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Promoción de La Salud
Promoción de La Salud
;21(2)
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Eva Josefina Quintero Fleites, Sara Fe de la Mella Quintero, Leysa Gómez López
Universidad de Ciencias Médicas Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz. Santa Clara, Villa Clara. Cuba.
Correo electrónico: evajqf@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: existen once funciones esenciales de la Salud Pública, y una de ellas es la promoción
de la salud, un tema pertinente que está en estrecho vínculo con la prevención primaria; es por esto
que resulta necesario esclarecer algunos conceptos.
Objetivo: analizar aspectos conceptuales de la promoción de la salud, como función esencial de la
salud pública, así como su vínculo con la prevención primaria.
Métodos: se llevaron a cabo búsquedas en libros de textos actualizados y se consultaron artículos
publicados en un periodo de cinco años, hasta el 2016, en fuentes de confiabilidad digitalizadas y
bases de datos, como Lilacsy Medline.
Conclusiones: la conceptualización realizada esclarece algunas aristas de la promoción de la salud y
su vínculo con la prevención primaria la prevención primaria, y resulta de gran utilidad, como valor
agregado, el análisis de las nueve conferencias mundiales efectuadas en un período de 30 años.
ABSTRACT
Introduction: there are eleven essential Public Health functions and one of them is health promotion,
which is a pertinent issue close related to primary prevention; that is why, it is necessary to clarify some
concepts.
Objective: to analyze conceptual aspects of health promotion, as an essential public health function, as
well as, its relationship to primary prevention.
Methods: bibliographic searches in updated textbooks were carried out and articles published during a
period of five years, until 2016, in reliable digitalized sources and databases such as, Lilacs and
Medline were also consulted.
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Conclusions: the conceptualization about this issue clears up some aspects of health promotion and
its relationship to primary prevention, as well as, the analysis of the nine world conferences organized
over the last 30 years is very useful given its an unquestionable added value.
INTRODUCCIÓN
Existen once funciones esenciales de la salud pública,1,2 (FESP), una de ellas es la promoción de la
salud, pero no siempre se valora su connotación. La promoción de la salud es relevante, como una de
las FESP.
En 1945, Henry Sigerist, historiador y prestigioso profesional de la salud –citado por Milton Terry–3 se
refirió por primera vez al término «promoción de la salud», al enunciar las cuatro acciones de la
atención médica, entre las que situó, como primera, a la promoción de la salud, seguida de la
prevención de las enfermedades, la curación y la rehabilitación.
En 1986, por decisión de la Organización de la Salud y Bienestar de Canadá y la Asociación
Canadiense de Salud Pública, se organizó una conferencia mundial sobre la promoción de salud, y en
ella los participantes aprobaron la denominada «Carta de Ottawa»,4 que formuló por primera vez el
concepto de promoción de la salud: «…la promoción de salud consiste en proporcionar a los pueblos
los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma»; en ella se
plantearon como prerrequisitos para la salud: paz, educación, vivienda, alimentación, renta, ecosistema
estable, justicia social y equidad; finalizó expresando que las mejoras en la esfera de la salud han de
basarse en estos prerrequisitos. Se explicitaron las cinco líneas de acción, declaradas desde la Carta
de Ottawa, pues estas siguen vigentes después de 30 años, y debieran escudriñarse más y adecuar
las acciones de promoción de salud para cada línea de acción, en los diferentes escenarios.
Se han celebrado nueve conferencias mundiales en los últimos 30 años, y es objetivo del presente
trabajo analizar en estas los aspectos conceptuales de la promoción de salud, como función esencial
de la salud pública (FESP), su vínculo con la educación para la salud, la participación comunitaria, así
como los niveles de prevención, con especial énfasis en la prevención primaria.
MÉTODOS
Se llevaron a cabo búsquedas en libros de textos actualizados y se consultaron artículos publicados en
un período de cinco años, hasta el 2016, en fuentes de confiabilidad digitalizadas y bases de datos,
como Lilacs y Medline.
Desarrollo
La Carta de Ottawa4 recoge la necesidad de que exista una participación activa en la promoción de la
salud, y ello implica: la declaración de una política pública sana, la creación de ambientes favorables, el
reforzamiento de la acción comunitaria, el desarrollo de aptitudes personales, la reorientación de los
servicios sanitarios; todas estas líneas de acción deben irrumpir en el futuro y lograr el compromiso a
favor de la promoción de salud. Ello demanda un llamado a la acción internacional, por lo que durante
30 años los gobiernos de muchos países han debatido acerca de la promoción de salud y han
centrado sus planes de acción en temas específicos, en cada una de las conferencias mundiales de
promoción de salud.
