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ANALISIS DE PERFILES, HORIZONTES DEL SUELO Y GRADOS

TEXTURALES UBICADOS EN EL VALLE DE SIBUNDOY

PRESENTADO POR:
MYLEIDI ANDREA MUÑOZ CAICEDO
LUS ANTONIO MARTINEZ VALLEJO
JOHAN SEBASTIAN GUERRERO MORA

INSTITUTO TECNOLOGICO DEL PUTUMAYO


TECNOLOGIA EN SANEAMIENTO AMBIENTAL
RECURSO SUELOS
QUINTO SEMESTRE
SIBUNDOY - PUTUMAYO
ABRIL-2015
ANALISIS DE PERFILES, HORIZONTES DEL SUELO Y GRADOS
TEXTURALES UBICADOS EN EL VALLE DE SIBUNDOY

PRESENTADO A:
ADRIANA GUERRA ACOSTA I.A. Esp. Mig,

INSTITUTO TECNOLOGICO DEL PUTUMAYO


TECNOLOGIA EN SANEAMIENTO AMBIENTAL
RECURSO SUELOS
QUINTO SEMESTRE
SIBUNDOY - PUTUMAYO
ABRIL-2015
INTRODUCCION

El suelo es un recurso viviente y dinámico que condiciona la producción de


alimentos. El suelo no sólo es la base para la agricultura, sino que de él depende
toda la vida del planeta. La mayor parte de las etapas de los ciclos biogeoquímicos
tienen lugar en él. La actividad microbiana del suelo (o edáfica) da cuenta de las
reacciones bioquímicas que se suceden dentro de este complejo y heterogéneo
sistema; en el suelo, la pronta respuesta de los procesos microbianos y de la
estructura de las comunidades a las alteraciones físicas, químicas y biológicas
constituye un aspecto central de la calidad del suelo (García, 2011).

Dicho elemento tan indispensable para la producción, el desarrollo sostenible de


todas las poblaciones y la base de un sistema económico político y cultural posee
entre sus propiedades la textura que representa el porcentaje en que se
encuentran los elementos que constituyen el suelo; arena gruesa, arena media,
arena fina, limo, arcilla. Se dice que un suelo tiene una buena textura cuando la
proporción de los elementos que lo constituyen le dan la posibilidad de ser un
soporte capaz de favorecer la fijación del sistema radicular de las plantas y su
nutrición (Rucks, 2004).

El presente trabajo contiene el estudio de los diferentes perfiles que podremos


encontrar en el Valle de Sibundoy seleccionados aleatoriamente donde se
consideró a simple vista importantes características del suelo, divisando
horizontes propios con el propósito de llevar al campo lo visto en el aula de
clases.
JUSTIFICACION

El suelo permite que todas las formaciones vegetales naturales y los cultivos
tengan buena fijación de sus raíces y así puedan buscar los nutrientes necesarios
y la humedad que requieren para vivir.

El hombre obtiene del suelo no sólo la mayor parte de los alimentos, sino también
fibras, maderas y otras materias primas estos son de vital importancia para los
animales, muchos de éstos obtienen su alimento única y exclusivamente de los
suelos; además sirven, por la abundancia de vegetación, para suavizar el clima y
favorecer la existencia de corrientes de agua.

Es por esta razón que la práctica realizada es de suma importancia para nosotros
como futuros profesionales en el campo ambiental ya que se nos permite evaluar y
profundizar los conocimientos adquiridos en las horas cátedras, para esto se
tomaron 10 perfiles de suelos en diferentes lugares del valle de Sibundoy, donde
identificamos sus respectivos horizontes y se determinaron los elementos que se
incluyen en la formación de estos, lo cual nos proporcionó diferencias entre las
características de cada una de estos.
OBJETIVOS

Objetivo General

Identificar y analizar los perfiles, horizontes del suelo con sus respectivos grados
texturales, en algunos lugares del Valle de Sibundoy, con el propósito de emitir
conceptos básicos en el área de suelos a través de la toma de muestras aplicando
la teoría en la práctica para obtener un aprendizaje significativo.

Objetivos Específicos

 Identificar los diferentes perfiles y horizontes determinando algunas


propiedades como color, textura, grosor y contenido de cenizas volcánicas.
 Realizar la prueba de alófana para determinar el contenido de cenizas
volcánicas, material formado de suelos que en un alto porcentaje que
influye en las propiedades físicas, químicas y que su composición
mineralógica depende de la naturaleza magmática .

