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MITOLOGÍA PARA NIÑOS – POR MIRTA FERNÁNDEZ

La naturaleza de los dioses griegos


Los griegos tenían infinidad de dioses. Ellos representaban la fuerza de la naturaleza.

Cada uno tiene su función como fuerza activa de la naturaleza.

Si decimos que Zeus representa a las tormentas con sus rayos y truenos, no podemos cuestionar si creemos o no
en Zeus, porque las tormentas existen, los rayos caen y a los truenos los podemos escuchar .

A diferencia de las religiones monoteístas, en que hay un solo Dios, una palabra revelada y un culto organizado
mediante distintos ritos, a los dioses griegos los conocemos a través de la Iliada, la Odisea, la teogonía de
Hesiodo, de Eudemo etc.

Estos dioses no tenían un objetivo ético ni moral de la realidad.

No hay una verdad única y aceptada, sino que podemos encontrar distintas versiones sobre un mismo hecho.

El Palacio de los Dioses del Olimpo


Los dibujos fueron realizados por Agustín Croxatto. Acceda a su página haciendo click en su nombre.

Grecia es un país montañoso rodeado por el mar.

El monte más alto de Grecia es el Monte Olimpo. Sus paredes de roca muy escarpadas hacen casi imposible
escalarlo. Tan alto es que casi no se puede ver la cima, siempre rodeada por nubes.

Allí, en la cima del Olimpo tenían su palacio los doce dioses más importantes de los griegos. Estos, caprichosos
y peleadores, manejaban a su antojo la vida de los hombres, interfiriendo en sus vidas y tomando partido por
uno u otro.

Los dioses eran inmortales, esto quiere decir que no morían.

Ciclopes
Dibujo de Agustín Croxatto
El palacio había sido construido por los Cíclopes. Los Cíclopes eran seres fabulosos, criaturas gigantes con un solo ojo en
medio de la frente. Eran muy habilidosos. Se dedicaban a la construcción según las reglas del arte y a la herrería. Los
Cíclopes eran muchos pero los más importantes eran tres: Arges, el que brilla, Brontes, el que truena y Estéropes, el que
da el rayo. Además de construir el palacio en el monte Olimpo, ellos forjaron los rayos de Zeus y son los que le regalaron
el trueno y el relámpago.

El palacio estaba construido como los palacios de los reyes. O sea que era muy grande y fastuoso. Tenía
muchos departamentos para que cada uno de los dioses viviera cómodamente y un salón donde se reunía el
Consejo para discutir los problemas de los hombres: a qué ejército iban a permitir ganar una batalla o a qué Rey
iban a castigar, pero la mayor parte del tiempo peleaban y discutían entre ellos.

El palacio también tenía comedores, no tenía cocina porque los dioses no comían, se alimentaban de ambrosía.
También había salas de armamentos, habitaciones para la servidumbre, establos para los caballos, perreras para
los sabuesos y hasta un zoológico donde guardaban a sus animales sagrados. Estos incluían a un oso, un león,
un loro, un águila, tigres, una vaca, una tortuga, un hurón, bueyes blancos, una lechuza, un ciervo, una cigüeña,
cisnes, ratones y un estanque lleno de peces.

Zeus
Zeus era el más importante de los doce dioses que habitaban el Olimpo.

Zeus era hijo de Crono y Rea.

Crono se había casado con Rea a pesar de que ella era su hermana. Rea tuvo muchos hijos pero el malvado
Crono se los comía cuando nacían porque había oído decir que uno de sus hijos lo destronaría.

Zeus
Dibujo de Agustín Croxatto
Rea sufría terriblemente al ver que Crono engullía a sus hijos apenas nacían, entonces, le pidió ayuda a sus padres que le
aconsejaron alejarse. Rea tuvo a su último hijo, Zeus, lejos de su casa, en la isla de Creta donde lo ocultó para librarlo de
su malvado padre. Cuando Crono llegó hasta Creta para devorarlo, Rea envolvió una piedra en pañales y Crono,
creyendo que era su hijo, se tragó la piedra. Al cabo de un año la vomitó y Zeus la colocó como monumento. Cuando
Zeus creció, se deshizo de su padre, pero como Crono no podía morir porque era inmortal, Zeus lo envió a una isla
lejana. Luego liberó a sus tíos paternos, los Cíclopes, que Crono había mantenido encadenados y estos, en
agradecimiento por haberlos liberado de tantos años de esclavitud, le regalaron el trueno, el rayo y el relámpago.

En ese momento también le regalaron a Poseidón el tridente y a Hades, un casco que lo hacía invisible.
Con estas armas poderosas Zeus reinó sobre mortales e inmortales.

En el palacio del Olimpo Zeus tenía un trono de mármol egipcio con incrustaciones de oro. Para llegar al trono
había que subir siete escalones decorados con los colores del arco iris. Por encima del trono había una cubierta
azul para mostrar que el cielo le pertenecía solo a él. A su derecha desplegada había un águila de acero con
rubíes en los ojos. El trono estaba cubierto por una piel de cordero color púrpura que utilizaba para hacer llover
en épocas de sequía.

Zeus Era fuerte, arrogante, caprichoso, violento y bastante ruidoso. Podía matar a cualquier enemigo que tuviera
ganas lanzándoles poderosos rayos y certeros truenos. Cuando se enojaba podía provocar fuertes tormentas y
grandes inundaciones que mantenían a los hombres intranquilos.

Zeus tenía una espesa cabellera con rulos y una barba también enrulada. Una corona de laureles ceñía su cabeza.
Llevaba el torso desnudo y un manto le cubría la espalda Zeus también podía transformarse en animal o en
cualquier cosa para conseguir lo que deseaba.

Hera
La esposa de Zeus se llamaba Hera. Tenía un trono de marfil, justo al lado de su marido con tres escalones de
cristal. El trono estaba decorado con pájaros de oro y ramas de sauce. El asiento estaba cubierto por una piel de
vaca blanca que utilizaba para hacer llover en tiempos de sequía si Zeus estaba de mal humor y prefería no ser
molestado. Una luna llena brillante colgaba por encima del trono balanceándose con la brisa.

Hera
Dibujo de Agustín Croxatto
A Hera no le gustaba ser esposa de Zeus porque él tenía la mala costumbre de casarse con mujeres mortales todo el
tiempo. Sus novias pronto envejecían y morían pero Hera se mantenía siempre joven y hermosa. Zeus estuvo pidiéndole
que se casara con él, año tras año durante trescientos años y Hera siempre se negaba.

Una primavera se le ocurrió a Zeus transformarse en un pobre gorrión asustado sorprendido por la tormenta y
golpeó su ventana con el pico, Hera, que amaba los pájaros, apiadándose del pobre gorrión permitió que entrara
en su habitación, este sacudió sus alas y ella tomándolo dulcemente entre sus manos le dijo: Pobre gorrioncito,
te amo. Entonces Zeus cambiando nuevamente de aspecto le dijo: Ahora debes casarte conmigo.
A pesar del mal comportamiento de Zeus, Hera se sintió forzada por las circunstancias a casarse con Zeus.
Quiso de esta manera ser un modelo para todos los demás dioses y mortales convirtiéndose en Madre del Cielo.

Poseidón
Dios de ríos, mares y océanos, también tenía un trono importante de mármol pulido ornamentado con corales,
madreperlas y oro. Los brazos del trono estaban esculpidos con la forma de cabezas de delfines.

Poseidón
Dibujo de Agustín Croxatto
Su única arma era el tridente, obsequio de los Cíclopes, que blandía para revolver el mar, como si fuera un cucharón,
provocando remolinos que hacían naufragar a los barcos más seguros.

Poseidón era hermano de Zeus. También hijo de Crono y Rea. Dice la leyenda que Poseidón se salvó de ser
engullido por su padre porque Rea le dio un potrillo en lugar de su hijo y Crono se lo comió sin darse cuenta.

A pesar de ser el dios de los mares, Poseidón jamás se trasladaba en barco. Utilizaba un carruaje tirado por
caballos blancos.

Poseidón tenía un palacio privado bajo el mar, cerca de Paxos. Era un palacio fastuoso decorado con caracolas,
corales, madreperlas, estrellas, caballitos de mar y habitado por criaturas marinas que le hacían compañía
cuando se trasladaba de un lugar a otro.

Poseidón mandó construir ese palacio para su bella esposa Anfititre.

