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MODULO I

La Burocracia
Max Weber en sus escritos dice:
"La experiencia tiende a demostrar universalmente que el tipo de Organización administrativa puramente
burocrático, es decir, la variedad monocrática de burocracia es, desde un punto de vista técnico, capaz de
lograr el grado más alto de eficiencia, y en este sentido es el medio formal más racional que se conoce
para lograr un control efectivo sobre los seres humanos. Es superior a cualquiera otra forma en cuanto a
precisión, estabilidad, disciplina y operatividad. Por tanto, hace posible un alto grado en el cálculo de
resultados para los dirigentes de la Organización y para quienes tienen relación con ella. Finalmente, es
superior tanto en eficiencia como en el alcance de sus operaciones, y es formalmente capaz de realizar
cualquier tipo de tareas administrativas".

1. EL SIGNIFICADO DE BUROCRACIA
La palabra (burocracia) parece que ha tenido siempre un cierto carácter despectivo; se dice que deriva de
una combinación un tanto vaga de raíces grecolatinas y francesas.

El término latino burrus, usado para indicar un color obscuro y triste, habría dado origen a la palabra
francesa «bure», utilizada para designar un tipo de tela puesta sobre las mesas de oficinas de cierta
importancia, especialmente públicas. De ahí derivaría la palabra «bureau», primero para definir los
escritorios cubiertos con dicho paño, y posteriormente para designar a toda la oficina.

A un ministro del gobierno francés del siglo XVIII, se le atribuye la acuñación de la voz «bureaucratie»
para referir, en un sentido más bien sarcástico, a la totalidad de las oficinas públicas. Evidentemente, la
palabra «burocracia», derivada de "bureaucratie", lleva implícitos dos componentes lingüísticos:
«bureau»: oficina y «cratos»: poder. Por lo tanto, la voz de marras apela a la idea del ejercicio del poder
a través del escritorio de las oficinas públicas. Sin embargo, el término burocracia al decir de otros
autores, fue acuñado por el propio Weber, quien lo hizo derivar del alemán «büro», que también significa
"oficina". En este sentido, para Weber, una burocracia es una gran organización que opera y funciona con
fundamentos racionales.
El término "burocracia" ha pasado a formar parte del lenguaje cotidiano. Preferentemente se le usa en
el ámbito de las organizaciones públicas que constituyen al Estado, olvidando que las burocracias, en
cualquiera de sus sentidos, operan también en el sector privado.
El propio Weber consideró a la burocracia como un tipo de poder y no como un sistema social. Un tipo de
poder ejercido desde el Estado por medio de su "clase en el poder", la clase dominante.
El aparato organizatorio es el de la burocracia, un marco racional y legal donde se concentra la autoridad
formal en la cúspide del sistema. Los medios de administración no son propiedad del administrador
intermediario. Sus competencias no son sujeto de herencia o venta.
El término burocracia tendrá tres connotaciones:
a) Burocracia en el sentido de vulgata: su significado ordinario, popular y parroquial.
Probablemente no haya un apelativo más ultrajante y afrentoso para un empleado, oficinista o trabajador
público incluso privado, que el que le llamen ¡Burócrata! El tono de la voz, la inflexión y la palabra misma,
conllevan una carga semántica poco dignificante. Significa que al empleado le están diciendo flojo,
perezoso, holgazán, irresponsable, improductivo, mantenido por el Estado y los impuestos de la sociedad,
entre otras cosas no menos moderadas. La burocracia significa lentitud, exceso de trámites,
distanciamiento total entre el prestador de los servicios públicos y el usuario de los mismos, producto de
una exagerada adherencia de los funcionarios y empleados públicos a los reglamentos y rutinas, a los
procedimientos y métodos consignados en los manuales de organización. La burocracia es un mal
"irremediable" que el ciudadano percibe como un fantasma que pesa demasiado y que le resulta muy
costoso.
b) Burocracia como clase social dominante incrustada en el Estado.
EL SENTIDO VULGATO
La «burocracia» es también una clase social contratada por el Estado para servirle, asume dos estratos
claramente diferenciados:
1. La alta burocracia, constituida por los dirigentes políticos del Estado, incluidos los técnicos, los
asesores y los especialistas. Ya sea que los dirigentes asuman el poder político del Estado por la vía del
voto o ya por otros medios, la clase burocrática la constituyen los presidentes o primeros ministros, según
el sistema político (republicano, parlamentario o mixto); los secretarios del despacho o ministros de los
diferentes ramos de la administración pública; los titulares de las entidades paraestatales, entre otros.
Sucede que no solamente los empleados por el Estado son la burocracia, pues también lo son los
dirigentes de los partidos políticos y de los organismos que les constituyen: sindicatos y otras
agrupaciones. Esta alta burocracia, es decir, la élite del aparato estatal, o sea: el régimen acotado (el
Estado menos el ejército, los dueños del capital y el clero) constituye propiamente la clase dominante.

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2. La baja burocracia, constituida por la "empleomanía" contratada no por el voto popular, sino por la
designación del superior, a veces no sobre la base de los méritos del desempeño, sino en razón de las
relaciones de compadrazgo, amistad, afinidad o intereses de grupo. Existe también la base burocrática
adherida al aparato estatal por la vía laboral sindical. Se trata de los trabajadores y empleados
propiamente dichos y al servicio de los poderes del Estado.

Para Weber, todo parece indicar que es la autoridad la que proporciona el poder, de donde se deduce que
tener autoridad es tener poder. A contrario sensu el razonamiento no es siempre verdadero, ya que tener
poder no significa necesariamente tener autoridad. Tanto la autoridad como el poder que de ella emana
dependen de la legitimidad, es decir, de la capacidad de justificar su ejercicio.
Los tipos de autoridad para Weber son:
A) La autoridad tradicional.
B) La autoridad carismática y
C) La autoridad racional, legal o burocrática.
d) Burocracia como modelo de organización, en el sentido weberiano del término.

EL SENTIDO DE CLASE SOCIAL DOMINANTE

EL SENTIDO DE MODELO ORGANIZACIONAL BUROCRÁTICO

Desde la concepción primero sociológica y luego administrativa, la burocracia es todo lo contrario de lo


que el sentido vulgato pregona en su contra. El lego pasó a dar el nombre de "burocracia" justamente a
los defectos (las disfunciones) del sistema y no al sistema en sí mismo.

2. MODELO BUROCRÁTICO
El tercer pilar fundamental en el desarrollo de los conceptos Organizacionales clásicos lo proporcionó el
modelo burocrático de Max Weber. Aunque el punto de vista de este pensador alemán tuvo un profundo
efecto entre los Sociólogos y Politólogos, no ha sido sino hasta en años recientes que se han utilizado sus
conceptos en los planes de estudio de la carrera de administración de empresas.
la burocracia, para Max Weber, es la organización eficiente por excelencia, la organización llamada a
resolver racional y eficientemente los problemas de la sociedad y, por extensión, de las empresas. La
organización burocrática está diseñada científicamente para funcionar con exactitud, precisamente para
lograr los fines para los cuales fue creada, no más, no menos.
Para conseguir esta eficiencia planeada, el modelo burocrático necesita detallar y precisar por anticipado
cómo deben hacerse las cosas.

3. OBRA DE MAX WEBER


• Fue uno de los fundadores de la sociología moderno.
• Contribuyó de manera notable al pensamiento económico, social y administrativo.
• Escribió durante la primera parte del siglo XX
• Fue contemporáneo del movimiento de la administración científica y de las primeras fases
del pensamiento de la teoría del proceso administrativo.
• No sólo estudió la administración de una sola Organización, sino que también se interesó en
la estructura económica y política de la sociedad.
• Sus ideas acerca de la Organización burocrática fueron únicamente una parte de una teoría
social total.
• Delineó los cambios en los puntos de vista religiosos, trató de su influencia en el
crecimiento del capitalismo
• Examinó el efecto de la industrialización en la estructura Organizacional.
• Sus disertaciones acerca del mecanismo burocrático fueron una conclusión natural de
consideraciones históricas y factores sociales más generales que llevaron al desarrollo de
Organizaciones complejas.
4. MAX WEBER Y LA TEORIA DE LA BUROCRACIA
Los malentendidos sobre el concepto de burocracia afectan, quizá aún con mayor fuerza, a la comprensión
de las ideas de Max Weber. Y lo paradójico es que al intentar Weber exponer sus ideas con la mayor
claridad empleando distinciones tan detalladas para evitar esos malentendidos, quizá los haya provocado
en quien no penetre en todo su sistema. Sobre todo, sus "tipos ideales" han sido sujetos a
interpretaciones realmente erróneas.
5. FUNDAMENTOS DEL PENSAMIENTO WEBERIANO

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Base epistemológico-filosófica de sus ideas: ¿continuídad con las ideas del Neokantianismo e Historismo?
La figura y obra de Max Weber ha marcado, como quizá las de ningún otro autor, el modo de planterar los
problemas en las Ciencias Sociales y, sobre todo, en las teorías sobre la organización.

Su construcción de una Ciencia Social, y las categorías básicas que emplea en ella, se basan en ideas del
Historismo y en las ideas neokantianas, especialmente en la formulación de Heinrich Rickert

a) La tradición de ideas del Historismo en Weber


El historismo es considerado por muchos como movimiento antiilustración surgido en el Romanticismo. La
razón tiene, en sus manifestaciones concretas, una génesis históricamente condicionada por la cultura de
cada pueblo. Esto da lugar a un concepto de Historismo antiilustrado, romántico.

Weber fue hijo del Historismo. A pesar de que su obra básica se oriente a crear una Sociología que
comprenda, para él, la sociología era mera esclava de la Historia. Un instrumento que le podría ayudar a
reformar la metodología de la historia establecida.

b) Ideas del Neokantismo

Rickert en su tesis básica consiste en transformar la relatividad histórica de todo saber en una especie de
condición a priori fundamentante, que se formula como lógica de la constitución valorativa de toda
conceptualización. Para Weber, esta metodología no naturalista que permite comprender la formación de
objetos cultural científicos será uno de los puntos de partida de su pensamiento.
6. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MODELO BUROCRÁTICO WEBERIANO

El modelo básico de Weber es aquél que se ajusta a las 10 caracterizaciones enunciadas. Asumir todas o
algunas de tales configuraciones implica que el diseño organizacional es o tiende a la burocratización.
Recordemos que todas y cada una de las alineaciones sugeridas por Weber buscan la eficiencia y la
racionalidad.

Por lo tanto, Weber sugiere que el modelo de la burocracia debe estructurarse sobre la base de las
siguientes características:
a) Carácter legal de las normas y de los reglamentos
b) Carácter formal de las comunicaciones.
c) Racionalidad en la división del trabajo.
d) Impersonalidad en las relaciones de trabajo.
e) Jerarquía bien establecida de la autoridad.
a) Rutinas y procedimientos de trabajo estandarizados en guías y manuales.
f) Competencia técnica y meritocrática.
h) Especialización de la administración y de los administradores, como
una clase separada y diferenciada de la propiedad (los accionistas).
i) Profesionalización de los participantes.
j) Completa previsibilidad del funcionamiento.

Tales características son la consecuencia de:


• El desarrollo de las economías monetarias,
• El crecimiento y la expansión de las tareas administrativas del Estado moderno
• La superioridad técnica del tipo burocrático de administración.
• La organización burocrática esta cohesionada por normas y reglamentos consignados por
escrito y que constituyen su propia legislación. Para una empresa, sus estatutos equivalen a la
Constitución para un Estado. La reglamentación organizacional lo prevé todo, como a la manera de
los códigos; es exhaustiva, toca todas las áreas de la organización y procura minimizar las
«lagunas».
Además, las normas son racionales: están adecuados a los fines de la organización. También son
legales porque confieren a las personas investidas de autoridad el poder de coacción sobre los
subordinados. El objetivo de la reglamentación es la «estandarización» de las funciones de la
organización, precisamente para que hayan economía y racionalidad.

a) EL CARÁCTER LEGAL DE LAS NORMAS Y REGLAMENTOS

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Además de normas y reglamentos, las comunicaciones escritas son el otro "cemento" que une a la
estructura organizacional. Las decisiones, las reglas y las acciones administrativas se formulan y registran
por escrito para poder comprobar, documentar y asegurar la correcta y unívoca interpretación de los
actos legales. Las formas reiteradas de comunicación suelen establecerse por medio de "formatos" para
rutinizar su cumplimiento.
b) LA FORMALIZACIÓN DE LAS COMUNICACIONES
c) LA RACIONALIDAD DE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO
El proceso de burocratizar una estructura implica una sistemática división del trabajo en orden de la
racionalidad, esto es, en atención a la adecuación con los objetivos buscados. Se divide el trabajo, el
derecho y el poder, estableciendo las atribuciones de cada participante, los medios de obligatoriedad y las
condiciones necesarias. Los "puestos" o "cargos" deberán estar perfectamente definidos, cada uno con su
nombre, categoría, funciones generales y específicas, autoridad y responsabilidad y todos ellos adheridos
a un manual de organización o de procedimientos, con las rutinas claramente especificadas, ni un paso
más, ni un paso menos; es el equivalente tayloriano de los «tiempos y movimientos». El resultado será un
organigrama capaz de representar la perfecta disposición de niveles, jerarquías, líneas de autoridad-
responsabilidad, hacia arriba, hacia abajo y a los lados.
d) LA IMPERSONALIDAD EN LAS RELACIONES
La división del trabajo, o sea, la distribución de funciones, actividades y tareas, es absolutamente
impersonal, se habla de "puestos" y de "funciones", no de personas. Las personas son ocupantes de
cargos y no individuos dotados de anhelos, emociones, etc. Asimismo, el poder de cada «persona»
también es impersonal, puesto que se deriva del cargo que desempeña. En consecuencia, también es
impersonal la obediencia prestada al superior. Se obedece al «superior», no en atención a la "persona",
sino al puesto que ésta ocupa. De esta manera, burocrática es la expresión: "Las personas van y vienen,
las instituciones permanecen". Es decir, la organización burocrática privilegia la impersonalidad en
adecuación a garantizar dos cuestiones: 1) su permanencia en el tiempo y 2) la estandarización del
trabajo en dos áreas: la estandarización de rutinas y de desempeño. De rutinas porque todo el trabajo, en
el puesto y nivel que corresponda, "debe" realizarse de igual manera; y estandarización de desempeño
porque no importando quien lo realice, de todos modos debe hacerse.
e) JERARQUÍA DE AUTORIDAD
El principio de la jerarquía agrupa a los cargos y funciones y establece las áreas o tramos de control -las
jurisdicciones-. En base a la jerarquía se construyen los escalones y la pirámide burocrática. La jerarquía
es en orden y en subordinación y se define con reglas limitadas y específicas. La autoridad y el poder
resultante son inherentes al cargo y al "nivel" y no a la persona y su distribución en la estructura reduce
al mínimo los "roces", protegiendo al subordinado de la potencial acción arbitraria de su superior, dado
que la acción de ambos se procesan dentro de un conjunto mutuamente reconocido de reglas.
f) ESTANDARIZACIÓN DE RUTINAS Y PROCEDIMIENTOS
El desempeño de cada cargo esta burocráticamente determinado por reglas y normas técnicas. Todo esta
establecido, ningún ocupante de algún cargo puede hacer lo que quiera, sino lo que la burocracia le
impone hacer de acuerdo con rutinas y procedimientos previamente establecidos. Los estándares de
desempeño son así fácilmente evaluables, puesto que hay patrones predefinidos para cada puesto y en
todos los niveles del aparato. Los manuales de organización, procedimientos y políticas son la viva
expresión de esta característica del modelo burocrático.
g) COMPETENCIA TÉCNICA Y MERITOCRACIA
La selección de las personas, en un modelo burocrático, se basa en el mérito y en la competencia técnica
y jamás en preferencias personales. Los procesos de admisión, promoción y transferencia del personal
son iguales para toda la organización y se basan en criterios generales y racionales, siempre tomando en
cuenta el mérito y la capacidad del funcionario. Los exámenes, los concursos, las pruebas y las medidas
de desempeño, son vitales en el modelo burocrático.
h) ESPECIALIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN
La administración está separada de la «propiedad» en una organización burocrática. Los miembros del
cuerpo administrativo no son los mismos que los miembros de la junta de accionistas, que son los
propietarios de la empresa. Es decir, en el modelo weberiano los administradores de la burocracia no son
los dueños del negocio; esto permite el surgimiento del administrador como «profesional especializado»
en dirigir la organización y de ahí el retiro gradual del dueño o capitalista de la gestión de la empresa. Los
medios de producción, los recursos financieros y la tecnología, no son propiedad de los burócratas, pero
sin embargo éstos están arriba de ellos. Ni los administradores pueden vender, comprar o heredar su
posición o cargo dentro de la estructura, ni los capitalistas pueden administrar la empresa.

i) PROFESIONALIZACIÓN DE LOS FUNCIONARIOS ADMINISTRADORES


Ninguna burocracia "puede funcionar", según Weber si no cuenta con administradores profesionales. Un
administrador es profesional por las siguientes razones:

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Es un especialista en el desempeño de las actividades a su cargo; en los altos mandos tiende a ser
generalista, mientras que en los mandos bajos se va transformando en un especialista.

Es asalariado y el trabajo en la organización burocrática suele ser su principal fuente de ingresos.


Es ocupante de un cargo y la actividad que realiza en la estructura suele ser la principal.
Es designado por en superior en base a sus méritos y desempeños. Su trabajo habla por él.
Su cargo es por tiempo indeterminado no porque el cargo sea vitalicio, sino porque la única norma de
permanencia es su desempeño.
La organización es el ámbito de su carrera y dentro de ella la realiza escalando las diversas posiciones.
No es el dueño de los activos ni de los medios de producción de la empresa.
Es fiel al puesto y se identifica con los objetivos de la empresa.
El administrador profesional controla cada vez más a las burocracias, debido a:
Que los accionistas aumentan de número y se dispersa y fragmenta la propiedad de las acciones.
Los accionistas invierten en muchas otras organizaciones.
La carrera administrativa otorga posiciones de mando y de control sin poseer la propiedad, lo que hace
que un administrador pueda llegar a tener más poder y control que un gran accionista.

j) COMPLETA PREVISIBILIDAD DEL FUNCIONAMIENTO


En general, lo que busca el modelo burocrático, en la idea de Weber, aparte de la eficiencia vía la
racionalidad, es la más completa y absoluta previsibilidad del comportamiento de sus miembros. La
premisa weberiana básica es esta: «El comportamiento humano laboral es perfectamente previsible» de
donde se deducen todas las consecuencias posibles que el modelo burocrático exige.

Si todas las anteriores características son modelables y ajustables a cualquier estructura de organización,
entonces la burocracia es un esquema perfecto.
7. VENTAJAS DE LA BUROCRACIA
De no existir externalidades y disfunciones, es obvio que las ventajas de la burocracia son las siguientes:
■ Racionalidad.
■ Precisión en el trabajo.
■ Rapidez en las decisiones.
■ Uniformidad de rutinas y procesos.
■ Continuidad de la organización, más allá de las personas.
■ Reducción de fricciones personales.
■ Unidad de dirección.
Disciplina y orden.
Confiabilidad por la previsibilidad de circunstancias. Posibilidad de hacer carrera profesional
dentro de la empresa. Eficiencia y productividad Competitividad, etc.
La capacidad para aceptar órdenes cuando están en conflicto con los deseos de la persona, exige un nivel
de renuncia difícil de mantener". Esto genera una fuerza entrópica tendencial a la destrucción, pues la
racionalidad, enfrentada a la naturaleza humana, resulta ser frágil. De ahí que sobrevengas lo que suele
llamarse «disfunciones de la burocracia».

8. EL PROBLEMA DE LA ORGANIZACIÓN Y LA BUROCRACIA SEGÚN WEBER


8.1 El problema del Dominio
En su interés por el análisis histórico-comparativo de la evolución del pensamiento del hombre moderno,
Weber estudia las formas de orden social y de dominio. Este es el contexto, el análisis sociológico de las
formas de dominio, en que Weber investiga la burocracia. Este análisis se vincula a la sociología del
derecho, a la de la religión y se realiza en el marco de un estudio global de las relaciones entre Estado,
Economía y Sociedad.

Su análisis forma pues parte de su sociología de las formas de dominio. Weber estudia el cambio histórico
desde el orden feudal al de las clases sociales y del Estado constitucional con sus características de
racionalidad moderna y ordenación burocrática de los organismos claves en el todo social.

8.2 Poder y Dominio

El fundamento para poder forzar una aceptación, una vigencia de un orden, es el PODER. En la definición
de Weber, Poder es toda oportunidad para, dentro de una relación social, imponer la propia voluntad aun
contra la resistencia de la voluntad del otro.

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Esta definición de poder no indica la base de que surja tal relación. Puede ser material, monetaria, nacer
de una situación de monopolio, o surgir de una dependencia o superioridad erótica, deportiva o
argumentativa.

DOMINIO o AUTORIDAD son para Weber conceptos más precisos: Implican la oportunidad de que una
determinada orden o mandato encuentre obediencia en la persona o grupo que la recibe. Es decir, debe
existir alguien que logra actualmente que otros obedezcan a sus mandatos.

OBEDIENCIA es un concepto que indica que la acción del obediente transcurre en lo esencial en
conformidad al contenido de la orden, como si el sujeto obediente siguiera internamente dicho contenido
tomado como máxima que debe orientar su acción, y sólo por dicha razón, no por considerar él mismo
como aceptable o deseable la acción ordenada o su valor.

Según dichos fundamentos primarios de legitimidad distingue tres tipos puros de dominio:
• Dominio carismático: Se apoya en una entrega de la persona a quien considera lider absoluto que
rompe lo cotidiano y ordinario, rindiéndose a la fuerza (personalizada, encarnada en el lider) de
santidad o heroísmo que se interpreta posee una persona así como a los órdenes que ésta ha
revelado o creado. Al dirigente o lider considerado carismático se le obedece en virtud de una
confianza personal en lo revelado, en lo heroico o en lo ejemplar dentro de un determinado
ámbito. El aparato organizativo en este caso está muy poco estructurado, es inestable, actúa
normalmente a través de la actividad de algunos seguidores más próximos al lider.
• Dominio tradicional: se apoya en la fe cotidiana en la santidad de las tradiciones y en la legitimidad
de los que han sido llamados a poseer autoridad dentro de los ordenamientos tradicionales. Se
cree en la rectitud absoluta de la forma tradicional de hacer las cosas. La obediencia se presta a la
persona del llamado a desempeñar dicha autoridad tradicional, al señor vinculado a la tradición, en
virtud de la piedad hacia lo acostumbrado, y el poder del señor tradicional le viene por
mecanismos como la herencia. La estructuración organizatoria es aquí o patriarcal o feudal.
• Dominio legal: donde la vigencia de la legitimidad tiene carácter racional, y se apoya en la fe en la
legalidad de los órdenes establecidos y del derecho a dar órdenes en los llamados al ejercicio del
dominio. Se presta la obediencia al orden establecido legalmente, de forma impersonal, por
ejemplo en un código legal o por un conjunto de normativas, y a sus representantes sólo en cuanto
sus órdenes se apoyan en tal legalidad. Las leyes o normas establecidas delimitan qué tipo de
autoridad puede ejercer el gobernante.

