Está en la página 1de 25
By NMED nevivcin medcans qv despa AN 7 ha \ero, poder y politica \e¢xico posrevolucionario cANo Ney Wieeray Prélogo DE CUANDO LOS SIMBOLOS NO DEJABAN ‘VER EL GENERO (LAS MUJERES, 'Y LA REVOLUCION MEXICANA) Gabriela Cano, Mary Kay Vaughan y Jocelya Olcott han ‘compilado una sere de ensayos (investigaciones, incusio- es temticas) soe lat mujeres, el género y la Revolucion ‘mexicana. La antologi toca temas muy diversas, las corone- las de la Revolucion, el machismo atjeretazos en Ia Chudad dde Mético, ef watamientofimico de as mujeres indgenas, 1 divoreio en medios conservadores, In educacion fement- 1a, la construcidn de las nuevas familias, a vida snd sexo raconalizado, el aetvismo de las eatlias y de ls oF ‘zanizacionesrurales y el sexismo en el Frente Popular ‘Sin embargo, no obstante su variedad el bro ofrece un ‘panorama unlicado y complejo, y se aparta con vigor delas ‘generalizacones. Ya se sabe que Dios, el diablo y los lecto- Fes atentos estan en el dtale. En las notas que sigue me propongo un panorama tl vez eomplementario del ofreck {do en una recopilacion tan sigificativa como la presente [BL rncio ATES De PRINCO: As FEMINSTAS DEL NICO {La bienvenda al feminism se da través de la ridiculia- ny los hostigamientos 3 ademas, se produce relatvamen- te tarde. En la sociedad inaugurada por la Constituidn de 1857 y ls Leyes de Reforma de 1860, es inadmisble a part- cipacin femenina fuera de la “zona sagrada” (la reedmara, Ja cocina, las labores domestica, la mis, of confesionario) n rxoLoco ‘80, aunque desde 1821 hay grapos que exigen sus derechos ‘vic, accin vigorizada por la causa liberal Pero la mirada socal no las toma en cuenta, Is desvaecey silencia No sin ‘excepcionesa fines dl siglo xx una suerte de profetioa mez la las alucinaciones mistias y In agitacion radical. Teresa Urrea, la santa de Cahora, proclama sus visiones (enlonces ‘un medio no reconneido de comunieaei6n masva), adquie~ eum discipulado y esl simboto dela resistencia ala injus- ici. En Tomochic (1895) Herbert Fras narra la subleva ‘dn de un pueblo y su igi aplastamiento. nla Ciudad de Mico, en el siglo xx y el siguiente el ‘espacio mds ibre © menos inolerane del pas, suren gr os que alegan apasionadamente los derechos de la mer {en singular, se deiende a In especie ynoa sus integrate), asisten alas reuniones gremials, intervie en las huelgas (no son lderesas pero sls aetivistasindispensables),y ailian al Partido Liberal Mexicano de los anarcosindicalis: ‘as, Fueradeeste ambit, su presencia resulta inconcebible Elcelo patriareal ys tranamnutaci en eédigo de los rele Jos condicionaos de ls fami, santifican el atraso de las ‘mujeres ("Mujer que sabe latin, at tiene marido ni tiene buen fin” o, quizis, "Mujer que se independiza no aise a ‘misa’. En la segunda mitad del siglo x, la gran mayoria de las mujeres no tone acceso a a edcacin los expacion piblicos, ydebido a eso yen pos de a secularizacion lost berales jurists impulsan algunos cambios. Gracias a un punto del Programa de Gobicrno (1861), las mujeres igre san selectva y paulatinamente a las universidades y en la provincia se fundan escuelas normales “para sehoritas” Con el anhelo de espacios propicios y convencda dl im. plso emancipatorio de la educacton, la eseritora Lautcana Wright de Kleinhaus funda la primera revista “de gener! ‘en Mésico, Voltas del Andluae (1884-1887), que entre mul: titud de poemas yreflexiones moralistas demands el sf ‘lo femenino ylaigualdal de ambos vexos. Protoco » Enel campo del trabajo hay hechos signiieativos. En la reunién de 1376 del Congreso General Obrero de la Rep bea Mexicana una agrupacion, La Social, enviaa dos mu jeres de representantes ¥en la sesion general —informa John M, Hare en El anarusmo 9 a clase bere mesicane 4£860-1931-~ el socaliata Mata Rivera xe opone al desempe fo de las mujeres enlos aston