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Psicopatologia A Polaino Cuadern Bio 2009
Psicopatologia A Polaino Cuadern Bio 2009
Resumen
Abstract
comprometida con los actos que realiza. sociación entre sexualidad y reproducción
De aquí que esa desigualdad y asimetría (a partir de 1960, con la introducción de
en el grado de madurez de las funciones los anticonceptivos), la revolución sexual
que se concitan en la conducta sexual (mayo del 68), la reproducción sin sexo (a
humana, puedan condicionar en el futuro partir de 1970, con la reproducción asis-
un estilo sexual personal insatisfactorio y tida), y la disociación entre afectividad y
desnaturalizado. sexualidad (en la década de los ochenta),
La inestabilidad de esas relaciones como consecuencia de los cuales se ha
sexuales condiciona poderosamente la banalizado el comportamiento sexual
emergencia de la promiscuidad, el riesgo humano.
de exposición al contagio de Enferme- En muchos jóvenes, la sexualidad se
dades de Transmisión sexual (ETS), y la ha independizado de la afectividad, como
trivialización de la sexualidad14. una instancia autónoma e independiente,
Entre los principales factores que pa- que busca ser satisfecha de forma automá-
recen haber condicionado, de forma más tica y mecánica. De «hacer el amor y no la
significativa, la actual transformación del guerra» se ha pasado a «diviértete, pero
comportamiento sexual juvenil y adulto no ames, no te compliques la vida».
pueden mencionarse los siguientes: la di- El autónomo comportamiento sexual
no sólo es autónomo sino también au-
tomático. Lo autónomo ha devenido en
14 Comunidad de Madrid. Informe sobre la
algo impulsivo, mecánico y automático;
Morbilidad por Enfermedades de Declaración Obligatoria,
Madrid, 2006 y 2007; Consejería de Sanidad y Con- lo que supone una pérdida de libertad
sumo. Informe. Detección de Necesidades de Evaluación y reflexión, a favor de sólo los deseos e
en Salud Pública 2006-2007, Servicio de Evaluación de impulsos. Esto significa que ese compor-
Salud Pública, Madrid, 2007; Consejería de Sanidad
y Consumo. Plan de atención Sanitaria a la Sexualidad tamiento «se dispara» impulsivamente,
Juvenil, Madrid, 2006; De Irala, J., Hanley, A., López sin apenas reflexión alguna y sin una
C. Propóntelo, Propónselo. Evitar el Sida, Ediciones In- decisión razonable. En la versión más
ternacionales Universitarias, Madrid, 2006, 100-103;
Rodríguez, A. Coordinador del Grupo Español para
actualizada, la robotización del compor-
la Investigación de las Enfermedades de Transmi- tamiento sexual comparece como algo
sión Sexual (GEIETS). Forum Libertas, (2007), 18, 5; deshumanizado15.
Seoane Pascual, L. «Evaluación cualitativa de una
En la sexualidad así ejercida se elude
campaña de promoción del uso del preservativo en
la población adolescente y juvenil de la Comunidad y desvanece el rostro del otro. La sexua-
de Madrid». Revista Española de Salud Pública (2002), lidad deviene en una actividad anónima,
76, 5, 509-516; Servicio de Vigilancia Epidemiológica. a pesar de que forzosa e inevitablemente
Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Sa-
lud Carlos III. Enfermedades de Declaración Obligatoria, comparezca el otro. La exigencia aquí de
Años 2007, 2006 y 2005; Martínez-González, M A,
De Irala J. «La medicina preventiva y los fracasos 15 Polaino-Lorente, A., Sexo y cultura. Análisis
catastróficos de la Salud Pública: Llegamos mal del comportamiento sexual. Rialp, Madrid 1998, 2ª,
porque llegamos tarde», Medicina Clínica, 124, (2005), 197-222; Polaino-Lorente, A., y Martínez Cano,
656-660; Martínez-González, M. A. «Las grietas del P. Embarazo y maternidad en la adolescencia. Rialp,
sexo seguro». Aceprensa, Madrid, 2006. Madrid, 1995.