Poseidón era muy pero muy feo y Anfititre no lo quería como esposo .Cuando le propuso matrimonio , se asustó
tanto que se internó en el mar. Pero Poseidón envió a unos delfines para traerla de vuelta. De esa unión nació un
hijo, Tritón. Triton tenía la cabeza y la mitad del cuerpo como los hombres y la otra mitad se alargaba con la
cola de un pez. Poseidón no vivía todo el tiempo en el palacio submarino, sino que se trasladaba cuando
necesitaba descansar o estaba irritado, entonces tomaba su carruaje y se adentraba en las profundidades del mar
hasta que se le pasaba la rabia.

Su emblema era el caballo, todavía a las enormes olas se las llama caballos blancos.
Demeter
Del lado contrario a Poseidón y cerca de Hera estaba ubicado el trono de Demeter.

Demeter era la diosa de los granos, los frutos comestibles y las pasturas. Ella le enseñó a los hombres los
principios de la agricultura: preparar la tierra para plantar y cosechar para que abandonaran la vida nómade.

Demeter
Dibujo de Agustín Croxatto
Su trono era de malaquita verde brillante decorado con espigas de oro y pequeños cerditos dorados.

Demeter estaba siempre triste. Sonreía solamente una vez al año, durante la primavera y el verano, cuando la
visitaba su hija Perséfone. Se ponía tan contenta que dejaba que todos los vegetales crecieran y fructificaran. De
allí surgen las estaciones del año.

Perséfone estaba casada con Hades, dios de los muertos, que la había raptado mientras miraba un narciso.
Mientras Perséfone observaba embelesada un narciso, se abrió la tierra y Hades la raptó, llevándosela con él a
vivir bajo la tierra entre las tinieblas. Su madre la buscó durante muchísimo tiempo tratando de encontrarla.
Finalmente pactó con Hades que pasaría la mitad del tiempo con él y la otra mitad con ella.

Por esa razón al otoño y al invierno se lo asocia con el tiempo en que Perséfone vive con Hades en las
profundidades de las tinieblas y a la primavera y el verano con el tiempo que Perséfone pasa con su madre,
Demeter.

El emblema de Demeter era la amapola que crecía entre el trigo con su brillante color rojo.
Hefesto

Hefesto
Dibujo de Agustín Croxatto
Junto a Poseidón se sentaba Hefesto.

Hefesto era hijo de Zeus y Hera. Era el más feo de todos los dioses. Como nació defectuoso, Hera lo arrojó por
encima de la muralla pero cayó al mar y se salvó. Se salvó de morir pero se lastimó una pierna y tuvieron que
amputarla y desde entonces usaba como prótesis una pierna de hierro.

Hefesto era muy habilidoso para los trabajos manuales. Era el dios de los orfebres, joyeros, albañiles y
carpinteros.

Hefesto construyó todos los tronos del palacio en su propio taller y su trono era una obra maestra de ingeniería
ya que mediante un mecanismo, podía balancearse, inclinarse y rodar. Lo armó con toda clase de metales y
piedras preciosas.

Atenea
Diosa de la sabiduría. Fue la que le enseñó a Hefesto a manejar las herramientas que luego utilizaría para hacer
tantos objetos hermosos.

Atenea
Dibujo de Agustín Croxatto
Atenea era la que más conocimientos tenía sobre cerámica, cestería, tejido y otras artesanías. Es la protectora de las
ciudades y la vida civilizada.

Ella ocupaba un trono de plata trabajado como si fuera un canasto y decorado con una corona de violetas de
lapislázuli, una piedra semipreciosa.

Atenea no nació de mujer sino que saltó de la cabeza de Zeus siendo ya adulta y vestida con una armadura.
Sucedió que Zeus se tragó a su primera esposa, Metis estando embarazada porque le habían dicho que si Metis
tenía un hijo iba a destronarlo. Luego de tragarla, Zeus sufrió terribles dolores, entonces permitió que otro dios
le abriera la cabeza de un hachazo para ver si conseguía alguna clase de alivio y de su cabeza surgió Atenea.

Zeus quedó prendado de su hija y le permitió usar su rayo y su escudo.

Ella vestía una hermosa armadura pero nunca iba a la guerra a menos que se sintiera obligada porque no le
gustaban las disputas. Si peleaba, siempre ganaba.

Su emblema era la lechuza. Su ciudad, Atenas. Su árbol, el olivo.

Afrodita
Al costado del trono de Atenea estaba el trono de Afrodita, diosa del amor, la belleza y el matrimonio.

El viento sur la encontró flotando sobre una concha marina cerca de la isla de Chipre y la impulsó con la brisa
hacia la costa.

Afrodita
Dibujo de Agustín Croxatto
El trono de Afrodita era de plata pura con incrustaciones de berilio y aguamarinas. El respaldo tenía la forma de una
concha marina y su asiento estaba cubierto de plumas de cisne. Bajo sus pies descansaba una alfombra dorada, bordada
con abejas doradas, manzanas y loros.
Zeus le dio por esposo a su hijo Hefesto. Afrodita no estaba conforme con esta decisión porque Hefesto era feo
y cojeaba y muchas veces lo traicionaba con Ares, hermano de Hefesto.

Cuando Hefesto se quejaba ante Zeus, este le respondía que la culpa era suya por haberle regalado la faja
mágica. Afrodita usaba la faja mágica ajustada a su cintura. Siempre que usaba la faja los hombres quedaban
locamente enamorados de ella.

Afrodita tuvo muchos hijos pero el más conocido era Eros, dios del amor que se desplazaba volando, arrojando
flechas a los hombres haciendo que se enamorasen de la primera persona que se le cruzase, sin esperarlo, sin
desearlo y sin quererlo.

Cuando alguien se enamora, muchas veces se dice que la flecharon.

Ares

Ares
Dibuo de Agustín Croxatto
Es por excelencia el dios de la guerra. Alto, hermoso y cruel. De carácter brutal, amante de la sangre, e intemperante.

Nació de la unión de Zeus y Hera.

Su horrible trono estaba construido de de bronce macizo. En sus brazos estaban esculpidas tétricas calaveras y
el asiento estaba cubierto de piel humana.

Ares era maleducado, ignorante y tenía un gusto espantoso, pero para Afrodita era maravilloso y muchas veces
lo utilizaba para engañar a su esposo, Hefesto, que era hermano de Ares.

Sus emblemas eran un oso salvaje y una escalofriante lanza manchada con sangre. A Ares están consagrados el
buitre y el perro.

A pesar de su corpulencia no siempre sale bien parado en las batallas que emprende.
Apolo
Junto al trono de Ares estaba el de Apolo, el dios de la música, la poesía, la medicina, la arquería y de los
jóvenes solteros.

Apolo
Dibujo de Agustín Croxatto
Era hijo de Zeus y Loto, una de las diosas menores. Dice la leyenda que nació en la isla de Ortigia, y, que en el momento
en que se produjo el nacimiento la isla se cubrió de oro. Desde entonces se la llama Delos que quiere decir brillante. Los
cisnes sagrados dieron siete vueltas a la isla para festejar el nacimiento.

Apolo se trasladaba de un lugar a otro en un carruaje de cisnes.

Su trono era alto y dorado, con inscripciones mágicas talladas sobre el mismo. Su respaldo tenía la forma de una
lira de siete cuerdas y sobre su asiento había una piel de pitón. Apolo dio muerte a pitón, una serpiente
monstruosa que asolaba una cueva oracular en Delfos causando estragos entre la población y los rebaños. Sobre
su trono colgaba un disco con veintiún rayos con forma de flecha, semejante a un sol,porque Apolo pretendía
manejar al sol. El emblema de Apolo era el ratón porque se suponía que los ratones conocían los secretos de la
tierra.

Apolo se casó muchas veces. En una ocasión, persiguió a una jovencita que se llamaba Dafne, ella pidió ayuda a
los gritos a la madre tierra Gea, entonces la ayudó convirtiéndola en un árbol de olivo antes que Apolo pudiera
besarla.

Apolo tenía una mansión en Delfos, donde había un oráculo que le robó a la Madre tierra, Gea, abuela de Zeus.
Artemisa
Artemisa era la hermana melliza de Apolo. Hija de Zeus y Leto, otra de las numerosas esposas de Zeus.

Artemisa
Dibujo de Agustín Croxatto
Era la diosa de los cazadores y de las mujeres solteras.

Su trono estaba construido en plata pura. El respaldo tenía la forma de palmeras y el asiento estaba cubierto con
una piel de zorro.