 Conocer los diferentes procedimientos de laboratorio para la determinación


de las propiedades físicas y químicas con la respectiva orientación del
docente de una muestra de suelo.
4. MARCO REFERENCIAL.

4.1 ANTECEDENTES.

En el siglo XVIII ocurrió en Europa una gran erupción del desarrollo científico. En
Francia e Inglaterra, el estudio del suelo era fundamentalmente agrícola y químico,
mientras en Alemania y sobre las bases proporcionadas por la Geología, aparece
una escuela para estudiar, definir e inventariar los suelos. 

Una teoría sobre la génesis del suelo de la época indicaba que: “Los suelos se
originan por alteración “in situ” de las rocas o por depósito de materiales alterados
después del transporte” los integrantes de esta escuela consideran que el suelo es
el horizonte superior de las rocas, dando a la palabra horizonte el significado
de capa.

En 1880, ya se considera al suelo como una entidad natural, es decir, un cuerpo


de la naturaleza, independiente y variante. Se le precisa como un ente complejo,
estructurado y dotado de regímenes cíclicos (diarios, mensuales y anuales), que
evoluciona en el curso del tiempo y cuyos caracteres están en relación con los
factores de diferenciación: rocas, clima, topografía, seres vivos y edad. Por tanto,
se dota al suelo de historicidad y geograficidad y se le coloca dentro de los
conjuntos naturales, lo que contribuye al desarrollo de la Ecología. Además, se
acepta la existencia de un desarrollo (edafogénesis), que lleva a minimizar los
enormes errores técnicos que producían las aproximaciones parciales. 

En 1886 evoluciona su concepto de suelo: “es un cuerpo independiente, ubicado


en la parte superficial de las rocas, diferente de la roca madre que, de un modo
natural ha experimentado cambios bajo la acción compleja del agua, aire y
diferentes clases de organismos vivos y muertos, clima y relieve”. También
menciona que con la edad, las rocas han sido objeto de procesos, pero este factor
no lo emplea en su clasificación. En lugar de estudiar aspectos parciales, comenzó
por analizar la anatomía del suelo, realizando cortes en el terreno (siempre de la
misma manera), y estableciendo lo que se llamó perfiles de suelo.
En aquella época, los suelos raramente eran examinados más abajo de la
profundidad habitual del laboreo y Dokuchaev, por la forma de levantar los perfiles,
rompe con la concepción del suelo como manto superficial de roca suelta y
alterada (de donde se obtienen de forma dispersa datos analíticos físicos,
químicos, agronómicos o forestales, sin ninguna visión de síntesis) (Historia de la
geotécnica-historia de la ciencia del suelo, 2012). 

4.2 MARCO CONTEXTUAL

4.2.1 Departamento del Putumayo: Está situado en el sur del país, en la región
de la Amazonia, localizado entre 01° 26’ 18” y 00° 27’37” de latitud norte, y 73°
50’39” y 77°4’58” de longitud oeste, cuenta con una superficie de 25648 km2 lo
que representa el 2.2% del territorio nacional limita al norte con el departamento
de Nariño, cauca y el rio Caquetá que lo separa del departamento de Caquetá, por
el Este con el departamento de Caquetá, por el Sur con el departamento del
amazonas y los ríos putumayo y San miguel que los separa de las repúblicas del
Perú, y por el Oeste con el departamento de Nariño. (www.miputumayo.com)

4.2.2 Municipio de Sibundoy: El área total del valle de Sibundoy es de 525 km2,
fisiográficamente este valle, tiene forma de una gran elipse de aproximadamente
25500 hectáreas, dentro de estas hay 8500 hectáreas planas y 44000 hectáreas
de ladera y montaña. La temperatura media anual es 15.9°C, con una humedad
relativa de 83%, y una precipitación anual de 1579 mml; su altura sobre el mar es
de 2100 m.s.n.m.
Fig. 1 Localización del municipio de Sibundoy en el departamento de Putumayo-
Colombia.

