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Roslyn M.

Frank
©
University of Iowa
Email: roz-frank@uiowa.edu
Borrador 08.28.12

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Begi ederrak dituen Artziri eta bere familia maitagarriari bihotzez.

1.0. Introducción
Hace casi cien años Rohlfs (1927) declaró que la palabra vasca txakurra era el origen de
la palabra cachorro ‘cría de perro’. Desde entonces poco se ha hablado del tema y por
tanto los muchos problemas que surgen, bastante lógicamente, a raíz de esta aseveración
nunca han sido tratados con detenimiento. Más bien lo que hemos presenciado son
debates esporádicos, muy breves en general, si no totalmente periféricos y de enfoque
muy reducido. Como veremos, son comentarios que por lo general no hacen más que
recoger lo que se ha dicho antes sin someterlo a un análisis cuidadoso. Además estos
comentarios, bastante superficiales a veces, han sido confeccionados por investigadores
que en la mayoría de los casos, tenían conocimientos muy limitados de la lengua vasca.
Un ejemplo del olvido en que ha quedado el tema es el hecho de que no existe ni un solo
trabajo que recoja sistemáticamente lo que se ha dicho al respecto.
El presente trabajo será un repaso de lo que se ha escrito sobre este problema, pero
desde una perspectiva nueva que ofrece la semántica cognitiva, un acercamiento que no
existía a comienzos del siglo XX cuando los filólogos empezaron a hablar por primera
vez sobre el problema. Hasta la fecha no se ha aplicado este enfoque para analizar la
posible relación entre la voz vasca txakur y voces como cachorro encontradas en otros
idiomas. Esto se explica en parte por el hecho de que la semántica cognitiva ha logrado
establecerse como una disciplina de perfiles nítidamente reconocibles solamente durante
las ultimas tres décadas. La semántica cognitiva enfatiza el esclarecimiento de los
mecanismos cognitivos que motivan la categorización del significado. Por eso tiene más
en cuenta los aspectos socio-culturales del hablante y su entorno que a su vez influyen en
la selección de una forma sobre otra y por tanto la propagación preferencial de una forma
sobre otra(s). El presente trabajo se centrará más en los factores cognitivos que motivan
la elección hecha por los hablantes, teniendo en cuenta, por ejemplo, cambios socio-
culturales como los que pueden haber dado paso de una economía de cazadores-
recolectores a una economía mixta basada por una parte en la caza-recolección y por otra
en el pastoreo, un modo de vida típico de la transición que tuvo lugar con la llegada de
ovejas a la zona de Euskal Herria hace cinco mil años.
Lo que sigue es un resumen de las teorías aportadas para explicar la etimología de
vocablos peninsulares como cachorro, constatados en portugués, castellano, aragonés y
catalán. A veces, se ha argumentado que el vocablo vasco txakur pertenece a un campo

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morfo-semántico mucho más extenso que abarca una zona geográfica desde Portugal
hasta el Cáucaso. Pero a veces los expertos afirman todo lo contario, que el vocablo
vasco txakur no tiene nada que ver con el resto de las voces. Y a veces los que han
opinado no optan por trazar una sola solución, sino varias a la vez. Por eso, vistas más de
cerca, muchas veces sus conclusiones resultan ser francamente contradictorias, un tema
que abordaremos más adelante. Al mismo tiempo, los filólogos no siempre mantienen la
misma postura, apoyando una versión en un artículo y otra en el artículo siguiente. Así
que a veces es difícil determinar exactamente lo que están alegando. De todas maneras,
por el momento el siguiente resumen, bastante escueto, servirá para dar a entender la falta
de consenso que existe entre los que hasta ahora han pretendido resolver este problema:
1) txakur y las demás voces peninsulares tienen un origen incierto;
2) txakur y las demás voces de romance peninsular vienen de una forma expresiva,
imitativa del sonido que se empleaba, supuestamente, para llamar al perro;
3) cachorro viene de txakur;
4) txakur viene de cachorro;
5) cachorro no tiene nada que ver con txakur;
6) txakur y las demás voces romances tienen un origen ibérico;
7) txakur y cachorro, junto con otras voces indoeuropeas, forman un campo léxico con
un étimo en común. Vienen de una fuente ligur;
8) txakur y cachorro, junto con otras voces indoeuropeas que se creen emparentadas,
vienen de una palabra griega;
9) txakur y todas las demás voces vienen de una fuente pre-indoeuropea muy antigua,
pero totalmente desconocida.
En fin, la naturaleza contradictoria de las opiniones emitidas sobre este tema es
notoria. No dejan de reflejar la complejidad del tema abordado y la gran variedad de
opiniones que ha despertado la totalidad del material semántico recogido y estudiado
hasta ahora. Al mismo tiempo revelan el escaso o nulo dominio del euskera de algunos de
los filólogos que han escrito sobre esta cuestión y el hecho de que a menudo han
rechazado de plano lo que han dicho los pocos filólogos vascos que han optado por
opinar sobre el caso (Alessio 1961: 268-269; Bertoni 1921: 96; Corominas [1954] 1980-
1991: 728-729; García de Diego 1919: 122; Kilday 2001; Linguist-List 2001; Rohlfs
1927: 398; Schuchardt 1905: 227; 1906: 40; Skok 1971-1974: 368-369).

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1.1. Consideraciones metodológicas: La semántica cognitiva
En las secciones que siguen iremos analizando las distintas posturas enumeradas arriba.
Pero antes de acercarnos a las opiniones aportadas por los filólogos que han afrontado el
problema en el pasado, es importante tener claro el acercamiento metodológico que
vamos a emplear.

1.2. Consideraciones metodológicas: El papel de la muestra semántica


Dada la naturaleza de la cuestión que nos enfrenta, es decir, la complejidad innata de los
factores que entran en juego al elaborar cualquier trabajo etimológico, las herramientas
de la lingüística comparada o histórica pueden ser muy útiles con tal que la muestra
semántica sea manejable. Con la expresión muestra semántica me refiero a la manera en
que se establece la agrupación de voces que van a ser analizadas y cotejadas. Cuando la
muestra semántica se formula en base a un número muy limitado de lenguas que se
hablan en zonas geográficamente colindantes, el espacio comprendido por las lenguas
que componen la muestra incide en el número de opciones de que dispone el investigador
para explicar el parentesco de las voces o falta de tal. De lo contrario, cuando la muestra
semántica se formula en base a lenguas geográficamente alejadas y/o de familias
distintas, esto también impacta en el número de problemas que hay que resolver para
determinar el nivel de parentesco atribuible a las voces que se están investigando.
Es esencial tener todo esto en cuenta al elaborar una metodología como la que exige el
caso actual. Por esta razón, el presente trabajo investigará el problema en etapas,
escalonadas según el número de lenguas abarcadas por la muestra o sample. La primera
muestra comprenderá solamente las voces que pertenecen al campo morfo-semántico
intravasco. De allí, ampliando un poco el alcance de la muestra semántica repasaremos lo
que se ha dicho sobre la relación de las voces vascas y las voces peninsulares encontradas
en castellano, aragonés, catalán y portugués. Terminado este análisis, agregaremos las
voces sardo-corsas a la muestra. Y finalizaremos la investigación con unos comentarios
sobre la muestra más grande, una muestra multilengual compuesta de voces no sólo de
lenguas indoeuropeas sino también de lenguas no indoeuropeas que han sido cotejadas
con las voces vascas (Alessio 1961: 268-269; Bertoni 1921: 96; Corominas [1954] 1980-
1991: 728-729; García de Diego 1919: 122; Hubschmid 1953: 70; 1960: 70; Kilday 2001;
Linguist-List 2001; Meyer-Lübke 1935: 9590; Rohlfs 1927: 398; Schuchardt 1905: 227;
1906: 40; Skok 1971-1974: 368-369).

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La organización del análisis de las muestras obedece a una lógica espacial, una lógica
arraigada en factores geográficos. La indagación comienza examinando las voces que se
documentan en las zonas más cercanas a la zona asignada históricamente como el entorno
en que se hablaba el euskera en el pasado. Pasa de allí a las islas de Cerdeña y Córcega y
luego, al llegar a la muestra final el enfoque abarcará una zona mucho más amplia, pero
siempre yendo más al este de Europa para finalizar con unas voces del Cáucaso que,
según algunos autores (Skok 1971-1974: 368-369), pertenecen al mismo campo léxico.
Al emprender el análisis de las tres muestras conviene recordar las dificultades
inherentes en lograr una representación adecuada de la población lingüística asociada con
cada unidad. Por ejemplo, en el caso del primer grupo, dejando de lado las voces vascas,
se supone que hay básicamente dos alternativas para explicar la etimología de las otras
voces que conforman el campo léxico romance peninsular: o se derivan del latín tardío o
se entroncan etimológicamente con las voces vascas, aunque hay autores que han
buscado otras alternativas. En el primer caso, las voces tratadas se consideran
relativamente recientes; en el segundo, representan residuos de usos lingüísticos pre-
romanos. En el secundo caso, sin embargo, es difícil determinar si pasaron de esta fuente
pre-romana, sea vasca o no, una vez desarrollado el romance en cuestión, o si la voz ya
formaba parte del léxico pre-romano de los hablantes de dicha zona geográfica.
A la vez, hay que recordar que, tanto en cuanto a sus aspectos formales como sus
significados, con respecto a la muestra que vamos a analizar de esta población, la de
romances peninsulares, no sabemos hasta que punto la muestra con que trabajamos
reproduce fielmente los rasgos de dicha población de usos tal como existían, digamos, en
la Baja Edad Media o hace dos mil años. Es decir, es posible que el significado que se le
daba a la palabra antes no fuera exactamente el mismo que hoy reconocemos. Por
ejemplo, suponemos que cachorro siempre ha significado ‘cría de perro, cría de algunas
otras fieras’, pero no tenemos manera de confirmarlo. Es más bien algo que asumimos:
que la voz siempre ha tenido este mismo significado en las lenguas romances.
De la misma manera, es también posible que los significados y aspectos formales de
las voces peninsulares tales como los conocemos históricamente, nos den pistas bastante
seguras en cuanto a la situación lingüística mucho antes. No obstante, tenemos que
recordar que en el caso de todas las muestras, las voces que analizaremos son las que han
sobrevivido, no necesariamente todas las que existían antes en las zonas geográficas
correspondientes. Por eso, los resultados del presente estudio siempre deben ser
entendidos como provisionales y susceptibles a revisión en el futuro.

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1.3. Algunos comentarios sobre zakur y los dialectos del euskera
Antes de analizar las muestras, vamos a indagar en otro aspecto del vocablo vasco zakur.
Me refiero a su etimología. Como se sabe, muchas palabras bisilábicas en euskera son de
hecho compuestas. En algunos casos, el significado de los dos elementos es transparente.
En otros casos, uno de los elementos ha sufrido erosión fonética u otro tipo de
transformación que hace más difícil o casi imposible el reconocimiento de su significado
original. Y en otros casos, el significado de ambos componentes del compuesto es
totalmente opaco y solamente se entiende el significado global del compuesto. Hoy en día
para el hablante del euskera éste es el caso de zakur. Para el hablante del euskera, las
silabas, analizadas separadamente, no significan nada: ni za- ni -kur.

Al acercarnos al problema hay algo que también ha llamado la atención de Michelena


(1954: 376): el hecho de que el euskera tiene dos vocablos que significan ‘perro’: zakur y
(h)or. El primero es frecuente en todos los dialectos mientras que el ámbito del segundo
se limita a los dialectos orientales, labortano, bajo navarro y suletino, o sea, se utiliza
(h)or en las tres provincias vascofrancesas, Labourd (Lapurdi en vasco), Baja Navarra
(Nafarroa Beherea) y Soule (Zuberoa), además de alguna localidad bearnesa como
Esquiule En cuanto a las diferencias fonéticas entre los dialectos, para nuestros
propósitos, hay que recordar que los dialectos orientales cuentan también con una
aspiración laringal representada convencionalmente por medio de la letra h y que puede
darse tanto a principio de palabra (hor ‘perro, harri, ‘piedra’, hau, ‘este, esto’) como
entre vocales (ahur, ‘palma de la mano’) o ante una vocal precedida de consonante (por
ejemplo, muthil, ‘muchacho’.

Fig. 1. Dialectos del euskera. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Dialectos_del_vasco.svg.

Entre los dialectos orientales representados en Fig. 1, uno de ellos merece especial
atención, el roncalés, un dialecto hablado antiguamente en el Valle de Roncal. Se sabe

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que se usaba de manera habitual a finales del siglo XIX y no era hasta 1991 que falleció
la última hablante nativa Fidela Bernat, nacida en 1988. Aunque el dialecto dejó de
hablarse en el siglo XX, sus características están bien documentadas, como lo es el hecho
de que a diferencia de los otros dialectos, los tres demostrativos empiezan con /k/
mientras que en otros dialectos orientales, empiezan con /h/. No se sabe a ciencia cierta si
mucho antes la /k/ reemplazaba la /h/ en el caso de otros vocablos; tampoco se sabe si
esta variación se debe a la existencia antes de un alófono de /h/ o de /k/. O que tal vez
existía una /k/ aspirada.

Fig. 2. Distribución actual de los 5 dialectos del euskera, según Koldo Zuazo: dialecto occidental
dialecto central dialecto navarro dialecto navarro-labortano dialecto suletino zonas
hispanófonas que eran vascófonas en el siglo XIX (de acuerdo con el mapa de Luis Luciano Bonaparte).
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Euskera.

El siguiente mapa deja ver el alcance del euskera en el primer siglo de nuestra Era y su
siguiente retroceso a través de los siglos:

Fig. 3. Extensión del euskera arcaico hacia el siglo I d. C., según Luis Núñez-Astrain. Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Euskera. Ver Núñez-Astrain (2003: 178).

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2.0 Relación entre zakur, xakur y txakur

Como se ha señalado, uno de los defectos de mucho de lo que se ha escrito sobre esta
cuestión es que no se ha tenido muy en cuenta el campo morfo-semántico vasco y en más
de una ocasión los que han dictaminado sobre el caso han tenido conocimientos muy
elementales y hasta equivocados del funcionamiento de la lengua vasca. Por eso, a
diferencia del acercamiento utilizado por la gran mayoría de los que se han enfrentado
con el problema de la correspondencia o no de las voces vascas con las de otras lenguas,
en el presente trabajo el primer paso será analizar detalladamente el campo morfo-
semántico intravasco. Este análisis servirá de punto de partida para el análisis de las
distintas interpretaciones, muchas veces contradictorias entre sí, que se han dado para
resolver el problema.
Antes de abocarnos de lleno al tema de la relación entre los vocablos (zakur, xakur y
txakur) y sus valores semánticos, debemos explicar el valor fonético de los grafemas de
/z/, /x/ y /tx/. Los tres corresponden a sibilantes sordas. La /z/ representa la sibilante
fricativa dorsovelar, la /x/ una fricativa prepalatal mientras que la /tx/ corresponde a una
africada dorso-alveolar. Si comparamos este aspecto del sistema fonológico del euskera
con el del castellano vemos lo siguiente con respecto a las sibilantes sordas: mientras que
el español distingue una fricativa –la apicoalveolar /s/–, el euskera distingue tres,
dorsoalveolar (la /z/), apicoalveolar (la /s/) y prepalatal (la /x/) además de las africadas
correspondientes que son /tz/, /ts/ y /tx/, o sea, el euskera tiene un total de seis sibilantes.
Al analizar la posible relación entre la voz vasca txakur y las voces de romance
peninsular, hay que tener en cuenta la manera en que el euskera suele formar diminutivos,
es decir, por medio de la palatalización que en este caso va de z > x > tx.
An issue that must be addressed by any purported argument –that one wants to be taken seriously –
in the txakurra > cachorro theory is the following: txakur is derived from zakur by derivation (by
affective palatalization). Or to be more precise, xakur is derived from zakur by palatalization, and
txakur is a secondary dialectal variant of xakur in which affrication of the initial palatalized sibilant
has taken place (as in other words, e.g. xahal > txahal, xuri > txuri etc.)1. These are two different
processes, z > x and x > tx, which must have taken place in that order and surely at different times,
the first of which is pan-Basque and the second limited to some dialects. Now of the three forms
zakur, xakur and txakur, only txakur makes sense as the putative source of Sp. cachorro. (King
2011)

1
La misma secuencia de palatalización se da comúnmente, p. ej. en zahal > xahal > txahal ‘ternero,
becerro’ y zuri > xuri > txuri ‘blanco’, algo que se documenta claramente en Michelena (1987).

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Dicho de otra manera, el mecanismo de palatalización que caracteriza la lengua vasca
introduce dos factores que condicionan el modelo: 1) que la palabra txakur es autóctona y
2) si se argumenta que el vocablo vasco representa el punto de partida de los vocablos
romances peninsulares, la evolución putativa atribuida a estos lexemas tiene que haber
partido de la forma vasca ya palatalizada.
Otro aspecto del campo semántico de zakur, un campo compuesto de zakur, xakur y
txakur, es la manera en que el significado de cada uno de los tres vocablos ha ido
evolucionado a través del tiempo. Los cambios que ha sufrido el campo léxico en
cuestión responden a 1) la relativa frecuencia de uso de las voces y 2) la naturaleza de los
contextos de uso que a su vez suelen influir en el significado que el hablante asigna al
lexema. Y a lo largo del tiempo este proceso ha resultado en una serie de modificaciones
identificables.
En el caso de la secuencia zakur > xakur > txakur, la formación de las categorías
conceptuales que pertenecen a cada voz representan más que nada una continuidad a lo
largo de una escala de palatalización que a la vez implica, aunque no requiere que el
referente, desde el punto de vista del hablante, sea cada vez más pequeño (o querido). Al
mismo tiempo, vemos que en algunos dialectos la expresión txakur ha pasado a significar
lo que asumimos que significaba zakur antes: en estos dialectos se emplea para referirse a
perros en general sin que el hablante los contemple como perritos o más pequeños que un
perro normal, o sea, más pequeño que el perro estándar. De esta manera, si asumimos que
en un comienzo zakur era el término para toda clase de perro, al desplazarse el
significado de txakur para ocupar el sitio conceptual antes ocupado por zakur, esto habría
afectado al significado de zakur en estos dialectos.
Visto así, la hipótesis sería ésta: una vez que txakur llegara a abarcar el significado
genérico de ‘perro’, zakur tendría que pasar a significar para hablantes de estos dialectos
un perro ‘más grande’ que el que se denominaba txakur. Aunque este deslizamiento del
significado no ha ocurrido en todos los dialectos –se da más bien en el dialecto occidental
y el dialecto central– desde este punto de vista, parece que los referentes prototípicos
originarios de las voces zakur y txakur han sido afectados de la misma manera en dichos
dialectos. Si aceptamos esta interpretación del desarrollo semántico de las voces zakur y
txakur, en estos dialectos el significado central para las definiciones de la categoría zakur
y txakur ha cambiado, y los significados que antes eran centrales han pasado ser a menos
representativos y, por tanto, periféricos. Pero como veremos más adelante, ésta no es la
única interpretación posible para explicar porque hoy zakur suele utilizarse con el
significado ‘perro grande’ y no ‘perro’ en el sentido genérico. De todas maneras, la

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secuencia zakur > xakur > txakur que representa a su vez la secuencia de palatalización z
> x > tx, no deja lugar a dudas en cuanto al hecho de que en un principio, la voz que
empezaba con z se refería a un animal más grande que las que llevaban x y tx.

3.0. Cuestión de la relación entre zakur y (h)or


En la reseña que Luis Michelena hizo del Diccionario crítico etimológico de la lengua
castellana de J. Corominas, publicado en 1954, el filólogo vasco aporta esta observación
sobre la entrada ‘cachorro’: “En relación con cachorro, puede asegurarse que kakur no
está atestiguado más que como voz pueril. En el uso corriente en Guipuzcoa (y creo que
en Vizcaya) txakur es la forma normal; zakur se siente aumentativo. Los datos vascos
inducen, sin embargo, a pensar que (h)or, extendido un tiempo a todo el país, está con
zakur en una relación análoga a la de can con perro”(Michelena 1954: 376).
Para interpretar las palabras de Michelena, tenemos que explorar la naturaleza de la
analogía que plantea este filólogo al comparar (h)or con can y zakur con perro.
Siguiendo al propio Corominas, vemos que can representa una voz constatada en todas
las lenguas romances mientras que perro es vocablo exclusivo del castellano, de origen
incierto, que desplazó a can (Corominas [1954] 1980-1991, Vol. 4, 498).
Can. del lat. CANIS ‘perro’. 1ª doc. 963. Palabra conservada en todos los romances. En casi todos
ellos persiste hasta hoy como parte del léxico popular, sin excluir el portugués cão (gall. can). En
español, perro aparece en el año 1200 gana rápidamente terreno a su competidor y lo relega desde el
S. XIV a la categoría de palabra anticuada, sólo empleada en poesía o con significados trasláticos,
en particular como afrenta dirigida a una persona, hasta el Siglo de Oro. (Corominas [1954] 1980-
1991, Vol. 1, 794)

Dicho de otra manera, es posible que en un principio solo existiera la voz (h)or con
que se designaba toda clase de perros. La observación de Michelena nos lleva a formular
la siguiente hipótesis: que en un principio (h)or era la voz general para ‘perro’ mientras
que el vocablo zakur se aplicaba a una clase de perros en particular y por tanto era un
término cuyo alcance semántico era más restringido. Este acercamiento al problema
sugiere que con el paso del tiempo la forma secundaria zakur fue adoptada por todos los
dialectos vascos, un proceso que dejó el uso de la voz (h)or arrinconado en los dialectos
orientales. No obstante, formular tal hipótesis es solamente el primer paso. El segundo
tiene que ser elaborar un modelo de actuación lingüística de parte de los hablantes que
sirva para explicar la situación que tenemos delante: un campo léxico donde encontramos
dos palabras que hoy en día no se diferencian mucho en cuanto a su significado
semántico aunque como ha señalado Michelena, zakur se siente aumentativo.

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3.1. Observaciones sobre la etimología de zakur
La búsqueda de pistas para las posibles causas del desarrollo semántico diferenciado de
(h)or y zakur empieza con un análisis más detallado de la fonética que caracteriza cada
vocablo, y al hacerlo tendremos en cuenta un compuesto formado a base de (h)or. Que yo
sepa, hasta la fecha, nadie ha intentado seguir la pista que dio Michelena en 1954, es
decir, buscarle una etimología a la voz zakur y tratarla como si fuera un compuesto
polimorfémico en vez de monomorfémico. Por ejemplo, en el Diccionario General Vasco
(DGV) la entrada del vocablo zakur no aporta información sobre su etimología:
zakur (G, AN, B, L, BN, S, Sal, R; Lar, Mg Nom (G), Añ (G), H; -kh- Arch VocGr, Gèze, Dv, H). Ref.: A; EI
88; AtSac 52; Iz Ulz (aittu); EAEL 86; Gte Erd 17, 71, 143, 268. Tr. Documentado desde mediados del s.
XVIII. En la tradición vizcaína sólo se encuentra en msOñ y, citado, en Moguel. En DFrec hay 52 ejs.

I (Sust.).