Artemisa odiaba el matrimonio, pero le gustaba cuidar a las madres cuando nacían sus bebés.

Pero mucho más le gustaba cazar, pescar y nadar a la luz de la luna en algún estanque. Si algún mortal la veía
desnuda, entonces lo convertía en ciervo y se divertía persiguiéndolo hasta darle muerte.

Participó de muchas aventuras junto a su hermano Apolo.

Su emblema favorito era el animal más temido en toda Grecia, la osa.

Hermes
Se sentaba en la última fila de los dioses varones. Era hijo de Zeus y de una diosa menor que se llamaba Maya.
De allí deriva el nombre del mes de Mayo. Nació en Arcadia.

Hermes
Dibujo stín Croxatto
Hermes gozaba de una gran estima popular como protector de los pastos, y los rebaños especialmente de ovejas. Era
también el dios de los comerciantes, los banqueros, los ladrones y los adivinos.

Su trono estaba cortado de una sola pieza de mármol gris. Los apoyabrazos tenían la forma de cabezas de
carnero y el asiento se cubría con una piel de chivo. Sobre el respaldo había tallada una gran esvástica, este era
el símbolo de una máquina inventada por Hermes para hacer fuego. Antes de su invento las amas de casa
pasaban gran parte del día atentas a que no se apagara el fuego ya que tenían que ir a buscar brasas a la casa de
sus vecinos si este se apagaba .

Hermes tenía una gran capacidad de inventiva. Inventó la lira, un instrumento musical que hizo con un
caparazón de tortuga.

Hermes también inventó el alfabeto y uno de sus emblemas era la grulla, porque vuela con forma de V y esa es
la primera letra que escribió.

Usaba un casco con alas y sandalias también con alitas en los costados.

Hestia
La última de las diosas mujeres era la hermana mayor de Zeus. Hija de Crono y Rea. Aunque no sabemos de
qué manera se salvó de ser comida por su malvado padre.

Hestia
Dibujo de Agustín Croxatto
Hestia era la diosa del hogar.De carácter muy pacífico.

Tenía un trono sencillo de madera y un almohadón sencillo tejido con lana.

Era la más amable y pacífica de todos los dioses ya que le molestaban terriblemente las discusiones familiares.

No tenía emblemas y tampoco participó en muchos mitos.

Dionisio - Baco
Cuando ya estaba integrado el Consejo de los doce dioses del Olimpo, Zeus, que era muy caprichoso, decidió
que, como Dionisio había inventado el vino, merecía ser un dios.

Dionisio era uno de los tantos hijos de Zeus. Su madre era una mortal llamada Sémele. Usaba un bastón largo
llamado tirso, cubierto de hiedra y con una piña en la punta. Usó ese bastón en una oportunidad para matar a un
gigante.
Dionisio-Baco
Dibujo de Agustín Croxatto
Se lo conoció como Baco, dios del vino y de la inspiración poética. Era en su origen el dios de las plantas y del jugo de las
frutas.

El trono de Dionisio, o Baco, era de madera recubierta de plata y oro. Decorado con racimos de uvas de
amatista, una piedra semipreciosa color violeta. También tenía talladas serpientes y muchos animales con
cuernos en mármoles de distintos colores.

Su emblema era el tigre. Parece que en uno de sus numerosos viajes, lideró un ejército de borrachos y trajo
tigres como recuerdo.

A las fiestas desenfrenadas se las conoce como bacanales.

Se suponía que los dioses eran doce. Al incorporar a Baco, serían trece y este número atraía la mala suerte y eso
no era posible. Entonces Hestia, que era una diosa muy pacífica y enemiga de la discordia le ofreció su lugar.

Ahora el Consejo quedaba desparejo porque había siete dioses varones y cinco diosas mujeres.Esto era injusto
porque cuando debían votar siempre ganaban los dioses varones, pero a Zeus no le importaba.
Seres Mitológicos (versiones para niños)
Las Parcas
Las parcas son las diosas del destino.

Son tres hermanas hilanderas que personifican al nacimiento, el matrimonio y la muerte.

Escribían el destino de los hombres en las paredes de un enorme muro de bronce .Y nadie podía borrar lo que
ellas escribían.

Se llamaban Cloto, Láquesis y Atropos.

Las tres se dedicaban a hilar. Luego cortaban el hilo que medía la longitud de la vida con una tijera. Ese corte
fijaba el momento de la muerte.

Ellas hilaban lana blanca y entremezclaban hilos de oro e hilos de lana negra.

Los hilos de oro significarían los momentos dichosos en la vida de las personas. Y la lana negra significaría los
períodos tristes.

Las Musas
Eran muchachas hermosas dotadas de juventud eterna. Pasaban el día entonando cantos melodiosos en coro.

Muse Playing Lyre ,


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Muchos dicen que las musas eran hijas de Zeus, pero otros no coinciden y le atribuyen su paternidad a otros dioses.

En el palacio del Olimpo había nueve musas que cantaban en el salón de los banquetes para deleitar a los
dioses. Los dioses dejaban de comer y callaban embelesados para escucharlas.

Se piensa que tienen virtudes proféticas. Eso quiere decir que podían adivinar el futuro.
También se creía que tenían capacidad para inspirar toda clase de poesía y serían protectoras de toda forma de
arte.

No se habla de ellas en forma individual, sino que siempre están agrupadas conformando el grupo de Las
Musas.

Vestían túnicas etéreas y usaban coronitas de flores sobre el cabello.

Las Ninfas
Son jóvenes hermosas dotadas de eterna juventud. O sea que nunca envejecían.

Amaban la danza y la música.

Se cree que las ninfas son hijas de Zeus, el dios supremo del Olimpo.

Reciben distintos nombres según el lugar que habitan.

Si viven en la montaña se llaman Oréades.

Náyades si viven en los ríos.

Agrónomos si viven en el campo.

Nereidas si viven en el mar.

Alseides a las de las plantas y flores.

Hamadríades a las que viven en los bosques.

A las que cuidan rebaños de ovejas, Epimélides.

Y así muchos más nombres según cada lugar.

Si algún mortal quería bañarse en un río o talar un árbol, primero tenía que ofrecerle un sacrificio a las Ninfas o
pedirles permiso.

Pegaso
Pegaso era un gran corcel blanco alado, que vivía en una montaña habitada por las nueve musas.Allí había una
fuente que Pegaso abrió dando un fuerte golpe con su pata sobre la tierra.
Pegaso
Ningún humano podía cabalgarlo porque nadie podía atraparlo ya que era muy veloz. Participó en el mito de
Belerofonte y la Quimera

Los Centauros
Los Centauros eran seres monstruosos. Mezcla de hombre y caballo. El torso era de hombre y de la cintura para
abajo eran como un caballo. O sea que tenían seis extremidades. Dos brazos y cuatro patas. Pero también hay
representaciones de los Centauros como hombres de pié y que del trasero surge una mitad de caballo.

Según las leyendas vivían en los bosques y en las montañas. No se sabe si eran hijos de Ixión y Néfele o de
Apolo y Estilbe.

Se habla de Los Centauros como si fueran un grupo, una tribu o un pueblo. Las hembras de Los Centauros se
llamaban Centauresas.

Tenían costumbres brutales como comer carne cruda y emborracharse. Se emborrachaban muy fácilmente
porque no acostumbraban tomar vino.

La Gorgona o Medusa
La Gorgona o Medusa, era un ser horrible que asolaba la región.

Había sido una belleza, orgullosa de su cabellera. Pero se atrevió a comparar su belleza con la de la diosa
Atenea, entonces la diosa la castigó cambiando sus hermosos bucles rubios por serpientes.
La Medusa
Dibujo por Mirta Croxatto
Se convirtió entonces en un ser espeluznante. Todos los que la miraban quedaban automáticamente convertidos en
piedra.

Vivía cerca de una caverna y alrededor se podían ver las figuras de los hombres convertidos en estatua de piedra
por haber querido mirarla.

Dice la leyenda que Perseo la aniquiló. Fue ayudado por la diosa Atenea que le prestó su escudo, y por Hermes
que le dio sus sandalias aladas. Así fue como se acercó a su caverna, mirándola a través de la imagen que se
reflejaba en el escudo, pudo acercarse cuando dormía y cortarle la cabeza. Luego le obsequió la cabeza a la
diosa Atenea.

La Esfinge
La ciudad de Tebas estuvo alarmada por un ser temible llamado La Esfinge.

