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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología
Trayectoria Cognitivo-Conductual

“TECNICAS DE INTERVENCIÓN EN DUELO”

Nombre: Andrea Alessandra Zamora Salazar


Supervisora: Priscila Guadalupe Alvarado Gómez
Matrícula 1745915   9° semestre

Monterrey, N.L. a 4 de octubre de 2021.


TECNICAS DE INTERVENCIÓN EN DUELO
Psicoeducación: tiene por objetivo concientizar al paciente del problema para que sea
aceptado y por ende lo pueda afrontar. Consiste en brindar la información pertinente y
clave sobre el motivo de consulta (problemática) y las estrategias y técnicas que se vayan
trabajando para el logro de objetivos, a través de las sesiones mediante la interacción
terapeuta-cliente (Barbecho y Trujillo, 2013)

Reestructuración Cognitiva: la finalidad de la reestructuración cognitiva es la


identificación, reevaluación y modificación de las conceptualizaciones distorsionadas y las
creencias falsas de los pensamientos de las personas. Así mismo las emociones tienen un
papel importante en la vida del ser humano por eso es importante aprender a mitigarlas
cuando se manifiestan en forma de alteración emocional, ya que tienen una importante
influencia sobre las conductas que manifiesta la persona, éste es uno de los objetivos de la
reestructuración cognitiva al trabajar con el aspecto emocional (Beck, 2010). Una de las
formas para poder realizar este cambio de pensamiento es mediante la identificación de la
relación cognición-afecto-conducta, para que la persona aprenda a controlar los
pensamientos automáticos negativos y los sustituya por unos más válidos. De esta forma se
generaría un cambio en su emoción y por ende en su conducta por unas más adaptativas y
funcionales (Beck, 2010). Se puede complementar, además, con los diarios cognitivos, aquí
el paciente registra los pensamientos más recurrentes, buscando si existe alguna distorsión
en ellos, para posteriormente cambiar y corregir esos pensamientos por unos más
funcionales y que le ayuden a confrontar la realidad de la pérdida

Los experimentos conductuales (e.g., rituales personales y familiares,


actividades de aproximación) son otra herramienta que fomenta en los pacientes la
comprobación de la validez y utilidad de sus puntos de vista negativos. Estos experimentos
conductuales tendrán que ser empleados cuando el paciente ya cuente con un mayor grado
de objetividad, de otra manera podría tener efectos perjudiciales para el trabajo terapéutico
y entrar a la siguiente fase de reducción de estrategias de evitación

Prevención de recaídas: antes de trabajar con el cierre terapéutico es importante


dedicarle un tiempo a la prevención de recaídas, es decir, hacerle saber al paciente que
probablemente, en el futuro pueda presentarse nuevamente la conducta que se trabajó en
sesión, llevándolo a que lo vea como una nueva forma de aprender cómo afrontar el
problema, así como la identificación de posibles situaciones de riesgo a futuro y recursos,
reduciendo así el riesgo de presentarse o de una duración larga (Beyebach, 2006).

Condicionamiento clásico y operante: a través de programas de contingencia


aplicado para aumentar las satisfacciones del doliente que pudieran equilibrar y balancearse
con la vivencia de emociones más dolorosas y que le producen malestar. Fomentar el
aprendizaje de nuevos repertorios de conducta. Hacer uso del control estimular para mediar
en la aparición de conductas disfuncionales. Se puede aplicar desensibilización sistemática
y la exposición en imaginación y/o en vivo, como acercamiento hacia aquellos sucesos que
tienden evitarse y facilitar la expresión de emociones.
Resolución de problemas: aplicando el protocolo y los pasos de la técnica en sí
misma, para favorecer la gestión de las incidencias que pudieran presentarse en el día a día.

Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad: con el objetivo de


poder facilitar la comunicación con sus seres queridos y la expresión de sus necesidades,
además de experimentar el apoyo de las personas que son significativas para el doliente.

Exposición en imaginación y en vivo: esta técnica resulta útil para afrontar


determinados sentimientos o situaciones que se han estado evitando, lo cual dificulta o
impiden la elaboración del duelo. A través de ellas, el terapeuta anima al paciente a revivir
el evento, ayuda a estimular la memoria e identifica los puntos implicados en la pérdida que
no habían sido tomados en cuenta

Realizar rituales de despedida o aplicar otras técnicas como pueden ser la


visualización, juegos de rol, autoinstrucciones positivas, parada de pensamiento y la
ventilación de emociones.

Imaginación Racional Emotiva: esta ayuda a reducir la ansiedad, brindando la


sensación de capacidad por afrontar la pérdida, práctica para tratar situaciones difíciles y
eficaz para aprender nuevos hábitos.

Técnicas de paro o supresión de pensamientos (Ehler & Clark, 2000): son muy útiles
para mantener pensamientos y recuerdos de displacer fuera de su mente.

Prevención a la respuesta: entendida como la reducción paso a paso de conductas


inútiles, compulsivas e inadecuadas; esta técnica permite reducir tanto las conductas
continuas desadaptativas, como, las reacciones de preocupación que obstaculizan la
recuperación.

