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DIPUTADOS

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COMISIÓN
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de 1917 CLLRA 1E DINJTADOS 32

partamento capital. ha eomen2ado a perforarse se atendiera su agHeiitiira, aetuaJmet em

un pozo. Dicho trabajo, que se realiza con redu- brionaria.
cido personal y sin ley que lo acuerde, duuir Finalmente, no entro en consideraci r ncs de
corno casi todas las obras de esas condiciones, ubicación y detalles de las perforaa:ones.
mientras dure la buena voluntad del funcionario El poder ejecutivo nacional con el de la pro-
que lo ordenó. Esos trabajos deben ser en gran vincia se pondrían de acuerdo ni respecto para
escala para que sean eficaces, de lo contrario SO el mejor aprovechamiento del agua extraída Y
(t111uneu les fondos destinados en sueldos l'l se realizarían « on ci personal y inaqu 1 narias ele
jti'soiial, y quedan las ('osas como antes. que dispone el ministerio do agricultura. Sa con-
Bien, pues, la crisis general y las Causa fien- servación estaría a cargo de las reparticiones
d e n a cliis han traído como iiatiu'al c-oriseeuíulCIiI, nacionales que funcionan en la Rioja o de la sec-
Ja desocupación de una masa de pueblo que ha eión ele obras públicas del P. C. C. N. Argentino,
quedado sin salir poi' falta de recursos y que a. fin de que la cantidad que autoriza el pro ecto
sufre una situación afligente, se invirtiera exclusivamente en malius de obra,
El proyecto que presento tiende a proporcio- en obras complementarias relacionadas con las
nar medios de vida en favor de esa masa ele po- perforaciones y compra de materiales.
Mación desocupada, en pro de la cual, como de- El señor diputado por Tucunlóli doctor Ca-
cía W señor diputado por Buenos Aires doctor malio es autor (le un gran proyecto sobre perfo-
Castellanos, nada se ha hecho en las provincias, raciones, que es (le desear que la honorable ca-
limitíí,udose la acción federal en dar de comer mara lo aprobara, pero requiere para su reali-
y procurar trabado a la, población ele esta capital. 1 za.eión una operación financiera que el mismo la
A más, el F. (:. C. N. A. tiene parte de su reco- propone, lo q ue exigirá un determinado tiempo.
rrido cii esa región de la prov lu p ia y proporcio- Como el caso de la Rioja es urgente, opto por
na el agua a algunas de SUS poblaciones qu lleva esta demanda pecuniaria mientras lleua su san-
desde cierta distancia. ción.
El proyecto tiende también a asegurar el ser- Solicito, pues, en favor de este proyecto
vicio tic agua potable a dicho ferrocarril, a au- apoyo de mis honorables colegas.
mentar su tráfico, y por supuesto sus entradas, —Pasa el proyecto :i la comisión d
porque en todas esas regiones hubieron obrajes oh " as públicas.
que explotaban leña y madera ele sus bosques da
algarrobo y quebracho, que abundan y cuyo co-
mercio se ha i:au'al izado'
J'oi' otra parte, la agricultura tomaría mayo-
C-
3'eS ilLel'ement os porque sujeta en l,1. actualidad
a las eventualidades de las lluvias, no ha oeltdo DE It V.G'N(Tr
desarrolla 150 eolito la calidad ele la tierra y la Y DE LA MENDICIDAD
bondad del e-lima lo exigen. Cn la medida que
propongo. se fomcnt ai'ía la agricultura intensiva, PUCIVECTO DE 1.Ey
frutíedia y hortícola, con ma y ores rendimientos El SCflII(ZQ 7) C(s?(71'a de di p utados, etedtíi'q.
que en cualquier otra parte.
Hasta ho y . señor presidente, hay el (o.lcepto Y Artículo lo. - El que mendigare, teniendo salud
aptitudes para el trabajo sera castigado con pri.
general ele que cuando se habla (le la agt'ieuh'iia sión desde ocho días hasta tres meses.
del país se refiere exclusivamente al cultivo de Art. 20, --- El que mendigare simulando enfer-
los cereales. Toda la acción de los poderes con' meílad o deficiencias personales do cualquier orden
Irales se ha fijado con preferencia al fomento de con el objeto de provocar la compasión, sufrira pri-
esta ram a (le la agricultura, in dudablcm ente pal' sión hasta seis meses.
