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Federico García Lorca y la búsqueda por el “duende"

“Cuando canto a gusto, me sabe la boca a sangre” 1


(Tía Anica, la Piriñaca, cantaora de flamenco)

España, una región tan poco homogénea del globo terráqueo y con distintas e

interesantísimas manifestaciones culturales encuentra en el Flamenco o en el ‘Cante Jondo’2 la

fuerza y la intensidad artística que representa el alma de un pueblo tan singular. Como se sabe la

cuna del flamenco es la mora Andalucía donde se concentra gran parte de la población gitana

española. Éstos, aunque no sean los padres del flamenco sí que han contribuido de manera muy

representativa para que tal arte se desarrollara y se convirtiera en lo que es hoy, es decir, la bandera

de España para el mundo.

Los orígenes del flamenco soy muy discutidos y discutibles por los flamencólogos de

guardia. Algunos dicen que desde la época de los romanos había muchachas gaditanas que

danzaban unos bailes enervantes, vibrantes al compás de castañuelas de bronce para el deleite de

los intelectuales de la época. Quizás estuviera ahí la semilla del arte apasionante y apasionada que

conocemos hoy.

Para la misma palabra flamenco hay asismismo muchas teorías. Según una de éstas sería

una corrupción del árabe “felag-mengu” que significaría labrador huido. El uso de tal expresión se

explica por la expulsión de los moros tras la reconquista de los Reyes católicos que se llevó a cabo

en 1492. Los moriscos, según defiende esta teoría, habrían sido acogidos en tierras anadaluzas por

los gitanos, pueblo hospitalario, que acababa de llegar y que era por su historia de deambulación

por el mundo, hermanos de todos los perseguidos.

1
TÍA AÑICA, apud MEDEROS, 1996, P. 35.
2
Forma primitiva y más pura del cante flamenco.
Otra de las tantas teorías dice que sería la palabra flamenco una alusión a la silueta esbelta

de piernas de los cantaores y bailaores del siglo XVIII y XIX que, de alguna manera se asemajaba

a la del ave ‘flamenco’. Una tercera teoría aduce que se refería la palabra al carácter marcante del

cante y de los bailes, es decir, ardiente, vívido y flameante. Sin embargo, cualquiera de las

versiones sobre el origen de la palabra, en ninguna se niega que el arte nueva brota del sentimiento

profundo de angustia de los pueblos marginados que buscaban a través del cante una forma de

liberar todo lo jondo, o sea, una forma de externar su dolor interior. Con todo, el flamenco no tiene

un origen puro ni tampoco único, sino que es la mezcla de las penas de pueblos perseguidos y

sedientos de voz, sean ellos árabes, sefardíes, gitanos o muchos otros más que han contribuido para

su creación y popularización.

El Cante Jondo, ancestral del conocido flamenco, nace a oscuras en ambiente familiar

regado al vino que calienta el alma. Al surgir, como dicho, tiene un espíritu de protesta, de dolor lo

que hace que no se paractique lo jondo en las calles para un gran público. En esa primera fase

todavía no existían los famosos tablaos que caracterizan el cante hoy día. Sin embargo, a mediados

del siglo XIX en los cafés de Sevilla (aproximadamente 1842) el mundo pequeñito de los pueblos

marginados, su forma de expresión, su arte se convierte en algo popular perdiendo así un poco de

su carácter jondo, íntimo. Las canciones que antiguamente trataban de protesta pasan a tratar de

pasiones, de parientes muertos, etcétera. El arribo de lo jondo a los cafés se debe principalmente a

los gitanos como nos cuenta Enrique Naranjo de la Garza:

Los últimos años del siglo XIX fueron los años de los cafés, y en las principales ciudades
andaluzas, los cafés terminan siendo los lugares donde el cante flamenco de los gitanos se
mezclaba con el baile de los mismos, y las visitas que las gitanas hacían luego de mesa en
mesa, hablando, bebiendo y rompiendo a bailar, en medio de bromas de su género, que
conducen a borracheras, cuestiones, y terminan, con mucha frecuencia en tinares, con tiros
y puñaladas dentro y fuera de dichos establecimientos.(GARZA apud MEDEROS, 1996,
p.27)
La gente empieza a interesarse y a encantarse con esta expresión de arte singular y de los

cafés es que surgen los famosos tablaos. Con ello, aquele ritmo que traen las gitanas deja de ser

cosa de borrachos para convertirse poco a poco en un arte para el gran público y la publicidad de

Espãna para el mundo. El cante antes jondo, de este momento en adelante, será más conocido por

‘flamenco’ que por su entorno comercial pasa a perder cada vez más sus marcas de improvisación,

ya que sus cantaores y bailaores se harán profesionales. Cuenta Alicia Mederos (MEDEROS,

2000) que los cantaores de los insurgentes tablaos tenían como maestros a los verdaderos cantaores

de lo jondo que seguían a reunirse en sus ruedas familiares para cantar sus penas en el anonimato.

Los profesionales del cante se infiltraban en estos ambientes privados para aprender y apreender el

verdadero espíritu flamenco, para conocer el tal ‘duende’3, verdadera expresión de un arte que en

realidad continuaba a ser privilegio de pocos.

Hijo dela misma Andalucía, la de “del llanto”4, como el cante jondo, Federico García Lorca

es un artista que desde su juventud se muestra un enamorado del arte de los marginados y que trae

desde la vida hasta la muerte las huellas de la misma fatalidad del arte anadluz. Lorca nació en

18985 en la provincia de Granada, la misma Granada que sirvió de morada y reducto para los

últimos moros de España. La Granada que respira aires de imperio y decadencia, y donde se yergue

la imponente Alhambra, sueño de los reyes nazaríes. Para su formación, como un intelectual

sediento de experiencias Lorca ha estudiado música, derecho, filosofía y letras. Aún muy joven se

ha hecho amigo del compositor Manuel de Falla, un experto en el cante jondo, que le abre nuevos

horizontes al insipiente poeta que será a la vez cosmopolita, pero como nadie alguien aferrado a

sus raíces mediterráneas y andaluzas.

3
Tema que será desenvolvido posteriormente.
4
como dice el poema Pueblo de Poema Del Cante Jondo.
5
Fase decisiva en el contexto político y literário da España. En esta época el país perdia sus últimas colonias
ultramarinas y la literatura buscaba reerguer el país de la miseria. La famosa Generación Del 98, encabezada por
Miguel de Unamuno, busca una renovación de España por sus propios caminos y singularidades. En el libro Del
sentimiento trágico de la vida, Unamuno defiende la españolización da Europa y no la europeización de España. Según
el autor, a la Europa tecnicista le faltaría la pasión de la fe que era característica da España.

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