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El Nuevo Himnario Evangelico para Las Iglesias
El Nuevo Himnario Evangelico para Las Iglesias
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EL N
HIMNARIO
EVANGELICC
ItlIlHIlllUNNIllllllllllllllilllllllllllllll
Digitized by the Internet Archive
in 2012 with funding from
Princeton Theological Seminary Library
http://archive.org/details/elnuevOOnewy
L
EL NUEVO
HIMNARIO
EVANGÉLICO
PARA EL USO
DE LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS
DE HABLA ESPAÑOLA
EN TODO EL MUNDO
EDICIÓN
SIN MÚSICA
Página
Prefacio v
Himnos 1
IV
PREFACIO
". . .Hablando entre vosotros con Sal-
.
Himno. Himno.
A Cristo doy mi canto G8 Amémonos, hermanos 2S3
A Dios bondoso debí el nacer 337 Amoroso nos convida 280
A Dios cantamos 50 Amoroso Salvador 102
A Dios el Padre celestial 3 Aparte del mundo 9
A Dios obedecen el rayo y el viento... 41 Aquel rosal lejano 93
A Jesús pertenecemos 7s Aquí todos reunidos 20
A Jesucristo ven sin tardar 156 Arrolladas las neblinas 303
A la divina Trinidad 7 Astro el más bello en la regia cohorte 88
A los montes elevo la vista 180 Aunque soy pequeñuelo 331
A nuestro Padre Dios 52 Aviva tu obra, oh Dios ! 222
¡A su nombre gloria ! 75 Bienvenidos, bienvenidos 270
A ti mi voz elevo 1 .14 Brille o no el sol 226
A todos los cristianos 238 Buscamos la patria de justos 308
A tu eterna Deidad 43 Cada momento la vida me da 191
Abierta está la tumba 104 Canciones nuevas alegremente 15
Abismado en el pecado 163 Canta la celeste voz 92
Agobiado sin descanso 252 Cantad alegres al Señor 8
Al cansado peregrino 155 Cantad, cantad, mortales 89
Al contemplar la excelsa cruz 100 Cantan ; ••; Gloria, gloria. ! 328
Al orden sacro del ministerio 272 Cantar nos gusta unidos 341
Al Padre omnipotente 6 Canto de triunfo 70
Al 257 ¡Cara a cara espero verle
pensar en el fin de esta vida fugaz 309
Al que en busca de la luz 130 Caridad, ¡cuan pura y santa 120
Al trono excelso, do en inmensa gloria
2i>6 ¡Caridad, virtud divina 119
Al trono majestuoso 49 Cariñoso Salvador 1S3
¡Aleluya! ¡ Aleluya l 7 Castillo fuerte es nuestro Dios 56
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Amén ....17G ; Cielo y tierra cu,¡t< n 338
Aleluya, Aleluya, al Cordero de Dios 70 Co-mo nos conoorán 303
Alguna vez ya no estaré 121 Como ovejas celebramos 65
Alma doliente y llorosa 142 Con cánticos. Señor 58
Alma, escucha a tu Señor 174 Con cariño sin igual 12!)
Alma mía. no delires 103 con gozo cumplido diríjome a ti .... 201
Alza tu canto, ¡Oh lengua mía! 307 Confío yo en Cristo 190
Alzad ¡Oh puertas! vuestras cabezas 346 ¡Corazón, alienta ya 137
EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Himno. Himno.
Coronadle santos todos 107 Desciende, Espíritu de amor 111
¡
Cristianos ! media noche, hora so- Desde los Himalayas 291
lemne 86 Desechemos pueriles temores 255
Cristo bendito, yo, pobre niño 342 Despertad, despertad, oh cristianos
¡ ! 248
. .
3
Serán eternas sus maravillas, ¡ Oh Pastor
! divino, escucha :
Tu
:De peligros
nos puedes encubrir.
En tu regazo, mi Señor. :||
3 3
Conmigo sé al amanecer, Y al final de la existencia
No puedo yo sin ti vivir; Cuando tú a llamarnos vas,
Conmigo sé al anochecer, Cólmanos de tu clemencia
No quiero yo sin ti morir. Y recíbenos en paz;
4 :Y de entonces
||
2
¡Oh Señor ! tu protección 30. Conmigo Sé.
Dale hoy al corazón;
Dale aquella dulce paz Señor Jesús, la luz del día se fué,
Que a los tuyos siempre das. La noche cierra ya, conmigo sé
Con plenitud. Coro. Sin otro amparo, tú, por compasión,
3 Al desvalido da consolación.
¡ Oh Señor queal descansar
! 2
Pueda en seguro estar,
ti Veloz día nuestro huyendo va.
el
Y mañana, mi deber Su gloria, sus ensueños pasan ya
Pueda siempre fiel hacer Mudanza y muerte miro en derredor,
En tu loor. Coro. Conmigo sé, bendito Salvador.
M. A. Lathbury. (Tr.) Mendoza. o
O
Loor a ti, mi Dios, en esta noche /Cuál otro amante guía encontraré
Por todas tus bondades de este día ; En sombra o sol, Señor, conmigo sé.
10 EL NUEVO HIMNAEIO EVANGÉLICO
' entonen
Los Eternamente cantarán mis labios
cielos y la tierra,
De bendición mil himnos
La gloria del Señor, sumo y excelso,
¡
Divina Trinidad Tu mano erió el inmenso mar
Con tu celestial piedad También sus términos le dio,
Pones fin a nuestro llanto, Que humildemente respetó.
Angeles y serafines dicen Escúchanos, Dios, al orar
:Santo Santo Santo
! ¡ ! ¡ ! Por los expuestos en el mar.
16 EL NUEVO HIMNAEIO EVANGÉLICO
¿ Quién sabe tus glorias ? ¿ quién cuenta)
¡ Oh Cristo ! tu potente voz tus galas
Calmó la tempestad feroz; ||
:Si el sol es el polvo que pisan tus
Paseaste en el profundo mar, pies? :||
cielo. :
Trocando confusión en paz ||
creo: 6
Tu cielo es un libro de páginas bellas, Concede a mis penas la luz de bo-
Do en noches tranquilas mi símbolo nanza,
leo, La paz a mis noches, la paz a mis
||
:Que escribe tu mano con signos de días,
estrellas. : || Tu amor a mi pecho, tu fe y tu espe-
ranza,
||
:Que es bálsamo puro que al ánima
Plegadas de espanto las trémulas alas, envías. : ||
Nuestro Fuerte.
Con gozo y -amor
Sólo tú, oh Creador,
Cantemos con fervor
Dios Eterno, Al Trino Dios.
Nos libraste del furor En la eternidad
Del infierno Mora la Trinidad;
Y por esto con placer
¡ Por siempre alabad
Proclamamos Al Trino Dios!
Que tan sólo en tu poder Estrella de Belén.
Confiamos.
P. Castro.
voluntad, 3
Ante ti se postra bañada con tu lum- Dios sólo puede comprender
bre, Su propio amor, y consolar
Ante ti que has sido, que eres y serás. Con él al pecador;
4 El me lo dé, no pido más;
¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡
Santo ! por más que Excelso don, satisfará
estés velado :Mi agradecido amor. :||
||
Y del Hijo que ama tanto 61. Dad á Dios Inmortal Alabanza.
Nos concede el sumo don.
Dad a Dios immortal alabanza
4 Su merced, su verdad nos inunda :
¡
Gloria a Dios ! que aquí nos une Es su gracia en prodigios fecunda,
En perfecta y dulce paz, Sus mercedes, humildes cantad.
Por su diestra protegidos, ¡Al Señor de señores dad gloria,
Alumbrados por su faz. Rey de reyes, poder sin segundo
5 Morirán los señores del .mundo,
¡Gloria a Dios a quien complace
!
Mas su reino no acaba jamás.
Recibir nuestra oración,
2
Nuestros cantos de alabanza, Las naciones vio en vicios sumidas
Nuestra pura adoración. Y sintió compasión en su seno:
6 De prodigios de gracia está lleno
¡Gloria a Dios! que en abundancia Sus mercedes, humildes cantad.
Bendiciones hoy nos da; A su pueblo llevó por la mano
Y si esto es en la tierra, A la tierra por él prometida;
En los cielos ¿qué será? Por los siglos sin fin le da vida
J. B. Cabrera.
Y el pecado y la muerte caerán.
3
60. Gloria al Señor del Cielo. A su Hijo envió por salvarnos
Del pecado y la muerte inherente
Gloria al Señor del cielo,
Gloria por sus bondades,
De prodigios de gracia es torrente,
Sus mercedes, humildes cantad.
Gloria, por sus piedades
Por el mundo su mano nos lleva,
Que interminables son.
Y al celeste descanso nos guía
2
Su bondad vivirá eterno día,
Cante mortal ahora
el
Cuando el mundo no exista ya más.
Himnos a sus bondades, J. Mora.
Cante que sus piedades
Interminables son. 62. Señor, en Ti Yo Creo.
3
Sus siervos hoy devotos Señor, en ti yo creo,
Mi paz el enemigo
Turbar podrá jamás; Si es pobre ahora mi cantar,
Por más que lo intentare, Cuando en la gloria esté
No lo permitirás. ||
:Y allá te pueda contemplar,
5 Mejor te alabaré. :||
(Tr.) Juan Xewton.
Al mundo de falacias
No pertenezco ya;
El mi morada,
cielo es 65. El Buen Pastor.
Allími Amado está.
A donde Cristo habita Como ovejas celebramos
Con ansia quiero ir ¡
Oh Jesús tu grande amor,
!
En sempiterno gozo
Ya que locas, descarriadas,
Con él quiero vivir.
Anduvimos sin tu amor,
Fuster. De tus pastos abundantes
Alejadas, buen Pastor.
64. ¡ Cuan Dulce el Nombre de 2
Jesús !
Por los montes afanado
el nombre de Jesús
Nos buscaste con amor,
Cuan dulce
¡
De la eternal salud.
Tu nombre es en mi oído
J. B. Cabrera. Dulcísima armonía. Coro.
EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO 27
cierra, triunfo
No hay otro nombre que en dulzura Levántese inmenso al gran Salvador :||
iguale
2
Sobre la tierra. .
Es dign0 el Cordero ,
los j ustos ex _
2 claman
El testifica del amor sublime Es digno el Cordero de eterno loor
¡
Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad
¡
Cristiandad.
¡ Alegría Alegría
!
¡
Cristiandad.
81. Venid, Pastorcillos.
2
¡ Oh santísimo, felicísimo, Venid, pastorcillos, venid a adorar
Grato tiempo de Navidad Al Rey de los cielos que nace en Judá.
Al mortal perdido, Sin ricas ofrendas podemos llegar,
Cristo le lia nacido Que el niño prefiere la fe y la bondad.
