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1. INTRODUCCIÓN AL ROMÁNICO
El historiador Georges Duby ha retratado el Occidente cristiano del año 1000 como
un mundo rústico y pobre, “un mundo acechado por el hambre”. Las crónicas
medievales son estremecedoras cuando describen escenas salvajes, motivadas por
la carestía de comida: “La gente se perseguía para devorarse mutuamente y mucho
ahorcaban a sus semejantes para alimentarse de carne humana, como si fuesen
lobos”.
La sociedad vivía también presa de temores y ansiedad a la espera del Juicio Final.
El Apocalipsis recordaba que Satanás sería liberado de sus cadenas “cuando se
alzaran los mil años”. Pero las tinieblas y la inquietud no desaparecieron hasta
superar el año 1033, pues el aniversario de la crucifixión de Jesús era mucho más
propicio que el de su nacimiento para el fin de los tiempos.
La religiosidad medieval abre un nuevo capítulo en el siglo XII: las Cruzadas, que
culminó con la sangrienta toma de Jerusalén, y donde Europa testimonia su fuerza
en Oriente, recibiendo las influencias bizantinas cúpulas de San Marcos de Venecia,
los cimborrios de la cuenca del Duero erigidos en la Colegiata de Toro, y en las
Catedrales de Salamanca, Plasencia y Zamora).
En cuanto al marco político feudal europeo hay que decir que tras la disgregación
del Imperio Romano, la tierra se va a convertir en la principal fuente de riqueza y
sustento. Es así como surge el señor feudal (nobles y clero) identificándose estos
estamentos con el románico y dos edificios por excelencia: el castillo y el
monasterio. Cuando posteriormente, en el siglo XIII, la ciudad empiece a resucitar,
surgirá una nueva clase social, la burguesía, decayendo el feudo y dando paso a
una sociedad más abierta y a una política más urbana. Será entonces cuando
hable,ps del gótico y de sus dos edificios por excelencia: el palacio y la catedral.
2. ARQUITECTURA ROMÁNICA
Los edificios del románico serán grandes masas sólidas, hechos con sillares de
piedra y evitando revestimientos. Los interiores son recogidos y oscuros, austeros,
por razón técnica, ya que se evitaba abrir vanos por miedo al desplome, sin tener en
cuenta que el contrarresto del edificio estaba en los soportes.
La planta típica del románico será de cruz latina (cuerpo crucificado de Cristo). La
cabecera tiene formas de ábside; los brazos, el transepto; el crucero, el corazón; y
las naves, los pies del Salvador. Esta planta se irá complicando porque se añaden
torres, absidiolos, girola o deambulatorio, tribunas,...
El arco de medio punto se utilizará en las estructuras de las bóvedas, en las naves
de la iglesia, en las portadas y en los claustros.
Los muros del románico van a ser gruesos y con pocos vanos. Los pilares son los
soportes donde van a descansar los arcos y los nervios de la cubierta. En el
románico la columna va a perder su proporción clásica y se abandonan los órdenes
apareciendo capiteles historiados, vegetales o fantásticos. Así, la arquitectura del
románico será el predominio del muro sobre el vano.
El pontífice difundió la alegre noticia por toda la cristiandad, exhortando a los fieles a
viajar a Galicia para venerar la reliquia exhumada. Francia inauguró la peregrinación
internacional, abriendo en su territorio el Camino de Santiago.
Un gran ejército de peregrinos partían todos los años desde cuatro rutas diferentes
hacia Santiago de Compostela: Tours, recogía a los peregrinos procedentes de los
Países Bajos; Vezelay, a los alemanes; Le Puy, al resto de los centroeuropeos; y
Arles, a los italianos. El peregrino se apoyaba para andar en un bordón del que
colgaba la calabaza llena de agua que usaban como cantimplora, y con el distintivo
de la concha en el pecho.
Cinco eran estas iglesias de peregrinación: San Martín de Tours, San Marcial de
Limoges, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Tolosa y Santiago de
Compostela. Sus características arquitectónicas han sido resumidas en: grandeza
de dimensiones, con el propósito de acoger al mayor número de fieles que se
encontraba en las grandes solemnidades, y perfecta circulación de entrada y de
salida en el templo, que se hacía por las naves laterales. Los edificios son de piedra
y se cubren con bóvedas de medio cañón.
La catedral se inició en el 1075 bajo los auspicios del obispo Diego Peláez y la
dirección arquitectónica de los maestros Bernardo el Viejo y Roberto.
El alzado se articula en dos niveles: las arcadas y la tribuna. Los arcos del primer
nivel descargan sobre pilares con columnas adosadas en todas sus caras.
El deambulatorio con capillas fue concebido para facilitar el acceso a las reliquias
del apóstol que se hallan en la cripta bajo el altar del presbiterio.
Otros ejemplos del románico español son la iglesia de San Martín de Frómista o la
Catedral de Zamora (en esta última se pueden ver influencias bizantinas en el
románico español).
-El Monasterio.
Roberto, monje cluniacense, se retira en 1098 a Citeaux, donde funda una abadía
que dará nombre a los benedictinos reformados: el Císter. Les va a caracterizar la
pobreza en el vestido, la austeridad en la comida y la serenidad en la vivienda.
