfermos. Según Gadamer “lo que realmente se experimenta en
una obra de arte es en qué medida es verdadera, es decir, hasta qué punto uno conoce y
6
En el performance Anatomía de lo terminal es posible reconocer los estragos que le
dejó la enfermedad con sólo mirar la physis del cuerpo del performer. Este trabajo fue el
primero que realizó luego de tener un exitoso trasplante de riñón que le salvó la vida. En la
primera parte de esta obra Lechedevirgen lee los textos que escribió en diferentes
insuficiencia renal crónica. En la segunda parte señala, sobre su cuerpo desnudo, las
cicatrices que le dejaron las intervenciones quirúrgicas que durante diez años sufrió a causa
efectos que la enfermedad ha dejado sobre él. Sus muslos delgados, su caja toráxica
prominente y las gasas que lleva en ambos antebrazos, sobre su vientre y sobre el centro de
su espalda baja, dan cuenta de lo que son y nada más: la verdad de un cuerpo joven
enfermo. Incluso, cuando se quita las gasas se pueden ver las cicatrices como testigos
llega cuando Lechedevirgen comienza a cubrir sus cicatrices con mariposas, quizá en
archivo audiovisual y fotográfico que las posibilidades de la época en que vivimos nos
ofrecen. Este análisis es posible gracias a que hay un documento, en este caso electrónico,
que nos permite detenernos a mirar, pensar, volver a mirar y reflexionar sobre los diversos
significados que una obra de arte puede expresar. En este caso se ocuparon dos categorías
de análisis extraídas de los escritos de Gadamer, que al igual que los vídeos vistos, estos
7
textos nos permiten volver a explorar diversos caminos interpretativos para explicarnos el