¡Alegría Alegría
! ¡
2
Cristiandad. Un rústico techo abrigo le da,
3 Por cuna un pesebre, por templo un
¡ Oh santísimo, felicísimo, portal
Grato tiempo de Navidad En lecho de pajas incógnito está,
Coros celestiales, Quien quiso a los astros su gloria
Cantan los mortales prestar.
¡Alegría Alegría
!
¡
3
Cristiandad. Hermoso lucero le vino a anunciar,
4 Y magos de Oriente buscándole van
¡ Oh santísimo, felicísimo, Delante se postran del Rey de Judá,
Grato tiempo de Navidad De incienso, oro y mirra tributo le dan.
Cantante loores F. Martínez de la Rosa.
Magos y pastores
¡Alegría Alegría
! ¡
82. Tú Dejaste Tu Trono.
Cristiandad. Tú dejaste tu trono y corona por mí,
5 Al venir a Belén a nacer
¡ Oh santísimo, felicísimo, Mas a ti no fué dado el entrar al
Grato tiempo de Navidad! mesón,
Tan dichosa nueva, Y en pesebre te hicieron nacer.
'¿2 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
—
Coro. Ven a mi corazón, oh Cristo ¡ Entre los astros que esparcen su luz,
Pues en él hay lugar para ti. Bella anunciando al niñito Jesús,
Ven a mi corazón, oh Cristo ven ¡ ! ||:Brilla la estrella de paz. :||
Pues en él hay lugar para ti. 2
2 ¡Noche de paz, noche de amor!
Alabanzas celestes los ángeles dan Oye humilde el fiel pastor,
En que rinden al Verbo loor; Coros celestes que anuncian salud,
Mas humilde viniste a la tierra, Señor, Gracias y glorias en gran plenitud,
A dar vida al más vil pecador. Coro. :Por nuestro buen Kedentor. || :||
3
3
Siempre pueden las zorras sus cuevas
¡Noche de paz, noche de amor!
tener,
Y las aves sus nidos también,
Ved qué bello resplandor
Mas el Hijo del Hombre no tuvo un Luce en rostro del niño Jesús
el
lugar
En el pesebre, del mundo la Luz,
¡Astro de eterno fulgor. :||
En el cual reclinara su sien. Coro. ||
4
Tú viniste, Señor, con tu gran bendi- 84. Los Heraldos Celestiales.
ción
Para dar libertad y salud, Los heraldos celestiales
Mas con odio y desprecio te hicieron Cantan con sonora voz
morir, ¡ Rey recién nacido,
Gloria al
Aunque vieron tu amor y virtud. Que del cielo descendió!
Coro. Paz, misericordia plena,
5 Franca reconciliación
Alabanzas sublimes los cielos darán Entre Dios, tan agraviado,
Cuando vengas glorioso de allí, Y el mortal que le ofendió.
Ven, oh tú, de las naciones Con ellos dad gracias, las manos alzad :
Tus pies heridos, Cristo paciente, Aquel dolor tan grande y cruel
Yo indiferente los taladré; Que sufre así mi salvador
Y arrepentido, hoy que te adoro, Exige en cambio para él
Tu gracia imploro Señor, pequé.
: Una alma llena del amor
Isaac Watts. (Tr.)
5
Crucificado en un madero,
Manso Cordero, mueres por mí; 101. Consumado Es.
Por eso el alma triste y llorosa, Voz de amor y de clemencia
Suspira ansiosa, Señor, por Ti. En Gólgota sonó;
el
M. Mavillard.
Y con violencia
al oiría,
100. La Cruz de Cristo. El Calvario retembló.
Al contemplar la excelsa cruz
'
Consumado es,
'
'
Aleluya
Postrados aceptad. :|| ¡
2 3
Vosotros, hijos de Israel, ¡
Cristo vive aunque murió,
!
I!
Loores dad a Emmanuel Parte en ella él nos da.
Y proclamadle Rey. :||
Demos, pues, a Cristo gloria.
Aleluya
¡
!
3
Gentiles que por gracia de él
Gozáis de libertad, ¡Cristo vive el corazón
!
||
:A1 que de vuestro ajenjo y hiél Sabe bien que él es su suerte
Os libra, hoy load. :|| Jamás nos separarán
*
4 De su amor, vida ni muerte.
Naciones todas, escuchad Aleluya
¡
!
Y obedeced su ley
!
:De gracia y de santidad,
!
¡
Cristo vive de esplendor
!
—
Coro. Coronadle, santos todos,
vador,
Velar esperando es su anhelo mejor.
Coronadle Rey de reyes, M. Cosido.
Coronadle, santos todos,
Coronad al Salvador. 109. La Segunda Venida.
2 Ved del cielo descendiendo
^
Exaltadlo, sí, exaltadlo, Al triunfante Redentor;
Ricos triunfos trae Jesús; En su majestad, tremendo
Entronadle allá en los cielos Aparece el Salvador.
En la refulgente luz. Coro. ||
:Su justicia en la tierra reinará. :||
2
3 Vedle todos, revestido
Si los malos se burlaron,
De terrible autoridad,
Coronando Salvador,
al
Los que le habéis vendido,
Hoy los ángelesy santos Los que con temeridad
Lo proclaman su Señor. Coro.
:Y escarnio, le llamasteis malhe-
||
4 chor. :||
5
Tú das grande salvación. Coro.
Mendoza. (Tr.)
Por ti nuestro enemigo desterrado,
Gocemos de paz santa, duradera;
Y siendo nuestro guia en la carrera, 114. Ven, ¡ Oh Santo ! Espíritu.
Todo daño evitemos y pecado.
6 Ven, ¡ oh ! Santo Espíritu,
Por Eterno Padre conozcamos
ti al
Raudal de agua viva,
Y al Hijo excelso, santo, omnipotente; De amor llama activa,
Espíritu, de ambos procedente, Fuente de verdad.
Que siempre con fervor en ti creamos. 2
Ven, ¡ gran Paracleto
oh !
En el palacio de mi Rey
5
Al dolor del que padece Coro. —
Yo le veré y en dulce amor,
Da eficaz consolación, Iré a vivir con él allí,
Y a la mano que la ofrece Y le diré " Mi buen Señor,
:
Él me amó y me salvó
Te debemos siempre amar
(Tr.) P. M. En su gracia tierna.
48 EL NUEVO HIMNAEIO EVANGÉLICO
Y con el fin de hallarnos aceptables,
En Jesús, mi Salvador, A Cristo entre nosotros interpones.
Pongo mi confianza; 5
Toda mi necesidad Por gracia cancelaste la sentencia
Suple en abundancia. Coro. Que pesa sobre el hombre condenado,
3 Por gracia nos darás la eterna herencia
Cerca de mi buen Pastor Que en Cristo el Salvador nos has
Vivo cada día; legado.
l. s.
Toda gracia en su Señor
Halla el alma mía» Coro.
124. Regresa, Regresa Tranquilo
4
al Hogar.
Guárdame, Señor, Jesús,
Para que no caiga; Regresa, regresa tranquilo al hogar
Cual sarmiento en una vid, Y acepta el abrazo de amor paternal.
Vida de ti traiga. Coro.
123. Dios, el Padre de Todos.
—
Coro. ¡Oh! pródigo hijo, regresa al
hogar.
En otro tiempo el alma abandonada Ven, ven, para tu bien.
Vagaba por senderos inseguros; 2
Mas hoy, arrepentida y amparada, Regresa, regresa, no sufras ya más,
El alma se reposa en bienes puros. Desnudo y hambriento, cruel soledad.
2 Coro. —
El Padre por Jesús, su Hijo querido, 3
Nos dio la paz y vino a nuestro en- Regresa, regresa, y sin vacilar
cuentro Desecha el pecado con noble ansiedad.
Y
;
5
"Tu patria, el cielo, arriba está;
Y cuando al cielo del Señor
"Yo soy la puerta, ven a mí." Con nos elevemos,
él
5 Arrebatados en amor,
Tu voz, Jesús, tu dulce amor, Su gloria cantaremos. Coro.
Me guiarán en pos de ti; (Tr.) Hunter.
Olvido penas y dolor,
Pues tú me dices: "Ven a mí." 129. En el Mundo sin Consuelo.
Charlotte Elliot. (Tr. y adaptado.)
En el mundo sin consuelo
Vagas, pobre pecador,
128. La Voz del Salvador. Pero Cristo, Rey del cielo,
Hoy te invita con amor.
La tierna voz del Salvador
Nos dice conmovida Coro. — Con cariño sin igual
"Oíd al Médico de amor, Hoy te invita el Salvador;
Que da a los muertos vida." Tan cordial invitación,
Pecador, pecador,
Coro. —Nunca los hombres cantarán, No desprecies, pecador.
Nunca los ángeles de luz 2
Nota más dulce entonarán, Ven, cansado peregrino,
Que el nombre de Jesús. Que tu tierno Salvador
EL NUEVO HIMNAKIO EVANGÉLICO 51
2 2
Vengan todos los que sufran, La gloria por la eternidad
Los que sientan hambre o sed, Será feliz mansión
Los que débiles se encuentren Del alma que, de la maldad,
De este mundo a la merced || Anhele salvación. :||
—
Coro. Cristo dio por mí
Sangre carmesí, No sabe el redimido, no,
Y por su muerte en la cruz Qué amargo y hondo mar
La vida me dio Jesús. Atravesó su buen Pastor,
2 Llorando de ansiedad
Todo fué pagado ya, Por su ovejuela. a quien halló
Nada debo yo :A punto casi de expirar.
|¡
Salvación perfecta da 4
Quien por mí murió. Coro.
'
De quién, Señor,
'
i la sangre es
3 Que señalando va
Todo hizo mi Señor, Al indeciso viador
*
4 5
Mi perfecta salvación " Mis manos hoy el bosque hirió
Eres, ¡oh Jesús! Con negra crueldad,
Mi completa redención, Mas yo, mi pobre oveja en él
Mi gloriosa luz. Coro. Busqué sin descansar;
Estrella de Belén. Oveja que hoy estás aquí,
:Yen a mis hombros sin tar-
6
Noventa y nueve ovejas son La tierra toda en una voz
Las que en el prado están, El eco alegre da
Mas una sola, sin pastor, 4
El malhechor se convirtió
Yo me siento hoy;
Muriendo en una cruz,
Habla, Cristo, a mi alma,
Al ver la fuente en que lavó
Que escuchando estoy.
Rainón Bon. :Sus culpas por Jesús.
|| :||
3
Y yo también, cuan malo soy,
148. Perdón, Luz y Vida. Lavarme allí podré;
Seguro en tu redil.
3 ¡Piedad, oh santo Dios, piedad!
