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La actividad artística tiene una fuerte implicación educativa, puesto que esa capacidad es un

criterio estético. El profesor debe capacitar al alumno para captar, ordenar y manipular la
información obtenida, pero, sobre todo, obtener una conciencia crítica: aprender a pensar,
discernir, elegir o discriminar, desarrollar sus gustos, afianzar su personalidad… Las actividades
artísticas, en los contextos educativos, deben producir, siempre un desarrollo, nunca, como un
entretenimiento. La creatividad y el pensamiento creativo El pensamiento creativo debe ser
paralelo al pensamiento divergente, aquel que da múltiples, nuevas y diferentes soluciones a
un solo problema. Lo estudia desde todos los puntos posibles e imposibles, incluso aquellas
respuestas que puedan parecer absurdas, pero que quizás sean una posible solución al
problema. Por ejemplo: salirse de lo establecido, ir a lo desconocido, volver las cosas del revés,
aprender a aventurarse… El potencial creativo Al comienzo de sus vidas, los niños muestran un
valioso potencial creativo que es destruido en la mayoría de los casos, al llegar a los 8-9 años,
pues se les va apagando el interés por expresarse y crear. La mayor parte de las escuelas
primarias considera como buen alumno al que es capaz de copiar al “pie de la letra”. Al llegar a
los 8-9 años, querrán representar la realidad tal cual es, empiezan a articular y analizar,
comienzan a sentirse mayores, sienten sensaciones nuevas que, de forma inconsciente, puede
hacer que oculten lo que sienten y piensan, en ocasiones, inician una eliminación del color, y
poco a poco dejen de crear con frecuencia. En cuanto al juego como factor potenciador de la
creatividad, podemos decir, que, desde la antigüedad, las escuelas de algunos filósofos
coinciden en que el juego crea un clima que favorece el aprendizaje. Según R. Ortega, Vygotski
es uno de los máximos exponentes del valor educativo del juego. El juego es un aprendizaje de
la vida, no implica responsabilidad, al jugar se evaden de lo demás, liberan tensiones, imitan,
manipulan… La actividad lúdica o aquella que nace por la necesidad de la autoexpresión. El
juego, al igual que la actividad plástica es una forma de organización del pensamiento y
descubrimiento del mundo en que viven. Cualidades del niño creativo Se entiende como la
interiorización de esquemas mentales, donde el niño configura una forma de reflexionar y
actuar sobre cualquier cuestión. Si un niño aprende a experimentar con materiales artísticos,
mezclando sin miedo y realizando todo tipo de potingues, lo más normal es que de mayor,
también lo haga cuando cocine, se vista…

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