Art. 30. - Incurrirá en las penas del artículo
los enormes rendimientos ele su prodiieciéii, anterior:
siendo muy débil esa acción para otra c l ase (le h) El que se sirviera de un menor de dieciocho
cultivos. Pero es que en algunas pl'OVifleias, hilO años para mendigar, beneficiando o parti-
del Norte, tienen otra clase ele agricultura .f cipando (ic las limosnas,
mUY poco los poderes Iec lerales se han preocu - b) 151 que teniendo sobro un menor de clicelo-
cho artos autoridad, como padre, tutor o
pado ele ella. Me refiero a la producción frutí°lu guardador, permitiera que éste ejerciese la
que, atendida, puede dar y da tntos ren mendicidad,
los como la. anterior, y puede solventa r u ia si- _\.rt, 40, Losque no tuvieren aptitudes ni
1 naciÓn difícil cuando la producción de cerea- condiciones para el ti-abajo y ejercieren la men-
les se hubiera perdido. dicidad, serán reclu idos en establecimientos apro-
Ile notado que la fruta introducida '11 piados, ya sean del estado o de instituciones par-
ticulares o subvencionadas.
tranjero, y poi' esa razón encarecida, es inferior El poder ejecutivo deberá concordar con estas
a la del Norte 2 por su tamaño, sabor yperfurne, últimas una acc i ón que permita la internación en
La Rioja por sus condiciones climatéricas po- asilos de todos los invalidados para el trabajo, que
dría enviar a los mercados la primera fruto, si carecen de recursos.
 2324 CA.NIARA DE DIPUTADOS
Art. o El poder ejecutivo queda autori-
aado para tomar las medidas indicados en la i21-
ti;na parte ¿el articulo anterior, eon respecto a
los ebrios consuetudinarios.
Art. 60. - Los mendigos y ebrios que después
de ser asilados, de acuerdo con lo establecido en
los artículos 40. y 5o., SO fugaren de los estable-
tmientos en que estuvieren, Serán castigados con
íes penas establecidas en el artículo 20., sin per-
. juicio de ser internados de nuevo una vez cum-
plidas aquéllas.
Art. 7o. En todos los casos de interflci6n
en asilos,, dsta .se mantendrá mientras dure la lo-
nIidez.
Art. So. - El poder ejecutivo fijará el régimen
en los establecimientos nacionales y concordará-con
las direcciones de los particulares y subvenciona-
dos, el que deberá se g uirse en éstos, vigi4ado su
cumplimiento.
Art. g o. El que siendo capas de trabajar Se
entregare a la vagancia, será castigado con prislén
cesde ocho días hasta tres meses.
Art. 10. - Rigen para la presente ley las dis-
posiciones de la parte general del códig$ penal,
:011 excepción de las relativas a la reincidencia.
Art. 11. En las causas que se iniciaren comq
consecuencia de la presente ley, intervendrán los
jueces correccionales y aplicarán el procedimiento
señalado para los asuntos en que intervienen, por
el códigode procedimientos en lo criminal y co-
rreccional para la capital do la república.
Art. 12. - Comuníquese al poder ejecutivo.
Rodolfo Jlorcno
Sr. Moreno (E.). - Señor presidente
El código penal, como no legis4t sobre faltas,
nc ha podido. ni debido ocuparse de reprimir
)ít vagancia. En el proyecto de 1891, que las
comprendía, se castigaba en el título destinado a
reprimir las faltas contra ci orden público, al
que mendigare y al que permitiere que un me-
nor de catorce años sujeto a su potestad, guarda
o vigilancia, mendigare o se sirviera de él. a. esos
efectos. El artículo decía textualmente: Sufrirá
penitenciaría por cuatro a ciento 'veinte días;
5. El que mendigare en público; 6. El que
permitiere que una persona menor de cfitóree
años sujeta a sir potestad, guarda o vigilancia,
se dedicare a mendigar, o que otro se sirva de
ella para mendigar.
No se hablaia como puede notarse de vagan-
cia, aun cuando la mendicidad se encuentra casi
siempre confundida con aquélla..
El proyecto de 1906 se ocupaba de ambas co-
sas y en el título destinado a reprimir las fal-
tas contra el orden público, castigaba con pri-
sión de cinco a ciento veinte días: al que siendo
eapaz de trabajar se entregase a la vagancia; y
al que por holgazanería o avaricia, siendo capaz
de trabajar, mendigare o enviare a mendigar a
un hijo suyo o a. persona confiada a sus Cui-
dados, protección o vigilancia.
Los conceptos de los dos proyectos, son como
puede actarse diferentes. Las exposiciones de
, Y,) o de iinc y ci po no dicen nada . al res-
Lilot L
pecto, de manera qe carecen cii esta parte de
loe fundamentos del caso.
