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EQUINOTERAPIA

La equinoterapia se considera una terapia integral porque afecta positivamente al


desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional. El hecho de que sea
beneficiosa en tantos aspectos la convierte en una herramienta muy útil para mejorar la
calidad de vida de las personas discapacitadas.

Debido a que se practica en un entorno y en unas condiciones determinadas para


pacientes con discapacidad motora o intelectual, la equinoterapia requiere una
preparación especial por parte de los profesionales que la practican ya que, además de
tener una base ecuestre, han de poseer conocimientos en fisioterapia, psicología y
pedagogía.

¿Cómo funciona?
La persona con discapacidad puede estar sentada sobre el caballo en una variedad de
posiciones, aceptando pasivamente el movimiento del caballo. El caballo actúa como
una base dinámica de soporte sobre la que la persona puede coordinar y controlar sus
movimientos.
La equinoterapia puede incluir técnicas para ayudar a desarrollar el equilibrio y
reacciones posturales.

Para asegurarse de que la persona con discapacidad esté en todo momento a salvo y
cómodo, la psicóloga trabaja con otro profesional que se encarga del manejo del caballo,
adaptando el ritmo y los movimientos del animal a las necesidades personales.
Modalidades terapéuticas de la equinoterapia

Dentro de la equinoterapia ponemos contemplar varias modalidades o metodologías para


practicarla. Estas modalidades se diferencian entre ellas según las posibilidades físicas
de las personas que la realizan, siendo la primera de ellas la más básica y en la que
menos movimiento corporal se necesita y la última en la que hay que tener un buen
control del sistema locomotor. Entre estas modalidades podemos encontrar:
Hipoterapia, que está destinada a personas que debido a una grave discapacidad física no
pueden montar en el caballo ni llevar a cabo muchas acciones con él.
 Monta terapéutica que está dirigida a personas que pueden realizar alguna acción
sobre el caballo
 Volteo adaptado, sin necesidad de llevar el caballo el paciente puede disfrutar de
todos los beneficios del caballo.
 Equitación adaptada, equitación propiamente dicha, pero con las adaptaciones
necesarias para la persona jinete.
Igualmente, también podemos distinguir la equinoterapia como terapia pasiva o terapia
activa. En la terapia pasiva el paciente se adapta a los movimientos del caballo sin
realizar ninguna acción por su parte, en ocasiones irá un terapeuta montado detrás para
controlar al menor encima del caballo. En la terapia activa se añade a la monta la
realización de ejercicios neuromusculares para estimular en mayor grado y producir
mejores beneficios.
Principios
oLos principios en los que se basa la equinoterapia son los mismos principios en
lo que se basa la equitación en general y se pueden reducir en la transmisión del
calor corporal del caballo, la transmisión de los impulsos rítmicos del dorso del
caballo al jinete y la transmisión de un patrón de locomoción tridimensional
equivalente al patrón fi siológico de la marcha humana.

El tratamiento de hipoterapia para una persona debe empezar por conocer a esa persona,
cuáles son sus posibilidades y sus limitaciones. Una vez realizado esto, es de suma
importancia el primer contacto del niño o la niña con el caballo, se debe establecer una
relación de confianza con entre ambos donde el menor confíe en el caballo para
posteriormente estar relajado cuando se suba encima de él. Al principio puede empezar
dándole de comer y cepillándole el pelo y acariciarlo. Debe producirse contacto físico
entre el animal y el paciente. Cuando ya pase a la monta es importante que antes de la
misma se realicen sesiones de calentamiento ya que la equitación está considerada una
actividad física y se debe preparar previamente la musculatura. Normalmente la
periodicidad de las sesiones será una vez por semana y las personas encargadas de las
sesiones deben valorar los avances del menor.
No todos los caballos valen para ejercer de co-terapeutas en una sesión de equinoterapia,
por ello es necesario que cumplan varias características, como por ejemplo, deben ser
caballos nobles con un temperamento dócil y tranquilo, deben ser entrenados de manera
natural (sin sometimiento) ya que esto asegurará la confianza en el caballo. Debe estar
familiarizado con las personas y con los materiales que se utilicen durante las sesiones
de terapia como pueden ser pelotas, aros, conos, etc.
Los caballos también pueden ser útiles en otras aplicaciones como por ejemplo en
enfermedades mentales como esquizofrenia, bipolaridad o depresión, también se usan
drogodependencias y problemas conductuales.
La equinoterapia y los beneficios que se generan son esenciales no solo para la persona
que recibe la técnica, sino para los propios familiares y el entorno más próximo, ya que
la mejora del estado de ánimo, sobretodo en el caso de los niños, es una fuente
motivadora que impulsa al paciente.

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