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Tema 33: el respeto a la vida.

TEMA 33

FUNDAMENTACIÓN HUMANA Y RELIGIOSA DEL RESPETO A LA VIDA, LIMITACIONES QUE


HISTÓRICAMENTE SE HAN DADO A ESTE VALOR Y DISCUSIONES ACTUALES EN LA
APLICACIÓN DE ESTOS PRESUPUESTOS.

Este tema lo he tomado de los apuntes de moral personal del curso 2012-2013,
posteriormente completados.

Comisión teológica internacional. Comunión y servicio: la persona humana creada a imagen


de Dios. En busca de una ética universal: nueva perspectiva sobre la ley natural, Madrid,
BAC, 2009.

Teología moral para seglares I. Moral fundamental y especial, Antonio Royo Marín, O. P.,
Madrid, BAC, 1957. Se cita como “Royo” y el punto en el que aparece la cuestión, no la
página.

1. Introducción.

Hoy en día se da una situación donde conviven diferentes sistemas morales, como la
ética de los valores (que busca valores universales, a menudo a través del consenso), la
ética formal (que universaliza las leyes a priori), la ética humanista (valor absoluto del ser
humano), además de diversas corrientes que niegan el hecho moral, la libertad del
hombre, etc.

2. Fundamentación humana (T31).

La fundamentación humana es a partir de la razón. Y ésta descubre en la ley natural una


base imprescindible para la moral. La ley natural es “la participación en la ley eterna de la
criatura racional” (ST I-II q.91 a.2 r). En los últimos siglos ha sido negada u olvidada con
frecuencia, principalmente por las filosofías racionalistas y empiristas. A pesar del complejo
contexto multicultural que vivimos, es necesario insistir en que la ley natural sea el
fundamento que guíe el comportamiento de los hombres de diferentes religiones, culturas,
formas de pensar, etc. Es la única forma de que se dé un entendimiento entre todos los
hombres, pues se busca los valores comunes que comparten todos, que pertenecen al
hombre por el simple hecho de ser hombre.

La CTI publicó un documento sobre esta cuestión en el año 2009 que se titula “En busca
de una ética universal: nueva perspectiva sobre la ley natural”. Este escrito nos recuerda,
en primer lugar, la necesidad que la humanidad actual tiene de una ética universal 1. Todos
los hombres coinciden, con mayor o menor claridad, en percibir valores comunes
universales, como p. ej., la famosa regla de oro: “hay que hacer el bien y evitar el mal” (nº
39). A partir de ahí, indica los grandes dinamismos que actúan en la persona humana 2:
conservación y desarrollo de la existencia, inclinación a la reproducción para perpetuar la
especie y la inclinación a conocer la verdad acerca de Dios y vivir en sociedad. Luego los
explicita.

1
Nos 1-3.
2
Nº 46 que se refiere a ST I-II q.94 a.2.

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En cuanto a los fundamentos, señala necesidad de la metafísica, que diferencie a Dios de


la realidad3. Esta parte de la filosofía nos permite comprender que el mundo no tiene
fundamento en sí mismo, y que la realidad que nos rodea es fruto de un acto de una
“sabiduría creadora personal”. Todo esto se enfrenta al problema de que el hombre, y por
éste toda la creación, está afectado por el pecado, y esto le puede dificultar la percepción
de la ley natural. Además señala que la problemática actual es fruto de la crisis provocada
por el desarrollo de sistemas filosóficos como el de Ockham.

Esta ley, como nos repite en varias ocasiones, no es un sistema estático de reglas, sino
más bien una fuente donde se pueden encontrar orientaciones para el actuar humano. Nos
enfrentamos al problema de que existen elementos o preceptos que se han incorporado o
han desaparecido de la ley natural a lo largo del tiempo. Santo Tomás expone que los
primeros principios son inmutables, pero que la aplicación de los mismos por la razón y la
prudencia puede variar según las circunstancias a las que se tengan que aplicar: “aunque
se dé necesidad en los principios más generales, cuanto más descendemos a lo particular,
tantos más defectos encontramos” (ST I-II q.94 a.4 r).

El citado documento termina su exposición con un capítulo que lleva por título
“Jesucristo, cumplimiento de la ley natural”. Aquí se recuerda la enseñanza de que la gracia
no destruye la naturaleza, sino que al contrario, la perfecciona. De la misma manera, la ley
nueva asume y realiza la ley natural, quitando de la ignorancia al hombre y capacitando
para cumplirla4.