9. EFECTOS DE LA BUROCRACIA
9.1 Repercusiones sobre los objetivos de las asociaciones
En todo conjunto organizado siguiendo el modelo burocrático, este sistema tiene repercusiones sobre los
objetivos. La burocracia se autoconcibe como el instrumento perfecto (desde el punto de vista de técnica
de procedimientos, división de tareas, coordinación y comunicación) para la consecución de los fines
comunes. Ese "perfeccionismo" del sistema descrito por Weber ha sido malentendido como si el mismo
sociólogo lo alabara acríticamente.

La burocracia presenta por otra parte tendencias a independizarse y dejar de ser un medio convirtiéndose
en objetivo propio. Eso puede resultar incluso de su perfección técnica que conduce a formas
inquebrantables en las relaciones de dominio. Se atiende ahí más a la estructura que a los objetivos del
conjunto para los que aquella debía ser mero medio. El aparato burocrático puede incluso estar dispuesto
a colaborar con cualquiera que sepa llegar a tener poder sobre él.

9.2 Repercusiones sobre los miembros del mismo aparato administrativo


La burocracia crea una nueva clase social, el funcionariado, cuyas características son:

- Clara separación entre esfera privada y de trabajo:

Los miembros del aparato de dominio burocrático, incluyendo el propietario de la empresa, separan
totalmente ambas esferas. Lo mismo que el propietario separa su capital privado del capital de la
empresa, o su correspondencia privada de la profesional, todos los funcionarios deben realizar sus tareas
en un espacio (oficina) fuera del de su vida privada. Esta separación, hoy tan natural, surgió en virtud del
fenómeno burocrático.

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- Consideración del ser humano como pieza en un mecanismo social:

Al diferenciar ambas esferas de actividad se inicia una consideración mecanicista del ser humano en su
trabajo, pues la persona no inserta en éste todo su ser, sino meramente un estrato de sus capacidades.
Con ello se convierte en miembro de un conjunto de nivel superior en el que se reduce a simple factor de
producción.

- Creciente formalismo, mayor valoración de actitudes impersonales:

La separación entre esferas privada y profesional se realiza temporal y espacialmente, y además exige
actitudes de objetividad (contrapuesta a toda perspectiva subjetiva) al cumplir tareas. Esta actitud
impone objetivizar sus actitudes personales de forma que el funcionario actuará "sine ira et studio", pero
también sin amor ni entusiasmo, sólo bajo la presión de sus obligaciones, sin consideración de personas,
indiferente ante cualquier otro sujeto del sistema.

- Valoración de la Disciplina:

La actitud de "objetividad" exigida, implica la ejecución de tareas de forma impersonalizada, aprendida


según un plan, exacta, y al sujetar la actividad propia a dictámenes o reglas supraindividuales, se reprime
también toda propia crítica ante la orden. Como en las organizaciones militares se acomoda todo el
dinamismo propio a la consecución del fin señalado por las órdenes superiores. No ha sido infrecuente la
expresión de esta disciplina en una uniformidad absoluta de conductas, e incluso de formas de comunicar,
de moverse y, a veces, de vestirse. Un fenómeno no limitado al militar, pues es sabido como en ciertas
empresas se exige seguir ciertas modas en el vestido, etc. Por otra parte, la uniformidad interna y externa
no sólo apaga todo espíritu de crítica, sino también cierra toda perspectiva de iniciativa y creatividad. El
sistema burocrático carece así de todo impulso individual a la renovación.
- Dependencia del funcionario ante el aparato burocrático y ante su jefe:

El puesto de trabajo es concebido como "cargo" público, no se "elige" a una persona, sino se le "designa"
por los jefes - que naturalmente deben orientarse según las cualificaciones del candidato. El funcionario
debe responder a los criterios del seleccionador. Normalmente precisará una formación de años de
duración para prepararse al desempeño de un cargo. En este sentido la dependencia de la persona frente
a la burocracia comienza ya antes del trabajo directo en el interior del sistema.

- Integración mental o indoctrinación:

El proceso de integración supone pues una cierta dosis de "indoctrinación", que a veces se manifiesta
(sobre todo en sistemas donde no existen controles democráticos) en "lavados de cerebro".

- Posición social del funcionario:

En tiempos de Weber era clara la ventaja social que se adquiría al entrar como funcionario en el Estado.
Al mismo tiempo, como sucede en la organización militar todavía, quedaba también definida la posición y
rango social, incluso con normativas o reglamentos muy precisos, o con "títulos". En el derecho penal se
sancionaba la injuria al funcionario.

- Definición de "carrera" (y escalafón):

Por otra parte se le definía una carrera con ascensos regulados, pero que implicaba una total vinculación
al aparato. El funcionario procura así fortalecer su posición, y dado que la edad es el factor número uno
en su ascenso, carece de otra motivación y se limita al cumplimiento más formal y menos comprometido
de las obligaciones de su cargo.

- Mayor influjo del aparato y estructura burocrática:

La estructura definida por reglamentos, organigramas etc. tiene tanta fuerza que el individuo carece casi
de capacidad para influir en el sistema. El mecanismo funciona sobre el individuo, al que no queda otra
alternativa que someterse e integrarse tambíen en la comunidad de intereses del resto del colectivo
formado por los funcionarios.

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9.3 Repercusiones sobre los interesados externos al aparato

Los afectados son en general los mismos dominados por dicho aparato. Weber se plantea el problema
desde una perspectiva histórica.

Superando formas anteriores de dominio, en la racionalización y burocratización no sólo se realiza una


nueva forma de dividir tareas, sino también se busca una objetivación y racionalización de los procesos
que se liberan de su anterior vinculación a la individualidad del que detenta el dominio.

La burocracia descarta el elemento personalista del dominio gracias a la generosidad del señor,
'arbitrariedad' en su ejercicio del poder y se liga su ejercicio a reglas formales, tal como sucede en la
jurisprudencia.

El ciudadano deja de depender de un señor individual, pero cae en la dependencia generada por reglas
formales, o por su aplicación formalizada.

El efecto de la burocracia estatal se caracteriza por un dilema: la objetividad y calculabilidad de la acción


burocrática como su punto fuerte puede ser percibida por los afectados negativamente. La propaganda de
que se actúa racional y objetivamente puede enmascarar simplemente el que se está trabajando en favor
de un grupo de intereses (los lobbies ante los parlamentos etc.).

10. EL GRADO DE BUROCRATIZACIÓN


El grado de la burocratización se puede determinar midiendo las seis dimensiones siguientes:
• División del trabajo basado en la especialización funcional
• Jerarquía de autoridad perfectamente definida.
• Sistema de reglas que especifiquen los derechos y Obligaciones de cada puesto.
Sistema de procedimientos para controlar las situaciones de trabajo.
• Impersonalidad de las relaciones interpersonales.
• Promoción y selección de los empleados con base en su competencia técnica.
• En un tipo ideal de burocracia las seis dimensiones deben existir en alto grado, mientras
que en Organizaciones menos burocráticas, estarán presentes en menor grado.

11.CRITICAS AL MODELO BUROCRÁTICO

Los estudiosos de la burocracia han analizado el modelo ideal de Weber para determinar tanto sus
consecuencias funcionales como disfuncionales.
• La Organización burocrática es influida por factores de la conducta.
• Una consecuencia de la estructuración burocrática en el comportamiento de los
participantes Organizacionales es la distorsión en el logro de los objetivos.
• La forma burocrática afecta la personalidad de los miembros, ya que alienta la observancia
rígida de las reglas y regulaciones por sí mismas, lo que puede desplazar el objetivo principal de la
Organización.
• La delegación de autoridad y el mantenimiento de la Organización como un sistema
cooperativo adaptable.
• Los mecanismos burocráticos desarrollan ciertas formas de liderazgo autocrático y de
control, que pueden tener consecuencias disfuncionales para la Organización.
• La tendencia actual es utilizar el modelo burocrático weberiano como punto de partida, sin
dejar de reconocer también sus limitaciones y las consecuencias disfuncionales de este enfoque
altamente estructurado. A riesgo de sobresimplificarlo, este punto de vista, sugiere:
• La forma burocrática es más apropiada para actividades Organizacionales rutinarias donde
la productividad es el objetivo principal.
• No es adecuada para las Organizaciones altamente flexibles que realizan muchas
actividades no rutinarias donde la creatividad y la innovación son importantes.
• Muchos escritores modernos refuerzan el punto de vista de que la forma buroctrática
Weberiana no es apropiada para Organizaciones innovadoras y además subrayan que en una
sociedad dinámica este tipo de Organizaciones se está convirtiendo en la regla más que la
excepción.

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• El modelo de weber era altamente mecanicista.

12.LAS DISFUNCIONES DEL MODELO BUROCRÁTICO DE WEBER

Existen consecuencias imprevistas e indeseadas que conducen al modelo a la ineficiencia y a las


imperfecciones. Estas imperfecciones son llamadas disfunciones de la burocracia. Se trata de serias
anomalías del funcionamiento idealizado del modelo, que una vez sometido al "mundo real", encuentra
que la principal externalidad no considerada es, precisamente, la naturaleza humana. Así es como la
«burocracia» adquiere el sentido peyorativo que el lego le ha dado.

Cada disfunción del modelo esta derivada de cada una de las 10 características idealizadas por Weber en
su construcción teórica.
• Exagerado apego a los reglamentos, lo cual deviene en que "las normas y reglamentos se
transforman de medios en objetivos, se vuelven absolutos y prioritarios". Los medios se vuelven
fines.
• Exceso de formalismo y papeleo. El afán de documentar y formalizar las comunicaciones
dentro de la burocracia, crea volúmenes de trámites y formatos que entorpecen la agilidad de los
procesos.
• La resistencia al cambio. La tendencia a crear rutinas en procedimientos y métodos, crea la
mentalidad de "siempre lo mismo", no como fastidio, sino como falsa sensación de estabilidad y
seguridad respecto del futuro en la organización. Esto crea una gran resistencia al cambio, sobre
todo cuando la organización se ve obligada a enfrentarse a cambios en su entorno.
• Despersonalización de las relaciones. El modelo ignora que la organización informal trasciende y
supera a la organización formal. De hecho, se observa que la verdadera organización, la que
realmente existe en las empresas es, precisamente la informal.
• Categorización del proceso decisional. La rígida jerarquización de la autoridad sólo existe en el
papel; en los hechos no sucede así. Independientemente de esto, una fuente de ineficiencia es que
siempre toma la decisión el funcionario de más alto rango, independientemente del conocimiento
que tenga del asunto.
• Adherencia exagerada a las rutinas y procedimientos. La devoción a la regla escrita transforma las
rutinas y procedimientos en valores absolutos. Por observar la política escrita en el manual, el
cliente puede quedar insatisfecho y la empresa puede perderlo. Pero esto no importa, porque la
regla se cumplió. Esto crea lo que Thorstein Veblen llama «la incapacidad entrenada», o lo que
Warnotte denomina «la deformación profesional». John Dewey, por su parte, califica este
fenómeno «psicosis ocupacional». Yo le llamo «entropía organizacional».
• Exhibición de señales de autoridad. El énfasis burocrático en la jerarquía conduce a las personas al
uso exagerado de los símbolos del poder o señales de estatus para demostrar la posición; el
uniforme, la localización y diseño de las oficinas, el estacionamiento, la cafetería, etc, indican
quienes son los "jefes".
• Dificultad en la atención de clientes. La organización burocrática es endógena y entrópica. Está
diseñada para satisfacer sus propios requisitos, los requisitos internos y no las demandas y
exigencias de sus clientes expresadas en forma de necesidades y/o deseos.

Es decir, las disfuncionalidades de la burocracia, como modelo, surgen de las siguientes


apreciaciones:
• El modelo indica la previsibilidad del comportamiento humano en el trabajo; la realidad dice lo
contrario.
• El modelo supone que el entorno de la organización es constante y estático; la realidad demuestra
que es todo lo contrario.
• La burocracia supone una ética devocional al trabajo; la realidad muestra que es así siempre y
cuando el trabajo sea creativo y no rutinario.

El modelo de Weber supone que el hombre está al servicio de la organización; la realidad indica
que no es así: es la organización la que está al servicio del hombre.

13.EL IMPACTO DE LA BUROCRACIA EN LA ADMINISTRACIÓN

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La administración moderna difícilmente puede asumir la totalidad de las ideas expuestas por Weber. Se
sabe que no existe, en ninguna parte, un modelo único de burocracia, sino una gran variedad de
gradualidades y de matices en la burocratización de las organizaciones modernas.

Existen tres tipos básicos de comportamiento burocrático:


• La burocracia fingida, donde las normas son exógenas.
• La burocracia representativa, donde las reglas son dictadas por especialistas cuya autoridad
es aceptada por todos, pasando incluso a formar parte de los «valores» de la empresa, una suerte
de cultura que puede tipificar como una regla la alta calidad o el alto rendimiento.
• La burocracia punitiva, donde las reglas son impuestas por las presiones de la propia
administración o de los empleados. Los castigos por incumplimiento son severamente castigados.

Los administradores modernos saben que una organización debe tener reglas claras, procedimientos
indicativos y estructuras bien diseñadas. De lo contrario, por mucho que los administradores de la
excelencia sostengan que los esquemas rígidos y pensados de antemano son obsoletos, lo cierto es que
dependerá siempre de la naturaleza humana el buen desempeño de la organización.

Digamos que Weber pensó un modelo puro, por su propia naturaleza inaplicable, a menos que los
trabajadores y empleados de las hipotéticas empresas que lo asumieran, fueran robots. Pero de la idea
weberiana de la burocracia, pueden extraerse firmes aplicaciones en la empresa moderna, además de las
ya citadas. Entre las más señaladas estarían las siguientes:

14. APLICACIONES DEL MODELO WEBERIANO EN LA EMPRESA MODERNA


a) La especialización de operarios y de procesos de trabajo.
b) La idea de la estandarización del desempeño de funciones.
c) La noción de la centralización en la toma de decisiones, cuando así conviene a los fines de la
organización. O en caso contrario, la descentralización.
d) La uniformidad de prácticas institucionalizadas, que vienen a tipificar la moderna noción de imagen
corporativa.
e) La no duplicación de funciones.
f) La profesionalización de la función administrativa como distinta de la función de los accionistas
propietarios.
g) La admisión y promoción en función de los méritos y talentos de las personas.
h) La idea de que la organización, si bien es «gente» al final de cuentas,
debe lograr altos niveles de estandarización, para lograr que se haga
lo que se debe, no lo que se quiere.

15. SINDROME DE BUROCRATIZACION


Se registra a partir de ciertos índices:
a) disminución de la creatividad, originalidad y cantidad de la producción.
b) alargamiento de los tiempos fijados para dar cuenta de la producción. Sensación de pérdida
del sentido de la producción.
c) insistencia en el cumplimiento de las normas de interacción, a pesar del empobrecimiento
de los intercambios, en el intento de preservar la estructura.
d) aparición en el discurso de elementos que tienden a ratificar la "pertenencia".
e) imposibilidad de los miembros de conceptualizar la dinámica grupal en la que están insertos si no se
salen del problema en que están implicados.

16. ONCLUSIONES
El modelo de la burocracia de Max Weber es ciertamente controversial, sobre todo si se le analiza a la luz
de las nuevas condiciones que marcan el signo de los tiempos empresariales: los mercados abiertos y
globalizados. Ciertamente, Max Weber no fue ni administrador, ni gerente, ni mucho menos empresario.
Su percepción sociológica se ubicó en el terreno de las organizaciones sociales, no en el ámbito de las
organizaciones empresariales, industrias y negocios. Es claro que sus ideas fueron extraídas de la
sociología y aplicadas en el campo de la empresa y de la administración gerencial. Por ello es que sus
ideas son difícilmente aplicables en la administración moderna. Sin embargo, una cosa es clara: a partir
del análisis del modelo burocrático puro, Weber muestra, desde luego que sin proponérselo, justamente lo
que no debe hacerse.

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Por ello, es posible extraer las siguientes enseñanzas:
• Que las organizaciones no son sistemas cerrados sino semiabiertos.
• Que las organizaciones se mueven en ambientes altamente dinámicos, inciertos y riesgosos.
En ambientes así, el papel de la administración es medir, evaluar y prever los riesgos y las
incertidumbres.
• Que las organizaciones deben prever los cambios, adaptarse a ellos y, mejor aún, crear las
condiciones dentro de las cuales la empresa podría desenvolverse en el futuro.
• Que la administración de empresas debe ser, en consecuencia, proactiva y no "reactiva".
• Que la organización informal existe, lo queramos o no, y que el papel de los
administradores es identificarla y aprovecharla estratégicamente, en el marco de la racionalidad
administrativa: la adecuación a los fines.
• Que la ética devocional al trabajo no es una realidad completa y acabada, pero que si debe, en
cambio, construirse mediante la formación de actitudes y la creación de una cultura organizacional
que la favorezca y la haga suya.
• Que la finalidad última de una organización está dada por su misión, y que la misión esta diseñada
a partir de las necesidades del cliente, que es quien finalmente "conduce" a la empresa. Por lo
tanto, la nueva racionalidad de la organización es una adecuación de los medios al cliente.
• Que el factor más importante en una empresa no es el trabajo, sino quienes lo realizan: la gente.
• El término burocracia tal como lo desarrollaron Weber y sus seguidores, no corresponde al sentido
de forrmalismo e ineficiencia.
• El modelo burocrático posee ciertas características estructurales y normas que se utilizan en
Organizaciones muy complejas.
• El concepto de burocracia que se usa de aquí en adelante no significa bueno o malo en términos de
rendimiento, más bien se refiere a ciertas características del diseño Organizacional.
• Weber: concibió a la burocracia como la forma más eficiente que podían utilizar de manera efectiva
las Organizaciones complejas -por ejemplo, las empresas, las dependencias gubernamentales, la
milicia - surgida de las necesidades de la sociedad moderna.
• El punto de vista de la autoridad legal - racional fue básico para el concepto bu-rocrático de Weber.
Se refiere al derecho de ejercer la autoridad en base a una posición.
• Weber sugiere que la forma burocrática es el instrumento más eficiente de administración a gran
escala que jamás se haya desarrollado, y que la sociedad industrial moderna depende de su uso
efectivo.
• Max Weber no hizo teoría de las organizaciones; hizo sociología política. Existe imprecisión en la
concepción de un modelo burocrático weberiano. Esto sucede porque el tipo ideal de burocracia
utilizado por Weber en su sociología política es transformado en modelo prescriptivo o convertido
en disfuncionalidades equivalentes.
El tipo ideal era un recurso metodológico utilizado por Weber. El tipo ideal burocrático es,
asimismo, uno de los más pobres utilizados por Weber: sus elementos podrían ser encontrados en
la ciencia de la administración alemana de ese entonces. El aspecto destacado del abordaje
weberiano está donde la burocracia se ubica en su marco de pensamiento social.
MODULO II
La Administración Pública
1. Sistema de Gobierno
El sistema de gobierno en la Argentina adopta la forma representativa, republicana y federal (Constitución
Nacional, Art. 1°). El pueblo elige directamente a sus representantes.

1.1 Noción de Nación y Estado


Nación
Es la comunidad determinada objetivamente por el nacimiento o su asimilación y subjetivamente por
vínculos tales como el lenguaje, la religión, los usos y costumbres, los hábitos de vida con sentido de
pertenencia y la conciencia de poseer un origen y un destino común.

En todas las sociedades humanas, la convivencia pacífica es posible gracias a la existencia de un poder
político que se instituye sobre los intereses y voluntades particulares.

Estado
Organización que acapara este poder en las civilizaciones desarrolladas, ha tendido a conseguir el bien
común mediante distintas formas de gobierno a lo largo de la historia. El Estado es la organización política

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de un país, es decir la estructura de poder que se asienta sobre un determinado territorio y población.
Poder Territorio y Nación son, por consiguiente los elementos que conforman el concepto de Estado.

1.2 La Forma De Gobierno


La Constitución Nacional instituye una democracia representativa o indirecta, en la que los representantes
sólo ejercen el poder del pueblo durante el período que duran en sus mandatos.

En el Artículo 22 establece que "El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y
autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los
derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición".

Por otro lado, también se habilitan algunos mecanismos de democracia semidirecta, incorporados en el
Capítulo de Nuevos Derechos y Garantías como:

Iniciativa popular (Art. 39 y Ley 24.747): los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar
proyectos de ley en la Cámara de Diputados, siempre y cuando ese proyecto tenga un consenso en la
ciudadanía representado por la cantidad de firmas establecidas constitucionalmente.

Consulta popular (Art. 40): El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta
popular un proyecto de ley. Existen dos alternativas: la primera, que la consulta sea vinculante (el voto
de la ciudadanía es obligatorio, la ley de convocatoria no puede ser vetada y el voto afirmativo del
proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley, siendo su promulgación automática); y la
segunda, la consulta no vinculante (el voto de los ciudadanos no es obligatorio, puede ser convocado
también por el Presidente de la Nación y la decisión ciudadana no obliga al Congreso a la sanción del
proyecto).

La Forma Republicana
El vocablo República deriva del latín república, que significa "cosa del pueblo". La república es la forma de
gobierno en la cual los magistrados son electivos y temporarios.

La forma republicana está basada en la división, control y equilibrio de los poderes y tiene como fin último
la garantía de las libertades individuales. Los principios que la inspiran son: Constitución escrita,
separación de poderes, elegibilidad de los funcionarios, periodicidad de los mandatos, responsabilidad de
los funcionarios, publicidad de los actos de gobierno y existencia de partidos políticos.

La existencia de una Constitución escrita que establece las responsabilidades de los funcionarios, la forma
de su elección y la publicidad de los actos de gobierno, facilita el control ciudadano de los poderes
instituidos.

1.3 El Régimen Federal


Está basada en la división del poder entre el gobierno federal y los gobiernos locales, conservando las
provincias "todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno Federal" (Constitución Nacional,
Art. 121).