pablicos. Los de La Social parecen convencidos; en efecto, ls delegadas en el Congre- S0 son un precedente riesgoso. Muntzur, editor de I to del Trabejo, porsuade ala asamnbea de lo contario. Por vez primera en Is historia dl mavimiento obrero de Mésleo, las mujeres intervienen en una organizacién nacional! Tnspiradas por sus padres y hermanos, dirigidas por mujeres v hombres excepelonals,centenares de miltantes temprendn In batalla politica y cultural que no admiten a ‘machismo nila Iglesia catliea. Por eso, en los albores del feminist en México, el nticlerielismo es una actitud ne- cesar que pass inadvertida socialmente porque no se es- ceuchan ni se leen los planteamientos de las mujeres. Un ejemplo: la proclama de las damas de Cuicatkin, Oaxaca, “spi alas dammas de Zieuare: mujer mexicana, qe ha so hasta hoy el strumento de ‘ets noes lad iefreequenbla par lets da amvila del prosreso, por eet de vin Cancers inal Iipsertamente por fanatsmo reign xa ie, como ak heroics eas pr oj imasor debe ears uni ele wierd erating tan 5 temile de esr hot, de nesta concen de mista fan yde ests ptrn ‘A Porfsto Diaz también, y decididamente, se le oponen algunas mujeres; el simbolo més elocuente: Carmen Ser- sine Figur 1977p. " PaoLoco «lin, que en 1910 muere combatiendo en Puebla. Las revo- Jucionaris conocids son por lo comta sehorasy sfoitss de clase media y alta que fundan clubes antigubernanens tals ydiscutenalteratvas ala dictadura. En easnto slag _mujeres de estratos populares la violencia. iltile desen- sdenada en su contra explica su parteipacion escasa en Jas moulizaciones. Su inmovilidad labora y social provoce ‘su desinformacin, que es el principio yel fn desu despot, ‘tzacion, En 1904 se funds el primer grup feminist, la So eda! Protectora de In Mujer (queen st nombre santiiea 1 prejuicio) y que para explicar sus propésitos mantiene luna revista. Za mujer mexicana (1904) Poco despues eres Ja Sociedad Internacional Feminista “Cosme, y en 1900, lun grupo, “Las admiradoras de uses" exige derechos art. ‘cos para ln mujer, espectficamente el voto ‘Las miliantes mas Iicias y combatvas son ls anarco sindicelistas del Partido Liberal Mexicano. En 1895, Juana Gutierez de Mendoza hija y esposa de ferocarriter, ini cia a labor de agitadora revolucionara ytedrica fem Coronela del ejrcto zapatista, enfrenta & Zapata en el ex fio de imped los abusos dea trop contra las mujeres, Al cjreerlos sin timid y com ln aytda de sus eompanero, Je infunde vid a la nocin dle derechos femeninos. Aft cl anarquista Praxedis G. Guerrero en noviembre de 1910: "La libertad asustaa quienes no la comprenden ya aquellos que han hecho sir medio dela degradacin y la misriaajenas Poresolaemaneipacion dela mujer encuentra cien pone ‘es por cada hombre que la defen otabaja por ell” Seguin la antropologa Maria Lamas, pesea los atisbos de onganizacion feminist, la mayorsa de las feminintas de ‘sta etapa no reivndica los derechos de género y prefere adherirse quienes en 19100 1911 inician lo que se amar la Revolucin mexicana * Acad Rat, 197 203 otoco i ‘a durante la propia Revol la porta de a mae es fe inten, no slo en ls tradicional ares de apoyo (enfermerta, servicios de correo yespional, impresin devo lanes yproclamas, rr de uniforms y banderas, dsb «in dearas,alimentactn, lnplera de rope y tos ervision eronsles sino tambign sf manda de tropes x coon: ‘on de algunas operaciones mitre importante ya iter ‘iron algun dela Htados Mayores dl movimiento ‘mado (arias Hegan a coronela). Durante a Reolucién us ‘ema/problema inescapable es deteerel vandalism del teldadoay protege las mere os ion Muy pocas, como Elia Carilo Puerto sjrcen funcio- nes de liderazgo, “Cohvae ne Beso Just, Los wes sox mus" “oct roman) eo la Revolucion mexicana? La suesén ye entre ‘vin apr cso is tn {arias argumentacione comps que prodizan episodes ‘iltaes,matateas de