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PSICOPATOLOGÍA E INTERRUPCIÓN
VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

PSYCHOPATHOLOGY AND ABORTION

Aquilino Polaino Lorente


Facultad de Medicina. Universidad CEU-San Pablo. Madrid.
Campus de Montepríncipe, Edicficio C
Ctra. Boadilla del Monte Km. 5.300. Urb. Montepríncipe.
28668 Boadilla del Monte
Tfno: +34 91 7451815 / +34 91 3724700 Fax: +34 91 3724000
aquilinopolaino@terra.ess apolaino@ceu.es

Resumen

El autor estudia las posibles relaciones existentes entre la psicopatología y el aborto.


El artículo se inicia con la puesta al día de los datos epidemiológicos respecto de la
incidencia del aborto, especialmente en la actual sociedad española. En el trabajo se
distinguen tres apartados de esas posibles relaciones entre la Interrupción Volunta-
ria del Embarazo (IVE) y la psicopatología: (a) en el nuevo comportamiento sexual
emergente, especialmente entre los jóvenes, y en los factores psicopatológicos posi-
blemente condicionantes de su comportamiento sexual; (b) en el contexto psicológico
y psicopatológico en que se toma la decisión de abortar, tanto en lo que se refiere a
los factores condicionantes de la pareja, como de las familias de origen y del contexto
social; y (c) en los frecuentes trastornos psicopatológicos que parecen derivarse del
aborto, de acuerdo con los recientes datos comunicados por numerosos investigadores
de la comunidad científica internacional. El estudio del así llamado Síndrome Post-
Aborto (SPA) pone fin a esta colaboración, distinguiendo el perfil psicopatológico
característico que distingue a las diversas etapas de este síndrome.
Palabras clave: psicopatología, IVE, aborto, decisión de abortar, trastornos de
salud mental post-aborto.

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Aquilino Polaino Lorente

Abstract

The author explores the possible relationship between psychopathology and


abortion. The paper starts with the updating of epidemiological data regarding the
incidence of abortion, especially in the current Spanish society. In this partnership there
are three sections in the study of these possible relations between the abortion and the
psychopathology: (a) in the new emerging sexual behaviour, especially among young
people, and psychopathological factors possibly determining their sexual behaviour;
(b) in the psychological and psychopathological context that makes the decision to
abort, in regard to the factors of the couple and their families of origin and social con-
text, and (c) in the frequent psychopathological disorders that seem to arise from the
abortion, according to recent data reported by many researchers in the international
scientific community. The study of the so-called Post-Abortion Syndrome (PAS) puts
an end to this cooperation, distinguishing psychopathological profile characteristic
that distinguishes the various stages of this syndrome.
Key word: psychopathology, IVE, abortion, abortion decision, mental health
disorders after abortion.

1. Los eufemismos y la manipulación el aborto es un término «duro» y «trau-


del lenguaje mático» —una de las experiencias más
lacerantes para la salud de la mujer—,
El lenguaje coloquial es la punta de lo que suelen hacer sus partidarios es
lanza de la «lengua viva» que trasmite envolverlo en palabras blandas y apa-
concretos significados de un hablante a rentemente transparentes —Interrupción
otro, hasta crear una persuasiva opinión Voluntaria del Embarazo— para que se
generalizada, que de suyo parece evi- cuele en el contexto cultural de forma
dente. El actual lenguaje coloquial sobre indolora. A continuación se recogen, a
el aborto está amasado con numerosos modo de ejemplo, algunos de los eufe-
eufemismos que acaban por confundir al mismos con que hoy se hace apología
hablante. De acuerdo con el Diccionario del aborto.
de la Lengua Española1, se entiende El término «aborto» —afirman— es
por eufemismo un «modo de decir para una antigualla que ha caído en desuso.
expresar con suavidad o decoro ideas Hubo un tiempo pre-democrático en
cuya recta y franca expresión sería dura que fue útil para asustar a la mujer y a
o malsonante». A lo que parece, como quienes la ayudaban a abortar. Un tér-
mino que estaba vinculado a las leyes
paternalistas y, por tanto, machistas. Un
1 Real Academia de la Lengua Española.
Diccionario de la Lengua Española, Espasa, Madrid, término obsoleto que al fin se ha caído
2001. de nuestros labios y, sin más, ha salido

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

de la circulación de los hablantes. En aprecia la misma contradicción que en la


realidad, hablar de aborto era una forma IVE: «Interrupción de la Respiración Aje-
de cristalizar los prejuicios sociales. na» (IRA, estrangular o ahorcar a otro);
Se nos ha vendido que hablar de «Transferencia Urgente de un Bien» (TUB,
«Interrupción Voluntaria del Embarazo» robo); «Interrupción de una Transferencia
(IVE, en lo sucesivo), en lugar de aborto, Problemática» (ITP; no pagar impuestos);
es mucho más conforme con la libertad, la «Interrupción de una Fuente de Infor-
tolerancia, y el derecho de la mujer. Con mación» (IFI; no hacer la declaración de
este nuevo término tratan de hacernos Hacienda); etc.
creer que al fin se hace justicia a la mujer.
Según el «pensamiento dominante», tal 2. Incidencia del aborto
acción (de abortar) designa un derecho
inalienable de la mujer: a su propio De acuerdo con la evolución de la
cuerpo (y a lo que en él se contiene); a incidencia del aborto experimentada
ejercer su legítima voluntad (el aborto en España, no puede afirmarse que el
es voluntario) sin considerar la voluntad uso de los preservativos sea eficaz. De
de la otra persona que lo sufre (el hijo); una parte, tal uso forzosamente ha de
y a interrumpir un proceso (el proceso incrementar la frecuencia y el número
vital del hijo), que está asentado en ella de contactos sexuales, lo que por sí solo
y sólo en ella. aumenta la exposición al riesgo de emba-
Interpretadas así las cosas, no se razo en adolescentes y jóvenes. De otra,
entiende que esté prohibido vender un si se incrementa la repetición de tal com-
riñón (forma parte del propio cuerpo) portamiento, se acrece un cierto riesgo
o eliminar a otro ciudadano; no se en- adicional: la disminución del necesario
tiende que se confunda el continente autocontrol sobre ese comportamiento,
(el propio cuerpo) con el contenido (la con independencia de que se disponga o
persona que ha anidado en ese cuerpo); no de preservativo.
no se entiende que la exclusiva voluntad Sea como fuere, el hecho es que la
de una persona (la de la mujer) pueda Interrupción Voluntaria del Embarazo
decidir acerca de la vida de otra persona (IVE) se ha disparado, especialmente
(la del hijo); y no se entiende que una entre las personas más jóvenes. La tasa
persona pueda decidir de espaldas a la de abortos por cada 1000 mujeres ado-
entera sociedad (porque el hijo, como lescentes, menores de 19 años de edad,
futuro ciudadano, es parte —y parte ha pasado del 5% (1996) al 11% (2005). Es
fundamental e irrenunciable— de todos decir, que se ha más que duplicado2. Algo
los que constituimos una comunidad, muy parecido acontece entre las jóvenes
una nación).
Podrían citarse numerosos ejemplos
2 Instituto de Política Familiar (IPF), Informe.
de los eufemismos puestos en circula- Evolución de la Familia en Europa, Madrid, 2008.
ción en la actual sociedad, en los que se [www.ipf.org]

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Aquilino Polaino Lorente

mayores de 19 años. En concreto, la tasa muertas al año, a causa de los accidentes


de abortos por cada 1000 mujeres de 20 de tráfico.
a 24 años ha pasado del 8,2% (1996) al En los últimos 20 años, desde la ley
16% (2005). del aborto (1985-2006), se han perdido
En veinte años ambas tasas se han 1.121.592 vidas humanas. En los 6 últimos
multiplicado para estos grupos de edad, años se ha producido un incremento del
estando muy por encima de la tasa pro- 60% en el número de abortos. Según el
medio para la totalidad de las mujeres es- último informe del IPF, los abortos anua-
pañolas (9/1000). Hoy no es excepcional les entre adolescentes triplican la cifra de
que una mujer de 26 años haya sufrido víctimas en carretera. En España, la mitad
cuatro abortos, con las graves consecuen- de los embarazos en menores de 20 años
cias psicopatológicas que de ello se deriva (una de cada dos) acaba en aborto: 13.894
(INJUVE, 2004)3. en 20065.
Según el último informe del Instituto Los datos anteriores nos ofrecen un
de Política Familiar4, uno de cada dos em- nuevo horizonte —el de la psicopatolo-
barazos en mujeres menores de 20 años gía— desde el que es preciso afrontar el
termina en aborto. Por eso —continúa el «problema» del aborto. Desentenderse de
informe—, la política seguida por la Ad- ello o mirar hacia otra parte esterilizaría
ministración, promoviendo la Píldora del cualquier tipo de acción preventiva del
Día Después (PDD) es una política «erró- aborto.
nea y trasnochada» que está fracasando, El estudio de los datos relativos a la
por cuanto ha conseguido que aumente adopción en España es también significa-
el número de abortos. tivo. El 87% de los niños que se adoptan
Mientras tanto, la principal causa de (alrededor de 5000 por año) proceden de
mortalidad infantil (más de 112.000 en el la adopción internacional. La adopción
año 2007) es el aborto. Hoy, paradójica- nacional en España es ahora del 0,2% de
mente, 1 de cada 6 embarazos termina en los nacimientos6.
aborto. Se realiza un aborto cada 5,1 mi- En la actualidad, el origen de uno de
nutos, 12 abortos/hora, 278 abortos/día cada 4 hijos nacidos en nuestro país, es
y 4200 abortos / 15 días (lo que cubriría extramatrimonial. El 26.5% de los nacidos
la demanda de adopciones internacio- en España (123.938/año) nacen fuera del
nales/año). El número de abortos, cada matrimonio. Según esto, la alternancia
20 días, supera el de todas las personas y/o el cambio de pareja no sólo condu-