La forma de gobierno federal permite el control y la cooperación recíproca entre las provincias y el
gobierno federal, evitando la concentración de poder a través de su descentralización.

En este sistema, coexisten dos clases de gobierno: el nacional o federal, soberano, cuya jurisdicción
abarca todo el territorio de la Nación, y los gobiernos locales, autónomos en el establecimiento de sus
instituciones y sus constituciones locales, cuyas jurisdicciones abarcan exclusivamente sus respectivos
territorios.

Introducción
Históricamente, la instauración de un régimen federal de gobierno en la Argentina determinó la división de
funciones gubernamentales en tres niveles (nacional, provincial y municipal), lo que conllevó la necesidad
de determinar un sistema de transferencias de recursos fiscales que evitara la doble imposición entre la
Nación y los gobiernos locales. Desde 1935, esta distribución de recursos se lleva a cabo
fundamentalmente, aunque no exclusivamente, por medio del Sistema de Coparticipación Federal de
Impuestos (SCFI).

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El principal objetivo del SCFI reside en posibilitar a cada jurisdicción ejercer sus competencias tributarias,
delegando al gobierno federal la recaudación tributaria y determinando criterios de distribución de lo
recaudado entre las distintas jurisdicciones. De esta forma, se ha intentado, por un lado, evitar asimetrías
en la distribución de las responsabilidades de gasto y de las facultades tributarias entre los distintos
niveles de gobierno y, por otro, mitigar la heterogeneidad existente entre las provincias en su capacidad
de captar recursos propios (fenómeno íntimamente relacionado con la desigualdad en sus niveles de
desarrollo) (Barbeito et. al., 2004).

En la actualidad, la Ley N° 23.548 de Coparticipación Federal de Recursos Fiscales aprobada en 1988


permanece vigente, debido a su cláusula de renovación automática en caso de no sancionarse un régimen
reemplazante. Si bien, una y otra vez, se han fijado plazos para la discusión de una nueva ley, esta
ausencia permanece debido a la multiplicidad de intereses políticos y económicos que se ponen en juego
en torno al sistema de coparticipación. Así las cosas, en el escenario actual se reeditan el debate respecto
de la necesidad de reformar el SCFI en búsqueda de nuevos parámetros distributivos. Sin embargo, la
disputa se mueve en el terreno de la puja política de corto plazo, lo que dificulta el consenso en torno de
criterios objetivos enmarcados en una perspectiva más amplia. Este documento intenta, en primer lugar,
contextualizar la Ley N° 23.548, describiendo brevemente sus antecedentes, sus principales rasgos y sus
modificaciones a lo largo de las "En nuestro país, el régimen de coparticipación federal de impuestos -un
mecanismo de federalismo fiscal, de reparto no condicionado y automático de recursos- tuvo su origen en
el año 1935. Con la ruptura del orden constitucional en 1930 y la posterior recuperación del orden estatal
(si bien con una democracia restringida, con elecciones fraudulentas, en un período conocido como la
"década infame"), los sectores dominantes del país buscaron fortalecer la intervención estatal en la
economía modificando, política y económicamente, el modelo vigente; con el objeto de adecuarse a la
nueva estructura económica mundial producto de la crisis de los años '30".

Antecedentes
El antecedente inmediato del actual SCFI es el régimen de coparticipación dictaminado por la Ley 20.221
del año 1973, que presentaba un esquema de criterios novedosos, en comparación con los regímenes
anteriores en dicha materia, para determinar la distribución de recursos fiscales En efecto, a diferencia del
SCFI vigente en la actualidad, la Ley 20.221 determinaba criterios explícitos para la distribución
secundaria:
- 65% según tamaño de la población
- 25% por brecha de desarrollo (con indicadores de calidad de la vivienda, número de automóviles por
habitante y grado de educación de la población)
- 10% según la dispersión de la población teniendo en cuenta las áreas de menor densidad geográfica
(Barbeito et. al., 2004) Si bien este régimen de coparticipación implicó un avance importante en materia
redistributiva, sus alcances se vieron limitados por una serie de modificaciones a nivel fiscal llevadas
adelante por la dictadura militar (1976-1983) que perjudicaron directamente a las cuentas provinciales.

En primer lugar, se descentralizaron los servicios educativos de nivel inicial y primario sin derivar los
recursos correspondientes a las provincias, por lo que éstas debieron sostener con recursos propios dicha
transferencia.

En segundo lugar, la reforma tributaria de 1980 determinó la reducción de las alícuotas de las
contribuciones patronales con las que se financiaba el sistema jubilatorio y el Fondo Nacional de la
Vivienda (FONAVI), a la vez que fijó que dichos recursos serían solventados a través de una deducción
sobre los fondos coparticipables (Bonifacio y Del Cogliano, 2010).
Sin dudas, estas transformaciones dieron lugar a un escenario de mayor conflictividad en la relación entre
el gobierno federal y las provincias, situación que se fue profundizando a lo largo de la década del
ochenta.

Al poco tiempo de iniciada la etapa democrática, la Ley de 1973 quedó fuera de vigencia3, lo que dio
lugar a un nuevo momento caracterizado por un vacío legal producto de las dificultades políticas del
primer gobierno democrático de generar consensos alrededor de un nuevo régimen de coparticipación. De
esta forma, entre 1985 y 1987 no existieron mecanismos consensuados respecto de la forma de
distribución de los impuestos nacionales entre las distintas jurisdicciones federales, lo que habilitó al
gobierno nacional a repartir discrecionalmente los recursos.

A su vez, en un contexto económico inflacionario e inestable, la ausencia de automaticidades en el reparto


de los fondos coparticipables implicó que cualquier demora en la ejecución de los fondos hacia las

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provincias significara una pérdida en su valor real, determinando que el factor tiempo se convirtiera en un
elemento más en la puja política entre el gobierno nacional y las gobernaciones provinciales.

Si bien la Ley de Coparticipación de 1973 determinó su periodo de vigencia hasta el 31 de diciembre de


1980, posteriormente fue prorrogada en dos oportunidades hasta caducar hacia fines de 1984.

Finalmente, a comienzos de 1988, se sancionó la Ley N° 23.548 de Coparticipación Federal de Recursos


Fiscales. Si bien esta ley estableció cambios en los criterios de distribución, éstos no se basaron en
nuevos coeficientes basados en indicadores consensuados, sino que, por el contrario, fueron determinados
de acuerdo con lo efectivamente distribuido durante el período 1985-1987. De esta manera, desde su
nacimiento el actual SCFI se encontró configurado de acuerdo con la forma que asumió el reparto de
recursos en el escenario político de la Argentina hacia mediados de la década del ochenta, cuando la
lógica discrecional imperaba por sobre cualquier criterio objetivo.
En lo que respecta a la distribución primaria (entre la Nación y las provincias), se fijó que el total de
recursos provenientes de los impuestos coparticipados debía repartirse, en una primera instancia y salvo
mecanismos de distribución específicos, de la siguiente manera:
- 42,34% al Estado nacional (de ese porcentaje se destinaría un 0,7% a la provincia de Tierra del Fuego y
un 1,4% a la CABA.)
- 1,0% al Ministerio del Interior (Aportes al Tesoro Nacional - ATN)
- 56,66% a las provincias.

Posteriormente, al ritmo de las distintas coyunturas económicas políticas que atravesó nuestro país, la
mencionada ley sufrió sucesivas modificaciones que acentuaron la complejidad del régimen de
coparticipación federal y modificaron sensiblemente la forma de reparto de los recursos. Así, por su
importancia económica, la puesta en práctica del sistema se ha visto inmersa en una serie de disputas en
materia de financiamiento y gasto público, cuyas definiciones se han encontrado más condicionadas por la
relación de fuerzas entre las distintas provincias y el gobierno federal que por criterios de distribución
objetivos consensuados.

Durante la vigencia del régimen de convertibilidad, se sucedieron un conjunto de políticas que afectaron
directamente a la estructura de financiamiento público, modificando el escenario vigente hasta entonces.
La reforma previsional de 1994 tuvo como consecuencia directa un fuerte déficit del Estado nacional,
fenómeno profundizado aún más por la rebaja aplicada sobre las alícuotas de las contribuciones
patronales y por la transferencia de las cajas de previsión social provinciales (y su déficit) hacia la Nación.

1.4 División de Poderes

La división de los poderes gubernativos significa que la delegación de soberanía que los ciudadanos
ejercen se traslada a órganos o titulares distintos entre sí e independientes unos de otros. Este principio
fue expuesto por Montesquieu en su célebre obra El espíritu de las leyes, dedicada a la constitución de
Inglaterra. Luego pasó a las formas democráticas constitucionales de todos los países del mundo.

La división o separación de poderes aplicada a una constitución es la que crea tres poderes, a saber, el
poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. Hablar de una tal división significa que el poder
delegado por los ciudadanos no se halla concentrado en una sola persona o en una sola entidad que tiene
a su cargo dictar la ley, hacerla cumplir e interpretarla.

La separación de los poderes responde a una experiencia universal y demuestra que es la forma más
adecuada para defender el derecho de Lis tentativas de la tiranía, la dictadura, el autoritarismo.

Nuestra Constitución adopta el principio de la separación de los poderes según lo hemos ya visto. El Poder
Legislativo es el que tiene facultad de dictar la ley, suspenderla, modificarla, anularla, según lo que
establece la Constitución misma. El Poder Ejecutivo es el que posee la facultad de ejecutarla y
reglamentaria. El Poder Judicial es aquel que esta facultado para actuar como intérprete y además, entre
nosotros, goza del derecho de declarar la inconstitucionalidad de las leyes.

Decir que se trata de poderes separados es una manera de expresar que cada uno goza de su propia
esfera de acción o competencia; pero se combinan y se complementan mutuamente entre si, se coordinan
y en lazan.

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Las facultades de que goza cada uno están señaladas por la Constitución; pero, repetimos, la carta no fija
entre ellos separación absoluta, de modo que hay y debe haber estrecha colaboración. Por ello nadie
puede otorgar a un poder más facultades que las que ya posee.

La armonía de los poderes Legislativo, Ejecutivo y judicial se ejerce de tal manera que cada uno es
supremo en su jurisdicción; pero, al mismo tiempo, cada uno es un auxiliar y ejecutor de los otros dos.
Así el Presidente cumple y manda cumplir las leyes que dictan el Congreso y las sentencias de los
tribunales; el Judicial aplica las leyes del Congreso y los reglamentos del poder Ejecutivo; el Legislativo, a
su vez, respeta los actos del Ejecutivo realizados en cumplimiento de sus facultades.

El fundamento de la división de poderes


El fundamento debe hallarse en la idea de que no es buena la concentración del poder en una sola
persona o entidad. En cambio, estando el poder dividido en tres entidades, separadas pero íntimamente
vinculadas y enlazadas, se produce un sistema de equilibrio o contrapeso entre ellos.
Así el poder legislativo ejerce una especie de poder de fiscalización sobre los otros dos: sobre el ejecutivo
cuando aprueba o rechaza sus proyectos de ley, y sobre el judicial, cuando dicta los códigos y presta
acuerdo para designar a los jueces. A su vez el poder judicial puede declarar inconstitucional una ley del
congreso.
Y el Poder Ejecutivo es el posee sus atribuciones enumeradas y todos sus actos se hallan sometidos a la
aprobación y examen legislativo y hasta puede ser sometido el Presidente a juicio político del congreso.
Pero a su vez el Ejecutivo posee facultades de excepción, para casos muy especiales, cuando peligra la
paz pública, como dictar el estado de sitio o enviar intervención a las provincias cuando no está reunido el
congreso.
2. La Supremacía Constitucional
Dentro del territorio nacional la Constitución es la Ley fundamental que equivale a decir la ley de las
leyes. No hay ley alguna superior a ella, tanto en la esfera federal como en el orden provincial. Esto es el
principio de la supremacía de la Constitución consagrado en el artículo 31* de la ley fundamental
argentina.
Está en su artículo 1 "Que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa
republicana y federal"
Lo dicho significa que los constituyentes argentinos no han creado ni inventaron una forma de gobierno
para la Nación. Si esa fue la opción se debe que ellos estaban imbuidos por las tradiciones y por los
antecedentes de la república; porque el sistema representativo se había infiltrado en las costumbres
nacionales desde el mismo día de la independencia del país; porque la forma republicana no podía ser
ventajosamente sustituida por otra cualquiera y porque el sistema federal estaba en la conciencia de
todos después del fracaso de las constituciones unitarias principalmente de los años 1819 y 1826.

2.1 Constitución Nacional


La Constitución o carta magna es la norma suprema, escrita o no, de un Estado soberano u organización,
establecida o aceptada para regirlo. La constitución fija los límites y define las relaciones entre los tres
poderes del Estado y de estos con sus ciudadanos, estableciendo así las bases para su gobierno y para la
organización de las instituciones en que tales poderes se asientan. Este documento busca garantizar al
pueblo sus derechos y libertades.

La Constitución, como toda ley, puede definirse tanto desde el punto de vista formal como desde el punto
de vista material. Desde el punto de vista material, la Constitución es el conjunto de reglas fundamentales
que se aplican al ejercicio del poder estatal. Desde el punto de vista formal, Constitución se define a partir
de los órganos y procedimientos que intervienen en su adopción, de ahí genera una de sus características
principales: su supremacía sobre cualquier otra norma del ordenamiento jurídico.

El término Constitución, en sentido jurídico, hace referencia al conjunto de normas jurídicas, escritas y no
escritas, que determinan el ordenamiento jurídico de un estado, especialmente, la organización de los
poderes públicos y sus competencias, los fundamentos de la vida económica y social, los deberes y
derechos de los ciudadanos.

La Constitución es la principal ley del Estado, por eso, también se "la denomina Ley Fundamental. En ella,
encontramos las bases de ^nuestra organización como país. Ella representa una herramienta primordial
para todo habitante de la Nación. La Constitución reconoce todos los derechos que poseemos por el solo
hecho de ser hombres (el derecho a vivir, a gozar de la libertad, a asociarnos, a trabajar, etc.). Asimismo,
de ella surgen los recursos que podemos utilizar en caso de que alguien desconozca nuestros derechos.

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Además, la Constitución determina de qué forma se organiza el gobierno y sus instituciones. La actuación
de los gobernantes será previsible para todos, ya que la misma se deberá ajustar a las prescripciones
constitucionales, en cuanto al modo y al tiempo de ejercicio del poder.

Las Constituciones en los países democráticos

Una Constitución es la norma que fija los principios básicos de convivencia en un Estado. La Constitución
de un país democrático debe tener un contenido particular que contemple:
• Un amplio catálogo de los derechos de los ciudadanos.
• La organización de un gobierno compuesto por poderes separados.
• El acceso al poder sólo a través del voto de la ciudadanía.
• La periodicidad en el poder, es decir, que se puede ocupar sólo durante un lapso determinado.
• La independencia del poder judicial de los otros poderes.
• La publicidad de los actos de los tres poderes, de manera que puedan ser conocidos por todos los
ciudadanos.
• La libertad de la oposición al gobierno para expresar sus ideas.
Todos estos contenidos tienen por finalidad asegurar la libertad y la dignidad de las personas. Sólo una
Constitución que presente todas estas estipulaciones, junto con otras que se verán a lo largo del libro, es
una Constitución democrática.
Los países totalitarios muchas veces poseen Constituciones, pero ellas sólo son una fachada de
democracia. En su interior, seguramente, aparecerán normas contrarias al ejercicio democrático o,
aunque ello no ocurra, será la práctica la que se encargará de desnaturalizar su contenido. Por ejemplo, si
se imposibilita que exista oposición al gobierno, como ocurre en los países donde sólo se permite la
actuación de un único partido político.
Composición
Primera parte
• Capítulo Primero: Declaraciones, derechos y garantías
• Capítulo Segundo: Nuevos derechos y garantías
Segunda parte
• Título primero: Gobierno Federal
> Sección Primera: Del Poder Legislativo
Capítulo Primero: De la Cámara de Diputados
Capítulo Segundo: Del Senado
Capítulo Tercero: Disposiciones comunes a ambas Cámaras
Capítulo Cuarto: Atribuciones del Congreso
Capítulo Quinto: De la formación y sanción de las leyes
Capítulo Sexto: De la Auditoría General de la Nación
Capítulo Séptimo: Del defensor del pueblo

> Sección Segunda: Del Poder Ejecutivo

Capítulo Primero: De su naturaleza y duración


Capítulo Segundo : De la forma y tiempo de la elección del presidente y vicepresidente
de la Nación
Capítulo Tercero: Atribuciones del Poder Ejecutivo
Capítulo Cuarto: Del jefe de gabinete y demás ministros del Poder Ejecutivo

> Sección Tercera: Del Poder Judicial

Capítulo Primero: De su naturaleza y duración


Capítulo Segundo: Atribuciones del Poder Judicial > Sección Cuarta: Del ministerio
público
• Título segundo: Gobiernos de provincias

2.2 Constitución de la Provincia de Buenos Aires

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La provincia de Buenos Aires es, al igual que las demás provincias argentinas, autónoma respecto del
gobierno nacional en la mayoría de los temas, exceptuando aquellos de alcance federal. Esto está
reconocido por el artículo 121 de la Constitución de la Nación Argentina:

Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que
expresamente se hayan reservado por actos especiales al tiempo de su incorporación.

La provincia tiene su propia Constitución. La primera se redactó en 1854 y reformó en 1868. Una nueva
Constitución se dictó en 1873, con reformas tratadas en la convención que sesionó entre 1862 y 1889. La
Constitución Provincial vigente se remonta a 1934, con las reformas de 1994.

Las autoridades del gobierno tienen su sede en la ciudad de La Plata, la cual es la capital provincial.

Estructura
• Preámbulo
• Sección Primera Declaraciones, Derechos y Garantías. (Art. 1° a 57°)
• Sección Segunda Régimen Electoral (Art. 58° a 66°)
• Sección Tercera Capítulo único (Art. 67°)
• Sección Cuarta Poder Legislativo (Art. 68° a 118°)
• Sección Quinta Poder Ejecutivo (Art. 119° a 159°)
• Sección Sexta Poder Judicial (Art. 160° a 189°)
• Sección Séptima Del Régimen Municipal (Art. 190° a 197°)
• Sección Octava Cultura y Educación (Art. 198° a 205°)
• Sección Novena De la Reforma de la Constitución (Art. 206° a 209°)
• Sección Décima Disposiciones Transitorias

2.3 Características del Municipio en la Constitución de 1853 y el Régimen Municipal en la


Continuación de la Provincia de Buenos Aires.

En este sentido es dable destacar que la Constitución de 1853 incluye entre las condiciones fijadas a las
provincias para gozar de la garantía federal, la de asegurar el régimen municipal. Ello significa que el
estatuto máximo incorpora al orden constitucional argentino la realidad municipal bajo la forma de
régimen, es decir de ordenamiento político, de gobierno local, con independencia y autonomía dentro de
los estados federados. El municipio no nace pues como un desglose de competencia provincial, para fines
puramente administrativos, mediante creación y delegación de las provincias, sino como un poder político
autónomo por inmediata operatividad de la Constitución Federal. (BIDART CAMPOS GERMAN, "Tratado
Elemental de Derecho constitucional argentino".)

A su vez el aporte de la Jurisprudencia en este tema ha sido magro, por la naturaleza misma de la función
judicial destinada a resolver un pleito antes que a hacer doctrina y menos aún a emitir opinión sobre un
tema tan abstracto como el de la naturaleza jurídica de un ente territorial, en tanto y en cuanto, la
cuestión, no resulte crucial para dilucidar algún pleito. Sintéticamente podemos citar el fallo recaído en
autos *Ferrocarriles del Sud * (1*/6/1911) oportunidad en que la Corte Suprema de Justicia sostuvo que
el Municipio era una delegación del poder provincial, circunscripta a fines y límites administrativos.

Con el devenir, la postura fue cambiando. Así, El Doctor Julio Oyhanarte, entre otros nos advierte del
cambio de opinión de la Corte en el caso * Sanchez, José O y otros c/ Corporación de Transporte de la
ciudad de Buenos Aires ( Fallos 210: 1153 ) al sostener que * ... la misión propia de los Municipios en
orden de las instituciones políticas es fundamental ... *

Finalmente, la propia Corte Suprema, de un modo tajante y vigente hasta nuestros días abandona la
postura que sostenía que los municipios eran descentralizaciones administrativas autárquicas, en autos
"RIVADEMAR, ÁNGELA D. C/ MUNICIPALIDAD DE ROSARIO", 21/03/89 (Ll, t. 1989 C, pág. 47) al
consagrar, jurisprudencialmente, la autonomía municipal. En efecto, en fallo histórico, la Corte Suprema
de Justicia de la Nación revisó su jurisprudencia de casi 78 años, al desestimar el carácter autárquico del
régimen municipal. El pronunciamiento, implica la caracterización del municipio como una realidad
concreta con "base sociológica constituida por la población de la comuna".

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Ese reconocimiento municipalista, promovió la sanción de la "Carta de la Autonomía Municipal
Iberoamericana" por parte de la Organización Iberoamericana de Cooperación Intermunicipal (O.I.C.I.,
con sede en Madrid), materializada en Caracas el 22 de noviembre de 1992, la cual consta de un
preámbulo y once artículos

El segundo reza :

"El concepto de autonomía local debe superar los planos teóricos y el universo de las grandes
declaraciones para materializarse en una realidad permanente y auténtica que, además de constar en los
Textos Fundamentales de cada país, sea reconocido como un principio inalterable, como deber de los
Gobiernos y derecho de los ciudadanos

Por su parte, en nuestro país, la reforma Constitucional de 1994 a través del ya aludido artículo 123,
define una intencionalidad inequívoca respecto de la inserción del municipio argentino en la vida política
del país.

De acuerdo al citado texto constitucional el alcance y contenido de la autonomía debe referirse a distintos
órdenes de los asuntos locales ellos son:

1) Orden Institucional: el cual supone la posibilidad por parte del municipio de dictarse su propia carta
Orgánica. Así las provincias, podrán o no categorizar a sus municipios para que gocen de autonomía plena
o semiplena. Para ello se tendrán en cuenta las distintas infraestructuras sociológicas sobre las que se
asienta el Municipio y la cantidad de habitantes.

A su vez estas cartas podrán estar sometidas a la revisión del Poder legislativo Provincial.