Perro. "Le grand chien" Arch VocGr. "Il se dit d'un gros chien" H. "Perro grande, a diferencia de xakur o
txakur, que es pequeño" A. "Zakur (AN-gip, L-sar, BN-ciz), perro grande" EI 88. Cf. Deen I 158 securra, y II
130 sackura 'foca' (relacionado tal vez con itsas zakur). Aunque en algunos ejs. podría tener valor aumentativo,
en la mayoría parece ser término no marcado. v. (Michelena 1987, XVI, 352)

A diferencia del DGV, el Diccionaire Français-Basque (Dialects Labourdin, Bas-


Navarre et Souletin) de Lhande (1926: 1065-1066) da la entrada bajo zakhur en vez de
zakur, señalando zakhur como la forma más común de los dialectos orientales de
Lapurdi, Zuberoa y Behe-Nafarroa: “zakhur, zakur, C. ‘gros chien’”. Lhande agrega el
siguiente dicho que habla de juzgar a los otros con la medida de uno: “gure zakhurrak
muthurra luze eta besteak hala dutela uste (L. Prov.), ‘nuestro perro tiene el morro largo
y nos creemos que los demás también lo tienen (largo)’.”
En el caso de zakhur, nos percatamos de lo que parece ser una /k/ aspirada, o sea, la
voz se escribe tanto como zakhur como zakur. Al mismo tiempo puede que la /h/ sea
adventicio en esta palabra. No obstante, la presencia de la /h/ levanta ciertas dudas en
relación a la forma original de la voz: si era monomorfémica o polimorfémica. Al
respecto hay que recordar que la /h/ en vocablos que empiezan con una vocal es y era
antes algo bastante generalizado en los dialectos orientales. Y como hemos visto, no es
nada inusitado encontrar una /h/ ante una vocal precedida de consonante (por ejemplo,
muthil, ‘muchacho’.
Por eso, en este ejemplo de zakhur si asumimos que la voz era monomorfémica, la /h/
formaría parte de la segunda sílaba. De lo contario tendríamos que postular que antes la
segunda silaba *-khur representara una palabra independiente que con el tiempo se iba
aglutinando a el morfema o morfemas que servían de raíz. En fin, aunque éste es un
camino no andado antes, creo que hay suficientes pistas para poder proponer una

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etimología polimorfémica muy concreta. La propuesta está basada en abundantes
ejemplos constatados en la lengua, pero no es, como veremos, una etimología sin sus
puntos débiles.
Como es bien sabido, el compuesto ardi-zain (ardi ‘oveja’ y zain ‘guardar, cuidar’) se
reduce comúnmente a artzain o artzai. También vemos que este compuesto trisilábico
ardi-zain ha dado lugar a un compuesto cuatrisilábico: ardi-zain-hor que puede
entenderse o como ‘perro de pastor’ o como ‘perro de guardar ovejas’. Es una expresión
ampliamente documentada tal como se aprecia en la siguiente entrada del DGV:
artzanor (AN-egüés, L-ain, BN-baig, Sal, S, R; Lar, Dv, H), artzainor (AN-5vill, BN; artzain-hor
VocBN), artzaiñol (B), artzanola (Ae), artzaron (AN-ilzarb), artzanero (AN-olza). Ref.: A
(artzanoa, artzaiñol); Bon-Ond 143; VocPir 383; Lrq (artzan). Hay formas seguras con -a
constitutiva en AN-egüés y Ae (-ola). Azkue da tbn. todas las formas con -a.
Perro de pastor. "Arzañ-ora. Mastín. Perro de pastor, agarrador" Mg PAb 181. "Artzain-hor, chien
de berger" VocBN. "Chien de berger" Dv. "Artzaiñol (B), artzainora, artzaiñora (AN-5vill, BNc),
mastín, perro de pastor" […]2. Etim. De artzan- (f. pref. de artzain) + or 'perro'. (Michelena 1987, II,
868)

Visto más de cerca, se observa que en los ejemplos citados arriba hay cierta vacilación en
cuanto a la estructura fonética que ha resultado de este compuesto polimorfémico. En
primer lugar, se observa la tendencia a reducir el segundo morfema: zain > zai > za.
También hay cierta vacilación en la pronunciación del elemento final (h)or que a veces
termina en /r/ (arzainor, arzanor) y otras veces en /l/ (artzaiñol, artzanola) o hasta en -
aron (artzaron) y -ero (artzanero). Esto a su vez sugiere que en el pasado algunos
hablantes no tenían muy claro el significado del morfema final o sencillamente no lo

2
La entrada entera reza así: A. Deabruak aren anima garbian parte edo lekurik etzuela ikusi, eta arzanora
edo zakur amorratu itsusi baten figuran etorri ta Santua ito nai zuen. Cb Just 98. Guardatzen dituela bere
Artzai mutilakin, zeñak diren Aingeruak eta Sazerdoteak, eta bere artzanorakin, zeñak diran Predikadoreak
eta Eliz-gizonak. LE Urt 190. Neuronek dut kulpa; in al nue oroat nola zakur artzanora nobleak: pasatzen
delaik karrikan, atratzen zaizkiolaik andik eta emendik etxaperroak yau, yau, yau, serio bera, tieso ta ixil
alzina (149). LE-Ir. Arzaien txakurrei esaten zaie artzanora. Mg PAb 175. Otsoak, zijoala bein mendia
gora, / topoz-topo arkitu zuen artzanora. It Fab 260. Artzañ-hor gaixua gida eman eta, / Arratsen ützül
ditin gomendatüik untsa. Etch 346. Deitu omen zion zakur jabeari, bota zekiola bere artzanora andia. Izt C
252. Artzanora-talde baten iges dijoan otso baten moduan, ariñ dator gaba, legausiyaren ezkutatzalle
gaizkiña. Etxeg EE 1884a, 546. Baña Jaungoikoaren serbizioan gabiltzala murmuratzen badute, edo gaizki
esaten badute, utzi artzanorai edo mastin txakur oriei illargiaren kontra zanga egiten. Echve Dev 264. Ni
txakurra izan banintz, artzanora izango nintzan. Ag AL 93s. Txautu ta zukutu zuan etsai likitsa, artzanorak
mendean daukan otsoa zukutzen duan bezela. Ag G 274. Denbora haietan otsoak gaitz ziren; bena Pete eta
haren artzain-hor "Pekart" handia erne zagotzan. Eskual 10-1-1913 (ap. DRA). Ardiak ondotik mee eta
mee marrakaz, artzain-or zakurra sahetsetik erausika. Barb Sup 93s. Beti txabola-aurrean artzañorak
ernai, / otsoarekin nunbait burrukan egin nai. Jaukol Biozk 96. Argia laster ikusi zuten bethi bezala, eta
heien zakur artzanorrek gibelerat egin zuten, erausi eta erausi. Barb Leg 124. Arin zuaze ler-barna /
pagoen itxal baltzera! / Ixarrok, bedartzak barna! / Artzañorak lats-artera! Laux AB 83. Mendi-makilla
eskuan artu eta artzanorari ots eginda, abiatu zen kaillatietako lepoan goruntz. Etxde JJ 5. (Michelena
1987, II, 868)

12
pronunciaban de la misma manera. Al mismo tiempo, hay cierta duda en cuanto a la /a/
final: si era orgánica o no. Lo que no se ve, sin embargo, es evidencia de que la
consonante final de /r/ llegara a pronunciarse como /rr/.
En resumen, en cuanto a la estructura semántica del vocablo, vemos que es
cuatrisilábico y que contiene tres morfemas distintos: ardi, zain y (h)or. Y en cuanto a su
significado se define como ‘mastín’ y ‘perro de pastor’. Ahora bien, no sería demasiado
arriesgado proponer el siguiente desarrollo: ardi-zain-hor > artzainhor > *artzainkhor >
*zainkhor > *zaikhor > *zakhor > zakhur > zakur. Tal proceso de lexificación requiere
solamente tres modificaciones en el compuesto cuatrisilábico no atestadas en los
documentos a que tenemos acceso, históricamente hablando: 1) que el primer elemento
del compuesto se haya perdido (ardi); 2) que la /o/ de (h)or haya pasado a ser /u/ y
finalmente; 3) que la /r/ suave al final se haya convertido en una /rr/ fuerte.
Si se acepta esta etimología, es posible que la voz artzakur refleje un estadio en el
proceso de conversión de ardi-zain-(h)or en zakur y que se empariente directamente con
voces históricamente atestadas como artzainor y artzanor (artzain(h)or y artzan(h)or).
Para que sea así hay que asumir que hubo una perdida de la nasal y que el resultado fue
una sílaba pronunciada como *-k(h)or >*k(h)ur > *kur.
artzakur (G-goi; H). Ref.: Arin AEF 1927, 10; JMB At.
Mastín. "Perro mastín que utilizaban los pastores para el cuidado de ganado" JMB At. Ataungo plazan bertako
mutil batek esku utsik egin izan omen zion burruka, artzakur andi bati. Izt C 251. Artzakur aundi ta lilia bezain
zuriek etzanda zeuden artegiaren luzeran. 'Li chin èron coucha'; (fr.) 'les chiens étaient couchés'. Or Mi 99.
Ara, kiketan Gorritikotik / odei gorriren adarra; / lênik illargi, gero ateraz / artzakur buru-zakarra. "Al
principio parece la luna; poco después, un mastín de gran cabeza". Or Eus 341. De art- (< ardi) + zakur.
(Michelena 1987, II, 1205)

Examinando más de cerca al problema, la cadena no lexificada de ardi-zain-(h)or


puede interpretarse de dos modos, según la manera en que los primeros dos elementos se
interpretan. Por ejemplo, si se entiende ardi-zain como un compuesto, es decir, con el
significado de artzain ‘pastor’, la secuencia ardi-zain-(h)or significa ‘perro de pastor’, o
sea, ‘un perro que tienen los pastores’. Así la secuencia es [ardi-zain] (h)or o [artzain]-
(h)or y en tal caso es la palabra o concepto artzain modifica (h)or, expresión que se
traduciría al inglés como ‘shepherd dog’ o ‘shepherd’s dog’. Pero es posible entender el
significado de la secuencia, formada por los tres morfemas libres, de otro modo: [ardi-
zain-(h)or] o aún como [ardi-zaingo] (h)or. De ser así, el proceso de lexificación se
remonta no a expresiones como ardi-zain-(h)or o artzain hor, sino a una frase en que el
primer elemento se expresara como ardi-zaingo-(h)ora o sea, artzaingo (h)ora, secuencia
que al ser lexificada, pasó a ser artzainor, artzanor, etc. No obstante, a estas alturas, no
hay manera de saber exactamente cuál era este aspecto del contenido semántico del

13
vocablo original, es decir, antes de ser lexificado. Lo que sí podemos apreciar es el hecho
de que el compuesto zakur terminó ocupando el mismo espacio léxico que ocupaba antes
(h)or y como ha señalado Michelena, hasta ha reemplazado al vocablo originario en
algunos dialectos.
Lo es que mucho más difícil de determinar son las circunstancias concretas que dieron
lugar a la conversión de la expresión ardi-zain-(h)or en zakur para que en todos los
dialectos se expandiera la forma zakur, pero solamente en los dialectos orientales
sobreviviera (h)or. Tal vez el proceso de cambio y subsiguiente difusión del nuevo
vocablo tenía algo que ver con la distribución de las dos formas más comunes de
pastoreo, la trashumancia local y la que implica desplazamientos de larga distancia. La
pregunta tal vez más intrigante es por que desapareció el vocablo (h)or en los dialectos
no orientales. Si aceptamos la hipótesis de que este fenómeno se vincule al hecho de que
en los dialectos que perdieron esta voz, también se perdía la /h/. Con la pérdida de la /h/
de (h)or terminaba pronunciándose de la misma manera que el demostrativo medial
adverbial (h)or ‘ahí’. Es igualmente posible que los dos fenómenos no tuvieran nada que
ver el uno con el otro y que no actuaran en sincronía para reducir el ámbito de uso de
(h)or ‘perro’3.
En los dialectos orientales se conservaron las dos voces, (h)or y zakur, al lado de
compuestos de ardi-zain-(h)or, por ejemplo, artzainor y artzanor y artzakur, si
consideramos este último como otra variante. Al mantenerse (h)or como término general
para ‘perro’ estos dialectos terminaron teniendo dos vocablos que al parecer son
sinónimos. No obstante, sería interesante estudiar con más detenimiento los contextos en
que se empleaban para determinar si se detecta alguna diferencia. Por ejemplo, hay que
preguntarse si los compuestos en arzain-(h)or se empleaban más para referirse a un perro
grande tipo mastín o al perro más pequeño que también utilizaban los pastores o si no se
distingue ninguna diferencia. Tampoco está muy claro lo que significa el hecho de que el
compuesto artzakur se ha empleado históricamente para referirse al mastín. Es decir, no
se sabe si siempre ha sido así o si este uso resulta del significado moderno de zakur
‘perro grande’ (Michelena 1987, II, 868).

3
Entre los pocos estudios dedicados al papel de la trashumancia en el desarrollo del perro en la Península
Ibérica, hay éste que enfoca concretamente el mastín, titulado “El origen de los mastines ibéricos: La
trashumancia entre los pueblos prerromanos de la Meseta” (Vega Toscano, Cerdeño Serrano and Córdoba
de Oya 1998).

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Aunque cabrían varias explicaciones, hasta explicaciones que no se nos habrán
ocurrido, para explicar la distribución semántica que encontramos hoy, lo más seguro es
que eran los contextos de uso de las dos palabras que contribuyeron a la situación
dialectal actual. Por eso conviene recordar las palabras de Robert:
The meaning of a word in context is the result of a multifactor process. In effect, all of the factors,
contextual, lexical and grammatical, constantly intervene in the progressive construal of an
utterance’s meaning and in the specification of the values of its terms. When it appears in a
sentence, a unit is linked, concomitantly, to elements at different levels in relation to the verbal
context and preceding situations, in relation to the other lexical elements, in relation to the syntactic
structures. Everything is linked in language and the relational mechanisms produce meaning through
constant interaction between the elements involved. Putting words into sentences thereby activates
one or another of its latent meanings and produces a contextual linkage (it clears a pathway through
the forest of meanings).” (Robert 2008: 82-83)

Volveremos a tocar este tema más adelante.

3.2 Datación del artefacto semántico: Diversión y expansión geográfica del vocablo
durante el neolítico
Un acercamiento para explicar los datos semánticos que está a nuestra disposición sería
argumentar lo siguiente: que la etimología del vocablo vasco zakur parece estar arraigada
en una economía de pastoreo de ovejas. Al mismo tiempo, los restos arqueológicos
hallados en Euskal Herria indican que la oveja no era autóctona y de hecho no llegó a
afincarse en este territorio hasta hace cinco mil años, mucho después de la implantación
de practicas de pastoreo en otros lugares de Europa (Ugalde 1977: 33-34). Por eso, la
adopción y sucesiva difusión del vocablo compuesto dentro del dominio euskérico no
podría haber empezado hasta después de la llegada y afianzamiento de prácticas de
pastoreo ovino en la zona. Es decir, modificar el término (h)or con los elementos de ardi-
zain nos da un terminus post quem, o sea, la fecha después de la cual empezaron a utilizar
el compuesto. Antes de la llegada de la oveja a esta zona y el consiguiente desarrollo de
artzaintza ‘pastoreo’ en la región, los hablantes no habrían utilizado la expresión ardi-
zain-(h)or.
Como es obvio, el desarrollo del pastoreo en la zona conllevaba la necesidad de
seleccionar y adiestrar perros en el manejo y protección del rebaño. Y basado en lo que
sabemos de las tradiciones asociadas con el pastoreo podemos suponer que esta práctica
involucraba dos tipos de perros, como es típico en todas partes del mundo donde los
rebaños tienen que ser protegidos de depredadores como lobos y osos y hasta ladrones.
Por esta razón, los pastores disponían de dos razas de perro, uno de tipo mastín, un
animal fuerte y rápido que por su tamaño y gran valentía innata estaba dispuesto a atacar

15
y luchar con los enemigos de la manada si era necesario. El otro era un animal menos
fuerte, aunque muy ágil y protector de su ‘familia’, dedicado plenamente a guiar las
ovejas y levantar la alarma.
Las dos razas de perro formaban un equipo de trabajo porque el más pequeño estaba
programado para ladrar frenéticamente cuando sentía peligro, alertando a los grandes de
que algún depredador estaba acechando la manada, si los grandes ya no se habían
percatado de ello. Los mastines servían de guardianes del rebaño, intimidando a los
depredadores mientras que los más pequeños eran los centinelas, aunque también
dispuestos a entrar en batalla si las circunstancias se les exigían. Dicho de otra manera los
dos tipos de perro pastor eran: 1) los grandes y poderosos de guarda que se encargaban de
proteger los rebaños del ataque de depredadores y 2) los menos forzudos cuyo trabajo era
guiar y controlar a los rebaños en sus desplazamientos aunque también siempre estaban
dispuestos a dar la alarma. Por eso a través del tiempo las razas de perro pastor
desarrolladas suelen ser muy ágiles e inteligentes. Tienen gran capacidad de aprendizaje,
férreo apego a los animales que protegen y facilidad para resolver situaciones
imprevistas. En fin, en castellano se llama ‘perro pastor’ a cualquier perro que ayuda al
hombre en el manejo de rebaños de ovejas, cabras, vacas y otros animales de granja. No
obstante, la etimología de zakur apunta a un tipo específico de pastoreo y más
concretamente a uno perro adiestrado en el manejo de ovejas.

3.3. Posibles descendientes del grupo pirenaico: Clases de perros de pastor


En cuanto a la tipología del perro grande de que estamos hablando lo más lógico es
pensar que venía de razas de perro ya existentes en la región pirenaica que se empleaban
en la caza de presa mayor, para vigilar el hogar de sus dueños y guardar ganado bovino y
cabruno, especies que eran autóctonas a la región antes de la llegada de la oveja. No
obstante, es posible que con el tiempo, de la raza de perros ya existentes los pastores
seleccionaran y desarrollaran una clase de perro de gran tamaño con características que
coincidían específicamente con las que se necesitaban para el cuidado del ganado ovino.
El nombre genérico con que se refiere hoy en día a esta familia de perros guardianes,
caracterizados por tener una constitución musculosa, fuertes mandíbulas, gran cabeza y
hocico corto, es “Molasser” o moloso, un nombre que viene de Molossia, una región de
Grecia donde eran muy estimados por sus habilidades para cuidar las greyes y combatir
en las guerras. Por esto los perros que cuentan con esas características se denominan
molosos o molosoides en el campo de la cinología y es también frecuente el uso de los

16
términos ‘mastín’ y ‘dogo’ como sinónimos de moloso. La fama de de esta raza de perros
se ve reflejada en un comentario de la obra de Aristóteles, Historia de los Animales.
Hablando del “perro más acometedor”, Aristóteles afirma que es el moloso. Y “precisa, al
respecto, que el perro de caza moloso es igual que cualquiera, pero que el perro moloso
que acompaña a los ganados es un mastín que destaca por su gran tamaño y porque
acomete con valentía a las fieras” (Eliano 1989: 116-117). En fin, la gran fama que tenían
los perros ahora extintos, apodados Molossus (Μολοσσός), dio lugar al nombre técnico
que se emplea hoy para dominar esta raza de perros que siguen prestando servicio como
guardianes y defensores.
La raza se subdivide en dos subclases, los ‘molosos tipo dogos’ y los ‘molosos tipo
Montaña’. Al primer grupo pertenecen el Gran Danés, el Bullmastiff, el Cane Corso
italiano y el Rottwieler, entre otros y en el segundo grupo se encuentran, por ejemplo, el
Terranova, el San Bernardo, el Mastín del Pirineo, el Mastín español, y el Gran Pirineo,
este último también conocido en español como Montaña de los Pirineos (Great Pyrenees
en inglés). Empezaremos nuestro recorrido con el Gran Pirineo, un tipo de perro muy
antiguo pero cuyos orígenes se pierden en las brumas del pasado. “Existen razones para
creer que el actual Perro de Montaña de los Pirineos, no difiere mucho del que existía en
aquellos remotos tiempos. Si tenemos en cuenta el gran parecido que tiene con otras razas
esparcidas por el resto de Europa, como el Pastor del Trata en Polonia, el Kuvasz en
Hungría, el Maremmano-Abrucés en Italia y el Pastor Eslovaco en Eslovaquia, y la gran
distancia que las separa, podemos aventurar que todas estas razas procederían de un
tronco primigenio común, cuyas pequeñas diferencias morfológicas actuales serían
debidas a diversos criterios de selección derivados de sus distintas ubicaciones
geográficas” (n.a. 2011).

3.3.1. El Gran Pirineo

17
Fig. 4. Un bello ejmplar de Gran Pirineo (Wikipedia 2011b).

El Gran Pirineo es un perro de tipo moloso, aunque de rasgos más estilizados y menos
redondos de lo habitual en el tipo. Ésta es una de las mayores razas existentes. Los
machos adultos pesan entre 50 y 60 kg y suelen medir entre 70 y 80 cm de altura hasta la
cruz. Las hembras son algo más pequeñas, entre 40 y 50 kg de peso y de 65 a 75 cm de
altura. Su pelaje es muy espeso y de color principalmente blanco. El Gran Pirineo tiene
dos características particularmente llamativas, por un lado, seis dedos en las patas
trasteras y por otra su manera distintiva de vigilar. La primera de sus características
diferenciadoras, la presencia de seis dedos en las patas posteriores en lugar de los cinco
habituales, es un rasgo que supuestamente buscaron los criadores originales para mejorar
la tracción en terrenos nevados. La segunda característica, su manera distintiva de vigilar
el rebaño, tiene que ver con otro aspecto de esta raza de perros que por lo visto era algo
buscado por los que hicieron la selección.
El Gran Pirineo es, además, un guardián proactivo: en lugar de quedarse rondando en la zona a
vigilar, se dedica a merodear por los alrededores siguiendo un patrón concéntrico, volviendo de vez
en cuando sobre sus pasos. Es una característica excelente para un perro pastor que esté solo en
medio del campo, porque le permite detectar posibles peligros mucho antes de que lleguen a una
distancia de amenaza. Pero en cualquier otro entorno, eso significa que no se quedará nunca dentro
de la propiedad […]. (Wikipedia 2011b)

La segunda característica se entronca con otros aspectos de su personalidad. Además


de ser un perro de guarda, muy equilibrado, noble, desconfiado, insobornable y muy
observador, es muy inteligente. Y esta inteligencia se expresa en otro de los rasgos de su
carácter, el hecho de
que no es un perro “soldado”, que espera las órdenes de su amo para ejecutarlas con celeridad y
prontitud. Más bien al contrario, obedece cuando considera que no tiene cosas más importantes que
hacer y porque actuando así, complace a su dueño y no para acatar las órdenes ciegamente.
Tampoco es un perro que nos pida constantemente caricias, mimos o lisonjas, pero no duda en

18
demostrarnos su amor, afecto y ternura cuando lo considera oportuno. Es por estas razones que se le
atribuye un carácter independiente, lo cual no quiere decir, bajo ningún concepto, que no sienta un
verdadero y extraordinario apego, cariño y dependencia hacia los suyos. (n.a. 2011)

Este sentido de apego hacia los suyos es un rasgo que seleccionaren los criadores en
tiempos pasados. Es el sentido que tiene de familia que le hace un excelente guardián y
esforzado protector de todos aquellos a los que considere dentro de su familia. Y como es
obvio la noción de familia llega a abarcar a las ovejas que están bajo su custodia. Hasta se
dan
casos documentados de perros de esta raza arremetiendo contra osos pardos y luchando con ellos
hasta la muerte para defender a sus dueños. Son perros muy independientes, tremendamente
pacientes con niños y otros animales y prácticamente incapaces de causar daño a sus dueños o
cualquiera de sus propiedades. Sin embargo, todo su amor y cuidado puede convertirse en una feroz
determinación cuando se trata de defender cualquier cosa que considere que se ha puesto a su cargo.
Es el perro guardián por antonomasia, sobre todo contra cualquier tipo de predador o plaga animal.
Por su tamaño, pocos son los que pueden hacerle frente, y no se asusta prácticamente ante nada.
(Wikipedia 2011b)

En cuanto a su inteligencia, según la opinión de diferentes etólogos “es un perro


extremadamente reflexivo, de manera que interpone la reflexión a la acción; observa,
evalúa la problemática y reacciona en función de ésta, sin mediar ninguna orden de su
dueño. El instinto de guarda y defensa lo tiene fijado en su genoma gracias a miles de
años desarrollando esta actividad.” La ventaja de haber seleccionado un perro con las
características del Gran Pirineo, sobre todo para los que se dedicaban al pastoreo, reside
en el hecho de que “no hace falta adiestrarlo para guardar o vigilar. Solamente es
necesaria una socialización o impronta para conseguir que el perro entienda que la
familia a proteger son los animales del rebaño, –en el caso que vaya destinado a la guarda
y protección de rebaños–, o las personas –cuando su destino sea para solaz, deleite,
cuidado y protección de personas” (n.a. 2011).
En fin, son características que seguramente eran muy apreciadas en épocas pasadas ya
que los que se dedicaban al pastoreo siempre estaban midiendo las destrezas de sus perros
con las de otros, siempre dispuestos a elegir perros que no tenían que adiestrar, que por
puro instinto cumplían con sus deberes y jamás se separaban de los rebaños que
apacentaban durante mucho del año en los pastos de altura. Y debido a la abundancia de
depredadores, básicamente lobos y osos, que asechaban los rebaños, un perro que no se
amedrentaba nunca ante estos animales, era muy cotizado. Lo que necesitaban los
pastores era un perro de guarda que se enfrentaba con coraje y valentía a los extraños, y si
era necesario, dispuesto a dar su vida por defender a los que consideraba miembros de su
familia.

