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EL CASO DEL PROFESOR ROSS CHEIT

El doctor Ross Cheit es un profesor de ciencias políticas y política pública en la


Universidad de Brown. En 1992, recibió una llamada telefónica de su hermana,
en la que le decía que su sobrino se había unido a un coro de muchachos,
igual que había hecho el profesor Cheit cuando era niño. En lugar de
alegrarse por la noticia de que su sobrino estaba siguiendo sus pasos, el
profesor Cheit estaba infeliz de una manera extraña. Durante las siguientes
semanas, el profesor Cheit se volvió cada vez más deprimido e irritable y
comenzó a tener dificultades matrimoniales. No relacionaba ninguno de sus
problemas con la llamada telefónica de su hermana.

Poco después, al profesor Cheit le vino a la memoria el recuerdo de un hombre


que no había visto y en el que no había pensado en unos 25 años. El hombre
que recordó era William Farmer. El señor Farmer había sido administrador
del campamento de verano del Coro de Niños de San Francisco, al cual había
asistido el profesor Cheit entre los 10 y 13 años de edad. El profesor Cheit
tenía 38 años, y por primera vez en 25 años recordaba cómo el señor Farmer
había entrado en su cabaña una noche, se había sentado en su cama y había
comenzado a acariciar su pecho y luego su estómago, y luego había metido la
mano en su pijama.

Con la intención de reunir información objetiva sobre su abuso, el profesor


Cheit contrató a un investigador privado. La directora del coro de niños en la
época en que el profesor Cheit estuvo ahí, Madi Bacon, que ahora tenía 87
años de edad, fue localizada en Berkeley. Cuando el profesor Cheit habló por
primera vez con ella y mencionó el nombre de Farmer, ella comentó de manera
espontánea cómo casi había tenido que despedir a Farmer por “familiarizarse”
con los muchachos. Por primera vez, el profesor Cheit sintió que su recuerdo
de haber sido molestado era auténtico. Es más, después de hablar con Madi
Bacon, se dio cuenta de que era posible que no hubiera sido el único niño del
que había abusado Farmer.

Con registros del coro, el profesor Cheit localizó a docenas de los 118 niños
que habían estado en el campamento con él 25 años antes. Al ponerse en
contacto con ellos, pronto encontró que otros habían sido acosados por el
señor Farmer pero habían guardado silencio. Un profesor en la universidad en
Michigan, un bibliotecario en el Medio Oeste y un indigente que vivía en San
Francisco, presuntamente todos habían sufrido el abuso del señor Farmer. La
enfermera del campamento de esa época recordó haber atrapado al señor
Farmer en la cama con un niño enfermo en la enfermería del campamento.
La enfermera afirmó haber reportado el incidente a la directora del
campamento, Madi Bacon, que no tomó ninguna acción.
El profesor Cheit obtuvo documentación de que, al menos en cuatro ocasiones,
la directora del campamento fue informada por miembros del personal del
acoso a los niños pero no dio ningún paso para abordar el problema.

Ahora más seguro que nunca de que su recuerdo del abuso era auténtico, el
profesor Cheit deseaba hablar en forma directa con el señor Farmer, quien al
fin fue localizado en el pequeño poblado de Scio, Oregon. El profesor Cheit le
habló por teléfono. El señor Farmer no tuvo problemas para recordar al
profesor Cheit como uno de los muchachos en el campamento de verano 25
años antes. “¿Qué puedo hacer por ti?”, preguntó Farmer. “¿Puede decirme si
tiene algún remordimiento por lo me hizo a mí y a los otros chicos en el
campamento de verano?”, contestó el profesor Cheit. Con una grabadora
encendida, el profesor Cheit mantuvo al señor Farmer en el teléfono durante
casi una hora. El señor Farmer admitió haber acosado al profesor Cheit en su
cabaña aquella noche, reconoció que la directora había sabido del abuso pero
le permitió permanecer en el campamento, admitió que desde entonces había
perdido otros empleos por acosar a los niños, y aceptó que sabía que los actos
que había cometido con los niños eran delitos.