2) Orden Político: no sólo implica la potestad de elegir sus propias autoridades, sino la de decidir
respecto de sus propias formas de gobierno local, sistemas electorales, destitución de autoridades etc. En
síntesis, el Estado Municipal tiene la facultad de organizar su forma de gobierno, siempre de acuerdo a los
postulados constitucionales y darse sus propias instituciones.

La forma republicana de gobierno, como ya se dijera, sustenta la división tripartita de poderes o


funciones, representada por los denominados Poderes Legislativo y Judicial Ejecutivo cada uno con
atribuciones determinadas.

La existencia de gobierno conlleva la efectiva vigencia del órgano judicial y, si consideramos el régimen
municipal como "gobierno municipal", es obvio que no existe gobierno alguno sin órgano jurisdiccional.

En esa dirección el "poder de policía municipal" requiere, una herramienta (poder), que lo efectivice en su
espacio territorial en lo que resulte competente.

En consecuencia, como gobierno, como organismo político necesario, el Municipio, debe constituirse con
esos tres poderes; caso contrario, no estaremos hablando de autonomía sino de otra institución, ajena a
los postulados constitucionales.

De lo dicho se colige que los Funcionarios que se designen con atribuciones jurisdiccionales, deberán
contar con los caracteres propios del Poder Judicial, a saber: carácter de letrado, independencia funcional,
inamovilidad, intangibilidad de sus remuneraciones y el sistema que se utiliza para la designación.
Finalmente podemos concluir que "Entre las funciones a crear y luego distribuir territorialmente,
pensamos que sería de particular utilidad la creación de una Justicia municipal para el tratamiento de
asuntos de «pequeña cuantía». De ese modo se aliviaría la carga de la Justicia ordinaria y se le daría una
solución más expedita a una multiplicidad de cuestiones, que hoy no llegan a tribunales por problemas de
medios de los afectados, o por temor al tiempo que ello irroga". (LOSA, NÉSTOR OSVALDO, "Elementos
de derecho público provincial y municipal", T° I, prólogo de Alejandro Gómez Gema, Buenos Aires, 1996,
citando al Doctor Dr. Enrique Vanossi)

3) Orden Administrativo: importa la posibilidad por parte del Municipio de la prestación de servicios
públicos y demás actos de la administración local, sin interferencia de autoridad gubernamental alguna,
en nuestro caso del gobierno provincial.

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4) Orden Económico Financiero: comprende la libre creación, recaudación e intervención de las
rentas para satisfacer los gastos del gobierno propio y satisfacer sus necesidades, que no son otros que el
bien común de la sociedad local.

GUILIANI FONROUGE fue sostenedor de la viabilidad indispensable de la capacidad tributaria de los


municipios y también de su autonomía. Esto es así por la sencilla razón que el nuevo municipio no es un
mero prestador de servicios. Su rol ha variado y su accionar abarca aspectos no contemplados en otras
épocas. El artículo en cita -reformado en 1994 -, ha sido explícito en la materia: al expresar el
reconocimiento de la autonomía municipal, lo hace en forma expresa en lo económico y financiero, con lo
que se concluye que además de los sistemas de coparticipación existentes, las municipalidades pueden
tener despegue tributario legítimo y, consecuentemente, deberán instalar dentro de su propio gobierno,
mecanismos que controlen y regulen la creación y percepción de recursos locales para su redistribución,
su aplicación y sus alteraciones, cuando correspondiere.

En esa inteligencia, nuestro Máximo Tribunal ha sostenido:


"La necesaria existencia de un orden municipal impuesto por el artículo 5 de la Constitución nacional,
determina que las leyes provinciales no solo deben imperativamente establecer los municipios, sino que
no pueden privarlos de las atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido (por mayoría,
con disidencia de los doctores FAYT, BELLUSCIO y PETRACCH) CSJN, 04/06/91, «MUNICIPALIDAD DE LA
CIUDAD DE ROSARIO C/ PROVINCIA DE SANTA FE»".

Habrá entonces, municipios que podrán tener un status de autonomía plena (cuando cuenten con las
atribuciones mencionadas) y habrá otros que tendrán una autonomía semi plena o relativa (por ejemplo
por carecer del orden institucional). ( HERNANDEZ, Antonio María, *Derecho Municipal* 2* edición
Depalma Bs As 1997 pag. 414 y ss Bidart Campos Germán J Tratado de Derecho Constitucional Argentino,
Ediar, Bs As 1995 T VI, p.
52).

Respecto de la relación existente entre el gobierno Provincial y los municipios autónomos podríamos decir
que desde la sanción de la Constitución de 1994, estos ya no son una mera descentralización
administrativa, sin perjuicio que a tenor de lo dispuesto por la Constitución Nacional sigue siendo
competencia de las provincias darle desarrollo a esa autonomía con variedad de modalidades.-

Pues bien, cabría preguntarse si es importante o no que los municipios sean autónomos La respuesta es
afirmativa .Por qué?
1. Porque es en los niveles de gobierno local donde mejor se perciben las necesidades y los
problemas de sus habitantes.
2. Porque es en estos ámbitos donde más eficazmente pueden realizarse los controles.
3. Porque las formulas centralizadoras han demostrado su incapacidad para hacer frente a todas las
necesidades del desarrollo.
1. Porque estimula y facilita la participación en la gestión de los intereses comunes.
2. Porque permite una mayor cercanía entre gobernantes y sus representados.
6. Porque sienta las bases para que la participación pública sea efectiva y no meramente declarativa
convirtiéndose en un mecanismos útil para redistribuir el poder en la estructura del Estado. (Silvero
Salgueiro Jorge * Obstáculos y Perspectivas para la Autonomía Municipal en el Paraguay CDE
Fundación Friedrich Ebert, Asunción , 1992 pag. 37 cit por Losa Néstor Osvaldo en Derecho Municipal
Público Provincial y Contravencional Mendoza Argentina 1999 Ediciones Jurídicas Cuyo pag. 102 )

Conclusión. Como corolario de lo expuesto podríamos concluir que el gobierno provincial ya no podrá
recuperar las facultades reconocidas a los municipios (aunque la realidad indique lo contrario). En efecto:
autonomía, recursos y justicia local son los tres elementos indispensables que deben coexistir para
conformar el verdadero poder de policía municipal, sin el cual no existe municipio como gobierno

Por ello, a pesar de lo dispuesto por la Constitución Nacional y la ratificación efectuada por Corte Suprema
de Justicia a partir del caso *Rivademar*, en nuestra Provincia, la autonomía municipal continúa
esperando su puesta en práctica, revistiendo por ello el carácter de ente autárquico.
2.4 Ley Orgánica de las Municipalidades Constitución de las Municipalidades
El Honorable Concejo Deliberante está integrado por veinticuatro Concejales. Sanciona disposiciones que
regulan la función administrativa.

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La Constitución de la Provincia de Buenos Aires y la Ley Orgánica de las Municipalidades establecen las
condiciones necesarias que deben reunir los ciudadanos, para desempeñar el cargo de Intendente
Municipal o Concejales Municipales.

El Intendente es elegido en forma directa por la ciudadanía, por un período de cuatro años; puede ser
reelegido indefinidamente.

Para desempeñar este cargo se requiere ciudadanía en ejercicio y las condiciones necesarias para ser
Concejal.

Serán elegibles Concejales todos los ciudadanos mayores de veinticinco años, que sepan leer y escribir,
vecinos del Distrito, con un año de domicilio anterior a la elección y si son extranjeros, tengan además
cinco años de residencia y están inscriptos en el registro especial.

Los Concejales extranjeros no podrán exceder de la tercera parte del número total de los miembros del
Concejo Deliberante.

El número de miembros del Concejo Deliberante se fija con relación a la población de cada Partido.

Para nuestro Partido de Avellaneda corresponden veinticuatro Concejales.

La elección municipal se realiza simultáneamente con las elecciones nacionales y/o provinciales.

Los Concejales duran en su mandato cuatro años, renovándose el Concejo por mitades cada dos años. Los
Concejales pueden ser reelectos sin límite de tiempo. Su elección es como consecuencia de la propuesta
que realizan los Partidos Políticos reconocidos en el orden Nacional, Provincial y/o Comunal.

El desempeño de las funciones electivas municipales son obligatorias salvo algunas excepciones o
inhabilidades enumeradas en los arts. 6 a 13. A su vez el art. 14 establece que si algún concejal elegido
tengan alguna inhabilidad determinada en los artículos mencionados deberá informarlo al concejo en las
sesiones preparatorias para que se proceda a su reemplazo.
El apartado V determina cómo será la asunción del Intendente.
El apartado VI determina como se constituirá el Concejo Deliberante.
Las Asambleas Concejales y Mayores Contribuyentes
En el Capítulo III de la Ley Orgánica de las Municipalidades, en los artículos 93 a 106, establece quienes
pueden ser "Mayores Contribuyentes", como se conforma la elección de los mismos y en los casos en que
deben intervenir para la toma de decisiones.

El Presidente del Honorable Concejo Deliberante tiene doble voto, por consiguiente en los casos en que los
Señores Concejales deban votar para tomar alguna decisión y existe paridad de votos, el Presidente del
Cuerpo al tener doble voto desempata disponiendo por la afirmativa o negativa.

Los Señores Concejales deben ajustar su cometido a lo establecido en la Constitución de la Provincia de


Buenos Aires, Ley Orgánica de las Municipalidades y el Reglamento Interno del Cuerpo.

El Reglamento Interno trata todas las disposiciones a las que están sujetos los Concejales, desde el
juramento para su incorporación al Cuerpo, como obligaciones de los Concejales para mantener las
discusiones en el Recinto, mociones a proponer y fundamentación, o emitir opinión sobre el asunto en
tratamiento.

En el Concejo funcionan nueve Comisiones Internas, todas compuestas en su totalidad por siete miembros
cada una, siendo integradas proporcionalmente por los Concejales integrantes de los respectivos bloques
políticos que conforman el Concejo.

Las Comisiones son:


• Legislación, Interpretación y Reglamento.
• Urbanismo y Planeamiento.
• Obras Públicas.
• Hacienda, Presupuesto y Cuentas.

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• Bienestar Social, Salud Pública, Prevención y Lucha Contra las Adicciones.
• Educación, Infraestructura, Cultura, Moralidad y Publicaciones.
• Seguridad.
• Turismo, Recreación, Deportes, Islas y Protección del Medio Ambiente.
• Transporte.
Patrimonio Municipal y de su Formación
Determina como está constituido el patrimonio de los Municipios.
De los Recursos Municipales
Determina como está constituido los recursos de los municipios, la denominaciones de los ingresos y
como son percibidos.

De las Concesiones

Regula como deben realizarse las concesiones de servicios o cualquier tipo de permiso de uso.

Nulidad de los Actos Jurídicos Municipales

Establece que los actos del intendente, concejales y empleados deben contener todos los elementos
esenciales para no declararse su nulidad.

Responsabilidad de los Miembros y Empleados Municipales.

Esta ley establece el principio de responsabilidad de los funcionarios municipales por todo acto que
autoricen, ejecuten o dejen de ejecutar excediéndose en el uso de sus facultades o infringiendo los
deberes que les conciernen en razón de sus cargos. Con arreglo al mismo, todo funcionario o empleado
que desempeñe mandato conferido políticamente o cumpla funciones administrativas, estará obligado a
resarcir a la Comuna o a terceros, los daños y perjuicios emergentes de sus actos personales, pero no
contraerá responsabilidad alguna por sus actos de servicio. Considérense actos de servicio los que el
funcionario o empleado deba ejecutar en obediencia a las leyes, ordenanzas, reglamentos y estatutos del
régimen municipal, y actos personales los que realice en infracción a las disposiciones de esos
instrumentos administrativos.

El antedicho principio de responsabilidad, asume las formas: política, civil, penal y administrativa, de
conformidad con los preceptos de la Constitución, códigos y leyes aplicables en cada caso. La
responsabilidad política se deslindará de acuerdo con la Constitución Provincial y esta Ley Orgánica y las
responsabilidades civiles y penales serán ventiladas ante los jueces ordinarios. La responsabilidad
administrativa de los funcionarios será determinada y graduada en su alcance por los órganos creados con
tal finalidad y por el Tribunal de Cuentas, este último en todo lo concerniente a la actividad económico-
financiera de los municipios y a la preservación de sus patrimonios.

El Tribunal de Cuentas impondrá a los funcionarios y empleados alcanzados en el fallo, las siguientes
sanciones:
• Cargos pecuniarios.
• Multas.
• Llamado de atención.
• Amonestaciones.
• Inhabilitación para el desempeño de funciones Municipales.

El cargo pecuniario podrá ascender hasta un importe igual a los valores sometidos a juicio.

La transgresión a las disposiciones legales referidas a la actividad económica, financiera y patrimonial,


podrá ser reprimida con multa cuyo importe graduable no excederá el equivalente a diez (10) sueldos
mínimos del régimen general para la Administración Pública Provincial, vigente al momento de su
aplicación.
La inhabilitación no se extenderá a otras funciones ni se prolongará más tiempo que los señalados en el
fallo. No podrá ser aplicada por el Tribunal de Cuentas al Intendente ni a los Concejales.

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Todo acto de inversión de fondos ejecutado el margen de las normas constitucionales, legales y de
ordenanzas, lleva implícita la presunción de perjuicio. La prueba en contrario corresponde personal y
directamente al funcionario. Si éste no la aportara, el Tribunal de Cuentas podrá requerirla por sus
propios medios y dictar sentencia sobre la base de lo actuado.

Cuando la Municipalidad fuere condenada en juicio a pagar daños causados a terceros por actos
personales de sus funcionarios, accionará regresivamente contra éstos a los efectos del resarcimiento. Si
dicha acción no hubiera sido iniciada, el Tribunal de Cuentas, al pronunciarse sobre la rendición que
contenga el pago, decidirá si el resarcimiento procede y fijará su monto obligando a los funcionarios.

Los funcionarios o empleados a quienes se imputara la comisión de irregularidades graves serán


preventivamente suspendidos y, si el caso lo exigiera, la autoridad municipal procederá en la forma
indicada en el artículo 73 del Código de Procedimiento Penal de la Provincia. (*)
Sanciones y Procedimientos
Determina las sanciones y el procedimiento para su aplicación Correctivas: Apercibimiento y Suspensión
hasta treinta (30) días corridos. Expulsivas: Cesantía y Exoneración. Concejales
Las sanciones que el Concejo aplicará a los Concejales serán: 1. -Amonestaciones. 2. - Multas hasta cinco
mil pesos moneda nacional ($ 5000 m/n). (*) 3. - Destitución con causa. (*) Valor de carácter histórico
original del Dec-Ley 6.769/58.
Imputándose a un Concejal la comisión de un delito doloso, procederá su destitución de pleno derecho,
cuando recaiga sentencia condenatoria firme. Procederá su suspensión preventiva de pleno derecho
cuando hallándose detenido, se dictare en su contra auto de prisión preventiva firme, sin perjuicio de la
aplicación de lo previsto en el artículo 249. El sobreseimiento provisorio definitivo, o la absolución,
restituirán automáticamente al Concejal al pleno ejercicio de su cargo. No procederá la destitución o la
suspensión preventiva cuando se tratare de un delito de acción privada. En el caso que un Concejal
incurriera en los supuestos comprendidos en el artículo 249, se procederá en idéntica forma y
procedimiento establecidos para el Intendente. La destitución será dispuesta mediante el voto de las dos
terceras partes computadas con relación a los miembros capacitados para votar. El Concejal imputado no
tendrá derecho a voto.

Las amonestaciones y multas serán dispuestas por el Concejo de acuerdo con las prescripciones de sus
reglamentos internos.

Empleados

Se aplicará a los agentes municipales que incurrieren en transgresiones en el desempeño de sus cargos,
las siguientes sanciones disciplinarias.
De los Conflictos
Procedimiento para el tratamiento de los conflictos
De las Acefalias
Procedimiento para restablecer el ejercicio de las funciones de los municipios en caso de acefalia de sus
funcionarios.

De las Relaciones Con la Provincia

Constituirá obligación del titular del Ministerio de Gobierno solicitar de los restantes ministerios la
consideración y cumplimiento de las gestiones municipales.
2.5 Autonomía o Autarquía: Importancia de la autonomía Municipal Autonomía
El municipio debe tener un cúmulo de facultades que vienen exigidas por su propia naturaleza y que
aseguran su relativa independencia de otros niveles de decisión política.

Autarquía

El municipio es una mera descentralización administrativa de una instancia de poder subordinante: sus
atribuciones son fijadas desde esa realidad política superior, y se limitan a garantizar la prestación de los
servicios públicos locales no asignados a otros entes. (ROSATTI, Horacio, *Tratado de Derecho Municipal
Tomo I, Segunda Edición Actualizada pag. 63 Ed Rubinzal-Culzoni).
3. Organización Pública

3.1 Estructura

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La organización administrativa: es el conjunto de normas jurídicas que regulan la competencia, relaciones
jerárquicas, situaciones jurídicas, formas de actuación y control de órganos y entes en ejercicio de la
función administrativa. Tiene 4 elementos fundamentales:
• Coordinación: según la doctrina es la esencia de toda organización.
• Finalidad.
• Vínculo asociativo.
• Acción común de dos o más personas.

Se destacan 3 sistemas:
• Escala, piramidal o lineal puro: basado en la jerarquía lineal, se parte desde el superior al inferior.
• Funcional: con base en la división de trabajo.
• Mixto: que toma un poco de cada uno de los dos anteriores.
Por ser el Estado una persona jurídica, requiere de un representante que exteriorice su voluntad, ejerza
derechos y contraiga obligaciones en su nombre. Las decisiones que toma un individuo representando un
cargo, origina responsabilidades para el Estado. Para determinar, hasta que punto la exteriorización de la
voluntad de ese individuo implica que esa voluntad sea reflejo de los fines del Estado, es que
encontramos 3 teorías:
• Teoría del mandato: los agentes estatales, son mandatarios del Estado, es decir que el funcionario
se mueve por mandato tácito establecido entre él mismo y el Estado.
• Teoría de la representación: el funcionario que obra en nombre del Estado lo hace cumpliendo la
función tutelar o de curador del Estado, asimilando al Estado al incapaz, por lo que requiere de un
representante legal.
• Teoría del órgano: la función de la persona que manda en nombre del Estado y que lo
responsabiliza, nace conjuntamente con éste, y a partir de su constitución, se establecen
regímenes de gobierno, formas de poder, etc. ésta es la teoría mas aceptada.

El órgano administrativo: forma parte del Estado aunque no es sujeto de derecho, es decir no tiene
personalidad jurídica, pero tiene potestades para actuar en el mundo jurídico. Existen dos teorías que lo
analizan:
• Teoría unitaria: sostiene que el órgano es uno solo pero tiene dos elementos:

• Objetivo, que es el conjunto de facultades y poderes del órgano, es decir su competencia.


• Subjetivo, persona física titular del órgano, el agente, quien a través de sus actos ejecuta la
voluntad administrativa. La posición que ocupa el agente se denomina cargo.

• Teoría de los dos órganos: sostiene que existen dos órganos,

• Objetivo, que tiene el conjunto de facultades y poderes, es decir la competencia.


Subjetivo, que es la persona que ejerce dicha competencia. Agente estatal: tiene dos formas
de actuar:
• Hacia a fuera de la organización, en este supuesto pasa a ser la organización misma, pierde su
individualidad, ejerce los deberes y obligaciones del ente.
• Hacia adentro de la organización, es considerado un sujeto distinto de la organización.

3.2 Relaciones entre los órganos del Estado


• De colaboración.
• De control.
• De jerarquía.
• De consultoría.
3.3 Clasificación de los órganos
• Según la estructura, se clasifican: Por el origen
Órganos constitucionales, los que surgen de la C.N.
Órganos administrativos, los que son creados por las leyes.

Por su integración
• Órganos unipersonales, integrados por una sola persona.

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• Órganos pluripersonales, integrado por varias personas.
• Órgano simple, integrado por un solo órgano que puede ser unipersonal o colegiado.
• Órgano complejo, integrado por dos o más órganos unipersonales o
colegiados.

Según la función que cumplen

 Órganos activos, emiten y ejecutan los actos administrativos.


 Órganos consultivos, emiten actos internos, como informes de asesoramiento al
poder ejecutorio, estos actos no tienen obligatoriedad por carecer estos órganos de
poder de decisión.
 Órganos de control o contralores, vigilan los actos de los órganos activos, a través
de su aprobación o autorización.

3.4 Jerarquía Administrativa

Podemos definir como Organización Administrativa a aquel conjunto de normas jurídicas, que establece la
competencia de los entes u órganos que ejercen función administrativa, sus relaciones jerárquicas, su
situación jurídica, el control de los mismos y su coordinación

Uno de los aspectos más gravitantes de dicha organización, reside en el concepto de Jerarquía, a la que
definimos como la relación jurídica administrativa interna, que vincula entre sí a los órganos de la
administración mediante poderes de subordinación, con la finalidad de asegurar una verdadera unidad en
la acción, materializándose a través del ejercicio de la función administrativa.

En la jerarquía existen líneas y grados. La línea jerárquica está dada por una sucesión de órganos en
sentido vertical: el grado jerárquico es la situación de cada uno de los órganos en la línea jerárquica.
3.5 Centralización y Descentralización
Centralización
La centralización de las funciones del desarrollo, tales como la financiera y la industrial, favorecen ciertas
regiones mientras que son las responsables del atraso de otras. La confrontación de las necesidades del
desarrollo local implica inversiones en infraestructura física que no pueden ser financiados con los
ingresos fiscales anuales y que por lo tanto requieren de financiamiento externo a través de la emisión de
deuda pública.

Descentralización
Concepto de la descentralización

La descentralización ha sido definida como la delegación del poder del control a los niveles inferiores en
las organizaciones. Un concepto más estrecho de descentralización la reduce a la sola transferencia de
competencias a órganos electos (Palma y Rufián, 1989).

Para el Banco Mundial (2000), la descentralización significa "el creciente deseo de la gente por un mayor
decir de sub gobierno, el cual se manifiesta en la aserción de las identidades regionales y empuja a los
gobiernos nacionales a alcanzar abajo a las regiones y ciudades como la mejor manera para administrar
cambios que afectan la política doméstica y los patrones de crecimiento."

Objetivos y tipología de los procesos de descentralización

La descentralización tiene como objetivos aumentar el poder, la autonomía de la decisión y el control de


los recursos, las responsabilidades y las competencias de las colectividades locales, en detrimento del
poder del poder de los órganos del gobierno central (Mattos, 1990:165-167). Un aspecto importante a
considerar son los verdaderos alcances de la descentralización. Entre estos alcances, la descentralización
promueve el crecimiento económico y el desarrollo social de las localidades, aumentar la participación
ciudadana y democratizar los procesos políticos y sociales.