Puede asegurares, no obstante, que la vagan-
cia y la mendicidad, han sido y son motivo de
preocupación profunda en todas las legislae;o-
lies. La supresión de una y otra constituen me-
didas preventivas, pues la criminalidad profe-
sional, hace generalmente prosélitos entre los
vagos, los íiesoeupados y los mendigos, elemen-
tos inconvenientes, antisociales y siempre listos
para transformarse en sujetos peligrosos para la
estabilidad social. Conviene, en consecuencia, Y
por razones de higiene colectiva, preocuparse de
este problema y darle soluciones legales.
Para fundamentar mis afirmaciones y propor-
cionar elementos abundantes de juicio a los se-
ñores diputados, considero oportuno, referirme
a lo que consignan las leyes de otros países don-
de se han ocupado del interesante asunto.
En España hay una verdadera historia legis-
lativa en esta. materia. Así, en 9 de mayo de 1845
se dictó una ley en la cual se hacía una clasifi-
cación tic vtgos y se mareaban los procedimien-
tos a seguirse en las causas contra los mismos.
Para el cumplimiento de esta ley se dictaron
varias reales órdenes disponiéndose por una de
ellas, la aplicación de las reglas de la misma en
la isla de Cuba.
En el código peilal ,de 1848 y con su reforma
de 1850 se destinó un título a definir y castigar
la vagancia. Los artículos 251 al 255 del primero
'' 238 al 262 del segundo, contienen esos pre-
ceptos. Más adelante y por una ley especial
de 27 de mayo de 1868, se modificaron los tér
minos del artículo 258 del código penal y se
marearon procedimientos nuevos para las causas
en que se persiguiera el delito de vagancia . El
mismo año 1868 se hicieron nuevas modificacio-
nes y por In cii el código de 1870 desaparecen
los preceptos. penales, pero se considera a la va-
gancia como, agravante de la penalidad. Vago
es. el que no posee bienes o rentas, ni ejerce ha-
bitualmente profesión, arte u oficio, ni tiene em-
pleo, destino, industria, ocupación lícita o algún
otro medio legítimo y conocido de subsisten-
ea.
En Francia. lo mismo que en España, la l-
gisiae.ión sobre vagos y mendigos, tiene una
ga historia demostrativa de la preocupación que
ha significado la existencia de personas en las
condiciones a.ntddiehas. Actualmente el artículo
274 dei código penal considera a la mendicidad
como un delito y la castiga.. Para que la pena
concurre, es necesario que el prevenido haya
sido encontrado mendigando y que exista en el
lugar en el cual haya sido sorprendido en esas
condiciones, un depósito de mendicidad. La pena
que corresponde 'es la de prisión desde tres has-
ta seis nises. La mendicidad habitual es casti-
gada por el ertículo 275 del código penal con
de 191 7 Lt1--.--
Ç DL.]----
14IPU PADOS 2325
prish5n desde mio hasta tres meses, existiendo
g'1vaeiQflos y previsiopes especiales en los ar-
•'ao
no capítulo de1.iimdo a ep
mii la mendicidad.
En Alemania también se eastga en el código
penal, la mendicidad y en Bélgica se equiparan
por dicha ley a los mendigos y a los vagabundos.
Inglaterra castiga también y con trabajos du-
ros (hard lahaur) a los q ue viven en la haraga-
n ea, a
ería circulando por lalos
va púbb que
mendigan y a los que iriamidamm a los niños meno-
res a mendigar. La pena se apl.iea por un mes
O
Ilolanda, It&lia, Portugal. Rusia y otros mu-
ebos estados, castigan a los mendigos y vagos
dentro del códi g o penal.
Nuestros vecinos han adoptado también pro-
visipes en esta materia. En el código penal del
Brasil,vignte desde 1890 se castiga con prisión
de tres a treinta días, al ano mendigare teniendo
aptitudes para trabajar También castiga al que
mendigare, estando intil para trabajar, con pri-
sión desde chico hasta quince días, cuando en
el lugar en el cual ejerciere la mendicidad, hu-
bieren hospicios o asi l os. La ley prevé los casos
de simulación de crife,'medades. de empico de
amenazas. (le mendicidad en cuadrillas V de USO
de menores para obtener hiero con las limosnas
i rácter.
de aquéllos. En el mismo capítulo se castiga la
embriaguez.
En otro título del código se castiga a los va-
gos y holgazanes detallando la ley casos dite-
rentes que incrimina con penas de prisión, va-
riables en el término.