Era un monstruo terrible que asolaba un camino y nadie se atrevía a pasar.

La parte inferior de su cuerpo era como un león , con cuatro patas y cola de león y en la parte superior tenía
cabeza y pecho de mujer. Le salían alas como de un águila.

La Esfinge
Dibujo por Mirta Croxatto
Cada vez que alguien pretendía atravesar el camino, la Esfinge se aparecía detrás de una roca y les proponía una
adivinanza. El que no daba la respuesta adecuada era arrojado al precipicio.

Hasta ahora nadie había podido resolverlo.

Cuenta la leyenda que Edipo, que era muy valiente, se animó a pasar. Apareció La Esfinge que le preguntó: -
¿Cuál es el animal que por la mañana anda en cuatro patas, al mediodía en dos y a la noche en tres? Edipo, le
respondió: - Es el Hombre. Que en su niñez camina en cuatro patas, en la adultez, se para erguido y en la
ancianidad se ayuda con un bastón. La Esfinge se sintió tan herida en su amor propio que en su angustia se
arrojó hacia el precipicio y murió.
Las Sirenas
Las Sirenas eran divinidades marinas.

Tiene cabeza y pecho de mujer y el resto del cuerpo en forma de pájaro.

Eran poseedoras de una voz encantadora. Tanto que se atrevieron a competir con las musas. Pero las musas
ganaron el concurso y les arrancaron las plumas.

Entonces se instalaron en la costa de Sicilia, sobre unas rocas.

Cuando algún barco pasaba, ellas cantaban y atraían de esta manera a los navegantes, que subyugados por la
dulce melodía, quedaban como hipnotizados, estrellando los barcos contra las rocas.

El Can Cerbero
Era un perro monstruoso con tres cabezas. Era el guardián del Tártaro. (ver Lugares mitológicos).

El Can Cerbero cuidando la entrada al Tártaro


Dibujo por Mirta Croxatto
Le gustaba aullarle a la luna, especialmente si había luna llena.

Comía carne de cadáveres.

Esperaba a las puertas del Tártaro, que algún difunto quisiera pasar sin pagar entrada y lo devoraba.

El Minotauro
Era un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre que causaba estragos en la isla de Creta.

Era hijo de Pasífae, esposa del rey Minos y el toro de Creta

El rey Minos lo encerró en un laberinto y finalmente Teseo le dió muerte.

Ver leyenda del Minotauro

Jorge Luis Borges en su cuento La casa de Asterión nos muestra una nueva faceta de este monstruo.
Los Sátiros
Son divinidades de los bosques y de las montañas.

Se los conoce también con el nombre de Silenos. Algunos dicen que son mitad hombres, mitad machos cabríos,
otros que eran mitad hombres y mitad caballos. En todos los casos tienen una larga cola como las de los
caballos.

Los Sátiros pertenecían al cortejo de Dionisio. Participaban de todas sus fiestas bailando y bebiendo hasta
emborracharse.

Las Ninfas estaban en alerta continua para escapar de ellos, pues estos las perseguían ya que nunca estaban lo
suficientemente satisfechos sexualmente.

Los Pigmeos
Los pigmeos eran un pueblo de hombres minúsculos. Se los llamaba así, debido a una palabra griega que quiere
decir codo o medida de trece pulgadas. Cada pulgada es alrededor de 2,5 centímetros. Y se dice que esa era la
altura de esos hombres.

Algunos dicen que vivían cerca del Nilo y otros dicen que vivían en la India.

Homero cuenta en sus relatos que las grullas emigraban durante el invierno al país de los pigmeos y que se
trenzaban en una feroz lucha con esos pequeños habitantes, que debían armarse para defender las plantaciones
de trigo de esos voraces visitantes.

Los Grifos
Los Grifos eran animales fabulosos. Con alas y pico de águila y cuerpo de león.

Los Grifos podían encontrar oro en las montañas, y, como las aves construían sus nidos con hilos del precioso
metal. En lugar de huevos ponían ágatas.

Vivían en el país de los Hiperboreos. Tenían largas garras y el píe era tan grande que muchos habitantes del país
fabricaban con él copas para beber.

Muchos cazadores se animaban a ir en busca de los tentadores nidos de oro, pero los Grifos, sabían mantener
alejados a los ladrones y saqueadores de oro gracias a su instinto.

Escila
Escila era un monstruo fantástico con doce patas y seis cabezas de cuyas bocas asomaban afilados colmillos.
Ladraba día y noche sin parar como un perro rabioso.

Habitaba en una cueva, escondida en una roca altísima junto a un estrecho que los navíos debían atravesar para
llegar al mar.

Devoraba a cuanto animal pudiera acercarse y cada vez que un navío atravesaba el lugar se hacía un banquete,
ya que cada una de sus cabezas podía engullir un marinero.
Caribdis
Frente a la roca que servía de morada a Escila, se encontraba otra roca altísima a cuyo pié crecía un árbol
frondoso. Entre sus raíces, había una cueva y allí vivía Caribdis, otro terrible monstruo.

Caribdis absorbía el agua del mar tres veces por día, haciéndola penetrar en su cueva. Luego lo devolvía otra
vez al mar, pero todo lo que penetraba en la cueva, Caribdis lo despedazaba.
Lugares Mitológicos (versiones para niños)
El Olimpo
El monte más alto de Grecia es el Monte Olimpo.

El Palacio del Olimpo


Dibujo por Mirta Croxatto
Sus paredes de roca muy escarpadas hacen casi imposible escalarlo. Tan alto es que casi no se puede ver la cima,
siempre rodeada por nubes.

Allí, en la cima del Olimpo tenían su palacio los doce dioses más importantes de los griegos.

El palacio había sido construido por los Cíclopes.

El palacio estaba construido como los palacios de los reyes. O sea que era muy grande y fastuoso.

Tenía muchos departamentos para que cada uno de los dioses viviera cómodamente y un salón donde se reunía
el Consejo donde estaban dispuestos los tronos de los dioses.

El palacio también tenía comedores, cocinas, salas de armamentos, habitaciones para la servidumbre, establos
para los caballos, perreras para los sabuesos y hasta un zoológico donde guardaban a sus animales sagrados.
Estos incluían a un oso, un león, un loro, un águila, tigres, una vaca, una tortuga, un hurón, bueyes blancos, una
lechuza, un ciervo, una cigüeña, cisnes, ratones y un estanque lleno de peces.

El Tártaro
Era un lugar situado en la región más profunda de la tierra. Mucho más abajo que el reino de Hades o el
infierno.

El lugar estaba rodeado por una muralla triple. Tenía una torre de vigilancia y una enorme puerta que era
imposible atravesar hasta para los propios dioses.
Los dioses encerraban en el tártaro a sus peores enemigos. También iban a parar allí los grandes criminales,
después del juicio de las almas.

Cuando las ánimas descendían al Tártaro, cuya entrada estaba en un bosque de álamos negros, los familiares de
los muertos les colocaban una moneda en la boca, bajo la lengua para poder pagar su entrada. Las ánimas que
no llevaban la moneda tenían que esperar eternamente para poder entrar o buscar una entrada lateral, donde un
perro llamado can Cerbero, esperaba dispuesto a devorar a los intrusos.

El Can Cerbero cuidando la entrada al Tártaro


Dibujo por Mirta Croxatto
Zeus envió allí a los Titanes después de una gran batalla.

Era un lugar tan escalofriante que hasta los mismos dioses le tenían miedo.

Los Oráculos
Los oráculos no eran precisamente lugares sino parte de la religión. Había algunos establecidos. De Zeus en
Dodoma, De Apolo en Delfos.

Los Oráculos eran formas de consultar sobre el futuro.

Sacerdotiza interpretando oráculos


Dibujo por Mirta Croxatto
Aparecen en muchos mitos y leyendas. Cuando algún héroe va a llevar a cabo algún viaje, batalla, o aventura, primero
consulta al oráculo para saber qué riesgos tendrá que afrontar.

Cada oráculo tenía su sistema de adivinación. El vuelo de los pájaros, los sueños, el crujido de hojas y otros.
El Laberinto
Los laberintos son construcciones llenas de pasadizos tramposos. Pasillos sin salida y recovecos que no llevan a
ninguna parte.

Laberinto
Dibujo por Mirta Croxatto
Están construídos de tal manera que una vez que alguien entra es imposible encontrar la salida.

Es famoso el laberinto del Minotauro en Creta.