Para mejorar el sistema redistributivo mediante cambios en la gestión social y el desarrollo territorial, de
acuerdo con (Finot 2000) se deben realizar acciones que impliquen " (i) diferenciar entre asignaciones
para la provisión de bienes públicos locales, propios del desarrollo territorial y que podrían ser objeto

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pleno de descentralización política, y la de una canasta de servicios "sociales", que sería un bien público
nacional; (ii) distinguir claramente entre dos sistemas redistributivos subsidiarios, uno territorial y otro
social; (iii) tender a descentralizar económicamente la producción de servicios no propiamente
gubernamentales hacia los establecimientos (estatales y no estatales); (iv) reconocer legalmente como
impuestos (o descontar de ellos) los aportes que los ciudadanos realizan en trabajo, materiales y dinero
para mejorar su entorno colectivo, a fin de universalizar las contribuciones tributarias." El concepto de
bien público es un concepto multivalente, dependiendo del concepto que se tenga de lo público.

Finot (2000) hace una revisión de las formas de descentralización: privatización, delegación, devolución y
desconcentración de acuerdo a Rondinelly et al (1989); funcional, territorial y política (Boisier, 1989);
administrativa, política y económica (Von Haldenwang (1990).

Descentralización administrativa

En la descentralización administrativa, la gestión administrativa de decisiones políticas territoriales implica


su adopción en los niveles locales inferiores. La descentralización administrativa comprende la
desconcentración territorial y funcional, así como la delegación a agencias semiestatales (Vonm
Haldenwang, 1990). Al aumentar el tamaño de la agencia en las estructuras burocráticas, con controles
jerárquicos, la autoridad se distorsiona. Las formas burocráticas familiares incluyen el control jerárquico y
las relaciones de autoridad, fronteras relativamente fijas y autoridad de arriba hacia abajo.

Descentralización económica

La transferencia de responsabilidades del sector público al sector privado para la producción de bienes
públicos bajo mecanismos de competencia, ha dado lugar a un nuevo tipo de descentralización, la
descentralización económica, la cual desde luego persigue fines de lucro más que de caridad. La
descentralización económica transfiere las asignaciones de recursos e insumos de criterios y asignaciones
político-administrativos hacia el empleo de mecanismos de mercado y externalidades (Finot, 2000).

La decisión democrática del gasto público es una condición de la eficiencia en los procesos
descentralizadores El problema de la deuda subnacional ha sido identificado como uno de los más
espinosos temas de la descentralización que no tiene respuestas económicas o políticas fáciles.
(Schwarcz, 2002).
Descentralización política

Mediante la descentralización política se transfieren procesos de asignación a mecanismos democráticos


locales con transferencia conjunta de fuentes de ingresos. La descentralización política puede llegar a las
organizaciones de la sociedad civil a través de las diferentes instancias en los niveles regionales y locales.
Este desarrollo regional es inducido consciente e intencionalmente mediante políticas deliberadas e
impulsadas por diferentes agentes del desarrollo (Tarapuez Chamorro, 2001). No obstante, la
desterritorialización de las fronteras espaciales geográficas a que se ven sometidas las regiones por los
procesos de globalización económica concede mayor importancia a los actores y agentes del desarrollo.

La eficacia del control social tiene una relación estrecha con la fortaleza que el Estado tenga para
implementar sus políticas públicas.

La descentralización política con base en territorios transfiere el poder a las organizaciones del gobierno y
de la sociedad civil de las comunidades locales mediante mecanismos de empoderamiento para la
provisión de bienes y servicios públicos. El empoderamiento es un mecanismo que permite a las
diferentes instancias de los gobiernos locales asumir sus competencias y facultades. Además, la
descentralización otorga el "empoderamiento" de las comunidades.

En las nuevas formas, la organización jerárquica da forma a la operación horizontal, procesos


interfuncionales y empoderamiento de pequeñas unidades que tienden a auto organizarse más rápido que
las grandes unidades, dando forma a la organización caórdica que se refiere a su habilidad para generar
orden del caos y para arribar a soluciones constructivas en ambientes de alta incertidumbre. Ante el
paulatino retroceso que en las sociedades contemporáneas está teniendo el Estado de bienestar, uno de
los principales retos es el empoderamiento de las organizaciones sociales y comunitarias para que
desempeñen activamente su rol en los procesos de desarrollo.

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El conocimiento moviliza, fortalece y emancipa a la sociedad civil otorgándole autonomía para el ejercicio
de sus funciones orientadas a urgir al Estado para que cumpla con sus responsabilidades y posibilita el
empoderamiento de las comunidades para encontrar soluciones a sus propios problemas.

Las comunidades que comparten valores éticos son las formas organizacionales más efectivas, por lo que
las personas que las forman pueden ser las más eficaces sin que renuncie a su comunidad.

Bajo la descentralización política, las comunidades locales reciben competencias para tomar decisiones
relacionadas con su presupuesto para racionalizar democráticamente los rubros de ingresos y de gasto
público, bajo determinados procesos y mecanismos democráticos para la asignación de recursos. Sin
embargo, la estrategia de apoderamiento se fundamenta en la capacidad de los individuos para realizar
elecciones racionales como consumidores de bienes y usuarios de servicios públicos y que puede ser
constreñida por una política pluralista de bienestar.

La delegación o devolución (descentralización política) como formas de descentralización son impulsados


por los procesos de democratización y empoderamiento con el fin de transferir funciones, recursos y
poder a los niveles inferiores, como en el caso específico de los servicios públicos, aunque los problemas
de la macroeconomía difícilmente pueden ser resueltos en el ámbito local. Con los procesos de devolución
la contraloría social se fortalece. No obstante, los procesos de devolución no han sido del todo exitosos
porque todavía no responden a las demandas populares por mejores servicios públicos bajo el esquema
de las reformas estructurales.

La descentralización política de la infraestructura social debe de ser concurrente con una descentralización
de los recursos.

4. Organización Nacional

4.1 Estructura
Poder Ejecutivo

Competencia en la Nación: está ejercida en primer término por el Presidente de la Nación, que a partir de
la reforma constitucional de 1994 una parte fue delegada en el Jefe de Gabinete, reservándose, el primer
mandatario la administración política del país. Dentro del Poder Ejecutivo, el esquema es de centralización
entre el Presidente y el Jefe de Gabinete, de desconcentración en lo referente a los distintos ministerios y
hay descentralización hacia fuera, en los entes autárquicos con personalidad jurídica, BCRA, Universidades
Nacionales, etc.
• Órgano presidente: se encuentra en la cúspide de la estructura piramidal dentro de la organización
jerárquica, es el titular del P.E., en cuanto a que tipo de órgano se trata hay tres teorías:
• Órgano individual, a partir de lo establecido en la C.N. y ésta es la postura de la cátedra.
• Órgano dual, debido a que los actos del Presidente no son válidos sin la firma del Ministro.
• Órgano plural, debido a que algunas de sus actuaciones deben ser por acuerdo de Ministros.
• Órgano ministerial: integrado por el Jefe de Gabinete y los Ministros, es un órgano de colaboración
y ejecución que atiende los negocios de la Nación. Se interrelacionan por:

Vía ínter administrativa, con las personas públicas.


Vía ínter orgánica, con los otros órganos del Estado.

• Jefe de Gabinete: es el titular de la administración general de país, la administración jerárquica del


personal y de las rentas e inversiones públicas. Es nombrado y removido por el presidente y no
posee cartera.

Funciones y atribuciones, art. 100 C.N.:


Colaborador directo del Presidente.
Función de enlace con el Poder Legislativo. Función institucional.
Función administrativa.
• Refrenda: decretos reglamentarios, decretos que dispongan prórrogas de sesiones
ordinarias del Congreso, convocatoria a extraordinarias, decretos de facultades delegadas, y
conjuntamente con los ministros decretos de necesidad y urgencia y aquellos que promulgan
parcialmente leyes.

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• Ministros: son colaboradores del presidente en las diferentes materias o ramas que
comprende la actividad administrativa. Son nombrados por el presidente y su actividad es
colegiada con el Jefe de Gabinete. La ley de ministerios (22.520), es la que regula su
conformación, actividad, competencia e incompatibilidades.

Poder Legislativo
Corresponde al Congreso de la Nación Argentina, integrado por la Cámara de Diputados de la Nación
Argentina y el Senado de la Nación Argentina se encarga de dictar y sancionar las leyes.

El Congreso, elegido por sufragio universal, es bicameral:

Cámara de Diputados

La Cámara de Diputados está formada por 257 diputados elegidos por cuatro años, con renovación parcial
por mitades cada dos años. Cada provincia representa un distrito electoral, eligiéndose en forma
representativa por Sistema D'Hondt la cantidad de diputados que le corresponde a cada una. El número
de diputados de cada distrito se determina según su población pero no puede ser menor a 5 para
asegurar una mayor representación a las provincias menos pobladas, que de otra manera quedarían
reducidos a uno o a dos.

Senado

Es una cámara de representación provincial compuesta por 72 senadores; 3 por cada provincia y 3 por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se eligen por un periodo de 6 años con posibilidad de reelección
ilimitada y se adjudican dos senadores al partido más votado y un tercero al partido que le sigue en
número de votos. El Senado renueva un tercio de sus miembros cada 2 años. La presidencia del Senado
recae en el Vicepresidente de la Nación, que sólo puede votar en caso de empate.

Poder Judicial

Corresponde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación Argentina (también a tribunales menores) y se


encarga de administrar justicia.

Corte Suprema de Justicia

Está compuesta por siete miembros nombrados por el Presidente, con acuerdo del Senado. Es la cabeza
del poder judicial de la Nación.

Consejo de la Magistratura

Administra el Poder Judicial de todas las instancias excepto la Corte Suprema. Tiene a su cargo cinco
funciones, entre ellas seleccionar mediante concurso público de los magistrados (excepto los de la Corte)
y removerlos por las causales contempladas por la ley.

Ministerio Público.

Organismo independiente con autonomía funcional y financiera para la promoción de la actuación de la


justicia en defensa de los intereses de la colectividad, estando integrado por un Procurador General y un
Defensor General de la Nación.

Juicio por jurados

La Constitución vigente dispone ya desde 1853 la institución del jurado para los juicios criminales
ordinarios pero ello nunca fue puesto en práctica, hubo proyectos para hacerlo.

4.2 Funciones

Presidente

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• Atribuciones del Presidente, autoridad suprema de la Nación (art. 99 C.N.), son todas las funciones
no atribuidas a los otros dos poderes.
• Facultades políticas o de gobierno, firmar tratados internacionales, etc.
• Facultades normativas, dictar decretos, reglamentos, etc.
• Facultades co legislativas, promulgar leyes, controlar al Congreso.
• Facultades administrativas, nombrar o remover empleados, responsable de jubilaciones y
pensiones, etc.
• Facultades jurisdiccionales.
Ministros
• Reunirse en acuerdo siempre que lo requiera el Presidente de la Nación.
• Intervenir en la determinación de los objetivos políticos.
• Participar en la determinación de las políticas y estrategias nacionales.
• Intervenir en la asignación de prioridades, programas y proyectos.
• Intervenir en la preparación del presupuesto Nacional.
• En materia de competencia:
• Orientar, en forma indicativa, las actividades del sector privado vinculadas con los objetivos de su
área.
• Velar por el cumplimiento de las decisiones que emanen del Poder Judicial en uso de sus
atribuciones.
• Refrendar y legalizar con su firma los actos de competencia del Presidente de la Nación.
• Elaborar y suscribir los mensajes, proyectos de leyes y decretos originados en el Poder Ejecutivo.
• Representar política y administrativamente a sus respectivos Ministerios.
• Nombrar, promover y remover al personal de su área, siempre que lo permita el régimen de
delegaciones vigente y proponer al Poder Ejecutivo el nombramiento en los casos que corresponda.
• Coordinar con los demás Ministerios los asuntos de interés compartido.
• Incompatibilidades: Durante el desempeño de sus cargos los Ministros, Secretarios y Subsecretarios
deberán abstenerse de ejercer todo tipo de actividad comercial, negocio, empresa o profesión que
directa o indirectamente tenga vinculaciones con los poderes, organismos o empresas nacionales,
provinciales y municipales, con la sola excepción de la docencia.

4.3 Relación con las Provincias

En uso de su soberanía, el pueblo de la Nación ha constituido dos clases de gobierno, uno federal y otro
provincial. Y la regla general del funcionamiento de ambos está en el art. 121 de la Constitución Nacional:

Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal....

Este es el principio general. Así como, en la primera parte de la Constitución Nacional, los derechos de los
individuos no están taxativamente enumerados (art. 33 C.N.), frente a la enumeración limitada y
particular de las competencias delegadas en el gobierno federal, los competencias de las provincias
constituyen la regla general y son ilimitados, sujetos a las contingencias del futuro, a las necesidades que
la evolución general habría de determinar.

Consecuencia de ello es que cuando se registra una duda acerca de la titularidad de determinada facultad
no enumerada expresamente, la solución debe volcarse hacia el titular originario del poder, o sea las
provincias.

Ésta es, sin duda, la auténtica interpretación de la Constitución vigente, ratificada por todos y cada uno de
los intervinientes en la Convención Constituyente en oportunidad del debate y sanción de la constitución
histórica.

Así Gorostiaga, uno de los más ilustres convencionales de 1853, sostenía en agosto de 1862, ya
integrante del Congreso de la Nación'
La autoridad delegada en la Constitución por el pueblo argentino ha sido confiada a dos gobiernos
enteramente distintos: el nacional y el provincial. Como el gobierno nacional ha sido formado para
responder a grandes necesidades generales y atender a ciertos intereses comunes, sus poderes han sido
definidos y son en pequeño número. Como el gobierno provincial, por el contrario, penetra en todos los

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detalles de la sociedad, sus poderes son indefinidos y en gran número; se extienden a todos los objetos
que siguen el curso ordinario de los negocios y afectan la vida, la libertad y la prosperidad de los
ciudadanos. Las provincias conservan todo el poder no delegado al gobierno federal. El gobierno de las
provincias viene a ser la regla y forma el derecho común. El gobierno federal es la excepción."

Así lo demuestra, también, un claro texto de Alberdi

Esa regla que deslinda lo provincial de lo nacional, en materia de gobierno, es la siguiente: las provincias
conservan todos los poderes inherentes a la soberanía del pueblo de su territorio, excepto los poderes
delegados expresamente al gobierno general.

La esfera del gobierno general sólo comprende un número determinado de cosas, que son las que
interesan al bien común de las provincias. Mientras que los gobiernos provinciales conservan bajo su
acción inmediata todos los intereses locales de su provincia respectiva, la administración de justicia en
asuntos civiles y criminales, que afecta a la propiedad, a la vida, al honor, a la libertad de los ciudadanos,
la legislación local y el gobierno inmediato de su pueblo.

En muchos de los objetos sometidos a la acción del gobierno general, las provincias conservan el poder de
legislar y estatuir en participación con aquel gobierno, con tal que no contravengan a las disposiciones del
gobierno nacional, que son supremas por esencia, es decir, tienen la supremacía o prelación, en su caso,
cuando concurren en algún caso dado con las disposiciones de provincia. Tal es el caso de lo que sucede
con contribuciones indirectas, en materia electoral, en la milicia, en los reglamentos industriales y en
otros ramos de gobierno interior.
Menos numerosos que lo que parecen a primera vista, los poderes del gobierno general se refieren
principalmente a objetos exteriores, tales como la paz, la guerra, los tratados con las naciones
extranjeras, las aduanas y el comercio exterior. En lo interior, se reducen a muy pocos los intereses sobre
los que versan, y los más de ellos pueden referirse al comercio interior y sus accesorios, que son las
aduanas, la posta, la moneda; y a la seguridad interna, cuyo objeto abraza las contribuciones, el crédito y
el ejército, como medios auxiliares para hacerla efectiva.

Sin embargo, la experiencia histórica es que la Nación ha avanzado sobre las facultades de las provincias
invocando el art. 75.18 (antes 67 inc. 16), conocido como la cláusula del progreso.

Bryce explica el proceso de formación federal

"La distribución de poderes entre el gobierno nacional y los de los Estados se ha efectuado de dos
maneras: de una manera positiva, concediendo ciertos poderes al gobierno nacional y negativamente,
imponiendo ciertas restricciones a los Estados. Hubiera sido superfluo conferir poderes a los Estados,
porque conservan todos los que no les han sido negados expresamente. Un jurisconsulto encontraría
igualmente innecesario imponer restricciones al gobierno nacional porque éste no puede ejercer poderes
que no le corresponden expresamente".

Alberdi dice:

Las provincias conservan todos los poderes inherentes a la soberanía del pueblo de su territorio, excepto
los poderes delegados expresamente al gobierno federal.

Así, dice Alberdi, corresponde a las instancias locales legislar sobre inmigración, instrucción primaria,
colonización, fundación de nuevas ciudades, sobre introducción y fomento de nuevas industrias, sobre
construcción y fomento de obras públicas generales, sobre la seguridad personal, etc.., cuestiones todas
que figuran en la enumeración del hoy art. 125, párrafo 1° C.N.
Distribución Normativa de Competencias Vigente

En el texto constitucional, ha sido establecida la distribución de competencias. Conforme hemos de ver


más adelante, y allí nos remitimos, ello incluyó la distribución de competencias en materia tributaria.

En mérito al texto constitucional, podemos clasificar la distribución de competencias del siguiente modo:

Facultades Reservadas por las Provincias


Obviamente, la que se formula es una mera enumeración tentativa, reiterando su carácter residual

Página 29
5, 6 2a, 8 2a, 13, 32, 49, 51, 54, 62, 75.9, 121, 122, 123, 124, 125 Surgen del art. 121 al 125 CN y las
reservas efectuadas por los Estados al momento de su incorporación.
Políticas
La más importante es la de darse sus propias instituciones y regirse por ellas.
a.1.1. Derecho a darse su propia Constitución (arts. 5 y 123).
Es el ejercicio del poder constituyente de segundo grado. En el texto de 1853 se establecía que las
constituciones provinciales estaban sujetas a la aprobación del Congreso federal, lo que significaba un
sometimiento al gobierno central. La reforma de 1860 dejó esta norma de lado. Ello no obsta a que, en un
caso concreto, pueda ser revisada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en ejercicio de su control
de constitucionalidad (arts. 5, 116, 117, 123 y 31 Constitución Nacional).
Por su parte, las provincias deben cumplir ciertas exigencias, que algunos autores denominan reglas de
sujeción: a) adoptar el sistema representativo republicano
b) esa Constitución provincial deberá conformarse a los principios, derechos, declaraciones y garantías
de la Constitución Nacional.
c) debe asegurar un poder judicial independiente para todas las controversias que la Constitución
Nacional no atribuye a la jurisdicción federal.

d) asegurar un régimen municipal que se adecúe a lo requerido en el art. 123 Constitución Nacional
(autonomía en los planos institucional, política, administrativa, económica y financiero).
e) asegurar la educación primaria.

Bajo estas condiciones, opera la garantía federal a cada provincia de goce y ejercicio de sus instituciones.

a.1.2. Derecho a darse sus propias instituciones y a regirse por ellas (arts. 5 y 122)

Esto implica que cada Provincia organiza su sistema representativo. Para eso, cada Provincia dicta su
Constitución, crea sus instituciones y se rige por ellas.

Y a exigir que el Gobierno Federal se los garantice.

a.1.3. Derecho a elegir sus autoridades sin intervención del poder central
(art. 122)
Cada provincia elige sus autoridades sin intervención del gobierno federal . a.1.4. Derecho a exigir una
representación igual en el Senado de la Nación
(art. 54)
a.1.5. Derecho a exigir cargos en C.F.I. (art. 75.2) a.1.6. A solicitar la
Intervención federal (6)
Los gobiernos de cada provincia, para sostenerlos o restablecerlos si hubieran sido depuestos por sedición
o invasión de otra provincia.

a.1.7. A que sus actos públicos gocen de entera fe en las otras provincias (7)

Ello no obsta a que, a tal efecto, se requiera algún trámite comúnmente llamado legalización.

Esto también alcanza a los procedimientos y pronunciamientos judiciales de cada provincia, en cuanto a
su reconocimiento por las demás provincias y por el estado federal.

a.1.8. A la extradición entre provincias (8)

Es el derecho a requerir la entrega de personas que hubieren delinquido en su territorio y que se


encuentren en otra provincia.

a.1.9. Derecho a la integridad de sus territorios y a la creación de nuevas provincias (art. 13)

Impide tanto al gobierno provincial como al federal, por la exclusiva cuenta de cada uno de ellos, el
reconocimiento de nuevas provincias o la fusión de ellas.

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En todos los casos para que la conformación de una nueva provincia o la fusión de ellas sean válidas
deben concurrir en idéntico sentido las decisiones de las provincias afectadas (a través de los órganos que
en la respectiva constitución local estatuya), por una parte, y del Congreso federal por la otra.

a.1.10. A subsidios (75.9)

Congreso 1853 pág. 38. Informe Comisión.

Actualmente, ha fortalecido la dependencia de las provincias bajo el dominio de la Nación, quien maneja
esta facultad discrecionalmente.
a.1.11. A celebrar tratados interprovinciales
No pueden ser políticos
a.1.12. A formar regiones (124)
a.1.13. A firmar convenios o acuerdos internacionales
Con las limitaciones del 124
Competencias Delegadas al Gobierno Federal y de Indiscutible Ejercicio Exclusivo por éste:

2, 4, 6, 7 2a, 13, 17 2a y 3 a,21, 23, 24, 25 1a, 26 2a, 27, 30, 44, 45, 47 2a, 49 2a, 52, 53, 59, 60, 61,
65, 87, 94, 100, 102, 108, 116, 118 ua, 119
2a, 127

El 75, el 99 y las facultades implícitas que sean necesarias para ponerlas en juicio.

Los constituyentes decidieron que aquellas cuestiones de interés general, cuya legislación competía a la
Nación, eran susceptibles de ser enumeradas y así lo hicieron en el art. 75 C.N. (ex 67).

Si en términos de división de poderes, la facultad residual corresponde al poder legislativo (75.32), todos
sus incisos constituyen el listado de competencias que las provincias trasladaban al Congreso de la
Nación. Son esas y nada más que esas las facultades trasladadas por las provincias.

De Índole Política

b.1.1. Defensa nacional

(21 + 75. 25 al 75.27+99.12 al 99.16) El art. 21 C.N. exige la llamada "contribución de sangre.

