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inter.c.a.mbio, año 4, n.

5 (2007), 165-183
[ISSN: 1659-0139]

Costa Rica en la década de 1980:


estrategias de negociación política
en tiempos de crisis ¿Qué pasó
después de la protesta?1
Sindy Mora Solano2

Recepción: 8 de julio de 2007 / Aprobación: 20 de noviembre de 2007

Resumen Abstract

El artículo analiza las estrategias de The article analyses the negotiation


negociación con las que los gobiernos de strategies that the governments of Costa
la sociedad costarricense enfrentaron el Rica used to confront social conflict dur-
conflicto social durante la década de los ing the 1980s; where negotiation and dia-
años 80s. En él se analizan las respuestas logue conditions were not ideal to create
dadas a las demandas del sindicalismo political agreements. This article illustrate
bananero, la protesta por el alza de las the answers given to the claims of the
tarifas eléctricas, las respuestas dadas a syndicalism, the demonstrations due to
los grupos pro-vivienda y a las organiza- the raise of electrics tariffs, the answers
ciones campesinas. El artículo muestra given to the groups which were looking
que en los años 80s, la negociación y for housing solutions, and the peasants’
el diálogo no fueron condiciones para la organizations.
construcción de acuerdos políticos.

Key Words
Palabras clave
Political negotiation / social protest
Negociación política / protesta social / social organizations / Costa Rica /
/ organizaciones sociales / Costa 1980’s crisis
Rica / crisis de la década de 1980

1 Agradezco la colaboración del asistente Esteban Sánchez Solano, así como las sugerencias y comen-
tarios que me hiciera Ciska Raventós.
2 Socióloga. Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica. 165
Correo electrónico: sindymora@gmail.com.
Sindy Mora Solano

El estudio de la negociación política


en la década de los años 80s

L a protesta social fue una de las respuestas a la crisis económica de


principios de los años 80s, en donde el aumento de los salarios,
las medidas para paliar el alto costo de la vida y el desempleo,
la solicitud de vivienda y la oposición a los recortes presupuestarios de insti-
tuciones públicas, en virtud de los compromisos adquiridos con organismos
financieros internacionales, fueron las principales demandas expresadas por
diversos actores sociales costarricenses.3 Las respuestas que distintas admi-
nistraciones dieron a estas demandas se caracterizaron por la “indiferencia”
y el “incumplimiento de las promesas”, lo que a largo plazo sólo potenció el
conflicto social.4

La presente reflexión tiene como finalidad analizar las principales estrate-


gias de negociación utilizadas en los años 80s, partiendo de que esta década
constituyó un momento de explosión de la conflictividad social en un periodo
de crisis, en donde diversos actores sociales expresaron su disconformidad
con las políticas económicas, pero también con las formas en las que se aten-
dieron sus demandas. Al formar parte de una investigación que busca analizar
las formas de negociación después de ciclos de acción colectiva,5 la presente
reflexión busca situar los legados históricos que subyacen a las formas de
negociación para atender, enfrentar, desmovilizar, neutralizar o institucionalizar
el conflicto social. ¿Qué caracterizó a las negociaciones para atender el con-
flicto en la década de los años 80s?, ¿qué formas adquirió la “indiferencia” y el
“incumplimiento de promesas” en la negociación con diversos actores?, y fi-
nalmente, ¿cuáles fueron las estrategias de negociación utilizadas en estas co-
yunturas particulares? son las inquietudes que guían esta reflexión, analizando
los principales conflictos de la Costa Rica del periodo que fueron las demandas
del sindicalismo bananero, las movilizaciones por el alza de los servicios eléc-

3 CENAP, “Crisis enfila a los trabajadores hacia una lucha que empieza con la protesta popular generali-
zada”. En: Aportes, 1981, Año 1, Nº 5, p.18; CENAP, “La crisis frente a los trabajadores. El tigre suelto
y el burro amarrado”. En: Aportes, 1981, Año 1, Nº 6, p.14; CENAP, “Vivienda digna o tugurio institucio-
nal”. En: Aportes, 1983, Año 3, Nº 14-15, p.15; Valverde, José Manuel y Lara, Silvia, “80 mil viviendas
para quien?”. En: Aportes, 1986, Año 5, Nº 28, p.4. Rovira Mas, Jorge. Costa Rica en los años 80. 2ª
ed. San José, Costa Rica: Editorial Porvenir, 1988.
4 CENAP. “Crisis enfila a los trabajadores…”, op. cit. p.18.
5 Este trabajo forma parte del proyecto de investigación Ciclos de acción colectiva y procesos de nego-
166 ciación política. Análisis de las negociaciones de la huelga del Magisterio Nacional (1995), del Combo
ICE (2000) y de las protestas contra Riteve (2004).

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¿Qué pasó después de la protesta?

