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Minuta.

El estado para poder llevar a cabo un buen funcionamiento de toda su economía,


les exige una contribución llamada tributo, a todos los trabajadores, producto de su
actividad económica, para garantizar el cumplimiento de sus fines. El órgano
encargado de llevar a cabo esta actividad es el SENIAT, que será el responsable
de que las personas que se desempeñen en la administración pública realicen su
declaración de impuestos en un plazo acordado por ley, en contribución de su
ejercicio fiscal, administrar adecuadamente estos fondos, etc. Estos ingresos se
pueden percibir bien sea producto de servicios especiales, para ayudar a
incrementar el valor de bienes y propiedades nacionales, o bien a través de
contribuciones parafiscales que hace el contribuyente y el Estado producto de la
actividad por servicios públicos, a una institución creara por el Estado, donde se
fija un monto previamente establecido para este fin.

De igual manera, cabe destacar que estos ingresos, también pueden ser no
tributarios de dominio privado, a través de dominio territorial, mediante la
explotación de riquezas naturales, o por medio de explotaciones a empresas.
Existen otros denominados ingresos extraordinarios, que se obtiene el Banco
Central de Venezuela, por compra y venta de divisas. La disponibilidad del
enriquecimiento es la renta que se encuentra disponible, cuando es pagada,
proveniente de uso de bienes, muebles o inmuebles, sueldos, honorarios,
ganancias.

Son contribuyentes las personas naturales, CA, SA y SRL, y fundaciones o


instituciones jurídicas o económicas. Los impuestos son los tributos más
importantes, pues es a través de ellos como se obtienen la mayoría de los
ingresos públicos para costear las necesidades colectivas. Son cantidades que se
exigen obligatoriamente por ley sin que exista una contraprestación individualizada
específica y que se fundamentan en hechos que demuestran la capacidad
económica de los ciudadanos. La capacidad económica o de pago es, pues, un
principio fundamental a la hora de hablar de los impuestos. Es un principio basado
en criterios de equidad, de justicia distributiva y, conforme a él, una mayor
capacidad económica supone una mayor capacidad para atender las cargas
públicas. Son impuestos directos los que se aplican sobre una manifestación
directa o inmediata de la capacidad económica: la posesión de un patrimonio y la
obtención de una renta. Son impuestos indirectos, por el contrario, los que se
aplican sobre una manifestación indirecta o mediata de la capacidad económica: la
circulación de la riqueza, bien por actos de consumo o bien por actos de
transmisión. En definitiva, los impuestos directos gravan la riqueza en sí misma,
mientras que los indirectos gravan la utilización de esa riqueza.

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