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La Disartria y Su Tratamiento
La Disartria y Su Tratamiento
La Disartria y su tratamiento.
Observamos personas “distintas a las demás”, distintas por su marcha incoordinada y
precaria, por sus exagerados movimientos con los brazos y las manos, por sus muecas constantes
y por su dificultad en el comer y en el hablar. Toda esta sintomatología la incluye el cuadro de la
parálisis cerebral.
El término parálisis cerebral es reconocido como una expresión general que abarca varios
trastornos específicos los cuales se caracterizan por una lesión de los centros motores del
encéfalo y se manifiestan por la pérdida del control motor.
Es necesario aclarar que este término conduce a ciertas confusiones, ya que como el
mismo indica, la alteración del cuerpo debido a una lesión en el encéfalo, esto no es del todo
correcto, ya que puede no existir tal polarización, sino un trastorno motriz debido a esta lesión
(aumento o disminución del tono muscular), que da lugar a la alteración del movimiento y la
postura. Por ello en la actualidad se está estudiando la utilización de las expresiones “disfunción
cerebral” o “trastorno motriz cerebral” en vez de la parálisis cerebral.
La parálisis cerebral está englobada entre las enfermedades del sistema nervioso central.
Los tres síndromes motores, piramidal, extrapiramidal y cerebeloso del SNC, son los
determinantes de otro tipo u otro de parálisis.
El área motora piramidal o neurona motriz superior se localiza sobre la circunvolución
precentral (anterior a la cisura de Rolando) o región de la motilidad voluntaria. La lesión de las
neuronas motrices superiores afecta los movimientos voluntarios, y por consiguiente al habla
originando anomalías de la función muscular: espasticidad, debilidad, limitación de alcance y
lentitud de movimientos.
El área motora extrapiramidal está determinada por los centros motores subcorticales,
controlados por el contexto en el ámbito de grupos de núcleos (ganglios basales y masas
nucleares conexas). La lesión de las neuronas del área extrapiramidal afecta los movimientos
involuntarios e impulsivos, así como al control de la automaticidad de la marcha y de la carrera.
Aunque resulta difícil clasificar las numerosas formas de parálisis cerebral, se establecen
por especialistas occidentales dos clasificaciones basadas una en los efectos funcionales y otra en
la topografía corporal.
Clasificación basada en los efectos funcionales (relacionada con la localización de la lesión):
a) Espásticos: La espasticidad se produce como consecuencia de una lesión en el haz piramidal,
por lo que se encuentran los síntomas de piramidalismo: hiperreflexión e hiperextensión,
umbral de excitación bajo y claro.
Los movimientos son rígidos, bruscos y lentos. La espasticidad se reconoce por el aumento de
resistencia de un músculo a la palpación o al movimiento pasivo de una extremidad.
La debilidad de los movimientos voluntarios afecta también a los labios y la lengua. La
lengua, - torpe e hipertónica, no puede extenderse más allá de los dientes. El rostro aparece
inexpresivo y la saliva se escurre por las comisuras de la boca.
b) Atetósicos. La atetosis se produce como consecuencia de una lesión localizada en el
haz extra piramidal. Consiste en una oscilación lenta entre actitudes extremas de hiper
extensión y de flexión. Es un movimiento involuntario e incesante que se agrava con la
fatiga y las emociones, se atenúa en reposo y desaparece durante el sueño.
El atetósico presenta movimientos involuntarios de los músculos articulatorios y faríngeos
en la producción del habla. La lengua, los músculos de la masticación y de la articulación,
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La disartria como síntoma oral de la parálisis cerebral, se puede definir como un síndrome
complejo dada las alteraciones correspondientes en el componente sonoro del lenguaje
(voz, pronunciación, respiración), ritmo, fluidez, entonación, masticación deglución y en el
lenguaje escrito; por las dificultades de motricidad típicas en estos casos. Además pueden
estar asociados otros trastornos sensoriales, de percepción, psíquicos intelectuales.
¿Cómo se produce este trastorno verbo - vocal?
Para responder esta interrogante, tenemos que explicar que el acto del habla está constituido
por una ausencia muy coordinada de contracciones musculares de la laringe, faringe,
paladar, lengua, labios y musculatura respiratoria y la enciración de este sistema complejo
de órganos y aparatos, se produce a través de una serie de pares de nervios craneanos,
cuyos núcleos están controlados por la corteza motora e intercalados en otras zonas del
sistema nervioso central. Debido a esta relación, la alteración del S.N., es una de las causas
de la presencia de dificultades en la producción del lenguaje oral y precisamente la disartria
es una consecuencia de estas anomalías.
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Para abordar el trabajo con la disartria, referiremos dos metodologías expuestas, con el fin
de que, procedimientos valiosos que los mismos contemplan sean utilizados por los
logopedas, conjugándolos con las orientaciones dadas en el libro “Métodos para el
tratamiento logopédico”.