tricos, la solución al problema de la política se enmarca en la emisión de


vivienda y las demandas de las orga- decretos de amnistía, la concertación
nizaciones campesinas. del cese de fuego dentro del marco
constitucional, el diálogo con los gru-
En la América Central del perio- pos desarmados de la oposición po-
do fue común el uso como del tér- lítica interna o bien con aquellos que
mino negociación sinónimo de diá- se hayan acogido a la amnistía y la
logo. Con frecuencia, este vocablo adopción de medidas para el desar-
fue acuñado en la expresión “diálo- me de las fuerzas irregulares que es-
go-negociación”6, asumiendo que la tén dispuestas a acogerse a ellas”,8
negociación suponía el diálogo, en por lo que la negociación incluyó un
un contexto en el que éste recurso camino jurídicamente resguardado
político fue necesario para darle una para la consecución de la paz. Sólo
salida a los conflictos armados de la en muy pocos documentos se dudó
región. La mayor parte de la bibliogra- de la negociación como método para
fía en la que se recurre al término, la alcanzar la paz, considerándola como
negociación aparece como requisito una fórmula de institucionalización
indispensable para la consecución de del conflicto, frente a una alternativa
la paz, por lo que negociación, diálo- efectiva para encontrar “verdaderas”
go y paz constituyen una trilogía en la soluciones al mismo.9
cual adquiere significado el concepto.
Ello supuso que negociación se usara Pero si bien la negociación fue
como sinónimo de democratización.7 un instrumento para alcanzar la paz
Ya en el momento de la firma de Es- centroamericana, otra fue la finalidad
quipulas II, “la idea de negociación cuando la negociación se aplicó como
mecanismo para atender las deman-
6 Al respecto se pueden consultar los artículos: das de actores colectivos organiza-
Instituto Centroamericano de Estudios Políti-
cos (INCEP), “Proceso de diálogo-negociación dos al interior de la sociedad costa-
entra en nueva etapa”. En: Panorama Centro- rricense. Así, para los años 80s este
americano - Reporte Político, 1991, Nº 56; Ba-
rrera, Bayron. “Centroamérica: Los caminos concepto evocó un significado distin-
torcidos de la negociación”. En: ACEN-SIAG to para una Costa Rica que carecía
Agencia Centroamericana de Noticias, 1989,
Nº 139; Carranza, Julio. “El conflicto y la ne- de un conflicto armado, pero que po-
gociación en El Salvador”. En: Cuadernos de seía diversos conflictos internos con
Nuestra América, 1990, volumen VII, Nº 14;
Aguilera, Gabriel. “La dinámica del diálogo-ne-
una diversidad de actores. Frente a la
gociación en Nicaragua y El Salvador a partir multiplicidad de significados a los que
de Esquipulas II”. En: Relaciones Internaciona-
les, 1989, Nº 27 y Galván, Guillermo. “Entre
evoca el término, entiendo por nego-
la destrucción y la negociación. Gestiones y ciación la pluralidad de mecanismos
propuestas para la búsqueda de la paz”. En:
Relaciones Internacionales, 1989, Nº 29, que
entre otros textos, ilustran lo argumentado. 8 Barrera, op. cit., p.4.
7 Álvarez, Alberto, “La democratización en Cen- 9 Instituto Histórico Centroamericano (IHCA).
troamérica”. En: Cuadernos de Nuestra Amé- “Nuevo impulso. Hacia las negociaciones”. En: 167
rica, 1989, volumen VI, Nº 13, p.128. Envío, 1989, Año 8, número 92, pp.2-3.

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que proporcionan intercambios entre grupos sociales con intereses diversos


y diferentes cuotas de poder, a fin de construir acuerdos satisfactorio para
ambos.10 Varios escenarios pueden visualizarse en relación con la negociación
después de una protesta que son los presentados en el diagrama 1.

Cómo propiciar un espacio para la negociación depende de una serie de


factores entre los que se puede señalar la forma en que las demandas son
simbólicamente presentadas por los líderes de una organización particular, así
como de la disponibilidad de recursos para establecer alianzas y construir apo-
yos -ya sea ampliando los apoyos a nivel de base o a nivel gubernamental-.11
De acuerdo a la distinción entre movimientos de consenso y movimientos de
conflicto de McCarthy y Wolfson, mientras que los primeros tienden a diversifi-
car las redes de apoyo y su articulación con las estructuras estatales para bus-
car la satisfacción de sus demandas, los segundos tienen mayores dificultades
para construir un espectro organizativo de apoyo al a sus demandas, debido a
su conflictivo proceder político.

Diagrama 1. Tipos de negociación


Búsqueda
de la negociación
sin lograr conseguir
el espacio para negociar

Establecimiento
de la negociación
Escenarios sin llegar a acuerdos
posibles
al gestionar
y concretar
espacios Establecimiento
de la negociación
de negociación llegando a acuerdos

Acuerdos
tras la negociación
sin que se cumpla
Fuente: Elaboración propia lo acordado

10 Colomer, Joseph María. “Negociación”. En Giner, Salvador; Lamo de Espinosa, Emilio; Torres, Cristóbal
(editores). Diccionario de Sociología. Madrid, Alianza Editorial, 2004, p.527.
11 McCarthy, John; Wolfson, Mark. “Consensus Movement, Conflict Movements and Cooptation of Civil
168 and State Infrastructures”. En: Morris Aldon; McClurg Mueller, Carol (editores). Frontiers in Social Move-
ment Theory. Yale University, Yale University Press, 1992, p.276.

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¿Qué pasó después de la protesta?