lleva en sí misma el germen del drama. hacer referencia para nada a la libertad
La unidad de la persona, en el encuentro humana y a la identidad personal. Pero
sexual y afectivo, exige la apuesta por la si estas relevantes dimensiones del com-
verdad de la completa donación y acep- portamiento humano se desgajan de la
tación de las enteras personas que así libertad, la misma libertad estará vaciada
se encuentran. Un encuentro en el que de sentido. Si la persona no dispone de
sexualidad y afectividad, por ser verda- otra libertad que la que le proporciona el
deras, resultan inseparables. horizonte determinista de la mera satis-
La sexualidad y la afectividad no son facción, la persona se desnaturaliza, pier-
comportamientos arbitrarios, meras futi- de su humanidad y, en consecuencia, deja
lidades, funciones mecánicas e indepen- de ser persona. Cuestión ésta muy rica y
dientes que no afectan el «núcleo duro» compleja que incide, por derecho propio,
de la persona. Sexualidad y afectividad en el ámbito de la psicopatología.
se presentan separadas, en la sociedad Sexualidad y afectividad, por el con-
actual, de tal modo que no parecen tener trario, se identifican en la raíz última del
nada que ver entre sí, lo que constituye ser, donde se entretejen dando origen al
un rasgo psicopatológico contrario a la amor conyugal. Un amor que es el conte-
unidad y unicidad de la persona17. nido de una exigencia del ser personal, la
La actual sociedad mediática se recrea verdad indubitable que da sentido a las
en despojar de cualquier significado éti- biografías de los que se aman. Sexualidad
co al comportamiento sexual y afectivo. y afectividad precisan de la confianza
La «ética» del comportamiento sexual que anida en la verdad del ser. Es la ver-
humano se ofrece ahora como un mero dad del ser la que sostiene a una y otra.
pragmatismo que emerge del cálculo Cualquier fractura o fragmentación que
utilitario, cuyo único destino es lucrar el se produzca en y entre ellas las disocia, y
placer del «instante». Evitar la procrea- conduce a la persona a la desesperación
ción y el contagio de ciertas enfermeda- y la tragedia.
des son riesgos menores, perfectamente Por último, entre los factores implí-
atendibles —es la propuesta de la así citos que se concitan en la nueva sexua-
llamada educación sexual actual—, aun- lidad fragmentaria pueden destacarse
que tampoco importan demasiado si no los siguientes: la ausencia del sujeto, la
son tenidos en cuenta. elusión de la interioridad, la disociación
La sexualidad y la afectividad se ofre- entre las cogniciones (el conocimiento
cen hoy como baratijas, como objetos de propio y ajeno, en el que se funda la
consumo para la mera satisfacción instin- unión y comunión de personas), el com-
tiva animal —placer y emotivismo—, sin promiso afectivo y la conducta sexual, y
la recíproca utilización en el contexto de
17 Polaino-Lorente, A. «Cómo saber si se
está enamorado». En: La juventud a examen. Lydia
una fingida armonía.
Jiménez (dir.). Fundación Universitaria Española, Sea como fuere, el hecho es que cada
Madrid (2009), 259-308. vez es más precoz y generalizado el inicio
de la actividad sexual entre los jóvenes. Al filo de otras observaciones clínicas, los
De otra parte, la descontrolada impul- jóvenes que consultaron manifestaron
sividad y la manifiesta inestabilidad de también un cierto malestar con su acti-
estas tempranas e inmaduras relaciones, vidad sexual, lo que unido a lo anterior
¿no aconsejan acaso hacer alguna otra puso de manifiesto ciertas conclusiones
posible indagación desde el ámbito de la psicológicas y psicopatológicas.
