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Renuncia al Patrocinio

Artículo 30.- Una vez aceptado el patrocinio de un asunto, el Abogado no

podrá renunciarlo sino por causa justificada sobreviniente que afecte su honor,

su dignidad o su conciencia, o implique incumplimiento de las obligaciones

morales o materiales del cliente hacia el Abogado, o haga necesaria la

intervención exclusiva de profesional especializado.


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La renuncia al patrocinio implica, a grandes rasgos, el desistimiento de la defensa del


cliente por parte del abogado.
Este supuesto se encuentra regulado en el Código de Ética del abogado vigente. En el
capítulo III, se establece dos formas de renuncia: la obligatoria y la facultativa.

La renuncia obligatoria se encuentra regulada en el Art. 21 del Código, en el cual, se


establece una serie de supuestos bajo los cuales el abogado debe renunciar: a) cuando sea
de su conocimiento que los fines o medios son ilegales, b) cuando sobrevenga un conflicto
de intereses con el cliente y cuando, c) en el marco de un proceso judicial., la autoridad
ordene la renuncia del abogado de oficio. Siendo ello así, para el Código, estos tres
supuestos obligan de manera directa al abogado a renunciar. Es bastante claro el carácter
que tiene este tipo de renuncia, dado que su propio nombre lo describe: obligatorio.

La renuncia facultativa se encuentra regulada en el Art. 22 del Código. Esta renuncia es


aquella que le da un marco de discrecionalidad al abogado, dado a que bajo los siguientes
supuestos que no se encuentran abordados en el art. 21, se cree que es el abogado quien
tiene un mejor criterio para renunciar o no. Siendo ello así, se establecen seis supuesto de
manera expresa; sin embargo, ello no resulta una lista taxativa, dado a que en el literal g),
se establece que la renuncia procede por decisión propia, sin expresión de causa. Es en
este último punto donde debemos detenernos.

Este último literal, el cual señala  que puede renunciar sin expresar causa, nos permite
afirmar que el abogado tiene libertad para terminar el patrocinio. Sin embargo, no podemos
afirmar que tenga una “entera libertad”, dado que ello implicaría una acción irresponsable
del abogado, lo cual desnaturalizaría la renuncia. Así pues, el Código si bien permite la
renuncia sin expresión de causa alguna, esta se encuentra sometida a una suerte de
directrices a seguir para realizar el mismo.

Así, el art. 23 regula las condiciones para la renuncia. Entre estas, se encuentra que se
debe comunicar con debida antelación, cooperar con la entrega de documentos, facilitar
otro abogado, el reembolso dela adelanto de honorarios, entre otros. Bajo estas
condiciones, resulta claro que lo que se busca a su vez, es no perjudicar al cliente. En ese
sentido, el Código salvaguarda el interés del cliente.  Además, se debe entender de una
manera realista. Es decir, es inevitable causar un perjuicio al cliente por la renuncia: ya sea
por el probable costo de información para la búsqueda de otro, por el ritmo del proceso,
entre otras posibilidades; sin embargo, a través de este artículo, lo que se busca es causar
el menor perjuicio posible para el cliente.
19 Limitaciones del patrocinio.

El abogado debe abstenerse de aceptar patrocinar en aquellas causas en donde haya estado en capacidad de
conocer que:

(i) no podrá patrocinar al cliente adecuadamente.


(ii) (ii) el fin o los medios son ilegales.
(iii) (iii) exista conflicto de intereses

Artículo 20. Independencia del abogado. El asumir el patrocinio de un cliente no constituye un aval o adhesión
por parte del abogado de las ideas políticas, económicas, sociales o morales del cliente.

Artículo 23. Condiciones para renunciar al patrocinio. El abogado cuidará que su renuncia no perjudique
sustancialmente el interés del cliente. Deberá comunicar su intención de renunciar con la debida antelación;
facilitando la intervención de otro abogado; y tomando las medidas necesarias para evitar un perjuicio
sustancial al interés del cliente. El abogado renunciante tiene la obligación de devolver los documentos
vinculados con el patrocinio, así como el dinero adelantado por honorarios que correspondan a servicios no
prestados y gastos no incurridos. Artículo 24. Despido. El cliente tiene el derecho de solicitar la conclusión del
encargo, sin tener que expresar los motivos de su decisión. En el supuesto que el abogado negocie cláusulas
contractuales que tornen gravoso el ejercicio de este derecho por parte del cliente, debe precisar su alcance con
claridad y cerciorarse de que cuenta con el consentimiento informado previo del cliente respecto de las mismas.
Artículo 25. Sustitución de abogado. El abogado que asuma un patrocinio en sustitución de otro deberá
colaborar con el eficiente traslado del mismo. El abogado sustituido deberá facilitar la información y
documentación necesaria para garantizar el debido patrocinio del cliente y no generarle un perjuicio sustancial.
Artículo 26. Cambio de estudio. El abogado que renuncia a una organización profesional para incorporarse a
otra, debe notificar sobre su retiro a los miembros de la organización antes de comunicarlo a los clientes. Tanto
el abogado que renuncia como el estudio, tienen el deber de notificar a los clientes cuyos asuntos están siendo
directamente atendidos por el abogado renunciante, para que ellos decidan acerca de la continuación del
patrocinio. Cualquiera fuera la determinación del cliente, los abogados deben cooperar para evitar un perjuicio
sustancial al interés del cliente.

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