La Metodología Tardieu fue iniciada en 1953 por el profesor Suy Tardieu, jefe de
Neurología Infantil del hospital Raymond Poincaré, de Ganches, y del Hospital de Kremlin-
Bicetre, de París.
En dicha metodología se realiza un estudio de las alteraciones por separado para
reeducarlas después, es lo que se denomina “Análisis factorial de los trastornos de la
parálisis cerebral”. No se plantea una terapéutica correcta a seguir, sino que debe elegirse
entre una terapéutica global, analítica o funcional.
A continuación abordaremos una selección de procedimientos planteados en este método,
por su importancia y porque pueden ser asimilados sin dificultad por los logopedas.
En la terapéutica global, se plantea la relajación general, sobre todo para casos que
manifiestan espasticidad o diferentes formas de hipercinesis, ya que cuando estos casos
obtienen un control general de relajación, mejoran su respiración, la emisión de la voz y la
articulación de palabras.
El logopeda debe lograr que los ejercicios se realicen lentamente y con suavidad, creando
las condiciones necesarias para que el niño no esté excitado y se encuentre cómodo.
Procedimientos:
Mientras que se le habla al niño, hacer que éste toque una muñeca blanda, un muñeco de
peluche, etc. para que imite su suavidad; es conveniente que suene una música suave.
Movilización lenta de los miembros y de ciertas partes del cuerpo, con acciones tales como:
golpear suavemente los hombros y el cuello del niño o estimularle a que gire su cabeza de
un lado a otro o la deje caer hacia adelante, hacia atrás y sobre los hombros, hacerle
bostezar, que fuerza la frente, que lleve los labios cerrados hacia delante y los abra, que cierre
los ojos fuertemente y los abra despacio y que abra la boca con suavidad.
El niño acostado en posición de cúbito ventral o de cúbito dorsal, colocarle sobre las
partes más incontroladas, las extremidades o el tronco, sacos de arena, de peso variable,
según la edad del niño.
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Con objetos:
1- Soplan plumas, papelitos, algodón, etc., la boca del niño, situada junto al borde de la mesa.
2- Soplar molinillos de vientos.
3- Hacer pompas de jabón.
4- Hinchar las mejillas y retener el aire el mayor tiempo posible.
5- Hacer burbujas de agua con tubos distintos diámetros de más grande a más pequeño.
6- Inflar globos.
7- Tocar instrumentos sonoros de viento.
8- Utilizar perfumes para obtener la inspiración.
También es importante que el logopeda tenga en cuenta que hay movimientos que facilitan la
ejercitación de otros. Por ejemplo:
Al elevar la mandíbula se alza la lengua.
Si se hace morder un trozo de goma entre los molares, los labios se cierran mas frecuentemente.
Si se entrelazan los dedos, disminuyen los movimientos atetósicos.
Aunque en la terapéutica expuesta no se señalan ejercicios para la movilización del velo del
paladar el especialista deberá tenerlos en cuenta en los casos necesarios, recordando la importante
función de este órgano activo en la formación del anillo velofaríngeo y su incidencia en la
correcta emisión de la voz.
En el disártrico el babeo constituye un obstáculo funcional y social y en número de casos es un
síntoma muy frecuente y dificulta la correcta articulación de fonemas, puede ser consecuencia de
una incorrecta deglución, falta de tonicidad del músculo arbicular de los labios; inclinación casi
permanente de la cabeza hacia delante.
Para la corrección del babeo se plantea:
Hacer tomar conciencia al niño de la presión que debe ejercer con la punta de la lengua contra
la papila palatina. El logopeda pondrá su dedo índice en este lugar para atraer allí la lengua.
Enseñarle a tragar pequeñas cantidades de líquido boca abajo.
Poner azúcar en la punta de la lengua del niño, cerrar su boca y darle masajes en el cuello de
arriba abajo.
Darle al niño agua gota agota con una espátula detrás y delante de los dientes, cerrarle la boca
y darle masajes en el cuello.
En el método de Tardieu se distinguen dos períodos de tratamiento: durante los tres años y medio
de edad, en el que el logopeda interviene muy poco, los padres son quienes más se hacen
preocupar por favorecer el despertar del lenguaje del hijo, serán orientados y aconsejados por
cada uno de los especialistas que forman el equipo terapéutico(fisioterapeuta, terapeuta
ocupacional, logopeda, médico).
El segundo período se enmarca hacia los cuatro años, siendo ya el logopeda quien debe
intervenir en los trastornos del habla del niño.
A pesar de que esta metodología habla de la necesidad del diagnóstico y tratamiento precoz,
considerando que aunque en la infancia temprana la familia juega un papel fundamental, el
logopeda debe participar mas activa directamente en la reeducación.
La otra metodología de la cual se resumirán procedimientos de rehabilitación es el método
Bobath (Inglés).