Por el resto de los artículos enumerados, corresponde al Gobierno Federal declarar la guerra y hacer la
paz, fijar las fuerzas armadas y dictar las normas para su organización y gobierno y permitir la
introducción de tropas extranjeras en el territorio de la Nación y la salida de él de tropas nacionales.

b.1.2. Creación de tribunales federales y designación de sus miembros.

El gobierno federal crea los tribunales federales (75.20). En los mismos, es de aplicación la competencia
federal (116)

b.1.3. Arreglo de los límites nacionales y provinciales (75.15)

Obviamente, ello no podía quedar en manos de las propias Provincias. Con relación a los Territorios
nacionales, ya no quedan más.

b.1.4. Estado de sitio (23 + 75 inc. 29, + 99.16)

Declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación, quedando allí suspendidas las garantías
constitucionales. Es de particular interés y vigencia el art. 27/28 de la CADH.

Pueden las provincias declarar el estado de sitio en sus propios territorios?

Los que responden afirmativamente sostienen que esta facultad es consecuencia del carácter de
soberanos de las provincias (Alberdi), de que no es una facultad delegada ni prohibida (Amancio Alcorta)

Página 31
y de que la Provincia que puede declarar la existencia de determinados derechos y garantías, debe
poseer, como implícita, la facultad de suspenderlos temporalmente (Zavalía).

Los que están en contra (Rawson) sostienen que los habitantes de una provincia sometidos a estado de
sitio provincial, gozarían a nivel federal de derechos y garantías negados a nivel local.

Hoy la respuesta es negativa. 1) Porque las provincias son autónomas y no soberanas, 2) Porque se
generarían migraciones de provincias en emergencia política hacia otras con garantías en ejercicio; 3)
Porque queda claro que un habitante goza de los derechos de la Constitución Nacional se establezcan o
no, o se suspendan o no por parte de una provincia.

Nos permitimos acotar que tal vez la cuestión pudiera evaluarse para los casos en que una provincia
otorgue derechos o garantías no existentes en el marco federal.

b.1.5. Relaciones exteriores (27 + 75 inc. 22 y 24)

Esta facultad era exclusiva de la Nación. A partir de la reforma de 1994, el gobierno federal sigue
teniendo la exclusividad de las relaciones exteriores de la Nación y celebra tratados con la jerarquía
normativa indicada en los arts. 75.22 y 75.24.

Aquí puede incluirse el derecho de patronato y demás relaciones con el Estado Vaticano (Zuccherino, 241)

Pero, conforme veremos más adelante, las Provincias pueden celebrar convenios internacionales en los
términos del art. 124 C.N.

b.1.6. Declarar la necesidad de la reforma constitucional (30)

A través del mecanismo del art. 30

b.1.7. Reformar la Constitución Nacional a través de la incorporación de nuevos tratados con jerarquía
constitucional

A través del mecanismo del art. 75.22. párr. 3°

b.1.8. Intervención federal (6)

Interviene en el territorio de las provincias par garantizar la forma republicana de gobierno o repeler las
invasiones exteriores.

A su vez, es un derecho de las provincias para obtener el apoyo federal en defensa de sus instituciones

b.1.9. Decreta honores (75.20) b.1.10. Amnistía

b.1.11 Fijar límites federales y estaduales (75.15 + 99.11)

En cuanto a los límites interprovinciales, se han generado mecanismos arbitrales con las leyes 28 (1862),
1168 (1882). La ley 17324 creó la Comisión Federal de Límites Interestaduales.

De Índole Financiera

b.2.1. Aduanas (9)

El art. 9 establece que no hay aduanas interiores. La aduana es exterior. Existe a las puertas por donde
se recibe del extranjero y corresponde al Congreso legislar en materia aduanera, estableciendo los
derechos de importación y de exportación, los que serán uniformes.

Dice Alberdi

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"Si a la aduana... exterior, agrega cada provincia interior la suya, resulta repetida catorce veces la misma
contribución. La existencia de una aduana interior o de provincia es el síntoma de un desquicio
administrativo completo y absoluto".

b.2.2. Comercio internacional (10, 11 y 12)

Junto con el art. 9 van los arts. 10, 11 y 12 que establecen, respectivamente, la libertad de circulación de
mercaderías y la ausencia de derechos de tránsito, ya fueren producto nacional o importado.

El art. 12 otorga al Gobierno federal la exclusividad de regulación del comercio, al prohibir cobrar
derechos de tránsito al transporte interjurisdiccional.

b.2.3. Uso del crédito (75.4 y 75.7)


Es facultad privativa del Congreso Nacional contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación (75.4) y
arreglar el pago de las deudas de la misma
(75.7).
OJO Provincias
b.2.4. Tierra pública (75 inc. 5)
Disponer del uso y la enajenación de las tierras de propiedad nacional
(75.5)

b.2.5. Emisión de papel moneda (75 inc 6)

Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras (75.11), lo que tacha por inconstitucional a las
normas que autorizaron emisiones de monedas (bonos a la par) por parte de las provincias, con efectos
de pago cancelatorio al igual que el dinero, con la denominación que fuera (Bonos, Bofes, Patacones,
etc.).

La reiterada jurisprudencia que lo ha avalado, es sólo admisible en el marco político excepcional de su


habilitación.

b.2.6. Establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos
nacionales (75.6).

Paralelamente, el Congreso Nacional tiene la facultad de dictar leyes generales sobre falsificación de
moneda corriente

El Banco emisor es el Banco Central de la República Argentina (últ. modif.


Ley 24144)

b.2.7. Fijación anual del presupuesto (75.8) y aprobar o desechar la cuenta de inversión.
b.2.8. Acordar subsidios (75.9) De Interés Común y
General b.3.1. Pesos y medidas uniformes (75 Inc. 11)
Adoptar un sistema uniforme de pesos y medidas para toda la Nación. b.3.2. Crea, provee y suprime
empleos (75.20) b.3.3. Correos (75.14)
¿Significa que la privatización la hizo el Gob. fed. en lugar de las pcias.? b.3.4. Seguridad de las fronteras
(75.16)
b.3.5. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
Competencia Normativa
b.4.1. Códigos de fondo (75 inc 12)
A diferencia de los EEUU en que cada Estado dicta su normativa de fondo. b.4.2. Normas sobre ciudadanía

b.4.3. Sobre quiebras

Para mayor seguridad y garantía de los acreedores, en defensa del comercio interjurisdiccional, se ha
querido sustraer al conocimiento de las legislaturas locales. Tal vez era innecesario porque el mismo
artículo se refiere al Código de Comercio que debió haberla englobado.
b.4.4. Reglamentación de la libre navegación de los ríos (75.10)
b.4.5. Legislatura sobre territorios federales
b.4.6. Sobre radiodifusión

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La CSN20, en uso de su competencia originaria, declaró que una ley provincial es inconstitucional, al
contrariar la ley 22.285 y las restantes normas de carácter federal que regulan los servicios de
radiodifusión, sobre la base de su jurisprudencia acerca de la cláusula comercial (75.13 CN) -que incluye
la actividad radiofónica-.

Tales normas provinciales suelen reconocer a las provincias como integrantes de un sistema federal,
sometiendo a la regulación federal las emisoras de gran alcance (AM - amplitud modulada), pero
reservando para sí la facultad de regular el funcionamiento y la adjudicación de licencia de las emisoras
de bajo potencia, incluyendo FM (frecuencia modulada), canales de cable, circuitos cerrados de televisión
codificada, etc..

A su vez, esas normas suelen crear órganos provinciales de aplicación, generando así una suerte de
clandestinidad protegida por el gobierno provincial, toda vez que al no contar con la licencia del Poder
Ejecutivo Nacional (COMFER) quedan tipificados como clandestinos (ley 22285), y, a la vez, no sufren el
decomiso de sus equipos ni las medidas tendientes a que cesen de emitir, en virtud de la norma provincial
autorizante.

Facultades Concurrentes

Son las que pueden ser ejercidas por la Nación y las provincias indistintamente (obras públicas, servicios
públicos, fomento del bienestar general, etc..) 4 4a, 75.2, 75.18, 75.19, 125
Hay una tercera clase de atribuciones, que son aquellas que incumben simultáneamente a ambos
poderes, y son llamadas facultades concurrentes.
20 En "Comité Federal de Radiodifusión c/ Provincia de Buenos Aires s/ inconstitucionalidad" de fecha
29.4.2004, con citas de lo ya resuelto en Fallos 319:998 y de la sentencia del 2 de abril de 1998 recaída
en "COMFER c/Pcia. De Corrientes s/ inconstitucionalidad". A ellos cabe agregar los antecedentes
resueltos en similares causas promovidas contra Provincia de Neuquén (17/1/1986), contra la Provincia
de Formosa (7/7/1987) y contra
la de Río Negro (18/2/1988).
Respecto de ellas, cuando alguno de los poderes ha comenzado a ejercitar su facultad, ésta se aniquila
para el otro. Es decir que son concurrentes mientras estén en potencia, mientras ninguno de los dos la
haya puesto en ejecución.
Zavalía habla de fomento de la inmigración, construcción de ferrocarriles, instrucción pública, etc... Nos
permitimos agregar construcción y/o entrega en concesión de rutas. Industria

Instrucción (75/18 y125/1°).

Específicamente la enseñanza secundaria.

También la universitaria. La ley federal universitaria (1778 y su dec. Regl. 1617/69) permite la existencia
de universidades estaduales. Además, algunas constituciones provinciales, también (BA art.205). De
hecho, hay algunas municipales
c.1.2. Importación de capitales extranjeros Facultades Prohibidas a
la Nación
En general, tiene prohibido afectar cualquiera de las facultades reservadas por las provincias, las que ya
hemos visto.

Además, no puede dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta (32). 12, 13, 20 2a, 21 2a, 25 2a,
29, 32 y 109

Facultades Prohibidas a las Provincias

Afectar o ejercer cualquiera de las facultades delegadas al estado federal a través de los arts.75, 99,
7,8,9, 126, 127).

Facultades Prohibidas a Ambas Entidades, o sea al Estado en General

Son la contrapartida de los derechos exigibles de los habitantes (propiedad sin indemnización previa, etc )

10, 11, 13, 14 al 29, 28, 33

Página 34
Muchos autores, prefieren reducir el enfoque y sólo incluir a los arts. 29 (suma del poder público), 17
(inviolabilidad de la propiedad), etc
5. Organización de la Provincia de Buenos Aires
5.1 Estructura
Poder ejecutivo
El poder ejecutivo provincial es ejercido por un ciudadano bonaerense que ostenta el cargo de
gobernador. De acuerdo al artículo 122 de la constitución provincial, el gobernador y el vice ejercen
mandatos de cuatro años. Según el artículo 123, pueden ser reelectos por períodos consecutivos una
única vez.

El actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires es Daniel Scioli, quien inició su mandato el 10 de
diciembre de 2007.

El poder ejecutivo cuenta con varios ministerios y secretarías: Ministerio de Gobierno, Ministerio de
Economía, Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos, Ministerio de Justicia y Seguridad,
Ministerio de Asuntos Agrarios, Ministerio de la Producción, Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo,
Ministerio de Desarrollo Humano, Dirección General de Cultura y Educación, Jefatura de Gabinete,
Secretaría General de la Gobernación, Secretaría de Prensa y Comunicación Social, Secretaría de
Derechos Humanos, Secretaría de Turismo y Deporte, Subsecretaría de Atención a las Adicciones,
Secretaría de Política Ambiental, Comisión de Investigaciones Científicas y la Escribanía General de
Gobierno.

Poder legislativo
El poder legislativo provincial tiene un sistema bicameral y puede emitir leyes sobre temas locales, pero
las principales leyes comunes (civiles, comerciales, penales, laborales, de seguridad social y de minería)
están reservadas al Congreso Nacional.
La Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires está compuesta por 46 senadores, cuyos cargos
tienen una duración de cuatro años. La cámara se renueva por mitades cada dos años. Es presidida por el
Vicegobernador de la provincia, quien tiene derecho a voto sólo en caso de empate. Puede acordar el
nombramiento de jueces o altos funcionarios, así como también interpelarlos o juzgarlos políticamente si
son acusados por la cámara de diputados.

La Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires está compuesta por 92 diputados, cuyos cargos
tienen una duración de cuatro años, al igual que la Cámara de Senadores se renueva por mitades cada
dos años.

Poder judicial
El Poder Judicial de la provincia es desempeñado por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires, la Cámara de Casación Penal, y los jueces y demás tribunales de los 18 departamentos
judiciales establecidos por ley, cada uno con sus respectivos Fueros Penal, Civil, Laboral, de Familia y de
Menores. La Constitución establece también juzgados de Paz en todos los partidos de la provincia que no
sean cabecera de departamento judicial. Estos se encargan de atender faltas provinciales, causas de
menor cuantía y vecinales.

La presidencia de la Suprema Corte se rota en forma anual entre los distintos miembros de la misma. Los
jueces de la Suprema Corte de Justicia, el procurador y el subprocurador general son nombrados por el
poder ejecutivo con acuerdo del Senado, mientras que los demás jueces e integrantes del Ministerio
Público son nombrados por el Consejo de la Magistratura, también con acuerdo del Senado.
5.2 Funciones
Los principios de la organización provincial están plasmados en la C.N. Estos pueden resumirse en la
autonomía que tienen las Provincias:

• Crean sus propias instituciones.


• Dictan su propia constitución respetando las declaraciones, derechos y garantías de la C.N.,
asegurando la administración de justicia y autonomía municipal.
• Tienen atribuciones exclusivas y otras en concurrencia con el Estado Nacional.
• Participan en la formación de la voluntad de la Nación a través de sus Senadores.
• Deben subordinarse a los principios básicos de la organización Nacional, por prevalecer sobre ellas
el Estado Federal, titular de la soberanía por ellas delegada.

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5.3 Relación con los Municipios
Los municipios funcionan frente a la Provincia como entidades autónomas, que se encargan de brindar
servicios públicos a los habitantes de su jurisdicción. Cuentan con independencia administrativa en cuanto
a las decisiones que pueden y deben tomar y a su vez cuentan con independencia económica con
patrimonio propio.

Ahora bien los municipios tienen una especie de relación de subordinación para con la Provincia y esto se
debe no solo a la propia estructura organizativa de la Provincia, sino que también por la dependencia
económica que existe a raíz de la coparticipación impositiva.

En conclusión si bien los municipios ostentan autonomía y autarquía la misma se ve limitada frente a la
falta de recursos propios y la necesidad del apoyo provincial.
6. Organización Municipal
6.1 Funciones
Se encargan de atender las necesidades sociales locales. A partir del fallo RIVADEMAR C/ MUNICIPALIDAD
DE ROSARIO, se reconoce la autonomía municipal.
La descentralización administrativa, por excelencia son las provincias y entidades autárquicas. Es el
sistema por el cual las decisiones importantes son tomadas por la administración central y los entes
descentralizados, bajo el control de la administración central. La tutela administrativa es un control que
no llega a ser jerárquico, por lo que la administración central no puede modificar ni sustituir los actos de
los entes descentralizados, únicamente puede revocarlos o convalidarlos por razones de oportunidad,
mérito, conveniencia o legitimidad.
Ventajas
• Se descomprime el órgano central.
• Los problemas locales son resueltos por los agentes del ente local.
• Se logran soluciones más rápidas.
Desventajas
• Se debilita el órgano central.
• Se priorizan los intereses locales sobre los nacionales.
Re centralización: es el proceso inverso a la descentralización, y debe surgir de la ley.
6.2 Departamento Ejecutivo
Competencia, atribuciones y deberes (art. 107 a 177 L.O.M.)
El título 1 del Capítulo IV de la L.O.M. establece las competencias, atribuciones y deberes del
Departamento Ejecutivo. Así el artículo 107 dispone que "La administración general y la ejecución de las
Ordenanzas corresponde al Departamento Ejecutivo".

Entre el art. 108 y hasta el 177 se enumeran las competencias, atribuciones y deberes.

Que son, según como están agrupados en la L.O.M:


• En general
• Sobre finanzas
• Sobre servicios públicos
• Sobre obras públicas
• Sobre adquisiciones y contrataciones
• Sobre transmisión de bienes
• Sobre aplicación de sanciones
• Sobre contabilidad
• Sobre cobro judicial de impuestos.

Auxiliares del Intendente


1. El art. 178 de la L.O.M: define como auxiliares del Intendente para el cumplimiento de sus atribuciones
y deberes a:
• Los secretarios y empleados del Departamento Ejecutivo
• Los organismos descentralizados
• Las comisiones de vecinos que se nombren para vigilar o hacer ejecutar obras o prestar servicios
determinados
• Las autoridades policiales establecidas en la jurisdicción municipal.

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En los artículos 180 al 204 regula algunas funciones que deben ser desarrolladas dentro del ámbito
municipal y que se destacan por sus características especiales y por su obligatoriedad:
• Las Secretarías (Art. 181 al 184)
• La contaduría (Art. 185 al 188)
• La Tesorería (art. 189 a 196)
• La oficina de compras (197 a 200)
• Los recaudadores (art. 201 al 203)
• Los apoderados y letrados (art. 203)

El Art. 179 habla de aquellos que no pueden ser empleados o auxiliares de Intendente en el Municipio.
Actos del Departamento Ejecutivo Actos del Intendente
Los actos administrativos - de alcance particular o general - del Intendente que produzcan efectos
jurídicos internos o externos a la administración, deben adoptar la forma de Decreto.

Por lo tanto cuando los efectos de los actos deban producirse tanto dentro como fuera de la
administración deben ser a través de Decretos, ahora bien cuando sus efectos sean solo internos podrán
ser redactados por Resoluciones, Disposiciones, Circulares, Instrumentos u Órdenes.

Entes Autárquicos

Surgen como consecuencia de la descentralización, el fin de la descentralización es otorgar una mayor


libertad de gestión a los responsables de una actividad administrativa, por lo que se le reconoce al ente
descentralizado o ente autárquico personalidad jurídica propia y patrimonio propio para el cumplimiento
de las diversas actividades que se le encomiendan.

En este caso los entes autárquicos los actos administrativos que emiten adoptan la forma de Resolución.

Entes Centralizados

En este caso se trata de órganos que carecen de personalidad jurídica propia y patrimonio propio, se trata
de los ministerios y de todos los organismos que forman parte de la administración central. En este
supuesto, los actos administrativos que emiten estos órganos, también se denominan Resolución o
Disposición.
Secretarios
Podrán emitir sus actos a través de Resoluciones.
Directores
Emiten sus actos a través de Disposiciones.
6.3 Departamento Deliberativo
La Ley Orgánica de las Municipalidades (Decreto Ley 6769/58 y modificatorias), en el Capítulo II -
Artículos 24 a 67, determinan la competencia, atribuciones y deberes del Departamento Deliberativo
(Concejo Deliberante).

En el artículo 68 de la Ley Orgánica de las Municipalidades se determina el tipo de sesiones a las que esta
facultado el cuerpo a realizar, a saber:

Preparatorias: En la fecha fijada por la Junta Electoral, para cumplir lo dispuesto en los artículos 18 al 23
de la Ley Orgánica Municipal.

Ordinarias: Por propia determinación abrirá sus Sesiones Ordinarias el 1° de abril de cada año y las
cerrará el 30 de noviembre.

De prórroga: El Concejo podrá prorrogar las Sesiones Ordinarias por el término de treinta (30) días.

Especiales: Las que determine el Cuerpo dentro del período de sesiones ordinarias y de prórroga, y las
que deberá realizar en el mes de marzo por propia determinación, para tratar el examen de las cuentas,
previsto en el artículo 192 inciso 5°, de la Constitución.

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Extraordinarias: El Concejo podrá ser convocado por el Intendente a sesiones extraordinarias, siempre
que un asunto de interés público y urgente lo exija, o convocarse por sí mismo cuando por la misma
razón, lo solicite un mínimo de un tercio del número de sus miembros.

En la Sesión Preparatoria en la que los Concejales electos prestan juramento, se elige de entre los mismos
Concejales la Mesa Directiva del Concejo, a saber: Presidente, Vicepresidente Primero, Vicepresidente
Segundo. En esta misma Sesión se fijan los días y hora en que sesionará el Concejo como también la
integración de las comisiones internas.

En el artículo 77 de la Ley Orgánica de las Municipalidades determina como se denominan las


disposiciones que sanciona el Concejo, a saber:

Ordenanza: Si crea, reforma, suspende o deroga una regla general, cuyo cumplimiento compete a la
Intendencia Municipal y a los habitantes del Municipio.

Decreto: Si tiene por objeto el rechazo, de solicitudes particulares, la adopción de medidas relativas a la
composición u organización interna del Concejo y en general a toda disposición que no requiera
promulgación del Departamento Ejecutivo.

Resolución: Si tiene por objeto expresar una opinión del Concejo sobre cualquier asunto de carácter
público o privado o manifestar su voluntad de practicar algún acto en tiempo determinado.

Actos del Departamento Deliberativo

En el artículo 77 de la Ley Orgánica de las Municipalidades determina como se denominan las


disposiciones que sanciona el Concejo, a saber:

Ordenanza: Si crea, reforma, suspende o deroga una regla general, cuyo cumplimiento compete a la
Intendencia Municipal y a los habitantes del Municipio.

Decreto: Si tiene por objeto el rechazo, de solicitudes particulares, la adopción de medidas relativas a la
composición u organización interna del Concejo y en general a toda disposición que no requiera
promulgación del Departamento Ejecutivo.

Resolución: Si tiene por objeto expresar una opinión del Concejo sobre cualquier asunto de carácter
público o privado o manifestar su voluntad de practicar algún acto en tiempo determinado.
El Derecho Administrativo 1.1 Concepto y Características
En el Derecho Administrativo, tiene importancia fundamental el Principio de Legalidad, conforme al cual
los órganos del Estado sólo pueden realizar aquellas Atribuciones que les estén expresamente señaladas
en la Ley, y no puede ni siquiera bajo el propósito de servir a la colectividad, actuar fuera de lo que la Ley
les ordene. Se trata de una garantía individual, que protege al ciudadano, para evitar posibles abusos de
autoridad; resultando así, un criterio opuesto al que se aplica a la conducta de los particulares, entre los
cuales, se estima que todo lo no prohibido está permitido.

Es bien sabido que las autoridades sólo pueden hacer lo que la Ley les permite. El principio por el cual
ningún órgano público puede realizar actos individuales que no estén previstos o autorizados por
disposición general anterior tiene, en todos los Estados, un carácter casi absoluto, pues salvo el caso de la
facultad discrecional, en ningún otro, por ningún motivo, es posible hacer excepciones a este principio
fundamental.