Puedes ver Leyendas Mitológicas.

El Jardín de las Hespérides


El país de las Hespérides estaba ubicado en el extremo occidente, al borde del río Océano y muy cerca del
monte Atlas.

El jardín de las Hespérides


Dibujo por Mirta Croxatto
Estaba custodiado por las Hespérides. Hijas de la estrella de la tarde. Estas ninfas, de dulce y melodiosa voz, según las
leyendas tradicionales eran hijas de Zeus y Temis.

Ellas custodiaban un jardín maravilloso, lleno de fuentes de ambrosia, cuyos árboles estaban cargados de frutos
en todas las estaciones del año, llamado el jardín de las Hespérides.
Este jardín estaba consagrado a la diosa Hera, porque ella había plantado allí las manzanas de oro que le regaló
la diosa tierra, Gea, como regalo de bodas.

El árbol de las manzanas de oro era custodiado por el dragón Ladón.

A las puertas del jardín se encontraba el gigante Atlas, sosteniendo la bóveda celeste sobre sus espaldas.

Los Campos Elíseos


También llamados "Campos Afortunados" o "Islas de los Bienaventurados", era un territorio feliz donde eran
llevados los mortales favorecidos por los dioses sin probar la muerte para que gozaran de la felicidad eterna.

Los Campos Elíseos quedaban sobre el margen occidental de la tierra bañados por la corriente del Océano.
Leyendas mitológicas
Mito Griego de la Creación
En un principio solo existía el Caos. A continuación, Gea o la Madre Tierra engendró por si misma a Urano, o
el Firmamento Estrellado.

Gea se unió a Urano y tuvo varios hijos.

En primer lugar nacieron seis Titanes varones: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto y Crono, que era muy
perverso, y seis Titánides mujeres: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis.

Luego Gea y Urano tuvieron otros hijos, Los Cíclopes. Arges, Estéropes y Brontes.

Y más tarde fueron padres también de los Hecatonquiros, tres monstruos gigantes con cien brazos y cincuenta
cabezas cada uno.

Urano era malvado y cada vez que Gea iba a dar a luz, los retenía en el vientre de Gea, no permitiendo que
nacieran.

Cansada Gea de sufrir, ya que sentía que estaba por explotar, urdió un maléfico plan. Dio a luz una hoz de acero
brillante y buscó la ayuda de Crono, el más perverso de sus hijos para que le cortara los órganos genitales
mientras dormía.

Crono esperó agazapado que Urano roncara placidamente y con la hoz provista por su madre, Gea, lo castró
tirando sus órganos al mar.

Crono mantenía encadenados a todos los monstruos en las profundidades de la tierra.

La sangre derramada, volvió a fecundar la tierra. De allí nacieron las Erinias, espiritus vengadores de los
crímenes de sangre, Los Gigantes y las Ninfas Melíades o de los árboles de fresno. Del órgano que cayó al mar
nació la diosa Afrodita, que encontraron flotando en una concha marina.

Crono se unió a Rea, pero también tenía la mala costumbre de comerse a sus hijos, entonces el menor, Zeus, lo
destronó y conquistó el dominio del mundo.

Los Titanes que estaban confinados en las profundidades, no estaban de acuerdo y se sublevaron agitando la
tierra, sacudiendo las montañas y causando todo tipo de terremotos y maremotos.

Zeus, pensó que si los soltaba se calmarían, pero apenas los liberó de su prisión, comenzaron a arrojarle rocas y
amontonar montañas. Este desastre duró diez años.

Zeus deseaba poner orden de una buena vez y para siempre, entonces descendió hasta el Tártaro donde se
encontraban encadenados los Cíclopes y los Gigantes de cien brazos y les pidió ayuda para acabar con el flagelo
de los Titanes.

Estos accedieron de buena gana y cuando por fin volvieron a ver la luz del sol se llenaron de energía y se
lanzaron a la batalla con todas sus fuerzas. Tembló la tierra y se sacudió el cielo hasta que los Titanes quedaron
sepultados bajo una montaña de rocas arrojadas por los monstruos de cien brazos. Los que sobrevivieron fueron
arrojados al Tártaro y nunca más volvieron a salir de allí.
Dedalo y Talo
Dédalo era natural de Atenas.

Era un gran constructor. Fue reconocido como el primer escultor que trabajó el mármol haciendo hermosas
estatuas. También era arquitecto. Muy habilidoso en el uso de las herramientas. Pero Dédalo era muy celoso.

Junto a Dédalo trabajaba su sobrino Talo, un joven muy ingenioso. Talo un día encontró en el campo una
mandíbula de serpiente y se inspiró para inventar el serrucho, forjando en el hierro una serie de dientes
semejantes a los de la serpiente. Cuando Dédalo vió el invento le agarro un ataque de celos y arrojó a Talo
desde un precipicio.

Como no pudieron acusarlo por falta de pruebas, lo condenaron al destierro. O sea que tenía que marcharse de
Atenas.

Dédalo y el Laberinto
Dédalo entonces partió hacia la Isla de Creta, donde fue muy bien recibido por el rey Minos. Por entonces
escaseaban en la isla los arquitectos y escultores y lo tomó a su servicio.

Allí Dédalo se dedicó a crear espléndidas obras de arte.

En esos momentos, la isla de Creta estaba asolada por un terrible monstruo, con cuerpo de hombre y cabeza de
toro llamado Minotauro, que sembraba el terror en toda la isla.

El rey Minos le encargó a Dédalo una construcción subterránea para encerrarlo. Dédalo, que era muy ingenioso,
entonces construyó un laberinto. Esta construcción tenía tantos pasadizos, rodeos que no llevaban a ninguna
parte, vueltas y sinuosidades que una vez que alguien entraba se hacía imposible encontrar la salida.

El Minotauro quedó encerrado en el centro del laberinto, de esa manera volvió la tranquilidad a Creta.

El rey Minos le encomendaba cada día más trabajo y Dédalo estaba cansado y quería irse de Creta pero el rey
Minos no se lo permitía.

Icaro y Dédalo
Ante la negativa del rey Minos para que Dédalo abandonara Creta, Dédalo comenzó a maquinar la forma de
escapar.

Como Creta era una isla era prácticamente imposible escapar por mar. El rey Minos tenía una flota importante y
lo capturaría.

Dédalo había tenido un hijo con una esclava en Creta, su nombre era Icaro. Entonces decidió que escaparía con
su hijo por aire.
Inspirándose en el vuelo de los pájaros, construyó entonces dos pares de alas. Unas para Icaro y otras para él.
Acopió gran cantidad de plumas que fue fijando a la estructura con cera de abejas y luego las adaptó con un
arnés a su espalda y sus brazos.

Cuando ya estaba todo preparado le dijo a su hijo:- Icaro, si quieres huir conmigo de esta isla, préstame atención
y sigue mi consejo. Es necesario que vueles en la mitad de la atmósfera. Si vuelas muy bajo la humedad y el
vapor del agua empaparán las plumas, éstas serán muy pesadas y caerás al mar. Y si vuelas muy alto, el calor
del sol derretirá la cera, se desprenderán las plumas y también caerás al mar.

Una vez que terminó de dar todas las explicaciones, Dédalo se lanzó al espacio. Icaro lo siguió como un pichón
que sale por primera vez del nido. Pero Icaro pronto se entregó al placer del vuelo con entusiasmo. La vista era
maravillosa y comenzó a volar más y más alto acercándose peligrosamente al sol. Es así que las plumas
comenzaron a desprenderse de la estructura hasta que Icaro cayó fatalmente, ahogándose en el mar.

Teseo y el Minotauro
El rey Minos había encerrado en el laberinto al temible monstruo Minotauro.

A su vez, Minos había impuesto un terrible tributo sobre la ciudad de Atenas: Cada nueve años debían enviar
siete muchachos y siete muchachas para ser alimento del terrible monstruo.

Atenas ya había enviado dos grupos de jóvenes para alimentarlo. Esta sería la tercera remesa de jóvenes
enviados. Uno de los siete jóvenes se llamaba Teseo.

Antes de entrar al laberinto conoció a Ariadna, una hija de Minos que se enamoró de él y decidió ayudarle.

El problema no era solo matar al Minotauro sin armas, ya que no se les permitía entrar armados al laberinto,
sino poder encontrar la salida en tan intrincados pasillos.

Ariadna, entonces, sin que nadie lo advirtiera, le entregó a Teseo un carretel de hilo. Gracias a esto, Teseo pudo
encontrar la salida del laberinto después de matar a puñetazos al Minotauro.