psicopatología? Los datos de que se informa a con-
tinuación han sido sistematizados de
4. La psicopatología y la conducta sexual acuerdo con las tres características antes
apuntadas:
En modo alguno se trata aquí de
«psicopatologizar» en general las rela- 4.1. Respecto de la precocidad
ciones sexuales. De hecho, la mayoría de
estas conductas pueden ser explicadas, Algunos de ellos la explican apelan-
en forma suficiente y clara, apelando a do a la presión social y el dictado de la
la libertad de las personas y, en algunos moda («es lo que hacen todos»), al placer
casos, a la ignorancia de los «consumi- que obtienen («se pasa un buen rato»),
dores de sexo», así como a la vigencia de a la curiosidad («a mi nunca me había
la poderosa presión social hoy existente ocurrido y quería probarlo»), a la nece-
sobre este particular. sidad de experimentarlo personalmente
De lo que se trata ahora es de re- («quería saber qué se sentía»), al afán
flexionar acerca de los datos observados de vencer la propia inseguridad («para
en el contexto clínico, por si pudiera nada me sentía seguro de mí mismo en
concluirse algo acerca de la existencia este tema»), al deseo de divertirse («eso
de cierta relación entre conducta sexual mola mucho y si no te enrollas te aburres
y psicopatología. Líneas atrás se han con- un montón»), al hecho de sentirse mayor
siderado dos nuevas características del («ya iba siendo hora de que me compor-
nuevo comportamiento sexual emergente tara como una persona adulta»). Hasta
—la precocidad y la inestabilidad— a las aquí las razones psicológicas aducidas
que habría que añadir otra: su excesiva por los adolescentes.
frecuencia. El malestar que suelen experimentan
¿En qué sentido tiene aquí algo que después de la relación se concreta en la
decir la psicopatología? Me remitiré a insatisfacción, la aparición a veces de
la experiencia clínica. Los datos clínicos sentimientos de culpa, la relativización
de que dispongo no provienen aquí de de lo que tanto habían anhelado, la baja
jóvenes que hayan consultado por las autoestima, y los cambios que transfor-
anteriores características mencionadas, man —como consecuencia de esa relación
sino que han solicitado consulta, según sexual— la relación con la otra persona.
ellos y ellas, por otros síntomas que no La indagación en otras posibles mo-
les permitía sentirse bien consigo mismos. tivaciones psicológicas que expliquen la
precocidad de las relaciones sexuales son otros síntomas, cuando los hay— desde
las siguientes: la soledad, el aburrimiento, los criterios que definen un determinado
la frustración, la insatisfacción consigo comportamiento patológico.
mismo, los conflictos con los padres, Se sintetizan a continuación los tras-
el fracaso escolar, la compensación de tornos psicopatológicos en los que con
la timidez y del propio sentimiento de más frecuencia hemos encontrado razones
inferioridad, la ansiedad, el sinsentido suficientes para explicar esta inestabilidad
de su propia vida, la incertidumbre ante de la conducta sexual adolescente como
el futuro, la autoafirmación del yo (en la una manifestación psicopatológica más: la
constelación de la emulación, persuasión, depresión, el trastorno bipolar, la ausencia
seducción y fascinación), y la búsqueda de control sobre los impulsos, la persona-
del mero placer. Algunas de las anteriores lidad narcisista y pasivo-dependiente, el
motivaciones son propias del comporta- consumo de alcohol y drogas, el trastorno
miento sexual adolescente; en cambio, obsesivo-compulsivo, los pensamientos
otras —de acuerdo con su intensidad y automáticos y la adicción al sexo.
el grado de malestar que suscitan— po- Ante un adolescente que esté insatisfe-
drían considerarse como más próximas cho de su conducta sexual, que le produz-
a determinadas situaciones de riesgo ca cierto malestar y/o manifieste otros
psicopatológico18. síntomas psicopatológicos específicos de
los trastornos anteriores, el clínico debiera
4.2. Respecto de la inestabilidad ser prudente y explorar si esas molestias
e insatisfacciones pueden explicarse —y
Esta característica común del com- tratarse— desde una perspectiva psico-
portamiento adolescente, en general, se patológica.
manifiesta también en el comportamiento
sexual. Pero tal peculiaridad no siempre 4.3. Respecto de la excesiva frecuencia de uso
debiera atribuirse a lo que es una peculia-
ridad común en esa etapa de la vida. Es Esta característica es especialmente
preciso hacer ciertas indagaciones al res- problemática, puesto que además de la
pecto. En algunos de ellos, la inestabilidad edad del adolescente influye en ella —¡y
de su conducta sexual se ensambla mejor mucho!— el contexto social, los estilos
con ciertos rasgos del perfil sintomático de vida y los usos hechos costumbre en
que es característico de ciertos trastornos la actual sociedad.