gas registradas entre 1979 y 1982-,14


El desgaste buscó el aumento de salarios, la firma
en las negociaciones: y el cumplimiento de las convencio-
nes colectivas, así como el respeto
la experiencia
de las garantías sindicales.15 Sin em-
del sindicalismo bargo, su reducida atención se debió
bananero a una serie de factores organizativos,
empresariales y políticos como (1) la
A finales de los años 70s, las innovación tecnológica que aumen-
percepciones en cuanto a las posi- tó la productividad, (2) los cambios
bilidades del sindicalismo para ver en la política de contratación y (3) el
satisfechas sus demandas eran favo- fortalecimiento de la alianza existente
rables en relación a sus limitaciones. entre los productores bananeros y el
El último estadio de la periodización Estado.16
sobre el movimiento obrero realizada
por Manuel Rojas en 1978, situó a los De esta manera, y ante el recurso
sindicatos en un nuevo momento de de la huelga, la estrategia de nego-
la participación política. Si bien entre ciación de los empresarios conjugó
1948 y 1970 el sindicalismo había ex- la persecución, el despido de traba-
perimentado una etapa de reflujo, en jadores sindicalizados y la elabora-
donde a pesar del aumento en el nú- ción de listas negras para impedir la
mero de sindicatos públicos éstos se recontratación de los extrabajadores
encontraron mayoritariamente des- sindicalizados, con una actitud de in-
movilizados por las consecuencias diferencia y reducida respuesta a las
políticas del conflicto del 48,12 entre demandas, lo que en la mesa de ne-
1970 y 1978 el sindicalismo costarri- gociaciones se tradujo a un aumen-
cense experimentó un reavivamiento, to significativo de la duración de las
convirtiendo a los sindicatos en acto- mismas.17
res de suma importancia en la con-
flictividad del momento.13 Debido a sus efectos desgastan-
tes, la prolongación de las negocia-
La alta conflictividad de las zonas ciones obrero-patronales fue una de
bananeras, en especial de Pococí,
14 Zumbado, Iriabel. “Algunos condicionantes
Guácimo, Siquirres y Matina -en don- de la crisis del Movimiento Sindical Bananero
de se realizaron el 82% de las 73 huel- en la Región Atlántica Costarricense: Pococí,
Guácimo, Siquirres y Matina. (1981-1986)”,
Tesis presentada para optar por el grado de
12 Aguilar, Marielos. Clase trabajadora y organi- Licenciatura en Sociología, San Pedro, Univer-
zación sindical en Costa Rica 1943-1971. San sidad de Costa Rica, 1990, p.111.
Pedro: Editorial Porvenir, 1989, pp.71-73 15 Aguilar, op. cit., p.132; Zumbado, op. cit.,
13 Rojas, Manuel, “El desarrollo del movimiento p.112.
obrero en Costa Rica: un intento de periodiza- 16 Zumbado, op. cit., p.67-71.
ción”, En: Revista de Ciencias Sociales, 1978, 169
Nº 15 – 16, pp.26-28. 17 Idem, p.173.

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las estrategias fundamentales utiliza- parte de las empresas y el Estado es-


das para minar al sindicalismo bana- pecialmente durante los movimientos
nero. Entre ellas se puede distinguir de lucha y la actitud intransigente en
la negociación por desgaste buro- las negociaciones que hacían difícil el
crático, que permitió extenuar a los entendimiento”.19
trabajadores sindicalizados y a su or-
ganización en el proceso de negocia- Esta misma estrategia fue utiliza-
ción, y la negociación por desgaste da en la huelga del Pacífico Sur en
de demandas, lo que condicionó “en 1984 protagonizada por los trabaja-
un mismo tiempo a estar reivindican- dores de la Compañía Bananera de
do básicamente lo mismo y mediante Costa Rica, afiliados a la Unión de
las mismas formas de lucha”.18 Trabajadores de Golfito (UTG) y la
Confederación Unitaria de Trabaja-
Fue a partir de 1982 cuando en dores (CUT). Esta huelga tuvo una
la región Atlántica se empezó a ob- duración de 72 días, después de los
servar la prolongación de las huel- cuales y en medio de actos represi-
gas como un recurso de poder de vos que acabaron con la vida de dos
los empresarios bananeros, estrate- trabajadores,20 la compañía banane-
gia que además del desgaste de los ra decidió abandonar las plantacio-
trabajadores, tuvo como resultado la nes. La prolongación de la huelga de
transformación de las demandas en el 1984, pese a que propició espacios
transcurso de la huelga, siendo éstas de negociación que no se tradujeron
cada vez más acotadas. Ejemplifican en acuerdos, fue favorable a la Com-
lo anterior las principales 4 huelgas pañía. Esta se vio eximida de pagar
realizadas en las fincas de la Banana salarios en un momento en el que
Development Company (BANDECO), había un descenso en la demanda
como muestra el cuadro 1, para cu- internacional del banano. Posterior-
yas negociaciones fue indispensable mente, tanto el fracaso de la huelga
aumentar el número de días en huel- del 82 en el Atlántico, como la del 84
ga, sin que esto fuera correlato del en el Pacífico Sur fueron usadas por
éxito. Valga señalar que en la huelga la propaganda solidarista, para incitar
de 1982, los trabajadores no vieron el abandono del sindicalismo como
satisfecha su demanda –al respecto forma de negociación colectiva, ins-
de la convención colectiva, siendo a tituyendo las formas individualizadas
partir de ese año cuando primó una de buscar el consenso, con la apari-
“actitud cada vez más represiva por ción del arreglo directo.

18 Rivera, Rolando. El exobrero bananero en las


organizaciones campesinas de la Región At- 19 Zumbado, op. cit., p.151.
lántica de Costa Rica. Tesis presentada para
optar por el grado de Licenciatura en Socio- 20 Donato, Elisa; Rojas, Manuel, “La huelga ba-
170 logía, San Pedro, Universidad de Costa Rica, nanera. Un punto bajo del sindicalismo”, En:
1990, p.95. Aportes, 1984, Año 4, Nº 22, p.12.

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¿Qué pasó después de la protesta?