5 Instituto Nacional de Estadística (INE).


3 Instituto de la Juventud (INJUVE). Infor- Boletín Mensual de Estadística, Madrid, 2007; Minis-
me sobre el comportamiento sexual juvenil, Madrid, terio de Sanidad y Consumo (MSC). Interrupción
2004. Voluntaria del Embarazo. Datos definitivos años 2005
4 Instituto de Política Familiar (IPF), Informe. y 2006, Madrid, 2006; EUROSTAT, 2006.
Evolución de la Familia en Europa, Madrid, 2008. 6 Instituto Nacional de Estadística (INE).
[www.ipf.org] Boletín Mensual de Estadística, Madrid, 2007.

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

cen a la promiscuidad, sino también al do con los estudios prospectivos, es previ-


incremento del aborto7. sible que en 2010 sea uno de cada 48.
España es una nación vieja, en la que El modelo de familia que la pareja
7’5 millones de sus habitantes tienen más elige no es algo teórico que nada o muy
de 65 años, frente a los 6’4 millones, que poco tenga que ver con la salud mental
son menores de 14 años. En la actualidad, de los hijos. Los resultados encontrados
una de cada seis personas es mayor de por Meltzer et al.9 manifiestan que cada
65 años. En 26 años, la población mayor modelo de familia comporta y exige un
de 65 años se ha incrementado un 78%. determinado estilo de vida que condi-
A día de hoy, hay más de 2 millones de ciona —¡y mucho!— la salud mental de
personas mayores de 80 años (5% de la los hijos. Los datos encontrados por los
población). autores ponen de relieve que la incidencia
Otra cuestión relevante, relacionada de los trastornos afectivo en los hijos se
con el análisis de la incidencia del aborto duplica en aquellas parejas que cohabitan
en España, es la actual crisis de la fami- y se triplica en las familias con un solo
lia en lo que atañe, principalmente, a la padre. Algo parecido, aunque menos
natalidad. acentuado, sucede con los trastornos de
El número de divorcios se ha dupli- conducta, cuya incidencia se duplica tam-
cado en los 6 últimos años. Desde 1985 a bién en ambos casos10.
2007 se ha superado el millón de divor- Sea como fuere, el hecho es que el
cios (1.018.877), lo que afecta a más de divorcio es un poderoso factor que incre-
1.750.000 niños. La ley del «divorcio ex- menta los graves trastornos de conducta
prés» (julio 2005) ha disparado el divorcio. en la adolescencia (robo a comercios, daños
Las predicciones, antes del 2010 (IPF, 2006) contra la propiedad en el colegio, consu-
es que, de seguir esta tendencia, por cada mo de alcohol, lesiones a compañeros,
nuevo matrimonio (209.000/año) se rom- violencia escolar, pasotismo en relación
perá otro (208.239/año) en el año 2010. con los profesores, etc.), tal y como se
Sin duda alguna, la cohabitación ha pone de manifiesto en algunas investi-
aumentado. La natalidad extramatrimo- gaciones longitudinales11.
nial promedio en la UE-27 es del 33,99%
8 Instituto de Política Familiar (IPF), Informe.
de los nacidos. Hay países como Esto-
Evolución de la Familia en Europa, Madrid, 2008.
nia (58,24%), Suecia (55,47%), Bulgaria [www.ipf.org]
(50,79%) y Francia (50,49%) en los que 9 Meltzer, H., et al., Mental Health of Children
nacen más niños fuera del matrimonio que and Adolescents in Great Britain. The Stationary Of-
fice, Londres, 2000.
dentro (IPF, EUROSTAT y UNECE, 2006). 10 Meltzer, H., et al., Mental Health of Children
Uno de cada 6 nacimientos en España and Adolescents in Great Britain. The Stationary Of-
es de madres extranjera (16,5%) y, de acuer- fice, Londres, 2000.
11 Nacional Longitudinal Survey of Adolescent
7 Instituto de Política Familiar (IPF), Informe. Health Wave, 2, Londres, 1996. Nacional Center for
Evolución de la Familia en Europa, Madrid, 2008. Health Statistics data series, Nueva York, 2001; Na-
[www.ipf.org] tional Longitudinal Surveys of Youth, Londres, 2007.

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Aquilino Polaino Lorente

3. El nuevo comportamiento sexual De 20 a 24 años:


emergente – el 75,7% de las chicas asegura mante-
ner relaciones sexuales con su pareja,
El autor de estas líneas se ha basa- con la que lleva más de medio año.
do, principalmente, en los resultados – el 51,2% de los chicos asegura mante-
publicados, recientemente, por diversos ner relaciones sexuales con una pareja,
observatorios e instituciones acerca de con la que lleva más de medio año.
la familia (INE, Ministerio de Sanidad,
EUROSTAT, OMS, Consejo General del La comparación de los datos anterio-
Poder Judicial, OCDE, Instituto de Po- res pone de manifiesto en los varones
lítica Familiar, INJUVE, etc.), datos que una mayor inestabilidad en las relaciones
permiten comprobar el poderoso cambio sexuales que en las mujeres. Este resul-
cultural que se ha operado en lo relativo tado adquiere menor consistencia en
al comportamiento sexual12. jóvenes con un rango menor de edad.
De acuerdo con los resultados ante- Más concretamente,
riores pueden establecerse ciertas carac-
terísticas en el nuevo comportamiento De 15 a 19 años:
sexual emergente, especialmente en los – el 31,2% de los varones manifiesta es-
adolescentes. A continuación se ofrecen tar con la misma pareja sexual durante
algunos de los datos publicados por el un mes.
Instituto de la Juventud13. – el 30,6% de las chicas manifiesta estar
con la misma pareja sexual durante
Primera relación sexual completa: más de seis meses.

Antes de los 14 años (varón/mujer: 6.8%/ En cualquier caso, es conveniente


3.3%); detenernos aquí en los dos aspectos que
De 15 a 17 años (47,8%/41%) parecen más relevantes en estas rela-
De 18 a 20 años (v/m: 33,7%/40,1%); ciones: la precocidad y la inestabilidad.
La precocidad de las relaciones sexuales
constituye un predictor de cuál será la
12 Instituto de la Juventud (INJUVE). Informe
futura trayectoria y el sentido que dé a
sobre el comportamiento sexual juvenil, Madrid, 2004;
Organización Mundial de la Salud. Estrategias de la sexualidad esa persona. Del hecho de
Salud reproductiva, Ginebra, 2004; Comunicación de que los adolescentes estén corporalmente
la Comisión Europea sobre El futuro demográfico de preparados para establecer relaciones
Europa: transformar un reto en una oportunidad (COM
2006); Consejería de Sanidad y Consumo. Programas sexuales no se deriva que las otras nume-
de Salud Pública 2006. Madrid, 2007; Conserjería de rosas capacidades que se concitan en la
Sanidad y Consumo. Plan de atención Sanitaria a la conducta sexual (afectividad, conocimien-
Sexualidad Juvenil. Salud Pública, Madrid, 2006.
13 Instituto de la Juventud (INJUVE). Infor-
to propio, respeto por la otra persona, au-
me sobre el comportamiento sexual juvenil, Madrid, tocontrol, etc.) estén igualmente maduras.
2004. Pero es la entera persona la que queda

