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“FAMILIAS COMUNITARIAS”: RESPONSABILIDAD SOCIAL POR LA INFANCIA Y

LA ADOLESCENCIA *.
DE MENORES A NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES.
Por el año 1919 los objetivos para la niñez consistían en la aplicación de la autoridad social
que recaía sobre los hombros con respecto a los niños pobres o abandonados y la caridad
funcionaba como política de control. De esta forma se abordó la problemática de la niñez
instaurando instrumentos de control y disciplinamiento, con el objetivo de tutelar y proteger
a la infancia en peligro moral y material. De esta manera, germinaron los hogares y los
institutos de encierro.
En este contexto sociopolítico, cultural e ideológico surge como instrumento más
sofisticado de control social la Ley 10.903, conocida como “Ley de Patronato de Menores”,
promulgada el 21 de octubre de 1919 y derogada hacia fines del año 2005, que construye la
figura del menor como objeto pasible de ser tutelado, dispuesto, protegido, encerrado,
vigilado, legitimando como solución a distintas situaciones problemáticas: el encierro.
Dicha Ley institucionalizó la práctica del encierro masivo de niños por causas sociales, la
mayoría de las veces arbitrarias, en la idea de quien definiese situaciones de abandono,
peligro moral o material.
El 20 de noviembre de 1989 cambio significativamente el concepto de derechos humanos y
la noción de ciudadanía con la sanción de la Convención Internacional de los Derechos del
Niño, que adquiere importancia por su contenido al considerar al niño como sujeto pleno de
derechos, es decir como ciudadano, lo que implica la pertenencia e integración plena a la
sociedad en igualdad de derechos. La Convención Internacional de los Derechos del Niño
considera que se es niño desde los 0 a los 18 años de edad. El art. 3. Inc. 1º establece que las
decisiones públicas relacionadas con menores de edad se tomaran atendiendo al interés
superior del niño, y el inc. 2º plantea el compromiso del Estado, la sociedad y la familia de
“asegurar al niño la protección y el cuidado necesarios para su bienestar”.
La Convención no solo compromete a los Estados a adoptar medidas y políticas necesarias
para impulsar el respeto por los derechos del niño, sino también establece el derecho-deber
de los padres y de la comunidad en su conjunto de promover los derechos enunciados en la
misma.
En el año 2005 la Ley de Agote (Ley de Patronato) fue derogada y reemplazada por la Ley
Nacional Nº 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, que pone en
igualdad jurídica a todos los niños, niñas y adolescentes, reconociendo su calidad de sujetos
activos de derechos, habilitando para ello el pleno ejercicio de la ciudadanía. Define las
responsabilidades de la familia, la sociedad y el Estado con relación a los derechos
universales y especiales por su condición de personas en desarrollo. En la base de este
sistema se encuentra el conjunto de políticas públicas básicas y universales necesarias para
su pleno desarrollo: educación, salud, cultura, recreación, participación ciudadana; y la
garantía estatal para el pleno acceso a las mismas. Además la Ley establece que las medidas
internativas son de aplicación excepcional y deben ser decididas e implementadas por la
autoridad de aplicación, reservando a la justicia únicamente el papel de resolver sobre la
legalidad de la misma.
En el año 2004, la provincia de Buenos Aires sanciona la Ley Nº 13.298, con su decreto
reglamentario 300/05, aprobado en marzo de 2005, que tiene por objeto la Promoción y
Protección Integral de los Derechos de los Niños a nivel provincial. Ésta Ley determina que
la Autoridad de Aplicación a nivel municipal son los Servicios Locales de Promoción y
Protección de Derechos, creado en la Ciudad de 9 de Julio en el año 2007, bajo el Gobierno
del Dr. Walter Battistella, siendo uno de los recursos primordiales con que se cuenta para
trabajar en materia de niñez, realizando un abordaje de la temática a través del trabajo en
red con los actores locales de la comunidad, de foros y encuentros de reflexión y debate y
también actividades de tipo preventivo, promocional y de intervención directa, siendo el eje
orientador de las prácticas y de todas las decisiones administrativas y judiciales que los
afecten, “el derecho del niño a vivir en familia”.
PROGRAMA “FAMILIAS COMUNITARIAS”.
Desde el Servicio Local de Promoción y Protección de Derechos de la Ciudad de 9 de Julio,
perteneciente a la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, existe en la actualidad
una estrategia de trabajo comunitario y social, teniendo en cuenta el eje orientador: “el
derecho del niño a vivir en familia”.
Se instrumenta el Programa “Familias Comunitarias” producto del convenio realizado entre
la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Ciudad de 9 de Julio y la Secretaría
de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia de Buenos Aires. Uno de los lineamientos
del programa es el concepto de Familia Comunitaria, el cual consiste en incorporar a
familias de la comunidad que ofrezcan a niños separados de su hogar transitoriamente la
posibilidad de construir un entramado familiar y comunitario. Dichas familias favorecen
que cada niño conviva en un hogar donde se establezca con él un vínculo respetuoso de sus
necesidades de desarrollo, maduración y constitución subjetiva.
El acogimiento es una propuesta que suma afecto a la vida de los niños, durante el tiempo
que dure la Medida de Protección Especial tomada por el Servicio Local de Promoción y
Protección de Derechos, esto implica resaltar el eje de la transitoriedad de la permanencia
del niño/a en la familia comunitaria.
La misma son personas o grupos familiares vinculados con el niño, niña o adolescente a
través de líneas de parentesco, por consanguinidad o por afinidad (Familia Extensa).
Personas o grupos familiares miembros de la familia ampliada del niño/a o adolescente
(Familia ampliada) y personas o grupos familiares de la comunidad que reúnan las
condiciones de aptitud y solidaridad necesarias para constituirse en una familia de
acogimiento, dando prioridad a aquellos que formen parte de la red de relaciones
comunitarias y/o lazos sociales del niño/a o adolescente (Familia Ajena).
El acogimiento familiar es una prioridad para niños separados de su hogar y la nueva
perspectiva de protección integral de derechos revaloriza la permanencia del niño en sus
ámbitos comunitarios de pertenencia. Frente a la vulneración de sus derechos, la inclusión
del niño en ámbitos familiares distintos al de origen puede ser un recurso para protegerlo.
Para finalizar. El viejo mote arcaico de “menores” vertía en el entramado social un
significado grávido de prejuicios y preconceptos que conducía a aprehender la infancia
como objeto de prácticas individuales, institucionales y sociales definidas; la consecuencia
mayor era un oscuro silenciamiento, envuelto en argumentos jurídicos, morales y de
control, de miles de voces de niños, niñas y adolescentes que no accedían a una ciudadanía
real, por carecer de derechos reconocidos socialmente. Debemos estar alertas para
desarticular totalmente los resabios estructurales de aquellos viejos discursos tutelares y
garantizar el ejercicio de una ciudadanía ganada

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