En suma, las autoridades administrativas no tienen más facultades que las que expresamente les
conceden las Leyes; y cuando dictan alguna determinación que no esté debidamente fundada y motivada
en alguna Ley, debe estimarse que es violatoria de las garantías consignadas en el artículo 16
Constitucional.

Por su parte, la legitimidad, es un término utilizado en la Teoría del Derecho, en la Ciencia Política y en
Filosofía que define la cualidad de ser conforme a un mandato legal, a la justicia, a la razón o a cualquier
otro mandato cierto. El proceso mediante el cual una persona obtiene legitimidad se denomina
legitimación.

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En Ciencia Política es el concepto con el que se enjuicia la capacidad de un poder para obtener obediencia
sin necesidad de recurrir a la coacción que supone la amenaza de la fuerza, de tal forma que un Estado es
legítimo si existe un consenso entre los miembros de la comunidad política para aceptar la autoridad
vigente. En este sentido el término tiene sus orígenes en el derecho privado-sucesorio y aparece
vinculado a la política en relación con la restauración monárquica tras la Revolución francesa. Esta
apelación inicial a criterios tradicionales como justificación ética del ejercicio personal del poder es
aceptada por Max Weber como uno de los tres tipos de legitimidad junto con la legitimación carismática
(los subordinados aceptan el poder basándose en la santidad, heroísmo o ejemplaridad de quien lo ejerce)
y la legitimación racional (los subordinados aceptan el poder de acuerdo con motivaciones objetivas e
impersonales); convirtiéndola prácticamente en sinónimo de legalidad.

En términos jurídicos, se habla de legitimidad cuando una norma jurídica es obedecida sin que medie el
recurso al monopolio de la ley.

Los requisitos que ha de cumplir una norma jurídica para ser legítima son tres: validez, justicia, y eficacia.

Esta legitimidad se subdivide en dos: legitimidad formal y material. La formal se entiende como el
correcto proceder de los órganos estatales con respecto a todos los procedimientos establecidos en el
ordenamiento jurídico. La legitimidad material es aquel consenso (reconocimiento) del pueblo creado en
aprobación de la ley creada o de la actuación gubernamental.

La validez, se refiere a la manera en que la norma ha sido promulgada: una norma jurídica es válida
cuando ha sido emitida por el órgano competente y no ha sido derogada, e inválida cuando ha sido
emitida por un órgano no competente o derogada. Así, es inválida una ordenanza municipal del
Ayuntamiento de Sevilla, que pretenda organizar el tráfico de la ciudad de Paraná, pero son válidas las
ordenanzas del Ayuntamiento de Sevilla para organizar el tráfico de esa misma ciudad. La validez es
expresable en términos más o menos formales y objetivos (" puede tal órgano emitir tal norma...").

La justicia, se refiere al cumplimiento o no de los fines que la sociedad considera como buenos. Una
norma es justa si la población considera mayoritariamente que se atiene a los objetivos colectivos de esa
misma sociedad, e injusta si ocurre lo contrario, con independencia de si la considera válida o no. Ocurre
en muchos lugares, por ejemplo, que se considera injusto pagar por estacionar en la vía pública, a pesar
de las ordenanzas municipales son válidas y obligan a ello. La justicia se expresa en términos más o
menos materiales y subjetivos ("la sociedad considera injusta tal norma...").

La eficacia se refiere al seguimiento o acatamiento de la norma. Una norma es eficaz si la población la


cumple, con independencia de si la percibe como justa o válida, e ineficaz si es ampliamente
desobedecida. Por ejemplo, la prohibición de estacionar en doble fila suele ser percibida por todo el
mundo como algo justo, y es desde luego una prohibición válida. Sin embargo es desobedecida por la
gran mayoría de los conductores. La eficacia es una cuestión descriptiva y fáctica, referida a los hechos
("ocurre un acatamiento generalizado de la norma.").

Resumiendo:

La coincidencia de justicia, validez y eficacia en una norma jurídica es la medida de su legitimidad. (Así
pues ya que la legitimidad es graduable, cada norma jurídica será más o menos legítima).

Cuando una norma es percibida por la sociedad como legítima es masivamente obedecida, no siendo
necesaria recurrir a la sanción, salvo en casos puntuales. Dicho a la inversa: El cumplimiento de una
norma jurídica de manera habitual y sin necesidad de recurso a la violencia, suele ser prueba de que es
percibida como legítima.

Cuando una norma el percibida como ilegítima es masivamente desobedecida (a no ser que se recurra,
directamente, a la sanción, y por tanto a la violencia). En general, el ejercicio habitual de la sanción y la
violencia por parte del Estado para hacer efectivo el cumplimiento de una norma jurídica es síntoma
inequívoco de que o bien es inválida, o bien es percibida como injusta, o bien es ineficaz (ó dos de las tres
ó las tres cosas al mismo tiempo).
El Estado, en ejercicio de la función administrativa, debe sujetarse al ordenamiento jurídico, propiciando
caminos que permitan ensanchar el nivel de participación y compromiso ciudadano, a través de

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procedimientos ágiles, eficientes, eficaces y transparentes que aseguren la legitimidad de los actos
estatales.

El funcionario municipal o el empleado administrativo forman parte del sistema estatal y así se relacionan
con el destinatario, que no es otro que la sociedad toda.

La función administrativa, es ejercida principalmente por el órgano Ejecutivo a la que puede caracterizarse
como permanente, concreta, práctica e inmediata y tiene como elemento teleológico o finalidad, la de
ejecutar las leyes.

Por su parte, la función Legislativa consiste en el dictado de las leyes por el órgano Legislativo.

La función jurisdiccional o judicial consiste en decidir las controversias o conflictos, con fuerza obligatoria
para las partes.

El accionar por parte del Estado en el ejercicio de la función administrativa, es regido por el Derecho
Administrativo, el que puede ser conceptualizado como:

Aquel conjunto de normas y principios que se encuentran en constante evolución, con el claro objetivo de
conjugar la difícil tarea que conlleva la función administrativa y sus instituciones con los particulares,
ciudadanos o administrados.

Por lo dicho, una de las principales características de la función administrativa es la de encontrarse en


constante evolución, con el claro objetivo de alcanzar la satisfacción social en cualquiera de sus
manifestaciones, además de ostentar el carácter de local, en razón de la organización política del Estado
Nacional (Nación, Provincia, Municipio) según arts. 1, 5 y 123 de la Constitución Nacional.
1.2 Fuentes

A continuación corresponde realizar una mera enumeración de las denominadas fuentes del derecho, en
otras palabras de donde surge el mismo, a saber:
La Constitución Nacional;
Los Tratados Internacionales;
La Constitución Provincial;
Las Leyes;
Los Decreto-Leyes;
Los Reglamentos;
La Jurisprudencia y;
Los principios generales del derecho.
Respecto de las nombradas podemos tener una idea aproximada por resultarnos conceptos de uso
cotidiano, salvo en el caso de los denominados principios generales del derecho

Estos son principios generales de ética social, derecho natural o axiología (valoración) jurídica,
descubiertos por la razón humana, fundados en la naturaleza racional y libre del hombre, los cuales
constituyen el fundamento de todo sistema jurídico posible o actual (Preciado Hernández).

Expresan un juicio acerca de la conducta humana a seguir en cierta situación; cada uno de estos
principios, es un criterio que expresa el comportamiento que han de tener los hombres en sus relaciones
de intercambio.

Así, el principio de dar a cada quien lo suyo, indica el comportamiento que el hombre ha de tener con
otros hombres, a fin de mantener la convivencia social; si cada quien tomara para sí mismo, lo qué
considerara propio, sin respetar lo suyo de cada quien, la convivencia civil degeneraría en la lucha de
todos contra todos: en tal estado de cosas, no podrían los hombres desarrollar su propia naturaleza, que
es por esencia social. Este ejemplo explica como el principio de dar a cada quien lo suyo, se impone como
obligatorio: su cumplimiento es necesario para el perfeccionamiento del hombre.

Como se ve, la obligatoriedad de este principio, al igual que la del resto, no depende del que esté
reconocido o sancionado por la autoridad política, sino que es obligatorio porque define un
comportamiento que la razón descubre como necesario para el perfeccionamiento del hombre.

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Respecto a ellos se ha desarrollado una polémica acerca de si ellos son extraños o externos al derecho
positivo ( lo que es ley ), o si son una parte de él.

Según la posición de la escuela del derecho natural racionalista, hoy ya superada, los principios generales,
se originarían en el derecho natural entendido como orden jurídico separado del derecho positivo.

Según la doctrina positivista también ya superada o al menos en vías de superación, en la mayoría de los
países los principios mencionados serian una parte del derecho positivo, de suerte que nunca podrían
imponer una obligación que no fuera sancionada por el mismo ordenamiento positivo; de aquí se incluye,
que cada ordenamiento positivo tiene sus particulares principios generales y que no existen principios
jurídicos de carácter universal.

La posición racionalista estima que estos los principios, son una parte muy importante, de la ciencia
jurídica. El que estén o no incorporados en una legislación determinada, es decir el que estén o no
reconocidos por la voluntad política, no tiene relevancia alguna, así como el que un determinado gobierno
desarrolle una política que acepta o rechaza un principio de economía política, no hace que tal principio
sea parte o no de la ciencia económica.
No es posible hacer una enumeración exhaustiva de los principios generales del derecho pues el
conocimiento de ellos se va perfeccionando poco a poco y por lo mismo, su número y contenido han ido
variando, sin embargo, por vía de ejemplo se pueden mencionar algunos: la equidad o sea la prudente
aplicación de la ley al caso concreto; la buena fe o lealtad a la palabra empeñada, la obligación de cumplir
los convenios, el derecho de legítima defensa o sea el de rechazar la fuerza mediante el uso de la fuerza
racional o adecuada a las circunstancias etc.

1. Principios

2.1 Legalidad

El principio de legalidad administrativa, emerge cuando todas las acciones que emanan del poder público
se encuentran en completa armonía con las reglas de derecho.

El principio de legalidad aparece a fines del siglo XVlll; sin embargo cabe señalar, que en épocas pasadas
regía el aforismo, sobre el cual los actos se regían por la Ley Suprema dictada por la voluntad del Rey y
los acólitos que lo representaban, quienes actuaban en nombre de él y de sus leyes supremas
(Monarquía).

En la Constitución Francesa de 1791, en su artículo 3°, sección 1 a, cap. ll, el principio de legalidad, se
funda en el concepto de la ley proclamado por Rousseau, y acogido por la revolución, donde la ley es la
expresión de la voluntad general, por lo que, el cuerpo legislativo proveniente de la elección popular, es el
primero entre los poderes y la ley dictada por ese cuerpo, tiene en consecuencia, primacía sobre los actos
emanados de los demás poderes.

Posteriormente, el principio de legalidad se ha apoyado, no sólo en la concepción tradicional de la


supremacía de la ley, sino, además, en el principio de la seguridad jurídica; en tal sentido, se puede
señalar, a criterio de éste investigador, que no existe seguridad jurídica si la autoridad no esta
subordinada a¡ la regla de derecho, es decir, la subordinación de los actos del poder público, las leyes, los
reglamentos, ordenanzas y actos normativos.

En la Administración Pública, tal principio significa, que la prenombrada administración está sometida a
las reglas de derechos, recogidas en la Constitución, en leyes dictadas por la Asamblea Nacional y las
propias de la administración. Este principio, impone a las autoridades, la obligación de ceñir todas sus
decisiones al contenido de las reglas jurídicas preestablecidas y los principios no escritos que conforman el
ordenamiento jurídico, aplicándose tanto a los actos administrativos individuales, como a los actos
administrativos generales; por consiguiente, las medidas o decisiones de carácter particular, requieren
para su validez, estar subordinados a las normas generales. Los actos administrativos generales, deben
tener su fundamento en la Constitución, por consiguiente, nada valdría, si la efectividad del principio de
legalidad no estuviera garantizada contra posibles violaciones del mismo. Los administrados pueden
acudir a los órganos jurisdiccionales competentes, para pedir la anulación de los actos administrativos
ilegales, u oponer, como defensa, la excepción de ilegalidad cuando se haya intentado contra ellos una
demanda fundada en un acto administrativo que ellos estiman ilegal.

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2.2 Legitimidad

Los actos administrativos se presumen legítimos, obligatorios y estables.

Es la presunción de validez del acto administrativo mientras su posible nulidad no haya sido declarada por
autoridad competente. La presunción de legitimidad importa una presunción de regularidad del acto,
también llamada presunción de legalidad, de validez, de juridicidad o pretensión de legitimidad. El vocablo
legitimidad no debe entenderse como sinónimo de "perfección".

Los actos administrativos, por serlo, tienen a su favor la presunción de constituir el ejercicio legítimo de la
autoridad administrativa y, por consiguiente, toda invocación de nulidad contra ellos debe ser
necesariamente alegada y probada en juicio; así sucede cuando se han desconocido o vulnerado principios
de Derecho público o garantías individuales.

La presunción de legitimidad es la suposición de que el acto fue emitido conforme a derecho, dictado en
armonía con el ordenamiento jurídico. Es una resultante de la juridicidad con que se mueve la actividad
estatal. La legalidad justifica y avala la validez de los actos administrativos; por eso crea la presunción de
que son legales, es decir, se los presume válidos y que respetan las normas que regulan su producción.
En principio, el acto es regular y por tanto válido, pues reúne todos sus requisitos; puede contener
algunos vicios, pero a pesar de ello sigue siendo regular. Los actos pueden ser regulares o irregulares.
Son regulares los actos administrativos válidos, los anulables o los nulos relativos. Son irregulares los
actos administrativos inexistentes y los nulos o de nulidad absoluta. Por lo tanto, descartamos dentro de
la presunción de legitimidad los actos que no son regulares; es decir, los actos inexistentes y los nulos.

2.3 Oportunidad Merito y Conveniencia

En el campo doctrinario y en algunas decisiones jurisprudenciales, se considera que son aquellas


determinaciones del interés público privativas de la Administración (v.g. la elección del lugar para
construir una obra pública). Y si bien, por lo común, la decisión administrativa es, en tal aspecto,
discrecional, nada impide que sea reglada por la ley o por el propio reglamento que ella hubiese dictado.

La realidad jurídica muestra, entonces, un recíproco entrecruzamiento no sólo entre potestades regladas y
discrecionales sino también entre legalidad y oportunidad.

En efecto, la oportunidad no está en la entraña de la discrecionalidad. Lo que si se halla en la raíz de la


discrecionalidad administrativa, como hemos dicho, es el arbitrio o la opción volitiva de la Administración
que, en cualquier caso, puede ser tanto reglada como discrecional y que, cuando reviste esta última
calidad, se encuentra sometida siempre a los controles negativos y positivos.

Si se observa con detenimiento y sin preconceptos los aspectos que perfilan una decisión de oportunidad
puede advertirse que ellos se centran en diversos aspectos, unos reglados en forma genérica y concreta y
otros parcialmente discrecionales.

Así, una decisión de oportunidad de la Administración puede referirse a: a) la elección del momento en
que se dicta el acto; b) la determinación concreta del fin de interés público; c) el objeto que mejor se
ajuste al interés público; d) el procedimiento más adecuado para cumplir los fines que persigue la
Administración y e) en algunos casos, la competencia implícita o la que se funda en el principio de la
especialidad, cuando se trata de actos favorables al administrado.

¿Podría sostenerse que si todos esos aspectos se encuentran reglados en forma genérica desaparece la
distinción entre legalidad y oportunidad? En nuestra opinión, la oportunidad es un modo de apreciar y
verificar la finalidad de interés público que no necesariamente se opone a la legalidad ni a la
razonabilidad, con las que debe guardar coherencia. Por eso estamos de acuerdo en que constituye un
falso dilema.

El problema de los límites objetivos de la jurisdicción amerita otro enfoque que el simple expediente de la
inmunidad de los juicios de oportunidad de naturaleza discrecional porque la Constitución, en parte alguna
de su articulado, establece limitaciones a la amplitud o alcance del control judicial de la actividad
administrativa.

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En definitiva, los juicios de oportunidad son objeto de control judicial en forma plena y cuando traducen el
ejercicio de poderes discrecionales los jueces se hallan facultados para controlar la razonabilidad de la
actuación administrativa, aun cuando la arbitrariedad que exhiben no sea manifiesta. Porque la
circunstancia de que un defecto resulte patente, notorio u ostensible no tiene por qué limitar el alcance
del control habida cuenta la posibilidad que ofrece la técnica del control judicial suficiente (en cuanto al
derecho de ofrecer y producir prueba en sede judicial). No obsta a esta conclusión la circunstancia de que
el carácter manifiesto del vicio en ciertos procesos urgentes, como el amparo, adquiera trascendencia
como fundamento de la inconstitucionalidad que constituya el objeto de la pretensión.

2.4 Exorbitancia
El sistema del derecho administrativo posee una compleja gama de poderes o potestades jurídicas que
componen lo que se ha llamado régimen exorbitante, que se determina y modula en los distintos países
de un modo diferente.

La existencia de esa peculiaridad no agota totalmente el contenido del derecho administrativo que se
integra también con instituciones y normas donde las técnicas de actuación no traducen necesariamente
prerrogativas de poder público ni el uso de la coacción sino de facultades que amplían el ámbito o esfera
de derechos de los particulares, costales como acontece con el fomento.

El régimen exorbitante no implica en todos los casos una situación de desborde o conflicto con el derecho
privado. Si bien su origen obedece a una situación de exorbitancia donde el derecho administrativo era
una suerte de derecho espécialo de excepción, modelado en torno del núcleo de técnicas que se
separaron del tronco común del derecho, el crecimiento progresivo de sus instituciones ha contribuido a
generar una autonomía que hoy en día resulta indiscutible.

La denominación de régimen exorbitante se mantiene sólo en un sentido convencional que ya no responde


a su significado originario, pues su contenido se integra, además de las prerrogativas de poder público,
con las garantías que el ordenamiento jurídico instituye a favor de los particulares para compensar el
poder estatal y armonizar los derechos individuales con los intereses públicos que persigue el Estado,
cuya concreción está a cargo de la Administración Pública. De este modo, el régimen exorbitante se
configura como el sistema propio y típico del derecho administrativo.

2. Función Administrativa
El punto de partida reside en el concepto de función administrativa, que según se recordará comprende
toda la actividad de los órganos administrativos (centralizados o descentralizados) y también la actividad
de los órganos legislativo y judiciales en la medida en que no se refiera a las funciones específicas de
tales órganos: Para llegar a una definición de acto administrativo, deberemos clasificar y sistematizar la
realidad que nos presenta la función administrativa.

3. Actividad administrativa
La administración pública como aparato estatal, para el logro de los fines que el Estado persigue y los que
se refieren a la propia administración, realiza la llamada actividad administrativa, que comprende las
operaciones materiales y los actos administrativos. Las primeras constituyen medidas de precaución o de
ejecución, ambas necesarias en la actividad administrativa para la realización de esta misma.
Existen dos aspectos fundamentales que caracterizan la administración: uno es, lo jurídico de los actos; y
el otro, el aspecto técnico que significa acción práctica y de realización concreta, para que el acto sea
válido en cuanto a su contenido y forma de la voluntad de la administración, que como ya dijimos, se
expresa a través de una pluralidad de actos.

Por ello, hay que distinguir claramente el acto administrativo del acto material de ejecución del derecho.
Como por ejemplo: una orden de detención de una persona, dispuesta por un prefecto, en ejercicio de
una potestad legal, es un acto administrativo; la ejecución de la misma orden por los agentes de policía
es un acto material. Una resolución, es un acto administrativo; la publicación de su texto, es una
operación material.

COPARTICIPACION FEDERAL DE RECURSOS FISCALES

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Establécese el Régimen Transitorio de Distribución entre la Nación y las Provincias, a partir
del 1º de enero de 1988.
LEY Nº 23548
Sancionada: Enero 7 de 1988. Proulgada: Enero 22 de 1988.
EL SENADO Y CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION ARGENTINA REUNIDOS EN CONGRESO, ETC.,
SANCIONAN CON FUERZA DE LEY:
CAPITULO I
Régimen Transitorio de Distribución
ARTICULO 1º — Establécese a partir del 1 de enero de 1988, el Régimen Transitorio de Distribución de
Recursos Fiscales entre la nación y las provincias, conforme a las previsiones de la presente Ley.
ARTICULO 2º — La masa de fondos a distribuir estará integrada por el producido de la recaudación de
todos los impuestos nacionales existentes o a crearse, con las siguientes excepciones:
a) Derechos de importación y exportación previstos en el artículo 4 de la Constitución Nacional;
b) Aquellos cuya distribución, entre la Nación y las provincias, esté prevista o se prevea en otros
sistemas o regímenes especiales de coparticipación;
c) Los impuestos y contribuciones nacionales con afectación específica a propósitos o destinos
determinados, vigentes al momento de la promulgación de esta Ley, con su actual estructura, plazo de
vigencia y destino. Cumplido el objeto de creación de estos impuestos afectados, si los gravámenes
continuaran en vigencia se incorporarán al sistema de distribución de esta Ley;
d) Los impuestos y contribuciones nacionales cuyo producido se afecte a la realización de inversiones,
servicios, obras y al fomento de actividades, que se declaren de interés nacional por acuerdo entre la
nación y las provincias. Dicha afectación deberá decidirse por Ley del Congreso Nacional con adhesión de
las Legislaturas Provinciales y tendrá duración limitada.
Cumplido el objeto de creación de estos impuestos afectados, si los gravámenes continuaran en vigencia
se incorporarán al sistema de distribución de esta Ley.
Asimismo considéranse integrantes de la masa distribuible, el producido de los impuestos, existentes o a
crearse, que graven la transferencia o el consumo de combustibles, incluso el establecido por la Ley Nº
17.597, en la medida en que su recaudación exceda lo acreditado el Fondo de Combustibles creado por
dicha ley.
ARTICULO 3º — El monto total recaudado por los gravámenes a que se refiere la presente ley se
distribuirá de la siguiente forma:
a) El cuarenta y dos con treinta y cuatro centésimos por ciento (42,34%) en forma automática a la
Nación;
b) El cincuenta y cuatro con sesenta y seis por ciento (54,66%) en forma automática al conjunto de
provincias adheridas;
c) El dos por ciento (2%) en forma automática para el recupero del nivel relativo de las siguientes
provincias:
Buenos Aires 1,5701%
Chubut 0,1433%
Neuquen 0,1433%
Santa Cruz 0,1433%
d) El uno por ciento (1%) para el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las provincias.
ARTICULO 4º —- La distribución del Monto que resulte por aplicación del Artículo 3º, inciso b) se
efectuará entre las provincias adheridas de acuerdo con los siguientes porcentajes:
Buenos Aires 19,93%-Catamarca 2,86%-Córdoba 9,22%-Corrientes 3,86%-Chaco 5,18%-Chubut 1,38%
Entre Ríos 5,07%-Formosa 3,78%-Jujuy 2,95%-La Pampa 1,95%La Rioja 2,15%Mendoza 4,33%-
Misiones 3,43%-Neuquén 1,54%-Rio Negro 2,62%-Salta 3,98%-San Juan 3,51%-San Luis 2,37%-Santa
Cruz 1,38%-Santa Fe 9,28%-Santiago del Estero 4,29%-Tucumán 4,94%
ARTICULO 5º — El Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las Provincias creado por el inciso d) del
artículo 3 de la presente Ley se destinará a atender situaciones de emergencia y desequilibrios
financieros de los gobiernos provinciales y será previsto presupuestariamente en jurisdicción del
Ministerio del Interior, quien será el encargado de su asignación.
El Ministerio del Interior informará trimestralmente a las provincias sobre la distribución de los fondos,
indicando los criterios seguidos para la asignación. El Poder Ejecutivo Nacional no podrá girar suma
alguna que supere el monto resultante de la aplicación del inciso d) del artículo 3º en forma adicional a
las distribuciones de fondos regidos por esta ley salvo las previstas por otros regímenes especiales o
créditos específicos del presupuesto de gastos de administración de la Nación.
ARTICULO 6º — El Banco de la Nación Argentina, transferirá automáticamente a cada provincia y al
Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las Provincias, el monto de recaudación que les corresponda, de
acuerdo a los porcentajes establecidos en la presente Ley.
Dicha transferencia será diaria y el Banco de la Nación Argentina no percibirá retribución de ninguna
especie por los servicios que preste conforme a esta Ley.
ARTICULO 7º — El monto a distribuir a las provincias, no podrá ser inferior al treinta y cuatro por
ciento (34%) de la recaudación de los recursos tributarios nacionales de la Administración Central,
tengan o no el carácter de distribuibles por esta Ley.

