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Este poema de décimas describe las mañanas de pandemia en las que el autor escucha música en el piano y chirimía que proviene de la tierra, con tonadas de la sierra llamadas huaico. La música se presenta como un lenguaje que permite analizar cómo bailan los árboles y contar con coraje el linaje de los tiples y bandolas que golpean con las olas, mientras que las músicas del mundo tienen éxito con su aroma a amapolas.
Este poema de décimas describe las mañanas de pandemia en las que el autor escucha música en el piano y chirimía que proviene de la tierra, con tonadas de la sierra llamadas huaico. La música se presenta como un lenguaje que permite analizar cómo bailan los árboles y contar con coraje el linaje de los tiples y bandolas que golpean con las olas, mientras que las músicas del mundo tienen éxito con su aroma a amapolas.
Este poema de décimas describe las mañanas de pandemia en las que el autor escucha música en el piano y chirimía que proviene de la tierra, con tonadas de la sierra llamadas huaico. La música se presenta como un lenguaje que permite analizar cómo bailan los árboles y contar con coraje el linaje de los tiples y bandolas que golpean con las olas, mientras que las músicas del mundo tienen éxito con su aroma a amapolas.
Las mañanas de pandemia Escuchando bella chirimía Y música en el piano Que integra de la mano Son y ritmo orgánico Da un giro dinámico Que viene de la tierra Con tonadas de la sierra Que tiene por nombre huaico
Música como lenguaje
Nos permite analizar A los árboles danzar Y contarnos con coraje Como se viste el linaje De los tiples y bandolas que golpean con las olas A Las músicas del mundo Son un éxito rotundo Con su olor a amapolas