Teseo salvó de este modo a todo el grupo y se escapó llevando a Ariadna consigo.

Jorge Luis Borges en su cuento La casa de Asterión nos muestra otra faceta de este temible monstruo.

Gordio y el Nudo Gordiano


Gordio era un pobre campesino.

Un día vio que un águila se había posado en la vara de su carro de bueyes. Como el águila seguía instalada en la
vara, sin inmutarse, entonces Gordio decidió dirigirse a Telmiso en Frigia , porque allí había un oráculo
confiable para preguntarle qué podía significar esto.
Antes de atravesar la puerta de entrada a la ciudad, encontró a una bella joven que poseía el don de la profesia.
No bien vio el carro con el águila, le dijo a Gordio que debería ir directamente a ofrecerle sacrificios a Zeus y le
pidió que la dejara acompañarlo.

-Por supuesto. Respondió Gordio. Y agregó –Eres una joven muy inteligente, ¿Quieres casarte conmigo?

-Primero hay que ofrecer sacrificios, dijo ella.

Entonces se dirigieron hacia la ciudad.

Ellos no sabían que el rey de Frigia había muerto subitamente y como no tenía hijos no se conocía al sucesor.

Pero un oráculo vaticinó:-!Su nuevo rey se acerca con su futura esposa en un carro tirado por bueyes! . Ellos
entraron con la carreta en la plaza e inmediatamente todas las miradas se posaron en ellos y en el águila que
todavía seguía parada sobre la vara de la carreta.

Inmediatamente proclamaron- ¡Aquí está nuestro nuevo Rey!.

Como agradecimiento le dedicó el carro y los bueyes a Zeus.

Gordio había enganchado el carro a la vara con un nudo muy particular.

Un oráculo vaticinó:-El hombre que pueda desatar el nudo se convertiría en el dueño y señor de Asia. La carreta
quedó entonces en la Acrópolis, durante siglos, bajo la atenta vigilancia de los sacerdotes de Zeus.

En el año 333 antes de Cristo, Alejandro de Macedonia, También conocido como Alejandro Magno, pasó por la
ciudad y cortó el nudo con su espada en un acto de soberbia.

El Rey Midas y Dionisio


Midas era el rey de Macedonia. Fue el primer hombre en plantar un jardín de rosas.

Le gustaba disfrutar de la buena vida, las fiestas, escuchar música y pasarla bien.

Una mañana un jardinero le dijo: -Hay un Sátiro completamente borracho tirado en tu rosedal.

-¡Traedlo inmediatamente ante mi presencia! Dijo Midas

El sátiro resultó ser Silenio.

Silenio había viajado con Dionisio a la India y tenía muchas e interesantes anécdotas para relatar. Midas se
entretuvo cinco días escuchando atentamente las historias de ese continente lejano, sus ciudades, sus barcos y
sus gentes.

Al terminar, sin mediar ningún castigo por aplastar sus rosas, lo envió sano y salvo con Dionisio.

Dionisio, agradecido le dijo a Midas: -¡Pídeme lo que quieras y te lo concederé! Midas, eligió tener el poder de
convertir en oro todo lo que tocase. Y así le fue concedido.
Al principio resultaba muy divertido hacer rosas o pájaros de oro. Pero por error convirtió a su propia hija en
estatua de oro.

Y más tarde la desesperación se apoderó de él cuando tenía hambre y su comida se convertía en oro o cuando
tenía sed y el vino se convertía en oro.

Llorando le pidió ayuda a Dionisio: -¡Por favor, Dionisio, libérame de este castigo. Mi propia hija es una estatua
de oro y no puedo ni beber ni comer. Estoy muriendo de hambre y de sed. Ayúdame!

Dionisio se rió a carcajadas y lo mandó a lavarse las manos para quitarse el toque mágico a un río de Frigia
llamado Pactolus, cuyas arenas son todavía doradas. Y le devolvió la vida a su hija.

Las Orejas del Rey Midas


La diosa Atenea había inventado la flauta doble. Cuando la soplaba conseguía arrancarle hermosas melodías.

Una noche, en que Atenea estaba tocando la flauta en un banquete, Hera y Afrodita comenzaron a reírse en
secreto.

Atenea se preguntaba porqué. Entonces se sentó ala orilla de un arroyo a tocar y cuando vio su aspecto ridículo,
con las mejillas hinchadas mientras soplaba la flauta, la arrojó al arroyo con una maldición para el que la
encontrara.

Tiempo después, Marsias encontró la flauta en el arroyo y consiguió arrancarle deliciosas melodías. Tanto que
decidió competir con el dios Apolo.

Apolo llamo a las musas y al rey Midas que tanto apreciaban la música para que actuaran como jurado. Marsias
tocaría la flauta y Apolo la lira.

Los dos tocaron sus instrumentos pero el jurado no pudo ponerse de acuerdo porque ambos dieron un
espléndido concierto.

Entonces Apolo dijo: Te reto a que toques tu instrumento al revés como lo hago yo. Apolo dio vuelta la lira y
siguió tocando.

-¡Yo no puedo hacer eso! Replicó Marsias.

-Entonces Apolo gana, dijeron las Musas.

-Eso es muy injusto, dijo el rey Midas-Su instrumento no se lo permite.

Como las musas eran nueve, Y Midas solo uno, ganaron ellas.

Apolo dijo entonces a Marsias:-¡Tu debes morir, por retar a al mismo dios de la música a una competencia! Y
diciendo esto lo mató.

Después a Midas lo llamó burro y le tocó las orejas que comenzaron a crecer al instante, convirtiéndose en
orejas de burro.
El Rey Midas avergonzado, corrió a cubrirse las orejas con un gorro frigio. No quería que nadie se enterase de
su desgracia.

Pero su peluquero no tuvo más remedio que enterarse cuando lo fue a visitar para que le cortase el cabello.
Midas lo amenazó de muerte si le contaba a una criatura viviente el secreto de sus orejas.

El secreto quemaba en el pecho del peluquero, necesitaba repetirlo desesperadamente.

Entonces viendo que no había nadie a su alrededor, cavó un hoyo a la vera del río Pactolus, se agachó y susurró
dentro del hoyo: -El Rey Midas tiene orejas de burro.

Tapó el hoyo con arena, asegurándose que su secreto estaba bien enterrado y se fue aliviado.

Pero una caña comenzó a brotar y les susurró a las otras hierbas:

-El rey Midas tiene orejas de burro. Pronto los pájaros escucharon la noticia.

Justamente pasaba por el lugar un hombre llamado Melampo, que comprendía el lenguaje de los pájaros.
Melampo le contó a sus amigos y luego fue delante del rey Midas y le dijo:

-¡Quítate el sombrero, quiero ver tus orejas de burro!

El rey Midas, sorprendido, primero le cortó la cabeza al peluquero y más tarde se mató a si mismo por la
vergüenza.

Perséfone, La Hija Perdida


Había una vez una diosa llamada Demeter que tenía una hermosa hija llamada Perséfone. La joven tenía
grandes ojos verdes y una cabellera de bucles dorados. Vivía con su madre en un departamento del palacio en el
monte Olimpo y de vez en cuando bajaba a los prados a recoger flores en compañía de sus amigas.

Un día, el dios de los muertos, Hades, que vivía en el centro de la tierra, rodeado de tinieblas, se enamoró
profundamente de Perséfone.

Como Hades era muy astuto no se animó a acercarse sin antes pedir permiso a Zeus, el más importante de todos
los dioses del Olimpo. Zeus, no le contestó ni si ni no, pero le guiñó un ojo. Entonces Hades, trazó un plan para
cumplir su deseo.

Un día que Perséfone, estaba recogiendo flores tranquilamente con sus amigas, se alejó distraída del grupo para
recoger un narciso. En ese momento la tierra se abrió y de allí surgió el dios de los muertos en un carruaje
negro. La secuestró y la llevó con él sin dejar ningún rastro.
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Las amigas no habían visto como Perséfone se había esfumado sin dejar rastro alguno. Así que nada pudieron decirle a
Demeter, la madre, que sufrió por la desaparición de su hija.

Demeter, desesperada comenzó a buscarla. Se disfrazó de anciana y comenzó a recorrer toda Grecia buscando
alguna pista sobre su hija. Durante nueve días ni comió ni bebió.

Cuando los reyes de Eleusis la vieron, le ofrecieron quedarse con ellos en el palacio para cuidar de sus hijos.