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

comprometida con los actos que realiza. sociación entre sexualidad y reproducción
De aquí que esa desigualdad y asimetría (a partir de 1960, con la introducción de
en el grado de madurez de las funciones los anticonceptivos), la revolución sexual
que se concitan en la conducta sexual (mayo del 68), la reproducción sin sexo (a
humana, puedan condicionar en el futuro partir de 1970, con la reproducción asis-
un estilo sexual personal insatisfactorio y tida), y la disociación entre afectividad y
desnaturalizado. sexualidad (en la década de los ochenta),
La inestabilidad de esas relaciones como consecuencia de los cuales se ha
sexuales condiciona poderosamente la banalizado el comportamiento sexual
emergencia de la promiscuidad, el riesgo humano.
de exposición al contagio de Enferme- En muchos jóvenes, la sexualidad se
dades de Transmisión sexual (ETS), y la ha independizado de la afectividad, como
trivialización de la sexualidad14. una instancia autónoma e independiente,
Entre los principales factores que pa- que busca ser satisfecha de forma automá-
recen haber condicionado, de forma más tica y mecánica. De «hacer el amor y no la
significativa, la actual transformación del guerra» se ha pasado a «diviértete, pero
comportamiento sexual juvenil y adulto no ames, no te compliques la vida».
pueden mencionarse los siguientes: la di- El autónomo comportamiento sexual
no sólo es autónomo sino también au-
tomático. Lo autónomo ha devenido en
14 Comunidad de Madrid. Informe sobre la
algo impulsivo, mecánico y automático;
Morbilidad por Enfermedades de Declaración Obligatoria,
Madrid, 2006 y 2007; Consejería de Sanidad y Con- lo que supone una pérdida de libertad
sumo. Informe. Detección de Necesidades de Evaluación y reflexión, a favor de sólo los deseos e
en Salud Pública 2006-2007, Servicio de Evaluación de impulsos. Esto significa que ese compor-
Salud Pública, Madrid, 2007; Consejería de Sanidad
y Consumo. Plan de atención Sanitaria a la Sexualidad tamiento «se dispara» impulsivamente,
Juvenil, Madrid, 2006; De Irala, J., Hanley, A., López sin apenas reflexión alguna y sin una
C. Propóntelo, Propónselo. Evitar el Sida, Ediciones In- decisión razonable. En la versión más
ternacionales Universitarias, Madrid, 2006, 100-103;
Rodríguez, A. Coordinador del Grupo Español para
actualizada, la robotización del compor-
la Investigación de las Enfermedades de Transmi- tamiento sexual comparece como algo
sión Sexual (GEIETS). Forum Libertas, (2007), 18, 5; deshumanizado15.
Seoane Pascual, L. «Evaluación cualitativa de una
En la sexualidad así ejercida se elude
campaña de promoción del uso del preservativo en
la población adolescente y juvenil de la Comunidad y desvanece el rostro del otro. La sexua-
de Madrid». Revista Española de Salud Pública (2002), lidad deviene en una actividad anónima,
76, 5, 509-516; Servicio de Vigilancia Epidemiológica. a pesar de que forzosa e inevitablemente
Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Sa-
lud Carlos III. Enfermedades de Declaración Obligatoria, comparezca el otro. La exigencia aquí de
Años 2007, 2006 y 2005; Martínez-González, M A,
De Irala J. «La medicina preventiva y los fracasos 15 Polaino-Lorente, A., Sexo y cultura. Análisis
catastróficos de la Salud Pública: Llegamos mal del comportamiento sexual. Rialp, Madrid 1998, 2ª,
porque llegamos tarde», Medicina Clínica, 124, (2005), 197-222; Polaino-Lorente, A., y Martínez Cano,
656-660; Martínez-González, M. A. «Las grietas del P. Embarazo y maternidad en la adolescencia. Rialp,
sexo seguro». Aceprensa, Madrid, 2006. Madrid, 1995.

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Aquilino Polaino Lorente

la interpersonalidad es sólo física y mecá- humano. Esta fragmentación usurpadora


nica, y está vacía de cualquier referencia tiene hoy dos manifestaciones contradic-
personalizadora. torias y, no obstante, paradójicamente
La afectividad, en cambio, ha sido compatibles: el culto al cuerpo y el des-
reducida a mero emotivismo. En la hora precio de la corporalidad.
presente, el infantilismo sexual y el El culto al cuerpo se alza ahora como
analfabetismo emotivo caminan con paso un nuevo ídolo, como un sustitutivo sólo
decidido, sólo que por caminos opuestos estético y disociado de la ética acerca
que nunca se encontrarán en el corazón de la corporalidad. El desprecio de la
de la persona16. corporalidad —y, en general, del cuerpo
En un comportamiento como el que se animado— ha despojado a la persona de
acaba de describir, no llega a producirse todo valor moral. El cuerpo es apenas un
el natural ensamblaje entre afectividad y trasunto alejado de la persona; el cuerpo
sexualidad, ni el encuentro personal entre es apenas un instrumento sólo útil para
dos existencias corporizadas. procurarse el placer.
Tal y como hoy la viven muchos, ni Pero sin cuerpo la persona no puede
la sexualidad ni la afectividad están en alcanzar el placer, ni tan siquiera amar.
armonía con la verdad. La satisfacción El sexo y el amor humano exigen la com-
sexual gira en el vacío de lo impersonal y, parecencia de la corporalidad. No hay
por eso mismo, frustra y culpabiliza. Las personas sin cuerpo, aunque el cuerpo
relaciones sexuales apersonales manifies- haya de estar sometido a la persona de la
tan una nueva y poderosa fragmentación que forma parte y parte indisociable. El
de la unidad y unicidad de la persona. La cuerpo merece por eso respeto y no puede
mentira que oculta el comportamiento ni debe degradarse a mera epidermis o a
sexual despersonalizado —en el que se sólo cierta envoltura de la persona.
ha amputado todo compromiso— salpica Si la sexualidad y la afectividad se di-
e invade también el ámbito de la afectivi- socian y acaban por oponerse entre ellas,
dad, al que impide su asentamiento en la ¿qué es lo que la persona puede decidir
verdad, que es el fundamento de la auten- en este ámbito? ¿Satisfacer la sexualidad
ticidad. En un contexto así, ¿es que acaso en contra de la afectividad? ¿Satisfacer la
no es necesario hacer alguna indagación afectividad en contra de la sexualidad?
desde el ámbito de la psicopatología? Al proceder así, ¿encontrará su gozo
La misma corporalidad, con este modo cumplido? Lo que cabe esperar de una
de proceder, ha sido desgarrada en el ser satisfacción escindida e incompleta, como
ésta, es una completa frustración. ¿Tiene
16 Polaino-Lorente, A. «Aproximación diag- aquí algo que hacer y decir el pertinente
nóstica a la juventud de hoy». En: La juventud a exa- enfoque psicopatológico?
men. Lydia Jiménez (dir.). Fundación Universitaria
Española, Madrid (2009), 35-70; Polaino-Lorente, A. Si la sexualidad y la afectividad no
«La educación de los sentimientos y la sexualidad». coinciden en un acto unitario, la realidad
Revista Española de Pedagogía, 235, (2006), 429-452. de esa unión personal resulta falseada y

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

lleva en sí misma el germen del drama. hacer referencia para nada a la libertad
La unidad de la persona, en el encuentro humana y a la identidad personal. Pero
sexual y afectivo, exige la apuesta por la si estas relevantes dimensiones del com-
verdad de la completa donación y acep- portamiento humano se desgajan de la
tación de las enteras personas que así libertad, la misma libertad estará vaciada
se encuentran. Un encuentro en el que de sentido. Si la persona no dispone de
sexualidad y afectividad, por ser verda- otra libertad que la que le proporciona el
deras, resultan inseparables. horizonte determinista de la mera satis-
La sexualidad y la afectividad no son facción, la persona se desnaturaliza, pier-
comportamientos arbitrarios, meras futi- de su humanidad y, en consecuencia, deja
lidades, funciones mecánicas e indepen- de ser persona. Cuestión ésta muy rica y
dientes que no afectan el «núcleo duro» compleja que incide, por derecho propio,
de la persona. Sexualidad y afectividad en el ámbito de la psicopatología.
se presentan separadas, en la sociedad Sexualidad y afectividad, por el con-
actual, de tal modo que no parecen tener trario, se identifican en la raíz última del
nada que ver entre sí, lo que constituye ser, donde se entretejen dando origen al
un rasgo psicopatológico contrario a la amor conyugal. Un amor que es el conte-
unidad y unicidad de la persona17. nido de una exigencia del ser personal, la
La actual sociedad mediática se recrea verdad indubitable que da sentido a las
en despojar de cualquier significado éti- biografías de los que se aman. Sexualidad
co al comportamiento sexual y afectivo. y afectividad precisan de la confianza
La «ética» del comportamiento sexual que anida en la verdad del ser. Es la ver-
humano se ofrece ahora como un mero dad del ser la que sostiene a una y otra.
pragmatismo que emerge del cálculo Cualquier fractura o fragmentación que
utilitario, cuyo único destino es lucrar el se produzca en y entre ellas las disocia, y
placer del «instante». Evitar la procrea- conduce a la persona a la desesperación
ción y el contagio de ciertas enfermeda- y la tragedia.
des son riesgos menores, perfectamente Por último, entre los factores implí-
atendibles —es la propuesta de la así citos que se concitan en la nueva sexua-
llamada educación sexual actual—, aun- lidad fragmentaria pueden destacarse
que tampoco importan demasiado si no los siguientes: la ausencia del sujeto, la
son tenidos en cuenta. elusión de la interioridad, la disociación
La sexualidad y la afectividad se ofre- entre las cogniciones (el conocimiento
cen hoy como baratijas, como objetos de propio y ajeno, en el que se funda la
consumo para la mera satisfacción instin- unión y comunión de personas), el com-
tiva animal —placer y emotivismo—, sin promiso afectivo y la conducta sexual, y
la recíproca utilización en el contexto de
17 Polaino-Lorente, A. «Cómo saber si se
está enamorado». En: La juventud a examen. Lydia
una fingida armonía.
Jiménez (dir.). Fundación Universitaria Española, Sea como fuere, el hecho es que cada
Madrid (2009), 259-308. vez es más precoz y generalizado el inicio