Auxíliame, Señor Jesús, Piedad te implora el corazón,
Libértame del mal, Oh, lávame de mi maldad
En mí derrama de tu luz, Y dame gozo, paz, perdón.
Bellísimo raudal. 2
4 Mis rebeliones graves son
En toda mi necesidad, Son todas sólo contra ti;
Escucha mi clamor, Mas crea un nuevo corazón
Revísteme de santidad, Y un nuevo espíritu en mí.
Y cólmame de amor. 3
T. M. W. No quieres sacrificio más
Que al humillado corazón,
151. Buscando Paz. Mi ofrenda no despreciarás,
Ya que eres todo compasión.
Yo busco sin cesar 4
Tus atrios, oh Jehová
¡ !
Sálvame, Dios, con tu poder
Do quier la paz traté de hallar, Que mi esperanza es sólo en ti
Mas nunca en donde está. Temblando, aguardo tu querer,
2 Sé compasivo hacia mí.
Mi vista vuelvo a ti; Isaac Watts. (Tr.)
Sé tú mi ayudador
Aunque antes yo rebelde fui 153. Tal Como Soy.
Ya no lo soy, Señor.
1 Tal como soy, sin una sola excusa,
3 Porque tu sangre diste en mi provecho,
Si pides contrición, Porque me mandas que tu seno vuele, ¿i
Propicio me serás ¡
Oh Cordero de Dios acudo, vengo.!
60 EL NUEVO HIMNABIO EVANGÉLICO
154. A Ti Mi Voz Elevo.
Tal como soy, sin esperar siquiera
A borrar ni una mancha de mi pecho, A ti mi voz elevo,
La voz de mi quebranto.
2
Tal como soy, de penas combatido, Del pecador enfermo
De torpes dudas, de conflictos lleno, Que tiene en ti su amparo
De luchas y temores rodeado, Escucha los clamores,
¡Oh Cordero de Dios acudo, vengo.!
Consuelo da a su llanto.
Tal como soy, tan pobre, ciego y débil, Yo estoy de culpas lleno;
Vista, riquezas y salud encuentro, En mí creció el pecado;
Y cuanto necesito, si a tus plantas, Mas tu bondad inmensa
¡ Oh Cordero de Dios ! acudo, vengo. Perdonará mi agravio.
4
Pues como tú tan sólo
Tal como soy, Jesús, recibe mi alma Perdonas al culpado,
Con dulce amor, alivio y gran con- En ti tan sólo espero
suelo ; Y vivo confiado.
Y porque en tu promesa he confiado, 5
¡ Oh Cordero de Dios ! acudo, vengo.
Desde la luz primera
Del sol, hasta el ocaso,
6
En Cristo esté su pueblo
Tal como soy, tu amor desconocido
Seguro y confiado.
Rompió toda barrera en mi provecho
Para ser tuyo siempre, y tuyo sólo, 6
Coro. —
Oh cuan grata nuestra re-
¡
2 unión,
Cuando cruel su lazo el mundo Cuando allá, Señor, en tu mansión,
Arrojare ante tu pie, Contigo estemos en comunión
Te dirá Dios, tu refugio Gozando eterno bien
'
Con mi brazo te guiaré,
'
2
Con mi brazo, con mi brazo, Piensa que él sólo puede colmar
Con mi brazo te guiaré," Tu triste pecho de gozo y paz;
Te dirá Dios, tu refugio Y porque anhela tu bienestar,
"Con mi brazo te guiaré." Vuelve a decirte "Ven." Coro.
3
3 Su voz escucha sin vacilar,
Si perdiste la esperanza Y grato acepta lo que hoy te da,
Como sombra que se fué, Tal vez mañana no habrá lugar,
Oye atento su palabra: No te detengas, ven. Coro.
1
Con mi brazo te guiaré,
' (Tr.) J. B. Cabrera.
3
En la gloria donde estás
Amparada ya en tu seno,
Eres tú la luz del mundo:
Guíame, oh buen Jesús, !
2
¡Oh cuan dulce en mis oídos
!
Anhelamos y esperamos
Redención por tu bondad. 165. Avergonzarme de Jesús.
Rey del cielo, mi consuelo, Jesús mi Salvador, ¿será possible
Mi esperanza y mi sostén, Que se avergüence algún mortal de tí ?
Sé mi guía y alegría ¿ Y que, olvidando tus sublimes hechos,
En la senda del Edén. Niegue lo que tú has sido para si ?
Ramón Bon.
2
164. Oh Señor Procuro en Vano.
!
l Avergonzarme de Jesús ? más pronto
¡
i
Puede hallar mi corazón En Jesús busqué perdón.
Los consuelos de tu amor ? 3
2 El, oyendo mis clamores,
¡Sólo miro en derredor Mis pecados perdonó,
En mi negra soledad Y de todas mis angustias
El abismo aterrador Compasivo me libró.
Do me arroja mi maldad ¡Gloria a ti, Señor eterno,
3 Adorable Salvador
Mucho tiempo resistí ¡Gloria a ti por las edades,
Y tu gracia deprecié, Dios de vida, Dios de amor
Wm. F. Rice.
| Puedo hallar ahora en ti,
—
En la cruz, en la cruz,
Y llorare sin cesar,
Coro.
Del pecado no podré
Do primero vi la luz, Justificación lograr,
Y las manchas de mi alma yo lavé Sólo en ti teniendo fe,
Fué allí por la fe do vi a Jesús
Deuda tal podré pagar.
Y feliz para siempre seré.
2 3
En una mi buen Señor
cruz, Mientras deba aquí vivir,
Su sangre derramó Mi postrer suspiro al dar,
Por este pobre pecador Cuando vaya a responder
A quién así salvo. Coro. Ante tu alto tribunal,
3 Sé mi escondedero fiel,
Venció la muerte qué placer ¡
Roca de la eternidad.
A. M. Toplady, 1776.
Y el Padre lo exaltó
Espero sólo en su poder,
Morir no temo yo. Coro.
4 173. Descargo Mi Pecado.
Aunque él se fué, conmigo está Descargo mi pecado
El gran Consolador, En Cristo mi Señor,
Por él entrada tengo ya Cordero inmolado
Al reino del Señor. Coro. De Dios, el Dios de amor.
5 Acepta él su peso
Vivir en Cristo trae la paz, Por darme salvación,
Con habitaré
él Mi corazón ileso
Ya suyo soy y de hoy en más Está en su redención,
A nadie temeré. Coro.
I. Watts. (Tr.) Pedro Grado. 2
Mi deuda, felizmente,
172. Roca de la Eternidad. Jesús pagó por mí:
Roca de la eternidad, El quita de mi frente
Fuiste abierta para mi, La mancha carmesí:
Sé mi escondedero fiel; Con sangre tan preciosa
Sólo encuentro paz en ti, Mi alma ha de limpiar;
Rico, limpio manantial, Su voz tan amorosa,
En el cual lavado fui. Me invita a descansar.
68 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
3
"Vives tú por mi dolor, ¡ Oh, cuánta alegría,
De mi gracia gozarás; Qué plácida calma
Vida eterna así tendrás; Recibe aquella alma
¿Me amas tú, ¡oh! pecador?" Que cree en el Señor
Un amigo hallé:
fiel
¡Aleluya Amén ¡ !
Aleluya Aleluya
Mi buen Jesús. ¡ ! ¡ !
Mi buen Jesús. 2
Si amigos y solaz La noche y el día,
Aquí no encuentro más, La lluvia y el viento,
Me ofrece eterna paz Le prestan aliento
Mi buen Jesús. Le dan nuevo ardor. Coro.
EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO 69
¡I
:Y nos quiere destruir. :||
3 181. Hay un Lugar Do Quiero
Guíanos por tus senderos Estar.
Al aprisco del amor, Hay un lugar do quiero estar
Llévanos como corderos Muy cerca de mi Redentor,
En tu seno bienhechor; Allí podré yo descansar
Guía, sí, tus corderillos, Al fiel amparo de su amor.
:¡ Oh dulcísimo Pastor
||
4
! :||
estar
!
4 2
Y mi carrera al terminar Si caminando voy
Y así mi triunfo al realizar Y de ansiedad
: ; ; !
Cordero celestial.
Más cerca, oh Dios, de
¡
! ti, :||
3
Más cerca, sí.
¡ Oh cristalina fuente !
¡ Oh
limpio manantial
Después, al despertar, Bendito tú que brotas
Elevaré Consuelo sin cesar
Un nuevo y santo altar ||:Que sanas las heridas
De gratitud. Y quitas la maldad. :||
Así mis penas mil 4
Me harán sentir que estoy Jesús, oh Dueño mío ¡ !
Más cerca,
¡
sí.
!
207.
que brota de la
^ 2
tesoro yo tengo en la paz que
dio,
me
4 Coro.
¡Paz dulce paz en toda condición
! ¡
!
4
La paz de Cristo da consolación. g in cesar y0 meclito en aquella ciudad
Do al autor de la paz he de ver,
¡
Paz dulce paz si hay muerte en
! ¡ !
y en que el himno más dulce que alli
derredor he de cantar
Jesús venció la muerte y su terror. A1 estar con j esús ha de ser .—Coro.
6
5
¡Paz! ¡dulce paz! mirando al por-
Alma ^^ en rudo conflicto te
208.
venir
En calma esperaremos el morir.
2 Fáciles pasarán;
¿A quién, Jesús, si no es a ti, Lágrimas si vertiere,
Por salvación acudiré? Pronto se enjugarán. Coro.
Moriste tú en la cruz por mí, 3
Y por tu muerte viviré. Y cruzaré la noche
Tú salvarás al pecador, Lóbrega, sin temor,
Pues eres infinito amor. Hasta que venga el día
3 De perennal fulgor.
Ya tú respondes a mi fe, ¡Cuan placentero entonces
Me das, aquí, felicidad, Con él será morar,
Y tu presencia gozaré Y en la mansión de gloria
Por una larga eternidad. Siempre con él reinar Coro. !
De plácida bondad. 3
4 Guiando tú, la noche es esplendente,
Tu gracia bienhechora Y cruzaré
Hizo en mi pecho estancia, El valle, el monte, el risco y el tor-
Y en él copiosamente rente,
Esparce su fragancia; Con firma pie
El bálsamo más noble Hasta que empiece el día a despuntar,
A todo su dolor, Y entre al abrigo de mi dulce hogar.
Y a todos sus cuidados
J. B. Cabrera. (Tr.)
Señor.
Y de toda bendición,
Ensalzar tu gracia tierna
Que mi vida entera esté Debe cada corazón,
Consagrada a ti, Señor; Tu piedad inagotable,
Que a mis manos pueda guiar • Abundante en perdonar;
El impulso de tu amor. Único Ser adorable,
Gloria a ti debemos dar.