19
Fig. 5. Un Gran Pirineo vigilando su rebaño (Wikipedia 2011b).

Otro rasgo del Gran Pirineo, compartido por otros perros grandes de pastor, es la
abundancia de pelo en el cuello. Mientras que el pelo del animal es de por sí espeso, liso,
bastante largo y flexible con un subpelo igualmente tupido, la tupidez del pello alrededor
del cuello del animal es notoria. Y que la tenga no es una mera casualidad sino algo que
seleccionaron cuidadosamente los criadores porque al ser atacado por un predador es
precisamente éste el punto de agarre que buscan lobos y en tiempos más recientes perros
asilvestrados. También, como se sabe, para evitar que el lobo se le tirase al cuello y lo
degollase, el mastín llevaba una carlanca, un recio collar de hierro del que salían unas
largas y afiladas aristas, púas o pinchos, que no permitían que los lobos se acercaran al
punto vulnerable del perro4. La tupidez del cuello del Gran Pirineo era una protección
natural adicional. Este rasgo se aprecia en la siguiente foto:

4
Para un excelente trabajo de recopilación sobre carlancas y ‘gossos ramaders’, ver Miralles i Sabadell
(2011). También es muy recomendada la página de Joan Ferrer i Sirvent, llamada La Borda d’Urtx, Centre
d'estudis, selecció, cria i reserva genètica del Gos de Muntanya dels Pirineus, Urtx (Cerdanya) – Pirineus
Orientals (Ferrer i Sirven 2011) donde se encuentra más información sobre la historia del Gran Pirineo.

20
Fig. 6. El cuello peludo de un Gran Pirineo (Wikipedia 2011b).

Otro rasgo que tienen en común casi todos los perros de Montaña, además de la
naturaleza tupida de su pelo, es el color principalmente blanco con manchas grises o de
un tono crema en la cara, patas y a veces cuerpo. Solo uno de cada cuatro presenta un
pelaje totalmente blanco. Contrario a lo que se podría pensar, la selección de ese color
para su pelo no era cuestión de estética. Tenía más bien una función muy concreta porque
de esta manera en condiciones de poca luz los perros guardianes no se confundían con
lobos, osos o perros asilvestrados. Y esto ayudaba tanto al pastor como al perro. Hasta
podríamos decir que era una ventaja para el perro porque si vislumbraba a lo lejos una
figura de pelo más oscuro acechando el rebano, sabía que no era uno más de los perros
guardianes de la misma manada. Y ya que el sistema visual canino está diseñado para ser
eficiente bajo condiciones de poca luz en contraste con el del ser humano que se diseñó
para trabajar a plena luz del día, esta coordinación de colores ayudaba al perro pastor
desempeñar su trabajo. De hecho, el sistema visual canino es perfectamente capaz de
trabajar adaptándose a un amplio rango de condiciones lumínicas. Su capacidad visual en
condiciones de baja luz le ayudaba en su antigua condición de predador crepuscular, ya
que si no hubiera podido ver muy bien en condiciones crepusculares no habría podido
cazar su presa. En fin, la cantidad de luz que necesita un perro para ver es muchísimo
menor que la que necesita un ser humano. Así, estos perros guardianes blancos
fácilmente podían distinguir la presencia de predadores crepusculares enemigos.

21
3.3.2. Parientes del Gran Pirineo
Antes de dejar el tema del Gran Pirineo, hay otro aspecto de este perro que debemos
destacar. Si tenemos en cuenta el gran parecido que tiene el Gran Pirineo “con otras razas
esparcidas por el resto de Europa, como el Pastor del Trata en Polonia, el Kuvasz en
Hungría, el Maremmano-Abrucés en Italia y el Pastor Eslovaco en Eslovaquia, y la gran
distancia que las separa, podemos aventurar que todas estas razas procederían de un
tronco primigenio común, cuyas pequeñas diferencias morfológicas actuales serían
debidas a diversos criterios de selección derivados de sus distintas ubicaciones
geográficas” (n.a. 2011). La naturaleza de este parecido se aprecia en las siguientes fotos.

Fig. 7. El Pastor Maremmano-Abrucés. Fuente: http://esp.agraria.org/perros/maremmanoabruzzese.htm.

Fig. 8. Otro ejemplar del Pastor Maremmano-Abrucés. Fuente:


http://esp.agraria.org/perros/maremmanoabruzzese.htm.

22
Fig. 9. Un ejemplar del Kuvasz húngaro. Fuente: http://www.doggiestylish.com/store/K-Dog-
Breeds/Kuvasz-Information.

Fig. 10. El Tatra polaco. Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Polski_Owczarek_Podhala%C5%84ski.

Fig. 11. El Cuvac eslovaco, un perro un poco menos grande que el Kuvasz húngaro. Fuente:
http://en.wikipedia.org/wiki/Slovak_cuvac.

23
Fig. 12. El Akbash turco. Fuente:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/21/Akbash_Dog_in_CA.jpg.

Fig. 13. Dos ejemplares del perro Šarplaninac, vigilando su rebaño cerca de Lago Peak en Kosovo. El
Šarplaninac es un tipo de perro originario de Serbia y Macedonia. Fuente:
http://en.wikipedia.org/wiki/%C5%A0arplaninac.

3.3.3. El Mastín del Pirineo


Aunque ligeramente diferente del Gran Pirineo en cuanto a su conformación física, no
debemos olvidarnos del Mastín del Pirineo. El llamado Mastín del Pirineo es también un
perro de gran tamaño. Por ejemplo, según su patrón racial oficial, los machos deben
medir más de 77 cm y las hembras 71cm, aunque se aconseja que sobrepasen los 81 cm y
77 cm respectivamente. Y como su primo hermano el Gran Pirineo, el Mastín de Pirineo
luce un cuerpo cubierto de un pelaje espeso y largo de color blanco, pero con manchas
más oscuras por todo el cuerpo. E igual que el Gran Pirineo, durante mucho tiempo el
Mastín del Pirineo acompañaba a los pastores y sus majadas de ovejas en los recorridos
trashumantes desde los Pirineos aragoneses y navarros. Como el Gran Pirineo, la
principal función de estos perros, reconocidos por ser servidores fieles y valientes, era la

24
de guardar a los rebaños y a sus amos de ataques de lobos, osos y también ladrones
(Wikipedia 2011a).

Fig. 14. El Mastín del Pirineo. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mast%C3%ADn_del_Pirineo.

Antes de dejar el tema de los mastines y las labores que se les encomendaban y se les
confían hasta hoy en día, sobre todo en zonas donde hay todavía lobos, osos y la amenaza
más reciente, los perros asilvestrados, quisiera citar un apartado de un blog llamado “La
historia (no tan lejana) de los lobos, la trashumancia y los mastines”, escrito por un
anciano que se acuerda de sus interacciones de joven con estos animales (El Jue 2010).

Fig. 15. Un pastor con su rebaño, caminado por una cañada. Fuente:
http://www.elcotodecaza.com/blog/marome/historia-lejana-lobos-trashumancia-mastines.

El autor del blog comparte el siguiente recuerdo de su juventud:


Cierro los ojos y aún puedo ver los rebaños con los pastores al frente y alguno que otro en los
flancos y en la cola del rebaño. Al rebaño le seguían yeguas de vientre, además de burros y mulos
con sus utensilios: sartenes, ollas, hatos y un montón de cachivaches que uno se imaginaba como si
de un pueblo plegable se tratara. Desde entonces siento una especial devoción por esos careas que a

25
lo largo de mi vida he ido observando, y que yo diría que tienen más inteligencia que muchos
humanos.
Pero lo que a nosotros nos interesa son los mastines. De aquella iban a los flancos, por delante y
por detrás de los rebaños. Imponían con sus carlancas y llamaban la atención por no hacer ni caso de
los careas. Iban lentamente caminando al lado de las merinas, pero a pesar de su aparente
mansedumbre, todos sabíamos que cuando se acercaba un perro mastín había que poner pies en
polvorosa. Ni el más joven del lugar se interponía jamás entre el mastín y el rebaño. (El Jue 2010)

Fig. 16. Un Gran Pirineo con el rebaño. Fuente:


http://www.greatdogsite.com/photos/gallery/Great_Pyrenees/?index=3.

Aunque el Gran Pirineo tiene una apariencia tranquila, la narración arriba nos recuerda lo
imponentes que pueden ser estos animales cuando sienten que alguien o algo amenaza a
su familia. También hay que recordar el gran tamaño de estos perros.

Fig. 17. Un Gran Pirineo y su dueño. Fuente:


http://www.greatdogsite.com/photos/gallery/Great_Pyrenees/?index=13.

26
3.3.4. El compañero del grande: el Berger des Pyrénées, el Gos d’Atura y el Euskal Artzain
Txakurra

En los Pirineos además de los perros grandes, el Gran Pirineo y el Mastín de los Pirineos,
descritos antes, hay otro tipo de perro pastor, mucho más pequeño que, como hemos visto, trabaja
en equipo con los mastines. Como veremos aunque se les conoce por tres nombres diferentes
(Berger des Pyrénées, Gos d’Atura y Euskal Artzain Txakurra) y son reconocidas como tres razas
de perro distintas por la Federación Canina Internacional (F.C.I), es obvio que las tres razas se
entroncan a un mismo linaje autóctono, originario de la zona pirenaica y de una reconocida
antigüedad. En este sentido, aunque hoy tienen rasgos ligeramente diferenciados, representan
descendientes de una raza de perros autóctona que habitaba esta región hace varios milenios.
Primero, hay el Chien de Berger des Pyrénées (conocido también como Perro Pastor de los
Pirineos y, en inglés, como Pyrenean Sheepdog), una raza reconocida por la Federación Canina
Internacional (F.C.I.), como lo son los otros dos tipos de perro de pastor pirenaico, el igualmente
inteligente y bello Gos d’Atura, conocido en castellano por el nombre de Pastor Catalán y el cada
vez más popular Euskal Artzain Txakurra que hace poco fue reconocido por la F.C.I. como raza
aparte. En el fondo estamos hablando de perros que se diferencian poco entre sí en cuanto a su
temperamento y las habilidades naturales de que están dotados, aunque eso sí, se diferencian lo
suficiente para que sean reconocidas como tres razas diferentes. Por eso la descripción
introductoria que sigue se aplica tanto al Berger des Pyrénées, como al Gos d’Atura y al Euskal
Artzain Txakurra.

Los tres tipos son de expresión noble y muy ágiles, activos y muy inteligentes, tanto que a
veces parecen tozudos por que el carácter que poseen. Establece con el pastor un vínculo social
muy fuerte, así como con los rebaños que se le encomiendan, a los que vigila con atención hasta
en condiciones climáticas extremas. Por ser un tipo de perro que vigila a su familia, son recelosos
con los extraños. Como sus nombres delatan, en un principio las tres razas eran seleccionadas por
los rasgos físicos y temperamentales que iban a ayudar al perro en la tarea que se le confiaba, la
de guiar y vigilar los rebaños en compañía del otro miembro del equipo, el perro molosoide. En
fin, a lo largo de siglos, si no milenios, eran cuidadosamente seleccionados para que cumplieran
con sus deberes, instintivamente.

La variedad de pelo largo del Berger des Pyrénées, el Gos d’Atura y el Euskal Artzain
Txakurra tiene en común otra característica física: en la cabeza presenta barba, bigotes, mechón y
cejas que no afectan a la visión. Las orejas están cubiertas de pelo largo que finaliza en
mechones. El Euskal Artzain Txakurra variedad iletsua o ‘peluda’, a diferencia de las variedades
‘peludas’ o de ‘pelo largo’ de los otros dos, tiene pelo moderadamente largo, áspero y de aspecto
un poco más rústico y el pelo es más algo corto en la cara, sin tapar los ojos.

27
Fig. 18. La cara de un Gos d’Atura. Fuente: Herrera García, Pena Blanco y Roder Serrano (2004-
2005: 343).

El Euskal Artzain Txakurra variedad iletsua o ‘peluda’, a diferencia de las variedades ‘peludas’ o
de ‘pelo largo’ de ls otros dos, el Berger des Pyrénées y el Gos d’Atura, tiene pelo
moderadamente largo, áspero y de aspecto un poco más rústico y el pelo es más algo corto en la
cara, sin tapar los ojos.

3.3.5. El Berger des Pyrénées

Los machos miden de 40 a 48 cm. Y las hembras son de 38 a 46 cm. Hay dos clases, el de
pelo largo y de cara rasa, aunque por lo general la variedad de pelo largo es más popular.
Los de pelo largo son algo más grandes y pesados y que las de cara rasa.

Fig. 19. Berger des Pyrénées: Adeux de la petite Noire, world champion 2003. Fuente:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Berger-des-Pyrenees_Adeux_0565x0404.jpg.

El promedio de peso es 9 kg. Pero en la práctica varían de 7 a 14 kg. En cuanto a los


colores de pelo que lucen, es común el leonado más o menos oscuro, con o sin mezcla de

28
pelos negros, y a veces un poco de blanco en el antepecho y en los miembros. También
los hay con el pelo gris más o menos claro, a menudo con pelos blancos en la cabeza, el
antepecho y en las extremidades y el arlequín (azul mezclado con negro). Existen
también pelajes moteados y pelajes negros o negros con marcas blancas.

Fig. 20. Ejemplo de la variedad de colores de pelo en una sola camada. Furente: http://www.cbp-
online.de/unsere-zuchter/ubersicht/claudia-josef-muller/.

La variedad de colores de pelo que tienen los cachorros de la camada (arriba) demuestra
la manera en que una hembra de un color puede tener críos que lucen un sorprendente
abanico de tonalidades de pelaje.

Fig. 21. Otro ejemplar del Berger des Pyrénées de cara rasa. Fuente:
http://www.viarural.com.ec/ganaderia/mascotas/pets/grupo-01/pastor-de-los-pirineos-pelo-largo.htm.

29
Fig. 22. Otro Berger des Pyrénées de cara rasa. Una foto de la colección de Christian y Monika Janes
(http://pyrenees.at/). Fuente: http://www.dogbreedinfo.com/bergerdespyrenees.htm.

Fig. 23. Un joven Berger des Pyrénées à poil long. Fuente: http://www.cbp-online.de/unsere-
zuchter/ubersicht/claudia-josef-muller/.

En las fotos abajo se aprecia la diferencia entre las dos variedades del Berger des
Pyrénées, la de pelo largo y la de cara rasa y de pelo menos rizado5.

5
Hablando del pelaje del Berger des Pyrénées, cuyo apodo en inglés es PyreShep, encontramos que: “They
come in 2 main coat types. The ‘smooth faced’ Pyre has short, smooth hair on the face and a double coat on
the body, with tufts of hair on the back of each leg and the bottom of the tail. The long coat type is divided
into two varieties. The ‘Demi Long’ Pyre has medium length hair on the face and a long flat coat on the
body. The ‘Rough Faced’ Pyre has long hair on the face and body” (McQuire 1998-2011).

30
Fig. 24. Cotejo de las variedades. Fuente: http://www.pyrenees-face-rase.de/fotogalerie_allerlei.htm.

3.3.6. El Gos d’Atura


Esta raza de perro de pastor tiene pelo largo, liso o muy ligeramente rizado con la trufa, labios y
paladar negros. Los ojos son de color ámbar oscuro, con párpados de contorno negro. En cuanto
al color de su pelo se cae en capas originadas por la combinación de pelos pardos, castaños, más o
menos rojizos, gris, blanco y negro. Los machos miden 48 a 56 cm y las hembras 46 a 56 cm.
Con respecto a su peso, como veremos, su promedio es bastante menos que el Euskal Artzain
Txakurra pero todavía más que el Berger des Pyrénées. Los machos vacilan entre 18 y 20 kg y las
hembras entre solo 16 y 18 kg.

31
Fig. 25. Gos d’Atura. Fuente: http://www.dogdomain.com/images/087B_gos_d%27atura_catala.jpg.

En cuanto a la variedad de colores básicos que luce el Gos d’Atura, se parecen bastante a
los colores del Berger des Pyrénées y también a la versión iletsua del Euskal Artzain
Txakurra. Los colores son: pardo, en sus tonos claros, medios y oscuros; gris: compuesto
de blanco, gris, y negro, del gris plateado al gris oscuro; negro entrepelado: combinación
de negro y blanco con predominio del primero; y por fin, negro-café: negro, pardo y
castaño rojizo que pueden predominar en una o varias regiones.

Fig. 26. Un bello ejemplar negro. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Gos-d%27Atura-


Catala.jpg.

32
Fig. 27. Otro ejemplar del Gos d’Atura. Fuente:
http://ca.wikipedia.org/wiki/Fitxer:Gos_d%27atura.JPG.

Las cualidades de su temperamento que han hecho de este tipo de perro el compañero de pastores
desde tiempos inmemoriales se resumen a continuación. Entre los rasgos que se destacan es el
gran sentido de confianza que tiene el perro que le permite tomar decisiones por su cuenta, si le
parece necesario y sin que el dueño le ordene a hacerlo. Además como hemos visto esta cualidad
es compartida por las tres razas que hemos venido describiendo.
Perro sobrio, vivo e inteligente, de mirada noble, carácter rústico y estimable, muy entregado al
pastor y al rebaño que se le confíe. No se acerca a los desconocidos, lo que a veces pueda hacerle
parecer insociable. Es muy vigilante. Resiste muy bien al calor, el frío y la intemperie. Para trabajar
en las condiciones más duras tiene bastante con una alimentación frugal. Uso: la verdadera esencia
de esta raza se manifiesta en la vigilancia de rebaños; el perro no se limita a ejecutar las órdenes que
le da el pastor y a menudo toma él solo las decisiones.
La cualidad central de su carácter es la compenetración con su dueño, que para él no está por
encima en un plano autoritario, sino que es su compañero del alma, y hacia él van dirigidos sus
mejores deseos. El Gos d'Atura elige a su dueño en el seno del grupo o familia con la que convive,
pero no por ello deja de sentir afecto por los demás miembros de su "manada"; los protegerá y dará
cariño, pero su amo seguirá siendo para él algo muy especial. (Xavirkill 2011)

33
Fig. 28. Otro impresionante ejemplar del Gos d’Atura. Fuente:
http://www.taringa.net/posts/mascotas/8042211/Todas-las-Razas-de-Perros---Clasificacion---
Busca-el-Tuyo.html.
3.3.7. Euskal Artzain Txakurra

Hay también dos variedades del Euskal Artzain Txakurra, el que tiene pelo largo, la variedad
‘peluda’ o iletsua, y el que tiene la cara rasa y pelo menos rizado, variedad conocida como
Gorbeiakoa. Algunos Gorbeiakoa son conocidos como 'rojillos' por el color marcadamente
cobrizo de su pelaje. El ejemplar que vemos a continuación representa la variedad iletsua.

Fig. 29. Euskal Artzain Txakurra, variedad iletsua. Fuente: http://www.pastorvasco.com/.

34
Las dos variedades tienen la trufa de color negro, labios y párpados negros. Los machos
miden 47 a 63 cm y las hembras solo poco menos, 46 a 58 cm. Lo mismo ocurre en
cuanto a su peso, 18 a 33 kg los machos y entre 17 a 30 las hembras. Los ojos son de iris
castaño y lo que es más sorprendente suelen ser también de color ámbar oscuro, un rasgo
que recuerda los ojos amarillos de lobos.
La variedad Gorbeiakoa es muy parecida en cuanto a su estatura y peso. Mientras tiene
la trufa de color negro, tiene la capa roja en distintas tonalidades, rubia o leonada. La cara
de la Gorbeiakoa, sin embargo, es más bien rasa. Aunque el Euskal Artzain Txakurra se
parece mucho al Berger des Pyrénées suele ser algo más grande.

Fig. 30. Iletsua y Goreiakoa. Fuente: http://www.pastorvasco.com/.

En cuanto a su temperamento, ambas variedades comparten un temperamento muy


similar. “Es un perro con fama de cabezón, pero muy obediente por el contrario, ya que
desde tiempos antiguos es utilizado para la conducción del ganado” (n.a. 2010)6.

6
Para más información, ver http://www.pastorvasco.com/. Muy recomendado es el ensayo que forma parte
de la misma página de Internet, sobre la evolución de esta raza y la gran labor llevada a cabo por los
criadores de estos animales para que la F.C.I. los reconozcan como una raza aparte:
http://www.pastorvasco.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=9 y también los
comentarios aquí: http://mascotas.facilisimo.com/reportajes/perros/euskal-artzain-txakurra-el-guardian-del-
caserio_185765.html. Se aprecian las características y habilidades de este perro pastor en estos videos:
http://www.youtube.com/results?search_query=euskal+artzain+txakurra&aq=f.

35
Fig. 31. Dos ejemplares del Gorbeiakoa. Fuente: http://www.elblogdeperros.com/wp-
content/uploads/2009/10/euskal-artzain-txakurra-150x150.jpg.

Para resumir, no sería muy arriesgado suponer que las tres razas son integrantes de un
antiguo linaje cuyos orígenes, perdidos en las brumas del pasado, posiblemente se
remonten a la época neolítica cuando los criadores empezaron a seleccionar los mejores
cachorros de cada camada cuyas características, tanto físicas como emocionales, les
hacían más aptos para la tarea de guiar y proteger el rebaño que se les iba a confiar. Por
ejemplo, aunque hoy en día el Gorbeiakoa es considerado el más puro y antiguo de las
dos variedades de Euskal Artzain Txakurra, siguiendo la hipótesis enunciada arriba, es
posible que las dos variedades sean muy arcaicas y que se hayan sobrevivido en zonas
pirenaicas. Por ejemplo, en el caso del Berger des Pyrénées y el Gos d’Atura, como
hemos visto, existen dos variedades también. Pero en el caso del Berger des Pyrénées y el
Gos d’Atura es la variedad peluda o de pelo largo que hoy en día parece gozar de más
popularidad y por tanto parece ser la más cotizada por los criadores.