La construcción de políticas públicas saludables fue explorada profundamente en la segunda
conferencia mundial de Adelaida,5 en 1988, donde se reclamó la voluntad y el compromiso político de
todos los sectores con la salud. Cuatro áreas prioritarias de acción fueron identificadas: apoyo a la
salud de la mujer, mejoramiento de la seguridad e higiene alimentaria, reducción del uso del tabaco, del
alcohol, y la creación de ambientes favorables a la salud. Esta última prioridad se convirtió en el tema
central de la tercera conferencia mundial de Promoción de Salud, en Sundsvall,5 Suecia, en 1991; la
creación de ambientes favorables debiera enfatizarse en el ambiente familiar, pues la violencia
constituye un problema de salud, y es necesario trabajar en ello desde las edades tempranas: fomentar
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En junio del 2000 se celebró en México la quinta conferencia mundial,5 cuyo lema fue «Hacia una
mayor equidad». Diferentes temáticas fueron analizadas:
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La octava conferencia mundial de Promoción de Salud, cuyo lema fue «Salud en todas las políticas»
(SeTP), se celebró en Helsinki, del 10 al 14 junio del 2013.10 La conferencia se planteó, entre sus
objetivos, impulsar nuevos enfoques y capacidades de apoyo a la estrategia SeTP11-13 y avanzar con
ello en la implementación de las recomendaciones de la Comisión de los DSS de la OMS. Al evento
acudieron 900 delegados de todo el mundo. El programa se destacó por la presentación de estudios de
casos sobre experiencias de colaboración intersectorial en los países. Se pretendía con ello identificar
acciones a partir de estas experiencias para, en línea con la estrategia SeTP, avanzar en la implicación
sistemática de los diversos sectores y niveles de gobierno en la mejora y protección de la salud. Según
la ministra finlandesa, el congreso contribuyó al conocimiento sobre cómo integrar la salud en el
proceso político, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de otros objetivos de gobierno. Para el
subdirector general de enfermedades crónicas y salud mental de la OMS, resultó una mejor
comprensión del potencial de la SeTP para influir en factores no sanitarios, pero muy vinculados con la
salud, como la pobreza, el acceso al agua y al saneamiento, la seguridad y el desarrollo social y
económico sostenibles.
La octava conferencia mundial se destacó por dejar bien esclarecidas las determinantes socioculturales
de la salud, que se habían debatido muy ampliamente en una reunión anterior. Por ello, el debate se
centró en cómo lograr insertar la promoción de salud en todas las políticas.12,13
La novena conferencia mundial de promoción de salud se celebró en Shanghai, China,14,15 en
noviembre del 2016, y en ella se planteó como tema central «La promoción de salud en los objetivos de
desarrollo sostenibles». Ello marcó la pauta de los años venideros.
Durante esta conferencia, fue emitida la Declaración de Shanghai sobre la promoción de la salud en la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.16
Muchos otros eventos se han celebrado, algunos vinculados con la promoción de la salud escolar y el
tema relevante de las Universidades por la salud.17,18 Otros han llevado a la práctica todo lo antes
analizado.19-21
La educación para la salud22 es una herramienta y un vehículo que, cuando se desarrolla con la
participación activa de las personas, se transforma en promoción de la salud. Los participantes deben
estar implicados, motivados, comprometidos y empoderados, y pueden pertenecer a diferentes tipos de
comunidades, centros laborales, estudiantiles o barrios, y desde allí las personas se pueden sentir
parte de las acciones y del proceso, o sea, la participación implica que se empoderen y participen en
las acciones encaminadas a mejorar su salud, con estrategias individuales, grupales, colectivas,
intersectoriales, multidisciplinarias, donde todos son parte y forman un entorno saludable: todos son
importantes para lograr salud entre todos y para todos.
Asimismo, se esclarece que la educación para la salud no solo se ocupa de la transmisión de la
información, sino que debe enfatizarse en lo relevante que es fomentar la motivación, las habilidades
personales y la autoestima, cuando se trata de que los individuos, las familias y las comunidades
adopten medidas destinadas a mejorar la salud de los pueblos.