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Aquilino Polaino Lorente

de la actividad sexual entre los jóvenes. Al filo de otras observaciones clínicas, los
De otra parte, la descontrolada impul- jóvenes que consultaron manifestaron
sividad y la manifiesta inestabilidad de también un cierto malestar con su acti-
estas tempranas e inmaduras relaciones, vidad sexual, lo que unido a lo anterior
¿no aconsejan acaso hacer alguna otra puso de manifiesto ciertas conclusiones
posible indagación desde el ámbito de la psicológicas y psicopatológicas.
psicopatología? Los datos de que se informa a con-
tinuación han sido sistematizados de
4. La psicopatología y la conducta sexual acuerdo con las tres características antes
apuntadas:
En modo alguno se trata aquí de
«psicopatologizar» en general las rela- 4.1. Respecto de la precocidad
ciones sexuales. De hecho, la mayoría de
estas conductas pueden ser explicadas, Algunos de ellos la explican apelan-
en forma suficiente y clara, apelando a do a la presión social y el dictado de la
la libertad de las personas y, en algunos moda («es lo que hacen todos»), al placer
casos, a la ignorancia de los «consumi- que obtienen («se pasa un buen rato»),
dores de sexo», así como a la vigencia de a la curiosidad («a mi nunca me había
la poderosa presión social hoy existente ocurrido y quería probarlo»), a la nece-
sobre este particular. sidad de experimentarlo personalmente
De lo que se trata ahora es de re- («quería saber qué se sentía»), al afán
flexionar acerca de los datos observados de vencer la propia inseguridad («para
en el contexto clínico, por si pudiera nada me sentía seguro de mí mismo en
concluirse algo acerca de la existencia este tema»), al deseo de divertirse («eso
de cierta relación entre conducta sexual mola mucho y si no te enrollas te aburres
y psicopatología. Líneas atrás se han con- un montón»), al hecho de sentirse mayor
siderado dos nuevas características del («ya iba siendo hora de que me compor-
nuevo comportamiento sexual emergente tara como una persona adulta»). Hasta
—la precocidad y la inestabilidad— a las aquí las razones psicológicas aducidas
que habría que añadir otra: su excesiva por los adolescentes.
frecuencia. El malestar que suelen experimentan
¿En qué sentido tiene aquí algo que después de la relación se concreta en la
decir la psicopatología? Me remitiré a insatisfacción, la aparición a veces de
la experiencia clínica. Los datos clínicos sentimientos de culpa, la relativización
de que dispongo no provienen aquí de de lo que tanto habían anhelado, la baja
jóvenes que hayan consultado por las autoestima, y los cambios que transfor-
anteriores características mencionadas, man —como consecuencia de esa relación
sino que han solicitado consulta, según sexual— la relación con la otra persona.
ellos y ellas, por otros síntomas que no La indagación en otras posibles mo-
les permitía sentirse bien consigo mismos. tivaciones psicológicas que expliquen la

366 Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª


Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

precocidad de las relaciones sexuales son otros síntomas, cuando los hay— desde
las siguientes: la soledad, el aburrimiento, los criterios que definen un determinado
la frustración, la insatisfacción consigo comportamiento patológico.
mismo, los conflictos con los padres, Se sintetizan a continuación los tras-
el fracaso escolar, la compensación de tornos psicopatológicos en los que con
la timidez y del propio sentimiento de más frecuencia hemos encontrado razones
inferioridad, la ansiedad, el sinsentido suficientes para explicar esta inestabilidad
de su propia vida, la incertidumbre ante de la conducta sexual adolescente como
el futuro, la autoafirmación del yo (en la una manifestación psicopatológica más: la
constelación de la emulación, persuasión, depresión, el trastorno bipolar, la ausencia
seducción y fascinación), y la búsqueda de control sobre los impulsos, la persona-
del mero placer. Algunas de las anteriores lidad narcisista y pasivo-dependiente, el
motivaciones son propias del comporta- consumo de alcohol y drogas, el trastorno
miento sexual adolescente; en cambio, obsesivo-compulsivo, los pensamientos
otras —de acuerdo con su intensidad y automáticos y la adicción al sexo.
el grado de malestar que suscitan— po- Ante un adolescente que esté insatisfe-
drían considerarse como más próximas cho de su conducta sexual, que le produz-
a determinadas situaciones de riesgo ca cierto malestar y/o manifieste otros
psicopatológico18. síntomas psicopatológicos específicos de
los trastornos anteriores, el clínico debiera
4.2. Respecto de la inestabilidad ser prudente y explorar si esas molestias
e insatisfacciones pueden explicarse —y
Esta característica común del com- tratarse— desde una perspectiva psico-
portamiento adolescente, en general, se patológica.
manifiesta también en el comportamiento
sexual. Pero tal peculiaridad no siempre 4.3. Respecto de la excesiva frecuencia de uso
debiera atribuirse a lo que es una peculia-
ridad común en esa etapa de la vida. Es Esta característica es especialmente
preciso hacer ciertas indagaciones al res- problemática, puesto que además de la
pecto. En algunos de ellos, la inestabilidad edad del adolescente influye en ella —¡y
de su conducta sexual se ensambla mejor mucho!— el contexto social, los estilos
con ciertos rasgos del perfil sintomático de vida y los usos hechos costumbre en
que es característico de ciertos trastornos la actual sociedad.
psicopatológicos. De aquí que resulte muy Entre los posibles trastornos que
conveniente dilucidar si su comportamien- conviene explorar —además de los men-
to sexual está o no implicado y puede cionados en el apartado anterior—, cabe
ser o no explicado mejor —en unión a añadir aquí los siguientes: consumo de
sustancias psicotropas, trastornos esqui-
18 Polaino-Lorente, A., Sexo y cultura. Análisis
del comportamiento sexual. Rialp, Madrid 1998, 2ª, zoafectivos, distimia, reacciones a estrés
197-222. grave y trastornos de adaptación, trastor-

Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª 367


Aquilino Polaino Lorente

nos de personalidad (de la inestabilidad inestabilidad y uso excesivamente fre-


emocional, dependiente e histriónico), cuente de su comportamiento sexual, en
trastornos de los hábitos y del control ocasiones incluso contra su voluntad. A
de los impulsos, trastornos del desarrollo nadie se le oculta la obvia vinculación
sexual, trastornos hipercinéticos, trastor- entre la conducta sexual y el aborto, pues
nos disóciales y de las emociones mixtos, sin aquella no se daría el embarazo, y sin
y trastorno de vinculación de la infancia éste no es posible el aborto. Pero conviene
desinhibido. admitir como mera hipótesis de trabajo
De acuerdo con los resultados obte- que el comportamiento sexual previo, que
nidos por el Proyecto Esperi19, alrededor está en el origen del aborto, puede estar
de 700.000 adolescentes españoles sufren de suyo condicionado por ciertos factores
trastornos del comportamiento, lo que psicopatológicos o incluso constituir una
supone entre el 8 y el 10% de este colecti- expresiva manifestación sintomática de
vo. De ellos el 80% están sin diagnosticar. ciertas alteraciones.
La incidencia de estos trastornos, según
la OMS, está aumentando en los países 5. El contexto psicológico y psicopatoló-
industrializados. La estimación para los gico de la decisión de abortar
próximos años, en lo que a España se re-
fiere, es que la incidencia se eleve hasta el La perspectiva psicopatológica y el
14-21%. Estos trastornos suelen aparecer aborto vuelven a encontrarse en esta
ligados, a veces, a conductas de riesgo segunda etapa en que la persona toma
como el abuso de alcohol y drogas y la la lamentable decisión de abortar. Una
promiscuidad juvenil. Según esta misma decisión que, por su gravedad e irrever-
fuente de información, el aborto afecta en sibilidad, constituye un hecho histórico
la actualidad a una población de 800.000 irreparable. Nada de particular tiene que,
mujeres españolas y potencialmente a como tal hecho, se adentre en la intimidad
otros tantos hombres. De aquí que se de la persona y se configure allí como algo
considere el aborto como uno de los esencial que se incorpora al propio núcleo
factores de riesgo psicopatológico más biográfico. De hecho, es una realidad
relevante y significativo en el grupo de que las consecuencias del aborto —tal
población juvenil. y como las observaremos en el epígrafe
La función sexual, como cualquier otra siguiente— son tan lamentables, profun-
función psico-física, puede alterarse. Es das y estables, que en muchas personas
muy poco frecuente que hoy se piense en constituyen una huella persistente que les
esta posibilidad como posible explicación acompañará durante toda su vida.
a lo que sucede en algunos adolescentes Dadas las anteriores peculiaridades,
que sufren a causa de la precocidad, parece lógico que tan grave decisión sea
también iluminada desde la perspectiva
19 Fundación Iberdrola. Proyecto Esperi. Ma- psicopatológica para así tratar de evitar,
drid, 2004. si fuera posible, el error, la falsedad o la