36
Fig. 32. Euskal Artzain Txakurra: Variedad Gorbeiakoa. Fuente:
http://www.taringa.net/posts/mascotas/8042211/Todas-las-Razas-de-Perros---Clasificacion---Busca-el-
Tuyo.html.

Fig. 33. Euskal Artzain Txakurra Gorbeiakoa. Fuente: http://www.pastorvasco.com/.

Cualquiera que haya tenido contacto con un ejemplar de estas tres razas se dará cuenta
del temperamento muy especial que tienen. Además de ser muy ágiles, llenas de energía,
constantemente en movimiento y dotadas de una fuerza increíble para subir y bajar
barrancos y correr con una velocidad sorprendente, también saben guiar las ovejas por
senderos estrechos y hasta peligrosos. Son un tipo de perro valiente, desenvuelto, con
iniciativa, y completamente abnegado a su dueño, aunque, eso sí, de carácter

37
voluntarioso. Un aspecto de su temperamento que ha sido desarrollado precisamente para
que sea un perro guardián es su tendencia a ladrar como un loco cuando siente algo que
puede representar un peligro para su dueño o familia. Lo que ha advertido un criador
hablando del Berger des Pyrénées puede aplicarse perfectamente al Gos d’Atura y al
Euskal Artzain Txakurra: “Owners should be warned that this breed was originally bred
to alert the guard dogs of any possible threat. Because of this, they feel it is their duty to
bark at anything and everything that comes within proximity of their yard or their people”
(McQuire 1998-2011).
Para cerrar este apartado quiero subrayar la importancia que seguramente daban los
pastores a la selección de las características que iban a lucir estos perros de pastor.
Tenemos que recordar que estamos hablando de una época en que la economía de los
Pirineos estaba basada principalmente en el pastoreo y los beneficios que percibían esta
actividad dependían en gran parte a la calidad de los perros que trabajaban para los
pastores. Tener mastines que vigilaban el rebaño en perfecta consonancia con sus
compañeros más pequeños era algo no solo muy deseado sino absolutamente necesario
para el éxito de la operación. Por eso, tener un perro de pastor más listo que el de los
otros pastores, más fácil de adiestrar o que no necesitaba ningún adiestramiento –que
cumplía sus deberes por puro instinto– era no sólo muy rentable sino toda una noticia.
Por esta razón, cuando la selección cuidadosa por parte de los criadores de una zona
resultaba en el mejoramiento de los rasgos más cotizados, no cabe duda de que esta
noticia se propagaba, pasando rápidamente de boca en boca, sobre todo durante el verano
cuando los pastores de las dos vertientes de la montaña se encontraban en los pastos altos.
Y igualmente seguro es que en estos encuentros los pastores elogiaban las destrezas de
sus perros y hasta las ponían a prueba. Esta era también la oportunidad idónea para
conseguir un perro de pastor nuevo, sea cachorro o perro joven. Al mismo tiempo, es
lógico que los críos de los perros más listos y aptos pasaran de un grupo de pastores a
otro7.

4.0. Consideraciones lingüísticas

7
Al respeto ver los dos tomos de Pyrenäen Schäfer Hunde (Müller 2000) dotados de unas 1200 páginas de
texto, profusamente documentadas y también otro libro del mismo autor de igual envergadura llamado Auf
der Spur des Gefährten: Dog makes us human. Der Hund bei Jägern, Fishern und Sammlerinnen (Müller
2004a, b). Para más información sobre los libros ver: http://www.cbp-online.de/berger-des-
pyrenees/bucher/. Y finalmente, para una impresionante colección de fotos del Berger des Pyrénées en
acción, ver: http://www.schuette-berger.de/rassestandard/.

38
Ya que hemos repasado los varios tipos de perros de pastor pirenaicos enfatizando, sobre
todo, el papel de la pareja compuesta de perro grande tipo mastin (Gran Pireneo) y el más
pequeño (el Berger des Pyrénées, el Gos d’Atura y el Euskal Artzain Txakurra), cuyos
servicios eran de fundamental importancia para una economía basada en pastoreo ovino,
podemos incorporar estos datos etnográficos en el conjunto de datos para realizar el
análisis de los aspectos linguisticos que esbozamos con anterioridad en esta
investigacion.

4.1. Significado original de zakur: Interpretaciones semánticas del papel de mastines y


sus compañeros más pequeños
En el apartado anterior (3.1.) planteamos una pregunta sobre el significado original de
zakur, es decir, sobre el significado que llevaba cuando dejaba de ser reconocido como un
compuesto (ardi-zain-(h)or), un planteamiento que asume que por erosión fonética el
citado compuesto terminó pronunciándose como zakur. La pregunta era si se podía
determinar que en un principio zakur se refería al perro grande, al mastín, o al perro más
pequeño, al ayudante del grande. Para encontrar una respuesta, será necesario estudiar
detenidamente los contextos y aplicaciones de zakur en los dialectos orientales ya que
son estos que han conservado las dos voces. En otras palabras si asignamos al vocablo
zakur una etimología basada en un principio en *ardi-zain-(kh)or, el corolario de la
cuestión es si el prototipo detrás de zakur era el mastín o su amigo más pequeño.
La voz zakur está documentado desde mediados del s. XVIII. Aunque todavía no se ha
hecho un análisis estadístico de la distribución dialectal de los significados de zakur,
veamos lo que dice el DGV para zakur: “1. Perro. ‘Le grand chien’ Arch VocGr. ‘Il se dit
d'un gros chien’ H. ‘Perro grande, a diferencia de xakur o txakur, que es pequeño’ A.
‘Zakur (AN-gip, L-sar, BN-ciz), perro grande’ EI 88. […] Aunque en algunos ejs.
podrían tener valor aumentativo, en la mayoría parece ser término no marcado. v. txakur,
xakur. […]”(Michelena 1987, Vol. XII, 1205).
Ahora veamos la manera en que uno de estos hablantes de la época establecía una
correspondencia entre artzanor y zakur al comparar los dos con la figura del Diablo:
“Arzanora edo zakur amorratu itsusi baten figuran etorri [deabrua]. Cb Just 98. [‘Vino
(el diablo) en figura de un arzanora o zakur feo y rabioso’]8.” Se nota que el hablante

8
La frase entera es: “Deabruak aren anima garbian parte edo lekurik etzuela ikusi, eta arzanora edo zakur
amorratu itsusi baten figuran etorri ta Santua ito nai zuen. Cb Just 98” (Michelena 1987, II, 868).

39
dice “arzanora edo zakur” lo cual sugiere que asume que los dos animales son parecidos
o casi idénticos. Por tanto los adjetivos que el hablante aplica a zakur nos hacen pensar
que para este hablante, el animal llamado arzanora poseía las mismas caraterísticas que
un zakur. Por eso, en base a esta frase, podríamos concluir que en la mente del hablante la
imagen del arzanora se aproximaba a la de un perro feo y rabioso. Y luego, ya que por lo
general cuando pintaban al Diablo solían asociarlo con animales grandes, feos y
peligrosos y no con perritos peludos y por tanto físicamente inofensivos, podemos asumir
que para este hablante, tanto el artzanora como el zakur eran perros físicamente
imponentes.
Pero hay otro ejemplo tal vez más explícito que se recoge el DGV. Viene de la obra de
José Cruz Echeverría (Oyarzun 1773-Urnieta 1853), Devociozco vicitzaraco sarrera San
Francisco Salesec aterea (Tolosa, 1821). La frase es ésta: Baña Jaungoikoaren
serbizioan gabiltzala murmuratzen badute, edo gaizki esaten badute, utzi artzanorai edo
mastin txakur oriei illargiaren kontra zanga egiten” (Michelena 1987, II, 868). La
traducción al castellano es: “Pero si murmuran que estamos trabajando en servicio de
Dios, o si nos maldicen, deja a los artzanor o los mastín txakur que se les coman a la luz
de la luna.” En esta frase se nota que se le agrega ‘mastín’ como adjetivo para modificar
la voz txakur, lo cual por un lado aumenta el tamaño del txakur en cuestión y por otro nos
acerca a la imagen que tenía el autor en mente cuando hablaba de un artzanor. Dicho de
otra manera, para el hablante, el tipo de artzanor que se le venía en mente era un perro
grande, un mastín.
Ahora al comparar las dos frases, se ve que en el primer caso, el hablante usaba
artzanora y zakur sin agregarle a zakur ningún adjetivo aumentativo, lo que sugiere que
para el hablante los referentes de la palabra artzanor y zakur eran perros del mismo
tamaño. Pero en el segundo caso vemos que el hablante sentía la necesidad de modificar
txakur agregándole ‘mastín’, y así dejar claro que los perros encargados de atacar a los
enemigos de los cristianos eran todos muy grandes y peligrosos. El hecho de que zakur
siente aumentativo está bien documentado y la razón por la cual se emplea cada voz se ve
expresada claramente en esta cita: “Txakur andiak gatik esaten da zakurra, txikiak gatik,
txakurra. Mg PAb 175 (‘Por ser txakur grande(s) se llama zakurra, por ser pequeño(s),
txakurra’)” (Michelena 1987, Vol. XII, 1205). Necesitaríamos más ejemplos contextuales
para estar absolutamente seguros de la equivalencia sentida antes entre artzanor y un
perro grande como el mastín y por tanto, confirmar que los hablantes solían emplear
artzanor y zakur como si los dos tuvieran un sentido muy parecido, como si fueran casi
sinónimos.

40
Aunque los contextos que citaremos a continuación en que aparecen artzanor y sus
variantes junto con zakur no nos permiten determinar con absoluta certeza el hecho de
que era el mastín que dominaba la percepción de los hablantes, el hecho de que es
frecuente que zakur signifique ‘perro grande’ o ‘gros chien’ en los dialectos orientales es
una indicación de la naturaleza física del referente que predominaba en la mente de los
hablantes antes. Yque posiblemente esto pautaba el desarrollo del sentido que con el
tiempo iba a plasmarse en el vocablo zakur. Dicho de otra manera, es posible que la
imagen que dominaba antes fuera la del mastín, un perro grande, fuerte, feroz, que
infundía miedo, y por eso la acepción de zakur como ‘perro grande’ sería un resto de
hábitos de hablantes de antaño; restos cognitivos que recuerdan el significado que le
daban a la voz anteriormente9.
Desde este punto de vista, la hipótesis es la siguiente: que este significado de ‘perro
grande’ sigue reflejando lo que era el prototipo de perro de pastor antes; que el prototipo
era el del mastín y que era este proceso cognitivo que terminó orientando el significado
de zakur cuando esta voz empezaba a diferenciarse claramente del término más genérico
de artzain-(h)or. Esta interpretación de los procesos cognitivos y lingüísticos que
subyacen en zakur también explicaría porque txakur terminó siendo la voz de aplicación
más generalizada o sea la voz aplicada a perros de tamaño normal. También indicaría que
desde el comienzo zakur no era un ‘perro’ en el sentido genérico de la palabra, sino un
tipo de perro muy específico.

5.0. Txakur y cachorro: Análisis de la muestra peninsular


5.1. Argumentos esgrimidos a favor
Si aceptamos la posibilidad de que las voces peninsulares se entronquen con txakur y por
tanto zakur y además que el estudio de conjunto de este último vocablo que acabamos de
realizar apunte a una etimología intravasca, se ven reforzados los argumentos esgrimidos
por otros a favor de un origen vasco para lexemas peninsulares como cachorro. A la vez,
hay que tener en cuenta lo que significa la naturaleza de la morfología del antecedente de
zakur, el hecho de que parece remontarse al compuesto tripartito ardi-zain-(h)or. Por eso
la forma primitiva de zakur no es una voz monomorfémica sino una que integra por lo

9
Para otros ejemplos de las ventajas metodológicas que ofrece un acercamiento cognitivo interdisciplinario
cuando se analizan datos lingüísticos vascos y su evolución a través del tiempo, ver Frank (1989, 2001,
2003a, b, 2005, 2009a, b, 2010, en prensa-a, b, c, en prep.-a); Frank y Gontier (2010).

41
menos tres elementos, siendo además cada uno de los tres elementos morfemas libres.
Este hecho tiene importancia a la hora de determinar cuál es la lengua que presta un
vocablo que cuál es el idioma que recibe el préstamo, o sea, la direccionalidad de la
interacción lingüística:
The morphological make-up of words can help determine the direction of borrowing. In cases of
borrowing, when the form in question in one language is morphologically complex (composed of
two or more morphemes) or has an etymology which is morphologically complex, but the form in
the other languages has no morphological analysis, then usually the donor language is the one with
the morphologically complex form and the borrower is the one with the monomorphemic form
(Campbell 1998: 65)

Teniendo en cuenta la distribución del vocablo cachorro en lenguas peninsulares, este


acercamiento nos plantea un escenario en que la palabra vasca txakur puede haberse
arraigado en las lenguas habladas en esta zona bastante antes del desarrollo de las lenguas
romances. Si fuera así, tendríamos que clasificarla cronológicamente como pre-romana.
No obstante, también hay otra posibilidad: que el vocablo fuera acogido por hablantes
peninsulares después del contacto con Roma, por ejemplo, en la Edad Media.

5.2. Argumentos esgrimidos en contra

Se ha servido de argumentos bastante variopintos para refutar la tesis de una etimologia


vasca para las voces documentadas en las lenguas peninsulares. Al agrupar y profundizar
en lo que se ha dicho al respecto, se apreciará de inmediato que las razones que se aducen
son contradictorias. De hecho, la falta de consenso es indicativa tanto de la complejidad
del problema como, en algunos casos, del poco conocimiento que tenían los
investigadores de las normas fonéticas y morfológicas del euskera.

5.2.1 Comentarios sobre la etimología cachorro basada en catulus


La etimología tal vez más comentada para los vocablos romances peninsulares parte de la
palabra latina catulus ‘cría de animales’, una voz con aplicación frecuente de ‘cachorro’.
Pero dada la evolución de voces como catulus, la forma latina habría dado *cajo en
castellano. Como ha señalado King (2011): “Actually a pertinent example would be
veTULu- > ‘viejo’, with -tul- > -h- (or to be exact, -tul- > -tl- > -cl- > -ly- > -y- > -zh- >
-sh- > -kh- > -h-).” O partiendo de *cattulus, la forma resultante habría sido *catollo en
castellano que se acerca más a cachorro pero a su vez plantea algunos problemas. Para
resolverlos, se ha alegado que existió una forma de latín tardío *cacho y que este
vocablo, aunque no atestado, dio lugar al desarrollo final de cachorro.

42
Dicho de otra manera, se supone que el significado ‘cría de animales’ del lexema
latina catulus, pasó a ser el significado de *cattulus, resultado de una germinación
expresiva, y que luego, otra forma, concretamente, *cacho cuyo significado nunca se
precisa, entró en juego para producir el resultado final de cachorro. Otros autores
rechazan de plano la asociación del putativo *cacho en el proceso. Por ejemplo, el mismo
Corominas agrega que como “observan Pauli (Enfant, Garçon ... , p. 306)10, A. Castro
(RFE III, 69) y Rohlfs (ZRPh. XLVII, 398), no parece que cacho 'cachorro' esté
documentado directamente en castellano, aunque lo citen algunos diccionarios,
copiándose mutuamente” (Corominas [1954] 1980-1991, Vol. 1, 728-729). Al decir
esto, menciona a Rohlfs quien, en 1927, había subrayado el mismo problema:
Span. cachorro ‘junger Hund, Fuchs etc.’, arag. (Ansó, Hecho) kačúrro ‚junger Hund’. Schuchardt
(R.B. 1914, Separatabzug p. 11) sieht in dem Word lat. catulus > *cattulus, das im erscheint und mit
dem iberischen Suffix -orro erweitert worden wäre. Nun gibt es aber im Spanishcen ein cacho
‚junger Hund’ in Wirklichkeit gar nicht, (1) sondern nach Tolhausen nur cacho ‚Scherbe’,
‚Brocken’, ‚Schnitte’, dessen Zugehörigkeit zu cachar ‚zerbrechen’ (< *quassiculare) (2) auƒser
Frage steht. (Rohlfs 1927: 398)11

Sin embargo, Corominas no enfatiza estos aspectos de la reconstrucción y afirma lo


siguiente: “CACHORRO, 'cría del perro o de ciertas fieras', origen incierto, parece ser
derivado de cacho, que hoy sólo subsiste en acs. secundarias (V. abajo), pero que
significaría primitivamente 'cachorro'; es probable que proceda del lat. vg.
*CATTULUS, por reduplicación afectiva y diminutiva del lat. *CATULUS […]”
(Corominas [1954] 1980-1991Vol. 1, 728). Para reforzar la afirmación pone en juego
*cacho, una voz aunque no direcamente constatada, se alega que representa la base
primitiva de cachorro. Aunque Corominas admite que *cacho no está documentado
directamente en castellano, afirma que

10
Entre otras cosas Pauli dice lo siguiente con respecto a lo que habría pasado a catulus al pasar al
castellano: “[…] -tl- en espagnol ne peut pas donner -ch- et catulus serait devenus *cajo. On n’a donc pas
réussi à donner à ces termes une étymologie commune, qui réponde aux exigences phonétiques; et, come
on vient de le voir leurs significations connues ne nous permettent guère de rattacher cachorro et cachopo à
cacho. Diez a émis l’hypothèse que cachorro serait d’origine basque, et . Gerland y voit le même mot que
le basque zakur, zakurra. Le suff. -orro paraît indiquer aussi une origine ibérique” (Pauli 1919: 306-307).
Pauli se refiere a este comentario de Diez: “Das junge des hundes und andrer säugethiere; nach Covarrubias
von catulus cat’lus, daher denn auch cachona für lat. catuliens. Basksich chakhurra heifst hund, bei
Salaberry kleiner hund, chakh konnte der Spanier umstellen in cach: ist nun das wort ein ächtes baskisches,
so könnte cachorra, dessen suffix baskisch ist, allerdings seine quelle darin haben” (Diez 1853:435). La
misma alegacion con respecto al posible origen vasco se repite en la traducción ingelesa de la obra (Diez
1864: 106).
11
Parece que Corominas cree que Meyer-Lübke apoya la posición de Rolhfs porque dice: “Acepta la
etimologia de Rohlfs el REW, 8959a”. No obstante, la entrada correspondiente de Meyer-Lübke, o sea,
8959ª, no tiene nada que ver con la palabra vasca ni con Rohlfs. De hecho, la referencia que se refiere a
zakur es 9590 que tampoco menciona la obra de Rohlfs (Meyer-Lübke 1935: 8959a, 9590).

43
esto no es razón suficiente para negar o poner en duda, como lo hacen estos autores, la etimología
CATULUS, pues cachondo y cachillada atestiguan indirectamente la existencia de cacho. […] Del
mismo primitivo preceden cachillada 'parto de animal que da a luz muchos hijuelos' [ya Acad.
1884]; cachondo 'dominado por el apetito venéreo (especialmente la perra)' [h. 1450, J. de Mena,
aplicado a la personificación de la lujuria (NBAE XIX, 129b); Nebr.], reducción de cachiondo' por
absorción de la i en la otra palatal, formado como torionda 'vaca en celo' de toro, o como
verrionda 'cerda caliente' del lat. VERRES 'verraco'” (Corominas [1954] 1980-1991, Vol. 1, 728-
729)

Al aportar esta supuesta prueba para la existencia de una raíz en *cacho, lo que
Corominas no menciona es la posibilidad de que fuera el propio vocablo cachorro, o
mejor dicho cacho-, que hubiera propiciado la base para voces como cachondo y
cachillada.
Ya que entre las diversos significados que se le dan a la voz cacho, hay algunos que se
refieren a una especie de pez, Corominas argumenta que la pez en cuestión se llamaba
‘cacho’ por que tenía un rasgo perruno, o sea, que el significado de ‘pez’ es secundario:
“Cacho 'cierto pez de río malacopterigio' [1624], se le habría llamado así por sus
barbas características que recordarían las de ciertos perros […] cachucho 'cierro pez
del mar de las Antillas' [1627, Correas]; cachuelo 'cierto pez de río, malacopterigio'
[1653: P. Cobo]; cachama, cachampa, nombres de peces de América (aquél ya en
Fz. de Oviedo)” (Corominas [1954] 1980-1991, Vol. 1, 728-729).
En la edición revisada de la obra de Corominas, vemos que su colaborador José A.
Pascual termina rechazando de pleno la posibilidad de que la voz euskérica tuviera
que ver con la evolución de las voces romances, algo que Rolhfs había afirmado. En
el resumen que formula Pascual para rematar la entrada sobre cachorro, hay un
detalle interesante: escribe la palabra *cacho sin asterisco: “Realmente el parentesco
de la voz vasca con las de idiomas lejanos no es nada seguro. Y en cuanto al romance, el
parentesco indiscutible de cachorro con cachondo asegura la existencia de un
primitivo romance cacho obligando a desechar resueltamente la etimología de Rohlfs
(Corominas [1954] 1980-1991, Vol. 1, 728).

5.2.2. Cachorro no viene de txakur porque txakur no significa ‘cachorro’ sino ‘perro’
Para empezar, está claro que en un principio txakur era una variante palatalizada de
zakur: z > ž, es decir, con ortografía vasca tx- o románica ch- ya que en euskera la
palatalización se emplea comúnmente para producir diminutivos, comunicar afectividad u
otras matices, a veces, hasta despectivas. En fin, como hemos visto, en euskera es normal
el recurso a la palatalización para crear diminutivos. Como se ha comentado antes, hoy en
día en Bizkaia y Gipuzkoa txakur ha pasado a ser la palabra para ‘perro’ en general,

44
mientras en el resto del dominio vasco se entiende como diminutivo equivalente de
‘perrito’ o ‘perro pequeño’. A la vez, como hemos visto, al agregarles el sufijo -kume
‘cría’ tenemos txakurkume ‘cría de perro, cachorro’, con formas paralelas en usakume
‘cría de paloma, pichón’ (uso ‘paloma’); lukikume ‘cría de raposo’ (luki ‘raposo’);
harzkume ‘cría de oso’ (hartz ‘oso’). Además de las formas compuestas en -kume suele
emplearse la forma palatalizada de xakur ‘cachorro’12.
Perro pequeño, cría de perro, txakurkume (c), xakur (AN-b-lez, BN, L, R, S), xak(h)urkume (AN,
BN, L, S, Lh), horaren umea (S); xakur (Ax); Likurgok, erakusteko Laze- demoniakoei zein indar
handia zuen usantzak, hartu zituen bi xakur gazte, bi orkume ama batenak, eta sabelaldi batetakoak
(Ax. 59), Licurgo, para mostrar a los de Lacedemonia qué fuerza tan grande tiene el hábito, tomó
dos cachorros jóvenes, crías de una misma madre y de la misma camada; horaren umea, txakurra
(S), la cría del perro (es) perro. (Auñamendi 2002-2009)

Visto así, hay un error de base en el caso de un modelo que atribuye un origen no
autóctono al vocablo txakur, ya que tanto txakur como xakur viene de zakur y este
último, por lo visto, viene del compuesto morfológicamente triparatito: artzain-hor. En
este respecto, es probable que zakur sea un compuesto cuyo origen se entronca con el tipo
de perros que empleaban en el pastoreo de ovejas.
Hoy en día las distintas clases de perro se expresan así: “Perro perdiguero, el de talla
mediana con orejas muy grandes y caídas, llamado también perro braco, perro de ajeo y
perrillo, eper-txakur (G, B, AN, R), lumako txakur (BN-baig, Sc), eizlari-txakur (R),
ordari-zakür (S), zakur epertaria, eperchacurra (G. Añ), larre-txakur (UZEI); Perro de
aguas, el de pelo largo, abundante rizado y generalmente blanco, ur-txakur (AN-b, B-1-
m, BN-s, G-and, L-ain, R-uzt), uxakur (H, Lh)” (Auñamendi 2002-2009). En estos
ejemplos, también se ve la alternancia de variantes en zakur, zakür, txakur y xakur (ur-
txakur >uxakur).
Además hay que tener en cuenta el uso de zakhur y zakur para referirse a un hombre
poco fiable: “Adj. Dícese de la persona o cosa muy mala, zakur (AN-b); ankatartean
puztana daraman zakurraikin baino geiago eztaiteke fiatu gizon zakur orrekin (AN-b,
Azk) no se puede fiar de ese hombre perro (perro hombre) más que del perro que lleva el
rabo entre las piernas, gizon zak(h)ur (AN, BN, L, S, Lh)” (Auñamendi 2002-2009).
Dicho de otra manera, para que txakur sea una palabra foránea, no nativa, hay que
probar que zakur sea un préstamo, no txakur. Ahora bien, si aceptamos la teoría de Rohlfs
quien afirma que los vocablos peninsulares se derivan del vasco, evitamos el problema y
tanto zakur como txakur seguirán siendo voces autóctonas.