El 9 de agosto de 1993, el profesor Cheit y sus padres presentaron una


demanda contra el Coro de Niños de San Francisco, acusándolo de que el coro
había permitido “en forma negligente o intencional” que miembros del personal
acosaran a los niños a su cuidado. Los abogados del coro al principio negaron
los cargos. La demanda del profesor Cheit pedía al coro de niños que
cumpliera tres condiciones: que se disculpara, admitiendo, por tanto, su
culpabilidad, que instruyera medidas protectoras para los niños que acudían a
los campamentos en la actualidad y que pagaran 450,000 dólares al profesor
Cheit como compensación financiera. Durante el litigio, el profesor Cheit
presentó cinco testigos que corroboraron los hechos y la admisión grabada del
señor Farmer. Un año después se resolvió la demanda. El coro de niños
accedió a disculparse con el profesor Cheit, a dar garantías para proteger a los
miembros presentes del coro de posibles acosos y a pagar al profesor Cheit
35,000 dólares. En la actualidad el profesor Cheit está escribiendo un libro
sobre la ley y la política del abuso sexual infantil.

El profesor Cheit tuvo la suerte de que en el estado de California se acababa


de cambiar el estatuto de las leyes de limitaciones, permitiendo que se
presentara cargos criminales de abuso infantil en cualquier momento dentro de
los tres años del momento en que la supuesta víctima recordara el abuso, con
corroboración independiente. El 12 de julio de 1994, el señor Farmer fue
arrestado en su hogar, entonces en Texas, y extraditado al condado Plumas,
California, sitio en el que se encontraba el campamento del coro de niños. De
acuerdo con el fiscal de distrito del condado, el señor Farmer fue acusado de
seis cargos de acoso infantil que implicaban a tres niños, incluyendo al profesor
Cheit, en 1967 y 1968.
El señor Farmer fue acusado de cometer delitos más de un cuarto de siglo
antes. Se declaró inocente. Los detalles de este fascinante caso se han
expuesto en varios libros, incluyendo Chu (1998) y Schacter (1997).

¿Es posible que una persona pueda olvidar algo tan traumático como el abuso
sexual?, ¿Puede un recuerdo olvidado permanecer dormido por años, sólo
para ser despertado más tarde por un evento, como una llamada telefónica
fortuita? Una vez despertado, ¿puede ese recuerdo causar que una persona
comience a tener dificultades, como sentimientos de depresión e irritabilidad,
sin que conozca la causa de esas dificultades? Algunos psicólogos creen que
las personas en ocasiones no se dan cuenta de las razones de sus propios
comportamientos problemáticos. Cuando se trata de un problema psicológico,
algunos terapeutas creen que la causa del problema reside en el inconsciente
de la persona, la parte de la mente fuera de la conciencia inmediata. Sostienen
que un recuerdo de un evento traumático pasado puede olvidarse por
completo, pero no obstante causar un problema psicológico años más tarde
(Bass y Davis, 1988). Este razonamiento ha llevado a muchos estados, como
California, a aprobar el estatuto de limitaciones en abuso infantil a tres años a
partir de cuando el abuso sea recordado por la persona. Además, dichos
terapeutas creen que, si pueden ayudar a hacer consciente este recuerdo
inconsciente, es decir, si pueden ayudar al paciente a recordar un evento
traumático olvidado, pueden ponerlo en camino a la recuperación (Baker,
1992).

Esta perspectiva de las causas y curas del problema psicológico tiene su origen
en una teoría de la personalidad elaborada por Sigmund Freud (1856-1939),
llamada por lo común psicoanálisis.

Tomado, para fines didácticos, de Psicología de la Personalidad, Randy Larsen y David


Buss. México. MacGraw Hill, 2005.
Pgs. 271-273

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