Un buen día, el hijo mayor de los reyes le dijo:

-Diosa Demeter, tengo malas noticias. Un pastor me contó que vio un carruaje siniestro, guiado por un rey
calzando una armadura negra, se llevó a una joven que gritaba muerta de miedo. La tierra se abrió y ambos
desaparecieron en sus entrañas. Pienso que podría ser tu hija Perséfone.

Demeter, reconoció a Hades por la descripción del pastor, pensó que Zeus tenía algo que ver en este asunto y
decidió vengarse.

Como Demeter era la diosa de la agricultura, recorrió Grecia prohibiendo a los árboles dar fruto, a los pastos
crecer y a las semillas germinar. Al poco tiempo el ganado no tenía como alimentarse y comenzó a morir. Si
esto continuaba, los hombres pronto morirían también por falta de alimento.

Zeus se asustó y trató de convencerla enviándole riquísimos regalos,joyas y oro, pero Demeter no los aceptó.-
No quiero tus regalos. Solo quiero a mi hija Perséfone de vuelta en mi casa.

Zeus, viendo que era imposible convencer a Demeter, llamó a Hermes y lo envió al Tátaro para darle un
mensaje al dios Hades.

- Por favor, devuelve a Perséfone o todos estaremos perdidos ya que los humanos están en serio peligro debido
a la falta de alimento.

Hades le respondió:

-Solo puedo enviar a Perséfone de vuelta a su casa, mientras no haya probado el alimento de los muertos.

Perséfone estaba tan triste que se había negado a probar bocado desde el día de su secuestro.

Entonces Hades le dijo:


- Hermosa Perséfone, parece que no eres feliz a mi lado. No has probado bocado desde el día en que llegaste.
Cada día estás más delgada y si sigues así pronto morirás. Mejor que vuelvas a tu casa.

Persephone , Anne Yvonne Gilbert


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Pero un jardinero que escuchó la conversación dijo:

-¿Cómo que no ha probado bocado? Yo la vi comer granadas de tu huerto esta mañana.

Hades se sonrió satisfecho. La subió a un carruaje y la llevó junto a su madre, que apenas la vio se abrazó a ella
llorando de felicidad.

Pero Hades le dijo:

-Diosa Demeter, tu hija Perséfone ha comido siete granadas de mi huerto, por lo tanto debe regresar al Tártaro
conmigo.

Demeter, furiosa respondió:

-Si eso ocurre, jamás levantaré la maldición que pesa sobre la tierra. Todos los hombres y los animales morirán.

Zeus, espantado por la respuesta de Demeter, envió a su esposa Hera a a negociar con los dioses.

Finalmente Demeter aceptó que el príncipe de las tinieblas se case con Perséfone. Su hija debía pasar siete
meses al año con Hades, un mes por cada granada que comió y cinco meses junto a Demeter, su madre.

Por esa razón la tierra florece y fructifica en primavera y verano, cuando Perséfone visita a su madre y la tierra
está triste y seca en otoño e invierno, cuando Perséfone está junto a Hades.
Orféo y Eurídice
Había una vez una Musa llamada Calliope. Ella tenía un hijo llamado Orfeo.

Orfeo, además de ser un gran poeta, tocaba muy bien la lira, deleitando a todos los que lo escuchaban. Tanto
hombres como animales quedaban extasiados con su música. Hasta los árboles y las rocas se movían y
cambiaban de lugar solo para escuchar sus dulces melodías.

Orfeo estaba casado con Eurídice, su bella esposa, de la cual estaba sumamente enamorado.

Un día mientras recorrían el bosque tomados de la mano, Eurídice, sin querer, pisó una serpiente venenosa que
estaba dormida. La serpiente, furiosa por haber sido despertada tan abruptamente, le mordió el tobillo y
Eurídice murió envenenada a los pocos minutos.

Orfeo, desesperado por recuperar a su esposa, decidió descender al Tártaro para buscarla y traerla de vuelta a la
vida.

Orfeo tomó la lira, y mientras tocaba, encantaba a todos los que se cruzaban en su camino. Hasta el can
Cerbero, el perro de tres cabezas custodio del Tártaro, lo seguía como un cachorrito manso.

Orfeo continuó su largo recorrido encantando con su melodía a uno tras otro hasta llegar hasta el mismo trono
de Hades, el rey de los muertos, que fascinado por los suaves acordes de la lira, le preguntó:-¿Qué vienes a
buscar aquí, Orfeo?

-Quiero a mi esposa Eurídice de vuelta conmigo. Respondió Orfeo.

-¡Ah! Escúchame bien. Dijo Hades-Permitiré que Eurídice regrese contigo con una sola condición: -Deberás
caminar sin mirar atrás hasta que llegues a plena luz del sol. Eurídice te seguirá mientras tocas la lira y no
sufrirás daño alguno.

Orfeo, feliz comenzó a entonar la más dulce de las melodías mientras Eurídice lo seguía a la distancia. Pero
Orfeo estaba tan ansioso por volver a verla, que pronto olvidó la condición impuesta por Hades y cuando faltaba
solo un minuto para salir a la luz, volteó la cabeza para mirarla y perdió a Eurídice para siempre.

El Triste Final de Orféo


Un día ,el dios supremo del Olimpo, Zeus dijo:-Mi hijo Dionisio, también conocido como Baco, merece ser
nombrado dios por haber inventado el vino. Y lo elevó al rango de dios.

Orfeo se negó a adorarlo como dios diciendo:

- Dionisio no puede ser dios. Es un mal ejemplo para los mortales ya que está borracho la mayor parte del día.
Me niego a ofrecerle sacrificios a un borracho.

Cuando Dionisio escuchó el comentario se enojó tanto que envió a un grupo de Ménades, mujeres embriagadas
todo el tiempo, a perseguirlo.
Cuando las Ménades lo encontraron, Orfeo estaba placidamente dormido junto a su lira. Si hubiera estado
despierto tocando su lira ellas habrían quedado encantadas por su música.

Entonces, las Ménades, le cortaron la cabeza y la arrojaron a un río cercano. Luego cortaron el resto del cuerpo
en pedacitos.

Las Musas encontraron los trozos de Orfeo y apenadas por la triste desaparición del músico, los enterraron a los
pies del monte Olimpo, donde los ruiseñores entonaron de allí en más dulcísimos cantos.

La cabeza de Orfeo floto río abajo hasta llegar al mar, donde un barco de pescadores la atrapó en sus redes y le
dieron sepultura.

Zeus permitió que se pusiera la lira de Orfeo en el cielo, formando la constelación llamada ¨ La Lira¨

Atenea y Aracne
Cuenta la leyenda que había una hermosa joven llamada Aracne. Era muy habilidosa en el arte de entretejer la
lana, y por ese talento era reconocida.

Las Ninfas bajaban muchas veces hacia su morada para admirar sus trabajos y quedaban embelezadas por sus
magníficos bordados.

En una ocasión le preguntaron si la diosa Atenea le había enseñado a trabajar la lana, pero Aracne se defendió
como si la hubieran insultado:-¡Nadie me ha enseñado el oficio! Si Atenea quiere venir a competir conmigo,
que venga!

Atenea la escuchó. Entonces se disfrazó de anciana para acercarse sin despertar sospechas y le dijo suavemente:
-Acepta los consejos de esta anciana. Tú puedes alcanzar la gloria con tu oficio pero jamás podrás eclipsar a una
diosa inmortal, como Atenea.

Aracne se ofuscó aún más:- ¡Que venga y teja! ¡Ya veremos quién gana!

Entonces, Atenea se quitó el disfraz de anciana, se sentó a su lado y comenzó a tejer. Durante horas y sin
descanso se dedicaron a trazar intrincados y hermosos bordados.

Atenea hizo un magnífico trabajo, pero nada pudo decir del bordado maravilloso de Aracne.

La diosa, despechada destrozó en mil pedazos el trabajo de su competidora y ésta al no poder soportar esa
humillación, intentó ahorcarse.

Atenea se compadeció de la joven y la salvó de la muerte pero luego le dijo: -¡Eres una desgraciada! ¡No vas a
morir, pero a partir de ahora, tu vida penderá siempre de un hilo!

Aracne, fue convertida en araña y desde entonces no cesa de tejer colgada de un hilo.
La Manzana de la Discordia
Cuenta la leyenda, que cuando Peleo y Tetis se casaron. enviaron invitaciones a la fiesta para todos los dioses .
como no querían tener problemas en un día tan especial, decidieron que lo mejor sería no invitar a Eris,
conocida como La Discordia.

