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Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy

que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación


de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros
bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.

Irene y yo hacíamos la limpieza en las mañanas, se almorzaba a


las 12 comiamos trnauqilos pensando en el silencio de la casa,
Irene se pasaba el dia tejiendo en un sillón de su dormitorio, yo
amante de la literatura francesa, los sabados después de pasar
por comprar la lana de Irene recorria algunas librerías para
preguntar sobre novedades de literatura francesa

Vivíamos en estas casa gigante que se dividia en dos partes la


cual era dividida por una puerta de roble, nos manteníamos en
este lado de la casa donde solo estaba el pasillo, la cocina y los
dormitorios solo pasábamos al otro lado de la casa para hacer la
limpieza.

Una noche se me ocurrio montar al fuego la pavita del mate


cuando fui a cerrar la puerta de roble y escuche un ruido en la
otra parte de la casa, el terrible sonido venia arrazndo con todo a
su paso en la otra parte de la casa, me tire sobre la puerta para
cerrarla antes de que fuera tarde y cerre con llave.

Al volver le dije a Irene

- Cerre con llave la puerta, han tomado parte del fondo-


- Estas seguro?
Asentí.
-tendremos que vivir de este lado entonces-

Ahora el trabajo y a limpieza eran mas censillos, yo hacia


almuerzo e Irene hacia platos frios para la noche y vivíamos
de esa manera, Irene estaba contenta puesto a que tenia
mas tiempo para tejer. Una noche estábamos a nada de
irnos a la cama cuando fui a la cocina por un vaso de agua,
escuche un ruido de este lado de la puerta de roble y es
cuando a Irene le sorprende mi movimiento brusco.

-han tomado esta parte de la casa-


Sin nada salimos a la calle, Irene estaba llorando, cerre la
puerta detrás de mi lanze la llave por la alcantarilla no vaya
ser que a alguien se le ocurriera robar y con la casa tomada.

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