COLOMBIA DEPARTAMENTO DE PUTUMAYO

MUNICIPIO DE SIBUNDOY

Fuente: de Este trabajo


4.3 MARCO TEORICO

Meteorización del Suelo

El efecto del material parental es más importante en las etapas iniciales de la


formación del suelo que en etapas avanzadas. La meteorización del material
parental depende de la presencia de minerales ácidos o básicos. En general, los
minerales ácidos (e.g. cuarzo, feldespasto, horblenda, mica) son más resistentes a
la meteorización que los minerales básicos (e.g. olivino, piroxena y plagioclasa
cálcico; (Townsend, 1985). Durante la meteorización generalmente se obtiene una
composición elemental rica en Si, Al y cationes base (e.g. Na, Ca). El Si y los
cationes base son disueltos y removidos de las capas superficiales y el Al tiende a
permanecer. A medida que el clima se hace más húmedo ocurre mayor disolución
y se alcanza a remover Al progresivamente (Ziegler et al., 2003; Nanzyo, 2004).
Los mecanismos de disolución y lixiviación son muy importantes para la formación
de los suelos derivados de cenizas volcánicas ya que llevan a zonas superficiales
altamente porosas y la disponibilidad de las soluciones necesarias para la síntesis
de minerales secundarios.

El suelo es un componente crítico de la biosfera no renovable a escala humana.


La salud de los recursos de suelo y una correcta gestión de los mismos es vital, no
solo para el correcto funcionamiento de los ecosistemas, sino también para que
los suelos desempeñen sus múltiples funciones en la mejora de la productividad
biológica, soporte para el crecimiento de la cobertura vegetal, regulación y
almacenamiento del flujo hídrico en el medio ambiente, atenuación de los efectos
nocivos de contaminantes mediante procesos físicos, químicos y biológicos, e
incluso la mejora de la salud humana y los usos recreativos y estéticos de los
paisajes (Glanz, 1995; Sojka and Upchurch, 1999; Singer and Sojka, 2001).

En condiciones naturales, los suelos alcanzan un estado de equilibrio tras un lento


proceso de formación conocido como edafogénesis. El suelo en este estado
climático se encuentra cubierto por una cobertura vegetal que le aporta nutrientes
y materia orgánica contribuyendo a la mejora de su estructura, y a la protección
frente a procesos erosivos.

El suelo es un sistema conformado por diferentes fracciones: la mineral, la materia


orgánica y los organismos –constituyendo lo que se denomina fase sólida- , agua
–fase líquida- y, el aire –fase gaseosa-, cada una de estas fases se encuentra en
estrecha interrelación con las otras para constituir ese todo que se denomina suelo
(Cardoso, 1999).

Suelos originarios de cenizas volcánicas

Las cenizas volcánicas son generadas a partir de la fragmentación del magma y


de materiales en el cono del volcán prevenientes de erupciones anteriores
(Wohletz y Krinsley, 1982; Büttner et al., 1999). Tres mecanismos han sido
identificados como los principales generadores de cenizas volcánicas: la ruptura
del magma debido a vesiculación, la fragmentación del magma debido a los
elevados esfuerzos térmicos y la pulverización de la lava en las paredes de la
chimenea del volcán durante la erupción. El mecanismo de formación de las
cenizas define la morfología en bloque o vesicular. Las cenizas en bloque tienen
superficies planas resultado de la fractura vítrea del magma. Las cenizas
vesiculares pueden tener texturas de gota de agua o superficies formadas por la
ruptura del material a través de zonas que presentaban burbujas de aire (Wohletz
y Krinsley, 1982). Los suelos, entonces desempeñan correctamente todas sus
funciones y presentan una calidad adecuada (García et al., 2003). No obstante, el
equilibrio de los suelos se puede perturbar por diversos motivos, entre los que
destacan, indudablemente, los de origen antrópico.

Suelos residuales derivados de las cenizas volcánicas se desarrollan a través de


procesos de alteración física y química de los depósitos de cenizas volcánicas
(disolución, lixiviación y precipitación de compuestos). Estos procesos transforman
los minerales, la forma y el tamaño de las partículas, la fábrica y la porosidad. Su
influencia es controlada por las condiciones climáticas y el tiempo. Las
condiciones climáticas (precipitación, temperatura, humedad y viento) determinan
la presencia de fluidos disponibles para las reacciones químicas, la tasa a la cual
estas reacciones ocurren, la migración de compuestos, la erosión, entre otros
procesos (Chadwick et al., 2003; Townsend, 1985). El tiempo por su parte,
gobierna la secuencia para la síntesis de minerales secundarios y la distribución
de tamaños de partículas.

