En ese momento sentí que recién que yo recién iniciaba el trote en la carrera, mientras algunos compañeros ya iban corriendo, mea culpa. A lo largo del curso creía que mi redacción mejoraba paulatinamente, sin embargo, hubo una ocasión donde el profesor Mendoza tajantemente me dijo, que mi redacción fue paupérrima y no contaba nada, preguntándome cuantos libros de los que nos compartió había leído, a lo que respondí que, Retratos y encuentros de Gay Talese lo leí completo, pese a que ya había recomendado unos 8 libros, enseguida el profesor me interrumpió y me dijo que no por el hecho de leer solo a Talese, ya tengo lo necesario para redactar de forma idónea. Después de esa experiencia día a día trataba de avanzar con los demás libros y pude terminar de leer otros 2 después de un mes y medio, El viejo y el mar de Hemingway y El vuelo de la reina de Eloy Martínez, sin embargo, los textos recomendados ya no eran 8, sino 10 o más, sentí estar atrasado, así que decidí salir de mi casa después de un tiempo e ir a imprimir 2 libros más de los que nos compartió el docente. Para ello me dirigí a una fotocopiadora donde solíamos imprimir diversos textos antes de la pandemia. Full copy, así se llama el lugar, recuerdo que este fue recomendado por el profesor Carlos Aguilar, quien fue una de las primeras personas que al igual que el docente Mendoza nos aconsejó leer. Ya en la fotocopiadora le encargue a la señora que atendía que me imprima 2 libros, Plegarias atendidas de Truman Capote y Terrorista de Jhon Updike, la encargada me dijo que a la próxima semana los tendría listos. Justo un día antes de cumplirse el plazo para recoger los textos, conversé mediante whatsapp con Froy, un amigo, le pregunté si tenía libros a la venta, dado que él acostumbra leer con frecuencia. De forma espontánea se me ocurrió preguntarle si tenía un libro que nos recomendó el profesor Mendoza, A sangre fría de Truman Capote, ya que desde primer año en el curso de Redacción Básica el profesor recalcó que era necesaria su lectura y también, por lo que me han contado esta obra es excepcional y sirve de paradigma para poder hacer periodismo de investigación. Froy me dijo que si, casualmente tenia el libro de Truman Capote y pues le avise si podía prestármelo para sacar una copia, precisamente en la fotocopiadora que iba a recoger mi encargo al día siguiente, pudimos acordar una hora y lugar, recogí los libros, no obstante, note que el libro de Capote estaba bastante desgastado y era de tapa dura, la encargada de la fotocopiadora nos advirtió que el libro podía estropearse, así que conversé con Froy y decidió prestármelo hasta retornar a las clases presenciales. Ahora después de haber conseguido estos libros y revisando mi librero, me doy cuenta que tengo 5 textos que tengo pendientes por leer, simplemente por no organizar mi tiempo, aparte de los otros libros que nos ha compartido el profesor Mendoza, los cuales voy a imprimirlos también, dado que he notado que leerlos de forma virtual no es muy placentero.