Cuadro 1: Aumento en la duración de las huelgas para conseguir


acuerdos tras la negociación. Principales huelgas realizadas en
las fincas de Banana Development Company (BANDECO). 1979-
1982.
Año Duración Número de trabajadores
movilizados
1979 3 días 3600 trabajadores
1980 14 días 3600 trabajadores
1981 16 días No se indica
1982 63 días 2500 trabajadores
Fuente: Elaboración a partir de Zumbado: 1990, 113-114

El solidarismo como estrategia compra de viviendas, electrodomés-


económica, política e ideológica in- ticos o instalaciones de canchas de
troducida en Costa Rica a finales de fútbol, entre otros.22 Los beneficios
la década del cuarenta por el Lic. Al- materiales del solidarismo, se hicieron
berto Martén, fue una respuesta para acompañar de creencias, en las cua-
mediar el conflicto obrero-patronal y les el trabajador aparecía como co-
una alternativa al desarrollo del sin- propietario de la empresa; de manera
dicalismo, el movimiento popular y la que, evitar la confrontación obrero-
influencia del Partido Vanguardia Po- patronal era una forma de cuidar la
pular (PVP),21 que basado en el temor empresa que también le pertenecía al
a la “lucha de clases”, se constituyó trabajador.23
en el mecanismo oficial de los empre-
sarios para evitar una “revolución so- Si bien el solidarismo vivió mo-
cial violenta”, eventualmente ampara- mentos de declive, principalmente
da en la expansión del comunismo. entre 1960 y 1970, éste experimentó
un auge sin igual entre 1971 y 1981,
Las asociaciones solidaristas fun- expansión que coincidió con la crisis
cionaron principalmente en empresas económica de los 80s y por ende, con
grandes, capaces de aportar el 5% el aumento de la conflictividad social.
de la cesantía, porcentaje al que se Viéndose cuestionada la “paz social”,
adicionaba un 5% ahorrado por el el solidarismo se instauró como una
trabajador, dinero con el que se finan- estrategia para calmar los ánimos
ciaron diversos proyectos, como la ante las demandas sindicales, cui-

21 Blanco, Gustavo y Navarro, Orlando. El mo-


vimiento solidarista costarricense y la nueva
estrategia de intervención de la burguesía en 22 Hernández, Gabriela, “Bananeros denuncian
el movimiento laboral costarricense. Tesis pre- arreglos directos con la Standard”, En: Apor-
sentada para optar por el grado de Licencia- tes, 1987, Año 7, Nº 37, p.14.
tura en Sociología, San Pedro, Universidad de 171
Costa Rica, 1982, pp.17-18. 23 Idem, p.310.

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dándose de no recurrir a la represión y armoniosas. Con el declive de las


física.24 convenciones colectivas, se dio paso
al arreglo directo que se convirtió en
En este proceso, la Escuela So- “un arreglo administrativo entre patro-
cial Juan XXIII, instancia creada en nos y trabajadores”, desprovisto del
1963 y asociada a la Iglesia Católi- carácter de ley y del respaldo sindical
ca jugó un papel determinante en la que tuvieron las convenciones colec-
construcción de negociaciones ar- tivas, por lo que el control empresarial
moniosas vinculadas al solidarismo. resultó más sencillo.28 Sólo para citar
La suya fue una función educativa, un ejemplo de este rápido tránsito del
mediadora y organizadora de los arreglo colectivo al arreglo privado,
conflictos obrero-patronales, labor para 1981 se firmaron un total de 22
realizada mediante la apertura en convenciones colectivas en las zonas
1972 de talleres de capacitación en bananeras, mientras que sólo 4 fue-
cursos sobre la Doctrina Social Cris- ron firmadas en 1982.29
tiana, orientándose posteriormente a
los valores del movimiento solidaris- Por su parte, también el pente-
ta, instrucción que fue recibida por al costalismo -movimiento religioso que
menos 4181 trabajadores agrícolas y nació en Estados Unidos a principios
manufactureros entre 1976 y 1981.25 del siglo XX destinado a atender las
Según el principal representante del necesidades de migrantes y sectores
órgano eclesiástico, el Pbro Claudio empobrecidos,30 de creciente influen-
Solano, en estas capacitaciones “los cia en la zona Atlántica del país entre
trabajadores estudian derecho labo- los años 70s y 80s, tuvo su influencia
ral, relaciones humanas y aprenden a en la neutralización del conflicto obre-
reclamar sus derechos y cumplir con ro-patronal. Debido a su énfasis con-
sus deberes en un marco estricta- versionista, los pentecostales fueron
mente cristiano”.26 impulsados a la evangelización y el
proselitismo, proceso vivido con gran
Su influencia en el sindicalismo auge, en las zonas de Pococí, Siqui-
bananero fue fundamental para enten- rres, Guácimo y Limón.31 Su apari-
der su desplazamiento,27 logrando la ción coincidió con el cuestionamien-
desmovilización de los trabajadores, to de que el sindicato era un espacio
así como negociaciones individuales seguro para la consecución y satis-
28 Zumbado, op. cit., p.214.
24 Idem, p.61.
29 Rivera, op. cit., p.114.
25 Idem, p.174.
30 Rojas, Jorge Alberto. La Vigencia del Mensaje
26 Solano, citado en Blanco y Navarro, op. cit., Pentecostal en la Zona Atlántica Costarricen-
p.178. se, Tesis presentada para optar por el grado
de Licenciatura en Sociología, San Pedro, Uni-
27 Blanco, Gustavo, “El dilema de la Iglesia ¿So- versidad de Costa Rica, 1989, p.95.
172 lidarismo o Sindicalismo?”, En: Aportes, 1987,
Año 7, Nº 39, p.14. 31 Idem, p.100.

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facción de las demandas, dado que


las nuevas formas de negociación El incumplimiento de
practicadas con este actor, hicieron acuerdos: la huelga
del sindicato y la huelga espacios de
de pagos del servicio
riesgo, dejando de asegurar la esta-
bilidad laboral, y garantizando por el eléctrico de 1983
contrario, la pérdida del trabajo y en
condiciones extremas, la represión.32 La crisis de principios de los 80s
afectó significativamente a los secto-
Sin lugar a dudas, las caracterís- res populares debido al recorte del
ticas de la estrategia de negociación presupuesto de las instituciones pú-
con los sindicatos bananeros fueron blicas y al aumento de los servicios
diferentes a las practicadas con los públicos llevados a cabo por la Ad-
llamados sindicatos democráticos33. ministración Monge Álvarez (1982-
La estrategia gubernamental residió 1986)35. Fue en este contexto en el
en establecer relaciones de carácter que se realizaron, desde finales de
clientelista con los sindicatos de- abril hasta el 10 de junio de 1983,
mocráticos, frente a la persecución una serie de manifestaciones de pro-
y represión de los sindicatos de iz- testa que culminaron con la huelga
quierda.34 de pagos de recibos de electricidad,
en donde los grupos organizados de
vecinos dejaron de pagar sus recibos
de luz.