Eris se enojó tanto que se apareció en el banquete de bodas de todos modos. Furiosa se dirigió a la mesa donde
se encontraban las diosas más hermosas: Hera, Atenea y Afrodita y arrojó ua enorme manzana con una
inscripción tallada que decía: "Para la más Hermosa".

Hera dijo: Debe ser para mí. Pero al instante, Atenea y Afrodita también reclamaron la manzana y pusieron a
Zeus como árbitro.

Zeus, no quería tomar parte por ninguna de las diosas ya que sabía que por lo menos dos de ellas terminarían
haciendo reclamos por su intervención o lo que es peor, enemistadas con él y decidió sacarse el problema de
encima.

No se le ocurrió nada mejor que enviar a las tres diosas ante el joven y hermoso Paris para que decidiera él.

Una a una las diosas fueron desfilando ante él cubriéndolo de promesas.

-Prometo darte poder y riquezas si me eliges- Dijo Hera.

Atenea le prometió: -Si dices que yo soy la más bella, te otorgaré gloria en las guerras y fama por doquier-.

Pero , la sensual Afrodita, que era muy astuta, le ofreció la mujer más hermosa por esposa y esto lo convenció
definitivamente.

Afrodita obtuvo la manzana de oro y de allí en más Hera y Atenea se convirtieron en sus peores enemigas.

Afrodita , fiel a su promesa le ayudó a Paris a conseguir el amor de Helena, que se convertiría en el motivo de la
famosa guerra de Troya.

Eco y Narciso
Eco era una ninfa que habitaba en el bosque junto a otras ninfas amigas y le gustaba cazar por lo cual, era una
de las favoritas de la diosa Artemisa.

Pero Eco tenía un grave defecto: Era muy conversadora. Y además en cualquier conversación o discusión,
siempre quería tener la última palabra.

Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, al cual le gustaba divertirse entre las ninfas. Cuando
Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco la entretuvo con su conversación mientras las ninfas huían del lugar.
Cuando Hera descubrió su trampa la condenó diciendo:- Por haberme engañado, a partir de este momento
pederás el uso de la lengua. Y ya que te gusta tanto tener la última palabra solo podrás responder con la última
palabra que escuches. Jamás podrás volver a hablar en primer lugar.

Eco, con su maldición a cuestas se dedicó a la cacería recorriendo montes y bosques. Un día vio a un hermoso
joven llamado Narciso y se enamoró perdidamente de él. Deseó fervientemente poder conversar con él, pero
tenía la palabra vedada. Entonces comenzó a perseguirlo esperando que Narciso le hablara en algún momento.

En cierto momento, en que Narciso estaba solo en el bosque y escuchó un crujir de ramas a sus espaldas y
gritó:- ¿Hay alguien aquí?

Eco respondió: -Aquí.

Como Narciso no vio a nadie volvió a gritar: -Ven

Y Eco contestó: -Ven

Como nadie se acercaba, Narciso dijo:- ¿Por qué huyes de mí? Unámonos

La ninfa, loca de amor se lanzó entre sus brazos diciendo:- Unámonos

Narciso dio un salto hacia atrás diciendo:- Aléjate de mi! Prefiero morirme a pertenecerte!

Eco respondió: -Pertenecerte.

Ante el fuerte rechazo de Narciso, Eco sintió una vergüenza tan grande que llorando se recluyó en las cavernas
y en los picos de las montañas. La tristeza consumió su cuerpo hasta pulverizarlo. Solo quedó su voz para
responder con la última palabra a cualquiera que le habla.

Narciso no solo rechazó a Eco, sino que su crueldad se manifestó también entre otras ninfas que se enamoraron
de él. Una de esas ninfas, que había intentado ganar su amor sin lograrlo le suplicó a la diosa Hera que Narciso
sintiera algún día lo que era amar sin ser correspondido y la diosa respondió favorablemente a su súplica.

Escondida en el bosque, había una fuente de agua cristalina. Tan clara y mansa era la fuente que parecía un
espejo. Un día Narciso se acercó a beber y al ver su propia imagen reflejada pensó que era un espíritu del agua
que habitaba en ese lugar. Quedó extasiado al ver ese rostro perfecto. Los rubios cabellos ondulados, el azul
profundo de sus ojos y se enamoró perdidamente de esa imagen.

Deseó alejarse, pero la atracción que ejercía sobre él era tan fuerte que no lograba separase .Muy por el
contrario deseó besarlo y abrazarlo con todas sus fuerzas. Se había enamorado de si mismo.

Desesperado, Narciso comenzó a hablarle:- ¿Por qué huyes de mí, hermoso espíritu de las aguas? Si sonrío,
sonríes. Si estiro mis brazos hacia ti, tú también los estiras. No comprendo.

Todas las ninfas me aman, pero no quieres acercarte.- Mientras hablaba una lágrima cayó de sus ojos. La
imagen reflejada se nubló y Narciso suplicó: -Te ruego que te quedes junto a mí. Ya que me resulta imposible
tocarte, deja que te contemple.

Narciso continuó prendado de si mismo . Ni comía, ni bebía por no apartarse de la imagen que lo enamoraba
hasta que terminó consumiéndose y murió.
Las ninfas quisieron darle sepultura, pero no encontraron el cuerpo en ninguna parte. En su lugar apareció una
flor hermosa de hojas blancas que para conservar su recuerdo lleva el nombre de Narciso.

Perseo y Atlas
Cuando Perseo mató a la Gorgona, se llevó la cabeza consigo y partió volando lejos, hasta la tierra donde vivía
el rey Atlas.

Atlas era un hombre de tamaño descomunal. Su mayor orgullo era su jardín ya que sus árboles daban frutos de
oro.

Perseo se presentó diciendo que venía de visita en calidad de huesped, pero Atlas , desconfiado, temiendo que
quisiera robarle sus frutos dorados lo echó.

Atlas era un gigante y Perseo no se animaba a enfrentarlo. Entonces le ofreció como obsequi la caja que
escondía la cabeza de la Gorgona.

Perseo abrió la caja mientras apartada sus ojos y levantó la cabeza de la Gorgona.

Al instante Atlas quedó convertido en piedra. Su cuerpo aumentó de tamaño hasta convertirse en una montaña.

Perseo y el Monstruo Marino


Luego de convertir al gigante Atlas en piedra, Perseo voló hasta el país de los etíopes cuyo rey era Cefeo. La reina de los
Etíopes, Casiopea en un alarde de orgullo por su belleza se comparó con las Ninfas del Mar. Estas en represalia enviaron
a un monstruo marino para que devastara la costa.

El rey Cefeo, preocupado consultó al oráculo y este le ordenó sacrificar a su bella hija Andrómeda al monstruo para
apaciguarlo.

El rey, entonces mandó encadenar a su hija a una roca junto al mar para ser devorada por la bestia del mar.

Perseo, cuando se acercó a la costa en su vuelo divisó a la hermosa doncella encadenada frente al mar y, sin dar crédito
a sus ojos se acercó a ella para preguntarle la razón de su triste destino.

Andrómeda, llorando desconsoladamente le confesó que su destino era ser la víctima que calmaría la furia de los
embates del monstruo del mar.

Mientras conversaban el monstruo marino se acercaba a la costa. El rey Cefeo y la reina Casiopea eran testigos
desgraciados del final trágico de su hija ya que nada podían hacer por ella.

Perseo, al ver la hermosura de Andrómeda y la desesperación de sus padres se presentó y ofreció exterminar al
monstruo, pidiendo al mismo tiempo como recompensa a su hija en matrimonio.

Los padres aceptaron encantados y le prometieron además una boda real.


Perseo sin titubear se lanzó en feroz lucha contra la bestia marina. Le clavó su espada, el monstruo se retorció y devolvió
el ataque con furia descontrolada. Perseo, con sus alas esquivaba los coletazos y le clavaba la espada en cada sitio libre
que encontraba.

Poco a poco fue guiando la furia del monstruo hasta la costa ya que sus alas estaban mojadas y cuando lo tuvo cerca le
partió una roca entre los ojos y el monstruo echando agua y sangre por la nariz, murió tras un atronador aullido.

El rey de los etíopes y su esposa desencadenaron a la doncella de la roca. Felices y agradecidos con Perseo, le ofrecieron
la mano de su hija.

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