La composición de la alofana varía de acuerdo con el predominio de Al ó Si y en la


naturaleza se pueden encontrar alofanas ricas en Al (Al:Si: 2:1) y alofanas ricas en
Si (Al:Si : 1:1). Aunque la mayor parte de la literatura técnica se ha referido a
la alofana como un mineral amorfo, este mineral presenta un estructura ordenada
que consiste de esferas huecas con diámetros externos variando entre 3,5 y 5 nm
y espesor variando entre 0,7 y 1 nm (Shoji et al., 1993; Wada, 1987). Estas
esferas se agrupan en agregados (domains; diámetro: 0.01 – 1 μm), los cuales se
unen para formar agregados de mayor tamaño (clusters; diámetro: 1 – 100 μm).
Una fuerte agregación se desarrolla entre partículas individuales debido a los
enlaces cementantes, enlaces de hidrógeno, atracción eléctrica y fuerzas de Van
der Waals (Rao, 1995).

La presencia de alofana está generalmente asociada con la presencia de


imogolita. Este mineral consiste de hilos suaves y curvos que conectan las
partículas de alofana. Los hilos presentan un diámetro exterior variando entre 10 y
30 nm y longitud de varias micras (Wada, 1987). La imogolita presenta
propiedades químicas similares a la alofana, pero a diferencia de la alofana se
forma únicamente a partir de soluciones con relaciones Al/Si~0,5-1,0 y pH∼5.

Perfil y Horizontes del suelo.

Los suelos varían considerablemente según el grado de diferenciación de sus


horizontes, que pueden definirse como capas dentro del perfil de suelo que tiene
las mismas características edafológicas (color, estructura, textura, etc.) y que se
presentan de modo paralelo a la superficie del terreno.

Durante los procesos de formación de los suelos los horizontes se detectan en sus
etapas más tempranas de formación solamente a través de un examen cuidadoso
y detallado. Conforme se desarrollan los horizontes, generalmente éstos son más
fáciles de identificar en el campo.

Horizontes genéticos
Como se ha comentado en el apartado anterior, los horizontes genéticos son
aquellos que intentan interpretar la génesis de los suelos de manera subjetiva y
utilizada para describir el perfil de un suelo.

Para designar los horizontes se utilizan tres categorías de símbolos en diversas


combinaciones. Estas son: letras mayúsculas, letras minúsculas y números
arábigos. Las letras mayúsculas se utilizan para designar los horizontes y capas
principales; las letras minúsculas son utilizadas como sufijos para indicar
características específicas de los horizontes y capas principales; y los números
arábigos son utilizados también como sufijos para indicar subdivisiones verticales
dentro de un horizonte o capa y como prefijos para indicar discontinuidades. Las
letras mayúsculas O, L, A, E, B, C, R y W representan los horizontes genéticos
principales y las capas de los suelos (Gisbert, 2001).

Horizontes genéticos orgánicos

Horizontes o capas O: Son horizontes donde predomina el material orgánico.


Algunos están saturados con agua durante largos períodos de tiempo o bien
estuvieron saturados pero en la actualidad se encuentran drenados artificialmente;
otros nunca han estado saturados por agua. Algunas capas O están formadas por
materiales forestales no descompuestos o parcialmente descompuestos tales
como hojas, acículas, ramillas, musgos y líquenes y que han sido depositados en
la superficie del suelo. Pueden encontrarse tanto sobre los suelos minerales como
sobre los orgánicos (FAO, 1999).

Horizonte A: Son horizontes minerales que han sido formados en la superficie del
suelo o subyacentes a un horizonte O, que muestran alteración de toda o gran
parte de la estructura original de la roca y presentan una o más de las siguientes
características:

1. Una acumulación de materia orgánica humificada íntimamente asociada con la


fracción mineral y no dominan las propiedades características de los horizontes E
o B (definidos posteriormente)

2. Muestran propiedades derivadas de su laboreo, pastoreo u otros tipos de


alteraciones similares.

Horizontes o capas L: Son horizontes o capas límnicas que incluyen tanto


materiales límnicos orgánicos como minerales, los cuales fueron

1. Depositados en el agua por precipitación o a través de la actividad de


organismos acuáticos tales como algas y diatomeas, ó

2. Derivados de plantas acuáticas sumergidas o flotantes y posteriormente


modificadas por animales acuáticos.