12
La forma -kume se emplea en compuestos mientras la voz ume es la que se utiliza como morfema libre.

45
5.2.3. Txakur viene de cachorro
Tal vez el argumento más enredado, por no decir descabellado, se encuentra en la
entrada ‘cachorro’ de Corominas. Comparando la edición de 1954 con la de 1980-
1991, hecha en colaboración con Pascual, se ve que este investigador ha agregado
una sección nueva que en que termina alegando nada más ni menos que la voz txakur
es un préstamo del castellano. Para llegar a esta conclusión el lingüista interpreta las
palabras de Michelena, que hemos mencionado antes, pero al hacerlo llega a una
conclusión totalmente sorpresiva. Es de notar que en la cita que sigue, el texto que
aparece entre corchetes está en el original. Pascual empieza con un resumen de la
distribución de las dos formas:
En el uso corriente en Guipuzcoa y (seguramente) en Vizcaya, entre las dos formas txakur y zakur.
Aquélla es la que se percibe como forma básica y normal, ésta como un aumentativo [es decir:
txakur = 'perro', y no 'perrito' ni 'cachorro', y zakur = 'perrazo’]. Los datos vascos inducen, sin
embargo, a pensar que (h)or, extendido un tiempo a todo el país, está con zakur en una relación
análoga a la de can con perro. Basta aquí Michelena, BSVAP X, 382. Es decir, que lo antiguo en
vasco es hor, y txakur-zakur es vocablo propagado posteriormente. (Corominas [1954] 1980-1991:
728)

Luego, basándose en la autoridad de Michelena, saca dos interpretaciones,


radicalmente opuestos, de lo que dijo el filólogo vasco:
Por consiguiente nos encontramos ante un dilema: 1.° es originario el significado vizcaíno-
guipuzcoano txakur 'perro (grande)': entonces la supuesta etimología vasca del cast. cachorro se
hace sumamente improbable desde el punta de vista semántico. O bien, 2.° éste es un desarrollo
secundario del vizcaíno-guipuzcoano (alternativa no muy fácil de explicar tratándose de un caso
normal, dado el valor de tx en vasco) […]. (Corominas [1954] 1980-1991: 728)

Por lo visto, Pascual parece asumir que el hecho de que en el siglo XX txakur significa
‘perro’ en varios dialectos del euskera, es decir, ‘perro’ en vez de ‘perrito’, esto hace
‘sumamente improbable’ que txakur haya influido en el desarrollo de la voz castellano
cachorro. Y para concluir la discusión, va mucho más lejos alegando que la dirección del
cambio ha sido justamente al revés. Opta por una interpretación que hace de txakur la
forma primitiva, y no zakur, y en esto fundamenta su sorpresiva conclusión:
y optamos por admitir como primitivo el sentido de txakur 'perro', propio de otros dialectos vascos,
pero aun entonces, dado el carácter secundario de la propagación del vocablo en vasco, se hace más
probable creer que fue el vasco el que tomó txakur del castellano y no al revés; al fin y al cabo las
metátesis violentas de esta clase son mucho más frecuentes en vasco que en romance. Y tratándose
de una voz invasora se comprende mejor el paso de la idea de 'cachorro' por una parte a la de 'perro'
en general y por otra a la de 'perrito'. (Corominas [1954] 1980-1991: 728)

Para Pascual es más lógico hacer caso omiso a la norma que rige la palatalización en
euskera (z > x > tx) y así alegar que eran los hablantes del euskara que tomaron prestado
el vocablo castellano cachorro, y a través de una metátesis consonántica lo convirtieron

46
primero en *chacorro para luego dar con la pronunciación txakur(ra). Por lo visto, el
lingüista cree que se trata de una voz invasora. Y esto conlleva el siguiente postulado:
puesto que el préstamo txakur empezaba con un sonido palatalizado y significaba ‘cría de
perro’, los euskaldunes cambiaron su significado a ‘perro’ (de pequeño a grande): “Y
tratándose de una voz invasora se comprende mejor el paso de la idea de 'cachorro' por
una parte a la de 'perro' en general y por otra a la de 'perrito'” (Corominas [1954] 1980-
1991: 728). Si entiendo bien la lógica de la propuesta de Pascual, cuando la supuesta voz
invasora txakur adquirió el significado de ‘perro’, los hablantes vascos inventaron otro
vocablo, basado en txakur, para hablar de ‘perrazos’, es decir, el vocablo zakur. Creo que
este ejemplo demuestra dos cosas igualmente penosas. Por un lado se ve claramente lo
enmarañada que se ha vuelto el hilo del argumento y por otro el hecho de que nadie ha
cuestionado la lógica de la entrada de Pascual.

5.2.5. Cachorro viene de una forma expresiva


Que yo sepa el único filólogo que ha propuesto esta etimología es Corominas, quien
después de repasar varias teorías sobre el origen de estas voces, termina diciendo: “Más
aceptable me parecerá suponer, en vista del abr. cacciune 'perrito' (ya cacciunello en la
Storia di Sta. Catarina, 3. 1330: Wiener Sitzungsber. CX, 414), que cachorro no es vasco
ni latino, sino voz de creación expresiva, imitativa de la interjección k-č o k-s con que se
llama a los perros, especialmente a los pequeños, de donde it. cucciolo, cat. gos, cussa,
cast. gozque, cuzco, pero nótese que estas denominaciones tienen constantemente o a u
como vocal radical” (Corominas [1954] 1980-1991: 728).

6.0. La relación de zakur y txakur con otros idiomas más allá de la Península Ibérica

Aunque la mayoría de lectores de este trabajo estarán familiarizados con las diferentes
posturas relativas a la relación o falta de tal entre txakur y cachorro, creo que al llegar a
la relación entre las voces vascas y las sardo-corsas o, por ejemplo, las croatas, no habrá
el mismo nivel de conocimiento en cuanto a la naturaleza de los argumentos y datos
aducidos para apoyar la inclusión del elemento vasco en la muestra.

47
6.1. La relación con voces sardo-corsas

La cuestión de la relación entre las voces sardo-corsas y las vascas es tal vez el tema que
más polvo se ha levantado y aun así los lingüistas no se han puesto de acuerdo. Las
palabras que están en juego son éstas, aunque la ortografía de ellas no siempre coincide.
Por ejemplo, yágaru; yákaru, dyágaru y dyákaru (Bertoni 1921: 96) al lado de ghjàcaru
‘cane da caccia’ vs. giàgaru (ant. jacaru); giagarare ‘cacciare qualcuno, rincorrere un
animale’ (Maxia 2010: 119). A la vez, es interesante que Maxia señala que “il ghjàcaru
pare corrispondere al molosso, conosciuto anche come cane corso”. Wagner lo describe
así, prestando más atención a los aspectos fonéticos de los vocablos:
In Sardegna ğáǥaru è un cane da caccia, e vi è il verbo ancora molto vivo ğaǥarare ‘fugare,
sbrancare’; cani de loru o gjagaru: CdL 30; nella Corsica meridionale iákaru, iágaru, ğákaru, ecc. è
il vocabolo generalmente usato per ‘cane’, non soltanto da caccia, come si desume ora dall’Atlante
ling. Della Corsica del Bottiglioni, Carta 1230. (Wagner [1951] 1997: 262)

Por lo general, lo que se observa es la tendencia a hacer caso omiso a la posible


influencia directa del vocablo vasco y por tanto negar que la palabra vasca sea autóctona.
Pongamos, por ejemplo, lo que Alessio ha escrito sobre la relación de las voces vascas y
el lexema sardo giargaru. El linguista alega que la voz vasca puede venir de una forma
de latín tardío que, según él, tiene un origen ligur:
La forma vasca e quelle sardo-corse non si conciliano foneticamente, perché queste ultime
richiedono un j-, che non si può spiegare neanche partendo dalla forma diminutiva vasca txakuŕ.
Dato che il vasco z- può poggiare su s- ci chiediamo se invece zakuŕ non posa essere connesso col
lat. tardo segūsius “cane de caccia, segogio” (grecizzato come έγούσια), che è un relitto del sostrato
ligure [...]. (Alessio 1961: 268-269)

No obstante, al aceptar esta interpretación de los datos, topamos con otro problema: la
semejanza de los vocablos sardo-corsos. La solución más sencilla, aunque no
necesariamente la correcta, sería ver en los lexemas sardo-corsos la influencia de
hablantes de lenguas peninsulares que llegaron a las islas en tiempos relativamente
recientes y trajeron consigo el vocablo cachorro y de allí las formaciones sardo-corsas.
Como veremos más adelante, aunque es muy atractiva esta solución, hay factores
semánticos que caracterizan el campo morfo-semántico que la hacen menos contundente.
Antes de cerrar este apartado sobre la posible relación de txakur y zakur con ciertas
voces sardo-corsas, quisiera traer a colación unas palabras sardas que al parecer no han
llamado la atención. Me refiero a los siguientes lexemas cuyo significado es ‘perrito’ y
cuya forma recuerda voces peninsulares como cachorro: caciurru, caciúciu y cacédhu:
“caciúrru, nm su fedu de su cane / min. caciurredhu, nâdu fintzas de su pisedhu
muconosu. caciúciu, calledhu, callúciu” (Ditzionãriu 2000-2011). Y bajo cacédhu,
encontramos la siguiente entrada:

48
cacédhu, nm: catedhu, catzedhu su fedu minore de su cane; fintzas fruedha de àrbure brotada in sas
raighinas acurtzu a su truncu; ómini pillingronaxu, pedulianu / min. cacedhedhu, catedhutzu.
caciúciu, caciurru, calledhu, calligionedhu, callúciu / brione, pillonàciu, rebudhu. su béciu
portat unu cacedhedhu avatu custu no est catedhu, tantu est abbaidadu e tentu contu! est sempri
avatu che catzedhu de carradori 2. cussos sunis cacedhos papadores! Cacceddu, Caceddu,
Catteddu, Catzeddu, Cazzeddu. (Ditzionãriu 2000-2011)13

Con respecto a estas variantes sardas, hay que recordar que en catalán la traducción de
‘cachorro’ es cadell. Y la palabra que se traduce hoy en día como ‘perro’ es gos, aunque
no sé si había otras palabras presentes en catalán medieval, aparte de la de can. Dicho de
otra manera, se sabe que hubo influencia reciente de la lengua catalana en Cerdeña y
también la influencia asociada con la dominación española. No obstante, los vocablos
sardos caciurru, caciúciu y cacédhu se parecen mucho más a las variantes peninsulares
de cachorro que los vocablos sardos catteddu, catedhu y catzedhu.
Y con respeto a cadell en el Dictionary of Indoeuropean Synonyms, Buck nos lleva
otra vez al campo morfo-semántico cuyo putativo parentesco con zakur/txakur ha sido
propuesto en el pasado: Latín catulus, catellus "puppy, cub [cachorro; cría de algunas
fieras]". Observa que varios poetas latinos utilizan catulus “to denote the young of pigs,
lions, wolves, and bears. ‘Puppy, young dog’ is evidently a specialization.” Buck apunta
otras voces que pertenecen al mismo campo: “Rumanian catel, Old Italian catello, Old
French cael, obsolete French cheau (Buck [1949] 1988: 180).
Todo esto nos lleva a formular la siguiente pregunta: ¿teniendo en cuenta la semejanza
fonética entre las voces sardas de caciurru, caciúciu y cacédhu y las formas peninsulares
de cachorro, debemos considerar las variantes sardas caciurru, caciúciu y cacédhu como
simples variantes de la voz latina de catulus o debemos buscar otra explicación? Como ya
hemos visto, la distancia entre txakur y cachorro es poca, solo falta llevar a cabo la
metátesis consonántica para convertir el primero en el segundo. Y esto nos abre una serie
de posibles soluciones al problema de parentesco genético o falta de tal.
Si asumimos que las voces peninsulares vienen de txakur, una solución sería asumir
que hablantes de estas lenguas peninsulares introdujeron estas variantes en la lengua

13
Con respecto a estas variantes sardas, hay que recordar que en catalán la traducción de ‘cachorro’ es
cadell. La palabra que se traduce hoy en día como ‘perro’ es gos, aunque no sé si había otras palabras
presentes en catalán medieval. Dicho de otra manera, se sabe que hubo influencia reciente de la lengua
catalana en Cerdeña y también hay que tener en cuenta la influencia lingüística que resultó de la
dominación española. No obstante, los vocablos sardos se parecen más a los vocablos vascos. Y con
respeto a cadell en el Dictionary of Indoeuropean Synonyms de Buck, se encuentra lo que parece ser un
campo morfo-semántico cuyo emparentamiento con zakur/txakur es muy lejano o inexistente: Latín
catulus, catellus "puppy, cub" [Buck 1949: 180]. Se ha observado que varios poetas latinos utilizan catulus
“to denote the young of pigs, lions, wolves, and bears. ‘Puppy, young dog’ is evidently a specialization.” Y
también: “Rumanian catel, Old Italian catello, Old French cael, obsolete French cheau [Buck 1949: 180].
[…] Posner [1996: 86] also cites Sardinian kateddu "little dog, puppy" < *ket- + >-ellu. This looks like a
direct reflex of Lat. catellus, given that Sard. -dd- from Lat. -ll- is regular.” Cf.
http://listserv.linguistlist.org/cgi-bin/wa?A2=ind0101&L=INDO-EUROPEAN&P=R579.

49
sarda en tiempos no muy remotos. Si, de lo contrario, asumimos que txakur no tiene nada
que ver con cachorro, y que este viene de una voz latina tardía *cattulus con la influencia
de la voz no atestada de *cacho, los hablantes peninsulares podrían haber traído la
palabra cachorro a Cerdeña donde pasó a pronunciarse como caciurru, caciúciu y
cacédhu. Otra manera que abordar el problema sería decir que tanto en Cerdeña como en
la Península Ibérica existía la voz *cacho y que por tanto los hablantes de esta lenguas
romances desarrollaron voces muy parecidas.
Todo esto depende de la presuposición de que catulus fue el origen de todas las formas
diminutivas en lenguas romances. Pero se me ocurre que hay una tercera posibilidad, más
heterodoxa: que catulus, cadell, etc. son todas variantes de una voz pre-romana. Desde
esta perspectiva, es posible que las voces sardas caciurru, caciúciu y cacédhu se
aproximen más a la forma original que la voz latina catulus. O sea, que representen mejor
el substrato pre-romano. Esta interpretación se ve reforzada por el hecho de que hay
voces sardo-corsas cuyo significado es ‘perro’, palabras que no se refieren a ‘perritos’ o a
‘cachorros’ como ha indicado Wagner: “ğáǥaru è un cane da caccia, e vi è il verbo
ancora molto vivo ğaǥarare ‘fugare, sbrancare’; cani de loru o gjagaru; nella Corsica
meridionale iákaru, iágaru, ğákaru perro de caza, perro moloso (Wagner [1951] 1997:
262)14. Y como hemos visto “il ghjàcaru pare corrispondere al molosso, conosciuto
anche come cane corso” (Maxia 2010: 119). Son perros molosos o molosoides. En este
sentido, es poco probable, tanto por su forma como su significado, que estos vocablos
tengan como antepasado a catulus. Más probable sería una voz parecida a zakur y si no
concretamente zakur, por lo menos una voz pre-romana de forma y significado parecidos.
Esta última propuesta se fundamentaría en la bifurcación de la expresión original con
el resultado de que una rama con el significado de ‘perro pequeño, perrito, cría de perro’
diera lugar al antepasado de catulus y también voces como caciurru, caciúciu y cacédhu.
Pero los lexemas sardo-corsos se nos acercan más al lexema original. Al mismo tiempo
este acercamiento, basado en la información aportada por las voces sardo-corsas
apuntalaría la existencia otra rama con el significado de ‘perro, perro de caza, perro
moloso’ que habría motivado los vocablos sardo-corsos citados por Wagner: en Cerdeña
ğáǥaru y gjagaru; y en la Córcega meridional, iákaru, iágaru y ğákaru ‘perro de caza,
perro moloso’ (Wagner [1951] 1997: 262). Desde esta perspectiva, algunas de las voces
como catteddu se parecerían más que otras a la voz latina catulus, porque habrían sido
influidos en tiempos más recientes por la formación latina. En resumen, las voces sardo-
corsas apuntan a la presencia en el pasado de una bifurcación en la estructura fonética y
también en el significado de una fuente pre-romana.

14
Hubschmid aporta otra variante džáγuru que termina en -uru en vez de -aru, aunque no da la fuente:
“Bask. zakur ‘Hund’ erinnert an sard. džáγuru ‘Jagdhund’, kors. ghiágaru ‘Hund’, mit stimmhaftem
Anlaut, wie in georg. dzaγli ‚ ‘Hund’” (Hubschmid 1960: 29). No obstante, en 1953, Hubschmidt no incluía
esta variante en la entrada de zakur (Hubschmid 1953: 70).

50
7.0. Corolarios de los distintos escenarios
En los apartados que siguen, vamos a ver las implicaciones que acarrea asumir que un
elemento vasco haya desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de otros
vocablos. Al hacerlo, podemos estudiar la luz que cada interpretación arroja sobre 1) la
edad de las voces vascas en términos de su ante quem non; 2) la difusión geográfica de
las voces vascas en el pasado y 3) los varios mecanismos de difusión que, a su vez,
promovieron los contactos que luego dieron lugar a los resultados semánticos a que
tenemos acceso hoy en día, es decir, la evidencia lingüística de que disponemos. En este
sentido, cada interpretación nos dará información, siempre tentativa sin no totalmente
hipotética, sobre la trayectoria y por tanto las andanzas de las palabras vascas en el
pasado.

7.1. Txakur y las voces peninsulares


Si empezamos admitiendo, hipotéticamente, que la voz txakur representa la fuente de las
voces peninsulares, podremos asumir que el elemento vasco se remonta a contactos que
tuvieron lugar en la Península Ibérica durante la época pre-romana o, a más tardar, la
Baja Edad Media, época en que empezaron a cuajarse las lenguas romances en este
territorio. Si asumimos que los vocablos peninsulares se emparentan con la voz txakur,
esto también nos da una manera de anclar la evolución de la secuencia zakur > xakur >
txakur en el tiempo. Pero no arroja ninguna luz sobre el momento en que el compuesto
ardi-zain-(h)or pasó a pronunciarse como zak(h)ur, solamente que este proceso de
cambio tuvo lugar con anterioridad al paso de zakur > xakur > txakur.
Dicho de otra manera, si cachorro viene de txakur, la forma txakur tiene que haber
sido la voz que los hablantes –que vivían fuera de la zona o ámbito de habla euskérica–
imitaban y por tanto, era ésta y no la forma zakur que se plasmó en los idiomas
peninsulares. En cuanto a esta hipótesis, hay una pregunta para la cual no tenemos
respuesta: ¿cuáles eran los factores tanto lingüísticos como socio-culturales que hicieron
posible que sobreviviera en los idiomas romances peninsulares precisamente la palabra
txakur y no otra variante vasca?
Con tal que limitemos el alcance de nuestra muestra a las voces peninsulares y las
sardo-corsas que se refieren a un ‘cachorro’ o un ‘perro pequeño’, podremos dar más
peso a la semejanza fonética entre txakur y los vocablos que forman parte de esta
muestra. Puesto que los lexemas aluden al concepto de un ‘perro pequeño’ o un

51
‘cachorro’, esto es lo que se podría esperar si la voz originaria tuviera el mismo
significado o uno muy parecido15. Pero una vez que el ámbito de la muestra se amplia
para incluir, por ejemplo, las voces sardo-corsas y por ejemplo las voces griegas que
quieren decir ‘mastín’, las cosas cambian, como veremos a continuación.

7.2. Zakur, zakur y txakur frente a las voces de la muestra más numerosa
Desde el cuatro de diciembre de 2001 hasta el dos de enero de 2002, se publicaron 36
entradas que llevaban el encabezamiento de “Re: txakur/dzhagaru/cachorro....” en el
Indo-European Mailing List, un foro dedicado a temas relacionados con las lenguas
indoeuropeas (Linguist-List 2001). Estos mensajes exploraban distintos aspectos de la
posible correspondencia entre estos vocablos. Uno de los mensajes enviado por Dr. Mate
Kapović, un lingüista que trabaja en la Universidad de Zagreb, aportaba información
sobre una nutrida colección de voces que se creían emparentadas con las tres palabras
bajo discusión.
La fuente de la información era el diccionario etimológico del lingüista croata Petar
Skok, Etimologijski rječnik hrvatskoga ili srpskoga jezika (Diccionario etimologico de la
lengua croata o serbia) (Skok 1971-1974, Vol. 1, 287, Vol. 2, 547). A modo de
introducción de la materia, adjunto el texto del mensaje del profesor Kapović en que hace
un resumen del texto original en croata que veremos a continuación.
There was a discussion some time ago about relation of the words like Bask. txakur, Logudor
dzhagaru, Spanish/Port. cachorro... I was just lurking but now I must add something to the subject
because I think it could be interesting to those who participated in that discussion earlier. I
accidentally came across a sizeable amount of information about the words I mentioned and others
similar to them in a Croatian etymological dictionary by Petar Skok.
The starting word is Croatian ogar which would be something like a hound. There is version of
it - zagar. It seems as if those are two words with a same root and different prefixes o- and za-.
There is also a mention of the form bigar. The author says ogar > Magyar agár, Romanian ogar.
Other Slavic languages –OCS and Old Russian ogar7 (7-jor), Czech ohař, Polish oharz. There is a
claim that the form zagar is a Balkanic word: Bolg. zagár, Alb. zagá:r/za:r, Middle Greek zágaron,
Modern Greek zagári/zagarós, Turkish zagár. All have the meaning "Jagdhund".
And the author goes outside Balkan and Slavic languages: Avarian (Caucasus) – eger; Ossetic –
yegar; Logudor (as mentioned here [dzhagaru]) - ğagaru; Corsica - yakaru/ğakaru "shepherd dog".
Then already known here Bask txakur and Port./Spanish cachorro "young dog". Also Georgian
dzagli; all-European words like jackal (Eng.), çakal (Turkish) (I would add) etc. which comes, as he
says, from Sanskrit šrgala "canis aureus".

