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Universidad Libre Seccional Pereira-Facultad: Derecho, ciencias políticas y sociales

Programa: Derecho-Asignatura: Historia de la Filosofía del Derecho


Profesor: Julián Osorio
Agosto 2.021

LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA INTERPRETATIVA

Resumen de la clases anteriores.

Hasta ahora tenemos apropiado que el Ser Humano es una unidad biológica
dotada de entendimiento, es decir, de la facultad de pensar su realidad en la estadía
mundana. Solemos creer que pensamos con el cerebro, pero esta entidad biológica
procesa la energía neuronal de acuerdo a las señales que le llegan de la mente; los
pensamientos(*). Pero, con qué pensamos? Pensamos con las palabras. Con ellas
significamos la realidad percibida por los sentidos biológicos.
De esta manera, va siendo claro que la realidad esencial del ser humano en su
estadía mundana es INTERPRETAR su realidad. Lo primero, interpretar las formas de
satisfacer sus necesidades esenciales (alimento, abrigo). En este diálogo con otros se
desarrolla y amplía la facultad del entendimiento. Es decir, de significar o interpretar su
realidad existiendo en el mundo, aplicando lo entendido para su auténtica comprensión.
En un segundo momento concienciamos que de la interpretación de la realidad
humana en el mundo se ocupan las ciencias. Ellas desarrollan el habla de su objeto de
estudio. Las ciencias naturales desarrollan el metalenguaje significador del mundo físico-
biótico y tienen su propio método de experimentación. Las ciencias sociales conocen
teóricamente los problemas de la realidad con-vivencial y relacional de la condición
humana para sobrevivir. El derecho, como ciencia jurídica, se ocupa del conocimiento de
la realidad con-vivencial regulada por normas jurídicas. Este conocimiento de la
fenomenología de la producción y aplicación de estas regulaciones para mejorar el orden
social, lo desarrollan con el metalenguaje ius filosófico.
Por su parte, las ciencias humanas se ocupan del desarrollo de la filosofía del
lenguaje que conoce la realidad existencial del ser humano. Se las llama también ciencias
del espíritu, puesto que estudian la evolución de modo de ser del espíritu de vida del
hombre viviendo las diversas y cambiantes situaciones en sus experiencias de vida.
Concatenando la función social del derecho con el orden social, nos preguntamos
¿por qué si estamos dotados de inteligencia no somos capaces de auto-regularnos
civilizadamente? Desde la perspectiva de esta pregunta vimos la necesidad de conocer
¿quién es el ser humano que somos nosotros en nuestros modos de ser? Apelando al
sentido de la lógica advertimos la necesidad de conocer quiénes somos nosotros, para
entender el alcance y significado de la función social del derecho
Conocimos la historia que da contexto al texto titulado “El desafío de Aristóteles”,
donde el autor, Goleman, apoyándose en la tesis aristotélica y en los avances científicos
de la psicología, muestra el problema social de la creciente ineptitud emocional, la
desesperación y la imprudencia en nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra vida
colectiva.
Identificado el problema, el autor propone la formación y desarrollo de la
inteligencia emocional, para trascender la condición de ineptitud en el manejo de las
emociones. Seguidamente muestra que la escuela es la que debe asumir la administración
pedagógica del proceso de la formación y desarrollo de la inteligencia emocional. Refuerza
su síntesis trascendente del problema mostrando la tendencia naciente en EEUU de
Escuelas de Inteligencia Emocional, para bebés y niños de primera infancia.
Ahora vamos a pasar de la moderna mirada de la psicología científica que nos dona
Goleman a la visión de la filosofía del lenguaje reflexionando el problema de las personas
que se abandonan a las emociones de los sentidos.
Hegel muestra que el hombre que se abandona a la particularidad de la ira sin
consideración ni medida es “inculto”. Puesto que quien así actúa lo que le falta en el fondo
es capacidad de abstracción (para) apartar su atención de sí mismo y dirigirla a la
generalidad del modo de ser calmado, determinando su particularidad con consideración y
medida.
Inculto significa que no cultiva la AUTOBSERVACIÓN de su comportamiento
emocional con la ira. Lo mueve la ira. Se abandona a ella sin consideración ni medida;
degradando un sano ambiente convivencial. La autoobservación de si mismo
reconstruyendo su comportamiento iracundo, para luego reconstruir el comportamiento
correcto es la capacidad de abstracción que hay que formar y desarrollar. Por eso Hegel
dice que el hombre no es por naturaleza lo que debe ser, sino que en su devenir va siendo,
hasta alcanzar la condición del espíritu general.
En nuestras palabras lo que debe ser el hombre y que no desarrolla naturalmente
lo alcanza en el devenir de su vida, interpretando sus experiencias de vida. Meditando
nuestros comportamientos vamos siendo mejores seres humanos. De esta manera, lo que
el hombre debe ser en el contexto interpretativo que aquí hacemos de Hegel, es
desarrollar y formar su capacidad de abstraer su atención de las emociones y deseos a los
que se está abandonando; interpretando y poniendo en práctica lo entendido en esa
interpretación. En palabras de Hegel y en el contexto de la emoción de la ira, apartar la
atención significa pensar en el otro y los otros, procurando contenerse y calmarse,
honrando la inteligencia emocional. Aquí el ascenso a la generalidad de la calma lo
esencia la conciencia que trabaja el modo de ser propio del deber ser calmado.
En este sentido la formación como ascenso a la generalidad del modo de ser
propio del deber ser calmado es una tarea humana que requiere el sacrificio de la
particularidad del modo de ser problemático (emocional) a favor de la generalidad del
modo de ser que modela el deber ser calmado en todas las situaciones de la vida.
Este ascenso del modo de ser problemático al modo de ser del deber ser deseado y
posible se le conoce como humanización. Al modo de ser problemático lo llamamos
antítesis, al deber del modo de ser deseado se la denomina tesis y al camino que
vislumbramos para ir de la antítesis a la tesis, se le denomina síntesis.
Retomando el asunto de la formación y desarrollo de la inteligencia emocional
como un asunto público. Recordamos que en clase asumimos como referente significador
de la naturaleza metafísica del ser humano, su inteligencia o capacidad para interpretar
consigo y con otros su realidad personal y convivencial. Ya sabemos que la inteligencia
emocional interpela una política pública de formación de la persona humana.
Sin perder el asunto de la obligación del Estado de asumir la formación y desarrollo
de la inteligencia emocional como política pública, ahora vamos a retrotraer la tercer
característica de la condición mental o metafísica del ser humano. Dijimos que el ser
humano tiene de por sí una naturaleza interesada. De una parte, está el interés individual
por la formación de la personalidad con la que nos relacionamos con el mundo social y
ambiental. De otra, el interés compartido con la comunidad vecinal, social y ciudadana
resolviendo problemas de interés colectivo. Desde esta perspectiva el derecho, como
ciencia social, se ocupa del conocimiento de los conflictos de intereses particulares y
públicos. Así como del problema de una política de la institucionalización de una política
pública de participación ciudadana.
Como ya tenemos una idea de quien es el ser humano que necesita al otro para
sobrevivir, ahora vamos a conocer la evolución del concepto de Estado resolviendo los
problemas del orden social de su contexto histórico, para la sobrevivencia y sostenibilidad
de los colectivos humanos. Finalizamos, reflexionando la realidad del Estado colombiano
resolviendo los problemas del desarrollo territorial.

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