Esta protesta inició debido a que


el Servicio Nacional de Electricidad
(SNE) aprobó un aumento en el ser-
vicio eléctrico del 11% que empezó a
cobrarse en abril de 1982, acompa-
ñado de un aumento escalonado del
32 Idem, p.51. 70% que rigió desde noviembre de
33 Los sindicatos democráticos sostienen que 1982 hasta abril de 1983.36 Después
“para enfrentar la situación de crisis que vive el de varias manifestaciones de protes-
país, patronos y trabajadores y Gobierno de-
ben unir sus fuerzas”, mientras que los sindi-
ta, el 2 de mayo de 1983 se decretó
catos clasistas “sostienen que es en este tipo
de situaciones en que se hace recaer sobre
los trabajadores el mayor peso de la crisis”, 35 Alvarenga, Patricia. De vecinos a ciudadanos.
por lo que sus estrategias de lucha son más Movimientos comunales y luchas cívicas en la
radicales. Valverde, José Manuel; Trejos, María historia contemporánea de Costa Rica. San
Eugenia, “El movimiento sindical ante el proce- Pedro, Editorial de la Universidad de Costa
so de ajuste estructural”, En: Aportes, 1996, Rica y Editorial de la Universidad Nacional,
Año 4, Nº 22, p.4. 1995, p.219.
34 Valverde y Trejos. “El movimiento sindical…”, 36 Alvarenga, Patricia. De vecinos a ciudada- 173
op. cit., p.7. nos…, op. cit., p.222.

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la huelga de pagos del servicio eléc- se vivieron en todo el territorio nacio-


trico, que si bien inició como una res- nal. En esta ocasión, si bien el gobier-
puesta planteada por la Asociación no aceptó la demanda de reducción
de Desarrollo de Hatillo, pronto se de las tarifas eléctricas, desatendió
convirtió en una protesta de carácter otra serie de demandas planteadas,
nacional. como lo fue la propuesta legislativa
del Partido Vanguardia Popular (PVP)
En este periodo se pueden identi- para que las tarifas eléctricas fueran
ficar dos negociaciones a fin de darle competencia de la Asamblea Legis-
una solución al conflicto. La primera lativa. Dos semanas después de esta
de ellas se realizó a inicios de mayo negociación, los dirigentes del movi-
de 1983, en donde el gobierno entró miento denunciaron el incumplimien-
en negociaciones con la Confedera- to de los acuerdos, dado que no se
ción Costarricense de Trabajadores redujo el monto de las tarifas eléctri-
Democráticos (CCTD), confedera- cas, diversas instancias se negaron a
ción sindical asociada al Partido Li- otorgar un año para el pago de los
beración Nacional (PLN), con la cual recibos de la luz atrasados y el Ins-
se acordó una reducción de las ta- tituto Costarricense de Electricidad
rifas que fue considerada risible por (ICE) no había hecho entrega de las
las asociaciones de vecinos. Este in- tarjetas de consumo de electricidad a
tento de institucionalizar el conflicto sus abonados.38
mediante el arreglo con una organi-
zación cercana al PLN fue una nego- Esta experiencia muestra como
ciación fallida debido a que el resto una vez que se logró la negociación y
de organizaciones involucradas en el se depusieron las diversas acciones
movimiento, pronto desconocieron colectivas de protesta, los grupos
las negociaciones, así como plantea- sociales anteriormente movilizados
ron la necesidad de revisar los siste- tuvieron pocos instrumentos para vi-
mas de lectura de consumo de elec- gilar el cumplimiento de los acuerdos.
tricidad y el costo del servicio.37 Fue En esto incidió la imposibilidad de
por ello que esta negociación, lejos que las Asociaciones de Desarrollo y
de aminorar el conflicto, potenció las diversos grupos de vecinos desarro-
protestas que se extendieron desde llaran un mayor nivel de organicidad
los barrios del sur de la capital, hasta y articulación en su actuar político, a
diversas provincias como Heredia, Li- fin de observar el cumplimiento de las
món y Puntarenas. demandas.39 El incumplimiento de lo

El 9 de junio de 1983, el gobier- 38 Idem, pp.256-257.


no convocó a una nueva negociación
39 Valverde, José Manuel; Trejos, María Eugenia,
debido a los bloqueos masivos que “Diez años de luchas urbanas en Costa Rica
174 (1982-1992)”. En: Revista de Ciencias Socia-
37 Idem, p.225. les, 1993, Nº 61, p.11.