15
Aquí surge otra incógnita. No es posible saber exactamente cual fue la fuente de la voz cachorro. Como
hemos visto, el concepto de ‘cachorro’ o sea ‘cría de la perra’ se expresa en euskera con el sufijo -kume.
Así que la fuente puede haber sido txakur-kume con la subsiguiente pérdida del sufijo. Si ocurrió así, no se
sabe cuál era el significado de txakur en esta época: si era ‘perro de tamaño normal’ o si era ‘perro
pequeño’.

52
In the end he states that Oštir was surely right when he put it with Alarodic elements and that it
could be a part of pre-IE substratum as an old hunting term. As I have already said, these are not my
claims; they are those of the author of the dictionary which was written about 3 decades ago. These
examples are, if not all correct and related, surely interesting and could point to some conclusions.

La siguiente tabla resume la lista de voces que Skok ha reunido, junto con algunas
variantes más que hemos mencionado en el presente trabajo.
Tabla 1 La muestra más amplia
Agrupaciones Citado en Skok Citado en otras Etimología
fuentes

Grupo 1
Euskera txakuř zakuř / xakuř ardi-zain-(h)or
Portugués cachorro ?
Aragonés cachorro ?
Castellano cachorro ?
Catalán cachorro ?
Sardo (Log.) ğargaru ğáǥaru, gjagaru; ?
yágaru; yákaru,
dyágaru, dyákaru,
ghjàcaru; caciurru,
caciúciu, cacédhu
Corso yakaru = ğakaru iákaru, iágaru, ?
ğákaru
Grupo 2
Griego
Medio zágaron
Moderno zagári, zagarós
Albanés zagá:r/za:r
Turco zagar
Bulgaro zagár
Grupo 3
Esclavo antiguo ogarъ
Checo ohar
Rumano ogar
Croata ógar, obgar, zagár,
zagär, zəgära,
bigär
Húngaro agar
Kavkaz egèr
Ossetiano yegar
Grupo 4
Sanscrito şrgala
Georgiano dzagli
Pan-europeo šakal (jackal)

Puesto que bajo la voz ògar ‘perro nacional’, Skok aporta mucha información adicional y
son detalles que no se pueden resumir en la Tabla 1, prefiero adjuntar toda la entrada:

53
ògar m. (narodna piesma) = obgar m. (narodna piesma) prema f obgara = zagàr (narodna piesma)
“hrt (uz koju s riječ uvijek pominje), Jagdhund, Windhund” = zagär pored zagär i zəgära m
(Crmnica, Crna, Gora) prema bigär “pseto” i f bïgära “pseto” (Crmnica) “kučka”. Crmnička
varijanta tumači b varijanti obgar. Taj je oblik prema tome kontaminacija ogar + bigar. Deminutiv
zagäre, gen. -eta, pl. zagarïći (Kosmer) “lovački pas, kera”. Oblik ogar posudiše Madžari agdr
“hrt” i Rumunji ogar m prema f na -ъka ogarcă = s unakištenim rum. Sufiksom -oaică < lat, -onea
+ slav. -ъka oroaică “Windhund”, deminutiv ogăruş. Oblik ogar nalazi se u stcslav. ogarъ (16. V.),
češ ohař, polj. oharz. U ruskom se začudo ne nalazi (postoji u strus. ogarъ “Art, Boot”). Oblik
zàgar je balkanska riječ: bug. zagár = zār “Jagdhund, Windhund”, drgr. ζάγαρου “Jagdhund” = ngr.
ζαγάρι, ζαγαρός, tur. zagár “Jagdhund”, upor janjičarski čin zagarci “Rüdenmann”, Riječi ogar i
zagar su raširene i izvan Balkana i slavina: tako našem ogar = madž. agar odgovara u avarskom na
Kavkazu egèr, u osetskom yegar. Za zagar nalaze se potpune paralele u zapadnoi Evropi, u
Logudoru na Sardiniji ğargaru = na Korzici yakaru = ğakaru “pas, cane mastino, pastirski pas”, na
zapadnim Pirinejima kod Baska čakur, čemu odgovara u španj. i port. cachorro “mladi pas”. Iz
kavkaskih jezika stavlja Schudhardt ovamo đurđijanki (khart’veli) dzagli i evropsku riječ šakal, koja
se izvodi iz sanskrta şrgala “canis aureus”. (Skok 1971-1974, Vol. 2, 547)

Al revisar las entradas de la muestra de Tabla 1, se observa que las voces sardo-corsas
se definen como ‘perro, mastín y ‘perro de pastor’; en el caso de otros representantes del
grupo, el significado suele abarcar el concepto de ‘perro cazador’ (Jagdhund), en unos
casos ‘galgo, lebrel’ (Windhund) y hasta ‘perro de raza indefinida, perro mestizo’ (Hrt).
Si organizamos los lexemas en base a las correspondencias fonéticas, hay cuatro
agrupaciones. Obviamente, el grupo que se parece más a las voces vascas es la primera.
No obstante, la formación vasca zakur comparte ciertos rasgos fonéticos con el segundo
grupo y algo menos con el tercer grupo. Luego, si consideramos las voces del cuarto
grupo como parte del mismo campo léxico, se ve clara evidencia de lo que podría ser un
gradiente oeste a este. Las voces geográficamente más alejadas de la Península Ibérica se
asemejan menos a las voces peninsulares, tanto las vascas como las no vascas. Al mismo
tiempo, sin embargo, si comparamos los vocablos peninsulares no euskéricos con las
voces de segundo grupo, p. ej. zágaron, zagar, zagár, etc., son las voces sardo-corsas que
parecen servir de puente.
Al respecto, fue el propio Meyer-Lübke que señaló el posible parentesco genético de
zakur con la voz griega y las sardo-corsas: “zagaros (mgiech.) ‘Jagdhund’. log. ğagaru
‘Jagdhund’, kors. yakaru, ‘Hund’ ZRPh. XXXIX, 221. (Bask. zakur Gr. Gr. I2, 426; R.
XXIII, 259 stammt wohl auch aus dem Griesch.)” (Meyer-Lübke 1935: 9590)16. Bertoni,
en cambio, aunque reconoce el posible parentesco de la voz vasca y las sardo-corsas con
el griego, se inclina hacia un origen ibérico, tanto para la voz vasca zakur como las sardo-

16
Parece que Meyer-Lübke (1935: 9590) se equivoca al citar la obra de Schuchardt ya que la página
correcta es 226, no 221 (Schuchardt 1905: 226).

54
corsas, citando a la vez varias entradas en el Atlas linguistique de la France: Corse
(Gilliérons 1914-15).
È ben nota la voce côrsa jácara, log. giágaru « cane ». Quanto questo termine sia diffuso in Corsica,
lo si può vedere consultando la carta 344 dell’Atlas; yágaru 45, 60, 61, 62, 67, 69, 70, 80, 84, 86;
yákaru 63, 82, 85, 87, 88; dyágaru 52, 49 ecc.: dyákaru 64, ecc. C'è anche yagarellu (c. 345 «petit
chien»). In basco abbiamo zakur cane e la voce appare oltremodo estesa: gr. med. ζαγάριον, neogr.
ζαγάρος; turco bulg. serbo e alb. zagar « cane da caccia». Che il vocabolo in questione possa essere
in Corsica una traccia di linguaggio iberico non è da escludere [...]. (Bertoni 1921: 96)17

Al aducir que zakur procede probablemente del griego o del ibérico, se supone que los
filólogos estaban fijándose en el obvio parecido fonético y semántico de los vocablos.
Pero la veracidad de esta derivación queda en entredicho si se contempla la posibilidad de
una etimología intravasca de zakur, o sea, que viene del compuesto ardi-zain-(h)or.
Aunque la teoría más aceptada y simple ha sido que todas estas voces de Tabla 1 se
remontan a un étimo pre-indoeuropeo, el hecho de que zakur parece tener una etimología
puramente intravasca complica mucho más la discusión y especialmente esta conclusión.
O la palabra vasca no tiene nada que ver con las otras voces, o hay que buscar una teoría
que explicara su presencia, teniendo en cuenta su etimología intravasca. Dicho de otra
manera, el hecho de que el lexema vasco tenga una etimológica intravasca hace más
difícil la investigación y exige explicaciones capaces de reconciliar este hecho con las
teorías promulgadas en el pasado.
En lo que llevamos dicho hasta ahora está claro que las teorías aducidas a través de los
años para establecer el parentesco fonético y semántico de las voces vascas con las
peninsulares son muy variadas y muchas veces contradictorias. También hemos visto que
con tal de no incrementar la extensión de la zona geográfica que ocupan los
representantes de la muestra, las interpretaciones aportadas pueden parecer convincentes,
tanto los argumentos a favor como las que van en contra del parentesco genético de los
vocablos romances con las voces euskéricas. Y aún cuando llegamos a incluir el sardo y
el corso en la muestra, sigue pareciendo lógica la posibilidad de que el euskera haya
jugado un papel fundamental, ya que es posible alegar que los vocablos fueron
introducidos en las islas con la llegada de hablantes de catalán y/o castellano en tiempos
relativamente recientes.

17
Bertoni alude al posible origen ibérico citando a Schuchardt (1905: 226), influido por lo visto por la
popularidad en aquel entonces de la teoría del origen caucásico de la lengua vasca: “Lo Schuchardt ritiene
che il basco zakur vada col georg. dzayali «sciacallo»; onde dallo sciacallo verrebbe la denoninazione del
cane” (Bertoni 1921: 96).

55
Pero al analizar las voces sardo-corsas con más detenimiento, empezamos a
vislumbrar fisuras en la lógica, contradicciones no fáciles de resolver que resultan por
una parte de la propia naturaleza de la estructura fonética de las voces sardo-corsas y por
otra, de ligeras diferencias de significado que se van detectando. Son diferencias que
sugieren la posibilidad de que las representantes sardo-corsas no sean préstamos
recientes, traídos a las islas por hablantes de lenguas romances, sino residuos de estadios
lingüísticos anteriores que, por tanto, se remontan a épocas pre-romanas.

8.0. Premisas que acarrean la muestra más amplia


El carácter hipotético de la interpretación que acabamos de esbozar se hace más patente
una vez que ampliamos el alcance del marco geográfico de la muestra e intentamos
explicar a la distribución geográfica de todos los vocablos que parecen pertenecer a este
campo morfo-semántico, tal como hemos hecho en la Tabla 1. Dicho de otra manera, las
cosas se complican al contemplar esta muestra más numerosa y la interpretación de los
datos se hace mucho vez más complicada. Ahora no es cuestión de determinar si unas
voces de lenguas peninsulares vienen de una voz vasca sino buscar una interpretación
global capaz de explicar la presencia de un nutrido campo morfo-semántico representado
por voces al aparecer emparentadas pero geográficamente distantes de la zona geográfica
en que se ubica la lengua vasca.
La cuestión que plantea la existencia de este campo morfo-semántico más amplio es
sumamente complicada y no tiene fácil solución. Por eso, lo que propongo hacer es
esbozar la naturaleza del problema y repasar algunas posibles interpretaciones del
horizonte conceptual que nos hace vislumbrar los datos aportados por esta muestra más
amplia. Para abordar el tema, primero hay que decidir cuáles van a ser las premisas que
van a orientar la interpretación y por consiguiente, fundamentar las conclusiones. Por
ejemplo, existen estas tres posibilidades, entre otras muchas, por supuesto:
1) que todos los vocablos de la Tabla 1 menos los euskéricos están emparentados;
2) que todos los vocablos de la Tabla 1 con la excepción de los del primer grupo (los
euskéricos, peninsulares y sardo-corsos) están emparentados. Pero solo los del primero
grupo se explican en base a una voz (o voces) euskéricas.
3) que todos los vocablos que aparecen en la Tabla 1 tienen un antepasado pre-indo-
europeo en común.

56
En cuanto a la primera posibilidad, si la aceptamos, hay poco que hacer porque es
imposible ir más allá con el análisis en base a las voces que quedan en la muestra. Al
eliminar la posibilidad de que el euskera tuviera que ver con las otras voces, se resuelve
el problema constituido por el hecho de que zakur y sus variantes parecen tener una
etimología intravasca. Dicho de otra manera, no tenemos que enfrentarnos con el
problema de tener que explicar la presencia en la muestra de préstamos o cognados del
euskera.
De ser acertada la segunda posibilidad, se fundamentaría en un criterio muy conocido
en el campo de la lingüística comparativa, un criterio que vale la pena tener en mente
ahora. Aunque la siguiente observación de Campell la hemos citado arriba, ha sido en
otro contexto y por tanto con otro valor probatorio:
The morphological make-up of words can help determine the direction of borrowing. In cases of
borrowing, when the form in question in one language is morphologically complex (composed of
two or more morphemes) or has an etymology which is morphologically complex, but the form in
the other languages has no morphological analysis, then usually the donor language is the one with
the morphologically complex form and the borrower is the one with the monomorphemic form
(Campbell 1998: 65)

Aceptar esta posibilidad tampoco hace necesario que nos remontáramos a la época
neolítica porque los procesos de contacto cultural que, hipotéticamente, dieron lugar a la
distribución geográfica del préstamo podrían haber transcurrido en épocas más recientes,
como hemos comentado antes. No obstante, tal acercamiento a los datos encierra varias
suposiciones no necesariamente descartables, entre ellas la posibilidad de que durante el
neolítico los componentes del vocablo compuesto vasco existieran antes en otras zonas
europeas, por ejemplo, en Cerdeña. Dicho de otra manera, el modelo del préstamo asume
que el proto-sardo no era una lengua emparentada con el euskera en un principio y al
mismo tiempo que lenguas emparentadas con el euskera no se hablaran en otras partes de
la Península Ibérica antes del desarrollo e implantación de lenguas indoeuropeas.
En fin, la segunda posibilidad tampoco nos llevaría mucho más allá en el análisis
global de la muestra, aunque, eso sí, resolvería algunas de las dudas sobre el origen de las
palabras peninsulares y sardo-corsas. Muy diferente es el caso de la tercera posibilidad
porque ésta plantea una serie de problemas de interpretación bastante más complicadas
por su obvio alcance geográfico más amplio.

8.1. La posibilidad de un préstamo y los mecanismos relativos a su propagación


Si aceptamos la premisa de que todos los vocablos que aparecen en la Tabla 1 tienen un
antepasado en común, la solución se bifurca y se nos presentan dos posibilidades: los

57
vocablos o son préstamos o son cognados. Por el momento, vamos elegir la primera
posibilidad. Así que el próximo paso es formular un mecanismo de propagación para
explicar porque las voces han terminado ubicadas donde han sido documentadas
históricamente. Pero la formulación de un mecanismo de difusión, sin embargo, requiere
un paso previo: determinar exactamente qué se difundió. Me explico. Estamos hablando
de voces de ascendencia pre-indoeuropea cuyo punto de referencia es un animal,
concretamente, un perro o igual una raza específica de perro.
Vamos a asumir, por el momento, que es significativo el hecho de que en varios
idiomas las voces aluden a un tipo de perro apto para cuidar ovejas, un perro pastor o tipo
mastín, también apropiado para servir de guardián y defensor de otros animales. De ser
así, como se ha señalado antes, el hecho de que la ganadería ovina no llegó a arraigarse
en Euskal Herria hasta hace 3.000 años a.C., se podría alegar que las voces de la Tabla 1
se derivan de un tipo de perro muy cotizado, seleccionado y criado por los pastores, tan
cotizado que cuando se iba expandiendo el territorio de esta raza de perro, no era
solamente el perro que iba desplazándose en el espacio, sino también su nombre. Es
decir, si para aquel entonces la raza de perros en cuestión se denominaba zakur, habría
sido ése el nombre con que se diferenciaba de otras razas de perro y que sus nuevos
dueños habrían aprendido y que luego utilizaba.
Esta explicación no requiere el desplazamiento de hablantes de la lengua vasca, sino el
desplazamiento del animal y junto con el animal su nombre distintivo, algo así como una
denominación de origen. La narración que acompaña esta explicación también ayuda a
ubicarnos en el tiempo ya que es más lógico que el trueque de perros de esta clase habría
tenido lugar en una época en que el pastoreo seguía practicándose. E igualmente lógico
sería pensar que el nombre asociado con el perro habría sobrevivido mejor en zonas de
alta montaña donde se seguía practicando el pastoreo hasta tiempos recientes. Pero ésta es
solamente una manera de formular, siempre hipotéticamente, los posibles mecanismos
que dieron lugar a la propagación de las voces de una zona a otra. Habrá otras.
No obstante, esta explicación basada en el supuesto de la propagación de préstamos,
también tiene sus puntos débiles. Por ejemplo, las voces del grupo 3 se parecen más a una
variante en zakur que a una en txakur. En el caso de las voces sardo-corsas éstas sugieren
la presencia tanto de zakur como de txakur; y al llegar a la Península Ibérica, las lenguas
romances parecen haberse aprovechado de txakur y no zakur. No obstante, una vez
admitida la metátesis consonántica, la estructura fonética de los ejemplares peninsulares,
junto con algunos de los sardo-corsos, se aproximan mucho a la forma vasca txakur. Es
decir, en el caso de estos representantes del Grupo 1, el étimo parece haber sido txakur,

58
mientras que en esta zona geográfica no han sobrevivido variantes de zakur, si es que las
hubo anteriormente.
Y siguiendo con la premisa de que los vocablos, hipotéticamente, pertenecientes a este
campo morfo-semántico son préstamos, lo lógico sería encontrar más variedad en la
estructura fonética de las variantes más geográficamente alejadas de la zona geográfica
desde donde la voz emprendió su recorrido inicial. O sea, mientras más que se alejaba de
la zona peninsular la voz vasca, más se habría apartado de la estructura fonética original.
Ahora bien, si asumimos que la voz originaria era zakur, los ejemplares del Grupo 3,
dejando de lado algunas de las variantes croatas, parecen apoyar esta premisa. En el caso
de las voces del Grupo 4, no está muy claro si debemos considerarlas como miembros del
mismo campo-morfo-semántico.
Desde cierto punto de vista es atractiva la premisa de que los vocablos, tal vez
excluyendo los del Grupo 4, son todos préstamos del euskera que se iban difundiendo de
una lengua a otra. Pero es una presuposición que acarrea, como hemos visto, una serie de
cuestiones sobre los mecanismos que facilitaron la difusión del elemento euskérico.
Existe, no obstante, otra posibilidad, igualmente hipotética y hasta diría yo más
controvertida. Hay cierta unanimidad con respecto al parentesco de las voces del Grupo 2
y 3: todas son reconocidas como producto de un elemento pre-indoeuropeo. Y por lo
general, se agregan las voces de Grupo 1 y 2. Claro que al formular esta suposición no se
tenía en cuenta la posibilidad de que zakur se remontara a ardi-zain-(h)or. Por eso si
asumimos que zakur debe considerarse miembro de la muestra amplia (compuesta de
voces del Grupo 1, 2, y 3) y si rechazamos la posibilidad de que su distribución
geográfica se explique a base de los recorridos de una voz pre-indoeuropea,
concretamente zakur, lo que nos queda es un escenario más inaudito: que los lexemas son
cognados, por lo menos en el caso de algunas de estas lenguas, y por tanto uno tendría
que asumir que los tres componentes de zakur (ardi, zain y (h)or) también existieran en
estos idiomas. Tal conclusión se vería reforzada si hubiera otros claros ejemplos de
morfemas de origen euskerico afincados en la estructura de lenguas indoeuropeas. Tales
morfemas por ser morfemas heredados del mismo sustrato morfo-sintáctico
preindoeuropeo común habrían pasado directamente a las lenguas indoeuropeas donde
por tanto se considerarían morfemas proto-indoeuropeos, es decir, por encontrarse en
tantas lenguas clasificadas como indoeuropeas (Frank 2011, en prensa-c, en prep.-b). Por
supuesto, hay que recalcar el evidente carácter hipotético de la tesis que acabo de
plantear.

59
No obstante, tal acercamiento a los datos nos dejaría contemplar el ante quem non de
este proceso: que durante el neolítico los componentes del vocablo vasco ya existían en
otras zonas de Europa, por ejemplo, en Cerdeña. Dicho de otra manera, el modelo
apuntaría a la posibilidad de que el proto-sardo fuera una lengua emparentada con
idiomas que eran antecesores de la lengua vasca y al mismo tiempo indicaría que en otras
partes de Europa sobrevivieron voces que formaban parte del léxico de lenguas
vinculadas en menor o mayor grado entre sí –representantes de la putativa familia de
lenguas preindoeuropeas– que se hablaban en Europa antes del desarrollo e implantación
de lenguas indoeuropeas18.

10.0. A modo de apéndice: La contribución de J. Lakarra a la cuestión de la


etimología de zakur
Casi tenía terminado el presente trabajo cuando el filólogo vasco Juan Martin Elexpuru
me comunicó que otro filólogo vasco había propuesto una etimología para la palabra
zakur, una etimología con la cual me encuentro conforme por una parte y en desacuerdo
por otra, por razones que explicaré a continuación.

10.1. Etimología de zakur según Joseba Lakarra


Para Lakarra el significado original de zakur es ‘guardián agazapado’ o ‘vigía
agazapado’. Llega a esta conclusión basándose en una interpretación de la división de la
palabra en dos partes: *zan(i) y *-gur. Como se observará a continuación este
acercamiento parte de presupuestos estrechamente vinculados a los que apuntalan su
reconstrucción de vocablos vascos y una teoría que el filólogo ha ido elaborando en una
serie de trabajos desde 1995. Más concretamente, responden a las reglas de composición
semántica que Lakarra propone para una etapa de la lengua vasca que él llama ‘pre-
protovasco’. El ‘pre-protovasco’ o ‘pre-protoeuskera’ contrasta con la reconstrucción
tradicional de la lengua vasca, una reconstrucción llevada a cabo fundamentalmente por
el filólogo vasco Luis Michelena. En el caso de la obra de Michelena el término que se
aplica a la reconstrucción es ‘protovasco’, siguiendo las normas normales de la

18
Como se sabe, desde 1995, el lingüista alemán Theo Vennemann ha publicado una serie de obras en que
plantea una teoría parecida a ésta: alega que se hablaban lenguas ‘vascónicas’ en Europa antes de la
implantación de las lenguas indoeuropeas en la misma zona (Vennemann 1995, 1996, 1997, 1998, 2003a,
b). Y en 1980, esta autora también hizo un intento similar, argumentando que había campos léxicos en
euskera y indoeuropeo compartidos (Frank 1980). Ver también Frank (2011, en prensa-c, en prep.-b).