Coro. —Lávame en la sangre del 2
Señor, De los cánticos celestes
Limpíame de toda mi maldad; Te quisiéramos cantar,
Traigo a ti mi vida para ser, Señor, Entonados por las huestes
Tuya por la eternidad. Que lograste rescatar;
EL NUEVO HIMNAKIO EVANGÉLICO
Almas que a buscar viniste,
Por que les tuviste amor En las arenas siembra del desierto,
De ellas te compadeciste Donde el rocío suave no descienda
Con tiernísimo favor. Tú animarás el corazón ya muerto
3 Con esa vida que tu amor encienda.
Toma nuestros corazones 6
Llénalos de tu verdad, En la región de dudas y de penas
De tu Espíritu los dones Donde jamás llegó la llama,
del Sol
Y de toda santidad. Y esparce la semilla a manos llenas:
Guíanos en obediencia, Y fe y virtud y caridad derjama.
Humildad, amor y fe 7
Nos ampare tu clemencia Siembra, que no te arredre el egoísmo,
Salvador, propicio, sé. Siembra do la impiedad blasfemias
lanza,
226. El Sembrador. En el camino, el fango, en el abismo,
Brille o no el sol, verano o invierno Harás brotar la flor de la esperanza.
sea, 8
Recorre la montaña, el soto, el llano; No importa, no, que el labrador su-
Cual Cristo la Palabra en Galilea, cumba,
Sembrar es tu misión, si eres cristiano. Antes que la simiente rompa el suelo,
2 Que al despertar del sueño de la
Siembra doquiera la verdad divina, tumba
Siémbrala con afanes, con dolores; Su mies guardada encontrará en el
Que al soplo del Espíritu germina cielo.
J. De Palma.
Planta que al cielo da frutos y flores.
3
227. Yo Tengo Que Guardar.
Quizás alguna vez tu planta herida
Sientas por las espinas del sendero; Yo tengo que guardar
¿No ves con ellas de Jesús ceñida Una alma inmortal
La frente augusta en el fatal madero ? Y prepararla para entrar
4 Al reino celestial.
Siembra, no temas, en la peña dura, 2
Deja en la roca estéril caer el grano, Para gran deber
este
Que suele hallar la gracia una hendi- Mi Dios, poder llenar,
dura A tu servicio, hoy mi ser
En el granito del orgullo humano. Te quiero consagrar.
EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO 89
Un
2
raudal de bendiciones
Coro. —
Oh, qué gran misericordia
¡ !
Mas los vientos cesarán Gracia divina, santo poder. Coro. • '
E. A. Monfort Diaz.
Al mandato de tu voz
Y al decir: "que sea la paz
237. Cuando Sea Tentado.
Cederá sumiso el mar.
De las aguas, tú el Señor, Cuando sea tentado, Cristo, ven a mí,
¡ Guíame cual piloto fiel Que no ceda nunca a la tentación
! ;
3
En tu cumbre lucirán.
Amante, benigno y enérgico sé;
En Cristo tu amigo pon toda tu fe
Veraz sea tu dicho, de Dios es tu ser 241. Valor Cristiano.
Corona te espera, y vas a vencer.
Coro. ¡Valor! ya no me hiere
La más grande aflicción,
Ni en tormentosa duda
240. Tenebroso, Mar Undoso. Maquea mi razón.
Tenebroso, mar undoso
No temo al mundo airado
Vas surcando, pecador;
Ni al padecer atroz
Y el presagio del naufragio,
Si en todome dirige
Acrecienta tu temor.
La voluntad de Dios.
¿Ves no lejos los reflejos
De una amiga y blanca luz? Ya en aguas tempestuosas
Ese bello, fiel destello, O en mar tranquilo aquí,
Es el faro de la Cruz. Yo cifro mi esperanza
Señor, tan sólo en ti.
El ánimo contempla
Anhelado, puerto amado,
Fuente viva de salud;
Con gran felicidad
Anticipadamente
En ti el alma, dulce calma
Gozará sin inquietud.
La eterna claridad.
Adorarte y acatarte
De Jesucristo en pos.
Cual humilde servidor. Medina.
EL NUEVO HIMNAKIO EVANGÉLICO 95
2
¡Trabajad! ¡Trabajad! somos siervos El que en Jesús confía
de Dios; Será, sin duda, fuerte,
Seguiremos la senda que el Maestro Retando a la muerte,
trazó Triunfando en la lid.
Renovando las fuerzas con bienes que 3
da, Qué importan del demonio
El deber que nos toca cumplido será. Las iras espantosas,
Son almas victoriosas
Coro. — ¡Trabajad! ¡Trabajad! Las que con Cristo van.
¡
Esperad !
¡ y velad 4
¡ Confiad ! siempre orad
¡ Velemos, y oremos,
Que el Maestro pronto volverá. Hasta que al fin nos diga
2 Ya cese la fatiga
¡Trabajad! ¡Trabajad! Hay que dar Del fuerte lidiador.
de comer
Al que pan de la vida quisiere tener
246. Si Aquí Sufrimos Tanto.
Hay enfermos que irán a los pies del
Señor, Si aquí sufrimos tanto,
Al saber que de balde los sana su Nos brinda el Salvador
amor. Coro. Descanso en sus mansiones
3 De gloria, paz y amor.
¡Trabajad! ¡Trabajad! Fortaleza pe- Corramos presurosos
did; La oferta a disfrutar,
El reinado del mal con valor com- :Y pronto nos veremos
||
3
El con bien te sacará. Coro.
Jesús en esta lucha 5
Nos fortalecerá, No dé temor morir por Cristo,
te
Su Espíritu potente Vía, verdad y vida es él
El triunfo nos dará; El te llevará con su ternura
Clamemos con fe viva, A su célico vergel. Coro.
Pidamos sin cesar
|| :Que Cristo victoriosos 248. ¡ Despertad, Despertad, Oh
Nos lleve a descansar. :||
Cristianos!
A
luchar, a luchar, a luchar Los que lucháis por Cristo,
¡
Idlo a rescatar,
Aun á la edad provecta, ¡ Luchad luchad por Cristo
Débil y sin salud, En su poder fiad
Aun a la misma tarde Que vuestro brazo es débil,
De la senectud. Y desfallecerá.
Vestios la armadura,
4
Velando en oración,
Pronto la noche viene,
¡Listos! a trabajar.
Y do el pedigro os llame,
No os falte, no, el valor.
¡Listos! que muchas almas
Hay que rescatar. 4
¿Quién de la vida el día ¡Luchad, luchad por Cristo !
valor!"
3
Intrépidas huestes, seguid adelante,
La lóbrega noche no os cause pavor, Jesús es un noble, preclaro campeón.
Alcemos los ojos a Cristo el Señor, 5
Y él nuestras frentes alumbrará.
Busquémosle adictos que adoren su
¡Alerta, centinela! —
¡Alerta está!
nombre
4 El triunfo nos toca, luchemos doquier
El día de gloria va pronto a brillar; Contemos su historia y el mundo se
En tanto, cristianos, debemos velar, asombre
Y el enemigo no vencerá. Al ver que ha sabido la muerte vencer.
¡Alerta, centinela! — ¡Alerta está!
255. Desechemos Pueriles Tenores.
254. Luchando por Cristo.
Desechemos pueriles temores,
Un lábaro sigo la Santa Escritura
: Olvidemos antiguo terror;
Me entrego a mi Jefe, mi Jefe Jesús! Recorred la carrera celeste,
— —
2
Oh mi Dios tu poder infinito
¡ !
2
Siempre dura constante en su ser. De la fuerza de Dios esperando el
Mientras ves a millones los siglos poder,
Su carrera sin fin recorrer. Trabajar quiero siempre y salvar
En tu fuente que nunca se agota, A
las almas, y al fin, cual estrellas
Nuestras almas su fe beberán; saber
Mas aquellos que en sí sólo fían, Que en mis sienes irán a brillar.
Agotados sin fe, morirán. Coro.
Como el ave veloz subiremos, Oh qué gozo en los cielos será para
¡
!
(Tr.) V. Mendoza.
Olvidemos antiguo terror;
Recorred la carrera celeste,
Revestidos de noble valor. 257. Mi Esperanza.
J. Mora.
Al pensar en el fin de esta vida fugaz,
Me consuela pensar que Jesús
256. ¿Mi Coroxa Tendrá Sus Es- Ya me dio salvación y con ella la paz,
trellas Allí] Ye se cambian mis dudas en luz.
Sin cesar siempre pienso en la tierra Coro. —En Jesús tenuo paz y no debo
mejor temer
Do ponerse mi sol llegaré;
al Que se" acerque la muerte fatal,
Y alhallarme en los cielos con Cristo Porque al fin de esta vida fugaz yo
el Señor,
_ tendré
i
Mi corona de estrellas tendré ? Libre acceso al Edén Celestial.
! — ; ! — ;; ;
busqué 2
Y ansiosomi vida y afán le entregué. Yo quiero día por día trabajar
Y en cambio mi pecho tan sólo encon- Y
esclavos del pecado libertar,
tro Conducirlos a Jesús,
Torturas sin cuento que el alma apuró. Nuestro Guía y nuestra Luz,
3 En la viña del Señor. Coro.
¡ Oh
Cristo ya quiero llegar a vivir
! 3
De aquellos alientos que tú haces Yo quiero ser obrero de valor,
sentir Confiando en el poder del Salvador
Al alma que huyendo del mal tentador el que quiera trabajar Y
Se vuelve anhelante, se vuelve a tu Hallará también lugar
amor En la viña del Señor. Coro.
EL NUEVO HIMXARIO EVANGÉLICO
260. Jesús del Hombre Hijo. Si tú a mi lado estás,
Ni perderé el camino
Jesús del hombre Hijo, Si tú guiando vas.
Del hombre Redentor, 2
Amigo del que sufre, El mundo está muy cerca,
¡Bendito Salvador Y abunda tentación;
Permite que te exponga Suave es el engaño
Mi triste condición,
Y es necia la pasión
Y ve lo que me falta, Ven tú, Jesús, más cerca
Sabiendo lo que sov. Mostrando tu piedad,
2 Y escuda al alma mía
Altivo y asediado De toda iniquidad.
De propia estimación, 3
Con paso vacilante Cuando mi mente vague
Por tus senderos voy. Ya incierta, ya veloz,
Me falta ser humilde, Concédeme que escuche,
Me falta abnegación, Jesús, tu clara voz
Me falta ardiente celo Anímame si paro;
I
Me los darás, Señor ? Inspírame también
3
Repréndeme, si temo
Yo leo tu palabra,
En tocio hacer el bien.
La estudio con ardor,
4
Ilustro así mi mente,
Jesús tú has prometido
Pero ¿ y mi corazón ? A todo aquel que va
Me falta aquella ciencia
Siguiendo tus pisadas,
Que da tan sólo Dios,
Que al cielo llegará.