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¿Qué pasó después de la protesta?

acordado se evidenció en la estrate- atenciones, la recurrencia a los des-


gia de la Administración Monge Álva- alojos y a la represión.41
rez de realizar una serie de aumen-
tos paulatinos y de pequeña escala Con el PVP disuelto y un sindica-
al servicio eléctrico, sin que la opo- lismo reducido a su mínima expresión,
sición de los grupos movilizados se Arias Sánchez tuvo que hacerle fren-
hiciera presente. Así “por un lado se te a los grupos organizados de lucha
llegaba a un acuerdo con los dirigen- por una vivienda digna42, alrededor
tes de los movimientos de protesta de cuyas demandas se agruparon
con el fin de superar la tensión social, distintos sectores que originaron los
por la vía de la desmovilización de las frentes de vivienda. De esta forma,
organizaciones populares y, por otro surgió en 1980 la Coordinadora Na-
lado, una vez apaciguado el conflicto, cional de Lucha por la Vivienda Dig-
el gobierno ejecutaba las decisiones na, asociada al izquierdista Comité
y medidas de política económica que Patriótico Nacional (COPAN), en 1981
habían generado las protestas”.40 el Frente Democrático de la Vivienda
(FDV) dirigido por Guido Granados,
diputado y miembro del PLN, y en
1984 el Frente Costarricense de la Vi-
Clientelismo e vienda (FCV), producto de la división
institucionalización: interna del FDV, por lo que también
se asoció al PLN. Con el surgimiento
la experiencia de los
de los frentes de vivienda se dio un
frentes de vivienda cambio de estrategias en los proce-
sos de negociación, pasando de un
Si bien las Administraciones de “enfrentamiento de las organizacio-
Rodrigo Carazo (1978-1982) y Luis nes con el Estado a una negociación
Alberto Monge (1982-1986) ensaya- y coordinación entre ambas”,43 lo que
ron el no diálogo y la represión como
principales mecanismos para darle 41 Valverde, José Manuel, Boris, Jean Pierre y
Cristina, Araya, “Política económica, movi-
una salida a la protesta social, otras mientos sociales y política social: 1980-1988”.
fueron las estrategias a las que recu- En: Contribuciones, 1992, Nº 14, p.5; CENAP,
“Crisis enfila a los trabajadores…”, op. cit.,
rrió la Administración Arias Sánchez p.19.
(1986-1990). Justamente entre el pe- 42 Aunque habría que señalar que el problema es
riodo 82-84 las respuestas estatales de más larga data, como lo muestra el texto
de Manuel Argüello, titulado “Los más pobres
a la protesta de los grupos pro-vivien- en lucha”. Heredia, Editorial de la Universidad
da se caracterizaron por las tímidas Nacional, 1981.
43 Molina, Eugenia. Repercusiones político-or-
ganizativas del acuerdo político firmado entre
los frentes de vivienda y el Estado durante la
administración Arias Sánchez. Tesis presenta-
da para optar por el grado de Magíster Scien- 175
40 Idem, p.12. tiae en Sociología. San Pedro, Universidad de

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dio origen a una nueva relación defini- poca certeza de poder realizarlos45.
da por el clientelismo. Esto llevó a los líderes de los frentes
a firmar un acuerdo con el gobierno
Esta relación empezó a gestar- para darle tiempo a la Administración
se en la campaña electoral para las de encontrar una salida al problema
elecciones nacionales de 1986. Un de la vivienda, lo que representó una
año antes, se realizó en el Balcón continuación de la relación estableci-
Verde una reunión entre los frentes da en campaña electoral.46
de vivienda y Oscar Arias, entonces
candidato liberacionista, quien se Es por ello que en la Administra-
comprometió a otorgar del dinero de ción Arias Sánchez la negociación
su campaña 20 millones de colones asumió la forma de control, recurrién-
en materiales para la construcción dose a los siguientes mecanismos: (1)
de viviendas, a cambio del respaldo preadjudicación de viviendas como
electoral de los frentes.44 Ante la ne- forma de control electoral, en donde
gativa de la Procuraduría General de el 76% de 2558 preadjudicaciones
la República de invertir el dinero de la fueron hechas a grupos pertenecien-
campaña en fines no prescritos para tes a los frentes, (2) incorporación de
ello, en enero de 1986 Arias recurrió líderes en los programas de vivienda,
a los empresarios asociados al PLN, quienes se encargaron del diagnósti-
con cuyo apoyo logró hacer entrega co e identificación de asentamientos,
de materiales de construcción para ya fuera a través de la contratación de
los frentes de vivienda, a cambio del dirigentes -caso del FDV- o la adjudi-
respaldo electoral que contribuyó a cación y financiamiento de proyectos
su triunfo en 1986. a cargo de los dirigentes -caso de
COPAN-, (3) coordinación y super-
Una vez ganadas las elecciones visión de los frentes, con lo que se
fueron diversas las invasiones de pro- logró contener la conflictividad social,
piedad realizadas por los frentes, lo se mantuvo a los dirigentes ocupa-
que intensificó la presión social como dos y se aprovechó su experiencia,
efecto directo del establecimiento de (4) institucionalización de la confusión
relaciones clientelistas. Los frentes organizacional en cuanto a la rendi-
liberacionistas, rivales políticos entre ción de cuentas, dada la dificultad de
si, se lanzaron a la invasión de terre-
nos con la finalidad de asegurarse un 45 El proyecto de las 80000 mil soluciones de vi-
vienda fue una promesa de campaña electoral,
lugar en los proyectos prometidos por que carecía de todo sustento económico, lo
la Administración Arias, a pesar de la que se evidenció en los dos primeros años de
la Administración Arias Sánchez (Molina, op.
cit., p.19). Sobre el escepticismo de la época
en cuanto a las posibilidades de cumplir con
dichas promesas ver Valverde y Lara. “80 mil
176 Costa Rica, 1990, p.8. viviendas para quien?”, op. cit.
44 Idem, p.71. 46 Molina, op. cit., p.82.

