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El espacio geográfico comprende toda la superficie terrestre que está organizada por la
sociedad. Es el espacio que las sociedades toman como propio. En la actualidad abarca todo el
planeta, puesto que existen decisiones y/o conflictos sobre qué hacer con cada lugar del
mundo.
La organización social se ve reflejada en el espacio: existen barrios ricos, barrios pobres, áreas
administrativas, áreas industriales, etcétera. A su vez, el espacio impone condiciones a la
sociedad, tanto por la localización de los sistemas naturales como por la de las construcciones
realizadas en la configuración espacial del pasado. Estos condicionantes pueden resultar más o
menos adecuados; si hay que construir una ruta entre dos ciudades y ya existe un camino
antiguo, el recorrido de este último puede servir. De la misma forma, si se necesita realizar una
plantación forestal, ésta deberá ubicarse en una zona que tenga el clima, el suelo y la
vegetación adecuados.
Existen cuatro grupos de elementos y procesos naturales claramente diferenciados entre sí,
pero que se condicionan mutuamente. Estos son: la Tierra, la atmósfera, la biosfera y las
aguas. Cualquier objeto o acción natural pertenece a alguno de esos cuatro grupos, y también
es el resultado de las relaciones entre ellos.
La Tierra
Podemos distinguir tres aspectos generales en la formación de la superficie terrestre.
1. En primer lugar, los procesos internos del planeta, que dan origen a la forma irregular
de la superficie. Se los conoce como procesos geológicos, y también suelen recibir el
nombre de agentes internos o agentes endógenos.
2. En segundo lugar, los procesos de erosión o desgaste, y de sedimentación o
acumulación, que ocurren en la capa exterior del globo. Estos se producen por la
acción del agua, el viento o el hielo, y se los conoce como procesos geomorfológicos,
aunque también pueden denominarse agentes externos o agentes exógenos.
3. Y, en tercer lugar, las características de los suelos, que se forman como producto de la
interacción de los procesos anteriores con los organismos vivos, el clima y la dinámica
de las aguas.
Procesos internos
Las corrientes convectivas del interior de la Tierra, que se originan en la astenósfera, ejercen
presiones sobre la capa más externa, la litosfera. Esta capa está en estado sólido y no se puede
estirar; entonces se parte en muchos pedazos que flotan sobre el magma. Estos trozos de
tierra se denominan placas, o placas tectónicas. Forman un rompecabezas que cubre toda la
superficie del planeta, y si alguna vez dejan algún hueco, éste es ocupado por el líquido de más
abajo, que, al subir, se enfría y se endurece de inmediato.
Las placas realizan movimientos permanentes; pero, como avanzan sólo algunos centímetros
por año, no nos damos cuenta. Según el sentido en que se desplacen, acercándose o
alejándose, presentan distintos tipos de bordes:
Cuando se separan una de otra se dice que tienen un borde de expansión o borde de
expansión divergente.
Cuando se acercan hasta unirse, se dice que tienen un borde convergente.
Finalmente, cuando se mueven en sentido contrario, pero no se separan ni se unen,
sino que se rozan, se dice que tienen un borde transformante.
La erosión es provocada por tres agentes: el agua, el viento y el hielo de los glaciares; aunque
si no contaran con la ayuda de la fuerza de gravedad no podrían hacer su trabajo. Estos
agentes van desgastando las rocas en aquellos lugares donde se mueven a mayor velocidad o
con más fuerza.
A medida que las corrientes de aire van perdiendo velocidad, dejan de carcomer la superficie,
pero siguen transportando las partículas hacia otros sitios. En consecuencia, los agentes de
erosión funcionan al mismo tiempo como medio de transporte para los sedimentos, que son
depositados en los sitios más bajos.
Como resultado de la acción de los procesos internos –geológicos– y externos –de erosión y
sedimentación–, la superficie del globo presenta diversas formas de relieve:
Los suelos
Clima y tiempo
De todas las condiciones de la atmósfera, hay dos que cumplen un papel determinante en el
clima: la temperatura y las precipitaciones:
Las condiciones del sistema climático terrestre dependen, en gran medida, de la interacción
con los demás sistemas de la naturaleza. Los factores que generan variaciones en el clima son
fenómenos que no forman parte de la atmósfera, sino que la modifican. Los más destacados
son los movimientos de la Tierra, la latitud, la altura y la distancia al mar.
La latitud es la distancia de un sitio cualquiera con respecto a la línea del Ecuador. Las zonas de
bajas latitudes (región ecuatorial) son las que reciben más energía solar. A medida que nos
alejamos de esta región, la temperatura va disminuyendo, hasta llegar a los polos, donde se
registran temperaturas extremadamente bajas.
Otro factor que influye en los cambios de temperatura de un lugar es la altura sobre el nivel
del mar a la que se encuentra ese sitio. La presión atmosférica cerca de la superficie terrestre
es mayor, lo cual produce que allí se concentren más moléculas de los gases que forman el
aire, entre ellos el oxígeno. Esta molécula es la encargada de absorber el calor del sol, por lo
que, a medida que subimos en altura, al haber menos oxígeno, disminuye la temperatura. La
relación entre altura y temperatura también es inversamente proporcional. Eso explica por
qué las cimas de las montañas más altas están cubiertas siempre con nieve.
La biosfera
La biosfera es el conjunto de todos los seres vivos que habitan sobre la Tierra, cuya
distribución está sujeta principalmente a las condiciones del clima y, en menor medida, a las
características del suelo, los cuerpos de agua y los demás organismos vivos.
Los biomas
Los biomas más significativos para las actividades de los seres humanos son: la selva, el
bosque, el parque o sabana, el pastizal o pradera y el semidesierto. Además, hay otros con
menor presencia humana, como la tundra y el desierto. Cada bioma presenta una particular
combinación de clima, suelo y organismos vivos.