Horizontes E: Son horizontes minerales caracterizados por la pérdida de arcilla


solicitada, hiero, aluminio, o alguna combinación de los mismos, permaneciendo
en ellos una concentración elevada de partículas de arena y limo. Estos horizontes
no presentan en todas o en su mayor parte la estructura original de la roca.
Horizontes B: Son los horizontes que se han formado por debajo de un horizonte
A, E, u O. y se caracterizan por no presentar en todo o en la mayor parte del
mismo la estructura original de la roca y manifestar una o más de las siguientes
características:

1. Una concentración iluvial de arcilla silicatada, hierro, aluminio, humus,


carbonatos, yeso o sílice, solas o combinadas;
2. Evidencia de remoción o adición de carbonatos
3. Concentración residual de óxidos
4. Revestimiento de sesquióxidos que hacen que el horizonte presente un color
con un brillo menor, un croma mayor o un matiz más rojizo que los horizontes
supra y subadyacentes, sin aparente iluviación de hierro.
5. Alteraciones que dan lugar a arcillas silicatadas o liberan óxidos o ambos y que
desarrollan una estructura granular, en bloque o prismática si cambia el volumen
al variar el contenido de humedad.
6. Fragilidad
7. Fuerte gleización.

Horizontes o capas C: Horizontes o capas, excluyendo la fuerte cementación y la


roca dura, que están poco afectados por procesos pedogenéticos y carecen de las
propiedades de los horizontes O, A, E o B. La mayoría son capas minerales. El
material de las capas C puede ser o no el mismo material parental que
presumiblemente ha dado origen al suelo. El horizonte C puede haber sido
modificado aunque no presente evidencia de pedogénesis.

Horizontes o capas C: Horizontes o capas, excluyendo la fuerte cementación y la


roca dura, que están poco.
Propiedades físicas del suelo.

Las propiedades físicas de los suelos, determinan en gran medida, la capacidad


de muchos de los usos a los que el hombre los sujeta. La condición física de un
suelo, determina, la rigidez y la fuerza de sostenimiento, la facilidad para la
penetración de las raíces, la aireación, la capacidad de drenaje y de
almacenamiento de agua, la plasticidad, y la retención de nutrientes. Se considera
necesario para las personas involucradas en el uso de la tierra, conocer las
propiedades físicas del suelo, para entender en qué medida y cómo influyen en el
crecimiento de las plantas, en qué medida y cómo la actividad humana puede
llegar a modificarlas, y comprender la importancia de mantener las mejores
condiciones físicas del suelo posibles.

 Textura del suelo.

Es precisamente esta proporción de cada elemento del suelo lo que se llama la


textura, o dicho de otra manera, la textura representa el porcentaje en que se
encuentran los elementos que constituyen el suelo; arena gruesa, arena
media, arena fina, limo, arcilla. Se dice que un suelo tiene una buena textura
cuando la proporción de los elementos que lo constituyen le dan la posibilidad de
ser un soporte capaz de favorecer la fijación del sistema radicular de las plantas y
su nutrición (Rucks, 2004).

En geología, el término textura aplicado a las rocas, tiene sentido diferente,


designa el modo en que los elementos constituyentes de la roca se agrupan en el
espacio confiriéndole su conformación general.

Origen de la textura del suelo

Hay que considerar en primer término la roca madre; el suelo tendrá


indiscutiblemente una tendencia congénita a ser arcilloso, limoso, arenoso, según
que la roca sea arcillosa, limosa, o arenosa, en el caso de rocas sedimentarias y
sedimentos, o bien que sea capaz de producir esos elementos en el curso de su
alteración, si se presenta al estado de roca consolidada y coherente.

Esta tendencia puede ser favorecida o contrarrestada por la evolución. El humus


aparece normalmente con todos los factores que condicionan su naturaleza
(vegetación, clima, medio pedológico, etc.). El suelo puede entonces enriquecerse
con humus cálcico y estabilizarse, o puede descalcificarse y ser lixiviado. En este
caso, la proporción de arcilla disminuye en la superficie y aumenta en la
profundidad. El humus puede dar lugar a migraciones capaces de transformar
radicalmente la textura original, como por ejemplo en la podzolización. Mientras se
produce esta evolución, la alteración de la roca madre puede continuar, puede
enlentecerse y hasta detenerse.