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Costa Rica en la década de 1980: estrategias de negociación política en tiempos de crisis
¿Qué pasó después de la protesta?

identificar quienes eran funcionarios El proceso de aprobación de


estatales o dirigentes de los frentes, los Programas de Ajuste Estructural
lo que potenció las rivalidades y la (PAE) estuvo caracterizado por un
negociación separada de sus inte- alto tecnocratismo, y sus negocia-
grantes, (5) y finalmente, las reunio- ciones fueron protagonizadas por un
nes adquirieron un carácter técnico, “equipo económico” conformado por
dado que las organizaciones termina- un grupo de jerarcas de las institucio-
ron trabajando para los representan- nes económicas centralizadas. Este
tes estatales.47 e esta forma, mientras equipo, nombrado discrecionalmen-
las respuestas dadas al sindicalismo te por el Presidente de la República,
bananero conjuraron el desgaste en conformó una institucionalidad alta-
las negociaciones con formas indivi- mente informal que funcionó como
dualizadas de la negociación, la co- intermediara entre el gobierno y los
optación y la institucionalización del organismos financieros internaciona-
conflicto fue la práctica negociadora les, lo que potenció el establecimien-
utilizada con los frentes de vivienda. to de negociaciones de carácter no
público y con un alto distanciamiento
en relación con la ciudadanía.

La respuesta En este contexto, la negociación


tecnocrática: la de la cuestión agraria se convirtió en
una de las grandes dificultades de los
experiencia de las
gobiernos de la época, pero en parti-
organizaciones cular del gobierno de Arias Sánchez,
campesinas a quien “se le dificultó mucho más
enfrentar el problema agrario que
Como ya se ha expuesto, la dé- resolver los conflictos militares en el
cada de los 80s encontró al país su- resto de Centroamérica, por lo cual
mido en una profunda crisis econó- obtuvo el Premio Nobel de la Paz en
mica, crisis que fue acompañada por 1987”.49 Esto, porque su gobierno
un proceso de ajuste estructural que tuvo mayores márgenes para mani-
complicó el escenario de la conflicti- festar su oposición a la guerra con-
vidad social, debido al incremento en tra la Nicaragua Sandinista, pero no
las luchas por la mejora de las condi- para oponerse a las políticas neolibe-
ciones de vida y por la oposición a la rales de Washington, lo que le llevó
reforma del Estado costarricense.48 a aceptar sus recomendaciones en
materia económica, pero incrementó

49 Edelman, Marc. Campesinos contra la globali-


47 Idem, pp.99-108. zación. Movimientos sociales rurales en Costa
Rica. San Pedro, Editorial de la Universidad de 177
48 Valverde, Jean Pierre y Araya, op. cit., p.1. Costa Rica, 2005, p.188.

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las demandas del sector campesino ha llamado ‘tontos, ingenuos’ a los


por la lucha por la tierra, la defensa de dirigentes y todo su estilo ha sido ab-
la producción tradicional, la participa- solutamente irrespetuoso, ofensivo
ción en nuevos espacios productivos y prepotente”.52 Un año después, el
y el fortalecimiento de su autonomía desencuentro entre campesinos y el
organizativa.50 ministro fue mayor, ya que en la re-
unión organizada para dialogar con
Las dificultades que existieron en- Álvarez Desanti, éste llegó cuatro ho-
tre el gobierno y las organizaciones ras tarde a la cita, por lo que los agri-
campesinas, especialmente en la Ad- cultores se negaron a recibirlo.53 Algo
ministración Arias, se hicieron eviden- similar ocurrió en la huelga de Santa
tes ante la presencia de tres ministros Cruz de 1988, en donde después de
de Agricultura, quienes fueron Alberto marchas, bloqueos y la actuación de
Esquivel Volio, Antonio Álvarez Des- la Fuerza Pública, los dirigentes de la
anti y José María Figueres Olsen. En Asociación de Pequeños Productores
el contexto de la aprobación de los del Pacífico Seco (ASPPAS) levanta-
PAE, estos ministros conjugaron una ron las medidas de presión, bajo la
diversidad de mecanismos para rela- promesa de una negociación a rea-
cionarse con el sector agrario como lizarse en San José. Sin embargo, al
lo fueron el ocultamiento de informa- llegar a la capital ningún funcionario
ción, la intransigencia para negociar público esperaba a los representan-
y una discursividad tecnocrática, de- tes campesinos.54
jando excluidas de las negociaciones
a las organizaciones campesinas.51 Sin que existiera un patrón idénti-
co para enfrentar a las diversas orga-
Sólo para ejemplificar, en 1987 nizaciones campesinas, en términos
las organizaciones campesinas en- generales, se puede decir que el go-
viaron una carta al presidente de la bierno “desarrolló un modelo de ne-
república, en donde “llamaron la gociación en el que combinó la repre-
atención sobre el trato y la forma de sión, el diálogo, la atención selectiva
actuar del Ministro Álvarez Desanti. de una demanda y la desatención
Se quejaban de que éste se había total de otras”.55 En este estilo se ne-
referido “a los dirigentes campesinos gociación, el criterio tecnocrático fue
en términos ofensivos. Textualmente fundamental para la toma de decisio-

50 Román, Isabel. Estilos de negociación política 52 Idem, p.191.


de las organizaciones campesinas en Costa 53 Idem, p.197.
Rica durante la década de los ochentas. Tesis
presentada para optar por el grado de Magís- 54 Edelman, Marc. “La cultura política de una
ter Scientae en Sociología, San Pedro, Univer- protesta campesina contra el ajuste estructu-
sidad de Costa Rica, 1993, pp.102-103. ral económico”. En: Revista de Historia. Nº 23,
178 enero-junio, 1991, p.166.
51 Edelman, Marc. Campesinos contra la globali-
zación…, op. cit., p.189. 55 Román, op. cit., p.120.