3. Fundamentación religiosa.

3.1. Visión bíblica.

La SE no es un recetario moral, sino que de ahí se extraen verdades que nos ayudan a
vivir según la voluntad de Dios. La vida es un don suyo, no es producto del azar ni del
esfuerzo humano. Dios la desea y la otorga. Por lo tanto, sólo Dios puede dar la muerte (Dt
32,39). Esto es también una constante en la predicación de Jesucristo.

Ex 20,13 afirma “no matarás” y 23,7 “no causes la muerte del inocente”. Ex 21,12ss se
muestra contrario a golpear a la gente y maltratarla. Atacar la vida es atacar a Dios. El
homicidio es uno de los tres grandes pecados, para los que había penitencia pública. La
exégesis trata de descubrir si Ex 20,13 admite excepciones. En hebreo el término que
aparece en este pasaje es rasach5. Hay otro verbo que es harag6 y otro que es hemet7, que
tienen significado similar, empleados para aludir al asesinato de los culpables políticos. El
primero, salvo un caso, nunca se emplea para los culpables, sino para los inocentes. La
conclusión es clara: no matar injustamente.

Jesús siempre se mostró defensor de la vida, no sólo del espiritual, sino también de la
material8. No sólo fue defensor, sino que también mostró cómo esta era más importante
3
Nº 62.
4
Nº 101-102.
5
Res-sade-het.
6
Het-res-gimel.
7
Het-mem-tau.
8
Mt 26,52.

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que el vestido o la comida 9. Cristo, cuando envía a sus discípulos, les da poder para
resucitar muertos10. El mesianismo de Jesús incluye el aspecto de la vida, es un elemento
característico de su divinidad11.

3.2. Limitaciones históricas.

Esta norma ha sido interpretada como general, aunque esto no estuvo totalmente claro
hasta la escolástica, donde se enfrentarán las escuelas OFM y OP. La primera la representa
Duns Escoto, y la segunda santo Tomás. La primera dice que es universal (es preferible
dejarse matar a defenderse pudiendo causar la muerte del agresor). El Aquinate afirma que
es general (se admiten límites), y esto es lo que prevalece.

3.3. Conclusiones.

a) Principio triple: la vida humana es siempre un valor porque es un bien personal que
se recibe de Dios (por lo que es importante conservarlo). Toda vida humana es inviolable y
debe ser respetada. Es también un valor porque es un bien social, un bien de la
comunidad. Por lo tanto, el homicidio es siempre una injusticia social.

b) Se acepta que hay excepciones a este valor de la vida: la legítima defensa, la guerra
justa, la pena de muerte para el injusto agresor, el aborto indirecto y el suicidio indirecto.

4. Discusiones actuales.

4. 1. Acerca de la pena de muerte.

4. 1. 1. Historia.

Gn 9,6; Ex 21,14; Lv 24,17 sostienen que el que mate será castigado con la muerte. La
venganza solía ser ejercida por la familia. Más tarde surgió el go`el, un individuo de la
familia que se encargaba específicamente del asunto (Nm 35,19). Luego surgieron las
ciudades refugio, pero únicamente a los que habían matado sin odio (Dt 19,1-4).

Rm 13,1-10 aborda las relaciones entre los cristianos y las leyes romanas que
reconocían el ius gladiis. Hipólito de Roma afirma que los cristianos no pueden ejercer la
profesión de juez, por lo que es necesario abandonar este cargo para ser bautizado.
Lactancio es de la misma opinión. Otros prohibían la entrada en la asamblea cristiana
durante el tiempo del mandato (ej: el concilio de Elvira). San Ambrosio dice que no están
excluidos de la Iglesia, pero que mientras dure el mandato deben abstenerse
voluntariamente de la comunión. El hecho de que el cristianismo se convirtiese en religión
oficial del imperio y la caída del mismo propiciaron un cambio. San Agustín justifica incluso
al verdugo. Santo Tomás afirma que "matar a los malhechores, a los enemigos de la
república, eso no es cosa indebida" (ST I-II q.100 a.8 s.3). En el siglo XIII se dijo con
Inocencio III: “De la potestad secular afirmamos que sin pecado mortal puede ejercer
juicio de sangre, con tal que para inferir la vindicta no proceda con odio, sino por juicio, no

9
Mt 6,25.
10
Mt 10,8.
11
Cfr. Jn 9,30-33.

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incautamente, sino con consejo” (DH 795). Únicamente a partir del siglo XVIII surgieron
voces contrarias.