368 Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª


Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

ignorancia de esa decisión, y las funestas ca— los efectos y consecuencias en la


consecuencias psíquicas que de ella pue- mujer de la ausencia del hombre en estas
dan derivarse. condiciones. ¿Cómo justificará la mujer
En la mayoría de los casos, se concitan en el ámbito cognitivo, por ejemplo, la
numerosos factores —algunos de ellos inhibición, el abandono y la huida del
morbosos y otros desencadenantes y/o otro progenitor? ¿Es que ya no la quie-
condicionantes de ciertas patologías— en re, pensará, precisamente por haberse
la decisión de abortar. En las líneas que quedado embarazada? ¿Es ella acaso la
siguen, se sintetizan las tres etapas en única responsable? Y si no lo es, ¿por
que algunos de estos factores pueden qué, entonces, se la abandona a su suerte,
agruparse, de acuerdo con su relevancia a la soledad de su mala suerte? Si en su
y frecuencia de ocurrencia. origen está el comportamiento de dos
En la primera etapa, hay que referirse personas, ¿por qué las consecuencias de
al contexto vital y familiar en que la mujer esa dual decisión originaria recaen sólo
toma esa decisión. En este punto hay sobre una de ellas?
que enfatizar la dramática experiencia Ciertamente, que el hecho de que una
de soledad y desvalimiento de la mujer. mujer quede embarazada no suele resol-
Es la mujer embarazada, y sólo ella, la verse con el matrimonio con el otro pro-
que toma esa decisión. Y, sin embargo, genitor. La aparente solución de contraer
influye tanto el contexto y la presión de matrimonio —tal y como se ha demos-
las circunstancias que su decisión está psi- trado— no suele ser remedio alguno para
cológicamente condicionada, la mayoría resolver el drama de esa situación. Pero,
de las veces, de forma poderosa. entre no casarse y no comparecer hay una
El hombre, el padre biológico no suele dilatada distancia. Lo común, sin embargo,
comparecer, por la sencilla razón de que es que el varón se «pierda» y desaparezca
ha huido ante el embarazo de la mujer. del escenario, aunque ello comporte el que
Como si aquello no fuera con él —aunque la otra persona se sienta sola, abandonada
no se hizo sin él—, el hombre se desentien- y «perdida». ¿A quién acudir, entonces,
de y desatiende a la mujer y al fruto que para pedir la ayuda que necesita?
hay en sus entrañas. Es esta una nueva y Lo usual es que acudan a sus padres.
dolorosa «catástrofe» emocional adicional Pero, ¡son tan impresionables los padres!,
que se suma al drama que ya experimen- ¡toleran tan mal la información acerca
taba la joven madre. Si cualquier ruptura de los nuevos acontecimientos!, que se
sentimental de la pareja condiciona po- comprende el temor de la joven embara-
derosamente el estado psicológico de la zada a informarles. En otras ocasiones,
mujer, tanto más afectará ésta, conforme la joven mujer embarazada recuerda las
a las especiales y significativas circunstan- inquietantes advertencias, las amenazas
cias que está viviendo. explícitas que oyeron a sus padres en el
Habría que sopesar y evaluar —tam- caso hipotético de que quedaran emba-
bién desde la perspectiva psicológi- razadas. El temor al conflicto familiar

Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª 369


Aquilino Polaino Lorente

y al rechazo de sus padres sella la boca haber participado en relaciones sexuales


de la embarazada, que rehúsa pedirles en grupo; y una historia de haber estado
ayuda y le encamina a buscar otras posi- más de una noche con otra mujer.
bles alternativas. ¿Pueden estos temores Sin duda alguna, los anteriores fac-
condicionar gravemente la decisión de tores debieran tenerse en cuenta en los
abortar? ¿Es libre la embarazada para programas de prevención del aborto. Esos
tomar tal decisión? ¿No se confundirá tal factores pueden condicionar psicopatoló-
vez, apelando a una «liberación» que, a gicamente —¡y mucho!— la decisión de
corto plazo, parece suprimir su problema, abortar en la mujer.
pero a costa de hipotecar su vida futura, En la segunda etapa, hay que mencio-
de forma traumática? ¿Tomaría tal de- nar los factores provenientes del contexto
cisión si encontrara cierta comprensión social, tan ricos en estereotipias, rechazos
y los recursos humanos, psicológicos y y escándalos. A la madre embarazada le
económicos que precisa? importa, como es lógico, el qué dirán,
Una reciente investigación con unos la opinión pública acerca de su estado,
varones (n = 658) y mujeres (n = 906)20 sobre todo por su grupo de pertenencia
ha desvelado algunos predictores de la y referencia. Tal actitud varía mucho de
decisión de abortar en la mujer. Entre unas a otras personas, en función de: (a)
los que parecen ser más significativos la relevancia que atribuyan a la opinión
y relevantes se encuentran los siguien- pública; (b) la seguridad en sí mismas
tes: escasa práctica religiosa; no haber y en sus propios juicios; (c) la mayor o
tenido relación con una madre durante menor dependencia que tengan respecto
la infancia; ausencia de relación con un del grupo; y (d) las redes sociales de que
padre durante la infancia; abandono del disponga para su ayuda y protección en
hogar a temprana edad; haber sido tocada esas circunstancias.
sexualmente antes de los 13 años; antece- En cualquier caso, es natural esta
dentes de haber sido forzada a tener sexo; preocupación. Las personas tienen inte-
y una historia de haber estado con otro rioridad, que es justamente lo que no está
más de una noche y de haber participado puesto en el escaparate ante la mirada de
en relaciones sexuales en grupo. curiosos y extraños. El embarazo en una
Por lo que respecta a los varones, persona soltera forma parte importante
son predictores de la decisión de que de su intimidad, algo que tiene el derecho
la mujer aborte los siguientes factores: y el deber de custodiar. La persona tiene
escasa práctica religiosa; haber sido to- derecho a su honra, que forma parte de
cado sexualmente antes de los 13 años; la virtud de la justicia. El reconocimiento
social no es sólo una cuestión de «ima-
20 Coleman, P. K., Rue, V. M., y Coly, C. T. gen» sino de justicia social. Una mujer
«Induced abortion and intimate relations quality
joven embarazada se siente asustada
in the Chicago Health and Social Life Survey», The
Royal Institute of Public Health, Elsevier Ltd, Chicago, porque está persuadida de que su nuevo
2009. estado cause un cierto escándalo y su

370 Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª


Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

desprestigio personal. En consecuencia, ¿Cuál es el peso de las anteriores


teme las habladurías de la gente acerca circunstancias en la toma de decisiones
de su persona: algo —piensa— va a cam- por la que opte? ¿Puede estar gravemente
biar, definitivamente, en el modo de ser condicionada por los factores a los que se
percibida por los demás. ha aludido? ¿Está garantizada la libertad
A ello se suma la incertidumbre ante de decidir en una persona inexperta, que
su futuro como madre, en lo que no tiene se siente abandonada, sola, confusa, de-
experiencia alguna. La carga económica primida y angustiada?
que conlleva la maternidad (la alimenta- En la tercera etapa, hay que mencionar
ción y el cuidado del hijo) es otro de los otros nuevos factores que acompañan al
obstáculos preocupantes que se ciernen hecho de estar embarazada y la posible
sobre ella. Especialmente si, como sucede, consideración de abortar. La embarazada
hasta ahora ha dependido de su fami- soltera no tiene información suficiente
lia de origen. En este caso optar por la acerca del embarazo, para el que, por
maternidad conlleva también una cierta otra parte, no ha sido preparada. Muchas
independencia económica, a la que no de ellas se debaten entre dos miedos: el
sabe, no puede o no quiere hacer frente. miedo al embarazo y el parto y el miedo,
Además de las anteriores exigencias, op- todavía mayor, a abortar.
tar por la maternidad exige renunciar a La clausura de la persona en un
los propios proyectos personales, lo que contexto de temor, del que no se puede
constituye un importante sacrificio que escapar —cualquiera que sea la decisión
es difícil realizar. que elija—, se asemeja mucho a los con-
El temor a lo que le puede pasar, tanto flictos psicológicos de evitación-evitación,
si aborta como si da a luz, hunde a la que suelen prolongarse en indefensión y
embarazada soltera en la ansiedad y la bloqueo. Sin duda alguna, estos miedos
depresión, además de causarle una cierta obstruyen y bloquean su libertad o, cuan-
perplejidad amasada de indecisiones y do menos, la limitan sustancialmente.
temores. En este contexto, emergen con La decisión de seguir adelante con el
frecuencia los sentimientos de culpa- embarazo comporta el miedo al embarazo
bilidad, lo que intensifica la situación y el parto —además de las consecuencias
dramática en que se encuentra. mencionadas en los dos anteriores epígra-
Por lo general, no se siente preparada fes—, aunque supone también la libera-
—experimenta una gran dificultad— para ción del miedo al aborto y a los riesgos
afrontar las nuevas responsabilidades psicopatológicos que de él derivan. A ello
a las que tiene que enfrentarse, tanto si se añade la ilusión de tener un hijo y ser
decide abortar como si no. Si al menos madre, con todo lo que ello supone de
estuviera acompañada por el padre de la crecimiento y madurez personal.
criatura, encontraría ese punto de apoyo Por el contrario, la decisión de abor-
necesario para, solidariamente, tomar la tar conlleva una cierta «liberación» de
decisión más pertinente. algunos de los factores anteriores, pero

Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª 371


Aquilino Polaino Lorente

permanece y se intensifica el miedo a vez más, domeñada, sometida y manipu-


abortar, la culpabilidad de haber elimi- lada por la opinión de los legisladores. La
nado a su propio hijo, el rechazo de una ley del aborto parte del principio de que
maternidad que ha sido interrumpida y el embarazo, en determinas circunstancias
a las numerosas consecuencias psicopato- —¿también un embarazo no deseado?—
lógicas que de ello pueden derivarse. El puede tener consecuencias patológicas
aborto comparece ante los ojos de la em- para la salud psíquica de la madre. De
barazada con un doble rostro: los efectos, acuerdo con este principio, las leyes am-
supuestamente liberadores, a corto plazo; paran y privilegian la «salud de la madre»
y los perniciosos y desconocidos efectos respecto de la «salud del hijo» no nacido
psicopatológicos, a largo plazo. que, sencillamente, es sacrificado.
En la actual cultura del instante, el Más allá de este mostrenco y grosero
énfasis se pone en el «momento» pre- error —especialmente, si nos atenemos
sente, en el cortísimo plazo, en el «todo, a las «causas y circunstancias» que se
ya y ahora», lo que suele presionar y invocan y a cómo se ha aplicado esta le-
condicionar todavía más la decisión de gislación—, hay una cadena de numerosos
abortar. Pero en tal decisión no se han errores, que tomados en su conjunto no son
tenido en cuenta los numerosos efectos de menor cuantía. Si se focaliza la atención
psicopatológicos que —en ocasiones de en sólo la «salud de la madre» —lo que
forma irreversible—, posiblemente le es una fragante injusticia, a pesar de estar
acompañen durante toda su vida. de acuerdo con el actual espíritu de las le-
¿Se encuentra la mujer soltera em- yes—, no se entiende cuál es la razón de la
barazada en las mejores circunstancias total omisión y exclusión de los numerosos
para tomar decisiones?, ¿No resultará factores psicopatológicos que se concitan
su libertad, gravemente impedida, por antes, durante y después del aborto, como
los anteriores factores psicopatológicos causa y como consecuencia del mismo.
a los que se ha aludido?, ¿Es que acaso
no sería conveniente evaluar el peso de 6. Algunas consecuencias psicopatoló-
estos factores en la dinámica de esta toma gicas de la IVE
de decisiones?, ¿Dispone la actual psico-
patología de los recursos necesarios para El primer grupo de consecuencias del
atemperar, aliviar, disminuir y/o extin- aborto es que incide negativa y pode-
guir las influencias y condicionamientos rosamente en las relaciones de pareja. De
psicopatológicos de estos factores?, ¿Son acuerdo con la reciente investigación a
eficaces las medidas tomadas hasta el mo- la que antes se aludió21, la experiencia
mento para la prevención del aborto?
Podría llegar a escandalizar el modo 21 Coleman, P. K., Rue, V. M., y Coly, C. T.
en que se ha apelado a la «salud psíquica» «Induced abortion and intimate relations quality
in the Chicago Health and Social Life Survey», The
de la madre en lo relativo al aborto. En Royal Institute of Public Health, Elsevier Ltd, Chicago,
efecto, aquí la psicopatología ha sido, una 2009.

372 Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª


Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

del aborto en la mujer afecta gravemente Fergusson, Horwood y Rider24 rea-


sus relaciones de pareja en las siguientes lizaron en Nueva Zelanda un estudio
cuestiones: aumento del riesgo de dis- longitudinal, de 25 años de seguimiento,
funciones sexuales (182% de la pobla- con cohortes juveniles de 15 a 25 años
ción estudiada); de los conflictos con los de edad. El 41% de las jóvenes quedaron
familiares de la pareja (80%); del modo embarazadas, al menos en una ocasión,
en que éstos responden (99%); y de las antes de los 25 años. De ellas, el 14.6%
discusiones entre ellos acerca del dinero abortaron.
(75%). En lo que se refiere al varón, la Los resultados manifiestan que
experiencia del aborto aumenta el riesgo en lo que se refiere a la incidencia de
de los conflictos con las drogas (385%) y trastornos psicopatológicos (depresión,
del comportamiento celoso (96%). ideación suicida, dependencia de las
Desde la perspectiva psicopatológica, drogas, y problemas globales de salud
comienza a haber bastante acuerdo entre mental), fue significativamente mayor
los diversos equipos de investigadores en las mujeres que abortaron que en-
en que la experiencia del aborto aumenta tre las embarazadas que no abortaron.
el riesgo de trastornos psicopatológicos Tanto en este grupo como en el de las
en un amplio espectro, destacándose, mujeres no embarazadas de la misma
especialmente, el consumo de drogas, edad, la incidencia de estos trastornos
la ansiedad, la hostilidad, la baja au- psicopatológicos no fue significativa
toestima, la depresión y el trastorno en comparación con su incidencia en la
bipolar22. población general.
Tal vez el análisis reciente, más com- Los autores, no obstante, encontraron
prehensivo en lo que afecta a este tópico, otro hecho relevante, difícil de explicar.
es el realizado por el Nacional Longitudinal En lo que concierne a los trastornos de
Study of Youth (NSLY), en el que se infor- ansiedad, las diferencias obtenidas entre
ma que en las mujeres que optan por el los tres grupos fue muy poco (marginal-
aborto provocado frente a las mujeres con mente) significativa.
un parto a término, el riesgo de padecer Por el contrario, los síntomas psicopa-
una depresión es mayor del 65%23. tológicos aumentan de forma significativa
entre las mujeres que se han expuesto a
22 Cougle, J.R., Reardon, D.C., y Coleman, la IVE.
P.K. «Depression associated with abortion and
childbirth: A long-term analysis of the NLSY co-
hort». Medical Science Monitory, (2003), 9, 105-112;
Reardon, D. C., Cougle, J. R., Rue, V. M., Shuping, chiatric admissions of low-income women following
M. W., Coleman, P. K., y Ney, P. G. «Psychiatric abortion and childbirth». Canadian Medical Associa-
admissions of low-income women following abor- tion, (2003), 168, 10, 1253-1256.
tion and childbirth». Canadian Medical Association, 24 Fergusson, D. M., Horwood, L. J., y Rider,
(2003), 168, 10, 1253-1256. E. M. «Abortion in young women and subsequent
23 Reardon, D. C., Cougle, J. R., Rue, V. M., mental health». Journal of Child Psychology and Psy-
Shuping, M. W., Coleman, P. K., y Ney, P. G. «Psy- chiatry, (2006), 47:1, 16-24.

Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª 373


Aquilino Polaino Lorente

De acuerdo con los datos comunicados relaciones amorosas (57%); sentimientos


por Coleman, Rue, y Coyle25, el aborto au- suicidas (56%); iniciación o aumento del
menta la incidencia de violencia domésti- consumo de drogas o alcohol (53%); tras-
ca (196%), el consumo de drogas (385%) tornos alimentarios (anorexia, bulimia,
y el comportamiento celoso (96%). Para comer compulsivamente, 39%); e intentos
otros autores, el aborto aumenta en un suicidas (28%).
95% el riesgo de embarazo prematuro. En Finlandia se realizó una investiga-
En un estudio reciente del Instituto ción para determinar en la mujer la tasa de
Elliot26 llevado a cabo con 260 mujeres que suicidio vinculado al embarazo, en función
habían abortado y que habían solicitado del aborto espontáneo, la IVE y el parto
terapia post-aborto, voluntariamente, o a término27, entre los años 1987-1994. La
habían acudido a un centro de ayuda a tasa anual general de suicidio en Finlan-
la embarazada se encontró una mayor dia es de 11.3 por 100.000 habitantes. Los
incidencia de trastornos relativos a la 73 suicidios encontrados en este periodo,
salud mental. vinculados a la pregnancia, representan
A continuación se transcribe el aumen- el 5.4% de todos los suicidios en las mu-
to de la incidencia sintomática psicopa- jeres de este grupo de edad (15-49 años).
tológica encontrada por este equipo de A continuación se transcriben los datos
investigación: atonía emocional (ausencia encontrados: la tasa de suicidios entre las
de sensibilidad emocional o necesidad de mujeres que tuvieron un parto a término
ahogar las emociones, 92%); mayor ten- fue de 5.9, frente a los 18.1 hallado en las
dencia a los ataques de ira (86%); miedo mujeres que sufrieron aborto espontáneo,
generalizado y difuso (86%); miedo a que y 34.7 entre las que optaron por la IVE.
otros se enteraran de su aborto (86%); El rango de edad en que es más alto el
mayor sensación de soledad y aislamien- riesgo de suicidio es el comprendido entre
to (82%); disminución de la autoestima los 35 y los 39 años. La tasa de suicidio
(75%); trastornos sexuales (más dolor du- fue mayor entre las mujeres adolescentes,
rante la relación, promiscuidad, frigidez o no casadas y de baja clase social. Las
pérdida de placer, 73%); negación de los diferencias obtenidas entre los grupos
sentimientos negativos acerca del aborto son suficientemente significativas como
(63%, durante un tiempo promedio de para que las autoras de la investigación
5, 25 años); insomnio o pesadillas (58%); consideren la IVE como un factor de alto
mayor dificultad para iniciar o conservar riesgo de suicidio.
El riesgo de suicidio aumenta en los
25 Coleman, P. K., Rue, V. M., y Coly, C. T. dos primeros meses después del aborto
«Induced abortion and intimate relations quality
in the Chicago Health and Social Life Survey», The
Royal Institute of Public Health, Elsevier Ltd, Chicago, 27 Gissler, M., Hemminki, E., Lönnqvist, J.
2009. «Suicides after pregnancy in Finland, 1978-94: reg-
26 Instituto Elliot. [www.afterabortion.org/ ister linkage study». British Medical Journal, (1996),
Survey2.htm]. 313, 1431-1434.