El código penal de Chile también se ocupa
en varios artículos (le los va gos y de los raen-
diro-s, definiendo a los primeros como a siLietos
que carecen de hogar fijo y de medios (le sub-
sistencia, no ejerciendo profesión, ni oficio, ni
ocupación lícita a pesar de tener aptitudes pa-
ra el trabajo.
El vago es castigado con reclusión mínima
lo mismo que ci mendigo. Para ser penado en
este último concepto, es preciso que se ejercite
la mendicidad, sin tener para ello el correspon-
diente permiso.
En la República Oriental del Uruguay se ha
dictado una ley sobre va gancia, que se conside-
ra como apéndice del código penal.. Segéin ese
articulado, la vagancia es siempre una circuns-
tancia agravante de cualquier delito. El vago,
Fi es oriental, es condenado al servicio de las
armas y si es etranj ero se le npUea prisión
o destierro, pudiendo optar ci condenado.
Basta la enumeración de antecedentes legis-
lativos enunciados para comprender que esi a
materia debe merecer una preocurunnón (le
nuestra parte, sobre tio cuando los hechos de
la mendicidad y la vagancia son notorios 7
'alIar a la visa.
M-
ft .a t'a a y p or las caPes de Bacaos
-es para notar toda la importancia que tiene
el problema.
La vagancia, cuando es voluntaria, debe cas-
tigarse, lo mismo que la mendicidad. Cuando
no 1 ic.nen ese Carácter, las autoridades deben
tener amplias facultades para asilar a los me-
nesterosos. Esos espectáculos que presentan les
individuos lisiados l defectuosas o enfermos, que
invocan sus mismas deficiencias para implorar
la caridad pública, son crueles y repugnantes.
La explotación de los menores, usados como
instrumentos para ejercitar la mendicidad, de-
be también ineriminarse y autorizarse modida
q ue permitan retirar al menor explotado del
poder de quienes lo usan con finalidades inno-
bles. -
Entre nosotros existen una serie de institu-
ciones privadas y algunas- de carácter público
que se preocupan de lo que, podría llamarse en
términos amplios, asistencia social. Pero toda
eso se mueve de moliera dispert-a y dcsordena-
(le. La acción,. pn- ejnplo. del ejército d
salvaein, que es bien conocida, se lleva u cabo
muy concordante con una acción oficini. Lo
mismo la de otras instituciones de análogo ca
La obra de unir todos c-SQS elementos de asis-
tencia y cmieaminnrlos en una dirección cicter-
ininoda, podría ser hecha por el poder ejecu-
tivo teniendo (lesde lecn ls leyes convenien-
tes para despejar el fondo del problema.
El ¡) ( oyeeto q ue adjunto, castiga la meridi-
eidad. que es ociosidad cuando se ejercita sin
necesidad y como una profesión. El que se
deja arrastrar por la pereza como dice Feré,
en su ''Degeneración y criminalidad'', está en
pendiente del crimen.
Los men.dgos por necesidad deben ser soco-
rri(les pom' el estilo: 105 mendigos que simu-
lan 'mposibilidades físicas o morales deben ser
reprbiiidos. La asistencia para los primeros
debe ser hecha previo examen para que los
vcio. con todas sus malas consecuencias, no
se 'fomenten.
El conocido economista Garnier, decía, que
quien da limosna, sin previo examen es cmii-
pable de un verdadero delito social.
La smu1ación de deficiencias que llevan a la
mendicidad, es conocida. Fervhmni, cii su libro
Delincuentes astutos y afortunados'', mani-
fiesta que la mendicidad ejercida con astucia
se convie'rtc du un ramo industrial floreciente
y fraudulento. ''S4h'ven de enseñanza, agrega,
las noticias cine sübt'r ella dan dos escritores

CÁMARA DE
fraacees al hablar de la, mendicidad parisien-
se, no superada m•s que por la de Londres.
El 50 por ciento de los ciegos no son. tales; un
niño es bautizado veinte veces para obtener
regalos; los anegamientos simulados con ci co-
rrespondiente salvador (de donde siseripcio-
bes, doativos, socorros), ocurren a diario.
Más aun: la mendicidad está organizada corno
ama verdadera institución de estado o corno
am negocio industrial gigantesco. Hay guías,
anuarios que contienen las señas de almas pia-
dosas tasadas ijeveutivament."
Nosotros no estarnos de seguro tan adelan-
tados, pero la 'mendicidad profesional eisl.e.
fiiehos mendigos y vagos rehusan el trabajo
,- prefieren el ejercicio de su profesan. al mar-
gen del código penal.
