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Perú, 1981 – 2009, que ha tenido como único fin la gestión integral de nuestras
cuencas y que requiere ser analizado para que se obtenga todas las enseñanzas o
lecciones que sea posible para que cualquiera otro futuro programa o proyecto, se
tenga a bien propiciar, sin dejar de mencionar que parte importante de los insumo
pasaron eficientemente a AGRORURAL, perteneciente al Ministerio de Agricultura y
Riego del Perú, que tiene como otro fin principal la mejor y más beneficiosa
articulación de nuestros pequeños agricultores con el mercado.
No solo por la ubicación de los actores dentro del espacio cuenca, sino también
por sus condiciones naturales y socioculturales en que encuentran, y el estado de
su gobernabilidad, para generar consensos y una voluntad colectiva con respecto
al cuidado de nuestros recursos naturales. Cuidado que se expresa en acciones
articuladas, que favorezcan al bienestar y al desarrollo de todos los seres vivientes
de nuestras cuencas. Se requiere un enfoque que vea sistemáticamente el
territorio de las cuencas, como un conjunto de partes dentro de un todo, con sus
subdivisiones . Por ello, es necesario elaborar participativa y ordenadamente un
proceso intervencionista, considerando a la cuenca, como un sistema, con sus
partes articuladas dentro de lo que es el espacio ambiental más dinámico y
operativo de la geografía humana, como es la cuenca.
Los recursos hídricos, este el detalle más importante en esta materia. Que en
tercer lugar, es necesario poner énfasis en la conservación de los recursos
naturales, sin dejar de lado su óptimo aprovechamiento, para garantizar su
continuidad y calidad. De tal manera que haya una armónica y perdurable unión
entre la sociedad y la naturaleza y que el tratamiento del espacio cuenca, incluya
tanto a sus recursos naturales como a los humanos, para que sea sustentable o
sostenible, es decir, que duren en cantidad y calidad a mediano y largo plazo. Y de
una gestión que incorpore la voluntad colectiva de los actores sociales de las
cuencas, con organismos participativos, que planifiquen, administren y ordenen
ambientalmente la cuenca hacia su desarrollo sostenible y por tanto al cuidado de
su ambiente.
El capital social de todos los actores sociales que viven y trabajan en las
cuencas, sean grupos humanos o empresas, que se derive en una adecuada
autoayuda, coordinación y gobernabilidad, que incluya la promoción de los
mecanismos de cooperación entre todos los actores sociales de las mismas
cuencas, acompañados, con un equipo interdisciplinario y polivalente que los
apoye, anime y oriente, con la creación de organismos, como los consejos o
autoridades de cuencas, comités de gestión de microcuencas, hasta llegar a una
legitima autoridad, que en base a la consulta y al desarrollo de los consensos de
todos los actores desde los pequeños hasta los grandes grupos
humanos, ejecutando un plan maestro de cuencas. El capital cultural de los
actores sociales de la cuenca, a fin de con sus valores humanos y costumbres
aprecien y cuiden los recursos naturales y los defiendan o promuevan y se
adquieran hábitos de explotación con conservación, que implique la identificación
con los recurso, desarrollando nuestra autoestima, con el florecimiento de las
cuencas.
Existía entonces, una clara idea de tratamiento de conjunto del espacio, con una
visión de cuencas y donde las claves activadoras del sistema eran el Estado por un
lado y por otro los ayllus y los individuos que lo conformaban. Esta importancia del
Estado en el ordenamiento territorial fue explicada por Earls19, en una
entrevista, en la que recordó que había preguntado a un campesino de la época
actual porque había abandonado los andenes y le contestó porque ahora no hay
Estado. Veamos cómo funcionaba esta alianza en el caso del maíz. He aquí una
segunda razón del abandono de los andenes que se prolonga hasta la
actualidad, con el abandono del Estado de las partes altas de las cuencas.
La prioridad de los cultivos: El Maíz
Es un producto con gran capacidad de durabilidad y peso ligero, que a su vez tenía
la característica de nutrir y otorgar resistencia al cuerpo humano para las grandes
caminatas por las laderas y altoplanicies andinas y los enfrentamientos en las
guerras y batallas.
Es por ello que el Estado tenía como norma mantener una proporcionalidad entre
el crecimiento de la población y la producción de alimentos, especialmente del
maíz. Cuando ésta proporcionalidad se quebraba, entonces, se tenía que tomar
medidas para nuevamente obtener el equilibrio previsto. La proporcionalidad tenía
que satisfacer las necesidades del Estado y las de lasque a su vez eran las que
trabajaban para dicho Estado. Esta era una forma de lograr un equilibrio entre los
intereses del Estado y la nobleza y las demandas del pueblo.
Este nuevo proceso de planificación de cuencas inca, con el concurso del Estado y
la población de base organizada en ayllus, fue detenido con la colonia. Habiendo
avanzado, en la forma estatal masiva, solo en algunas partes del país, que era lo
máximo de lo que se pudo hacer en un solo siglo de hegemonía del Estado
incaico. En las partes bajas de las cuencas del Pacífico, aun predominaba el
desierto y en las partes altas, las laderas con escasa o nula vegetación. El
panorama seguía siendo desolador, como lo explica claramente Bernabé
Cobo, uno de los cronistas más acuciosos en investigar la geografía y los recursos
naturales de las montañas andinas.
De esto modo tenemos las cuatro primeras grandes lecciones que obtuvo
PRONAMACHCS
El impacto tendría que abarcar por lo menos una diversidad de microcuencas, para
que tenga un efecto de demostración de la viabilidad física, social y cultural de
dichos trabajos. Las técnicas foráneas podrían haber ocasionado un buen
impacto, aunque no en las laderas andinas, complejas y diversas. Así
también, estas terrazas de banco propuestas inicialmente tenían talud de pastos en
lugar del muro de piedra clásico de los antepasados andinos, lo que comparando
también les traía problemas, porque el muro de piedra conserva el calor del sol del
día y lo proyecta en la noche en los suelos, poniéndolos en mejores condiciones
para recibir las heladas, fenómeno natural, que ellos lo ven devastador. Se
consideraba que lo principal de esta etapa consistía en animar a los habitantes
andinos, mediante el impacto productivo de sus cultivos, árboles y pastizales con
el concurso de las técnicas conservacionistas.
Los política de los gobiernos de Alan García 1986 y sobre todo del primer gobierno
de Fujimori, en respuesta a la agudización y los efectos de la crisis
económica, 1988-1992 han influido en el trabajo del proyecto y en la demanda de
los habitantes de las partes altas de las cuencas andinas. La súbita aparición de
una «competencia» de ámbitos y líneas de trabajo por instituciones que
incorporaron dentro de sus tareas, al apoyo a acciones de conservación de suelos
y otras mejoras, bajo la modalidad de alimentos por trabajo.
Esto coincide con el achicamiento del Estado y por tanto con la desaparición de
instituciones ahora presentes en el campo y canalizadoras de recursos. El proyecto
queda entonces como una de las pocas instituciones públicas con presencia
objetiva en el campo, como consecuencia de ello, el proyecto captó y orientó
importantes recursos bajo la modalidad de incentivos y fondos para el empleo
temporal. Esto lo distancia muy lejos de su propuesta estratégica para acometer en
serio y en forma autogestionaria, la conservación de suelos y el manejo de cuencas
en el país, probablemente, en algunos casos, el proceso fue difícilmente
reversible. Consecuentemente, se reducen gran parte de las instituciones de
funcionamiento y casi todas las de inversión o desaparecen o se fusionan otras.