Todas estas eventualidades influyen sobre la textura del suelo. Esta depende por
lo tanto, en grados diversos, de la naturaleza de la roca madre y de los procesos
de evolución del suelo. En resumen, la textura de un suelo será el resultado de
la acción de los factores de formación de suelo y su intensidad de acción (Kaplan,
2004).

A continuación se describe las texturas que presenta un suelo:

Las texturas arcillosas dan suelos plásticos y difíciles de trabajar. Retienen gran
cantidad de agua y de nutrientes debido a la microporosidad y a su elevada
capacidad de intercambio catiónico. Aunque retengan agua en cantidad presentan
una permeabilidad baja, salvo que estén bien estructurados y formen un buen
sistema de grietas (Porta et al., 2003).

La textura arenosa es la contrapuesta a la arcillosa, pues cuando en superficie


hay una textura arenosa los suelos se conocen como ligeros, dada su escasa
plasticidad y facilidad de trabajo. Presenta una excelente aireación debido a que
las partículas dominantes de gran tamaño facilitan la penetración del aire.
Únicamente cuando se producen lluvias intensas se puede producir
encharcamiento o escorrentía, momento en el que la erosión laminar es muy
importante. La acumulación de materia orgánica es mínima y el lavado de los
elementos minerales es elevado.

La textura limosa presenta carencia de propiedades coloidales formadoras de


estructura, formando suelos que se apelmazan con facilidad impidiendo la
aireación y la circulación del agua. Es fácil la formación de costras superficiales
que impiden la emergencia de las plántulas.

Las texturas francas o equilibradas al tener un mayor equilibrio entre sus


componentes, gozan de los efectos favorables de las anteriores sin sufrir sus
defectos, el estado ideal sería la textura franca y a medida que nos desviamos de
ella se van mostrando los inconvenientes derivados.

La estructura, consistencia y el color del suelo son también otros aspectos que
ayudan al reconocedor a identificar la textura. La estructura de un suelo es la
manera como están dispuestos sus componentes. Los granos o partículas de
arena, limo y arcilla del suelo se adhieren o unen entre si y forman "terrones" o lo
que los técnicos llaman "agregados del suelo" (Álvarez y Velozo, 1974).

 El color del suelo

El color es un carácter del suelo, fácil de observar y de uso cómodo para


identificar un tipo de suelo dentro del cuadro regional o local. Generalmente está
en relación con los procesos de pedogénesis o con uno de los factores de
formación. Pero, por una parte, el proceso que colorea el suelo no es siempre
fundamental, y por otra parte, la misma coloración, o matices vecinos bien pueden
resultar de causas diferentes. Es así que ese carácter debe ser utilizado con
circunspección y sabiendo que raramente tiene valor como criterio de clasificación
al nivel de los grandes tipos de suelos (García et al., 1975).
Los elementos del color del suelo

Las principales sustancias que confieren al suelo su color son los humus,
compuestos minerales como los óxidos, sulfuros, sulfatos, carbonatos. Los colores
claros, es decir, el blanco el blancuzco, son debidos a la abundancia de minerales
blancos o incoloros. Los horizontes superficiales de suelos evolucionados
presentan bastante raramente esos tintes, salvo en los suelos de regiones secas,
áridas o desérticas. Pero se encuentran más a menudo en los horizontes del
subsuelo o en los suelos poco evolucionados, en los suelos esqueléticos y en los
decapitados, en los que la erosión se ha llevado los horizontes superficiales. Los
minerales que tienden a provocar estas coloraciones claras son la sílice, el
calcáreo en un grado elevado de pureza, el yeso, los cloruros o la arcilla, también
desprovista de impurezas.

Los colores negros o pardo muy oscuro son provocados por el humus o el
manganeso, estando a menudo este último al estado de bióxido (MnO2), o
también por los sulfuros de hierro.

Toda la gama de coloraciones que van por una parte; desde el rojo y a veces del
granate, al beige, pasando por el amarillo, el anaranjado y el pardo, y, por otra
parte del gris al verde pasando por los diferentes matices del gris, son casi
siempre debidas a los compuestos del hierro, sea que intervengan prácticamente
solos, o que se asocien a otros elementos coloreados del suelo para dar el tinte
resultante.

Se recordará aquí la naturaleza y el color de estos compuestos del hierro,


constituyentes del suelo:

* La hematita (Fe2O3 sesquióxido de hierro), de color rojo, estado amorfo o


microcristalino.

* La goethita (Fe2O3, 3H2O; o FeO. OH), de color amarillo.