• Pretendo, iguainiente, que se reprima a los
ne explotan menores, usándolos para qfle'
mendiguen. En nuestra capital el espectáculo
del menor que pide limosna, con un mayor
que lo vigila y le quita las, monedas que
co-
ge, es de it más frecuente. No propongo, re para
los padres, tutores , o guarduIores IlIfiS que
mdidas penales, porque el código reciente-
mente sancionado por esta cámara., se refiere
t la patria potestad, a la tutela. y a, los dere-
chos del guardador.
• El criterio del proyecto es doble: a, los que
explotan al menor y participan de los bcnefi
ios, les corresponde la pena, aun cuando no
tengan con él relación de guarda o pare.ntes-
o; y a los padres, tutores y guardiido res, se
les aplica., a unqiae no apra ve ch cii o participen
del beneficio. Estas personas tienen obligación
de cuidar del menor y ocuparlo, de manera
que si no lo hacen son culpables por la orni-
ióii que cometen.
En Buenos Aires existen sociedades parti
eiilares. entidades' subveiwioiladas e. institutos
púhlico s de beneficencia. i1. poder ejecutivO
Duede ejercitar una acción 1 endiente a que
la mendicidad y la vagancia, habituales y sin
excusa, se repriman, una vez que se diete la
ley; y a que la mendicidad derivada de neee
sidades, desaparezca por lii, internación de los
desgraciados en los asilos.
En el proyecto que se acompaña se dan
poralas para llegar a esas soluciones, las que
son fáciles de alcanzar, poniendo la dedica-
ción neeesa1]it.
Me ocupo también de los ebrios, porque son
peligrosos y propensos al delito. La reclusión
do los ebrios commetudinarios permite que
sean devueltos a la sociedad como elementos
tiJ.s, después de un tiempo de examen Y
abstinencia alcohólica.
El régimen de los establecimientos deberá
er fijado por el poder ejecutivo o concordado
Ion éste según el j?aso.
II
Me refiero por fin al procedimiento y a los
preceptos del código penal que corresponde
upliear. Tengo como punto de vista el código
sancionado por la cámara de diputados, pues
cii él se encuentran las disposiciones genera-
les que deben comprender todas las leyes de
1a nación. Excluyo la reincidencia, porque és-
ta debe tenerse en cuenta con todas sus con-
secuencias, en los delitos y no en las faltas
dada la naturaleza de ambas infracciones.
Este proyecto es parte de un conjunto.
ha sancionado hasta ahora pi código penal.
Falta la ley carcelaria, pendiente dé , despa'hi
de la comisián. especial, lit ley sobre libertad
bajo caución. complenienlo de forma fi la.
libertad condicional, y la ley sobre expulsión
de extranjeros, cuyo proyecto present. el ario
pasado y está ho y en la comisión de negocios
constitucionales.
Es necesario prestar atención a la entradmt
de extranjeros al país. La guerra, con todas
sus calamidades locales, representa para nos-
otros peligros ecionómnicos y sociales. Y entre
estos últimos se encuentra el relacionado con
la afluencia ele individuos defectuosos. inváli-
dos por la pérdida de órganos o sentidos, que
igravitarán, si vienen, sobre nuestro país, que
no es el culpable (le la conflagración.
Se requiere ahora más que nunca preocu-
parse de sanear socialmente a nuestro país y
aprestarse a la defensa del mismo.
Entrego a la honorable cáanara las observa-
ciones que he tenido el honor de desenvolver.
—Pasa el provecto a la comisión erpe-
penal y carcelaria.
lc legislación
HF.CISTRO DF LA PROPIEDAD
El scistdo y Cáraara de diputados, eIt't ro.
CAPITULO Y
Del registro
Artículo lo. Cróase el registro de la propiedad
en substitución del registro público de hipotecas
prescripto por el código civil y de los registros
de propiedades, hipotecas, embargos e inhibiciones
creados para la capital, las provincias territorios
nacionales en virtud de leyes, decretos y reglamen-
tos dictados por los gobiernos de la nación y do
las provincias.
Art. 2o. -- Para cumplir las prescripciones de
esta ley habrá oficinas del registro de la fpropiedad.
en la capital federal, en la ciudad do cada pro-
vincia, y cii los otros pueblos de las provincias o
de los territorios nacionales que los gobiernos res-
pectivos designen.
Art. 3. - La eircunsripciGa territorial de
cada og emna del retstru se.r4 h't. de.tudi