Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen
Con el pasar de las décadas se ha logrado estudiar a los diferentes individuos
respecto a sus hábitos de consumo asociados a las tendencias sociales de cada
época, y cómo esto ha marcado las siguientes generaciones en adoptar nuevos
comportamientos. En esta unidad se analizarán dichas conductas entendiendo
cómo han calado y en qué se diferencian unas de otras hasta llegar a la
actualidad.
La generación silenciosa son los nacidos entre los años 1925 y 1944,
denominada con este término por la revista TIME, esencialmente fueron aquellos
que vivieron épocas como la Gran Depresión en Estados Unidos, el nazismo y la
Segunda Guerra Mundial. Se caracterizan por el sacrificio para lograr sus metas;
priorizan el contacto con sus seres amados, el distanciamiento junto a la soledad,
entre otros factores.
La generación X corresponde a los nacidos entre los años 1965 y 1979. Vivieron
la aparición del CD, los ordenadores portátiles, la desaparición de los casetes y
video casetes. A su vez, se vieron inmersos en el consumismo de los 90s; este
grupo se caracteriza por el deseo de crear experiencias de valor, socialización y
entretenimiento.
Se diferencian por apreciar las experiencias, trabajar en lo que les gusta, vivir el
momento, poseer un compromiso social y exigirles a las empresas, les agradan
los productos y servicios personalizados.
La generación Z son aquellos nacidos entre los años 2001 y 2011; crecieron
durante la última crisis económica, por lo que tienden a ser más realistas y
precavidos a lo que el consumo se refiere. Se entiende como una generación
diversa y mucho más multicultural; son abiertos y respetuosos con las diferencias
por ser uno de los grandes promotores del debate respecto al género.
Otra de las aristas que el autor analiza con su término es el cambio en la esencia
del trabajo, se pasó del “bien común” al individualismo, es decir, trabajar solo por
los intereses propios. Esto se puede ver desde dos puntos: en el primero, los
trabajadores son solo un recurso para producir bienes que se comprarán con una
fecha de caducidad establecida; en el segundo, el individuo pasa de un empleo
duradero, en el cual crea vínculos con sus colegas y la compañía, a uno en el que
se prefiere la recompensa instantánea, el largo plazo no es relevante y los lazos
afectivos dejan buscarse.
En ciertos casos resulta costoso mandar a reparar algo, es más difícil conseguir
las piezas nuevas o se construyeron para no poder desarmarse. Esto se debe a
que los fabricantes estiman el tiempo de vida de los artículos para minimizar su
uso y obligar a los consumidores a adquirir uno nuevo.
Este sistema tuvo sus inicios en la década de 1920 gracias a la idea del Cártel
Phoebus, junto a grandes empresas como Philips o General Electric, se acordó
delimitar la vida útil de sus bombillas para aumentar sus ganancias. De este modo,
si el bombillo en años anteriores lograba durar hasta 2500 horas, a partir de 1925
lograba durar 1000 horas. El término se popularizó en 1954 gracias al discurso del
diseñador industrial Brooks Stevens.
Es conveniente tener en cuenta que un producto naturalmente posee una vida útil
con funcionamiento excelente y que llega a su fin luego de un deterioro lógico por
uso constante. En contraparte la obsolescencia programada es una táctica para
tornar inservibles los productos y obligar a las personas a comprarlos nuevamente.
Esta tendencia ha hecho cada vez más habitual la manipulación del teléfono
mientras se ve televisión, lo que provocó la costumbre de fragmentar la atención a
los aparatos, aunque no todos los usuarios mezclan el hábito de la misma forma ni
con la misma intencionalidad.
Medios electrónicos
El País, Sergio, C. (2021, febrero 19) Nativos e inmigrantes digitales: la brecha
generacional se acentúa con la tecnología. Madrid, España. Reportaje en línea,
recuperado de https://elpais.com/tecnologia/2021-02-18/nativos-e-inmigrantes-
digitales-la-brecha-generacional-se-acentua-con-la-tecnologia.html?
event_log=oklogin