* La stilpnosiderita (limonita) (Fe2O3, nH2O), de color amarillo.

* El hidróxido férrico (Fe (OH) 3), de color rojizo.


* El óxido ferroso (FeO), de color verde grisáceo o azulado. Sería más azul en
medio alcalino y verde en medio ácido.

* El hidróxido ferroso (Fe (OH)2), de color verde grisáceo.

A estos minerales hay que agregar:

* Los complejos ferroorgánicos de color negro, hierro-arcilla de color variable


amarillo o pardo, y los compelejos ternarios hierro-arcilla-humus de color pardo.

* Los complejos ferro y ferrisilícicos, respectivamente grisáceos y rojizos.

El color de los compuestos del hierro está estrechamente unido a las condiciones
del medio; traduce, al mismo tiempo que las migraciones de ese elemento, las
modificaciones de estado provocadas ya sea por cambios de pH o de rH, ya sea
por las variaciones de humedad, o por la circulación de las aguas del subsuelo.
Entre todos estos compuestos, los más frecuentes son la hematita, las
stilpnosiderita, la goethita, los hidróxidos férricos y ferrosos, los sulfuros de hierro,
los complejos hierro-humus, hierro-arcilla, e hierro-sílice. Algunas arenas deben su
coloración negruzca a la presencia de magnetita (óxido magnético de hierro,
Fe3O4), o de ilmenita (titanato de hierro), pero estos casos son excepcionales
(García et al., 1975).

El suelo es un recurso viviente y dinámico que condiciona la producción de


alimentos. Su calidad tiene un papel fundamental en el mantenimiento del balance
entre producción y consumo de dióxido de carbono en la biosfera. El suelo no sólo
es la base para la agricultura, sino que de él depende toda la vida del planeta. La
mayor parte de las etapas de los ciclos biogeoquímicos tienen lugar en él (Paul y
Clark 1996).

4.4 MARCO CONCEPTUAL

Alófana: es un aluminosilicatos hidratado producido en etapas tempranas de la


meteorización del vidrio volcánico, a partir de soluciones de Si y Al y en
condiciones de pH > 4,7 (Van Olphen, 1971; Wesley, 1977; Wada, 1987).
Andosoles: Símbolo: T. Suelos oscuros muy ligeros, con alto contenido de ceniza
y otros materiales de origen volcánico (García, 1979).

Color del Suelo: Viene definido en gran medida por la mineralogía de los
materiales que forman cada uno de los horizontes. Rojo, marrón, negro o gris, son
algunos de los colores más característicos y descriptivos del suelo, pero no son
exactos (Ibáñez, 2008).

Edafología: es una ciencia que se ocupa del estudio de la naturaleza y


condiciones que presentan los suelos y la relación que estos mantienen con
los seres vivos que viven sobre ellos (Van Olphen, 1971; Wesley, 1977; Wada,
1987).

Estructura: Las partículas del suelo no se encuentran aisladas, forman unos


agregados estructurales que se llaman peds, estos agregados (o terrones) por
repetición dan el suelo. Es como un poco la celdilla unidad de los cristales que por
repetición origina el mineral. Los agregados están formados por partículas
individuales (minerales, materia orgánica y huecos) y le confieren al suelo una
determinada estructura.

Humus: es un producto que resulta de la desintegración de materia orgánica


(cuerpo de animales y vegetales) logrando de esta manera la fertilización de los
suelos. Este proceso en la naturaleza es tan lento que se requiere años para su
obtención.

Materia orgánica: en suelos es el producto de la descomposición química de las


excreciones de animales y microorganismos, de residuos de plantas o de la
degradación de cualquiera de ellos tras su muerte. En general, la materia orgánica
se clasifica en compuestos húmicos y no húmicos. En los segundos persiste
todavía la composición química e incluso la estructura física de los tejidos
animales o vegetales originales.
http://www.definicionabc.com/general/edafologia.php#ixzz2gDPWIGW6
Perfil: corté o excavación del suelo con el fin de clasificarlo mediante la
evaluación de las características más importantes de cada capa de suelo.
(Marcelo R Zak, 2002).

Suelo: parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que tiende a


desarrollarse en la superficie de las rocas emergidas por la influencia de la
intemperie y de los seres vivos (meteorización). Los suelos son sistemas
complejos donde ocurren una vasta gama de procesos químicos, físicos y
biológicos que se ven reflejados en la gran variedad de suelos existentes en la
tierra. (Marcelo R Zak, 2002).