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Costa Rica en la década de 1980: estrategias de negociación política en tiempos de crisis
¿Qué pasó después de la protesta?

nes que suponían la exclusión de los tuvo de parte del Movimiento Revo-
representantes campesinos. Edel- lucionario de los Trabajadores (MRT),
man agregó a este recetario de la ne- vinculado a la izquierda.58 Así como
gociación “las concesiones menores, las medidas de presión fueron un
promesas vagas y un uso repentino elemento indispensable, sin el cual
–aunque por lo general, esporádico y el gobierno no hubiera accedido a
moderado- de la represión”.56 la negociación, un aspecto común a
las tres negociaciones analizadas por
Al analizar las negociaciones con Román fue la demora y la prolonga-
la Federación Sindical Agraria Nacio- ción para desgastar a las organizacio-
nal (FESIAN), la Unión de Pequeños nes, sin que se consiguiera acuerdo
y Medianos Productores Naciona- alguno después de la negociación,59
les (UPANACIONAL) y la Unión de algo que también fue practicado en
Pequeños Agricultores del Atlántico las formas de negociación con el sin-
(UPAGRA), Román encontró diferen- dicalismo bananero.
cias significativas en los estilos de
negociación. Mientras que con la FE-
SIAN el gobierno desarrolló un estilo
clientelista, debido a la vinculación y Abriendo preguntas:
relaciones cercanas de sus integran- la negociación
tes con el PLN, con los representan-
como problema de
tes de UPANACIONAL desarrolló una
estrategia legalista, en quienes primó investigación
la idea de sugerir procedimientos le-
gales para alcanzar determinadas me- Al analizar las formas de negocia-
tas57. Por su parte, con UPAGRA se ción se ha buscado responder al in-
construyó una relación de constante terrogante de cómo atendió, enfrentó
conflicto, debido a los instrumentos y negoció sus conflictos la sociedad
de lucha utilizados –bloqueos, mar- costarricense en los años 80s. Una
chas y toma de edificios-, a la pre- forma de negociar fue la practicada
sencia de un número significativo de con los representantes del sindicalis-
extrabajadores bananeros en la or- mo bananero, en donde la demora en
ganización y al apoyo que UPAGRA las negociaciones, la neutralización
del conflicto mediante la inserción
56 Edelman. “La cultura política…”, op. cit., del solidarismo y el pentecostalismo
p.177.
y el arreglo directo se impusieron so-
57 Al ser Cartago una de las provincias más bre las formas colectivas de cons-
conservadoras y devotas al catolicismo, los
representantes gubernamentales tenían más truir arreglos. Las negociaciones y
disposición a negociar con los miembros de
UPANACIONAL, lo que no sucedió con las or-
ganizaciones más militantes. Edelman, Cam- 58 Román, op. cit., pp.162-187.
pesinos contra la globalización…, op. cit., 179
p.173. 59 Idem, p.179.

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el incumplimiento de los acuerdos si bien este tipo de negociaciones


relacionados con el aumento de las permitieron el establecimiento de re-
tarifas eléctricas fueron las estrate- laciones más cercanas entre los re-
gias utilizadas con las Asociaciones presentantes gubernamentales y de
de Desarrollo y los grupos de vecinos las organizaciones, a largo plazo, las
en 1983. Cooptación, clientelismo e segundas se vieron minadas debido
institucionalización del conflicto fue a la fragilidad de los compromisos
la estrategia utilizada con los frentes políticos adquiridos con organizacio-
de vivienda, mientras que con las or- nes más poderosas como el PLN, lo
ganizaciones campesinas, la intransi- que les restó autonomía y capacidad
gencia, las relaciones tecnocráticas y de proposición, llevándolas a aceptar
las negociaciones desgastantes fue- los arreglos convenientes al partido.
ron los mecanismos utilizados en la
mesa de negociaciones. El análisis de estos conflictos per-
mite concluir que la participación en
Siguiendo a McCarthy y Wolfson, las negociaciones no siempre fue un
en las negociaciones tuvieron más paso previo en el camino de la aten-
posibilidades de concretar acuerdos ción a la demanda, esto porque la
quienes construyeron más apoyos, desmovilización, la neutralización o la
vinculándose a las redes del Partido institucionalización del conflicto fue-
Liberación Nacional (PLN), quienes ron algunos de los resultados que es-
además, plantearon sus demandas tas dinámicas buscaron propiciar. Es
desde una vía “más institucionaliza- por ello, que a diferencia de lo plan-
da”, sin recurrir “en exceso” a la uti- teado en el contexto de los conflictos
lización de mecanismos de presión armados centroamericanos en donde
considerados “violentos”. Sin lugar el término negociación fue acuñado
a dudas, esta se convirtió en una de en el binomio “diálogo-negociación”,
las contradicciones fundamentales para el contexto costarricense dicho
de los procesos de negociación de la concepto tuvo significativas media-
década, ya que a pesar de la prefe- ciones. Esta reflexión muestra como
rencia por la vía institucionalizada, fue en algunas coyunturas, la negocia-
imposible llamar la atención del go- ción se opuso al diálogo para cons-
bierno, sin recurrir a los mecanismos truir alternativas a los conflictos del
de presión. periodo, visualizando un miedo a la
confrontación y al desencuentro.
Así, valorando las formas de ne-
gociación, el carácter clientelista fue Considerando lo anterior, algunas
el que ofreció mayores posibilidades preguntas que pueden orientar nue-
de alcanzar las reivindicaciones, aun- vas reflexiones sobre la construcción
que esto significara la desmovilización de arreglos negociados serían las si-
180 de los grupos sociales. No obstante, guientes: ¿qué del miedo a “la lucha

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Costa Rica en la década de 1980: estrategias de negociación política en tiempos de crisis
¿Qué pasó después de la protesta?

de clases”, o del miedo a una solu- Argüello, Manuel: 1981 Los más po-
ción violenta de los conflictos ha ope- bres en lucha. Heredia, Editorial
rado en las formas de negociación, de la Universidad Nacional.
no sólo en la década de los 80s, sino
en las dinámicas políticas de los años Bayron, Barrera, “Centroamérica: Los
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