El método Bobath fue elaborado por los esposos Betta Bubsth (fisioterapeuta) y Kanel
Bobath(médico) fue desarrollado por ambos durante su labor con niños afectados de parálisis
cerebral en el Western Cerebral Daley Cartre, de Londres. Con esta metodología se derribarán las
barreras existentes entre el fisioterapeuta, el terapeuta ocupacional y el logopeda, demostrándose
la ventaja de que estos trabajen y opinen juntos sobre el caso.
El tratamiento según este método tiene por objetivo dos etapas bien diferenciadas:
Inhibir las modalidades reflejas anormales de la postura y del movimiento.
Facilitar las posturas y los movimientos normales.
Se plantea como aspecto necesario antes de comenzar la reeducación logopédica, la
normalización del tono muscular del paciente, ya que como se conoce en el niño espástico, el
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tono es anormalmente alto(hipertonía), mientras que en los casos atetósicos y atáxicos pueden
pasar fácilmente de la hipertonía a la hipotonía. Para esto se debe inhibir la actividad refleja
anormal primitiva y después educándola para que asuma esa inhibición por cuenta propia.
El desarrollo del comportamiento motor del niño va unido al del comportamiento del lenguaje.
Por ello, el logopeda tiene que saber controlar las posiciones y movimientos del niño a través de
los puntos clave, que son, fundamentalmente, la cabeza, el cuello, las cinturas escapular y
pelvianas momentos antes y durante la reeducación logopédica.
En este método la reeducación del habla del niño disártrico se realiza a través de tres niveles
relacionados entre sí: la reeducación de los trastornos de los órganos de la alimentación y la
reeducación de los trastornos motrices del habla.
La reeducación de los trastornos de los órganos de la alimentación se fundamenta, en que los
órganos de la palabra y los pertenecientes a la alimentación son, en gran parte, los mismos. Para
lograr esto se deben tener en cuenta el control del funcionamiento de la boca, el control de la
mandíbula, succión, deglución, masticación y babeo.
Al abordar el trabajo con este nivel se dan orientaciones específicas a los padres de cómo
proceder en la alimentación del niño y las posturas a utilizar con el mismo.
Por su importancia para facilitar la alimentación y posteriormente la verbalización, nos
detendremos en la explicación del control de la mandíbula.
Si el niño está colocado frente al logopeda, este ejercitará también presión constante con su mano
derecha sobre la mandíbula infantil, situando el dedo pulgar entre el mentón y el labio inferior, el
dedo índice sobre la articulación de la mandíbula, y el dedo medio debajo del mentón.
En la reducción de los trastornos motorices del habla es imprescindible colocar al niño en una
posición estable de equilibrio, dominando su cuerpo, cabeza y hombros. Alguna de tales
posiciones son:
Con el niño sentado en una silla, el logopeda, sentado al mismo nivel, le ayuda a controlar
su cabeza a partir de los hombros o de los brazos, haciendo una leve presión sobre su
pecho con la palma de la mano. (figura 3).
El método Bobath para la reeducación de la respiración y la vocalización, refiere la
necesidad de controlar previamente la posición mediante posturas inhibitorias de reflejos,
porque cuando el niño está plenamente adaptado a éstas, su musculatura libre comienza a
funcionar con normalidad.
Las posturas inhibitorias de reflejos, se recomiendan para casos de espasticidad, para que
no se produzcan espasmos extensores cuando inspira, ni flexores cuando espira, ya que se
le coloca en posiciones que no favorecen la extensión ni la flexión totales.
Posturas inhibitorias de reflejos para llevar a cabo una correcta reducción de la
respiración.
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Se debe señalar que si, a pesar de la postura inhibitoria de reflejos persiste la respiración
inadvertida (inspirar metiendo el diafragma y espirar sacando el diafragma), el logopeda
ayudará al niño colocando sus manos a ambos lados del abdomen y lo ayudará a realizar los
movimientos correspondientes.
FIGURA 3. - posición estable de equilibrio sentado sobre una silla.
A pesar de las limitaciones de los métodos, " Tardieu", que sigue una terapéutica analítica, y "
Bobath", que establece una terapéutica global acertada, pero que se debe completar con
ejercicios activos, la reeducación de los órganos en este trastorno complejo del lenguaje.
Insistiendo en que la recuperación del niño disártrico depende de varios factores: la edad que
tenía el niño cuando la lesión, el tipo y gravedad de la lesión, los factores asociados a otros
trastornos físicos o mentales, la capacidad intelectual, el ambiente familiar y la
profesionalidad y el trato del logopeda.
Para la ardua tarea de rehabilitación es imprescindible la cooperación de los padres, el objeto
de que éstos y los terapeutas trabajen en equipo, con la finalidad de proporcionar al niño las
mejores posibilidades en cuanto al desarrollo de sus capacidades, aunque aquellas parezcan
limitadas.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
María del Carmen Busto Barcas "Reeducación del habla y del lenguaje en el paralítico
cerebral".
Colección Educación Especial.
Editora Ciencia de la educación preescolar y especial general.
Pardiñas, 95. Madrid - 6. 1984. Segunda edición.