ervldad extrema ceils cons ‘acines vlaiones tomlin sacri, haan Stone, argos dearelon de os ditt clases sol ins Ala Revluclén mercana a eunloca pm otadere oro un td (tramps qe ait a asinine a intra yl recon deacon, wl fl guste dal raginen, lo que cine cl entencinicnts de ou cone fide Sn eon, yin enol copacio dean geri ds, algo es notori:lax mujeres (gine, len gros, ls {ndvidalidades de rn ers sigaican pogo eno Pali yl soil, ypicicaments nada e esi few 1% PROLOG fe ala deidad de esos anos: a Historia (con maytscul), te ‘nitorio exclusiimente masculino. Segin la doctrina po triareal ni el poder ni ln violent nla valent indudable ni 1a lucidezhistrica son asunto de ls féminas. Por eso, en la "ecuperacin histriea dl papel de ls mujeres en la lucha ‘armada y en Ia vida instituelonal, un eror frecuente ess ‘ar su aetuacién como st el momento hubiseinfludo en ‘demas, a causa de su presencia en Ia conciencia social, St partcipacion s fundamental en mamerorosaspectos, pero si algo es el pariareado es una extratepia interminable de ‘eultamientos. Ena etapa revluclonaia, de 1910 1940.0 1950, al extendese el término "Revolucion mexicana’, alas mujeres se es ve en forma “ahistrica", acurren al margen de a ptica del prestigio politico y social, y apenas aleanzan ‘a imtegtarse al “rumor de los dias, el ito de fo cotidiano ‘que, alse secundario, no entra en la Historia, I emblems femenino de la Revolucin es lt soldadera 0 las menos de las veces, la corona bordada en este lit por Gabriela Cano. Bs pate del pintoresquismo que se pet mite la Revolucion y comresponde a esa capacidad de ason- bro que la lucha de facciones se reserva como téenlea de salud mental. Ast por ejemplo, en Metico manicomio (Espa s1-Calpe, 1927), Salvador Quevedo y Zubita describe l le ‘zd al Zdealo de los wencedores del efrcito de Vitoria “Huerta, a ls que contempla la ehadad enter 1 “eolumna" degeneraba en cuerds de tineros arma soa, mucho parguelje de cartsho a fal de uniformes, reads la crud tanta hasta tes eananas, dos craves sobre el pecho como thal, ot fj Ia clr, Las ca ‘ucheras man a as mujeres, iarizads com prado In notoca " onenescabos, argent, tenints(..) Muchas a caballo, on somberots de pala, hostiando las are «goes de tain descalm; algunas pie, crgando ef ie y el macose: ‘otros en aualines, desemboscando en el Zale poral Cinco presion2 ‘Carlos Monsivis cuenta vsidamente en el prélogo que arte, la Iteratura y el cine rcuerdan a las mujeres de a Revolucién como testigos del valor masculino, objeto de ss afectos yn fastidio en la marcha hacia la moderidad. La historiogralia de la Revolucién las eiminé por completo del tama. Como observa Monsivs, la imaginacion patriareal ‘desvaneceysilenca, Sin embargo si adoptiramos ls érm nos mismos de la narrativortodoxa ls situsramos en un ‘contexto comparativo, reconoceriamos que las mujeres ob- tuviron importantes logos en los derechos elles y sociales fntes que en otros pases Intinoamericanos, aunque sélo en 1953 obtuvierom el voto nacional, Entre 1914 y 1931 los cons tituconalistastrunfantes legalizaron el divorei, Las muy res castlas obtuvieron el derecho a la custodia do sus hijos ‘la parde os hombres. Podian tener propiedad yamins- trarbienesypartiipar en juiciasyeonratos legals. Lalegis- luclin dela paternad permitia los padres declaar la le timidad de lo hijo nacido fuera de matrimonio, y alas ‘madres y los hijs hichar por dich legitimidad, La lepsla- on laboral teconocis a las mujeres como twabajadoras y ‘oncedié aes mujeres pobres que trabajaban fuera de eas fara legals para no ser estigmatizadas como prostiutas.? Los escpticos (que hasta hace poco eran la mayorsa de los historiadores. mexicanos) an desdenado la historia ‘de as mujeres mesicansas como un empecinamientoromiin- fico femenino: la Ixsqueda de pequefis grupos de actores Insignificant en lugares oscuros. Por el contrat, el acto