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Han vivido muchos hombres muy buenos en el mundo, pero ninguno ha sido
tan perfecto como Jesús. A través de las edades se han hecho muchas
conjeturas y ha habido abundante discusión sobre la persona del Señor
Jesucristo. Los hombres han preguntado: "¿Quién es Jesús? ¿Quién es Aquél
que demanda la atención del mundo? ¿Quién es este poderoso Hombre que
ocupa tan irrevocable lugar en los corazones de incontables millones de
personas?"
"Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente." Mateo 16:16
Se han expresado muchos puntos de vista sobre Jesús. Algunos han dicho que
estaba loco, que estaba en liga con Beelzebub, el príncipe de los demonios.
Otros decían que exactamente lo que decía ser: Jesucristo, el Hijo del Dios
viviente. Un día llamó a sus discípulos y les dijo: "¿Quién dicen los hombres
que es el Hijo del hombre? Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros,
Elías; y otros, jeremías, o alguno de los profetas. Él les dice: Y vosotros,
¿quién decís que soy? Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente." Esta respuesta evidentemente agradó a Jesús porque
le dijo: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló
carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos." (Mateo 16:13-17)
En los últimos años, muchos críticos se han hecho oír, aun desde destacados
púlpitos. Han declarado que Jesús no era divino, que era sólo un hombre, la
flor más bella de la evolución, un buen hombre, pero de todos modos, un
hombre. Estos críticos consiguen que su nombre aparezca en la primera plana
de los periódicos por un tiempo, pero pronto son olvidados, mientras que
Jesucristo, la persona divina, se destaca con aún mayor relieve.
(2) Tenía una Naturaleza Exenta de Pecado. 1 Pedro 2:22: "El cual no hizo
pecado; ni fue hallado engaño en su boca." Hebreos 4:15: "Porque no tenemos
un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas-, mas tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado."
Han vivido muchos hombres muy buenos en el mundo, pero ninguno ha sido
tan perfecto como Jesús. Cada hombre que ha vivido ha pecado. Todos los
santos que están en la gloria han pecado, pero en Jesús no hubo pecado. El
pecado separa de Dios; mas Jesús gozó de comunión inquebrantable con el
Padre porque no pecó. Ningún hombre puede decir que Jesús habló, pensó, o
se portó en forma pecaminosa. Tenemos que inclinarnos juntamente con Pilato
ante la vida intachable de Jesús y decir: "Ninguna culpa hallo en este hombre."
(Lucas 23:4
Hace tiempo un francés prorrumpió: "¿Por qué seguirán los hombres a Cristo
y no me siguen a mí y mis enseñanzas?" Se le dio la siguiente respuesta: "Si
usted se muere y resucita a los tres días, los hombres lo seguirán como siguen
a Cristo." Pero ningún hombre puede resucitar, salvo Jesús. El conquistó la
muerte y la tumba porque era divino.
(6) Ascendió a los Cielos.- Sobre la cumbre del monte de las Olivas alzó su
mano para bendecir, una nube le envolvió, y en esa nube volvió para estar
nuevamente con el Padre de cuyo lado había venido. No bajó a descansar en
una tumba como lo hacen otros hombres, sino que ascendió a las alturas
celestiales sobre las alas de] poder, porque era divino. Ninguno nació como
nació él, vivió una vida sin pecado, realizó milagros inauditos, murió una
muerte sacrificial, resucitó de la tumba y ascendió a los cielos, Realmente
debe ser el divino Hijo de Dios.
(9) Afirmó Tener Poder para Perdonar Pecados. Nadie puede hacer esto
salvo Dios, pero Cristo como Dios, tomó sobre si este poder.
Mientras Cristo predicaba un día, un hombre fue bajado desde el techo ante su
presencia. Jesús le dijo al hombre: "Hijo, tus pecados te son perdonados."
(Marcos 2:5) Inmediatamente los fariseos comenzaron a murmurar, diciendo:
"¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?" (Marcos 2:7) Esta vez
estaban en lo cierto. Pero para poder demostrar que era Dios, Cristo dijo: "A ti
digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa." (Lucas 5:24) Nadie perdona
pecados sino Dios, y Jesús perdonó el pecado; por consiguiente, Jesús es Dios.
(10) Afirmó Merecer el Primer Lugar en la Vida de los Hombres.- Les dio
a entender a los hombres que si le seguían, debían desechar a todos y amarle
por sobre todos. Les dijo que él debería ser el primero y el supremo en todas
las fases de la vida. Ningún hombre puede pretender obtener completa lealtad
humana de esta manera; pero Cristo merecía todo honor y gloria y lealtad,
pues era el divino Hijo de Dios.
(11) Afirmó Ser el juez del Mundo.- Esta gran función no puede ser
pretendida por ninguno, salvo Dios. Dios tiene tres grandes funciones: la de la
creación, la de la preservación, y la del juicio. Estas tres funciones fueron
pretendidas y ejercidas por Cristo.
Debemos, por lo tanto, admitir que Cristo es divino y que es el milagro más
grande de todas las edades. Debemos admitir que sus afirmaciones son
verdaderas, o que es el impostor más grande del mundo. Podemos poner en
tela de juicio su divinidad o su nacimiento virginal, pero el hecho es que el
mundo nunca ha visto un hombre como Jesús, pues es, en efecto, el divino
Hijo del divino Padre.
Un hombre que tiene una buena y pura esposa puede poner en duda el hecho
de su bondad y su pureza. A pesar de sus dudas, el carácter de ella no cambia;
ella aún es buena y pura. Los hombres han dudado acerca de Cristo; han dicho
toda suerte de perversidades acerca de él pero con todo, continúa siendo el
divino Hijo de Dios.