Epp J22 plantea que la Organización Mundial de la Salud define la promoción de salud como el proceso
de permitir a las personas que incrementen el control de su salud y la mejoren; representa una
mediación entre las personas y su entorno; sintetiza la elección personal y la responsabilidad social
acerca de la salud para crear un futuro más saludable. La promoción de salud se ha convertido en un
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Estos términos se utilizan indistintamente, y resulta de utilidad esclarecerlos; para ello, se retoma esta
figura, tomada de Turabián24 (Figura 1), que muestra, de manera gráfica, la relación entre educación
para la salud, participación comunitaria y promoción de salud. Él señala que el vehículo es la educación
para la salud; el camino o la estrategia lo constituye la participación comunitaria, y la promoción de
salud lo engloba todo. Se destaca que, sin participación comunitaria, no es correcto referirse a la
promoción de salud; muchas pueden ser las herramientas utilizadas de educación para la salud, pero
debe existir la participación comunitaria: dígase escuelas, centros de trabajo o el barrio, entre otros
ambientes.
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La educación para la salud, a su vez, es un término que se utiliza para designar las oportunidades de
aprendizaje creadas conscientemente, con vistas a facilitar los cambios de conducta hacia una meta
predeterminada.
Es necesario resaltar que la educación para la salud no se preocupa solo de los individuos concretos y
de sus conductas saludables y de riesgo, sino de su evolución; en el ámbito de la promoción de salud,
resulta necesario poner en práctica diferentes formas de educación para la salud, dirigidas hacia los
grupos, las organizaciones y las comunidades.
La educación para la salud y la promoción de salud están estrechamente entrelazadas. La promoción
de salud depende, en esencia, de la participación activa de una población bien informada en el proceso
de cambio, y la educación para la salud es una herramienta vital.
A medida que se conocen mejor las relaciones que existen entre los comportamientos individuales, las
condiciones del entorno y los riesgos para la salud, aumenta también la contribución potencial de la
educación para la salud al mejoramiento de la salud pública; el término «educación para la salud»
puede considerarse limitado a las intervenciones basadas en la provisión de servicios de detección
sistemática, el control del medio ambiente, la legislación o el desarrollo de políticas en el seno de las
organizaciones. Esta otra gama más amplia de intervenciones suele cubrirse bajo el término de
«promoción de la salud». En la práctica, sin embargo, estas distribuciones tienen menos significado, y
muchos consideran que los enfoques son interdependientes.
La educación para la salud es una herramienta imprescindible para lograr promover salud.
Kichbusch25 plantea que, en las estrategias para la acción de promoción de salud, hay que distinguir un
triángulo del campo de trabajo, que enlaza las políticas saludables, la acción comunitaria en temas de
salud y la promoción de salud. El objetivo consiste en añadir elementos de salud a las políticas
públicas, con el fin de crear entornos sanos y hacer más saludable la vida diaria. Esto, publicado hace
años, se hace realidad en la conferencia de Helsinki, que destaca la promoción de salud en todas las
políticas.9
La salud no es una tarea médica, sino un proyecto social asociado a las responsabilidades políticas.
Algún día, los historiadores del futuro deberán alabar a las sociedades, tanto por la habilidad de
promocionar la salud, como por la capacidad para curar la enfermedad, o en otras palabras, por haber
creado una sociedad experta, en su conjunto, tanto en curar como en conservar el bienestar.26
Diferentes textos declaran que existen tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria.27-29
Caplan, citado por Espinoza-Usaqui y Pachas-Barrionuevo,30 se une a los autores que citan tres tipos
de prevención: primaria, secundaria y terciaria.
La prevención primaria es considerada como aquella que realiza las acciones destinadas a disminuir la
incidencia de la enfermedad, además de reducir el riesgo de nuevos casos; incluye la promoción de
salud y las acciones específicas.
Las acciones y programas de promoción de salud son de prevención primaria, así lo señala Jenkins.31
Es llamada también « de ocurrencia» en estomatología general.28
Se describe, además, la denominada «prevención primordial»,29 que se refiere a las medidas
poblacionales establecidas por algunos gobiernos, como el añadir yodo a la sal de consumo, o limitar y
legislar la cantidad de gases contaminantes posibles emitidos por los vehículos que circulan y, de no
cumplir los estándares, se les deniega el permiso de circulación. Contreras A32 correlaciona el término
prevención primordial con las enfermedades periodontales, con muy interesantes aportes acerca del
estrecho vínculo entre la promoción de la salud general y la salud bucal, y enfatiza en que la
prevención primordial es una estrategia para prevenir que todas las sociedades experimenten
«epidemias de factores de riesgo». Agrega que la salud general y bucal deben integrarse a los
servicios de salud, a las personas, al sector educativo, a la alimentación y al comercio, pues resulta
importante promover la salud y controlar los factores de riesgo en el ciclo vital.32
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Estas medidas poblacionales, unidas a otros ejemplos de cómo evitar la aparición de algunas
afecciones, corresponden a la prevención primaria, y se encuentran en el período prepatogénico, junto
a la protección específica.