Me faltan luz y gracia: Sostenme en el camino,
i
Me las darás, Señor ?
Y al fin con dulce amor
J. B. Cabrera.
Trasládame a tu gloria,
Mi amigo y Salvador.
261. Jesús, Yo He Prometido. J. B. Cabrera.
tonces !
Jesús, del hombre Hijo,
Cuan grato ¡Bendito Salvador!
¡ y dulce aún es su re-
cuerdo !
Ya ves cuanto me falta,
Mas hoy encuentro un árido vacío Ya ves cuan pobre soy.
:Que sólo Dios me quitará del seno. :|| 4
||
A tu piedad me entrego,
4 De mí ten compasión.
Paloma santa, dulce mensajera, Tú puedes darme todo:
La paz devuelve a mi agitado pecho, Pues dámelo, Señor.
Que ya el pecado impuro y vergonzoso J. B. Cabrera.
:Que de mi hogar te desechó, de-
||
testo. :||
264. ¡ Oh Señor ! Derrama en Mi
5 Alma.
El ídolo más grato a mis sentidos, Oh Señor derrama ! en mi alma
Aquel que me postró con embeleso,
¡
Tu poder espiritual,
Del trono bajará que sólo es tuyo Y alcanzar podré la palma
:Y a ti tan sólo adoraré contento.
II :||
En mis luchas con el mal.
Pongo toda mi confianza
Y así podré hasta Dios aproximarme, En Jesús mi Redentor,
Tranquila el alma en celestial recreo; Eres toda mi esperanza,
Y luz divina alumbrará el camino No me dejes oh Señor. ¡ !
Y perfecta su salud,
Una la esperanza,
Tu casa de oración,
¡
De la fe y de la verdad,
6
Brillen cual astros en tu diestra mano Y cuando desfallezca al fin
Mientra en el mundo inoren del do- Y llegue a sucumbir,
lor; Jesús, que en gloria eterna estás,
Y al poseer tu reino soberano, Acuérdate de mí.
Coronas ciñan de inmortal fulgor. J. B. Cabrera.
B. Cabrera.
J.
275. Obedeciendo Tu Palabra
Dulce.
Amémonos, hermanos;
Escucha, oh Dios la oración
Que
¡
se dirige a tí
!
3 6
Su amor bendice, Dios de paz Amémonos, hermanos;
Haz que se amen bien, Con todo el corazón:
Y que sin entibiarse, más Lo ordena el Dios y Padre,
Unidos siempre estén. ||
:Su ley es ley de amor. :||
4 J. B. Cabrera.
Sobre ellos haz, Señor, bajar
Tu santa bendición, 284. Hijos del Celeste Rey.
Para que puedan alcanzar
La eterna salvación. Hijos del celeste Rey,
Dulces cánticos alzad
283. Amémonos, Hermanos. Al Pastor de nuestra grey,
Arriémonos, hermanos, Y alabanzas entonad.
Sólo del benigno Dios
Con tierno y puro amor
Que un solo cuerpo somos, Yiene la felicidad;
Si marchamos de él en pos,
||
:Y nuestro Padre es Dios. :||
2
Mostrarános su bondad.
Amémonos, hermanos 2
Lo quiere el Salvador, Si temimos con razón
Que su preciosa sangre Algún tiempo al tentador,.
||
:Por todos derramó. :|| Hoy alienta al corazón
3 Cristo el gran libertador.
Amémonos, hermanos; Lejos, pues Inrya el temor:
En dulce comunión; Cierta es ya la redención,
Y paz y afecto y gracia Mas pensemos con temblor
II
:Dará el Consolador. :|| En la eterna salvación.
; !! ! ; !;! ;
Y en tu seno adormecidas
Con Jesús podremos ir Reposamos, buen Pastor
¡
4 5
Propicio en tonces bajará La maldición, la muerte desaparecen
Rocío fertiliza dor Donde él sus medios de curar de-
spliega,
Del poderoso librará
Al que no tiene ayudador. Y de Adam por
las tribus él recobran
Bienes mayores que los que él perdiera.
5
6
El grano que en la cima cae,
Que toda criatura se levante,
Cual Líbano en su conmoción,
Admiración su mies atrae,
Y al pie del Rey con su tributo venga
Del cielo baje célica armonía,
Y todo en El es bendición. Y un largo Amén ! repetirá la tierra.
Isaac Watts. ¡
Mora.
choso.
Acoge el alma que de aquí
:||
De eterna dicha vuela en pos
Tu seno puro, abre oh Dios,¡ !
yeraz
% on Jegus
*
^
cruz _
EL NUEVO HIMXARIO EVANGÉLICO 119
Estrella de Belén.
Tu esposo es Cristo, bendito Dios;
Tus hijos santos tu gloria son
Gloria del Padre, del Dios de Amor. 303. Arrolladas las Neblinas.
¡Oh! dicha eterna, ¡oh! Buen Señor,
Eterno, inmenso, cuan bueno sois Arrolladas las neblinas,
¡
I
Nos veremos en el río
Cuyas aguas argentinas 305. Jerusalem la Excelsa.
Nacen puras, cristalinas Jerusalem la excelsa,
Bajo el trono del Señor *
Gloriámonos en tí,
Perpetuo, caro ensueño,
Coro. — Oh,
¡ sí, nos congregaremos
De la grey tuya aquí;
De ese río a la ribera,
La grey que ya tus glorias
De la vida verdadera
En lontananza vé;
Que nace del trono de Dios
Y al verlas, sus afanes
2
Redobla por la fe.
En las márgenes del río
2
Que frecuentan serafines.
Y embellecen querubines, Jesús te está alumbrando
Da la dicha eterna Dios. Coro. Y tú tributas loor
3
A aquel que fué inmolado,
El vergel que riega el río Tu esposo y Redentor.
De Jesús es la morada; ¡
Qué gozo me es, tranquila,
El mal nunca tiene entrada Eterna habitación,
Allí sólo reina Dios. Coro. Saber que en ti termina
Mi peregrinación!
4
3
Antes de llegar al río A íi dulce patria
Nuestra carga dejaremos: amada,
Libres todos entraremos
NXi gozo tú serás;
Feliz patria deseada,
Por la gracia del Señor. Coro.
r- l
Contemplaré tu faz !
O
¡Ten gozo, tú que gimes
Tiene faz risueña el río:
Y en polvo siempre vas,
Pues la de Jesús refleja, Pues con quien te redime
La que de su grey aleja Por siempre reinarás!
Todo mal, todo dolor. Coro. Bernardo de Cluny. (Ar. y Tr.)
122 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
306. Hay un Mundo Feliz Más
Allá. Ya siento el fuego de los amores,
De los amores del grato Edén;
Hay un mundo feliz más allá, Ya no me acosan crudos dolores
Donde cantan los santos en luz, Porque contemplo a Jerusalém.
Tributando su eterno loor
Al invicto, glorioso Jesús. 4
Padre, en tu regia, santa morada,
Coro. —:En el mundo feliz,
1| :||
Donde la dicha no tiene fin
Allí mi patria miro esmaltada
Reinaremos con nuestro Señor;
:En el mundo feliz,
|| :||
De bellas flores de tu jardín.
Eeinaremos con nuestro Señor. 5
2 Llévame, oh Padre, para consuelo
Cantaremos con gozo a Jesús, Nada en la tierra yo espero ya;
Al Cordero que nos rescató, Llévame al cielo, llévame al cielo,
Y con sangre vertida en la cruz Que allí tan sólo mi dicha está.
Los pecados del mundo quitó. Coro.
3
308. Buscamos la Patria' de Justos
Para siempre en el mundo feliz,
y Santos.
Con los santos daremos honor
Al invicto, glorioso Jesús; Buscamos la patria de justos y santos
A Jesús, nuestro Rey y Señor. Coro. Do mora la dicha, do reina el amor;
H. G. Jackson.
Dejad, pecadores, fugaces encantos,
Que ciegan y llevan a eterno dolor.
307. Alza Tu Canto, Oh Lengua 2
Mía !
Vuelen al cielo mis dulces cantos, En Cristo confía que anhela salvarte
Mis dulces cantos de gratitud. Y fiel te promete su célico Edén.
EL NUEVO HIMNAKIO EVANGÉLICO 123
Si yo en su derredor
La celestial Sión,
Tuviera ya tendido
Del redimido patria
Mi blanco pabellón;
Y alcázar de mi Dios!
A su agradable sombra
Allí sin inquietudes,
Disfrutaría yo
Sería mi canción
La gloria de la gracia
Un Aleluya eterno Del Rey, mi Salvador.
Al Rey mi Salvador. P. Castro.
2
¡Oh quién allá morara
! 312. ¿Que Será? ¿Que Será?
Tu pronta aparición Presentimos del mundo dichoso
Estrella matutina
Los placeres que Dios nos dará,
Espero con ardor; El país lo creemos hermoso
Tráeme alegres nuevas Mas hallarnos allí ¿qué será?
Del día que en Sión
Veré en su plena gloria
Al Rey mi Salvador.
Coro. —
¿ Qué será ? ¿ Qué será ?
Mas hallarnos allí ¿ qué será ?
¿Qué será? ¿Qué será?
¡ Oh ! quién allá morara Mas hallarnos allí ¿ qué será ?
Prodúceme aflicción
2
Pensar que aún al mundo Esperamos el gozo, la gloria,
Tan apegado estoy. La grandeza que tendrá
sin fin
Las cuerdas que te atan El mortal que ganó la victoria
Quebranta, corazón, Mas hallarnos allí ¿ qué será ? Coro.
Y sube a la presencia
3
Del Rey, mi Salvador. Anhelamos el día esplendente
4 Que en el santo país brillará,
¡
Oh quién allá morara
!
Por Jesús el Cordero inocente
Mi agradecida voz Mas hallarnos allí qué será ? Coro.
¿
Alegre cantaría 4
Los himnos de Sión; Bien sabemos que llanto, ni duelo,
Y allá do resplandece Ni pecados ni males habrá
En día eterno el sol,
En la casa de Dios en el cielo
Vería en su hermosura Mas hallarnos allí ¿ qué será ? Coro.
Al Rey, mi Salvador. H. M.
EL NUEVO HIMXARIO EVANGÉLICO 125
—
Coro. Trabajando, trabajando,
Viviré por mi Señor, He léido de aquellas mansiones
Buenas nuevas anunciando Que el Maestro nos fué a preparar,
Tendréis allí.
¡ Oh cuan
feliz seré Jerusalem, hogar feliz
2
Que se alcanza pqr la fe. :¡|
En las vidas de los que acudieren Mas hoy están en clara luz,
A esta casa a aprender la virtud. Su rostro viendo allí. Coro.