Lahiri de foci le stad exis a Reh cian ambi vs, Vese un semen Se msn plies pesos ‘Sls ov Bejan, 8 arama boas Bee His ‘Shion ans ouphyNaget 19362919 Vghan 19 2 InTRODUCCION de descubri ls voces de las mujeres y defini espacios y pricticas de género no ha sk tanto un acto volunarien, ‘sino que ha sido la forma de irencontrando nuevos longus Jes para leer ls textos v los procesos acepados, Es verdad ‘que se ha hecho uso ereciete de ellos en los estudliow de la Revolucion mexicana en general,» por cierto tambien han sungido en Ios éltimos 20 aos en el desarrollo transnacio. nal de la historiogvatia de las mujeres y de género- En lla ‘chan revelado Estados, econamas y mercados con distin- cones de género que muestran notables similitades alo la 0 y ancho de las grandes ciudades y naciones del muindo ‘curontntica de fines de siglo xx y hasta medias del. ‘lox. Bn ls tltimos 25 anos del siglo xx, lacelerado des arvolo del mercado y lo avances elas comumicaciones ¥ Jostsnsportesfomentaronaurhanizacion yaindustializ ‘in, que culmind con el fordismo de siglo xx, la proile ‘icin de la produccln indstrial para el consumo masivo En America Latina, el surgimlento de as economia de ex: portacion de productos primarios y de extracein retard ron la plena industalizacién hasta medio del siglo ‘No obstante, en América Latina l igual que en el est del ‘mundo, el uso creciente de ls tecnologia em la indus yl vance del sindicalsmo marginé alas mujeres de muchas Industrias que las habfan emplead por docenasa fines del siglo xx Como complementa de es marginacin, hay que consderar la racionalizacion de la domestiidad esto ela orientacidn marcada por et Estado, e! mercado los ref ‘madores sociales para que la organiracin del hogar corre ‘ava cargo de las mujeres, responsables dela reproduccién desujetos sanos, lal y productivos El Estado polio del silo xox, consiido en tomo aun votante abstract del w sexy Nugeo,9tay Tab * Ua hiorogafe es cicada dmestad es enene ermopuccio nero masculino se convirtio en el Estado biopolitica del si _lo.xc que comparti con las mujeres la crianva yformacion de cuerpos sanos con proptsitos de delensty producciin Si bien una buena parte del consumo emergent estaba ‘ovientada al hogar la cultura de consumo estaba hecha s0- bre todo para un public espectador, construida en tomo al _goce de placetesbarstos que podian encontrarse en los mue- vos espacios urbanos —tiendlas departamentales, parques, salones de hailey teatros, studios de radio fotografia, of. cinas de correo, tranvlas ¥ amplios bulevares—. Los pro- ‘ductos vendidos than desde sombreros hasta postales, dis ‘os. imagenes deceuloide. No era un fendmena fenenino, ‘como a menudo lo definian inteleetusles artistas, sno una farena en la que las mujeres se han desplazande notable mente hacia et espacio pblico como ejecutantes, expect dloras y consumidoras, complementando st ereciente pre ‘sencia como obreras, estdlantes y actores politicos. La sugiere Monsivais haciendo referencia a la popular diva Maria Conesa (la Gatita Blanca) la reciente presencta de mujeres era subversiva yamenavadlra porque ea irevers ble. Formuaba parte del surgimiento de a politica yl socie dad de masan? Hasta la fecha, la historlografia de la Revolucion mex cana ha sido de lo miss hermetic, La reficacin de este Aacontectniento nacional la ha sustraido del contexte trans: nacional. Una contribution de ese libro y dela historia de las mujeres de género ex mostrar c6mo ls experiencas locales moldean son moldeadas por procesos ammpliames: te compartidos. Pensems en las saldaeras, esos miles de mujeres que se fueron a I Revolucién de cocineras, enter eras, amantes, madres, espis, barrenderas, enterradorss, soldados y comandantes. Como mujeres, representaban in fuerza moderna Gia. Nacieron de una condicién premo «Sobel pe os ame as 1987 sad 198 Sb

También podría gustarte