Resulta vital esclarecer que la prevención primaria se desarrolla en todos los niveles de atención,33 ya
sea en un programa de prevención primaria, como las inmunizaciones en el primer nivel, hasta la
prevención de escaras en un tercer nivel de atención.
Existen tres tipos y cinco niveles de prevención;34 otros autores27,30 describen tres niveles que se
corresponden con los tipos; por ello, la autora de la presente revisión decidió esclarecer lo que le
parece necesario en el recuadro siguiente.
La autora considera que en la promoción de salud se debieran incluir las acciones poblacionales que
se denominan «prevención primordial», que son aquellas medidas que abarcan la totalidad de las
personas de un lugar determinado que resultan beneficiadas o protegidas, por ejemplo, la distribución
de sal yodada a toda la población; el segundo segmento está dirigido a las acciones de promoción de
salud para grupos poblacionales: escuelas, centros laborales, grupos de familias, y hasta a las familias
que participan en medidas que contribuyen a mejorar su salud.
La promoción de salud –definida en la carta de Ottawa, como «…proporcionar a los pueblos los
medios necesarios para mejorar su salud…»– motiva a la autora a reflexionar sobre la figura 2, que la
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restringe a la prevención primaria, y propone que se extienda, de forma gráfica, a todos los niveles de
prevención; esto lo refleja mediante una barra continua en la figura 2a, con la frase «mejorar la salud»,
y se explicita mediante el ejemplo de una persona ciega, que puede recibir los beneficios de la
educación para la salud en una escuela especial, donde todos participan: otros discapacitados o
débiles visuales, profesores y trabajadores, lo que contribuye a mejorar su salud de forma integral; este
individuo puede integrarse a un equipo en una competencia deportiva, llegar a ser campeón, mejorar
su autocuidado y conservar una dieta adecuada. La persona discapacitada, mediante acciones de
promoción de salud, logra mejorar su calidad de vida.
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CONCLUSIONES
La promoción de salud no entra en contradicción con la prevención primaria. Los programas de
promoción de salud se pueden corresponder con acciones de prevención primaria, lo que reafirma que
tienen un fin común: actuar en el período prepatogénico, antes del inicio de la enfermedad.
Independientemente de las clasificaciones, se ha de considerar que se deben realizar acciones de
promoción de salud en todo momento, aun en pacientes enfermos o en proceso de rehabilitación, pues
siempre que se trabaje por mejorar la salud se obtiene salud integral y mejor calidad de vida.
Los niveles preventivos no son incompatibles entre sí; se complementan y se enriquecen mutuamente
para mejorar la calidad de vida de la gente y la sociedad en su conjunto, y ello es imposible de
deslindar de la promoción de la salud.
La presente revisión tiene el valor agregado de ofrecer una síntesis de los aspectos conceptuales de la
promoción de salud y de sus conferencias mundiales a lo largo de treinta años, y destaca la promoción
de la salud como una de las funciones esenciales de la salud pública.
José Martí expresó, en 1883: «La verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave; más vale
indicar cómo apartarse de un despeñadero, que tener que recomponer los huesos del que cae
rebotando por el mismo».
Sabio fue el Apóstol; habría que gritar: ¡Cuidado, que te puedes caer por el barranco!. En muchas
oportunidades se alerta a las personas sobre los daños o peligros, sin que se den por enterados; es
como si fueran sordos, y continúan hacia el barranco. Los profesionales debieran proponerse ser
promotores de salud en las comunidades, en sus centros laborales, en las universidades, pues la
promoción de salud es una de las once funciones esenciales que tiene la Salud Pública, y con
frecuencia se olvida o se desconoce su relevancia. No es posible promover salud de forma aislada; si
no hay participación, no se puede hablar de promoción de la salud; no puede existir una Universidad
por la salud sin la participación de todos.
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