374 Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª


Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

provocado. Sin embargo, la información disponible de los certificados de defun-


acerca del embarazo sólo se notificó en ción de esa misma población, entre 1989
el 11% de los certificados de defunción, y 1997.
a causa del suicidio. Comparadas con las mujeres que
Sin duda alguna, es muy compleja la sufrieron un aborto espontáneo, las que
relación entre suicidio, trastornos psico- abortaron voluntariamente muestran
patológicos, clase social, acontecimientos tasas de mortalidad más altas, con di-
estresantes y soporte social. No obstante, ferencias significativas, respecto de las
las autoras se inclinan a establecer, de siguientes causas de mortalidad maternal:
acuerdo con los datos obtenidos, las riesgo de muerte, consideradas todas las
dos hipótesis explicativas siguientes: (a) causas (1.62); suicidio (2.54); accidentes
que las mujeres que se someten a la IVE (1.82); riesgo de muerte por causas natu-
suelen padecer después de depresión; rales (1.44); SIDA (2.18); enfermedades
y (b) que la alta tasa de suicidio puede circulatorias (2.87); y accidentes cerebro-
estar relacionada con la situación previa vasculares (5.46). Son muy significativas
de alto riesgo, cuando la mujer opta las diferencias encontradas en lo que
por la IVE. En cualquier caso, ambas respecta a la tasa media anual de suici-
explicaciones no disponen de una ex- dio entre las mujeres que han sufrido un
plicación suficiente, lo que exigiría un aborto espontáneo (3.0) y las que tienen
análisis causal más fino de las variables una historia de aborto voluntario (7.8).
estudiadas. La conclusión a la que llega este equi-
La anterior investigación ha sido repli- po de investigadores es que la alta tasa de
cada por otros autores, durante un periodo mortalidad en las mujeres que han abor-
de tiempo más amplio y una muestra más tado persiste en el tiempo, cualquiera que
numerosa en Norteamérica28. El principal fuere su situación socio-económica. Estos
objetivo de investigaciones como éstas es resultados podrían explicarse, como pos-
tratar de reducir la elevada tasa de morta- tulan los autores, apelando al incremento
lidad maternal, a causa del aborto. de las tendencias auto-destructivas, la
Los autores se han servido de los datos depresión y otros comportamientos no
de una muestra de 173.279 mujeres (Re- saludables, que resultan agravados por
gistro Médico de California; Medi-Cal), la experiencia del aborto.
que habían sufrido un aborto (espontáneo Los autores analizan las diversas ex-
o provocado) en 1989. Los anteriores periencias previas relativas al embarazo
datos se han vinculado a la información y al parto. Los datos encontrados en los
diversos subgrupos les autoriza a formu-
28 Reardon, D. C., Ney, Ph. G., Scheuren, F., lar la siguiente conclusión: el parto en una
Cougles, J., Coleman, P. K., Strahan, T. W., y Spring- mujer que no haya sufrido anteriores pér-
field, J. D. «Deaths Associated with pregnancy
didas (aborto espontáneo o provocado)
outcome: a record linkage study of low income
women». Southern Medical Journal, (2002), 95, 8, puede ser considerado como un factor de
834-841. protección para la salud de la madre. Por

Cuad. Bioét. XX, 2009/3ª 375


Aquilino Polaino Lorente

el contrario, sufrir un aborto (espontáneo ticos, depresión recurrente con síntomas


o provocado), sin haber tenido antes la psicóticos, y trastorno bipolar. Tanto en
experiencia de un parto a término, podría el corto como en el largo plazo —y cual-
tener efectos deletéreos29. quiera que fuere la edad de la mujer en
Una investigación diseñada con otros el rango de edad del grupo estudiado—,
recursos metodológicos y orientada a la tasa de admisiones psiquiátricas fue
otros aspectos psicopatológicos arroja significativamente mayor en las mujeres
mucha luz sobre este problema30. Los que habían abortado que en las madres
autores salen al paso de la controversia que habían dado a luz. Los ingresos son
existente acerca de si el aborto o el parto especialmente frecuentes en aquellas
están asociados o no con un grave riesgo mujeres que abortaron y que disponen
psicológico para la salud de la mujer. de bajos ingresos económicos.
Para ello han comparado la tasa de ad- Más alarmantes son los datos que en la
misiones psiquiátricas de las mujeres, actualidad ha comunicado El Royal College
durante un periodo comprendido entre of Psychiatrists (2009): el aborto multiplica
90 días y 4 años, después del parto o de por tres la incidencia de suicidio en las
haber abortado en 1989, y cuyas edades mujeres (Encuesta Semergen-06). El suici-
estaban comprendidas entre los 13 y dio es hoy la primera causa de muerte en
los 49 años. Para esto se sirvieron del la mujer, en edades comprendidas entre
Registro Médico de California (Medi- 30 y 34 años.
Cal). Los resultados encontrados ponen El índice de muerte materna vinculado
de manifiesto, que en las mujeres que al aborto es 2.95 veces más elevado que el de
abortaron la tasa de riesgo de admisión embarazos que llegan al parto en la población
en un Servicio de Psiquiatría es muy alta de mujeres de Finlandia entre los 15 y los 49
y mayor, de forma significativa, respec- años de edad. La investigación realizada
to de las mujeres que dieron a luz. Los en el Centro Nacional de Investigación y
diagnósticos psiquiátricos más frecuentes, Desarrollo para el Bienestar y la Salud de
por los que precisaron el ingreso, fueron Finlandia, concluye afirmando que el
los siguientes: trastornos de adaptación, embarazo contribuye a la salud de las
episodio depresivo con síntomas psicó- mujeres31.
De acuerdo con los autores citados, el
29 Reardon, D. C., Ney, Ph. G., Scheuren, F., embarazo no constituye, por lo general,
Cougles, J., Coleman, P. K., Strahan, T. W., y Spring- un riesgo para la salud psíquica de la
field, J. D. «Deaths Associated with pregnancy madre; y menos todavía un riesgo que
outcome: a record linkage study of low income
women». Southern Medical Journal, (2002), 95, 8, justifique el aborto. El aborto, por el
834-841.
30 Reardon, D. C., Cougle, J. R., Rue, V. M., 31 Gissler, M., Berg., C, Bouvier-Colle, M. H., y
Shuping, M. W., Coleman, P. K., y Ney, P. G. «Psy- Bueckens, P. «Pregnancy-associated mortality after
chiatric admissions of low-income women following birth, spontaneous abortion or induced abortion in
abortion and childbirth». Canadian Medical Associa- Finland, 1987-2000». American Journal of Obstetric and
tion, (2003), 168, 10, 1253-1256. Gynecology, (2004), 190, 422-427.

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

contrario, genera con mucha frecuencia diversa evolución en el tiempo dificulta el


consecuencias psicopatológicas muy gra- diagnóstico y no contribuye a establecer
ves, como se ha puesto de manifiesto en un pronóstico fiable.
numerosas publicaciones científicas. Entre los síntomas que caracterizan
Sin embargo, la APA (American Psi- al SPA se encuentran la tristeza, la evi-
quiatric Association; Hilary White, agosto tación activa del recuerdo del aborto,
2008) atribuye estos trastornos psicopato- la hostilidad hacia todo cuanto pueda
lógicos que siguen al aborto, a las causas hacérselo recordar, la irritabilidad ante
siguientes: el «estigma» del aborto, la la presencia de cualquier niño, las crisis
necesidad de guardar un secreto, el bajo de llanto, la fingida indiferencia hacia la
apoyo social antes de tomar la decisión maternidad, el insomnio o el abandono
de abortar, y una historia previa de pro- a la somnolencia excesiva, las pesadillas
blemas de salud mental. No deja de ser y ensoñaciones culpabilizadoras, la des-
sorprendente que la APA postule esas motivación o el activismo, y la presencia
atribuciones «políticamente correctas», de muy variadas manifestaciones de
pero nada evidentes desde la perspecti- ansiedad, que no cesa.
va del rigor científico. Lo que no puede Se ha llegado a estimar que en las per-
hacer la APA es negar el hecho de que el sonas afectadas por el SPA se incrementa
aborto genera trastornos psicopatológi- de forma alarmante (182%), la presencia
cos. Otra cosa muy diferente es que trate de angustia, depresión, sentimientos de
de atribuirlos, principalmente, a ciertos culpabilidad, baja autoestima, pesadillas,
factores socioculturales, suavizando así fobias, ataques de pánico, trastornos
la gravedad que comportan, al mismo psicosomáticos, terrores nocturnos, in-
tiempo que contribuye a «domesticar» la somnio, trastornos de la alimentación, y
opinión de la sociedad mediática. Pero, disfunciones sexuales.
¿quién comprenderá, aliviará y procura- Si quien sufre el SPA es una adoles-
rá prevenir el sufrimiento y el riesgo de cente o una mujer muy joven, no suelen
mortalidad de la mujer que aborta? faltar tampoco las conductas compulsivas
de auto-castigo (arrojándose, por ejemplo,
6.1. El perfil sintomático del SPA en los brazos de la promiscuidad), los
intentos suicidas, o la huída hacia delante,
El perfil sintomático del Síndrome a la búsqueda de nuevas experiencias
Post-Aborto (SPA, en lo sucesivo) está hedonistas compensatorias.
constituido por la presencia de una am- En algunas de ellas, el anhelo de
plia variedad de síntomas y trastornos olvidar lo que les sucedió les conduce a
psicopatológicos, de muy diversa natu- la proliferación de relaciones sexuales,
raleza y manifestación, que emergen en de manera que les haga enajenarse de
las personas con diferentes intensidades y lo que perdieron y satisfagan lo que de-
con muy variada temporalidad. La com- searían tener: una total amnesia sobre lo
plejidad de este perfil sintomático y su sucedido. Ignoran que con esta forma de