4. 1. 2. Argumentos.

A favor: intimidación al resto de criminales, pero donde existe sigue habiendo delitos.

A favor: legítima defensa de la sociedad, pero ésta posee otros mecanismos.

A favor: restauración del orden jurídico del Estado, pues los crímenes graves rompen el
equilibrio de la vida pública, pero aunque esto es cierto, no está claro que la muerte
restaure.

A favor: es la retribución al daño causado a los particulares, pero se puede condenar a


un inocente.

A favor: sentido de la indignidad del delincuente. Pío XII fue el último de los Papas en
pronunciarse a favor de esta cuestión12.

4.1.3. Situación actual.

CEC 2267 da unas indicaciones muy claras. Se percibe la vida como un derecho
inviolable, porque es don de Dios, y el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de
Dios. Hoy en día hay muchos medios para que se puedan cumplir las penas. Si se da este
caso, la autoridad se limitará a los medios incruentos. La cuestión está en distinguir entre
lo necesario y lo lícito. Dicen algunos que es lícita, pero no siempre necesaria. El derecho
natural establece que es lícito, el derecho positivo es el que ve si es necesaria. Esto no
significa que la Iglesia se haya equivocado, porque no se analiza la licitud, sino de la
necesidad.

4. 2. Acerca de la guerra justa.

Distinguimos entre la guerra ofensiva (uno toma la iniciativa) y defensiva (la respuesta a
una agresión).

San Agustín es el primero en hablar de guerra justa (si vis pacem para bellum), aunque
proviene de tradición romana anterior. Santo Tomás compiló la distinción hecha por el
doctor de la Gracia:

-Ius ad bellum: derecho a la guerra, que responde a “¿cuándo es lícito comenzar una
guerra?"

-Ius in bello: una vez comenzada "¿por qué normas debo regirme?"

Hay siete condiciones según ius ad bellum para la guerra justa.

1) Declarada por la autoridad competente y legítima, que no puede ser una única
persona.

2) Causa justa.
12
12/XI/1944.

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3) Intención recta.

4) Proporcionalidad entre el daño cierto y el bien esperado.

5) Probabilidad de éxito.

6) Última razón posible, es decir, se habrán agotado todas las demás vías.

7) Justicia comparativa: invitara las partes a que comparen sus razones para la
guerra.

Para el ius in bello hay que seguir el principio de discriminación (distinguir entre la
población civil y militar) y el principio de proporcionalidad (las armas tienen que ser
proporcionadas a las del enemigo).

4.3. Acerca de la legítima defensa (o muerte del injusto agresor).

“Guardando la debida moderación en la defensa a, es lícito defenderseb del injusto


agresorc hasta producirle la muerted” (Royo 561).

a) No se debe ir más lejos que lo que exigen las circunstancias.

b) Pero no se dice que sea obligatorio hacerlo porque estamos obligados a conservar la
vida con medios ordinarios, pero no extraordinarios. Ésta acción dejarse matar se llama
caridad heroica. Las dos posturas son lícitas, pero ésta tiene más valor.

c) Hay agresiones que no son injustas.

d) Se tienen que dar cinco condiciones: que la agresión sea actual o inminente; que sea
injusta; que el daño sea muy grave; que la muerte sea necesaria y que no sea buscada,
sino sólo permitida.

Obsérvese que es lícito socorrer al prójimo contra el agresor injusto, pues la legítima
defensa es lícita a todas las personas en cualquier lugar. Además, no es obstáculo para la
legítima defensa el haber dado ocasión para la agresión injusta con alguna culpa.

4.4. Acerca del aborto indirecto. Desarrollar

“Se sigue en virtud de algo que acontece en la futura madre y que es necesario llevar a
cabo para su salud” (TM II, pág. 768).

4.5. Acerca del suicidio indirecto.

Ciertos actos a los que voluntariamente se entregan los hombres por motivos humanos.
Ej: exponerse al contagio para curar enfermos, soldados que defiendan a la población civil…
Pero debe haber una causa proporcionada. No se admiten los suicidios terroristas, el
quemarse a lo bonzo… “El heroísmo supone siempre un motivo grande, noble y altruista”
(TM II, pág. 859). Es totalmente diferente del desprecio de la vida, que nace del fanatismo.
Y es también diverso del martirio.

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