CAPITULO II
Obligaciones emergentes del régimen de esta Ley

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ARTICULO 8º — La Nación, de la parte que le corresponde conforme a esta Ley, entregará a la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y al Territorio Nacional de Tierra del Fuego una participación
compatible con los niveles históricos, la que no podrá ser inferior en términos constantes a la suma
transferida en 1987. Además la Nación asume, en lo que resulte aplicable, las obligaciones previstas en
los incisos b), c), d), e) y f) del artículo 9º, por sí y con respecto a los organismos administrativos y
municipales de su jurisdicción sean o no autárquicos.
ARTICULO 9º — La adhesión de cada provincia se efectuará mediante una ley que disponga:
a) Que acepta el régimen de esta Ley sin limitaciones ni reservas.
b) Que se obliga a no aplicar por sí y a que los organismos administrativos y municipales de su
jurisdicción, sean o no autárquicos, no apliquen gravámenes locales análogos a los nacionales
distribuidos por esta Ley.
En cumplimiento de esta obligación no se gravarán por vía de impuestos, tasas, contribuciones u otros
tributos, cualquiera fuere su característica o denominación, las materias imponibles sujetas a los
impuestos nacionales distribuidos ni las materias primas utilizadas en la elaboración de productos
sujetos a los tributos a que se refiere esta ley, esta obligación no alcanza a las tasas retributivas de
servicios efectivamente prestados, salvo lo dispuesto en el párrafo siguiente.
Las actividades, bienes y elementos vinculados a la producción, comercialización, almacenamiento,
transporte, circulación, venta, expendio o consumo de los bienes sujetos a impuestos internos
específicos a los consumos y las materias primas o productos utilizados en su elaboración, tampoco se
gravarán con una imposición proporcionalmente mayor —cualquiera fuere su característica o
denominación— que la aplicada a actividades, bienes y elementos vinculados con bienes y servicios
análogos o similares y no sujetos a impuestos internos específicos a los consumos. El expendió al por
menor de vinos y bebidas alcohólicas podrá, no obstante, ser objeto de una imposición diferencial en
jurisdicciones locales. De la obligación a que se refieren los dos primeros párrafos de este inciso se
excluyen expresamente los impuestos provinciales sobre la propiedad inmobiliaria, sobre los ingresos
brutos, sobre la propiedad, radicación, circulación o transferencia de automotores, de sellos y
transmisión gratuita de bienes, y los impuestos o tasas provinciales y/o municipales vigentes al
31/12/84 que tuvieran afectación a obras y/o inversiones, provinciales o municipales dispuestas en las
normas de creación del gravamen, de conformidad con lo establecido en los apartados siguientes:
1. En lo que respecta a los impuestos sobre los ingresos brutos, los mismos deberán ajustarse a las
siguientes características básicas:
— Recaerán sobre los ingresos provenientes del ejercicio de actividades empresarias (incluso
unipersonales) civiles o comerciales con fines de lucro, de profesiones, oficios, intermediaciones y de
toda otra actividad habitual excluidas las actividades realizadas en relación de dependencia y el
desempeño de cargos públicos;
— Se determinarán sobre la base de los ingresos del período, excluyéndose de la base imponible los
importes correspondientes a impuestos internos para los fondos: nacional de autopistas, tecnológico, del
tabaco y de los combustibles.
Esta deducción sólo podrá ser efectuada por los contribuyentes de derechos de los gravámenes citados,
en tanto se encuentren inscriptos como tales. El importe a computar será el del débito fiscal o el del
monto liquidado, según se trate del impuesto al valor agregado o de los restantes gravámenes,
respectivamente y en todos los casos, en la medida en que correspondan a las operaciones de actividad
sujeta a impuesto, realizados en el período fiscal que se liquida;
— En casos especiales la imposición podrá consistir en una cuota fija en función de parámetros
relevantes;
— Podrán gravarse las actividades conexas a las exportaciones (transporte, eslingaje, estibaje, depósito
y toda otra de similar naturaleza);
— Podrán gravarse las actividades cumplidas en lugares de interés público o utilidad nacional sometidos
a la jurisdicción del Estado Nacional (puertos, aeropuertos, aeródromos, estaciones ferroviarias,
yacimientos y todo otro de similar naturaleza), en tanto la imposición no interfiera con ese interés o
utilidad;
— En materia de transporte interjurisdiccional la imposición se efectuará en la forma prevista en el
convenio multilateral a que se refiere el inciso d);
— En materia de transporte internacional efectuado por empresas constituidas en el exterior, en Estados
con los cuales el país tenga suscriptos o suscriba acuerdos o convenios para evitar la doble imposición en
la materia, de los que surja —a condición de reciprocidad— que la aplicación de gravámenes queda
reservada únicamente al país en el cual estén constituidas las empresas, no podrá aplicarse el impuesto;
— En materia de combustibles derivados del petróleo, con precio oficial de venta, la imposición no
alcanzará a la etapa de producción en tanto continúe en vigencia la prohibición en tal sentido contenida
en el Decreto-Ley 505/58 y sus modificaciones.
En las etapas posteriores podrá gravarse la diferencia entre los precios de adquisición y de venta;
— Las actividades o rubros complementarios de una actividad principal -incluidos financiación y ajuste
por desvalorización monetaria- estarán sujetos a la alicuota que se contemple para aquélla;
— Para la determinación de la base imponible se computarán los ingresos brutos devengados en el
período fiscal, con las siguientes excepciones:
1) Contribuyentes que no tengan obligación legal de llevar registros contables: será el total de los
ingresos percibidos en el período;
2) En las operaciones realizadas por las entidades financieras comprendidas en el régimen de la Ley
21.526 se considerará ingreso bruto a los importes devengados, en función del tiempo, en cada período;

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3) En las operaciones de venta de inmuebles en cuotas por plazos superiores a doce (12) meses, se
considerará ingreso bruto devengado a la suma total de las cuotas o pagos que vencieron en cada
período;
Los períodos fiscales serán anuales, con anticipos sobre base cierta que, en el caso de contribuyentes
comprendidos en el régimen del convenio multilateral del 18 de agosto de 1977, comprenderán períodos
mensuales;
— Los contribuyentes comprendidos en el convenio multilateral del 18 de agosto de 1977 pagarán el
impuesto respectivo en una única jurisdicción. Para ello, las jurisdicciones adheridas deberán concertar
la mecánica respectiva y la uniformidad de las fechas de vencimiento.
2. En lo que respecta al impuesto de sellos recaerá sobre actos, contratos y operaciones de carácter
oneroso instrumentados, sobre contratos a título oneroso formalizados por correspondencia, y sobre
operaciones monetarias que representen entregas o recepciones de dinero que devenguen interés,
efectuadas por entidades financieras regidas por la Ley 21.526.
Se entenderá por instrumento toda escrituras, papel o documento del que surja el perfeccionamiento de
los actos, contratos y operaciones mencionados en la primera parte del párrafo anterior, de manera que
revista los caracteres exteriores de un título jurídico por el cual pueda ser exigido el cumplimiento de las
obligaciones sin necesidad de otro documento y con prescindencia de los actos que efectivamente
realicen los contribuyentes.
La imposición será procedente, tanto en el caso de concertaciones efectuadas en la respectiva
jursidicción, como en el de las que, efectuadas en otras, deban cumplir efectos en ella, sean lugares de
dominio privado o público, incluidos puertos, aeropuertos, aeródromos, estaciones ferroviarias,
yacimiento, y demás lugares de interés público o utilidad nacional sometidos a la jurisdicción del Estado
Nacional, en tanto esa imposición no interfiera con tal interés o utilidad.
Cuando se trate de operaciones concertadas en una jurisdicción que deban cumplimentarse en otra u
otras, la nación y las provincias incorporarán a sus legislaciones respectivas cláusulas que contemplen y
eviten la doble imposición interna.
c) que se obliga a no gravar y a que los organismos administrativos y municipales de su jurisidcción,
sean o no autárquicos, no gravan por vía de impuestos, tasas, contribuciones y otros tributos, cualquiera
fuera su característica o denominación, los productos alimenticios en estado natural o manufacturado.
Para el cumplimiento de esta obligación se aplicará lo dispuesto en el segundo a cuarto párrafo del inciso
anterior;
d) Que continuarán aplicando las normas del convenio multilateral del 18 de agosto de 1977 sin perjuicio
de ulteriores modificaciones o sustituciones de éste, adoptadas por unanimidad de los fiscos adheridos;
e) Que se obliga a derogar los gravámenes provinciales y a promover la derogación de los muncipales
que resulten en pugna con el régimen de esta Ley, debiendo el Poder Ejecutivo local y en su caso la
autoridad ejecutiva comunal, suspender su aplicación dentro de los diez (10) días corridos de la fecha de
notificación de la decisión que así lo declare;
f) Que se obliga a suspender la participación en impuestos nacionales y provinciales de las
municipalidades que no den cumplimiento a las normas de esta Ley o las decisiones de la Comisión
Federal de Impuestos;
g) que se obliga a establecer un sistema de distribución de los ingresos que se originen en esta Ley para
los municipios de su jurisdicción, el cual deberá estructurarse asegurando la fijación objetiva de los
indicés de distribución y la remisión automática y quincenal de los fondos.
CAPITULO III
De la Comisión Federal de Impuestos
ARTICULO 10. — Ratifícase la vigencia de la Comisión Federal de Impuestos, la que estará constituida
por un representante de la nación y uno por cada provincia adherida. Estos representantes deberán ser
personas especializadas en materia impositiva a juicio de las jurisdicciones designantes. Asimismo la
Nación y las provincias designarán cada una de ellas un representante suplente para los supuestos de
impedimento de actuación de los titulares. Su asiento estará en el Ministerio de Economía de la Nación.
Tendrá un Comité Ejecutivo el que estará constituido y funcionará integrado por el representante de la
Nación y los de ocho (8) provincias.
A los efectos de modificar su propio reglamento deberá constituirse en sesión plenaria con la asistencia
de por lo menos los dos tercios de los estados representados.
Este reglamento determinará los asuntos que deberán ser sometidos a sesión plenaria, establecerá las
normas procesales pertinentes para la actuación ante el organismo y fijará la norma de elección y
duración de los representantes provinciales que integran el Comité Ejecutivo, entre los cuales figurarán
los de aquellas provincias cuya participación relativa en la distribución de recursos prevista en el artículo
4, supere el nueve por ciento (9%).
La Comisión formulará su propio presupuesto y sus gastos serán sufragados por todos los adherentes,
en proporción a la participación que les corresponda en virtud de la presente Ley.
ARTICULO 11. — Tendrá las siguientes funciones:
a) Aprobar el cálculo de los porcentajes de distribución;
b) Controlar la liquidación de las participaciones que a los distintos fiscos corresponde, para lo cual la
Dirección General Impositiva, el Banco de la Nación Argentina y cualquier otro organismo público
nacional, provincial o municipal, estarán obligados a suministrar directamente toda información y otorgar
libre acceso a la documentación respectiva, que la Comisión solicite;
c) Controlar el estricto cumplimiento por parte de los respectivos fiscos de las obligaciones que contraen
al aceptar este régimen de distribución;

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d) Decidir de oficio o a pedido del Ministerio de Nación, de las provincias o de las municipalidades, si los
gravámenes nacionales o locales se oponen o no y, en su caso, en qué medida a las disposiciones de la
presente. En igual sentido, intervendrá a pedido de los contribuyentes o asociaciones reconocidas. Sin
perjuicio de las obligaciones de aquellos de cumplir las disposiciones fiscales pertinentes;
e) Dictar normas generales interpretativas de la presente ley;
f) Asesorar a la Nación y a los entes públicos locales, ya sea de oficio o a pedido de partes, en las
materias de su especialidad y, en general, en los problemas que cree la aplicación del derecho tributario
interprovincial cuyo juzgamiento no haya sido reservado expresamente a otra autoridad;
g) Preparar los estudios y proyectos vinculados con los problemas que emergen de las facultades
impositivas concurrentes;
h) Recabar del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, del Consejo Federal de Inversiones y de las
reparticiones técnicas nacionales cesarias que interesen a su cometido;
i) Intervenir con carácter consultivo en la elaboración de todo proyecto de legislación tributaria nacional.
En el reglamento a que se refiere el artículo anterior se podrá delegar el desempeño de algunas de las
funciones o facultades en el Comité Ejecutivo.
ARTICULO 12. — Las decisiones de la Comisión serán obligatorias para la Nación y las provincias
adheridas, salvo el derecho a solicitar revisión debidamente fundada dentro de los sesenta (60) días
corridos de la fecha de notificación respectiva. Los pedidos de revisión serán resueltos en sesión
plenaria, a cuyo efecto el quórum se formará con las dos terceras partes de sus miembros. La decisión
respectiva se adoptará por simple mayoría de los miembros presentes, será definitiva de cumplimiento
obligatorio y no se admitirá ningún otro recurso ante la Comisión, sin perjuicio del recurso extraordinario
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación con arreglo al artículo 14 de la Ley 48, el que no tendrá
efecto suspensivo de aquella decisión.
ARTICULO 13. — La jurisdicción afectada por una decisición de la Comisión Federal de Impuestos
deberá comunicar a dicho organismo, dentro de los noventa (90) días corridos contados a partir de la
fecha de notificación de la decisión no recurrida o de los sesenta (60) días corridos contados a partir de
la fecha de notificación de la decisión recaída en el período de revisión según los términos del artículo
12, en su caso, las medidas que haya adoptado para su cumplimiento.
Vencidos dichos plazos sin haberse procedido en consecuencia, la Comisión Federal de Impuestos
dispondrá lo necesario para que el Banco de la Nación Argentina se abstenga de transferir a aquélla, los
importes que le correspondan sobre lo producido del impuesto a distribuir análogo al tributo impugnado,
hasta tanto se dé cumplimiento a la decisión del organismo.
ARTICULO 14. — Los contribuyentes afectados por tributos que sean declarados en pugna con el
régimen de la presente ley, podrán reclamar judicial o administrativamente ante los respectivos fiscos,
en la forma que determine la legislación local pertinente, la devolución de lo abonado por tal concepto
sin necesidad de recurrir previamente ante la Comisión Federal de Impuestos.
CAPITULO IV
Otras disposiciones
ARTICULO 15. — La presente ley regirá desde el 1 de enero de 1988 hasta el 31 de diciembre de 1989.
Su vigencia se prorrogará automáticamente ante la inexistencia de un régimen sustitutivo del presente.
ARTICULO 16. — El derecho a participar en el producido de los impuestos a que se refiere la presente
Ley queda supeditado a la adhesión expresa de cada una de las provincias, la que será comunicada al
Poder Ejecutivo Nacional por conducto del Ministerio del Interior y con conocimiento del Ministerio de
Económia.
Si transcurridos ciento ochenta (180) a partir de la promulgación de la presente ley, alguna provincia no
hubiera comunicado su adhesión, se considerará que la misma no ha adherido al régimen y los fondos
que le hubieran correspondido -incluidos los que deberá reintegrar por dicho período y que le hubieran
sido remitidos a cuenta de su adhesión-, serán distribuidos entre las provincias adheridas en forma
proporcional a sus respectivos coeficientes de participación.
En caso de adhesiones posteriores al plazo indicado en el párrafo anterior, la participación corresponderá
a partir de la fecha de recepción de la comunicación de la norma local de adhesión, sin que puedan
hacerse valer derechos respecto de recaudaciones realizadas con anterioridad.
ARTICULO 17. — Con relación a la distribución de fondos entre la Nación y cada una de las provincias,
efectuada desde el 1 de enero de 1985 hasta el 31 de diciembre de 1987, las partes no podrán efectuar
reclamo administrativo alguno, quedando expedita la vía judicial.
ARTICULO 18. — Las obras del Fondo de Desarrollo Regional que se encuentren autorizadas, en
proceso de licitación, contratadas o en ejecución al 31 de diciembre de 1987 así como las deudas
generadas por las mismas, serán continuadas hasta su finalización y atendidas con cargo al Presupuesto
Nacional, en las condiciones actuales establecidas entre las provincias y el Ministerio del Interior.
ARTICULO 19. — Quedan convalidadas las gestiones realizadas por la Comisión Federal de Impuestos a
partir del 1 de enero de 1985, en base a la creación y funciones determinadas por la Ley 20.221 y sus
modificatorias.
ARTICULO 20. — A los efectos del artículo 7º de la presente Ley, la Contaduría General de la nación
determinará antes del 15 de febrero del año siguiente, si se ha distribuido un monto equivalente al
porcentual garantizado por el mecanismo del mencionado artículo, en función de la recaudación efectiva
del ejercicio fiscal vencido.
En caso de resultar inferior, el ajuste respectivo deberá ser liquidado y pagado a las provincias antes del
30 de abril del mismo año, en función de los porcentuales de distribución previstos en el artículo 3º,
inciso c) y artículo 4º de la presente ley.

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CAPITULO V
Disposiciones Transitorias
ARTICULO 21. — Créase la Comisión para el Análisis de las Políticas de Empleo Salarial y de
Condiciones de trabajo de los servicios a que hace referencia el inciso a) del presente artículo. La
Comisión estará integrada por dos (2) representantes del Gobierno Nacional y siete (7) de los Gobiernos
Provinciales.
La Comisión tendrá por funciones:
a) Realizar un estudio comparado de las diferencias en el nivel salarial y de condiciones de trabajo en los
servicios prestados en forma concurrente por los dos niveles de Gobierno este cometido deberá
cumplimentarlo en el plazo de noventa (90) días a partir de la fecha de su constitución efectiva.
b) Proponer cláusulas de garantía salarial en casos debidamente fundamentados y que obligarán
recíprocamente a ambas jurisdicciones de Gobierno.
Las recomendaciones de la Comisión servirán de base para la formulación de una ley que regule la
política de empleo, condiciones de trabajo y salarios para los servicios que se determinen. El proyecto de
Ley deberá ser remitida al Congreso Nacional antes del 31 de marzo de 1988.
ARTICULO 22. — El Gobierno Nacional reconocerá la incidencia efectiva sobre los gastos en personal de
la administración central de las provincias, de los incrementos salariales acumulados que disponga para
la Administración Central Nacional en el período enero-marzo de 1988, si superan en más de diez (10)
puntos la variación acumulada del índice de precios al consumidor en dicho período. La garantía de este
artículo se calculará en base a las pautas siguientes:
a) El incremento de salarios en la Administración Central Nacional se calculará considerando la
remuneración por todo concepto promedio de todos los agentes.
b) Se abonará el costo del exceso por sobre los diez (10) puntos sólo en la medida en que la
remuneración por todo concepto en cada provincia, para cada servicio en particular, al 31 de marzo de
1988, sea inferior a la vigente en la Administración Central Nacional; en caso de ser inferiores las
remuneraciones provinciales, la garantía se abonará, como límite, hasta alcanzar la remuneración
vigente en la Administración Central Nacional.
c) Para la base de cálculo del monto de salarios en la Administración Central se utilizará el índice que
confeccionará la Dirección Nacional de Programación Presupuestaria de la Secretaría de Hacienda de la
Nación; para precios al consumidor se utilizarán los índices publicados por el I.N.D.E.C. ; para las
plantas de personal de las provincias se computarán las efectivamente ocupadas al 31/12/87, para lo
cual los gobiernos provinciales deberán informar a la Secretaría de Hacienda estos guarismos, dentro de
los treinta (30) días de la sanción de la presente.
Los pagos a que hubiere lugar por parte del Gobierno Nacional serán efectivizados antes del 30/4/88.
La Nación se obliga a no cubrir las vacantes ni incrementar las plantas del personal de la Administración
Central Nacional existente el 31/12/87. Las provincias percibirán las sumas resultantes de la garantía de
este artículo cuando correspondiere y sólo en el caso que no incrementasen las plantas de personal ni
cubriesen las vacantes existentes al 31/12/87.
Las provincias que otorguen incrementos salariales a sus agentes que superen, en promedio para la
Administración Central, en diez puntos la variación acumulada del índice de precios al consumidor, en
tanto estos incrementos superen los otorgados para la Administración Central Nacional, se entenderá
que renuncia a participar en la distribución del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional, instituido en el inc.
d) del art. 3º de la presente ley.
Las disposiciones de este artículo regirán hasta el 31 de marzo de 1988.
ARTICULO 23. — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los siete días del mes de enero
del añi mil novecientos ochenta y ocho.
J.C.PUGLIESE V.H. MARTINEZ
Hugo Belnicoff Antonio j. Macris

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