El núcleo germinal es la iglesia, cuya planta muestra ya las diferencias entre Cluny
y Citeaux. Mientras los monjes cluniacenses proyectaron cabeceras semicirculares
con protuberantes absidiolos y deambulatorios que se comunicaban con la naves, a
las que tenía acceso el pueblo, los cistercienses prohibieron la entrada a los
seglares y optaron por el testero plano. Además utilizaron rejas para separar el
templo en dos mitades: la parte oriental para los monjes profesores y el área de los
pies para los hermanos legos o religiosos que no cantaban la misa y que se
ocupaban del servicio y de otras tareas como atender la huerta y la granja. Incluso
en su manera de vestir, los legos se distinguían por vestir un sayal más corto sin
capucha, y estaban obligados a dejarse barba.
Las piezas que se edifican en la crujía del refectorio o comedor fueron la cocina,
con el horno de pan, y el calefactorio, provisto de una chimenea central para
combatir el frío del invierno. Encima se eleva la alcoba del abad, que constituye el
único aposento reservado del cenobio.
3. ESCULTURA Y PINTURA
La portada románica tiene una parte central llamada tímpano. En el centro del
tímpano podemos encontrar el Pantocrátor encerrado en una especie de aureola
llamada mandorla mística. Alrededor aparecen los símbolos de los cuatro
evangelistas conocidos como el Tetramorfos: San Marcos es el león; San Mateo, el
ángel; San Juan, el águila; y San Lucas, el toro. Encima del tímpano aparecen las
arquivoltas, una sucesión de arcos abocinados que pueden estar decorados
geométrica o vegetalmente o bien aparecer los veinticuatro ancianos del
Apocalipsis. El dintel, también decorado, separa al tímpano del resto de la portada.
Dividiendo la puerta en dos aparece el parteluz, una columna donde se suele
colocar a Criato, a la Virgen, al Patrón de la localidad o bien al Árbol de la Vida. A
ambos lados de la portada tenemos las jambas, que pueden estar decoradas con
columnas o con estatuas de apóstoles alargadas simulando los fustes de las
columnas.
La temática será bíblica, apocalíptica, cuya epopeya del fin del mundo prima en este
período. Aparecerán figuras de Santos, el infierno, personajes fantásticos y
monstruosos,...
El material por excelencia será la piedra. En escultura tenemos que distinguir entre
relieve y escultura exenta. La escultura exenta aparece tallada sobre todo en
madera y marfil, siendo sus características principales la rigidez y la incomunicación.
Nos encontramos Cristos crucificados con cuatro clavos y sin muestras de dolor ni
de sangre, y Vírgenes entronizadas con el niño en brazos rígidas como muebles y
sin comunicación entre la madre y el niño (hieratismo, sin ritmo, movimiento).
Las características de este Pórtico, y que anticipan al gótico, se ven sobre todo en la
“Sacro Conversatio” de los Profetas, donde el profeta Daniel se sonríe, siendo todo
un anticipo de la escultura de la catedral de Reims.
Por otra parte destacan los capiteles del Claustro de Silos (Burgos) y los de San
Juan de la Peña (Huesca).
Los capiteles y los relieves del claustro de Silos se jalonan desde el siglo XI hasta el
siglo XIII. Los primeros capiteles datan el siglo XI y suelen ser historiados y
fantásticos; y en el siglo XII se hacen una serie de relieves en los cuatro pilares
esquinados del claustro. Se pueden destacar Pentecostés, la Ascensión, la
Incredulidad de Santo Tomás, la Crucifixión y posteriormente la Asunción, que ya
está hecha por otro maestro y que tiene carácter protogótico.
En Aragón destacan los capiteles de San Juan de la Peña. La mayoría de ellos son
historiados y sus características más importantes serían sus ojos abultados y sus
cabezas muy redondeadas. Como ejemplo cabe destacar el capitel de la Última
Cena.
-Es hierática.
-Los temas seguirán siendo bíblicos y se suelen localizar en los ábsides o en los
muros de la nave central.
-La técnica empleada será el fresco, consistente en extender los colores sobre una
capa fresca de cal aplicada a la pared. En la pintura sobre tabla se utilizará la
técnica de la pintura al temple.
-Es una pintura llena de misticismo, de ahí que sea antinatural y trascendente.
-Toda la pintura suele estar mal conservada debido a la humedad, de ahí que
muchos ejemplos hayan sido trasladados a museos.
En cuanto a la pintura sobre tabla tenemos que hablar de los frontales de altar.
Están hechos en madera y pintados con la técnica del temple al huevo. Los talleres
más importantes se encuentran en Cataluña, los de Vic y Ripoll.
La superficie de los frontales aparece fragmentada en registros, reservando el
núcleo para la Maiestas Dómini y rellenando los espacios laterales con milagros,
historias y martirios de santos.
Entre los ejemplos más importantes destaca el frontal de Aviá. Este frontal sigue el
esquema de una escena central (la Virgen con el Niño) y episodios laterales
relacionados con la vida de la Virgen (Anunciación, Visitación, Natividad, Epifanía y
Presentación en el Templo).