psicopatológicos. De aquí que resulte muy Entre los posibles trastornos que
conveniente dilucidar si su comportamien- conviene explorar —además de los men-
to sexual está o no implicado y puede cionados en el apartado anterior—, cabe
ser o no explicado mejor —en unión a añadir aquí los siguientes: consumo de
sustancias psicotropas, trastornos esqui-
18 Polaino-Lorente, A., Sexo y cultura. Análisis
del comportamiento sexual. Rialp, Madrid 1998, 2ª, zoafectivos, distimia, reacciones a estrés
197-222. grave y trastornos de adaptación, trastor-
tratar de escapar no conseguirán huir de Pero una cosa es la pérdida del hijo
nadie y menos aún de ellas mismas. De y otra la acción que condujo a esa pér-
otra parte, con este modo de conducirse dida. La conducta que condujo al aborto
incrementan el riesgo de exponerse, una es también histórica y como tal hecho
vez más, a repetir la patógena experiencia no es modificable. Pero no sucede igual
que sufrieron y de la que tratan de huir. respecto de su evocación y recuerdo, las
Las conductas de auto-castigo cons- actitudes y disposiciones respecto a lo
tituyen un elenco de abigarradas y sucedido, incluso la posibilidad de encon-
barrocas manifestaciones, en las que trar a todo ello un cierto sentido.
puede observarse un cierto tono de fría En mi experiencia personal, considero
crueldad calculada (pequeños cortes en que estas actitudes y comportamientos sí
el abdomen y pecho, quemaduras de que pueden ser modificadas. A eso, preci-
cigarrillos en los muslos, introducción samente, debiera dirigirse la psicoterapia
de pequeños objetos lacerantes en los que precisa la persona que sufre las conse-
zapatos, desprendimientos de los pabe- cuencias de la IVE. Algunas pacientes han
llones auriculares, etc.). rehecho sus vidas —y han desaparecido
Son formas anómalas de tratar de los síntomas que padecían— al orientar-
restañar la herida de la culpabilidad o las en otra dirección: principalmente a
de procurarse cierta satisfacción por no ayudar a jóvenes madres que pasan por
haber evitado lo que ya es imposible de su misma situación, así como a prevenir
evitar. Los auto-reproches tampoco suelen el aborto.
faltar. Estos y otros indicios constituyen Es cierto que las tentativas suicidas
un grito clamoroso de que, sintiéndose suelen tener muchas de las características
culpables, no saben cómo escapar de la de los intentos mal o inteligentemente
culpa. Acaso por esto, es frecuente que se calculados. Pero esto no reduce del todo
odien a sí mismas y que observen obstrui- el riesgo de la conducta suicida: sea por-
da cualquier vía —consideran que eso es que pueden equivocarse en sus ‘cálculos’
imposible— que les conduzca al recono- o sea porque su situación se haga más
cimiento del error cometido y puedan así aguda y la tentativa devenga, lamenta-
perdonarse a ellas mismas. blemente, en una acción fatal.
En estas circunstancias, parece conve- Cuando la paciente es de más edad,
niente estudiar la relación entre el aborto está casada y la decisión de la IVE estuvo
y la irreversibilidad del aborto. La IVE es, condicionada por otras circunstancias (la
desde luego, algo irreversible y, por consi- malformación congénita del feto, el hijo
guiente, histórico, tanto en lo relativo a la no deseado cuando ya se tenía otros hijos,
pérdida del embrión como a las secuelas y/o un acto de infidelidad conyugal), el
que tan lamentable pérdida del hijo dejó espectro sintomático manifestado suele
en la madre. Es cierto que no se puede iniciarse antes; es más severo el trastorno
hacer reversible lo que de suyo —la pér- depresivo; y más intensas y polimorfas las
dida de la vida— es irreversible. manifestaciones de ansiedad.
Recibido: 21-07-2009
Aceptado: 24-08-2009