3 5
Que que sufre dolencias del alma
el Ropaje blanco de esplendor
Halle bálsamo en ella tu amor, ; Reviste cada cual;
Y al que llore y no encuentre con- Están allí con el Señor,
suelo En dicha sin igual. Coro.
(Tr.) Sra. A. H. Shepherd.
Torne en gozo su grande aflicción.
Que podarnos ver fruto en la obra
En millares que acudan a ti,
329. . .
i
Oh ! Jóvenes, Venid.
Y con ello este pueblo contemple ¡ Ohjóvenes, venid, su brillante pa-
!
i
Cómo
es que al mundo superior, vador,
A aquella Sión sin par, Quiere recibiros en su derredor;
En donde todo es paz y amor, Con él a la batalla salid sin vacilar,
Pudieron va llegar? Coro. Vamos pronto, compañeros, vamos a
3 luchar. Coro.
Es que el Señor su sangre dio, 3
En precio de expiación; Las armas invencibles del Jefe guia-
Con ella los purificó dor,
Por grande compasión. Coro. Son el evangelio y su grande amor;
4 Con ellas revestidos, y llenos de poder,
Buscaron ellos a Jesús, Compañeros, acudamos, vamos a ven-
Su nombre amando aquí; cer. Coro.
— —
132 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Pueda mi alma oir.
Los fieros enemigos, engendros de Haz que yo medite
Satán, En tu tierno y dulce amor
Se hallan sostenidos por sn capitán; Y que así te alabe
¡Oh jóvenes, vosotros poneos sin
! Lleno de fervor. Coro.
temor 3
A la diestra del Caudillo, nuestro Sal- Cuando esta vida
vador. Coro. Tenga yo que abandonar,
5 Corona hermosa
Quien venga a la pelea, su voz escu- Tú me ceñirás;
chará ;
Y con dulce canto
Cristo la victoria le concederá; Tu bondad alabaré
Salgamos, compañeros, luchemos bien Y en tu santa gloria
por él; Siempre moraré. Coro.
(Tr.) Isabel P. Balderas.
Con Jesús conquistaremos inmortal
*
De mi corazón.
2
332. Cuando Leo en la Biblia.
salzado,
Dios fortísimo, tu magestad y gloria
Jehová el fuerte, el valiente,
|| : :||
||
:É1 es el Rey de gloria. :||
mén.
ta- rá
|
en lugares de delicados
; 1
1
|
su nombre.
|
Aunque ande en || tad así en la tierra como en el | |
y perdónanos nuestras
I
||
Cuando te asentares a comer con al- Hijo mío, si sabio fuere tu corazón,
gún señor, considera bien lo que estu- también a mí se me
alegrará el corazón.
O, todos los sedientos, venid a las mas harta la tierra, y la hace engendrar,
aguas; y los que no tienen dinero, ve- y producir, y da simiente al que siem-
nid, comprad, y comed; venid, comprad, bra, y pan al que come:
sin dinero y sin precio, vino y leche.
Así será mi palabra que sale de mi bo-
¿Por qué gastáis el dinero no en pan, ca: no volverá a mí vacía, mas hará lo
LECTURAS ANTIFONALES 145
y todos los árboles del campo os aplau- para ellos en él quien vaya camino, de tal
dirán con las manos. manera que los insensatos no yerren.
En lugar de la zarza crecerá haya; y No habrá allí león, ni bestia fiera su-
birá por él, ni se hallará ahí: para que
en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y
caminen los redimidos.
será a Jehová por nombre, por señal
eterna, que nunca será raída. Y los redimidos de Jehová volverán, y
vendrán a Sión con alegría y gozo per-
;
Alegrarse han el desierto y la soledad:
petuo será sobre sus cabezas: y reten-
el yermo se gozará, y florecerá como
drán al gozo y a la alegría, y huirá tris-
lirio.
teza y gemido.
Floreciendo florecerá, y también cnn
gozo se alegrará, y cantará: honra del
LECTURA Núm. 5.
Líbano le será dada, hermosura de Car- Isaías: 52, 13:15:53.
melo, y de Sarón. Ellos verán la gloria He aquí que mi siervo será prosperado,
de Jehová, la hermosura del Dios nues- y será engrandecido, y será ensalzado,
y
tro. será muy sublimado.
Entonces los ojos de los ciegos serán entenderán lo que nunca oyeron.
abiertos, y los oídos de los sordos se
¿Quién creyó a nuestro dicho? ¿Y el
abrirán.
brazo de Jehová, sobre quién se ha ma-
Entonces el cojo saltará como un cier- nifestado?
vo, y la lengua del mudo cantará; por- Y subirá, como renuevo delante de él,
que aguas serán cavadas en el desierto,
y como raíz de tierra seca. No hay pa-
y arroyos en la soledad. recer en él, ni hermosura: le veremos, y
El lugar seco será tornado en estan- sin parecer, tanto que le deseemos.
De la cárcel, y del juicio fué quitado; Alza tus ojos en derredor, y mira, to-
y su generación, ¿quién la contará? Por- dos éstos se han juntado, vinieron a ti;
que fué cortado de la tierra de los vi- tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas
vientes; por la rebelión de mi pueblo sobre el lado serán criadas.
plaga a él. Entonces verás, y resplandecerás; y
Y puso con los impíos su sepultura, maravillarse ha, y ensancharse ha tu co-
y su muerte con los ricos; aunque nunca razón que se haya vuelto a ti la multitud
él hizo maldad, ni hubo engaño en su de la mar, que la fortaleza de las naciones
boca. haya venido a ti.
Con todo eso Jehová le quiso moler, Multitud de camellos te cubrirá, po-
sujetándole a enfermedad. Cuando hu- llinos de Madián, y de Efa: todos los de
biere puesto su vida por expiación, verá Sabá vendrán: oro e incienso traerán, y
linage, vivirá por largos días, y la vo- publicarán alabanzas de Jehová.
luntad de Jehová será prosperada en su Todo el ganado de Cedar será juntado
mano. para ti: carneros de Nabaiot te serán
Del trabajo de su alma verá, y se har- servidos: serán ofrecidos con gracia so-
LECTURAS ANTIFONALES 147
bre mi altar; y la casa de mi gloria glo- cerás que yo soy Jehová el Salvador tu-
rificaré. yo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.
¿Quiénes son éstos que vuelan como Por el metal traeré oro, y por el hie-
nubes, y como palomas a sus ventanas? rro plata, y por la madera metal, y ¡xa-
las piedras hierro; y pondré paz por tu
Porque a mí esperarán las islas, y las tributo,
naves de Tarsis desde el principio: para
y justicia por tus exactores.
traer tus hijos de lejos, su plata, y su Nunca más se oirá en tu tierra vio-
oro con ellos, al nombre de Jehová tu lencia, destrucción y quebrantamiento en
Dios, y al Santo de Israel, que te ha tus términos; mas a tus muros llamarás
glorificado. salud; y a tus puertas alabanza.
porque en mi ira te herí, mas en mi alumbrará mas serte ha Jehová por luz
:
Tus puertas
estarán de continuo No se pondrá jamás tu sol, ni tu luna
abiertas, no se cerrarán de día ni de menguará; porque te será Jehová por
noche para que fortaleza de naciones sea perpetua luz, y los días de tu luto serán
:
gría en lugar del espíritu angustiado; y simiente; así el Señor Jehová hará bro-
serán llamados árboles de justicia, plan- tar justicia y alabanza, delante de todas
tación de Jehová, para glorificarme. las naciones.
Porque yo soy Jehová, no me he mu- rados los soberbios; y aun, que los que
dado; y vosotros, hijos de Jacob, no ha- hacen impiedad son los prosperados; y
béis sido consumidos. más, los que tentaron a Dios escaparon.
Desde los días de vuestros padres os Entonces los que temen a Jehová ha-
habéis apartado de mis leyes, y nunca blaron cada uno a su compañero. Y Je-
las guardasteis: Tornaos a mí, y yo me hová escuchó, y oyó, y fué escrito libro
tornaré a vosotros, dijo Jehová de los de memoria delante de él para los que
ejércitos. Ydijisteis: ¿En qué hemos temen a Jehová, y para los que piensan
de tornar? en su nombre.
¿Robará el hombre a Dios? Porque Y serán míos, dijo Jehová de los ejér-
vosotros me habéis robado. Y dijisteis: citos, en el día que yo tengo de hacer
¿En qué te hemos robado? En los diez- tesoro, y perdonarles he, como el hom-
mos y las ofrendas. bre que perdona a su hijo que le sirve.
Porque él la fundó sobre los mares: Cuando veo tus cielos, obra de tus de-
y sobre los ríos la afirmó. dos, la lima, y las estrellas que tú com-
pusiste.
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿*y quién estará en el lugar de su san- ¿Qué es el hombre, para que tengas
tidad? de él memoria? ¿y el hijo del hombre,
para que le visites?
El limpio de manos, y limpio de co-
razón: el que no tomó en vano mi alma, Y le hiciste poco menor que los án-
ni juró con engaño. geles, y le coronaste de gloria y de her-
Recibirá bendición de Jehová: y jus- mosura.
ticia delDios de salud. Hicístele enseñorear de las obras de
Esta es la generación de los que le tus manos; todo lo pusiste debajo de sus
buscan: de los que buscan tu rostro, es pies.
a saber, Jacob. Selah.
Ovejas, y bueyes, todo ello : y asimismo
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y las bestias del campo.
alzaos vosotras, puertas eternas, y en-
trará el Rey de gloria. Las aves de los cielos, y los peces de
la mar: lo que pasa por los caminos de
¿Quién es este Rey de gloria? Jehová la mar.
el fuerte, valiente: Jehová, el valiente en
batalla. Olí Jehová, Señor nuestro, cuan gran- i
tonces seré perfecto, y seré limpio de Aunque se asiente campo sobre mí, no
gran rebelión. temerá mi corazón aunque se levante
:
Dios está en medio de ella, no será Moisés y Aarón están entre sus sa-
movida Dios
: ayudará en mirando la cerdotes y Samuel entre los que invo-
la :
Días sobre días añadirás al rey: sus Juzgará a los afligidos del pueblo: Sal-
años serán como generación y genera- vara a los hijos del menesteroso, y que-
ción. brantará ai violento.
Escucharé lo que hablará el Dios Je- Porque con tu furor somos consumi-
hová: porque hablará paz a su pueblo, y dos y con tu ira somos conturbados.
:
traron; la justicia y la paz se besaron. Los días de nuestra edad son setenta
años: y los de los más valientes, ochenta
La verdad reverdecerá de la tierra :
y años: y su fortaleza es molestia y tra-
la justicia mirará desde los cielos.
bajo: porque es cortado presto, y vola-
Jehová dará también el bien: y nues- mos.
tra tierra dará su fruto.
i Quién conoce la fortaleza de tu ira ?