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Aquilino Polaino Lorente

tratar de escapar no conseguirán huir de Pero una cosa es la pérdida del hijo
nadie y menos aún de ellas mismas. De y otra la acción que condujo a esa pér-
otra parte, con este modo de conducirse dida. La conducta que condujo al aborto
incrementan el riesgo de exponerse, una es también histórica y como tal hecho
vez más, a repetir la patógena experiencia no es modificable. Pero no sucede igual
que sufrieron y de la que tratan de huir. respecto de su evocación y recuerdo, las
Las conductas de auto-castigo cons- actitudes y disposiciones respecto a lo
tituyen un elenco de abigarradas y sucedido, incluso la posibilidad de encon-
barrocas manifestaciones, en las que trar a todo ello un cierto sentido.
puede observarse un cierto tono de fría En mi experiencia personal, considero
crueldad calculada (pequeños cortes en que estas actitudes y comportamientos sí
el abdomen y pecho, quemaduras de que pueden ser modificadas. A eso, preci-
cigarrillos en los muslos, introducción samente, debiera dirigirse la psicoterapia
de pequeños objetos lacerantes en los que precisa la persona que sufre las conse-
zapatos, desprendimientos de los pabe- cuencias de la IVE. Algunas pacientes han
llones auriculares, etc.). rehecho sus vidas —y han desaparecido
Son formas anómalas de tratar de los síntomas que padecían— al orientar-
restañar la herida de la culpabilidad o las en otra dirección: principalmente a
de procurarse cierta satisfacción por no ayudar a jóvenes madres que pasan por
haber evitado lo que ya es imposible de su misma situación, así como a prevenir
evitar. Los auto-reproches tampoco suelen el aborto.
faltar. Estos y otros indicios constituyen Es cierto que las tentativas suicidas
un grito clamoroso de que, sintiéndose suelen tener muchas de las características
culpables, no saben cómo escapar de la de los intentos mal o inteligentemente
culpa. Acaso por esto, es frecuente que se calculados. Pero esto no reduce del todo
odien a sí mismas y que observen obstrui- el riesgo de la conducta suicida: sea por-
da cualquier vía —consideran que eso es que pueden equivocarse en sus ‘cálculos’
imposible— que les conduzca al recono- o sea porque su situación se haga más
cimiento del error cometido y puedan así aguda y la tentativa devenga, lamenta-
perdonarse a ellas mismas. blemente, en una acción fatal.
En estas circunstancias, parece conve- Cuando la paciente es de más edad,
niente estudiar la relación entre el aborto está casada y la decisión de la IVE estuvo
y la irreversibilidad del aborto. La IVE es, condicionada por otras circunstancias (la
desde luego, algo irreversible y, por consi- malformación congénita del feto, el hijo
guiente, histórico, tanto en lo relativo a la no deseado cuando ya se tenía otros hijos,
pérdida del embrión como a las secuelas y/o un acto de infidelidad conyugal), el
que tan lamentable pérdida del hijo dejó espectro sintomático manifestado suele
en la madre. Es cierto que no se puede iniciarse antes; es más severo el trastorno
hacer reversible lo que de suyo —la pér- depresivo; y más intensas y polimorfas las
dida de la vida— es irreversible. manifestaciones de ansiedad.

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Psicopatología e interrupción voluntaria del embarazo

En estas circunstancias suele manifes- la impotencia de quien, pasado


tarse una total inhibición del deseo sexual, ese suceso traumático, continúa
el rechazo de todo lo que esté relacionado reconociendo que, en aquellas cir-
con la maternidad y un cierto enrareci- cunstancias, «no podía hacer otra
miento de las relaciones conyugales, que cosa que la que hizo». Esto aumen-
puede conducir a la separación y/o el ta la impotencia experimentada. Al
divorcio. Algunas pacientes proyectan sus mismo tiempo que —a causa de
sentimientos de culpa no resueltos sobre el esa supuesta justificación— se en-
otro cónyuge, lo que agrava e intensifica cubren y alivian, transitoriamente,
la situación conflictiva entre ellos. los opacos y confusos sentimientos
En unas y otras, sin embargo, las pe- de culpabilidad, que no por eso
sadillas se repiten con harta frecuencia. quedan resueltos.
Suele ser frecuente que se despierten (2) En la etapa intermedia predominan
sudorosas, sobresaltadas y angustiadas los recuerdos de lo que aconteció.
cercadas por las prístinas y doloras imá- Un secreto que se revive a diario y
genes de lo que vivieron —son sueños no cesa de ser evocado, por lo que
que tienden a repetirse— o de escenas de emerge a su continua considera-
horror, de las que no pueden escapar, en ción en lo secreto de la intimidad.
las que ellas son las principales protago- Los recuerdos se siguen unos a
nistas sufrientes. otros en una secuencia perfecta,
La experiencia es vivida como una adornada con numerosas imáge-
situación irreversible de desesperación nes —reales o imaginarias— de
—modulada en su intensidad, en función contenido traumático. La nostalgia
de otros factores—, en que la persona es e inquietud acerca de «cómo sería
incapaz de perdonarse a sí misma por la la criatura» hoy, de no haber inte-
pérdida de su hijo. Algunos de estos tras- rrumpido el embarazo, culminan
tornos evolucionan hacia la cronicidad. las características de esta larga eta-
Recuerdo haber tratado a una mujer, has- pa, que puede prolongarse durante
ta los 84 años de edad, que había sufrido décadas. Lo que mejor la define es
de depresión desde que abortó, es decir, esa constante ‘rumiación’ de aquél
durante más de 57 años. suceso, todavía no asumido como
En mi opinión y de acuerdo con otros tampoco superado del todo. De
autores, en el SPA pueden diferenciarse acuerdo con esta nota distintiva,
las tres etapas siguientes: parece que el principal núcleo
que sostiene las manifestaciones
(1) En la etapa inicial los síntomas pre- sintomáticas del SPA asienta en
dominantes son la irritabilidad, la la memoria y en cierta ideación
frustración y la tristeza. Los hechos obsesiva y recriminatoria.
están ahí, pero no resultan del todo (3) En la etapa final la nota predomi-
creíbles. La frustración emana de nante es el padecimiento de una

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Aquilino Polaino Lorente

grave y extraña depresión que pero su expresividad ha cambiado:


habitualmente no suele responder ahora es menos abigarrada en sus
al tratamiento específico conven- manifestaciones y la paciente suele
cional con fármacos antidepre- soportarla mejor. La culpabilidad,
sivos. No es infrecuente que, en en cambio, suele comenzar a reco-
algunas de ellas, estas manifesta- nocerse en esta etapa —una vez
ciones hayan sido diagnosticadas que la persona se ha decidido a
de «depresiones resistentes». Sin abrir su intimidad—, pero en modo
duda alguna, hay un halo de mis- alguno se explicita del todo su
terio que envuelve y proyecta su origen, las imágenes a las que está
oscuridad sobre las respuestas de asociada, las recriminaciones que
las pacientes al tratamiento psico- le resultan más dolorosas e inso-
farmacológico. El clínico avezado portables. Es cuestión de dedicarle
vislumbra que algo oculto subyace tiempo, de avanzar muy despacio
en esa persona, que no puede, no para ayudarle a esclarecer lo que
sabe o no se atreve a comunicar ha vivido y sin urgirla en modo
algún acontecimiento biográfico alguno a llegar al final. Importa
traumático y misterioso. La per- mucho advertir aquí que es esa cul-
suasión en la indagación de este pabilidad —tan prolongadamente
«secreto» —tanto tiempo hermé- enmascarada en su origen y nunca
ticamente clausurado— es una de manifestada—, junto a una intensa
las claves para ‘comprender’ mejor y crónica anhedonia, los principa-
sus padecimientos, compartirlos, les factores que configuran, preci-
ayudarle a asumirlos y contribuir samente, el hilo conductor de la
así a procurarle cierto alivio. La frecuente ideación suicida presente
ansiedad persiste en esta etapa, en algunas de estas pacientes.

Recibido: 21-07-2009
Aceptado: 24-08-2009

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