Textura: contenido relativo de partículas de diferente tamaño, como la arena, el


limo y la arcilla, en el suelo. La textura tiene que ver con la facilidad con que se
puede trabajar el suelo, la cantidad de agua y aire que retiene y la velocidad con
que el agua penetra en el suelo y lo atraviesa (FAO, 1999).
PARTE 2
Determinación de algunas propiedades químicas del cultivo de granadilla en la
finca vereda la esperanza colon putumayo.

1. DETERMINACION DE LA DENSIDAD APARENTE

1.1. METODO DEL CILINDRO GRADUAL

Procedimiento:
Con la ayuda de la gramera se pesó la probeta vacía, para que luego introducir 2
cc de suelo debidamente tamizado en ella y así mismo encontrar su peso con el
suelo debidamente introducido. Luego se procedió a golpear la probeta que
contenía suelo para asi calcular el volumen que se desplazó.
Para determinar la densidad aparente del cultivo de granadilla se procede a
resolver la siguiente formula:

P . PROBETA CON SUELO ( Pvs )−P . PROBETA VACIA (Pv)


( Db )=
VOLUMEN DESPLAZADO DESPUES DEL GOLPE ( Pw )

-Peso de la probeta vacía: 33,2 gr


-Peso probeta + suelo: 35,2 gr
-Volumen ocupado por el suelo después del golpe: 1.2cc
-volumen desplazado por el suelo después del golpe: 0.8 c

35.2 gr−33.2 gr gr
( Db )= =2.5
0.8 cc cc

La densidad aparente obtenida de la muestra de suelo del cultivo de granadilla fue


de 2.5 gr/cc.

2. DETERMINACION DE LA DENSIDAD REAL

PROCEDIMIENTO:
Se procedió a calcular el peso del picnómetro vacío por medio de una balanza,
luego se tamizo la muestra del suelo que se secó en el horno a una temperatura
de 105°C a 110°C aproximadamente

El suelo tamizado fue adicionado dentro del picnómetro (2gr) junto con el agua
hasta cubrir la muestra. En seguida se procedió a hervir la solución en la estufa
durante un periodo de tres minutos, después transcurrido los tres minutos se deja
en reposo durante el picnómetro durante dos horas. Después de este tiempo se
pesa el picnómetro que contiene la mezcla hervida más agua.
Por último se pesa el picnómetro llenándolo de agua hasta el borde y se procede a
determinar la densidad real organizando los datos obtenidos para asi calcular la
siguiente formula:

Datos obtenidos:
Picnómetro vacío (pigV)= 28 gr
Picnómetro mas suelo (pig+s)= 30 gr
Picnómetro mas agua (pig+H2O) = 78.6gr
Peso suelo después de hervir= 79.5 gr

c−a
( DR )=
( b−c )−( a+ d )
Dónde:
a = pigV b= pig+H2O
c= pig+s d= pig+s+ H2O

30 gr −28 gr
( DR )=
( 78.6 gr −30 gr )−( 28 gr +79.5 gr )

2 gr
( DR )=
( 48.6 gr )−( 107.5 gr )

2 gr
( DR )=
()

3. DETERMINACION DEL pH

Se tamizo el suelo secado a temperatura ambiente para obtener un suelo


uniforme sin que haya presencia de pequeños terrones, luego en un beaker
se mezcló 20 gr de suelo con 20cc de agua obteniendo así una mezcla
homogénea para que la reacción se desempeñe de la mejor manera se
mezcla durante 30 segundos cada 20 minutos durante 1 hora, completando
así un total de tres repeticiones. Inmediatamente terminada las tres
repeticiones de la mezcla de la solución se procede a determinar el pH de
esta.

El pH se determina por medio de un instrumento llamado pHmetro que


debe estar antes calibrado con una solución conocida para que no se altere
el resultado de la solución, Cuando el pHmetro este calibrado se toma el pH
de cada una de las muestras de suelo
Después del proceso realizado en el laboratorio los resultados obtenidos en la
muestra del cultivo de granadilla pH= 4.63

El potencial de hidrogeno de la muestra de suelo del cultivo de granadilla fue 4.63


unidades, lo cual quiere decir que el pH es moderadamente acido, por lo tanto
necesita ser encalado para mejorar la disponibilidad de nutrientes.

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