Activación conductual: se le programan al paciente tareas o actividades con el fin


de reducir la evitación y retomar actividades saludables o placenteras que fueron
abandonadas posterior a la pérdida.

Formulación sistemática de objetivos y metas: para romper las estrategias de


evitación depresivas y encontrar nuevamente una dirección en su vida.

Revisión de la historia del paciente: aquí activamos la memoria autobiográfica


sobre éxitos o logros pasados o los conseguidos dentro del proceso terapéutico

Revisión de fortalezas y habilidades con las que cuenta ahora el paciente y no


tenia desarrolladas anteriormente.

La técnica guestáltica de “la silla vacía”: es útil para explorar los sentimientos hacia el
fallecido y la relación mantenida con el mismo.

Psicodrama: el paciente es estimulado a representar su rol y el del fallecido.


Conversación con fotos: generalmente se utilizan las fotografías para estimular
recuerdos y emociones. Inicialmente conviene estimular los recuerdos positivos, para más
adelante poder ir introduciendo los más ambivalentes o directamente negativos

Conversación dirigida: es el terapeuta el que propone los aspectos a introducir en la


conversación con el fallecido, de forma que puedan explorarse aspectos importantes a
juicio del terapeuta y que el paciente no afronta de manera más espontánea.

Cartas dirigidas al fallecido: la persona en duelo se dirige al fallecido con el fin de


poder resolver temas que quedaron pendientes.

Técnicas de autocontrol: como la realización de programas de actividades


agradables o la planificación de la reintegración a las actividades de la vida diaria.

Cambio pre-tratamiento: tiene una relación con el trabajo de las “excepciones”, su


objetivo es aprovechar las mejorías que pudieran existir en la vida del paciente entre la
llamada y la primera sesión. Se busca ampliar las mejorías que comparte el cliente y
atribuir control.

Creación de la demanda: el primer paso es plantearle al cliente ¿En qué lo podemos


ayudar?, su respuesta estará orientada a contar la historia del problema, el trabajo del
terapeuta consistirá en convertir esa “queja” en una “demanda”, es decir, en un proyecto de
trabajo terapéutico donde el paciente y terapeuta puedan definir qué y cómo se va a trabajar
(operacionalmente hablando). Este punto guarda relación con el establecimiento de
objetivos (relevantes, concretos, alcanzables, en positivo y descritos interaccionalmente).

Pregunta milagro: es una técnica de proyección al futuro, en la cual se le invita al


cliente a imaginarse un futuro sin el problema, un futuro donde la solución está presente,
para el cliente resulta motivador pensar en ello y lo incita a moverse para conseguir esos
cambios deseados.

Pregunta escala (no avance/trabajada): permite valorar de forma cuantitativa


las mejorías y avances que el cliente comparte y que se van dando de sesión en sesión, lo
cual resulta motivador para el cliente.

Búsqueda de excepciones: consiste en buscar e identificar cuándo el problema no


está presente en la vida del cliente, para ello hay varios pasos: Elicitar a través de la
pregunta pre-tratamiento; ampliar y analizar que nos relate a detalle qué sucedió: qué hizo,
cómo se sintió, qué pensó, quién más se dio cuenta, qué acciones diferentes le permitió
realizar, etc.; y atribuir control es decir, que sea consciente de lo que hizo, pensó o sintió
diferente que le permitió hacer ese cambio.

Mensaje final: elogios y tareas. Los elogios tienen por objetivo reconocerle al paciente
los recursos con los que cuenta y son de ayuda para su proceso terapéutico. El enfoque de
las tareas es promover cambios entre sesiones o bien generalizar los cambios fuera de la
terapia.
Referencia bibliográfica
Alberola Candel, V., Adsuara Vicent, L., & Reina López, N. (2007). Duelo en
oncología (pp. 137-154). Madrid: Sociedad Española de Oncología Médica SEOM.
Barbecho, F., Jackeline, P., & Trujillo Brito, P. G. (2013). Estrategias psicoeducativas
cognitivo-conductual para desarrollar habilidades sociales en la resolución de conflictos
(Bachelor's thesis).
Beck, A. (2010). 19° edición. Terapia cognitiva de la depresión. Bilabao: Desclée De
Brower.
Beyebach, M. (2006). 24 ideas para una psicoterapia breve. Barcelona: Herder.
Ehlers, A., & Clark, D. M. (2000). A cognitive model of posttraumatic stress disorder.
Behaviour Research and Therapy, 38(4), 319-345.
Gaitán, J. I. C., Chávez, I. Z. C., & Vázquez, J. C. P. (2017). Terapia Cognitivo Conductual
en el manejo de Duelo Complicado. Salud Mental, Investigación y reflexiones sobre el
ejercicio profesional, (2).
Romero, V. (2013). Tratamiento del duelo: exploración y
perspectivas. Psicooncología, 10(2-3), 377-392. doi: 10.5209/rev_psic.2013.v10.n2-
3.43456

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