La delante de
justicia irá él: y pon- que tu ira es como tu temor.
drá sus pasos en camino.
Para contar nuestros días, haznos sa-
ber así: y traeremos al corazón sabidu-
LECTURA Núm. 24. ría.
Salmo 90.
Vuélvete a nosotros, oh Jehová ¿ has- :
Señor, tú nos has sido refugio en ge- ta cuándo? y aplácate para con tus
neración y generación. siervos.
160 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Hártanos de mañana de tu misericor- Porque tú, oh Jehová, eres mi espe-
día: y cantaremos, y alegrarnos hemos ranza y : al Altísimo has puesto por tu
todos nuestros días. habitación.
verás la recompensa de los impíos. ¡Cuan grandes son tus obras, oh Je-
LECTURAS ANTIFONALES 161
hová! muy profundos son tus pensa- Anticipemos su rostro con alabanza:
mientos. cantémosle alegres con salmos.
El hombre necio no sabe, y el insen- Porque Jehová es Dios grande; y Rey
sato no entiende esto: grande sobre todos ios dioses.
Floreciendo los impíos como la yer- Porque en su mano están las profun-
ba; y reverdeciendo todos los que obran didades de la tierra: y las alturas de los
iniquidad, para ser destruidos para siem- montes son suyas.
pre Porque suya es la mar, él la hizo
:
y
Mas tú, Jehová, para siempre eres y sus manos formaron la seca.
Altísimo. Venid, postrémonos, y encorvémonos;
Porque, he aquí, tus enemig-os, oh arrodillémonos delante de Jehová nues-
Jehová. porque, he aquí, tus enemigos tro hacedor.
perecerán serán disipados todos los que
:
Porque él es nuestro Dios: y nosotros
obran maldad. el pueblo de su pasto, y ovejas de su
Regocíjese el campo y todo lo que en Cuanto está lejos el oriente del occi-
él está; entonces exultarán todos los ár- dente, hizo alejar de nosotros nuestras
boles de la breña. rebeliones.
mis entrañas a su nombre santo. Que pasó el viento por ella, y pereció,
t, ,. T- , , y su lugar no la conoce más.
Bendice alma mía, a Jehová, y no te
olvides de todos sus beneficios. Mas la misericordia de Jehová, desde
el
_. ,
El que perdona todas tus iniquidades,
que sana todas tus enfermedades.
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siglo
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os
y hasta
.
el sobre los que
siglo,
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gu justicia so k re i os hijos de
Bendecid a Jehová, todas sus obras El que riega los montes desde sus
en todos los lugares de su señorío. Ben- doblados; del fruto de tus obras se har-
dice, alma mía, a Jehová. ta la tierra.
Bendice, alma mía, a Jehová; Jehová Y el vino que alegTa el corazón del
Dios mío, mucho te has engrandecido, de hombre; haciendo relumbrar la faz con
gloria y de hermosura te has vestido. el aceite; y el pan sustenta el corazón del
Que entabla con las aguas sus dobla- Para que aniden allí las aves; la ci-
dos, el que pone a las nubes por su carro, güeña tenga su casa en las hayas.
el que anda sobre las alas del viento. Los montes altos para las cabras mon-
El que hace a sus ángeles espíritus, teses, las peñas madrigueras para los co-
sus ministros al fuego flameante. nejos.
El fundó la tierra sobre sus basas, no Hizo la luna para sazones el sol co- :
Con el abismo, como con vestido, la Pones las tinieblas, y la noche es; en
ella corren todas las bestias del monte.
cubriste: sobre los montes estaban las
aguas. Los leoncillos braman a la presa, y
De
tu reprensión huyeron; por el so-
para buscar de Dios su comida.
nido de tu trueno se apresuraron. Sale el sol, recógense, y échanse en
Subieron los montes, descendieron los sus cuevas.
valles a este lugar, que tú les fundaste. Sale el hombre a su hacienda, y a su
labranza hasta la tarde.
Pusísteles término, el cual no tras-
pasarán, ni volverán a cubrir la tierra. ¡Cuan muchas son tus obras, oh Je-
hová! todas ellas hiciste con sabiduría:
El que envía las fuentes en los arro- la tierra está llena de tu posesión.
yos; entre los montes van.
Esta gran mar y ancha de términos;
Abrévanse todas las bestias del campo; allí hay pescados sin número, bestias
los asnos salvajes quebrantan su sed. pequeñas y grandes.
Junto a ellos habitan las aves de los Allí andan navios, este leviatán que
cielos; entre las hojas dan voces. hiciste para que jugase en ella.
164 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Todas ellas esperan a ti, para que les Hambrientos, y sedientos : su alma des-
des su comida a su tiempo. fallecía en ellos.
Sean consumidos de la tierra los pe- zones: cayeron, y no hubo quien los ayu-
cadores y los impíos dejen de ser. Ben- dase:
:
Los que descendieron a la mar en na- Tienen orejas, mas no oirán: tienen
vios: y contratan en las muchas aguas; narices, mas no olerán.
Ellos han visto las obras de Jehová, y Tienen manos, mas no palparán tie- :
ayudador, y su escudo.
Tiemblan, y titubean como borrachos;
y toda su ciencia es perdida. Casa de Aarón, confiad en Jehová: él
es su ayudador, y su escudo.
Y claman a Jehová en su angustia; y
escápalos de sus aflicciones. Los que teméis a Jehová, confiad en
Hace parar la tempestad en silencio; Jehová él es su ayudador, y su escudo.
:
de tu J usticia '
dan en sus caminos.
Afligido estoy en gran manera, oh Je
Tú encargaste tus mandamientos, que
hová: vivifícame conforme a tu palabra.
1
En mi corazón he guardado tus dichos, Alzaré mis ojos a los montes de donde
para no pecar contra ti. vendrá mi socorro.
Jerusalem, la que es edificada como Cuando Jehová hiciere tornar los cau-
una ciudad que está unida consigo a una. tivos de Sion, seremos como los que
sueñan.
Porque allá subieron las tribus, las
tribus de Jehová, el testimonio a Israel, _
Entonces nuestra boca se henchirá de
para alabar el nombre de Jehová. risa, y nuestra lengua de alabanza: en-
tonces dirán entre los Gentiles: Grandes
Porque allá están las sillas del juicio: cosas ha hecho Jehová con estos.
las sillas de la casa de David.
Grandes cosas ha hecho Jehová con
Demandad paz de Jerusalem: sean nosotros: seremos alegres.
la
pacificados los que te aman.
Haz volver, oh Jehová, nuestros cau-
_
Ensalzarte he, mi Dios y Rey; y ben- Sostiene Jehová a todos los que caen;
deciré a tu nombre por el siglo y para y levanta a todos los oprimidos,
siempre.
Los ojos de todas las cosas esperan a
Cada día te bendeciré; y alabaré tu ti; y tú les das su comida en su tiempo,
nombre por el siglo y para siempre.
Abres tu mano, y hartas de voluntad
Grande es Jehová, y digno de alaban- a todo viviente.
170 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Justo es Jehová en todos sus caminos, Jehová es el que abre los ojos a los
y misericordioso en todas sus obras. ciegos: Jehová el que ama a los justos:
Cercano está Jehová a todos los que Jehová el que guarda a los extran-
le invocan: a todos los que le invocan jeros; al huérfano y a la viuda levanta;
con verdad. y el camino de los impíos trastorna.
La voluntad de los que le temen, hará; Reinará Jehová para siempre: tu Dios,
y su clamor oirá, y los salvará. oh Sión, por generación y generación.
Aleluya.
Jehová guarda a todos los que le aman;
y a todos los impíos destruirá. Alabad a Jehová desde los cielos: ala-
badle en las alturas.
La alabanza de Jehová hablará mi bo-
Alabadle todos sus ángeles: alabadle
ca;y bendiga toda carne su santo nombre,
por el siglo y para siempre. todos sus ejércitos.
Alabadle el sol y la luna: alabadle to-
LECTURA Núm. 38. das las estrellas de luz.
El que hace derecho a los agraviados, Los reyes de la tierra, y todos los
el que da pan a los hambrientos: Jehová pueblos: los príncipes, y todos los jue-
el que suelta a los aprisionados: ees do la tierra.
LECTURAS ANTIFONALES 171
Los mancebos, y también las donce- pesebre; porque no había lugar para ellos
llas: los viejos con los mozos. en el mesón.
Alaben el nombre de Jehová; porque Y había pastores en la misma tierra,
su nombre de él sólo es ensalzado su que velaban, y guardaban las velas de la
:
renio.
Gloria en las alturas a Dios, y en la
E iban todos para ser empadronados tierra paz, y a los hombres buena volun-
cada uno a su ciudad. tad.
éste? sol.
razón, que no hubiesen creído a los que Y fueron todos llenos del Espíritu
le habían visto resucitado. Santo, y comenzaron a hablar en otras
-,•• lenguas, como el Espíritu les, daba que
4
Yr les dijo:
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Id por todoi i
el mundo, y
hablase n
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Alzarán serpientes; y bebieren cosa dos r diciendo los unos a los otros: He
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mortífera, no les dañará: sobre los en- ac lu ¿ no son Gahleos todos estos que l >
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a la diestra de Dios.
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y Medos, Elamitas, y los que
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habitamos en Mesopotamia,
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en Judea, y
partes,obrando con ellos el Señor, con- y nn n n*nA ~ r> ± a
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, , , , ~ 1 en Capadocia, en el
1
Ponto, y en Asia,
J
firmando la palabra con
-,
en las partes de Libia que están de la Y acontecerá, que todo aquel que in-
otra parte de Cirene, y extranjeros de vocare el nombre del Señor, será salvo.
Roma, Judíos, y prosélitos.
Cretenses, y Árabes: los oímos hablar LECTURA Núm. 44.
en nuestras lenguas las maravillas de Mateo G: 19-34.
Dios. Xo hagáis tesoro- en la tierra donde
Y estaban todos atónitos y en duda, la polilla y el orín corrompe, y donde la-
diciendo los unos a los otros: ¿Qué quie- drones minan, y hurtan;
re ser esto? Mas haceos
tesoros en el cielo, donde
Mas burlándose,
otros decían : Estos ni polilla orín corrompe, y donde
ni
están llenos de mosto. ladrones no minan, ni hurtan.
Entonces Pedro poniéndose en pie con Porque donde estuviere vuestro te-
los once, alzó su voz, y les habló dicien- soro, allí estará vuestro corazón.
do: Varones de Judea, y todos los que La luz del cuerpo es el ojo: así que si
habitáis en Jerusalem, esto os sea noto- tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será
rio, y prestad oídos a mis palabras:
luminoso.