60
nomenclatura de la lingüística histórica. Lakarra, en cambio, plantea la posibilidad de ir
mucho más allá en el tiempo, una pesquisa que tiene como meta reconstruir estadios muy
anteriores al estadio de que hablaba Michelena. Más concretamente, la horquilla
cronológica de Michelena abarca una etapa mucho mas reciente: se remonta al estadio
que corresponde a los siglos justamente anteriores a la época en que el euskera entró en
contacto con el latín, latín vulgar y luego las lenguas romances. Pero Lakarra cree poder
reconstruir etapas mucho anteriores.
Para comprender la lógica de la argumentación que subyace en la etimología que
Lakarra propone para zakur, tenemos que empezar revisando la metodología que emplea
para reconstruir el significado y la forma de vocablos en euskera. Parte del supuesto de
que en la etapa comprendida por el pre-protovasco –época poco precisa que puede
remontarse desde 500 años a.C. hasta cinco mil años o más a.C.– todos los lexemas eran
monosilábicos y las sílabas solían tener la forma de CVC. Por eso, siguiendo la hipótesis
lakarriana, si hoy encontramos una palabra bisilábica, hay que descomponerla y buscar
sílabas fonéticamente parecidas que aparecen en otros lexemas y cotejarlas, aunque los
componentes silábicos de estos últimos sean igualmente opacos. El próximo paso es
buscar entre los significados de las palabras compuestas algún elemento o concepto que
los lexemas parecen tener en común, extraer el significado en cuestión y atribuírselo a la
sílaba bajo investigación.
[Lakarra] además de simplificar, como hemos visto antes, el prototipo de sílaba propuesta por
Mitxelena para el protoeuskera, defiende, sobre ese mismo esquema CVC, el monosilabismo del
pre-protoeuskera. Las palabras de éste no estarían constituidas por un número indeterminado de
sílabas, como los nombres y adjetivos del protoeuskera, sino que constarían de una sola sílaba,
como los verbos del protoeuskera. Así, la descripción de la sílaba del pre-protoeuskera, CVC
coincide con la descripción de la palabra, puesto que esta es monosilábica. Resumiendo de otro
modo: el esquema CVC se aplicaría a la sílaba del protoeuskera y también a la palabra del pre-
protoeuskera, pero no así a los nombres y adjetivos del protoeuskera, que solían ser más bien
bisilábicos, como hemos visto. (Núñez Astrain 2003: 220-221)

El método, como es obvio, tiene varios defectos, sobre todo cuando no hay otro apoyo
cognitivo para guiar al investigador que su imaginación. Por ejemplo, al comparar los
lexemas, no se sabe si en el caso de las formas bisilábicas, la sílaba que se parece
fonéticamente hoy a la que está bajo investigación es originaria o si ha resultado de algún
tipo de alteración fonológica, erosión fonética u otro proceso de cambio. Es decir, no se
sabe a ciencia cierta si los elementos que se están cotejando, son en un principio
cognados, si corresponden al mismo fenómeno. Núñez-Astrain, uno de los pocos
lingüistas que ha analizado la metodología lakarriana con cierto detenimiento, la resume
de esta manera:

61
Lakarra, en una serie de artículos tan interesantes como embarullados, cuestiona la estructura de
la sílaba para el protoeuskera. […] Por otro lado Lakarra observa que algunas palabras vascas que
aparentemente son simples –o raíces en realidad son compuestas. Pongamos un ejemplo inventado
para el castellano. La palabra caza la consideramos una palabra simple, no como cazador, que es
derivada, ni como cazamariposas, que es compuesta. Y debajo de la palabra caza no sabemos ver
nada más (aparte de su significado), no sabemos descomponerla, precisamente porque es simple, no
sabemos qué sería por ejemplo ca por un lado y que sería za por otro.
Siguiendo con este ejemplo inventado –y sin otro valor que la mera explicación–, supongamos
que alguien detecta la sílaba ca en una gran cantidad de palabras del castellano dándoles siempre a
éstas un determinado tipo de significación y la sílaba za en otra serie de palabras del castellano
dándoles siempre a éstas un determinado tipo de significación y la sílaba za en la otra serie de
palabras que a su vez se relacionan con algún significado. Resultaría entonces que la palabra caza,
una palabra simple en el estadio actual de la lengua, habría sido en realidad una palabra compuesta
en un estadio anterior.
Este es el fundamento de la aportación de Lakarra. Ve que entre las palabras bisilábicas del
protoeuskera –del euskera originario, hasta donde hoy podemos llegar– hay sílabas que se repiten
una y otra vez con un significado similar y deduce que en consecuencia esas sílabas, que hoy no
significan nada aisladas, habían sido en realidad palabras monosilábicas del pre-protoeuskera.
(Núñez Astrain 2003: 220-221)

Aunque la descripción que Núñez-Astrain nos da de la metodología de Lakarra puede


parecer poco convincente, sobre todo cuando se la ve desde la perspectiva de la estructura
del léxico castellano, es, no obstante, hasta cierto punto lógico aplicar este acercamiento a
una lengua estructurada como el euskera, por lo menos mucho más lógico que aplicarlo
que a una lengua estructurada como el inglés o el castellano. Como veremos, el problema
de fondo tiene que ver con la interpretación de los elementos léxicos de una voz
bisilábica cuando, al aislar las dos sílabas, el significado de cada una de las sílabas sigue
siendo totalmente opaco.
Teniendo esto en cuenta, seguiremos con este breve repaso de la metodología
desarrollada por Lakarra. “De este modo, siguiendo la tesis de Lakarra, las palabras
monosilábicas del pre-protoeuskera pasaron a formar parte de las ulteriores palabras
polisilábicas del protoeuskera por medio de cuatro procesos distintos que añaden sílabas a
la palabra” (Núñez Astrain 2003: 222). Estos procesos son composición, sufijación,
duplicación y prefijación. Un ejemplo de prefijación que aporta Núñez Astrain, citando a
Lakarra, es: ma (= behe) ‘abajo’ + gur ‘adorar’ = makur ‘agachado’. Según Lakarra, la
identificación de -gur como ‘adorar’ viene reforzada por la raíz del verbo gurtu ‘adorar,
venerar’ o sea -gur (Núñez Astrain 2003: 222). Luego, ya que muchas veces el acto de
adoración va acompañado por el acto de hacer una reverencia, inclinarse la cabeza o
hasta agacharse, Lakarra procede a darle significado concreto a la sílaba -kur de makur.
Separando -kur de ma- Lakarra atribuye al sufijo *-kur de makur el significado de
‘agazapado’. Pero tenemos que recordar que tanto -kur como ma- son morfemas cuyo
significado es totalmente opaco hoy. Por ejemplo, no hay nada que indique que antes el

62
significado de ma- era ‘abajo’19, aunque, según Lakarra, ma- no es ma- sino ba- y aun
antes era be- ‘abajo’. Pero be ‘abajo, bajo’ es una voz totalmente reconocible hoy en dia.
Al analizar y descomponer las palabras makurtu y gurtu, Lakarra no menciona en
ningún momento la posible correspondencia semántica entre gurtu y agurtu, aunque las
dos palabras comparten los significados de ‘saludar; adorar, venerar’. Como es bien
sabido, la forma verbal agurtu viene de agur, término vasco de saludo y despedida
procedente a su vez del latín augurium. Hasta se podría contemplar la posibilidad de que
agurtu, gurtu, kurtu y makurtu sean sencillamente variantes fonéticas, o sea, que sean
todas formas basadas en agur y, originalmente, en la expresión latina augurium. Por
ejemplo, entre los significados de agurtu tenemos ‘saludar, despedirse’ por un lado, y por
otro ‘adorar, venerar’. También hay la variante kurtu definida como: ‘inclinar la cabeza
en señal de reverencia o cortesía’ y como ‘adorar’, venerar’.
gurtu (BN-mix, Sal, S (gürtü), R; Gèze (gürthü), Dv, H), kurtu (AN-egüés, BN; SP, Aq 912 (G,
AN), VocBN (kh-), H (+ kh-)). Ref.: A (gurtu, kurtu); Iz R 308; ZMoso 57. 1. Inclinar(se),
agachar(se). "Agobiarse" Aq 912. "S'agenouiller, fléchir le genou" Gèze. "Gúrradí, agáchate; gúrtu
nun, me he agachado" Iz R 308. v. makurtu. Tr. Documentado fundamentalmente en textos
septentrionales. Al Su. […] 2. (BN, S ap. A; Lar, H), kurtu (SP, Lar, H (+ kh-)). "Inclinar la cabeza
en señal de reverencia o cortesía", "adorar", "venerar". (Michelena 1987, Vol. IX, 48)

Por lo visto, el contenido semántico de las variantes gurtu, kurtu y makurtu parte del
gesto corporal asociado con agurtu. Y para entender el contexto del gesto hay que tener
en cuenta las situaciones que, en un principio, requerían el uso de la expresión agur
porque era una fórmula exigida por circunstancias muy concretas, es decir, antes no era
un saludo que se utilizaba con todas las personas, como lo es hoy en día.
agur (gral.; IC 444r, O VocPo, SP, Lar, Lecl, Añ, VocBN, Gèze, Dv, H, Ort Oroig (V-ger)). Ref.: A;
Lh; Etxba Eib; EAEL 232 y 234.
1. (Interj.). Fórmula de saludo. "Porque esta palabra de agur, y más reiterada y duplicada, es muy
compendiosa y equívoca de grandes entendimientos encaminados a declaración de grandes
mercedes y señoríos y tal que en tiempo antiguo se encaminaba e dirigía por los inferiores
solamente a sus superiores y parientes mayores e no a otros ningunos de menos autoridad y
dignidad. Y esto les decían en lugar de lo que agora se dice a los grandes señores: Beso pies y
manos de V. señoría y Illma. y ansí esta palabra de agur, agur era tenida en mucha y muy gran
veneración, grandeza y cortesía y tal que ninguna otra se le igualaba" IC II 58. "Bien sabéis que el
modo y explicación ordinaria de nuestra salutación es agur, jauna, y con ser tan usada entre los
nuestros, como el 'beso las manos' en los romancistas" Ech 16. "Agur Jauna, bonjour monsieur" SP.
"Salve, lo mismo que Ave, agur" Lar y Añ. "Vale, al despedirse, agur" Lar. "Dios te guarde, Dios te
salve, salutacion, agur; ongi el dakiala; ondo el dakizula" Ib. (tbn. en Añ). "agur eta goraintzi
bihotz-bihotzetik Gipuzkoari [...] eta Euskalerri osoari. MEIG I 120.

19
Según Lakarra, la ma- de makur no es ma- sino ba- y aun mucho antes era be- ‘abajo’. Pero be ‘abajo,
bajo’ es una voz totalmente reconocible hoy en día (Martínez Areta 2008: 3).

63
2. (V-gip, L, BN, S; SP, Lar, Añ, Izt 30v, VocBN, Arch VocGr, Dv, H, A). Ref.: Lh; Etxba Eib.
(Sust.). Saludo, adiós. "Agurra, bon accueil, salut qu'on rend à quelqu'un" SP. "Salutación" Lar y
Añ. "Saludo" Lar. (Michelena 1987, Vol. I, 436)

Al mismo tiempo debemos mencionar la pérdida de la vocal inicial en la alternancia de


agurgarri y gurgarri: “gurgarri (Lar, Dv, H), kurgarri (kh- H). ‘Adorable’, ‘venerable’,
‘augusto, soberano’ Lar. ‘Digne d'être adoré, de révérence. Iaunaren izen gurgarria’ H.
v. agurgarri” (Michelena 1987, Vol. IX, 35).
Como se aprecia, la palabra agur empezó siendo una fórmula empleada en
circunstancias muy concretas donde servía para marcar distancias sociales, entre
inferiores y superiores, un significado que perdió con el paso del tiempo, o sea, al
democratizarse su uso. No obstante, como veremos más adelante, estos usos antiguos
dejaron restos en las variantes fonéticas de agur, restos, al parecer, que recuerdan la
inigualdad y sumisión que se expresaban antes tanto por la palabra como por el gesto
corporal de reverencia que la acompañaba.
La forma verbal de makurtu tiene varios significados, siendo los siguientes los más
frecuentes hoy: “inclinar(se), agachar(se), encorvar(se); torcer(se), doblar(se); acombar,
hacerlo combo, hueco, como hundido; acorvar, agobiarse, alabear; bajar la cabeza, burua
makurtu; cimbrearse, blandearse, corvar; declinar, inclinarse a una parte más que a otra;
doblar, encorvar” (Michelena 1987, Vol. XII, 32). Entre estas acepciones hay que
destacar las de ‘inclinar(se)’, ‘agachar(se)’ y ‘bajar la cabeza’. Este último se asocia
precisamente con el acto de ‘inclinar la cabeza en señal de reverencia o cortesía’, y este
concepto se entronca a su vez con el acto de ‘adorar’ y ‘venerar’, acepciones que tiene
también el verbo agurtu. Por ejemplo, bajo agur egin encontramos: “(c. sg. A; Añ, Dv,
H). Adorar, venerar, rendir pleitesía, hacer reverencia. ‘Adorar, agurrak egin’ Añ. ‘Fig.:
porter soumission, reconnaître pour supérieur’ Dv. ‘Iaunaren izenari agur egin nahi
gabeak, [...] rendre l'adoration, l'honneur’ H. ‘(Más propio que agurtu), saludar, adorar’
A. Cf. VocNav: ‘Hacer el agur a una persona, halagarla, adularla’. v. adoratu, gurtu,
agurtu (2)” (Michelena 1987, Vol. I, 443).
A diferencia de agurtu, parece que el significado de makurtu ha terminado enfocando
específicamente el acto físico que solía emplearse hace siglos al saludar a otra persona,
sobre todo a las personas de alcurnia y, también al dirigirse a la Virgen y Dios. Como
también es bien sabido en el pasado el acto de saludar a la Virgen casi siempre iba
acompañado de un gesto corporal, un gesto que se expresa en castellano como

64
‘inclinarse, agacharse’ y en francés como ‘s'agenouiller, fléchir le genou’20. Por eso, es
posible esbozar, provisionalmente, el proceso evolutivo de los lexemas que forman parte
de este campo léxico de la siguiente manera: augurium > agur > agurtu > gurtu > kurtu
> makurtu.
Otra posible fuente para la variación fonética de makur y makurtu sería un tipo de
reduplicarían expresiva común en euskera. Se trata de una reduplicación que afecta
palabras que comienzan con vocal en que al reduplicarse el segundo elemento en la serie
adquiere una /m/ inicial, un proceso documentado abundantemente en expresiones como:
ele-mele (ele ‘lengua’) ‘habladuría, palabrería’; autu-mautu (autu ‘conversación’)
‘cuento’; arteka-marteka (arte ‘intervalo’) ‘a ratos perdidos’; hautsi-mautsi (hautsi
‘romper, partir, quebrar’) ‘compromiso, arreglo, acomodo’21; iritzi-miritzi (iritzi ‘opinión;
opinar’) ‘dimes y diretes’; esamesa (esa- ‘decir’) ‘charla, hablilla’; inguru-minguru
(inguru ‘alrededor’) ‘dando rodeos’; handi-mandi (andi ‘grande’) ‘señorón’22. Como se
observa, mientras que el primer elemento, o sea, el elemento de base es una expresión
neutral, al combinarse con el segundo elemento, prefijado ahora con /m/, la combinación
resultante adquiere una connotación ligeramente diferente, muchas veces negativa y por
tanto la reduplicación conlleva un elemento de juicio de parte del hablante quien no ve
con buenos ojos la acción en cuestión. Es decir, el posicionamiento del hablante para con

20
La tercera acepción de agur en el DGV es ésta: “3. (L, BN, S ap. Lh; Ht VocGr 426, Dv, H). Reverencia,
adoración. ‘Soumission’ Ht VocGr. ‘Agur handiak ditu etxe hortan, il reçoit beaucoup de révérences dans
cette maison’ Dv. ‘Ce mot exprime en L la révérence que font les femmes’ H. ‘Adoration’ Lh. v. 1 gur”
(Michelena 1987, Vol. I, 440).
21
Para entender el cambio de significado de la base hautsi al convertirse en hautsi-mautsi, hay que
reconocer el elemento metafórico de la expresión. Hay una contraparte en inglés donde entra la idea de ‘to
cut’: ‘to cut a deal’ o ‘to cut a poor deal’. Las siguientes entradas ayudan a desmontar mejor el proceso
cognitivo que dio lugar a la reduplicación: “HAUTSI-MAUTSI (L, BN ap. A; Dv, H), HAUTSE-MAUTSE
(S ap. A). Trato, arreglo, compromiso. ‘Accommodement, compromis, transaction; cotte mal taillée’ Dv.
‘Marché fait en cédant de part et d'autre de ses prétentions: Hautsi-mautsi bat egitea, faire un marché en
telles conditions’ H. ‘Compromiso, transacción, arreglo’ A. ‘Autsi-mautsi egin, acomodo, transacción o
convenio (L, BN)’ Zait Sof II 148. […] - HAUTSI MAUTSIKAN ARI. Haciendo tratos. Haren bizi guzia
daukala bide xuxenari erdiz erdi, arimen etsaiarekin hautsi-mautsikan ari gabe. HU Aurp 115” (Michelena
1987, Vol. III, 670).
22
Arranz Ibañez explica este fenómeno así : “Euskararen hitz elkarteketarako modu berezi eta berezkoa da
lehenengo hitza bigarrenez errepikatzen denean m bat aurretik eranstea. Protesi horrekin, agertzen zaizkigu
hitz bikoitz asko: aiko-maiko, aitzaki-maitzaki, akuilu-makuilu, angula-mangula, arteka-marteka, autu-
mautu, auzi-mauzi, ele-mele, erdi-merdi, erran-merran, ika-mika, inguru-minguru, intziri-mintziri, iritzi-
miritzi, irri eta mirri, isil-misil, itsu-mitxuka, itxuli-mitzuli, izkutu-mizkutu, oihu-mohiuka, oldez eta moldez,
uka-muka, uste-muste, uzkur-muzkur. H letraren mututasuna –hainbat euskalkitan bederen– kontuan
harturik, zilegi da honako adibide hauek ere sail honetan sartzea: halda-maldaka, handi-mandi, hasi-masi,
hautsi-mautsi, hinka-minka, hinkili-minkili, hitz-mitz, hizka-mizka, hondar-mondar…” (Arranz Ibañez
2006: 32). Ver también los excelentes trabajos de Ibarretxe Antuñano (2006; 2009; 2009-2010).

65
el acto se hace manifiesto al elegir esta forma de reduplicación, es decir, la subjetividad
del hablante entra en juego.
Se distingue este tipo de expresividad morfosemántica llamada reduplicacion total
cum variación (RTCV) del que se llama reduplicacion total (RT) en que sencillamente se
repite el mismo vocablo sin alterarlo (Stolz 2008). Es decir, entre los distintos tipos de
expresividad morfosemántica que existen y en que la repetición juega un papel, tenemos
los que son RT y los que son RTCV. El segundo tipo también se denomina a veces
“echo-doublet reduplication in m-” (Southern 2005) ya que el tipo RTCV siempre se
caracteriza por el uso de la consonante m- al comienzo del segundo componente de la
reduplicación. Además hay que recordar que las reduplicaciones en m- se dan en una
variedad de lenguas, no solo en euskera, aunque visto de cerca la expresividad
comunicada por la variante euskérica, o sea, la actitud subjectiva que confiere el hablante,
no tiene una contraparte cognitiva exacta en otras lenguas donde existe también casos de
RTCV, o sea, este tipo de reduplicación en que al segundo elemento se le agrega una m-
(Southern 2005: 157-162; Stolz 2008: 116-119)23.
Coyos que ha estudiado detenidamente esta clase de expresividad morfosemántica en
euskera, ofrece este comentario sobre el funcionamiento cognitivo de la formación:
On a ici une construction idiomatique dans laquelle un nom, un verbe ou un adjectif est rédupliqué
mais en substituant m- à l’initiale du deuxième composant ou en m-. […] Le deuxième composant
n'a aucune signification, il n'est que le premier modifié au plan phonétique. On joue sur le
redoublement des syllabes et donc des sonorités pour traduire la dérision, la dépréciation, l'ironie.
En effet la répétition permet de jouer sur la polarité, l'opposition, la comparaison et aussi sur
l'insistance, l'intensité. La répétition est expressive. Elle permet au locuteur de manifester son point
de vue, sa subjectivité. Le premier composant a une signification précise qui est détournée dans le
deuxième composant, qui lui n'est pas une unité lexicale autonome de la langue […]. (Coyos 2004:
66-67)

23
De hecho, la presencia de las reduplicaciones en m- en la lengua vasca plantea un problema todavía sin
resolver para los que estudian el papel desempeñado por contractos entre lenguas y la resultante la difusión
areal de fenómenos lingüísticos como TRCV. Veamos lo que dice Southern al respecto: “Echo-
reduplication in m- is likewise productive in Basque, with no known language-family affiliates, where it is
used to denote a loose, approximate, affectively colored, qualitative class-plurality. The meaning is usually
‘sort of X,’ ‘X and stuff,’ built on a recognizable simplex base: […]. A secondary force is dismissive or
derisive, labeled by analysts of Basque composition dépréciative (‘deprecating compound-formation;’ cf.
Stankiewicz 1964: 253). […] Classifying echo-twin configurations here as part of Basque’s inherited stock
would be purely putative, and clearly cannot be checked or proven one way or the other. Contract-driven
explanations, meanwhile, seem to be excluded in this case. None of Basque’s principal linguistic
neighbors—all Romance (Castillian Sanish, Aragonese, Catalán, Galician, Leonese, Gascon, Occitan,
Provençal, standard French)—have this phrasal structure available as part of either grammar or ‘meta-
grammar’. Meanwhile, appealing to long-range contact phenomena, either through Turkish or via Turkish-
influenced languages such as Judezmo (Judeo-Spanish), or even via the structural influence of Turkish-
affected Mediterranean lingua francas and mercantile languages (such as medieval maritime Lingua Franca
itself), seems entirely ad hoc and far-fetched” (Southern 2005: 157).