Porque no están borrachos, co-
estos
Mas si tu ojo fuere malo, todo tu
mo vosotros pensáis, siendo solamente la cuerpo será tenebroso. Así que si la luz
hora de tercia del día. que en ti hay, son tinieblas, ¿cuántas
Mas esto es lo que fué dicho por el serán las mismas tinieblas?
profeta Joel: Ninguno puede servir a dos señores;
Y será en postreros días, dice
los porque o aborrecerá al uno, y amará al
Dios, que derramaré de mi espíritu sobre otro; o se llegará al uno, y menospre-
toda carne: y vuestros hijos, y vuestras ciará al otro. No podéis servir a Dios,
hijas profetizarán, y vuestros jóvenes ve- y a las riquezas.
rán visiones, y vuestros viejos soñarán
sueños.
Por tanto os digo: Xo os congojéis
por vuestra vida, qué habéis de comer,
Y de cierto sobre mis servios, y sobre o qué habéis de beber; ni por vuestro
mis criadas en aquellos días derramaré cuerpo, qué habéis de vestir. ; La vida
di mi Espíritu; y profetizarán. no es más que el alimento, y el cuerpo
Y daré prodigios arriba en el cielo, que el vestido?
y
señales abajo en la tierra, sangre, y fue-
Mirad las aves del cielo, que no siem-
go, y vapor de humo. bran, ni siegan, ni allegan en alfolíes;
El sol se volverá en tinieblas, y la luna y vuestro Padre celestial los alimenta.
en sangre, antes que venga el día del ¿No sois vosotros mucho mejores que
Señor grande e ilustre. ellas?
176 EL NUEVO HTMNARIO EVANGÉLICO
¿Mas quién de vosotros, por mucho Ya vosotros sois limpios por la pala-
que se congoje, podrá añadir a su esta- bra que os he hablado.
tura un codo?
Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Y por el vestido, ¿por qué os con- Como el pámpano no puede llevar fru-
gojáis? Aprended de los lirios del cam- to de sí mismo, si no permaneciere en
po, como crecen: no trabajan, ni hilan: la vid, así ni vosotros, si no permanecie-
reis en mí.
Mas os digo, que ni aun Salomón con
toda su gloria fué vestido así como uno Yo soy la vid, vosotros los pámpanos,
de ellos. el que permanece en mí, y yo en él, éste
Y si la yerba del campo, que hoy es lleva mucho fruto porque sin mí nada
podéis hacer.
y mañana es echada en el horno, Dios
la vista así, ¿no hará mucho más a vo- Si alguno no permaneciere en mí, se-
sotros, hombres de poca fe? rá echado fuera como mal pámpano, y se
secará; y los cogen, y échenlos en el
No os congojéis, pues, diciendo ¿ Qué :
fuego y arden.
comeremos, o qué beberemos, o con qué
nos cubriremos? Si permaneciereis en mí, y mis pala-
Porque los gentiles buscan todas estas bras permanecieren en vosotros, todo lo
cosas; porque vuestro Padre celestial sa- que quisiereis pediréis, y os será hecho.
be que de todas estas cosas tenéis nece-
En esto es glorificado mi Padre, en
sidad.
que llevéis mucho fruto; así seréis mis
Mas buscad primeramente el reino de discípulos.
Dios, y su justicia; y todas estas cosas
Cómo el Padre me amó también yo os
os serán añadidas.
he amado: sed constantes en mi amor.
Así que, no os congojéis por lo de Si guardareis mis mandamientos, per-
mañana; que el mañana traerá su con- maneceréis en mi amor: como yo tam-
goja: basta al día su aflicción.
bién he guardado los mandamientos de
mi padre, y permanezco en su amor.
LECTURA Núm. 45.
Juan 15:1-17. Estas cosas os he hablado, para que
mi gozo permanezca en vosotros, y vues-
Yo soy la vid verdadera, y mi padre tro gozo sea cumplido.
es el labrador.
Este es mi mandamiento: que os améis
Todo pámpano en mí que no lleva los unos a los otros, como yo os amé.
fruto, le quita; y todo aquel que lleva
fruto, le limpia, para que lleve más Nadie tiene mayor amor que este, que
fruto. ponga alguno su vida por sus amigos.
LE< 'TURAS ANTIFONALES i i
Dícele Nieodemo: ¿Cómo puede el p ara que todo aquel que en él creyere,
hombre nacer, siendo viejo? ¿puede en- Q0 se pier«ia, mas tenga vida eterna/
trar segunda vez en el vientre de su ma-
dre y nacer? Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que haya dado a su Hijo unigé-
Respondió Jesús: De cierto, de cierto nito; para que todo aquel que en él ére-
te digo; que el que no renaciere de agua yere, no se pierda, mas tenga vida eterna.
178 EL NUEVO HIMNARIO EVANGÉLICO
Porque no envió Dios a su Hijo al ladrones son y robadores, mas no los
mundo, para que condene al mundo; si- oyeron las ovejas.
no para que el mundo sea salvo por él. Yo soy el buen pastor: el buen pas-
El que en él cree, no es condenado; tor su alma da por las ovejas.
mas el que no cree, ya es condenado; Mas el asalariado, y que no es el pas-
porque no creyó en el nombre del uni- tor, cuyas no son propias las ovejas, ve
génito Hijo de Dios. al lobo que viene y deja las ovejas, y
Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos Mis ovejas oyen mi voz, y yo las co-
no entendieron qué era lo que les decía nozco, y ellas me siguen;
Volvióles pues Jesús a decir: De cier- Y yo les doy vida eterna, y para siem-
to,de cierto os digo, que yo soy la puerta pre no perecerán, y nadie las arrebatará
de las ovejas. de mi mano.
Todos los que antes de mí vinieron, Mi Padre que me las dio, mayor que
LECTURAS ANTIFONALES 179
todos es; y nadie las puede arrebatar de reparte, hágalo en simplicidad; el que
la mano de mi Padre. preside, en solicitud; el que hace mise-
ricordia, en alegría.
LECTURA Núm. 48.
El amor sea sin fingimiento; aborre-
Romanos 12:1-17. ciendo lo malo, llegándoos a lo bueno.
Así que, hermanos, os ruego por las Amándoos los unos a los otros con
misericordias de Dios que presentéis amor de hermanos; en la honra prefirién-
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, san- doos los unos a los otros.
to, agradable a Dios, que es vuestro cul-
to racional. En los quehaceres no perezosos: ar-
dientes en espíritu : sirviendo al Señor.
Y no os conforméis a este siglo; mas Gozosos en la esperanza: sufridos en
transformaos por la renovación de vues- la tribulación: constantes en la oración:
tro entendimiento, para que experimen-
téis cuál sea la voluntad de Dios, la bue- Comunicando a las necesidades de los
na, agradable y perfecta. santos: siguiendo la hospitalidad.
Digo, pues, por la gracia que me es Bendecid a los que os persiguen: ben-
dada, a cada uno de los que están entre decid, y no maldigáis.
vosotros, que no piense de sí mismo más Regocijaos con los que se regocijan;
elevadamente de lo que debe pensar; sino y llorad con los que lloran.
que piense discretamente, cada uno con-
forme a la medida de fe que Dios le re- Sed entre vosotros de un mismo áni-
partió.
mo: no altivos, mas acomodándoos a los
humildes: no seáis sabios acerca de voso-
Porque de la manera que en un cuer- tros mismos.
po tenemos muchos miembros, empero
todos los miembros no tienen el mismo Xo paguéis a nadie mal por mal: apli-
oficio: cándoos a hacer lo bueno delante de to-
dos los hombres.
Así nosotros siendo muchos, somos
un mismo cuerpo en Cristo, y cada uno, LECTURA Núm. 49.
miembros los unos de los otros.
I Corintios 13.
De manera que teniendo diferentes do-
nes según la gracia que nos es dada, si Si yo hablase en lenguas de hombres
de profecía, sea conforme a la medida y de ángeles, y no tuviese caridad, soy
de la fe; hecho como metal que resuena, o platillo
que retiñe.
si de ministerio, en servir; o el que
enseña, en enseñar;
Y si tuviese el don de profecía, y en-
tendiese todos los misterios, y toda cien-
O el que exhorta, en exhortar; el que cia; y si tuviese toda la fe, de manera
: :
No se huelga en la injusticia, mas huél- Siervos, obedeced a los que son vues-
gase en la verdad: tros señores según la carne con temor y
temblor, en la integridad de vuestro co-
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
razón, como a Cristo
espera, todo lo soporta.
La caridad nunca se acaba: aunque las No sirviendo al ojo, como los que
profecías se han de acabar, y cesar las agradan a los hombres; sino como sier-
lenguas, y desaparecer la ciencia. vos de Cristo, haciendo de ánimo la vo-
luntad de Dios:
Porque en parte conocemos, y en parte
profetizamos. Sirviendo con buena voluntad, como
quien sirve al Señor, y no sólo a los hom-
Mas después que venga lo que es lo bres
perfecto, entonces lo que es en parte
será abolido. Sabiendo que el bien que cada uno
hiciere, eso mismo recibirá del Señor,
Cuando yo era niño, hablaba como ni- ya sea siervo, o ya sea libre.
ño, pensaba como niño, sabía como niño;
mas cuando ya fui hombre hecho, puse a Y vosotros, señores, hacedles a ellos
un lado las cosas de niño. lo mismo, dejando las amenazas: sabien-
Porque ahora vemos por espejo oscu- do que el Señor de ellos y el vuestro está
en los cielos; y no hay respeto de per-
ramente; mas entonces, cara a cara.
Ahora conozco en parte; mas entonces sonas para con él.
conoceré como soy conocido. En fin, hermanos míos, sed fuertes
en el Señor, y en el poder de su forta-
Y ahora permanece la fe, la esperanza
leza.
y la caridad, estas tres; empero la
mayor de ellas es la caridad. Vestios de toda la armadura de Dios,
LECTURAS ANTIFONALES 181
para que podáis estar firmes contra las Sino que cada uno es tentado, cuando
asechanzas del diablo. de su propia concupiscencia es atraído,
Porque no solamente tenemos lucha y cebado.
con sangre y carne; r.ino con principados, Y la concupiscencia después que ha
con potestades, con los gobernadores de concebido, pare al pecado: y el pecado,
las tinieblas de este siglo, con malicias siendo cumplido, engendra muerte.
espirituales en lugares altos.
Hermanos míos muy amados, no er-
Por tanto tomad toda la armadura de réis.
Y el muro de la ciudad tenía doce fun- Y las naciones de los que hubieren
damentos; y en ellos los nombres de los sido salvos andarán en la luz de ella; y
doce apóstoles del Cordero. los reyes de la tierra traerán su gloria