66
Como se ve, el segundo elemento es sencillamente el primer vocablo repetido pero
con la adición de la consonante /m/. En cuanto a su significado, como se ve en los
ejemplos en euskera aducidos arriba, reduplicaciones de este tipo suelen comunicar la
idea de que el significado comprendido por la base se da en exceso y a veces, sugieren
que la acción es reprochable24. Es muy probable, por tanto, que en un principio la
expresión agur-magur encontrado en próximo ejemplo tomado del DGV, sea producto
del mismo proceso cognitivo: “AGUR-MAGUR. Zalema. ‘Salamalec, gur eta agur,
agur-magur’ T-L. Herrian gaindi itzulia egin-eta, teatro aintzinerat heldu dira, eta
eskaleretik igaiten agur-magur hainitzekin. Lf in Casve SGrazi 12” (Michelena 1987,
Vol. I, 444). La expresión agur-magur sugiere una actitud algo negativa de parte del
hablante con respecto al gesto en cuestión, como si estuviera criticándolo, calificándolo
de excesivo o mofándose de la pretendida solemnidad y reverencia expresada por el gesto
de por sí. Esta actitud se ve claramente en la traducción al euskera de dos expresiones
francesas, ‘sans cérémonie’ y ‘ne fais pas tant de cérémonies’ como agur-magurrik gabe
y agur-magur gutiago, otoi, respectivamente (Euskararen 2010-). Podría ser que en el
pasado agur-magur fuera el eslabón intermedio entre agur y makur y por tanto entre
agurtu y makurtu.
En el caso de makurtu, aunque a primera vista la voz parecer referirse solamente a una
acción corporal, las acepciones de la palabra nos dejan ver la forma en que los hablantes

24
La noción de ‘exceso’ que conllevan estas reduplicaciones con /m/ se vincula con el hecho de que en
euskera es también frecuente el uso de la reduplicación del mismo elemento, pero sin cambiarlo
fonéticamente, reduplicacions de tipo RT, cuyo resultado es comunicar “an intensification of what is
expressed by the base form X”, según de Rijk (2008: 877). Son comunes reduplicaciones como gorri gorri
(gorri ‘red’) ‘muy rojo’, bero-bero (bero ‘caliente’) ‘muy caliente’; bete-betea (bete ‘lleno’) ‘muy lleno,
completamente lleno’; eder-ederra (eder ‘bello’) ‘extremadamente bello’. El concepto que generan estas
reduplicaciones es similar pero no exactamente el mismo que comunican superlativos en castellano como
‘rojísimo, calentísimo, llenísimo, bellísimo’. Es decir, en euskera por medio de esta clase de reduplicación
se intensifica el significado de la forma de base, pero sin cambiarlo, a diferencia de lo que ocurre con las
reduplicaciones en /m/. En su exhaustiva investigación sobre las onomatopeyas en euskera Ibarretxe
Antuñano encasilla los ejemplos en /m/ citados arriba como reduplicaciones parciales con alternancia
consonántica, mientras describe la reduplicación en euskera sin alternancia de esta manera: “Aunque
Hinton et al. (1994: 9) sugieren que el uso de la reduplicación no está muy extendido en las lenguas
europeas, o que es menos común que en otras lenguas, ésta es una de las estrategias más usadas por el
euskera, no sólo en la formación de palabras onomatopéyicas, como veremos a continuación, sino también
como un mecanismo para expresar un uso enfático como en los ejemplos gorri-gorria ‘muy rojo’, zabal-
zabalik ‘abierto de par en par’, txiki-txikia ‘pequeñísimo’, y en menor medida, para expresar un significado
distributivo como en los ejemplos aldian-aldian ‘cada cual a su tiempo’, banan-banan ‘uno por uno’, lerro-
lerro ‘línea a línea’ (Hualde and Urbina 2003: 360; véase también de Rijk 2008). Algunos autores más
clásicos, como Lafitte (1995 [1944]: art. 322) o Alzo (1961: 191), denominan al uso de la reduplicación
enfática como superlativo repetido o superlativo absoluto de palabra repetida” (Ibarretxe Antuñano 2009:
16-17).

67
del euskera interpretaban este acto en el pasado: “4. “‘Inégaler, makhurtzea’ Ht VocGr
374.”; 5. (V-gip ap. Iz ArOñ y Etxba Eib). Someter(se), doblegar(se), ceder, acatar.
‘Humillarse’ Iz ArOñ. […] Con buru). Agachar la cabeza, someterse, ceder, acatar. […]
‘Abajarse, acobardarse’” (Michelena 1987, XII, 33-34). Se ve que estas acepciones son
las que tienen el rango de 4 y 5 en la lista de significados que aporta el DGV. Y como
bien se sabe, es muy frecuente que significados que antes eran los más comunes con el
tiempo van desplazándose hasta llegar al final de la fila cuando a veces desaparecen
totalmente de la consciencia de la comunidad de hablantes (Frank 2008a)25. Por ejemplo,
es posible que acepciones como ‘abajarse’ y ‘acobardarse’ ayuden a explicar otros
significados como makur-arazi ‘(fig.) someter, doblegar, torcer, corromper’; makurka
‘torcidamente, agachado’ y makur (adj.) ‘retorcido, perverso, injusto, malvado, malo’
(Michelena 1987, Vol. XII, 24, 30-31).
Al analizar los componentes de gurtu y makurtu, por lo visto lo que a Lakarra más le
ha interesado es demostrar su tesis de que la forma monosilábica de las ‘formas
canónicas’ pre-protovascas era CVC, un empeño que también se nota en el caso del
trabajo de su estudiante Martínez Areta. Por tanto, parece que ni al uno ni al otro, se le ha
ocurrido la posibilidad de investigar lo que se ha dicho antes sobre agur y agurtu, voces
que bien pueden tener variantes fonéticas en gurtu, kurtu y hasta posiblemente makurtu.
Es decir, no parecen conocer o si lo conocen, hacen caso omiso al posible origen latino,
basado en augurium, que otros filólogos vascos como Schuchardt han atribuido a estos
vocablos: “*kur in kurtu, gurtu sich verbeugen, grüssen, kur, gur Vergeugun, Gruss? In
der Bedeutung sind diese Wörter beeinflusst von agurtu, agur (}lat. augurium) und haben
sie wieder beeinflust: mit agur egin (Gruss machen) is wesentlich die Neigung des
Kopfes gemeint” (Schuchardt 1913: 329)26.
Aunque Schuchardt asocia augurium con agur, agurtu y kurtu en base al gesto
corporal, no hace lo mismo con makurtu. Sin embargo, es muy posible que este vocablo
también forme parte del mismo campo léxico y hasta el DGV incluye makurtu en la

25
Para otros ejemplos de la manera en que los significados de vocablos vascos han ido transformándose,
poco a poco a través del tiempo influidos siempre por diversos cambios socio-culturales, ver: Frank 1989,
2001, 2008b, c, 2009b, en prensa-a, b.
26
Hablando de voces basadas en augurium que han pasado a lenguas romances, White ha observado lo
siguiente: “In fact, not only the rule of the tonic accent, but also the history of words, teaches us that
augurium gave agur in Provenzal, agüero en Spanish, and the dissyllables aür, eür, in the Langue d’Oil.
Later on these last two forms became monosyllabic through wear and tear […]” (White 1875, Vol. 52:
483). En francés el antiguo heur ‘suerte, augurio’, evolución fonética de augurium/agurium, terminó
plasmado como bonheur ‘felcidad’ y heureux ‘felix’.

68
entrada de gurtu y kurtu por tener un significado tan similar (Michelena 1987, Vol. IX,
48). En fin, al analizar y descomponer la palabra zakur, Lakarra parece olvidarse del
hecho de que puede haber una estrecha correspondencia etimológica entre agurtu, gurtu,
kurtu, y makurtu y la expresión latina augurium. En vez de hablar de esto, trata la sílaba -
kur como si hubiera sido una raíz o lexema independiente –un morfema libre– en pre-
protovasco con el significado primigenio de ‘agazapar’ o ‘agazapado’.
Ahora vamos a enfocar con más detenimiento el significado etimológico que Lakarra
atribuye a la primera sílaba de zakur, o sea, a za-. Como veremos, con respecto al
significado de esta sílaba, la etimología propuesta por Lakarra coincide, por lo menos
hasta cierto punto, con la que se ha propuesto aquí porque alega que el primer elemento
del compuesto se deriva de zain- o zai(n). Pero a partir de allí, Lakarra echa mano a la
expresión que él ha identificado en base a los compuestos citados arriba, cuyo segundo
elemento es -kur, asignando a este elemento el valor semántico de ‘agazapado’. Es decir,
no se le ocurrió la posibilidad de que la segunda sílaba de la voz zakur fuera una variante
fonológica del vocablo (h)or. Por eso es obvio que no tuvo en cuenta la posible influencia
de compuestos, ampliamente documentados históricamente, como artzainor, artzan-hor y
artzanor, derivados, sin lugar a dudas, de ardi-zain-hor. En vez de detectar la presencia
de (h)or, inventa una etimología motivada, al parecer, por el deseo de demostrar que
zakur es un compuesto que cumpla con los requisitos de las ‘formas canónicas’ en CVC.
Veamos más de cerca lo que dice Lakarra sobre zakur. En 2002, da la siguiente
etimología para el vocablo en la cual *zan(i) debe entenderse como el elemento
primigenio de zai o zain:
[58.] zakur ‘perro (grande)’ < *zan(i) + gur. Para el primer elemento véase (62) zahar; el segundo
parece ser el mismo que hallamos en gur-tu ‘adorar’ o ma-kur-tu ‘agacharse’, por lo que tendríamos
algo así como ‘vigía agazapado’. (Lakarra 2002: 436) 27

En la entrada para zakur Lakarra se refiere a la entrada [62] del mismo artículo donde
dice lo siguiente sobre otra voz cuya primera sílaba es también za-: “zahar ‘viejo’ < *zan
(cf. *zani < zai ‘(al) cuidado’ + (k)or. ; cf. azkar < haz(i) + kor, FHV 71” (Lakarra 2002:
436)28. En otras palabras, según Lakarra, el primer elemento del vocablo zakur era zai, el

27
En 2009, Lakarra (2009: 580) habla del vocablo zahar de una manera ligeramente diferente: “zahar <
*zan-or(?) ‘viejo’”.
28
Lo que motiva la inclusión de la cita de Michelena parece ser que Lakarra, además de asumir que en el
pre-protovasco la /h/ intervocálica era /k/, quiere introducir en su interpretación de la voz la siguiente
suposición: que el *-kar que resulta al reemplazar /h/ por /k/, era antes -kor, un sufijo común y corriente en
euskera, derivativo de adjetivos verbales. Denota ‘propensión’ o ‘tendencia habitual’, p. ej. hauskor ‘frágil,
quebradizo’ de (h)auts- ‘romper(se), quebrar(se)’) (Mugica 1978: 176-180). Pero no es nada común que -
kor se convierta en -kar, como explica el propio Michelena: “Gavel, Elém. 20 s., advierte que son raros los

69
mismo morfema que hemos venido comentando en el caso del compuesto de ardi-zain-
(h)or. En compuestos la forma zain regularmente se reduce a zai. Aquí sin embargo,
Lakarra alega que antes zain/zai se pronunciaba como *zan(i)29. De esta manera, para
Lakarra, el primer elemento tanto de zakur como de zahar hubiera sido el mismo. No
explica por qué una palabra que significa ‘viejo’ encarnaría la noción de ‘vigilar, guardar,
cuidar’. Por lo que puedo colegir, Lakarra quiere decir que ‘viejo’ hubiera significado
algo o alguien que estaba ‘al cuidado’ de otros. Pero como se sabe, zai no significa ‘al
cuidado’ como tendría que ser el caso para validar esta interpretación de zahar. Al mismo
tiempo, se ve que el significado que el propio Lakarra atribuye a la primera sílaba de
zakur, resulta ser ‘guardián’ o ‘vigía’ y no ‘al cuidado’.
Las ideas de Lakarra sobre zakur han sido motivo de comentarios de parte de uno de
sus estudiantes, Mikel Martínez Areta, un joven lingüista vasco cuya obra es en general
muy original además de ser cuidadosamente argumentada como, por ejemplo, lo son
estos dos artículos que fueron publicados hace poco (Martínez Areta 2009a, b). A
diferencia de los artículos más recientes que no parten del trabajo de Lakarra, en el
trabajo titulado “Sobre la formación de palabras antigua en euskera”, Martínez Areta
realiza una interpretación semántica del desarrollo que han tenido que sufrir los antiguos
sintagmas en pre-protovasco, una reconstrucción conocida también como ‘protovasco
antiguo’. Para justificar la interpretación semántica que propone, Martínez Areta aplica
los datos de la teoría PVA (‘protovasco antiguo’) desarrollada por Lakarra desde 199530,

ejemplos de permutación de la a con o, fuera naturalmente de la composición donde hay alternancia regular
(infra, 6.1 b). A los dos casos allí citados (cf. también Bouda, EJ 4 (1950), 53, acaso podría añadirse, si su
origen es el mismo, el de b.-nav. Aldudes, lab. Ainhoa, ronc. vizc. askor ‘propenso a crecer’ ‘brioso,
animado’, derivado evidentemente de (h)az- ‘crecer’, frente a a.-nav. Guip. Lab. Sul. (ya Oih.) (h)azkar
‘vigoroso’ ‘rápido” ‘listo’: cf. nav. azcarro ‘vigoroso, fuerte (hablando de personas)’”. Michelena añade
que según “un informador de Imaraooain, azcarro es ‘niño que tiene un desarrollo excesivo para su edad’”
(Michelena [1961] 1977: 71). En el caso de la alternancia de azkor con azkar, es posible que el derivado
basado en ahaz- (‘olvidar’) + -kor haya contribuido a la permutación de la o con a, debido al hecho de que
al agregarle a ahaz- el sufijo -kor, el resultado es ahazkor, aazkor o azkor (‘olvidadizo’). Por eso, es posible
que en el pasado los dos vocablos se confundieran. Son casi homónimos y quizás en algun momento
algunos hablantes comenzaran a utilizar la variante en azkar ‘brioso’ para diferenciar azkor ‘brioso’ de
azkor ‘olvidadizo’.
29
Si entiendo bien lo que Lakarra alega, *zani debe interpretarse como *zan-i, siendo la vocal final algún
tipo de sufijo porque si no, *zani no cumpliría con el requisito de CVC.
30
Fue en 1995 cuando Lakarra empezó a construir su teoría sobre la naturaleza de la raíz en pre-protovasco
(Lakarra 1995) en un interesante artículo, no ausente de cierta originalidad. Sin embargo, con el paso del
tiempo las etimologías que ha propuesto han resultado cada vez más arriesgadas y a la vez fundadas en
argumentos cada vez más circulares (Lakarra 2005, 2006, 2009), por ejemplo, que todas las palabras tienen
que descomponerse en monosílabas y las sílabas resultantes tienen que coincidir con las reglas fonéticas
elaboradas previamente por el propio filólogo para el pre-protovasco, es decir, tienen que ser CVC (cf.
Frank en prensa-c).

70
utilizando una serie de etimologías propuestas por Lakarra en trabajos anteriores
(Martínez Areta 2008: 1).
Al llegar a la etimología que Lakarra da para zakur, Martínez Areta empieza a analizar
detalladamente el segundo elemento *-gur, y al hacerlo asume la postura que tiene
Lakarra para con la etimología del vocablo zakur. Al argumentar que *gur significa
‘agazapado’ y además que forma parte de sintagmas de tipo nombre-adjetivo, utiliza una
lógica difícil, construida en base a suposiciones, puramente hipotéticas. Por ejemplo,
alega que antes *gur era un epíteto que significa ‘agazapado’ porque así parece funcionar
el caso de la etimología propuesta para zakur. O sea, salta de un supuesto a otro,
empleando el primer supuesto para apuntalar el segundo.
Creemos que esto es lo que ocurre con ciertos sintagmas que nosotros hemos clasificado dentro del
tipo nombre-adjetivo. El (a nuestro juicio) adjetivo *gur “agazapado, inclinado” parece ser en
origen nada más que un epíteto para acompañar a un nombre en *zan-gur “guardián agazapado”.
(Martínez Areta 2008: 3)

Luego, Martínez Areta repasa los argumentos aportados por Lakarra para justificar su
reconstrucción de zakur, utilizándolos para apoyar la teoría que propone sobre sintagmas
de tipo nombre-adjetivo. Veremos a continuación la manera en que el significado que
Lakarra da al elemento -kur se aplica para interpretar otras voces donde el significado de
las sílabas por separada es opaco o sumamente difícil de fijar con seguridad:
Tomemos la palabra zakur “perro”, que Lakarra (2002: 436) deriva de < *zan-gur “guardián
agazapado”. Pues bien, si esto es así, quiere decir que en una época antigua *zan –que puede ser la
raíz verbal de zain(du) ‘pfvo. de “cuidar proteger”’, forma ésta a la que se ha añadido el sufijo -i– y
*gur –el mismo que aparece en ma-kur “torcido, agachado”, ez-kur “bellota”, uz-kur “tímido;
cobarde”– eran elementos independientes que podían formar innumerables combinaciones
paradigmáticas de sintagmas composicionales. Así, un sintagma disilábico con *gur –a nuestro
juicio un adjetivo– como segundo elemento, *[ _ - gur], podía completarse con diferentes primeros
elementos: *zan-, *ba-31, *(h)ez-, *uz-…, combinando así diferentes significados: “guardián
agazapado”, “(tipo de) árbol inclinado (?)”, “roble inclinado (?)”, “X inclinado”… Asimismo, al
primer elemento *ba-, sea cual sea su significado, se le podía agregar, dentro del sintagma *[ba- _ ],
una serie indefinida de (lo que a nuestro juicio son) adjetivos: *-gar, *-ger, *-gur, *-gal…, dando
lugar a los sintagmas “X áspero”, “X malo”, “X inclinado”, “X escaso (?)” (correspondientes a mod.
ma-kar “legaña”, ma-ker “deforme”, ma-kur “inclinado”, ma-kal “débil, flojo”). Que sólo queden
constancia histórica de éstas no quiere decir que las combinaciones no fueran tan numerosas como
amplio el léxico y la lógica semántica lo permitiera. (Martínez Areta 2008: 3)

La dificultad que surge es la siguiente, si zakur viene de ardi-zain-(h)or, esto significa


que el segundo elemento -kur no tiene nada que ver con el -kur de palabras como ezkur
‘bellota’ o uzkur “tímido; cobarde”. Y si las palabras agurtu, gurtu, kurtu y makurtu

31
Martínez Areta agrega esta nota para explicar la forma *ba-: “O bien *be-, si makur < *be-gur. Como
ahora sólo nos interesa el proceso desde un punto de vista general, prescindiremos de discutir en cada caso
qué forma deberemos reconstruir” (Martínez Areta 2008: 3).

71
vienen de augurium, el -kur/-gur que aparecen en ellas tampoco tendría que ver con el *-
kur propuesto por Lakarra. No obstante, Martínez Areta asume que *gur existía solo
mucho antes, que formaba parte del léxico del pre-protovasco donde funcionaba como
adjetivo con el significado de ‘agazapado, inclinado’:
Del mismo modo, en *(h)ez-gur, si el primer elemento tiene que ver con el primer componente de
ez-ki “tilo”, ez-pal “astilla” y –de modo más especulativo– ez-ti “miel”, y si el significado antiguo
de su descendiente moderno ezkur “bellota” es “árbol” –con esta significación aparece en RS y en
Cap.–, entonces quizás el significado original de *(h)ez fuera “árbol”, ‘tipo de árbol’ o “roble”. En
este caso, *gur “inclinado” sería claramente un epíteto atribuible a *(h)ez por razones que se nos
escapan en cuanto a la semántica, pero que congenian perfectamente con lo dicho en cuanto a la
forma. (Martínez Areta 2008: 5)

Si Lakarra hubiera buscado la voz gur en el DGV, habría topado con entradas como la
siguiente que deja pocas dudas en cuanto a la etimología de gur y su relación con agur:
“1. gur (BN, S (gür) ap. A; Lar, VocBN, Gèze (gür), Dv, H), kur (L (kh-) ap. A; Lar, Dv
(kh-), H (+ kh-)). Saludo, reverencia, inclinación. ‘Gur, kur, reverencia, inclinación’ Lar
(s.v. adorar). ‘Génuflexion’ Gèze. ‘Salut qui se fait en se courbant ou en pliant les
genoux’ H. Cf. Arzam 268: Ochoa de Gurmendi (1393). Tr. Documentado sobre todo en
autores orientales. 2. - GUR EGIN (Sc ap. A; Lar, H). Adorar, hacer reverencia. ‘Gur,
khur egitea, saluer en s'inclinant’ H (s.v. gurra). ‘Gür egin (Sc), saludar’ A.” (Michelena
1987, Vol. IX, 18)32. En fin, es obvio que gur no es más que una variante de agur, tal
como gurtu y kurtu lo son de agurtu. Pero tenemos que recordar que Lakarra ha
pretendido convertir gur en adjetivo y por eso construía su argumento fundamentándolo
en la raíz de las formas verbales gurtu y kurtu, sin darse cuenta de la estrecha relación
etimológica que tienen con agurtu y por tanto agur.

32
Los ejemplos textuales que aporta el DGV son los siguientes para las acepciones (1) y (2): 1. “Han Iesus
haurra baturik / troxaturik, / utzioan zatzala, /gurrez iar zazkion apaltzen. O Po 62. Eta salütatüko Birjina
Sainta, haren imajinen rakontrian, kolada edo gür aphal batez. Mercy 28. Grazioski, / kurrak eginik dire
sartu. Monho 34. Agur eta khur, Dabiten semeari! HeH Mt 21, 15. Aitzin alde ditu buru eta bulharrak
khurrean. Hb Egia 151. Nahi deitzügü eman gure adorazioniak, eta gür aphalenak. Ip Hil 92. Gür zuri
graziaz bethia, Jauna zurekin düzü. Ib. 69. Ave Maria da aingürü Gabrielek Jinkoaren phartez Maria
Birjinari egin dian gürra edo salütazionia. Ib. 72. Bizkarra konkortüz, gürrak egin zeitzon espainul
apezari. Const 39. Ongi-etorri ona egin zion, labur eta hotz, bainan dena gur, agur eta xurikeria. Ardoy
SFran 215. Oni gur ta erregu bear diogu betiro. Lar STomas 2. - GUR EGIN (Sc ap. A; Lar, H). Adorar,
hacer reverencia. ‘Gur, khur egitea, saluer en s'inclinant’ H (s.v. gurra). ‘Gür egin (Sc), saludar’ A.
Belhain orok niri gur egiten du. Tt Arima 6. Emazte ederrener gür egiten, poesia laidorez zütian güziak
akariziatzen. Egiat 218s. Ta alá jarrizúten / alki txarbatéan, / gur ta agur inzúten / irri-abarréan. LE Kop
94. Belaun batekin kutxa Santubari eta berziarekin Dagonen idoluari kur egitten diotenak (Lesaka, 1857).
ETZ 251s. Aundizkiak gur egiten dizutenean, gogoemazu iñork etzaitula maite zure itxas-gizonok ainbat.
Or Mi 10. Gustijak men eta gur egingo dautsube. Otx 78. Bizkarra emon eta bizkarraren azkenian asten
danagaz gur egin eutsan. Ib. 56. Aiek urbildu ta aren oñai eutsi ta gur-egin zioten. Ir YKBiz 524 (v. tbn.
25). Ez baitu inork arrazoi larririk gabe bere ohitura utziko iritzi berri bati gur egiteko. MIH 80”
(Michelena 1987, Vol. (X, 18).

72
Aunque el ejemplo de *-gur que trae a colación Martínez Areta es equivocado, esto no
quita valor a otros aspectos de su trabajo y su acertada tesis sobre la posible evolución de
compuestos bisilábicos, es decir, la manera en que algunos de ellos, por lo menos,
representaban sintagmas de tipo nombre-adjetivo, compuestos en un principio por dos
morfemas libres. Por ejemplo, sería realmente difícil no estar de acuerdo con él cuando
dice lo siguiente, hablando de bisilábicos: “con la ayuda de diversos procesos fonéticos,
los compuestos perdieron su interpretación analítica y se lexicalizaron como meros
ítemes” y que “[e]n principio, parece ser que cualquiera de los lexemas disilábicos podía
ser nombre o adjetivo, siendo la característica sintáctica de los segundos que en posición
atributiva iban detrás del nombre […]” (Martínez Areta 2008: 12). Lo que no es
recomendable, en mi opinión, es confiar ciegamente en las etimologías propuestas por
Lakarra, más bien es necesario estudiar a fondo lo que ya se ha escrito sobre cada uno de
los vocablos y como mínimo consultar los apartados relevantes del DGV. Proceder de
otra manera no es aconsejable.

11.0. Agradecimientos
Quiero agradecer la ayuda que me prestaron Graziano Fois, Juan Martín Elexpuru y
Maritxu Goikoetxea. En la preparación de este trabajo debo reconocer especialmente el
estímulo que me dio Artzi, un bello ejemplar del euskal artzain txakurra que conocí en
Ubera en 2010, cuya inteligencia e impresionantes habilidades físicas despertaron en mí
la determinación de terminar una vez por todas esta investigación, una investigación que
yo había empezado más de quince años antes.

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